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Objetivo

Identificar al Sistema Jurisdiccional de los Derechos Humanos como una forma


importante de protección a los Derechos Humanos en México, a través de los
mecanismos de defensa que proporciona la Constitución, el Derecho Procesal y el
Juicio de Amparo.

Introducción

La defensa de los Derechos Humanos en México ha recorrido un arduo camino


lleno de tropiezos, pero también de aciertos, su inclusión en la legislación nacional
comprende una de las mejores herramientas jurídicas que incorpora derechos
individuales y sociales, por lo que el abanico de posibilidades para su protección,
aunque amplio, aún tiene la posibilidad de enriquecerse con propuestas viables
que redunden en una cultura de respeto por el ser humano.

En la discusión sobre el constitucionalismo cobra cada vez mayor relevancia el


tema de los medios de control constitucional. El derecho procesal constitucional
ocupa un lugar preponderante en el análisis de los medios para el control de la
constitucionalidad.

En consecuencia, el contenido presenta algunas reflexiones para dar marco al


análisis del sistema de control jurisdiccional de los Derechos Humanos en México.

El siguiente esquema puede ayudarte a procesar la información.


LA SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL

El constitucionalismo de Estados Unidos de Norte América es el primero que le


otorga a la constitución el valor normativo de ley suprema y rompe con la idea y
concepción de completar a la constitución con un conjunto de ideas políticas sin
vinculación jurídica.  A partir de la famosa sentencia “Marbury vs Madison”, se
afirmó el principio de supremacía constitucional, es decir, se consagró el
principio que señala que el poder judicial ejerce el control de
constitucionalidad.
En palabras de Francisco Fernández Segado, en el Estado mexicano el primer
antecedente de control de la constitucionalidad por parte de los jueces fue en la
Constitución del Estado de Yucatán en 1841, donde la revisión judicial se
estructuró a través del proceso de amparo ante la Suprema Corte de Justicia (Art.
62.I de la Constitución del Estado de Yucatán).
En consecuencia, se puede entender a la Supremacía Constitucional como un
principio del Derecho constitucional que postula, originalmente, ubicar a la
Constitución en particular en un peldaño jerárquicamente por encima de todas las
demás normas jurídicas, internas y externas, que puedan llegar a regir en ese país.

El principio de supremacía de la Constitución y el control de la


constitucionalidad tienen un estrecho vínculo, ya que la primera se encarga de
ser parámetro para que ningún acto de autoridad, ley o tratado pueda contravenir
la ley fundamental. El control o la jurisdicción constitucional se encarga de hacer
efectivo dicho principio, al otorgar mecanismos para garantizar la supremacía
constitucional.
En este orden de ideas, en México, el principio de supremacía constitucional se
encuentra previsto en el Artículo 133 de la Carta Magna. Al respecto,  es
conveniente señalar que en la  reforma a la Constitución del 10 de junio del año
2011, en el Artículo 1º se menciona:

Por lo que se puede decir, que los Derechos Humanos reconocidos por México en
los tratados internacionales, se han constitucionalizado y tienen el mismo rango
que los que ya están en la primera parte de la Constitución de los Estados Unidos
Mexicanos.

PROTECCIÓN JURISDICCIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

Pese a la determinación constitucional, en la práctica jurídico-política la sola


declaración formal del poder constituyente no ha sido suficiente para dar plena
eficacia al principio de supremacía constitucional; por ello se han instituido los
sistemas de control constitucional o medios, métodos o instrumentos de defensa
de la Constitución, mismos que en su unidad constituyen tema de gran
transcendencia.

