Está en la página 1de 27

SINTESIS TEORICO N° 6

TEORIA DEL DELITO


ASPECTOS POSITIVOS

Prof. Lic. Claudio Ghiso

Hoy comenzaremos a tratar algunos aspectos que hacen al campo de la penología a partir
de nociones y conceptos inherentes a la materia penal y a las particularidades que se dan
en el Fuero. Ustedes ya saben a esta altura qué se entiende por materia, qué se entiende por
fuero más otras especificidades que hacen a la organización del Poder Judicial de la Nación
y al Proceso Judicial que tratamos con anterioridad. Interesa a nuestra especialidad el
conocimiento sobre estas cuestiones, no sólo para nuestro ejercicio profesional en el ámbito
Tribunalicio en el desarrollo de la actividad pericial. También resulta de importancia para
aquellos que laboramos en ámbitos con sujetos sobre los que han recaído una serie de
intervenciones jurídico-judiciales que podemos traducir como medidas o penas según la
naturaleza de los hechos en los que han quedado comprometidos. Con ello mencionábamos
no sólo el ámbito penitenciario, sino todos los programas y dispositivos destinados a los
jóvenes infractores a la ley penal como así también, aquellos que asisten a personas con
consumo problemático en el marco de una derivación judicial.

Mencionábamos que nuestro Código Penal tiene sus raíces en el código germano,
habiéndose incorporado en nuestra legislación el modelo que presentaba Paul Johann
Anselm Von Feuerbach, jurista, penalista y reformista de mediados de 1800.

Estamos haciendo mención al código penal que Foyerbach elaborara para el Reino de
Baviera. Reino que si bien se disuelve finalizada la primera guerra mundial, se conservó
entre 1806 y 1918.
Allí encontramos las bases de nuestro Código Penal (1921), de la misma manera que del
Esbozo de Freitas (Código Civil de Brasil) podemos referir el modelo que tomó Dalmacio
Vélez Sarsfield al momento de elaborar el Código Civil Argentino que se promulgó en
1869 sin perjuicio que en vigor su plena vigencia comenzó dos años más tarde. Con
numerosas modificaciones desde 1871 constituyó la base del Derecho Civil argentino hasta
el 1º de agosto del 2015, fecha en la que dicho cuerpo legal es derogado al momento que se
sancionaba legislativamente el nuevo Código Civil y Comercial que incorpora importantes
reformas por las que adecúa al sistema normativo temas relevantes como género, uniones
convivenciales, matrimonio igualitario, la capacidad como regla y la incapacidad como
última ratio, la reproducción humana asistida, entre otras importantes incorporaciones que
se adecúan sustancialmente a los cambios sociales y a los logros sobre los que se ha
avanzado en nuestro país en materia de Derechos Humanos.

Llegado a este punto, les planteaba que el Derecho como conjunto de normas más o
menos coercibles que tiene por propósito regular la vida de los seres humanos, la relación
entre los unos y los otros dentro de un cuerpo social, abarca la Ley como una de sus fuentes
y es justamente a partir de la Ley -en este caso la Ley Penal- aquella que promueve un
sistema de interpretación al momento de relevar hechos. Cuando decimos interpretación
nos referimos a una particular forma de reconstrucción, examinación y análisis, necesarios
para aproximarse con alguna convicción jurídica, a una conclusión respecto de cómo
pudieron haberse sucedido determinados eventos.

Es aquí el punto en el que ingresábamos a la Teoría del Delito indicando que la Ley, los
Códigos de Fondo, en este caso, el Código Penal Argentino resulta el instrumento o
herramienta técnica de interpretación que nos dice que cosas pueden configurar delito.

Es este mismo Código Penal en el que podemos encontrar la forma en que se expresa
cuáles son las conductas prohibidas pero también, cuáles son las conductas debidas. Es
decir que a partir de la delimitación que la norma realiza respecto de las primeras tanto
como de las segundas; se puede sancionar penalmente una conducta prohibida como un
hacer (activo) como también en base a la misma norma, se puede sancionar el no hacer
(omisivo) en el caso en el que yo no haya tenido una conducta debida.
En ese orden de cosas, la ley me dice que cosas no debo hacer, que cosas están prohibidas y
me dice asimismo que cosas debo hacer. Dicho de otra forma, se me puede sancionar por
hacer lo prohibido como por no hacer lo debido.

Los ejemplos que utilizamos fueron: Conducta prohibida (robar, lesionar o matar a
alguien) y no realizar una conducta debida (abandonar a una persona en situación de
auxilio). Respecto de esta última, hay una figura legal denominada Omisión de Auxilio, tal
vez mucho más conocida por ustedes como abandono de persona.

En los 90 aún se discutía en algunos sectores del campo jurídico, una serie de conceptos
tales como: Hecho, Conducta, Acto, Acción y si ellos resultaban sinónimos, si era lo
mismo acto y acción, hecho y conducta, hecho y acto, etc. Algunos juristas señalaban al
ACTO como aquello que comprendía a la ACCION como “un hacer activo”. De la misma
manera, interpretaban a la OMISION como “un no hacer lo debido”. Lo cierto es que
algunos sostienen que en Derecho Penal, si de CONDUCTA se trata, no hay omisiones;
toda vez que, hacer y no hacer, son acciones. En ese sentido, acto y acción son sinónimos.
Respecto al otro término: HECHO, decíamos que los hechos pueden darse con la
participación del individuo o pueden provenir de la naturaleza sin la participación humana,
tema que veremos cuando expliquemos los aspectos negativos de esta teoría del delito.

