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PARTE

Pen
Principio
GENER
principios
AL alde mínima intervención o Ultima Ratio.
Postula la necesidad de restringir al máximo la intervención de la ley penal, reservándola para
casos donde se tornen insuficientes otros medios. Es de tal gravedad que se utiliza frente a
determinados y específicos hechos.

Principio de protección de bienes Jurídicos.


Implica un límite del derecho de castigar del Estado, y se traduce en que estos no pueden
establecer penas que no tengan su fundamento en la existencia de un bien jurídico, tampoco
puede seleccionar conductas delictivas que no afecten un bien jurídico.

Principios de proporcionalidad.
Impone una relación entre el hecho cometido y la pena, es decir, no puede ser sancionados
con una pena que sea más grave que el daño causado por el delito.
Lo primero a tener en cuenta para aplicar este principio es la importancia del bien jurídico; y lo
segundo, es tener en cuenta que la gravedad de la pena debe de estar condicionada a la
gravedad del ataque al bien jurídico.

Principio de culpabilidad.
G. Chaves lo expresa como: ‘’no puede haber pena sin culpa’’.

Cairoli, dice que se basa en la idea de respeto de la dignidad humana, relacionándolo con la
seguridad jurídica, ya que el ciudadano debe confiar en que, comportándose según las
normas jurídicas, no va a hacer objeto de ninguna sanción.
Las consecuencias del principio, en primer lugar, principio de personalidad de la pena, es
decir, según Chaves, ‘’que no se haga responsable a un sujeto por delitos ajenos’’; y
segundo, el principio de responsabilidad por el hecho, quiere decir que, ‘’no se puede
castigar formas de ser, personalidad, puesto que son difíciles de determinar, sino solo
conductas, hechos’’.

Principio de legalidad.
Fija que solo se puede castigar a quien comete una infracción que fue previamente definida
como delictiva. (art 10 constitución, art 1, 85 C.P.)

Principio de resocialización (G. Chaves)


Supone la participación de todos los ciudadanos en la vida social, en razón de lo cual se
impone al Derecho Penal evitar la marginación indebida del condenado, lo que hace
especialmente deseable las penas alternativas a la de prisión. Como puede serlo los trabajos
en beneficio de la comunidad la reparación del daño a la víctima, etc.

Principio de irretroactividad de la ley.


No es posible que, mediante decisiones del poder público, posteriores a ciertos hechos de
conducta humana, se consideren ilícitas y punibles, hechos que eran lícitos en el momento de
su realización.

Principio de igualdad
La ley penal debe ser igualitaria, ello deriva del principio constitucional de que todos los
hombres son iguales ante la ley. Esta regla puede admitir ciertas excepciones fundadas en el
derecho público interno y en el internacional, en protección de funciones especiales que
cumplen determinadas personas (fueros de los cenadores). En cierta forma puede existir un
tratamiento desigual fundado en distinta vinculación y responsabilidad de los sujetos respecto
del hecho punible, pero ello no es vulneración del principio.

Principio non bis in ídem


G. Chaves, refiere a que ‘’no se puede castigar a una persona más de una vez por un mismo
hecho’’.
noción de Delito
¿Qué se considera delito?
Acción típica antijurídica culpable.

ACCIÓN
Si no hay conducta humana, no hay delito, y no vale la pena seguir con la indagación, porque
falta el presupuesto básico en que se funda. por lo tanto, se excluye del campo del Derecho
Penal el pensamiento, el resultado de los hechos de la naturaleza, los causados por animales,
por personas jurídicas, ‘’hechos’’ en los cuales intervienen dementes o menores de edad, o
cuando no hay siquiera propiamente ‘’acción’’.
El problema del nexo de causalidad, consiste en imputar un resultado a una conducta
humana, aquel es la consecuencia de esta, y por lo tanto debe establecerse el nexo de
causalidad o de evitabilidad (según la conducta sea activa u omisiva) que haga depender al
uno de la otra.
TÍPICA
La conducta humana debe ser típica, estar establecida en la ley. Lo típico, es el hecho
previsto por la ley como delito.
Cuando la ley describe una conducta como delito, está estableciendo una norma de conducta
positiva o negativa, no toda conducta típica es antijurídica.
El tipo penal se puede describir como el conjunto de elementos que caracteriza a un
comportamiento contrario a la norma.
Una conducta es atípica cuando la misma no ha sido prevista como delito por el legislador.
Así, la mayoría de los actos cotidianos son atípicos, en función de que la regla es la libertad y
que todo lo no prohibido es libre.
El que ejecuta cualquiera de estas acciones, por más antijurídica que sean, y por más que
acarren consecuencias desfavorables desde el punto de vista jurídico o económico, al no ser
actividades delictivas, no delinque.
Una conducta puede resultar inadecuada a un tipo que, si existe, lo que significa que,
existiendo un tipo, la conducta realizada, no se adecua a él. En este caso la conducta es
delictiva por falta, precisamente, la adecuación.
ANTIJURÍDICA.
La conducta humana típica es en principio antijurídica, eso es, contraria al derecho. lo que
está prohibido en una parte del mismo no puede estar permitido en otra. La conducta típica
deja de ser antijurídica cuando se trata de una conducta permitida u ordenada por el sistema
jurídico.
CULPABLE.
Deberá determinarse su culpabilidad, es decir, el grado de reproche que pueda formularse.
No basta la imputación objetiva, es decir, que el hecho delictivo sea consecuencia de su
acción o de su omisión, sino que también debe serle imputable subjetivamente.
Para que ello ocurra, el hecho debe ser objetivamente previsible desde un punto de vista
normativo, y no naturalístico.
PUNIBLE.
Cuando se dan todos los elementos del delito, es decir, cuando hay una conducta típica,
antijurídica y culpable, por último, se le impone una pena al individuo como consecuencia.
especies de Delito
Se clasifican por:

Su gravedad: crímenes, delitos y faltas.


Los delitos, atendida su gravedad, se dividen en delitos y altas (art 2 CP). De los delitos en
particular se ocupan los art (132 al 359) y de las faltas, de los 360 a los 366.
Las disposiciones del CP se aplican a los hechos previstos por ley especiales, salvo que en
estas se establezca lo contrario, conforme lo determinado en el art 17 CP.
No existe diferencia de esencia entre delitos y contravenciones o faltas (art 2. CP)
Ambas especies de delito reconocen diferencias en cuanto a la gravedad del injusto de unas y
de otras.
La criminalización de las faltas es contraria a los principios básicos del Derecho Penal
moderno, liberal y democrático,
Perseguir las faltas provoca una distorsión sistemática importante, frente a la realidad que
muestra la impunidad de que gozan de hecho, los delitos de poca monta.
El principio de legalidad debe ceder en cuanto a la bagatela, entre otros, frente a los
principios de oportunidad y trascendencia.
Corresponde hacer un tratamiento alternativo, probablemente fuera del ámbito del poder
Judicial.
La criminalización de las faltas supone admitir una alta dosis de selectividad negativa por
parte de la administración.
El legislador estableció un estatuto para las faltas:

 Solo se castigan cuando hubieran sido consumadas (art 6 CP), es decir, que no admiten
tentativa.
 La presunción absoluta de que el derecho se presume conocido, admite excepción en
materia de las faltas, en que puede producirse prueba en contrario, apareciendo el error de
derecho.
 Se determina por el Código también, no hay reincidencia ni habitualidad entre delitos y
faltas (art 49 cp.)
 Se determina para ellas, por su menor grado de injusto, una prescripción corta de apenas
dos meses de duración (art. 118 C.P.), que no se interrumpe por la comisión de un nuevo
delito (art. 121 C.P.
 Las penas de las faltas nunca suponen privación de libertad, resolviéndose todas en una
sanción de carácter pecuniario, mientras que los delitos propiamente dichos, salvo
excepciones como en el caso de las amenazas (art. 290 C.P.), se resuelven
fundamentalmente en penas privativas de la libertad, llamadas también penas de reclusión.
 El artículo 105, núm. I, tratándose de faltas, la sentencia de condena no implica la
confiscación de los efectos del delito ni de los instrumentos de ejecución. Con la excepción
de los juegos de azar, donde por disposición expresa de la Ley se confisca el dinero
expuesto en el juego, los muebles e instrumentos destinados a él (art. 363 C. P.)
Las faltas, ponen de manifiesta la gran selectividad del sistema. Significa su persecución una
flagrante violación al principio de mínima intervención, y la quiebra de los principios de
trascendencia y oportunidad que rigen el quehacer cotidiano de los juzgados y las fiscalías en
materia criminal.
Puede utilizarse la palabra crimen como sinónimo de delito, especialmente de los delitos
graves.
La división bipartita, se ha ido conformando, la noción de ‘’delito grave’’ (o crímenes) como
una clasificación de los delitos propiamente dichos, en especial, crímenes de guerra,
terrorismo, tortura, genocidio, y aquellos propios de la delincuencia organizada.
Los delitos que en el Uruguay merecen el calificativo de crímenes, son aquellos en los cuales
el mínimo establecido por la ley es el de pena de penitenciaria (art 68 CP), siendo estos
objetivamente los delitos graves.

Por el resultado: delitos de daño y de peligro.


Todos los delitos tienen, un resultado, que puede ser de daño o de peligro. El delito consiste,
en la afectación o en la puesta en riesgo de un bien jurídico.
Delitos de daño (o de resultado material), que son aquellos en los cuales el bien jurídico ha
sido destruido o disminuido en su mate realidad-como en el delito de homicidio, o en el delito
de lesiones- y delitos de peligro, que suponen haber puesto en riesgo al bien jurídico.
Los delitos de peligro se clasifican en dos especies delitos de peligro abstracto y delitos de
peligro concreto.
En los delitos de peligro abstracto, considerado como peligrosa cierta actividad, y la ha
prohibido, el delito consiste en el mero realizar lo prohibido.
En los delitos de peligro abstracto o presunto, como el del artículo 329 del Código Penal. Es
un delito que no admite tentativa. y se consuma con la mera realización del acto de abandono.
En los delitos de peligro concreto, caso del incendio (art. 206 C. P.), Si se pudiere probar que
ni las personas ni los bienes corrieron peligro alguno, el delito no se habría cometido.
Para que haya delito, se requiere que el bien haya, corrido un riesgo concreto, cierto,
comprobable.
En los delitos de peligro, el dolo y la culpa se aparecían por mandato del legislador (art 20 cp.)
con relación a los actos mandados o prohibidos, y no con relación al bien jurídico que se
pretende salvaguardar.
El dolo como la culpa se presumen en los delitos de peligro (art 21) Los delitos de peligro
suelen ser considerados como delitos de consumación anticipada.
Delitos de pura actividad son los delitos de instigación de incitación y de apología del delito,
establecidos en los art 147 a 149 bis del C.P. Estos delitos, para su consumación, no
requieren la producción de ningún evento externo a la acción.
En los delitos formales, el resultado de daño jurídico, no marca el momento de la
consumación. Los delitos materiales o de resultado requieren para su consumación la
producción de un efecto externo.
Puede haber, delitos sin resultado material (en los casos de delito de peligro y los de
tentativa), pero no hay delito sin resultado alguno, ya que el mismo puede ser material o de
peligro, y el resultado entonces no es un evento físico, naturalístico, sino una consideración
valorativa, normativa, de carácter jurídico.

Por la manera de cometerlos: delitos de comisión y


omisión.
Hemos visto que las normas jurídico-penales son normas de determinación, en tanto y en
cuanto tratan de conducir la conducta de las personas en un sentido determinado.
Los delitos son de acción toda vez que violan una prohibición, y son de omisión, cuando no se
cumple un mandato impuesto por la ley
El delito es de comisión cuando el agente realiza una conducta prohibida por la ley, cuando
vulnera un precepto prohibitivo. no violarás (art. 372), no privarás a nadie de libertad (art.
281), no matarás (art. 310), no hurtarás (art. 349)
El delito, en los casos de omisión simple, requiere, por tanto, una disposición expresa del
legislador que ordene el cumplimiento de determinada conducta, y el delito consiste,
precisamente, en omitir el cumplimiento del imperativo del derecho positivo.
En la omisión propia, el deber es cumplir con el mandato, el que se cumple realizando la
acción esperada y prevista por la ley
En cambio, la omisión impropia, no está prevista expresamente por la ley sino en forma
implícita. Supone la obligación de evitar el resultado por parte del omitente. porque en los
delitos de omisión impropia el resultado es exigido.
Estos casos de comisión por omisión (porque el medio utilizado para matar era un no-hacer),
en el momento actual se estudian bajo el rubro de delitos de omisión impropia.
Esto es lo que realiza el art. 3° inc. final del C.P. los delitos de comisión por omisión, exigen la
producción de un resultado material. Debe existir un círculo limitado de autores que son
aquellos que revisen la posición de garantes respecto al bien jurídico que se intenta
salvaguardar y son garantes, exclusivamente, los que tienen una obligación de evitación.
A esta estructura de los delitos de omisión propia, los casos de omisión impropia agregan la
posición de garante y la capacidad de evitación del resultado, que es siempre exigida.

Por el objeto: delitos comunes, políticos y terroristas. Delitos


de lesa humanidad.
Un delito se califica de ‘’terrorista’’, en general, según los siguientes criterios:
 Ánimo de influir temor o de aterrorizar a toda o parte de una población.

 Por los métodos estragantes empleados, que causan daños enormes.

 Por afectar víctimas inocentes, especialmente civiles, mujeres y niños.

También se consideran terroristas los autos de toma de rehenes, atentados contra


diplomáticos, aeronaves, buques y otros.
Distinguió entre los crímenes internacionales, y los de lesa humanidad, caracterizándose, en
general, como aquellos que tienen por objetivo un ataque generalizado y sistemático contra la
población civil por razones de nacionalidad, política, étnicas, raciales o religiosas.
La ley No. 17.510, de 27.6.2002, aprobó el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.
comprometiéndose el Uruguay a asegurar su aplicación, "en el marco del pleno
funcionamiento de los poderes del Estado en el ámbito de sus respectivas competencias y
con estricta observancia del ordenamiento constitucional de la República" (art. 1 y 2)
Esta Corte es la que juzgará, en adelante, los delitos de genocidio. los crímenes de guerra y
los de lesa humanidad, entre los cuales se encuentran el delito de tortura y el de la
desaparición forzada de personas (art. 5 y ss. del Estatuto)

De acuerdo al momento consumativo: Delito instantáneos,


permanentes y con efectos permanentes. Delitos continuados.
La importancia de esta clasificación radica en tres puntos esenciales:
El momento de la consumación determina el juez natural al que corresponde actuar en la
causa.
Establece el plazo para prescripción del delito (art 119 cp.)
Incidirá en el aumento de la pena como circunstancia de agravación (art 58 CP).
Delitos instantáneos son aquellos en los cuales la acción se perfecciona en un solo instante
y el delito se consuma en un momento especifico.
Sirve para discriminar tentativa de consumición. Distinguir entre momento causativo y
momento consumativo. Por ejemplo, el homicidio se consuma con la muerte.
El momento causativo es aquel en que se imprimieron las puñaladas, pero el consumativo
adviene con la muerte.
El delito sigue siendo instantáneo y se perfecciona en un solo momento: con la muerte de la
víctima.
(art 316, 317 y318, CP art 5 y 310 CP.)

Delitos permanentes son aquellos en que todos los instantes de su duración son instantes de
consumación. Su cesación depende en buena medida de la voluntad exclusiva del autor.

Por el número y la condición del sujeto activo: delitos


unisubjetivos y plurisubjetivos: delitos a sujeto simple y
calificado.
La ley prevé delitos que se pueden cometer por un solo individuo, como el hurto o el
homicidio, sin perjuicio de que puedan comprometerse, además del autor, otros coparticipes,
como los coautores y los cómplices.
Los Delitos unipersonales, el legislador expresa ‘’el que’’, lo que señala que el autor puede ser
cualquier individuo de la especie humana.
El sujeto o plurisubjetivos, es necesario un concurso de personas, ya que la figura del tipo
exige por lo menos de autores.
Los delitos a sujeto simple son aquellos que pueden realizar cualquier persona (unipersonales
o pluripersonales), mientras que los delitos a sujetos calificados, son aquellos que solo
pueden cometerse pro ciertas personas que posean determinadas condiciones.
Los delitos de mano propia, son aquellos que solamente pueden ser ejecutados
personalmente por el autor y nunca por otra persona en su lugar, como, por ejemplo, los
delitos de la bigamia, el falso testimonio y el prevaricato.
la acción
Concepto y ubicación de la acción en la teoría del Delito.
Cairoli, se afirma en lo que dice ser la ‘’nulla crimen sine conducta’’, que significa que no hay
delito sin una previa acción o conducta humana.
Los delitos sin conducta deben ser desechados por inconcebibles, no son capaces de
delinquir quienes no pueden realizar una conducta concebida como producto de la voluntad
humana.
Hay dos conceptos de acción.

Concepto ontológico: la acción siempre es una manifestación exclusiva del ser, que prexiste al
tipo penal.
Concepto jurídico: es una categoría jurídica por lo que el tipo penal seria quien da nacimiento
a la acción.
En la teoría del delito y de los elementos que lo conforman, la acción o conducta es la que
esta descrita por el tipo, las demás acciones no importan porque no son delito. Las que si
importan como causa de excluirían del delito, se trata de justificativos, de causas de
incumplimiento, de atipicidad o de falta de acción, pero lo importante es que nunca serán
penales.
Para los causalistas, la acción es un mero movimiento corporal físico, que depende de la
voluntad y que produce un cambio en el mundo exterior, al que es posible llamarle resultado.
Se caracteriza porque toma en cuenta a la acción en su función causal.
La teoría finalista de la acción, ‘’la finalidad, o el carácter final de la acción, se basa en que el
hombre, gracias a su saber causal, puede prever dentro de ciertos límites, las consecuencias
posibles de su actividad, proponerse, por tanto, fin diverso y dirigir su actividad conforme a su
plan, a la consecuencia de esos fines.
En el finalismo la acción es vidente, porque ve el final, por contraposición a la teoría
causalista, donde la acción es ciega.
Finalismo: es un actuar de forma consiente desde el objetivo que ha propuesto el autor y es
evidente, porque sabe lo que se propone.
Causalidad pura: es solo algo que resulta de los componentes circunstanciales que van
concurriendo, por eso es ciega.
Se ha adoptado las premisas del finalismo, porque es la más lógica y sistemática.
Los componentes de la acción, o elementos del concepto de
acción.
Tres elementos: el subjetivo o finalidad propuesta por el autor, un elemento objetivo o
material, que sería la realización de un movimiento corporal que ejecuta el autor para obtener
el fin propuesto y finalmente un resultado producido en el mundo exterior.
EL ELEMENTO SUBJETIVO O FINALIDAD DE LA ACCIÓN.
La acción no es ciega porque es humana, voluntaria, guía, domina y dirige a través de la
voluntad a todos los coeficientes causales, en vista del fin que el hombre quiere realizar.
Ejemplo: apuntar con un arma, disparar y que muera un bro es lo que el sujeto se propone, la
finalidad de su actuación.
EL ELEMENTO OBJETIVO O MOVIMIENTO PARA OBTENER EL FIN.
Las ideas no son punibles, por lo que la voluntad debe exteriorizarse a través de actos.
Sosteniendo que toda acción debe materializarse en un movimiento corporal
EL ELEMENTO RESULTADO.
Es el cambio en el mundo exterior que es producto del movimiento corporal del autor de la
acción, ese resultado debe ser relevante para el derecho penal, refiriéndose a un tipo penal,
en definitiva, el resultado sería: el total cumplimento o realización de un tipo penal
determinado.
Zaffaroni distingue resultado de efecto, el resultado es el que se hace, sin tener en cuenta el
programa final y el efecto es el que ha sido procesado finalmente por la conducta.
El resultado es el que rebota en el mundo por efecto de la acción, y el efecto es el que se ha
realizado teniendo en cuenta el logro final de la voluntad.

¿Es necesario que exista un nexo causal entra acción y


resultado?
El nexo causal o ración de causalidad es la unión entre la actuación voluntaria o movimiento
corporal y el logro del fin.
Se han elaborado varias teorías al respecto.

TEORÍA DE LA EQUIVALENCIA DE CONDICIONES.


Esta teoría establece la regla de que determinada causa debe seguir necesariamente una
determinada consecuencia. La causa es el conjunto de condiciones suficientes y necesarias
para producir un resultado, pero ello no es óbice para que pueda considerarse como causa
también a una condición sin la cual el efecto no se hubiera producido. Por esta razón también
se le llama teoría de la condición sine qua non, porque una condición no puede ser suprimida
de la mente sin que al mismo tiempo desaparezca el resultado.
Por ejemplo: un hombre es atropellado en forma culposa por un vehículo en la calle, sufre una
fractura en una pierna y es llevado al hospital, mientras es enyesado, alguien incendia el
hospital y el sujeto muere quemado. Varias condiciones han concurrido a producir la muerte,
pero hay una entre todas que tiene valor de condición sine qua non y es la acción de quien
causo la herida, ya que sin ella no habría sido conducido al hospital y no estaría muerto, por
eso quien lo atropello es responsable de la muerte.
Sus consecuencias son absurdas, se llega a una hipertrofia de la responsabilidad al
extenderse en forma desmesurada la idea de causa haciendo caber en ella a los
antecedentes más remotos. Todo el mundo es culpable de todo.
TEORÍA DE LA CAUSALIDAD ADECUADA (URU PRESENTE).
Esta posición procura individualizar la causa producida del resultado lesivo para el derecho
penal.
Para esta tesis no todas las condiciones del resultado son causas estrictamente, sino
solamente aquella que generalmente es la adecuada para producir un resultado determinado
Por ejemplo, siguiendo el ejemplo anterior, no es regular que el accidente produzca una
muerte por cremación, porque no es adecuado estadísticamente para eso, por consiguiente,
quien causo el accidente no será responsable de la muerte por el incendio el incendio en el
hospital.
Previsibilidad objetiva y diligencia debida, son para poder determinar cuándo una acción es
adecuada para la causalidad, que debe incluirse dentro del injusto o antijurídica típica.
La existencia de un nexo causal entre acción y resultado no es suficiente para imputarle al
autor ese resultado.
En efecto, la contratación de una relación de causalidad de acuerdo con la teoría de la
equivalencia de condiciones no quiere decir que esa relación sea relevante para el derecho
penal, solo lo será cuando este comprendida en los tipos delictivos.
LA IMPUTACIÓN OBJETIVA.
Un resultado solo es objetivamente imputable cuando la acción que lo causa ha creado un
riesgo relevante típicamente, que se ha realizado en el resultado típico de aquellos que la
norma violada tenía por finalidad impedir.
Para que un resultado pueda ser atribuido a un sujeto, ese resultado constituya la realización
de un riesgo jurídicamente relevante cuya evitación sea precisamente la finalidad de la norma
violada por el sujeto.
La teoría de la imputación objetiva parte del remplazo de la relación de causalidad por una
relación elaborada sobre la base de consideración jurídica y no naturales, por lo que una vez
que se ha demostrado la causalidad natural es necesario además ver si la acción creo un
peligro desaprobado jurídicamente y si el resultado producido de ese modo es la realización
del mismo peligro creado por la acción.
Todas las conductas que se desarrollen en el marco de lo que del punto de vista social se
considera como un riesgo permitido. Todas las que exceden ese riesgo permitido serán objeto
de desaprobación por parte del derecho penal y se incluyen en estas, no solo las cumplidas a
pesar de que socialmente están prohibidas, sino también las que son toleradas, pero han sido
llevadas a cabo sin observar las normas de cuidado establecidas para que el riesgo sea el
mínimo posible.
La circunstancia de que una conducta sea permitida o prohibida no depende en absoluto de la
intención de quien la lleve a cabo, sino de la admisión del riesgo permitido como elemento del
injusto, sea para los delitos dolosos como para los culposos.
Roxin, perfilo varios criterios que permiten eliminar, ya en el ámbito de la tipicidad, la
relevancia penal.
 Ausencia de disminución del riesgo: no es imputable objetivamente el resultado que sea
producto de una acción que disminuya el riesgo corriendo por el bien jurídico, por ejemplo,
la acción que deriva un golpe dirigido a la cabeza de otro pero que, de todos modos, le
pega en el hombro, es causal de ese resultado, pero no es objetivamente imputable,
porque la norma no prohíbe acciones que mejoren la situación del bien jurídico.
 Creación de un riesgo jurídicamente relevante: no es imputable el resultado que es
producto de una acción que no crea para el bien jurídico un riesgo jurídicamente
desaprobado, por ejemplo, el hijo que, para heredar al padre, lo que convence de que viaje
en avión con la esperanza de que muera en un accidente, no cumple una acción relevante,
aunque el padre muera en el accidente, la acción de convencerlo es causalmente
relevante, pero no objetivamente imputable.
 Principio de incremento del riesgo: por ejemplo los casos en que la acción recae sobre un
objeto que ya estaba expuesto a una pérdida segura y no posible que se Llaman de
aceleración de causalidad y de causalidad de reemplazo, como lo es un tratamiento
médico equivocado que causa un adelanto de la lesión irreversible para la salud, que la
enfermedad hubiera ocasionado de todos modos; los casos en los que el resultado se
hubiera producido en el mismo momento en que se produjo (A y B, cada uno por sí y sin
saber la acción del otro, ponen veneno en la sopa de C);
 Esfera de protección de la norma: no es imputable objetivamente un resultado producido
fuera del ámbito de protección de la norma penal, por ejemplo, A mata a B y cuando se lo
dicen a la esposa de éste, ella muere de un síncope. La norma va solo hasta la concreción
inmediata del peligro representado por la acción
Solo es imputable cuando dicha acción creo un riesgo jurídicamente desaprobado que se ha
realizado en el resultado típico, el resultado sea de lo que el tipo tiene por finalidad impedir.
Para determinar si el resultado imputable objetivamente puede estar entre los diferentes
riesgos que preceden a la lesión del bien jurídico llegarse a una correlación entre ellos.

La posición de Cairoli en base al nexo causal


Su existencia no es suficiente para imputar objetivamente un resultado a quien lo haya
causado.

La causalidad en el CPU
El codificador parece haber aceptado la teoría de la causalidad adecuada. Jiménez de Asúa
refiere al artículo 3 del código como una de las formas de causación adecuada.
BAYARDO BENGOA, interpretando los artículos 3 y 4 del Código Penal, el artículo 3° se
refiere a la consecuencia de su acción o de su omisión, no jerarquiza a ninguna condición con
la calidad de causa. Articulo 3 consagra la teoría de la equivalencia de condiciones, sino
atemperada legalmente por un régimen de concausas (49).
El nexo causal no es puramente una relación de causalidad adecuada según las estadísticas,
sino también una relación de imputación objetiva entre la acción humana y el resultado. El
ingrediente normativo, resultado típico, es el único que debe interesar al derecho penal lo que
está previsto en un tipo penal. Cuando el resultado se ajusta a ese tipo, entonces interviene el
derecho penal, en caso contrario, se abstiene.

Casos de ausencia de acción.


Los casos de ausencia de acción son los casos en que existe una modificación externa no
causada por la voluntad del hombre, sino por hechos de la naturaleza o por la actuación de un
tercero, lo que plantea en esencia una verdadera ‘’apariencia de acción’’.
Hay tres tipos de ausencia de acción:

FUERZA IRRESISTIBLE.
Quien está sometido a una fuerza irresistible, en realidad no actúa. El individuo aparece como
un instrumento (objeto) en manos de un tercero o de una fuerza natural. Hay tres etapas:
 la libertad de formación de la voluntad.
 la libertad de decisión de la voluntad.

 la libertad de ejecución de la voluntad.

Ejemplos:
 Un sujeto empujo a otro, que destrozo un valioso jarrón. (Langon)

 Un sujeto va caminando por la calle se ve sorprendido por una fuerte tormenta, con
vientos huracanados que no puede resistir y estos hacen que su cuerpo golpe contra una
mujer embarazada, quien a consecuencia del golpe aborta. (Cairoli)

ACTOS REFLEJOS.
Donde el sujeto actúa por un estímulo nervioso periférico, donde no hay participación alguna
del sistema nervioso central, como en los casos epilépticos, espasmos, calambres,
convulsiones, vómitos, hay acuerdo en que tampoco pueden imputarse una conducta
humana.
Ejemplo: el tipo que va a un museo y vomita en una obra de arte.

Hay situaciones en las que se plantean dificultades reales, como en los movimientos
instintivos provocados. Ejemplo: por la picadura de un insecto, que causa la suelta del volante
por parte de un conductor.
ESTADO DE INCONCIENCIA
Son situaciones en las cuales el sujeto no tiene control de su cuerpo, por ejemplo, mientras
duerme. El ejemplo claro de una situación de este tipo es la siguiente: un sujeto antes de
dormir deja un vaso con agua en su mesa de luz, este se duerme y con su brazo tira ese vaso
de agua, derramándolo sobre la lámpara, y esta provoca un corto.