Al respecto Ernesto Rey Cantor, expresa:


La Protección Jurisdiccional de los Derechos Humanos se encuentra a cargo de los
Tribunales del Poder Judicial de la Federación, cuya fundamentación la
encontramos en  los siguientes preceptos:

o Artículo 94 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.


o Artículo 1 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.
Los cuales establecen que el ejercicio del Poder Judicial de la Federación, se
deposita en:

o La Suprema Corte de Justicia de la Nación;


o El Tribunal Electoral;
o Los Tribunales Colegiados de Circuito;
o Los Tribunales Unitarios de Circuito;
o Los Juzgados de Distrito;
o El Consejo de la Judicatura Federal;
o El Jurado Federal de Ciudadanos;
o Los Tribunales de los Estados y del Distrito Federal, y
o En los demás en que, por disposición de la ley deban actuar en auxilio de
la Justicia Federal.
Ahora bien, la protección de los Derechos Humanos se puede activar a través de
los siguientes medios de control constitucional:

o Juicio de amparo.
o Acción de inconstitucionalidad.
o Controversia constitucional.
o Facultad de investigar de  la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos sobre hechos que constituyan violaciones graves de Derechos
Humanos (control no jurisdiccional).
o Juicios de revisión constitucional electoral y para la protección de los
derechos político electorales del ciudadano. 
o Juicio político.
Juicio de Amparo

El juicio de amparo es considerado por el jurista Ignacio Burgoa, “como un juicio


o proceso que se inicia por la acción que ejercita cualquier gobernado ante los
órganos jurisdiccionales federales, contra todo acto de autoridad que le causa un
agravio en su esfera jurídica y que considere contrario a la Constitución, teniendo
por objeto invalidar dicho acto o despojarlo de su eficacia por inconstitucionalidad
o ilegalidad en el caso concreto que lo origine”.
De conformidad con el Artículo 103 constitucional, el amparo es procedente:

o Por normas generales, actos u omisiones de la autoridad que violen los


Derechos Humanos reconocidos y las garantías otorgadas para su
protección por esta constitución, así como por los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte.
o También por normas generales o actos de la autoridad federal que
vulneren o restrinjan la soberanía de los estados o la esfera de
competencia del Distritito Federal o viceversa de los estados y el Distrito
federal hacia la esfera de competencia de la autoridad federal.
El referido juicio terminará con una sentencia de amparo, la cual generará los
efectos que establece el Artículo 80 de la Ley de Amparo:

A efecto de comprender el funcionamiento del amparo, cabe tomar en cuenta la


opinión del doctor Héctor Fix-Zamudio, quien señala: “[...] en el amparo
mexicano podemos descubrir cinco funciones diversas, ya que puede utilizarse
para la tutela de la libertad personal; para combatir las leyes inconstitucionales;
como medio de impugnación de las sentencias judiciales; para reclamar los actos y
resoluciones de la administración activa; y finalmente, para proteger los derechos
sociales de los campesinos sometidos al régimen de la reforma agraria”.
El amparo como medio de protección de los ciudadanos puede interponerse contra
los siguientes casos:

o Amparo para la tutela de la libertad personal: Es, originalmente, la acción


que se interpone para defender la libertad individual y los derechos
constitucionales con ella conexos.
o Amparo contra leyes: Procede contra leyes que causen un agravio
personal y directo al gobernado.
o Amparo judicial (amparo casación) como medio de impugnación de las
sentencias judiciales: Es una institución jurídica de control de la
legalidad.
o Amparo administrativo: Es el juicio constitucional a través del cual se
impugnan actos de autoridad vinculados a la administración pública del
Estado. Sirve para reclamar los actos y resoluciones de la administración
activa. Abarca la impugnación constitucional de todos los actos material
y formalmente administrativos, que emanan de los órganos estatales de
la misma índole.
o Amparo en materia agraria: Es aquel que promueven las comunidades
agrarias como entidades socio-económicas y jurídicas, así como los
miembros particularmente considerados en su carácter de ejidatarios o
comuneros.
Principios rectores del juicio amparo

a. Principio de iniciativa o instancia de la parte agraviada. Todo aquel


que resiente un daño o perjuicio, o agravio en su esfera de derechos, por
parte de la ley o por algún acto de autoridad, en términos del Artículo 4o. de
la Ley de Amparo, en relación con el Artículo 107, fracción I, de la
Constitución, estará legitimado para interponer la demanda de amparo.
Este principio hace que el juicio jamás pueda operar oficiosamente, por lo
que para que nazca, es indispensable que lo promueva alguien; principio que
resulta claro si se tiene en cuenta que el procedimiento de control, sólo
puede existir mediante el ejercicio de la acción.  
b. Principio de relatividad de las sentencias o fórmula Otero: En
esencia, consiste en que los fallos de amparo son de efectos particulares,
la sentencia sólo se ocupa de las partes contendientes en el juicio de
amparo.
c. Principio de definitividad: Consiste en que, antes de interponer el
amparo, se deben agotar todos los medios de defensa con los que se
cuente (recursos o medios de defensa que concede la ley que rige el
acto); de lo contrario, se incurre en improcedencia (Artículo 73 de la Ley
de Amparo) y se dará el sobreseimiento (acto procesal que pone fin al
juicio sin resolver la controversia de fondo) (Artículo 74 de la Ley de
Amparo).
d. Principio de estricta legalidad: El Tribunal de Amparo debe ceñirse a
los aspectos de inconstitucionalidad que le  haga valer el quejoso, en los
conceptos de violación de la demanda. Por lo tanto, no puede abordar
aspectos que no le pidió el quejoso.
Este principio opera en materia civil, mercantil, fiscal, administrativa,
laboral (cuando el quejoso es el patrón) y en materia agraria (cuando el
quejoso no forme parte de la clase campesina, ya que los propietarios se
rigen en el amparo por la materia administrativa).
e. Suplencia de la queja: Las autoridades que conozcan del juicio de
amparo deberán suplir la deficiencia de los conceptos de violación de la
demanda, así como la de los agravios formulados.
Reformas constitucionales en materia de amparo del 2011

Las reformas constitucionales en materia de amparo vienen a fortalecer los


mecanismos judiciales de protección de los Derechos Humanos, ampliando la
competencia en materia de juicio de amparo, como se observa a continuación.

Acción de inconstitucionalidad

Las acciones de inconstitucionalidad tienen por objeto plantear la posible


contradicción entre una norma de carácter general y la Constitución. Es un medio
de control a posteriori que pretende preservar la supremacía de la Constitución.

Pueden interponer una acción de inconstitucionalidad:

o El Procurador General de la República contra leyes federales y tratados


internacionales.
o El 33 % de los miembros integrantes de la Cámara de Diputados o de
Senadores, al tratarse de la impugnación de una ley constitucional ante
la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
o El 33 % de los diputados locales, en caso de que la ley impugnada
considerada como inconstitucional sea local.
o Los partidos políticos con registro ante el IFE, por medio de sus
dirigencias nacional o estatales, sólo contra leyes electorales en el
ámbito de sus respectivas competencias.
o La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en contra de leyes de
carácter federal, estatal y del Distrito Federal, así como de tratados
internacionales celebrados por el Ejecutivo Federal y aprobados por el
Senado de la República, que vulneren los Derechos Humanos.
o Los Organismos de Protección de los Derechos Humanos equivalentes en
los estados de la República, en contra de leyes expedidas por las
legislaturas locales y la Comisión de Derechos Humanos del Distrito
Federal, en contra de leyes emitidas por la Asamblea Legislativa del
Distrito Federal.

Controversia constitucional

El control de la constitucionalidad está a cargo de la Suprema Corte de Justicia de


la  Nación; esta figura autoriza el examen de todo tipo de violaciones a la
Constitución Federal.

La tutela jurídica de esta acción es la protección del ámbito de atribuciones que la


Ley Suprema prevé para los órganos originarios del Estado.

Es el juicio que se promueve ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación,


cuando se suscitan conflictos entre:

Artículo 105, fracción I

a. “La Federación y un Estado o el Distrito Federal;


b. La Federación y un municipio;
c. El Poder Ejecutivo y el Congreso de la Unión; aquél y cualquiera de las
Cámaras de éste o, en su caso, la Comisión Permanente, sean como
órganos federales o del Distrito Federal;
d. Un Estado y otro;
e. Un Estado y el Distrito Federal;
f. El Distrito Federal y un municipio;
g. Dos municipios de diversos Estados;
h. Dos Poderes de un mismo Estado, sobre la constitucionalidad de sus
actos o disposiciones generales;
i. Un Estado y uno de sus municipios, sobre la constitucionalidad de sus
actos o disposiciones generales;
j. Un Estado y un municipio de otro Estado, sobre la constitucionalidad de
sus actos o disposiciones generales; y
k. Dos órganos de gobierno del Distrito Federal, sobre la constitucionalidad
de sus actos o disposiciones generales”.

