Está en la página 1de 23

Módulo II

La teoría jurídica del delito

El tipo imprudente de acción


[8.1] ¿Cómo estudiar este tema?

[8.2] Concepto y clases

[8.3] Estructura

8 TEMA
Derecho Penal I

Esquema

TEMA 8 – Esquema © Universidad Internacional de La Rioja, S. A. (UNIR)


2
Derecho Penal I

Ideas clave

8.1. ¿Cómo estudiar este tema?

Para estudiar este tema lee el apartado «Ideas clave» de esta lección. Como
complemento para profundizar en estos contenidos puedes leer el Capítulo XXIII
(páginas 531-552) del libro: Téllez, A. (2015). Derecho penal. Parte General
(Adaptad a las reformas del Código penal de 2015). Un estudio crítico desde la
práctica judicial. Madrid: Edisofer.

En él haremos referencia a dos apartados:

Concepto y clases de imprudencia.


Estructura.

La primera parte se refiere al concepto y clases de imprudencia donde se dará una


noción básica de la imprudencia, se expondrá el sistema por el que ha optado nuestro
Código Penal a la hora de incriminar los delitos imprudentes y se hará referencia a las
principales clases de imprudencia: consciente e inconsciente; grave y leve; imprudencia
profesional.

En la segunda parte, que se refiere a la estructura de la imprudencia, con apoyo de


algunas Sentencias del Tribunal Supremo, se exponen los elementos que estructuran el
delito imprudente, es decir, la infracción de la norma de cuidado y la causación del
resultado, refiriéndonos a la imputación objetiva.

Finalmente, se recoge un catálogo de los delitos y faltas que pueden cometerse por
imprudencia.

8.2. Concepto y clases

El Derecho penal no sólo sanciona conductas dolosas, sino también, las imprudentes.
Mientras que en los delitos dolosos el tipo objetivo coincide con el tipo subjetivo,
puesto que el autor realiza el hecho que ha querido; en los delitos
imprudentes el tipo objetivo es distinto al tipo subjetivo, puesto que el sujeto, como

TEMA 8 – Ideas clave © Universidad Internacional de La Rioja, S. A. (UNIR)


3
Derecho Penal I

consecuencia de una conducta negligente, realiza el tipo objetivo sin haber


querido su producción.

La imprudencia se ha definido como «la infracción de un deber de diligencia


legalmente exigible» 1. En opinión de Jescheck, «actúa imprudentemente quien sin
quererlo realiza el tipo de una Ley penal a consecuencia de la infracción de un
deber de cuidado y, contrariamente a su obligación, o no se da cuenta de ello o lo
tiene por posible pero confía en que el resultado no tenga lugar»2.

La imprudencia (también denominada culpa), es, junto al dolo, una de las formas
de cometer un hecho delictivo, es decir, un delito sólo puede ser cometido dolosa o
imprudentemente, así, el art. 5 CP dice: «No hay pena sin dolo o imprudencia». Por
lo tanto, sólo puede sancionarse una conducta que se haya cometido con dolo o con
imprudencia. Además, y en el mismo sentido, el art. 10 CP afirma: «Son delitos o faltas
las acciones y omisiones dolosas o imprudentes penadas por la Ley».

El art. 12 CP dice: «Las acciones u omisiones imprudentes sólo se castigarán cuando


expresamente lo disponga la Ley». De este modo, el sistema establecido en el Código
Penal sólo permite sancionar las conductas imprudentes cuando así se
disponga expresamente. A este sistema de incriminación de la imprudencia se le
denomina sistema de numerus clausus, es decir, es un sistema que consiste en
establecer un número cerrado (numerus clausus) de tipos que pueden ser cometidos
por imprudencia. El sistema anterior al Código Penal de 1995, que se denominaba
sistema de numerus apertus, no tipificaba expresamente cada uno de los hechos
delictivos que podían ser cometidos por imprudencia, sino que, establecía unas
cláusulas generales que debían de ser puestas en relación con cada uno de los delitos de
la Parte Especial, para determinar si los delitos podían o no ser cometidos de forma
imprudente.

También se habla de la distinción entre el sistema del derogado Código Penal, al que se
denominaba sistema del crimen culpae, que entendía que el delito imprudente es
un único delito y el resultado sólo importa a efectos de penalidad. La consecuencia de
este sistema era que el resultado ya fuera único (muerte de otra persona) o múltiple
(muerte, lesiones de varias personas, daños, etc.) no tenía importancia porque todo

1 Cfr. GARCÍA VALDÉS, Carlos (Dir.), Diccionario de Ciencia Penales, Edisofer, Madrid, 2000, pág. 299.
2Cfr. JESCHECK, Hans-Heinrich/WEIGEND, Thomas, Tratado de Derecho Penal. Parte General, (trad. de la
5ª ed. alemana de OLMEDO CARDENETE, Miguel), Comares, Granada, 2002, pág. 606.

