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PROMUEVO ACCION DE AMPARO

Señor Juez/a:
ANDRES GIL DOMÍNGUEZ (CPACF T 52 F 101), en mi carácter
de abogado, con domicilio en la calle José Andrés Pacheco de Melo 1834
piso 8 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires constituyendo domicilio en
la calle Juana Manso 1801 piso 13 depto. 5 (Torres Link-Edifico Adán) de
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Zona de notificación 0001) y con
domicilio electrónico en 20202406700 me presento y digo:

I. Objeto.

Que vengo a promover la presente acción de amparo en los términos


previstos por el art. 43 de la Constitución argentina, el art 25 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos y la ley 16.986 contra el
Estado Nacional-Poder Ejecutivo Nacional respecto del acto de autoridad
pública consistente en la propuesta del Doctor Ariel Oscar Lijo y del
Doctor Manuel José García-Mansilla para integrar la Corte Suprema de
Justicia de la Nación publicada en el Boletín Oficial el 15, 16 y 17 de abril
de 2024 conforme lo establece el art. 4 del Decreto 222/2003 que con
arbitrariedad e ilegalidad manifiesta conculca el derecho a la
discriminación con motivo u ocasión del género respecto del acceso a la
integración de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la obligación
constitucional y convencional de promover acciones positivas estatales que
garanticen una igualdad real de oportunidades y de trato en el acceso de las
mujeres a la integración de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y el
principio de progresividad y no regresividad del sistema de derechos del

1
Estado constitucional y convencional de derecho argentino (arts. 75 incisos
22 y 23 de la Constitución argentina, arts. 2 incisos b, d y f y 7 inciso b de
la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación
contra la mujer y art. 3 del Decreto 222/2003).

Consecuentemente, la decisión jurisdiccional que haga lugar a la


presente acción de amparo deberá declarar la inconstitucionalidad e
inconvencionalidad del acto de autoridad pública impugnado y ordenar al
Estado Nacional-Poder Ejecutivo Nacional que eleve una nueva propuesta
que garantice la diversidad de género o propenda a la paridad de género en
la integración de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Asimismo, se deja expresamente aclarado, que la pretensión


esgrimida no persigue cuestionar las aptitudes éticas o académicas que
exhiben el Doctor Ariel Oscar Lijo y del Doctor Manuel José García-
Mansilla para integrar la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

II. Legitimación procesal.

La legitimación procesal activa como “llave” para promover un


proceso constitucional está objetivamente acreditada por la condición
general de abogado litigante –y particularmente ante la Corte Suprema de
Justicia-, lo cual demuestra un interés directo, inmediato y concreto en la
conformación del tribunal en términos de diversidad de género. Asimismo,
también se encuentra justificada por el art. 6 del Decreto 222/2003 que
habilita a los ciudadanos, las organizaciones no gubernamentales, los
colegios y asociaciones profesionales y las entidades académicas y de
derechos humanos a promover impugnaciones fundadas respecto de los

2
candidatos y candidatas a integrar la Corte Suprema de Justicia de la
Nación.

III. Plataforma fáctica.

III.1 La Constitución de 1853 en el art. 91 la fijó en nueve jueces y


dos fiscales. Si todo hubiera quedado así la cuestión otra seria la historia.
En 1860 la reforma constitucional o culminación del período del Poder
Constituyente originario (según Bidart Campos) reformó dicho artículo
eliminado el número reglado delegando en el Congreso mediante la sanción
de una ley con mayoría absoluta de los presentes la determinación del
número de miembros (art. 94). La reforma constitucional de 1994 mantuvo
el mismo esquema dispuesto por la reforma de 1860 (actual art. 108).

La ley 27 (1862) fijó la integración en cinco miembros. En 1960 -


bajo la presidencia de Arturo Frondizi- el número se elevó a siete sumado
el procurador general (ley 15.271). En 1966- bajo la dictadura de Onganía-
se redujo a cinco jueces y un procurador general (ley 16.895). En 1987 -
bajo el gobierno de Raúl Alfonsín- el Poder Ejecutivo remitió un proyecto
de ley -sobre la base de la propuesta elaborada por el Consejo para la
Consolidación de la Democracia- mediante el cual ampliaba el tribunal a
siete miembros. En 1990 –bajo la presidencia de Carlos Menem- se elevó el
número de miembros a nueve (ley 23.774). En 2006 -bajo la presidencia de
Néstor Kirchner- la composición se redujo nuevamente a cinco jueces (ley
26.183).

III.2 En el periodo 1863-2005, la Corte Suprema de Justicia de la

3
Nación estuvo integrada exclusivamente por hombres. La única excepción
fue la designación de Margarita Argúas durante el periodo 1970-1973. Esto
implica que en 142 años solo una mujer integró la Corte Suprema de
Justicia de la Nación.

En el siglo 20, esta práctica comenzó a cambiar progresivamente


tendiendo la diversidad de género en la integración de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación.

Con la composición residual de siete miembros bajo el régimen de la


ley 23.774, durante el período 2005-2014, la Corte Suprema de Justicia
estuvo integrada por dos mujeres (Carmen Argibay y Elena Highton de
Nolasco).

Con la composición de cinco miembros bajo el régimen de la ley


26.183, durante el periodo 2014-2021, la Corte Suprema de Justicia estuvo
integrada por una mujer (Elena Highton de Nolasco).

