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TEMA I.

DERECHO PROCESAL PENAL


1.1.- Concepto de derecho procesal penal
El Derecho procesal penal es el conjunto de normas jurídicas correspondientes al
derecho público interno que regulan cualquier proceso de carácter penal desde su
inicio hasta su fin entre el estado y los particulares. Tiene un carácter primordial
como un estudio de una justa e imparcial administración de justicia: la actividad de
los jueces y la ley de fondo en la sentencia.
Tiene como función investigar, identificar y sancionar (en caso de que así sea
requerido) las conductas que constituyen delitos, evaluando las circunstancias
particulares en cada caso y con el propósito de preservar el orden social. El
derecho procesal penal busca objetivos claramente concernientes al orden
público.

1.2 El derecho procesal penal dentro del universo del derecho en general
Dentro de la disciplina del derecho encontramos la rama que corresponde al
derecho procesal civil, así como la que respecta al derecho procesal penal; donde
ambas materias son divididas dada la diferencia de sus esencias.
Por un lado, tenemos la rama que corresponde al derecho civil es voluntaria,
pudiendo recurrir al juicio o bien descartar tal posibilidad de manera voluntaria.
Contrariamente, tenemos que la rama que corresponde al derecho penal es de
carácter obligatorio, es decir, que, por mandato de la Constitución, el Estado tiene
la obligación de promover la acción pública que emerge de la comisión del delito,
donde el proceso penal queda concluido mediante la sentencia.
Lo anterior nos hace visualizar a groso modo que a pesar existir un conjunto
genérico de principios y formas, ambas ramas del derecho son de naturaleza
distinta, siendo así que los derechos procesales y civiles son totalmente
autónomos.
Ubicado dentro del Derecho Penal, es el conjunto de normas jurídicas
pertenecientes al Derecho Público Interno, que hacen posible la aplicación de una
pena por una conducta ilícita.

1.3 Diferencia entre procedimiento, proceso y juicio


El procedimiento es el conjunto de actos solemnes, que deben ser observados
obligatoriamente por todos los que intervienen desde el momento en que se
entabla la relación jurídica para hacer factible la aplicación de la ley a un caso
concreto.
Proceso es el conjunto de disposiciones que regulan la sucesión de actos
jurídicos realizados por el juez, las partes y otros sujetos procesales, con el objeto
de resolver controversias que se suscitan con la aplicación del derecho sustantivo.
El juicio, por su parte, es el conjunto de actos regulados por la ley y realizados
con la finalidad de alcanzar la aplicación judicial del derecho objetivo y la
satisfacción
consiguiente del interés legalmente tutelado en el caso concreto, mediante una
decisión del juez competente.
 “La palabra juicio es sinónimo de proceso”.

1.4 Naturaleza jurídica que corresponde al derecho


procesal penal
El proceso judicial es básicamente la exigencia constitucional para el desarrollo
rogado de la jurisdicción. El proceso sirve a la satisfacción de los intereses
jurídicos socialmente relevantes, siendo el medio constitucionalmente instituido
para ello.
En función del momento al que nos estemos refiriendo, el proceso tendrá diferente
significado:
En el momento constitucional, el debido proceso es el instrumento
constitucionalmente previsto para la tutela de los intereses legítimos de las
personas.
En el momento dinámico o procesal, el proceso tiene ya un contenido concreto,
y se trata de un proceso específico, que es la articulación concreta que posibilita el
rogado desarrollo de la función jurisdiccional.

1.5 Objetos del proceso penal


El frondoso artículo 20 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos (CPEUM), de carácter intensamente reglamentario pero consecuente
con el “estilo” constitucional mexicano y probablemente necesario para afirmar las
novedades del proceso, contiene tres apartados después del primer párrafo en el
que define diversos principios del enjuiciamiento penal. El primer apartado, sub A,
se refiere de nuevo a los “principios generales” del proceso penal. Es así que
tenemos varias series de principios:
La fracción I del mismo apartado alude al “objeto del proceso penal”, que es “el
esclarecimiento de los hechos, proteger al inocente, procurar que el culpable no
quede impune y que los daños causados por el delito se reparen”
Existe un “objeto específico (que es) el conflicto entre el derecho subjetivo de
castigar del Estado y el derecho de libertad del individuo en relación a una
imputación determinada”; en suma, el objeto específico “es la imputación”
El objeto del proceso es básicamente que el asunto se solucione en la sentencia,
dictada por el juez. El objeto principal del proceso tiene un perfil eminentemente
público, concierne directamente al poder público, es decir al Estado, surge entre el
Estado y el Individuo que es acusado de haber cometido algún ilícito. Si en
determinado momento no se presenta esta imputación, no se desarrollará proceso
alguno.
1.5.1 Principal
El objeto principal tiene dos características primordiales, que funcionan al mismo
tiempo como principios: es absolutamente indisponible e inmutable. El carácter de
la no disponibilidad del objeto del proceso surge de su esencia enteramente
pública, será totalmente rechazado cualquier intento, sea del acusado o del
acusador, de virar el proceso hacia su propia conveniencia. Por su parte, el
principio de inmutabilidad se refiere a que una vez que se ha comenzado con el
proceso, únicamente podrá terminarse por medio de la sentencia que dicte el juez;
es decir que ninguna de las partes podrá dar una solución alternativa a la que el
juez determine cuando haya concluido el proceso.

1.5.2 Accesorio
Como objeto accesorio del proceso se plantea la reparación del daño, si bien es
cierto se debe dar mucha mayor relevancia a la reparación del daño causado a la
víctima; que por lo general se da por medio de una compensación de orden
patrimonial de acuerdo a la magnitud del daño ocasionado. Esto debe ser una
exigencia social, pues evidentemente el perjudicado con el ilícito ya sea la
sociedad o alguna persona específica, exige que se le retribuya de acuerdo a las
consecuencias negativas que le ha acarreado el delincuente con su conducta,
pudiendo ser éstas quebrantamiento de la paz pública, en el caso que sea a la
sociedad, o agresiones a la integridad personal o patrimonial en el caso de las
personas.
1.5.2.1 La reparación del daño
La reparación del daño debe ser atendida con mayor interés por el derecho
procesal penal; si bien es cierto que ha avanzado, lo real es que falta mucho por
garantizar.
La víctima ya ha sufrido de manera brutal el delito, para que además se le
escatime el beneficio de la reparación del daño, el cual tiene que entenderse en
diversas dimensiones, algunas de ellas directas, y otras, indirectas o
compensatorias.
La reparación del daño es una pena pecuniaria que consiste en la obligación impuesta al
delincuente de restablecer el status quo y resarcir los perjuicios derivados de su delito.
(Diccionario Jurídico Mexicano. Instituto de Investigaciones Jurídicas página 2791.)
El artículo 38 del Código Penal de aplicación en el Distrito Federal por los delitos de la
competencia de los Tribunales Comunes; y en toda la República para los delitos de la
competencia de los Tribunales Federales, establece que la sanción pecuniaria comprende
la multa y la reparación del daño.
El numeral 44 del mismo Ordenamiento, dispone que la reparación del daño que deba ser
hecha por el delincuente tiene el carácter de pena pública y se exigirá de oficio por el
ministerio público, con el que podrán coadyuvar el ofendido, sus derechohabientes o su
representante, en los términos que prevea el Código de Procedimientos Penales.
Francisco González de la Vega en su Código Penal Comentado, atribuye a la reparación
del daño a cargo del delincuente, las siguientes características:
a) La reparación no sólo es de interés público, sino de orden público. Su exigibilidad y el
procedimiento son ajenos a la voluntad de los ofendidos. Ferri dice: "Si el delito ha
ocasionado un daño material o moral, este debe ser siempre resarcido, considerando el
resarcimiento del daño ex delicto como una relación de derecho público y no sólo de
derecho privado como el daño ex contractu".
b) Debe ser exigida de oficio por el Ministerio Público, con el que podrán coadyuvar el
ofendido, sus derechohabientes o su representante.

1.6 Los fines del proceso penal


...la finalidad del proceso penal es la de conseguir la realizabilidad de la
pretensión punitiva derivada de un delito a través de la utilización de la
garantía jurisdiccional, o sea, la de obtener, mediante la intervención del
juez, la declaración de certeza, positiva o negativa, del fundamento de la
pretensión punitiva derivada de un delito, que hace valer por el Estado el
Ministerio Público.
Entre los tratadistas de nuestro tiempo, Teresa Armenta Deu destaca que el “fin
fundamental del proceso penal es la actuación del juspuniendi estatal”, derecho-
deber que sólo se ejercita por los juzgadores a través del enjuiciamiento penal.
Además de la actuación del juspuniendi agrega la jurista, “se reconoce, sobre
todo, que deben corresponder al proceso penal otros fines: en particular, la
protección a la víctima del delito y la rehabilitación/reinserción social del
imputado”.

1.6.1 General, mediato e inmediato


LOS FINES DEL PROCESO PENAL
Existen fines generales y específicos así como fines mediatos e inmediatos del
proceso penal.
 Fines generales
Procurar el bien común, la seguridad, la justicia, la equidad, la certeza...
Será precisamente a través del proceso y de los procedimientos respectivos, que
se aplica el derecho.
 Fines específicos
 Conocer la verdad histórica o material de los hechos a resolverse en el
proceso penal.
 Conocer la realidad de los hechos, de lo ocurrido para poder resolver en
justicia.
Lo que interesa al proceso penal es la verdad material (los hechos).
Conocer la personalidad del delincuente.
El juez tomará en cuenta diversas características que influyen en cada delincuente
para individualizar y determinar la sanción a aplicar.
 Fin mediato
 El fin mediato del derecho procesal penal es la prevención del delito.

 Fin inmediato
El fin inmediato del proceso penal es la aplicación de la ley abstracta al caso
concreto.
La norma material o sustantiva, describe lo que habrá de considerarse como delito
a través de los tipos penales y el derecho adjetivo establece la forma en que se
aplica.
Goldschmidt: menciona que el fin esencial del procedimiento penal es la
averiguación de la verdad y la verificación de la justicia.
Florián: menciona que el fin general mediato del proceso penal es la defensa
social, mientras que el fin general inmediato consiste en la aplicación de la ley
penal en el caso concreto. En todo caso, el fin general que persigue el proceso
penal debe ser el mismo del derecho penal, ya que el proceso no es más que la
ejecución de las normas que constituyen el derecho penal.
El fin o los fines del proceso penal, en última instancia y meta final, conducen a los
mismos fines generales del derecho: alcanzar la justicia, el bien común y la
seguridad jurídica.
Rivera Silva: menciona los fines generales inmediatos son crear la norma jurídica
individual ciñéndose a reglas especiales.
Para el logro de sus fines, el proceso penal debe ser respetuoso de todas las
garantías de las partes involucradas, en particular de las víctimas y de los
victimarios.
La doctrina ha hablado de los fines del proceso penal, mediatos e inmediatos.
El fin esencial del procedimiento penal es la averiguación de la verdad y la
verificación de la justicia. Debe dejarse bien en claro que, a final de cuentas, el fin
general que persigue el proceso penal debe ser el mismo que se persigue con el
Derecho Penal, porque el proceso no es más que la ejecución de las normas que
constituyen el Derecho Penal.

1.6.2 Específicos: la verdad histórica y la personalidad del procesado.


Los fines específicos del proceso penal deben servir para el alcance de los fines
generales. Entre ellos, se establece, primeramente, la capacidad que se tenga
durante el proceso para determinar cuál es la verdad histórica, la verdad real,
diferente de la verdad convencional, quizá no totalmente real.
VERDAD HISTORÌCA: Consiste en conocer la verdad sobre las causas,
naturaleza, efectos y consecuencias de la conducta o hecho que motivó el
ejercicio de la acción penal.
 Es la relación entre las circunstancias de tiempo, modo y lugar encuadradas
en un supuesto de una conducta tipificada en el Código Penal.
 Siempre versa sobre el pasado.
 Es la que se procura obtener siempre que se quiera asegurar de la realidad
de los acontecimientos, de algunos hechos realizados en el tiempo y en el
espacio.
 Para su conocimiento se utiliza como medio adecuado la PRUEBA.
 ES LA IDEA QUE SE TIENE DE LAS COSAS Y SU CONCORDANCIA
CON LA REALIDAD.
En segundo lugar, se habla de que durante el proceso se tenga la vocación de
esclarecer cuál es la personalidad del imputado, es decir que mientras se enjuicia
al inculpado, individualizar su personalidad, averiguar si en verdad ha realizado el
hecho, establecer su peligrosidad y la pena que debe asignársele, así como las
medidas orientadas a ejecutarla.
LA PERSONALIDAD DEL PROCESADO: Es de gran trascendencia el
conocimiento del sujeto al que se le imputa el delito.
 Es un estudio psicosomático social del sujeto en cuestión, sobre los
elementos familiares, ambientales e investigación social, para conocer su
personalidad, y el juez con base a las previsiones legales, y dado el caso,
ordene el tratamiento más adecuado del sentenciado.
 Debe abarcar dos aspectos:
 Biológico, y
 Psicológico
 Para saber por qué se cometió el delito y bajo qué influencias el sujeto
actuó de tal forma.
 Sirve para que el Juez pueda individualizar la pena.

1.7 Sujetos de la relación jurídico procesal


El proceso constituye una relación que apareja derechos y obligaciones para
quienes en ella participan. El proceso, desde esta perspectiva, ha sido definida
como una relación jurídica autónoma y compleja, de naturaleza variable, que se
desarrolla de situación en situación, mediante hechos y actos jurídicos, conforme a
determinadas reglas de procedimiento; y que tiene como finalidad la resolución
jurisdiccional del litigio, llevado ante el juzgador por una de las partes o atraído a
su conocimiento directamente por el propio juzgador. La idea del litigio, fruto del
pensamiento procesal civil, como conflicto calificado de intereses, meta procesal
que se resuelve, por medio del proceso, constituye un tema central en la teoría
general de éste y se proyecta con diversas modalidades hacia el de carácter
penal.
Diversos autores afirman que tienen carácter triangular. Así, los sujetos de la
relación procesal, serían:
 El Juzgador,
 El Acusador y
 El Inculpado.

El juzgador tercero imparcial, llamado a resolver la contienda, se sitúa por encima


de las partes; éstas a su vez son el acusador y el imputado. Cabe distinguir entre
partes en sentido formal y en partes en sentido material. Las primeras intervienen
estrictamente, en el proceso mismo; las segundas lo son de la relación material
que determina el litigio a cuya composición sirve en el proceso. Sobre esta base,
se afirma el carácter de partes formales del Ministerio Público y el defensor.
Junto a las partes intervienen en el proceso otros sujetos, ajenos a la relación
principal. Cuentan entre ellos los auxiliares de la función judicial, como los
secretarios, la policía y los servicios oficiales de pericia y otros participantes, como
los testigos.
Dado que el proceso penal se ventila, a sí mismo, la relación de resarcimiento del
daño privado exigible a personas diversas del inculpado, surgen como partes en la
relación procesal correspondiente, tanto este tercero como el ofendido o la víctima
que reclama la reparación.

1.7.1 Fundamento
Como fenómeno social, el proceso se conforma por personas, y en virtud de la
dinámica que se genera con el nuevo sistema de justicia, es de gran
trascendencia considerar a quienes lo integran y los roles que cada uno
desempeña.
A diferencia del sistema procesal imperante a partir de la reforma constitucional
del 28 de junio de 2008, antes de esa fecha solo se consideraban intervinientes en
la secuela procesal a la institución estatal del ministerio público, al imputado y su
defensor y al juez.

Sin embargo, dadas las características del sistema acusatorio, se ha ampliado el


abanico de participación en sus diferentes niveles, permitiendo la intervención de
la víctima y de su asesor, de la policía y, en general, de la ciudadanía.
Además, la presencia de testigos y peritos se vuelve dinámica, de tal manera que
el juzgador conoce su dicho en el momento y de viva voz, percibiendo así su
desempeño en la audiencia de manera directa.
Por su parte, el Código Nacional de Procedimientos Penales (CNPP), en el Título
V, Capítulo I, art. 105, señala quiénes son los sujetos del procedimiento penal:
 La víctima u ofendido.
 El asesor jurídico.
 El imputado.
 El defensor.
 El ministerio público.
 La policía.
 El órgano jurisdiccional.
 La autoridad de supervisión de medidas cautelares y de la
suspensión condicional del proceso.
Cabe destacar que los sujetos con legitimación para actuar en las audiencias en
su calidad de parte son la víctima u ofendido, el asesor jurídico, el imputado, el
defensor y el ministerio público

1.7.2 Concepto
Los sujeto procesales han sido definidos por nuestra SCJN como “aquellas
personas que, de modo directo o indirecto, y revestidas de un carácter que puede
ser público o particular, intervienen en la relación jurídico procesal, es decir,
juegan un papel determinado en el desarrollo de un proceso”; esto es, son los
actores o protagonistas del proceso, que aprovechan y utilizan las dependencias
operativas antes mencionadas, y sobre los cuales recaen las conocidas garantías
procesales y/o de derechos humanos en general.

1.7.3 Clasificación
 La víctima u ofendido.
 El asesor jurídico.
 El imputado.
 El defensor.
 El ministerio público.
 La policía.
 El órgano jurisdiccional.
 La autoridad de supervisión de medidas cautelares y de la
suspensión condicional del proceso.
Los sujetos del procedimiento que tendrán la calidad de parte en los
procedimientos previstos en este código son el imputado y su defensor, el
Ministerio Público, la víctima u ofendido y su asesor jurídico.

1.7.4 Situación jurídica del ofendido en el proceso penal


En la historia de la persecución penal hay dos personajes que se disputan, con
buenos títulos, la calidad de ofendido. Son muchos más, en cambio, los que se
atribuyen la condición de víctima. Unos y otros buscan, en todo caso, el castigo
del culpable, y también pretenden la tutela social y el resarcimiento del daño que
han sufrido.
Pueden ser ofendidos, y lo son de jure y de facto, la sociedad que se ve agraviada
o amenazada por el hecho punible, y el individuo o los individuos y la persona
colectiva o las personas colectivas que ven dañados o puestos en peligro sus
intereses y sus derechos.

A. De los derechos de la víctima o del ofendido:


I. Recibir asesoría jurídica; ser informado de los derechos que en su favor establece
la Constitución y, cuando lo solicite, ser informado del desarrollo del procedimiento
penal;
II. Coadyuvar con el Ministerio Público; a que se le reciban todos los datos o
elementos de prueba con los que cuente, tanto en la investigación como en el
proceso, a que se desahoguen las diligencias correspondientes, y a intervenir en
el juicio e interponer los recursos en los términos que prevea la ley. Cuando el
Ministerio Público considere que no es necesario el desahogo de la diligencia,
deberá fundar y motivar su negativa;
III. Recibir, desde la comisión del delito, atención médica y psicológica de urgencia;
IV. Que se le repare el daño. En los casos en que sea procedente, el Ministerio
Público estará obligado a solicitar la reparación del daño, sin menoscabo de que la
víctima u ofendido lo pueda solicitar directamente, y el juzgador no podrá absolver
al sentenciado de dicha reparación si ha emitido una sentencia condenatoria. La
ley fijará procedimientos ágiles para ejecutar las sentencias en materia de
reparación del daño;
V. Al resguardo de su identidad y otros datos personales en los siguientes casos:
cuando sean menores de edad; cuando se trate de delitos de violación, trata de
personas, secuestro o delincuencia organizada; y cuando a juicio del juzgador sea
necesario para su protección, salvaguardando en todo caso los derechos de la
defensa.
El Ministerio Público deberá garantizar la protección de víctimas, ofendidos,
testigos y en general todos los sujetos que intervengan en el proceso. Los jueces
deberán vigilar el buen cumplimiento de esta obligación;
VI. Solicitar las medidas cautelares y providencias necesarias para la
protección y restitución de sus derechos, y
VII.I mpugnar ante autoridad judicial las omisiones del Ministerio Público en la
investigación de los delitos, así como las resoluciones de reserva, no ejercicio,
desistimiento de la acción penal o suspensión del procedimiento cuando no esté
satisfecha la reparación del daño.

