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CASO EUGENIO GARCÍA Y OTROS C.

EL ESTADO DE MALBECLAND

RE-578

1
Índice

1. Introducción ........................................................................................................................ 3

2. Hechos relevantes del caso .................................................................................................. 3

A. Sobre el procedimiento judicial llevado a cabo en Malbecland ......................................... 3

B. Sobre el trámite ante el SIDH ........................................................................................... 7

3. Excepciones preliminares de admisibilidad ....................................................................... 8

3.1. Excepción preliminar sobre la falta de legitimación de las menores ............................... 8

3.2. Excepción preliminar sobre la indeterminación de las presuntas víctimas y sus respectivos daños

10

4. Cuestiones de fondo .......................................................................................................... 13

4.1. Malbecland respetó y garantizó los derechos a las garantías judiciales y a la protección judicial

establecidos en los artículos 8.1 y 25.1 en relación con los artículos 1.1, 11, 17 y 19. ......... 13

4.2. Malbecland cumplió con su obligación convencional de adoptar disposiciones de derecho

interno establecida en el artículo 2 en relación con los artículos 19, 8.1, 25.1 y 1.1. ........... 24

5. Petitorio ............................................................................................................................. 34

6. Bibliografía........................................................................................................................ 34

A. Normas de Derecho Internacional ............................................................................... 34

B. Decisiones ...................................................................................................................... 35

C. Informes ......................................................................................................................... 38

D. Doctrina......................................................................................................................... 39

2
1. Introducción

1. La representación del Estado de Malbecland pone bajjo conocimiento de esta H. Corte

Interamericana de Derechos Humanos (en adelante CIDH) que el presente escrito se divide

en dos unidades argumentativas (excepciones preliminares y cuestiones de fondo). En

primer lugar, se expondrá el trazado fáctico concerniente a este litigio para posteriormente

tratar los argumentos sobre los requisitos de admisibilidad de esta petición, de acuerdo a la

falta de legitimación del peticionario para actuar en nombre de las menores de conformidad

al artículo 44 de la Convención Americana de Derechos Humanos (en adelante CADH) y

como argumento subsidiario la deficiente identificación de las víctimas de acuerdo a los

artículos 35.1 del Reglamento de la CIDH y del artículo 47.b de la CADH. Asimismo,

demostraremos la ausencia de responsabilidad del Estado en cuanto a las vulneraciones

aducidas por el peticionario, en un primer bloque de los derechos a las garantías judiciales

y a la protección judicial de los artículos 8.1 y 25.1 de la CADH, en relación con los artículos

1.1, 11, 17 y 19 de la misma, y como segundo bloque su obligación de adoptar disposiciones

de derecho interno, establecida en el artículo 2 de la Convención Americana, en relación

con los artículos 19, 8.1, 25.1 y 1.1 de la misma.

2. Hechos relevantes del caso

A. Sobre el procedimiento judicial llevado a cabo en Malbecland

2. Amalia Ramírez y Eugenio García formaban un matrimonio que, tras separarse de hecho el

10 de noviembre de 2004, solicitaron el divorcio ante el Juzgado de Familia de Villaflores

(Ciudad del Estado de Malbecland) el 12 de febrero de 2005. Tienen tres hijas menores de

edad al momento de la separación T. (12 años), N. (6 años) y S. (3 años), quien tiene

Síndrome de Down. A fecha de la separación de hecho, Amalia estaba embarazada de un

cuarto hijo producto de una Técnica de Reproducción Humana Asistida (TRHA) con

donación de material genético de un donante externo debido a la esterilidad de Eugenio,

3
procedimiento realizado con el consentimiento de este. Al nacer A. el 11 de mayo de 2005

fue inscrito sin filiación paterna (solo como hijo de Ramírez, “divorciada”). Al producirse

la separación de hecho, Eugenio se instaló en el domicilio de su reciente pareja, Javier

Martínez.

3. El 1 de marzo de 2005 Amalia Ramírez inició un procedimiento judicial para conseguir la

custodia judicial de las tres hijas comunes, también solicitada por Eugenio García. El 8 de

mayo de 2005, el Juez de familia resolvió por sentencia otorgar la custodia de las tres hijas

a la madre, visto lo dispuesto por el art. 478 del Código de Familia vigente al tiempo de los

hechos, considerando que las hijas estuvieron bajo el cuidado de esta desde la separación

de hecho. El Juez estableció un régimen de comunicación entre Eugenio y sus hijas (un

contacto cada miércoles, un fin de semana por mes, y 15 días en las vacaciones estivales).

4. Amalia Ramírez comunicó al Juzgado pasados tres meses desde la sentencia que las hijas

no querían ver a su padre y pidió la suspensión del régimen de comunicación. Tras evaluarse

la situación a través de un equipo interdisciplinar, sobre las dos hijas mayores, se determinó

que ambas rechazaban ver a su padre porque este convive con otro hombre en relación

sentimental, si bien el progenitor se encontraba vinculado positivamente con sus hijas y no

representaba riesgo alguno para su desarrollo. Así que el Tribunal ordenó que el contacto

se haría en el domicilio de la abuela paterna (sin contacto de las niñas con la pareja del

padre). Antes de reanudar las comunicaciones se ordenó y motivó una terapia psicológica

para todos los miembros de la familia con la finalidad de favorecer su revinculación.

5. Eugenio García solicitó al Tribunal que se incorporara el contacto con su hijo A. en el ya

mencionado régimen de comunicación. El Tribunal no se pronunció sobre dicha solicitud

pues Eugenio no volvió a hacer ninguna petición.

6. En cuanto a la terapia establecida judicialmente por el Tribunal para conseguir la

revinculación, Amalia Ramírez no llevó a las hijas. Dicho comportamiento fue denunciado

4
por el psicólogo y el Tribunal convocó una audiencia para ello en el mes de octubre del año

2006 que no pudo celebrarse porque el Juez se ausentó por causas de urgencia. Se convocó

una segunda audiencia a la que Amalia Ramírez tampoco acudió, y una tercera con el mismo

desenlace. Como consecuencia, se le comunicó a la misma la posibilidad de adoptar

sanciones. El 2 de abril de 2007 se determinó la imposibilidad de continuar la terapia por la

completa falta de colaboración de la madre, lo que conllevó que se le impusiera una multa

a esta. Esta falta de colaboración se repitió en diversas ocasiones, hasta que el 16 de agosto

de 2008, finalmente, la madre llevó a sus hijas al examen psicológico. El 20 de diciembre

de 2008 el psicólogo pudo informar acerca de la resolución firme de la madre que

condicionaba y explicaba la negativa de las hijas a mantener contactos con el padre,

situación que a juicio del psicólogo se agravaría si persistía la falta de contacto. A la vista

de esta misma conducta obstructiva y del informe del psicólogo, Eugenio García solicitó la

custodia, solicitud rechazada por el Juez debido al “estado de la litis”, aunque requiriendo

a la madre para que cumpliera el régimen de comunicaciones establecido.

7. A la fecha de diciembre de 2009, Eugenio García conoció que Amalia Ramírez había

trasladado su domicilio a Medina (un pueblo de montaña a 700 km de la ciudad de

Villaflores), decisión que tomó sin comunicarlo a Eugenio ni al Tribunal. Eugenio García

denunció un delito de impedimento de contacto (art. 345 CP de Malbecland), procedimiento

del que aún desconocemos su desenlace.

8. El Juez fijó el 3 de mayo de 2010 una audiencia con fundamento en la insistencia de Eugenio

para la modificación de la custodia de sus hijas. Anteriormente, el 2 de marzo de 2010,

Amalia adujo ante el Juzgado de Familia de Medina que vivían en Medina hace más de un

año, donde se habían asentado efectivamente (en esa localidad trabajaba la madre y se

escolarizaban las menores, desarrollando aquí sus relaciones personales) y que el otro

progenitor podría comunicarse con libertad con ellas. Se aplazó la audiencia para el 5 de

5
diciembre de 2010, a la que tenía que asistir con sus hijas, pero no se presentó con ellas

aduciendo razones escolares, sin que se alcanzara acuerdo alguno entre las partes.

9. A fecha 30 de marzo de 2011 el Juez de Familia de Villaflores resolvió la solicitud de

custodia: entendió que las hijas ya se habían asentado en Medina y se estableció un régimen

de comunicación con el padre al que no se le atribuyó la custodia sin embargo (en distintas

modalidades: contacto virtual todos los días en horario nocturno, antes de la cena; dos

encuentros anuales en las vacaciones debiendo trasladarse las hijas a Villaflores y posibles

visitas del padre a las hijas en Medina, previo aviso a la madre).

