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Manifestaciones mucocutáneas
de la diabetes
P. Senet

En la diabetes, sin considerar el pie diabético, las afecciones cutáneas son frecuentes y
afectan al 50-70% de los pacientes. La mayor parte de ellas son de origen infeccioso.
Se distinguen tres tipos de dermatosis: las que requieren sistemáticamente un estudio
en busca de diabetes, las que pueden asociarse a la diabetes y las que constituyen una
complicación de una diabetes ya conocida. Las del primer tipo, como la necrobiosis lipoí-
dica, el granuloma anular, la acantosis nigricans o el engrosamiento cutáneo digital en
empedrado, son poco frecuentes en la población general y más comunes en los pacientes
diabéticos. Por lo tanto, en estos casos, está justificado buscar de forma sistemática una
diabetes asociada. Otras dermatosis son corrientes en la población general y serían más
frecuentes en los pacientes diabéticos, como sucede con el vitíligo, la capilaritis purpú-
rica y pigmentaria, la eritrosis facial y la xerosis cutánea. Ninguna de estas afecciones
es un marcador de gravedad, a excepción de la capilaritis purpúrica y pigmentaria, que,
según un estudio, podría ser un marcador de complicaciones macrovasculares y micro-
vasculares, sobre todo en la diabetes de tipo 2. Las complicaciones cutáneas crónicas
de la diabetes se presentan en pacientes de larga evolución. Una de las más graves es
el mal perforante plantar, que se debe a complicaciones microangiopáticas, asociadas o
no a una arteriopatía obliterante de los grandes vasos. Algunas complicaciones, como
la esclerosis de las extremidades con rigidez articular, parecen correlacionarse con la
microangiopatía. Las complicaciones cutáneas agudas de la diabetes están sobre todo
representadas por las infecciones micóticas cutáneas y/o mucosas, más frecuentes en
los pacientes diabéticos y que se asocian particularmente a un control metabólico defi-
ciente. Las infecciones bacterianas no parecen ser más frecuentes en la diabetes, pero
serían más resistentes a los tratamientos y tendrían un peor pronóstico. Las reacciones
cutáneas a los tratamientos de la diabetes son mucho menos frecuentes. Las erupciones
tras la administración de sulfonamidas hipoglucemiantes se producen en el 1% de los
pacientes. Desde que se utilizan insulinas humanas recombinantes, las reacciones cutá-
neas a la insulina son muy inusuales y afectan a menos del 1% de los pacientes. Estas
manifestaciones alérgicas suelen ser locales, en los puntos de inyección, pero también se
han comunicado reacciones sistémicas inmediatas.
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Palabras clave: Necrobiosis lipoídica; Granuloma anular; Acantosis nigricans;

Xantomatosis eruptiva; Ampollosis; Dermatopatía; Estados seudoesclerodermiformes

Plan  Introducción
■ Introducción 1 La prevalencia de la diabetes está en constante aumento
■ Dermatosis asociadas a la presencia de diabetes 2 en todo el mundo. En Francia, en 2015, afectaba a alre-
Dermatosis que obligan a buscar sistemáticamente dedor del 5% de la población general, y en los Estados
una diabetes 2 Unidos, en 2014, al 9,3%. La diabetes de tipo 2 cons-
Dermatosis posiblemente asociadas a una diabetes 3 tituye alrededor del 80% de las diabetes [1] . Según los
■
estudios [2, 3] , sin considerar el pie diabético, más del 50%
Dermatosis que complican una diabetes 4
de los pacientes con diabetes han presentado o presen-
Complicaciones crónicas 4
tarán manifestaciones cutáneas durante su enfermedad.
Complicaciones agudas 5
Sin embargo, si bien es fácil asociar la diabetes con ciertas

EMC - