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UNIDAD 1.

LA ACTIVIDAD FINANCIERA DEL ESTADO

1. Concepto de Finanzas Públicas y su objeto de estudio

Fonrouge: La ciencia de las finanzas públicas, en su concepción actual, examina como el Estado obtiene sus ingresos
y efectúa sus gastos. La palabra “públicas” permite distinguir las finanzas estatales de las privadas. Se reserva a las
finanzas privadas para englobar los problemas monetarios, cambiarios y bancarios concernientes a los particulares.
Las finanzas públicas se distinguen de las finanzas en general, normalmente referidas a la actividad de las instituciones
financieras o bancos y a las finanzas de las unidades de consumo o de las empresas.

José María Martín: la ciencia de las finanzas públicas es la disciplina que tiene por objeto de estudio a la actividad
financiera del estado, en sus aspectos políticos, económicos, sociales y administrativos.

Definición de clases: “El objeto de estudio de las finanzas públicas es la actividad financiera del estado; consiste en
obtener recursos para financiar el gasto público, con el fin de satisfacer las necesidades públicas; el estado “impele
recursos y expele gastos”.

Se concibe a las finanzas públicas como un triángulo cuyos vértices son el aspecto económico, el político y el jurídico.
Para ejemplificar, al estudiar los recursos del crédito público es imprescindible comprender las razones políticas por las
que el gobernante eligió ese medio de financiación, los efectos económicos que producirá cada una de sus etapas y el
conjunto de normas jurídicas que tornan legítimo recurrir a tal modalidad. Lo mismo ocurre con los recursos públicos.

Diferencias con las Finanzas Privadas

Hay una discusión sobre la similitud entre las finanzas públicas y privadas. La corriente clásica afirma que no hay
diferencias entre ambas, por lo que se aplican a ambas los mismos principios. El pensamiento moderno dice, por el
contrario, que es menester señalar diferencias:

Finanzas Públicas Finanzas Privadas

Interés general (interés de la Interés de los particulares.


Fines comunidad tomada en conjunto)

Medios de naturaleza especial


Operan en el campo contractual o
originados en el poder coactivo del
Medios convencional, no sobre la base de la
Estado.
imposición.

El accionar del Estado está


regulado sobre la base de normas Principio de libertad, tomando en cuenta
legales que establecen lo que la existencia de normas legales que
Procedimientos
puede hacer. limitan llevar a cabo determinadas
acciones.

2. Necesidades públicas y servicios públicos. Clasificación

Necesidades Públicas. Clasificación

Las necesidades humanas pueden ser:

- Individuales: son aquellas que son inherentes al ser humano, son necesidades básicas biológicas que las
podemos relacionar con, por ejemplo, alimentos, vestimenta, etc.
- Colectivas o sociales: son aquellas que surgen como consecuencia de la vida en comunidad, de la interacción
con otros individuos, como, por ejemplo, comunicación, educación, transporte, etc.
- Públicas: son necesidades comunes a todos los miembros de una sociedad jurídicamente organizada
(definición de Estado), correspondiente a funciones que debe satisfacer el Estado y que, justifican la existencia
del Estado. Las necesidades públicas son aquellas que nacen de la vida en comunidad y se satisfacen por el
Estado. Es decir, nacen como necesidades sociales o colectivas, pero es el Estado quien decide por decisión
política darle el rango de “pública”.

Clasificación de las necesidades públicas

❖ Necesidades públicas absolutas o primarias: reúnen las siguientes características: son de ineludible satisfacción
por parte del Estado, porque de lo contrario no se concibe la comunidad organizada; son de imposible satisfacción
por los individuos aisladamente considerados; son las que dan origen y justifican al organismo superior llamado
Estado; son la razón de ser del Estado mismo; son esenciales, constantes, vinculadas existencialmente al Estado
y de satisfacción exclusiva por él. Si no existen no hay Estado.

Dentro de ellas encontramos: defensa exterior, orden interno (se consigue mediante el reconocimiento de derechos y
obligaciones mínimos que deben ser respetados, dando nacimiento a un determinado ordenamiento normativo),
administración de justicia (es una necesidad emergente de la vida comunitaria para el allanamiento de las disputas y
el castigo a quienes violan la normativa impuesta), legislación (un cuerpo normativo o conjunto de normas que regulen
la conducta de los individuos), gobierno o administración (la parte ejecutiva del Estado), etc.

❖ Necesidades públicas relativas o secundarias: son aquellas necesidades cuya satisfacción no es tarea originaria
del Estado, pudiendo ser también asumida por los particulares (generalmente por medio de concesiones, con el
debido control estatal). Ejemplo: educación, salud, transporte, comunicaciones, seguridad social. Atañen a la
adecuación de la vida comunitaria a los progresos emergentes de la civilización.

El grado o la medida con que cada gobierno tome para sí la prestación de servicio que satisfacen estas necesidades
dependerá de la concepción política, filosófica y económica (Estado liberal, intervencionista, neoliberal).

Funciones públicas y servicios Públicos. Clasificación

Los servicios públicos son prestaciones o actividades que realiza el Estado para satisfacer las necesidades públicas.
Las funciones públicas son aquellas actividades, comportamientos o intervenciones que lleva a cabo el Estado con el
fin de satisfacer las necesidades públicas; debe cumplirse de forma ineludible, se identifica con la razón de ser del
Estado, su prestación es, en principio, gratuita, por ejemplo: dictado de leyes, administración de justicia, representación
diplomática, etc. El servicio público se define como las actividades del Estado que no constituyen funciones públicas,
y que satisfacen necesidades generalmente imprescindibles de la población. El término “público” no se refiere al ente
o persona que lo realiza o presta, sino al destinatario de este, a quien el servicio va dirigido.

Clasificación de los servicios públicos Los servicios públicos pueden ser:

• Servicios públicos esenciales, son aquellos que hacen a la propia naturaleza del Estado y solo pueden ser
prestados por él, es decir, son los que satisfacen las necesidades públicas primarias o absolutas (como
defensa, seguridad, justicia).
• Servicios públicos no esenciales o generales, son aquellos que pueden ser prestados por el Estado o
delegados a otros organismos o incluso a particulares, es decir, son los que satisfacen las necesidades públicas
secundarias o relativas.

Los servicios públicos también se clasifican en:

• Servicios públicos divisibles, cuando es posible determinar cuál es el beneficio que cada ciudadano obtiene,
que no necesariamente es igual para cada uno (como por ejemplo la educación primaria).
• Servicios públicos indivisibles, aquellos que se prestan a la sociedad en su conjunto y no se puede precisar el
beneficio que cada individuo obtiene, beneficia a todos los integrantes de la comunidad (como por ejemplo la
defensa).

