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LA TRISTE HISTORIA DE AMAPOLA

Amapola tuvo una vida muy activa. Cursó sus estudios de odontología en la Universidad de
Chile, graduándose con honores el año 1995. El mismo año de su titulación, Amapola contrajo
matrimonio con Florencio, bajo el régimen de separación total de bienes. Florencio había sido
su novio por más de 10 años, y era un empresario de más avanzada edad, pero con una gran
personalidad. El matrimonio es feliz, y tienen dos hijas: Violeta y Rosa, nacidas en 1997 y 1998
respectivamente.
Tras haber ejercido un par de años como dentista en una consulta, Amapola descubre
que no le atrae mayormente el ejercicio de la profesión. Pero, con la asesoría comercial de
Florencio, Amapola descubre una nueva pasión: dedicarse al negocio de importación y venta de
insumos odontológicos. Por varios años, Amapola se dedica a este negocio como persona
natural, aprovechando los contactos que posee en este mercado. Sin embargo, ello se ve
interrumpido por una lamentable tragedia que sufre la familia: en diciembre de 2017, Florencio
fallece víctima de un fulminante ataque cardíaco. La pérdida de Florencio afecta profundamente
a Amapola, quien deja en suspenso todas sus actividades comerciales. Ante la insistencia de
algunos conocidos, Amapola finalmente decide finiquitar este negocio en enero de 2023, y realiza
una venta de bodega de los insumos que había adquirido previamente. La venta es publicitada
mediante avisos en internet.
Julieta, dentista recién titulada, encuentra el aviso de Amapola y le parece una excelente
oportunidad para poder lanzar su propia consulta. De particular interés para ella es un sillón
dental Intego TS (OTP arm design). Julieta de inmediato se pone en contacto con Amapola para
la celebración de la compraventa, la cual se concreta con fecha 20 de enero de 2023, por la suma
de $2.400.000, que Julieta paga al contado realizándose en igual fecha la entrega del sillón.

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A mediados de marzo de 2023, Julieta finalmente concreta la instalación de su nueva
consulta que cuenta con el sillón dental que compró a Amapola. Sin embargo, en ese instante se
percata que hay un desperfecto en el sillón. En particular, el monitor de 22 pulgadas que incluye
el sillón no se encuentra operativo, ni tampoco funciona la conexión USB (ver fotografías). Todo
indica que la falla se debe al prolongado tiempo que estuvo guardado el sillón sin ser utilizado.
Si bien para Julieta no se trata de funciones indispensables para el ejercicio de su profesión, se
trata de características que se esperaba que tuviera el producto comprado. Un sillón equivalente
sin estas características tiene un valor aproximado de $2.100.000.

Paralelamente, al encontrarse con viejos compañeros y colegas dentistas al vender los


productos, a Amapola le vuelven las ganas de ejercer la profesión, por lo que procede a explorar
alternativas. De especial influencia en esto fue el encuentro con Jacinto, antiguo compañero de
universidad, quien, cansado de la soledad de Calama, recientemente había renunciado a su trabajo
como dentista en una clínica de dicha ciudad, para probar suerte en Santiago.
Amapola informó a Jacinto de su actual situación personal y profesional. De esta forma,
luego de escuchar lo que Amapola le acababa de contar, Jacinto le hizo saber que él también está
buscando alternativas para ejercer la profesión en Santiago, agregando de inmediato una atrevida
propuesta: unir fuerzas y abrir juntos una consulta odontológica. Amapola, entusiasmada con la
idea, aceptó de inmediato la propuesta. Sin perder tiempo, ambos procedieron a intercambiar
ideas para ver la forma de concretar este emprendimiento.
Luego de algunas reuniones de trabajo, Amapola y Jacinto comenzaron a concretar su
proyecto. En efecto, con fecha 30 de enero de 2023, ambos celebraron un contrato de mutuo
de dinero sin garantía hipotecaria con el Banco ICB por la suma de mil (1.000) Unidades de
Fomento (UF), suma que el Banco les transfirió ese mismo día, en su equivalente en pesos al día
30 de enero, a una cuenta bipersonal que Amapola y Jacinto habían abierto en dicho Banco.
En virtud de las estipulaciones del contrato, Amapola y Jacinto se obligaron
solidariamente al pago del préstamo en 36 cuotas mensuales y sucesivas de 30 UF cada una, las
cuales se deberán pagar dentro de los primeros 10 días de cada mes, en su equivalente en pesos
al día del pago. La primera cuota vencía el 10 de marzo de 2023. Con respecto a las cuotas se
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estipuló que la mora o simple retardo en el pago de una cuota “facultará al Banco para exigir la
totalidad de la deuda o el saldo a que se halle reducida, considerándose como de plazo vencido”.
En relación con los intereses por el uso del capital, las partes pactaron como tasa de interés el
interés corriente. Al respecto, cabe destacar que el cálculo del monto de las cuotas considera la
tasa de interés por el uso pactada. Por último, las partes nada estipularon respecto del interés en
caso de mora en el pago de una o más cuotas del préstamo.
El 2 de abril de 2023, cuando Amapola y su hija Violeta regresaban de un fin de semana
en la Serena, tuvieron un trágico accidente de tránsito en el cual Amapola falleció en el acto,
mientras que Violeta falleció tres días más tarde. Amapola y Violeta fallecen sin haber otorgado
testamento. En el momento del fallecimiento, Violeta estaba casada con Romero y tenían tres
hijos Melisa, Narciso y Azucena. Narciso había sido adoptado por Romero y Violeta y al
momento del fallecimiento de esta última tiene 19 años. Amapola nunca apoyó la decisión de
Violeta de adoptar a un adolescente. Por su parte, Rosa, la otra hija de Violeta, había contraído
matrimonio con Margarita el 8 de mayo de 2022. Amapola no asistió a la respectiva ceremonia
y desde entonces no tenía ninguna relación con su hija. Actualmente Rosa y Margarita están
esperando el nacimiento de su hija Jazmín, que se prevé será en julio de 2023.

