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1.

Considerando la presentación de Bravo Gala (1991), reconstruye el contexto histórico-


político en el que Locke escribe la Carta sobre la tolerancia.

La Carta sobre la tolerancia, escrita por John Locke, fue publicada por primera vez en 1689.
Para comprender el contexto histórico-político en el que Locke escribió esta obra, podemos
considerar algunos elementos destacados de la época.

En el ámbito político, la Carta sobre la tolerancia se escribió en medio de una época de cambios
significativos en Europa, conocida como la Era de la Ilustración. Fue un período en el que las
ideas de libertad, tolerancia religiosa y gobierno limitado comenzaron a ganar fuerza. En
Inglaterra, específicamente, Locke vivió durante el período de la Revolución Gloriosa (1688-
1689), que resultó en la destitución de Jacobo II y el ascenso de Guillermo III y María II al trono.
Esta revolución tuvo un fuerte impacto en la concepción del poder político y en la discusión
sobre los derechos y la libertad.

En cuanto al contexto religioso, Inglaterra había experimentado conflictos religiosos


significativos en el pasado, como la Guerra Civil Inglesa y la posterior Restauración de la
monarquía. Locke vivió en un momento en el que el protestantismo anglicano era la religión
oficial del Estado, pero también había tensiones con otros grupos religiosos, como los católicos
y los disidentes religiosos (protestantes no anglicanos). Estos conflictos religiosos y las luchas
por el poder entre diferentes facciones influyeron en las discusiones sobre la tolerancia
religiosa y la libertad de conciencia.

Es importante destacar que Locke mismo fue testigo de la violencia y la persecución religiosa
durante su vida. Vio cómo las tensiones religiosas y políticas llevaban a la opresión y la
intolerancia. La Carta sobre la tolerancia fue su respuesta a esta problemática, buscando
establecer argumentos en favor de la tolerancia religiosa y la separación entre la esfera
religiosa y la esfera política.

En resumen, la Carta sobre la tolerancia de Locke fue escrita en un momento de cambios


políticos y religiosos en Inglaterra y Europa. Locke vivió durante la Revolución Gloriosa y
presenció los conflictos religiosos y las luchas por el poder que llevaron a la intolerancia y la
persecución. Su obra se desarrolla en el contexto de la creciente importancia de los ideales
ilustrados de libertad, tolerancia y gobierno limitado, y busca establecer argumentos racionales
a favor de la tolerancia religiosa y la separación entre la esfera religiosa y la esfera política.

2. En el inicio mismo de la Carta, Locke nos señala una diferencia entre la “Iglesia de Cristo” y
la lucha de los hombres con sus semejantes: ¿qué situación pretende describir con esta
comparación?

En el inicio de la Carta sobre la tolerancia, Locke establece una distinción entre la "Iglesia de
Cristo" y la lucha de los hombres entre sí. Con esta comparación, Locke pretende describir la
diferencia entre la esfera religiosa y la esfera política o civil.

Al referirse a la "Iglesia de Cristo", Locke se refiere a la esfera religiosa, es decir, la relación del
individuo con su fe y su relación con Dios. Esta esfera religiosa es vista por Locke como una
cuestión personal e individual, en la que cada persona tiene la libertad de elegir y practicar su
religión de acuerdo con su propia conciencia y creencias. Locke argumenta que la fe y la
relación con Dios no pueden ser impuestas por la fuerza o la coerción, ya que son asuntos
internos y personales.
Por otro lado, al mencionar la lucha de los hombres entre sí, Locke se refiere a los conflictos
políticos y las disputas por el poder que pueden surgir en la esfera civil. Estas luchas políticas
son inevitables en la sociedad, ya que diferentes individuos y grupos tienen intereses y
opiniones divergentes. Locke señala que es en la esfera política donde se deben establecer
límites y regulaciones para garantizar la convivencia pacífica y el orden social, sin imponer
restricciones a la esfera religiosa y la libertad de conciencia.