Concausa.
Art 4 del CGP. El hombre no tiene por qué conocerlas, pues son absolutamente
excepcionales a su actuación, son incalculables, extraordinarias irregulares, son ajenas a su
acción. Como no las puede conocer son imprevisibles y como son excepcionales, son
independientes de su acción Cuando se producen con esas características, tienen como
consecuencia la irresponsabilidad penal.
Están fuera del curso normal de los acontecimientos, como sucede con la caída de un rayo,
un naufragio, una lesión o enfermedad anterior de la víctima de un golpe que muere
posteriormente a consecuencias de su mal y no de éste, la infección que se desencadena por
mala asepsia en el hospital donde se interna a un paciente lesionado, la caída ocasional que
sufre una persona que ha sido golpeada levemente en una riña y que muere a resultas de la
caída y no por el golpe, etc.
Las concausas pueden ser de tres calces: anteriores, concomitantes y posteriores. Anteriores,
es el caso de la enfermedad mortal que posee la víctima de una agresión, concomitante, es,
por ejemplo, el de un sujeto que envenena a otro para matarlo y simultáneamente un tercero
le pega un tiro y ultima a quien está siendo envenenado; posterior son, por ejemplo, el caso
del naufragio, el rayo o la tormenta, que matan a alguien que ha sido golpeado y esta caída
en el campo o en una embarcación, etc.
La ausencia de responsabilidad en la concausa es por falta de acción, puesto que el hecho
determinante del resultado dañoso, o del resultado más grave, (concausa) no fue voluntario
por parte del autor.
No es posible imputar objetivamente el resultado dañoso al actor de la acción original, porque
el resultado definitivo es otro que el que él se propuso. Es producido por la concausa, que es
una acción independiente de su obrar y que para nada tiene que ver con la finalidad que se ha
propuesto al ejecutar el movimiento corporal propio del resultado imaginado
Nuestra jurisprudencia, ha entendido que en estos casos no existe concausa porque el hecho
no es independiente del accionar del sujeto, porque el paro cardiaco no se habría producido si
no se hubiera dado el golpe en el pecho. Es un regreso a la teoría de la equivalencia de
condiciones, dejando de lado la imputación objetiva del resultado.
Un caso de concausa superviniente, independiente del hecho y que no se ha podido prever.
Distinto a este supuesto es el del médico que opera a un paciente y no toma las debidas
medidas para que la herida sea tratada con asepsia y no se infecte, pues en este caso, debe
saber (prever) que esto podía ocurrir.
Si un sujeto realizo una conducta peligrosa para un determinado resultado, la doctrina mundial
señala, debe haber además un nexo especifico entre ellos, de modo tal que el resultado
pueda ser considerado la realización del riesgo penalmente relevante. La concausa es
verdaderamente asimilable al caso fortuito, proveniente de una acción que no tiene que ver
con la del sujeto, originado en las fuerzas de la naturaleza, que excluye la acción.

La omisión.
Pueden ser de omisión propia o impropia. Omitir es no realizar una conducta que el sujeto
está en condiciones de realizar. La omisión relevante, aquella que el derecho espera que el
sujeto realice.

La causalidad en los delitos de comisión por omisión.


No toda omisión de evitar que suceda un resultado debe ser relevante del punto de vista
penal. Y ello porque si toda omisión es causal, todo aquel que omite deberán ser causante del
resultado, en el ejemplo de la madre que no alimente u hijo, serán también responsables los
parientes, los vecinos y todos los que conociendo la situación no le dan alimentos al niño.
El delito de comisión por omisión es un delito de resultado, por lo que la omisión no puede ser
considerada como un factor causal de ningún resultado, porque la causalidad exige que se
ponga en marcha una fuerza desencadenante de todo el proceso. Lo que interesa en este tipo
de delitos es que existe una causalidad hipotética, o sea, la posibilidad fáctica que tuvo el
sujeto para evitar el resultado.
La teoría formal de las fuentes del deber, según la cual una omisión de impedir el resultado
debe considerarse equivalente a causar, cuando impedir aquel proviene de una obligación
impuesta por la ley, un contrato o cuando el peligro de producción del resultado es
consecuencia de un hecho anterior. Ejemplos de esta clase el del médico que después de
practicar una operación deja desangrar al paciente.
Lo que vincula al garante con su obligación es, que lo une con el bien jurídico. Esto hace que
los que omiten impedir un resultado cuando son garantes, se transforman en autores de la
omisión en el sentido del tipo de un mandato de garantía equivalente al delito comisivo.
La teoría de las fuentes formales del deber fue sustituida por la teoría funcional de las
posiciones de garante que se caracteriza por la función defensiva protectora del comitente
respecto del bien jurídico. El omitente debe tener una posición de protección del bien jurídico
contra todos los ataques y por otro lado ésta puede consistir en la vigilancia de una
determinada fuente de peligro en relación a cualquier bien jurídico que pueda llegar a ser
amenazado por este.
La posición de garante no resuelve el problema, porque es necesario que la norma legislativa
señala también el segundo criterio de equivalencia, cual es el de la correspondencia entre la
ilicitud de la realización activa del tipo y la de la conducta omisa.
COMISIÓN POR OMISIÓN.
Los problemas de causalidad se resuelven por reglas físicas y los de imputación objetiva con
criterios derivado de la finalidad y contenido de la norma. Esto sucede porque actualmente
hay un consenso cada vez más generalizado respecto a que las normas no prohíben ni
mandan causaciones. O sea, que es posible considerar suficiente la afirmación de que la
acción omitida posiblemente hubiera evitado el resultado.
la teoría del tipo
Tipo y tipicidad: diferentes funciones del tipo.
Estas conductas, si no encajan claramente en un tipo penal, no podrían ser consideradas
actividades criminales.
No se puede considerar a una conducta como delictiva, si al tiempo de la comisión la misma
no estaba descripta con precisión en un texto normativo de carácter penal. Solo son delictivas
las acciones u omisiones expresamente previstas en la Ley Penal.
No todo acto antisocial es por ello delictivo, se requiere previamente, que el legislador haya
elevado esta conducta a la categoría de tal a través de la construcción de un tipo penal.
El tipo es un mecanismo legal que indica cuales son las conductas humanas relevantes para
el derecho penal, mientras que la tipicidad, verdadero elemento del delito, indica la
subsumibilidad de una acción humana en un tipo.
EL TIPO GARANTÍA (SUJETO ACTIVO)
Constituido por todos los elementos que hacen posible la punibilidad de un infractor. Está
constituido por el total de elementos del delito (sujeto activo y pasivo; objeto jurídico y
material; el bien jurídico) y si se dan todas sin falta ninguna de las exigidas por la Ley, que se
pueda aplicar una pena al infractor.
Una conducta que no esté tipificada como delito, por antisocial, por conculcadora que sea de
bienes jurídicos, es una conducta atípica y por lo tanto no criminal desde el punto de vista del
Derecho Positivo.
EL TIPO DE INJUSTO O TIPO SISTEMÁTICO.
Consiste en la descripción sintética de un modo de conducta. El legislador se conforma con
establecer la conducta prohibida disponiendo, por ejemplo, no matar.
Es una descripción sintética, porque no se requiere que la ley establezca las formas de esa
actuación que puede realizarse por medio de un arma blanca, por medio de un disparo de
arma de fuego.
El tipo sistemático, consiste en esa descripción sintética de una conducta humana prohibida,
determina que es lo que está prohibido, o si se quiere, cual es la conducta que de realizarse
llevara por consecuencia una pena.
Si la conducta no está definida como tal, inútil será averiguar la relación de contradicción que
exista entre la conducta y la norma (antijurídica), o el grado de reproche personal que pueda
realizarse respecto del autor de la conducta (culpabilidad)
Adecuación típica, significa la concordancia del hecho del hombre con el tipo penal, la
compatibilidad absoluta de los términos, una conducta adecuada a un tipo permite,
precisamente el juicio de tipicidad.
El delito, es una conducta humana que viola la prohibición establecida por el Legislador o el
mandato impuesto por aquel. El disvalor prevalente de la norma jurídica es el disvalor de la
acción.
EL TIPO OMISIVO DOLOSO

La estructura básica del delito.


La conducta punible reviste tres formas fundamentales.

a. Dolosa

b. Culposa

c. Omisiva.

Se distingue fundamentalmente en la estructura de los tipos y en los elementos de la


culpabilidad.
El tipo culposo, se estructura sobre la imprudencia, basada en el incumplimiento de un deber
objetivo de cuidado exigible al autor.
El tipo omisivo (puede ser doloso o culposo) se estructura sobre la violencia de un mandato,
el incumplimiento de un deber o de una obligación, el sujeto debe realizar, y el derecho
espera que cumpla.
El delito ultraintencional, estructurado sobre una base dolosa, solo tiene aplicación
excepcional en los casos de delitos de lesiones y de homicidios. Únicos delitos que admiten la
forma ultraintencional.
Las normas penales, en general encierran prohibiciones, son normas de prohibición de
conductas, que se vulneran mediante una acción generalmente voluntaria, esto es doloso.
El tipo de acción doloso exige la producción de un resultado que es la manifestación en el
mundo exterior de la voluntad criminal del agente, y un aspecto interior que es precisamente,
esa voluntad de producir el resultado.
La relación de causalidad, puede quedar interrumpida por el concurso de concausas, la mera
producción del resultado y la constatación de una relación positiva de causalidad no cierra el
juicio de tipicidad, por cuanto es necesario establecer el vínculo subjetivo, esto es el dolo del
agente respecto del resultado producido.
Es necesario la concordancia en el mismo sentido del tipo subjetivo

Los elementos del tipo objetivo.


El tipo consiste en la descripción de un hecho, en la determinación de la conducta humana
punible. Establece la materia de la prohibición, los supuestos que harán posible la punición de
una conducta.
1. Elementos descriptivos.
Son en general descriptivos, tales como ‘’matar’’, que quiere decir quitar la vida o dar muerte,
‘’privar de la libertar’’ (art 281 CP) ‘’mujer’’ (267 CP), ‘’lugar’’ (277 CP).
El tipo penal define, a través de un verbo nuclear, cual es la conducta prohibida, quienes
pueden cometerla, es decir, determina el sujeto activo (que puede ser simple o calificado), y
cuál es el objeto material sobre el que recae la conducta delictiva.
Solo puede ser sujeto activo una persona mayor de 18 años y que sea imputable (art 18 y 30
CP).
Algunos delitos solo pueden cometerse por determinadas personas, lo que nos da los casos
de ‘’delitos a sujeto calificados, que solo las personas que quedaran atrapadas en el tipo por
esta expresión, pueden ser autores del crimen de que se trata.
Sujetos activos calificados, tales como el arrendador o el arrendatario.
La necesidad de garantizar la certeza jurídica, y el principio de legalidad, lleca a establecer la
conveniencia de que los tipos sean lo más descriptivos posibles,
2. Elementos normativos.
Son conceptos referidos a conceptos jurídicos propios. Ejemplos, la rectitud o el decoro de
una persona (art 334 CP) ‘’mujer doncella’’ (art 275 CP), ‘’mujer honesta’’ (art 268).
Otras expresiones como cosa mueble (340 CP) buenas costumbres (titulo 10), actos
obscenos (art 273) pudor (art 277) y que evolucionan con el tiempo, el lugar y las costumbres,
y son objeto de interpretación de ese tipo.
Luego de su consagración en el tipo y de su incorporación a la norma penal, todos los
elementos son de carácter normativo o jurídico.
El tipo, en definitiva, determina cuales son las acciones humanas penalmente relevantes. El
tipo describe la conducta y la tipicidad, verdadero elemento del delito, es un juicio de
adecuación de la conducta al tipo. El tipo funciona como un mecanismo de carácter valorativo
porque al seleccionar conductas, las está valorando.
3. Elementos subjetivos
Se agota con el dolo, es decir, con la voluntad de realización del tipo objetivo.
Desde muy temprano en el desarrollo de la teoría del delito, en la fase supuestamente sólo
objetiva de la descripción típica, aparecían ciertos elementos subjetivos vinculados a la
motivación o a ciertas tendencias finalidades, que denominaban como «dolo específico» por
oposición a un inexistente dolo genérico que normalmente bastaría para cerrar el juicio de
reproche.
Había tipos incorporaban determinados elementos subjetivos tales como con el fin, «para»,
«con ánimo de», «a sabiendas, maliciosamente», de no darse en el caso esta circunstancia,
la conducta sería, lisa y llanamente, atípica, es decir, no habría adecuación de la conducta al
tipo, y por lo tanto no sería delictiva por no ser una conducta típica.
El elemento subjetivo del tipo cumple una función clasificatoria que permite deslindar una
figura de otra en base a esta orientación subjetiva exigida por la ley.
Tipo subjetivo en los delitos dolosos de acción.
El tipo penal en conjunto va a describir la acción que pretende identificar como criminal.
Distinguirla, comenzando por los más obvios, tales como cuál es su sexo, edad, cabello, ojos,
para poder identificar mejor a esa persona, el legislador, a los efectos de identificar y distinguir
una acción de otra, ira desgranando con toda la precisión que exige un tipo cerrado, cuáles
son los elementos que conforman la conducta prohibida, en que consiste el hecho criminal
que se pone, cual es el supuesto de hecho, que las condiciones exige la ley para considerar
aquello un delito.
Las personas que debe realizar la acción, puede ser cualquier individuo de la especie humana
(sujeto activo), quien es el titular del bien jurídico protegido (sujeto pasivo) o la víctima del
delito, que puede ser cualquiera, cual es el verbo nuclear (cuál es la conducta que se
prohíbe), así como otras referencias de lugar o de tiempo.
El tipo no se agota con la descripción de los elementos objetivos, sino que requiere también
los subjetivos, esto es el dolo, la culpa y excepcionalmente la Ultraintención.
El tipo objetivo comprende la materia de la prohibición, es decir la descripción de la conducta
típica, los sujetos actuantes y el bien jurídico protegido, entre otros elementos.
EL DOLO
El tipo subjetivo está constituido por el dolo que consiste en la voluntad de realización del
hecho típico. Emigrando por lo tanto el dolo de la culpabilidad al tipo.
El descubrimiento de los elementos subjetivos del tipo había herido de muerte a la pretensión
antes dicha de separar absolutamente los elementos subjetivos de los objetivos, para lo cual
fue preciso, en su momento, elaborar un tipo especial de dolo que se denominó dolo
específico, que se pretendió cubrir, estas circunstancias que no encontraban correcta
ubicación en la doctrina antigua.
El dolo. es esencial en materia de tentativa.
La tentativa puede ser vista como un verdadero elemento subjetivo del tipo de injusto,
configura un tipo de injusto u otro si no configura ningún acto criminal
La materialidad de un hecho, por ejemplo, el disparo de un arma de fuego, sin referencia al
elemento subjetivo, a la intencionalidad del autor, no alcanza a discriminar entre el hecho
atípico.
El dolo que ha pasado al tipo es un dolo neutro, libre de valoraciones por cunado el
conocimiento de la antijurídica ha quedado dentro de la culpabilidad configurando un
elemento característico y esencial para el reproche en que esta consiste.
El elemento normativo del dolo, permanece en sede de culpabilidad, por lo cual el dolo en el
tipo es un dolo neutro.

El dolo en el Código Penal Uruguayo.


El legislador no ha definido al dolo ‘’ cuando el resultado se ajusta a la intención’’ (art 18)
Para el código son sinónimos las expresiones delito doloso, intencional o voluntario, que se
contraponen a la culpa (art 19, 20, 21)
Es indispensable que el sujeto ejecute el acto prohibido por la ley, o se abstenga de ejecutarlo
en caso de que medie un mandamiento voluntariamente
El art 18, se refiere al tema de la imputabilidad
El dolo consiste en la conciencia y voluntad de realizar el tipo objetivo de un delito
determinado
Se compone de dos elementos:

Intelectual que es conocer, saber lo que se hace, saber que con la acción que se desarrolla
se mata, se viola, se hurta o se estafa y se requiere un conocimiento efectivo.
Volitivo: requiere el tipo objetivo, supone el conocimiento de las situaciones con toda la
amplitud.
Actuar dolosamente es hacerlo con conocimiento de las circunstancias del hecho necesarias
para configurar un tipo penal.
El sujeto que actúa con dolo, sabe y quiere lo que hace.

El Dolo Directo.
Consiste en el conocimiento y en la voluntad de realización del tipo objetivo. El legislador
define al dolo bajo el rubro de ‘’hecho intencional’’. Para que una conducta pueda
considerarse intencional, el sujeto debe no solo representarse el resultado, sino, además,
quererlo. El delito es intencional, querido o voluntario cunado el sujeto, tiene la intención de
realizar el hecho típico, de alcanzar el objetivo criminal que se propuso. Actúa con dolo directo
el que prevé y quiere el resultado, el que conoce y quiere el hecho típico.

El dolo de Consecuencias Necesarias.


Son casos de dolo directo, porque el resultado se ajusta a la intención, la adopción de ciertos
medios típicos, conlleva necesariamente, de forma ineludible, determinadas consecuencias
letales, también son queridas directamente por el autor.
El ejemplo: es el del individuo que para dar muerte a su enemigo coloca un artefacto
explosivo en el avión en el que aquel viaja para que explote en pleno vuelo. La intención de A
es matar a B, conlleva necesariamente, la muerte de todos los pasajeros y de la tripulación.
Todas esas muertes le serán imputadas a dolo directo.

El dolo Eventual.
Para el CP existe dolo eventual cuando el resultado no se quiso, pero se previó. Para la
existencia del dolo eventual, lo esencial es la actitud psicológica del autor, consiste en aceptar
o asumir el resultado que no se quiere expresamente, pero que se ha previsto.
El ejemplo, durante una partida de caza sospecha que entre los arbustos puede encontrarse
uno de sus compañeros, previsión que no lo detiene en su voluntad de derribar la pieza que
perseguía, disparando con el resultado de la muerte de un hombre en lugar del animal.
El ámbito del dolo eventual es el ámbito de la duda, toda vez que la aptitud psicológica del
sujeto permita determinar que pudo haber dicho ‘’sea esto así o de otra manera’’, ‘’se trate de
la pieza de caza o de mi amigo, yo igual disparo y lo hago’’, ese es el ámbito del dolo
eventual, un simple ‘’sea lo que dios quiera’’.
LA CULPA
Se considera culpable cuando, con motivo de ejecutar un hecho en sí mismo jurídicamente
indiferente, se deriva un resultado que, pudiendo ser previsto, no lo fue, por imprudencia,
impericia, negligencia o violación de leyes o reglamentos.
La diferencia con el dolo, es que esta es sin intención.

La culpa con previsión o culpa consiente.


El sujeto prevé el resultado, pero no como probable ni aun como posible en términos de la
humana previsión, hace todo lo que este a su alcance para evitar el resultado.
El ejemplo: la lanza cuchillos de circo que, al disparar, prevé como posible o como probable la
muerte de la criatura, no obstante, lo cual no hay aceptación alguna del resultado, sino
voluntad expresa de que el mismo no ocurra, para lo cual se confía en las habilidades propias,
producto de un largo entrenamiento que torna prácticamente imposible el resultado previo.

Diferencia entre dolo eventual y culpa consiente.


En el dolo eventual el sujeto prevé como probable el resultado, mientras que en la culpa
inconsciente el resultado es previsto solo como una posibilidad remota o ‘’imposible’’

Estructura del tipo de delito culposo.


El tipo culposo comprende una parte objetiva y otra subjetiva.
La objetiva, supone la infracción de la norma de cuidado como desvalor de la acción y la
resultancia de la parte objetiva de un hecho previsto en un tipo doloso, como desvalor del
resultado.
La parte subjetiva exige un elemento positivo al haber querido la conducta descuidada.
Además, supone un elemento negativo, que es no haber querido el actor cometer el hecho
que realmente ha ocurrido como resultado de su acción descuidada. Si el actor conociera el
peligro que resultara de haber querido la conducta desviada, entonces estaremos frente a la
culpa con previsión o culpa consciente.
En los delitos culposos, tipo subjetivo. El deber de cuidado debe ser referido a cada persona y
al acto concreto en que esta actúa. Esto significa que el cuidado debido debe ser evaluado
respecto a quien le compete presentarlo y en el momento en que se cumple la situación
concreta
Las reglas y los principios de la experiencia deben aplicarse al caso concreto para poder
evaluar correctamente si existió o no imprudencia. Y acá entra la parte subjetiva de la culpa.
Por ejemplo: si un conductor cambia de ruta, y se lanza por el carril izquierdo, si no viene
nadie en sentido contrario para evitar atropellar a una persona, a pesar de la infracción a la
regla de tránsito, es un acto prudente. En cambio, haber seguido por la derecha, puede ser,
en ese caso, imprudente.
Es en ocasiones muy difíciles establecer reglas de experiencia, o reglas del debido cuidado.
En otros supuestos, se debe recurrir a reglas de experiencia para ejercicio de determinadas
profesiones.
El delito culposo, es la divergencia entre la conducta realmente realizada y la que debería
haber sido realizada.
Lo que castiga la ley en los delitos culposos es la forma en que se efectúa la acción o la forma
en que se eligen los medios para realizar. Lo que se trata es de avisar a los sujetos para que,
en el cumplimiento de acciones que puedan causar resultados dañosos, empleen el cuidado
necesario para que estas no acaezcan. Es decir, que actúen con la debida diligencia.
Se trata de normas penales que son abiertas, porque no describen la conducta, sólo se
refieren a un hecho cometido en forma culpable, o una infracción culpable, o al hecho
descripto antes, que se comete por negligencia.
El concepto de cuidado es a la vez objetivo y normativo. Es objetivo porque interesa del
debido cuidado que se requiere para una vida en relación, el cuidado que se le debe exigir a
un hombre correcto y prudente
La objetiva establece reglas generales a observar por parte de un sujeto razonable y
prudente, la subjetiva tiene en cuenta la capacidad individual de la persona que se encuentra
en el hecho concreto.
Es normativo, porque es el resultado de la comparación entre la acción que hubiera realizado
un hombre prudente y razonable en esa eventualidad y la que el autor realizó realmente.
Si de esa comparación surge que la acción fue menor de lo que el cuidado exigía, éste habrá
resultado infringido, por lo que habrá conducta típica. En cambio, si la acción está de acuerdo
al cuidado exigido, no será típica. Solamente la lesión del deber de cuidado convierte a la
acción en acción culpable.
La infracción al deber de cuidado debido se obtiene a través de la misma conducta, es decir
de la acción, sin que sea necesario llegar al resultado.
Solo pueden imputarse al autor los resultados que hayan derivado de acciones que infringen
las normas de cuidado establecidas. Es cierto en la medida en que el autor puede haber
violado un deber de cuidado y sin embargo producir un resultado que no tenga ninguna
relación con esa violación

La imputación objetiva en los tipos culposos.


En las dos partes del tipo culposo, nos permite afirmar que en el tipo de delito imprudente o
culposo es necesario realizar una imputación objetiva y otra subjetiva.
En la imputación objetiva, debe observarse si la conducta del agente ha superado la medida
de un riesgo permitido si con su acción ha creado un riesgo, prohibido por ella y por ende
castigado, la conducta del agente debe haber creado un riesgo o aumentado ese riesgo.
La causación del resultado, además, debe caer dentro de la finalidad de protección de la
norma de prudencia que se ha violado. Y esto no sucederá en varias situaciones:
Cuando, a pesar del riesgo creado, no era previsible que se diera el resultado que se causó
concretamente. Por ejemplo, era previsible que se produjeran lesiones, pero no la muerte;
la norma de cuidado infringida no tenía la finalidad de evitar la muerte, sino solo las
lesiones. En este caso, es imposible imputar la muerte, porque no puede castigarse lo
imprevisible, solo se podrán imputar las lesiones.
Si el resultado se hubiera producido igual, caso de comportamiento alternativo correcto.
Por ejemplo, una persona conduce a velocidad exagerada, pero embiste a un peatón que
se quiso suicidar arrojándose delante del coche. En este caso, la muerte del peatón
hubiera sucedido igual si el conductor hubiera conduciendo a velocidad permitida.
La imputación subjetiva surge de la previsibilidad alrededor de la que se estructura la parte
subjetiva del tipo culposo. Cuando se estableció que la previsibilidad no debía ser solamente
la media, sino que debería tomarse en cuenta la del sujeto que actúa, teniendo en cuenta su
capacidad de previsibilidad y su comportamiento a efectos de evitar el resultado.
EL RÉGIMEN DE LA CULPA EN EL ARTÍCULO 18 DEL CÓDIGO PENAL URUGUAYO.
La culpa, es un grado de otro elemento del delito, cual es la de la culpabilidad. Para nuestro
código, la culpa está estructurada en base a los siguientes elementos:
 Un hecho jurídicamente indiferente. Significa un hecho irrelevante del punto de vista del
derecho penal, o sea, un hecho que no ha sido objeto de atención
 por la norma penal. Ejemplo, conducir un automóvil, limpiar un arma de fuego, etc.
 El riesgo que implica esa acción lícita debe ser previsible, es decir, posible de ser
representado por el agente.
 Aunque previsible no debe haber sido previsto por negligencia, imprudencia o impericia.
 Debe haber una expresa disposición legal que exija cumplir con un deber de cuidado o
atención con objeto de evitar el riesgo. El artículo 19 del Código Penal.
El tema de la culpa, ha sido sustituido actualmente por la imputación objetiva, es decir por la
atribución al tipo objetivo culposo. Nuestro código, se refiere a que la culpa puede originarse
por negligencia, por imprudencia, por impericia o por violación de leyes y reglamentos.

Culpa por negligencia.


Consiste en la omisión de los cuidados debidos que no permitieron al autor tener conciencia
del riesgo que su conducta ocasionaría. En una culpa in omitendo, la de quien no toma
absolutamente ninguna precaución frente al resultado previsible que sucede porque él no lo
prevé y como negligente, no hace nada para evitar que acaezca.
Ejemplo: no revisar el estado general de un vehículo y en especial el de los frenos antes de
hacer un viaje; no constatar si realmente el revolver este descargado antes de apuntar con él
en son de broma.

Culpa por imprudencia.


Es la ligera, casi culpa con previsión, imprudente constante el riesgo y aun así procede.
Ejemplo: el conductor del vehículo sabe que los frenos están en malas condiciones y a pesar
de ello, arriesga y realiza un viaje.

Culpa por impericia.


Es la falta de un mínimo de aptitud profesional, refiere a la dedicación habitual del sujeto (arte,
oficio y profesión), es decir, se trata de una omisión de la capacitación, una falta de saber
teórico o practico en el propio oficio que se desempeña. Un ejemplo, es el de un cirujano que
no sabe suturar la herida, el conductor que no conoce el maneo ni las reglas de tránsito.
LA ULTRAINTENCIÓN
Es el castigo conjunto entre el dolo y la culpa, es decir se castiga por dolo y culpa. La ultra
intención es un supuesto donde confluyen simultáneamente un tipo doloso y otro culposo en
una misma conducta. Un ejemplo, un sujeto discute con otro, ambos están al borde un
precipicio, el primero golpea a su oponente con el mero ánimo de lesionarlo, peor este cae al
abismo y muere.

Características
Un acto inicial estructurado típicamente como delito y cometido con intención: esa acción
típica y antijurídica se dirige a un resultado menor.
Un resultado que sobrepasa la intención originaria y es a su vez típico: hay un
sobrepujamiento de ese resultado original que se ha propuesto por parte del agente de la
conducta y ese exceso ocasiona a su vez un efecto típico.
Previsibilidad de ese resultado más grave: el resultado debe ser posible de
representación por parte de quien actúa. La posibilidad es una operación mental que
consiste en el nexo intelectivo entre el agente y el resultado superior
Carencia de previsión de ese resultado: el sujeto no debe haber previsto lo que su
experiencia le indicaba como posible de prever que es el resultado típico superior, como
la lesión más grave o la muerte.

Diferencia entre Ultraintención y dolo eventual.