Facultad de investigar hechos que constituyan violaciones graves de


Derechos Humanos. (Mecanismo no jurisdiccional)

Anteriormente, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ejercía una facultad para


investigar violaciones graves de garantías individuales. Actualmente (después de
la reforma constitucional publicada el 10 de junio de 2011) la Comisión Nacional de
los Derechos Humanos ejerce dicha facultad, con aprobación de su Consejo
Consultivo.

En el desarrollo de este procedimiento se plantea que la Comisión Nacional de los


Derechos Humanos ejerza facultades de autoridad investigadora en los términos
que establezca su Ley, para lo cual podrá, entre otras funciones, ordenar el
desahogo de diligencias; solicitar el auxilio de la fuerza pública; citar a cualquier
persona. Esto implica que la CNDH como órgano constitucional del Estado
mexicano, debe tener acceso a toda la información que le permita desarrollar sus
facultades constitucionales en forma plena, con mayor razón tratándose del
ejercicio de esta nueva atribución.

El procedimiento de investigación de violaciones graves a los Derechos Humanos


tiene entre otros objetivos el esclarecimiento de la verdad, derecho del que son
titulares las personas que habitan en el territorio nacional y como principal
obligado el Estado mexicano. Este derecho no se reduce a tutelar las libertades de
expresión y de prensa, permitiendo que la sociedad acceda a la información en
condiciones de transparencia, sino que implica también la obligación de esclarecer
los hechos que importen a la sociedad.

Medios de impugnación en materia electoral

Los medios de impugnación están previstos en la Ley General del Sistema de


Medios de Impugnación en Materia Electoral, y quienes los aplican son el Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y el Instituto Nacional Electoral
(INE).

Están legitimados para presentar o interponer los medios de impugnación en


contra de actos, resoluciones o sentencias electorales, según el caso, los
siguientes sujetos:
o Partidos políticos (a través de sus representantes legítimos).
o Agrupaciones políticas (a través de sus representantes legítimos).
o Ciudadanos (por su propio derecho).
o Candidatos  (por su propio derecho).
o Organizaciones de ciudadanos (a través de sus representantes
legítimos).
o Aquellas personas físicas o morales que hubieren sido sancionadas
(personas físicas por su propio derecho y morales, a través de sus
representantes o apoderados legales).
o Servidores públicos del Instituto Nacional Electoral.
o Servidores públicos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación.
El Sistema de Medios de Impugnación está integrado por:

o El recurso de revisión, para garantizar la legalidad de los actos y las


resoluciones de la autoridad electoral federal.
o El recurso de apelación, el juicio de inconformidad y el recurso de
reconsideración, para garantizar la constitucionalidad y legalidad de
actos y resoluciones de la autoridad electoral federal.
o El juicio para la protección de los derechos político-electorales del
ciudadano y el juicio de revisión constitucional electoral, para garantizar
la constitucionalidad de los actos o resoluciones de las autoridades
locales en los procesos electorales de las entidades federativas.
o El juicio para dirimir los conflictos o diferencias laborales entre el INE y
sus servidores.
Corresponde a los órganos del INE conocer y resolver el recurso de revisión y al
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación los demás medios de
impugnación previstos, en la forma y términos establecidos en la ley.

Acciones colectivas

Se entiende como Acciones Colectivas, aquéllas que promueve un representante


con legitimación colectiva, para proteger el derecho que pertenece a un grupo de
personas sujetas a una sentencia que obliga o concede derechos como un todo.

Por lo tanto es indispensable que éstas se encuentren perfectamente identificadas


ya sea como una acción o como una garantía constitucional, tomando como base
que el derecho a la jurisdicción es un derecho subjetivo y como tal,
simultáneamente, es una potestad cuando se ejerce, y una facultad mientras está
latente.