3. La actividad financiera del Estado. Concepto, sujeto, fines y teorías sobre su naturaleza. El fenómeno
financiero y sus aspectos. Disciplinas vinculadas que informan la ciencia de las finanzas públicas
La actividad financiera del Estado. Concepto

Villegas: La actividad financiera del Estado es el conjunto de operaciones del Estado, que tiene por objeto tanto la
obtención de recursos como la realización de gastos públicos necesarios para movilizar las funciones y servicios que
satisfagan las necesidades de la comunidad (necesidades públicas).

De lo anterior se desprende que la actividad financiera se traduce en una serie de entradas y salidas de dinero en la
caja del Estado. Las entradas de dinero constituyen los ingresos públicos, que son transferencias monetarias (coactivas
o voluntarias) realizada en favor de los organismos públicos. Gracias a estas trasferencias, las entidades estatales
pueden disponer de los medios de pago necesarios para realizar las funciones encomendadas (satisfacer necesidades
públicas). A su vez, la ejecución de estas funciones trae como consecuencia una serie de trasferencias monetarias de
signo inverso, ya que suponen salidas de dinero de las cajas públicas que constituyen los gastos públicos. En síntesis,
la actividad financiera del Estado consiste en obtener recursos para financiar el gasto público, como consecuencia de
satisfacer necesidades públicas.

La actividad financiera está integrada por tres actividades diferenciadas o institutos, a saber:
a. la previsión de gastos e ingresos futuros materializada generalmente en el presupuesto financiero;
b. la obtención de los ingresos públicos (recursos) necesarios para hacer frente a las erogaciones
presupuestariamente calculadas;
c. la aplicación de esos ingresos a los destinos prefijados, o sea, los gastos públicos.

Sin embargo, el orden en que se enumeraron estas actividades parciales es didáctico, es inverso al descripto, puesto
que la actividad financiera del Estado se materializa en función de las erogaciones públicas, las cuales solo son
efectuadas si realmente corresponden a necesidades de la población. Además, debe destacarse que generalmente el
Estado indaga primero sobre sus probables erogaciones (que están en función de los servicios públicos a movilizarse
para atender las necesidades públicas) y sobre tal base trata de obtener los ingresos necesarios para cubrir esas
erogaciones. A su vez, el presupuesto, como instrumento jurídico que contiene el cálculo y autorización de gastos y la
previsión de ingresos, suele estudiarse una vez que se han explicado sus elementos componentes.

Sujeto El sujeto activo de la actividad financiera: el Estado es el único y exclusivo sujeto de la actividad financiera y,
por ende, es quien toma las decisiones de tal índole. El término “Estado” resulta comprensivo del ente central (nación)
y de los entes federados (provincias), así como de los municipios. Esto es así en nuestro país por la forma de gobierno
federal que adopta la Constitución (art. 1°) derivando, por ende, el ejercicio del poder tributario en los tres niveles
mencionados.

Fines

a) Finalidades fiscales: según la filmina: los fines fiscales les asignaban a las finanzas públicas la exclusiva función
de obtener los recursos necesarios para afrontar las erogaciones públicas (necesidades públicas). Esta
concepción se corresponde con el modelo liberal.
Una característica fundamental de la actividad financiera con finalidad fiscal, es decir, la obtención de ingresos es su
instrumentalidad. En este aspecto, la actividad financiera se distingue de todas las otras que ejecuta el Estado, en que
no constituye un fin en sí misma, o sea, no atiende directamente a la satisfacción de una necesidad de la colectividad,
sino que cumple el papel de un instrumento, porque su normal funcionamiento es condición indispensable para el
desarrollo de las otras actividades. Ninguna actuación del Estado sería posible sin la obtención de fondos para solventar
su actividad general en procura de satisfacer necesidades públicas.
Entonces, cuando el conjunto de operaciones que realiza el Estado está dirigidas únicamente a articular los recursos
para cubrir los gastos públicos estamos frente a una actividad financiera de tipo fiscal. Es decir, la actividad es tendiente
a afrontar las erogaciones. El objetivo del tributo es fiscal, es decir que su cobro tiene su razón de ser en la necesidad
de obtener ingresos para cubrir los gastos que le demanda la satisfacción de las necesidades públicas. Pero este
objetivo puede no ser el único.

b) Finalidades extrafiscales: según la filmina: no es solamente obtener recursos para atender gastos, existen otros
fines; se utiliza el instrumento fiscal (recursos) como regulador de la economía.
Las operaciones que realiza el Estado pueden estar dirigidas al logro de otras finalidades, o sea, ajenos a la obtención
de ingresos como puede ser regular la economía. Entonces estaremos frente a una actividad financiera extrafiscal. Así
vemos los casos de tributos aduaneros protectores, de impuestos con fines de desaliento o incentivo a determinadas
actividades privadas, etc.
La actividad financiera con finalidad extrafiscal procura atender el interés público en forma directa. Para ello utiliza la
actividad financiera gubernamental cumpliendo distintas actuaciones y tomando intervención en diferentes acciones
desarrolladas por la comunidad. Esta intervención se realiza mediante la política de gastos públicos y también por
medio de los recursos públicos. Cuando el fin perseguido es extrafiscal las medidas pueden ser de distinto tipo, por
ejemplo:
- Pueden producirse medidas disuasivas con respecto a actividades que no se consideran convenientes, por lo cual
se procede a desalentarlas mediante incrementos de alícuotas en los tributos, creación de sobretasas, adicionales
o recargos. Ejemplo: gravámenes sobre los cigarrillos o bebidas alcohólicas.
- Puede realizar acciones alentadoras para atraer ciertas actividades económicas, científicas, culturales o de otro
tipo, que estime necesarias y útiles para el país. Por ejemplo: exenciones de tributos, deducciones, reintegros, etc.
- También se desarrolla finalidad extrafiscal por medios financieros cuando se resuelve percibir tributos de alto monto
para debilitar ciertas posiciones patrimoniales y redituarías de los sujetos que se desea alcanzar, como manera de
modificar la estructura en la distribución de los patrimonios y las rentas.

c) Fines mixtos: Surgen de la combinación de los fiscales y extrafiscales. El gravamen sobre el consumo de
cigarrillos puede desalentar el consumo y financiar a su vez el gasto público.