TEMA 8 – Ideas clave © Universidad Internacional de La Rioja, S. A. (UNIR)


4
Derecho Penal I

conformaba el resultado que era tratado de forma unitaria, existía un único


delito de imprudencia con un solo resultado, o un único delito de imprudencia con
pluralidad de resultados que se tenían en cuenta para cuantificar la indemnización.

En cambio, el sistema del actual Código Penal de 1995, denominado sistema de los
crimina culposa, que castiga casos concretos de delitos imprudentes, el resultado no
es un conjunto unitario, sino que, se toma en consideración en su individualidad. En
este sistema se castigan tantos delitos imprudentes cuantos se hayan
cometido, es decir, puede cometerse al mismo tiempo, por ejemplo, un delito de
homicidio imprudente (art. 142 CP), un delito de lesiones imprudentes (art. 1152 CP) y
un delito de daños imprudentes (art. 267 CP). De este modo, en el supuesto de que
existan resultados múltiples como consecuencia de una infracción del deber de
cuidado, ha de aplicarse la teoría del concurso y si mediante la misma conducta se
producen varios resultados tipificados individualmente (homicidio, lesiones y daños
imprudentes), existe un concurso ideal previsto en el art. 77 CP.

En relación a las clases de imprudencia, distinguimos:

a) Culpa consciente y culpa inconsciente

«La culpa consciente se da cuando, si bien no se quiere causar la lesión, se advierte


su posibilidad y, sin embargo, se actúa: se reconoce el peligro de la situación, pero se
confía en que no dará lugar al resultado lesivo. […]

La culpa inconsciente supone, en cambio, que no sólo no se quiere el resultado


lesivo, sino que, ni siquiera se prevé su posibilidad: no se advierte el peligro» 3.

3 Cfr. MIR PUIG, Santiago, Derecho Penal. Parte General, 8ª ed., ed. Reppertor, Barcelona, 2008, pág. 285.

TEMA 8 – Ideas clave © Universidad Internacional de La Rioja, S. A. (UNIR)


5
Derecho Penal I

b) Imprudencia grave y leve

La redacción del CP 1973 distinguía entre imprudencia temeraria, imprudencia simple


con infracción de reglamentos e imprudencia simple sin infracción de reglamentos. El
CP 1995 vino a simplificar tal exposición, distinguiendo tan sólo entre dos modalidades
de imprudencia. Así, la imprudencia grave (temeraria, según terminología del CP
anterior) es aquella que se da, como señala el Tribunal Supremo (STS 537/2005, de 25
de abril), «cuando se han infringido deberes elementales que se pueden exigir
al menos diligente de los sujetos. Es temeraria, se ha dicho reiteradamente, cuando
supone “un olvido total y absoluto de las más elementales normas de
previsión y cuidado”». La imprudencia grave sólo permitía imputar la comisión
de delitos, salvo la antigua falta prevista en el art. 621.1 CP, que establece la
causación, por imprudencia grave, de alguna de las lesiones previstas en el apartado 2
del artículo 147.

Por otra parte, la imprudencia leve (o simple, según terminología del CP anterior),
es aquella que se da cuando se infringen los deberes elementales de forma leve o se
desatienden las normas no elementales de cuidado, es decir, cuando se omite la
diligencia o cuidado que cualquier persona pone normalmente al realizar
sus actos.

Tras la reforma operada por la LO 1/2015 el legislador ha optado por sacar del
ámbito del Derecho penal las conductas cometidas por imprudencia leve.
Así, por ejemplo, en cuando al homicidio y lesiones imprudentes, se estima oportuno
reconducir las pretéritas faltas de homicidio y lesiones por imprudencia leve
hacia la vía jurisdiccional civil, de modo que sólo serán constitutivos de delito el
homicidio y las lesiones graves por imprudencia grave (apartado 1 del art. 142 y
apartado 1 del art. 152), así como el delito de homicidio y lesiones graves por
imprudencia menos grave, que entrarán a formar parte del catálogo de delitos
leves (apartado 2 del art. 142 y apartado 2 del art. 152 del Código Penal).

Se recoge así una modulación de la imprudencia delictiva entre grave y


menos grave, lo que pretende dar lugar a una mejor graduación de la responsabilidad
penal en función de la conducta merecedora de reproche, pero al mismo tiempo
reconocer supuestos de imprudencia leve que deben quedar fuera del Código Penal.
Según razona el Legislador, “no toda actuación culposa de la que se deriva un resultado
dañoso debe dar lugar a responsabilidad penal, sino que el principio de intervención

TEMA 8 – Ideas clave © Universidad Internacional de La Rioja, S. A. (UNIR)


6
Derecho Penal I

mínima y la consideración del sistema punitivo como última ratio, determinan que en
la esfera penal deban incardinarse exclusivamente los supuestos graves de
imprudencia, reconduciendo otro tipo de conductas culposas a la vía civil, en su
modalidad de responsabilidad extracontractual o aquiliana de los artículos 1902 y
siguientes del Código Civil, a la que habrá de acudir quien pretenda exigir
responsabilidad por culpa de tal entidad”.