10. La Cámara de Apelaciones de Villaflores suspendió el trámite del recurso de apelación de

Eugenio García el 4 de febrero de 2012 puesto que las hijas debían de ser oídas, citando a

las dos hijas menores. La audiencia se llevó a cabo el día 10 de octubre de 2012 y en su

transcurso N. se opuso a los encuentros con el padre y S. se manifestó en el mismo sentido

que su hermana, a esa fecha N. ya tenía 13 años y S. 10 años. La sentencia de la Cámara de

Apelaciones confirmó la decisión del Juez de Familia de Villaflores. La Corte Suprema de

Malbecland ratificó lo mismo bajo sentencia del 10 de octubre de 2013. No obstante, las

hijas (T. de 20 años, N. de 14 años y S. de 11 años) no acudieron a los encuentros

determinados en el año 2013 ni se encontraron con Eugenio cuando se encontraba en

Medina en dos oportunidades.

11. Eugenio emprendió la ejecución del régimen de comunicación a través del Juzgado de

Villaflores. Ante tal petición, el Juez expuso que en virtud del tiempo transcurrido desde

que las niñas fijaron su residencia en Medina, era en Medina donde se debía tramitar dicha

ejecución.

12. Una vez comenzada la ejecución ante el Juzgado de Medina el 2 de agosto de 2015, la Jueza

entendió que de acuerdo con la edad de N. y en virtud de su negativa a relacionarse con

Eugenio tampoco se podían forzar las comunicaciones ya que transgrediría su bienestar. Y

6
en cuanto a S., la Jueza de Medina requirió a la progenitora su cumplimiento, pero dada la

negativa de la hija, ya nada más se hizo.

B. Sobre el trámite ante el SIDH

13. Eugenio García mediante letrado, inició una petición ante la CIDH con fecha 1 de marzo de

2016 con fundamento en una violación, por parte de este Estado de los derechos de garantía

judicial y a la protección judicial (artículos 8.1 y 25.1 de la Convención Americana) así

como los artículos 1.1, 11, 17 y 19 del mismo texto legal, hacia su persona y hacia sus hijas.

También se consideró vulnerado el art 2 de la Convención por cuanto, a su juicio,

Malbecland omitió adoptar disposiciones de derecho interno para dar cumplimiento a los

arts. 19, 8.1, 25.1 y 1.1.

14. El Estado impugna en el presente escrito la admisibilidad de la demanda debido a que

Eugenio García no contaba con el consentimiento de sus hijas para presentar la petición, ni

tampoco había explicado el daño concreto que el comportamiento del Estado causó a cada

una de las hijas, en especial porque las hijas de Eugenio no querían ninguna relación con

este y dicha pretensión es la lograda en el procedimiento judicial de Malbecland. En cuanto

al fondo del asunto, este Estado mantiene la postura de que el Juez de primera instancia

obró de buena fe adoptando, según los parámetros de la CADH y del Derecho de

Malbecland, todas las medidas necesarias y atendiendo a que la terapia psicológica era

necesaria, sin vulnerar las garantías judiciales al resolver en la primera instancia. El Juez ha

tratado de mejorar la situación de la familia en su plenitud y favorecer las comunicaciones

del demandante con sus hijas.

15. La Comisión IDH emitió el informe de admisibilidad Nro 22/16 el 30 de noviembre de 2016

y el 28 de agosto de 2017 remitió el informe del artículo 50 de la CADH al Estado. En este

mismo se indicaba que el Estado de Malbecland era responsable por las vulneraciones de

derecho señaladas por el peticionario y se recomendaba al Estado reparar a las presuntas

7
víctimas. Este Estado aplicó el criterio del caso “Lilia Funes y otros” recurriendo al artículo

61 de la CADH solicitó que el caso fuera remitido a la Corte IDH.

3. Excepciones preliminares de admisibilidad

3.1. Excepción preliminar sobre la falta de legitimación de las menores

16. Eugenio García presenta ante la CIDH una petición en contra del Estado Malbecland,

alegando la vulneración de una serie de derechos y que además esta supuesta vulneración

también es en perjuicio de sus hijas. García presenta la petición en su nombre y en el nombre

de sus hijas, queriendo representar a estas ante la CIDH1.

17. Como es bien sabido, el artículo 44 de la CADH establece que: “Cualquier persona o grupo

de personas, o entidad no gubernamental legalmente reconocida en uno o más Estados

miembros de la Organización, puede presentar a la Comisión peticiones que contengan

denuncias o quejas de violación de esta Convención por un Estado parte”2. No obstante,

lo anterior, esta parte impugna la admisibilidad de la demanda ya que García no cuenta con

el consentimiento de sus hijas para la presentación de dicha petición3.

18. Las hijas de Amalia Ramírez y de Eugenio García no son víctimas en este proceso. Ellas ya

tienen cumplidas sus pretensiones, las cuales consisten en no comunicarse con el padre. Y

es que tal y como describe el párrafo 15 de la plataforma fáctica sus hijas se han negado,

libremente, durante todo el proceso a ver el padre. Por su parte, en el párrafo 33 de la

plataforma fáctica se describe como en la audiencia celebrada el día 10 de octubre de 2012,

N. se veía muy angustiada y enojada ya que no quería ir a Villaflores para ir al Tribunal y

1
Párrafo 39 de la plataforma fáctica.
2
Cfr. Corte IDH. Caso Hilaire vs. Trinidad y Tobago. Excepciones preliminares, sentencia del 1 de septiembre de
2001; Faúndez Ledesma, H., El sistema interamericano de protección de los derechos humanos: aspectos
institucionales y procesales, 2004, Instituto Interamericano de Derechos Humanos, 3ª edición. San José, Costa
Rica. P. 244.
3
Párrafo 40 de la plataforma fáctica.

8
que no quería ver a su padre. Por su parte, S. dijo que quería lo mismo que su hermana y

que no sabía quién era Eugenio García.

19. Por tanto, carece de sentido que Eugenio García se postule en nombre de sus hijas en este

procedimiento, ya que ellas mismas no quieren que su situación se vea alterada. Además,

tanto T. como N son hoy en día mayores de edad, 26 años y 20 años respectivamente, y por

lo tanto, gozan de plena libertad de decisión. En este sentido, no puede existir una

representación debido a que son intereses justamente contrarios a los de Eugenio, quien

quiere retomar el contacto con sus hijas, pero las pretensiones de estas son no restablecer el

contacto con Eugenio. E incluso las menores tienen dos padres, Eugenio García no puede

representarles pues carecía de la patria potestad en exclusiva al momento de formular la

demanda.

20. El Estado de Malbecland ha hecho todo lo posible para propiciar un acercamiento del padre

con sus hijas. El Estado entiende, al igual que esta Corte, que en ningún caso debe existir

una ruptura de los lazos familiares, específicamente entre hermanos4. Así, la Corte ha

establecido que “…las niñas y los niños tienen derecho a vivir con su familia, la cual está

llamada a satisfacer sus necesidades materiales, afectivas y psicológicas. (…) las niñas y

los niños deben permanecer en su núcleo familiar, salvo que existan razones determinantes,

en función de su interés superior, para optar por separarlos de su familia. En todo caso, la

separación debe ser excepcional y, preferentemente, temporal”5. Cumpliendo esta doctrina,

el Estado, desde un inicio, ha intentado que no se produzca tal separación por el bien del

interés superior del menor. La doctrina se ha aplicado por el Estado de Malbecland en todo

momento para garantizar que este núcleo familiar no se desvirtuara, no obstante, dicha

doctrina no es aplicable cuando existan razones determinantes, en este caso la razón

4
TEDH. Caso Mustafa et Armağan Akın c. Turquie, nº 4694/03, sentencia del 6 de abril 2010.
5
Corte IDH. Caso Ramírez Escobar y otros Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 9 de
marzo de 2018. Serie C No. 351, párr. 151.

9
determinante ha sido el rechazo de las tres menores de estar con Eugenio García debido a

la orientación sexual de este. Aun así, el Estado ha tratado de mantener el núcleo intacto,

sin embargo, el Estado no puede obligar a las hijas (que en la actualidad tienen 26 años, 20

años y 17 años) a permanecer con el padre.

21. La Corte ha recordado en numerosas ocasiones6 que la falta de representación legal en

ningún momento podría dar lugar a una restricción de acceso al SIDH. Sin embargo, en este

caso no se produce una falta de representación legal, sino que las presuntas víctimas, a las

que dice representar Eugenio García, ostentan pretensiones contrarias a las que quiere hacer

valer.

22. En definitiva, la petición presentada por Eugenio García, en lo relativo a la representación

o posible vulneración de los derechos de sus hijas, debe ser inadmitida ya que no cuenta

con el consentimiento de sus hijas y no puede obligarlas a participar en la búsqueda de una

resolución que vaya en contra de sus intereses, dichos intereses han sido manifestados en

diversas ocasiones durante todo el procedimiento y sostenidos en la actualidad, cuando cada

una tiene 26 años, 20 años y 17 años, además de que no se consideran víctimas a sí mismas.

3.2. Excepción preliminar sobre la indeterminación de las presuntas víctimas y sus

respectivos daños

23. El Estado alega que el peticionario no ha establecido con claridad las presuntas víctimas

que han sufrido daños por su actitud y no se ha indicado el supuesto daño que Malbecland

pudiera haber causado a consecuencia de su conducta7.