Teorías sobre la naturaleza de la actividad financiera

Si bien el concepto general de actividad financiera no ofrece grandes dificultades, no ocurre lo mismo cuando se procura
determinar la naturaleza de esa actividad, habiéndose elaborado diversas teorías para explicarla:

a) Teorías económicas: consideran al estado como un instrumento racional/real capaz de asegurar a los
individuos el máximo de utilidad con el mínimo de esfuerzo; los que se enrolan en esta postura coinciden que
la AFE es un fenómeno económico, más allá que no sean uniforme en su opinión (como un fenómeno: de
cambio, de consumo, de producción y de utilidad marginal). Estas teorías fueron elaboradas bajo las premisas
de un Estado restringido a satisfacer las necesidades públicas primarias de la población. La actividad financiera
del estado es un fenómeno económico que puede ser (depende de la opinión):

• De cambio: definen al fenómeno financiero como un fenómeno de cambio. El Estado presta servicios (que deben
limitarse al orden, la justicia y la seguridad) y a cambio de ellos percibe impuestos, prestaciones de los particulares.
Adam Smith decía que el Estado era como un gran fundo en el que los integrantes pagaban conforme el grado de
protección recibida, la cual variaba según el grado de riqueza poseída (a mayor fortuna, mayor protección).
(Villegas).

• Del consumo improductivo: el francés Say sostenía que el fenómeno financiero representa un acto de consumo
colectivo y público, por lo cual los gastos públicos deben considerarse consumos improductivos de riqueza. Es
decir que, el Estado sustrae a los particulares bienes que éstos utilizarían mejor y más productivamente. Era una
visión pesimista del Estado. (Villegas). El Estado se traduce en un consumo improductivo porque al intensificar la
presión tributaria sustrae a los particulares una porción de renta que podría utilizarse en una nueva producción de
bienes.

• De producción: reacciona contra la visión pesimista sosteniendo que el Estado realiza una tarea productiva, incluso
con positivas consecuencias sociales. Lo hace en forma indirecta, creando las condiciones para que se desarrollen
normalmente las actividades económicas privadas. Wagner: se ve al Estado como un factor de producción y hay
una acción directa para el enriquecimiento de los ciudadanos.
También el Estado es productivo porque presta determinados servicios, como la salud pública. Puede además ser útil
socialmente cuando, con impuestos, redistribuye ingresos, cobrándole a aquellos que más pueden pagar y brindando
servicios gratuitos a aquellos que no.

Teoría del Estado cooperativo: Una concepción que proviene de las corrientes productivas de la actividad financiera
del Estado sostiene que el Estado es una suerte de gran cooperativa donde los individuos se asocian con el propósito
de atender las necesidades del conjunto. Dichas necesidades serán atendidas por la producción de esta cooperativa
que venderá sus servicios a precio de costo, es decir, sin ganancias. Alternativamente se sostiene que el Estado
produce y vende servicios, los que a su vez están valorizados con independencia de los costos a través de la fijación
de precios políticos.
• De la utilidad marginal: (Sax). Para este autor, la riqueza de los contribuyentes podía ser gravada por el impuesto
sólo cuando su erogación fuese más "útil" para los gastos públicos que para el empleo que el contribuyente podría
hacer de ella por su cuenta.
Para efectuar esa comparación, Sax recurre a la noción del valor. Cada individuo realiza una valoración de sus
necesidades creando una escala en orden de importancia (satisfacen primero las necesidades públicas y privadas de
mayor importancia, y luego las de menor intensidad). Del mismo modo, el Estado realiza una valoración de los servicios
públicos para saber que parte de sus riquezas es justo que entreguen los particulares, según el propio valor que estos
asignan al servicio público. (Villegas).

b) Teorías sociológicas: introducen el elemento social; a diferencia de los anteriores, niegan la existencia real del
estado. Los que se inclinan en esta teoría consideran al estado un ente metafísico, una ilusión,
materializándose en la clase gobernante de dominio, la que se vale de la AFE para su propio interés.
Esta teoría reacciona contra las económicas diciendo que no explican adecuadamente la actividad financiera del
Estado. Tiene una concepción particular del Estado, se parte de que este es una mera ilusión porque lo real, lo que
importa, es quienes ejercen el gobierno. Los gobernantes gobiernan no en función de los intereses generales, sino en
función de interés de grupo, ya sea del propio o de aquellos que lo apoyan. Dada la heterogeneidad de las necesidades
e intereses de la colectividad, los juicios de los individuos quedan en realidad subordinados al criterio y voluntad de los
gobernantes, que establecen su orden de prelación según su propia conveniencia.
Esta teoría es expuesta por Pareto, quien sostiene que la clase gobernante aprovecha el poder explotando a la
oposición. Sobre ella recaen los impuestos y sobre el oficialismo los beneficios de los gastos públicos. Señala que el
Estado incurre en déficit en su presupuesto, lo financia con endeudamiento, luego monetariamente generando inflación,
y por lo tanto cuando llega el momento de devolver a los particulares su ahorro este ha sido erosionado, a causa de la
inflación en su poder adquisitivo (Bolívar). Vilfredo Pareto establece un nuevo elemento regulador de la actividad
financiera: el principio social.

Para Fonrouge: no se puede considerar al Estado como un ente metafísico cuando se trata de una realidad como las
sociedades del derecho privado, las fundaciones, las corporaciones.

c) Teorías políticas: su mayor expositor fue Griziotti. Reconocen que los medios son de naturaleza económica,
pero la elección de los mismos se produce según criterios políticos; “el sujeto, los medios y los fines son
políticos”. Consideran al Estado como un ente real, en el cual convergen distintas fuerzas políticas, sociales e
intereses individuales y colectivos. Se reconoce que los medios son de naturaleza económica pero son elegidos
según criterios políticos.
Griziotti convencido de la insuficiencia de las teorías económicas y encontrando serias objeciones en la tesis sociológica
de Pareto, orientó sus enseñanzas hacia un concepto integral de las finanzas, pero con neto predominio del elemento
político. Afirma el maestro italiano que "teniendo presente que el sujeto de la actividad financiera es el Estado y que
son los fines del Estado los que se satisfacen con la actividad financiera, debe aceptarse que esta actividad tenga
necesaria y esencialmente una naturaleza política".
Sostiene, además, que es justo desenmascarar los intereses particulares que se anidan detrás de los del Estado. La
actividad financiera es un medio para el cumplimiento de los fines generales del Estado, en coordinación con toda su
actividad, y como conclusión podemos decir que las actividades desplegadas son necesariamente políticas.

Conforme a esta concepción la actividad financiera del Estado es de naturaleza política por las siguientes razones:
- Político es su sujeto activo, que es el Estado;
- Atiende al interés general más allá de los intereses de los particulares;
- El Estado recurre a procedimientos coactivos derivados de su poder de imperio;
- El Estado se basa en principios de distribución equitativos;
- Todo lo anterior no significa desconocer aspectos económicos y sociales de carácter relevante en la actividad
financiera del Estado.

