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2ª REDACCIÓN CARTESIANA: El concepto de idea en

Descartes y sus tipos.

TEORÍA DE LAS IDEAS (libro de texto pág. 49-51)

La aplicación del primer principio del método y el uso de la


intuición dan como resultado la primera verdad: COGITO,
ERGO SUM.
El problema, ahora, es deducir la existencia de la realidad
extramental. Cómo deducir ésta partiendo, solamente, de la
existencia del pensamiento.
Nos ofrece Descartes la respuesta con su teoría de las ideas. En
primer lugar, Descartes cambia el concepto de “idea” respecto a
la filosofía anterior, y afirma que el pensamiento recae
directamente sobre las ideas, no sobre las cosas. Las ideas son
como una representación gráfica de las cosas.
Al haber colocado la idea como objeto del pensamiento, sólo
tiene certeza de la existencia mental de esa idea, pero no de que
el contenido de esa idea tenga una realidad extramental. Un
ejemplo: si yo pienso en el mundo, lo que realmente pienso es
la idea de mundo, cuya existencia no ha sido demostrada, solo lo
ha sido la existencia de mi mundo.
Entonces, ¿cómo demostrar que mi idea de mundo se
corresponde con una idea extramental?
La respuesta viene dada con el análisis que hace Descartes de
la naturaleza de las ideas, distinguiendo un doble aspecto:
a) Las ideas en tanto que modos de pensamiento, meros actos
mentales.
b) Las ideas en tanto que imágenes que poseen un contenido
representativo o contenido objetivo denominado por Descartes
“realidad objetiva de las ideas”.
El siguiente paso en el razonamiento cartesiano es analizar
aquello en que las ideas son diferentes, es decir, en su contenido.
Según comenta el mismo Descartes: unas ideas poseen más
realidad que otras. Las ideas que representan cosas materiales,
una piedra, por ejemplo, poseen más realidad objetiva que
aquellas que representan cualidades de las cosas, como el color.
En este análisis distingue tres tipos de ideas:
a) Ideas adventicias: son ideas extrañas que no provienen del
propio pensamiento, sino que provienen del exterior. Ejemplos
tenemos: el calor, la suavidad, la rugosidad, cualidades de las
cosas.
b) Ideas facticias: son aquellas que la mente construye a partir
de otras. Son ideas creadas por la imaginación, por ejemplo, la
idea de centauro o cualquier figura fantástica o mitológica.
Descartes rechaza ambos tipos de ideas, las adventicias y las
facticias, para demostrar la realidad extramental, pues nunca
cumplirían la primera regla del método (la evidencia clara y
distinta).
c) Ideas innatas: son pocas pero muy importantes. Son ideas
que posee por sí mismo el pensamiento. Descartes no afirma que
las poseamos todos de manera consciente, sino que son ideas
connaturales a la razón. Brotarían de manera natural, espontánea
e inmediata de nuestro pensamiento. Ejemplos tenemos: el
pensamiento, la existencia, la idea de infinito, etc., percibidas
por la intuición de la razón.
Con la afirmación delas ideas innatas nos encontramos con la
tesis fundamental del racionalismo, pues son estas ideas las que
le permitirán salir de la existencia del sujeto pensante a la
realidad extramental. Y como hemos visto las ideas adventicias
y las facticias son válidas para este objetivo.
Si entre las ideas innatas, verdad demostrada por la intuición,
encontramos alguna de la que podamos deducir su existencia
objetiva a partir de su existencia subjetiva como idea, entonces
resolvemos el problema. Descartes descubre la idea de Infinito,
que identifica inmediatamente con la idea de Dios. Para
demostrar que la idea de Dios es innata, desecha la posibilidad
de que sea adventicia, pues no podemos tener experiencia de la
infinitud. A continuación procede a demostrar que no es facticia,
pues la idea de finitud presupone la de infinitud.
Por tanto, la idea de infinito debe ser una idea innata, y la idea
de infinito es la idea de Dios, pues es el único ser del que se
puede concebir tal predicado, concluyendo que la idea de Dios
es una Idea Innata.
Este punto es crucial en la deducción cartesiana, pues partiendo
de la existencia de Dios, todo el proceso deductivo posterior
hasta la demostración de la existencia del mundo y de la
veracidad de los sentidos, queda abierto. Descartes encuentra la
idea cuya existencia implica su existencia como realidad
objetiva. Esta idea, afirma Descates, es la idea de Dios. De este
modo, tendrá que demostrar la existencia de Dios a partir de la
misma idea de Dios.

3ª REDACCIÓN CARTESIANA: Argumentos para la


demostración cartesiana de la existencia de Dios.

Tres son los argumentos que empleará Descartes para su


demostración de la existencia de Dios:
a) El argumento de la causalidad de la idea de Ser Infinito.
b) El argumento de Dios como causa de mi ser.
c) El argumento ontológico.

a) El argumento de la causalidad de la idea de Ser Infinito.


Este argumento se basa en la teoría de la realidad objetiva de
las ideas. La realidad objetiva de una idea es su contenido
representativo o contenido objetivo. La idea como realidad
objetiva o representación de una cosa, ha de tener una causa real
que sea proporcional a la idea. La idea de un ser infinito no
puede haber sido causada por mi mismo, pues soy finito. La idea
de infinito es causada por un ser cuya realidad formal (de acto)
sea proporcional a la idea, por un ser infinito, e infiere Descartes
que ese ser infinito existe.

b) El argumento de Dios como causa de mi ser.


Este argumento basa su fuerza en la misma teoría de la realidad
objetiva y realidad formal de las ideas: en mi mente hay una
idea de perfección infinita. Esta idea no procede de mi, sino que
debe ser causada por alguien tan perfecto como la idea que yo
tengo de ella, y este ser no puede ser sino Dios. (4ª Parte,
Discurso del Método).

c) El argumento ontológico.
Es éste el más célbre y controvertido argumento de demostrar
la existencia de Dios. Fue formulado por primera vez por San
Anselmo de Canterbury en el siglo XI. Rechazado por Santo
Tomás, y retomado por Descartes.
Lo novedoso y original de este argumento es que pretende ser
una prueba de la existencia de Dios partiendo de la idea misma
de Dios. Si tenemos la idea de Dios podemos afirmar que Dios
existe no solo en el pensamiento, sino en la realidad.
Una vez demostrada la existencia de Dios y reconocida su
naturaleza como la suma de todas las perfecciones, puede
afirmarse su bondad y veracidad, y proceder a rechazar las
hipótesis del genio maligno engañador.
En el sistema cartesiano el criterio de verdad está garantizado
por Dios. Todas las ideas claras y distintas que percibimos son
verdaderas.

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