24. El artículo 35.1 del reglamento de la CIDH establece que “El caso será sometido a la Corte

mediante la presentación del informe al que se refiere el artículo 50 de la Convención, que

contenga todos los hechos supuestamente violatorios, inclusive la identificación de las

6
Corte IDH. Caso defensor de derechos humanos y otros vs. Guatemala. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de agosto de 2014. Serie C 283, párr. 36.
7
Párrafo 40 de la plataforma fáctica.

10
presuntas víctimas […]” La Corte determina, de conformidad a su jurisprudencia8, que

incumbe a la Comisión el identificar con precisión a las presuntas víctimas en un caso9. Así

en cuanto a las exigencias de la seguridad jurídica todas las víctimas han de estar

debidamente identificadas en el Informe de Fondo, ya que posteriormente no es posible

añadir nuevas víctimas para no vulnerar el derecho a la defensa del Estado10. E incluso con

relación a la identificación de las presuntas víctimas, la Corte ha señalado que de

conformidad con el artículo 35.2 del mismo instrumento si se justifica la problemática de

identificar a las presuntas víctimas en los casos de violaciones masivas o colectivas, será el

Tribunal quien decida si las considerará víctima de acuerdo con la violación11. En

contraposición señalamos que este caso no tiene la envergadura ni el alcance de violaciones

masivas o colectivas de derechos y que la indebida señalización de presuntas víctimas

conllevaría a no considerarlas víctimas. Las hijas de Eugenio no se deberían considerar

víctimas de acuerdo con esta doctrina, aún más puesto que estas ya habían logrado cumplir

sus pretensiones bajo la jurisdicción interna de Malbecland. Las menores ya tenían la

madurez necesaria para conocer las implicaciones de su decisión de no querer retomar el

contacto y decidieron que no querían retomar dicho contacto con Eugenio García, por lo

tanto, no existe un fundamento para que el peticionario, a través de las resoluciones del

Estado, las obligara a lo contrario12.

8
Cfr. Corte IDH. Caso de las Masacres de Ituango Vs. Colombia. Sentencia de 1 de julio de 2006. Serie C No.
148, párr. 98, y Caso Favela Nova Brasília Vs. Brasil. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 16 de febrero de 2017. Serie C No. 333, párr. 36.
Corte IDH. Caso Trabajadores de la Hacienda Brasil Verde vs. Brasil. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 20 de octubre de 2016. Serie C No 318, párr. 46.
9
OEA. Reglamento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. 1 de agosto de 2013, artículo 28.5.
10
Cfr. Corte IDH. Caso de las Masacres de Ituango Vs. Colombia. Sentencia de 1 de julio de 2006. Serie C No.
148, párr. 98, y Caso I.V. Vs. Bolivia. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 30
de noviembre de 2016. Serie C No. 329, párr. 41.
11
Corte IDH. Caso Masacres de Río Negro Vs. Guatemala. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 4 de septiembre de 2012. Serie C No 250.
12
Asamblea General de las Naciones Unidas. Principios para la protección de los enfermos mentales y para el
mejoramiento de la atención de la salud mental del 17 de diciembre de 1991, principio 11.2.

11
25. Asimismo, no se ha determinado la identidad de las presuntas víctimas porque no se ha

concretado los hechos causantes del daño que presuntamente se produce a cada una de

ella13.

26. De conformidad con el artículo 47.b de la CADH será inadmisible toda petición o

comunicación que “no exponga hechos que caractericen una violación de los derechos

garantizados por esta Convención”. De esta forma se ha lesionado el derecho de defensa

del Estado, puesto que no ha sido posible demostrar la ausencia de responsabilidad respecto

de los daños referidos a cada víctima. Ciertamente, la jurisprudencia de la Corte ha

concluido que en el transcurso del proceso ante el SIDH se podrían aducir vulneraciones de

derechos que no hayan sido mencionadas primeramente por la Comisión IDH, aunque dicha

potestad no es irrestricta14. Por ello, si la Corte realiza una valoración de los hechos que

contraste los efectuados en el Informe de admisibilidad15 siempre deberá amparar el derecho

de defensa de las partes y el objeto de la litis16.

27. Es imprescindible que los Estados tengan el debido conocimiento17 en virtud de los

principios de seguridad jurídica, contradicción y equidad procesal18. No se han respetado

estos principios en cuestión dado que en el proceso interamericano en curso no se ha

13
Párrafo 40 de la plataforma fáctica.
14
Corte IDH. Caso “Cinco Pensionistas” Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de febrero de
2003. Serie C No. 98, párr. 155; Caso V.R.P., V.P.C. y otros vs Nicaragua. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 8 de marzo de 2018. Serie C No. 350, párr 53.
15
Corte IDH. Caso Gonzales Lluy y otros Vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 01 de septiembre de 2015. Serie C No. 298, párr. 38; Caso Fairén Garbi y Solís Corrales Vs.
Honduras. Fondo. Sentencia de 15 de marzo de 1989. Serie C No. 6, párrs. 153-161; Caso V.R.P., V.P.C. y otros
vs Nicaragua, op. cit., párr 53.
16
Corte IDH. Caso Gonzales Lluy y otros Vs. , op.cit., párr. 38.
17
Corte IDH. Caso Cayara Vs. Perú. Excepciones Preliminares. Sentencia de 3 de febrero de 1993. Serie C No
14, párr 39.
18
Corte IDH. Caso Furlán y familiares vs Argentina. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 31 de agosto de 2012. Serie C No 246, párr 49; Opinión Consultiva OC-19/05. Control de legalidad
en el ejercicio de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. 28 de noviembre de 2005, párr 27.

12
determinado las presuntas víctimas y el daño que la conducta del Estado haya podido causar

a cada una de ellas respectivamente.

28. Por consiguiente, Malbecland no ha tenido ocasión de defenderse en un inicio de la alegada

violación de artículos por el peticionario, toda vez que no se ha concretado quienes son las

presuntas víctimas y sus respectivos daños. El alcance de los daños y la identificación de

las presuntas víctimas son un punto esencial para que el Estado tenga la capacidad de

responder antes de llevar el litigio a la H. Corte IDH y en este caso se ha intentado llevar el

litigio a la Corte sin permitir al Estado defenderse ante los hechos alegados por el

peticionario, vulnerando su derecho de defensa.

4. Cuestiones de fondo

29. En los siguientes epígrafes se expondrán aquellos fundamentos que justifican la ausencia

de responsabilidad del Estado de las presuntas vulneraciones aducidas por el peticionario,

en un primer lugar se planteará el cumplimiento de las garantías y protección judiciales de

los artículos 8.1 y 25.1 de la CADH respectivamente (relacionados con los arts. 1.1, 11, 17

y 19) y en segundo lugar el cumplimiento de la obligación de adoptar disposiciones de

derecho interno consagrada en el artículo 2 de la CADH (relacionado con los arts. 19, 8.1,

25.1 y 1.1).

4.1. Malbecland respetó y garantizó los derechos a las garantías judiciales y a la protección

judicial establecidos en los artículos 8.1 y 25.1 en relación con los artículos 1.1, 11, 17 y

19.

30. Eugenio García, en su petición ante la CIDH alegó que el Estado de Malbecland ha

vulnerado los derechos a las garantías judiciales y a la protección judicial consagrados en

los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención Americana, en relación con los artículos 1.1, 11,

13
17 y 19 de la misma, en su perjuicio y en el de sus tres hijas19. Esta parte discrepa

completamente de la petición de Eugenio García y sostiene que no se ha cometido ninguna

de las referidas vulneraciones.

31. En primer lugar, en relación al artículo 8.1 se establece que “Toda persona tiene derecho a

ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un Juez o Tribunal

competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la

sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación

de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter”.

Dicho artículo salvaguarda las garantías judiciales a las que tiene derecho toda persona y

que “…aseguran el acceso al derecho humano a la justicia, mediante la sustanciación de

procesos y procedimientos justos y, colateralmente a esto, la tutela efectiva de los bienes

supremos reconocidos en los instrumentos jurídicos de los sistemas regionales de

protección de derechos humanos y del SUDH, que se ponen en juego en las resoluciones

que ponen fin a las controversias […]”20.

32. Centrándonos en el artículo 8.1 de la CADH es conveniente aludir al Caso Barbani Duarte

y otros Vs. Uruguay en el que la Corte ha precisado el alcance de este derecho: “Ese derecho

implica, por un lado, un ámbito formal y procesal de asegurar el acceso al órgano

competente para que determine el derecho que se reclama en apego a las debidas garantías

procesales. Por otra parte, ese derecho abarca un ámbito de protección material que

implica que el Estado garantice que la decisión que se produzca a través del procedimiento

satisfaga el fin para el cual fue concebido. Esto último no significa que siempre deba ser

acogido, sino que se debe garantizar su capacidad para producir el resultado para el que

19
Párrafo 39 de la plataforma fáctica.
20
Villavicencio Macías, J.C., Las Garantías Judiciales en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, 2016,
primera edición, Colección Sistema Interamericano de Derechos Humanos, México, p. 14.

