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Materia: Enfoque Centrado en la Persona

Profesora: Roxana Rosas


Alumna: Villagrán Yáñez Alma Citlali

6) SELF O CONCEPTO DE SÍ MISMO

Gondra, J. (1981). La psicoterapia de Carl R. Rogers. Sus orígenes, evolución y relación con la
psicología científica. Bilbao: Ed. Desclie de Brouwer. Capítulo 5 Teoría de la personalidad.

“El self o concepto de sí mismo" es un concepto que construye la teoría de la personalidad


de Rogers. Como tal el self es una configuración organizada de las percepciones del sí
mismo que son admisibles a la consciencia. Se compone de elementos tales como las
percepciones de las propias características y capacidades; los perceptos y conceptos de sí
mismo en relación con los demás y con el medio; las cualidades de valor que se perciben
como asociadas con las experiencias y con los objetos; y las metas e ideales que se
perciben como poseyendo valor positivo o negativo. Es, por tanto, la pintura organizada
existente en la conciencia, bien como figura, bien como fondo, del sí mismo y del sí
mismo en relación, juntamente con los valores positivos o negativos asociados a estas
cualidades y relaciones, percibidos como existentes en el pasado, presente y futuro.

7) LA PERSONA QUE ES PSICOTERAPEUTA

Bugental, J. F. T., La persona que es psicoterapeuta en Lafarga, J. y Gómez, J. (2013).


Desarrollo del potencial humano. Vol. 2. Ed. Trillas. pp. 175-185

A partir de observaciones de varios psicoterapeutas en diferentes marcos, Bugental sugiere,


que la práctica de la psicoterapia proporciona gratificaciones neuróticas y gratificaciones
creativas o sinérgicas. Ya que el psicoterapeuta tiene necesidades que buscan satisfacerse
mediante su trabajo, porque en él encuentra gratificaciones profunda y personalmente
significativas.
Dentro de las gratificaciones neuróticas o destructivas se encuentran: Intimidad unilateral,
omnipotencia, dominio de la contingencia, dar ternura y rebeldía. En lo que respecta a las
gratificaciones sinérgicas: Participación, crecimiento personal, procesos psicológicos y
crecimiento del paciente.
Bugental también describe algunas de las características que se encuentran en el
psicoterapeuta maduro: Humildad, participación selectiva, encuentro, conceptos de
desarrollo y aceptación de la culpa. Bugental asevera que se puede respetar a los terapeutas
que reconocen sus gratificaciones y aspectos de madurez, ya que todos los terapeutas los
viven, y a menudo sin reconocerlo (en particular las gratificaciones neuróticas).

8) SER LA PERSONA QUE UNO REALMENTE ES


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Profesora: Roxana Rosas
Alumna: Villagrán Yáñez Alma Citlali

Rogers, C., (2016). Una filosofía de las personas. El proceso de convertirse en persona.
(pp. 149-164). México, Editorial Paidós.

En un momento u otro de su vida todo individuo se plantea estas preguntas: ¿Cuál es el


objetivo de mi vida? ¿Para qué me estoy esforzando? ¿Cuál es mi propósito? alguna veces
con actitud serena, otras, sumido en la incertidumbre o en la desesperación. Cuando la
persona realiza un proceso terapéutico, en un clima que le proporcione toda la seguridad,
calidez, comprensión empática y en el cual se sienta plenamente recibido, irá Experienciando
una transformación y a su vez respondiendo a estos interrogantes. En este proceso se
observan las siguientes tendencias que surgen del cliente:
 Se permitirá ser libremente "el proceso cambiante y fluido que él es".
 Se aproximará a una apertura confiada a lo que sucede en su interior; aprende a
escucharse.
 Deja de ser lo que no es; es decir, se despoja de sus máscaras.
 Deja de sentir los "debería". Se aleja de ese concepto de sí mismo de considerarse
malo, porque tienen que ser "bueno", porque debería ser de una o tal forma.
 Dejan de satisfacer expectativas impuestas; se alejan de las pautas que la cultura les
impone.
 Dejan de esforzarse de agradar a los demás. Cuando se sienten libres abandonan esa
actitud.
 Comienza a ser "sincero consigo mismo", desecha todo lo que es artificial, impuesto
o definido desde afuera.
 Comienza a "autoorientarse". Comienza a avanzar hacia la autonomía, eligiendo las
metas que él desea alcanzar. Asume la dirección de su propia vida y de su conducta.
 Comienza a ser la complejidad de su sí mismo, comienza a abrirse a la experiencia.
 Comienza a aceptar a los demás. Valora y aprecia su experiencia y la ajena por lo que
ésta es, con actitud de aceptación hacia las personas.
 Comienza a confiar en sí mismo, valoriza el proceso que él es y confía en el cada vez
más. Se convierte en una armonía de sensaciones y reacciones complejas y abandona
la claridad y simplicidad de la rigidez.
 "Comienza a ser la persona que realmente es." Poniendo atención en su ser
fisiológico-emocional, no se puede ser la persona que realmente se es de la noche a
la mañana; es un proceso que va sucediendo día a día.