Desde 2005, el Estado Nacional desarrolló una conducta progresiva


que garantizó la diversidad de género en la integración de la Corte Suprema
de Justicia de la Nación. Bajo ningún punto de vista fáctico o argumental es
posible justificarse una regresión estatal en lo atinente a la composición de
la Corte Suprema de Justicia de la Nación intentando imponer una
integración compuesta exclusivamente por hombres.

IV. El amparo. Su procedencia.

Los requisitos formales de admisibilidad de la acción de amparo se


verifican objetivamente, a saber:

4
* Acto de autoridad pública: se verifica con la propuesta del Doctor
Ariel Oscar Lijo y del Doctor Manuel José García-Mansilla para integrar la
Corte Suprema de Justicia de la Nación publicada en el Boletín Oficial el
15, 16 y 17 de abril de 2024.

* Inexistencia de un medio judicial más idóneo: se verifica con la


necesidad de una respuesta jurisdiccional célere ante el comienzo del
trámite constitucional de designación de los integrantes de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación.

* Lesión de un derecho: se verifica con la lesión del derecho a la


discriminación con motivo del género respecto del acceso a la integración
de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la obligación constitucional y
convencional de promover acciones positivas estatales que garanticen una
igualdad real de oportunidades y de trato en el acceso a la integración de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación respecto de los mujeres y el
principio de progresividad y no regresividad del sistema de derechos del
Estado constitucional y convencional de derecho argentino

* Existencia de arbitrariedad e ilegalidad manifiesta: se verifica con


la violación de los derechos invocados y la absoluta omisión argumental
que justifique la aplicación de una categoría interdictoria como parte del
contenido del derecho a la no discriminación.

* Inexistencia de necesidad de mayor debate o prueba: se verifica en


cuanto el proceso constitucional que se promueve es de puro derecho.
* Plazo de interposición: la acción se interpone en el plazo legal

5
estipulado.

IV. El agravio constitucional. Fundamentos.

IV.1 El art. 75 inc. 23 de la Constitución argentina le impone al


Congreso la obligación de legislar y promover medidas de acción positiva
que garanticen la igualdad real de oportunidades y de trato de manera
general y de forma particular. Para ambas situaciones, la combinación de
legislar y promover establece la fuerza normativa y plena operatividad de la
norma, cuya inobservancia genera una clara omisión inconstitucional e
inconvencional de satisfacción del sistema de derechos y habilita
automáticamente el control de constitucionalidad y de convencionalidad en
los casos concretos donde se invoque.

En la Convención Constituyente de 1994 en la Sesión1 en la cual se


debatió el art. 75 inc. 23 el Convencional Ortiz Pellegrini le preguntó al
miembro informante “qué diferencia hay entre legislar y promover, atento
a que legislar es una facultad incluida en las atribuciones del Congreso, el
que no tiene otra forma de expresarse que no sea a través de la legislación.
No entiendo por qué se incorpora el verbo "promover" “, a lo cual el
Convencional J.P. Cafiero respondió: “Señor presidente: sobre la base de
las propuestas que han llegado a la comisión, se ha querido poner especial
énfasis en el tema de las medidas de acción positiva. Por ello entendimos
que el Congreso, además de las atribuciones legislativas, debe tener —y
exceder en la medida en que va a proteger a todos estos sectores— la

1
Convención Nacional Constituyente, 23º Reunión, 3º Sesión Ordinaria (continuación),
3 de agosto de 1994.

6
posibilidad de incorporarlas no sólo en el ordenamiento legislativo sino en
otras iniciativas, por ejemplo, proyectos de declaración o de resolución u
otras actividades propias del Parlamento”.2

Desde la perspectiva doctrinaria Bidart Campos3 sostiene que los


derechos se promueven cuando se adoptan medidas para hacerlos
accesibles y disponibles a favor de todos; eso exige una base real igualitaria
que elimine, por debajo de su nivel, cuanto óbice de toda naturaleza impida
que muchos consigan disfrutar y ejercitar una equivalente libertad real y
efectiva, por lo tanto, el Congreso queda gravado con obligaciones de
hacer: legislar y promover medidas de acción positiva.

Aunque se abstuvo de votar, fue muy interesante la alocución del


Convencional Cullen cuando sostuvo: “Señor presidente: sin duda, esta
norma refleja un avance considerable en la dogmática constitucional. Se
trata de las llamadas acciones afirmativas o, dicho con mayor claridad, de
discriminar o desigualar para igualar. Esto proviene de la Constitución de
Italia de l947; ha sido recogido por la Constitución de Santa Fe de l962; y
también se estableció en la Constitución de España de l978. En el caso
"Backe", la Corte Suprema de los Estados Unidos las recogió
expresamente sin necesidad de modificar el texto constitucional. Pero debo
decir que votaría afirmativamente esta norma con las dos manos, porque
considero que esta denominada "discriminación inversa" es la manera

2
Ibídem, p. 3079.
3
Bidart Campos, Germán J, Tratado elemental de derecho constitucional argentino,
Tomo II-B, Ediar, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2005, p. 80

7
como se puede llegar a igualar a quienes no parten de la misma
situación. Pero este tema no puede verse sino a través del principio de
igualdad, como lo ha dicho recién el señor convencional Alasino. Y el
principio de igualdad y su alcance no están habilitados para esta reforma.
En consecuencia, como considero que es una norma conveniente pero que
no se puede incluir en este tema de "Jerarquía de los Tratados
Internacionales", muy a mi pesar y porque no puedo votar en contra,
solicito al cuerpo que me autorice a abstenerme en el momento de votar”.4

La primera parte del art. 75 inc. 23 tiene como objeto garantizar el


pleno goce y ejercicio de los derechos reconocidos por la Constitución y
por los tratados internacionales vigentes sobre derechos humanos. Por ello,
en la Convención Constituyente varios Convencionales expresaron que
existía un vínculo directo e inmediato entre el art. 75 inc. 23 y el art. 75 inc.
22.5 Esto implica que todos los derechos fundamentales y humanos son
pasibles de ser promovidos mediante las acciones positivas que el
Congreso legisle, y que como promotor de las mismas, el Parlamento tiene
el deber de controlar la eficacia sociológica de las mismas. Por ende, el
Congreso no cumple con su rol si solamente legisla y luego deja todo en
manos del Poder Ejecutivo, sino que por imperio constitucional, debe
controlar que los programas creados se apliquen realmente y se consigan
resultados concretos en términos de igualdad real de oportunidades y trato.
La segunda parte del art. 75 inc. 23 se orienta a grupos particulares
que históricamente han sido vulnerados: los niños, las niñas, los

4
Op. cit. 1, p. 3081.
5
Op. cit. 1, pp. 2879/81.

8
adolescentes, las mujeres, los ancianos y las personas con discapacidad.
En este punto, la Convencional Lipszyc sostuvo respecto de las mujeres:
“Quienes estamos por una igualdad respetando las diferencias,
entendemos que para que se cumpla el principio de igualdad ante la ley, se
tiene que eliminar la desigualdad y jerarquización entre varones y
mujeres; no sus diferencias… Tanto el "Comité para la igualdad entre
hombre y mujer" del Consejo de Europa, como el gobierno noruego, los
Estados Unidos, la Convención General de las Naciones Unidas y la
Comunidad Europea, plantean la necesidad de las acciones positivas, que
lejos de comprometer el principio de igualdad constituyen una parte
esencial del programa para llevarlo a cabo. También lo contienen algunas
constituciones provinciales nuestras como las del Neuquén, Jujuy, Salta,
Río Negro, y la española, la paraguaya y la sueca”.6

Más allá de la ubicación en la parte de organización del poder como


una atribución del Congreso de la Nación, lo cierto es que el art. 75 inciso
23 configura una garantía institucional cuyo contenido interdicta toda
forma de discriminación estructural respecto de los grupos históricamente
desaventajados o excluidos de la sociedad argentina a través de afianzadas
prácticas históricas y cuya fuerza normativa impone como garantía la
consumación de medidas de acción positiva.

Indudablemente, el campo de irradiación normativa del art. 75 inciso


23 confluye en el proceso de selección y designación de los miembros de la
Corte Suprema de Justicia, donde justamente, la evitación de la desigualdad

6
Ibídem.

9
estructural padecida históricamente por el colectivo de las mujeres en la
integración del tribunal configura un fiel exponente de la obligación estatal
de adoptar en este mecanismo constitucional complejo las respectivas
medidas que garanticen la diversidad de género y/o la propensión a la
paridad de género.

IV.2 El art. 75 inciso 22 de la Constitución argentina enuncia:

“Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y


con las organizaciones internacionales y los concordatos con la Santa
Sede. Los tratados y concordatos tienen jerarquía superior a las leyes.
La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre;
la Declaración Universal de Derechos Humanos; la Convención
Americana sobre Derechos Humanos; el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales; el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos y su Protocolo Facultativo; la Convención Sobre la
Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio; la Convención
Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación Racial; la Convención Sobre la Eliminación de Todas las
Formas de Discriminación Contra la Mujer; la Convención Contra la
Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes; la
Convención Sobre los Derechos del Niño; en las condiciones de su
vigencia, tienen jerarquía constitucional, no derogan artículo alguno de la
primera parte de esta Constitución y deben entenderse complementarios de
los derechos y garantías por ella reconocidos. Sólo podrán ser
denunciados, en su caso, por el Poder Ejecutivo Nacional, previa
aprobación de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de

10
cada Cámara.
Los demás tratados y convenciones sobre derechos humanos, luego
de ser aprobados por el Congreso, requerirán el voto de las dos terceras
partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara para gozar de la
jerarquía constitucional”.

La fórmula “tienen jerarquía constitucional” implica que los once


Instrumentos Internacionales sobre derechos humanos expresamente
mencionados junto con la Constitución argentina configuran la regla de
reconocimiento constitucional y convencional argentina.

Las condiciones de vigencia estáticas remiten a la situación existente


al momento de la ratificación de los instrumentos internacional en torno a
las reservas y declaraciones interpretativas realizadas por el Estado
argentino.

Las condiciones de vigencia dinámicas se vinculan con la


interpretación que realiza cada uno de los órganos de aplicación de los
instrumentos internacionales en su ámbito específico de competencia. A la
vez, éstas últimas se subdividen en: a) condiciones de vigencia dinámicas
directas: son aquellas que emergen de los fallos, informes y observaciones
particulares que se refieren al Estado argentino mediante una condena o
recomendación y b) condiciones de vigencia dinámicas indirectas: son
aquellas que surgen de fallos, informes y observaciones que se refieren a
otros Estados o bien en forma general.

11
A modo de ejemplo, las condiciones de vigencia dinámica pueden
adoptar los siguientes formatos:

* Sentencia (Corte Interamericana de Derechos Humanos).