En resumen, con la comparación entre la "Iglesia de Cristo" y la lucha de los hombres entre sí,
Locke describe la necesidad de diferenciar entre la esfera religiosa y la esfera política. La esfera
religiosa es considerada como un asunto personal e individual, en el que cada persona tiene la
libertad de seguir su fe de acuerdo con su propia conciencia. Por otro lado, la esfera política
implica la regulación de las interacciones y los conflictos en la sociedad, estableciendo límites
para garantizar la paz y el orden sin interferir en la libertad religiosa.

3. En p. 66 se plantea una importante diferencia, pues Locke sostiene que hay que distinguir
“las cuestiones del gobierno civil de las cuestiones de la religión”, y fijar “las debidas
fronteras que existen entre la Iglesia y el Estado”. Elabora una caracterización de dicho
planteo.

En la página 66 de la Carta sobre la tolerancia, Locke plantea la necesidad de distinguir entre


las cuestiones del gobierno civil y las cuestiones de la religión, así como establecer las fronteras
adecuadas entre la Iglesia y el Estado. Esta distinción y delimitación tienen importantes
implicaciones en la forma en que se deben abordar y regular estos dos ámbitos de la sociedad.

En primer lugar, al separar las cuestiones del gobierno civil de las cuestiones de la religión,
Locke está defendiendo la idea de que el Estado no debe tener injerencia directa en asuntos
religiosos. Considera que la religión es un asunto personal y privado, basado en la conciencia
individual y la relación con lo divino, y no debe ser objeto de imposición o coerción por parte
del Estado. Por lo tanto, Locke sostiene que el gobierno civil debe centrarse en la protección de
los derechos y libertades civiles, como la seguridad, la justicia y la igualdad, en lugar de
entrometerse en las creencias y prácticas religiosas de los individuos.

En segundo lugar, Locke destaca la importancia de establecer las debidas fronteras entre la
Iglesia y el Estado. Esto implica que cada uno de estos ámbitos tiene su propio dominio y
responsabilidades claras. La Iglesia, como institución religiosa, tiene autoridad y jurisdicción
sobre los asuntos espirituales y religiosos, incluyendo la doctrina, la liturgia y las creencias. Por
otro lado, el Estado tiene la responsabilidad de gobernar en asuntos civiles y asegurar el
bienestar general de la sociedad.

Al fijar estas fronteras adecuadas entre la Iglesia y el Estado, Locke busca evitar la interferencia
y la opresión tanto por parte de la Iglesia en los asuntos políticos como por parte del Estado en
los asuntos religiosos. Esto garantiza que cada individuo tenga la libertad de seguir su propia
conciencia en asuntos de fe y que el gobierno civil no abuse de su poder para imponer
creencias o prácticas religiosas específicas.

En resumen, el planteo de Locke consiste en distinguir y separar claramente las cuestiones del
gobierno civil de las cuestiones de la religión, estableciendo las fronteras adecuadas entre la
Iglesia y el Estado. Esto implica que el Estado no debe interferir en asuntos religiosos y que la
Iglesia no debe entrometerse en la gobernanza civil. Esta separación busca garantizar la
libertad de conciencia y evitar la opresión religiosa o política en una sociedad tolerante y
pluralista.

4. ¿Por qué se afirma en pp. 67-68 que el magistrado civil no puede obligar a los

hombres en materia de fe? ¿Cómo se caracteriza al entendimiento en relación con el

objeto de la fe en este argumento?

En las páginas 67-68 de la Carta sobre la tolerancia, Locke sostiene que el magistrado civil no
puede obligar a los hombres en materia de fe. Esta afirmación se basa en su visión de la
naturaleza del entendimiento humano y su relación con el objeto de la fe.