14
fue concebido”21. En el presente caso al demandante se le ha garantizado el derecho a ser

oído tanto en un ámbito formal y procesal como desde un ámbito de protección material.

Por un lado, desde un ámbito formal y procesal, ese derecho se ha visto garantizado ya que

Eugenio ha tenido acceso a los órganos judiciales para hacer valer sus derechos.

33. Eugenio ha accedido al Juzgado de Familia de Villaflores el 12 de febrero de 2005 para

peticionar el divorcio, luego el 1 de marzo de 2005 accedió al Juzgado para solicitar la

custodia judicial de sus hijas. Posteriormente interpuso un recurso ante la Cámara de

Apelaciones, que el 4 de febrero de 2012 suspendió el trámite del recurso por entender que

las hijas debían ser oídas, y tras ser oídas resolvió el recurso. Finalmente, llegó el expediente

a la máxima instancia, la cual es la Corte Suprema quien dictó sentencia el 10 de octubre

de 2013. Por otro lado, también se ha garantizado ese derecho desde un ámbito de

protección material puesto que Eugenio obtenía respuestas de los órganos del Estado en

cada uno de los procedimientos en los que mantenía sus pretensiones.

34. La Corte en el Caso Las Palmeras Vs. Colombia dispuso que: “[...] el juez encargado del

conocimiento de una causa debe ser competente, independiente e imparcial”22. En este

proceso Eugenio siempre ha sido oído y juzgado por un Juez imparcial e independiente,

teniendo presente en todo momento el interés superior de las menores, y posibilitando la

llegada a una solución justa, en este sentido se ha procurado facilitar el contacto de Eugenio

con sus hijas, que las menores fueran oídas y hasta se ha ordenado que acudieran a terapia

psicológica. Además, las decisiones de los jueces del Estado de Malbecland han sido

fundadas y amparadas en derecho, el Estado de Malbecland cambió de jurisdicción por ello

21
Corte IDH. Caso Barbani Duarte y otros Vs. Uruguay. Fondo Reparaciones y costas. Sentencia de 13 de octubre
de 2011. Serie C No. 234, párr. 122.
22
Corte IDH. Caso Las Palmeras Vs. Colombia. Fondo. Sentencia de 6 de diciembre de 2001. Serie C No. 90,
párr. 53.

15
de Villaflores a Medina y fue admitido por ser esta la decisión correcta. No hubo lugar a

discriminación alguna, pues los jueces han velado por el interés superior de las menores.

35. En cuanto al plazo razonable haremos alusión al Caso de la Masacre de Pueblo Bello Vs.

Colombia: “el derecho de acceso a la justicia no se agota con el trámite de procesos

internos, sino que éste debe además asegurar, en tiempo razonable, el derecho de las

presuntas víctimas o sus familiares a que se haga todo lo necesario para conocer la verdad

de lo sucedido y para que se sancione a los eventuales responsables” 23. En este caso en

concreto, los plazos han sido razonables, con una duración considerablemente corta, tal y

como podemos ver por ejemplo en los párrafos 11 y 12 de la plataforma fáctica en los que

el juicio para obtener la custodia judicial de las niñas comienza el 1 de marzo de 2005 y fue

resuelto por el Juez de familia el 8 de mayo de 2005, por lo que la duración ha sido poco

más de 2 meses, siendo un plazo más que razonable. La Corte ha indicado24 que un

procedimiento excede los límites de la razonabilidad cuando transcurre cinco años desde

que se inicia el procedimiento y en este caso no se ha sobrepasado dicho criterio.

36. Por otro lado, el artículo 25.1 de la CADH establece que: “Toda persona tiene derecho a

un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o Tribunales

competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales

reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal violación

sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales”. La Comisión

ha establecido que: “tanto la CIDH como la Corte IDH han identificado la necesidad de

proveer medidas procesales que permitan el resguardo inmediato e incluso cautelar o

preventivo de los derechos sociales, a pesar de que el fondo de la cuestión pueda llegar a

23
Corte IDH. Caso de la Masacre de Pueblo Bello Vs. Colombia. Sentencia de 31 de enero de 2006. Serie C No.
140, párr. 171.
24
Corte IDH. Caso Las Palmeras Vs. Colombia, op. cit., párr. 63.

16
demandar un análisis más prolongado en el tiempo”25. de esta manera ha actuado el Estado

de Malbecland pues además de que se han ratificado todos los tratados de derechos

humanos26, también ha efectuado numerosos esfuerzos para garantizar los derechos y

libertades de sus ciudadanos, pues tal y como se describe en el párrafo 5 de la plataforma

fáctica Malbecland ha incluido en su ordenamiento jurídico, diferentes actores jurídicos que

salvaguardan los distintos intereses de grupos vulnerables. Esto demuestra la intención

constructiva del Estado de crear un sistema seguro que, además de salvaguardar los

derechos humanos y otorgar vías y soluciones en caso de su posible vulneración, también

cuenta con un sistema preventivo que ayude en la tarea de la protección de los derechos27.

37. Con relación al art. 25.1, la Corte en el Caso Liakat Ali Alibux Vs. Surinam ha indicado

que dicho artículo “[...] contempla la obligación de los Estados Partes de garantizar, a

todas las personas bajo su jurisdicción, un recurso judicial efectivo contra actos violatorios

de sus derechos fundamentales. Dicha efectividad supone que, además de la existencia

formal de los recursos, éstos den resultados o respuestas a las violaciones de derechos

contemplados ya sea en la Convención, en la Constitución o en las leyes”28. Así ha

procedido el Estado de Malbecland, Eugenio García ha contado con los recursos y

mecanismos necesarios para hacer valer sus derechos, teniendo la oportunidad de acudir al

Juez de Familia de Villaflores hasta llegar a la Corte Suprema. Además, no sólo tuvo la

oportunidad de acudir a las instancias judiciales pertinentes, sino que también obtuvo de

dichas instancias respuestas fundadas, las mismas buscaron que fuesen lo más

fundamentadas posible acorde a las circunstancias y al interés de las partes en juego, en las

25
Comisión IDH. El Acceso a la Justicia como Garantía de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Estudio de los estándares fijados por el Sistema Interamericano De Derechos Humanos, 2007, p.5.
26
Párrafo 5 de la plataforma fáctica.
27
Ibid.
28
Corte IDH. Caso Liakat Ali Alibux Vs. Surinam. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 30 de enero de 2014. Serie C No. 276, párr. 116.

17
que se encontraban tres menores, cuyo interés es el más necesitado de protección. Además,

tuvo la oportunidad de plantear todos los recursos posibles, y siguiendo con la afirmación

de la Corte de que “[…] no es suficiente que dichos recursos existan formalmente, sino que

los mismos deben tener efectividad” 29, el Estado de Malbecland siempre ha amparado los

derechos y libertades de Eugenio y siempre ha procurado que se llegue a una solución

beneficiosa para todos.

38. Además de ser efectivos, los recursos fueron rápidos, y si no hubo una mayor celeridad fue

debido a que las niñas no quisieron ver a su padre, circunstancias ajenas que se escapan del

control de cualquier Estado y Malbecland ha sido especialmente prudente ante tal situación.

El Comité de Derechos del Niño ha establecido que: “Los niños y los adultos no tienen la

misma percepción del paso del tiempo. Los procesos de toma de decisiones que se demoran

o toman mucho tiempo tienen efectos particularmente adversos en la evolución de los niños.

Por tanto, conviene dar prioridad a los procedimientos o procesos que están relacionados

con los niños o les afectan y ultimarlos en el menor tiempo”30.

39. No se ha producido ninguna vulneración de los derechos consagrados en los arts. 8.1 y 25.1

de la CADH en relación con el artículo 1.1. Este artículo pone de relieve la importancia de

los Estados de respetar los derechos. Así, dicho artículo “es la piedra angular sobre la cual

descansa el sistema de derechos y libertades de dicho instrumento y, en gran medida, el

Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos”31. En este sentido, el

Estado de Malbecland es consciente de la importancia de la Convención Americana de

Derechos Humanos que ha ratificado en 1990, depositando en ese mismo acto el

29
Corte IDH. Caso Bámaca Velásquez Vs. Guatemala. Fondo. Sentencia de 25 de noviembre de 2000. Serie C
No. 70, párr. 191.
30
Comité de Derechos Humanos. Observación general Nº14 (2013) del Comité de Derechos del Niño, 2013,
párrafo 93.
31
Ferrer Mac-Gregor, E., y Pelayo Moller, C. M, La Obligación de "Respetar" y "Garantizar" los Derechos
Humanos a la luz de la Jurisprudencia de la Corte Interamericana, 2012, Estudios constitucionales vol.10 no.2
Santiago.

18
instrumento de reconocimiento de la competencia contenciosa de la Corte Interamericana

de Derechos Humanos32, lo que demuestra el gran nivel de compromiso del Estado de

Malbecland para con la Convención. Tampoco ha habido discriminación alguna por parte

del Estado pues siempre se ha procurado favorecer y conciliar los intereses de ambos

progenitores, teniendo en mente en todo momento el interés superior de las menores.