* Opinión Consultiva (Corte Interamericana de Derechos Humanos).

* Informe particular (Comisión Interamericana de Derechos


Humanos, Comité de Derechos Humanos).

* Informe general por Estado (Comité de Derechos Económicos,


Sociales y Culturales, Comité de Derechos Humanos, Comité de los
Derechos del Niño, Comité para a la Eliminación de la Discriminación de
la Mujer).

* Observación General (Comité de Derecho Económicos, Sociales y


Culturales, Comité de los Derechos del Niño, Comité para a la Eliminación
de la Discriminación de la Mujer).

También las condiciones de su vigencia, implica la recepción


constitucional del control de convencionalidad interno que toma como
parámetro para su ejercicio la textualidad de los instrumentos
internacionales más las interpretaciones que realizan los órganos de
aplicación de los mismos combinadas sincrónicamente con la textualidad
constitucional.

El Comité para la eliminación de la discriminación contra la mujer


en las Observaciones finales sobre el séptimo informe periódico de la

12
Argentina (25 de noviembre de 2016) sostuvo lo siguiente en relación a la
composición de la Corte Suprema de Justicia de la Nación:

27. El Comité recomienda que el Estado parte: a) Apruebe los proyectos de ley
que establecen la paridad de género en el poder ejecutivo (núm. 485/15), en el Tribunal
Supremo (núms. 474-D-2015, 169-D-2016, 403-D-2016, 905-D-2016 y 1091-D-2016) y
en los cargos electivos (núms. 1655-D-2015, 1198/16, 1192/16, 1063/16, 1032/16 y
488/16)…

El Comité para la eliminación de la discriminación contra la mujer en


la lista de las preguntas y cuestiones previas a la presentación del
octavo informe de la Argentina (6 de marzo de 2023) incluyó la
siguiente cuestión:

12. A la luz de las recomendaciones anteriores del Comité (párr. 27), sírvanse
proporcionar información sobre: … b) Las medidas adoptadas para acelerar la
participación en condiciones de igualdad de las mujeres en los órganos elegidos y
designados de las administraciones provinciales y municipales y del Poder Judicial, en
especial de las mujeres que se enfrentan a formas interseccionales de discriminación…

El Comité para la eliminación de la discriminación contra la mujer


en la Observación General Nº 23 (1997) expresó en relación al derecho a
ocupar cargos públicos y a ejercer funciones públicas lo siguiente:

30. El examen de los informes de los Estados Partes pone de manifiesto que la
mujer está excluida del desempeño de altos cargos en el gobierno, la administración
pública, la judicatura y los sistemas judiciales. Pocas veces se nombra a mujeres para
desempeñar estos cargos superiores o de influencia y, en tanto que su número tal vez
aumente en algunos países a nivel inferior y en cargos que suelen guardar relación con
el hogar y la familia, constituyen una reducida minoría en los cargos que entrañan la

13
adopción de decisiones relacionadas con la política o el desarrollo económicos, los
asuntos políticos, la defensa, las misiones de mantenimiento de la paz, la solución de
conflictos y la interpretación y determinación de normas constitucionales.

El Comité para la eliminación de la discriminación contra la mujer


en la Observación General Nº 33 sobre el acceso de las mujeres a la
justicia (2015) expresó lo siguiente:

15. Respecto de la justiciabilidad, el Comité recomienda que los Estados parte:


… f) Confronten y eliminen obstáculos a la participación de las mujeres como
profesionales en todos los órganos y a todos los niveles de los sistemas de justicia y
cuasi judiciales y los proveedores de servicios relacionados con la justicia. Tomen
medidas, incluso medidas especiales de carácter temporal, para garantizar que las
mujeres estén igualmente representadas en la judicatura y otros mecanismos de
aplicación de la ley, como los magistrados, jueces, fiscales, defensores públicos,
abogados, administradores, mediadores, funcionarios encargados de hacer cumplir la
ley, funcionarios judiciales y de la justicia penal y especialistas, así como en otras
capacidades profesionales….

El Comité para la eliminación de la discriminación contra la mujer


en el Draft de la Recomendación General Nº 40 sobre “Representación
igualitaria e inclusiva de las mujeres en los sistemas de toma de decisiones”
(2024) recomienda a los Estados Partes “que promuevan la paridad de
género en los cargos públicos designados, incluidos los de la función
pública y la judicatura, mediante procesos de selección específicos y
cuotas en las listas de candidatos, especialmente para los altos cargos”.7

7
Draft de la Recomendación general nº 40 del Comité de la CEDAW sobre
Representación igualitaria e inclusiva de las mujeres en los sistemas de toma de

14
Por último, el Relator Especial sobre la independencia de los
magistrados y abogados de la ONU, Diego García-Sayán, en su informe
sobre “Participación de la mujer en la administración de la justicia” del 25
de julio de 2021 señaló lo siguiente: “Una composición diversa aporta
diferentes voces y perspectivas a la judicatura y refuerza la legitimidad del
sistema judicial y de la fiscalía. La efectiva aplicación de herramientas y
políticas destinadas a obtener una representación igualitaria y
proporcional en la judicatura y la fiscalía es el ejercicio de un derecho y
no supone una concesión a un grupo determinado, sino la búsqueda de un
beneficio para el interés general y la sociedad en su conjunto”. En función
de este diagnóstico, concluyó: “El sistema judicial debe contener en todos
sus niveles una representación plural y diversa como una forma de
preservar y mejorar la confianza pública y la credibilidad, legitimidad e
independencia de las instituciones de justicia. Con este fin, se deben
adaptar los procesos de selección y ascenso en la judicatura y fiscalía para
evitar que criterios, a priori objetivos, sean barreras que contribuyan a
marginar la participación equitativa de las mujeres, particularmente en

decisiones, 2024, párrafo. 43 (original en inglés), con referencias a:


