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DESACARTES

CONCEPTO CARTESIANO DE IDEA Y SUS TIPOS

Para llevar a cabo el edificio del conocimiento. Descartes va a centrarse en el pensamiento. De


hecho, es lo único de lo que puede partir ya que es lo único que se le ha resistido a la duda
metódica. Pensar que para el filósofo francés es tener ideas y por lo tanto para modernizar la
filosofía tendrá que analizar los diferentes tipos de ideas que tenemos los humanos. Su objetivo será
encontrar alguna idea, si la hay, que además de tener existencia subjetiva, se pueda deducir su
existencia extramental.

A partir de la primera verdad, Descartes tendrá que afrontar el problema de deducir la existéncia de
la realidad extramental, es decir, el mundo de las cosas materiales. Donde se pregunta, ¿cómo
demostrar la existencia de la realidad extramental partiendo exclusivamente de la existencia del
pensamiento?

La respuesta de Descartes es plantear una nueva teoría de las ideas respecto a la filosofía anterior. Si
se está familiarizando con la filosofía platónica, se recordará que para este la idea era una forma o
modelo ideal cuya existencia era más real y perfecta que la realidad material, la cual, la imitaba.
Descartes por el contrario sostenía que el pensamiento recae directamente sobre las ideas, no sobre
las cosas.

Las ideas son como una representación gráfica de las cosas, y esta representación, es la que
contempla el pensamiento. El problema de situar la idea en el pensamiento es que no sabemos si
existen los objetos extramentales de los cuales las ideas tienen su representación, es decir, se ha
vuelto problemática la existencia de las cosas que pensamos. Pongamos un ejemplo: si yo pienso el
mundo, realmente pienso la idea de mundo, pues hasta ahora, lo único que se ha demostrado con
absoluta certeza es que mi idea de mundo existe, ¿cómo demostrar entonces que mi idea de mundo
se corresponde con una realidad extramental?

El análisis de las ideas es por lo tanto esencial para dar respuesta a este interrogante, y de aquí se
distingue un doble aspecto de estas:

- Las ideas en tanto que modos de pensamiento, esto es, actos mentales
- Las ideas, en tanto que imágenes que representan algo, esto es, en tanto que poseen un
contenido representativo o contenido objetivo, contenido que Descartes domina “realidad
objetiva de las ideas”.

Las ideas en tanto que modos de pensamiento son todas iguales, pero en tanto que
representaciones de cosas, son diferentes ya que representan unas cosas y otras, otras cosas.

El paso siguiente que dará Descartes, es analizar aquello en lo que las ideas son diferentes, esto
procederá a un análisis de contenido pues según nos dice, unas poseen más realidad que otras. Las
ideas representan las cosas materiales. En este análisis se distinguen tres tipos de ideas, siendo estas
las advencias, las ideas ficticias y las ideas innatas.

Las advertencias son ideas extrañas, provenientes del exterior, cuya causa es la percepción sensible.
Por otra parte, encontramos las ideas ficticias, son aquellas que la mente construye utilizando otras
como modelo, es decir, son ideas creadas por la imaginación. Por último, encontramos las ideas
innatas, son las que posee por sí mismo nuestro pensamiento, este innatismo que defiende
Descartes no es referido a que todas las personas nazcamos con los conocimientos de manera
consciente, sino que estas ideas son connaturales, y, por lo tanto, la razón posee una predisposición
natural a conocerlas. Estas ideas pueden decirse que brotan de manera natural hacia nosotros.

Con la afirmación de las ideas innatas nos encontramos con la tesis fundamental del racionalismo,
pues estas ideas son las que permitirán salir de la existencia del sujeto pensante a la realidad
extramental. En efecto, ni las ideas advertencias ni las ficticias son válidas para este objetivo, pues su
verdad depende de que demostremos la existencia de la realidad extramental. Por este motivo, si
podemos deducir a partir de la existencia subjetiva de alguna idea innata, podremos resolver el
problema.

Esta definición encaja perfectamente con la idea del infinito, identificada directamente con Dios.
Podemos demostrar que la idea del infinito es innata ya que se puede tener certeza de que no es ni
advertencia, ni ficticia, por lo cual solo queda una opción.

La idea de infinito no puede ser advertencia ya que es del todo imposible que alguien pueda tener
una experiencia sensible sobre ello, y tampoco es facticia, ya que Descartes invierte el pensamiento
que había sido aceptado hasta entonces de que la idea del infinito surge de la idea de la finitud por
medio de la negación de los límites. Descartes afirma que la idea de finitud ya presupone la idea de
infinitud. Teniendo estas opciones descartadas, es fácil darse cuenta de que es una idea innata. Y si
la idea de infinito es la idea de Dios, pues es el único que puede concebirla.

En conclusión, Descartes dice que la idea de Dios es una idea innata. Con esto llegamos a la
conclusión de que Dios ha colocado la idea del infinito en mí. De modo que Descartes, a partir del
sujeto pensante, tratará de argumentar la existencia de Dios para evidenciar que existe el mundo.

Candela Chover Gresa

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