Locke argumenta que la fe es una cuestión interna y personal, basada en la convicción


individual y la relación íntima con lo divino. El objeto de la fe, es decir, aquello en lo que se
cree, no puede ser impuesto por la autoridad civil o coerción externa. Locke sostiene que la fe
es una cuestión que pertenece al ámbito de la conciencia individual y, como tal, es inaccesible
para cualquier autoridad externa.

En este contexto, Locke caracteriza al entendimiento humano como una facultad limitada y
sujeta a errores. Reconoce que cada individuo tiene su propio entendimiento y su capacidad
para comprender y asumir la fe puede variar. Dado que el entendimiento es limitado y
propenso a errores, Locke argumenta que ningún individuo o institución, incluido el magistrado
civil, tiene el derecho de imponer su propia interpretación de la fe a los demás.

El entendimiento, según Locke, debe ser libre y abierto a la investigación y el debate racional.
La fe debe ser el resultado de una convicción interna y una elección personal basada en la
razón y la conciencia individual. No puede ser forzada o impuesta por la autoridad civil.

En resumen, en las páginas 67-68 de la Carta sobre la tolerancia, Locke sostiene que el
magistrado civil no puede obligar a los hombres en materia de fe porque la fe es una cuestión
personal e interna, y el entendimiento humano es limitado y sujeto a errores. El individuo tiene
el derecho y la responsabilidad de elegir su fe y su objeto de creencia basándose en su propia
convicción interna y su entendimiento racional. La imposición de la fe por parte de la autoridad
civil violaría la libertad de conciencia y la autonomía individual en asuntos de fe.

5. ¿Qué significa que una Iglesia sea una asociación libre y voluntaria (p. 70) y qué

relación guarda con su fin (p. 73)?

Según la Carta sobre la tolerancia de Locke, cuando se dice que una Iglesia es una asociación
libre y voluntaria (página 70), significa que la adhesión y participación en esa Iglesia son
cuestiones de elección personal y no deben ser impuestas por la fuerza o la coerción externa.

Locke defiende la libertad de conciencia y la libertad religiosa, argumentando que cada


individuo debe tener la capacidad de elegir su propia religión y asociarse con una Iglesia según
su propia convicción y creencia. No debe haber ninguna presión externa para obligar a alguien
a unirse a una Iglesia o para mantener su membresía en contra de su voluntad.

En este sentido, una Iglesia se convierte en una asociación libre y voluntaria cuando respeta y
garantiza la libertad de conciencia de sus miembros. Los individuos tienen la libertad de unirse
a la Iglesia si así lo desean, y también tienen el derecho de abandonarla si cambian sus
creencias o convicciones. Esta asociación libre y voluntaria asegura que las personas puedan
seguir su propia fe de acuerdo con su conciencia y no estén sujetas a imposiciones externas.

En relación a su fin, en la página 73, Locke destaca que el fin de una Iglesia es promover la
salvación y guiar a sus miembros en asuntos espirituales y religiosos. Sin embargo, para
alcanzar ese fin, Locke sostiene que una Iglesia no debe recurrir a la fuerza o la coerción. La
verdadera religión y la salvación no pueden ser impuestas o logradas mediante la coerción
externa, sino que deben ser el resultado de una elección y convicción libre y voluntaria.

En resumen, cuando se dice que una Iglesia es una asociación libre y voluntaria, significa que la
adhesión y participación en ella son elecciones personales y no deben ser impuestas por la
fuerza externa. Esto garantiza la libertad de conciencia y la libertad religiosa de los individuos.
El fin de una Iglesia es promover la salvación y guiar a sus miembros en asuntos espirituales y
religiosos, pero Locke argumenta que esto no puede lograrse mediante la coerción externa,
sino a través de una elección libre y voluntaria basada en la convicción individual.

6. ¿Por qué razones se puede expulsar a una persona de una Iglesia (excomulgarlo) y

cuáles son los límites para toda sanción religiosa posible? (p.74: primer deber de

tolerancia).