CEDAW/C/SVN/CO/7, párr. 32 c); CEDAW/C/PAN/CO/8, para. 30 c);
CEDAW/C/SYC/CO/1-5, párr. 27; CEDAW/C/CRI/CO/7, párr. 25 b);
CEDAW/C/ESP/CO/9, párr. 29 b); CEDAW/C/MNE/CO/1, párr. 23 c). Cursiva
agregada. Disponible en
https://www.ohchr.org/sites/default/files/documents/hrbodies/cedaw/grecommendations
/gr40/generalrecommendation-no-40-women-s-equal-inclusive-decision-making-
ES.docx

15
cargos de dirección”.8

Tal como surge de la convencionalidad interpretada expuesta por el


Comité para la eliminación de la discriminación contra la mujer, el Estado
Nacional titulariza la obligación convencional de garantizar respecto de la
integración de la Corte Suprema de Justicia, la diversidad de género y/o la
propensión a la paridad de género. Y mucho más aún, cuando, a través de
sus propios actos y de manera progresiva reconoció a partir del 2005 una
situación de afirmación de esta acción positiva.

IV.3 La Corte Interamericana de Derechos Humanos en la Opinión


Consultiva 18/2003 (OC18/23) sostuvo que el principio de protección de
los derechos humanos presenta como elementos constitutivos: a) la
igualdad ante la ley; b) la igual protección ante la ley y c) la igualdad y no
discriminación. Este último es una norma ius cogens sobre la cual descansa
todo el andamiaje jurídico del orden público nacional e internacional y un
principio que “invade” permanentemente a todo el ordenamiento jurídico.
Por discriminación entiende a toda forma de exclusión o privilegio que no
sea objetiva y razonable y afecte a los derechos humanos; la cual se
diferencia de las distinciones que deben ser razonables, objetivas y
proporcionales.

8
Informe del Relator Especial sobre la independencia de los magistrados y abogados,
“Participación de la mujer en la administración de la justicia”, 25/07/2021, A/76/142.
Disponible en https://www.ohchr.org/es/documents/thematic-reports/a76142-
participation-women-administration-justicereport-special. Párrafos 20 y 88.

16
Los Estados tienen la obligación general de respetar y garantizar el
ejercicio de los derechos humanos con carácter erga omnes. También
deben abstenerse de realizar acciones que de cualquier manera se dirijan
directa o indirectamente a crear situaciones de discriminación de iure o de
facto. Por último, deben adoptar medidas positivas para revertir o cambiar
situaciones discriminatorias existentes en las sociedades y tienen el deber
especial de erradicar las realizadas por terceros.

Los fundamentos expuestos por la Corte Interamericana de Derechos


Humanos fueron receptados por la jurisprudencia de la Corte Suprema de
Justicia en las causas “Álvarez”9, “Pellicori”10 y “Sisnero”11 en una objetiva
concreción pretoriana del derecho a la no discriminación como norma de
cierre del Estado constitucional y convencional de derecho argentino.

En la causa “Pellicori”12, la Corte Suprema de Justicia esgrimió


como antídoto antidiscriminatorio los siguientes elementos: a) acreditación
de hechos que prima facie evaluados resulten idóneos para inducir la
existencia de una situación discriminatoria13; b) imposición al sujeto pasivo
-al que se le imputa la realización de un acto u omisión discriminatorio- la
carga de probar que el trato impugnado tuvo como causa un motivo

9
CSJN Fallos 333:2306.
10
CSJN Fallos 334:1387.
11
CSJN Fallos 337:611.
12
CSJN Fallos 334:1387.
13
Considerando 5.

17
objetivo y razonable14 y c) el deber del demandado de tener que “destruir la
presunción” que pesa sobre la conducta denunciada como discriminatoria15.

IV.4 El art. 3 del Decreto 222/2003 enuncia lo siguiente como


obligación titularizada por el Poder Ejecutivo Nacional en el marco de la
facultad prevista por el art. 99.4 de la Constitución argentina:

Dispónese que, al momento de la consideración de cada propuesta, se tenga


presente, en la medida de lo posible, la composición general de la CORTE SUPREMA
DE JUSTICIA DE LA NACION para posibilitar que la inclusión de nuevos miembros
permita reflejar las diversidades de género, especialidad y procedencia regional en el
marco del ideal de representación de un país federal.

En el marco de la autolimitación de las facultades de selección y


propuesta dispuestas por el Poder Ejecutivo Nacional surge una obligación
o imposición de tener que justificar la exclusión total mujeres candidatas a
la Corte Suprema de Justicia de la Nación ante una composición integrada
exclusivamente por hombres (como sucede actualmente).