 La ULTRAINTENCION necesita previsión legal expresa, el DOLO EVENTUAL no.
 La ULTRAITNECION se comienza atacando un bien jurídico y el exceso corresponde a ese
mismo bien jurídico, el DOLO EVENTUAL, se produce cuando la acción inicial ataca un
bien jurídico y el resultado daña a otro.
 La ULTRAINTECION, está integrada por la imprevisión de un resultado previsto, en el
DOLO EVENTUAL, hay previsión del resultado como posibilidad o probabilidad.
antijuridicidad
Concepto formal y material de la Antijuridicidad.
La antijuridicidad penal es formal y material al mismo tiempo. A fines del Siglo XIX y
comienzos del XX el pensamiento jurídico se hallaba dominado por dos corrientes:
El positivismo jurídico propugnaba una antijuridicidad formal (lo ilícito es aquello que el
legislador ha establecido como tal), concepto inmanente que hace depender del derecho
positivo la nota de contrario a derecho de la conducta. Un viejo reverdecer del mala quia
prohibita (es decir, es delito porque está prohibido)
El positivismo sociológico concebía una antijuridicidad material, trataba de establecer fuera
del derecho positivo un orden de contrariedad a principios generales que el derecho intentaba
proteger.
Fue Franz von LISZT quien estableció la distinción esencial entre antijuridicidad formal
(concebida como la contradicción a la norma estatal), y antijuridicidad material (como acción
socialmente dañosa, antisocial o asocial)
La antijuricidad formal es para LISZT, una categoría jurídica, mientras que el material es un
principio de política criminal.
Antijurídico es lo prohibido por la ley (esto es antijuridicidad formal), mientras que la
antijuridicidad material indicaría que es lo que debe ser prohibido por la ley.
El contenido material de la antijuridicidad penal viene dado por el concepto del bien jurídico y
por el principio de la protección exclusiva de bienes jurídicos.
Antijurídicas son, todas las conductas contrarias al derecho, por lo que no podría decirse que
hay estrictamente una antijuridicidad civil, otra laboral, o administrativa, o criminal pues es un
concepto unitario que rige en todo el ordenamiento jurídico.
El injusto típico, es la conducta humana que ha sido tipificada por el legislador como delito, y
que lesiona o pone en riesgo bienes jurídicos.
Normas de permiso y normas de mandato.
La conducta antijurídica es la conducta injusta, la que niega el derecho, por lo cual debe estar
tipificado.
Junto a las normas de prohibición o de mandato, cuyas violaciones perfilan los delitos de
acción o de omisión, el derecho positivo establece normas de permiso, es decir, da
autorizaciones para realizar en ciertas circunstancias, conductas típicas.
El que actúa amparado por causas de justificación, o si se quiere, por reglas de permiso, no
actúa antijurídicamente, sino que cumple el derecho.
La ley no puede permitir o mandar una conducta o prohibirla, por lo cual las conductas
justificadas son conductas licitas, no antijuridicas.
La antijuridicidad supone un juicio formal, en cuanto esa conducta violatoria de orden jurídico,
y material por cuanto lesiona o pone en riesgo a un bien jurídico.
Un hecho pude ser típico (muerte de un hombre) pero antijuridico (en legítima defensa).
La separación entre antijuridicidad material (que no existiría en la hipótesis de no haber riesgo
concreto para el bien jurídico) y la antijuridicidad formal (que sería en el caso la efectiva
desobediencia al mandado)
En el caso de delito imposible, el derecho no castiga las conductas dirigidas a un fin criminal –
absolutamente – imposible de producir cualquier resultado (de daño o de peligro) o por el fin
imposible en sí mismo, o por la inadecuación de los medios. Así como no es posible dar
muerte a un cadáver.

Disvalor de acción y disvalor de resultado.


El disvalor de resultado, es la lesión o puesta en peligro del bien jurídico y el modo externo
mediante el cual esta se produjo (disparar, sustraer, transformar posesión en propiedad,
falsificar, etc.). se trata de los medios que se llevaron a cabo para realizar esas conductas.
El disvalor de acción, es un concepto que solo acepta que la norma sea un juicio objetivo de
valor y por ello, su infracción será también solo y objetivamente producida, dado que la
dimensión subjetiva de la conducta únicamente puede pertenecer a la culpabilidad y si alguna
vez tiene relevancia para el injusto, entenderlo como excepción a la regla.

Antijuridicidad objetiva y subjetiva.


Pueden incluirse como elementos del disvalor de acción a las condiciones objetivas del autor,
que es el caso de sujetos calificados, condicionados por un requisito expresado a través de
los tipos penales. También los elementos subjetivos del injusto, que no se deben confundir
con los que integran el tipo Doloso. Estos elementos subjetivos son, por ejemplo, los que
concurren para poder apreciar una causa de justificación, como la finalidad de defenderse en
legítima defensa.
Causas de Justificación.
CONCEPTO.
Nuestro código no refiere a ellos, sino que refiere entre aquellas que eximen de pena,
considerando tales a la legitima defensa, el estado de necesidad, el cumplimiento de la ley y
la obediencia al superior (art 26 al 29). complementadas unilateralmente con distintas leyes:
ley 16.707 de seguridad ciudadana; ley 13.963 Orgánica policial; ley 17.243, uso de la fuerza
por parte de la autoridad.
Las causas de justificación regulan conductas que, aunque siguen siendo típicas, adecuadas
a una figura criminal, no son antijurídicas sino, por lo contrario, licitas, arregladas a derecho.
LA JUSTIFICACIÓN COMO EXCLUYENTE DE LA ANTIJURÍDICA.
La justificación excluye la nota de contradicción al derecho, en caso de cobardearse la
existencia de causas de justificación, queda excluido el delito, la conducta sigue siendo típica,
pero no es ya antijurídica sino licita.
LA JUSTIFICACIÓN COMO EXCLUYENTE DE LA TIPICIDAD: TEORÍA DE LOS
ELEMENTOS NEGATIVOS DEL TIPO.
Para la doctrina del tipo total de injusto, la conducta que está justificada, que no es
antijurídicas, en realidad no es típica.
La conducta del verdugo al ejecutar al condenado a muerte, al no ser antijurídicas, al ser licita,
deja de ser típica.
El delito se compone de una parte positiva dada por los supuestos de hecho, y de una parte
negativa que consiste en la no concurrencia de una causa de justificación.
La Antijuridicidad es una condición de carácter negativo, caracterizada por la ausencia de una
causa de justificación.
Un ejemplo: el homicidio se describe (310) ‘’con intención de matar diere muerte a una
persona’’. el homicidio consiste en dar muerte a alguien, cunado está justificada (por legítima
defensa, por ejemplo) sigue siendo típica (porque coincide con la descripción legal) pero deja
de ser antijurídicas.
La teoría de los elementos negativos del tipo describirla al mismo tipo de homicidio ‘’ el que,
con intención de matar, diere muerte a una persona sin haber actuado en legítima defensa, ni
en estado de necesidad, ni en cumplimiento de la ley’’, en cuyo caso habría incurrido en delito
y le sería aplicable la pena.
LA JUSTIFICACIÓN SUPRALEGAL.
Da eficacia justificante a situaciones que la ley no ha contemplado de modo expreso en su
elenco de los artículos del 26 al 29
Se basa en la idea de que la antijurídica decae cuando hay un interés superior, prevalente,
que anula la ofensa. LISZT considera justificado el acto que se cumple de acuerdo a un fin
que el Estado reconoce.
La unidad del ordenamiento jurídico exige que lo que es permitido o mandado por el derecho,
para ciertos casos, no aparezca prohibido para otros.
Cairoli dice que todas las causas de justificación, como excepción, como permisos especiales
que se otorgan, deben estar expresamente legisladas. De todos modos, a través de la
interpretación extensiva de algunas de ellas, podemos cubrir situaciones que aparentemente
o ex ante no parezcan incluidas como justificantes. ZAFFARONI, todas pueden encontrarse
dentro del derecho positivo, la enumeración genérica del artículo 34 inciso 4° (se refiere al
código penal argentino) ‘’obrar en ejercicio de un derecho’’, les otorga carta de ciudadana
legal.
LA CONCEPCIÓN CASUALISTA.
El juicio de Antijuridicidad solo podrá referirse al acontecimiento externo, que será justificado
cuando aparezca objetivamente o materialmente adecuado a una causa de justificación.
Como consecuencia, las causas de justificación carecen de todo requisito subjetivo o
psíquico.
LA CONCEPCIÓN FINALISTA.
Congruente con la teoría final, la conducta será justificada cuando solamente en su faz
material se identifique con la situación descrita en la ley, sino también por su finalidad. La
conducta justificada es la que desde el punto de vista objetivo realiza todos los presupuestos
de una causa de justificación y cuya finalidad se orienta a esa realización. Por tanto, implica
un elemento de carácter subjetivo, que no es otro que el de conducirse según el derecho.
TOMA DE POSICIÓN
La ley ha pretendido alcanzar el fin que el Estado regula y que es evitar que suceda lo que no
debe suceder, porque ello es dañoso o peligroso para la sociedad.
El intento de fundamentar todas las causas de justificación en un denominador común ha sido
abandonado desde hace tiempo. Lo importante es saber cuál es el fundamento de cada una
de las justificaciones, cada una tiene su propio fundamento, por lo que es innecesario y sin
interés practico el querer agruparlas a todas para adjudicarles un fundamento genérico.
LAS CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN EN EL CPU.

Nuestro sistema de eximentes de antijuridicidad, se integra con: Legitima defensa (26); el


estado de necesidad (27); y el cumplimiento de la ley (28).
LEGÍTIMA DEFENSA.
El hombre abandonado a sí mismo, reasume la totalidad de los derechos depositados en el
reservorio común de la sociedad, y los actúa cumpliendo con la ley, ejerciendo por lo tanto
una actividad absolutamente legitima que deriva de la propia naturaleza humana, que
garantiza y consagra el Art.72 de la Constitución tantas veces citado.
El fundamento de la legitima defensa.
Doble fundamentación: un aspecto individual y otra supraindividual. El fundamento individual,
rige lo que se denomina el principio de protección, que reconoce la necesidad de ejercer la
defensa de los bienes jurídicos personales, por la persona concreta titular de aquellos
derechos, de aquellos bienes que se pretenden conculcar en acto.
El aspecto supraindividual supone reconocer el principio de mantenimiento del orden jurídico,
por parte de los coasociados. La legítima defensa es un aspecto de la necesidad de
defenderse que tiene el derecho o el orden jurídico como tal cumpliendo lo que se denomina
en este aspecto una tarea de prevención general.
El derecho de defensa tiene, a mi juicio, base constitucional, porque nadie puede ser privado
de los derechos al goce (Art. 7 de la Constitución), de forma y modo que cuando la protección
jurídica resulta insuficiente o ineficaz, retro vierte el individuo el derecho natural y propio de
ejercer la defensa de sus bienes jurídicos, y particularmente de su persona.
No es obligatorio defenderse. El que se defiende cumple la ley, actúa de derecho. Excluye
con ello toda ilicitud de la conducta que deviene absolutamente licita, totalmente legitima y
adecuada a derecho.
La conducta es típica, que en general es antijuridica, en ciertas, consecuencias es permitida.
Actuar en legítima defensa consiste en obrar en defensa propia o de otro (parientes o
terceros).
La legítima defensa propia supone el actuar en situación de defensa. Deben darse elementos
subjetivos de la causa de justificación, los que se concretan en un obrar “en defensa de su
persona o derecho”, lo que plantea el tema de los derechos defendibles.
Bienes defendidos.
En cuanto a los bienes defendibles, no cabe otra postura que admitir la defensa de todos los
derechos que le puedan corresponder a un ser humano, no solo los referidos exclusivamente
a su persona, sino los que afecten a todos “sus derechos”, de cualquier naturaleza que
fueren.
Los derechos defendibles son, todos aquellos establecidos en el art 7 de la constitución
incluido el bien del honor, quedando excluidos los bienes comunitarios o del Estado.
Los bienes defendibles deben de ser, bienes penalmente protegidos, de forma que las
agresiones que los conculquen sean agresiones típicas, es decir, delictivas.
La doctrina uruguaya en ocasiones ha rechazado la legitima defensa respecto del honor. No
tenemos el honor de compartir esta tesitura, el honor es el segundo de los derechos
establecidos en el art 7 de la constitución, y puede ser agredido ilegítimamente, es decir, en
forma típica, por un tercero, no existiendo a mi juicio, razón alguna, para impedir la legitima
defensa, que será adecuada naturalmente a la circunstancia concreta de que se trate para
hacer cesar la agresión, para repelerla, o eventualmente impedir el daño al bien jurídico
establecido.
Cuando las ofensas son reciprocas, cuando ambas personas se injurian o difaman o cuando
no es posible determinas quien fue el agresor, funciona la causa de impunidad por vía de
perdón judicial, establecida en el art 40 del CP.
Requisitos de la legitima defensa.
Los requisitos son:

Agresión legitima
Necesidad racional del medio empleado para defenderse
Falta de provocación suficiente por parte del que se defiende (art. 26 CP)
1. Agresión ilegitima.
Es siempre una conducta humana, no existe si no proviene de una persona. Es necesario por
lo menos que ocurra una voluntariedad en la agresión que no sea excluida por fuerza física
irresistible o acto reflejo, porque en esos supuestos no hay acción.
Agresión quiere decir acontecimiento, o por lo menos intento de tal, lo que es lo mismo que
decir tentativa de agresión.
Las omisiones no connotan agresión ya que no suponen un ataque, pero si pueden
configurarlo una comisión por omisión, como sucede con el funcionario que no pone en
libertad a un preso después que se le ha comunicado el cese de resolución. Se ha dicho, que
el hecho de negar la libertad al determino es una agresión y si esta amenaza al guardián para
que lo deje en libertad, esa actitud podría configurar una legítima defensa.
El peligro de la agresión debe ser inminente y actual. Una agresión que no es actual o
inminente no es real, no pudiendo admitirse defensa legitima contra amenazas remotas,
porque hay posibilidad de evitar el daño solicitando la intervención de la policial.
Ilegitimo quiere decir, contrario a la ley, no autorizado por el derecho.
2. Necesidad racional del medio empleado
Nuestro código no califica de racional la necesidad, sino específicamente, al medio empleado
para repeler la agresión o impedir el daño que aquella pudiera causar.
La legítima defensa se justifica toda vez que un sujeto actúe para defenderse de una agresión
ilegitima no provocada por el
La ley no exige una proporcionalidad absoluta entre los bienes defendidos y los del agresor
que son vulnerados en el acto de defensa. Pueden, por tanto, dañarse bienes defendidos y
los de agresor, que son vulnerados en el acto de defensa. Pueden, por tanto, dañarse bienes
de mayor valor que los agredidos si esto es necesario para la defensa.
La persona que se defiende, debe emplear el medio menos lesivo posible, pero en tanto fuera
un medio seguro y suficiente para asegurar la preservación del derecho prevalente del que se
defiende, del que cumple la ley, del que ejercita el derecho.
La proporcionalidad se refiere, a una abstracta elaboración de una escala entre bienes
jurídicos y dice relación sobre todo con la necesidad de la defensa en si misma que viene
dada por la puesta en riesgo de los derechos.
No hay legítima defensa cuando el ataque no es real o es inofensivo, como en el caso de que
fuera una agresión ilegitima de una criatura de pocos años, incapaz de poner en riesgo al bien
jurídico de que se trate.
La necesidad racional del medio en cambio, se refiere a la situación concreta de que se trate.
Por ejemplo: un sujeto víctima de una rapiña, delito contra la propiedad, puede legítimamente
dar muerte al asaltante.
Es absolutamente licito matar para preservar la libertad personal, incluida la libertad sexual,
aunque la vida sea un bien más valioso, obviamente que la propia libertad.
La falta de racionalidad del medio y provoca atenuación de la conducta.

El llamado exceso extensivo o impropio, en realidad nos coloca fuera de la circunstancia de


justificación, por faltar algún requisito esencial de la legitima defensa, por ejemplo, porque ya
ha cesado la agresión y por tanto no hay necesidad de defensa.
Cuando no se está en estado de legítima defensa no hay eximente de responsabilidad
completa ni incompleta, sino plena responsabilidad.
Las situaciones provocadas por una situación de conmoción o de terror por parte del que se
defiende no tiene previsión expresa en el Uruguay, y pueden dar lugar a excesos intensivos
(por ejemplo, una mujer que va a ser violada que de muerte a su agresor infiriéndole 25
puñaladas) que se resuelven, en definitiva, por una responsabilidad atenuada por el exceso
de defensa.
Para la justa resolución de estos casos, sin embargo, no cabe una visión estrecha,
dosimétrica que tenga en cuenta solo la espectacularidad de la reacción defensiva, sino una
óptica humana que considere los aspectos psicológicos, la emoción, el miedo, la sensación de
impotencia y rabia de la víctima, de modo que no es necesariamente en estos casos estemos
siempre fuera de la justificante.
3. Falta de provocación suficiente por parte del que se defiende.
La ley ha exigido como un requisito fundamental de la legítima defensa, conjuntamente con la
existencia de agresión ilegitima y necesidad racional del medio empleado, que el que se
defiende no hubiera provocado “suficientemente”, la agresión de que es objeto.
La ley, para justificar la conducta exige la concurrencia simultánea de todos los requisitos que
son, todos y cada uno, requisitos esenciales.
No existe entre nosotros, ninguna hipótesis de duelo regular, de forma tal que todos los casos
de desafíos aceptados, llámesele duelo criollo o de cualquier otra manera, no están
amparados por la justificante, no porque haya provocación por parte de cualquiera de ellos,
que, por supuesto puede haberla, sino fundamentalmente por la razón ya dicha de que, en
estas circunstancias, así como en el caso de la riña, no existe situación subjetiva de legítima
defensa sino de mutuo ataque.
La provocación, que excluye la eximente, debe estar en una relación de inmediatez respecto
del acto agresivo que causa. Tiene que haber, además, cierta relación de proporcionalidad
entre provocación y ataque. Debe ser, “suficiente”, es decir, de entidad como para provocar la
reacción concreta que haya causado en la situación específica a resolución, lo que queda
reservado a la discrecionalidad del magistrado interviniente, según criterios socialmente
aceptados en el medio comunitario.
No hay provocación, naturalmente, cuando se trata de un acto licito realizado por la autoridad
o por una persona en ejercicio de sus propios derechos.
Los movimientos fortuitos o causales no pueden ser considerados actos de provocación. Es
legítimo, en definitiva, defenderse de un ataque ilícito en la medida en que no haya sido
provocado por aquel que se defiende.
Legítima defensa presunta
La ley establece que “se entenderá que concurren: la agresión ilegitima, la necesidad racional
del medio empleado y la falta de provocación suficiente (tres circunstancias que caracterizan
a la legítima defensa) respecto de aquel que defiende la entrada de una casa habitada o de
sus dependencias, o emplea violencia contra el individuo extraño a ella que es sorprendido
dentro de la casa o de sus dependencias” (Art 26, inc2CP).
La constitución establece: “el hogar es un sagrado inviolable. De noche nadie, y de día, solo
por orden expresa de juez “(Art 11 de la Const.). La ley penal
, desarrollando este principio establece una presunción relativa o revocable de legítima
defensa, para el que defiende la entrada de una casa habitada, o como cuando sorprende a
un extraño que se ha introducido dentro de la casa o de las dependencias. Presunción
significa que al que actúa en situación de defensa de su casa o de sus dependencias se le
considera, en principio, actuando justificadamente.
La defensa presunta se denominada antiguamente defensa nocturna, porque IRURETA
GOYENA previó en el CP de 1934 que esta presunción de legítima defensa del hogar operara
cuando el acto se ejecutare “durante la noche”, lo que ya se preveía en los textos bíblicos. El
término “noche”, tenía una definición legal (Art 295 núm. 1 del CP): desde “una hora antes o
una hora después de la salida o la puesta del sol”.
La defensa del hogar, de la privacidad del individuo dentro de su casa, en definitiva, del lugar
donde se expande su personalidad y de dónde queda excluida la presencia de cualquier
extraño, cuya sola permanencia en el hogar significa, para el legislador y por lo tanto para la
ley, una forma de agresión ilegitima. La regla en general sigue siendo que dependencia
defendible es toda aquella que esté en situación de contigüidad con el núcleo central de la
casa, con referencia fundamental a la facilidad de acceso de la misma.
Las casas de balneario, o viviendas de fin de semana, equipadas, amobladas y en perfecto
funcionamiento no pierden su carácter de casa habitada por el hecho de ser ocupadas solo
durante algunos días del mes, y en su defensa funcionará la misma presunción.
La defensa de parientes
Cuando el que realiza la defensa de un pariente, no es la persona agredida, basta que la
agresión sea ilegitima y que el medio empleado fuera racional, para configurar la eximente. La
regla general es la de que la persona que efectivamente lleva adelante la defensa hubiera
provocado el agresor, en cuya circunstancia queda excluida la justificante. El inc.2 del Art 26,
al determinar que “el tercer requisito (falta de provocación por parte del que se defiende), no
es necesario tratándose de la defensa de parientes consanguíneos, en toda línea recta, y en
colateral hasta el segundo grado inclusive, del cónyuge, de los padres o hijos naturales
reconocidos o adoptivos, siempre que el defensor no haya tomado parte en la provocación”.
La limitación establecida por el legislador deja fuera a los sobrinos, a los amigos íntimos y a
los concubinos, así como a toda la línea a fin.
La defensa de terceros.
Son terceros extraños todas las personas no incluidas específicamente en el numeral 2 del Art
26. Respecto de la defensa de terceros rigen las reglas generales de la legitima defensa, o
sea, la totalidad de los requisitos deben darse para que opere la justificante. Es legitima la
defensa de terceros, siempre que “el defensor no sea impulsado por venganza, resentimiento
u otro motivo ilegitimo”.
La defensa putativa e incompleta.
La defensa putativa: cuando un sujeto cree defenderse de un ataque que en realidad es
inexistente. Esta situación se regula por la teoría del error, y entre nosotros configura un error
de hecho, que versa sobre una circunstancia esencial, que dice relación con la conducta y
que exime de pena al autor.
La defensa incompleta: se regula como circunstancia de atenuación cuando correspondiere
(Art 46 núm. 1 CP)
ESTADO DE NECESIDAD.

Fundamento del estado de necesidad


El derecho no puede exigir un comportamiento heroico o abnegado en situaciones extremas.
Es un reconocimiento al principio de que la necesidad no tiene ley.
Se trata de una situación de conflicto entre dos bienes jurídicos, entre dos valores
reconocidos igualmente por el derecho. En una situación de riesgo para un bien jurídico, e
titular de ese bien o de ese derecho, no puede preservarlo sino a costa de la vulneración de
otros derechos o bienes tan legítimos y valiosos como los propios. El mejor ejemplo, la figura
clásica de la tabla única, existiendo dos personas que tratan de aferrarse a la misma, mientras
que la tabla solo admite el peso de una para permitirle flotar sobre las olas. Hay dos vidas en
conflicto, pero una debe ser sacrificada para que tenga posibilidad de sobrevida la del que
queda aferrado a la tabla, en Uruguay se encuentra previsto en el Art 27 del CP. Nuestro
legislador no distingue entre estado de necesidad justificante y exculpante operando el estado
necesitado en todos los casos como una causa de justificación que excluye la antijuridicidad
de la conducta típica. En el Código Penal Uruguayo, se regula por el principio de estricta
proporcionalidad, no hay agresores sino víctimas.
Requisitos del estado de necesidad.
Que el mal causado a un interés legítimo de un tercero, sea igual o menor que el mal que se
trata de evitar, estableciéndose, además, expresamente, que si de lo que se trata es de evitar
un daño patrimonial, el mal causado debe ser en ese caso, “necesariamente” menor. En
estado de necesidad siempre se exige que el bien jurídico atacado, que es tan licito como el
defendido sea, por lo menos, igual o menor que el que se pretende defender.
El estado de necesidad solo es justificante cuando el bien que se defiende, ejemplo vida, es
de mayor valor que el que se destruye, ejemplo propiedad, hablándose, en este caso, de
estado de necesidad exculpante por hallarse el sujeto en una situación en que era inexigible
una conducta diferente a la realizada. En nuestro derecho es causa de justificación el estado
de necesidad siempre que se actúe en situación de defensa de cuales quiera de los bienes
jurídicos referidos, y se cumplan los requisitos establecidos en la ley.
La teoría de la ponderación de bienes: el bien de menor valor debe ceder ante el más valioso,
y cuando se trate de bienes de idéntico valor, será más valioso el que haya demostrado la
capacidad de imponerse en los hechos.
Los bienes defendibles en estado de necesidad son: la vida, la libertad, la integridad física, la
honra y el patrimonio.
Los requisitos básicos son:
Que el mal causado sea igual o menor que el que se trata de evitar
Que el mal que se trata de evitar no haya sido provocado por la conducta del que actúa
Que revista el doble carácter de inminente e inevitable.

Por ejemplo, el turista que sube una montaña atado a cuatro personas, y que, en situación de
necesidad corta la cuerda para salvarse haciendo que se precipiten los otros cuatro al abismo,
actúa en estado de necesidad aun cuando su conducta provoca la muerte de cuatro para
salvar la propia. Si no hubiera actuado de esa manera hubieran existido cinco muertos sin
provecho para nadie.
El sujeto que actúa en estado de necesidad debe conocer esa situación necesitada y actuar
específicamente con la finalidad de evitar el mal. Esta circunstancia está establecida en la ley
(Art 27 CP), cuando dice que la eximente funciona cuando el sujeto actúa “para defender” su
vida, su integridad, su libertad, su honra o su patrimonio.
En nuestro derecho no existe posibilidad de actuar en estado de necesidad para auxiliar a
terceros (excepto ciertos parientes), siendo la defensa de terceros un caso de atenuación (Art
46 núm. 2).
El estado de necesidad incompleto funciona como causa de atenuación, tanto cuando se trate
de la defensa de terceros extraños o cuando “faltare alguno de sus elementos esenciales”. La
atenuante genérica funciona, por tanto, respecto de la falta de elementos esenciales, que lo
son que el mal patrimonial sea “necesariamente” menor y la característica de inminencia e
inevitabilidad del mal.
Coacción y estado de necesidad.
En el estado de necesidad se presenta una situación de colisión o conflicto de intereses
jurídicamente protegidos.
Ambos bienes o intereses son legítimos, por cuanto:

No hay agresión ilegitima por parte de aquel cuyos bienes son vulnerados
El conflicto se resuelve atacando un bien de un tercero inocente ajeno a la relación
planteada entre agresión y víctima.
En estado de necesidad, el mal puede provenir tanto de una fuerza de la naturaleza como de
una conducta humana dolosa o culposa, pero, en este caso, la respuesta conculcadora de un
bien jurídico, recae sobre intereses o vienen legítimos de un tercero y no del agresor ilegitimo.
Permite considerar que los actos de coacción pueden ser resueltos según los baremos del
estado de necesidad, ejemplo, si un delincuente toma de rehén a la familia de un empleado
bancario, copando su domicilio donde se encuentran su esposa e hijos, y bajo amenaza de
muerte de ellos, determina que el empleado hurte dinero de la caja de la institución en que
trabaja causando por tanto un daño patrimonial al banco, tercero ajeno al conflicto expuesto,
la víctima –autor actúa en estado de necesidad de parientes dentro de los límites establecidos
por el inc2 del Art 26 CP, por lo cual su conducta queda plenamente justificada.
De acuerdo a criterios generales, a principios de racionalidad, a evaluación de los riesgos y
peligros de cada acción, por lo cual, la existencia de conductas alternativas no
necesariamente descarta la causa de justificación.
Tipos de estado de necesidad.

1. Defensivo y agresivo.
El estado de necesidad defensivo operaría cuando el sujeto destruye una cosa. En estas
hipótesis la reacción operaría sobre un bien que aparece como siendo fuente de peligro, y que
sin embargo no constituye una agresión ilegitima actual.
Funcionaría el estado de necesidad defensivo en todas las hipótesis de ausencia de acción,
frente a conductas culposas o imprudentes, y ante ataques no provenientes de una conducta
humana, ejemplo, muerte del perro rabioso, destrucción de un panal de abejas instalado bajo
el alero de una casa donde existen niños pequeños.
El estado de necesidad denominado “agresivo” o “normal”, en las hipótesis en que sacrifica un
bien que no intervino en la creación del riesgo.
El estado de necesidad no se aplica al que tuviera jurídicamente el deber de afrontar el mal.
La obligación de afrontar el peligro deriva y encuentra su fuente en la totalidad del orden
jurídico. Tienen el deber de afrontar el riesgo los padres respecto de sus hijos.
El derecho no exige un comportamiento heroico, pero debe resolverse conforme a los criterios
de racionalidad y de adecuación social, la circunstancia en la que se encuentran estas
personas que tienen un surplus de obligación que la del individuo común ante situaciones de
riesgo voluntariamente asumidas o impuestas por mandatos de la ley.
El deber de afrontar el mal: Colisión de deberes.
La situación de aquel que, enfrentado a dos obligaciones simultaneas, se encuentra en que
cumplir con una es violar la otra con una conducta típica. Por definición, el individuo para
cumplir un deber, no tiene otro remedio que violar o incumplir otro que tiene a su cargo.
Ejemplo, médico de urgencias llamado para atender a una persona que cursa un infarto de
miocardio, y en el trayecto se encuentra con un grave accidenta de tránsito, y una persona en
la vía publica en riesgo inminente de vida, planteándose que el detenerse a auxiliar a esta
significa la muerte del infartado, y que, por el contrario, atender el llamado en forma prioritaria
supone abandonar a su suerte a la persona herida con riesgo de vida inminente.
El principio de autonomía, derivado de la dignidad de la vida humana y del valor absoluto de
la misma implica la prohibición de instrumentalización de la vida humana para cualquier fin,
conjuntamente con la prohibición del estado de necesidad de terceros establecida por el
Código Penal Uruguayo, excluyen la justificante en todos los casos en que un tercero,
incluso alegando el cumplimiento de obligaciones funcionales, pretenda transformarse en
árbitro de las vidas de los demás.
Tampoco pueden alegar actuar en estado de necesidad los soportes de los órganos estatales
que cometan delitos, por ejemplo, disponiendo ilegalmente la liberación de prisioneros a
cambio de la vida de rehenes tomados por algún grupo terrorista. En el art 3 se establece que
funcionarios deben usar la fuerza solo cuando fuere estrictamente necesario, y la extensión
referida para el cumplimiento de sus deberes.
El uso de la fuerza es un requisito de carácter excepcional, subsidiario, en la medida en que
sea razonable, y en situaciones de absoluta necesidad y teniendo en cuenta la
proporcionalidad de la reacción frente a la agresión de la que se es objeto.
CUMPLIMIENTO DE LA LEY.
Cuando un sujeto cumple conforme a la Ley

La estructura de la justificante.
Art 28 del CP modificado por ley 17.243. está exento de responsabilidad el que ejecuta un
acto ordenado o permitido por la ley, en vista de las funciones públicas que desempeña, de la
profesión a que se dedica, de la autoridad que ejerce o de la ayuda que le preste a la justicia’’.
El fundamento de esta causa de justificación radica en que una conducta no puede estar
prohibida y mandada o permitida al mismo tiempo por la ley.
Cumple la ley el verdugo que ejecuta una sentencia capital dispuesta en legal forma, el policía
que arresta a un ciudadano en ejecución de un mandato jurisdiccional, los padres que
disciplinan a los hijos en cumplimiento de sus deberes de la patria potestad.
Todas estas, no resultan antijurídicas, sino ajustadas a derecho. De tal modo, el verdugo, el
policial, los padres, actúan el derecho, ajustan su conducta a las disposiciones legales
correspondientes, por lo cual jamás pudran ser antijurídicas.