9) EL SECRETO DE LA RELACIÓN: LA CONGRUENCIA

Rosas, R. (2016). El secreto de la relación: la congruencia. Figura Fondo, 39, pp 133–145.

Ser congruente significa ser fiel a uno mismo y mantener una relación lógica y coherente
entre lo que sentimos, lo que decimos y lo que hacemos. Lamentablemente, la congruencia
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Alumna: Villagrán Yáñez Alma Citlali

no se presenta con frecuencia en nuestra sociedad, ya que nuestra sociedad no está


sincronizada con la tendencia a actualizar nuestras potencialidades (lo que Rogers llama
“tendencia actualizante”), y estamos sometidos a situaciones que no concuerdan con nuestra
“valoración organísmica”. Asimismo, sólo recibimos recompensas positivas condicionadas,
entonces tenemos que desarrollar un ideal de sí mismo (ideal del yo).

Rogers se refiere a ideal como algo no real; como algo que está siempre fuera de nuestro
alcance; aquello que nunca alcanzaremos. La parte nuestra que encontramos en la tendencia
actualizadora, seguida de nuestra valoración organísmica, de las necesidades y recepciones
de recompensas positivas para uno mismo, es lo que Rogers llamaría el verdadero yo (self).
Es éste el verdadero “tú” que, si todo va bien, vas a alcanzar.

La congruencia es uno de los elementos esenciales que debe aporta el terapeuta a la relación
con el cliente. Significa que los sentimientos experimentados por el terapeuta son accesibles
para él y a su conciencia, que es capaz de vivirlos, de consustanciarse con ellos en la relación
con otro individuo, de comunicarlos si fuese necesario; significa que el terapeuta entra en un
encuentro personal directo con su cliente, un encuentro de persona a persona; en donde el
terapeuta es él mismo, que no niega su personalidad.

Cuanto más capaz sea el terapeuta de escuchar sin rechazo lo que ocurre dentro de sí, cuanto
más capaz sea de vivir sin temor la complejidad de sus sentimientos, tanto mayor será su
congruencia. Si se ve invadido por sentimientos negativos, es preferible no actuar simulando
interés o simpatía: ha de ser auténtico.

10) LA REVOLUCIÓN EN EL MATRIMONIO Y EN LAS PAREJAS

Rogers, C. (1980). Cap. 3. La revolución en el matrimonio y en las parejas. El poder de la


persona, México, D. F.: Manual moderno.

Rogers analiza parte de la problemática a la que se enfrentan los matrimonios y parejas


resaltando la importancia que tiene el enfoque centrado en la persona para mejorar dichas
relaciones; comenta que existen infinidad de factores sociales que han afectado
profundamente las relaciones y patrones de conducta del matrimonio.
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Profesora: Roxana Rosas
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Asimismo, Rogers propone la disolución de los roles y expectativas sociales dentro de la


pareja, ya que vivir en función de ellos “parece oponerse, invariablemente, a las aspiraciones
de un matrimonio que intenta desarrollar un proceso, que intenta dirigirse a alguna parte".
“En los matrimonios que parecen más enriquecedores y satisfactorios, los roles juegan un
papel cada vez menor, hasta que las expectativas acaban por desaparecer (...) Seguir
ciegamente las expectativas de los propios padres, de una religión o cultura, equivale a
condenar al desastre al proceso diferenciador de una pareja en desarrollo”.

Paradojalmente, y como última constante que el psicólogo consideró importante para que una
relación perdure y se enriquezca, es el convertirse en un “yo” separado. Cuando cada uno de
los miembros progresa hacia una creciente individualización, la pareja se enriquece. Dicho
de otro modo y de forma más dura: hay que tener vida propia, porque “una pareja viviente se
compone de dos personas, cada una de las cuales respeta, detenta y desarrolla su propio ser”.

Acerca del sexo y la satisfacción de cada uno de los miembros de la relación, factor que
parece primordial según las predicciones que hizo en antaño Rogers, él mismo asegura: “No
encuentro que esto resulte básico por sí mismo: casi siempre puede desarrollarse cuando las
cuatro constantes mencionadas existen en una pareja”.

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