Por lo tanto, como puede observarse, la nueva reforma reintroduce una clasificación
tripartita de la imprudencia, complicando la distinción entre la imprudencia grave
y menos grave, no incluida en nuestra tradicional jurisprudencia:

1. Imprudencia grave: daría lugar siempre a delitos graves o menos graves.


2. Imprudencia menos grave: da lugar a delitos leves.
3. Imprudencia leve: no produce ilícitos penales, sino infracciones administrativas o
perseguibles por la vía civil.

Conforme a lo dispuesto en la STS 19/12/2001, para distinguir entre la


imprudencia grave y la imprudencia leve deberá atenderse a los siguientes
criterios: 1. A la mayor o menor falta de diligencia mostrada en la acción u omisión; 2. A
la mayor o menor previsibilidad del evento que sea el resultado; 3. A la mayor o menor
gravedad de la infracción del deber de cuidado que, según las normas socioculturales,
del agente actuante se espera. En definitiva, se dará imprudencia grave en la
conducta del sujeto activo cuando se aprecie la ausencia de las más elementales
medidas de cuidado, causante de un efecto lesivo o dañino fácilmente
previsible, y el incumplimiento de un deber exigido a toda persona en el
desarrollo de una actividad.

La principal problemática de la actual clasificación de la imprudencia se centrará en el


criterio de diferenciación entre la imprudencia grave y la menos grave o
entre la menos grave y la leve, más relevante si cabe, al considerarse esta última
despenalizada. Actualmente no existe un criterio unánime para establecer tal
distinción, por lo que deberemos esperar a que la jurisprudencia de la Sala Segunda del
TS se pronuncie. No obstante, podemos encontrar algunas pistas sobre la distinción en
la formulación de algunos de los delitos imprudentes de la Parte Especial. Así, por
ejemplo, en el art. 152.1 CP, ateniente a las lesiones imprudentes cometidas con
vehículos a motor, se hace referencia a los criterios de «riesgo creado y el resultado
producido». Introducción, ésta última, harto discutible por cuanto en los delitos

TEMA 8 – Ideas clave © Universidad Internacional de La Rioja, S. A. (UNIR)


7
Derecho Penal I

imprudentes el autor no desea la producción del hecho delictivo, por lo que no debería
atenderse al resultado, sino al desvalor de la conducta, esto es, a la mayor o menor
peligrosidad de la infracción del deber de la norma de cuidado para los bienes jurídicos
protegidos por el Derecho penal. Finalmente, en suma, solamente nos queda especular
acerca de la dirección que nuestra doctrina y jurisprudencia podrán aportar para
realizar tal distinción que, a nuestro juicio particular, pasa por sopesar los siguientes
criterios diferenciadores:

1. Intensidad del incumplimiento (mayor o menor gravedad de la infracción del


deber de cuidado) e importancia o «necesidad» de las medidas de cuidado
infringidas en el contexto concreto, es decir, deberá valorarse en qué medida se
incumplen los protocolos de diligencia y qué normas de cuidado concretamente se han
incumplido, verificando su necesidad para evitar efectos dañosos. De este modo, si las
medidas incumplidas eran absolutamente necesarias para que se pudiera evitar el
efecto dañoso, estaríamos ante una imprudencia grave. Si, por el contrario, las medidas
de cuidado eran necesarias, pero no imprescindibles para evitar el daño, estaríamos
ante una imprudencia menos grave. Finalmente, si las medidas de cuidad eran un
simple refuerzo de seguridad o diligencias de especial cuidado o detalle, estaríamos
ante una imprudencia leve.

2. La mayor o menor previsibilidad del evento que sea el resultado.

c) Imprudencia profesional

El Código Penal recoge en una serie de figuras delictivas que permiten imponer,
además de la pena establecida por el delito imprudente, la pena de inhabilitación
especial para el ejercicio de la profesión, oficio o cargo. Esta clase de
imprudencia es una modalidad específica de imprudencia grave que se sanciona en
algunos delitos: homicidio, aborto, lesiones y lesiones al feto.

En la imprudencia profesional se suele distinguir entre la «imprudencia (o culpa)


profesional», y la «imprudencia (o culpa) del profesional».

La imprudencia profesional implica la infracción de la lex artis y de las más


elementales cautelas exigibles a quienes, por su condición de profesionales
(médicos, arquitectos, ingenieros, etc.), deben tener una especial capacitación y
preparación para el desempeño de sus actividades profesionales. Esta imprudencia

TEMA 8 – Ideas clave © Universidad Internacional de La Rioja, S. A. (UNIR)


8
Derecho Penal I

supone un plus de antijuridicidad consecutivo a la infracción de la lex artis y de las


precauciones y cautelas más elementales, imperdonables e indisculpables a personas
que, perteneciendo a una actividad profesional, deben tener unos conocimientos
propios de una actividad profesional.