Actos ordenados o permitidos por la ley en vista de las funciones públicas desempeñadas
por el agente de la conducta.
Los funcionarios municipales detienen a los automovilistas y les imponen multas de tránsito,
los inspectores de salud pública controlan el funcionamiento de ciertas empresas y de la
producción de alimentos o medicamentos que van a ser distribuidos a la población en
general, los funcionarios policiales realizan investigaciones, pesquisas y detenciones, los
funcionarios aduaneros controlan la intimidad de los efectos transportados. Estos ejemplos,
en toda la vida comunitaria existen multitud de autorizaciones y mandatos que imponen a
ciertos funcionarios públicos la realización de actos que podrían estar tipificados como
delitos, no obstante, lo cual son absolutamente legítimos por ejecutarse en cumplimiento de la
ley.

No es legítimo, por tanto, resistir los mandatos de la autoridad, en tanto y en cuanto estos
sean adecuados a Derecho y se ejerzan en cumplimiento de la propia función.
El uso de armas por parte de funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.
Numerosos funcionarios públicos tienen, no solo el derecho sino el deber de portar armas
(agentes policiales y militares)
Tiene como finalidad fundamental, el mantenimiento de orden interno, de la seguridad pública.
Esto se realiza a través, de la prevención y represión de las actividades criminales.
La lesión o la muerte producida por el uso de las armas por parte de las fuerzas públicas, no
siempre entraña cumplimiento de la ley, sino cunado esta, expresamente, autoriza la
resistencia armada y la posibilidad de lesionar o de matar.
El policía que mata, si bien realiza un acto típico, cuando se dan las circunstancias
habilitantes no delinque, sino que actúa en derecho.
Como regla, solo emplearse las armas para repeler un ataque equivalente, con un criterio
restrictivo, de forma que el empleo de fuerza y de las armas de fuego en particular, será
legitimo cuando no hubiere otro medio disponible para cumplir con eficacia la misión de
hacerse respetar y obedecer.
La finalidad perseguida, que debe ser exclusivamente la de cumplimiento de sus propias
funciones.
El empleo de las armas es un recurso extremo, de carácter subsidiario, de utilización
excepcional, por lo cual debe preferirse y exigirse la escogencia de cualquier otro medio
menos grave para cumplir la finalidad especifica que se trate.
Al criterio de la necesidad, se agrega, el de la racionalidad del medio emplead, y la
proporcionalidad a la fuerza del ataque y al modo de resistencia a la autoridad que se trata de
vencer.
La ley obliga al funcionario policial a desempeñar su cargo en el lugar, el tiempo y la forma
establecidos por las normas vigente (Ley Orgánica Policial N° 13.973)
La Ley Orgánica Policial, en su art 5, para lograr el cumplimiento de la ley, los servicios
policiales emplearan medios razonables adecuados y eligieran la oportunidad conveniente
para usarlos.
Inciso 3°, el personal policial utilizara las armas, la fuerza física y cualquier otro medio
material de reacción, en forma racional progresiva y proporcional.
La guía policial, establecía que el policial: ‘’Solo podrá hacer uso de sus armas en los
siguientes casos:
Si se ejercieren violencia o vías de hecho contra los funcionarios policiales, no pudiendo
defender de otro modo el terreno que ocupa, los puestos o las personas que se les
hubieren confiado
Si la resistencia es de tal naturaleza que no pueda vencerse sino por la fuerza de las
armas, y, aun en estos casos, tratando siempre de que la acción de las armas que la ley ha
puesto en sus manos para salvaguardia de la sociedad, se reduzca a inutilizar la
resistencia del delincuente, dañándolo lo menos posible.

Código de Conducta de Naciones Unidas para funcionarios encargados de hacer cumplir la


Ley.
AG/34/69 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, remisión expresa que se realiza a
ella en el inciso 4° del artículo 5° de la Ley Orgánica Policial N° 13.963/71.
En el artículo N° 3, los funcionarios deben usar la fuerza solo cuando fuere estrictamente
necesario y en la extensión referida para el cumplimiento de sus deberes. El uso de la fuerza
es, un requisito, de carácter excepcional, subsidiario, en la medida en que sea razonable, y en
situaciones de absoluta necesidad y teniendo en cuenta la proporcionalidad de la reacción
frente a la agresión de que se es objeto.
La presunción legal de cumplimiento de la ley establecida por la Ley de Urgencia N°
17.243/2000
El articulo 77 ‘’causales de justificación’’.
Se inscribe, dentro de una sólida tradición en un sentido de equilibrio entre las necesidades
de la seguridad pública y las del respeto a la dignidad y libertad personal de los individuos.
Ha tratado de dar una respuesta jurídica a una disposición del Poder Ejecutivo de movilizar
fuerzas militares para brindar seguridad externa a los establecimientos de determinación,
frente a la realidad de reiteradas fugas.

Otras causas de justificación, en merito a la profesión, la autoridad o la ayuda que el agente


presta a la justicia.
No actúa antijurídicamente la persona que cumple las ordenes o mandatos establecidos por la
ley. El que cumple la ley no delinque. La problemática se plantea en que, muchas veces los
estatutos que rigen a esta amplia gama de actividades residen en otras áreas del derecho que
no es el derecho penal.
Los actos ejecutados en ejercicio de la profesión del agente involucran, por ejemplo, la
situación de los profesionales liberales que deben actuar dentro de la deontología profesional,
y de las reglas que regulan el ejercicio de su respectiva profesión.
Por ejemplo, en materia penal los abogados quedan amparados por el articulo 28 en cuanto
ejercieren cabalmente el derecho de defensa. También los médicos, particularmente en el
área quirúrgica, quedan amparados en el art 28 por su actividad profesional.
La exención de responsabilidad en vista de la autoridad que se ejerce, referida en el art 18,
dice relación con las relaciones de subordinación en materia privada, no publica, como
pueden ser, por ejemplo, las relaciones de padres a hijos, y, eventualmente, el derecho
disciplinario que rige en asociaciones de carácter privado y también en el mundo laboral.
Los actos realizados en mérito de la ayuda que se preste a la justicia, tienen que ver con
todas las actividades particulares, en ejercicio de funciones públicas en sustitución de la
autoridad ausente, cuyo caso paradigmático quizás lo sea el arresto ciudadano previsto en el
art 121 del CPP.
LA OBEDIENCIA AL SUPERIOR.
Está exento de responsabilidad el que ejecuta un acto por obediencia debida. La obediencia
se considera tal, cuando reúne las siguientes condiciones:
Que la orden emane de una autoridad.
Que dicha autoridad sea competente para darla.
Que el agente tenga la obligación de cumplirla (art 29cp)
La causal de obediencia debida constituye una modalidad del cumplimiento de la ley, la
exención de responsabilidad cabría también en el caso simplemente por ejecutar un acto
ordenado por la ley en vista de las funciones públicas que desempeña el subordinado.
Están en una relación de genero a especie, de forma y modo que cuando el mandato o la
orden es genérico y establecido por la ley, rige el art 28, mientras que cuando se trata de una
orden concreta y determina, dirigida por un superior a un subordinando dentro de la jerarquía
administrativa, rige el art 29.
La obediencia debida rige en situaciones de derecho público, por cuanto la orden debe
emanar de una autoridad y claramente el agente que tiene la obligación de cumplirla debe
estar en una relación de subordinación dentro de la jerarquía administrativa.
Quedan excluidas, por lo tanto, todas las relaciones que no sean de derecho público.
Alcanza a todos los que tienen condición de funcionarios públicos (artículo 175 C.P).
La coacción que los superiores pudieran ejercer sobre los subordinados, se debe juzgar
conforme a los principios generales referidos tanto a si la conducta queda justificada o falta
reprochabilidad del mandado, no solo por el error en que pudo incurrir, sino especialmente por
no haberse podido determinar conforme a la norma, ya que la ley no puede exigir actos
heroicos y un actuar que pueda implicar riesgo grave para el mandado o sus seres queridos,
lo que debería juzgarse caso a caso.
El subordinado debe conocer esta triple condicionalidad, determinados por ley que el error del
agente en cuanto a la existencia de este requisito será apreciado por el juez teniendo en
cuenta su jerarquía administrativa, su cultura y la gravedad del atentado.
Art 24°num 2°

El error de derecho, se presume voluntario, sin admitirse prueba en contrario excepto que
emane del desconocimiento de una ley que no fuere penal, lo que exime de pena en la
medida en que hubiere generado un error de hecho, acerca de algunos de los elementos
constitutivos del delito.
A menor jerarquía administrativa, menor desarrollo cultural, y menor gravedad del delito,
mayor será la posibilidad de que el subordinado encuentre justificada su intervención.
La justificación de la conducta del ejecutor no excluye la reprochabilidad penal del mandante,
de manera que el subordinado actúo como mero ejecutor del hombre de atrás, que es el que
ordeno el acto de naturaleza criminal.
La orden del superior, en principio, debe ser obedecida, en aplicación de los principios de
subordinación y jerarquía, base de la estructura administrativa, lo que da por resultado que,
en ciertas ocasiones, y es precisamente la hipótesis de trabajo, deban obedecer órdenes
ilegitimas en cuyo caso puede quedar justificada la actuación del subordinado.
La orden debe juzgarse en cada caso concreto.

La eximente incompleta de obediencia al superior da lugar a una causa de atenuación


genérica de respetabilidad (art 46 n 3°) y en los casos extremos en que el cumplimiento de la
orden pusiera en grave riesgo bienes jurídicos del subordinado, su situación podría quedar
amparada en el estado de necesidad (art 27) o eventualmente considerarse un caso de
inculpabilidad
El problema del consentimiento en el Derecho Penal.
La eficacia del consentimiento no solo alcanza al derecho material, sino que también
repercute el procesal en varios aspectos. Así, por ejemplo:
hay delitos que sólo se persiguen a instancia de parte, como el de violación (art. 272, C.P.)
de difamación (art. 338, CP), y ciertos tipos de lesiones (art. 322, C.P.), según el
procedimiento de instancia regulado por el Código del Proceso Penal (art. 11 y ss.);
pero, una vez deducida la instancia, la regla es que el presunto ofendido no puede desistir
art. 19, C.P.P.), y el perdón (remisión penal), sólo es admisible en delitos sexuales, y
exclusivamente a través del matrimonio con la ofendida (art. 22 C.P.P.). lo que demuestra
claramente el predominio la cosa pública sobre el interés individual, la prevalece en todo su
vigor del principio de la finalidad de la acción (art. 10, C.P.P.)
El consentimiento puede ser encarado de dos formas diferentes: (a) Como excluyente de la
tipicidad. O (b) Como causa de justificación.
Hay acciones normales en la vida social que a nadie se le ocurre decir que no son delictivas
porque hay un consentimiento de la posible víctima, sino simplemente porque no lo son,
porque no son típicas, o porque no entran en la descripción de la figura.
En estos casos es claro que el consentimiento excluye la tipicidad de la conducta, porque esta
exigido en el tipo que se haya actuado contra esta voluntad.
En el caso del hurto, por lo menos según la ley uruguaya, así como en muchos otros delitos,
la falta de consentimiento del sujeto pasivo esta solo implícitamente incorporado al tipo y debe
descubrirse interpretativamente, y decidirse si dicho consentido en caso de existir, excluye el
tipo o la Antijuridicidad.
¿Son disponibles todos los bienes?

Lleva a establecer ciertos límites, incluso sobre la disposición autonomía de los bienes
jurídicos individuales, no aceptase, por ejemplo, que un sujeto pueda voluntariamente
someterse a un régimen de esclavitud (art 280 CP) con lo que puede verse que la libertad
personal es un bien no disponible en forma absoluta, sino que reconoce ciertos límites.
La vida, tampoco es disponible en nuestro sistema. Pero si lo está la determinación ayuda al
suicidio (art 315 CP)
La eutanasia tiene un régimen especial (art 37 CP) que demuestra que el paciente no tiene
posibilidad de decisión sobre su muerte, pues la conducta del agente sigue siendo criminal,
aunque la victima hubiera implorado reiteradamente que le quitaran la vida.
El único caso legislado expresamente, es el de la lesión consensual (art
44 cp.) que no se castiga cuando fuere causada con el consentimiento del paciente, con la
única excepción de que tuviere por objeto sustraerlo al cumplimiento de la ley, o inferir un
daño a terceros.
Esta disposición, abre las puertas a prácticas que pueden ser atentatorias contra la dignidad
humana.
Sin límites, no se podrá impedir, por ejemplo, el llamado cobayismo, o sea, la experimentación
medica sobre voluntarios que acceden a ella seguramente por ansiedad y por dinero.
Esta ley vino a limitar el alcance desmesurado del art 44, art 13 y 14 del CP. Los bienes
jurídicos comunitarios, supraindividuales y sociales, como la justicia, la patria, el orden
económico, la administración pública, la salud, etc., no son disponibles por parte de nadie no
es licito consentir sus ponderaciones.

Consentimiento presuntivo y consentimiento ex post facto.


En múltiples situaciones el titular no está en condiciones de prestar consentimiento. La regla
de actuación debe ser, en principio, la del mejor interés del titular del bien, pudiendo darse
situaciones de conflicto de intereses cuando la familia del enfermo declare que, por razones
religiosas, por ejemplo, aquel no aceptarla una transfusión de sangre, o un trasplante de
órganos que, según la ciencia médica, sería lo indicado para salvar la vida.
El médico que actuare contra la voluntad del paciente no podrá, en el Uruguay, alegar haber
actuado en estado de necesidad, porque no es admitida por la ley la actuación en favor de
terceros (art 27 inc. °2 CP).
REQUISITOS DEL CONSENTIMIENTO.
 de titularidad, que significa que sólo puede consentir la persona a la que pertenece el bien
jurídico individual de que se trata;
 de capacidad, o sea, que tenga aptitud psíquica para otorgarlo, quedando excluidos los
incapaces, en cuyo caso el consentimiento se otorgará por sus representantes legales. El
caso de los menores de edad plantea problemas específicos. Así, por ejemplo, si bien la
regla general para consentir válidamente es tener la edad de la imputabilidad (o sea, 18
años), es evidente que es atípico el yacer con personas mayores de 15 años
consencientes, y, aún con un mayor de 12 cuando se acredite que no medió violencia (art.
272 C.P.), lo que demuestra que una persona mayor de 12 años puede consentir el
concúbito. Tampoco hay corrupción (es atípico) realizar actos libidinosos consensuales con
persona de más de 15 años (art. 274 C.P.)
 de tiempo, el consentimiento debe preceder al acto pues un consentimiento posterior es,
como vimos antes, un acto de perdón o desistimiento que no afecta a la tipicidad de lo
actuado.
 de espontaneidad, en el sentido de que debe ser un consentimiento libre, no viciado, ni
coacto, ni obtenido mediante engaño o inducido en error al paciente.
 de conocimiento por parte del sujeto actuante.

la culpabilidad
Concepto de culpabilidad
La culpabilidad es un juicio de reproche. Es el reproche personal que se formula al autor de
un hecho típico y antijuridico por no haberse motivado conforme a la norma, por haber
ejecutado el acto criminal, y por no haber desarrollado, en cambio, una conducta alternativa
adecuada a Derecho.
El derecho penal liberal y democrático es un Derecho Penal de acto y simplemente por haber
realizado culpablemente un acto definido por la ley como delito.
Actúa culpablemente quien, siendo imputable y conociendo la antijuridicidad del acto lo realiza
habiendo podido, no obstante, actuar de otra manera, del modo que le era exigible por el
Derecho.
La culpabilidad supone un reproche personal realizado a un hombre libre con capacidad de
autodeterminación. La culpabilidad es al mismo tiempo:
fundamento
limite
medida de la pena

El principio de culpabilidad no puede haber pena sin culpa.

Para que pueda hacerse a un sujeto responsable de un acto criminal la conducta que realiza
debe serle reprochable. La base de la culpabilidad es el reproche, el poder de imputarle a un
sujeto haber actuado de una manera contradictoria con la norma, pudiendo haberlo hecho de
conformidad con ella.
Lo imprevisible, lo que no se ha podido prever (art. 4CP) no puede ser reprochado al autor.
Del principio de culpabilidad resultan las siguientes consecuencias:
La responsabilidad penal es exclusivamente humana
La responsabilidad es eminentemente personal, no puede hacerse al hombre responsable por
actos ajenos, habiendo dejado de tener en el campo jurídico cualquier tipo de vigencia la
antigua maldición bíblica de castigar a las generaciones sucesivas hasta la setenta veces
siete por lo hecho por algún individuo con anterioridad. Los hijos han dejado de ser
responsables por los actos de los padres.
La responsabilidad del hombre deriva de un acto concreto. Se responde por el hecho
cometido y no por lo que se es. Se responde, en definitiva, por lo que se hace.
La responsabilidad penal de tipo subjetivo que mira al interior al alma del sujeto, a su
intención malvada, que tiene como límite mínimo a la imprudencia.
El principio de la imputación personal, significa un juicio de reproche a un individuo que ha
sido capaz, que tiene cierto grado de imputabilidad, es decir, de posibilidad de comprender
el carácter ilícito del acto, y de determinarse según su verdadera apreciación. Solo se es
culpable cuando se actúa con conciencia y voluntad, cuando se es imputable. Solo puede
ser culpable un hombre libre.
Solo la facultad de autodeterminarse del hombre puede justificar la imposición de un castigo.
Toda persona adulta mayor de 18 años es capaz de determinarse según su verdadera
apreciación y de conocer el carácter licito o ilícito del acto que realiza, dentro de una situación
de normalidad.
Los sujetos menores de 18 años y todos aquellos que en el momento de la comisión del ilícito
de alguna enfermedad física o psíquica que les impidiere apreciar aquel carácter y
determinarse según su “verdadera” apreciación (art 30 CP), bajo la influencia del alcohol (art
31 y 31) o de las drogas (art 33), o actuare en una situación anormal, no serán culpables, y
por lo tanto no habrá respecto a ellos posibilidad de formular el juicio de reproche.
El delito exige que para que exista el mismo haya sido cometido con conciencia del disvalor
del mismo (coincidencia de la antijuridicidad, de su carácter ilícito) y con voluntad de
realización (Art. 18 inc. 1 CP).
Casos de responsabilidad objetiva en la
legislación uruguaya.
LOS DELITOS CALIFICADOS POR EL RESULTADO.
Son vistos modernamente como formas de tipos penales especiales.
Si un sujeto que ha cometido un delito o sea que ha realizado una conducta típica antijuridica
y culpable.
Inc. 4 del art 18 del CP es claramente ilegal, en efecto esta disposición determina que “en
ningún caso podrá castigarse por un resultado antijuridico, distinto o más grave que el
querido, que no haya podido ser previsto por el agente. “
No hay responsabilidad ni posibilidad de castigo por un resultado que no fuere al menos
previsible. El límite de la responsabilidad penal esta dado por la culpa, es decir por la
imprudencia, en total consonancia con lo que establece el art 4 del CP en cuanto determina
que no se responde de lo que “no se ha podido prever”.
Art 63 CP por los delitos cometidos sin concierto el coparticipe “hubiera podido prever” aquel
resultado de acuerdo a los principios generales.
LA PRESUNCIÓN DE CULPABILIDAD.
La ley establece que en los delitos de peligro “el dolo y la culpa se presumen, sin perjuicio de
la prueba en contrario” (Art 21. CP)
La carga de la prueba. La prueba de los elementos subjetivos, en ciertos delitos es
particularmente dificultosa, por lo que el Legislador se ha llevado a establecer este tipo de
presunciones, con lo que se compromete el principio de inocencia.
“IN DUBBIO PRO REO”: Entre dos interpretaciones posibles de una norma, si una es
perjudicial y la otra favorecedora del justiciable, se debe preferir esta última que será la
aplicable al caso.
SISTEMAS EXTRAORDINARIOS DE APRECIACIÓN DE LA PRUEBA: LA LIBRE
CONVICCIÓN Y LA CONVICCIÓN MORAL DEL JUEZ.
La regla general es la de la sana critica (Art. 174 CPP)

Admite excepciones, por ejemplo, respecto del delito proxenetismo (art 8 Ley 8.080 del 27 de
marzo de 1927), delito de usura (decreto ley 14095 de 11 de noviembre de 1972, art 9 delito
de despojo o de usurpación por ocupación de inmueble ajeno (art 82 decreto – ley 145219 de
04 de julio de 1974 y delitos de apuestas clandestinas den carreras de caballos y juegos de
quinielas (art 6 decreto ley 14319 de 16 de diciembre de 1974.
La convicción moral es lo que le permite al Magistrado dejar de lado de presunción de
inocencia para afirmar en cambio, una sospecha de culpabilidad en el procesamiento o una
convicción de ellos en el momento de la sentencia de condena.
Esto supone dar por probado el dolo, elemento exquisitamente subjetivo, que radica en la
intimidad de la conciencia del criminal, y que solo puede aprehenderse por un tercero a través
de su objetivación exterior, de acuerdo con la conducta desplegada en el mundo fenoménico.
Esta interpretación supone la valoración de la prueba según la convicción moral del juzgador.
Incluso la propia confesión de intencionalidad, que aparentemente sería la única vía para
conocer verdaderamente el fondo del alma humana, debe pasar por el tamiz de la crítica, ya
que en no pocas ocasiones se han confesado, por multitud de razones, delitos que no se han
cometido o intencionalidades que jamás pasaron por la cabeza del autor.
La experiencia cotidiana muestra que la negativa más cerrada de intencionalidad criminal es
mentirosa y decae ante la contundencia de los hechos.
El asunto es bien simple. Ni el fiscal ni el juez ni nadie salvo los protagonistas, han estado allí
cuando ocurrieron los hechos, y la ley exige que alguien se forme una convicción de que es lo
que ocurrió verdaderamente, más allá de cualquier duda razonable, de forma de poder poner
a cargo del auto el hecho realizado.
El juez es siempre el que decide, con la prueba agregada a los autos que tiene bajo su
consideración, si existen elementos suficientes de convicción para disponer el inicio de un
proceso y también para sentenciar y condenar, en el momento de la resolución final.
Se trata de juzgar una situación de vida humana concreta, una peripecia específica, que es
objeto de análisis y sobre la que el juzgador debe dar su veredicto, según su juicio que se
supone paradigmático del hombre medio, justo, experimentado, conocedor del corazón de los
hombres bueno, racional y razonable, que, en base a los elementos obtenidos y al conjunto
de la situación de que se trata, llega natural y razonablemente a un conclusión de culpabilidad
que fluye como consecuencia no forzada de la prueba acumulada.
INCIDENCIA DE LA PELIGROSIDAD EN LA DETERMINACIÓN DE LA PENA.
La pena está en relación con la culpabilidad del sujeto, es una respuesta por el acto cometido.
El codificador siguió un sistema de doble vía, en el cual la pena es la respuesta a la
culpabilidad y las medidas de seguridad, son la consecuencia jurídica de la peligrosidad
El codificador siguió un sistema de doble vía, en el cual la pena es la respuesta a la
culpabilidad y las medidas de seguridad, son la consecuencia jurídica de la peligrosidad.
El legislador ha tomado en consideración de elementos de la personalidad o de la conducción
de la vida, o del carácter del autor para aumentar, para agravar el monto de la pena
propiamente dicha
La reincidencia (art 48 núm. 1 CP) supone agravar el delito por la sola circunstancia de que en
el pasado el sujeto hubiera sido condenado por otro delito, de forma y modo que ese
antecedente ya resuelto repercute en la consideración y en el castigo de la conducta actual.
El juez deberá tener presente la peligrosidad del culpable, sus antecedentes personales, lo
que significa un juzgamiento y una agravación de la pena por carácter, o por lo menos por la
conducción de la vida anterior.
Evolución histórica del concepto de culpabilidad.
TEORÍA PSICOLÓGICA DE LA CULPABILIDAD.
En la segunda mitad del siglo XIX, la culpabilidad es el vínculo psicológico que une al autor
con su hecho. Para imputar un acto al agente de la conducta debe haber una casualidad
psíquica, un vínculo que relacione el hecho como consecuencia de una actitud subjetiva del
actor.
La imputabilidad aparece como un presupuesto de la culpabilidad, que se descompone en dos
especies (dolo y culpa)
Según Von Liszt, comprende dos elementos: Una conducta antijuridica y culpable, fundada a
su vez en una doble imputación:
Una imputación objetiva, que requiere le nexo de la casualidad material y
Una imputación de carácter subjetivo, que está constituida por el nexo de causación
psíquica o psicológica en que consiste la culpabilidad.
El resultado debe poder ser referido a la causalidad material, y causalidad psicológica.
Solo pueden ser culpable aquellas personas que resultaren previamente ser imputables, es
decir, que no tuvieren alterada su facultad de determinación normal.
El dolo es la voluntad de obtener el resultado. La culpa, es la falta de previsión de un
resultado previsible al momento de la manifestación de la voluntad.
Las principales críticas a la doctrina psicológica de la culpabilidad son las siguientes:
La culpa inconsciente o culpa sin previsión quedaba sin explicación ni fundamento toda vez
que en ella no existe ningún nexo psicológico entre el autor y el resultado, ya que por
hipótesis el resultado no solo no es querido, sino que ni siquiera fue previsto, aunque fuera
previsible.
La culpabilidad psicológica que agota todo su contenido en cada una de sus especies (dolo
y culpa) no permite graduar la medida de la culpabilidad, y por tanto la responsabilidad y la
pena. La culpabilidad es graduable, existiendo ciertos factores para medir la culpabilidad y
que están fuera del dolo o de la culpa.
Puede haber un vínculo psicológico entre el inimputable y el resultado que produce (por
ejemplo, un niño adolescente que lesiona o mata a una persona voluntariamente) y, sin
embargo, no ser culpable lo que indica que debe existir otro elemento distinto de aquel
vinculo psicológico del actor con el resultado, que provoca la inculpabilidad, y que aún no
se han podido establecer en esta doctrina.
Para esta doctrina de configurar un concepto superior de culpabilidad que comprendiese a
sus dos especies, dolo y culpa (visto que la culpa supone la infracción de un deber objetivo
de cuidado y en la cual no hay en absoluto un vínculo psicológico entre el autor y el
resultado), lo que llevó a la doctrina a avanzar en nuevas indagaciones sobre la
culpabilidad.
Algunas causas de inculpabilidad vinculadas, por ejemplo, a la embriaguez, al
cumplimiento de una orden superior, a la realización del acto por un menor adolescente,
ponen de manifiesto por otra parte, situaciones en que el dolo, como voluntad del
resultado, como vinculo psicológico es evidente y, sin embargo, no hay culpabilidad, todo lo
que llevo a formular una nueva teoría de la culpabilidad.
TEORÍA PSICO-NORMATIVA DE LA CULPABILIDAD.
REINHART FRANK, elabora el concepto de culpabilidad, en la cual consiste que la
reprochabilidad de la conducta típica y antijuridica. Culpable es aquel que puede
reprochársele haber obrado de manera contraria al derecho, cuando pudo y debió, porque le
era exigible, comportarse conforme a él.
La esencia sigue siendo el dolo y la culpa, pero no ya como especies de culpabilidad, sino
como formas en que se presenta el reproche para un sujeto que tenga capacidad de
culpabilidad.
Comienza aquí, a poder graduar la magnitud del reproche.