TEMA II. SUJETOS PROCESALES


2.1 Órgano jurisdiccional
Es la autoridad encargada de resolver la Litis y vigilar la regularidad del
procedimiento, el ejercicio correcto de las facultades procesales y la buena fe de
los intervinientes.
Uno de los principales cambios radica en que se judicializan muchas de las
funciones a cargo de la autoridad que supervisa las diferentes etapas, teniendo
como eje rector el art. 21 constitucional, relativo a que la imposición de las penas,
su modificación y duración, son propias y exclusivas de la autoridad judicial.
Así, la competencia del Poder Judicial dentro del nuevo procedimiento penal se
compone de las figuras siguientes:
• Juez de control.
• Juez de enjuiciamiento.
• Juez de impugnación.
• Juez de ejecución.

2.1.1 Concepto de jurisdicción penal


Se llama jurisdicción a la facultad (poder) que el Estado confiere normativamente a
ciertos órganos propios, que crea desde su Constitución política, y estatuye y
organiza por ley, de decidir o dar solución a conflictos sociales conforme a su ley
(decir el derecho, del latín IURIS DICTIO).
La jurisdicción penal es la misma facultad de juzgar, referida a la porción del orden
jurídico que llamamos derecho penal, cuyas consecuencias son o una pena o una
medida de seguridad.
Se entiende por jurisdicción en sentido general, el campo de acción o esfera de
influencia de los actos de una autoridad. Por jurisdicción penal entendemos la
capacidad de un órgano juzgador para intervenir en un proceso de naturaleza
penal, mediante la aplicación de normas de la misma naturaleza. La jurisdicción
penal se conforma de los siguientes elementos:
a. Órgano juzgador;
b. Sistema con técnica jurídica;
c. Comportamiento imparcial, y
d. Resoluciones motivadas y fundadas.

Para que una ley penal sea válida debe estar aplicada por un órgano jurisdiccional
competente con capacidad para aplicar las normas penales a los casos concretos.
Un tribunal es competente cuando deba resolver sobre el fondo de un asunto en
materia penal lo será en medida en que esté obligado a resolver sobre la
existencia de un delito y del castigo que merece un inculpado, si en ambas
situaciones fuera el caso.

2.1.2 Competencia en el fuero común, el federal y el militar


La diferencia entre órganos unitarios y colegiados, los cuales corresponden
esencialmente al número de juzgadores por los que están integrados; el Poder
Judicial, en primer instancia, tanto juzgados de paz como los Jueces de Distrito y
los Tribunales Unitarios de Circuito están comprendidos en el carácter de
unipersonales, porque será solo una persona quien tenga la facultad de juzgar
(Juez de Paz, Juez de Distrito o Magistrado) el asunto del cual conoce, en estos
casos,
sólo el arbitrio del juez tendrá validez y no se verá reconvenido por nadie a la
sentencia que dicte resolviendo la Litis.
En cuanto a los órganos jurisdiccionales colegiados se encuentra los Tribunales
Colegiados de Circuito, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y
la Suprema Corte de Justicia de la Nación (en el mismo sentido están
comprendidos los jueces locales, tanto Magistrados de los Tribunales Estatales
Electorales y del Distrito Federal, así como los Tribunales Superiores de Justicia
de los Estados). En los casos de los T.C.C. Funcionarán de manera individual al
conocer de un caso y preparar el proyecto de sentencia, pero éste podrá sufrir
modificaciones a través de las valoraciones de los otros Magistrados; para que
una sentencia sea válida tendrá que contar con la mayoría de los votos de los
magistrados.
En el caso de la S.C.J.N. y los Tribunales Estatales Superiores de Justicia, éstos
funcionarán por salas y en pleno, en la resolución por salas se necesita la mayoría
para que proceda la sentencia, en el caso de los plenos se requerirá que dos
terceras partes de los Ministros o Magistrados voten en un sentido la resolución
para que adquiera carácter firme.
Los Tribunales se dividen también en “primera y de segunda instancia”
atendiendo la jerarquía de su división administrativa, los Jueces de Distrito, serán
siempre los jueces de primera instancia, los encargados de conocer por primera
vez el asunto que se alega en el Poder Judicial y dirigirá el proceso hasta la
sentencia; es posible que durante la tramitación del proceso o incluso en la
sentencia alguna de las partes o las dos, no estén satisfechas con la resolución o
con la sustanciación del proceso, motivo por el cual se seguirá el proceso con un
juez de mayor jerarquía, a esta instancia se le llama “de alzada” o la segunda
instancia, donde el juez de mayor jerarquía revisará el análisis del juez de primera
instancia y sus razonamientos jurídicos que lo llevaron a dictar sentencia en un
sentido o en otro, el juez de segunda instancia puede confirmar o revocar la
sentencia.
Los tribunales también están divididos (sin importar la jerarquía) por materia y por
cuantía, se dividen por materia respecto de la competencia que tienen asignada
debido a la naturaleza jurídica de su juzgado, existen competencias en materia
civil, familiar, fiscal, mercantil, penal y por cuantía se refiere a que si el monto de lo
reclamado no excede una cantidad de salarios mínimo vigentes en el Estado
donde se tramita podrán resolverse en los juzgados de paz a fin de aligerar la
carga procesal que tienen los Tribunales y agilizar la substanciación jurisdiccional.
Organización del Poder Judicial del Fuero Común.
El poder judicial en las entidades federativas, son parte del Poder Judicial Local,
en el caso del Distrito Federal es excepcional, toda vez que, al no ser un Estado
Libre y Soberano, como las otras 31 entidades federativas, no cuenta con una
división de poderes derivadas de una constitución local, sino devengadas de un
Estatuto de Gobierno, así pues, las funciones materialmente siguen siendo las
mismas, las ejecutivas no recaen sobre un Gobernador sino sobre un Jefe de
Gobierno; las legislativas no recaen sobre un Congreso Estatal sino sobre una
Asamblea Legislativa; y las funciones judiciales, sí recaen en un Tribunal Superior
de Justicia
pero no en un “poder judicial local” atendida la situación del Distrito Federal
señalamos que el Poder Judicial Local se integra por un Tribunal Superior de
Justicia del Estado, El Consejo de la Judicatura Estatal, los Juzgados y Tribunales
de Primera Instancia y los Juzgados de Cuantía menor. El Consejo de la
Judicatura Estatal es el órgano encargado de vigilar el funcionamiento
administrativo y de escalafón y nombramientos de jueces y magistrados locales,
los Magistrados del Tribunal Superior de Justicia del Estado son propuestos en
una terna por el Gobernador del Estado o Jefe de Gobierno y aprobados por el
Congreso del Estado o Asamblea Legislativa.
Organización del Poder Judicial Federal.
El Poder Judicial Federal, se integra por la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, el Tribunal Electoral, los Tribunales Colegiados de Circuito, los Tribunales
Unitarios de Circuito, los Juzgados de Distrito y el Consejo de la Judicatura
Federal. Hemos visto ya la designación y funciones del Consejo de la Judicatura
Federal, el cual estará integrado por siete consejeros, el Presidente de la Corte, lo
será del Consejo de la Judicatura, tres integrantes designados por el Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, dos Consejeros designados por el
Senado y uno por el Presidente de la República.
Competencia en el fuero militar.
Fundamentado en el artículo 13 de la Constitución Política de los Estado Unidos
Mexicanos que establece lo siguiente: Nadie puede ser juzgado por leyes
privativas ni por tribunales especiales. Ninguna persona o corporación puede tener
fuero, ni gozar más emolumentos que los que sean compensación de servicios
públicos y estén fijados por la ley. Subsiste el fuero de guerra para los delitos y
faltas contra la disciplina militar; pero los tribunales militares en ningún caso y por
ningún motivo podrán extender su jurisdicción sobre personas que no pertenezcan
al Ejército. Cuando en un delito o falta del orden militar estuviese complicado un
paisano, conocerá del caso la autoridad civil que corresponda.

2.1.3 Formalidades esenciales del procedimiento.


El párrafo segundo del Artículo 14 de la Constitución mexicana exige que todo
acto privativo sea dictado por tribunales previamente establecidos, en un juicio en
el que se observen las formalidades esenciales del procedimiento.
El concepto de “formalidades esenciales del procedimiento” es de carácter
complejo e involucra cuestiones muy diversas. Con este término la Constitución
hace referencia, en parte, a lo que en otros sistemas jurídicos se denomina el
“debido proceso” o también el “debido proceso legal”. La Corte Interamericana
de Derechos Humanos ha señalado que el debido proceso legal se refiere al
“conjunto de requisitos que deben observarse en las instancias procesales a
efectos de que las personas estén en condiciones de defender
adecuadamente sus derechos ante cualquier... acto del Estado que pueda
afectarlos. Es decir, cualquier actuación u omisión de los órganos estatales
dentro de un proceso, sea administrativo sancionatorio o jurisdiccional,
debe respetar el debido proceso legal” (se trata de un criterio contenido en
varios pronunciamientos de la Corte.
Sobre el tema la jurisprudencia mexicana ha sostenido la siguiente tesis, que es
importante en la medida en que descompone los elementos que integran la
“fórmula compleja” que contiene el concepto de “formalidades esenciales del
procedimiento”:

FORMALIDADES ESENCIALES DEL PROCEDIMIENTO. SON LAS QUE


GARANTIZAN UNA ADECUADA Y OPORTUNA DEFENSA PREVIA AL ACTO
PRIVATIVO. La garantía de audiencia establecida por el artículo 14 constitucional
consiste en otorgar al gobernado la oportunidad de defensa previamente al acto
privativo de la vida, libertad, propiedad, posesiones o derechos, y su debido
respeto impone a las autoridades, entre otras obligaciones, la de que en el juicio
que se siga "se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento". Estas son
las que resultan necesarias para garantizar la defensa adecuada antes del acto de
privación y que, de manera genérica, se traducen en los siguientes requisitos: 1)
La notificación del inicio del procedimiento y sus consecuencias; 2) La oportunidad
de ofrecer y desahogar las pruebas en que se finque la defensa; 3) La oportunidad
de alegar; y 4) El dictado de una resolución que dirima las cuestiones debatidas.
De no respetarse estos requisitos, se dejaría de cumplir con el fin de la garantía de
audiencia, que es evitar la indefensión del afectado. Novena Época, Instancia:
Pleno, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo: II,
diciembre de 1995, Tesis: P. /J. 47/95, página 133.

Como se desprende de esta tesis, las formalidades esenciales del procedimiento


se refieren en parte al llamado “derecho de audiencia”.
La primera formalidad esencial de todo procedimiento es que la parte afectada sea
llamada ante el órgano de autoridad a fin de que pueda defenderse correctamente;
el ser llamado no solamente comprende la posibilidad de que el particular sea
“avisado” de que se pretende ejecutar un acto privativo en su contra o de que
existe un procedimiento que pudiera culminar con la emisión de un acto privativo,
sino que de forma más amplia exige poner a su disposición todos los elementos
que le permitan tener una “noticia completa”, tanto de una denuncia interpuesta
en su contra (incluyendo los documentos anexos) como en su caso del acto
privativo que pretende realizar la autoridad (Ovalle Favela). Además de ser
llamado, el particular debe de tener la oportunidad de ofrecer pruebas y de que
esas pruebas sean desahogadas.
En tercer lugar, el particular debe tener el derecho de ofrecer alegatos y de que
esos alegatos sean tomados en cuenta por la autoridad; los alegatos, nos indica
Héctor Fix Zamudio, son “la exposición oral o escrita de los argumentos de las
partes sobre el fundamento de sus respectivas pretensiones una vez agotada la
etapa probatoria y con anterioridad al dictado de la sentencia de fondo en las
diversas instancias del proceso”.
En cuarto lugar, el derecho de audiencia comprende la obligación del órgano
público de dictar una resolución en la que dirima las cuestiones planteadas por las
partes.
El concepto de formalidades esenciales del procedimiento, que como acabamos
de ver no está definido en el texto constitucional, sino que ha sido dotado de
contenidos concretos por la jurisprudencia, no debe tener un carácter cerrado. Es
decir, se puede estar de acuerdo en que, siguiendo la línea jurisprudencial que ya
se ha expuesto, las formalidades esenciales del procedimiento se manifiesten en
un núcleo duro e irreductible (una especie de contenido esencial) compuesto por
la notificación o emplazamiento, la posibilidad probatoria en sentido amplio
(ofrecimiento, desahogo y valoración de pruebas), el derecho de formular alegatos
y la obligación de las autoridades de dictar una resolución resolviendo la cuestión
planteada; pero ese núcleo duro puede verse ampliado por la naturaleza de cierto
tipo de casos.
Así, por ejemplo, en procedimientos judiciales en los que estén involucrados
menores de edad o personas con discapacidad, deben exigirse otras formalidades
esenciales, tales como la asistencia del Ministerio Público o ciertas medidas
precautorias para asegurar los intereses de la parte más débil. Lo mismo puede
decirse para el caso de personas que no hablen el idioma con que se conduce la
autoridad que lleva a cabo un acto privativo; en ese caso una formalidad esencial
del procedimiento puede consistir en la presencia de un traductor o intérprete.
Aunque sería imposible en este momento hacer una lista exhaustiva de todas las
formalidades esenciales que deben existir en los distintos procesos
jurisdiccionales, lo que debe quedar claro es que el concepto mismo de
“formalidades esenciales” es un concepto abierto, y que en ese sentido puede y
debe ser ampliado por la jurisprudencia siempre que se esté ante un
procedimiento jurisdiccional dirigido a realizar un acto privativo que, por sus
características especiales, amerite una especial tutela de los intereses en juego.
Un ejemplo de la forma en que él pueden ser ampliadas las “formalidades
esenciales” lo encontramos en una importante Opinión Consultiva de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, en referencia al derecho a la información
consular que le es aplicable a los extranjeros que se encuentren en territorio
nacional.
En efecto, en su Opinión Consultiva 16/99, la Corte entiende que forman parte del
debido proceso legal (y, por tanto, en México, que constituye una formalidad
esencial del procedimiento) el derecho de todo extranjero que sea detenido a
comunicarse con su representación diplomática o consular. Concretamente, la
Corte considera que existe un derecho a la libre comunicación entre el nacional de
un Estado que se encuentra privado de su libertad y la representación consular de
ese mismo Estado.
Ese derecho de libre comunicación tiene un doble propósito: “reconocer el
derecho de los Estados de asistir a sus nacionales a través de las
actuaciones del funcionario consular y, en forma paralela, reconocer el
derecho correlativo de que goza el nacional del Estado que envía para
acceder al funcionario consular con el fin de procurar dicha asistencia”.
La asistencia consular comprende varias cuestiones; entre ellas la Corte menciona
el otorgamiento o contratación de patrocinio letrado, la obtención de pruebas en el
país de origen, la verificación de las condiciones en que se ejerce la asistencia
legal y la observación de la situación que guarda el procesado mientras se halla
en prisión.
El derecho de libre comunicación crea, a su vez, una obligación para el Estado
receptor. Las autoridades que detienen por cualquier motivo a un extranjero,
deben hacerle saber que tiene derecho a comunicarse con su representación
consular. Dicha obligación no está condicionada por ningún requisito; en su caso,
la persona detenida puede decidir libremente no hacer uso de su derecho. El
derecho a la información consular forma parte, según la Corte, de las garantías
mínimas que son necesarias para brindar a todo extranjero la oportunidad de
preparar adecuadamente su defensa y contar con un juicio justo.
Algunas formalidades esenciales del procedimiento referidas a la materia penal se
encuentran recogidas directamente por la Constitución mexicana, por ejemplo, en
sus artículos 16 (condiciones de la detención, requisitos de la orden de
aprehensión), 19 (plazo de detención, condiciones de procedencia de la prisión
preventiva) y 20 (principios del procedimiento penal, derechos de los procesados).

2.1.4 Imparcialidad de sus resoluciones y suplencia de


las deficiencias de la defensa.
"La Imparcialidad consiste en poner en paréntesis todas las consideraciones
subjetivas del Juez".
Mediante ésta imparcialidad pretende garantizarse que el juzgador se encuentre
en la mayor situación psicológica y anímica para emitir un juicio objetivo sobre
el caso concreto ante el planteado.

2.2 Partes
El nuevo procedimiento penal acusatorio se caracteriza por estructurar o diseñar
distintas etapas o momentos que, sin responder a una secuencia lógica estricta,
deben cumplirse a iniciativa y protagonismo de los sujetos y/o operadores del
sistema. Al respecto, se afirma que a diferencia, entre otras, del procedimiento
inquisitivo, que establece secuencias temporales estrictas en el sistema penal
acusatorio adversarial por el contrario, la dinámica la plantea y realizan los sujetos
u operadores del sistema. Por ello conviene de una vez reiterar que
intrínsecamente estamos frente a procedimientos penales cualitativamente
distintos.

2.2.1 Concepto de partes


Son aquellas personas que intervienen por su propio derecho en la producción en
un contrato o acto jurídico de cualquier especie. Quien se incorpora a un proceso
para ejercer el derecho de intervención en los casos autorizados expresamente
por la ley. Sujeto parcial de una relación jurídica procesal.

2.2.2 Ministerio Público


Es el órgano del Estado dotado de autonomía técnica que tiene a su cargo la
investigación y persecución de los delitos.
Hay que tomar en cuenta que deja de ser el representante de la víctima u ofendido
para abocarse objetiva y lealmente a la labor de acusación, para lo cual integra,
junto con la policía y los servicios periciales, la trilogía investigadora.
En efecto, al ministerio público le compete en este sistema conducir la
investigación para resolver sobre el ejercicio de la acción penal y, en su caso,
ordenar las diligencias pertinentes y útiles para demostrar la existencia del delito y
la responsabilidad de quien lo cometió o participó en su comisión.
Para ello, la institución del ministerio público, por medio de sus operadores, debe
realizar, entre otras, las funciones siguientes (ARTS. 127-131, CNPP):
 Recibir las denuncias o querellas.
 Coordinar la trilogía de investigación.
 Practicar las diligencias necesarias para la obtención de datos de prueba.
 Aplicar las medidas de preservación y procesamiento de los indicios.
 Brindar medidas de seguridad a las víctimas u ofendidos y testigos.
 Aplicar las formas anticipadas de terminación del proceso y promover las
salidas alternas y los mecanismos de aceleración.
 Ejercer la acción penal cuando proceda, lo que implica la solicitud de la
pena o medida de seguridad y el pago de la reparación del daño.
De lo anotado se desprende que el ministerio público, como órgano encargado de
la procuración de justicia, debe actuar con apego a los principios de legalidad,
profesionalismo y respeto a los derechos humanos reconocidos por la Constitución
y los tratados internacionales, para integrar una carpeta de investigación en forma
técnica, que será un apoyo en el desarrollo del procedimiento y un referente en el
resto de las etapas que lo conforman.
Por tanto, atendiendo al perfil de actuación del ministerio público, debe contar con
las aptitudes y capacidades propias de un investigador y realizar esta actividad de
manera científica para contribuir al esclarecimiento de los hechos.