Importante: ¿Por qué existen distintas teorías? Porque la actividad financiera del estado es muy compleja.

El fenómeno financiero y sus aspectos Para satisfacer las necesidades públicas, el estado necesita acudir a un
conjunto de operaciones, que se denominan fenómenos financieros, que tienen la particularidad que presentan diversos
aspectos, que denuncia su naturaleza compleja en el cual coexisten, cuyos elementos son políticos, económicos,
administrativos, etc. Diversas ramas del conocimiento se encargan de estudiar estos fenómenos, tales como:
- Política financiera: se ocupa de determinar la elección de los gastos públicos a realizar y de los recursos públicos a
obtener para sufragar aquellos, en circunstancias de tiempo y lugar determinados.
- Administración financiera: optimiza al máximo las operaciones financieras.
- Economía financiera: analiza el fenómeno financiero examinando especialmente sus efectos, tanto en el plano
individual como en el social. Estudios sobre economía financiera se realizar después de adoptadas determinadas
disposiciones.
- Derecho financiero.
- Sociología financiera.

Para que el Estado pueda satisfacer las necesidades públicas requiere medios (recursos). Para obtenerlos puede usar
dos procedimientos:

a) Directo: se apropia directamente de bienes económicos o factores productivos. Ej. Servicio militar obligatorio,
convocaría a controlar los comicios, etc.

b) Indirecto: es el más utilizado y consiste en la obtención de medios financieros para atender gastos y obtener medios
reales (humanos y materiales) para desarrollar su actividad. Este procedimiento tiene distintos aspectos que es
imprescindible considerar:
- Aspecto político: todo aquello que implica una decisión sobre fines perseguidos o medios a utilizar.
- Aspecto económico: los fenómenos financieros tienen repercusiones económicas “deseadas o buscadas” o “de
hecho”.
- Aspecto social: con las acciones financieras se atienden necesidades humanas de los integrantes de la sociedad.
- Aspecto jurídico: el Estado actúa sobre la base de normas que lo facultan para obtener ingresos y realizar gastos
(leyes impositivas y leyes de presupuesto).
- Aspecto administrativo: tiene que ver con las cuestiones técnicas o de mecanismos a seguir para obtener recursos
y realizar gastos.

El conjunto de fenómenos financieros originados en el procedimiento indirecto para satisfacer necesidades públicas
constituye la actividad financiera del Estado que es el objeto de estudio de las finanzas públicas.

La actividad financiera del Estado está constituida por aquel proceso de obtención de ingresos y realización de gastos
cuyo objetivo es cumplir con los fines del mismo y que, si bien, puede ser analizado desde el punto de vista político,
económico, social, jurídico y administrativo, lo prevaleciente en términos de las finanzas públicas es el aspecto
económico que conlleva. (Bolívar)

Disciplinas vinculadas que informan a la ciencia de las finanzas públicas La disciplina científica que estudia la
actividad financiera es la Ciencia Financiera o de las Finanzas Públicas, ciencia social que comprende e integra
diversas disciplinas particulares, cada una de las cuales se ocupa de un determinado aspecto o faceta del fenómeno
financiero: económico, político, administrativo, jurídico.

a. Política Financiera: se ocupan de determinar la elección de los gastos públicos a realizar y de los recursos públicos
a obtener para sufragar aquellos. Pone el acento en los fines y adopta las medidas financieras con las que cree
que alcanzará tales objetivos. Estudia los fines a perseguir y los medios (recursos a emplearse para el logro del
objetivo) para su obtención. Gastar más o menos y en qué es una decisión de la política financiera.

b. Economía Financiera: Investiga incidencias y efectos económicos que la actividad financiera del sector público
produce sobre las unidades económicas (micro y macro). La vinculación entre finanzas y economía es muy estrecha
puesto que todas las medidas financieras están relacionadas con hechos económicos, pero el contenido de ambas
es diferente. Los medios requeridos en toda operación financiera son económicos y ese es el objeto de estudio de
la economía financiera.

c. Derecho Financiero: Es la normativa que regula el proceso Ingreso/Gasto. Está comprendido dentro del Derecho
Público. Su objeto de estudio es el aspecto jurídico de la actividad financiera. Expone las normas jurídicas de las
leyes que determinan la distribución de las cargas públicas, con el objetivo de indicar su exacta interpretación.

d. Contabilidad Pública: Se encarga del control a través de la debida registración de las operaciones dentro del Sector
Público.

e. Administración Financiera: busca optimizar al máximo las operaciones financieras, incorporando a la actividad
financiera elementos de la tecnología.
Según las filminas de clase, se distinguen los siguientes elementos y disciplinas:

4. Tipología de las finanzas públicas

Finanzas liberales (Adam Smith): Dentro de los presupuestos básicos están:


- Propiedad privada de los medios de producción.
- Existencia de libre mercado; libre juego de la oferta y demanda.
- Estado Gendarme o guardián del orden: un estado que brinda funciones básicas y primordiales como seguridad,
defensa, justicia, etc.
- Gasto publico limitado o neutralidad del gasto público.
- Recursos limitados; crédito público solamente de carácter extraordinario
- Equilibrio presupuestario

El Liberalismo corresponde al período que puede extenderse hasta la primera guerra mundial, dominado por la escuela
clásica, que cree en la superioridad de la iniciativa privada (los particulares son quienes motorizan a la economía) y
reduce la acción del Estado (gendarme) al cumplimiento de las funciones más esenciales (defensa nacional, educación
y justicia).
El gasto público no tenía otro sentido y efecto que el de atender a las necesidades más elementales que debe satisfacer
el Estado (defensa de las fronteras ante los ataques exteriores, seguridad interna, garantía jurisdiccional del ejercicio
de los derechos individuales)
En cuanto al recurso público, su única finalidad y justificación era la de proporcionar a las arcas estatales los fondos
necesarios para que el Estado cubriese las necesidades primordiales arriba mencionadas, reservando todas las demás
actividades a la iniciativa privada.
Según estos teóricos, la actividad financiera debía limitarse a suministrar los recursos necesarios para satisfacer las
funciones encomendadas, sin fines extrafiscales de ninguna naturaleza.