Con relación a lo antes señalado, si ustedes van al cuerpo legal, van a encontrar que la
forma en que está redactado - en especial lo inherente a figuras delictivas – allí lo que se
describen son conductas y ello; en virtud de que el Código no menciona rigurosamente:
robo, homicidio, violación, secuestro, etc. El Código Penal respecto de las conductas
prohibidas expresa por ejemplo: “aquél que matare – aquél que robare, aquél que privare
ilegalmente de la libertad….”. Tal especial forma nos advierte en definitiva que de lo que
se trata allí, es de conductas. Si por ejemplo, se tratase de no haber realizado una conducta
debida, podríamos tener algo así como “aquel que no obrare con….” “aquél que no prestare
auxilio….” entre otras fórmulas.

Ahora sí entonces, vamos a trabajar con cuestiones que hacen a la esfera penal partiendo de
algunas preguntas que formulábamos en clase:
¿Qué es delito?
¿Qué se entiende por delito?
¿Qué es delito para nosotros y el resto de la sociedad?
¿Qué configura delito desde la perspectiva jurídica, desde el Derecho?

Estas preguntas resultan de interés toda vez que - con relación al delito - podríamos
encontrar una diversidad de representaciones o ideas que tenemos en torno a él, las cuales
podrían tener o no alguna exactitud. Hay determinados hechos que nosotros podríamos
rápidamente sentenciarlos como delito ahí donde la examinación jurídica determina otra
cosa o, por el contrario, desestimar o relativizar algunas acciones, aun cuando las mismas
podrían sí ser resorte jurídico-judicial en materia penal por configurar delito.
Dicho lo anterior como introducción y con el propósito de que ustedes cuenten con otros
elementos para la comprensión de lo que viene, decíamos que para que una acción
constituya delito se debe comprobar una conducta, que sea típica, antijurídica y
culpable. Estos cuatro requerimientos son los aspectos (+) positivos de la Teoría del Delito
por lo que decíamos entonces que para que haya delito, la respuesta debe ser positiva.
Tiene que darse todo lo anterior para que algo constituya delito. Por decirlo de alguna otra
manera; si no está todo eso, no hay delito. En la medida en que falte uno de esos aspectos
positivos, no se configura delito. Por ello, mencioné que la respuesta debe ser positiva y
aquí una respuesta positiva engloba a la totalidad de los aspectos positivos que estamos
exponiendo.

Les señalaba que el Fiscal como funcionario judicial del Ministerio Público, es quien tiene
la tarea de investigar cómo fueron los hechos a partir de la reunión y recolección de pruebas
en el marco de la de denominada IPP (Investigación Penal Preparatoria) que debe impulsar,
en tanto son los magistrados (jueces del fuero) quienes deben administrar el proceso y
resolver el juicio, valiéndose ambas autoridades judiciales, tanto del Código Penal (Código
de Fondo) como del Código Procesal Penal (Código de Forma). Plexos normativos estos a
los que recurren como instrumento técnico-legal interpretativo para determinar si se está en
presencia o no de un hecho delictivo.

Vayamos entonces al primero de los aspectos (+), La Conducta.

Siempre que hablemos de conducta debemos tener presente que son “todas acciones”. Es
decir, así como el hacer es una conducta, en términos activos (conducta prohibida) el no
hacer también es una conducta en término omisivo, toda vez que la ley me indique que
debo realizar una determinada acción (conducta debida). También veíamos que los hechos
pueden provenir de las personas, como pueden provenir de la naturaleza.

Aquellos hechos en los que interviene el ser humano pueden además, ser voluntarios o
involuntarios. Sobre estos últimos hablaremos en la próxima clase ya que pertenecen o
están clasificados en otros aspectos que son los aspectos negativos de la Teoría del Delito.
Pero resulta importante saber que cuando hablamos de un hecho humano y voluntario,
estamos diciendo que hay Conducta.
CONDUCTA: Desde la perspectiva jurídica, comporta una suerte de estructura en cuyo
interior distinguimos dos aspectos, un aspecto interno y otro aspecto externo. Asimismo,
cada uno de estos dos aspectos contiene dos elementos, a saber:

Dentro del Aspecto Interno se encuentran el Fin y los medios. Con respecto al fin
debemos entenderlo como el propósito u objeto que persigo. En relación a los medios
decíamos que son aquellos que selecciono para alcanzar el fin.

Para comprender la estructura de la conducta y poder establecer la relación o modo en que


interactúan sus aspectos: interno y externo, debemos pensarlo como un proceso por el que
se ponen en movimiento una serie de operaciones, por las que desde la representación del
fin que me propongo, vuelvo a la selección de los medios que utilizaré para obtener el
resultado.

Algo parecido nos sucede cuando pensamos en algo mucho más gratificante y menos
lesivo, como podrían ser una vacaciones.
Por ejemplo: yo pienso en un fin, unas vacaciones en República Dominicana, Punta Cana
para ser más preciso. A partir de verme en ese lugar disfrutando de varias cosas, es decir a
partir de la representación como operación psíquica que hago en torno a esa situación,
regreso de ella con el propósito de seleccionar los medios necesarios para lograr ese fin.

Ahí evalúo si me resulta más atractivo o conveniente viajar en un crucero teniendo en


cuenta si me atrae o no la idea, si me veo navegando por varios días, si me convence llegar
a destino una semana después, si gano o pierdo días de vacaciones en el lugar elegido, etc.
Reviso las ofertas de algunas aerolíneas. Evalúo alguna con dos o tres escalas a un monto
presupuestario menor, voy en el más caro pero llego mañana y me quedan 14 días de
disfrute u opto por Aeroxipolitakis para alcanzar el paraíso en un viaje de ida, etc. Estoy
poniendo como ejemplo una cuestión turística, de placer y alejada de toda maniobra que
pueda emparentarse con una acción delictiva. Ello al sólo efecto de pensar en la estructura
interna de la conducta (fin y medios) para pasar luego a explicar en qué momento o de qué
manera se activa un segundo momento que nos lleva por medio de una causalidad a un
resultado.

