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Engler, B. (1996)
Capítulo 12: Carl Rogers (pp. 326-349)
◙ Las teorías humanistas de Carl Rogers y Abraham Maslow surgieron en la década de 1950 en un esfuerzo por corregir
los conceptos limitados de la naturaleza humana tanto del psicoanálisis clásico como del conductismo radical (p. 325).
◙ Ambos en desacuerdo con el panorama oscuro, pesimista y en gran medida negativo de la personalidad presentado por
el psicoanálisis freudiano. También cuestionaban la perspectiva acerca de la persona como una máquina o robot que
caracterizaba a los primeros enfoques de la conducta y del aprendizaje.
◙ Enfatizaron al individuo como un ser humano activo, creativo y con capacidad de experimentación, que vive en el
presente y responde en forma subjetiva a las percepciones, relaciones y encuentros actuales.
◙ Para Rogers, la conducta está determinada por cómo la persona percibe el mundo y sus acontecimientos.
◙ Su teoría describe al YO como un elemento vital en la experiencia. Debido a Rogers el YO resurge como constructo
útil para entender la personalidad (p. 327).
◙ Presenta al YO como un constructo científico que ayuda a explicar lo que se observa. Constituye los procesos
psicológicos que gobiernan la conducta.
◙ La realidad es una construcción creativa y subjetiva del sujeto. Es una construcción personal.
◙ Un entendimiento empático de las experiencias ajenas es útil para entender la experiencia y comprender los procesos
de la personalidad.
Realización
◙ Es la tendencia primaria del organismo: mantenerse, realizarse y mejorarse a sí mismo.
◙ Es una tendencia trazada por la genética, pero susceptible a ser influenciada por el temperamento.
◙ El proceso de realización no es ni automático ni fácil; implica lucha e incluso dolor (p. 330).
◙ CONDUCTA: Intento dirigido hacia el objetivo por el organismo para satisfacer sus necesidades conforme las
percibe. Es la respuesta a la percepción que tiene el individuo de sus necesidades.
¤ La conducta dirigida hacia el objetivo se acompaña de emociones que facilitan el proceso de realización.
¤ Las emociones ayudan al organismo a evaluar sus experiencias vitales en términos de qué tan bien sirven
a la tendencia realizadora.
◙ La realización ocurre con mayor libertad cuando la persona es abierta y se percata de todas sus experiencias, sean
éstas sensoriales, viscerales o emocionales.
El YO
◙ Emerge de la interacción entre el organismo y el ambiente durante el proceso de realización.
◙ En la interacción el niño adquiere ideas acerca de sí mismo, de su mundo y de su relación con éste. Aquellas
experiencias que aumentan el YO, se incorporan en la imagen de sí mismo. Las que amenazan al YO, se niegan.
◙ AUTOCONCEPTO: Porción del campo fenoménico compuesta por percepciones y valores conscientes de “mí” o
“yo”, algunos de los cuales resultan de la propia valoración por parte del organismo de sus experiencias, y en algunos
casos han sido introyectadas o tomadas de otros individuos que son importantes para la persona (pp.330-331). Es un
objeto de percepción. Es la imagen que el individuo percibe de sí mismo.
¤ Debido a que surge en parte a través de los demás, existe el potencial para la disociación o el alejamiento (y
por lo general ocurre en algún grado).
¤ Si esto ocurre, la tendencia realizadora puede ser alterada en conductas que no conducen a la realización.
¤ El “Yo” que forma el individuo puede ser una variación de la experiencia real de su organismo debido a que
incluye valores que son tomados de otras personas en lugar de las experiencias reales del organismo. En
ocasiones, las experiencias del Yo y las del organismo no coinciden.
◙ El niño valora la experiencia como positiva o negativa. Dichas experiencias pueden ser simbolizadas, ignoradas,
negadas o distorsionadas. Si una experiencia es simbolizada, se acepta en la conciencia y se percibe y organiza en una
relación con el Yo; porque están relacionadas con las necesidades del Yo. Si es inconsistente con la estructura del Yo,
son negadas o distorsionadas.