En la Carta sobre la tolerancia, Locke aborda la cuestión de la excomunión y los límites de las
sanciones religiosas. Según Locke, una persona puede ser expulsada de una Iglesia o
excomulgada por diversas razones, como la violación de los principios y creencias
fundamentales de esa Iglesia, la participación en prácticas consideradas heréticas o la falta de
cumplimiento de las obligaciones y reglas establecidas por la comunidad religiosa.

Sin embargo, Locke establece límites para las sanciones religiosas y argumenta que ninguna
Iglesia tiene el poder legítimo de imponer castigos temporales o civiles a sus miembros.
Específicamente, destaca que ninguna Iglesia tiene la autoridad para privar a alguien de su
vida, libertad o propiedades en nombre de la religión.

Locke sostiene que la religión y la Iglesia deben ocuparse principalmente de asuntos


espirituales y de conciencia, y no deben tener jurisdicción sobre los asuntos civiles y
temporales. Las sanciones religiosas deben limitarse al ámbito espiritual, como la exclusión de
los ritos y sacramentos de la Iglesia, pero no deben tener consecuencias legales o civiles en la
vida de las personas.

En este sentido, el primer deber de tolerancia, según Locke, implica reconocer y respetar los
límites de las sanciones religiosas. Cualquier sanción religiosa que exceda los límites
establecidos, y que infrinja los derechos y libertades civiles de los individuos, es considerada
como una violación de la tolerancia y la libertad de conciencia. Locke defiende el principio de
que la coerción y la violencia no deben ser utilizadas en asuntos religiosos y que cada persona
debe tener la libertad de seguir su propia conciencia y creencias sin interferencia externa.

En resumen, según la Carta sobre la tolerancia de Locke, una persona puede ser expulsada de
una Iglesia por violar los principios y creencias de esa comunidad religiosa. Sin embargo, las
sanciones religiosas deben estar limitadas al ámbito espiritual y no deben tener consecuencias
legales o civiles. Las sanciones religiosas no pueden infringir los derechos y libertades civiles de
los individuos, y cualquier coerción o violencia en nombre de la religión es contraria al principio
de tolerancia y libertad de conciencia.

7. ¿Cuál es el segundo deber de tolerancia (p.75)?

El segundo deber de tolerancia, según Locke en la Carta sobre la tolerancia (página 75), se
refiere al respeto y tolerancia hacia las distintas denominaciones religiosas dentro de una
sociedad. Locke argumenta que, en una sociedad pluralista, es necesario mostrar tolerancia y
respeto hacia aquellos que profesan diferentes creencias y pertenecen a diferentes
denominaciones religiosas.

Locke sostiene que, aunque una persona o grupo pueda tener una creencia religiosa verdadera
y considerar que su religión es la única verdadera, no tienen el derecho de imponer su fe a los
demás. En lugar de eso, deben permitir que otros individuos y grupos practiquen y profesen su
propia fe sin interferencia o persecución.

El segundo deber de tolerancia implica reconocer y aceptar que cada individuo tiene el
derecho de seguir su propia conciencia y creencias religiosas, siempre y cuando no perjudique
directamente a otros o atente contra la paz y el orden público. Locke argumenta que la
diversidad religiosa puede coexistir pacíficamente en una sociedad, y que la imposición de una
religión única o la persecución de las creencias religiosas de otros es incompatible con los
principios de la tolerancia y la libertad de conciencia.

En resumen, el segundo deber de tolerancia, según Locke, se refiere al respeto y tolerancia


hacia las distintas denominaciones religiosas dentro de una sociedad. Implica permitir que cada
individuo y grupo siga su propia fe y practique su propia religión sin interferencia o
persecución, siempre y cuando no perjudique directamente a otros o atente contra la paz y el
orden público. La diversidad religiosa puede coexistir pacíficamente en una sociedad tolerante
y respetuosa.

8. ¿Qué significado tiene la expresión “Pues cada Iglesia es ortodoxa para sí misma, y

para las demás equivocada o hereje” (p. 77)?