En el Aspecto Externo: Tenemos el Nexo de Causalidad o Nexo Causal y el Resultado.


Aquí pasamos a una segunda fase de la operación que iniciamos en el aspecto interno. Este
segundo momento tiene que ver con la exteriorización de la conducta. Esto es importante
destacarlo porque cuando en Derecho se habla de conductas, siempre se habla de
conductas exteriorizadas. Punto central para el Derecho, el discurso jurídico y que se aleja
de aquellas cuestiones que para la psicología o el psicoanálisis pueden cobrar otro sentido
en el campo de lo simbólico.

De la representación que arrancó con el fin (tirarme bajo el sol frente a un paisaje caribeño
maravilloso) vuelvo a seleccionar los medios y elijo viajar en avión con la empresa
Aerollegaollega con 14 hs. de vuelo incluyendo una escala en Miami. Saco el pasaje, armo
mi equipaje, parto rumbo a Punta Cana y al ratito ya estoy como me lo representé, panza
arriba en una reposera bajo una palapa, tomando un coco loco y enviándoles por mail la
síntesis de mi última clase, deseándoles lo mejor para el primer parcial. Con ello, completo
en principio el ciclo de lo que se entiende por conducta, abarcando los aspectos internos y
externos de la misma.

Pero examinando la plantilla, ¿qué es lo que me ha quedado en espera?


Alumna: El nexo causal

Bien. Falta aún ver como interviene en la operatoria que mencionábamos anteriormente el
nexo causal o nexo de causalidad.

Si para el Derecho la conducta debe ser exteriorizada, estamos hablando de una acción por
la cual se genera un resultado. Una acción a la cual le sigue la producción de un resultado.
Sucede que en esta etapa de exteriorización de la conducta activamos una causalidad
para lograr ese resultado.

Cuando hablamos de nexo causal y resultado estamos diciendo que a una determinada
acción le sigue un resultado. Estamos en el orden de lo que entendemos mejor como causa-
efecto. En un sentido amplio, el Nexo Causal constituye la relación existente entre el
resultado y la acción. Esto último tiene que ver con las teorías de la causalidad como la
teoría de la equivalencia de las condiciones o Conditio sine qua non. Tales teorías
entienden que la causa del resultado es toda condición que colabora en su producción y
sin la cual, aquél (resultado) no se hubiera producido.

Nexo causal y resultado, por el hecho de ser componentes externos de la estructura de la


conducta, no son parte en grado similar al aspecto interno pero podríamos decir que ambos
van de la mano y siempre cerca. Dicho de otra forma: el 2º es producto del 1º, el resultado
es producido por el nexo causal y así se establece una relación entre acción y resultado.

Ahora hagamos la misma operación pero pensando en una acción desvaliosa que podemos
denominar delictiva o delictual, por ejemplo (matar a alguien). Vamos a elegir a una
compañera para que sea la víctima ya que todos los cuatrimestres debo matar a alguien para
poder explicar mejor esto y obviamente no podría re-utilizar a la misma persona.
Bien, tenemos una compañera aquí que involuntariamente será víctima. En este caso y por
imperio del profesor, Natalia será mi víctima. Entonces, resulta que Natalia – esto deben
saberlo - no ha tenido el mejor rendimiento en esta materia. Así las cosas, mi fin es causarle
muerte. Ahora me represento la situación y regreso mentalmente en busca de los medios
para logarlo.

Elijo un arma de fuego, una pistola Browning calibre 9 mm., dando por hecho que a nuestra
compañera las armas blancas le causan cierta impresión y atendiendo su pedido de que todo
termine rápidamente. Me acerco a ella empuñando el arma, presiono el gatillo y así, disparo
dos veces contra ella. Al instante ella cae y poco después un grupo de paramédicos,
presentes en el lugar del hecho, corroboran su deceso.

Qué pasó ahí?


Alumnos: Homicidio

Bueno, para probar que es un homicidio y que ella muere por efecto de mi conducta, por mi
acción, deben darse una serie de eventos que examinados individual e integralmente
confirmen vuestra conclusión. Esa sucesión de eventos es lo que configura el nexo causal
y el cual debe guardar correspondencia con el resultado. Debe existir una relación de
causalidad entre mi acción y el resultado que produje.

El jurista y político español Luis Jiménez de Asúa señalaba que para “incriminar” debía
establecerse esa relación entre el acto humano y el resultado producido.

Pero ¿dónde estaría el nexo causal en el segundo ejemplo y cómo explicar la causalidad que
pongo en marcha para obtener un resultado buscado?

Deténganse en la secuencia: Yo elegí una pistola. Un arma que por lo general clasifican
como automática o semi-automática. Al accionar la corredera de la misma hacia atrás hay
un mecanismo que levanta una munición que aloja en la recámara. Al gatillar, el percutor
impacta sobre el culote de la vaina donde se encuentra el fulminante que por efecto del
impacto de la púa de percutor enciende la pólvora contenida, que por efecto de esa
combustión interna se produce una explosión que es la que despide el proyectil (plomo que
sale de la vaina) que impacta en el cuerpo de Natalia, que por efecto de ese impacto se
dañan uno o más órganos vitales produciéndose una hemorragia incontrolable, que por
efecto produce un paro y que por efecto lleva a nuestra estimada Natalia a su extinción.

Claro está que hay una forma más sencilla de establecer la relación entre acción y resultado.
Todos vieron que el profesor sacó un arma y le disparó a Natalia. Entonces, si a cada acción
le sigue un resultado, ustedes como testigos – y son muchos en esta aula – observaron mi
acción y también cual ha sido el resultado.