Los principios fundamentales son:


1) Estado gendarme: El estado es guardián del orden y debe permitir el desarrollo de la actividad económica.
2) Limitación extrema de los gastos públicos: el Estado debe gastar lo menos posible. Ósea, Las finanzas deben
limitarse a cubrir los gastos públicos y a distribuir las cargas consiguientes en forma equitativa entre los habitantes
del país.
3) Equilibrio presupuestario anual: como el Estado realizaba pocas funciones, los recursos eran suficientes para
atender los gastos (Recursos = Gastos). Para los teóricos en cuestión, éste era un "principio de orden" realmente
esencial. Un Estado con presupuesto equilibrado inspiraba confianza, tanto en la colectividad como en el ámbito
internacional, y esa confianza le era imprescindible para desarrollar normalmente sus funciones.
4) Los impuestos son gastos “improductivos” desde el punto de vista económico y no deben causar incomodidad a
los contribuyentes, ni alterar los precios. El empréstito es un recurso extraordinario, limitado a urgencias
excepcionales (para propiciar la actividad económica). Por ejemplo: construcción de caminos, rutas, puentes, etc.
5) Condena la inflación monetaria.
6) Neutralidad fiscal: no cumplían funciones extrafiscales. Solo se atienden fines fiscales.

Bajo el influjo de estas ideas, el mundo vivió épocas de relativa tranquilidad, pero ya en los años que precedieron a la
guerra de 1914, surgieron acontecimientos que obligaron a rever ciertas concepciones entonces tenidas como
verdaderos "dogmas". Anteriormente a tal época, todo parecía dar la razón a los clásicos, y daba la impresión de que
la actividad de los países alcanzaba su máximo grado de eficiencia cuando existía la más reducida injerencia estatal
posible. Sin embargo, en esos años anteriores a 1914 comenzaron a producirse desequilibrios económicos y sociales.
Se sucedieron grandes oscilaciones en la economía, y los países pasaban —sin explicación racional posible siguiendo
el esquema clásico— de períodos de gran auge a peligrosos períodos de depresión, y viceversa.

Al producirse el conflicto bélico 1914-1918, las finanzas de los países afectados quedaron seriamente deterioradas, y
comenzó a advertirse con nitidez otro fenómeno típico de los sistemas capitalistas. El libre juego de la oferta y la
demanda, pregonado por los clásicos, fue paulatinamente distorsionado por la actuación de los monopolios. Era en
cierto modo lógico que así sucediera, dado que desde que estas grandes concentraciones de riqueza se adueñaron
de la oferta, llegó el momento en que controlaron los precios según su conveniencia y anularon toda posible
competencia. Estos monopolios, a veces internacionales, comenzaron a manejar las economías nacionales en favor
de sus intereses particulares, y no de los intereses de la comunidad.

Finanzas socialistas Dentro de los presupuestos básicos están presentes:


- Propiedad pública de los medios de producción
- El mercado es sustituido por la decisión del Estado: no hay libre oferta y demanda.
- Monopolio de la actividad económica: a diferencia de los liberales, el desarrollo de la actividad económica es
monopolizada por el Estado.
- Gasto elevado
- Mucha carga tributaria: diversidad de tributos.
- Presupuesto vinculado al plan económico estipulado: en base al plan que quería llevarse a cabo, se calculaba el
presupuesto.

En una economía socialista, todos los procesos productivos son efectuados por el Estado o sus departamentos o
empresas, ya que los medios de producción son de propiedad del Estado. Sin embargo, aún en los Estados socialistas
los procesos productivos de una gran parte de bienes y servicios necesarios para la comunidad se ejercen a través del
mercado y del mecanismo de los precios, tanto a los efectos de regular la demanda y la oferta de bienes finales como
para determinar la asignación de los recursos a las distintas ramas de la producción.

El socialismo es un sistema económico y político basado en la propiedad pública o colectiva de los medios de
producción, haciendo hincapié en la igualdad de todos los trabajadores según su dedicación en lugar de por la cantidad
de valor que producen. También se basa en el estado como proveedor de los servicios necesarios de los individuos,
educación, sanidad, etc. Un sistema económico socialista consistiría en un sistema de producción y distribución
organizado para satisfacer directamente las demandas económicas y las necesidades humanas, de modo que los
bienes y servicios se producen directamente para usar en lugar de para el beneficio privado promovido por el sistema
capitalista. El valor se basa en cantidades físicas o en una medida directa del tiempo de trabajo en lugar de cálculos
financiero, así la distribución de la producción se basa en el principio de la contribución individual.

El socialismo moderno se originó a partir de los movimientos intelectuales y de las clases trabajadoras del siglo 18 y
que criticaba los efectos de la industrialización y la propiedad privada en la sociedad. A principios del siglo 19, el
socialismo se refiere a cualquier preocupación por los problemas sociales del capitalismo, independientemente de las
soluciones a esos problemas. Sin embargo, a finales del siglo 19, el socialismo llegó a significar la oposición al
capitalismo y la defensa de un sistema alternativo basado en alguna forma de propiedad social. En el siglo 20, el
término socialista también ha sido utilizado por partidos demócratas como una manera de referirse a una doctrina ética
política basada en un conjunto común de valores que enfatizan la cooperación social, el bienestar universal y la
igualdad.
Durante el transcurso del siglo 20, los estados dirigidos por partidos socialistas han implementado varios sistemas
económicos. La Unión Soviética y los países de Europa del Este establecieron economías de planificación centralizada,
mientras que Yugoslavia instituyó una forma de socialismo de mercado autogestionado. Tras la caída de ambos, China
y Vietnam han implementado reformas que culminaron en un modelo llamado la economía de mercado socialista, que
consiste en la propiedad básica estatal, pero con la apertura de los mercados de bienes al capital privado.
Hoy en día, en la actualidad, todos los modelos de finanzas son intervencionistas, algunos en mayor grado que otros,
pero ya no existen las economías liberales puras ni socialistas. El dirigismo es el grado más alto de intervencionismo
(Hitler, Mussolini).

Finanzas intervencionistas Dentro de los presupuestos básicos están:


- Propiedad privada y pública de los medios de producción
- El estado puede intervenir, regulando la oferta y la demanda (existencia de mercado).
- Estado con G elevado, muchas funciones
- Recursos elevados
- No hay equilibrio presupuestario
- Hay fines extrafiscales en la imposición
- Plena ocupación, desarrollo de la economía, y redistribución del ingreso (Posible a partir de una férrea decisión de
redistribuir y un sistema tributario progresivo acorde a ello; en nuestro país, el sistema es regresivo, es decir, la
recaudación es mayoritariamente de impuestos al consumo, de carácter indirecto, lo que beneficia a los individuos
de mayor poder adquisitivo y perjudica a los de menor, pues son impuestos proporcionales, ergo, todos pagan la
misma alícuota).
- Dirigismo: corriente más extrema del intervencionismo.