La expresión "Pues cada Iglesia es ortodoxa para sí misma, y para las demás equivocada o
hereje" (página 77) en la Carta sobre la tolerancia de Locke tiene un significado importante
para su argumento sobre la tolerancia religiosa.

Locke utiliza esta expresión para destacar la naturaleza subjetiva de las creencias religiosas y las
diferentes interpretaciones doctrinales que pueden existir entre las diversas Iglesias y
denominaciones. Según Locke, cada Iglesia o grupo religioso considera que su propia
interpretación de la doctrina y sus creencias son ortodoxas, es decir, correctas y verdaderas.

Sin embargo, desde la perspectiva de otras Iglesias o grupos religiosos, esas creencias pueden
considerarse como equivocadas o heréticas, es decir, desviadas de la verdad. Locke sostiene
que esta divergencia de opiniones y creencias religiosas es inevitable debido a la naturaleza de
la fe y la diversidad de interpretaciones que pueden surgir.

Esta afirmación de Locke enfatiza la importancia de la tolerancia religiosa. Dado que cada
Iglesia o grupo religioso tiene su propia interpretación y perspectiva, es injusto e intolerante
imponer una única interpretación como la única verdadera y correcta. Locke argumenta que la
tolerancia religiosa implica reconocer y respetar la diversidad de creencias y permitir que cada
individuo y grupo siga su propia conciencia en asuntos religiosos, siempre y cuando no
perjudiquen directamente a otros o atenten contra la paz y el orden público.

En resumen, la expresión "Pues cada Iglesia es ortodoxa para sí misma, y para las demás
equivocada o hereje" en la Carta sobre la tolerancia de Locke resalta la subjetividad de las
creencias religiosas y la diversidad de interpretaciones doctrinales entre las Iglesias. Destaca la
importancia de la tolerancia religiosa y el respeto hacia las diferentes creencias, evitando
imponer una única interpretación como la única verdadera.

9. Lee el siguiente pasaje y caracteriza cuál es el temor que Locke expresa en estas

palabras.

“Nadie, por tanto -ni las personas individuales, ni las Iglesias, ni siquiera los Estadostiene
justo título para invadir los derechos civiles y robarse mutuamente las propiedades
terrenales bajo pretexto de religión. A quienes opinan de otra manera yo les

pediría que considerasen cuán perniciosa semilla de discordia y de guerra, cuán

poderosa provocación para el odio interminable, para las rapiñas y matanzas, están

suministrando a la humanidad. Ni seguridad, ni paz, ni, mucho menos, amistad,

pueden establecerse o preservarse entre los hombres mientras prevalezca la opinión

de que el dominio está fundado en la gracia y que la religión ha de ser propagada por

la fuerza de las armas.” (p. 78-9)

El temor expresado por Locke en estas palabras es el temor a la invasión de los derechos civiles
y la apropiación de propiedades terrenales bajo el pretexto de la religión. Locke argumenta que
ni las personas individuales, ni las iglesias, ni los Estados tienen el derecho legítimo de utilizar
la religión como justificación para violar los derechos de los demás y cometer actos de robo,
violencia y guerra. Él teme que esta creencia en el dominio basado en la gracia divina y en la
propagación forzada de la religión a través de la fuerza armada genere discordia, odio, saqueos
y asesinatos, lo cual resulta perjudicial para la humanidad. Locke sostiene que la seguridad, la
paz y la amistad no pueden establecerse ni mantenerse mientras prevalezca esta opinión.

10. Según el tercer deber de tolerancia: ¿cuáles son los límites del poder de los

eclesiásticos y cuál es su fundamento (p. 79)?