En este contexto, es preciso señalar que la reforma al Artículo 17


constitucional que consta en el decreto expedido el día 13 de julio del año 2011,
por el Presidente de la República mexicana, tuvo como fin primordial, incorporar
en nuestro régimen jurídico de impartición de justicia, la figura procesal de
acciones colectivas en manos de ciudadanos, organizaciones civiles, autoridades
públicas y grupos de afectados, para darles legitimación activa para poder
demandar ante los tribunales federales, la tutela de derechos colectivos o difusos
en materias tales como protección al consumidor, al medio ambiente, a la
competencia económica, al patrimonio cultural y urbano y por supuesto a los
Derechos Humanos, quedando así claramente establecido, que el Congreso de la
Unión expedirá las leyes que regulen las acciones colectivas y que tales leyes
determinarán las materias de aplicación, los procedimientos judiciales y los
mecanismos de reparación del daño, siendo los jueces federales los que conozcan
de forma exclusiva sobre estos procedimientos.
El litigio de interés público

El litigio de interés público es una estrategia de defensa de los Derechos Humanos.


Aunque su implementación en los tribunales y discusión en la dogmática aún es
nueva en nuestro país, ha sido un modelo de protección de los derechos muy
socorrido en países como Estados Unidos, Colombia, Argentina y Chile.

Como su nombre nos indica, es un modelo de litigio oponible a aquel dirigido


únicamente a defender intereses particulares, y busca, mediante la defensa de
casos límite, paradigmáticos, colectivos, complejos o controversiales, el
reconocimiento y plena tutela de nuevos o mal garantizados derechos. Es una
estrategia que busca cambiar los sistemas de baja o media protección de los
Derechos Humanos, por sistemas de reconocimiento y garantía robusta a través de
casos, precedentes constitucionales y presión en los tribunales.

Los partidarios de este modelo de activismo por los Derechos Humanos ven al
Derecho no como la guardia y conservación del status quo, sino como un
mecanismo desde el cual se pueden generar cambios positivos en la sociedad y  la
política, promoviendo avances en la agenda de los Derechos Humanos.

Protección jurisdiccional de los Derechos Humanos en estados de


excepción

En la reforma del Artículo 29 de la Constitución, que consta en el decreto


expedido el día 10 de junio del año 2011, se toma en cuenta que el Estado
contemporáneo se enfrenta a retos de enorme dimensión, ya sea por fenómenos
naturales (terremotos, inundaciones), por actividades humanas (contaminación en
gran escala, calamidades generalizadas) o por amenazas a la seguridad del
Estado.
Tragedias cercanas a nosotros, como la de los terremotos en Haití y Chile, nos
recuerdan la importancia de contar con los instrumentos necesarios para que el
Estado pueda actuar con celeridad y certeza frente a situaciones que salen de toda
normalidad. La Constitución mexicana regula el tema en su Artículo 29, pero el
texto constitucional debe ser ampliado y armonizado con la propia realidad
mexicana y con el derecho internacional, por ello, los integrantes de las
comisiones dictaminadoras han considerado pertinente avanzar hacia las reformas
de dicho precepto constitucional.

También la reforma elimina la facultad de la Comisión Permanente para aprobar la


suspensión de las garantías, y otorgarle dicha facultad al Congreso de la Unión,
que será el que apruebe la restricción o suspensión del ejercicio de derechos y
garantías. Se consideró que un tema tan delicado y sensible para la preservación
del Estado de los derechos debe significar el más amplio análisis y consenso.

En resumen, se incorpora al decreto en lo que se refiere al Artículo 29


constitucional, además de lo ya señalado, que:

o “La restricción o suspensión del ejercicio de derechos y garantías debe


estar fundada y motivada en los términos establecidos por la
Constitución y ser proporcional al peligro a que se hace frente,
observando en todo momento los principios de legalidad, proclamación,
publicidad y no discriminación.
o En el momento en que se ponga fin a la restricción o suspensión del
ejercicio de derechos y garantías, bien sea por cumplirse el plazo o
porque así lo decrete el Congreso, todas las medidas legales y
administrativas adoptadas durante su vigencia quedarán sin efecto de
forma inmediata. El Ejecutivo no podrá hacer observaciones al decreto
mediante el cual el Congreso revoque la restricción o suspensión.
o La constitucionalidad y la validez de los decretos que expida el Ejecutivo
durante la situación de suspensión, y que estén relacionados con la
restricción o suspensión de derechos y garantías, serán revisados de
oficio e inmediatamente por la Suprema Corte de Justicia de la Nación”.

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