Si para lograr mi objetivo hubiese utilizado otro medio, podríamos secuenciarlo de la


siguiente forma: al atacar a ella con un elemento punzo cortante, arma blanca con una hoja
de doce centímetros y presionando enérgicamente sobre su cuerpo de forma tal que se
tiene por efecto el ingreso de dicho elemento a su organismo, que por efecto de ello se
produce un daño en determinados órganos vitales que deriva en una importante hemorragia
interna que por efecto ella se desangra y que por efecto se produce un paro cardio
respiratorio que por efecto produce su deceso.

Fíjense que el evento es secuencial y claro está, la examinación de ello no le corresponde a


la psicología jurídica. Hay otros peritos u otras pericias que intervienen en la reconstrucción
del suceso, por ejemplo, balística y criminalística en manos de la policía científica y
pericial y por supuesto, importante la pericia médica forense a través de la autopsia.

Estas apreciaciones que no le pertenecen a la psicología resultan elementos o pruebas que


en la etapa investigativa, en la instrucción que ordena la fiscalía, recrearán o reconstruirán
la presunta forma en que se sucedieron los hechos a partir de otros peritajes y claro está, la
búsqueda y detención del presunto o presuntos autores materiales del hecho resultará de
otros medios: testigos presenciales, testigos oculares, videos grabados por cámaras de
seguridad si es que en el lugar o próximos a él existiesen, etc.
Todo tendrá que ver con las características del delito. Tengamos en cuenta que no son
pocas las complicaciones que pueden darse para lograr dar con él o los autores y eso es algo
que ustedes ya saben con solo revisar las crónicas policiales en el actual. A ello hay que
sumar que rara vez – si se trata de un homicidio – el autor deja el arma en la escena del
crimen y si la dejara habría que obtener huellas y si se obtienen, se tendría que probar que
pertenecen a quien pudiera detenerse luego de un allanamiento, etc.

Al presentarles otro ejemplo en el que me situaba como agresor en la vía pública,


disparando por la espalda contra una persona sentada en un banco en una plaza se daba otra
situación. Teníamos por un lado algunos que indicaron ligeramente: homicidio - asesinato,
resultando obvio que el autor material era yo.

Yo puse como ejemplo: que al momento de la autopsia se determine que dicha persona
falleció por causas naturales antes de que yo exteriorizara mi conducta. Siguiendo ese
hipotético les decía que importa reunir todas las pruebas previo a determinar la imputación
de un delito. Si yo disparé a las 17.00 hs y la autopsia forense determina que la persona
murió aproximadamente a las 15.00 hs. ya no habría mérito para imputárseme el delito de
homicidio.

Alumna: Pero usted le disparó!


Correcto! Pero le disparé a un muerto. Aún sin saber que lo estaba (muerto), conforme lo
revelado por la autopsia le disparé a un muerto. Para que haya homicidio debe morir un ser
humano que esté vivo. Para que me acusen de un homicidio debo haber dado muerte a una
persona que previo a mi acción, se encontrara viva.
Hasta el Código civil establece que se es persona desde la concepción hasta la extinción.
Natalia fue persona hasta que yo decidí que deje de serlo, al menos en estas latitudes.

Puede sonar horroroso o con el calificativo que ustedes prefieran utilizar, pero ahí yo ya no
disparé a una persona sino a un cadáver. Y ahí expliqué algunas cuestiones respecto del
valor vida, valor objeto, valor cuerpo en tanto bienes etc.
Entonces, volviendo al punto de si cometí un homicidio como dijeron ligeramente, se me
podrá acusar o imputar con otra cosa, pero no ese delito porque indudablemente habría
otras figuras penales en las que podría encuadrarse o por el contrario, si existiere patología
psiquiátrica o causal de inimputabilidad al momento del hecho, más que la cárcel, me
aguarde un Establecimiento Psiquiátrico. Fíjense que en este ejemplo, la causalidad
determina que no hay íntima relación entre la acción y el resultado.

También pueden darse otras situaciones por las que, aquello que a primeras luces resulta
una obviedad, posiblemente no lo sea. Hay eventos que por la forma en que se suceden, se
excluye esta figura o aspecto positivo de la teoría del delito que es la Conducta. Tengamos
presente que los hechos pueden provenir del hombre o de la naturaleza y como dijimos
antes pueden ser voluntarios o involuntarios. De esa manera, se entiende por conducta
todo hecho humano y voluntario.

Yo no me voy a adelantar con los aspectos negativos de la Teoría del Delito, los cuales
veremos a partir de la próxima clase pero sí podría mencionarles que el aspecto negativo
que hace caer el aspecto (+) conducta, se denomina Ausencia de Conducta, y con su
aparición, se cae la configuración de delito.

Ahora pasemos al segundo aspecto de la Teoría de Delito que es la TIPICIDAD

TIPICA: La tipificación o la tipicidad (podrán encontrar trabajos, fallos o menciones en los


que puede aparecer de una u otra forma) es la adecuación del acto voluntario efectuado por
la persona a la conducta descripta por la ley como delito. Es la forma en que el Código
Penal describe una conducta y la adecúa a un tipo penal.

Cuando una conducta se adecúa a la descripción de la ley, puede afirmarse que el acto
constituye un delito. En ese sentido, es la ley la que se encarga de describir detalladamente
los delitos. De esa forma se establecen las conductas típicas.

Es la manera en que la Ley describe una conducta y el modo en que ella se adecúa a
un tipo penal.
Es una característica de la conducta. La ley va a comparar y determinar si una conducta
determinada se adecua o no a un tipo penal conforme los clasifica el Código Penal. Si en
esa comparación obtenemos como resultado un juicio positivo, decimos que esa
conducta es Típica.