Luego de la primera guerra mundial (1914-1918), se acentuaron los desequilibrios económicos y sociales, poniéndose
de manifiesto la insuficiencia de los “mecanismos naturales” para hacer frente a las nuevas exigencias, viéndose
obligado el Estado a intervenir para evitar abusos y aplacar la inquietud social. Referido a las finanzas públicas, la
necesidad de cubrir los enormes gastos bélicos provocó el desarrollo de la progresividad en la imposición de las rentas
y las herencias, entreviéndose sus posibilidades como elemento regulador.

Como características podemos mencionar:


I. Se acentuaron los tributos con finalidades extrafiscales (derechos aduaneros, proteccionistas, estímulo a
familias numerosas, etc.)
II. Gasto público elevado: Aumentaron extraordinariamente las erogaciones ordinarias por el incremento de los
gastos sociales, como subsidios familiares, prensiones por invalidez, socorros a los desocupados.
III. Desarrollo del crédito público
IV. Déficit presupuestario: Para desarrollar la economía, que haya plena ocupación y redistribución del ingreso.
V. Necesidad de recursos: Tributos, empréstitos, emisión de dinero, etc.

La intervención estatal puede realizarse de muy distintas formas: puede utilizar medidas coactivas, como cuando toma
injerencia en el mercado mediante control de precios, salarios o calidades, y puede el Estado actuar aún más
directamente, asumiendo él mismo una actividad económica mediante nacionalizaciones, para de esta manera conducir
directamente los más fundamentales y estratégicos sectores de la economía. Pero también puede el Estado regular
los mecanismos económicos mediante medidas financieras, que permiten una actividad estatal menos coaccionadora
y más respetuosa de la libertad de los individuos. No debe olvidarse, sin embargo, que la política financiera no es sino
parte de la política económica general del Estado, y que por lo tanto debe coordinarse con otros instrumentos de esa
política económica, tales como la política monetaria, de comercio exterior, de explotaciones públicas, política crediticia,
política de control de monopolios, de precios y salarios, etc.

Los especialistas en el tema señalan que las finanzas intervencionistas pueden tener ciertas metas fundamentales
(fines fiscales y extrafiscales), de las cuales mencionaremos someramente las más importantes:
• La política financiera debe ejercer su acción en lo que respecta al ciclo económico. Se piensa que el Estado debe
evitar las crisis cíclicas y desarrollar una política compensadora. En términos muy generales, esta política
consistiría aproximadamente en lo siguiente: en las épocas de depresión el Estado aumenta sus gastos y reduce
sus ingresos, mientras que en períodos de auge actúa en la forma inversa, es decir, limitando el gasto y
aumentando ingresos. El célebre economista Keynes propugnó una política anticíclica, como forma de solucionar
la grave crisis económica que afectó a los Estados Unidos de Norteamérica en 1930, y este país puso en práctica
esas ideas mediante la famosa política del "New-Deal”.
• La política financiera intervencionista propugna como objetivo el lograr la plena ocupación, evitando el fenómeno
del paro, refiriéndose la plena ocupación no sólo a la mano de obra, sino a todos los factores productivos en estado
de paralización. El paro generalmente ocurre cuando la oferta de bienes y servicios es superior a la demanda. Si
existe exceso de bienes producidos, y tales bienes no son absorbidos por los demandantes, la producción debe
disminuir para adecuarse a la demanda. La disminución de producción implica paro, ya que los factores productivos
deben reducir su ritmo, lo cual se traduce en reducción de horarios de trabajo, despido de mano de obra, etc. En
este caso, se piensa que el Estado debe tomar intervención para organizar debidamente el mercado de trabajo y
para crear fuentes que absorban los factores productivos desocupados. Puede —por ejemplo— emprender obras
públicas que creen fuentes de trabajo, lo cual —por sí solo— origina.
• Se menciona también como objetivo de la política financiera intervencionista, el de tender a una mejor distribución
de la riqueza. Esto puede lograrse, principalmente, con medidas de tipo tributario mediante la aplicación de
impuestos directos que discriminen el origen de las rentas, que establezcan alícuotas progresivas según la riqueza
gravada y que tengan en cuenta situaciones personales, como, por ejemplo, las cargas de familia (como hace, por
ejemplo, el impuesto argentino a las ganancias). También los impuestos indirectos pueden cumplir fines apropiados
a tal política, estableciendo escalas graduadas y progresivas de alícuotas que comienzan con exenciones para los
artículos de primera necesidad y finalizan con gravámenes elevados para los bienes suntuarios (como hace, por
ejemplo, el impuesto argentino al valor agregado).
• Por otra parte, y especialmente en lo que se refiere a los países en estado de subdesarrollo, se estima que la
política intervencionista debe tratar de acelerar la tasa de crecimiento. En tal sentido, la sola iniciativa individual y
el simple juego de la competencia no son suficientes para acelerar el éxito del desarrollo. Cabe señalar, sin
embargo, que los planes de desarrollo tropiezan con un flagelo sumamente perjudicial, la inflación, que
generalmente da por tierra con las medidas desarrollistas, y por consiguiente, es necesario que la política tendiente
al desarrollo vaya acompañada de un objetivo fundamental como es la estabilización.

Estas ideas intervencionistas hicieron irrupción en el mundo occidental a partir de la segunda guerra mundial, y la
actuación estatal se extendió cada vez más, tanto cuantitativamente como cualitativamente. Durante aproximadamente
40 años, prácticamente todos los gobiernos occidentales (aun guiados por partidos de distinto signo) compartieron una
ideología más o menos similar, inspirada en una misma teoría, el keynesianismo, que pretendió justificar de manera
científica las intervenciones del Estado como garantía de empleo y crecimiento.
Tampoco por ese camino fue alcanzado el ideal, y después de ciertos períodos de bonanza volvieron a acentuarse las
crisis, el subdesarrollo y principalmente el cáncer de la inflación, que todo lo pervierte y desestabiliza. Pero el principal
fracaso fue el de constatar que el proceso de redistribución sin la creación previa de una economía sólida se constituía
decididamente en factor de retroceso, y que cada vez había menos riqueza para distribuir. De allí la decadencia y
quiebra del Estado providencia. Se operó entonces el retorno a las ideas liberales, aunque aggiornadas y
pragmatizadas, mediante el reconocimiento de que es necesario un cierto grado de intervencionismo estatal y la debida
satisfacción de algunas necesidades públicas relativas, principalmente educación y salud. Esta nueva concepción de
"liberalismo pragmático" se inició en 1979, cuando los conservadores accedieron al poder en Gran Bretaña; continuó
en 1980 en los Estados Unidos, en 1982 en Alemania, en Bélgica y en Luxemburgo. En Francia, en 1983. El proceso
llegó incluso a los países socialistas, y surgió la "perestroika" de la era Gorbachov, así como el paulatino abandono de
la teoría comunista por los países de Europa del Este.