40. A este respecto, debemos traer a colación el Caso Comunidad Indígena Xákmok Kásek Vs.

Paraguay en el que la Corte ha señalado “que el artículo 1.1 de la Convención, es una

norma de carácter general cuyo contenido se extiende a todas las disposiciones del tratado,

dispone la obligación de los Estados Partes de respetar y garantizar el pleno y libre

ejercicio de los derechos y libertades allí reconocidos “sin discriminación alguna”33.

41. Malbecland ha respetado el art. 1.1 sin que se produjera ninguna discriminación en el

ejercicio de su derecho a las garantías judiciales y a la protección judicial proclamados en

los arts. 8 y 25 CADH respectivamente. Los Jueces constantemente han estado velando por

el interés superior de las menores y por los derechos de ambos padres y siempre con

decisiones fundadas34. Así, en el párrafo 12 de la plataforma fáctica la custodia fue otorgada

a Amalia fundamentándose el Juez de Familia en que ella era la que se había hecho cargo

de las hijas desde la separación de hecho, por lo tanto, es Amalia quien debería tener la

custodia judicial de las hijas. Además, el Principio VI de la Declaración de los Derechos

del Niño de 1959 establece que “salvo circunstancias excepcionales, no deberá separarse

al niño de corta edad de su madre”, por lo que la decisión del Juez de Familia es acertada.

32
Párrafo 4 de la plataforma fáctica.
33
Corte IDH. Caso Comunidad Indígena Xákmok Kásek Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 24 de agosto de 2010. Serie C No. 214, párr. 268; de igual forma se señala en los siguientes casos: Caso Atala
Riffo y niñas Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de febrero de 2012. Serie C No. 239, párr.
78; Caso Veliz Franco y otros Vs. Guatemala. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 19 de mayo de 2014. Serie C No. 277, párr. 204.
34
Corte IDH. Caso Apitz Barbera y otros (“Corte Primera de lo Contencioso Administrativo”) Vs. Venezuela.
Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 5 de agosto de 2008. Serie C No. 182, párr.
77; de igual forma se señala en el siguiente caso: Caso Tristán Donoso Vs. Panamá. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de enero de 2009. Serie C No. 193, párr. 152.

19
42. El artículo 1135 salvaguarda la Protección de la Honra y de la Dignidad. Este derecho ha

sido protegido por Malbecland y así ha sido demostrado en todo el proceso judicial. Siempre

se ha respetado la honra y la dignidad de Eugenio García y nunca se le ha injerido en su

vida privada ni en la de su familia. El Estado ha hecho todo lo posible para que Eugenio

García tuviera los encuentros con sus hijas, no obstante, las circunstancias del caso, sumadas

a que las niñas no querían verle36, dificultaba el proceso. Tampoco se ha transgredido la

honra de Eugenio por su orientación sexual puesto que la única vez que fue mencionado en

la sustanciación del litigio fue cuando las menores lo alegaron, en ningún momento el

Estado de Malbecland le trató de forma despectiva.

43. Tampoco se ha vulnerado el artículo 1737 referido a la Protección de la familia. Todo lo

contrario, los jueces siempre se han esforzado en realizar los derechos tanto de Eugenio y

Amalia como de sus respectivas hijas. De esta forma, tal y como dispone el párrafo 12 de

la plataforma fáctica, aún rechazada la pretensión de Eugenio, se estableció un régimen de

comunicación entre este y sus hijas que consistía en contacto semanal los miércoles, un fin

de semana por mes, y 15 días de vacaciones estivales. Del mismo modo, aun cuando las

hijas se negaban a ver al padre el Tribunal dispuso la concreción de un amplio diagnóstico

de interacción familiar por un equipo interdisciplinar. Además, con la finalidad de

beneficiar la revinculación también se dispuso que los miembros de la familia recibieran

35
Artículo 11: 1. Toda persona tiene derecho al respeto de su honra y al reconocimiento de su dignidad. 2. Nadie
puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en
su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o reputación. 3. Toda persona tiene derecho a la protección
de la ley contra esas injerencias o esos ataques.
36
Párrafos 15, 33 y 37 de la plataforma fáctica.
37
Artículo 17: 1. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y debe ser protegida por la
sociedad y el Estado. 2. Se reconoce el derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia
si tienen la edad y las condiciones requeridas para ello por las leyes internas, en la medida en que éstas no afecten
al principio de no discriminación establecido en esta Convención. 3. El matrimonio no puede celebrarse sin el libre
y pleno consentimiento de los contrayentes. 4. Los Estados Partes deben tomar medidas apropiadas para asegurar
la igualdad de derechos y la adecuada equivalencia de responsabilidades de los cónyuges en cuanto al matrimonio,
durante el matrimonio y en caso de disolución del mismo. En caso de disolución, se adoptarán disposiciones que
aseguren la protección necesaria de los hijos, sobre la base única del interés y conveniencia de ellos.
5. La ley debe reconocer iguales derechos tanto a los hijos nacidos fuera de matrimonio como a los nacidos dentro
del mismo.

20
terapia psicológica, tal y como dispone el párrafo 15 de la plataforma fáctica. En cuanto al

respeto del derecho a la vida familiar “debe atenderse al necesario equilibrio entre los

intereses encontrados del individuo y los de la comunidad en su conjunto, incluidos los de

terceros interesados; tanto en los contextos positivos como en los negativos, el Estado goza

de un cierto margen de discrecionalidad” 38. Este margen es el que ha utilizado Malbecland

para otorgarle la custodia en un primer momento a la madre, debido al rechazo de las niñas

de estar con su padre, atendiendo un justo equilibrio. Por último, también se ha apercibido

a la madre con adoptar sanciones para que cumpliera con su obligación de la colaboración

con la terapia39, llegando incluso a imponerle una multa40, y también se le ha obligado a la

madre a llevar a las niñas para ver a su padre41.

44. En cuanto a la filiación de A., Eugenio nunca reclamó la filiación de este por lo que el

sistema judicial de Malbecland no puede pronunciarse sobre lo no solicitado. Únicamente

pidió que se añadiera a A. en el régimen de comunicación, y el Tribunal no se pronunció al

respecto, lo que fue consentido por Eugenio42.

45. Finalmente, el artículo 19 establece que: “Todo niño tiene derecho a las medidas de

protección que su condición de menor requieren por parte de su familia, de la sociedad y

del Estado”. Se trata de un artículo fundamental que salvaguarda los derechos del niño.

Hay que tener en cuenta que “…los derechos humanos de las niñas, los niños y adolescentes

son los mismos derechos humanos que tiene cualquier otra persona (…) Esto es importante

reiterarlo ya que, los tratados y leyes especializadas, en este caso en niños y niñas, lo único

que hacen es precisar, especificar y poner énfasis en que, por la calidad de menores de

38
Decisión de inadmisibilidad del TEDH (Comité del TEDH) del 18 de febrero de 2014 en el caso Fernández
Cabanillas c. España. Párr. 45.
39
Párrafo 18 de la plataforma fáctica.
40
Párrafo 19 de la plataforma fáctica.
41
Párrafo 21 de la plataforma fáctica.
42
Pregunta aclaratoria nº2 de la plataforma fáctica.

21
dieciocho años, esas personas requieren de una protección reforzada, especial de sus

derechos humanos”43.

46. Este fundamental artículo ha sido especialmente protegido por el Estado de Malbecland,

pues en todo momento se ha tenido en cuenta el bienestar de las menores. Así, se tuvo en

cuenta la opinión de las menores cuando se practicó el amplio diagnóstico de interacción

familiar por un equipo interdisciplinar (en este momento T. tenía 12 años, N. 6 años y S. 3

años), así mismo se citó a las dos hijas menores para que fueran escuchadas. Hay que traer

a colación la teoría del menor maduro, término que se refiere a aquellos menores de edad

que en virtud de la legalidad ostentan una capacidad adecuada para involucrarse ellos

mismos en la toma de decisiones de cualquier tipo44. Asimismo, la Corte ha determinado45

que los niños desarrollan su autonomía personal a medida que ejercen sus propios derechos

y que, por lo tanto, el derecho de las niñas de ser oídas puede ser ejercido directamente por

ellas, sin ser conditio sine qua non una representación legal a menos que ellas mismas lo

manifiesten46.