La imprudencia del profesional es la imprudencia común cometida por un


profesional en el ejercicio de su arte, profesión u oficio.

8.3. Estructura

Históricamente, según la concepción psicológica de la culpabilidad, la


imprudencia era una forma de culpabilidad que consistía en una relación psíquica
entre el autor y su hecho imprudente. Sin embargo, la dificultad de sancionar la culpa
inconsciente, es decir, aquella en la que el autor no prevé la posibilidad de que se
produzca el resultado, hizo que se plantearan toda una serie de objeciones que eran
difíciles de resolver.

La concepción normativa de la culpabilidad trató de salvar esas objeciones


introduciendo la infracción de un deber objetivo de cuidado como elemento de
la culpabilidad.

Finalmente, en la actualidad, la mayoría de las doctrinas entienden que esa


infracción de un deber objetivo de cuidado ha de ser analizado en sede de tipicidad y
no, como hacían las concepciones psicológica y normativa, en sede de culpabilidad.

El tipo imprudente de acción, como señala el profesor Mir Puig, ofrece la siguiente
estructura:

TEMA 8 – Ideas clave © Universidad Internacional de La Rioja, S. A. (UNIR)


9
Derecho Penal I

En relación a los elementos de la imprudencia, el Tribunal Supremo, en su Sentencia


955/2007, de 20 de noviembre, ha señalado que:

«En general, las infracciones cometidas por imprudencia están constituidas por los
siguientes elementos (STS 665/2004, de 30 de junio): a) la producción de un
resultado previsto como tal en el ordenamiento punitivo. b) La infracción de una
norma de cuidado, cuyo aspecto interno es el deber de advertir la presencia del
peligro, y cuyo aspecto externo es el deber de comportarse conforme a las normas de
cuidado previamente advertido. c) Que se haya querido la conducta descuidada,
con conocimiento del peligro o sin él, pero no el hecho resultante de tal
conducta, si bien hay que estar a las circunstancias del caso concreto para calificar
una conducta imprudente como grave o leve».

La infracción de la norma de cuidado

El tipo imprudente de acción exige que se infrinja una norma de cuidado. En esta
infracción de la norma de cuidado pueden distinguirse dos aspectos: el deber de
cuidado interno y el deber de cuidado externo.

«a) El deber de cuidado interno obliga a advertir la presencia del peligro en su


gravedad aproximada, como presupuesto de toda acción prudente» 4. Así, por ejemplo,

4 Cfr. MIR PUIG, Santiago, Derecho Penal. Parte General, ob. cit, pág. 290.

TEMA 8 – Ideas clave © Universidad Internacional de La Rioja, S. A. (UNIR)


10
Derecho Penal I

cuando el conductor atraviesa un lugar donde se están realizando unas obras, debe
contar con la posibilidad de que un operario desprevenido salga a la carretera.

En relación al deber de cuidado, el Tribunal Supremo, en su Sentencia 1502/2004,


de 27 de diciembre, afirma:

«Conforme a la Jurisprudencia reiteradísima de esta Sala (por todas TS SS 21/05 (LA


LEY 12904/2003) y 04/07/03 (LA LEY 2583/2003) o 30/06/04 (LA LEY 1823/2004))
la imprudencia conlleva como elementos una acción desprovista del deber del
cuidado exigible; el resultado mortal o lesivo; la relación o nexo causal entre ambos
elementos; y la imputación objetiva del resultado al autor. La imprudencia será grave, y
por ello constitutiva de delito, o leve, siendo una falta, en función de la calificación que
merezca la entidad de la infracción del deber objetivo de cuidado.

La grave, que equivale o se corresponde con la temeraria del anterior Código, y


que no exige una infracción reglamentaria, consiste en la omisión de aquel
deber de cuidado, objetivo y subjetivo, que es exigible a las personas
menos cuidadosas en el ámbito de la relación de que se trate, mientras que la leve
consiste en la ausencia del deber de diligencia que cabe esperar de una
persona precavida o cuidadosa en atención al ámbito en que se haya producido
el resultado (TS S 1111/04 (LA LEY 2608/2004).

Modernamente la inobservancia del cuidado debido, teniendo en cuenta además


la consideración de la imprudencia en el Código Penal vigente (artículo 12 CP) como
un catálogo cerrado de «crimina culposa» y no como una forma menos grave de
culpabilidad al lado del dolo, es un elemento del tipo como también lo es el
desvalor del resultado, de forma que, cuando una conducta supera el riesgo
permitido se alcanza el límite a partir de cuya superación comienza la
imprudencia, es decir, existe ésta cuando se crea un peligro no amparado
por el riesgo permitido y sí abarcado por el fin de protección del tipo: la
infracción del deber de cuidado equivale a la creación de un peligro o
riesgo no permitido.