INDICACIONES PARA LA RESOLUCIÓN DEL CASO


Para que se considere correcta la respuesta a las preguntas que se van a realizar a
continuación es preciso que, en cada una de ellas, identifique su hipótesis de resolución,
determine cual es la institución o acción que corresponde, atendiendo a lo que se
pregunte, los requisitos legales para que opere, así como los preceptos en los que basa
su respuesta. Además, deberá verificar su hipótesis en atención a los requisitos
subsumiendo todos los hechos del caso a los mismos, para con ello llegar a la conclusión
de su respuesta.

PREGUNTAS
1.- Determine quiénes son los herederos de Amapola y qué cuantía le corresponde a cada
uno de ellos, si se le informa que el patrimonio líquido es 100. Tenga presente que, tras
el fallecimiento, tanto Narciso como Rosa han rechazado cualquier asignación que
provenga de la sucesión de Amapola; por lo que de corresponderles alguna asignación
deben determinar quién/quiénes finalmente se quedarían con dicha asignación,
justificando su respuesta. [40%]

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Lo primero que corresponde determinar es ante qué tipo de sucesión nos encontramos. Dado
que en los hechos del caso se nos afirma que Amapola fallece sin haber otorgado testamento,
nos encontramos ante una sucesión intestada en virtud de lo establecido en el artículo 980 CC.

Para determinar quiénes tienen la delación en esta sucesión intestada y, por ello, quiénes heredan,
tenemos que acudir a los órdenes de la sucesión intestada. Dado que al momento del
fallecimiento existe descendencia nos encontramos dentro del primer orden de sucesión del art.
988 CC, excluyendo los descendientes al resto de los parientes con vocación. En este primer
orden también concurre el cónyuge, pero dado que Amapola era viuda, sólo van a concurrir sus
descendientes. En nuestro caso, las hijas de Amapola, Violeta y Rosa.

Respecto de Violeta, nos encontramos que falleció tres días después que su madre por las
graves heridas que sufrió en el accidente donde su madre pereció en el acto. Ante estos hechos,
cabe plantearse si nos encontramos ante un supuesto en el que opere el derecho de transmisión
(art. 957 CC) ya que Violeta tenía el derecho a aceptar o repudiar la herencia de Amapola, pero
no hace uso de este, por lo que ese derecho se transmite a sus herederos, esto es, ya que Amapola
fallece en 2 de abril de 2023 y que Violeta lo hace el 5 de abril de 2023 sin aceptar o repudiar la
herencia de su madre puede operar en principio la figura.