Dirigismo: Es un mayor grado de Intervencionismo. El Estado debe satisfacer las necesidades sociales, mediante
servicios públicos. Debe adoptar medidas que propendan al desarrollo económico del país, utilizando recursos
nacionales para asegurar la plena ocupación y el aumento de la renta nacional. Realizar una redistribución, social y
económicamente justa, de la renta nacional, para aumentar el nivel de vida.

5. Evolución histórica del pensamiento financiero. Distintas escuelas. Las concepciones modernas

En su evolución, los estudios financieros sufrieron grandes oscilaciones. Mientras que en algunas épocas se consideró
que lo financiero era parte de la policía general del Estado, en otras se pensó que era un sector de la actividad
económica. Si bien la ciencia financiera concluyó por independizarse y comenzó a ser tratada de forma autónoma por
varios autores, siempre se percibió la pugna de inclinar su campo de acción hacia lo económico o lo político.

Durante la Edad Media rigieron las finanzas patrimoniales, en las cuales los bienes del Estado estaban
indiferenciados con relación a los bienes de los soberanos y de los señores feudales.

Más tarde surgió una corriente de política económica denominada Mercantilismo (siglos XV – XVI), que aparece ante
la necesidad de consolidar los Estados Modernos por medio de sus tesoros nacionales. Algunos de sus presupuestos
eran:
• Sistema proteccionista: restringían las importaciones y favorecían las exportaciones.
• Propiciaban la acumulación de metales preciosos.

Cameralismo (siglos XVII – XVIII). La significación de esta corriente de pensamiento con respecto a las finanzas
públicas se halla en el hecho que ella examina los problemas que atañen a la economía y a las finanzas desde el
ángulo del Estado como sujeto de las actividades correspondientes; a menudo en forma perceptiva. Promovían la
producción manufacturera (valor agregado). Un claro ejemplo de esta escuela fue el mercantilismo industrial de
Inglaterra.
Fisiocracia (siglos XVII – XVIII: en paralelo con la anterior). Desde el punto de vista de las finanzas públicas, la doctrina
fisiócrata nos ofrece las siguientes contribuciones:
a) La limitación de las funciones estatales y la eliminación de las trabas a las actividades individuales por la adopción
del lema: “laissez faire- laissez passer”;
b) La doctrina según la cual el impuesto debe aplicarse sobre la renta de la tierra, o sea, sobre el único
acrecentamiento neto de riqueza;
c) La doctrina consiguiente del impuesto único sobre la renta de la tierra como resultado de la teoría del producto
neto.
d) La teoría de la amortización o capitalización del impuesto territorial, que reduce el valor de la tierra gravada y que
permite al comprador de un terreno pagar un precio, descontando la parte del mismo que ha de producir la poción
de la renta destinada al impuesto.
e) El descrédito de los impuestos indirectos a los consumos y la apología de la imposición directa.
f) La teoría según la cual los gastos públicos deben limitarse en su magnitud al producido del impuesto, límite
establecido por el “orden natural”.

Clásica o Liberal (siglo XVIII). Sus postulados básicos eran:


- Neutralidad impositiva: se trataba de que los impuestos ocasionen el menor perjuicio posible.
- Equilibrio presupuestario: que los recursos sean suficientes para satisfacer los gastos, aunque no
necesariamente esto se refiera a que sean iguales.
- Justa distribución de la carga publica: es decir, que la obligación de contribuir sea lo más justa posible.

Principales expositores de la Escuela Liberal

❖ Adam Smith

Fue el padre del liberalismo. El pensamiento de Adam Smith en materia financiera consiste- esencialmente- en dos
temas: el papel del Estado y los principios de la imposición.
a) Con respecto al papel del Estado consideraba que no debía intervenir ni interferir en la economía, dejándola
confiada a la libre iniciativa individual, y además, debía limitarse a la defensa exterior, la seguridad y justicia interior,
los trabajos públicos.
b) En lo que respecta la imposición, Smith parte de la premisa que los ingresos individuales derivan de tres fuentes
diferentes: rentas, beneficios y salarios. Por lo tanto los impuestos debían ser pagados de una u otra de esas
fuentes o de las tres indiferentemente. Smith analizó 4 principios que atañen a los impuestos en general:

- Principio de las facultades o igualdad: los súbditos de cada Estado deben contribuir al sustento del gobierno,
lo más aproximadamente posible, en proporción con sus capacidades respectivas; esto es, en proporción con
la renta que ellos gozan bajo la protección del Estado.
- Principio de certeza: el impuesto al que cada individuo está obligado a pagar debe ser cierto y no arbitrario. El
tiempo, la manera y la cantidad del pago deben todos ser claros y simples para el contribuyente y cualquier
persona. A este segundo principio, en la realidad de los estados constitucionales, el principio de legalidad del
impuesto y la exclusión de discrecionalidad de la administración.
- Principio de comodidad: todo impuesto debe ser recaudado en el tiempo o en el modo en que con mayor
probabilidad sea conveniente para el contribuyente pagarlo.
- Principio de economicidad: todo impuesto debe ser estructurado de manera tal de quitar y mantener fuera de
los bolsillos de la gente la menor cantidad posible por encima de la suma que ingresa al tesoro estatal.

❖ David Ricardo
El contenido esencial de la obra de Ricardo consiste en la teoría general de la distribución. En especial, su doctrina
financiera se centra en la incidencia de los impuestos que afectan la renta de la tierra, a diferencia de aquellos que
recaen sobre productos brutos.
Se encargó de elaborar, entre otras, la teoría de la renta diferencial que se refiere, en pocas palabras, a que el impuesto
a la renta no afecta el precio del mercado.
Si el Estado asume como base del impuesto la renta de la tierra (llamada Renta Diferencial), siendo que el precio del
mercado se determina por el costo de su productor marginal (aquel cuyo costo de producción es igual al precio del
mercado), este productor no tiene renta y por lo tanto no paga impuesto. Por lo tanto, el tributo no influye sobre el precio
del mercado y los productores intramarginales, que sí tienen renta y pagan el impuesto, deberán soportar su carga, sin
poder trasladarla, por la vía de modificaciones en los precios, sobre los consumidores.
Por el contrario, el impuesto que asume como base el productor bruto de la tierra, modifica el costo de producción del
productor marginal y el precio del mercado; por consiguiente ese impuesto se traslada al consumidor.

❖ John Stuart Mill

Refuta el principio del beneficio esbozado por Smith y lo reemplaza por el de la capacidad contributiva, que desemboca
en el principio de la igualdad, proporcionalidad y minimización del sacrificio y en la imposición progresiva. En un
impuesto proporcional todos van a pagar lo mismo, es decir, se trata de una misma alícuota general para todos sin
importar la base imponible. En cambio, en un impuesto progresivo la alícuota se establece en función de la base
imponible, es decir, quien gana más paga más.
❖ Jean Baptiste Say
Este autor tenía una versión pesimista dentro del liberalismo. Elaboro la teoría del consumo improductivo, explicando
que el Estado, en realidad, consume lo que producen otros, es decir, termina por considera a la actividad financiera
como un fenómeno de consumo y no de creación ni de cambio de riquezas.
Luego aparece la idea de intercambio (fines del siglo XVIII – principios del siglo XIX). En este caso, se define a la
actividad financiera como un fenómeno de intercambio: el Estado presta servicios y, a cambio de ellos, es correcto que
perciba impuestos.
Cooperativismo. El Estado se asemeja a una cooperativa y, por ello, cada uno de sus miembros tiene derecho a una
porción de la riqueza ganada. Tiene una visión pesimista: como el poder del Estado siempre se encuentra en manos
de las clases dirigentes o más poderosas, son ellos mismos los que deciden qué servicios prestar y que precios
cobraran por ello.
Sociológica. Considera que lo social siempre debe tenerse en cuanta. El principio social determina que son las clases
gobernantes quienes eligen las necesidades a satisfacer según sus propios criterios y conveniencia. Aparece,
entonces, una constante lucha de clases, donde todos quieren ascender al grado máximo y, por ello, hay una
permanente circulación de quienes la conforman. Otros aspectos que resaltan:
- Teoría de la circulación de las elites.
- La idea del Estado como ente abstracto.

Marginalismo. La escuela marginalista promovió la consideración de las finanzas públicas como un problema de valor,
cuya solución no se diferencia del problema económico de la satisfacción de las necesidades individuales.
En su formulación general las necesidades públicas son necesidades de los individuos, que cada sujeto ordena
conjuntamente con las demás necesidades individuales, según el grado de apremio respectivo y satisface con su renta
disponible en forma tal que se igualen las utilidades marginales ponderadas logradas por la satisfacción de todas esas
necesidades.

Wagner y la escuela marginalista (siglo XIX). Es una corriente de pensamiento que no sigue la línea de la doctrina
económica clásica ni la tendencia de la escuela marginalista, sino que se vincula directamente con el cameralismo,
aunque remozándolo y enriqueciéndolo con nuevos aportes. Aspectos que se consideran:
- El Estado es un ente de la realidad, no un ente metafísico.
- Dentro de las funciones que debe cumplir el Estado, se encuentra la redistribución del ingreso (se comienza a
plantear esta idea que actualmente sigue vigente): se trata, en síntesis, de que todo los recursos que el Estado
recauda de los que más tienen, permitan asistir a los que menos tienen.

Desde 1914 en adelante (se encuentran incluidos el neoliberalismo, etc.). La mayoría de las teorías que se encuentran
en este grupo coinciden en que el Estado debe cumplir tanto fines económicos como sociales. Dentro de ellos se
destacan:
• Pleno empleo (a través de diferentes políticas, etc.).
• Propiciar el desarrollo sustentable de la economía.
• Incrementar la economía.
• Redistribuir el ingreso.

Las concepciones modernas

Los postulados liberales clásicos quedaron debilitados por las guerras, las crisis cíclicas y la desocupación.
Se requirió entonces una mayor actuación del ente público para apuntalar la economía nacional y obrar como factor de
equilibrio. Se pasó de la neutralidad estatal al intervencionismo del Estado moderno.
Las ideas intervencionistas hicieron interrupción en el mundo occidental a partir de la Segunda Guerra Mundial, y la
actuación estatal se extendió cada vez más, cuantitativa y cualitativamente.
Durante aproximadamente 40 años, casi todos los gobiernos occidentales compartieron una ideología más o menos
similar, inspirada en el keynesianismo, que pretendió justificar de manera científica las intervenciones del Estado como
garantía de empleo y crecimiento.
Tampoco por ese camino fue alcanzado el ideal, y después de ciertos periodos de bonanza volvieron a acentuarse las
crisis, el subdesarrollo y la inflación. Pero el principal fracaso fue constatar que el proceso de redistribución sin la
creación previa de una economía sólida se constituía decididamente en factor de retroceso, y que cada vez había
menos riqueza para redistribuir. De allí la decadencia y quiebra del Estado providencia.
Lo señalado llevó a un replanteo completo del papel de las finanzas públicas en las economías nacionales. Según el
nuevo papel asignado, el sector público debía ser más pragmático y actuar de acuerdo con el principio de la
subsidiariedad: todo aquello que pudiera hacer una organización de orden inferior (familias, empresas) no debía hacerlo
el sector público.
Los fracasos del intervencionismo llevaron a reparar que, en realidad, algunos postulados clásicos no podían ser
dejados de lado sin sufrir graves consecuencias.
Se operó un retorno aggiornado a las ideas liberales, debidamente “pragmatizadas” y mediando el reconocimiento de
que es necesario un cierto grado de intervencionismo estatal y la satisfacción de algunas necesidades públicas de
creciente importancia, principalmente educación, salud, seguridad social y desempleo.

Las ideas del nuevo liberalismo básicamente son:

• Economía del mercado: con intervención del Estado en ciertas variables económicas, preferentemente indicativa.

• Estabilización: disminución del sector público, evitando que se convierta en una carga presupuestaria insostenible
para el Estado, y con el propósito adicional de una prestación más eficiente de los servicios públicos. Por ejemplo,
privatizando empresas públicas.

• Incentivo a la iniciativa individual: se transfiere a los particulares la satisfacción de necesidades públicas


secundarias que estos están en mejores condiciones de satisfacer. Además, se atrae capitales nacionales y
extranjeros, y se les proporciona nuevas oportunidades de inversión.

• Reducción del déficit presupuestario: implica una reducción del gasto público y una mayor eficiencia en la
recaudación.

Las nuevas teorías no renunciaron a una cierta intervención estatal, basada en la persuasión y en el estímulo, mediante
una acción que impulse a los individuos a reactivar la economía general persiguiendo sus propios intereses.

Tampoco se renunció a la idea de solidaridad, y se pensó que el ideal era conciliar el interés general de la Nación con
el particular de los individuos aislados.

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