La fórmula lexical “en la medida de lo posible” solo puede ser


entendida como la autoimposición de tener que brindar fundadas razones
que le impedirían al Poder Ejecutivo Nacional realizar una propuesta que
permita reflejar las diversidades de género. La omisión de razones o la
exposición de motivos superfluos o no comprobados activa dentro del
ámbito del Poder Ejecutivo Nacional los efectos del derecho a la no

14
Ibídem.
15
Considerando 6.

18
discriminación por motivo u ocasión del género, transformando a la
propuesta de forma inmediata, en un acto de autoridad pública que se
presume inconstitucional e inconvencional.

IV.5 El principio de progresividad establece que los Estados deben


avanzar continuamente hacia la plena realización del sistema de derechos
de forma constante.

Implica que los Estados deben tomar medidas positivas y efectivas


para desarrollar y aumentar el nivel de disfrute de los derechos, evitando
cualquier retroceso en los niveles alcanzados. Esto significa que los
derechos no solo deben ser protegidos, sino también promovidos
activamente, y cualquier medida que implique una reducción o detrimento
de estos debe ser justificada rigurosamente. Es, por lo tanto, un
compromiso continuo y dinámico para la mejora de los derechos humanos,
subrayando la obligación de los Estados de avanzar y no retroceder en la
protección y promoción de los derechos de las personas.

La jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia lo adoptó como


canon de resolución en varios ámbitos del derecho tales como el derecho
del trabajo, el derecho previsional, el derecho a la seguridad social, la
protección del ambiente, el derecho penal, el derecho procesal y el derecho
civil.16 En este sentido, sostuvo que el principio de progresividad o no
regresión que veda al legislador la posibilidad de adoptar medidas
injustificadas regresivas, no solo es un principio arquitectónico de los

19
derechos humanos sino también una regla que emerge de las disposiciones
de nuestro propio texto constitucional en la materia.17

También expresó que el decidido impulso hacia la progresividad en


la plena efectividad de los derechos humanos que reconocen los tratados
sobre derecho humanos sumado al principio pro persona determinan que el
intérprete deba escoger dentro de lo que la norma posibilita, el resultado
que proteja en mayor medida a la persona humana. Y esta pauta se impone
aun con mayor intensidad, cuando su aplicación no entrañe colisión alguna
del derecho humano así interpretado, con otros valores, principios,
atribuciones o derechos constitucionales.18

Existe desde 2005 una práctica afirmativa constante respecto de la


diversidad de género y/o la propensión a la paridad de género por parte del
Estado Nacional en la integración de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación que se tornaría injustificadamente regresiva si el Poder Ejecutivo
Nacional ante dos vacantes en el tribunal y una actual composición
integrada solo por hombres, postulase a dos hombres para conformar un
tribunal sin diversidad y/o propensión a la paridad de género.

IV.6 El 30 de julio de 2020 se publicó en el Boletín Oficial el


Decreto 635/2020 mediante el cual se creó el Consejo Consultivo para el
Fortalecimiento del Poder Judicial y del Ministerio Público “ad honorem”

16
Notas de jurisprudencia. Principio de progresividad, Corte Suprema de Justicia de la
Nación, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, septiembre de 2021.
17
CSJN Fallos 338:1347.
18
CSJN Fallos 330:1989.

20
para analizar de manera crítica y elaborar recomendaciones en un plazo de
90 días corridos sobre cinco ámbitos o ejes temáticos claves para el
funcionamiento de la justicia federal como ser: Corte Suprema de Justicia
de la Nación, Consejo de la Magistratura de la Nación, Ministerios
Públicos, Juicio por Jurados y Transferencia de competencias en materia
penal no federal a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En ese marco, se
solicitó de manera general una “Descripción valorativa con especial
indicación de los problemas que se observan para el correcto
funcionamiento” (conf. art. 4.1) y de carácter especial vinculado al
funcionamiento de cada uno de los ámbitos mencionados, en lo relativo a la
Corte Suprema de Justicia de la Nación: “a) El establecimiento para la
selección de integrantes, de criterios de diversidad de género y
representación federal” (conf. art. 4.2).

La convocatoria delimitó el campo de acción del Consejo Consultivo


integrado por un total de 11 especialistas -5 mujeres y 6 varones-
provenientes de diferentes formaciones profesionales y cosmovisiones
académicas sobre los diferentes ejes temáticos mencionados, partiéndose de
la base desde la obligada perspectiva constitucional-convencional, de
ciertos consensos democráticos alcanzados hasta ese momento como lo es
lo relativo al enfoque de género como claro compromiso internacional,
regional y nacional asumido, el cual no solo compromete a la máxima
instancia federal del país, sino también en lo relativo a la conformación y
organización del Consejo de la Magistratura de la Nación, como así
también de los Ministerios Públicos y la edificación del sistema de juicio
por jurados en el ámbito federal.

21
La cuestión de género constituyó uno de los pilares sobre los cuales
se edificaron las diferentes propuestas esgrimidas a modo de conclusiones
en el Informe Final que respaldó las propuestas y recomendaciones
esgrimidas fundadas en cuatro “enfoques transversales”, a saber: 1) la
perspectiva de género, 2) el federalismo, 3) la democratización del
servicio de justicia y 4) la agenda digital e innovación tecnológica.