Ello es así en la medida que no existe un deber específico de actuar de determinada


manera, sino que, lo que se prohíbe es el actuar descuidado o negligente. Si el resultado
es imputable objetivamente a la conducta descrita en el tipo, se colmarán las exigencias
de éste».

TEMA 8 – Ideas clave © Universidad Internacional de La Rioja, S. A. (UNIR)


11
Derecho Penal I

«b) El deber de cuidado externo consiste en el deber de comportarse


externamente conforme a la norma de cuidado previamente advertida» 5. Por
ello, el autor ha de abstenerse de realizar acciones peligrosas, debe prepararse e
informarse previamente antes de realizar determinadas acciones peligrosas y, cuando
realice esas acciones peligrosas, ha de actuar prudentemente.

La Sentencia del Tribunal Supremo 1089/2009, de 27 de octubre, establece:

«El delito imprudente aparece estructuralmente configurado, de una parte, por la


infracción de un deber de cuidado interno (deber subjetivo de cuidado o deber
de previsión), que obliga a advertir la presencia de un peligro cognoscible y el
índice de su gravedad; y, de otra, por la vulneración de un deber de cuidado
externo (deber objetivo de cuidado), que obliga a comportarse externamente
de forma que no se generen riesgos no permitidos, o, en su caso, a actuar de
modo que se controlen o neutralicen los riesgos no permitidos creados por terceras
personas o por factores ajenos al autor, siempre que el deber de garante de éste le
obligue a controlar o neutralizar el riesgo ilícito que se ha desencadenado».

Causación del resultado e imputación objetiva

El otro elemento del tipo imprudente de acción es la causación del resultado, es


decir, ha de lesionar o poner en peligro un bien jurídico y este resultado ha de poder ser
imputado objetivamente a la conducta imprudente.

En este sentido, la citada Sentencia del Tribunal Supremo 1089/2009, de 27 de


octubre, establece:

«El delito imprudente aparece estructuralmente configurado, de una parte, por la


infracción de un deber de cuidado interno (deber subjetivo de cuidado o deber
de previsión), que obliga a advertir la presencia de un peligro cognoscible y el índice de
su gravedad; y, de otra, por la vulneración de un deber de cuidado externo (deber
objetivo de cuidado), que obliga a comportarse externamente de forma que no se
generen riesgos no permitidos, o, en su caso, a actuar, de modo que, se controlen o
neutralicen los riesgos no permitidos creados por terceras personas o por factores

5 Cfr. MIR PUIG, Santiago, Derecho Penal. Parte General, ob. cit, pág. 290.

TEMA 8 – Ideas clave © Universidad Internacional de La Rioja, S. A. (UNIR)


12
Derecho Penal I

ajenos al autor, siempre que el deber de garante de éste le obligue a controlar o


neutralizar el riesgo ilícito que se ha desencadenado.

A estos requisitos ha de sumarse, en los comportamientos activos, el nexo causal entre


la acción imprudente y el resultado (vínculo naturalístico u ontológico), y la
imputación objetiva del resultado a la conducta imprudente, de forma que el
riesgo no permitido generado por ésta sea el que se materialice en el resultado (vínculo
normativo o axiológico). Y en los comportamientos omisivos habrá de operarse con el
criterio hipotético de imputación centrado en dilucidar si la conducta omitida
habría evitado, con una probabilidad rayana en la certeza, la lesión o el menoscabo del
bien jurídico que tutela la norma penal».

Para poder imputar el resultado a la acción del autor, debe seguirse la teoría de la
equivalencia de las condiciones expuesta en el tema 4. El resultado debe haber sido
provocado causalmente por la infracción de la norma de cuidado, de manera que, el
resultado sólo puede imputarse al autor si se ha realizado una conducta descuidada, es
decir, si se ha infringido la norma de cuidado.

También en la imprudencia se aplicarán los criterios de imputación objetiva


señalados para los delitos dolosos, así, se aplicará el criterio del fin de protección de
la norma (por ejemplo, no puede imputarse objetivamente el resultado a un
conductor que circula a una excesiva velocidad la muerte del suicida que se arroja sobre
el vehículo cuando, de haber circulado a una velocidad moderada, hubiera ocurrido lo
mismo); o, también, el criterio de la realización del riesgo en la producción
del resultado (por ejemplo, no puede imputarse objetivamente el resultado a un
conductor que atropella a un adulto en una zona escolar, cuando conducía a velocidad
excesiva, si el adulto atraviesa de forma descuidada la carretera por una zona no
habilitada para ello).