47. En este sentido, hemos de mencionar el Caso Atala Riffo y Niñas Vs. Chile en el que se

establece que: “el artículo 12 de la Convención sobre los Derechos del Niño no sólo

establece el derecho de cada niño de expresar su opinión libremente en todos los asuntos

que lo afectan, sino el artículo abarca también el subsiguiente derecho de que esas

opiniones se tengan debidamente en cuenta, en función de la edad y madurez del niño. (…)

Por tanto, en el contexto de decisiones judiciales sobre la custodia, toda la legislación

43
Castilla, K., Manual: Derechos Humanos de los Grupos Vulnerables, Capítulo 2: La protección de los derechos
humanos de niñas y niños en el sistema interamericano de derechos humanos, Universidad Pompeu Fabra, 2015,
p. 45.
44
Sánchez M., El menor maduro, BOL. PEDIATR 2005, p. 156.
45
TEDH. Caso Hokkanen Vs. Finlandia, se avaló la decisión de un tribunal nacional en el cual se había
determinado que un menor de 12 años, al que el tribunal se había consultado sobre sus preferencias respecto a la
custodia por sus padres, tras un completo análisis, era suficientemente maduro para que fuera oído y se tuvieran
en cuenta sus opiniones.
46
Corte IDH. Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño. Opinión Consultiva OC-17/02 del 28 de agosto
de 2002. Serie A No. 17, párr. 101

22
sobre separación y divorcio debe incluir el derecho del niño a ser escuchado por los

encargados de adoptar decisiones”47. Es por ello por lo que el Estado actuó diligentemente

y siempre tuvo en cuenta la opinión de las hijas, cumpliendo con ello con esta doctrina de

la Corte. El Estado de Malbecland es perfectamente consciente de la importancia del

artículo 19 y siempre ha puesto en práctica todas las medidas de protección 48 pertinentes.

Así, cuando las menores se han trasladado a Medina se ha entendido que su centro de vida

estaba establecido ahí, dictando el Juzgado de Familia de Medina una medida urgente y

provisoria para que continuaran residiendo en Medina hasta la terminación del ciclo escolar

y se fija un régimen de comunicación para que Eugenio las visitara en su domicilio cuando

quisiera, tal y como se describe en el párrafo 28 de la plataforma fáctica.

48. Además, “hemos de tener en cuenta la importancia del paso del tiempo. Si bien los menores

suelen caracterizarse por su gran capacidad de adaptación a circunstancias nuevas, para

su propio equilibrio emocional, no conviene alterar frecuentemente su modo de vida. Un

elemento determinante es el transcurso del tiempo que tiende a fortalecer los lazos que les

unen con el entorno próximo y a debilitar la relación con el más lejano, aunque sea el

biológico”49. Por lo tanto, debemos decir que el paso de tiempo no favorece que haya un

cambio de la situación actual de las niñas. Las hijas ya han asentado sus vidas con su madre

en Medina y una alteración de tales circunstancias puede provocar que el interés superior

del niño se vea gravemente perjudicado.

47
Corte IDH. Caso Atala Riffo y Niñas Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de febrero de
2012, párr. 200.
48
La Corte en el Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros) Vs. Guatemala establece en su párrafo
196 que “Las normas transcritas permiten precisar, en variadas direcciones, los alcances de las “medidas de
protección” a que alude el artículo 19 de la Convención Americana. Entre ellas merecen ser destacadas las
referentes a la no discriminación, a la asistencia especial a los niños privados de su medio familiar, a la garantía
de la supervivencia y el desarrollo del niño, al derecho a un nivel de vida adecuado y a la reinserción social de
todo niño víctima de abandono o explotación.”
49
Torrecuadrada García-Lozano, S., The Best Interest of the Child, 2017, Anuario mexicano de derecho
internacional, p. 149.

23
49. Por tanto, esta parte considera que el Estado de Malbecland ha respetado las garantías

judiciales y la protección judicial proclamados en los artículos 8.1 y 25.1 respectivamente

en relación con los artículos 1.1 (Obligación de Respetar los Derechos), 11 (Protección de

la Honra y de la Dignidad), 17 (Protección a la Familia) y 19 (Derechos del Niño).

4.2. Malbecland cumplió con su obligación convencional de adoptar disposiciones de

derecho interno establecida en el artículo 2 en relación con los artículos 19, 8.1, 25.1 y 1.1.

50. La obligación convencional de adoptar disposiciones de derecho interno, sean legislativas

o de otro carácter, para alcanzar la plena efectividad de los derechos y libertades recogidos

en los tratados internacionales es uno de los mandatos convencionales de mayor

importancia para la armonización del Derecho Internacional de los DDHH con la

normatividad interna50. El Estado de Malbecland ha adoptado todas las medidas para que

los derechos protegidos por la Convención Americana de Derechos Humanos sean

efectivamente considerados en el ordenamiento interno del Estado, otorgando una especial

protección a estos.

51. Esta obligación convencional está recogida en el artículo 2 de la CADH: “Si el ejercicio de

los derechos y libertades mencionados en el artículo 1º no estuviere ya garantizado por

disposiciones legislativas o de otro carácter, los Estados Partes se comprometen a adoptar,

con arreglo a sus procedimientos constitucionales y a las disposiciones de esta Convención,

las medidas legislativas o de otro carácter que fueren necesarias para hacer efectivos tales

derechos y libertades”. La Corte ha establecido en su jurisprudencia51 que las medidas solo

son efectivas y adecuadas en el momento en que el Estado adapta su actuación a la

50
Steiner, C. y Uribe, P. Convención Americana sobre Derechos Humanos comentada, 2014, p.72.
51
Corte IDH. Caso “La Última Tentación de Cristo” Olmedo Bustos y otros Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 5 de febrero de 2001. Serie C No. 73, párrafo 87; Corte IDH. Caso Palamara Iribarne Vs.
Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de noviembre de 2005. Serie C No. 135; Corte IDH. Caso
de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni vs. Nicaragua. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia de 31 de
agosto de 2001. Serie C No. 79

24
normativa de protección de la convención, el Estado tiene el deber de instituir las

condiciones indispensables para proteger su libre y pleno goce, al mismo tiempo que se

obliga a eliminar los impedimentos52 que lo dificulten53.

52. En relación con el artículo 1.1, este artículo recoge las obligaciones genéricas de “respeto”

y “garantía” de los derechos y libertades de la propia convención54, estipula las obligaciones

de exigibilidad inmediata55 que el Estado ostenta para con todas las personas bajo su

jurisdicción, no obstante el artículo 2 establece la obligación general de los Estados de

comprometerse a adoptar medidas legislativas o de otro carácter con la finalidad de hacer

efectivas las obligaciones convencionales56.

53. El Estado de Malbecland a pesar de las dificultades históricas (estragos económicos,

jurídicos y humano57) tras su recuperación democrática hizo todo lo que pudo para construir

una institucionalidad elaborada, comenzando en el año 1990 con la ratificación de la

Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH) e incluso en la actualidad ha

ratificado todos los tratados concernientes a los derechos humanos (ya sean regional

interamericano como universales)58. Malbecland ha ratificado el Pacto Internacional de

Derechos Civiles y Políticos; Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y

Culturales; Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales;

Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones

52
Corte IDH. Responsabilidad internacional por expedición y aplicación de leyes violatorias de la Convención
(arts. 1 y 2 Convención Americana sobre Derechos Humanos). Opinión Consultiva OC-14/94 de 9 de diciembre
de 1994. Serie A No.14.
53
Steiner, C. y Uribe, P. Convención Americana sobre Derechos Humanos comentada, 2014, p.12.
54
Ibíd. p.72.
55
Medina Quiroga, C., La Convención Americana: Teoría y Jurisprudencia. Vida, integridad personal, libertad
personal, debido proceso y recurso judicial, San José, Centro de Derechos Humanos-Facultad de Derecho
Universidad de Chile, 2003, p. 21.
56
Nogueira Alcalá, H., El Control de Convencionalidad y el Diálogo interjurisdiccional entre Tribunales
Nacionales y Corte Interamericana de Derechos Humanos, 2013, Universidad de Talca (Chile), pp. 221-270;
Medina C., The Battle of Human Rights. Gross, Systematic Violations and the Inter.-American System, , 1988,
Martinius Nihoff, Dordrecht/Boston/ London, Capítulo V.
57
Párrafo 3 de la plataforma fáctica.
58
Párrafo 3-4 de la plataforma fáctica.

25
forzadas; Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales

y Culturales; Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos;

Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la

participación de niños en los conflictos armados; entre otros instrumentos internacionales

de los Derechos Humanos. Esto evidencia la preocupación del Estado en proteger todas las

formas de vulneraciones de Derechos Humanos, como una excepcional preocupación

estatal.

54. Las pretensiones del peticionario de que se declare al Estado responsable de vulnerar los

artículos citados, específicamente el artículo 2, resultan excesivas debido a que el Estado

de Malbecland ha hecho todo lo que está a su alcance para asegurar el bienestar general de

todos los grupos, incluso los más vulnerables, al incluir además en su ordenamiento jurídico

diferentes actores para garantizar la defensa de estos grupos59 (entre ellos el Procurador de

las personas privadas de libertad encargado de aplicar el Mecanismo Nacional de

Prevención contra la Tortura; la Oficina de asistencia al trabajador migrante; la Defensoría

de personas mayores y el Defensor de personas con discapacidad, creación de clínicas para

migrantes y sobre derechos económicos, sociales y culturales en virtud del cumplimiento

de sentencias de la Corte Interamericana).