El Informe Final se edificó sobre la perspectiva de género como


primer enfoque a modo de cimiento básico y fundamental. En este sentido,
se argumentó lo siguiente: “Tal como se ha adelantado, el Decreto
635/2020 alude a la cuestión de género en varias oportunidades (conf. arts.
4.2.a; 4.3.e y 4.4.d); no sólo en lo relativo a la composición de los órganos
que indica indagar esta normativa, sino también al funcionamiento. Por lo
tanto, se incentiva llevar adelante una labor integral y sistémica sobre las
implicancias de la perspectiva de género en la administración de justicia a
la luz de la necesidad de conocer lo que acontece (descripción valorativa)
con el objeto de ampliar y mejorar (recomendaciones) el diseño normativo-
institucional de los tres (3) organismos más importantes que comprometen
al Poder Judicial de la Nación”19. En este contexto y focalizándose en la
paridad de género en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, se afirmó
que al “Referirse a la integración de un órgano colegiado conduce a la
tensión ya casi sorteada entre paridad o cupo de género. Es sabido que, a la
luz del desarrollo teórico de los últimos años, la balanza se ha inclinado -
con razón- en favor del primero. Al respecto, ya lo ha dicho de manera

19
Informe p. 25.

22
clara y excepcional en la pluma de la gran Alda Facio que ´cuando hay sólo
un número insignificante de mujeres, no hay inclusión de esa diversidad,
pero cuando el número es significativo, hay muchas más probabilidades de
que la haya´”; advirtiéndose que “la propia Facio agrega una interesante
crítica que vale la pena ser resaltada al señalar que ´hasta ahora, la mayoría
de los feminismos se ha concentrados en los aspectos menos amenazantes
de la transformación del derecho (…) Esto porque es más fácil permitir la
entrada de mujeres a las instituciones patriarcales que transformarlas (…)
es más fácil permitir que algunas mujeres lleguen a ser juezas de las cortes
supremas que cuestionar los principios jerarquizantes que organizan el
sistema de administración de justicia´. En este marco, cabe realizar dos
reflexiones básicas. La incorporación de mujeres en la máxima instancia
judicial en la lógica de la paridad de género como se analiza en el capítulo
II no es suficiente pero sí necesario. Esta paridad debe formar parte de un
rediseño institucional profundo que es, precisamente, una de las
justificaciones por las cuales la perspectiva de género ocupa aquí un papel
importante al ser uno (1) de los cuatro (pilares) sobre los que se edifican las
propuestas de reforma estructurales que aquí se esgrimen”20.

La razón de la incorporación de “criterios de diversidad de género”


en la selección de los miembros de la Corte Federal tal como lo dispone el
decreto 222/03 que se tomó como base para el estudio de una temática que
impuso el propio Decreto 635/2020 constituye, tal como se asevera en el
Informe, en “una obligación internacional- regional y nacional por diversas
razones; básicamente, teniéndose presente que la CEDAW (siglas en inglés

20
Informe p. 214.

23
de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer) en uno de los instrumentos internacionales
con jerarquía constitucional tras la reforma de 1994 (art. 75 inciso 22)”, y
por ello, la propuesta21 de elaboración y sanción de una ley orgánica que
regule de forma integral la estructura de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación en lo relativo a su composición, organización, funcionamiento,
jurisdicción y competencia “debería, de manera obligada, establecer la
paridad de género consignándose dos cuestiones básicas al tratarse de un
órgano colegiado: 1) al ser impar, se debería establecer un régimen de
mayoría alternada en razón del género y 2) la presidencia rotativa también
debería girar en torno a esta noción de alternancia sobre la base de este
criterio”22.

Focalizándose en la “Selección de integrantes y composición” de la


Corte Suprema de Justicia de la Nación, se arribó por mayoría a la
siguiente propuesta: “1) Se propone reglamentar la facultad que confiere el
art. 99 inciso 4 de la Constitución Nacional al Poder Ejecutivo recogiendo
los parámetros establecidos en el Decreto 222/2003 observándose para la
integración de la Corte Suprema de Justicia de la Nación los principios de:
a) paridad de género; b) integración federal y c) pluralismo ideológico, con
las siguientes consideraciones: a) Con relación al género, deben tenerse
presentes los argumentos vertidos en el Capítulo II sobre perspectiva de

21
Propuesta esgrimida por amplia mayoría (conf. consejeras Battaini, Herrera, Kogan,
Sbdar y Weinberg y los consejeros Arslanian, Beraldi, Gil Domínguez y Palermo). A la
cual suscribió el consejero Ferreyra en su propuesta particular.
22
Informe p. 215.

24
género, en particular, la paridad de género. Tratándose de un órgano
colegiado impar se debería contar con una mayoría alternada en razón del
género”.

Es necesario destacar que en el Informe Final se analizó una cuestión


más contemporánea y acorde con el régimen jurídico vigente tras la sanción
de la ley 26.743 de identidad de género en términos no binarios como lo
explicita y reafirma el Decreto 476/2021 que admite la expedición del
documento nacional de identidad no binario, como lo es la relectura o
interpretación de la noción “diversidad de género” que recepta el decreto
222/2003 en este contexto normativo. Al respecto, se expuso “¿Qué
sucedería si una persona no binaria quisiera acceder a la Corte Suprema de
Justicia de la Nación en el marco de una propuesta que sigue la lógica de la
paridad? Aquí se esgrime una solución posible con el objetivo de enlazar,
ampliar y repotenciar las diferentes luchas de los movimientos feministas y
también de los movimientos LGBTIQ+. Veamos, la Corte Federal -como
todo organismo que se encuentra obligado a respetar la paridad de género-
debería receptar un régimen que permita resolver este conflicto como ser
un sistema de sorteo (como acontece, por ejemplo, con el apellido de los
hijos en caso de conflicto entre los progenitores) estableciendo de manera
aleatoria qué lugar va a ocupar la persona no binaria (de hombre o de mujer
a los fines de computar el género) y actuar en consecuencia en todo lo
relacionado a la selección/integración de miembros y criterio de género.
Por lo tanto, si el total de miembros son cinco (5) y se encuentra
conformada por dos (2) hombres y dos (2) mujeres y una tercera persona no
binaria, se debería realizar el correspondiente sorteo para ver si a los fines