2.2.3 Órgano de la defensa


Se encargan de la defensa legal del imputado; puede ser un abogado particular
contratado o un Defensor Público que proporciona por ley el Estado.
La reforma constitucional estableció que el defensor deberá ser licenciado en
derecho, con cédula profesional, antes el imputado podía “ser representado por
una persona de confianza” que en la mayoría de los casos no era un abogado;
situación
que generaba violaciones a sus derechos al no garantizarle el acceso a una
defensa adecuada. El imputado puede solicitar un defensor desde el momento en
que se le detiene, y declarar solo cuando su defensor este presente.
Algunas de las obligaciones del Defensor para con su defendido son:
 Entrevistarse con el imputado para conocer directamente su versión de los
hechos, para asesorarlo sobre la naturaleza y las consecuencias de los
actos por los que se le acusa.
 Acompañarlo y asistirlo jurídicamente cuando rinda su declaración y en
cualquier otro acto o audiencia, exponiendo sus alegatos, mostrando sus
pruebas y cuestionando las del acusador.
 Analizar la carpeta de investigación del Ministerio Público para contar con
elementos para la defensa, también debe juntar y ofrecer las pruebas
necesarias para demostrar sus argumentos de defensa.
 Promover mecanismos alternativos de solución de controversias o formas
anticipadas de terminación del proceso penal, como fueron explicadas en
capítulos anteriores.
 Mantener informado a su defendido y guardar el secreto profesional en el
desempeño de sus funciones.
Si el imputado es indígena, el Estado debe garantizar una defensa que conozca
los usos y costumbres del pueblo indígena al que pertenece y en su caso la
lengua indígena que corresponda.
El Nuevo Sistema de Justicia Penal instruye al Ministerio Público y al Defensor a
coordinarse en busca de la verdad, procurando el mayor bien social, por eso
promoverán siempre el mejor arreglo para sus representados, ya sea en el Juicio o
en las medidas alternas a este.
En el caso del Ministerio Público este compromiso con la verdad, lo obliga a
informar a la defensa en caso de que encuentre una prueba que resulte a favor del
acusado.
Algo importante, es que contar con un defensor no limita el derecho del defendido
a intervenir, hacer peticiones directamente al Juez y hacer comentarios durante el
Juicio, incluso el imputado está protegido también por un juez, que de considerar
que el abogado es deficiente o carece de conocimiento y habilidad para operar el
nuevo sistema de justicia podrá ordenar relevarlo poniendo a consideración del
imputado un nuevo nombramiento o el Juez le proporcionará un defensor público.

2.2.3.1 Sujeto activo del delito


En la comisión de los hechos delictuosos siempre interviene un sujeto que
mediante un hacer o un no hacer, legalmente tipificado, da lugar a la relación
jurídica material y posteriormente a la relación procesal. Esto no implica
necesariamente que, por ese solo hecho, pueda ser considerado como sujeto
activo del delito, pues esta calidad la adquiere cuando se dicta la resolución
judicial condenatoria.
No obstante, habrá sido objeto de los actos y formas del procedimiento, razón por
la cual se le debe calificar, en tal caso, como supuesto sujeto activo; nombre
aplicable en términos generales, sin desconocer las otras denominaciones que
adquiera conforme al momento procedimental de que se trate.

2.2.3.1.1 Concepto
Fundamentado en el Artículo 112 del Código Nacional de Procedimientos
Penales establece lo siguiente:
Se denominará genéricamente imputado a quien sea señalado por el Ministerio
Público como posible autor o partícipe de un hecho que la ley señale como delito.
Además, se denominará acusado a la persona contra quien se ha formulado
acusación y sentenciado a aquel sobre quien ha recaído una sentencia, aunque no
haya sido declarada firme.

2.2.3.1.2 Diversas denominaciones


Tanto en la doctrina como en la legislación, al supuesto autor del delito se le han
otorgado diversas denominaciones que no necesariamente le corresponden lo que
conduce a la utilización de una terminología carente de técnica. Para demostrar
esta aseveración, baste citar los siguientes nombres: indiciado, presunto
responsable, imputado, Inculpado, encausado, procesado, Incriminado, presunto
culpable, enjuiciado, acusado, condenado, reo, etc.
El significado de esta terminología es el siguiente:
Indiciado es el sujeto en contra de quien existe sospecha de que cometió algún
delito, porque se le ha señalado como tal, pues la palabra indicio significa "el
dedo que indica".
Presunto responsable es aquel en contra de quien existen datos suficientes para
presumir que ha sido autor de los hechos que se le atribuyen.
Imputado es aquel a quien se atribuye algún delito,
Inculpado es aquel a quien se atribuye la comisión o la participación de un hecho
delictuoso, Tradicionalmente este término se tomaba como sinónimo de "acusado"
y se aplicaba a quien cometía un delito, desde que se iniciaba el proceso hasta su
terminación,
Encausado es el sometido a una causa o proceso.
Procesado es aquel que está sujeto a un proceso; en consecuencia, la aplicación
de tal calificativo dependerá del criterio que se sustente respecto al momento en
que se estime se ha iniciado el proceso.
Incriminado, A este término corresponde la misma significación que establecimos
para imputado e inculpado.
Presunto culpable es aquel en contra de quien existen elementos suficientes
para suponer que, en un momento procesal determinado, será objeto de una
declaración jurídica que lo considere culpable.
Enjuiciado es aquel que es sometido a juicio.
Acusado es aquel en contra de quien se ha formulado una acusación.
Condenado es aquel que está sometido a una pena.
Reo es aquel cuya sentencia ha causado ejecutoria y en consecuencia está
obligado a someterse a la ejecución de la pena por la autoridad correspondiente.
Con base en los diferentes estados del procedimiento, se denomina:
• Detenido, a quien se ha capturado en flagrancia o en virtud de una orden de
aprehensión.
• Imputado, a la persona contra quien el ministerio público formula la imputación.
• Acusado, a aquel contra quien se ha formulado acusación.
• Procesado, al que se le ha vinculado a proceso, y
• Sentenciado, contra quien se ha pronunciado sentencia.
Como consecuencia de lo establecido en los diversos tratados internacionales, se
ha eliminado del léxico forense la expresión REO, con el fin de que se procure la
reinserción social, establecida como fin del sistema penitenciario mexicano.

2.2.3.1.3. Legitimación procesal


La legitimación procesal es “la facultad de poder actuar en el proceso. Como
actor, como demandado o como tercero, o representando a éstos”. El
concepto de legitimación procesal debe distinguirse de la capacidad jurídica, ya
que ésta es una cualidad de la persona que presupone atributos determinados, y
la legitimación es la situación de la persona con respecto al acto o la
relación jurídica "La legitimación es la idoneidad de la persona para actuar en
el juicio, inferida no de sus cualidades personajes sino de su posición
respecto del litigio”.
Se distingue entre la legitimación activa y la legitimación pasiva, según sea la
parte de la que se trate en el proceso. Los Tribunales Colegiados de Circuito han
señalado que "por legitimación activa se entiende la potestad legal para
acudir al órgano jurisdiccional con la petición de que inicie la tramitación del
juicio o de una instancia”. Asimismo, distingue entre la legitimación ad
procesum, que es esta última y que "se produce cuando el derecho que se
cuestionará en el juicio, es ejercitado en el proceso por quien tiene aptitud
para hacerlo valer"…bien porque se ostente como titular de ese derecho.
Para poder determinar si existe o no legitimación procesal, se deberá atender al
momento de presentación de la demanda o del recurso ante el órgano
jurisdiccional respectivo, en virtud de que la legitimación procesal activa se
produce únicamente
hasta el momento en que se ejercita la acción en el proceso. Dicho en otras
palabras, la acción nace con su ejercicio ante el órgano jurisdiccional.

2.2.3.1.4. Derechos y obligaciones


En el marco del nuevo procedimiento penal, al imputado se le reconocen, entre
otros, los derechos siguientes (art. 113, CNPP):
• A que se presuma su inocencia hasta en tanto no exista sentencia firme que
determine lo contrario.
• A declarar o a guardar silencio.
• A qué se le informen los hechos que se le imputan y los derechos que le asisten,
en el momento de su detención y cuando comparezca ante el ministerio público o
el juez.
Conforme a lo establecido por el Artículo 20, Apartado B de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos los derechos de la víctima u ofendido,
así como del imputado son los siguientes:
B. De los derechos de toda persona imputada:

I.A que se presuma su inocencia mientras no se declare su responsabilidad


mediante sentencia emitida por el juez de la causa;
II.A declarar o a guardar silencio. Desde el momento de su detención se le harán
saber los motivos de la misma y su derecho a guardar silencio, el cual no podrá
ser utilizado en su perjuicio. Queda prohibida y será sancionada por la ley penal,
toda incomunicación, intimidación o tortura. La confesión rendida sin la asistencia
del defensor carecerá de todo valor probatorio;
III.A que se le informe, tanto en el momento de su detención como en su
comparecencia ante el Ministerio Público o el juez, los hechos que se le imputan y
los derechos que le asisten. Tratándose de delincuencia organizada, la autoridad
judicial podrá autorizar que se mantenga en reserva el nombre y datos del
acusador.
La ley establecerá beneficios a favor del inculpado, procesado o
sentenciado que preste ayuda eficaz para la investigación y persecución de
delitos en materia de delincuencia organizada;
IV. Se le recibirán los testigos y demás pruebas pertinentes que ofrezca,
concediéndosele el tiempo que la ley estime necesario al efecto y
auxiliándosele para obtener la comparecencia de las personas cuyo
testimonio solicite, en los términos que señale la ley;
V.Será juzgado en audiencia pública por un juez o tribunal. La publicidad sólo podrá
restringirse en los casos de excepción que determine la ley, por razones de
seguridad nacional, seguridad pública, protección de las víctimas, testigos y
menores, cuando se ponga en riesgo la revelación de datos legalmente
protegidos, o cuando el tribunal estime que existen razones fundadas para
justificarlo.
En delincuencia organizada, las actuaciones realizadas en la fase de
investigación podrán tener valor probatorio, cuando no puedan ser
reproducidas en juicio o exista riesgo para testigos o víctimas. Lo anterior
sin perjuicio del derecho del inculpado de objetarlas o impugnarlas y aportar
pruebas en contra;
VI. Le serán facilitados todos los datos que solicite para su defensa y que
consten en el proceso.
El imputado y su defensor tendrán acceso a los registros de la investigación
cuando el primero se encuentre detenido y cuando pretenda recibírsele
declaración o entrevistarlo.
VII. Asimismo, antes de su primera comparecencia ante juez podrán consultar
dichos registros, con la oportunidad debida para preparar la defensa. A
partir de este momento no podrán mantenerse en reserva las actuaciones
de la investigación, salvo los casos excepcionales expresamente señalados
en la ley cuando ello sea imprescindible para salvaguardar el éxito de la
investigación y siempre que sean oportunamente revelados para no afectar
el derecho de defensa;
Será juzgado antes de cuatro meses si se tratare de delitos cuya pena
máxima no exceda de dos años de prisión, y antes de un año si la pena
excediere de ese tiempo, salvo que solicite mayor plazo para su defensa;
VIII. Tendrá derecho a una defensa adecuada por abogado, al cual elegirá
libremente incluso desde el momento de su detención. Si no quiere o no
puede nombrar un abogado, después de haber sido requerido para hacerlo,
El juez le designará un defensor público. También tendrá derecho a que su
defensor comparezca en todos los actos del proceso y éste tendrá
obligación de hacerlo cuantas veces se le requiera, y
IX. En ningún caso podrá prolongarse la prisión o detención, por falta de pago
de honorarios de defensores o por cualquiera otra prestación de dinero, por
causa de responsabilidad civil o algún otro motivo análogo.
La prisión preventiva no podrá exceder del tiempo que como máximo de
pena fije la ley al delito que motivare el proceso y en ningún caso será
superior a dos años, salvo que su prolongación se deba al ejercicio del
derecho de defensa del imputado. Si cumplido este término no se ha
pronunciado sentencia, el imputado será puesto en libertad de inmediato
mientras se sigue el proceso, sin que ello obste para imponer otras medidas
cautelares.
En toda pena de prisión que imponga una sentencia, se computará el
tiempo de la detención.

2.2.3.2. Defensor
En el estado actual del desarrollo de la doctrina y legislación procesal se entiende
como una de las fundamentales derivaciones del derecho material de defensa, de
que es titular exclusivo el imputado, la designación de un defensor técnico, que
ejerce las funciones de asistencia y representación.
Tales funciones comprenden el asesoramiento del justiciable, la adecuada
información sobre las particularidades y desarrollo de la causa, la asistencia del
defensor a actos investigativo y audiencias, el control de la legalidad y regularidad
de los procedimientos, las indicaciones probatorias, las instancias pertinentes a la
libertad del imputado y a la operatividad de sus derechos, la contestación técnica
de los requerimientos fiscales y las alegaciones, el ofrecimiento de pruebas en los
momentos oportunos y las impugnaciones a las resoluciones que causen
gravamen a su defendido.
El proceso penal moderno, como así también el derecho sustantivo que se aplica,
ofrecen particularidades técnicas que exigen la presencia, asesoramiento e
intervención de un letrado idóneo, máxime cuando la acción y acusación son
ejercidas por un profesional del Derecho. En consecuencia, la garantía del debido
proceso exige la intervención efectiva de un abogado.
Si bien se admite la posibilidad de que esta defensa técnica pueda ser
desempeñada por el propio imputado, la práctica indica, aun en supuestos de que
el justiciable fuere un letrado, la conveniencia de una intervención profesional.
Para desempeñarse como defensor son requisitos poseer título de abogado y
encontrarse inscrito en la matrícula. Si bien, como es lógico, la ley nada dice al
respecto, resulta obvio que el defensor debe reunir condiciones de idoneidad
acordes con el fundamental papel que representa dentro de la relación penal.
El código prevé sanciones para incumplimientos injustificados, a las que
eventualmente deberán agregarse las derivadas de la responsabilidad penal en
que pudiere haber incurrido.
El abogado de confianza puede serlo de varios imputados siempre que no se den
supuestos de incompatibilidad.
El cargo de defensor penal conlleva mandato para actuar en la defensa civil, salvo
manifestaciones expresas en contrario.
La designación de defensor es revocable.
Es el abogado que representa al imputado durante el procedimiento para
responder a la acusación.
La institución de la defensa es la que más cambios experimentó con la
implementación de la reforma, derivados del principio de defensa que rige en el
sistema acusatorio, donde la igualdad de armas permea durante todo el
procedimiento, en virtud de que el defensor al igual que el ministerio público
adquiere intervención en el procedimiento desde el inicio de la investigación y,
más aún, inmediatamente después de ocurridos los hechos, ya que el imputado
requiere asesoría para conocer los derechos que le asisten; además, el defensor
debe partir
de la escena para empezar a desarrollar la labor de investigación que le permita
establecer el curso que seguirá su defensa.
Por ello se exige una defensa técnica, que implica no solo la formación jurídica,
sino también de investigación, que le permitan representar adecuadamente al
imputado en todos los actos procesales, como son (art. 117, CNPP):
• Entrevistar al imputado para conocer directamente su versión de los hechos.
• Asesorar al imputado sobre la naturaleza y las consecuencias jurídicas del hecho
delictivo que se le atribuye.
• Representar jurídicamente al imputado en todas las audiencias.
• Mantener la información y la comunicación directa y continua con el imputado.
• Recabar y ofrecer los medios de prueba, alegar los argumentos e interponer los
recursos necesarios para la defensa.
• Promover las formas anticipadas de terminación del proceso, las salidas alternas
y los mecanismos de aceleración.
Es importante destacar que para llevar a cabo las acciones de defensa en favor
del imputado, el titular de la defensa “sea pública o privada” debe contar con los
conocimientos, capacidades y destrezas que le garanticen una defensa técnica y
adecuada, por lo que se elimina del escenario procedimental a la persona de
confianza, a fin de garantizar los principios de debido proceso, de defensa y la
intervención técnica del abogado en cada una de las audiencias.

Lo anterior transforma radicalmente la manera en que se ejercían las labores de


defensa y proporciona un espectro más amplio de actuación, lo que deriva en la
necesidad de capacitar a los operadores de la defensa en el nuevo sistema de
justicia penal, así como una formación académica distinta, que requiere el
desarrollo de las técnicas de litigación oral.
Especial mención merece la institución de la defensa pública, a la que por la
situación económica que prevalece en nuestro país y la implementación del nuevo
sistema de justicia penal se le han asignado la mayor parte de las causas tanto en
el ámbito federal como en el local, lo que, aunado a lo establecido por el art. 17
constitucional, le obliga a prestar una defensa pública de calidad.
Esto ha provocado que se replantee la estructura de esta dependencia
gubernamental, a fin de insertar las bases para un servicio profesional de carrera,
que conlleva el aumento del salario que perciben los defensores públicos, en
congruencia con el principio de igualdad de las partes y la exigencia de la defensa
técnica, pues cabe recordar que en el sistema tradicional los defensores públicos
mantenían un tabulador muy por debajo de las percepciones de los ministerios
públicos.
Todo lo anterior nos lleva a considerar la urgencia de que en esta transición del
sistema el defensor, ya sea privado o público, se certifique; más aún, que la
colegiación sea obligatoria, por lo que no hay que perder de vista el papel que
deben jugar los colegios y barras de abogados como parte de la implementación.

2.2.3.3. Naturaleza jurídica del defensor


Tres son las funciones procesales que el sistema acusatorio ha encomendado a
otros tantos sujetos personalmente diversos y algunos contrapuestos: acusación,
defensa y jurisdicción.
El defensor en lo penal es algo mucho más importante que solo el representante
del acusado, en cuanto está llamado a integrar la personalidad procesal y
colaborar con el juez en la conclusión del proceso, en la exhaustiva investigación
de la verdad con el fin de actuar justicia.
El defensor penal tiene una naturaleza poliédrica, y unas veces se presenta como
representante, otras como asistente y finalmente como un sustituto procesal.
El defensor es una parte en sentido instrumental, lo mismo que el Ministerio
Público, absolutamente desvinculada de la parte en sentido material.
La defensa está encomendada a los abogados. El defensor del acusado integra la
personalidad procesal y colabora con el juez en la dirección y desenvolvimiento en
el proceso y en la busca de la verdad, todo en servicio de la justicia.

2.2.3.4 Calidad del defensor.


Es de advertir que es de considerarse que la defensa es una parte procesal por
dos razones básicas:
Porque, globalmente, el imputado tiene el derecho a un recurso efectivo ante los
tribunales.
Porque, dentro del proceso moderno, a la luz de los principios que lo informan está
concebido como un sujeto de la actividad probatoria, que necesariamente ha de
intervenir en ella con plena igualdad y bajo el principio de contradicción.
En función a estas consideraciones es que la defensa no puede ser calificada
como un órgano, ni siquiera independiente, de la administración de justicia y al
defensor como un ayudante de ella.
Reemplazo y exclusión del defensor:
El nombramiento de un abogado defensor de elección por el imputado, en
principio dura mientras este último no le ratifique su confianza y proceda a
sustituirlo. En caso de faltar o aplazar la audiencia por seis fechas se deberá
reemplazar al defensor por parte del procesado. Si este no lo hiciere, el Tribunal
nombrará a uno de oficio.
El imputado puede recomendar su representación a quien merezca su confianza y
considere más adecuado para instrumentar su propia defensa, lo que obviamente
está condicionado para instrumentar su propia defensa, lo que obviamente está
condicionado a su situación económico en orden a la retribución económica por
sus servicios patrimoniales
La misión del abogado defensor consiste en aportar y hacer valer en el proceso
todas las circunstancias y puntos de vista, así en la cuestión de hecho como en la
jurídica, favorables al procesado. El defensor no está obligado a valerse de los
elementos inculpatorios que no consten ya en la causa por otros medios de
información, ni puede tampoco aconsejar al procesado que los aporte por sí, en
sus declaraciones, en cuanto medio de prueba. La materia exculpatoria debe ser
anexado al proceso, mediante la oportuna alegación y proposición de prueba,
cualquiera sea la fuente lícita por la que haya llegado a su conocimiento.
El defensor está autorizado a:
 Tener acceso al expediente para informarse del proceso, ingresar a los
Centros Penitenciarios y Dependencias Policiales para entrevistarse con
sus patrocinados y expresarse con amplia libertad en el curso de su
defensa, oralmente o por escrito.
 Prestar asesoramiento desde la etapa policial: participar en todas las
diligencias, salvo en la declaración del inculpado a quien no defienda y
presentar peticiones orales o escritas para asuntos de simple trámite
El defensor en la etapa de instrucción debe procurar:
 Que se elimine la imputación contra su patrocinado y en el más breve plazo.
 Que no se promueva la acción penal y, en su caso, no se dicte el auto de
apertura de instrucción.
 Que no se adopten contra él medidas cautelares.
 Que se sobresea el procedimiento.
El defensor en la etapa intermedia debe procurar:
 Proponer la práctica de actos de prueba de descargo.
 Deducir los medios de defensa permitidos por la ley.
 Interponer los recursos que procedan contra las resoluciones perjudiciales
para su defendido.
En la etapa de enjuiciamiento:
 Asistir a las sesiones del Juicio.
 Intervenir en la práctica de pruebas.
 Alegar oralmente en favor de su defendido.
 Alegar oralmente a favor de su defendido.
 Interponer los recursos que correspondan.

Los abogados que, en la etapa de la investigación policial, ante el Ministerio


Público y ante el órgano jurisdiccional en todas sus instancias defienden de oficio
a los denunciados, inculpados y acusados. Estos abogados están obligados a
intervenir y autorizar con su firmar todas las diligencias con su firma todas las
diligencias previas a la acción penal, así como durante la instrucción y el juicio
oral.

2.2.3.5 Número posible de defensores


El artículo 123 del Código Nacional de Procedimientos Penales establece el
número de Defensores. El imputado podrá designar el número de Defensores que
considere conveniente, los cuales, en las audiencias, tomarán la palabra en orden
y deberán actuar en todo caso con respeto.

2.2.3.6 Acto jurídico que da lugar al nombramiento


El artículo 115 del Código de Procedimientos Penales establece que el Defensor
podrá ser designado por el imputado desde el momento de su detención, mismo
que deberá ser licenciado en derecho o abogado titulado con cédula profesional. A
falta de éste o ante la omisión de su designación, será nombrado el Defensor
público que corresponda.

TEMA III PREPARACIÓN DEL EJERCICIO DE LA ACCIÓN


PROCESAL PENAL
3.1. Averiguación previa
Es de destacarse que la primera etapa “de averiguación previa” se encontraba a
cargo del ministerio público, lo que provocaba un desequilibrio procesal que
degeneró en malas prácticas, como la tortura, para extraer confesiones; las
sentencias en muchos casos solo confirmaban la decisión del ministerio público
emitida en su determinación.
También es importante considerar que los actos que conforman el proceso se
agrupan de manera distinta en ambos procedimientos, esto es, la etapa preliminar
corresponde a lo que antes abarcaban las etapas de averiguación previa y
preinstrucción;

3.1.1. Concepto y Finalidad


La etapa inicial, carpeta de investigación o investigación empieza con la notitia
criminis y concluye con el auto de vinculación a proceso; se subdivide en dos
fases: la investigación inicial o carpeta de investigación y la investigación
complementaria o control de garantías.
Durante esta fase el ministerio público y la policía recopilan la evidencia y otros
elementos de convicción para documentar el caso en investigación. Es aquí donde
se conforma la trilogía investigadora: el ministerio público como investigador de la
parte jurídica, la policía como investigadora fáctica y los peritos como
investigadores técnicos.
El procedimiento se inicia con la noticia sobre la existencia de un hecho con
apariencia delictiva mediante la denuncia o la querella, que puede ser presentada
ante la policía o el ministerio público. Durante el desarrollo de la investigación se
va integrando un registro que contiene los actos de investigación, de forma
clara y sintética, en un breve recuento de las actuaciones realizadas, entre las
que se encuentran:
1. La constitución en el lugar de los hechos.
2. El establecimiento de la primera hipótesis de investigación.
3. La búsqueda de elementos de convicción para el perfeccionamiento
de la hipótesis.
4. La aplicación de los mecanismos de justicia alternativa.
5. El acuerdo de determinación.
En el caso de que se trate de una persona detenida bajo los supuestos de
flagrancia o caso urgente, se debe realizar la lectura de derechos y la calificación
preliminar de la detención.
El criterio de oportunidad es un MASC que se aplica cuando el hecho que la ley
señala como delito no resulta socialmente trascendente, pues no lesiona en forma
grave el bien jurídico tutelado y la culpabilidad del imputado es mínima; para ello,
las fiscalías generales, tanto federal como estatales, emiten los lineamientos
internos bajo los cuales deben aplicar este criterio.

3.1.2. Requisito de Procedibilidad


El procedimiento penal se inicia al existir una querella o una denuncia, situación
que da lugar a una acción penal pública o privada; en el primer caso, cuando son
perseguibles los delitos de oficio, y privada cuando son de querella.
La acción penal pública siempre la ejerce el Ministerio Público; en cambio, la
acción penal privada podrá ejercerla la víctima o el ofendido. Asimismo, tanto para
el ejercicio de la acción penal privada como para la pública se requiere formular la
denuncia o la querella.

3.1.2.1. Denuncia
La denuncia es el acto por el que un ciudadano realiza una declaración de
conocimiento mediante la cual pone de manifiesto a la autoridad judicial, al
Ministerio Fiscal o a un funcionario de Policía la comisión de un hecho que
presenta caracteres de infracción penal.
Forma de la denuncia
La denuncia puede ser formulada verbalmente o por escrito. La que se presente
por escrito deberá ser firmada por el denunciante y también por la autoridad que la
reciba, a presencia del denunciante. En la que se presente verbalmente mediante
comparecencia ante la autoridad respectiva, la declaración del denunciante habrá
de ser recogida y transcrita por la autoridad ante quien se presente, se dejará
constancia de la identidad del denunciante y será firmada por ambos. Tanto en
una
formalidad como en otra el denunciante puede exigir la entrega de una copia
firmada de la denuncia presentada.
Por denuncia entendemos la precisión de datos con los cuales se llega a la
seguridad de que se ha cometido un delito; tales fundamentos se hacen del
conocimiento de quienes ejercen la persecución penal, situación que se hace de
oficio. La denuncia se hace ante el Ministerio Público o la policía que depende de
él, cuyos requisitos serán los siguientes:
 Los datos que permitan identificar al denunciante.
 Su domicilio o lugar donde se le pueda localizar.
 La narración de los hechos.
 La indicación de quienes pudieron cometer los hechos delictivos.
La identidad del denunciante se podrá guardar con cuidado si existe la posibilidad
de que su vida corra peligro.
Los servidores públicos están obligados, con base en el trabajo que desempeñan,
a denunciar siempre hechos delictivos de los que tengan conocimiento. Sin
embargo, en algunos casos, los funcionarios están obligados a guardar prudencia
y a no denunciar los hechos delictivos, como los mediadores.

3.1.2.2. Querella
La querella es la declaración escrita de una persona poniendo en conocimiento del
Juez la concurrencia de unos hechos determinados que pueden constituir delito.
 La persona que presenta la querella se conoce como querellante.
 Aquel contra quien se presenta la querella es el querellado.
A su vez, la querella es un concepto identificado con la voluntad de la víctima;
existe cuando la víctima o los ofendidos manifiestan de manera expresa o
tácitamente su deseo de que se ejerza la acción penal. Una vez que la víctima o
los ofendidos se querellan, tienen la posibilidad de convertirse en coadyuvantes
para participar en forma más activa en la presentación de pruebas.

3.1.2.3. Autorización
Es el consentimiento o aprobación otorgado por los representantes de las
autoridades competentes, para que de esta manera se proceda con los
procedimientos de la acción penal.

3.1.2.4. Declaratoria de perjuicio


Es el dictamen técnico que emite la autoridad para cuantificar la conducta o acto
ilícito, se hace necesario para el surgimiento y el debido proceder de la acción
penal.

3.1.2.5. Declaración de procedencia


Concepto de Declaración Preparatoria que proporciona el Diccionario Jurídico
Mexicano (1994), de la Suprema Corte de Justicia de la Nación: (escrito por Héctor
Fix-Zamudio) Es la que se efectúa por el acusado (persona contra la que se dirige
un procedimiento penal; véase más sobre su significado en el diccionario y
compárese con el acusador, público o privado) ante el juez de la causa en su
primera comparecencia durante el periodo de instrucción del proceso penal, para
establecer su versión de los hechos y conocer los cargos que se le hacen, a fin de
que pueda preparar su defensa.

Esta institución tiene su origen en la vieja legislación española, en la que se fijaba


un plazo de veinticuatro horas para que se tomara dicha declaración al detenido,
por considerarse que no era justo privar de su libertad a un hombre, sin que
supiera desde luego la causa de esa privación. El artículo 290 de la Constitución
de Cádiz de 1812, que estuvo vigente en nuestro país, así fuera de manera
intermitente, recogió esa tradición al ordenar que debía tomarse declaración
preparatoria al acusado (persona contra la que se dirige un procedimiento penal;
véase más sobre su significado en el diccionario y compárese con el acusador,
público o privado) antes de ser puesto en prisión o inmediatamente después,
dentro de las veinticuatro horas siguientes a su consignación.

El antecedente inmediato de nuestro derecho actual se encuentra en el artículo 20,


fracción II de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1857,
según el cual, como uno de los derechos del acusado (persona contra la que se
dirige un procedimiento penal; véase más sobre su significado en el diccionario y
compárese con el acusador, público o privado) se estableció la obligación de
tomarle su declaración preparatoria dentro de las cuarenta y ocho horas contadas
a partir de que se pusiera a disposición del juez respectivo.

Desarrollo

La declaración preparatoria se encuentra regulada en nuestro derecho vigente por


el artículo 20 Apartado B fracción II, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, así como el artículo 307, 312 del CNPP. El citado precepto
constitucional ordena que la declaración preparatoria debe rendirse por el acusado
dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes a su consignación ante el juez
respectivo, de acuerdo con la tradición española. Cuando el procesado no se
encuentra detenido en virtud de que el delito por el cual se le acusa no merezca
pena corporal, a pedimento del Ministerio Público (MP) se librará orden de
comparecencia para que rinda, la citada declaración preparatoria (artículo 141
CNPP),

3.1.3. Determinación del Ministerio Público


Se llevan a cabo como resultado de la investigación, en el caso de que obren
datos suficientes para ejercer la acción penal, dichas determinaciones deberán ser
notificadas a la víctima u ofendido.
Las investigaciones pueden concluir por que los hechos no constituyen un delito o
bien porque los datos hagan ver que el hecho o la responsabilidad del imputado
quedan extinguidos, cuando no se tengan elementos suficientes para continuar
con la investigación, pero en caso de que si aparecieran nuevos datos de prueba
se ordenará la reapertura del caso. También el Código Nacional de
Procedimientos Penales establece dos tipos de formas de soluciones alternas del
procedimiento, las cuales son:
I. Formas de terminar la investigación.
a) Facultad de abstenerse de investigar
b) Archivo temporal.
c) No ejercicio de la acción penal
d) Criterios de oportunidad
II. Soluciones alternas:
a) Acuerdos reparatorios
b) Suspensión condicional del proceso

3.1.3.1 EJERCICIO DE LA ACCIÓN PENAL


El Dr. Héctor Fix Zamudio define a la “acción penal” como aquella que ejercita el
Ministerio Público ante el juez competente para que se inicie el proceso penal, se
resuelva sobre la responsabilidad del inculpado y, en su caso, se aplique la pena o
medida de seguridad que corresponda.
Nótese como el autor hace hincapié en la acción penal como pública y señala
como su titular exclusivo al Ministerio Público, lo cual se explica en el contexto del
denominado “monopolio del ejercicio de la acción penal” que dicho órgano
acusador tuvo entre el periodo vivido desde la promulgación de la Constitución de
1917 hasta la reforma Constitucional de junio de 2008.
Sin embargo, ello no fue siempre así, pues según lo recuerda Castillo Soberanes,
bajo la vigencia de la Constitución de 1857, la investigación de los delitos
correspondía exclusivamente a los jueces, agregando que en los debates del
Congreso Constituyente de 1856-1857, no prosperó la idea de instituir la figura del
Ministerio Público y de ese modo se permitió al ofendido por el delito acudir
directamente a los tribunales, ya que se consideró que los particulares no debían
ser sustituidos por ninguna otra institución, además de que, con el Ministerio
Público independizado del órgano jurisdiccional, se retardaría la acción de la
justicia, pues se tendría que esperar a que dicho órgano ejercitará la acción penal.
Sin embargo, a la postre, el sistema derivado de la Constitución de 1857, hubo de
generar un sistema de inequidad, opresión y abuso, de tal modo que en los
debates del constituyente de 1917 se decidiese quitar a los jueces la facultad de
investigar los delitos y a los particulares su derecho de acusar directamente ante
los tribunales, otorgando al Ministerio Público dichas facultades, quedando
encargados los jueces exclusivamente de la imposición de las penas.
Y en ese estado de cosas, no sin dificultades y reformas que en parte la limitaron
5, transitamos por un periodo de 91 años de acusación penal pública, hasta que,
en 2008, se decide adoptar un sistema mixto de acusación, combinando la acción
penal privada con la pública, si bien con predomino de esta última.
Pero ¿cuáles fueron las razones de ese cambio? Sobre el particular, en el
dictamen de la Cámara de Senadores a que antes aludimos, plenamente
compartido por la Cámara de Diputados, se lee:
Artículo 21 CPEUM Acción penal privada En relación con el ejercicio de la acción
penal, y con el ánimo de hacer congruentes todas las modificaciones al sistema de
procuración y administración de justicia que contempla esta reforma, se hace
evidente la necesidad de romper con el monopolio de la acción penal que
actualmente tiene el Ministerio Público. En efecto, esta reforma abre la posibilidad
de ejercer directamente la acción penal por parte de los particulares, en los casos
que expresamente prevea la ley secundaria, sin perjuicio de que el Ministerio
Público pueda intervenir en estos supuestos para salvaguardar el interés público,
lo que contribuirá en forma importante a elevar los niveles de acceso a la justicia
en materia penal.
Respecto de este ejercicio de la acción penal por parte de los particulares, se
prevén dos modalidades: la primera relativa a la posibilidad de que se adhiera a la
acusación del Ministerio Público, la cual ya fue explicada al abordar el tema de la
intervención en juicio, y la segunda, a través del ejercicio autónomo de esa
facultad para determinados casos previstos en la ley. El ejercicio de la acción
penal en estos supuestos será evidentemente excepcional, sólo en aquellos casos
en los que el interés afectado no sea general. Al igual que en el caso de la
coadyuvancia, esta posibilidad no debe traducirse en que el Ministerio Público
desatienda los casos, en virtud de que éste deberá tener la intervención que ya de
por sí le confiere el artículo 21. Tales posibilidades permitirán hacer más
transparente la procuración y la administración de justicia, toda vez que se da
pauta para la existencia de un control ciudadano sobre las funciones de
procuración de justicia.
En conclusión, la razón por la que se decidió incorporar la figura de la acción penal
privada en el proceso penal mexicano, fue para contribuir “en forma importante a
elevar los niveles de acceso a la justicia en materia penal”, estimando que dicha
intervención debería ser evidentemente excepcional y sólo en aquellos casos en
los que el interés afectado no sea general.
Esta acción penal privada, en los casos en que no pudiera ejercerse directamente
por la víctima u ofendido, debería combinarse con la figura de la plena
coadyuvancia en el proceso y la adherencia a la acusación pública (acusador
coadyuvante.
3.1.3.1.1. Consignación sin detenido con procedimiento de
orden de aprehensión.
Artículo 142 CNPP. - Tratándose de consignaciones sin detenido, el tribunal ante
el cual se ejercite la acción penal radicará el asunto dentro del término de dos
días, abriendo expediente en el que resolverá lo que legalmente corresponda y
practicará sin demora alguna todas las diligencias que promuevan las partes.
El juez ordenará o negará la aprehensión, reaprehensión, comparecencia o cateo
solicitados por el Ministerio Público dentro de los diez días contados a partir del
día en que se haya acordado la radicación.
Tratándose de los delitos que el artículo 19 CPEUM señala como graves, la
radicación se hará de inmediato y el juez ordenará o negará la aprehensión o
cateo solicitados por el Ministerio Público, dentro de las veinticuatro horas
contadas a partir del momento en que se haya acordado la radicación.
Si dentro de los plazos antes indicados el juez no dicta auto de radicación o no
resuelve sobre los pedimentos de aprehensión, reaprehensión, comparecencia o
cateo, el Ministerio Público podrá presentar queja ante el Tribunal Unitario de
Circuito que corresponda.

3.1.3.1.2. Diferencia entre orden de aprehensión y orden de comparecencia


Orden de comparecencia
Es importante distinguir entre la citación que se realiza al imputado como forma de
conducción al proceso y otras citaciones judiciales. Ello es especialmente
importante en cuanto a las consecuencias que acarrea la inasistencia injustificada
del imputado a tal citación, pues, en un primer momento, se expide para
comparecer en su audiencia inicial, en términos de la fracción II, del artículo 141
del CNPP; en caso de dicha inasistencia, dará lugar a una orden de
comparecencia a través de la fuerza pública.

La inasistencia a otra citación judicial tiene como consecuencia que se declare al


imputado sustraído a la acción de la justicia, dando lugar a la emisión de una
orden de aprehensión en su contra, de conformidad con lo dispuesto por el párrafo
cuarto del artículo 141 del CNPP (Tribunales Colegiados de Circuito, tesis
I.7o.P.63 P [10a.] y I.7o.P.64 P [10a.]). Aunque la orden de comparecencia, por
su propia naturaleza, es restrictiva de la libertad personal, pues implica que el
imputado sea llevado a la audiencia inicial mediante la fuerza pública y tendrá la
obligación de permanecer en ella hasta su conclusión, no le da la calidad de
detenido, sino de presentado (Lara, 2017).