Requisitos del derecho de transmisión:

1. Primer causante: es quien deja la asignación al asignatario en este caso Amapola. No tiene
requisitos específicos para estos propósitos.
2. Transmitente: en este caso es Violeta. Los requisitos que debe cumplir son:
i. Haber fallecido sin aceptar o repudiar: debe haber fallecido con posterioridad al
primer causante cuestión que en los hechos se cumple. Amapola fallece el 2 de
abril y la transmitente, Violeta el 5 de abril.
ii. Transmitente puede ser heredero o legatario: al ser descendiente de Amapola,
Violeta va a ser heredera (art. 1182, 1183 y 988 CC).
iii. Prescripción del derecho del transmitente: para determinar la prescripción es
preciso aclarar si nos encontramos ante un supuesto del art. 1232 CC donde si
existe requerimiento judicial el plazo es de 40 días desde la demanda. De lo
contrario operan las prescripciones que serán 5 o 10 años dependiendo de si se
tramita la posesión. En los hechos del caso nada se indica al respecto, por lo que
teniendo presente la fecha actual, podemos afirmar que no ha prescrito su
derecho, ya que tan sólo han pasado días desde el fallecimiento.
iv. El transmitente debe haber sido digno y capaz de suceder. No existe información
respecto a alguna incapacidad o indignidad de Violeta respecto de Amapola así
que presumimos se cumple conforme al art. 961 CC.
3. Transmitido: es el heredero a quien se transmite por causa de muerte el derecho de
aceptar o repudiar una herencia. Sus requisitos son:
i. Debe ser heredero del asignatario: Melisa, Narciso y Azucena son hijos de
Violeta, por ser hijos, siempre son herederos (art. 1182-1183, 988 CC) y también

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es heredero Romero, ya que al ser una sucesión intestada el cónyuge concurre al
primer orden art. 988 CC, siendo heredero.
ii. Debe haber aceptado la herencia del transmitente: No se menciona nada, luego
todos ellos (Romero, Melisa, Narciso y Azucena) deberían aceptar la herencia de
Violeta si quieren heredar a su abuela Amapola.
iii. Transmitido capaz y digno de suceder al transmitente: Opera presunción de
dignidad del artículo 961 CC. En el presente caso se aplica el art. 961 CC que
presume digno y capaz a Romero, Melisa, Narciso y Azucena de suceder a Violeta
y, por ende, operaría el derecho de aceptar o repudiar la herencia de su abuela
Amapola.

Luego en virtud del derecho de transmisión del art. 957 CC, a Romero, Melisa, Narciso y
Azucena les correspondería repartirse la parte que le hubiera correspondido a su madre y esposa
Violeta de haber podido esta aceptar la herencia de Amapola. Además, cada uno de los herederos
es libre de aceptar o repudiar la parte que le hubiera correspondido en la herencia de Amapola
por derecho de transmisión (art. 1228.2CC). Luego como en los hechos del caso se nos informa
que Narciso, repudia cualquier asignación que provenga de su abuela Amapola, entendemos que
repudia dicha asignación deferida por transmisión, por lo que dicha parte repudiada por Narciso,
dado que no opera acrecimiento respecto de la atribución por transmisión, su porción repudiada
deberá repartirse entre todos los herederos intestados de Amapola.

Respecto de Rosa, la otra heredera de Amapola, se nos informa en los hechos que ha repudiado
la asignación que le corresponde en la sucesión de su madre. En este caso dado que Rosa va a
tener descendencia, su hija Jazmín, se prevé que nazca en julio de 2023, habría que plantearse
que sucede respecto de los posibles derechos que quedan en suspenso en su favor de opera el
derecho de representación (art. 77 y 984 CC). Hay que comprobar si se cumplen los requisitos:

i) Debe tratarse de una sucesión intestada: En la medida en que Amapola no otorgó testamento
antes de morir, ex art. 980 CC, su sucesión ha de sujetarse a las reglas de la sucesión ab intestato,
razón por la cual este requisito se cumple en este supuesto.

ii) Es necesario que el representado falte a la sucesión del causante: Se considera que el
representado falta a la sucesión del causante, toda vez que repudia su herencia o bien cuando es
indigno o incapaz de sucederle. En este sentido, ex art. 987 inc. 2° CC, es posible representar a
quien repudia la herencia del causante. En este supuesto, Rosa repudia la herencia de su madre,
de modo que este requisito también se constata en los antecedentes del caso.

iii) El representado debe haber sido de los parientes del causante indicados en la ley: Ex art. 986
CC, el derecho de representación opera en la descendencia del difunto y en la descendencia de
sus hermanos. En este caso, Rosa, la representada, es descendiente de la Amapola, la causante,
y, en consecuencia, se satisface este requisito.

iv) El representante debe ser descendiente del representado: El derecho de representación solo
opera únicamente respecto a los descendientes del difunto y a los descendientes de sus