En los delitos imprudentes también se plantea el problema de la concurrencia de


culpas, es decir, aquellos supuestos en los que confluye una pluralidad de riesgos
jurídicamente desaprobados como consecuencia de que concurren varias conductas
imprudentes. En estos supuestos, por ejemplo, en los que la víctima ha contribuido con
su conducta a la producción del resultado desaprobado, el Tribunal Supremo hablaba
de «concurrencia de culpas». Sin embargo, como señala la Sentencia del Tribunal
Supremo 860/2009, de 16 de julio, la jurisprudencia más reciente «ha abandonado la
doctrina de la compensación de culpas y sitúa la cuestión en el ámbito de la doctrina de

TEMA 8 – Ideas clave © Universidad Internacional de La Rioja, S. A. (UNIR)


13
Derecho Penal I

la imputación objetiva. […] Únicamente habrá de hablar de compensación de culpas


en la cuantificación de las responsabilidades civiles».

Dice así la Sentencia 860/2009, de 16 de julio:

«Sin embargo, es preciso recordar que, cuando en la producción del resultado


lesivo concurre la propia conducta descuidada de la víctima o de otras
personas era común en la jurisprudencia de hace años la aplicación de la denominada
doctrina de la concurrencia de culpas, tal doctrina, aplicada de modo general en el
ámbito de la imprudencia, suponía la realización de un examen separado de las
conductas concurrentes y la determinación de la importancia de cada una en la
producción del resultado, lo que suponía la admisión práctica de la denominada
"compensación de culpas". El mero concurso de culpa en el comportamiento de la
víctima no exoneraba de responsabilidad penal al sujeto activo, pero cuando la
influencia de aquel comportamiento era relevante, en el sentido de contribuir de un
modo importante a la producción del resultado, la intensidad de la imprudencia del
agente se debilitaba y permitía su degradación.

La jurisprudencia más reciente del Tribunal Supremo ha abandonado la


doctrina de la compensación de culpas y sitúa la cuestión en el ámbito de la
doctrina de la imputación objetiva. Así, en la Sentencia 1611/2000, de 19 de
octubre, se sustenta la atribución de la responsabilidad en el hecho de que el resultado
producido es la realización o concreción del peligro creado por el acusado. La posible
contribución del perjudicado al resultado deviene irrelevante cuando ha
sido el acusado el que ha creado el riesgo que se concreta en el resultado
lesivo. Únicamente cabrá hablar de compensación en la cuantificación de
las responsabilidades civiles».

En los delitos imprudentes se plantea la cuestión de si es posible que haya principio


a la ejecución del delito pero no que exista resultado, es decir, si cabe la tentativa
(art. 16 CP). En opinión del profesor García Valdés «de los tipos imprudentes no
puede hablarse de imperfección del resultado. O éste tiene lugar, así el
atropello efectivo en el paso de cebra, o no hay delito. Lo cual es lógico; si en la culpa
prima, sobre todas las cosas, el no querer realizar a propósito un evento, no sería
razonable castigar por el intento de lo que jamás se deseó. Falta la orientación final del

TEMA 8 – Ideas clave © Universidad Internacional de La Rioja, S. A. (UNIR)


14
Derecho Penal I

hecho y en ello nuestro Derecho es tajante: sólo los resultados mortales,


lesivos o daños, completan la imprudencia» 6.

Otra cuestión problemática en los delitos imprudentes es si cabe la participación


delictiva. Afirma el profesor García Valdés que: «No acepto como principio general
que pueda hablarse de codelincuencia en los delitos imprudentes. En
algunos de los casos propuestos por Antón, como es claro, se solventan por la
prohibición de regreso (culposos en doloso) o la autoría mediata (doloso en culposo).
Una cosa es que pueda defenderse que, después, los reos negligentes responden por
su propia culpa (dejar la escopeta cargada; administrar inyección, sin comprobar, fiada
del doctor, etc.), pero no son partícipes en los hechos dolosos de los otros.

Un ejemplo que circula desde Battaglini a Jescheck, con modificaciones, es el del


amigo de quien va al volante incitándole a conducir más deprisa y a no
respetar las señales de tráfico, produciéndose el fatal accidente. Se trataría,
así, de una supuesta participación culposa en delito imprudente y ambos autores
resuelven con la verificación del concurso de voluntades, aunque entre los alemanes
sólo cupiera sancionar al conductor.

En efecto, en este caso no puede castigarse al acompañante, amigo o dueño del


vehículo que jalea al chófer. Quien ha ido a muy superior velocidad de la debida es
sólo quien conduce y él fue quien no frenó en los discos rojos y quien, en fin, no pudo
controlar el auto, arrollando al peatón. La persona que a su lado va en el asiento

6 Cfr. GARCÍA VALDÉS, Carlos, Principios de Teoría del Delito, en el «Anuario de la Facultad de Derecho de

la Universidad de Alcalá de Henares», Alcalá de Henares, 1994/1995 (1996), p. 28.