Esto implica que, al concluir la audiencia inicial, el imputado podrá seguir su


proceso en libertad, salvo que el Ministerio Público justifique la necesidad de una
medida cautelar de prisión preventiva: cuando se trate de un delito que merezca
pena privativa de la libertad y el juez de control determine imponerla.
Orden de aprehensión

De las tres formas de conducción del imputado a proceso, la que representa una
excepción al régimen general de libertades personales es la orden de
aprehensión, misma que se reconoce en el párrafo tercero del artículo 16
constitucional, el cual fija las condiciones bajo las cuales el Estado puede generar
una afectación válida al derecho a la libertad personal bajo tal figura. Conforme a
dicho precepto: “No podrá librarse orden de aprehensión sino por la autoridad
judicial y sin que preceda denuncia o querella de un hecho que la ley señale como
delito, sancionado con pena privativa de libertad y obren datos que establezcan
que se ha cometido ese hecho y que exista la probabilidad de que el indiciado lo
cometió o participó en su comisión”.
Esto involucra que, tratándose de un delito que tenga pena no privativa de libertad
o alternativa, la prisión preventiva será improcedente.
Así mismo, en virtud de lo dispuesto en la fracción III del artículo 141 del CNPP,
tratándose de delitos con pena privativa de la libertad, el Ministerio Público deberá
acreditar la necesidad de cautela. Tal supuesto podría actualizarse, por ejemplo, si
el citatorio y la orden de comparecencia respectivas no cumplieron su objetivo, o si
el Ministerio Público demostró alguna otra circunstancia que evidencie la
posibilidad de que el imputado se evada de la acción de la justicia.
De igual forma, en cumplimiento a lo dispuesto por el artículo 16 constitucional,
también debe preceder denuncia o querella de un hecho que la ley señale como
delito.
El Ministerio Público precisa realizar, también, la clasificación jurídica del delito,
debiendo especificar, según lo establece el artículo 141 del CNPP, el tipo penal
que se atribuye, el grado de ejecución del hecho, la forma de intervención y la
naturaleza dolosa o culposa de la conducta, sin perjuicio de que con posterioridad
proceda la reclasificación correspondiente.
En términos de los artículos 141 y 142 del CNPP, el Ministerio Público también
deberá hacer una relación de los hechos atribuidos al imputado, sustentada en
forma precisa en los registros correspondientes, exponiendo las razones por las
que considera que obran datos de prueba suficientes para establecer que se ha
cometido un hecho señalado por la ley como delito y que existe la probabilidad de
que el indiciado lo cometió o participó en su comisión.
El Ministerio Público puede formular su solicitud de orden de aprehensión por
cualquier medio que garantice su autenticidad o en audiencia privada, y el juez de
control resolverá dicha solicitud en audiencia o a través del sistema informático; en
ambos casos con la debida secrecía, y se pronunciará sobre cada uno de los
elementos planteados en la solicitud (CNPP, artículos 142 y 143).
3.1.3.1.3. Consignación con Detenido
En el caso de la consignación con detenido, se debe citar a audiencia de
imputación en 24 horas, donde se debe de determinar si la detención fue
constitucional, y en caso de que la detención no fuera constitucional, se deberá de
decretar auto de libertad con reservas de ley. Así mismo, dentro de las 24 horas,
contadas desde que el indicado queda a su disposición, se procederá a recabar su
declaración preparatoria.

Deberá hacérsele saber al detenido el nombre de su acusador, el de los testigos


que declaren en su contra y la naturaleza y causa de la acusación, a fin de que
conozca bien la conducta o hecho punible que se le atribuye. Así mismo, es
importante que la persona detenida comprenda la garantía de libertad bajo
caución y el procedimiento para poder obtenerla; hacer de su conocimiento que en
caso de que se evada de la justicia, la garantía por la reparación del daño será
entregada inmediatamente a la víctima u ofendido mediante el acuerdo de
revocación; el derecho que tiene a una defensa adecuada, y se le preguntará si es
su voluntad declarar y en caso de que así lo desee se le examinará sobre los
hechos consignados.

Es importante también, que el detenido conozca las garantías que le otorga el


artículo 20 de la CPEUM, que le sean recibidos todos los testigos y las pruebas
que ofrezca, en términos legales, ayudándole para obtener la comparecencia de
las personas que pudieran solicitarse, así como la facilitación de datos para su
defensa. De esta forma, dentro de las 72 horas siguientes a la puesta a
disposición, se resolverá la situación jurídica del imputado, pudiendo resultar:
vinculación a proceso, cierre de investigación y acusación, o no vinculación a
proceso.

3.1.3.1.4. Flagrante delito y casos urgentes


Flagrancia, que ocurre cuando el indiciado es sorprendido en el momento en que
está cometiendo el ilícito;
Artículo 146. Supuestos de flagrancia
Se podrá detener a una persona sin orden judicial en caso de flagrancia. Se
entiende que hay flagrancia cuando:
I. La persona es detenida en el momento de estar cometiendo un delito,
o II.Inmediatamente después de cometerlo es detenida, en virtud de que:
A. Es sorprendida cometiendo el delito y es perseguida material e
ininterrumpidamente, o
B. Cuando la persona sea señalada por la víctima u ofendido, algún
testigo presencial de los hechos o quien hubiere intervenido con ella en la
comisión del delito y cuando tenga en su poder instrumentos, objetos,
productos del delito o se cuente con información o indicios que hagan
presumir fundadamente que intervino en el mismo.
Para los efectos de la fracción II, inciso b), de este precepto, se considera
que la persona ha sido detenida en flagrancia por señalamiento, siempre y
cuando, inmediatamente después de cometer el delito no se haya
interrumpido su búsqueda o localización.
Al tratarse de casos urgentes el Ministerio Público basado en datos podrá ordenar
la detención de una persona, siempre y cuando:
 El imputado haya intervenido en la comisión de alguno de los delitos
señalados como graves.
 Existe riesgo fundado de que el imputado pueda sustraerse a la acción de
la justicia.
 Por razón de la hora, lugar o cualquier otra circunstancia, no pueda ocurrir
ante la autoridad judicial y sean delitos graves que ameritan prisión
preventiva oficiosa.

3.1.3.1.5. La cuasiflagrancia
Es considerado como caso de cuasiflagrancia cuando la persona es sorprendida
con objetos, instrumentos o huellas, de los cuales indiquen que ha participado en
un hecho delictivo, o cuando es perseguida por la autoridad; o por voces de auxilio
se pide su captura, el indiciado es perseguido materialmente.

3.1.3.2. El no ejercicio de la acción penal en sus especies


provisionales y definitivas
Artículo 137 CNPP. El Ministerio Público no ejercitará la acción penal:

1. Cuando la conducta o los hechos de que conozca no sean constitutivos de


delito, conforme a la descripción típica contenida en la Ley Penal;
2. Cuando se acredite plenamente que el inculpado no tuvo participación en la
conducta o en los hechos punibles, y sólo por lo que respecta a aquél;
3. Cuando, aun pudiendo ser delictivos la conducta o los hechos de que trate,
resulte imposible la prueba de su existencia por obstáculo material
insuperable;
4. Cuando la responsabilidad penal se haya extinguida legalmente, en los
términos del Código Penal;
5. Cuando de las diligencias practicadas se desprenda plenamente que el
inculpado actuó en circunstancias que excluyen la responsabilidad penal, o.
6. En los demás casos que señalen las leyes.

3.2. Acción Penal


3.2.1. Concepto de la Acción Penal
La acción penal es el instrumento en derecho que debe ejercitarse para iniciar un
proceso judicial en la jurisdicción penal.
Cuando una persona física o jurídica es víctima de un delito, mediante la acción
penal llevará ante el juez la situación para que juzgue los hechos. ¿Cómo se
materializa esta acción? Esta acción se interpondrá a través de una querella.
Una vez que se comete un delito o falta nace la acción penal para castigar al
culpable. No tiene una pretensión como en la civil, exclusivamente su función es la
acusación por la comisión de un delito.
Pero igualmente, aunque una persona no sea la víctima del delito, puede
interponer una acción penal, incluso el propio Estado, si observa la comisión de
una acción delictiva. En este caso la acción se materializa a través de una
denuncia.
El ejercicio de interponer esta acción es un derecho fundamental que salvaguarda
el acceso a los tribunales en la jurisdicción penal.

3.2.2. Naturaleza Jurídica


La naturaleza de la acción penal radica en el orden normativo debido a que es un
proceso acusatorio, donde el juez comprende esa parte acusatoria y se da inicio
por la denuncia para investigar un hecho punible y dar lugar a la acción
relacionada con la jurisdicción y la búsqueda de la verdad que proporcionan al
Estado.

3.2.3. Características
Las principales características de la acción penal son:

 La acción penal es de carácter público esto se debe a que es el estado


quien procura y administra justicia mediante el proceso penal
 Una vez fijada esta acción se fija el objeto del conflicto y sobre el que
decidirá el juez sin poder cambiar.
 En el proceso penal se pueden interponer acciones civiles, en busca de que
se indemnice a la víctima.
 Una de las características principales de la acción penal es que son
irrenunciables.
 La acción penal puede ir dirigida a una o varias personas, también puede
ser dirigida frente a las personas jurídicas.
 Hasta que el juez no resuelva el proceso iniciado por esta acción no se
podrá iniciar otro nuevo proceso con los mismos hechos y las mismas
personas. Igualmente, una vez que el juez dicte sentencia firme, no se
podrá volver a juzgar a la misma persona por el mismo hecho y la misma
víctima.
 Persigue la protección del bien jurídico vulnerado.

3.2.4 Titularidad de la Acción Penal


La titularidad de la acción penal por parte del Ministerio Público la deducimos del
artículo 21 Constitucional, cuando dispone que la investigación y persecución de
los delitos incumbe al Ministerio Público.
El Ministerio Público realiza principalmente su función investigadora dentro de la
etapa de la averiguación previa, donde desahoga todas aquellas diligencias
necesarias para comprobar el cuerpo del delito y la probable responsabilidad del
indiciado. En esta fase del procedimiento el Ministerio Público actúa como
autoridad.
Cuando el Ministerio Público decide ejercitar la acción, asume un carácter distinto
al desarrollado en la averiguación previa, ya no es autoridad y sus actos se
encuentran sujetos a la apreciación del órgano jurisdiccional. Es parte dentro del
proceso penal. Así lo reconocen diversos criterios jurisprudenciales.

TEMA IV. TÉRMINO CONSTITUCIONAL DE 72 HORAS


En el artículo 19 de Constitución se establece que “ninguna detención ante
autoridad podrá exceder el plazo de las 72 horas”, tiempo dentro del cual se debe
ser definida la situación jurídica del detenido, determinando si es liberado o se le
dicta de un auto de formal prisión.
Ésta es la primera resolución que dicta el órgano de la jurisdicción y con ésta se
manifiesta claramente el inicio de la relación procesal, tanto el Ministerio Público
como el acusado quedan sujetos a partir de ese momento a la jurisdicción de un
tribunal determinado. A este auto también se le denomina auto de inicio o auto de
incoación (apertura o iniciación de un procedimiento judicial).

4.1. Auto de radicación


Es el acuerdo mediante el cual el Juez ordena la averiguación previa y que se le
asigne el número de expediente correspondiente. Al auto de radicación, también
se le conoce como “cabeza del proceso”. Es así mismo, la primera resolución
dictada por el juez que conoce de la causa, por medio de la cual se manifiesta en
forma efectiva la radicación procesal quedando sujetos a la jurisdicción.
4.1.1. Especies
Autos interlocutorios: Resuelven sobre cuestiones formales que no están
correctas para las exigencias legales relativas al proceso judicial. Sin embargo,
pueden llegar a afectar al funcionamiento normal del proceso ya que si no son
subsanados puede no llegar a resolver el juez sobre el fondo.
Autos de sustanciación: Son aquellos que dan impulso procesal al caso para
que siga su tramitación.
4.1.2. Con detenido
Solicitud que efectúa el Ministerio Público al Juez de Control para la detención de
una persona cuando: existen datos de prueba suficientes para determinar su
probable responsabilidad, se resiste a comparecer ante la autoridad judicial, o se
ha sustraído de la acción de la justicia.
La detención de una persona, en cualquier ámbito jurídico de cualquier Estado,
constituye por sí mismo un acto procesal que implica una restricción a la libertad
personal. En el caso del Estado Mexicano, dicha restricción implica forzosamente,
de conformidad con el artículo 16 de la Ley Fundamental, la operabilidad en los
siguientes supuestos:
A. Que cualquier persona la realice en estrictos casos de flagrancia en la
comisión del delito.
B. Que provenga de autoridad judicial (orden de aprehensión).
C. Que provenga de autoridad administrativa (ministerio público).
En cualquiera de los tres supuestos anteriores, la condición SINE QUAN NON
dicha privación de la libertad se diera con estricto apego a la constitucionalidad,
consiste en que se debe presentar tratándose de delito grave y, por ende, que
traiga a consecuencia una pena corporal al sujeto activo del delito. Cuando se
dejare de cumplir cualquiera de los requisitos establecidos por la Carta Magna en
dicho acto de autoridad, o bien, en contra de la ley reglamentaria del precepto
constitucional, el acto de autoridad en virtud del cual se decrete u ordene la
detención de un individuo sería arbitrario.
Por otra parte, existen otras opiniones en el sentido de que la detención en sí
misma, constituye una medida precautoria existente para el beneficio de la
sociedad, a fin de evitar el entorpecimiento del proceso punitivo. Otros, por su
parte, critican a esta figura jurídica como una severa restricción a la garantía de
audiencia que, si no cumple con todos y cada uno de los requisitos fijados en
virtud de la Ley Suprema, deberá ser combatida, por vía del juicio de amparo.

4.1.3. Características
Así, los requisitos mínimos que debe contener la aludida constancia son:

 El nombre y apellidos de la persona que se pretende detener (la que deberá


ser plenamente identificada por los aprehensores);
 Que exista una causa penal instruida por su probable participación en la
comisión de un hecho que la ley señala como delito, previsto y sancionado
en el ordenamiento sustantivo aplicable;
 Extracto de los puntos resolutivos de la orden pronunciada de manera oral
en Audiencia de control;
 Que juez de control pronunció la orden (nombre y firma) y;
 Fecha en que se expidió.

Si una orden de aprehensión no cumple dichos requisitos, o pese a no ser


necesario su ordenamiento por escrito, si no existe constancia por escrito para su
ejecución firmada por el juez de la causa, se violarían los derechos del imputado, y
esta podría ser atacada desde su forma y fondo.
4.2. Requisitos constitucionales para obsequiar la orden
de aprehensión, en las consignaciones sin detenido.
La orden de aprehensión es una de las formas de conducción del imputado al
proceso penal, se recurre a ella cuando la persona resista o evada la orden de
comparecencia judicial y el delito que se le impute merezca pena privativa de
libertad, así como en el caso de incumplimiento de una medida cautelar.
Para que pueda librarse deben cumplirse con los siguientes requisitos:
 Existencia de denuncia o querella de un hecho que la ley señale como
delito sancionado con pena privativa de libertad.
 Existencia de carpeta de investigación donde obre los datos que
establezcan la comisión del delito y la probabilidad de que el indiciado lo
cometió o participó en su comisión.
Lo anterior, porque el objetivo de la solicitud de la orden de aprehensión es poner
al detenido a disposición del Juez de Control, para que el Ministerio Público
formule imputación y exprese los datos de prueba, a fin de que dicte el auto de
vinculación a proceso y de esta manera formalizar la investigación.

4.3. Ejecución de la orden de aprehensión.


Cuando se han cumplido los requisitos necesarios para que el órgano
jurisdiccional emita la orden de aprehensión, deberá hacerse del conocimiento del
Ministerio Público para que éste ordene en breve a la policía judicial la ejecución
de la misma.

4.4. Efectos del auto de radicación, en las consignaciones con


detenido.
Dirigen el debate sobre el control de legalidad de la detención y, de decretarse
legal la detención, se continúa con la formulación de imputación por parte del
Ministerio Público y demás actos subsecuentes.

4.5. Declaración preparatoria. Emplazamiento.


Consiste en el primer encuentro entre el juzgador y el juez, quien habrá de decidir
su inocencia o culpabilidad, esta deberá cumplir con ciertas obligaciones que la ley
impone:
 Que sea dentro de las primeras 48 horas,
 Realizarse en audiencia pública,
 Hacer saber al imputado en qué consiste la denuncia o querella,
 Que cuentan con el derecho a una defensa adecuada que le asesore en el
proceso y
 Hacerle saber las garantías que le otorga el artículo 20 Constitucional;
 La declaración será de forma oral o escrita siempre en presencia de su
defensor,
 Contendrá además datos generales del imputado y
 En el caso de no contar con el dominio de la lengua se le asignará un
traductor que le asista.
 También, si el inculpado manifiesta deseo de declarar podrá ser
interrogado, por el contrario, si no desea declarar podrá negarse, así
mismo, el Ministerio Público y la defensa tienen derecho a interrogar al
procesado.

4.6. Resoluciones sobre la situación jurídica del imputado dentro


del término Constitucional de 72 horas.
Rendida la declaración preliminar o manifestada su abstención de declarar
por parte del imputado, inmediatamente formulada la imputación por parte
del Ministerio Público, dichas actividades procesales se harán constar en un
acta mínima.
Inmediatamente, el Ministerio Público, en uso de la voz, solicitará con fundamento
en el artículo 313 CNPP audiencia para la vinculación a proceso del imputado,
aunque el juez de control de oficio le explicará al imputado los momentos en los
cuales puede resolver su situación jurídica en el plazo constitucional, o si va a
solicitar su ampliación; procediendo a la vez el juzgador a señalar las hipótesis
que se presentan para resolverle su situación jurídica, por medio de un auto de, o
no, vinculación a proceso; ello con base en la Constitución Federal y en el Código
Nacional de Procedimientos Penales, que pueden ser:

1. Antes de concluir el término de las 72 horas, en la misma audiencia de


imputación, después de haber declarado o se haya abstenido el imputado,
el Ministerio Público puede solicitar al juez de control que se resuelva su
situación jurídica con la resolución de vinculación a proceso. Acto seguido,
el juez debe preguntar al imputado si desea se le resuelva su situación
dentro del término, de consentirlo, deberá renunciar al tiempo restante y se
procederá a realizarse la audiencia. De no admitirlo, o no solicitar la
ampliación del plazo, también se celebrará la audiencia para resolver la
situación jurídica del imputado de acuerdo a lo establecido por el artículo
313 del Código Nacional de Procedimientos Penales.
2. En el término de las 72 horas, en razón que ninguna detención ante el juez
podrá exceder de ese plazo sin que se justifique con un auto de vinculación
a proceso en el que se cumplan los requisitos constitucionales y procesales,
ello con base en el primer párrafo del artículo 19 constitucional.
3. En el término de las 144 horas, si el imputado solicita la ampliación del
plazo constitucional y el juzgador decreta que se duplique, a solicitud del
Ministerio Público, en la audiencia de desahogo de pruebas, si fuere el
caso, se celebrará la audiencia de vinculación a proceso, esto se respalda
con el artículo 19 de la Constitución en su párrafo cuarto y el 313 párrafo
tercero y cuarto del Código Nacional de Procedimientos Penales.
4. Después del plazo de las 72 o de las 144 horas, surge cuando el juzgador
no resuelve con esos plazos, por disposición del artículo 19 constitucional
en su párrafo cuarto, el juez deberá resolver la situación del imputado
dentro de las tres horas de haber fenecido dicho plazo, previa llamada de
atención del responsable del centro de reclusión, de no cumplirse, éste
pondrá en libertad al imputado.