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hermanos. Jazmín va ser nieta de la causante (Amapola). Dado que Jazmín, está concebida, pero
todavía no ha nacido, para cumplir este requisito y ser efectivamente descendiente, es preciso
que Jazmín nazca cumpliendo todos los requisitos del art. 74 CC, de nacer, se entenderá como
si hubiera estado viva al momento de la delación, siendo así capaz de suceder a su abuela por
representación (arts. 74, 77 y 962 CC). Teniendo en consideración lo indicado, este presupuesto
también se constata en este supuesto. Luego de entender que Jazmín nace efectivamente en julio
de 2023, conforme a los requisitos antes señalados, heredaría por derecho de representación a
su abuela Amapola.

v) El representante debe ser capaz y digno de suceder al causante: En virtud de lo anteriormente


señalado, si bien Jazmín es incapaz por el momento de suceder a su abuela, ya que está concebida,
pero todavía no ha nacido. Eso sí, conforme a lo señalado por el artículo 77 CC, tal y como se
argumentó anteriormente, sus derechos permanecen en suspenso hasta que se acredite que nace
conforme con los requisitos del artículo 74 CC, y acreditado se entenderá que tuvo existencia al
tiempo de la apertura, siendo capaz de suceder. Su dignidad la presumiríamos conforme a la regla
del art. 961 CC

En suma, si entendemos que Jazmín nace, se cumplen los requisitos del derecho de
representación, ex arts. 984, 985 y 990 CC, podría suceder a Amapola por representación, por
estirpe y en calidad de herederos, su futura nieta Jazmín.

De entender que Jazmín no llega a nacer con los requisitos del art. 74 CC, tal y como indica el
art. 77 CC, no habría llegado a tener existencia y por ello, no operaría derecho de representación,
por lo que en esa hipótesis la parte repudiada por Rosa, volvería a integrar la masa hereditaria y
se repartiría ente el resto de herederos intestados. En nuestro caso, entre Romero, Melisa,
Narciso y Azucena.

Para determinar la cuantía según las reglas del artículo 988 CC, al concurrir sólo descendientes
o personas que los representan a la sucesión, el reparto se realiza por partes iguales. Para poder
calcularlo tenemos que tener claro cuál es el acervo líquido o partible. En los hechos del caso se
nos afirma que dicho acervo es 100. Luego en virtud de lo anteriormente mencionado, en
principio, si se considera que Jazmín nace, serían herederos y les correspondería en la herencia
de Amapola:

Jazmín: 50 por derecho de representación por estirpes (art. 985 CC).

Romero (20), Melisa (10), Narciso (10) y Azucena (10), a cada uno por derecho de transmisión
conforme a reglas de la intestada (art. 957 y 988 CC).

Pero dado que Narciso, repudia los 10 que le corresponderían por transmisión y que como
anteriormente mencionamos estos deberían repartirse conforme a las reglas de la intestada entre
todos los herederos intestados de Amapola (10/ 2: 5 a cada heredera y respecto de la parte de
Violeta esos 5 se reparten el doble para Romero de lo que corresponda a Melisa y Azucena, esto

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es 2,5 para Romero y 1,25 para Melisa y 1,25 para Azucena, finalmente, la cantidad que les
corresponde es:

Jazmín: 55 por derecho de representación por estirpes (art. 985 CC).

Romero (22,5), Melisa (11,25) y Azucena (11,25): cada uno por derecho de transmisión (art. 957
CC).

Si se considera que finalmente Jazmín, no nace, serían herederos y les correspondería en la


herencia de Amapola, atendiendo al repudio de Narciso:

Romero (50), Melisa (25) y Azucena (25): cada uno por derecho de transmisión (art. 957 CC)