Finalmente reelaborando el concepto que las circunstancias exteriores fijaban ámbitos de


mayo o menor libertad, que era lo que determinaban a su vez una intensidad más grande, o
menor del grado de culpabilidad.
GOLDSCHIMDT, llevo hasta sus últimas consecuencias a la concepción normativa de la
culpabilidad al distinguir junto a la norma de derecho, que se refiere a la conducta exterior
regida por la causalidad, una norma de deber no manifestada, que le ordena al sujeto a
conducir su conducta interior y motivarse por las representaciones del valor jurídico
establecidas en la norma de derecho. El reproche que se le formulará al actor es por no
haberse dejado motivas por la representación del deber que le era exigible, consistiendo la
culpabilidad en una valoración de esa motivación desaprobada.
TEORÍA NORMATIVA PURA DEL FINALISMO.
Gonzalo Fernández, la culpabilidad se fue separando trabajosamente de la antijuridicidad
evolucionando dentro del sistema clásico a través de la concepción psicológico del
naturalismo causalita hacia la concepción normativa que se plasma finalmente, en un sistema
complejo de carácter normativo, que caracteriza el sistema neoclásico cuyo principal
representante probablemente fuera Edmundo Mezger
La culpabilidad se concentra en la suma de circunstancias que condicionan la reprochabilidad
de una conducta contraria al derecho.
El objeto de la reprobación (dolo y culpa) que van a terminar en el tiempo, del juicio de
reproche que configura la culpabilidad. Los elementos de la culpabilidad en esta teoría son:
 La imputabilidad

 La posibilidad virtual de conocer la ilicitud del acto

 La exigibilidad de una conducta alternativa a la cumplida, conforme a derecho.

La culpabilidad puede ser definida, para el finalismo, como el juicio de reproche personal
formulado contra el autor por haber realizado un hecho contrario a derecho, en una situación
en que hubiese podido actuar de modo diferente, conformado su accionar con la ley.
La culpabilidad consiste, en la reprochabilidad de actuar antijuridico respecto de una persona
imputable que debió y pudo actuar de una manera diferente conforme a la norma.
El reproche solo se puede formular y es válido en la medida en que el actor hubiera podido
actuar conforme a derecho en forma voluntaria.
No se puede reprochar una conducta que en el momento de la realización no fuera exigible.
La exigibilidad se presenta en sentido negativo, cuando fuera inexigible una conducta
alternativa para el agente en la circunstancia concreta de que se trate.

La crisis del principio de culpabilidad: críticas y alternativas.


LA CUESTIÓN DE LA LIBERTAD O EL DETERMINISMO.
El concepto clave de culpabilidad, es culpable, presuponiendo esto que el individuo tiene
libertad de autodeterminación.
El crimen es el producto de una elección de un sujeto que, en libertad, ha optado por realizar
el mal pudiendo conformarse con la regla jurídica con el bien.
La ley considera al hombre como un ser capaz de determinación y por ende le reprocha la
conducta antijuridica que ha cometido en ese ámbito de libertad.
Para los partidarios del determinismo, en definitiva, la culpabilidad tal como ha sido admitida
hasta ahora, simplemente no existe, ya que es imposible demostrar un caso concreto si una
persona determinada ha cometido libremente o no un delito.
Los elementos positivos de la culpabilidad es la imputabilidad, el conocimiento de la
prohibición y la exigibilidad de la conducta arreglada a derecho, se formulan en forma
negativa por la ley, como causas de inimputabilidad (art. 30 y ss.), o como causas de
exculpación que nuestro Legislador trata como causas de justificación: estado de necesidad
exculpante (art 27) y obediencia al superior (art 29) o como incapacidad de apreciar el
carácter ilícito del acto (art.30) o sin conciencia de la ilicitud (art 18), matizado con la
problemática que plantea en nuestro país la consagración del error de derecho, que se
presume voluntario (art 24 CP).
El poder actuar de otra manera ya no dependía del actor concreto, sino de lo que
hipotéticamente hubiera podido realizar o hubiera realizado un hombre medio en esa
situación.
En la llamada teoría funcional sistémica, el juicio de culpabilidad se convierte en un
“subsistema” que trata de garantizar las metas que tiene el Derecho Penal en cuanto al
mantenimiento del sistema. La prevención general debe garantizar el ejercicio de la fidelidad
al derecho, presentándose la culpabilidad como una infidelidad a esa regla, fundamentando
con ello la pena y sus objetivos de prevención general de mantenimiento de expectativas
reciprocas.
El concepto de culpabilidad pasa a llenarse de un contenido social, donde se tiene en cuenta
las condiciones sociales, así como las posibilidades de participación en los bienes jurídicos
que hayan tenido los justiciables.
En esta tesitura culpabilidad es “motivabilidad”, es decir, la facultad humana que permite
atribuir una acción a un sujeto y exigirle responsabilidad por ellos.
Culpable, es aquel que actúa en condiciones de “motivabilidad normal”, lo que explica que no
haya necesidad de pena respecto de los imputados, porque ellos son inmotivables por la
norma.
El límite máximo de lo punible “es lo exigible a un hombre normal”, por lo cual la desigualdad
social puede atenuar, pero no disculpa la conducta en la medida en que no haya afectado su
motivación “normal”.
La culpabilidad se encuentra en un momento de plena discusión y elaboración doctrinal,
habiéndose constituido como dijo Hassemer, en uno de los instrumentos más difíciles y
oscuros del sistema jurídico penal.
Para nosotros, el derecho penal y liberal y democrático se sigue sustentando firmemente en la
piedra angular de la culpabilidad, que supone la libertad de elección (el sujeto pudo actuar de
otro modo), y que respeta la dignidad esencial del ser humano.
El derecho penal liberal es un derecho de culpabilidad.

A un sujeto “determinado” al delito, no se le puede imponer pena alguna, pues todas estarán
deslegitimadas, pues no se puede sancionar al que no pudo optar con lo cual pierde eficacia
también la amenaza del castigo y la finalidad de prevención general de la pena, pues nadie
puede elegir una conducta diferente de la que realizó, ni adecuar sus acciones a lo mandado
por la ley.
La culpabilidad, no es un concepto social, sino exquisitamente individual y humano,
estrechamente ligado al tema de la libertad.

Contenido de la culpabilidad.
LA IMPUTABILIDAD

Concepto de imputabilidad e inimputabilidad.


La culpabilidad se compone de tres elementos:

La inmutabilidad
Conciencia de la antijuridicidad y
Inexigibilidad de otra conducta.

Imputabilidad es la capacidad de culpabilidad, para que la conducta realizada pueda serle


reprochada al sujeto este debe haber actuado con libertad, con conciencia y voluntad,
Para hacer al hombre responsable, e imponérsele una pena como consecuencia de ello, no
basta demostrar que cometió una acción típica y antijuridica, sino que además debe poderse
formular a su respecto de lo actuado.
Un hecho típico y antijuridico, en definitiva, puede no ser culpable y por tanto no configurar un
hecho criminal en atención a las condiciones personales del autor, en cuanto no tuviere las
bases mínimas indispensables de madurez espiritual, por razón de edad, de salud o de
normalidad mental, de forma y modo que careciere de capacidad de compresión y de
determinación.
Un hecho típico y antijuridico, un injusto, para poder ser puesto a cargo del agente, deber
haber sido cometido con consciencia y voluntad, el sujeto agente debe haber tenido
capacidad de querer y de entender, únicos fundamentos del reproche que consiste la
culpabilidad.
Causas de culpabilidad art 30- 35. El efecto ultimo de las causas de inimputabilidad es el
eximir de pena.
Las causas de inimputabilidad excluyen la culpabilidad

La imputabilidad es uno de los elementos constitutivos del propio concepto de culpabilidad.


Definición de imputabilidad para el CPU.
Resulta un concepto positivo de imputabilidad aplicable en el derecho nacional. El Código
Penal uruguayo, imputabilidad es capacidad o aptitud para conocer el ilícito y voluntad de
realización.
El inciso 1 del Art. 18 “el fundamento de la culpabilidad se hace reposar en la conciencia y la
voluntad. Es indispensable que el sujeto ejecute el acto prohibido por la ley o se abstenga de
ejecutar el mandato, voluntariamente y con la aptitud psicológica necesaria para apreciar la
naturaleza del acto o de la omisión que se ejecutó.
En el art 30 que encierra, según esta concepción, desarrollada inteligentemente por el
profesor Gustavo Bordes, una verdadera definición de imputabilidad para nuestro derecho
positivo.
Solo pueden apreciar el carácter ilícito del acto los que tengan capacidad de entender y solo
podrán determinarse según su verdadera apreciación de expresar libremente su voluntad.
No es necesaria la concurrencia de ambas causas de inimputabilidad, pues basta una sola
para determinarla.
La motivación anormal, cuando fuere o aun parcial, puede establecer según nuestro derecho
positivo verdaderas causas de inimputabilidad.
La situación queda abierta la posibilidad legal para declarar inimputables a personas que, por
causas sociales o culturales, no estuvieran en el caso concreto en condiciones de
determinarse según su verdadera apreciación.
Esta definición de imputabilidad para el Código Penal uruguayo, encerraría en sí misma la
propia capacidad de culpabilidad (dada por la falta de causas inimputables en el caso
concreto), la conciencia de la antijuridicidad (capacidad de apreciar la ilicitud del acto) y la
exigibilidad de una conducta alternativa (dada la posibilidad de determinarse según su
verdadera apreciación.
Esquema de la solución legal uruguaya.
Son imputables todas las personas mayores de 18 años, que fueren totalmente capaces de
apreciar el carácter ilícito del acto cometido.
Son inimputables:
 Los que no fueren capaces de entender y los que carecieren de capacidad de querer.

 Son inimputables los que carezcan de conciencia y de voluntad


 Los que solo parcialmente tuvieren las capacidades antes referidas.
 Los dementes (art. 30 CP)

 Los menores de 18 años (art 32 del CP)

 Los que ejecutaren el acto en estado de embriaguez completa y determinada por


fuerza mayor o caso fortuito.
 Los ebrios habituales y los alcoholistas cuando estuvieren en estado de demencia (art
32)
 Los que estuvieren en las condiciones mencionadas y ejecutaran el acto bajo la
influencia de estupefacientes (art 33)
 Los enfermos por autointoxicación (art 30 CP)
 Los que estuvieren bajo el influjo del sueño natural o hipnotizado (art 30)

1. La demencia.
El art 30 del CP. Disposición legal se considera que define simplemente una de sus formas,
derivada de la situación de demencia en que se encuentra el sujeto agente.
Imputables son genéricamente las personas que actúan con conciencia de voluntad (art 18
inc. 1), las que han podido apreciar el carácter ilícito del acto y determinarse según su
verdadera apreciación.
Esta forma de inimputabilidad de carácter genérico, involucra en su base un aspecto
patológico (una enfermedad física o psíquica) que le perturbe moralmente y que le impida,
aunque fuere parcialmente, apreciar la ilicitud del acto.
La enfermedad mental, la demencia, en cualquiera de sus formas provoca la total
inimputabilidad de la persona que la sufre.
El código penal opto por considerar inimputables a los anormales, o sea a los que tuvieran
“locura parcial”, a los que prefirió enfocar como enfermos mentales, a los que correspondía
aplicar medidas de seguridad de carácter curativo.
Se trata respecto a su anormalidad ha anulado el efecto preventivo de la pena, por lo que
corresponde adoptar medidas de seguridad a su respecto.
La jurisprudencia en forma restrictiva, esta disposición, al punto de que los casos de frontera,
tales como los de oligofrenia, personalidades psicopáticas, en general se consideran como
individuos imputables.
Establecer las líneas de demarcación entre lo normal y lo anormal, entre el criminal y el loco
conlleva el problema de la imputabilidad, de sus límites y de sus efectos sobre la
responsabilidad.
El estado de demencia que provoca la imputabilidad debe ser juzgado al momento de la
ejecución de los actos en el momento de la acción.
Desde el punto de vista procesal, cuando presumiere que el imputado en el momento de
cometer el hecho, se encontraba en alguno de los estados previstos en el art 30 del CP podrá
el juez disponer provisoriamente su internación en un establecimiento especial, en sustitución
de la prisión preventiva establecida para los delincuentes imputables (art 131 CPP)
El juez puede también en otro momento disponer la inspección mental o un dictamen pericial
Art 176 CPP
Las medidas de seguridad curativas, son aplicadas a los enfermos mentales (art 92 CP), la
que solo puede ser establecida en virtud de sentencia ejecutoriada impuesta por el juez
competente (art 93 CP)
Se aplican en establecimiento especiales (art 97 CP) y cesan en el caso de curación de la
enfermedad Art 96 CP
En la práctica, en el caso de sobrevenir la demencia luego de la comisión del acto criminal, se
sustituye la preventiva por la medida curativa y se sigue adelante el proceso, naturalmente
que con intervención del defensor a los efectos de poder estar en condiciones de declarar al
agente autor inimputable de un hecho calificado por la ley como delito e imponerle por
sentencia como ordena la ley una medida curativa de seguridad.
La intoxicación a que refiere el art 30 del CP es en realidad lo que se denomina casos de
autointoxicación debido a enfermedades físicas, por mal funcionamiento orgánico, por
ejemplo, urea en la sangre, o problemas derivados deficiencias hormonales.
2. La imputabilidad por razones de edad.
El art 34 del CP, los menores de 18 años están por fuera del derecho penal y que aquellos
que cometieren un delito entre la edad de 18 años y los 21 años tienen a su favor una
circunstancia genérica de atenuación derivada de la franja etaria en que se encuentran art 46
núm. 5 CP.
3. El consumo de alcohol y de estupefacientes y la imputabilidad en el CPU.
El alcohol y otras sustancias toxicas ingeridas por el hombre pueden colocarlo en situación de
inimputabilidad, esto es, en posición de no poder querer, entender ni conocer el carácter ilícito
del acto, ni determinase según su verdadera apreciación.
Cuando se trata de una embriaguez completa y determinada por fuerza mayor o caso fortuito
estamos ante un caso de inmunidad (art 31 CP) funcionando en cambio la embriaguez como
causa de atenuación (art 36 núm. 4 CP).
Una persona en estado de embriaguez completa es difícil que pueda hallarse en condiciones
de cometer ningún delito, y los casos de embriaguez por caso fortuito o fuerza mayor
(embriagarse por medio de los efluvios. Alcohólicos que emanan de las piletas de
fermentación de una bodega).
El alcoholista crónico (art 32 CP) es un verdadero enfermo mental que se ha llegado a un
estado de demencia por el consumo abusivo de alcohol.
La llamada ebriedad patológica sea causa de inimputabilidad en la medida en que a un sujeto
orgánicamente predispuse a ellos, una pequeña dosis de alcohol pueda alterar de tal manera
que su capacidad de comprensión o su voluntad que lo torne inimputable.
Las disposiciones legales referidas al consumo de alcohol son aplicables a los sujetos que
ejecutaren el acto bajo la influencia de cualquier estupefaciente (art 33CP) con la importante
limitación de que haber cometido el delito bajo la influencia de estupefacientes o psicotrópicos
configura una causal genérica de agravación art 47 inc. 17 CP.
El individuo que se embriaga premeditadamente para cometer un delito, no actúa en estado
de inimputabilidad ni se ve su responsabilidad atenuada en forma alguna, sino que en todo
caso su situación se regula según los baremos de las ‘’actio librae in causa’’
Actúan en estado de inimputabilidad
1. Los alcoholistas
2. Los ebrios habituales
3. Los que sufran una embriaguez “accidental” o sea, que se hallen totalmente alcoholizados
por caso fortuito o fuerza mayor y
4. Los ebrios patológicos

Atenúan las responsabilidades por el delito:


5. La embriaguez voluntaria no permitida al delito, esto es, el sujeto que voluntariamente
quiso emborracharse, pero no delinquir en ese estado;
6. La ebriedad culpable
7. La embriaguez culpable semiplana (art 46.13cp)
8. La ebriedad accidental, esto es causada por caso fortuito o fuerza mayor semiplena (art
46.4 CP)
4. Sordomudez.
Art. 35 CP: No es imputable el sordomudo antes de haber cumplido los 18 años, ni después,
cualquiera fuere su edad, en las condiciones psíquicas previstas por el artículo 30.
La conciencia de la antijuricidad: el error de derecho y el de prohibición.
La esencia de la imputación se funda en el conocimiento de lo prohibido. El sujeto debe
aprehender las normas penales. No se requiere un conocimiento aprobado en los términos
jurídicos que puede tener un profesional del derecho, sino en los términos generales en que
cualquier integrante de la comunidad sabe y conoce que ciertas conductas están prohibidas
por la ley penal y que son objeto de castigo por ello.
El dolo que pasa al tipo, es un dolo avalorado, acromático, neutro, ene l sentido de que solo
se integra por la voluntad de realización del tipo objetivo, quedando la conciencia de la ilicitud,
tal como la tratamos en este curso, como un elemento integrante de la culpabilidad.
Cuando el sujeto sabe lo que hace, pero no sabe que lo que hace esta prohíbo, o cree
erróneamente que está permitido, incurre en lo que la doctrina moderna clasifica como error
de prohibición.
Nuestra ley penal, sin embargo, no reconoce el error de prohibición (art 24 CP). Irureta
Goyena estableció dos excepciones:
A. Cuando se tratare de faltas según su naturaleza. Se admite prueba en contrario
B. Cuando el error de derecho que emanare del desconocimiento de una ley que no fuera
penal, cuando hubiera generado un error de hecho acerca de alguno de los elementos
constitutivos de delito (art 24 CP)
Se sigue aquí el principio que resulta del art 2 del CC respecto a la ignorancia de la ley no
sirve de excusa.
5. Inexigibilidad de otra conducta.
Para poder cerrar el juicio de culpabilidad, la conducta del agente debe poder serle
reprochable.
El juicio de reproche solo puede formularse respecto del sujeto imputable, que tiene
conocimiento de la antijuridicidad y en la medida en que fuera exigible al autor otra conducta
diferente de la realizada.
La exigibilidad debe tomarse respecto del sujeto individual del objeto del juzgamiento y de su
situación concreta que se trata.
La conducta deviene inculpable no será delictiva por faltar el elemento de culpabilidad. Pero la
conducta realizada por el agente en esas condiciones puede dar lugar a sanciones y
reparaciones de carácter civil, a criminalizar la participación de terceros en el acto, y habilitar
la legitima defensa de la persona que se pudiera ver perjudicada por el accionar típico y
antijurídico del sujeto que resulta inculpable, del mismo modo que naturalmente puede
hacerlo frente al ataque de un inimputable que también resulta no culpable.
Uno de los principales casos de inexigibilidad de otra conducta es el estado de necesidad
disculpante que operaria cuando coliden bienes de igual valor (dos vidas en el caso de la
tabla de Carnéades)
El derecho uruguayo no realiza esta distinción de esto de necesidad justificante y estado de
necesidad disculpante, sino que en todos los casos en que procede, nos encontramos ante
una verdadera causa de justificación (art 27 CP)
El fundamento genérico de las causas de impunidad Art 36-45 reposa en la inexigibilidad de
una conducta diferente a la realizada, tanto en los casos de excusas absolutorias cono en los
de perdón judicial.
También habría culpabilidad disminuida por el menor grado de exigibilidad por el art 46 del CP
La exigibilidad de una conducta adecuada a derecho se encuentra disminuida, por ejemplo,
en los casos en que el sujeto hubiere actuado bajo el impulso de la cólera o en estado de
intensa emoción (art 46 núm. 11)
El caso tal vez más interesante a resolver sobre inexigibilidad de otra conducta sea el de
coaccionado.
La violencia presenta dos formas fundamentales:

 Violencia absoluta, o violencia física

 Violencia moral o coacción

La vis absoluta provoca en la violentada ausencia de acción mientras que el coaccionado,


mediante violencias o amenazas se ve constreñido a realizar contra su voluntad determinados
actos que por hipótesis tienen naturaleza criminal.
El coaccionado, sin embargo, no ve constreñido en forma total su ámbito de libertad, sino que
realiza una opción voluntariamente comete un hecho criminal al cual es constreñido por un
tercero.
A mi juicio y de acuerdo al derecho positivo nacional, el coaccionado resulta ser inculpable
porque, en definitiva, no puede ser imputado porque no estaba en condiciones de
determinarse según su verdadera apreciación (art 30 CP)
Preferimos esta situación a la de considerarlo en estado de necesidad por las consecuencias
que tiene considerar una causa de justificación o una causa de inculpabilidad sobre todo
respecto de los intereses y posibilidades de los terceros involucrados.

la punibilidad
De la punibilidad en general.
La punibilidad consiste en la posibilidad abstracta de aplicar una pena a una persona, como
consecuencia de haber cometido un delito. se trata de un efecto o consecuencia que impone
el Estado por su propia autoridad al delincuente, pero puede haber conductas típicas,
antijuridicas y culpables que no serán pasibles de pena, tales son los casos de las causas de
impunidad donde se incluyen dos situaciones diferentes:
Excusas absolutorias
Perdón judicial.
La regla es que todo delito, es decir, toda conducta típica, antijuridica, culpable, debe ser
castigada, de acuerdo al esquema: si haces A, el Estado te retribuirá con B o, dicho de otro
modo, si delinques se te penará.
Todo delito debe ser castigado, el hecho fundamenta la sanción, es una conducta antisocial,
dañosa, que pone en riesgo un bien jurídico. Sin embargo, en ocasiones, el Legislador, ha
considerado en ciertos casos, que no es necesario aplicar una pena, que englobamos bajo el
concepto de ‘’política criminal’’, no se debe castigar efectivamente, lo que conocemos como
necesidad de pena.
Por ejemplo: por razones de político criminal no se castiga, la tenencia de estupefacientes en
cantidad razonable destinada exclusivamente al consumo personal, art 31 del decreto ley
14294/74

De las causas de impunidad.


Se agrupan dos situaciones diferentes que se conocen como:

EXCUSAS ABSOLUTORIAS.
a. El parentesco en los delitos contra la propiedad (art 41)

b. El parentesco en el delito de encubrimiento (art 42)

c. El parentesco o la defensa de sí mismo en delito de falso testimonio (art 43)

d. La lesión consensual (art 44)

PERDÓN JUDICIAL
La ley le otorga al juez en cuatro ocasiones la potestad reglada de perdonar, estas son:
Pasión provocada por el adulterio (art 36 CP).
Homicidio piadoso (art 37 CP).
Piedad y honor en delitos contra el estado civil (art 39 CP).
Retorsión y provocación en delitos contra el honor (art 40 CP).

La doctrina sostiene, que ambas excluyen la pena, pero dejan subsistente el delito.
Quien actúa amparado por una causa de perdón judicial, tiene la expectativa de que, por el
delito cometido, se le perdone, pero quien actúa bajo una excusa absolutoria, en realidad no
comete un delito porque, para él, esa conducta no tiene pena y no hay ley penal sin sanción
(art 1 CP)
En los casos de perdón judicial, el legislador le da la potestad al juez de castigar o no, en
forma discrecional según su conciencia. El juez no está obligado a perdonar, aunque estén
dadas todas las condiciones.
En los casos de excusa absolutorias, es el propio legislador, que estableció que las personas
que se encuentren en determinadas condiciones especiales, no serán nunca castigadas, sus
conductas que, si las cometiera cualquiera otra serina delictiva, en este caso no tiene pena y
por lo tanto difícilmente pueda considerarse de naturaleza criminal.
EL CASO DE PERDÓN JUDICIAL.

La pasión provocada por el adulterio. Art 36 del CP.


La ley faculta al juez para exonerar de pena por los delitos de homicidio y de lesiones
ocasionados al cónyuge que sorprendiera al otro infraganti adulterio con un tercero, y siempre
que el delito se cometiera contra el otro cónyuge a su amante (art 36)
El presupuesto de que se parte es el de la comisión de un delito de conyugicidio (art 311.1
CP), o de lesiones cometidas por uno de los esposos en contra el otro (art 320 CP)
El juez puede exonerar de pena exclusivamente en casos de:
Delitos de homicidio o de lesiones;
Cometido por uno de los cónyuges;
Que sorprendiera al otro en flagrante acto de adulterio;
Dándole muerte o lesionando (al adultero);
O a su amante;
Siempre que el autor tuviere buenos antecedentes, y;
No hubiere conocido con anterioridad la infidelidad conyugal (facilitando o provocando la
oportunidad para cometer el crimen).
Es el clásico delito pasional que se considera que el actor, sorprendido del engaño, actúa
fuera de su norma motivacional, que no se exculpa por la inexigibilidad de otra conducta, que
permite al juez, considerar esa situación propia de la naturaleza humana y del estadio de
nuestra civilización, comprender y perdonar.
La pasión y la emoción se considerar como circunstancias atenuantes de la responsabilidad
penal (art 46.11 CP).
La pasión es sufrimiento moral, que se transforma en furia, perturbando el ánimo del agente
que, en el caso no actúa según su ‘’verdadera’’ apreciación, dejándose llevar por el impulso
que lo arrastra al crimen.
 Solo opera en casos de lesiones o de homicidio, peor no respecto de otras figuras como la
violencia domestica (art 321 bis) con la que sería incompatible, la privación de libertad (art
281) el incendio (206) u otras conductas vindicativas que hubiere tomado el ofendido para
perjudicar al infiel.
 Alcanza solo a los cónyuges, es decir, a las personas unidas por matrimonio civil, no
comprendiendo a los concubinos aun cuando la unión fuere more uxorio, ni a los amantes, ni
tampoco a las relaciones homosexuales, que no configuran matrimonio.
 El infiel debe cometer ‘’adulterio’’, en sentido literal que significa ‘’ayuntamiento carnal
ilegitimo de hombre con mujer, siendo casado uno de los dos, o ambos’’.
 La única razón o motivo de crimen debe ser la ‘’pasión’’.
 Requiere fragancia material, es decir, descubrimiento o sorpresa del acto sexual en sí
mismo considerado, o de evidente y clara consumación, siendo este dificultoso a la hora de
determinar en qué consiste la misma desde la perspectiva de esta disposición en particular.
 Los buenos antecedentes, acreditan positivamente su buena conducta anterior.
 La acción de lesión u homicida debe centrarse en el amante, o en el infiel, no en ambos.
 El actor no debe de haber conocido con anterioridad la infidelidad de su marido o de su
mujer, lo que descartaría el elemento ‘’sorpresa’’ exigido por la ley.
El juez no puede ampliar los términos legales y debe, en primer lugar, establecer que se dan
todas las circunstancias objetivas y subjetivas, para luego, en segundo lugar, determinar de
acuerdo a su leal saber y entender si otorga o no el perdón que está facultado a dar.
El Homicidio Piadoso. (Art 37)
El perdón está permitido concederlo, cuando:

 En casos de homicidio

 Efectuado por individuo de ‘’antecedentes honorables’’

 Por móviles de piedad

 Mediando suplicas reiteradas de la víctima.

Por su excepcionalidad, y por el bien jurídico involucrado, es una norma de interpretación


estricta.
El tener antecedentes honorables, la honorabilidad es algo más exigente que la simple buena
conducta, requiriéndose por tanto haberse distinguido el sujeto por notables antecedentes,
realmente valiosos, tanto en lo personal, como lo familiar o lo social.
El móvil debe ser exclusivamente de piedad, por lastima, cariño, amor o misericordia para con
el que sufre, debiendo entenderse que el concurso de cualquier otro excluye la posibilidad de
perdonar.
La existencia de suplicas reiteradas de la víctima, la cual en múltiples ocasiones no tendrá
posibilidad de expresar su voluntad en ningún sentido, lo que inhabilita al juez a perdonar, con
la consiguiente ‘’injusticia’’ que ello supone.
La piedad, el honor o el afecto en los delitos contra el Estado Civil (art 39 CP)
Se exime de pena por el perdón judicial:

 Respecto del delito de suposición de estado civil falso (art 259 cp.)

 Cuando se reconociere como hijo legitimo o natural a quien no lo fuera.

 Por móviles de piedad, honor o afecto.

El ejemplo, es el de los abuelos que reconocen como hijo suyo, a quien en realidad es su
nieto, vástago de una hija adolescente, sea por amor a uno de ellos o a ambos, para
salvaguardar el honor de la familia o de la hija, o incluso por caridad para darle mejor
educación al recién nacido.
La naturaleza de los móviles, junto a la piedad, agrega al honor (sin calificar el de quién)
pudiendo entonces ser el propio del actor o de un tercero (ejemplo del abuelo) y el afecto
(cariño o amor hacia otro)
La salvaguarda del honor, puede actuar para defender su propia dignidad moral, su
reputación, su honra, lo que no excluye que actúe para proteger el de terceros.
Personas carentes de estado civil, más allá de que civilmente nadie carece de este, a las
personas no recosidas legalmente.
La retorsión y la provocación en los Delitos contra el Honor (art 40 CP)
Opera cuando:

1. En casos de delitos de difamación o injurias exclusivamente (art. 333 y 334 CP);


2. Respecto de todos los autores;

3. O de alguno de ellos;

4. Cuando se infieren ofensas reciprocas, o;

5. Sin ser reciprocas, se infieren bajo provocación (art 46.11 CP)


El permiso de perdonar opera, cuando los delitos de difamación o injurias se cometieron por
medios de la prensa, constituyéndose en ‘’delitos de comunicación’’ o se hubieren cometido
durante el desarrollo de un juicio (art 337).
La ley previa una forma especial de exención de pena, cuando se probare la verdad de lo
afirmado por el autor de la imputación. La retorsión, es volver a otro el mismo daño que se ha
recibido, e implica cierta simultaneidad de los agravios.
La ofensa dice la ley que debe ser reciproca, ambos son agresores y agredidos. Si la
provocación consiste en injurias o difamaciones, las mismas se dan en tracto sucesivo,
aunque sea difícil de determinar con exactitud, quien ofendió en primer término, o sea quien
es el agresor primario y quien el agredido.
LOS CASOS DE EXCUSA ABSOLUTORIAS.