TEMA 8 – Ideas clave © Universidad Internacional de La Rioja, S. A. (UNIR)


15
Derecho Penal I

derecho o en el trasero, no efectúa ninguna de esas actuaciones y, además, tampoco


quiere el resultado final, atributo de la culpa; únicamente pretende “picar” al
influenciable conductor. Es lo mismo que si el cazador acompañante le indica, sin
ninguna certeza, que existe una pieza en tal arbusto y el otro, ni corto ni perezoso, le
descerraja un disparo el furtivo, respondiendo sólo éste del muy negligente o imperito
actuar.

Y además, en estos supuestos, el pretendido cooperante culposo ni siquiera puede


afrontar un hacer temerario, por cuanto nada realiza tácticamente, sólo anima o
aconseja, no a lesionar o herir»7.

CATÁLOGO DE DELITOS Y FALTAS IMPRUDENTES


CÓDIGO PENAL 1995
ARTÍCULO DEL CP DELITOS

142 142.3 Homicidio por imprudencia grave Imprudencia profesional

146 146 párr. 2.º Aborto por imprudencia grave Imprudencia profesional

152 152.3 Lesiones por imprudencia grave Imprudencia profesional

158 158, párr. 2.º Lesiones al feto por imprudencia grave Imprudencia profesional

159.2 Alteraciones del genotipo por imprudencia grave

220.5 Sustitución de un niño por otro en un centro sanitario por imprudencia grave

267 Daños por imprudencia grave

301.3 Receptación y otras conducta afines por imprudencia grave

317 Delitos relativos a la seguridad e higiene en el trabajo por imprudencia grave

331 Delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente por imprudencia
grave

344 Delitos relativos a la energía nuclear por imprudencia grave

347 Estragos por imprudencia grave

358 Incendio por imprudencia grave

367 Delitos contra la salud pública por imprudencia grave

391 Falsedades de autoridad o funcionario público por imprudencia grave

447 Prevaricación judicial por imprudencia grave

467.2 Deslealtad profesional de abogado o procurador por imprudencia grave

532 Delitos cometidos por funcionarios públicos contra la libertad individual por

7 Cfr. GARCÍA VALDÉS, Carlos, Principios de Teoría del Delito, ob. cit., p. 31.

TEMA 8 – Ideas clave © Universidad Internacional de La Rioja, S. A. (UNIR)


16
Derecho Penal I

imprudencia grave

576 bis Delito de terrorismo por imprudencia grave

601 Revelación de secretos relativos a la defensa nacional por imprudencia grave

ARTÍCULO DEL CP FALTAS

621.1 Lesiones por imprudencia grave

621.2 Homicidio por imprudencia leve

621.3 Lesión por imprudencia leve

TEMA 8 – Ideas clave © Universidad Internacional de La Rioja, S. A. (UNIR)


17
Derecho Penal I

Lo + recomendado

Lecciones magistrales

El tipo imprudente de acción

El tema denominado el tipo imprudente de acción abarca su definición y explica sus


clases, que pueden ser graves, leves o profesionales. Por otra parte, veremos cómo se
estructura.

La lección magistral está disponible en el aula virtual

No dejes de leer…

Causalidad, omisión e imprudencia

Gimbernat, E. (1990). Causalidad, omisión e imprudencia. Anuario de Derecho Penal y


Ciencias Penales, 5-23.

En este artículo el autor se ocupa preferentemente de las consecuencias prácticas de su


concepción de la comisión por omisión.

Accede al artículo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
https://www.boe.es/publicaciones/anuarios_derecho/abrir_pdf.php?id=ANU-P-1994-
30000500060_ANUARIO_DE_DERECHO_PENAL_Y_CIENCIAS_PENALES_Causa
lidad,_omisi%F3n_e_imprudencia

TEMA 8 – Lo + recomendado © Universidad Internacional de La Rioja, S. A. (UNIR)


18
Derecho Penal I

+ Información

Bibliografía

García Valdés, C. (2002). Diccionario de Ciencias Penales (Criminología, Derecho


penal, Derecho penitenciario y Derecho Procesal penal). Madrid: Editorial Edisofer.

TEMA 8 – + Información © Universidad Internacional de La Rioja, S. A. (UNIR)


19
Derecho Penal I

Test

1. El artículo 5 del Código Penal dice:


A. No hay pena sin dolo o culpa consciente.
B. No hay pena sin dolo o imprudencia.
C. No hay pena sin dolo o imprudencia grave.
D. No hay pena sin dolo o imprudencia leve.

2. El artículo 12 del Código Penal dice:


A. Las acciones u omisiones imprudentes no se castigarán nunca.
B. Las acciones u omisiones imprudentes sólo se castigarán cuando sean
constitutivas de delito y así lo disponga la Ley.
C. Las acciones u omisiones imprudentes sólo se castigarán cuando expresamente
lo disponga la Ley.
D. Las acciones u omisiones imprudentes no se castigarán cuando el sujeto actúe
con culpa inconsciente.