2.- ¿Puede Julieta entablar alguna acción propia de la compraventa tras el fallecimiento
de Amapola? Determine de qué acción se trata, sus requisitos, si estos concurren en el
caso, contra quién o quiénes debiera entablarse y si se encuentra o no prescrita a la fecha
actual [30%]
A partir del contrato de compraventa celebrado con Amapola, Julieta puede ejercer una acción
de rebaja del precio, acción estimatoria o acción quanti minoris, mediante la cual el comprador
hace efectiva la obligación de saneamiento por vicios redhibitorios del vendedor. La acción se
encuentra definida en la ley como la que tiene el comprador para que se rebaje
proporcionalmente el precio por los vicios ocultos de la cosa vendida, raíz o mueble, llamados
redhibitorios (art. 1857 CC).
El presupuesto esencial para el ejercicio de la acción de rebaja del precio es la existencia de un
vicio redhibitorio en los términos del artículo 1858 del Código Civil. De conformidad a dicha
disposición legal, son vicios redhibitorios los que reúnen las calidades siguientes: a) ser coetáneos
a la venta, esto es, haber existido al tiempo de la venta; b) ser graves, esto es, ser tales que por
ellos la cosa vendida no sirva para su uso natural, o sólo sirva imperfectamente, de manera que
sea de presumir que conociéndolos el comprador no la hubiera comprado o la hubiera comprado
a mucho menos precio; y, c) ser ocultos, esto es, no haberlos manifestado el vendedor, y ser tales
que el comprador haya podido ignorarlos sin negligencia grave de su parte, o ser tales que el
comprador no haya podido fácilmente conocerlos en razón de su profesión u oficio.
En el caso en particular, el sillón que constituye el objeto del contrato presenta un desperfecto
que afecta el funcionamiento del sillón, de modo tal que sirve solo imperfectamente al uso natural
que está destinado al sillón. De los hechos se desprende que se trataba de un vicio existente al
tiempo de celebración del contrato. Si bien Julieta puede usar el sillón para su uso natural, que
consiste en proveer de tratamientos dentales a sus pacientes, el funcionamiento es imperfecto
debido a la falla que presenta el monitor, al indicarse en los hechos que se trataba de
características no indispensables pero que se esperaba que tuviera el sillón. Se desprende de los
hechos que Julieta probablemente hubiera comprado el sillón a un menor precio (el precio habría

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sido $2.100.000). Por último, se trata de un vicio oculto, ya que el desperfecto no fue mencionado
por Amapola al momento de celebración del contrato, y tampoco se trata de un desperfecto que
Julieta haya debido conocer en razón de su profesión u oficio. Si bien Julieta es una dentista, no
se dedica a la comercialización de estos productos, y está comenzando a ejercer su profesión,
por lo cual no podía conocer fácilmente del desperfecto al momento de la celebración del
contrato.
Por consiguiente, al tratarse de un vicio oculto que no es de la importancia prevista en el art.
1858, en virtud de lo dispuesto en el art. 1868 Julieta no puede solicitar la rescisión del contrato
sino solamente la rebaja de precio. La acción perseguiría la rebaja del precio del contrato de los
$2.400.000 pagados a $2.100.000, por lo cual Julieta demandaría la restitución del exceso de
precio pagado de $300.000.
Al haber fallecido Amapola, Julieta deberá ejercer esta acción en contra de sus herederos. De
acuerdo a lo señalado anteriormente, los herederos serían Romero, Melisa, Azucena y,
eventualmente, Jazmín. Al no haberse pactado indivisibilidad en el contrato, Julieta deberá
demandar en forma conjunta a todos los herederos por el total, o a cada uno de ellos por la
porción que les corresponda en la herencia.
Los hechos nos indican que la entrega real del sillón fue efectuada el día 20 de enero de 2023.
De acuerdo al art. 1869, la acción de rebaja de precio respecto de un bien mueble prescribe en
el plazo de un año contado desde la entrega real de la cosa. Por lo tanto, a la fecha actual la
acción no se encuentra prescrita.

3.- Conforme a los hechos del caso, se ha pagado la primera cuota del préstamo del
Banco ICB, que vencía el 10 de marzo. Sin embargo, llegado el día 10 de abril, fecha de
vencimiento de la segunda cuota, nadie pagó dicha cuota. Por ello, el Banco ICB
pretende exigir el pago. Al respecto, i). ¿Se ajusta a derecho la pretensión del Banco
ICB de exigir el pago de la deuda proveniente del mutuo o ésta se extinguió con la
muerte de Amapola? Explique y fundamente, precisando, en la afirmativa, si el Banco
puede cobrar el total de la deuda o solo la cuota vencida del mes de abril; contra quién
o quiénes puede dirigirse y, en cada caso, por cuánto; ii) Suponiendo que sea procedente
el cobro por parte del Banco, ¿Podría el Banco ICB pretender el pago de intereses por la
mora y, en la afirmativa, sería procedente el anatocismo respecto de los intereses por la
mora impagos? [30%]
i) La deuda contraída con el Banco ICB es una obligación de pagar una suma de dinero en virtud
de un contrato de mutuo de dinero: arts. 2196 CC y 1 inc. 1 Ley N° 18.010. Esta deuda es, desde
la perspectiva de Amapola, una deuda hereditaria, porque fue contraída en vida por la causante
y es una deuda transmisible, esto es, no se extinguió por la muerte de Amapola. En consecuencia,
responden por la deuda no solo Jacinto (codeudor solidario), sino también los herederos de
Amapola, o sea, Romero, Melisa, Azucena y, eventualmente, Jazmín (arts. 951 y 1354 y ss. CC).