55. Asimismo, el Estado de Malbecland dispuso en el artículo sexto de su Carta Magna que

“los tratados y convenios internacionales ratificados por el Congreso de la Nación, que

reconozcan derechos humanos tienen jerarquía constitucional y prevalecen en el orden

interno”, dicho artículo ha sido ratificado por la jurisprudencia de la Corte Federal de

Malbecland en varios precedentes en los que incluso se ha afirmado que los

pronunciamientos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la Corte son

59
Párrafo 5 de la plataforma fáctica.

26
de mandato obligatorio60. En este sentido, en el caso Carranza Latrubesse sustanciado en la

provincia argentina de Chubut, tras declararse la Corte incompetente, se remitió el

expediente a la Justicia Nacional en lo Contencioso Administrativo Federal, cuando

finalmente la Sala V de la Cámara respectiva resuelve otorgando carácter obligatorio a un

informe emitido por la Comisión IDH61.

56. El Estado ha llevado un comportamiento ejemplar y de merecida admiración desde que

formó parte de los Estados adscritos a la Convención, así como ha sido parte de la

Organización de los Estados Americanos, de Naciones Unidas, del UNASUR, Mercosur,

CEPAL, BID, FAO, OMS y CELAC, dando cumplimiento a las medidas de reparación

ordenadas en varios casos62.

57. La Corte IDH ha precisado que “la descrita obligación legislativa del artículo 2 de la

Convención tiene también la finalidad de facilitar la función del Poder Judicial (…) Sin

embargo, cuando el Legislativo falla en su tarea de suprimir y/o no adoptar leyes contrarias

a la Convención Americana, el Judicial permanece vinculado al deber de garantía

establecido en el artículo 1.1 de la misma y, consecuentemente, debe abstenerse de aplicar

cualquier normativa contraria a ella”63, en este caso el Estado no ha adoptado ninguna ley

contraria a las disposiciones de la Convención y la jurisdicción interna ha obrado siempre

de buena fe respetando dichas obligaciones.

58. Se alega en contra del Estado que con respecto a los hijos nacidos por técnicas de

reproducción humana asistida no existe normativa en virtud de determinar la filiación en

aquellos casos donde se haya necesitado donación de material genético, vulnerando así

60
Párrafo 6 de la plataforma fáctica.
61
Racca I., El alcance de los pronunciamientos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos: ¿un
debate etimológico? , Derecho Penal Internacional nº10, 2016. P. 178; CS, Caso Carranza Latrubesse, 6 de
agosto de 2013, consid.6.
62
Casos “Lilia Funes” y “Patricio Estrella y otro”.
63
Corte IDH. Caso Almonacid Arellano y otros Vs. Chile. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 26 de septiembre de 2006. Serie C No. 154, párr. 123.

27
presuntamente el artículo 2. No obstante, los problemas de filiación consecuentes a la

relación del hijo A. y Eugenio García no provienen de una falta de normatividad del Estado

sino porque el peticionario no aportó material genético y nunca reclamó la filiación paterna.

Solo reclamó establecer un régimen de comunicación y cuando los Tribunales de la

jurisdicción interna de Malbecland omitieron cualquier pronunciamiento esta acción fue

consentida por el mismo64, así como que Eugenio García no mantiene dicho reclamo65.

59. Como ha determinado el TEDH; “La obligación de las autoridades nacionales de adoptar

medidas que faciliten los contactos con el progenitor no beneficiario de la custodia una vez

dictado el divorcio no es, empero, absoluta (…) Puede darse el caso de que el contacto no

se consiga de forma inmediata, debiendo recurrirse a medidas preparatorias o

escalonadas. La cooperación y la comprensión de todos los interesados son siempre

elementos importantes. Si bien las autoridades nacionales deben hacer todo lo posible por

facilitar tal cooperación, la obligación de ejercitar la coerción en este ámbito siempre será

limitada, siendo necesario respetar los intereses, derechos y libertades de todas las partes,

y muy en particular los intereses superiores del niño y sus derechos conforme al artículo 8

(…). En los casos en los que el contacto con el progenitor podría poner en peligro esos

intereses o interferir con esos derechos, corresponde a las autoridades nacionales

encontrar el justo equilibrio entre unos y otros” 66. Malbecland ha intentado de todos los

medios establecer una revinculación. No obstante, el rechazo de las hijas, entre otras

circunstancias, ha dificultado esta tarea.

60. En este caso ambas partes en litigio han podido ejercer sus derechos concernientes a las

garantías judiciales, los arts. 8,1 y 25.1 consagran el derecho de acceso a un recurso sencillo

64
Pregunta aclaratoria nº2 de la plataforma fáctica.
65
Pregunta aclaratoria nº3 de la plataforma fáctica.
66
Decisión de inadmisibilidad del TEDH (Comité del TEDH) del 18 de febrero de 2014 en el caso Fernández
Cabanillas c. España. Párr. 47.

28
y efectivo, conforme a las garantías del debido proceso 67. Eugenio García y sus hijas han

podido ser oídos68 en todas las instancias de Malbecland. En todas las instancias se

realizaron acciones procesales y se agotaron todos los trámites para lograr el recurso

efectivo. Dadas las circunstancias los plazos fueron razonables, sobre todo porque el Estado

hizo todo lo posible para que Amalia Ramírez cumpliera con la terapia psicológica ordenada

judicialmente69. Así mismo en las audiencias se le precisó que acudiera con sus hijas, e

incluso bajo apercibimiento de adoptar sanciones.

61. Debemos enfatizar que los Estados Partes deben tomar medidas de toda índole para que

nadie sea despojado de protección judicial y del ejercicio del derecho a un recurso sencillo

y eficaz70, en los términos de los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención, por este motivo el

Estado ha adoptado leyes que tienen este efecto, como lo son los distintos actores para la

defensa de diversos grupos que Malbecland ha creado71. En ningún momento Eugenio

García y sus hijas han sido sustraídos de protección judicial ni de las garantías judiciales

que esta Convención protege y, en el caso de Eugenio, una sentencia que no falle según sus

pretensiones no significa que no existan unas garantías judiciales72.

62. Por otro lado, entrando en el análisis de los derechos de las menores, las decisiones que han

sido tomadas por los órganos judiciales de Malbecland han obedecido en todo momento al

interés superior de las menores, teniendo siempre en cuenta sus garantías judiciales (art. 8)

y protección judicial (art. 25). Malbecland tampoco ha vulnerado el artículo 19 de los

Derechos del Niño. La Corte ha indicado que, en lo referente a las garantías judiciales en

67
Corte IDH, Opinión Consultiva OC-9/87. Garantías judiciales en Estados de Emergencia. 6 de octubre de 1987,
párrs. 27 y 28; Comité de Derechos Humanos. Observación General No. 18: No discriminación. 09 de noviembre
de 1989, párrs, 3 y 8.
68
Párrafo 33 de la plataforma fáctica.
69
Párrafo 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 27, 31, 32 y 33 de la plataforma fáctica.
70
Ventura Robles, M.E., La Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en Materia de
Acceso a la Justicia e Impunidad, 2005.
71
Párrafo 55 del presente escrito.
72
Corte IDH. Caso Veliz Franco y otros vs. Guatemala. Excepciones preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 19 de mayo de 2014. Serie C No 277.

29
procesos que involucran a niños y niñas, las reglas están establecidas en la Convención

sobre los Derechos del Niño, las Reglas de Beijing, las Reglas de Tokio y las Directrices de

Riad, dichas reglas salvaguardan los derechos de los niños sometidos a distintas actuaciones

por parte del Estado, la sociedad o la familia73, así se utilizan para delimitar el contenido y

alcance de las obligaciones del Estado cuando se trata de los derechos de los infantes74.

63. Por este motivo se establecen medidas específicas con la finalidad de amparar la posición

desfavorable de los menores a través de condiciones especiales 75 (artículo 19 en relación

con el 1.1 y 2 de la CADH) ampliando las acciones generales que protegen los derechos de

los adultos. De esta manera una de las primeras actuaciones del Estado de Malbecland en

la sustanciación del litigio fue disponer que todos los miembros de la familia recibieran una

terapia psicológica con el fin de una revinculación76 entre todos los miembros, teniendo en

cuenta garantizar un equilibrio familiar para el bienestar de las hijas y ante la falta de

colaboración de Ramírez el Tribunal impuso una multa a cargo de la madre77. El TEDH

consideró en una de sus decisiones que: “en las particulares circunstancias del caso, las

autoridades nacionales no incumplieron sus obligaciones efectivas conforme al artículo 8

del Convenio, sino que, por el contrario, los tribunales de ese país tomaron todas las

medidas necesarias que cabía razonablemente esperar, dada la delicada situación familiar

en el presente caso, para facilitar la reunión del demandante con sus hijas” 78, de la misma

forma obró Malbecland.