Por el contrario, si al comparar esa conducta con los tipos penales, el resultado es negativo,
hablaremos de Atipicidad que es el aspecto negativo que se contrapone a Típica en la
Teoría del delito. Y vuelvo, si me aparece Atipicidad se cae Típica y si se cae ese aspecto
positivo, no habría delito. ¿Qué quiero decir con esto? Quiero decir que yo puedo tener una
Conducta (1° aspecto positivo) pero si es atípica (2° aspecto negativo) no hay delito.

Cabe mencionar que la norma que describe una conducta prohibida, debe hacerlo con
anterioridad a la realización de la misma. En este punto yo refería cuestiones emparentadas
con las garantías de ciudadano que confiere la propia Constitución Nacional, digo garantías
constitucionales citando el Art. 18 de esa jerarquía que establece que nadie puede ser
condenado sin juicio previo. Pero para que haya juicio de alguien vinculado a un evento de
orden penal, del orden del delito, deben reunirse los elementos que permitan avanzar en ese
sentido, es decir debe compararse la conducta con el tipo que ya está determinado por el
código y además debe arrojar resultado positivo.

Volviendo a los tipos penales, trabajamos sobre su clasificación:


Decíamos que hay tipos DOLOSOS y tipos CULPOSOS. Hay tipos ACTIVOS Y
OMISIVOS y hay tipos ABIERTOS y CERRADOS. En virtud de que ustedes son
estudiantes de psicología y no de Derecho, me interesa poner foco en los tipos penales que
podrían resultar de mayor interés o utilidad, conforme a lo que pueden escuchar
frecuentemente en los medios y que muchas veces no se entiende bien a qué se refieren
tales nociones jurídicas.

Veamos entonces los siguientes:

Tipos Dolosos
DOLO: Refiere intencionalidad en el acto. En Derecho implica la voluntad deliberada
para cometer una acción a sabiendas de su ilicitud. La “voluntad deliberada” reúne el
aspecto volitivo y “a sabiendas de su ilicitud”, el aspecto cognitivo.

Retomando lo que refería sobre conductas prohibidas y conductas debidas, en derecho


penal; DOLO supone tanto la intención en el obrar del sujeto (acción típica prohíba por la
ley) como en la abstención ahí cuando la es la norma, la que obliga a la actuación.

El Derecho Romano Justiniano lo refiere como “dolos”, “dolos malus” o “propósitum”


indicando así la intención encaminada al delito con conciencia del hecho criminoso.

El Derecho Canónico refiere al dolo como “voluntas” y “malitia” sugiriendo voluntad y


malicia. Para este Derecho el dolo consiste entonces en la voluntad de cometer un acto
sabiendo que es punible.

El Dr. Fernando Castellanos, mexicano, jurista y ex miembro de la Corte Suprema de ese


país, Titular de la Cátedra de Derecho Penal de la Universidad Autónoma de México,
refiere al DOLO como un actuar conciente y voluntario dirigido a la producción de un
resultado típico y antijurídico.
La punibilidad está íntimamente asociada a otro término que es la imputabilidad y que
quiere decir “cargar en la cuenta de alguien”. Mencionaba que es un término mucho más
emparentado con las ciencias económicas pero que en Derecho se aplica a la imputación
que se realiza a los presuntos/as autores/as materiales, ideólogos, cómplices o partícipes
necesarios en determinados hechos delictivos.

En ese sentido, en Derecho, Dolo implica la voluntad deliberada de cometer una acción a
sabiendas de su ilicitud. Es la “voluntad deliberada” la que reúne el aspecto volitivo y “a
sabiendas de lo ilícito” la que reúne el aspecto cognitivo o intelectivo.

Asimismo, debemos señalar que la norma clasifica el Dolo de 3 (tres) maneras:

 Dolo Directo
 Dolo Indirecto
 Dolo Eventual
Podría decirles también que van a escuchar por ahí la siguiente forma de clasificarlos:

 Dolo Directo (o de 1° grado)


 Dolo Indirecto (o directo de 2° grado, o de consecuencia necesaria)
 Dolo Eventual (o de 3° grado)

DOLO DIRECTO: Se da en las situaciones en las que busco y genero el resultado.


Cuando yo quiero determinado resultado y me procuro los medios para materializar el
mismo. Busco ese resultado y lo obtengo. Esto tendría que ver con lo que se denomina
Dolo Directo. Si quiero matar a alguien, elijo con qué y efectivizo el hecho.

Como veíamos en las ocasiones en que me propuse matar a la compañera, en ambas, el fin
era ocasionarle la muerte, los medios: arma de fuego en uno de los ejemplos y arma blanca
en el otro, el nexo causal lo hemos desarrollado en ambos casos y el resultado: su deceso.
Hay una completa correspondencia entre el fin y el resultado. En el dolo directo, el/la
autor/a como sujeto activo, dirige la voluntad a la producción del resultado directo.
DOLO INDIRECTO (o de consecuencias necesarias): Yo no quiero un determinado
resultado (matar al chofer que conduce a la compañera, persona esta última a la que sí
quiero matar) pero por los medios que utilizo (coloco un explosivo bajo el auto que la
traslada), será de consecuencia necesaria para esa producción. Si me corro como autor del
hecho, podría expresarlo de otra forma: El sujeto no persigue el resultado pero sin
importarle o ignorando las consecuencias, lleva a cabo su fin generando además otros
resultados delictivos.
Este tipo de dolo (dolo indirecto) se da cuando se produce un resultado no querido
directamente pero que es consecuencia necesaria y está inevitablemente ligado al resultado
que se pretende conseguir. El sujeto no persigue el resultado pero no obstante, actúa y
realiza la acción.
Quiero dar muerte a Milagros o a un político
DOLO EVENTUAL: Sobre este tipo de dolo podría decirles en principio que se trata de la
forma más débil del dolo ya que en estos supuestos, tanto el elemento cognoscitivo como el
volitivo, aparecen menos intensamente. Por otra parte hay que decir que nuestro sistema
judicial no lo aplica tanto como sucede en otros países con ordenamientos jurídicos
similares. Y ello en parte puede responder a una delgada línea que existe entre la figura que
estamos tratando y otra que tiene que ver ya no con un tipo doloso sino con un tipo culposo
como es la Culpa con Representación o como también se la conoce; Culpa Consciente.