La conciencia del individuo depende en gran medida del autoconcepto. Se tiende a considerar algunas
percepciones como ajenas. Las experiencias ocurren en la realidad y el organismo reacciona ante éstas, pero no
son simbolizadas o reconocidas por el Yo consciente.
◙ Congruencia: Cuando las experiencias simbolizadas de una persona reflejan todas las experiencias reales del
organismo. Hay correspondencia entre el YO como es percibido y el YO real.
◙ Incongruencia: Cuando las experiencias simbolizadas no representan todas las reales, o son negadas o
distorsionadas. Puede darse una posible desadaptación.
◙ Cuando un individuo niega o distorsiona experiencias sensoriales y viscerales significativas, surgen ciertas
tensiones básicas. El YO como es percibido, el cual gobierna en forma primaria a la conducta, no es un
representante adecuado de las experiencias verdaderas del organismo. Se vuelve cada vez más difícil para el YO
satisfacer las necesidades del organismo. Se desarrolla la tensión y se presenta una sensación de ansiedad o
incertidumbre.
◙ Cuando el autoconcepto es congruente con las experiencias del organismo, la persona está libre de la tensión
interna y adaptada desde el punto de vista psicológico […] el autoconcepto debe incluir tanto el deseo de
comportarse de una forma, como de conducirse en otras formas más aceptadas por la sociedad […] cuando las
personas se dan cuenta de sus impulsos y percepciones y las aceptan, incrementan la posibilidad de control
consciente sobre su expresión (p. 333).
◙ No plantea una etapa específica del desarrollo de la personalidad de la infancia a la edad adulta.
¤ Consideración positiva de los demás: La persona es amada y aceptada como es. El niño, con tal de ser
aceptado y amados por quienes los cuidan, se comportarán de cierta manera y experimentarán cambios
significativos en su conducta.
Existe una consideración positiva incondicional que es dada libremente a los niños por lo que
representan sin importar lo que hagan. Ésta no es contingente con ninguna conducta específica. Por
ejemplo: el padre que limita ciertas conductas indeseables de su hijo objetando sólo las acciones
(rayar la pared) y no desaprobando al niño o a sus sentimientos (“eres un niño malo por rayar la
pared”).
La consideración positiva condicional se da sólo bajo ciertas circunstancias. A los niños se les hace
entender que sus padres no los amarán a menos que piensen, sientan y actúen como ellos lo desean.
En ese caso, el niño percibe al padre como una persona que impone condiciones de valor;
especificando las circunstancias bajo las cuales el niño será aceptado. Tales condiciones de valor
pueden conducir al niño a introyectar valores de otros sujetos en lugar de los del Yo y provocan una
discrepancia entre el autoconcepto y las experiencias del organismo (p. 334).
◙ La distinción primaria hecha por Rogers es entre sentimientos y acciones. Los sentimientos simplemente son. Tienen
un valor importante ya que ayudan a entender la experiencia. Las acciones pueden ser apropiadas o no. Algunas de
éstas tienen que se reprimidas o impedidas para poder funcionar juntos en sociedad (p. 335).
1. Apertura a la experiencia: La persona se percata de todas sus experiencias: no está a la defensiva y no necesita
negar o distorsionar las experiencias. Puede reconocer un sentimiento aunque sea inapropiado actuar de acuerdo
con éste (p. 336).
2. Vida existencial: Capacidad de vivir con plenitud y riqueza cada momento de la existencia. Son flexibles y
espontáneas. No necesitan estructuras preconcebidas para interpretar cada suceso.
3. Confianza organísmica: Confía en las experiencias de su propio organismo. Toman en cuenta las opiniones de
otros individuos y el consenso de su sociedad, pero no están atados por ellos.
4. Libertad de experiencia: Opera como agente de opción libre. Asume la responsabilidad por sus decisiones y
conducta. Está sujeto/a a las leyes de la causalidad. Sabe que su conducta está determinada en gran medida por la
estructura genética, las experiencias pasadas y las fuerzas sociales. No obstante, se sienten libres en forma
subjetiva para percatarse de sus necesidades y responder de manera apropiada.
1. EMPATÍA: La capacidad de experimentar los sentimientos de otra persona como si fueran propios, pero sin
olvidar que es un supuesto; es decir, te pones en sus zapatos, pero sin tratar de adoptar sus actitudes o perder las
propias. El terapeuta entiende el marco de referencia interno del cliente y lo comunica, en gran medida a través de
declaraciones que reflejan los sentimientos del cliente.
2. ACEPTACIÓN: Reconocimiento sin juicios de sí mismo y de la otra persona sin plantear ninguna condición
valor. Esto permitirá actuar de modo libre a la otra persona.
La dirección de la terapia es determinada por el cliente. Es él/ella quien determina qué se discutirá, cuándo y en qué
medida.
En la terapia rogeriana, el terapeuta comunica la actitud de aceptación en gran medida a través de declaraciones que
reflejan los sentimientos del cliente (p. 338).
Rogers descubrió que la mayor parte de las respuestas se encuentran dentro de una de cinco categorías usadas en el
siguiente orden de frecuencia en la vida cotidiana y que tienden a conducir hacia una consecuencia diferente:
¤ RESPUESTA EVALUATIVA: Se coloca un juicio de valor en los pensamientos, sentimientos, deseos o conducta
de la persona. Se utilizan cuando al oyente se le pide de manera específica que dé una opinión o que revele valore
so actitudes. Sin embargo, estas respuestas hacen juicios que tienden a quitar una actitud de aceptación básica del
otro individuo, lo que podría generar una reacción defensiva en el hablante y a una situación en la que cada parte
simplemente observa el problema desde su propio punto de vista.
¤ RESPUESTA INTERPRETATIVA: Es un esfuerzo de parte del oyente para comunicar al hablante original cuál es
el problema en realidad o cómo crece que se siente en realidad el hablante respecto a la situación. Permite
desarrollar un insight. No obstante, las interpretaciones deben presentarse de forma tentativa y dejarse abierta a
una confirmación posterior. Además, no debe ser presentada antes o justo cuando el hablante está a punto de hacer
la misma observación.
¤ RESPUESTA TRANQUILIZADORA: Se intenta calmar los sentimientos originales del hablante. Son útiles para
transmitir aceptación al hablante o para alentar a una persona para que intente conductas nuevas que podrían
ayudar a resolver un problema. No obstante, hay que tener cuidado con no hacer que la persona perciba que el
hecho de tranquilizarla es porque se está minimizando el problema (p. 339).
¤ RESPUESTA EXPLORATORIA: Para buscar más información. La información adicional puede ser muy útil para
ayudar al oyente a entender el problema. No obstante, hay que tener cuidado con no hacer parecer que es una
intromisión a la privacía del otro.
¤ RESPUESTA REFLEXIVA: Busca captar los sentimientos subyacentes que son expresados en la comunicación
original. No tan sólo se repite las palabras o pensamientos originales del hablante, sino que intenta dirigirse hacia
la emoción subyacente que fue expresada. Son útiles porque le sugieren al hablante que el oyente está interesado y
entiende lo que él/ella están tratando de decir. Además, ayuda al oyente a entender el marco de referencia interno
de la otra persona.
◙ A través de grabaciones con sus clientes se generó un sistema de clasificación que permite notar las declaraciones
hechas tanto por el cliente como por el consejero.
◙ Las escalas de estimación supervisan el progreso y el cambio que ocurren durante la terapia desde los puntos de
vista tanto del cliente como del consejero.
◙ Rogers usó un método para estudiar los cambios en el autoconcepto: la TÉCNICA DE LA CLASIFICACIÓN Q.
Esta prueba usa un paquete de 100 tarjetas que contienen declaraciones o palabras descriptivas que pueden ser
usadas para describir al Yo. A la persona se le dan las tarjetas y se le pide que las clasifique de acuerdo con su
autopercepción en un orden preestablecido, el cual recuerda a una curva normal. La técnica de clasificación Q ha
sido usada para medir los cambios que ocurren a lo largo de la terapia (pp. 341-342).
◙ A partir de sus estudios, concluyó que hay una predecibilidad para el proceso terapéutico:
2. Comenzará a aceptarse a sí mismo en forma más completa y descubrirá y elegirá objetivos más
satisfactorios.
3. El cliente comenzará a comportarse en una manera que indique un mayor crecimiento y maduración
psicológicos.