El parentesco en los delitos contra la propiedad (Art 41 CP)


No se castiga:

A los autores de delitos contra la propiedad


• Excepto que genéricamente: se hayan cometido con violencia, o
• Se trate específicamente de los delitos de:
o Rapiña (art 344 CP)

o Extorsión (art 345 CP)

o Secuestro (art 346 CP)

o Perturbación de la posesión (art 355 CP)

Cuando fueren cometidos por:


• Los cónyuges entre sí, en cuanto no estuvieren separados legalmente;
• Los descendientes legítimos en perjuicio de los ascendentes;
• Por el hijo natural reconocido o declarado tal, en perjuicio de los padres;
• Por los ascendientes en perjuicio de los descendientes legítimos;
• Por los padres en perjuicio del hijo natural reconocido o declarado;
• Por los afines en línea recta;
• Por los padres e hijos adoptivos; y
• Por los hermanos que vivieren en familia.

Cairoli. Se trata de una política criminal que opera porque es demasiado castigar a la familia
dos veces: la primera por haber ocurrido un delito contra la propiedad cometido por uno de
sus miembros y la segunda, a la que la ley renuncia, por la vergüenza y estrepito social que
causaría el hecho de que ese integrante de la comunidad familiar se viera enjuiciado y
castigado. El delito entre familiares, solo alcanza intereses de carácter patrimonial. La excusa
obra cuando se cometen delitos contra la propiedad sin violencia como en el hurto (0art 340),
estafa (art 347), apropiación indebida (art 351).
Langon. Se fundamenta esta disposición, en proteger al sagrado hogar, conforme a la
definición constitucional. También se protege a la familia normalmente habita ese hogar,
siendo la base de la sociedad, cuya estabilidad moral y material, velara el Estado.
Quedan comprendidos, todos los delitos que atentan exclusivamente contra la propiedad, que
de cualquier modo afectan el dominio de las cosas, estén establecidos en el CP o en leyes
especiales, y refieren tanto a la propiedad material como a la intelectual.
Siempre que los delitos se hayan cometidos por medios de violencia, a título ejemplificativo
con el delito de rapiña, extorsión, secuestro o perturbación de la posesión, no será posible
que función el art 41 del CP.
Cairoli. Los parientes a los que alcanza a la excusa, están taxativamente enumerados y son:
El cónyuge debe haber delinquido en perjuicio de otro cónyuge y no deben estar
separados legalmente, ni siquiera en forma provisoria. Quiere decir que, si están
separados de hecho y no viven bajo el mismo techo, la causal rige, pues solo
excepciones a la hipótesis de disolución legal del vínculo.
Los descendientes legítimos, deben haber delinquido en contra de la propiedad de sus
ascendientes (padres, abuelos, bisabuelos)
Los hijos y padres naturales siempre que hayan sido reconocidos o declarados tales son
impunes si delinquen entre ellos, es decir, los hijos contra los padres, o viceversa.
Los afines en línea recta cuando delinquen entre ellos, es decir: hijastros y padrastros
entre sí, nueras y yernos con suegros o viceversa.
Padres e hijos adoptivos cuando cometen delitos contra la propiedad de ellos o viceversa.
Entre hermanos, cuando vivan en familia o sea bajo el mismo techo.

El parentesco en el delito de encubrimiento. Art 42


Esta excusa absolutoria opera cuando se trata:

De un delito de encubrimiento (art 197 CP);


Cometido a favor:
• Del cónyuge.

• De parientes consanguíneos en toda la línea recta.

• De parientes en la línea colateral hasta el segundo grado inclusive (hermanos)


• De los padres o hijos naturales reconocidos.
• De los padres o hijos adoptivos.

Siempre que no participen:


• En el provecho;
• Precio o,
• Resultado.

Es un ilícito contra la administración de justicia y consiste en ayudar de diversos modos al


autor de un delito anterior después que este se haya cometido. Cuando el encubridor es uno
de los parientes, la ley renuncia a castigarlo, salvo que no haya participado en el provecho,
precio o resultado
El fundamento de esta norma Irureta Goyena decía que se justificaba por la falta de
peligrosidad del agente, pero en realidad la razón es de política criminal, que hace que la
sociedad no condene a quien por ayudar o defender a un miembro de la familia que integra al
encubre de alguna de las maneras descriptas en el art 197.
La defensa de sí mismo y de los parientes en el delito de falso testimonio. Art 43
El art 43 otorga la exención a los testigos que mienten para defenderse a ellos mismos, a sus
cónyuges o a cualquiera de los toros parientes indicados, para no quedar sujetos a un
procedimiento penal. Significa que el testigo puede testimoniar falsamente en un juicio lo que
tipifica el delito previsto en el art 180 del CP. Pero si ese falso testimonio es prestado con el
ánimo de evitar un procedimiento penal en contra suya o de alguno de los parientes que son
los mismos que los del artículo anterior, la pena no lo será impuesta. Las razones pueden
resumirse en el afecto familiar.
También se traduce en el principio de inmunidad, que nadie está obligado a declarar contra sí
mismo, que todo acusado o sospechoso de un delito tiene derecho a permanecer callado, que
ese silencio no puede ser interpretado en su contra, pues le ampara una presunción relativa
de inocencia, un verdadero estado de inocencia, y porque la prueba de cargo está a cargo del
Estado y no puede intervenir ese onus porobandi en contra el indagado, que en consecuencia
no puede ser tratado como reo, sino hasta que a su respecto haya una sentencia de condena
firme, esto es , pasada en autoridad de cosa juzgada.
La lesión consensual. Art 44
Procede salvo que la lesión consentida por el paciente tuviera por objeto sustraerse al
cumplimiento de la ley o causar un daño a un tercero.
Su fundamento, es que no existe lesión contra el derecho en este caso y si se acepta que el
hombre pueda disponer de su propia vida, con mayor razón debe aceptarse que es dueño de
su cuerpo, salvo que del acto se derive un perjuicio para un tercero, sea este un particular o la
sociedad.
Bayardo se plantea la cuestión de si es acertado o no hacer figurar esta hipótesis como causa
de impunidad ya que el volenti non fit injuria ("no se comete injusticia con quien actuó
voluntariamente") traduce precisamente un enervamiento de la antijuricidad. Concluye
admitiendo que se trata de una causa de justificación, ya que el consentimiento quieto al acto
todo contenido antijuridico, siempre que el derecho de causa habiente no coincida con un
interés jurídico superior sobre el que el Estado ejerza su tutela.
El legislador en su comentario, que la norma comprende el tatuaje, la castración, la cirugía del
rostro con fines estéticos y todas las demás lesiones impuestas o no por motivos de salud o
desequilibrio fisiológico. Es necesario hacer alguna precisión en este sentido porque si bien
no merece reparos respecto al tatuaje, la cirugía del rostro y algunas otras generales, no son
de recibo en caso de castración y de lesiones producidas por desequilibrio funcional. En
efecto, en nuestro medio se ha discutido si una castración puede ser consentida o no, la
cirugía para cambio de sexto. Lo mismo, las lesiones ocasionadas por razones fisiológicas, es
decir, operaciones por mal funcionamiento de órganos que puede ocasionar un cambio de
personalidad. De todos modos, de no constituiría la aplicación del art 44 como causa de
impunidad, surgiera esa posibilidad.

Condiciones objetivas de Punibilidad.


INTRODUCCIÓN.
Langon. Objetivas porque no dependen de la voluntad del agente sino del actuar de un
tercero, o resultan de hechos de la naturaleza sobreviniente. Consiste, en circunstancias
exteriores que actúan condicionando la imposición de la pena, dejando no obstante intacto el
delito.
Cairoli. No son personales y podrían resumirse en una fórmula que dijera algo así como
‘’quien haga esto será penado en caso que sobrevenga tal posterior acontecimiento’’.
En principio puede decirse que, así como existen preceptos penales que se condicionan a
través del tipo en otras normas lo condicionado es la aplicación de la pena, es decir, está
opera efectivamente siempre que acaezca la canción prevista expresamente. Se trata de
condiciones que para nada tienen que ver con el precepto mismo, es decir, con la actividad
nuclear, sino que refieren para y exclusivamente a la posibilidad de castigar la conducta. Por
ejemplo: dentro del CP, el delito de revelación de secreto profesional (art 302) que hace
depender la aplicabilidad de la pena a la circunstancia de que la revelación cause un perjuicio.
De modo pues que, si se revela el secreto y ello no perjudica a nadie, se habrá consumado el
delito, pero no será posible castigar a su autor.
NATURALEZA JURÍDICA
Muchos autores la consideran elemento del delito, unos excluyéndola del tipo, de la
antijuricidad o de la culpabilidad, otros como un elemento dentro del injusto, otros ubicándolas
dentro del tipo, aunque siempre excluyéndola de la culpabilidad y hay quienes, la colocan
como un anexo del tipo. Otros, entienden que no es elemento del delito, por lo que su
ausencia cunado son requeridas legalmente solo suspende la aplicabilidad de la pena, sin
afectar la existencia ontológica del delito.
La doctrina coincide en la afirmación de las condiciones objetivas de punibilidad no son
alcanzadas por la culpabilidad. Esta consecuencia es peligrosa porque no interesa que el
sujeto activo ignore el requisito impuesto en la ley.
La condición objetiva de punibilidad no tenía ningún efecto práctico porque es lo mismo que
alguien cometa un delito y no se le pueda penar porque aquella no se cumplió, que no
consume el ilícito porque no se cumplió un requisito del precepto.
La conducta del agente típica, antijuridica y culpable, solo será castigada en la medida en que
determinados resultados, específicamente establecidos por el legislador, se hayan producido
con posterioridad al momento de la consumación del acto criminal de que se trata. El
legislador lo que hace es no castigar una conducta de naturaleza criminal por razones de
política criminal, si es que no se dan las condiciones que el mismo legislador ha establecido, y
ahora, en tanto y en cuanto esas condiciones hubieran podido ser previstas por el agente en
los términos del inciso 4 del artículo 18 del CP.
CONDICIONES DE PROCEDIBILIDAD.

Suponen la necesidad de remover un obstáculo de carácter objetivo para permitir el desarrollo


de un proceso criminal. No se condiciona la punibilidad de la conducta sino la pretensión
punitiva del Estado. Se encuentran todos los delitos perseguibles a instancia de parte, como
son los delitos sexuales en general (art 279) y ciertos delitos contra la persona física,
traumatismos, lesiones ordinarias y culposas (art 332) y delitos contra el honor (art 338).

el inter criminis
El proceso ejecutivo del delito o inter criminis, es en realidad un continuum que describe los
pasos posibles que existen desde que surge la idea criminal en la mente del futuro
delincuente, hasta que consuma el delito que se había propuesto cometer y que comete.
Comprende dos etapas, la interna y la externa. Es esta última etapa la única que el Derecho
Penal Liberal y democrático puede sancionar.

El proceso ejecutivo del delito.


El delito esta perfecto cuando el sujeto realiza totalmente la conducta descripta en el tipo. El
intentar cumplir con las exigencias del tipo objetivo, el sujeto no llega a lograrlo, el delito no
está perfeccionado, sino que queda imperfectamente realizado.
La ley al definir una conducta refiere a ella como grado de consumación o grado de
perfección. Consumar un delito consiste, en conjugar el verbo típico, cuando se ejecuta la
acción prohibida o se omite la realización de la ordenada por la ley. Así, el delito de violación
(art 272 CP) se consuma con la conjunción carnal; el delito de homicidio (art 310 CP), con la
muerte.
En los delitos de peligro, se considera consumado, con la mera puesta en riesgo del bien
jurídico objeto de la protección. Por ejemplo, el delito de incendio, se consuma con el acto de
‘’suscitar una llama peligrosa’’ (art 206 CP)
En el fondo la consumación del delito es un problema de tipicidad, el delito se consuma y
logra su perfección cuando la conducta del agente coincide plenamente con lo exigido por la
norma, más allá de que el delincuente alcance o no los fines perseguidos por el al delinquir.
Ejemplo: el hurto se consuma con el apoderamiento de la cosa ajena sustraída con el ánimo
de aprovechamiento, aunque en definitiva el actor no haya podido comprarse el auto que
anhelaba adquirir con el dinero hurtado.
La diferencia entre consumación (realización de todos los elementos del tipo) y agotamiento
(logro del fin o satisfacción que el actor pretendía alcanzar con su conducta criminal) es muy
importante, especialmente en los delitos de peligro, donde la consumación se cumple mucho
antes y con independencia de que el sujeto haya o no logrado alcanzar los propósitos que
tenía al delinquir.
El inter criminis.

El proceso ejecutivo del delito o inter criminis, es en realidad un continuum que describe los
pasos posibles que existen desde que surge la idea criminal en la mente del futuro
delincuente, hasta que consuma el delito que se había propuesto cometer y que comete.
Porque es obvio que el sujeto antes de dar muerte, el sujeto pudo pensar en la posibilidad de
matar, discutir consigo mismo los pros y los contras de esa acción, tomar la decisión de
llevarla a cabo, comunicar a otro la decisión, proponerle a ese otro que lo ayude a cometerlo.

Fases del delito.


La doctrina distingue dos fases:

Fase interna:
a. Ideación.
b. Deliberación.

c. Resolución.

d. Resolución Manifestada (CHAVES).

Fase externa:
e. Resolución Manifestada (LANGON).

f. Proposición.

g. Conspiración.

h. El Acto Preparatorio.

i. La Tentativa.

j. La Consumación.

k. El Agotamiento.

FASE INTERNA.

Ideación
Es la aparición, en la mente de una persona, de la idea de llevar adelante un delito. El: ‘’ ¿y
sí…?’’. es obvio que esta etapa carece de relevancia hasta
para constituir, un delito, que consiste caer en la tentación. El caso de quien, viéndose solo en
una sala de museo frente a una obra de arte, siente el elevado impulso de apoderarse de ella,
peor desiste de llevar a cabo dicha conducta al advertir la presencia de una cámara de
seguridad. Esta fase interna de la tentación del sujeto a delinquir puede, incluso, quedar
registrada por la mencionada cámara (el sujeto mirando hacia todos lados y advirtiendo
finalmente la vigilancia eléctrica).
Es interesante pensar que este fenómeno psicológico puede ni siquiera existir en las
conductas llamadas de ‘’cortocircuito’’, donde la resolución, surge de tal modo súbito, que ha
ahorrado toda etapa previa: es Atenea surgiendo de la cabeza de Zeus sin la mediación del
martillo de Hefestos. Son actos que no pasan por la conciencia de quien lo realiza y se
producen súbitamente.
Deliberación
El sujeto puede rechazar la idea por múltiples razones (arrepentimiento, vergüenza, etc.),
desarrollándose un conflicto interior donde el individuo puede llegar a sepultar el mal
pensamiento para siempre, o puede resurgir una y otra vez, hasta que, en algunos casos,
siguiendo el esquema propuesto, el individuo se resuelve a dar el paso al acto. Luego de
considerar las ventajas y desventajas de lo que pensó, puede llegar a tomar a la decisión de
hacer aquel pensamiento una realidad.
Resolución.
El sujeto, ha resuelto cometer el hecho. Lo relevante en esto, puede ser la permanencia de la
resolución, la cual, si después se vuelve en acto delictivo, puede acarrear la agravante de la
premeditación: la doctrina destaca dos elementos, uno temporal y un elemento ideológico.
Temporal: la premeditación debe tener un cierto tiempo de duración que, precisamente,
permite diferenciar el dolo premeditado del dolo de ímpetu y del dolo deliberado. Este periodo
no es determinable exactamente (días, semanas, meses, años), pero debe existir un espacio
razonable que, al mismo tiempo, implique la permanencia de la resolución, por habilitación del
proceso ideológico que es su complementario: la premeditación es una resolución que ha
salido airosa de todos los obstáculos a la ejecución del delito que la conciencia le ha ido
presentado.
Todo ha ocurrido en el interior de la conciencia del sujeto, nadie lo sabe y es incognoscible,
hallándose impedido por el respeto a la dignidad humana, siquiera plantearse la posibilidad de
intentar averiguar ese mundo interior, por cuanto solo se podrá acceder a través de la
confesión que es imposible obtener, si no es voluntaria, de otra forma bajo tortura u otros
procedimientos como el empleo de pentotal sódico (suero de la verdad)
Resolución manifestada.
Para Chaves, esta fase está en la fase interna, si la exteriorización de la resolución, no va
dirigida directamente contra quien sería la víctima del delito decidido por el agente (cuyo caso
sería una amenaza, art 290 CP), no tiene valor que el de constituirse en una evidencia de una
premeditación, dado que la ley, para imputar agravante (art 47 N°5 CP) exige que se haya
obrado con premeditación conocida, esto es, no meramente supuesta o sospechada.
‘’Debajo de mi manto al rey mato’’, era uno de los refranes que traía Sancho Panza a sus
diálogos con Don Quijote. Refiriéndose, a que cada quien en su fuero intimo es libre de juzgar
la frase, porque nadie podrá coaccionarla.
Langon, está dentro de la fase Externa, significa que el sujeto que ha decidido ejecutar un
crimen, le expresa a otro que ha tomado esa resolución.
Ejemplo: Juan ha pensado hace tiempo en matar a su tío para heredarlo, y que luego de
deliberar sobre ello se resolvió a hacerlo, le cuenta a su hermano Diego lo que va a hacer. La
idea se corporiza en el fuero íntimo y se expresa en el exterior, alguien ha escuchado por lo
menos lo que el sujeto dice que va a cometer un delito.
Tanto Chaves como Langon, están de acuerdo con que en el Uruguay la resolución
manifestada no se persigue como delito en el Uruguay.
ETAPA EXTERNA
Reconoce seis fases que dan lugar luego de la fase interna.
Resolución manifestada.
ES UN COPIADO Y PEGADO DE LO ANTERIOR.

Proposición.
Tiene lugar cunado el que ha resuelto cometer el delito, les propone a otras personas su
ejecución. No solo se le comenta la idea criminal, sino que se le ofrece realizar juntos la
conducta criminal.
El sobrino del tío rico no solo le cuenta a su hermano lo que ha resuelto hacer, sino que lo
convence para que lo acompañe en la empresa.
En el Uruguay la proposición es punible solo cuando de lo que se trata es de dar muerte, por
razones políticas, al presidente de la Republica (art 140 y 146 CP), o de cometer delitos
contra la patria (art 137 CP).
Conspiración.
Langon. Se pasa a una fase por lo menos dual (puede haber muchos participes en el hecho
criminal: banda, patota, o crimen organizado). Los hermanos del ejemplo del tío rico, se
confabulan para realizar el homicidio, deciden el medio a emplear, distribuyen entre si los
roles a cumplir, desarrollan un plan.
Chaves. En julio del 72 se dicta la ley 14.068 de seguridad del Estado, la redacción originaria
del 150 CP, castigaba a ‘’los que en número que no bajare de cuatro se asociaren para
cometer delito (…) la pena este en el aspecto que se ha mantenido constante, se irroga por el
simple hecho de la asociación’’.
En el art 16 de la ley14.068, suprimió el requisito del número de personas, con lo cual,
bastaba para constituir el delito la mera pluralidad de ellas, los que se asocairen para cometer
delitos.
El retoque final, el art 4 de la ley 16.707, suprimió el requisito de la pluralidad de delitos. La
asociación se puede constituir para cometer ‘’uno o más delitos’’
Esto llevó a la doctrina, especialmente a Langon, a sostener que actualmente ha
desaparecido la diferencia entre Asociación para delinquir y conspiración, porque, como
fundamenta el autor citado, no se advierte de que manera puede subsistir el requisito de la
organización, exigible para la existencia de una asociación, en la asociación de dos personas
para cometer un solo delito, en la hipótesis en que el problema se plantea de modo más
evidente.
Una asociación es la reunión de dos o más personas, que reúnen las condiciones de
organización y permanencia en grado suficiente para constituirla, de no ser así sería una
conspiración. El elemento típico sobreviviente a todas las reformas, esto es, la necesidad de
una organización y la dirección lesiva hacia el bien jurídico que consiste en la paz pública,
determina que no cualquier reunión de dos o más personas para cometer un delito pueda
encaminarse hacia la figura de asociación para delinquir. En la figura del art 150 CP, la
reunión accidental y relativamente efímera que caracteriza a la conspiración, el bien jurídico
debe ser agredido. Porque es este carácter estructural de una organización delictiva,
sostenido por la propia permanencia que deriva de tal carácter, es el que permite conmover
de un modo eficaz a la paz pública, creando una incompatible convivencia entre lo ilícito y lo
licito. En consecuencia, si dos personas concentradas para cometer un solo delito forman esa
reunión más o menos accidental y efímera propia de la conspiración, sin la organización y
relativa permanencia de la asociación, faltara el requisito esencial para considerar asociadas y
la hipótesis no pasa de ser un simple caso de conspiración.
El acto preparatorio.
Según el art 7 CP, tiene lugar cuando el designio criminal se concreta por actos externos.
El acto preparatorio, cuando no ingresa en la tentativa, es en principio, no punible, aunque,
existen algunas excepciones, en material de delitos contra la patria.
La falsificación de moneda es un hecho grave, al punto que el art 227 CP, castiga con dos a
diez años de penitenciaria.
La ley penal no se limita a la punición de la falsificación, sino que va dos pasos atrás y castiga
no solo la tentativa de falsificación, sino también, por intermedio del art 233 CP, actos que, en
sí mismos, son preparatorios de ella, la fabricación de instrumentos y útiles destinados a la
falsificación de moneda.
El art 209 CP, va, todavía, unos pasos más de regreso, en lo que refiere a la preparación de
delitos contra la seguridad pública. El delito de incendio (art 206 CP) y el estrago (art 207 CP),
son delitos de común peligro, en el sentido de que la ley penal se anticipa en el proceso
delictivo y castiga, no ya el daño contra la seguridad pública, sino el mero hecho de ponerla
en peligro.
La excepcionalidad del castigo de etapas anteriores al comienzo de ejecución.
En el artículo 7.1 establece ‘’la proposición la conspiración y el acto preparatorio para cometer
delito, solo son punibles en los casos en que la ley los pena especialmente’’ cumpliendo el
principio de autodeterminación del poder punitivo del Estado que por razones de política
criminal no se castigan etapas tan alejadas del momento ejecutivo. Siendo una de las reglas
que se denomina una ‘’prohibición de regreso’’ que limita el alcance de punición, que se
podría justificar que no hay todavía proximidad a ningún resultado y existe la posibilidad de
que no se ingrese al delito.
El problema de la política criminal consiste en determinar hasta donde quiere el legislador
extender la protección del bien jurídico, para antes del comienzo de ejecución de la conducta
que lo vulnera.
Atento a la importancia del bien jurídico, en ocasiones, el legislador castiga etapas anteriores
a la tentativa, como por ejemplo en los delitos de traición a la patria, donde se pune la mera
proposición, y la conspiración en general.
EJEMPLOS EN EL LIBRO. PAG 236. DEL LIBRITO AZUL.