3. El sistema de incriminación de la imprudencia establecido en el Código Penal de


1995 se denomina:
A. Sistema de numerus apertus o de criminen culpae.
B. Sistema de crimen culpae.
C. Sistema de numerus clausus o de crimina culposa.
D. Sistema mixto porque establece un número cerrado para sancionar la
imprudencia grave y una clausula general para castigar la imprudencia menos
grave y leve.

4. Las clases de imprudencia según el Código Penal son:


A. Imprudencia grave, menos grave y profesional.
B. Imprudencia consciente, inconsciente y temeraria.
C. Imprudencia grave y leve.
D. Imprudencia grave, leve y profesional.

TEMA 8 – Test © Universidad Internacional de La Rioja, S. A. (UNIR)


20
Derecho Penal I

5. La imprudencia profesional permite imponer:


A. La pena de multa y prohibición de ejercer la profesión, oficio o cargo.
B. La pena de prisión y multa.
C. La pena de inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión, oficio o
cargo.
D. La pena de prohibición de aproximarse a la víctima o a determinados
familiares de ésta u otras personas que determine el juez o tribunal.

6. La imprudencia profesional:
A. Implica la infracción de la lex artis y de las más elementales cautelas exigibles
a quienes no deben tener una especial capacitación y preparación para el
desempeño de sus actividades profesionales.
B. Implica el cumplimiento de la lex artis y de las más elementales cautelas
exigibles a quienes deben tener una especial capacitación y preparación para el
desempeño de sus actividades profesionales.
C. Implica el cumplimiento de la lex artis y de las más elementales cautelas
exigibles a quienes no deben tener una especial capacitación y preparación para el
desempeño de sus actividades profesionales.
D. Implica la infracción de la lex artis y de las más elementales cautelas exigibles
a quienes deben tener una especial capacitación y preparación para el desempeño
de sus actividades profesionales.

7. La parte objetiva del tipo imprudente:


A. Supone el cumplimiento de la norma de cuidado y una determinada lesión o
puesta en peligro de un bien jurídico penal.
B. Supone la infracción de la norma de cuidado y una determinada lesión o
puesta en peligro de un bien jurídico penal.
C. Supone la infracción de la norma de cuidado y ninguna lesión o puesta en
peligro de un bien jurídico penal.
D. Supone el cumplimiento de la norma de cuidado y ninguna lesión o puesta en
peligro de un bien jurídico penal.

TEMA 8 – Test © Universidad Internacional de La Rioja, S. A. (UNIR)


21
Derecho Penal I

8. La jurisprudencia de la Sala Segunda del Tribunal Supremo señala como elementos


de la imprudencia:
A. La producción de un resultado, la infracción de una norma de cuidado y que se
haya querido la conducta descuidada.
B. La inexistencia de un resultado, el cumplimiento de una norma de cuidado y
que se haya querido la conducta descuidada.
C. La producción de un resultado, el cumplimiento de una norma de cuidado y
que se haya querido la conducta descuidada.
D. La producción de un resultado, el cumplimiento de una norma de cuidado y
que no se haya querido la conducta descuidada.

9. Según la Sala Segunda del Tribunal Supremo, la infracción de una norma de


cuidado, está constituida:
A. Por su aspecto externo, que es el deber de advertir la presencia del peligro; y el
aspecto interno, que es el deber de comportarse conforme a las normas de
cuidado previamente advertido.
B. Por su aspecto interno, que es el deber de no advertir la presencia del peligro; y
el aspecto externo, que es el deber de no comportarse conforme a las normas de
cuidado previamente advertido.
C. Por su aspecto interno, que es el deber de advertir la presencia del peligro; y el
aspecto externo, que es el deber de comportarse conforme a las normas de
cuidado previamente advertido.
D. Por su aspecto interno, que es el deber de advertir la inexistencia de peligro
alguno; y el aspecto externo, que es el deber de comportarse en contra de las
normas de cuidado previamente advertido.

TEMA 8 – Test © Universidad Internacional de La Rioja, S. A. (UNIR)


22
Derecho Penal I

10. La jurisprudencia de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, en relación a la


concurrencia de culpas, ha señalado que:
A. La jurisprudencia más reciente ha mantenido la doctrina de la compensación
de culpas y no se puede aplicar a esta cuestión la doctrina de la imputación
objetiva.
B. La jurisprudencia más reciente sigue aplicando la doctrina de la compensación
de culpas.
C. La jurisprudencia más reciente ha abandonado la doctrina de la compensación
de culpas y sitúa la cuestión en el ámbito de la doctrina de la imputación objetiva.
D. La jurisprudencia más reciente ha mantenido la doctrina de la compensación
de culpas y no puede resolverse la cuestión en el ámbito de la doctrina de la
imputación objetiva.

TEMA 8 – Test © Universidad Internacional de La Rioja, S. A. (UNIR)


23

También podría gustarte