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Conforme a los hechos del caso, en el contrato de mutuo de dinero se pactó una cláusula de
aceleración, esto es, una caducidad convencional del plazo, cláusula en virtud de la cual el Banco
se reservó la facultad de cobrar la totalidad de la deuda en el evento de mora o simple retardo
en el pago de una cuota. Considerando que los deudores (Jacinto y los ya mencionados herederos
de Amapola) están en mora respecto de la cuota de abril (art. 1551 N° 1 CC) y, además, que,
siendo el contrato de mutuo en cuestión una operación de crédito de dinero (art. 1 inc. 1 Ley N°
18.010), la cláusula de aceleración pactada se ajusta a las exigencias del art. 30 inc. 2 de la Ley
18.010, el Banco podrá optar entre cobrar solo la cuota de abril o bien, cobrar, no solo la cuota
de abril, sino la totalidad de las restantes cuotas, las que se considerarán, en este último evento,
como de plazo vencido.
Ahora, sea que el Banco ICB opte por cobrar solo la cuota de abril o la totalidad de la deuda, el
Banco ICB puede elegir dirigirse en contra de los deudores en la forma y por los montos que a
continuación se indican:
-El Banco ICB puede optar por dirigirse solo en contra de uno de los varios herederos de
Amapola, antes señalados. En este caso, a pesar de que la obligación contraída por Amapola era
una obligación solidaria, la muerte de Amapola extinguió la solidaridad con respecto a ella (art.
1523 CC), por lo que, muerta Amapola, y no habiéndose pactado indivisibilidad conforme al art.
1526 N° 4 CC, si el Banco opta por dirigirse solo en contra de uno de los herederos, solo podrá
pretender la proporción que al heredero le corresponda en la deuda que le esté cobrando, a
prorrata de su cuota en la herencia (arts. 1523 y 1354 CC).
-El Banco ICB puede optar por dirigirse en contra del conjunto de los herederos de Amapola,
antes señalados. En este caso (si se dirige en contra del conjunto de herederos de Amapola)
podrá pretender el total de la deuda que esté cobrando (art. 1523 CC).
-El Banco ICB puede optar por dirigirse en contra de Jacinto. En este caso, podrá pretender de
Jacinto el total de la deuda que esté cobrando porque este último se obligó solidariamente al
pago de la deuda y la muerte de Amapola, la otra codeudora solidaria, no afecta la situación de
Jacinto, para quien la deuda sigue siendo solidaria.
ii. Como se dijo antes, el caso da cuenta de un contrato de mutuo de dinero que constituye una
operación de crédito de dinero (arts. 2196 CC y 1 inc. 1 Ley N° 18.010), en la que se pactó el
pago del préstamo en cuotas. Conforme a ello, los deudores (Jacinto y los herederos de Amapola)
están en mora por el solo vencimiento de la cuota de abril (art. 1551 N° 1 CC). Como el caso da
cuenta de una obligación de pagar una suma de dinero, la indemnización por la mora (sea que el
Banco ejerza o no la facultad de aceleración antes explicada), se traducirá en el pago de intereses,
los cuales, considerando que las partes del mutuo de que da cuenta el caso no pactaron intereses
por la mora (esto es, intereses penales), serán los intereses corrientes (arts. 1559 N° 1 CC y/o
art. 16 inc. 1 Ley N°18.010, y art. 19 Ley N° 18.010), y no será necesario probar perjuicios por
la mora (art. 1559 N° 3 CC).

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Por último, considerando que, como se dijo, el mutuo en este caso constituye una operación de
crédito de dinero, y no habiéndose estipulado nada en contrario, en principio los intereses por
la mora que se encuentren impagos (vencidos) generarán anatocismo, esto es, se incorporarán al
capital y devengarán, a su vez, intereses (art. 9 inciso final, Ley N° 18.010). Sin embargo, la norma
del art. 9 inciso final, Ley N° 18.010, no parece ahora tan clara en razón de lo establecido en el
art. 16 inc. 2 Ley 18.010, que parece indicar que los intereses moratorios no se capitalizarán.

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