La tentativa.
Se encuentra regulada en el artículo 5 del Código Penal y funciona como un amplificador de la
tipicidad. según Zaffaroni “permite abarcar un delito incompleto, pues convierte en típica una
conducta que no se ha desarrollado por completo en su aspecto objetivo y subjetivo”.
La disposición del artículo 5 C.P lo que hace es castigar todos aquellos actos en que el sujeto
empieza la ejecución de un delito por actos externos, pero no puede llegar a completar los
elementos del tipo penal por causas ajenas a su voluntad. Un ejemplo de esto puede ser el
caso del individuo que presiona la cola del disparador de una pistola apuntándole a la cabeza
a otro sujeto, pero el proyectil no sale pues el arma encasquilla, al autor se le imputará el
delito de homicidio en grado de tentativa. El artículo 5 CP, establece una norma general
(mecanismo propio de las codificaciones) que en principio se aplica a todos los delitos.
La tentativa también tiene una condena expresa en el artículo 87 CP. Dicha norma establece
que se castigará al sujeto con la tercera parte de la pena que correspondería por el delito
consumado pudiendo elevarse la pena hasta la mitad, dependiendo de la gravedad del hecho
y la peligrosidad del autor. Acertadamente Langon postula que la pena no es autónoma, sino
que irá en función del delito consumado.
La tentativa en nuestro derecho sólo puede ocurrir en casos en casos de dolo directo. Para
que exista tentativa tiene que haber un plan de autor, por lo tanto, en casos de dolo eventual,
culpa o Ultraintención no se puede configurar un delito en grado de tentativa. En los casos de
dolo eventual el autor pese a que prevé que puede darse el resultado, no ha tenido intención
alguna, por lo que tampoco pudo haber desarrollado un plan de autor.
En los delitos de omisión simple, o sea, aquellos en que el delito consiste en omitir el
cumplimiento de determinada conducta no admiten la modalidad de tentativa. Mientras que
los delitos de comisión por omisión o más modernamente llamados delitos de omisión
impropia, que son aquellos en los que se agrega la posición de garante y la capacidad de
evitación del daño, sí admiten la modalidad de tentativa
Etapas de ejecución del delito.
Todo el proceso de comisión del delito, esto es, desde que aparece la idea de cometer el
ilícito, hasta las manifestaciones externas para ejecutar el acto, se conoce como “teoría del
paso al acto” o itercriminis. En esta misma tesis, la idea es dividir las distintas etapas en el
proceso de comisión del delito, para poder punir aquellos actos que como dice el artículo 5
C.P el agente no realiza todos los que exige su consumación por causas independientes de
su voluntad.
Muchas veces sucede que esta división en etapas o estadios es puramente teórica, ya que en
la práctica es casi que imperceptible tal división.
En primer lugar, tenemos una fase interna, la cual no es punible, en un estado liberal y
democrático rige la libertad de pensamiento, castigarla sería típico de un régimen totalitario.
Por ello podemos decir que se sigue la máxima de Ulpiano “cogitationespoenamnemopatitur”
según la cual, la libertad de pensamiento se encontraría fuera de la autoridad de los
magistrados (artículo 10 de la Carta). De todas formas, esta regla tiene excepciones, como la
comunicación de un pensamiento criminal (artículo 29).
En segundo lugar se encuentra la fase externa, que siguiendo a Langon se subdivide en a)
resolución manifestada, es el momento en que un sujeto comunica a otro su intención de
criminalidad; b) proposición, implica no sólo la comunicación de su intención, sino que la
proposición a ese tercer sujeto de participar en el delito, esta figura está prevista en el artículo
7 inc. 3ro C.P; c) conspiración, también está definido en la ley artículo 7 inc. 2do, significa el
acuerdo entre los sujetos para llevar a cabo el delito; y d) los actos preparatorios, que a
diferencia de los anteriores siguiendo a Jiménez de Asúa son actos materiales y externos.
En principio no se castigan los actos previos al comienzo de ejecución, siendo la tentativa el
límite del castigo a las conductas previas a la consumación. Zaffaroni al respecto decía que la
tentativa del delito es la más general de todas las anticipaciones punitivas. Pero existen casos
excepcionales en que se castigan los actos anteriores al comienzo de la ejecución. Aquí surge
la problemática de determinar hasta qué punto extiende el legislador la protección de los
bienes jurídicos.
La determinación de la tentativa del delito.
Para que exista un delito en grado de tentativa el artículo 5 C.P establece una serie de
requisitos, comienzo de ejecución, actos externos y falta de consumación por factores
externos a la voluntad del criminal. La tentativa no es un delito per se, sino que es la comisión
de un delito determinado.
El comienzo de ejecución.
Para determinar cuándo nos enfrentamos a un caso de tentativa, la doctrina ha desarrollado
una serie de criterios, el problema principal es poder distinguir cuando nos enfrentamos a un
caso de tentativa y cuando estamos frente a actos preparatorios, de hecho, algunos autores
niegan que se pueda hacer una distinción, e intentan penar todos los actos preparatorios. En
una posición ecléctica se encuentran aquellos que tenían la idea de punir solamente aquellos
actos preparatorios reveladores de la peligrosidad del autor.
Dentro de las teorías positivistas, es decir la de aquellos que entendían que los actos
preparatorios y a la teoría objetivo - formal, según la cual exige que se haya realizado ya una
parte de la acción de ejecución misma, entrando ya en el núcleo del tipo, por ejemplo, para el
homicidio se requeriría que el sujeto haya apretado el gatillo. Esta postura ha recibido críticas
principalmente por ser demasiado riguroso en cuanto a los requisitos para que se configure.
La teoría objetivo - material, desarrollada por Frank, viene a ampliar el campo de punibilidad
respecto de la anterior, pues se castigan acciones en virtud de su pertenencia necesaria en
conjunto con la acción del tipo.
La teoría de la univocidad desarrollada por Carrara y aplicada en el código italiano de 1930,
entendía que una conducta era un acto de ejecución si demostraban de forma unívoca que el
bien jurídico había corrido algún peligro, mientras que en los actos preparatorios no habría
una claridad en cuanto a si el bien jurídico corría peligro. Zaffaroni critica esta postura ya que
la misma no se refiere a una cuestión penal, sino procesal, fundada en una cuestión
probatoria.
Von Burí desarrolló la teoría subjetiva, según la cual, serían actos de ejecución todos aquellos
en que el sujeto actúa se representa que está realizando una conducta delictiva.
Con una concepción más moderna, Hans Welzel aporta lo que se ha conocido como la teoría
del plan de autor, que con una postura mixta de corte subjetivo-objetivo, toma en cuenta cual
fue el “plan de actor”, para determinar en qué grado ha sido puesto en peligro el bien jurídico
por medio de dicho plan de acto.
Criterio empírico-negativista.
Según este criterio, lo más importante en materia de tentativa es poder determinar el límite
que separa el acto preparatorio del comienzo de ejecución, de la forma más precisa posible.
Según Langon, esto no es posible definirlo por ley, por lo que la tarea se le delega al criterio
de los tribunales.
Se considera un criterio negativista, ya que, los que siguen este criterio, consideran imposible
el distinguir entre la tentativa y el acto preparatorio, por lo que supone el no resolver el
problema. Dejando como consecuencia el pretender penar todos los actos preparativos.
Ambos, tanto los actos preparatorios como lo tentativa, requieren que se realicen actos
externos. La diferencia radica en que, los primeros, son actos que se realizan previo a que se
cometa el delito. Sin embargo, la tentativa, supone el comienzo de la ejecución, pero sin llegar
a realizar todos los actos que se exigen para la consumación. Ésta comienza con el acto con
el cual, el autor, según su plan delictivo, se pone en relación directa con la ejecución del tipo
delictivo, según lo establece Welzel.
Teoría de la univocidad
Carmignani y Carrara, fueron los autores encargados de intentar solucionar el problema antes
mencionado, con respecto a la dificultad de delimitar los actos preparatorios y el comienzo de
ejecución. Para esto, según Carrara, se entiende que los actos de ejecución demuestran
siempre el peligro que corre el bien jurídico, y los actos preparatorios se pueden interpretar de
diversas maneras, es por esto que se dicen que son esencialmente equívocos, mientras que
los primeros mencionados son unívocos.
En otras palabras, el autor plantea que, cuando los actos externos son unívocos o
inequívocos, es decir, que no hay duda de que sean dirigidos a la consumación de un delito,
se tratará de actos ejecutivos. En cambio, cuando los actos podrían haberse dirigido a la
consumación de un delito o a cualquier otro propósito no criminal, por lo tanto, son equívocos,
serán considerados actos preparatorios impunes. Entonces, se puede decir que habrá
tentativa cuando los actos están unívocamente dirigidos a la ejecución del delito.
Esta teoría fue criticada principalmente debido al empirismo que la misma supone. Esto se
debe a que la postura reconduce a tener que determinar cuáles se consideran actos unívocos
y cuáles no. A lo que Carrara elaboró una segunda teoría, la cual plantea una diferenciación
entre lo que se llamaba sujeto pasivo del atentado y sujeto pasivo de la consumación.
Siguiendo esta diferencia, los actos ejecutivos, serían aquellos que recayeran sobre el sujeto
pasivo del atentado, al cual se lo considera como cosa o persona sobre la que el agente
ejerce los actos, utilizándola como medio para afectar al sujeto pasivo de la consumación.
Como ejemplo para explicar esta última teoría, podemos decir que, en un caso de robo de un
auto, la rotura del vidrio de una de las puertas para acceder al mismo y así poder encenderlo
para llevárselo, sería tentativa de hurto. Ya que, la rotura del vidrio es el medio que se utiliza
para poder acceder al lugar donde se encontraría el objeto de consumación.
Teoría subjetiva.
Esta teoría planteada por Von Buri, intentó resolver el problema de la delimitación entre actos
de ejecución y actos preparatorios, considerando como tentativa todo acto cometido con la
convicción de estar ejecutando un delito. Para esta teoría solo importa captar cualquier acto
que sea revelador de una intención criminal, sin importar cuál haya sido la objetivación
externa de la intención. Por lo tanto, no se necesita el comienzo de ejecución, y tanto los
actos preparatorios y de ejecución, quedan equiparados ya que todos tienen la intención
criminal.
Claro está que es una teoría imposible de sostener, ya que el derecho penal no castiga
creencias o convicciones que no plasmen en algo tangible.
Teoría formal-objetiva.
Esta teoría, lleva su nombre formal-objetiva, ya que buscaba solucionar el problema inicial,
tomando en cuenta el tipo delictivo concreto, en relación con el grado objetivo de su
afectación.
Ésta consideró que la tentativa como comienzo de ejecución, se correspondía con el
comienzo de la realización de la acción descripta por el verbo típico. Es decir, cuando el
individuo comienza a entrar en el núcleo del tipo.
Lo cual es fácil afirmar, pero muy complejo para ser llevado a la práctica. No es suficiente
para abarcar a todas las hipótesis que se desprenden de los distintos tipos formales.
Sin embargo, si bien surgió como intento de solucionar el problema inicial, se cambió el hecho
de tener que resolver cuándo hay comienzo de ejecución, a tener que determinar cuándo se
comienza a conjugar el verbo típico, por lo que, en realidad, se volvió a estar en la misma
posición inicial. Determinar cuándo un hecho externo configura el comienzo del tipo o solo un
acto preparatorio, desde el punto de vista objetivo, no condujo a ninguna solución concreta.
Teoría material objetiva.
Esta teoría plantea, en pocas palabras que la tentativa se configurará siempre y cuando se
haya puesto en riesgo el bien jurídico tutelado, respondiendo así a la falta de libertad debido a
las limitaciones que plantea la teoría formal objetiva, buscando y tratando de encontrar
elementos que amplificaran los casos de tentativa.
Esta teoría exige que el autor haya realizado una parte de la propia conducta típica, Zaffaroni
indica en su libro “La tipicidad objetiva: el comienzo de la ejecución” (p.647) que esta teoría
tiene como comienzo de ejecución cuando se comienza a realizar la acción típica propiamente
dicha, encontrándose en lo que él llama una “zona neutra inmediata al tipo”. Un claro ejemplo
de esto podría ser cuando el ladrón aún no ha realizado el movimiento corporal
correspondiente para tomar la cosa, ejemplo al que dicho autor entes mencionado refiere.
Una de las principales críticas que se le hace a esta teoría es la falta de precisión de la
misma. En palabras de Pessoa, esto nos lleva a una vía circular ya que “hay tentativa porque
generó peligro, y porque hay peligro se configura tentativa”.
La teoría del Plan de Autor
Proveniente de la autoría del alemán Hans Welzel, esta teoría surge de la teoría finalista del
delito, considerándose esta una posición mixta, objetivo- subjetiva con respecto a la tentativa.
Esta teoría, de índole individualista, distingue el acto preparatorio de la tentativa. La
describimos como individualista ya que toma gran importancia el denominado “plan del actor”
es decir, el proceso interno de planificación del individuo (aspecto subjetivo), para luego
determinar que tanto puso en peligro al bien jurídico el desarrollo de dicho plan (aspecto
objetivo).
Con esto podemos concluir que aquellos actos que ayuden a cumplir la finalidad del actor,
serán considerados ejecutivos, Langon plantea el ejemplo de apuntar el arma y amartillarla
como actos necesarios para la consumación, en este caso de un homicidio y que si estos
actos ejecutivos el mismo no se hubiera llevado a cabo. Podemos agregar además y
siguiendo la corriente actual, que tenemos aquellos actos productores de finalidad (tentativa) y
actos posibilitadores del acto productor de finalidad (preparatorios).
En la practica el legislador lo que busca es que no se mezclen los conceptos de actos
preparatorios y actos de tentativa, por lo que deben buscarse interpretaciones racionales que
permitan mantener esta distinción y la supervivencia de ambas categorías.
Tentativa acabada (delito frustrado) y delito agotado.
Es inacabada en aquellos casos en que el sujeto no ha alcanzado a realizar todos los actos
necesarios para consumar el delito por causas ajenas a su voluntad, esto se puede dar por
impericia del criminal o a la intervención de un tercero. Por otro lado, es acabada cuando el
agente ha realizado todos los actos necesarios, pero no llega a consumarse por un caso
fortuito. Nuestro ordenamiento jurídico no hace distinción alguna entre estas dos modalidades
de tentativa.
La tentativa inidónea (el delito imposible)
Esta figura la encontramos contemplada en el artículo 5, inciso 3° del Código Penal Uruguayo,
el cual plantea que; “Se hallan exentos de pena los actos inadecuados para cometer el delito
porque el fin que se propone el agente, es absolutamente imposible, o porque resultan
absolutamente inidóneos los medios puestos en práctica por él.”
Entonces, habrá tentativa inidónea o delito imposible, cuando los medios empleados por el
autor del mismo sean notoriamente inadecuados para causar el resultado que se buscaba. La
única diferencia con la tentativa idónea, es que en aquélla hay una absoluta incapacidad de
los medios aplicados.
La hipótesis de la que parte el legislador es la de que el agente se proponga cometer un
delito, es decir, se proponga actuar dolosamente, con conciencia y teniendo la voluntad de
realizar tal acto. En la tentativa inidónea se observa un elemento subjetivo doloso, el cual se
basa en el error. Y un elemento objetivo, el cual se da con la imposibilidad de lograr el fin a
través de los medios empleados.
No son casos de delitos imposibles aquellos en que falta un requisito típico, por ejemplo; darle
de comer un postre azucarado a alguien pensando que la azúcar causa la muerte, pero, sin
embargo, si se sabe que a la persona a la que se le ofrece el postre es diabética, y se realiza
el acto con la intención de provocarle la muerte, se habrá cometido tentativa de homicidio. Es
en estos casos que el Juez puede adoptar medidas preventivas de seguridad respecto del
autor del acto, si al mismo se lo considera peligroso, según lo establecido en el inciso 4° del
artículo 5 del Código Penal.
El desistimiento Voluntario.
Art 5 inc. 2° CP ‘’El desistimiento voluntario exime de responsabilidad, salvo que los actos
ejecutados, constituyan, por si mismos, un delito’’.
Chaves: comienza el tema diciendo ‘’al enemigo que huye, puente de plata’’ frase extraída de
Don Quijote de la Mancha, Recomienda evitar a toda costa a los enemigos. Cuando un
contrincante abandona, conviene darle facilidades para que se marche y, de este modo, nos
deje tranquilos. En general, se recomienda facilitar, incluso de manera obsequiosa, la partida
de un competidor o de quien pueda causarnos daño.
Langon, luego de haber incurrido en un acto de tentativa (un delito), resulta, sin embargo,
eximido de responsabilidad por ello, debiendo responder solo por los actos ejecutados que
constituyen un delito (art 5).
Para que opere el desistimiento se requiere un elemento subjetivo (que sea voluntario) y uno
objetivo (que no se haya cometido ya un delito automático, es decir, diferente del tentado cuyo
castigo queda abolido).
Si la interrupción, es por un tercero, la conducta quedara en grado de tentativa.
Ejemplo: el que con intención de matar irrumpe al domicilio de su víctima, pero, al verlo
dormido desiste de matarlo y se retira, queda exento de responsabilidad por la tentativa de
homicidio, pero deberá responder por el delito autónomo consumado de la violación de
domicilio.
Efectos de desistimiento:
Solo el delito tentado queda impune, no el delito consumado que contenga.
Tentativa acabada: si el autor ha hecho todo lo necesario para que se produzca el
resultado solo será merecedor de la exceptuación de la pena si evita el resultado antes de
que el hecho sea descubierto.
El desistimiento tiene solo efectos personales, y recaerán sobre quien se ha desistido en
forma eficaz, no porque el autor desista implicará que desistan también los partícipes.
La consumación.
Con lo que culmina el inter criminis que llega a su culminación al realizar todos los elementos
constitutivos del delito, cumpliendo con todos y cada uno de los requerimientos de la figura en
consideración.
En la fórmula de Antolisei, citado por Bayardo Bengoa, ‘’el delito es consumado, cuando el
hecho concreto responde exacta y completamente, al tipo abstracto delineado por la ley en
una norma incriminadora especial’’.
El homicidio se consuma con la muerte de la víctima (el art 310 CP), el aborto con la
interpretación del embarazo de una mujer (art 325 CP).
El agotamiento.
Cuando el delito produjo todos los efectos daños que son consecuencia de la violación a los
que tendía la conducta del agente, de modo que este ya no pueda impedir sus efectos.
El delito agotado es aquel donde además de la consumación, se obtienen todos los fines que
el agente se propuso para llevar a cabo aquella actividad, por efecto, en el Hurto, no solo se
apoderó de la cosa ajena mueble sustrayéndola a su tenedor (consumo) sino que además
logró la referencia subjetiva exigida por el tipo del artículo 340.
La consumación siempre es un presupuesto del agotamiento, pero no siempre en todos los
delitos la consumación se opera antes de éste, pues ocurre que hay casos en los que la
consumación ya significa sometimiento, por ejemplo: el homicidio, la violación, el atentado
violento al pudor, la falsificación, etc., en general todas aquellas conductas que nacen una
referencia subjetiva del tipo
La distinción entre momento consumativo y momento en que el delito se agota
Tipo de Delito Consumado Agotado
Delito de atentado contra a la Cuando se ejecutan los actos Cuando se logra
constitución. directos que pretenden efectivamente ese cambio
Art. 132 N°6 cambiar la forma de gobierno
o la constitución por
medios no admitidos
A por el derecho público.
Delito de asociación para Cuando dos personas se Cuando estos fines se
delinquir. Art. 150 asocian con el fin de consiguen.
cometer ilícitos penales
B
El encubrimiento. Art 197 Con la ayuda al Cuando se logra el fin para el que
C
delincuente. se prestó esa ayuda, como permitir
que el encubierto se sustraiga a la
acción de la justicia.

El secuestro Con la privación de Cuando se logra el rescate


D
Art. 346 libertad.
La estafa (art. 347); el Hurto (art. Con la inducción en error Con la obtención del
340); la apropiación indebida (art provecho.
E 351)
concurso de delincuentes
Resumen: en un acto criminal pueden intervenir pluralidad de personas, con diferentes actos
de participación, principal o secundaria. En efecto, las normas que regulan la coparticipación
criminal actúan como verdaderos mecanismos amplificadores de los tipos, distinguiéndose
tres formas básicas de coparticipación:
Autoría,
Coautoría, y
Complicidad.

De la coparticipación criminal
La ley, cunado describe los tipos penales, se refiere, a un solo delito, en grado de
consumación, ejecutado por un delincuente aislado, al que refiere en general con la formula
‘’el que…’’.
En los delitos plurisubjetivos, todos ellos responderán en grado de autoría, si actúan en etapa
de consumación (ejemplo: son autores responsables del delito de rebelión, todos los que se
alzan a mano armada para promover la guerra civil art. 141 CP), no impidiendo la existencia
de coautores y aun cómplices que colaboraran con los autores de la rebelión.
Son llamados de concurso necesario, porque el delito requiere esencialmente la participación
de dos o más personas.
Delitos unisubjetivos o unipersonales (ejemplo: el hurto o la rapiña), o sea que se puede
cometer por uno solo, la participación plural, funciona cuando así lo dispone la ley, como
circunstancias de agravación (art 341.3 y 344 CP).
La norma que regula la coparticipación criminal actúa como mecanismo amplificador de los
tipos, de modo que no solo comete homicidio el que mata, sino el que hace el seguimiento de
la víctima y señala el mejor lugar para el ataque, el que proporciona el arma homicida, el que
determina al agente a actuar, en una palabra, todo el que colabora con él, desde cariadas
posiciones y conductas.
FORMAS DE COPARTICIPACIÓN
Las básicas son tres:

a. Autoría.

b. Coautoría.
c. Complicidad.

La ley dice: ‘’ son responsables del delito, además del autor, todos los que concurren
intencionalmente a su ejecución, fuere como coautor, fuere como cómplice’’. Derivando de
esto, que es imposible plantear la coparticipación en delitos culposos, donde por definición no
existe esa convergencia intencional a la ejecución, visto que en el delito imprudente el sujeto
actúa sin previsión del resultado y por tanto sin volición del mismo, lo que excluye
absolutamente la coparticipación en ellos. El Cp., considera circunstancias genéricas de
agravación:
a) Pluriparticipación: concurso de tres individuos o más, cunado la ley no requiere como
indispensable la pluralidad de agentes.
b) La participación de inimputables: la participación de inimputables (ejemplo: utilizar menores
de 18 en el crimen)
Los delitos de encubrimiento (art 197 CP) y los de receptación (art 350 bis CP), son formas de
coparticipación, sino delitos autónomos contra la justicia y contra la propiedad, que operan
después de haberse o cometido el delito y sin concierto previo a su ejecución con los autores,
coautores o cómplices’’
Se refleja en el quantum de la pena a recaer ya que los coautores llevan de regla la misma
pena que el autor (art 88 CP), los cómplices, tienen responsabilidad y por consiguiente pena
disminuida, de apenas la tercera parte de la que correspondería al autor (art 89 CP).
Dos teorías para resolver los problemas de la participación de varios sujetos en un crimen.
Teoría Unitaria
Considera inútil distinguir entre los partícipes, pues todo era necesario para la consecución
del fin, a los que trataba indistintamente como autores.
Teoría diferenciadora o restrictivas.
Se agrupan en teorías:

 Subjetivas: hacen depender la calidad de autor o participe de la voluntad del actor.


 Formal-subjetiva: (LA SIGUE NUESTRO CODIGO) será autor el que consuma el delito o
sea el que realice la acción típica, y participe aquel cuya conducta no puede subsumirse en
el tipo. La sigue para distinguir entre los distintos coparticipes en un mismo delito, a los que
corresponde una penalidad diferente conforme a su grado de participación.
 Teoría material o del dominio del hecho: autor es aquel que tiene dominio del hecho,
distinguiéndose en tres tipos de autoría:
a. Directa: por dominio de la acción, por parte del que realiza el hecho descripto por la ley.
b. Mediata, por dominio de la voluntad de otro que actúa como un instrumento en manos del
autor.
c. Coautoría, por dominio funcional, que requiere acuerdo de varias personas y contribución
esencial del coparticipe, sin la cual el plan no se puede desarrollar.
Para el legislador:

 Autores: son los que ejecutan los actos consumativos (60.1 CP)

 Coautores, los que:

a. Cooperan directamente en el periodo de la consumación (art 61.3 CP)


b. En faz preparatoria por acto sin el cual el delito no se hubiera podido cometer (art 61.4 CP)
c. Cómplice los que cooperan en dicha etapa, pero por hechos extraños y previos a la
consumación (art 62 CP)
MODALIDADES DE COPARTICIPACIÓN
 Por la calidad: el concurso puede ser material o moral:
a. Se concurre moralmente al delito, a través de la emisión de una orden, mandato, consejo,
instigando, etc. (art 61.1 CP)
b. Materialmente: aporte efectivo y real a la conducta del autor, que se inscribe en el proceso
causal del crimen, en general por medio de una acción, por ejemplo, entregando el arma
homicida, pero que también puede ejecutarse por medio de una omisión, como dejar la
ventana abierta de la casa para que penetre el ladrón y se apodere del dinero que hay en la
caja fuerte.
 Por el momento en que se haga ese aporte moral o material: antes de la consumación,
estamos en presencia de un acto de complicidad, durante la misma será de coautoría.
 Por el grado de la participación: si es primaria se tratará de coautoría, si es secundaria de
complicidad.

AUTORÍA
Dos tipos de autores:

a. Directos o inmediatos.

b. Mediatos.

AUTORES DIRECTOS.
Art 60. ‘’son autores los que ejecutan los actos consumativos del delito’’. Es el que consuma o
intenta consumar el delito, por sí mismo, sin intermediario alguno. Autor directo es el que
emplea violencia.
Todos los que ejecutan los hechos responden como autores, consumando directamente el
delito, los que amenazan con sus armas a las personas, como los que inmovilizan y encierran
a las víctimas, o los que meten la mano en la caja fuerte y sustraen el dinero y otros objetos
de valor.
Los cómplices (el entregador o el ‘’campana’’) o coautores (el chofer que espera a la salida
del local a los atracadores) que colaboran por actos no consumativos diferentes de los que
ejecutan las diferentes acciones que conforman la figura compleja.
AUTOR MEDIATO.
Es el que determina a personas no responsables para ejecutar un acto criminal, pudiendo
tratarse de un demente, un menor, un inculpable, o un no punible. Se denomina ‘’autor detrás
del autor’’, cuya responsabilidad permanece intacta, porque esa eximente no cubre al que
induce en error al autor (art 25 CP)
El ‘’instrumento’’ no es objeto de una vis absoluta, sino que actúa voluntariamente, pero en
situación de subordinación respecto del autor mediato, engañado por el o bajo coacción u otra
causa de inculpabilidad por inexigibilidad de otra conducta o de un demente o un menor.
El problema de la coparticipación en los delitos a sujetos calificados o delitos especiales,
como los de corrupción administrativa, que requieren a un funcionario público. Este
responderá como autor y el particular como coautor del cocheo de que se trate.
Los altos mandos militaren o gobernantes, que hubieran desencadenado torturas,
desapariciones o algún genocidio, autores serán los que ejecutan las acciones típicas y
coautores los jefes, por más que ellos hubiesen sido los que idearon el plan y tuvieron
dominio del hecho, al punto de que los mismos no hubieran ocurrido sin su apoyo,
autorización o aquiescencia.
Son autores directos: los que ejercen la violencia absoluta contra otra persona la cual, yo
empujo a X y este cae sobre un jarrón y lo destruye situación donde X no actúa, lo que no
elimina la responsabilidad del autor que lo utiliza, del mismo modo que lo podría hacer con un
garrote o con un animal que atacare a la víctima siguiendo órdenes de su dueño.
Son autores mediatos: los que ejercen la violencia moral en los casos de coacción. Cualquiera
sea la solución jurídica que se adopte respecto del coaccionado, ya se le consideré como
inculpable o como actuando en estado de nece3sidad y por lo tanto amparado por una causal
de justificación. El que realiza la conducta criminal mediante violencia o amenazas responderá
como autor mediato del delito de que se trate.
Los que inducen en error: tiene regulación expresa en el art 25 CP, determinando que la
eximente de responsabilidad, del error de hecho, ‘’no cubre al sujeto que intencionalmente
indujo en error al autor del delito’’. ejemplo: la esposa que entrega un veneno a la cuidadora
de su marido enfermo para que se lo administre, diciéndole que se trata de una medicación
recetada por el médico, responderá por el delito de conyugicidio (art 331 N° 1 del CP), en
calidad de responsabilidad en grado de autora mediata, no obstante, el error que exime de
responsabilidad a la cuidadora, involuntaria ejecutoria voluntaria del acto criminal.
El error del subordinado en los casos de obediencia debida, aun cuando en el caso fuera
eximente de responsabilidad del subalterno, no exime de responsabilidad en grado de autoría
mediata respecto del superior que dispuso la orden criminal.
Los que se aprovechan de situaciones de inimputabilidad: los que utilizan a un incapaz de
derecho Penal, sea demente, menor, ebria, intoxicada, responderá por autor mediato del
delito cometido por la persona en aquella situación utilizada como instrumento por él.
Los que usufructúan casos de imputabilidad: la regla de las excusas absolutorias previstas por
ley (art 41; 42; 43; 44 CP), quedando impune la conducta del ‘’instrumento’’, pero
manteniéndose incólume la responsabilidad del que lo determino a delinquir.
Se consideran autores mediatos a los que determinan a personas no punibles a cometer un
delito.
Langon. considera la punibilidad como un elemento que NO integra la estructura del delito, es
claro que los individuos que resultan no punibles, deben ser considerados sujetos que han
cometido un acto criminal completo, al que, sin embargo, por razones de política criminal, el
legislador ha optado por perdonar, directa o indirectamente a través de las facultades
concebidas al juez.
Cuando el ejecutor material del delito resulte impune, no necesariamente quedara exonerado
el autor detrás del autor. Al ser considerados autores por la ley no rige el principio de que no
hay coparticipación sin autoría.

Coautores.
TIPOS DE COPARTICIPACIÓN.
Implica la realización de un delito determinado por parte de varias personas que actúan con o
además del autor. El delito es único y se les atribuye a todos los coparticipes en la medida de
su actuación en sí mismo. Los coparticipes se dividen en coautores y en cómplices.
Los coautores son participes principales y necesarios que, en el ámbito de su actuación,
tienen dominio sobre ella, al punto de que si retiran su contribución pueden llegar a desbaratar
el plan criminal conjunto, lo que no los transformo por ello en autores.
Ejemplo: si A, con ayuda de B y de C, que tiene aferrada a la víctima por los brazos y las
piernas, penetra violentamente a una mujer, incurren todos en el delito de violación, en grado
de autoría el primero y de coautoría los segundos.
El concurso de delincuentes tiene elementos objetivos y subjetivos.
Elementos objetivos son:

1. Identidad de delito

2. Comienzo de ejecución (art 5 CP)

3. Relevancia causal de las conductas respecto del resultado.

Elemento subjetivo es la convergencia intencional de conductas en el hecho delictivo común,


la intención de participación en un crimen, que, aunque en la mayoría de los casos es previa e
implica o puede implicar alguna distribución de roles, también puede ser espontanea o
coyuntural. Ejemplo: A y B están en la calle golpeando a C, a los que se suma D que también
la emprende a golpes contra la victima (todos son autores de lesiones).
Los coautores, según nuestra ley, actúan en la etapa de la consumación con actos de
cooperación directa, primaria o esencial, pero sin consumar por sí mismo el verbo nuclear.
Los cómplices actúan en la etapa preparatoria.
Son coautores, quienes, no siendo autores mediatos, ‘’determina’’ a otros punibles a cometer
el delito (art 61.1 CP)
La diferencia entre coautor y autor es que, el coautor determina a persona responsable a
cometer el delito, a alguien que no es un mero instrumento en manos del hombre de atrás,
salvo que rechace la obediencia debida para el ejecutor, responderá como autor y el
mandante como coautor.
Instigador: quien cumple una tarea generativa, determinativa, respecto de un sujeto
responsable, llevándolo a cometer el delito.
Si alguien pronuncia una palabra imprudente, o apenas un concejo, no debería ser
considerado coautor, en la medida en que su apoyo moral al delito no haya tenido aquella
capacidad generativa, desencadenadora del mal exigida por la ley. Este apoyo moral, puede
darse, antes como durante manteniendo la intención del autor.
El agente provocador, es un inductor, y cunado actúa respecto de una persona impune, será
autor mediato; y actuando conforme a la ley, el provocador queda amparado por la
justificación del cumplimiento de la ley, mientras que el inductor como siempre, es el autor.
COAUTORÍA POR PROMESA DE ENCUBRIMIENTO.
Coautor: 61.2 CP: ‘’ Los funcionarios públicos que, obligados a impedir, esclarecer o penar el
delito, hubiesen, antes de la ejecución y para decidirla, prometido encubrirlo’’.
Solo pueden ser coautores los que tengan la obligación de impedir esclarecer o penar el
delito, que no son otros que los funcionarios a que se refiere el art 177 CP, conforme a esta,
los jueces, los funcionarios policiales y los demás funcionarios, pero estos solo en los delitos
cometidos en su repartición o cuyo efectos experimentados particularmente por la misma,
permitiera atrapar a otros funcionarios encargados a hacer cumplir la ley, como aduaneros o
los de prefectura naval, y los del ministerio público.
COAUTORÍA POR COOPERACIÓN DIRECTA EN EL PERIODO DE CONSUMACIÓN
Diferencia: Los autores son los que ejecutan los actos consumativos, y los coautores,
cooperan directamente en el período consumativo, pero sin conjugar el verbo nuclear (art 61.3
CP).
Se trata de la cooperación material durante la consumación por parte de personas que no
ejecutan sin embargo los actos típicos, como en el ejemplo de Violación.
En los delitos complejos se atiende a este criterio para saber si es autor o coautor: si en el
curso de un copamiento a casa de familia, uno de los partícipes da muerte al propietario de la
finca, que se resiste al asalto, el delito complejo aplicable es el del homicidio muy
especialmente agravado del art 312.4 CP, en grado de autoría para el matado de coautoría
para todos los demás.
Si es solo campamiento, todos serán autores del mismo, independiente de que hayan hecho
cada uno durante la consumación. Coautor de este copamiento, podría serlo el chofer que
espera afuera de la casa para transportarlos a lugar seguro con los objetos sustraídos del
hogar. (esto dice Langon).
COAUTORÍA POR COOPERACIÓN INDISPENSABLE AL ACTO CRIMINAL.
También son coautores art 61.4 CP: ‘’Los que cooperen a la realización, sea en la faz
preparatoria, sea en la faz ejecutiva, por un acto sin el cual el delito no se hubiera podido
cometer’’.
Desplaza la coautoría a etapas anteriores e incluso a los actos preparatorios que son
‘’previos’’ a ella y que, en teoría, correspondería a actos de complicidad o de participación
secundaria, que por mandato de la ley se hace principal.
La disposición difumina la frontera entre complicidad y coautoría, debiendo interpretarse
racionalmente, porque la ley quiere conservar las categorías, debiendo buscar una
comprensión razonable y armónica, dentro del sistema, que permita solucionar el problema.
La diferencia está en la calidad de colaborador al hecho criminal unitario de que se trata.
Los coautores serían los que realizan una actividad esencial para que el delito se pueda
cometer, son los ‘’insustituibles’’, no pudiendo ser sustituibles por otras con facilidad. Ejemplo:
los que tienen habilidades especiales, abrir cerraduras, manipular y desconectar las alarmas
electrónicas, expertos en computación, en dominar perros, escaladores y algunos choferes de
especial capacidad. Sin estas personas el delito no se pudiera cometer, son esenciales al
punto de que su retiro hace peligrar todo proyecto criminal. En la participación de estos
sujetos hay algo de ‘’intuito personae’’ en su actuación, convirtiéndolo en coautor y sacándolo
de la categoría de complicidad en la que normalmente deberán encontrarse este tipo de
actores, por el momento en que presenta su colaboración.