25
del tratamiento del género en clave paritaria ser considera que ocupa el
lugar de un hombre o de una mujer. Si esa persona que por sorteo fue
computada como mujer, llegara a renunciar o a jubilarse, el reemplazo
debería ser por un hombre en atención a la mayoría alternada que se
propone en la presente propuesta”23.

Los aportes del Consejo Consultivo partieron de un piso alto en


términos de democracia paritaria, no solo defendiéndose la idea de
“diversidad de género” que recepta el vigente y no derogado decreto
222/2003 en lo relativo a la cuestión de género, sino que además se animó a
llevar adelante un estudio más contemporáneo sobre esta cuestión a la luz
del plexo normativo vigente atravesado por la identidad de género.

El Informe Final del Consejo Consultivo ubicó la perspectiva de


género en un lugar central como imperativo constitucional-convencional,
otorgándole a la paridad de género un papel protagónico y clave en
términos democráticos, empezando por la Corte Suprema de Justicia de la
Nación como cabeza del Poder Judicial. Por dicho motivo, constituye un
aporte fundamental en el marco de la pretensión esgrimida.

IV.7 Desde 2005 el Estado Nacional desarrolló progresivamente una


práctica que garantizo la diversidad de género y/o propensión a la paridad
de género respecto de la integración de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación.

Actualmente, la Corte Suprema de Justicia de la Nación tiene tres

23
Informe p. 218.

26
integrantes hombres y frente a dos vacantes a ser cubiertas, el Poder
Ejecutivo Nacional resolvió proponer a dos hombres. Esto implica una
injustificada regresión conculca el derecho a la discriminación con motivo
u ocasión del género, la obligación constitucional y convencional de
promover acciones positivas estatales que garanticen una igualdad real de
oportunidades y de trato en el acceso de las mujeres a la integración de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación y el principio de progresividad y no
regresividad del sistema de derechos del Estado constitucional y
convencional de derecho argentino (arts. 75 incisos 22 y 23 de la
Constitución argentina, arts. 2 incisos b, d y f y 7 inciso b de la Convención
sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer
y art. 3 del Decreto 222/2003).

La propuesta del Poder Ejecutivo se presume inconstitucional e


inconvencional y dicho órgano de poder tiene la carga de argumentar y
probar la validez del acto de autoridad pública que permite una práctica
regresiva. A esto se suma que puede generar responsabilidad internacional
al Estado argentino por incumplir con una obligación internacional
emergente de la convencionalidad interpretada y por omitir realizar el
respectivo control de convencionalidad interno.

V. Autorización.

Que vengo a solicitar que se autorice a realizar toda clase de


diligenciamientos en el marco del presente expediente a la Doctora
Catalina Cirio (CPACF T 130 F 578).

VI. Planteo de caso constitucional y convencional.

27
Que vengo a plantear la existencia de una cuestión constitucional y
convencional simple para el supuesto improbable de que las instancias
ordinarias no acogieran la pretensión deducida formal y sustancialmente,
conforme a las prescripciones del artículo 14 de la ley 48 inciso 1 a fin de
articular oportunamente el Recurso Extraordinario Federal (REF) ante la
Corte Suprema de Justicia de la Nación respecto de la interpretación y
aplicación el derecho a la discriminación con motivo del género respecto
del acceso a la integración de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la
obligación constitucional y convencional de promover acciones positivas
estatales que garanticen una igualdad real de oportunidades y de trato en el
acceso de las mujeres a la integración de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación y el principio de progresividad y no regresividad del sistema de
derechos del Estado constitucional y convencional de derecho argentino
(arts. 75 incisos 22 y 23 de la Constitución argentina, arts. 2 incisos b, d y f
y 7 inciso b de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer y art. 3 del Decreto 222/2003).

VII. Prueba.

Documental: Se acompaña la siguiente prueba documental


respaldatoria de la pretensión esgrimida en copia digital, a saber: a) Copia
digital de la publicación en el Boletín Oficial de la propuesta del Doctor
Ariel Oscar Lijo y del Doctor Manuel José García-Mansilla para integrar la
Corte Suprema de Justicia de la Nación.

VIII. Petitorio.

28
Por todo lo expuesto, al magistrado/a actuante solicito:

1. Que me tenga por presentado en el carácter invocado, por parte y


por constituido el domicilio procesal.

2. Que tenga por promovida la presente acción de amparo.

3. Que tenga por introducida en debido tiempo y legal forma el


planteo del caso federal.

4. Que oportunamente dicte sentencia en los términos peticionados


declare la inconstitucionalidad e inconvencionalidad del acto de autoridad
pública impugnado y ordene al Estado Nacional-Poder Ejecutivo Nacional
que eleve una nueva propuesta que garantice la diversidad de género o
propenda a la paridad de género en la integración de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación, con costas.

PROVEER DE CONFORMIDAD
SERA JUSTICIA

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