73
Corte IDH. Opinión Consultiva OC-17/02, párr. 116.
74
Corte IDH. Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros) vs. Guatemala. Fondo. Sentencia de 19
de noviembre de 1999. Serie C No. 63; Corte IDH Caso Forneron e hija vs. Argentina. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 27 de abril de 2012 Serie C No. 242, párr. 44.
75
Corte IDH. Caso Ramírez Escobar Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 9 de marzo de
2018. Serie C No. 351, párr. 150.
76
Párrafo 15 de la plataforma fáctica.
77
Párrafo 19 de la plataforma fáctica.
78
Decisión de inadmisibilidad del TEDH (Comité del TEDH) del 18 de febrero de 2014 en el caso Fernández
Cabanillas c. España Párr. 57.

30
64. La Corte ha señalado79 que en cuanto al derecho a ser oído de los menores ha de ser

interpretado según el artículo 12 de la Convención de los Derechos del Niño80 que dispone

“1. Los Estados Partes garantizarán al niño que esté en condiciones de formarse un juicio

propio el derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afectan al

niño, teniéndose debidamente en cuenta las opiniones del niño, en función de la edad y

madurez del niño. 2. Con tal fin, se dará en particular al niño oportunidad de ser

escuchado, en todo procedimiento judicial o administrativo que afecte al niño […]”.

65. Malbecland ha procurado que las hijas sean oídas y siempre lo han sido81 y ha tenido

presente las especiales circunstancias de la hija S. con síndrome de Down, quien fue

atendida por un personal especializado en discapacidad82, atento a las dificultades de

comunicación que presenta. El 10 de octubre de 2012 S. declaró que no sabía quién era

Eugenio García y que al igual que su hermana S. se negaba a tener un contacto con el mismo,

hay que especificar que en esa fecha N. tenía 13 años y S. 10 años por lo que ya tenían la

madurez suficiente para tener formado un juicio propio. Con todo lo anterior, Malbecland

ha regulado diferentes medidas para hacer efectivos derechos y libertades, específicamente

teniendo en cuenta la circunstancia de las menores, estableciendo múltiples preceptos como

terapias psicológicas, personal especializado para tratar a menores con discapacidades, citar

a las menores exclusivamente para que sean oídas, etcétera. Como la Corte ha recalcado

que el aplicador del derecho debe considerar las condiciones concretas del menor83 y su

interés superior para acordar la participación de este en la determinación de sus derechos84,

79
Corte IDH. Caso Forneron e hija vs. Argentina, op. cit., párr. 78.
80
Convención de los Derechos del Niño, de 2 de septiembre de 1990.
81
Párrafo 33 de la plataforma fáctica.
82
Ibíd.
83
Naciones Unidas, Comité de los Derechos Del Niño. Observación General No. 14. Sobre el derecho del niño a
que su interés superior sea una consideración primordial, CRC/C/GC/14, 29 de mayo de 2013, párr. 32.
84
Corte IDH. Opinión Consultiva OC-17/02 de 28 de agosto de 2002. Serie A No. 17, párr. 102; Caso Furlan y
Familiares vs. Argentina. Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas. Sentencia de 31 de agosto de
2012. Serie C No. 246. párr. 230.

31
y en este caso, tanto la hija N. como S. declararon que no querían contacto alguno con

Eugenio García e incluso una de ellas se mostraba angustiada y enojada85 teniendo que

trasladarse a Villaflores puesto que ya habían constituido y consolidado su centro de vida

en Medina, con su madre Amalia Ramírez. Los jueces de Malbecland entendieron que las

hijas ya habían recalcado su negativa a estar con su progenitor a lo largo de toda la

sustanciación del litigio y que, teniendo en cuenta su grado de madurez personal, tampoco

podrían forzar las comunicaciones con Eugenio García porque se transgrediría el bienestar

de estas. Las pretensiones de las hijas de Eugenio eran estar con su madre, ya que

rechazaban la orientación sexual del padre. Malbecland comprende que la justificación de

las menores es inadmisible pero más inadmisible sería que un Tribunal obligue

coactivamente a las menores imponiéndoles físicamente tener contacto con su padre en

contra de su voluntad.

66. El Estado de Malbecland ha establecido suficientes medidas de protección para proteger en

todo momento la figura de las menores. En primera instancia el Juez de Familia valoró que

la custodia debía mantenerla Amalia pues esta era quien se había quedado con las hijas

desde la fecha de la separación de hecho. Posteriormente autorizó que Amalia y sus hijas

residieran en Medina al haberse asentado y comenzado un nuevo centro de vida en dicha

ciudad. La custodia pertenece a Amalia por una atribución de pleno derecho a través de una

decisión judicial86 y es ella quien la ejerce. Incluso el Estado intervino fijando un régimen

de comunicación con el padre permitiendo que este pudiera visitar a las hijas en su nuevo

domicilio en cualquier momento, siempre con el consentimiento de las hijas y que no fuera

en contra de su interés, igualmente se podían comunicar libremente por medios digitales87.

A pesar de esta libertad de comunicación y que el pueblo de Medina no se encontraba muy

85
Párrafo 33 de la plataforma fáctica.
86
Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado. Convenio sobre los Aspectos Civiles de la
Sustracción Internacional de Menores del 25 de octubre de 1980, artículo 3.
87
Párrafo 28 de la plataforma fáctica.

32
lejos de la ciudad de Villaflores88 Eugenio García trató de visitarles en dos ocasiones en

todo el año 2010, ante esa situación fáctica el Juez de Familia de Villaflores dispuso que se

realizaran dos encuentros anuales durante las vacaciones en la ciudad de Villaflores para

facilitar el encuentro de Eugenio García con sus hijas. A pesar de todo ello, estas se

mostraron contrarias a tener encuentro alguno “con ese señor”89. Y aún en tales difíciles

circunstancias, el Estado trató de favorecer en diversas ocasiones una revinculación familiar

(ante las negativas de las hijas y a sabiendas que en ningún caso puede separar a unas

hermanas, se vulneraría el derecho a la vida familiar pues este derecho también existe entre

hermanos y hermanas90). En un caso del TEDH se indicó: “como un factor constante (…)

la resistencia de las hijas del demandante a ver a su padre. Los tribunales nacionales no

podían hacer caso omiso de tal actitud y, en última instancia, a la vista de la edad y el

grado de madurez psicológica de las hijas, consideraron improcedente obligar a éstas a

mantener contacto con su progenitor contra su voluntad”91. En todo caso, el Estado de

Malbecland, empleando su margen de apreciación92 en cuanto a los poderes inherentes a su

función judicial, ha actuado siempre respetando los límites convencionales, interpretando

los derechos fundamentales cuestionados de la mejor manera posible, evaluando la

situación práctica y, al mismo tiempo, aplicando la Ley teniendo en cuenta el interés

superior del menor. Por todo ello, la conclusión a la que creemos que debe llegar esta Corte

es la de que el Estado hizo todo lo que estaba a su alcance.

67. En base a lo expresado anteriormente consideramos que el Estado de Malbecland no ha

incumplido la obligación convencional de adoptar disposiciones de derecho interno

88
Párrafo 27 de la plataforma fáctica.
89
Párrafo 32 de la plataforma fáctica.
90
TEDH. Caso Mustafa et Armağan Akın c. Turquie, nº 4694/03, 6 de abril 2010
Corte IDH. Caso Ramírez Escobar y otros, op. cit., párrs. 188 y 189.
91
Decisión de inadmisibilidad del TEDH (Comité del TEDH) del 18 de febrero de 2014 en el caso Fernández
Cabanillas c. España. Párr. 56.
92
Barbosa Delgado, F.R., El margen nacional de apreciación en el Derecho Internacional de los Derechos
Humanos: entre el Estado de Derecho y la sociedad democrática, 2011.

33
establecida en el artículo 2 por parte del Estado en relación con los arts. 19 (Derechos del

Niño), 8.1 (Garantías Judiciales), 25.1 (Protección Judicial) y 1.1 (Obligación de Respetar

los Derechos).

5. Petitorio

68. De acuerdo con las consideraciones expuestas en este escrito, la representación del Estado

solicita a esta H. Corte lo siguiente:

Que indique la inadmisibilidad de esta petición en los términos expresados en los párrafos 16-

28 del presente escrito, en los cuales se desarrolla la falta de legitimación de las menores bajo

el peticionario Eugenio García en cuanto intenta representar a sus hijas a sabiendas de que estas

tienen intereses contrarios y que existe una indeterminación de las presuntas víctimas y sus

respectivos daños que vulnera la garantía de defensa del Estado.

Que declare a Malbecland como no responsable de la violación de las garantías judiciales y la

protección judicial proclamados en los artículos 8.1 y 25.1 respectivamente en relación con los

artículos 1.1 (Obligación de Respetar los Derechos), 11 (Protección de la Honra y de la

Dignidad), 17 (Protección a la Familia) y 19 (Derechos del Niño).

Que declare a Malbecland como no responsable de transgredir la obligación convencional de

adoptar disposiciones de derecho interno establecida en el artículo 2 en relación con los arts. 19

(Derechos del Niño), 8.1 (Garantías Judiciales), 25.1 (Protección Judicial) y 1.1 (Obligación de

Respetar los Derechos).

Que se determine la improcedencia de las medidas resarcitorias solicitadas por el demandante

Eugenio García.

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