Entonces, en el dolo eventual la finalidad del sujeto no es producir el resultado pero


reconoce la posibilidad de que éste se produzca y no obstante ello, sigue actuando.
Algunos autores refieren el dolo eventual como la voluntad que acepta el resultado criminal
en la mente del sujeto sólo como posible. Aquí lo que tenemos es que el sujeto ha previsto
el resultado típicamente antijurídico como probable, no ha confiado en que su destreza,
habilidad o pericia impida la realización de ese resultado y sin embargo ha continuado con
la acción. Dicho lo anterior de otra forma, el sujeto activo no persigue un resultado y
tampoco lo prevé como seguro. Sólo prevé que es posible que se produzca.

Hay dos elementos que resultan necesarios según ésta teoría para poder afirmar que
estamos en presencia de Dolo Eventual:
1. Que el sujeto se represente el resultado típico como probable
2. Que el sujeto consienta o acepte el mismo para el caso que se produzca.

Milagros sale a trabajar todos los días a las 8 am por lo que he investigado. Yo pongo un
artefacto explosivo bajo su auto y me retiro. Ahora bien, resulta que una amiga de Milagros
pasó la noche en su casa y suben juntas al auto. Al activarse el artefacto explosivo será
inevitable su muerte también, resultado que en realidad no busco (matar a quien de hecho,
no me importa, su amiga). En este caso, la justicia fundamentará el eventual en tanto
considera que no hay forma en que yo no pueda representarme un daño colateral al utilizar
como medio, un explosivo. Si no era la amiga de Milagros, bien podría haber sido cualquier
transeúnte o conductor quien resultara herido o muerto. Aquí tenemos, un homicidio doloso
directo respecto a Milagros más uno con dolo eventual por su amiga.

Otro de los ejemplos fue el caso del cerrajero que muere en el microcentro, producto de los
disparos efectuados por un hombre que intentó matar a los dos “motochorros” que le
sustrajeron una mochila con dinero.

Si por alguna discusión el compañero Carlos se acerca a mí y yo le pego en su cabeza con


un bate de beisbol, estamos en similar situación conforme a la posibilidad de que se den
algunos de los dos supuestos señalados ut supra.

Homicidio simple, dolo eventual


SUMARIO DE FALLO
Id SAIJ: SUTF001551
TEXTO
Corresponde condenar en orden al delito de homicidio simple a quien ocasionó la muerte de
un bebé al sacudirlo porque no paraba de llorar, pues, si bien debe descartarse el dolo
específico de matar *(dolo directo) resulta evidente teniendo presente la edad de la víctima
-siete meses-, la consecuente notable desproporción entre el tamaño del imputado y peso
con la de él, y la violenta sacudida que le propinó, que indudablemente se representó la
previsión del resultado, esto es la posibilidad de matar al niño, no obstante lo cual no se
abstuvo de obrar.

Es decir que si bien no integraba su intención el matar, aceptó la posibilidad de realización


de ese resultado criminoso como consecuencia de su accionar, y en la alternativa entre
abstenerse u obrar, optó por esta última, con lo que su conducta asume la impronta del dolo
eventual.
*.- lo resaltado en negrita, entre paréntesis es un agregado mío.

Violencia de género, femicidio,


procesamiento, homicidio calificado
por el vínculo, dolo eventual
SUMARIO DE FALLO
Id SAIJ: SUY0021906

TEXTO
En el dolo eventual hay un querer, pero como sinónimo de aceptar; es un "conformarse con",
que requiere mucho menos que desear, perseguir, aprobar o consentir con agrado. Quien
toma en serio la probabilidad del hecho prohibido, en el sentido de que no lo descarta, acepta
necesariamente dicha probabilidad si realiza la conducta peligrosa.

JUZGADO DE INSTRUCCION NRO 3. CORRIENTES


SAIJ: FA13210041

SUMARIO
Quien profirió golpes a su concubina que con posterioridad le causaron el deceso debe ser
procesado en orden al delito de homicidio agravado por el vínculo y por ser cometido
mediando violencia de género, pues existen pruebas suficientes, directas e indirectas que
llevan a sostener la existencia de que el imputado obró en la ocasión con dolo eventual, es
decir, sabiendo que como consecuencia de su accionar, había una alta probabilidad de que se
produjera la muerte de la víctima y sin embargo obró en consecuencia asintiendo el resultado
posible, lo cual se desprende de los fuertes golpes sufridos por la víctima en zonas vitales.
Tipos Culposos

TIPO CULPOSO: Se caracteriza por la violación o desatención de un deber de cuidado.


Estamos en uno de los tipos por los que un sujeto no busca un resultado dañoso, pero
debido a su conducta, a su obrar, el resultado se produce.

Ejemplo: Yo no quiero matar a nadie, sólo llegar lo más rápido y seguro a mi casa. Ello
podría suceder pasando semáforos en rojo o conduciendo a alta velocidad. Basta con
alguna de ellas para imaginarnos el caso y posibles consecuencias poco felices, tanto para
uno como para otros.