Retomamos las hipótesis planteadas (1, 2 y 3), en las que el juez de control puede
celebrar la audiencia de vinculación o no a proceso, es decir, en tres momentos,
en la misma audiencia de imputación o declaración del imputado; dentro del
término de las 72 horas por imperativo constitucional, y dentro de las 144 horas, si
el imputado o su defensor solicitó la duplicidad del plazo constitucional.
Previa a la audiencia de vinculación, tanto el Ministerio Público como la defensa
pueden promover solicitando: la defensa, antes de resolverse la situación jurídica
del imputado (dentro de las 72 o 144 horas), la audiencia inicial pierde su
secuencia, en razón que se suspende pronunciarse enseguida, máxime si la
defensa opta por ofrecer pruebas, con la finalidad de que se admitan, preparen y
desahoguen, para éste último acto procesal, se fijará fecha y hora para el
desahogo de las admitidas, en las que se observarán las reglas y dinámica
regladas para la audiencia de desahogo en el juicio oral.
Respecto a la actividad promocional del Ministerio Público va encaminado a
solicitar medidas cautelares, en razón de la suspensión de la audiencia inicial
decretada por el juez de control, con la finalidad de que el juzgador la decrete para
evitar que el imputado se sustraiga o no se presente a la audiencia fijada,
asegurando su presencia en la audiencia prefijada, el juzgador para decretar la
medida cautelar solicitada realizará una audiencia para determinarla en la que el
Ministerio Público debe argumentar la necesidad de cautela, especificando cuál de
los peligros o riesgos invoca: peligro de no comparecencia, peligro de obstaculizar
el éxito de la investigación, peligro en la protección de víctimas, testigos o la
comunidad; en su caso el ofrecimiento o aportación de medios probatorios para
sustentar su petición.

“El Ministerio Público, en uso de la voz, solicitará con fundamento en el


artículo 313 audiencia para la vinculación a proceso del imputado,
aunque el juez de control de oficio le explicará al imputado los
momentos en los cuales puede resolver su situación jurídica en el
plazo constitucional.”

A continuación, se le debe conceder el uso de la palabra a la defensa, para contra


argumentar la solicitud del Ministerio Público, debiendo proponer una medida
cautelar más benévola u oponerse a la propuesta; también deberá de ofrecer o
incorporar medios probatorios para justificar su petición.
Ante dichas intervenciones de las partes, el juzgador se pronunciará respecto a las
medidas, basándose en la ilustración de los argumentos y contra argumentos
expuestos por los intervinientes, y las pruebas aportadas; además, atendiendo a
las circunstancias del caso y las peculiaridades del imputado, para decidir si
concede la petición del Ministerio Público, la cambia o toma la propuesta por la
defensa.
Desahogados o incorporados los medios probatorios, a solicitud del Ministerio
Público se celebrará la audiencia de vinculación a proceso; ésta tiene como
finalidad resolver la situación jurídica del imputado con una resolución que decrete
su vinculación a proceso o no sujeción a proceso; para ello será indispensable que
el Ministerio Público en su intervención oral, justifique con qué elementos
probatorios que recabó en la investigación solicita el auto de vinculación a
proceso, motivándolo y precisando cada uno de esos elementos para justificar que
el hecho que se investiga es considerado como delito por la ley, y con qué datos
de prueba finca la probabilidad que el imputado lo cometió o participó en él.

“Desahogados o incorporados los medios probatorios, a solicitud del


Ministerio Público se celebrará la audiencia de vinculación a proceso;
ésta tiene como finalidad resolver la situación jurídica del imputado con
una resolución que decrete su vinculación a proceso o no sujeción a
proceso”

Se le concederá el uso de la voz a la defensa para que contraataque la solicitud


del Ministerio Público con base en los medios probatorios que incorporó en la
audiencia de desahogo de pruebas, solicitando concretamente si se justifica
reclasificar el hecho que se investiga o se ha desvanecido.
Respecto al auto de vinculación a proceso, la concebimos como el acto procesal
en el que se determina si los datos de prueba obtenidos en la investigación
ministerial establecen un hecho que la ley determina como delito, y existe la
probabilidad de que el imputado lo haya cometido o participado en su comisión, el
cual tiene como finalidad justificar que el imputado se encuentra sujeto a proceso.
Esta resolución debe contener los siguientes requisitos constitucionales y
procesales:

 Que el hecho sea considerado delito por la ley.


 Que se establezcan datos de prueba de que lo cometió el imputado o
participó en él.
 Que se establezca el lugar donde se cometió, para efectos de la
competencia del juzgador.
 Que se establezca la fecha en que se cometió, para determinar que no ha
operado la prescripción de la acción penal.
 Que se establezcan las circunstancias de ejecución, con la finalidad de
determinar si el delito es agravado o atenuado.
 Que se determine el delito por el que se va a seguir el proceso, pudiendo el
juzgador reclasificar el que imputó el Ministerio Público al indiciado.
 Que se haya formulado la imputación por el Ministerio Público.
 Que se haya asentado su declaración o la abstención del imputado a
declarar.
 Que de los antecedentes expuestos por el Ministerio Público se desprendan
datos que establezcan que el hecho es señalado como delito por la ley y
exista la probabilidad que el imputado lo cometió o participó en su comisión,
con indicios razonables que así lo permitan suponer.
 Que no exista extinción de la acción penal o excluyente del delito.
 Otros requisitos que debe contener son: el lugar, fecha y hora en que se
dicta, los datos personales del imputado, los fundamentos y motivos por los
cuales se determinan satisfechos los requisitos para resolver, elaborar el
acta correspondiente y registrar las actuaciones.

Aunado a la observación de esos requisitos, el juzgador se basará en el análisis


de los antecedentes de la investigación y en los elementos probatorios
incorporados en la audiencia de desahogo; estos elementos que respaldan el auto
de vinculación o no a proceso, carecerán de valor para fundar una sentencia
definitiva como lo dispone el artículo 320 reformado del Código Nacional de
Procedimientos Penales. Este auto de vinculación a proceso produce los
siguientes efectos:

 Que se siga el proceso por el hecho o hechos delictivos señalados en el


auto de vinculación o se determinen las formas anticipadas de terminación
del proceso, la apertura a juicio o el sobreseimiento.
 Fija la relación procesal entre los intervinientes, para actuar en forma pública.
 El Ministerio Público pierde la facultad de archivar temporalmente la
investigación.
 El Ministerio Público pierde la facultad de cerrar la investigación, en virtud
de la resolución decretada por el juez de control.
 Se inicia el proceso de manera formal.
 Los antecedentes de investigación y los elementos probatorios
desahogados en la audiencia que sirvieron de base para la vinculación a
proceso carecen de valor probatorio al dictarse sentencia.
 Se marca la iniciación de la investigación formal y se determina el tiempo
para el cierre de la investigación.

“Respecto a la actividad promocional del Ministerio Público va


encaminado a solicitar medidas cautelares, en razón de la suspensión
de la audiencia inicial decretada por el juez de control, con la finalidad
de que el juzgador la decrete para evitar que el imputado se sustraiga o
no se presente a la audiencia fijada”

4.6.1. Auto de libertad por falta de elementos para procesar.


Efectos
Si dentro del término legal no se reúnen los requisitos necesarios para dictar el
auto de formal prisión o de sujeción a proceso, se dictará auto de libertad por falta
de elementos. En estos casos, el Ministerio Público podrá promover prueba, hasta
reunir los requisitos necesarios, con base en los cuales, solicitará nuevamente al
juez dictar orden de aprehensión o de correspondencia.
Si no se aportan pruebas por el ofendido o parte del Ministerio Público dentro de los
60 días siguientes en que se les hayan notificado estas resoluciones, o si su
desahogo no es suficiente, se sobreseerá la causa.
4.6.2. Auto de formal procesamiento.
Es la resolución del juez instructor por la cual, decide aquél que resulta algún
indicio racional de criminalidad contra determinada persona a la que declara
procesada y mandando que se entiendan con ella las diligencias subsiguientes. El
procesado podrá, desde el momento de serlo, aconsejarse de letrado, mientras no
estuviere incomunicado, y valerse de él bien para instar la pronta terminación del
sumario, bien para solicitar la práctica de diligencias que le interesen, y para
formular pretensiones que afecten a su situación.

4.6.2.1. Auto de formal prisión.


El auto de formal prisión es una resolución que fija la Litis en el proceso penal,
pues precisa tanto el delito por el que se va a continuar el proceso, como los
hechos a los que se va a limitar la causa penal, sin embargo, cuando el imputado
se encuentra en libertad, sin alguna justificación, pues no goza del beneficio de la
libertad provisional bajo caución, existe la obligación legal de la autoridad
responsable de realizar los actos necesarios para ejecutar esa formal prisión, que
se traducen en todas aquellas actividades tendentes a privarlo de la libertad para
que enfrente el juicio en prisión.

4.6.2.2. Auto de sujeción a proceso.


Es una determinación judicial que se dicta con todos los requisitos del auto de
formal prisión, cuando el delito cuya existencia se ha comprobado no merezca
pena de prisión, o esté sancionado con pena alternativa y existan datos suficientes
para presumir la responsabilidad de la persona contra quién se dicta. Cabe
advertir que el auto en comento tiene únicamente el efecto de señalar el delito por
el cual se ha de seguir el proceso, sin privar de su libertad al presunto
responsable. Además, el auto de sujeción a proceso, al igual que el auto de formal
prisión, se dicta por el delito que realmente aparezca comprobado, en relación con
los hechos materia de la consignación, aun cuando se modifique la clasificación
anterior. Dictado el auto de sujeción a proceso, se identifica al procesado por el
sistema adoptado administrativamente.
4.6.2.3. Elementos de los autos de formal procesamiento.
4.6.2.3.1. Comprobación del cuerpo del delito.
El cuerpo del delito constituye el conjunto de elementos objetivos o externos que
conforman la parte material del hecho delictivo.

4.6.2.3.2. Acreditación de la probable responsabilidad.


Se tendrá por acreditada cuando, utilizando los medios probatorios existentes, se
deduzca su participación en el delito, la comisión dolosa o culposa de éste y no
exista acreditada a favor del indiciado alguna causa excluyente.
4.6.2.3.3. Circunstancias de ejecución.
Las circunstancias del delito son acontecimientos que están presentes durante la
comisión del delito, que no modifican la naturaleza de este, pero si influye en la
punibilidad ya sea agravándola o atenuándola.

TEMA V. INSTRUCCIÓN
5.1. Concepto de Instrucción.
Se le conoce como etapa de instrucción a la primera fase, la cual también puede
ser definida como fase de preparación. Esta fase permite al juez o tribunal la
concentración de datos, elementos, pruebas y deducción de los sujetos
interesados y terceros, los cuales son elementos que facilitan que al juez o tribunal
esté en posibilidades de preparar el juicio. De este modo estamos hablando de la
etapa previa al juicio a través del cual se dictará o pronunciará la resolución
respectiva.

5.2. Ofrecimiento de pruebas.


Es un acto de las partes mediante el cual ofrecen al tribunal diversos medios de
prueba (ya sea documental, testimonial, confesional, etc.), donde en este
ofrecimiento, las partes relacionan la prueba con los hechos y las pretensiones o
defensas.

5.3. Admisión de Pruebas.


La admisión de pruebas es la actividad jurisdiccional mediante la cual se decide
qué medios de prueba serán admitidos en juicio. Para ser admisibles, los medios
de prueba deberán ser pertinentes, es decir, referirse, directa o indirectamente, al
objeto de la investigación y deberán ser útiles para el esclarecimiento de los
hechos. El juez podrá limitar los medios de prueba en los siguientes supuestos:
I. Cuando resulten manifiestamente impertinentes, para demostrar un hecho o una
circunstancia;
II. Cuando resulten notoriamente abundantes para probar el mismo hecho;
III. Cuando sean ofrecidos para probar un hecho público y notorio, y
IV. Cuando se trate de delitos de carácter sexual y la prueba pretenda rendirse
sobre la conducta sexual anterior o posterior de la víctima, a menos que sea
manifiestamente justificado. En estos casos, se adoptarán las medidas necesarias
para garantizar la integridad física y emocional de la víctima. En el delito de
violación, el consentimiento no podrá inferirse del silencio o de la falta de
resistencia de la víctima.
5.4. Desahogo de Pruebas.
Es el desarrollo o la manera en la que se desenvuelve la prueba. Cuando se trata
de prueba confesional el desahogo consiste en el desarrollo de las pruebas y
respuestas frente al tribunal que las debe ir calificando. Hay pruebas que tienen un
desahogo automático como en el caso de las documentales.
Ofrecimiento y desahogo de la prueba anticipada
Este tema lo tratamos anteriormente, el cual consiste en que cuando sea
imposible que una prueba se desahogue durante el juicio oral, tomando en cuenta
esas especiales características, dicha probanza (como un testimonio) se
adelantará, por ejemplo: cuando alguien está por fallecer y su testimonio es
valioso para las decisiones que se tomen en el juicio.
Algunos casos excepcionales son aquellos en los que, por su naturaleza, se exige
inmediatez; de este modo, se crea un mecanismo para que esos actos definitivos
e irreproductibles se valoren en el debate.
Cuando sea necesario el anticipo de pruebas, el Ministerio Público o cualquiera de
las partes requerirán al juez que controla la investigación para que lo realice. Si el
juez de garantías considera admisible y necesario anticipar el desahogo de la
prueba, citará a las partes, quienes tendrán derecho a asistir, con las facultades
previstas respecto a su intervención en el debate.
Cuando no asista el abogado defensor al desahogo de esta prueba, podrá
sustituirlo uno de oficio; de no ser así, se obstaculizaría el desarrollo del proceso e
incluso, imposibilitaría el desahogo anticipado de la prueba.
El juez de garantías deberá tener mucho cuidado para autorizar el desahogo
anticipado de una prueba, esencialmente con el fin de no caer en el error de
perder elementos útiles para la resolución y decisión final del juicio. En cualquier
caso, acudir al ofrecimiento de la prueba y desahogarla debe ser una situación
excepcional; de lo contrario, se regresaría al sistema inquisitivo, en el que las
pruebas se obtenían al margen del conocimiento de las partes.
Si es posible, la prueba anticipada deberá practicarse en el debate, la cual puede
tener especiales circunstancias; por ejemplo, que se autorice el testimonio de un
individuo en estado de agonía, pero si por circunstancias médicas esa persona
recupera la salud, el planteamiento girará en torno de si se da validez a la prueba
anticipada desahogada, o que rinda su testimonio al haber recuperado la salud.
Debe quedar muy claro que la prueba anticipada y su desahogo son situaciones
de excepción.
Las pruebas deben desahogarse durante la audiencia del juicio oral, excepto las
anticipadas; de este modo, las que no se desahoguen en la audiencia del juicio
oral no tienen ningún valor.
Ya hemos comentado en la sección algunas reglas que deben observarse durante
la audiencia del juicio oral, que es única (esto es, indivisible), aunque por razones
de cansancio se puede realizar en varios días, pero no se perderán su secuencia
ni mucho menos su unidad. Además de las reglas establecidas acerca de cómo se
permite que sean públicas, excepto en los casos señalados, también precisamos
que la audiencia debe apegarse a las reglas siguientes:

• Disciplina. El orden, el decoro y la higiene son aspectos que cuidará de forma


muy importante el juez de la causa.
• Fuerzas armadas. No ingresarán, al menos que cumplan funciones de vigilancia.
• Distintivos gremiales o partidarios. No se permitirán, como tampoco actos de
publicidad de cualquier naturaleza.
• Medios de comunicación. Podrán permanecer al menos que se trate de una
audiencia privada, que puede realizarse por excepción.
La audiencia debe continuar de forma ininterrumpida para el desahogo de
pruebas, pero, por excepción una audiencia se puede suspender por unos cuantos
días, que no pasen de 15, sólo en los casos siguientes.
• Por una cuestión incidental que no pueda resolverse de manera inmediata.
• Para practicar fuera de la sala de audiencias una investigación inesperada
suplementaria.
• Cuando no comparezcan testigos o peritos indispensables para la audiencia.
• Cuando un juez, acusado, defensor, acusador particular o Ministerio Público no
puedan continuar interviniendo en el debate por enfermedad o causa
verdaderamente grave.
• Por resolución fundada de alguna catástrofe.
• Cuando se requiera ampliar la acusación con base en las pruebas desahogadas.

La oralidad durante la audiencia es esencial; si se habla, se escucharán alegatos y


argumentos, se entregarán los medios de prueba y, en general, todos los que
participen en la audiencia lo harán mediante la palabra hablada; incluso, las
decisiones del juez o tribunal serán verbales, al igual que los fundamentos;
después de ello, se levantará un acta del debate. Quienes no puedan hablar o no
puedan hacerlo en español formularán sus preguntas y contestaciones por escrito
o mediante un intérprete, leyéndose las preguntas y contestaciones en la
audiencia; será similar el caso de los sordomudos, quienes contarán con la ayuda
de un intérprete de señas, las cuales se dirán en voz alta.
El juez o tribunal oral moderarán las discusiones que se realicen en la audiencia,
impedirán derivaciones impertinentes y harán las advertencias y reflexiones
necesarias. Para apoyar sus decisiones y mantener el orden, el juez o tribunal oral
contarán y podrán aplicar las medidas siguientes:
• Apercibimiento.
• Multa.
• Expulsión de la sala de audiencias.
• Arresto.
• Desalojo de la sala de audiencias.
Si el infractor fuera alguna de las partes, se le aplicarán las mismas sanciones, y si
fuese necesario expulsarlas se aplicarán las reglas de ausencia de aquéllas.
Sólo podrán desahogarse las pruebas presentadas de modo ordenado y las partes
dirán cómo desean que se desahoguen. Para una prueba superveniente, el juez o
jurado deberá considerar su relevancia y pronunciarse sobre ella.
Por lo que hace a los testimonios (prueba de testigos), toda persona tiene
obligación de concurrir ante el juzgado o tribunal oral para declarar la verdad de
cuanto conozca y le sea preguntado, sin ocultar los hechos ni negarse a contestar.
Con anterioridad se vio cómo deben comportarse los testigos y de qué manera se
les debe interrogar; esto último ha de ser con respeto, sin presionarlos ni mucho
menos pretender provocar sus respuestas; para evitarlo, el órgano juzgador
tomará las medidas requeridas.
En cuanto a los peritos, es fundamental que sean ajenos al juicio y se garanticen
sus conocimientos acerca del tema del que opinarán. La fuerza probatoria de los
peritos será con base en la mayor o menor credibilidad que el órgano juzgador les
otorgue; además, los peritos no podrán ser rechazados, pero en un momento de la
audiencia se puede precisar que sus puntos de vista o sus relaciones con las
partes los hacen inadecuados.
Las pruebas documentales serán siempre motivo de confirmación de su
autenticidad; para ello, incluso se puede acudir a peritos o a informes oficiales y
así precisar que los documentos son correctos.
En el juicio oral son válidas todas las pruebas solicitadas por las partes, siempre y
cuando, téngase muy presente, se hayan obtenido por medios lícitos, rechazando
de manera drástica cualquier presión para obtener una prueba.