Según el tercer deber de tolerancia de Locke, los límites del poder de los eclesiásticos se
establecen en dos aspectos fundamentales. En primer lugar, los eclesiásticos no tienen
autoridad sobre la vida civil y temporal de las personas. No pueden imponer castigos
corporales ni sanciones penales en asuntos que no sean de índole religiosa. Su poder se limita
al ámbito espiritual y a las cuestiones de fe.
En segundo lugar, el fundamento de este límite de poder de los eclesiásticos se basa en el
hecho de que el gobierno civil es responsable de proteger los derechos y las propiedades de los
ciudadanos. Los eclesiásticos no tienen la autoridad para interferir en los asuntos civiles ni para
imponer sus creencias religiosas a través de la fuerza. La autoridad del gobierno civil se deriva
del consentimiento de los ciudadanos y está destinada a promover el bienestar y la seguridad
de la sociedad en su conjunto.

En resumen, el límite del poder de los eclesiásticos, según Locke, radica en su falta de
autoridad sobre los asuntos civiles y temporales, y su fundamento se basa en el papel del
gobierno civil en proteger los derechos y las propiedades de los ciudadanos.

11. El cuarto deber en materia de tolerancia se refiere al magistrado: el mismo no debe

imponer por ley civil ninguna doctrina a una Iglesia, así como tampoco ningún rito o

ceremonia. Desarrolla los argumentos que Locke presenta al respecto.

En el cuarto deber de tolerancia, Locke argumenta que el magistrado no debe imponer por ley
civil ninguna doctrina a una Iglesia, ni tampoco ningún rito o ceremonia. Presenta varios
argumentos para respaldar esta posición:

1. Separación de poderes: Locke sostiene que el poder civil y el poder religioso deben estar
separados. El magistrado, como representante del poder civil, no tiene autoridad legítima para
interferir en los asuntos internos de una Iglesia. Cada uno de estos poderes tiene su esfera de
competencia propia y deben operar de manera independiente.

2. Libertad de conciencia: Locke defiende la libertad de conciencia como un derecho


fundamental de los individuos. Sostiene que cada persona tiene el derecho de elegir su propia
religión y practicarla de acuerdo con sus convicciones personales. Imponer una doctrina
religiosa o un rito por ley civil violaría la libertad de conciencia de las personas y coartaría su
libertad religiosa.

3. Peligro de corrupción: Locke argumenta que cuando el magistrado se involucra en asuntos


religiosos y trata de imponer una doctrina o un rito en una Iglesia, existe un grave peligro de
corrupción tanto para el poder religioso como para el poder civil. La intervención del
magistrado en cuestiones religiosas podría llevar a la corrupción de la religión, ya sea al
convertirla en una mera herramienta del gobierno o al provocar conflictos religiosos y
divisiones en la sociedad.

4. Estabilidad social: Locke señala que permitir al magistrado imponer doctrinas o ritos
religiosos por ley civil puede generar conflictos y divisiones en la sociedad. Dado que las
creencias religiosas varían entre las personas, es preferible mantener la paz y la estabilidad
social permitiendo la diversidad religiosa y garantizando la libertad de cada individuo para
practicar su propia fe.

En resumen, Locke argumenta que el magistrado no debe imponer doctrinas, ritos o


ceremonias religiosas por ley civil debido a la separación de poderes, la importancia de la
libertad de conciencia, el peligro de corrupción y la búsqueda de la estabilidad social en una
sociedad diversa.
12. En la Carta sobre la tolerancia, Locke también expone su concepción contractualista

del Estado o el gobierno civil (p. 104 y ss). ¿En qué consiste dicha concepción?

La concepción contractualista del Estado o gobierno civil de Locke, expuesta en la "Carta sobre
la tolerancia", se basa en la idea de que el gobierno es establecido mediante un contrato o
acuerdo voluntario entre los individuos que conforman la sociedad. Esta concepción se deriva
de su obra más influyente, "Segundo tratado sobre el gobierno civil".

Según Locke, los individuos naturalmente poseen derechos inalienables, como el derecho a la
vida, la libertad y la propiedad. Sin embargo, en el estado de naturaleza, donde no existe un
gobierno establecido, estos derechos pueden estar amenazados por la falta de una autoridad
común y por la posibilidad de conflictos violentos.