En el tipo culposo se requiere que el autor haya podido prever el peligro, tanto cuando la
persona no previó lo posible (culpa inconsciente o sin representación), como en los casos
en que -aun previendo el resultado como probable- actuó con la esperanza de que no
sucedería (culpa consciente).

Culpa con representación o consciente: Se da en los casos en que el sujeto se puede


representar la posibilidad de la producción del resultado, pero inmediatamente, otra
representación anula o rechaza a la primera, confiando en que llegado el momento lo
evitará o no acontecerá. Ej.: si se me cruza alguien lo esquivo, mi auto es una máquina de
frenar, tengo ABS, acá hay muñeca, no va a pasar nada, entre otras posibles.

Culpa inconsciente o sin representación: No hay un conocimiento efectivo del peligro


que con esa conducta pueda afectarse algún bien jurídico. Lo cierto que son situaciones en
las que el sujeto tendría que haber podido y debido representarse la posibilidad del
resultado, sin embargo, no lo ha hecho. No me represento la posibilidad de un resultado.

Supongamos que todas mis camisas están arrugadas y debo salir para el trabajo o venir a
dictar el teórico dignamente vestido por lo que rápidamente plancho una camisa y salgo a
las apuradas. Dejar una plancha encendida al salir apurado y no representarme que eso
podría implicar un potencial peligro, por ejemplo: ser motivo de un incendio, es una de las
posibilidades. ¿Cómo podría suceder eso? Plancha caliente sobre superficie que puede
encenderse por exceso de temperatura, mascota traviesa que voltea el artefacto y este cae
sobre un piso combustible, etc. Si al regresar a mi domicilio me encuentro con un incendio
que pudo haber ocasionado perjuicios patrimoniales sean materiales directos o indirectos,
dañando no solo una vivienda sino afectando a vecinos producto de mi descuido, no deja de
ser culposo el tipo y en este caso sería tipo culposo sin representación.

Aquí lo que interesa al Derecho es que actué culposamente. Y yo les decía que el Tipo
Culposo se ve muchas veces en situaciones en las que lo que está en juego es:

 Negligencia: Algunos autores explican la negligencia como una falta en el actuar, el no


hacer lo debido o lo que corresponde. Se la concibe también como una actitud omisiva, un
defecto de la atención y de la voluntad, carencia de cualidades necesarias para obrar de
forma tal que el bien jurídicamente protegido no sufra daño. Este tipo de figuras muchas
veces debemos relevarlas por su opuesto y en ese sentido podríamos decir que una persona
diligente es aquella que repara, prevé, evalúa en tanto caracteriza al negligente el desgano,
la pereza, omisión, apatía.
Es diligente quien antes de salir a la ruta al comenzar un viaje revisa el estado de los
neumáticos de su automóvil, el sistema eléctrico, etc. Es negligente quien a sabiendas de
que su vehículo se está quedando sin frenos, conduce el mismo como en condiciones
normales.

 Impericia: Por lo general refiere a la falta parcial o total de pericia, identifica la falta de la
habilidad que debe suponerse en quien realiza una actividad que requiere un aprendizaje
previo. El Art. 84 del Código Penal habla de impericia “en su arte o profesión”) por lo que
el tipo culposo impericia suele aplicarse en la individualización e interpretación de hechos
que se producen en curso del ejercicio de una profesión, arte u oficio. En ese sentido es
válido acusar por impericia a un médico que ha realizado una intervención quirúrgica
ignorando las reglas enseñadas en la Universidad o como mencionaba en clase, utilizando
un procedimiento obsoleto, ya en desuso desde hace varios años por considerárselo no apto
para determinadas prácticas.

 Imprudencia: Se entiende por imprudente todo aquél que lleva adelante una acción sin una
debida precaución. Imprudencia como antónimo de prudencia una de las virtudes que
enseña al hombre a discernir lo bueno de lo malo para actuar en concordancia. Si el sujeto
prudente es quien se desenvuelve con cordura, templanza, moderación en las acciones y
con reflexión, el imprudente se conduce con ligereza, de manera arriesgada, precipitada.
Sobre este punto habíamos visto las consecuencias o resultados dañosos que podrían
sobrevenir en situaciones que situábamos en la vía pública como por ejemplo el cruce de
semáforos en rojo o intermitentes con el fin de resguardar nuestra seguridad personal.
Lesiones culposas u homicidios culposos suelen generarse por esa desatención que
referíamos al comienzo.

Claro está, podríamos encontrar cierta justificación para nuestro actuar. Después de las 19
hs en el conurbano bonaerense nadie para en las esquinas, tengan o no semáforos. Ello se
ha impuesto en nuestra comunidad no como norma legal. También está claro que los
gobiernos locales han tenido que buscar la forma de evitar la colisión entre lo que sí indica
una norma de tránsito y el comportamiento de sus ciudadanos por lo que dejar en amarillo
intermitente el dispositivo parecería haber resuelto la cuestión. Pero lo cierto es que - aun
alegando mal funcionamiento, ausencia de presencia policial, potencial peligro para mi
persona o quienes me acompañan, llegar sano y salvo, llegar a tiempo, entre otros – llegado
el caso en que yo produzca un resultado lesivo, no buscado pero obtenido por mi acción;
deberé afrontar los correspondientes procesos que se sustancien conforme a las acciones
judiciales que se impulsen.

Cuando hablamos de tipos culposos, referimos que no hay intencionalidad para obtener un
resultado pero el mismo podría producirse por efecto de algunas de las acciones antes
mencionadas.

El tercer elemento de la Teoría del Delito y el cual conjuntamente con los dos primeros
conforman lo que se denomina “injusto penal” o “ilícito penal” tiene que ver con la
antijuridicidad.