5.5. Efectos del auto por el cual se declara cerrada la instrucción.


Una vez terminado el plazo para la recepción de prueba, se declara cerrada la
instrucción, donde las partes deberán formular verbalmente sus conclusiones y
hacer constancia de ello para los efectos a los que haya lugar.
5.6. Cierre de Instrucción en el fuero Federal. Sus efectos.
Cerrada la instrucción se mandará poner la causa a la vista del Ministerio Público,
por diez días, para que formule conclusiones por escrito. Si el expediente
excediere de doscientas fojas, por cada cien de exceso o fracción, se aumentará
un día al plazo señalado, sin que nunca sea mayor de treinta días hábiles. En el
caso de tener por formuladas conclusiones de no acusación, el juez tendrá que
dar instrucción de que el procesado sea puesto en libertad y se sobreseerá el
proceso.
TEMA VI. PRUEBAS
6.1. Generalidades.
6.1.1. Concepto de prueba.
Prueba es todo conocimiento cierto o probable sobre un hecho ingresado
legalmente al proceso a través de un medio de prueba en la audiencia de juicio
oral y desahogada bajo los principios de inmediación y contradicción, que sirve al
juez como elemento de juicio para los efectos indicados.
Proviene del latín probandum, que significa mostrar, hacer patente, hacer fe; es
una demostración de ciertos hechos.
El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define, en su undécima
acepción como prueba, a la “justificación de la verdad de los hechos
controvertidos en un juicio, hecha por los medios que autoriza y reconoce por
eficaces la ley.”

6.1.2. Objeto de prueba.


El objeto o finalidad de la prueba no es otro que formar la convicción del Juez o
Tribunal en lo que respecta a la verdadera existencia de los hechos introducidos
en el debate a través de los escritos de acusación, así como en lo referente a la
participación del acusado en tales hechos.

6.1.3. Medios de prueba en la Legislación Mexicana.


Son medios de prueba la declaración de la persona imputada, el testimonio de una
persona, la pericial, los documentos, y cualquier medio técnico científico, siempre
que sea conducente y no sea contrario a derecho.
El medio de prueba es un vehículo para llegar a la prueba. Los medios de prueba
nos permiten llegar a la existencia de ésta, lo que ocurrirá cuando dicho medio se
desahogue en juicio y sea controvertido por las partes

6.1.4. Valor Jurídico de la prueba.


La valoración es la actividad jurisdiccional consistente en asignar un valor a las
pruebas que se desahogaron en juicio para efectos de la sentencia. Es la forma en
la que el órgano jurisdiccional da por acreditados o no los hechos materia del
juicio, conforme a las pruebas que se presentaron.
En el sistema penal acusatorio impera la libre valoración de las pruebas, bajo el
sistema de la sana crítica.

6.1.5. Sistemas para la valoración de la prueba.


Por valoración de la prueba nos referimos a un aspecto relacionado a la
convicción judicial, el cual es el objeto de la actividad probatoria. Hay tres
sistemas de valoración de la prueba:

 El sistema de libre apreciación de la prueba: está basado en la buena fé,


confianza y racionalidad.

 El sistema de la prueba legal o tasada: funciona en base a evaluaciones,


requiere verificar que el hecho pueda ser calificado como cierto. En dicho
sistema, es el propio legislador quien de antemano establece la eficacia y el
valor probatorio que debe atribuirse a las pruebas, así como las condiciones
y los requisitos que deben observarse.

 El sistema de prueba mixta: emerge de la mezcla de los dos sistemas


anteriores, otorga libertad al juez para elegir los elementos probatorios.

6.2. Prueba Confesional


Es aquella que deriva de la confesión. En el verbo "confesar" se alude a una
conducta que entraña la aceptación personal de haber sido actor de un
acontecimiento o la admisión de saber algo. Como prueba, se refiere a todas
aquellas donde el sujeto que la realiza reconoce la certeza de ciertos hechos que
a él se le atribuyen.

6.2.1. Concepto.
La confesión es la declaración que hace una parte respecto de la verdad de los
hechos pasados relativos a su actuación personal, desfavorable para ella y
favorable para la otra parte.
6.2.2. Requisitos.
Para que la confesión sea válida deberá apegarse a los requisitos fijados por el
legislador y por el juez.

El maestro Eduardo Pallares, en su Diccionario de Derecho Procesal anota los


requisitos que, en su concepto, debe llenar la confesión para su validez:

 Que sea hecha por persona con capacidad.


 Que la confesión no haya sido obtenida por medio de la violencia física o
moral.
 Que se haga a sabiendas, conscientemente, y con el ánimo de confesar, y
no por ignorancia o error.
 Que se haga ante juez competente.
 Que sea relativa a los hechos controvertidos en el juicio.
 Que no sea contraria a las leyes de la naturaleza ni a las normas jurídicas.
 Que se lleve a cabo, con poder suficiente, cuando no la hace la parte
directamente interesada, sino apoderado o representante legal.
 Que se haga con las formalidades de ley.
 Que la prueba de confesión no esté excluida respecto del hecho confesado.
 Que no implique la renuncia de derechos irrenunciables o de los cuales no
pueda disponer el confesante.
 Que no sea hecha en fraude de acreedores.

6.2.3. Valor Jurídico.


En la valoración de las pruebas el órgano jurisdiccional tendrá en cuenta que la
confesión por sí sola no será suficiente para comprobar el cuerpo del delito o la
plena responsabilidad del inculpado, para que pueda tener valor probatorio deberá
ser corroborada por otras pruebas admitidas y desahogadas conforme a la ley con
los siguientes requisitos:

 Que quien la hizo sea persona mayor de dieciséis años cumplidos, en pleno
uso de sus facultades mentales.
 Que se trate de hechos propios y en su contra, rendida con las debidas
formalidades ante el Ministerio Público durante la investigación o ante el
juez de la causa, en presencia de su defensor.
 Que se hubiere rendido sin existir incomunicación, intimidación, tortura o
cualquier otro medio de coacción física o moral.
 Que no existan datos que la hagan inverosímil a juicio del juez o tribunal
6.2.4. Confesión calificada.
En la confesión calificada, el sujeto activo que efectúa la confesión reconoce un
hecho aducido por la parte contraria pero su declaración pronuncia un agregado o
varios agregados que tienden a aclarar o modificar el sentido de su confesión sin
perjudicar ni favorecer ampliamente. El agregado o los agregados pueden
configurar un ataque o una defensa.

6.2.5. Confesión ficta.


Es una confesión que simula la actividad de la confesión expresa, surge cuando la
persona procesada a pesar de haber sido legalmente citada se resiste a
comparecer renunciado así a su derecho de defensa que por ley se le ha
otorgado.

6.2.6. Retractación.
Es aquella que surge cuando una nueva declaración del imputado es presentada
en cualquier estado del proceso, en virtud de su derecho a ser oído, y que a su
vez desliza significativamente la versión por la que se declaraba a sí mismo autor
o partícipe de un hecho.

Cuando se da el caso, es necesario valorar los motivos y las circunstancias que en


su momento llevaron al imputado a auto incriminarse, y al mismo tiempo analizar
las razones que lo indujeron a que se vuelva contra sus palabras, analizando la
validez y verosimilitud de cada declaración.

Usualmente sucede cuando el acusado afirma que la confesión ha sido el


resultado del empleo de medios violentos o engañosos, y en dado caso, si se
logra probar tal circunstancia procede la retractación. La retractación, al igual que
la confesión, se tendrá en cuenta sólo cuando esté avalada por otras pruebas que
determinen la existencia del hecho delictivo.

6.3. Pruebas testimoniales.


Se le conoce así a la prueba o declaración que se da por medio de testigos, es
decir, aquellas personas conocedoras del delito o de las circunstancias que
precedieron, acompañaron o siguieron a su comisión; a través de la prueba
testimonial se pretende comprobar la verdad acerca de los hechos delictivos.

6.3.1. Concepto.
Testigo o testimonio provienen de las palabras testor, testari, testatus, que
significa proveer, disponer. Testimonio también proviene de testando, que significa
declarar o explicar.

Los testigos son todas aquellas personas que se encuentran en posibilidad de


informar sobre circunstancias que serán de utilidad para los fines de la
investigación. El testigo en sí es un órgano de prueba y su medio de prueba es el
testimonio. En la prueba testimonial se pretende obtener información de los
testigos, de manera formal ante el órgano jurisdiccional.

6.3.2. Atributos, capacidad y obligatoriedad para el testigo.


La narración del testigo es necesaria, obligatoria e imprescindible y al mismo
tiempo también constituye un derecho para el Estado. Lo que le da a una persona
la calidad de testigo es su citación al proceso. Al testigo se le llama a declarar lo
que sabe sobre el objeto del proceso, con el fin de establecer una prueba.

Para aceptar la declaración de un testigo, el tribunal tendrá en consideración: que


el testigo debido a su edad tenga la capacidad y criterio necesario para juzgar del
acto; que por la independencia de su postura y antecedentes personales sea
imparcial; que el hecho delictivo sea susceptible de conocerse por medio de los
sentidos y el testigo lo conozca por sí mismo y no por referencias de otro; que su
declaración sea clara y precisa, y que el testigo no haya sido obligado a declarar
por fuerza, engaño o soborno.

Acerca de las obligaciones del testigo, señala el Artículo 242 que toda persona
que sea testigo está obligada a declarar con respecto a los hechos investigados y
las preguntas que formulen las partes deberán guardar relación con los hechos, en
caso de que el testigo no comparece a la primera citación, sin causa justificada, el
juez ordenará que sea presentado a declarar.

6.3.3. Formalidades para tomar declaraciones del testigo.


 Antes de que los testigos comiencen a declarar se les hará saber acerca de
las penas que el Código Penal establece para los que se producen con
falsedad, o se niegan a declarar.
 Después de tomarle la protesta de decir verdad, se preguntará al testigo
nombre, edad, lugar de origen, habitación, estado civil, ocupación; si se
halla ligado con el inculpado o el ofendido por algún vínculo y si tiene algún
motivo de rencor contra alguno de ellos.
 Los testigos declararán de viva voz, sin que les sea permitido leer las
respuestas: pero podrán consultar algunas notas o documentos que lleven
consigo cuando sea pertinente.
 El Ministerio Público, el inculpado, el defensor, la víctima u ofendidos,
tendrán derecho de interrogar al testigo; el juez o el tribunal tendrán la
facultad de desechar las preguntas que a su juicio sean inconducentes.
 Las declaraciones se redactarán con claridad y usando las mismas palabras
empleadas por el testigo.
 Si la declaración es relativa a un hecho que hubiere dejado vestigios en
algún lugar, el testigo podrá ser conducido a él para que haga las
explicaciones convenientes.
 Siempre que se examine a una persona cuya declaración sea sospechosa
de falta de veracidad, se hará constar esto en el acta y en el momento de la
diligencia, el Ministerio Público, el inculpado o su defensor podrán
manifestar los motivos que tuvieren para suponer falta de veracidad e
inclusive ofrecer pruebas al respecto.
 La autoridad judicial podrá ordenar que se otorgue protección policial a los
testigos, víctimas u ofendidos del delito, cuando se ponga en riesgo su vida
o integridad corporal por su intervención en procesos penales por algún
delito, y su declaración pueda ser determinante para el adecuado desarrollo
del proceso penal.
 Concluida la diligencia se leerá al testigo su declaración para que la
ratifique y después será firmada por el testigo.

6.3.4. Valor jurídico.


La prueba testimonial es la fuente de evidencia más importante para que se
puedan tomar decisiones en el ámbito jurídico; el testimonio no sólo debe ser
valorado en términos de credibilidad, sino también de su relevancia y de su fuerza
probatoria, los cuales dan contenido probatorio a una hipótesis.

6.4. Careo.
Es una modalidad de la prueba testimonial consistente en confrontar
declaraciones contradictorias entre procesados y testigos a fin de soslayar tales
discrepancias. Los careos se pueden llevar a cabo tanto en la fase de
investigación como en el juicio oral.

6.4.1. Concepto.
Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, carear es poner
a una o varias personas en presencia de otra u otras con objeto de apurar la
verdad de dichos o hechos.

En el careo, el Juez pondrá de manifiesto cuáles son las contradicciones y


ofrecerá a los declarantes que se pongan de acuerdo en las versiones emitidas. El
Juez interrogará al inculpado sobre su participación en los hechos imputados, y
practicará los careos entre el inculpado y los testigos que hayan declarado en su
contra para que aquél y su defensor puedan hacerle las preguntas conducentes a
su defensa.

6.4.2. Clases.
Existen dos tipos de careos, aquellos en que los acusados solicitan ver a su
defensor y no constituyen un medio probatorio; y por otro lado están aquellos que
se constituyen como un medio de prueba utilizable para la valoración probatoria de
los hechos, donde se deben realizar con previa lectura de las declaraciones y se
carea con un solo testigo a la vez.

6.5. Prueba pericial.


Son pruebas que surgen del dictamen de los peritos, son requeridas cuando son
necesarios o convenientes la aplicación de conocimientos científicos, artísticos o
prácticos expertos en la materia.

La prueba pericial señalará con claridad y precisión el objeto sobre el cual deba
recaer el conocimiento pericial, y podrá ser realizada por uno o tres peritos. Quien
determinará si es necesario o no el uso de prueba pericial, es el Juez.

Los peritos sólo pueden ser nombrados por el Juez o Tribunal, con conocimiento
de las partes y no deben de tener parentesco próximo, haber informado
anteriormente en contra del recusante el vínculo profesional o de intereses con la
otra parte.

6.5.1. Concepto de períto.


Se conoce como períto a las personas llamadas a informar ante el juez o tribunal,
por razón de sus conocimientos especiales y siempre que sea necesario tal
dictamen científico, técnico o práctico sobre hechos litigiosos.

6.5.2. Peritos oficiales, particulares y terceros en discordia.


La designación de peritos hecha por el Ministerio Público deberá recaer en las
personas que desempeñen ese empleo por nombramiento oficial o bien en
personas
que presten sus servicios en dependencias del Gobierno Federal, en
Universidades o que pertenezcan a Asociaciones de Profesionistas.

De no contar con peritos de los que se mencionó con anterioridad, se podrán


nombrar otros, en cuyo caso, los honorarios se cubrirán según lo que se
acostumbre pagar en los establecimientos particulares.

Terceros: los terceros son personas distintas a las partes que pueden verse
afectadas en sus intereses con la tramitación de un juicio, e intervienen en él
precisamente para defenderse.
6.5.3. Peritaje.
Por “Peritaje” debe entenderse toda aquella actividad de estudio realizada por una
persona o equipo de personas hábiles y prácticos en el tema objeto de peritaje y
que poseen acreditación certificada de sus habilidades y conocimientos
encaminada a obtener criterios certeros e indubitados útiles para los fines de la
actividad procesal.

6.5.4. Desarrollo de la peritación.


La prueba pericial consiste en la investigación de las pruebas materiales y otros
objetos que se obtienen durante la investigación de una causa penal y se lleva a
cabo en la forma procesal que viene establecida en la ley.

Para el desarrollo de la investigación pericial tenemos que el perito deberá ser es


un especialista competente en la materia cuyo objetivo es la investigación (huellas,
objetos, sujetos o eventos en relación con las acciones procesales); en la
investigación se utilizarán los conocimientos científico-técnicos, artísticos o
empíricos con el objetivo de obtener pruebas para la causa penal.

El perito solamente trabajará con las pruebas que le sean entregadas y formulará
su conclusión a las cuestiones que se le pidan. En el caso de los peritajes
criminalísticas, si determina otras cuestiones de interés para la causa, se pone en
contacto con la autoridad solicitante y previo consenso de esta procederá a hacer
sus observaciones.

Las conclusiones periciales se tomarán por separado de los otros medios de


prueba (declaraciones de los testigos y víctimas, los documentos, etc.), serán
insuficientes para establecer dicha identidad y al valorar todas las fuentes de
prueba en su conjunto, se puede hacer una conclusión bastante integral sobre la
situación.
6.5.5. Su tratamiento en los códigos de procedimientos penales.
 El Código Nacional de Procedimientos Penales, establece en su Artículo
368. Gastos de producción de prueba Tratándose de la prueba pericial,
donde el Órgano Jurisdiccional ordenará, a petición de parte, la designación
de peritos de instituciones públicas, las que estarán obligadas a practicar el
peritaje correspondiente.
 En el Artículo 369 se establece que si por las circunstancias del caso, las
partes que intervienen en el procedimiento consideran necesaria la
asistencia de un consultor en una ciencia, arte o técnica, así lo planteará al
Órgano Jurisdiccional. El consultor técnico podrá acompañar en las
audiencias a la parte con quien colabora, para apoyarla técnicamente.
 En el Artículo 368, acerca de la prueba pericial, se lee que se podrá
ofrecerse la prueba pericial cuando, para el examen de personas, hechos,
objetos o circunstancias relevantes para el proceso, fuere necesario o
conveniente poseer conocimientos especiales en alguna ciencia, arte,
técnica u oficio.
 Acerca del Título oficial, el Artículo 369 dice que los peritos deberán poseer
título oficial en la materia relativa al punto sobre el cual dictaminarán y no
tener impedimentos para el ejercicio profesional, siempre que la ciencia, el
arte, la técnica o el oficio sobre la que verse la pericia en cuestión esté
reglamentada; en caso contrario, deberá designarse a una persona de
idoneidad manifiesta y que preferentemente pertenezca a un gremio o
agrupación relativa a la actividad sobre la que verse la pericia.
 Artículo 370. Medidas de protección: En caso necesario, los peritos y otros
terceros que deban intervenir en el procedimiento para efectos probatorios
podrán pedir a la autoridad correspondiente que adopte medidas que les
brinde la protección prevista para los testigos.
 En relación con los posibles objetos sujetos a peritaje, el Artículo 228 indica
que son responsables de cadena de custodia quienes, en cumplimiento de
las funciones propias de su encargo o actividad, en los términos de ley,
tengan contacto con los indicios, vestigios, evidencias, objetos,
instrumentos o productos del hecho delictivo. Por lo tanto, la cadena de
custodia establece la ubicación, manejo y estado de preservación y cuidado
de un objeto desde el momento en que es recuperado y el momento del
juicio oral. El propósito de la cadena de custodia es demostrar la
autenticidad de la evidencia física, acreditando que el objeto presentado en
la sala de audiencias durante el juicio, es el mismo y no ha sido alterado.

6.5.6. Valoración.
El actuar del perito tiene un peso importante en el esclarecimiento de los hechos
punibles, pues el peritaje es un medio de prueba que brinda presunción concreta,
conduciéndose con sinceridad, veracidad y una mayor precisión en la materia de
estudio.

6.5.7. Intérprete y traductor.


Se le conoce como perito intérprete o traductor en lenguas a aquella persona que
pueda ayudar a un hablante de diversas etnias (en la mayoría de los casos se
trata de alguna lengua indígena) a entender y hacerse entender en un
procedimiento jurisdiccional. Gracias a su intervención se puede garantizar que
una persona comprenda con claridad lo que ocurre durante el proceso.