Para evitar esta situación, los individuos se unen y establecen un gobierno civil mediante un
contrato social. En virtud de este contrato, los individuos renuncian parcialmente a su libertad
y transfieren el poder ejecutivo a una autoridad gubernamental, con el propósito de proteger
sus derechos y asegurar la convivencia pacífica.

Según Locke, este gobierno civil tiene una función específica y limitada: proteger los derechos y
propiedades de los individuos. El poder del gobierno se deriva del consentimiento de los
gobernados, y su legitimidad se basa en su capacidad para cumplir con este propósito y
respetar los derechos naturales de los individuos.

En resumen, la concepción contractualista de Locke sostiene que el gobierno civil es


establecido mediante un contrato voluntario entre los individuos de la sociedad, con el fin de
proteger sus derechos y propiedades. El poder del gobierno proviene del consentimiento de los
gobernados y su legitimidad depende de su capacidad para cumplir con su función limitada de
salvaguardar los derechos naturales de los individuos.

13. Si bien Locke promueve la tolerancia, también entiende que la misma tiene límites:

el magistrado no debe tolerar ninguna actitud que sea contraria a la preservación de

la sociedad civil (p. 108 y ss.). ¿Cuáles son los cuatro “males” que, según Locke, no

pueden ser tolerados?

Según Locke, aunque promueve la tolerancia, reconoce que esta tiene límites. En la "Carta
sobre la tolerancia", menciona cuatro "males" que, según él, no pueden ser tolerados por el
magistrado en aras de preservar la sociedad civil. Estos "males" son los siguientes:

1. Intolerancia religiosa: Locke argumenta que aquellos que niegan la tolerancia religiosa a
otros no deben ser tolerados. Considera que la imposición de una religión por la fuerza y la
persecución religiosa son actitudes contrarias a la preservación de la sociedad civil, ya que
generan conflictos y divisiones sociales.

2. Promoción de la violencia y la amenaza a la seguridad: Locke sostiene que aquellos que


promueven la violencia y amenazan la seguridad de los ciudadanos no pueden ser tolerados. La
preservación de la sociedad civil requiere que se tomen medidas enérgicas contra aquellos que
incitan a la violencia y ponen en peligro la seguridad y el orden público.
3. Subversión del gobierno legítimo: Locke argumenta que aquellos que intentan subvertir el
gobierno legítimo no deben ser tolerados. La estabilidad y el funcionamiento adecuado de la
sociedad civil dependen del respeto por el gobierno establecido y la autoridad legítima.
Cualquier intento de socavar o derrocar el gobierno constituye una amenaza para la
preservación de la sociedad civil.

4. Amenaza a la convivencia pacífica: Locke sostiene que aquellos que amenazan la convivencia
pacífica y generan discordia constante en la sociedad no pueden ser tolerados. La preservación
de la sociedad civil requiere un clima de paz, armonía y cooperación entre los ciudadanos.
Aquellos que perpetúan conflictos y divisiones sociales ponen en peligro la estabilidad y el
bienestar de la sociedad en su conjunto.

En resumen, Locke identifica la intolerancia religiosa, la promoción de la violencia, la


subversión del gobierno legítimo y la amenaza a la convivencia pacífica como cuatro "males"
que no pueden ser tolerados por el magistrado en virtud de preservar la sociedad civil. Estas
actitudes son consideradas perjudiciales para la estabilidad, la seguridad y el orden social.

14. Locke afirma que “la libertad de conciencia es un derecho natural de cada hombre

[...] y que a nadie debiera obligársele en materia de religión, ni por la ley ni por la

fuerza” (p. 111). ¿Qué significa esto?

Cuando Locke afirma que "la libertad de conciencia es un derecho natural de cada hombre" y
que nadie debería ser obligado en materia de religión, ni por la ley ni por la fuerza, está
expresando su defensa de la libertad religiosa y la autonomía individual en cuestiones de fe.