ANTIJURIDICA: Algunas traducciones germanas admiten como antijurídico “ir contra


el derecho” o “ir en sentido contrario al derecho”.
Con respecto a este aspecto les decía que toda acción que atente o dañe un bien protegido
por el Estado es una acción antijurídica. Ya vimos que el Estado debe - entre otras
obligaciones y responsabilidades indelegables, intransferibles - proteger bienes jurídicos.
Cuando digo bienes jurídicos refiero aquellos en su categoría de patrimoniales como de
extra-patrimoniales conforme los clasifica el Derecho.
Una casa es un bien, un auto es un bien pero hay bienes superiores como la vida de una
persona, su psiquis, su cuerpo y su libertad, también son bienes jurídicos pero de mayor
valor. Por eso mencionaba y distinguía la repercusión social y respuesta penal que pueden
tener los delitos contra las personas respecto de aquellos contra la propiedad.

Así, como valor, son la vida, la integridad física, la integridad sexual y la libertad, las que
tienen mayor importancia. Por eso la ley sanciona con mayor severidad los delitos contra
las personas y en menor grado, contra la propiedad.

Finalmente, el cuarto elemento (+) de la Teoría del Delito es la Culpabilidad.

No confundan esta culpabilidad con el tipo culposo porque son dos cosas distintas. Este
último concepto es el cuarto aspecto positivo. Lo anterior tenía que ver con una clase de
tipo penal que establece la ley “tipo culposo” pero que aparece en el segundo aspecto (+)
“Típica”.

CULPABILIDAD: Se trata de un concepto normativo y consiste en un reproche de


naturaleza jurídica que se realiza ¿a quién?: al autor de un injusto penal.
Es un reproche o juicio de naturaleza jurídica que se realiza a quien haya tenido:

 Una conducta
 Típica Injusto Penal
 Y antijurídica

Estos tres aspectos positivos hallados a partir de la acción de un sujeto, conforman lo que se
denomina el Injusto o ilícito Penal. Este Injusto definido de manera objetiva abarca
aspectos referidos al hecho. Se trata de un reproche penal al desvalor del hecho.

En ese sentido, la culpabilidad es la reprochabilidad de una conducta, típica y antijurídica.


Reprochabilidad fundada en que el autor de ese injusto, en la situación concreta, lo ejecutó
pudiendo haberse conducido de manera distinta, es decir, conforme a Derecho.

Este reproche jurídico (culpabilidad) se realiza al autor de un injusto penal, toda vez que al
momento del hecho, actuó con capacidad psíquica, es decir; con voluntad y discernimiento,
no mediando causa alguna que lo pudiera excluir de dicha responsabilidad penal.
La persona contó con autodeterminación suficiente que es lo que le permite comprender y
dirigir. Comprender o discernir la criminalidad del acto y dirigir sus acciones.
Estamos diciendo que se es culpable toda vez que al realizar esa conducta, típica y
antijurídica el sujeto actuó en contra del derecho ahí cuando había opciones de hacer otra
cosa. Por ello referimos que se trata de culpabilidad frente a la opción. El reproche se
funda en la existencia de la opción.

Esto de la “opción” es importante ya que veremos al relevar el aspecto negativo de la


culpabilidad, situaciones en las cuales podríamos encontrar que la persona no tuvo esa
opción, situaciones en las que la ley no puede exigirle otra cosa al individuo. Esto se asocia
con algo que veremos más adelante y que mencioné como el Art. 34 Inc. 1° del Código
Penal que engloba los causales de inimputabilidad. Causales por los que un sujeto al
momento del hecho no haya podido discernir la criminalidad del acto o dirigir sus acciones.

Pero respecto de este cuarto aspecto positivo, (Culpabilidad) se releva que el sujeto tuvo
opciones, podría haber obrado conforme a derecho, podría desistir de la acción o realizar
otra, etc. Las importancia de ese reproche jurídico radica en que el mismo se funda en la
posibilidad que el actor haya podido o no de actuar conforme a Derecho al momento del
hecho. En ese sentido, existe un conjunto de condiciones que se tienen en cuenta al
momento de evaluar esta posibilidad de realizar el reproche, considerar la conducta
culpable. Ese conjunto de condiciones no son sino aquellas que hablan de un mínimo
ámbito de determinación.

Puede suceder que un sujeto haya cometido una conducta, que además es típica, que
asimismo es antijurídica pero resulta que al momento del hecho se encontraba en un estado
de incapacidad psíquica. Ejemplos; ciertos estados transitorios, epilepsias, estrés pos-
traumático, alteraciones morbosas. Ahí tendríamos una situación por la que el sujeto ya no
cuenta con ese mínimo ámbito de autodeterminación ya que en el primer caso, tenemos un
estado de inconciencia o bien, hay conciencia pero no gobierno de la acción motora
(recuerden: comprender o dirigir) y en el segundo ejemplo, estaríamos encuadrando al
sujeto en otro de los causales de inimputabilidad que contempla la ley a través del Art. 34.
Entonces, si es inimputable lo que aparece es la “inculpabilidad” que veremos en aspectos
negativos.

Hasta aquí, culpable refiere a capacidad psíquica al momento del hecho. Capacidad
psíquica que da por resultado: Imputabilidad. La culpabilidad está íntimamente asociada a
la noción de Imputabilidad. Establece la capacidad de conocer lo injusto (su "maldad") o
inconveniencia para la sociedad, o simplemente, que ésta no es apropiada; así como de
reconocer la posibilidad de actuar de otra manera.

Un imputable es capaz de comprender el elemento de reproche que forma parte de todo


juicio penal, y por lo tanto, si se le hallare culpable, se haría acreedor de una pena.

También podría gustarte