6.6. Inspección Judicial.


Es la comprobación directa que lleva a cabo el Juez al que corresponda verificar
hechos o circunstancias de un juicio, para dar fe de su existencia, así como de las
personas, cosas o lugares que deban ser examinados. Se reduce, normalmente, a
la visita a un lugar determinado, para cerciorarse in situ de que la existencia de
ciertas.

6.6.1. Concepto.
Define a la inspección o reconocimiento judicial como el examen sensorial directo
realizado por el juez en las cosas u objetos que están relacionados con la
controversia. Dicha inspección tiende a formar convicción sobre la situación o
circunstancias que tengan relación con el proceso. Al mismo tiempo, la inspección
judicial es un medio de prueba que se da al someter las cosas, lugares o inclusive
personas al examen adecuado en los sentidos pertinentes.

6.6.2. Clasificación.
A la inspección judicial, se le puede clasificar en extrajudicial y judicial. La primera,
está a cargo del agente del Ministerio Público y ocurre en la averiguación previa, la
segunda, se realiza por el Juez, atendiendo a los fines que se consideren
pertinentes.

6.6.3. Valor probatorio.


Su importancia radica en la posibilidad de mostrar directamente al juez las cosas u
objetos relacionados con los puntos del litigio a resolverse, para que de ello pueda
obtenerse alguna ilustración sobre las cuestiones debatidas, ya que una de sus
características es el que el juez tenga conocimiento inmediato de la cosa
inspeccionada, dándole oportunidad a las partes para hacer las observaciones que
estimen relevantes en su desahogo, tomándose nota de ellas y confrontándolas
con la realidad de los hechos.

6.6.4. Cateo.
Es un acto de investigación que se realiza por medio de la solicitud del Ministerio
Público con autorización judicial, ocurre cuando se considera útil inspeccionar un
lugar, personas u objetos, que ayuden a esclarecer los hechos delictivos. La orden
de cateo garantiza y da formalidad a la certeza jurídica del acto.

6.7. Confrontación.
Este constituye un medio de prueba utilizado en el proceso penal, donde se sitúa
al inculpado, al ofendido, o a los testigos, frente a un grupo de personas con el
objeto de que puedan identificar lo que han declarado conocer. La confrontación
se practicará cuando quien declare no pueda dar noticia exacta de la persona a
quien se refiera, pero exprese su capacidad de reconocerla si se la presentan, y
cuando el declarante asegure conocer a una persona y haya motivos para
sospechar que no la conoce.

Los requisitos para realizar la confrontación son: Que la persona que sea objeto
de la confrontación no se disfrace ni se desfigure, que se presente acompañada
de otros individuos vestidos con ropas semejantes; quien deba ser confrontado
puede elegir el sitio en que quiera colocarse y se preparará colocando en una fila
a la persona que deba ser confrontada y a las que la acompañan; se llevará al
declarante frente a las personas que formen la fila, se permitirá al declarante mirar
detenidamente a las personas de la fila y se le prevendrá que señale con la mano
a la que se quiere identificar, manifestando las diferencias o semejanzas que
advierta entre el estado actual y el que tenía en la época a que en su declaración
se refiere, al ser varios declarantes o confrontados, se verificarán tantos actos
separados cuantas sean las confrontaciones que hayan de practicarse.

6.7.1. Concepto.
Según su significado etimológico, el término se refiere al acto y resultado de
confrontar, verbo que se refiere a cotejar, carear o enfrentar. En materia penal es
el medio de prueba que se utiliza en el proceso penal situado al inculpado, al
ofendido, o a los testigos, frente a un grupo de personas con el objeto de que
puedan identificar a la que han declarado conocer.
6.8. Reconstrucción de los hechos.
La reconstrucción de los hechos consiste en la reproducción artificial de un hecho
de interés para el proceso penal, pudiendo ser una representación teatral o
cinematográfica, ya sea sobre los momentos en que se cometió el delito, o
algunas circunstancias vinculadas, cuyo propósito es verificar si los sujetos
procesales han declarado con la verdad.

En México, el Código Nacional de Procedimientos Penales, establece en su


artículo 259 que: "Cualquier hecho puede ser probado por cualquier medio,
siempre y cuando sea lícito".

6.8.1. Concepto.
Es el acto procesal que consiste en la producción artificial y limitativa materia de
proceso en las condiciones que se firma o se presume que ha ocurrido, con el fin
de comprobar si pudo efectuarse de acuerdo con las declaraciones y demás
pruebas actuadas.

6.8.2. Personas que intervienen.


Los llamados a presenciar, repetir, intervenir o exponer los hechos podrán ser los
testigos, la víctima, el inculpado, el perito, el abogado defensor o los que el caso o
autoridad aconseje. Dicha reconstrucción puede hacerse de manera completa o
parcial, teniendo en cuenta su relevancia y aporte al proceso penal.

Según el Código Procesal Penal entre las aclaraciones, derechos y deberes de los
sujetos procesales menciona:

Artículo 107.- El Fiscal al tener conocimiento de un delito de ejercicio público de la


acción penal, podrá constituirse, en el lugar de los hechos con el personal y
medios especializados necesarios, y efectuar un examen con la finalidad de
establecer la realidad de los hechos, levantando las actas correspondientes. Una
vez concluida la diligencia, se levantará un acta levantada por el secretario y
suscrito por todos los asistentes, la cual señalará: la hora, fecha, lugar,
declaraciones del inculpado, el agraviado y testigos (si los hubiere), las firmas, lo
que se ha percibido y el raciocinio etc. También se le podrá adjuntar croquis,
planos, fotografías, grabaciones, video y demás operaciones técnicas o científicas.

6.9. Prueba documental.


Cuando hablamos de documentos, este medio de prueba resulta de mucha
importancia dentro del proceso penal, pues en un documento podemos encontrar
representado un hecho o un pensamiento que confirme la existencia de un delito.

El código de Procedimientos Penales señala como auténticos los documentos


escritos, las reproducciones fotográficas o cinematográficas, las grabaciones, las
copias fotostáticas, el télex y en general cualquier otra declaración o
representación mecánica de hechos.

6.9.1. Concepto.
Su significado hace alusión a los documentos, ya sea escritos o materiales que
conservan datos acerca de sucesos verídicos y relevantes para el esclarecimiento
de los hechos en el proceso penal.

6.9.2. Clasificación.
En materia penal, existen dos clases de documentos a saber, documentos
públicos y privados. En primer lugar, los documentos públicos son todos aquellos
que pueden ser consultados por cualquier persona, excepto aquellos que por
disposición de la ley legal se deban conservarse como reservados, y serán
entregados por funcionarios públicos en el ejercicio de su intervención. En
segundo lugar, los expedidos por los particulares, también podríamos decir que
son aquellos que no cumplen los requisitos para ser públicos. De esta división
depende su valor probatorio, ya que el documento público se presume auténtico y
el privado demanda su reconocimiento ante autoridad competente.

6.9.3. Valor probatorio.


Para que el documento como tal deba ser valorado e introducido como elemento
material probatorio este mismo deberá contar con elementos que brinden un
soporte material y relevante al caso particular. Así mismo, se ofrecerá como medio
de prueba al juez a quien corresponde su valoración en el curso de la indagación e
investigación de los actos investigativos para preparar el juicio.

6.9.4. Correspondencia particular del procesado.


Durante la etapa de investigación, el juez puede acordar la detención de la
correspondencia privada o postal que el procesado remitiere o recibiere, así como
su apertura y examinación en caso de existir indicios de obtener la comprobación
de alguna circunstancia relevante a la causa.
Dicha acción se practicará por medio de diligencia, abriendo el juez por sí mismo
la correspondencia, y después de leerla para sí, resaltar lo que haga referencia a
los hechos de la causa. Aquella correspondencia que no se relacione a la causa,
será entregada al procesado o a su representante.

TEMA VII. JUICIO


7.1. Conclusiones Conceptos.
La etapa de juicio comprende desde que se recibe el auto de apertura de juicio
hasta la sentencia emitida por el Tribunal de Enjuiciamiento. Es la etapa de
decisión de las cuestiones esenciales del proceso.
Se realizará sobre la base de la acusación en la que se deberá asegurar la
efectiva vigencia de los principios de inmediación, publicidad, concentración,
igualdad, contradicción y continuidad.

 El Juez establece el protocolo de audiencia.


 Se realizan los alegatos de apertura, desahogo de pruebas y
alegatos de clausura.
 El Juez emite el fallo, y en caso de ser condenatorio se fija audiencia
para la individualización de la pena.
 El acusado puede recurrir mediante un recurso de apelación.

7.2. Clasificación de las conclusiones.


Las conclusiones son la expresión de toma de posición frente a los hechos materia
de proceso tanto del Ministerio público como la defensa. Las conclusiones son el
antecedente de la audiencia final de primera instancia y el dictado de sentencia o
el decreto del sobreseimiento de la causa.
La acusación definitiva se lleva a cabo en las conclusiones porque es cuando se
acusa a un apersona y se le impone una pena determinada: materializando así el
ejercicio de la acción penal.

7.2.1. Del Ministerio Público.


Las conclusiones formuladas por el Ministerio público (de acusación o no
acusación), deberán hacer una exposición breve de los hechos y de las
circunstancias peculiares del procesado. Propondrá las cuestiones de derecho que
se presenten y citará las leyes ejecutorias o doctrinales aplicables.
Si las conclusiones son acusatorias, el Ministerio público deberá fijar en
proposiciones concretas, los hechos posibles que atribuyan al acusado, solicitar la
aplicación de sanciones correspondientes, incluyendo la reparación del daño y
perjuicio, y citar leyes y la jurisprudencia aplicable al caso. Estas proposiciones
deberán contener los elementos constitutivos de delito y los conducentes a
establecer la responsabilidad, así como las circunstancias que deban tomarse en
cuenta para individualizar la pena o medida. Así, el Ministerio público considerará
las reglas que el CPPDF señala acerca de la individualización de las penas
medidas.

Más tarde se notificará al acusado y al defensor a fin de que, en un término igual


al que para el Ministerio público, contesten el escrito de acusación y formulen, a su
vez, las conclusiones que crean procedentes. Véase: artículos 292, 293, 296 y 305
al 307 del CFPP.

7.2.2. De la Defensa.
La ley no señala ninguna forma especial a la que deban llevarse a cabo las
conclusiones de la defensa y pueden ser cambiadas en cualquier momento por
quien las formule. No obstante, es importante considerar que las conclusiones
acusatorias deben darse a conocer junto con todo el proceso al acusado y su
defensor, para que, en un término igual al concedido al Ministerio público, las
contesten y formulen.

Por la anterior, se deduce que las conclusiones del defensor tienen el antecedente
de las conclusiones acusatorias del Ministerio público. La clasificación de las
conclusiones de la defensa es: provisionales y definitivas. Los efectos son: fijar los
actos de defensa sobre los que versará la audiencia final de primera instancia y
dar lugar a un auto, señalado el día y hora para la celebración de la vista.

7.3. Omisión a las conclusiones.


Si el Ministerio público no cumple con el cometido en el plazo señalado, el juez
deberá informar mediante notificación personal al Procurador General de la
República sobre la omisión de conclusiones. El procurador deberá formular u
ordenar la formulación de las Conclusiones pertinentes, en un plazo de diez días
hábiles, contados desde la fecha en que se le haya notificado la omisión, sin
perjuicio de que se apliquen las sanciones que correspondan. Pero si el
expediente excede doscientas fojas, por cada cien de exceso o fracción se
aumentará un día en el plazo señalado, sin que nunca sea mayor de treinta días
hábiles. Véase, artículo 291 del CFPP y el artículo 315 del CPPDF.
Si transcurren los plazos antes señalados, sin que se formulen las Conclusiones,
el juez tendrá por formuladas las conclusiones de no acusación y el procesado
será puesto en inmediata libertad y se sobreseerá el proceso. De manera inversa,
si el acusado y el defensor no formulan las conclusiones, el juez supondrá que el
defensor y el procesado se pronuncian por la inculpabilidad sin perjuicio de la
corrección disciplinaria que se aplique al defensor remiso. Véase, artículos 296,
297 del CFPP y 318, 325 del CPPDF.

Si las Conclusiones han sido acusatorias, formuladas por el Ministerio público o


por el Procurador, se harán conocer al acusado y a su defensor dándoles vista de
todo el proceso, a fin de que, en un término igual al Ministerio público, contesten el
escrito de acusación y formulen a su vez, las conclusiones que crean procedentes.

7.4. Audiencia de vista del proceso.


7.4.1. Sujetos que intervienen.
7.4.2. Tramitación legal.

TEMA VIII. SOBRESEIMIENTO


8.1. Concepto de sobreseimiento.
Si bien el Código Nacional de Procedimientos Penales (en adelante CNPP) no lo
define, se puede entender el sobreseimiento como la resolución judicial que se
dicta antes de que concluya el procedimiento penal (juicio) y que pone fin al mismo
sin pronunciarse propiamente sobre el fondo del asunto.

8.2. Procedencia.
Procede el sobreseimiento cuando el acto impugnado queda sin efectos como
consecuencia de la aparición de alguna causal de improcedencia, cuando en otro
recurso de revisión se haya hecho referencia a la misma materia, Sujeto Obligado,
Recurrente y Objeto que no haya causado estado y este deje satisfecho la
pretensión del particular.

8.3. Tramitación legal.


El artículo 327 del CNPP establece 9 causales, estas son: que no haya acción
alguna que perseguir, que la acción no sea un delito, que sea evidente la
inocencia del acusado, que el acusado no sea responsable (porque hubo una
causa de exclusión del delito como la legítima defensa), porque el Ministerio
Público considere que no tiene pruebas, porque se hubiere extinguido la acción
penal (por prescripción por ejemplo), porque el delito que se persigue dejo de
serlo según una ley actual, por que el acusado ya hubiese sido juzgado por ese
delito, por la muerte del acusado.

A su vez se puede dictar sobreseimiento cuando:

 El acusado haya cumplido con las condiciones establecidas dentro de su


resolución de suspensión condicional del proceso (artículo 199 del CNPP).
 Después de la etapa de investigación complementaria el Ministerio Público
no se manifieste sobre si se seguirá el procedimiento, o si solicitará el
sobreseimiento el mismo, el juez dictará de oficio el sobreseimiento.

 8.4. Resoluciones que le ponen fin.

El sobreseimiento puede ser definitivo o temporal según ponga término al


procedimiento o únicamente lo suspenda o paralice por ciertas y determinadas
causales legales.

También puede ser total o parcial dependiendo si refiere a todos o alguno de las
partes o hechos de la causa.

8.5. Efectos Jurídicos.

Según establece el artículo 328 del CNPP, el sobreseimiento tiene los efectos de una
sentencia de inocencia, por lo que termina el juicio, y hace que sea legalmente
imposible volver a juzgar por ese delito al acusado o como se dice en latín non bis in
idem (que se interpreta como nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo delito).

Adicionalmente, con este se dan por canceladas todas las medidas cautelares
dictadas en contra del acusado, como el otorgamiento de garantía (artículo 175
CNPP).

TEMA IX. SENTENCIA PENAL


9.1. Concepto de Sentencia
Las sentencias son las decisiones de las autoridades jurisdiccionales sobre el
fondo del asunto que se trata y que ponen fin al procedimiento. En oposición de
los autos que resuelven todo lo demás (Artículo 67 del Código Nacional de
Procedimientos Penales).

Dentro del Procedimiento Penal, las sentencias las dictan los Jueces y los
Magistrados de Tribunales Unitarios o de las Salas de los Poderes Judiciales de
los Estados.

9.2. Clasificación.

9.3. Formalidades exigidas por la ley.


En cuanto a su redacción, la Ley establece que:

 Deben ser congruentes con lo pedido o con la acusación que formula el


Ministerio Público (la petición de aplicar una sanción penal a la persona
acusada de cometer un delito).
 Deben contener los antecedentes de manera concisa.
 Los puntos a resolver deben tener una correcta relación con la Ley y con
los hechos, tener claridad y ser concisos así como evitar los formulismos,
buscando darle preferencia a esclarecer los hechos.
Las sentencias solo podrán ser en dos sentidos: absolutoria o condenatoria. Una
sentencia condenatoria dictará los castigos (por lo general años de cárcel), entre
otras cosas como las opciones para que el imputado pueda tener alternativas al
encarcelamiento, esto según lo establece el artículo 406. Dentro del procedimiento
tradicional, la sentencia se dictará después de la audiencia de juicio, una vez
escuchados los alegatos.

De acuerdo al Código Nacional de Procedimientos Penales, la sentencia debe


contener:
 Quien la expide, es decir el tribunal o juzgado así como los nombres de los
jueces o magistrados que lo integre.
 La fecha.
 El nombre del acusado y del ofendido.
 La narración de los hechos que constituyen el delito que se está juzgando
y, en su caso, los daños y perjuicios reclamados.
 La oferta para reparar el daño así como los argumentos de defensa del
acusado.
 Un extracto donde se detallen las pruebas en que se basó.
 Las razones que sirvieren para fundar la resolución.

9.4. Contenido de fondo. La verdad histórica.


Toda sentencia penal y de cualquier materia, tiene que sujetarse a ciertos
principios inspiradores, entre ellos la fundamentación, la motivación, exhaustividad
y congruencia. Sin embargo, estos no son principios exclusivos de la sentencia,
puesto que toda resolución debe de ajustarse a estos principios, por así derivarse
del contenido de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Cuando una resolución judicial no resuelve el fondo de un asunto, se le
denominará auto, decreto, acuerdo. Por otra parte hay que señalar, que las
llamadas sentencia interlocutorias, propiamente no lo son, ya que resuelven sobre
una cuestión accesoria, ya sea un incidente o cualquier otra cuestión procesal
derivada de la cuestión principal.

El fondo de una sentencia está conformado por la cuestión principal que dio
motivo a la secuela procesal, en el caso de la materia penal, el fondo será la
determinación de la existencia de los elementos del cuerpo del delito y la
responsabilidad del sujeto procesado.

9.5. Individualización de la pena. La personalidad del procesado.


El Código Federal de Procedimientos Penales señala en su artículo 293 que en el
primer caso de la parte final del artículo 294, deberá fijar en proposiciones
concretas, los hechos punibles que atribuya al acusado, solicitar la aplicación de
las sanciones correspondientes, incluyendo la reparación del daño y perjuicio, y
citar las leyes y la jurisprudencia aplicables al caso. Estas proposiciones deberán
contener los elementos constitutivos del delito y los conducentes a establecer la
responsabilidad, así como las circunstancias que deban tomarse en cuenta para
individualizar la pena o medida. Para este último fin, el Ministerio Público
considerará las reglas que el Código Penal señala acerca de la individualización
de las penas o medidas.

El tribunal deberá tomar conocimiento directo del sujeto, de la víctima y de las


circunstancias del hecho en la medida requerida para cada caso, teniendo amplias
facultades para allegarse los datos a que se refiere este artículo, pudiendo obrar
de oficio para ese objeto. La misma obligación señalada en los párrafos
precedentes tiene el Ministerio Público durante la averiguación previa y en el curso
de la instrucción, para el efecto de hacer, fundadamente, los señalamientos y
peticiones que correspondan al ejercitar la acción penal o al formular
conclusiones.

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