Complicidad
Los cómplices son todos los partícipes que no resulten ser autores ni coautores (art 62 CP.)
son entonces:
 Los que no siendo ni autores ni coautores;

 Cooperan al delito unitario de que se trata;

 Moral o materialmente;

 Por actos anteriores o simultáneos a la ejecución;

 Extraños y previos a la consumación.

Los cómplices no están en la etapa de consumación, sino que, en esta, solo hay autores y
coautores.
El chofer que espera durante el desarrollo del crimen a los delincuentes, son siempre
coautores, porque actúan antes (transportaron a los delincuentes hasta el lugar del crimen),
durante (el tiempo que dura el crimen) y aun después de la consumación (llevándolos a un
lugar seguro), sin siquiera tener que considerar las habilidades del chofer.
Serian cómplices, si solo llevan a los delincuentes y se van, de modo que no están presentes
en el momento de la consumación.
La cooperación moral, es una conducta que denota una actitud simplemente colaborativa, de
carácter secundario, un apoyo, un reforzamiento en todo caso de una determinación ya
tomada por otras razones, un concejo, un auxilio moral al delincuente principal. Fortalecer,
alterar, confrontar a un criminal ya determinado, plasmara siempre conductas de complicidad.
Se diferencia de los coautores, porque son fácilmente sustituibles por otro, es alguien que no
tiene ninguna especialización, cuya función se puede suplir por cualquiera que decida ayudar
a los delincuentes, de modo que incluso pueda
prescindirse en absoluto de su colaboración y el delito igual se consumaría del modo previsto.
La cooperación por actos materiales, debe realizarse siempre en faz preparatoria o ejecutoria,
antecediendo a la consumación. Esto genera un problema en base al ‘’campana’’. Este no es
siempre coautor o siempre cómplice, sino que se debe estudiar.
La exigencia de su actuación sea anterior y previa a la consumación hace difícil que el
‘’campana’’, por ejemplo, fuera del banco, que cuya función es advertir de algún peligro
pasándose un pañuelo por la nariz, sea considerado cómplice si permanece en el lugar
durante todo el desarrollo del asalto.
Otro caso de complicidad, por ejemplo: el individuo que observa el movimiento de una casa
bancaria y que, si todo está bien, conforme a los intereses de los criminales desde un teléfono
celular advierte a aquellos que pueden venir al lugar y cometer el asalto, retirándose
inmediatamente. Su actividad no parece ser esencial para la realización del acto criminal,
habiendo una cooperación de carácter material anterior a la consumación, plasmando una
complicidad.

Excepciones al régimen común del concurso de delincuentes.


LOS CASOS DE CONCURSO NECESARIO O DELITOS PLURIPERSONALES.
Cuando la ley exige que el sujeto activo sea plural, como la asociación (al menos dos), la
asonada (requiere cuatro), la rebelión (al menos quince individuos), vemos el concurso
necesario, donde todos son autores, porque cada uno, ejecuta actos de consumación,
conjugando el verbo típico.
No obstante, puede presenciarse coautores y cómplices en los delitos plurisubjetivos.
Si alguien determina a un menor de edad, responde el que lo ha utilizado por razones de que
el menor es inimputable. (art 60 N2).
Si se ha instigado con capacidad generativa o determinante a una persona responsable, a la
rebelión, el que lo hubiera hecho responderá como coautor (art 61.1 CP).
Cualquier otro acto de cooperación moral o material, anterior al momento de la ejecución, que
no determine autoría o coautoría de la rebelión, podrá dar lugar subsidiariamente a una
complicidad en ese delito plurisubjetivo que estamos refiriendo.
NORMAS ESPECIALES DE COPARTICIPACIÓN: AUTORÍA DEL DELITO DE
PARTICIPACIÓN EN RIÑA Y EN ABORTO (ART 323 Y 325 BIS CP)
El delito de riña consiste en participar en una riña (art 323 CP), producida con motivos de una
competencia deportiva u otro espectáculo público, las reglas de participación son propias del
delito especial previsto en el art 323 bis del CP.
El delito de aborto, consiste en colaborar en el aborto de una mujer (art 325 bis CP) ‘’con
actos de participación principal o secundaria’’ estableciéndose, una forma de colaboración
especial y diferente a la general prevista en los artículos 59 a 64 del CP.
DELITOS DE MUCHEDUMBRE. ART 65.
La consideración de aspectos psicológicos de la multitud actuando en tumulto, por contagio,
da a lugar en ocasiones a delitos de extrema gravedad y que provocan una conmoción
publica notable.
Se ha visto por parte de líderes políticos o religiosos, o simplemente derivados de catástrofes
naturales como puede ser un terremoto, induración etc., donde perdidos los controles, la
masa se autoalimenta de violencia y puede producir delitos de distinta envergadura.
El legislador diferencia entre reuniones para cuyo objeto sea cometer delitos y aquellas
reuniones que no lo tuvieran (concierto de rock, cierre de campaña electoral).
Si la reunión tiene por objeto cometer un delito, responderán como autores los que
participaron y los directores, aunque no hubieran tomado participación material en el hecho.
Si no fuera criminal, y se cometiera por impulso de la muchedumbre en tumulto, responderán
como autores los instigadores y como cómplices todos los demás que hubieren participado
materialmente en la ejecución, quedando exentos de penas el resto.

Responsabilidad de los particulares por delitos cometidos


diferentes de los concentrados (art 63 CP)
Si A, B y C deciden cometer juntos una rapiña a un comercio, pueda ocurrir, en el curso de la
acción, que uno de ellos A, de muerte al dueño del local, cosa que no habían planificado los
concurrentes, lo que plantea el problema de establecer, porque delito, a que grado de
culpabilidad y en qué nivel de participación se juzgara a B y C.
En el fondo, se plantea un delito aberrante, se quiere una cosa y se produce otra, más o
menos grave, de igual o diferente naturaleza.
La comunicabilidad del resultado producido a los coparticipes:

 Comunicabilidad del elemento constitutivo del delito en el caso de los delitos especiales, que
requieren pro definición condiciones personales para su existencia (art 64 CP). Ejemplo: el
delito de cohecho que se imputa al funcionario público, se comunica al particular
cohechador, transformándolo en un delito bilateral.
 Comunicabilidad de las circunstancias del delito según fueran reales o personales (art 52 CP).
 Comunicabilidad por un resultado distinto del concretado.

La ley refiere a los partícipes del delito concertado, que son extraños respecto del resultado
efectivamente producido.
La ley prevé 4 hipótesis:

1. El delito cometido es menos grave que el concretado (art 63.2 CP)


a. Ejemplo: los delincuentes han concretado penetrar a la vivienda de una mujer para violarla,
pero, luego de haber entrado al hogar, no pueden hacerlo porque ella había salido sin que
ellos la vieran y no pudieron concretar el crimen.
b. Todos responden por el delito de violación de domicilio.

2. El delito cometido es de igual gravedad que el concretado, pero de distinta naturaleza.


3. El delito cometido es el concertado, pero esta complicado por otros delitos.
4. El delito cometido es de mayor gravedad que el concretado.

Estas últimas tres situaciones se regulan conforme al inciso 1 del art 63 CP, de acuerdo a la
regla, de que los que fueran ‘’extraños’’ al hecho no concertado ‘’responderán por el delito
concertado’’, y solo por el cometido sin concierto, en cuanto pudo haber sido previsto de
acuerdo a los principios generales.
La regla del art 18.4 CP, limita la imputación conforme a la previsibilidad del resultado, siendo
los resultados imprevisibles, no pueden serle imputados objetivamente a los partícipes que no
pudieron prever. La única posibilidad de imputación de ese resultado es a título de dolo
eventual, en base a que la previsión del resultado no querido, no detuvo a los partícipes en su
acto criminal.
Ejemplo: varios sujetos fuertemente armados con ametralladoras, granadas y fusiles, deciden
copar un banco, en el curso de la acción, uno de ellos, dispara y mata al gerente, este
responderá por un solo delito de homicidio muy especialmente agravado (art 312 N° 4 o 5 del
CP) en calidad de autor, delito complejo que absorbe el delito medio de copamiento. Los
demás integrantes, responderán por homicidio muy especialmente calificado, como coautores,
porque hubo previsión del resultado, aunque no querido directamente.
La prueba del elemento intencional debe ser obtenido en juicio y puede funcionar el criterio de
la prueba indiciaria o prueba racional.
En cambio, si en el desarrollo del asalto uno de los integrantes viola a una muchacha
trabajadora del banco asaltado, responderá naturalmente en régimen de concurso, por un
delito de copamiento y de violación, mientras que el resto de los integrantes extraños al hecho
de la violación, responderán solo por el delito concertado y no por la violación, porque no es
previsible que en el curso de un asalto para obtener dinero se produzca una violación.

El funcionario público Que ‘’provoca’’ un delito:


caso particular de autoría mediata.
Se trata de una excusa absolutoria, haciendo no punible al que ejecuta la conducta típica,
desplazaba la responsabilidad penal por el delito cometido en tales circunstancias, hacia el
provocador en calidad de autor mediato.
El que actúa provocado por una autoridad, en forma ilícita, si bien queda impune, según el art
8 del CP, puede ser sometido a medidas preventivas de seguridad (inc. 3)
El hecho delictuoso provocado legítimamente se castigará, mientras que el provocador,
actuará amparado por la causa de justificación ‘’cumplimiento de la ley’’ (art 28. CP)
Solo es legítima la provocación, si se dan en simultaneo estas situaciones:

Autorización escrita
Dada por el juez competente
Por razones fundadas
Excepcionalmente en casos de ‘’delincuencia organizada’’; y,
Solo cuando se requiera en forma excepcional este procedimiento.

No existe universal acuerdo en base a un concepto de delincuencia organizada. La


Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada, refiere a un ‘’grupo
estructurado de tres o más personas, que exista durante cierto tiempo y que actúe
concertadamente con el propósito de cometer uno o más delitos graves o delitos tipificados
con arreglo a la presente Convención o con miras a obtener, directa o indirectamente, un
beneficio económico u otro beneficio de orden material’’.

Concurso de procesos y unificación de pena.


El hecho de que una sola persona pueda cometer carios delitos, o varias personas concurran
a la comisión de un único acto criminal, o que varias personas realicen distintos delitos que
tengan entre si algún grado de conexión, la norma prevé la manera de dilucidarse estas
cuestiones.
Las acciones conexas se ejercitarán en proceso único, debiendo sustanciarse por el juez
competente para la conexión y decidirse en una sola sentencia (art 47 CPP).
Cuando no se acumulan las acciones desde el inicio, se abrirán procesos independientes, no
pudiendo acumularse, por mandato de la ley (art 48 CPP), debiendo ser tramitadas y
resueltas con absoluta independencia por el juez de cada una.
concurso de delitos
La hipótesis básica es que una persona mediante una o más acciones cometa dos o más
delitos. El concurso de delitos se estructura sobre los conceptos de unidad y pluralidad
delictual, si tomamos el ejemplo más común: A da muerte a B, decimos que A ha cometido un
delito instantáneo de homicidio.
Sin embargo, si analizamos, apreciamos enseguida que A, con intención de matar primero
compró el arma, las balas, la cargó, la puso en su bolsillo, esperó la llegada de su oponente y
descargó sobre la víctima 6 disparos, accionando por lo tanto 6 veces el gatillo de su arma.
Este individuo ha realizado una pluralidad de actos (compra de arma, etc. Y 6 disparos,
algunos de los cuales son fatales y otros no), no existiendo dudas, sin embargo, de que
estamos en presencia de un solo delito de homicidio.
Estos asuntos, en no pocas ocasiones se resuelven conforme al sentido común y a las
concepciones sociales que tenga la comunidad en un momento determinado.
El asunto reside en determinar cuándo jurídicamente hay una o varias acciones. No puede
identificarse el concepto de acción con el de actos o movimientos corporales, y tampoco
considerase automáticamente que hay varias acciones cuando el resultado es plural, porque
eso llevaría a considerarse que la persona que pone una bomba en el avión, a consecuencia
de cuya explosión fallecen varías personas, ha realizado pluralidad de acciones, cuando,
como es notorio, resulta del sentido natural de la cuestión, la acción ha sido unitaria.
Para resolver sobre qué es una acción y cuándo hay unidad o pluralidad de ellas, se ha
propuesto en primer lugar considerar que hay unidad cuando existe una conexión temporal y
espacial de los diferentes actos que conforman una sola acción.
El joven que se apodera con sustracción de 30 naranjas que pendían de las ramas del árbol
del vecino mediante 30 actos de arrancar fruta, que coloca en una bolsa, comente en realidad
un solo delito de hurto, realizado a través de una sola acción, aunque integrada con pluralidad
de actos.
El concurso ideal o formal:
El código penal uruguayo regula esto de acuerdo al artículo 57 diciendo “en el caso de que un
solo hecho constituya la violación de dos o más leyes penales, se le impondrá al agente la
pena de delito mayor, salvo que de la naturaleza de la misma de las leyes violadas o de las
circunstancias propias del atentado, se desprende la conclusión de que su intención consistía
en violarlas todas”.
Para el derecho positivo, solo son posibles las hipótesis de concurso ideal heterogéneo, es
decir, que la misma acción de vulnerar “dos o más leyes penales” diferentes, tratándose por
tanto de delitos distintos, que tiene como consecuencia la aplicación de la pena por el “delito
mayor”.
El concurso ideal de formal en Uruguay requiere los siguientes elementos:

Unidad de acción
Pluralidad de tipos vulnerados (adecuación típica plural) que no se excluyen entre sí (pues
tal sería el caso de un concurso “aparente” de leyes)
Unidad de fin, que, en definitiva, según el codificador “es lo que caracteriza esta figura
jurídica”.
El ejemplo que pone Langon y Bordes es, el que realiza la conjunción carnal con una persona
de 11 años, que resulta ser su hija biológica, en el banco de una plaza realiza una sola acción
(la relación sexual) que se adecua a tres figuras heterogéneas y no excluyente entre sí, como
son los delitos de violación (art 272 CP), el de incesto (art 276 CP), y el de ultraje público al
pudor (ar 277 código penal) por haberse realizado la conjunción carnal sobre una persona
menor de 12 años, con determinado lazo de parentesco en lugar público.
Se aplica el llamado sistema de la absorción, ya que se aplicará la pena del delito mayor, que
absorbe a la de los delitos menores.
Para ello, en el caso, la violación es indubitablemente el delito mayor porque el mismo es
castigado con una pena de penitenciaría de 2 a 12 años, mientras que el incesto se castiga
con 6 meses de prisión a 5 años de
penitenciaria, y el ultraje público al pudor con 3 meses de prisión a 3 años de penitenciaria.
El caso del terrorista que coloca una bomba y la hace estallar, causando la regla del concurso
real (pluralidad de delitos), art 58 del CP.
Cuando la intención del sujeto fuera violar todas las leyes involucradas por la acción única
cometida, es decir, si se prueba su intención de realizar al mismo tiempo una conjunción
sexual, un incesto y un ultraje público al pudor, no rige la regla del concurso formal, en cuanto
a la determinación de la pena, sino que se aplicarán las reglas correspondientes a la
reiteración real (art 54 CP).

El concurso real de delitos:


Reiterar delitos es volver a cometerlos (por ejemplo, ejecutar 2, 3 o más delitos de hurto), o
cometer diferentes delitos en los plazos vistos.
Cuando el sujeto comete varios delitos de la misma especie, estamos ante la presencia de
una reiteración real específica, como sería el caso de un sujeto autor de cuatro, cinco o más
delitos de hurto, mientras que cuando en las mismas circunstancias comete delitos diferentes
(un homicidio, una violación, una estafa) nos encontramos ante la situación denominada de
reiteración real genérica.
Este tipo de disposición en el código tiene por efecto determinar la cuantía de la pena a
aplicar, puede llevar a sanciones verdaderamente draconianas, incompatibles con el actual
concepto de la dignidad humana y la sensibilidad jurídica, por lo cual se ha tratado de
establecer ciertos criterios que permitan una valoración global de la conducta del delincuente,
para aplicarle una pena que tenga en consideración la pluralidad de crímenes, pero que
resulte acotada y conforme a los principios generales de dosimetría penal.
La jurisprudencia ha entendido que la pena que corresponde específicamente al delito mayor
de todos, para luego acumularlas hasta la mitad de la misma, salvo cuando se hubieran
ejecutado los diferentes delitos en el plazo de 5 años, a partir del primero, en cuyo caso la
pena puede llegar a las dos terceras partes en cuanto al aumento.
Por ejemplo, un sujeto que ha cometido un delito de rapiña (art 344 CP), uno de hurto (art 340
CP), y una estafa (art 347 CP), lo que debe hacerse es determinar cuál es la pena que
merece el individuo por el delito más grave, que obviamente es el de rapiña, que está entre
los 4 a 16 años de penitenciaria.
Si de esto, la rapiña debería merecer una pena de 8 años, la sanción en el cúmulo no podrá
exceder de los 12, atento a lo que establece el art 54 del CP.
Cuando los delitos excedieron el número de 3, y se cometieran en un término mayor de 5
años “la pena no varía”, pero el juez tiene la potestad en el caso de que la pluralidad de
delitos superiores al número de 3 se hubieran cometido dentro del término de los 10 años a
partir del primero, de declarar al autor delincuente habitual (art 55 del CP) por reiteración, lo
que hace aplicable el régimen del art 48, obligando a imponérsele medidas eliminativas de
seguridad, aditivas a la pena (art 92, 94, 99 del CP).

El concurso fuera de la reiteración: los delitos conexos:


La relación de medio a fin entre actividades criminales está regulada bajo el nomen juris de
concurrencia fuera de la reiteración (art 56 CP).
En este artículo se prevén dos situaciones diferentes:

 La de la conexión de delitos, y

 Los delitos complejos.


Los delitos conexos, plantean un caso específico de reiteración delictual y en su mérito tienen
un tratamiento punitivo idéntico al de la situación principal.

El código reconoce dos formas de conexión de delitos:

 La teleológica, cuando los delitos se encuentran en relación de medio a fin, y


 La consecuencial, cuando se comete un segundo delito para facilitar u ocultar delitos
anteriores.
El que luego de cometer un homicidio (art 310 CP) con la intención de ocultar un crimen,
procede a incendiar el inmueble donde yace el cadáver de la víctima
(art 206 CP), incurre en los delitos de homicidio y de incendio, en concurso fuera de la
reiteración en la modalidad de conexión consecuencial.

El delito complejo:
Es la unión de dos delitos que le aumentó la pena, donde tiene previsión legislativa en el
artículo 56 del CP que se refiere a ellos en su última parte, cuando dice que los delitos
conexos no se juzgan de acuerdo a los parámetros de la reiteración real, cuando se hallaran
contemplados como circunstancias constitutivas o agravantes del delito central.
Algunas conductas que autonómicamente consideradas podrían configurar delitos
independientes, como el empleo de violencias para obligar a alguno a hacer alguna cosa
(delito de violencia privada, art 288 del CP), o la conducta del que amenazare a otro con un
daño injusto (delito de amenazas, art 290 del CP), se complejizan cuando la ley transforma a
este delito autónomo (de violencias o amenazas), en medio típico de un delito mayor que lo
incorporan a su propia estructura (como de violación, art 272 CP).
La segunda modalidad del delito complejo una conducta que autonómicamente configuraría
un delito determinado pasase a ser una circunstancia agravatoria de un delito básico.
Por ejemplo, el más claro de este es el delito complejo y único de hurto agravado por la
penetración domiciliaría (art 341 de CP), en el cual el delito autonómico de violación de
domicilio previsto en el artículo 294, pasa a constituirse en una circunstancia agravatoria del
delito básico de hurto previsto en el artículo 340, de forma y modo que se complejiza de tal
manera la figura y se imputa un solo delito que comprende esta pluralidad de acciones, y que
lleva una pena exacerbada de 2 a 8 años de penitenciaria
Si un sujeto bajo amenaza de arma de fuego priva de libertad a un taxi metrista y lo encierra
en la cajuela de su propio automóvil, para luego de apoderarse con sustracción del dinero que
tuviera la víctima en su poder, abandonar el vehículo con su carga humana en un paraje
deshabitado, comete un único delito de copamiento (art 344 BIS del CP) que está constituido
por el delito complejo de rapiña (art 344 del CP), que fusiona en una nueva figura al delito de
hurto y al de violencia privada, más el delito autonómico de privación de libertad (art 281 de
CP) van a construir un solo delito complejo de copamiento, donde quedan absorbidas por
todas las conductas que lo constituyen.
El delito complejo plasma una verdadera fusión de delitos, que se complejizan en una figura
única donde los delitos que la integran pierden su individualidad y constituyen una realidad
jurídica diferente, más grave naturalmente y que tiene una pena determinada por el tipo que
corresponda. Estos delitos constituyen un problema de tipicidad y la racionalidad que procura,
deriva de la necesidad de no castigar al sujeto dos veces por la misma conducta.

El delito calificado por el resultado.

El delito continuado:
El delito continuado es una creación legislativa, en la medida en que aquellas se hubieran
realizados en cumplimiento de una única resolución criminal, de forma y modo que es la
intención del sujeto activo, lo que va a determinar en definitiva si estamos en presencia de un
concurso real de delitos, o de un solo delito continuado (art 58 del CP)
El ejemplo que pone Bordes es el de la cajera que, para pagar su tarjeta de crédito roba de la
caja del supermercado que trabaja $1000 por día hasta llegar a los $20000.
Es un caso de fusión de delitos, donde varías figuras quedan fusionadas en un delito único
abarcado por una idéntica y única resolución criminal, elemento de carácter subjetivo que en
definitiva es el que determina la existencia o no de la continuidad.
Baldo distinguió:

A. Cuando el hurto es uno: cuando un sujeto se apodera de varias cosas en un contexto


común (el ejemplo de la cajera que realiza 20 actos de apoderamiento de dinero, configurativo
de una única acción de hurto).
B. Cuando diversos hechos se computan por uno.
El delito continuado en nuestro sistema se construye sobre la base de pluralidad de acciones
criminales violatorias de la misma ley penal ejecutadas en cumplimiento de una única
resolución criminal.
Un ejemplo podría ser el de la persona que, carente de trabajo para alimentar a su familia,
decide realizar cinco asaltos a gasolineras y a taxistas, ejecutándolos en el curso por ejemplo
de los meses. Deben ser todos los mismos delitos.
Es decir que en enero asalta al taxista B, en febrero a la gasolinera de la calle Ejido, en marzo
al taxista B, y así sucesivamente hasta completar el número que había previsto realizar.
No habrá en el caso cinco delitos de rapiña en reiteración real, sino un solo delito de rapiña
integrado por todas esas acciones que hemos referido, agravado por la continuación. En
definitiva, se le imputaría un único delito de rapiña continuado.
Será difícil en la práctica discriminar esta situación de los caos de reiteración real de delitos,
pero lo cierto es que deberá probarse la existencia de una decisión formal sobre la modalidad
plural del delito.
Es claro que el delito continuado solo opera en casos de homogeneidad típica, es decir,
cuando se haya violado “la misma ley penal” es decir la misma figura delictiva legal.
Debe tratarse por tanto de un mismo tipo de delito, lo que no impide que exista continuidad
entre las figuras simple y las clasificadas (por ejemplo, el art 340 y 341 del CP).
El código expresamente no exige que las acciones ocurran en el mismo momento o en el
mismo lugar, o contra la misma persona, lo que da una enrome amplitud a la continuidad en
nuestro sistema.
El delito continuado es una ficción plasmada en la ley con la finalidad de beneficiar al
delincuente, para evitar excesos de incriminación y limitar el monto de las penas a ciertas
circunstancias que en general deberían tener parámetros más adecuados por lo menos en
cuanto al tiempo.
En delitos que afectan a un número indeterminado de personas, y particularmente en el delito
de esta, la aplicación del instituto puede llevar a resultados inconvenientes desde el punto de
vista de la prevención.
Como dijo Majno, no es lo mismo cometer un delito continuado, que continuar cometiendo
delitos.
La naturaleza de algunos delitos y las circunstancias del caso deberán ser tomadas en
consideración para establecer si existe o no continuidad, por ejemplo, en el caso de
libramiento de cheques sin fondos, en cuya situación es posible que se arribe a una terapia de
la continuidad imputando un solo delito de libramiento de cheques sin fondos, agravado por la
continuidad.
El elemento clave en este caso sería el de la no con-textualidad y la dilatación excesiva en el
tiempo que, de no considerarse podrían transformar en una verdadera insidia jurídica el
considerar que los concúbitos son acciones ejecutivas de una misma resolución criminal
tomada hace años.
Debe evitarse esta situación, tampoco es permisible que por presuntas facilidades de tipo
procesal que puedan ser solucionadas por el recurso al delito continuado, que se basas las
condenas en simples sospechas, por lo cual todos los actos deben ser objeto prueba, todas
las acciones independientes, constitutivas del único delito continuado, deben en principio ser
probadas adecuadamente.
LA CONTINUIDAD EN EL DELITO DE HOMICIDIO:
Si partimos de la base de que el delito continuado exige pluralidad de acciones, el caso del
sujeto que coloca una bomba con la que da muerte al explosionar a varias personas, debe
quedar excluido de la continuidad requiere “diversas acciones” (art 119 y 310 del CP).
La entidad cualitativa del derecho lesionado hace moralmente imposible considerar la
continuidad en el homicidio atento a la pluralidad del sujeto pasivo y a la resolución criminal
autónoma que cada muerte exige, que resultarían incompatibles en la especie con la
continuidad.
Langon se adhiere a esta posición que no puede haber continuidad en el homicidio.
La continuidad en el homicidio le parece incompatible con la intención del legislador de
agravar el delito de homicidio, precisamente, por las ocurrencias de homicidios anteriores, lo
que ha plasmado como circunstancias de agravación especiales y muy especiales de la figura
básica.
El delito continuado se consuma en un solo momento y plazo de la prescripción comienza a
correr desde que se realiza la última acción (art 119 del CP).
Va de suyo que puede haber delitos continuados que han quedado en grado de tentativa, por
ejemplo, el sujeto decidió realizar dos rapiñas, y ambas quedaron en grado de tentativa, en
cuyo caso debería responder por un delito continuado de rapiña en grado de tentativa.
Finalmente, Langon dice que, requiriéndose un dolo unitario, no puede haber delito
continuado culposo, ni tampoco ultraintencional, tampoco a dolo eventual.

Delitos progresivos y regresivos (los hechos co-penados previos


y posteriores al delito principal)

El Delito Colectivo.
Previsión legal en el art 119 CP, considerando que requiere ‘’diversos autores’’. Este, es
distinto y no va de la mano con los delitos de pluralidad de sujetos activos.
El delito colectivo es aquel que requiere como elemento constitutivo la repetición del núcleo
del tipo, es decir, la repetición de la misma conducta, o de forma de conducta consideradas
por la ley como idénticas.
El ejemplo: art 230 CP de circulación de moneda falsificada, por cuanto el ‘’hacer circular’’
supone carios actos para su consumación.

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