En primer lugar, al decir que la libertad de conciencia es un derecho natural, Locke está
argumentando que esta libertad no es otorgada por el gobierno o por ninguna institución
externa, sino que es inherente a la condición humana. Cada individuo tiene el derecho
intrínseco de tener sus propias creencias, de seguir su propia conciencia y de practicar la
religión de su elección.

En segundo lugar, al afirmar que nadie debería ser obligado en materia de religión, ya sea por
la ley o por la fuerza, Locke está rechazando cualquier forma de imposición religiosa. Esto
implica que nadie puede ser coaccionado para adoptar una religión específica, ni tampoco se le
puede forzar a renunciar a sus creencias religiosas. El individuo tiene la libertad de seguir su
propia conciencia en asuntos de fe y de practicar su religión sin interferencias ni restricciones
impuestas por el gobierno o cualquier otra autoridad.

En resumen, cuando Locke afirma que la libertad de conciencia es un derecho natural y que
nadie debería ser obligado en materia de religión, está defendiendo la autonomía individual en
asuntos de fe, la libertad religiosa y la protección de los derechos individuales en el ámbito de
la religión. Significa que cada persona tiene el derecho de seguir su propia conciencia y
practicar la religión de su elección sin ser sometido a coerción o imposición por parte de la ley
o la fuerza.

15. ¿Qué conflictos, que amenazan al Estado y a la sociedad civil, surgen de la

intolerancia y la opresión (p. 115 y ss.)? ¿En qué sentido pueden evitarse a través de
la doctrina de paz y tolerancia defendida por Locke?

Según Locke, la intolerancia y la opresión religiosa pueden dar lugar a diversos conflictos y
amenazas tanto para el Estado como para la sociedad civil. Algunos de los conflictos y
amenazas que surgen de estas actitudes son los siguientes:

1. Conflictos religiosos: La intolerancia religiosa puede generar conflictos violentos entre


diferentes grupos religiosos. Estos conflictos pueden desestabilizar la sociedad, causar violencia
y derramamiento de sangre, y socavar la convivencia pacífica entre los ciudadanos.

2. División y fragmentación social: La opresión religiosa puede crear divisiones y fragmentación


dentro de la sociedad. Cuando se impone una religión dominante y se reprime a las minorías
religiosas, se generan tensiones y resentimientos que pueden llevar a la polarización y al
debilitamiento de los lazos sociales.

3. Pérdida de confianza en el gobierno: La opresión religiosa y la intolerancia erosionan la


confianza de los ciudadanos en el gobierno y en las instituciones. Cuando el gobierno no
protege la libertad religiosa y permite la opresión, los ciudadanos pueden sentirse
desprotegidos y desconfiar de las autoridades, lo que afecta la estabilidad y la legitimidad del
Estado.

4. Estancamiento cultural y científico: La intolerancia religiosa puede inhibir la libre expresión


de ideas y limitar la exploración científica y cultural. Cuando se imponen dogmas religiosos y se
restringe la libertad de pensamiento, se dificulta el progreso intelectual y se limita la diversidad
de perspectivas en la sociedad.

La doctrina de paz y tolerancia defendida por Locke busca evitar estos conflictos y amenazas.
Promover la tolerancia religiosa y proteger la libertad de conciencia ayuda a fomentar la
convivencia pacífica, a mantener la unidad social y a garantizar la estabilidad del Estado. Al
permitir la diversidad religiosa y el respeto por los derechos individuales, se evita la
polarización y se fomenta un clima de armonía y cooperación en la sociedad civil. Además, al
salvaguardar la libertad de expresión y el libre pensamiento, se estimula el progreso cultural y
científico. En resumen, la doctrina de paz y tolerancia de Locke busca prevenir los conflictos y
amenazas asociados a la intolerancia y la opresión religiosa, promoviendo la convivencia
pacífica, la diversidad y el respeto por los derechos individuales.

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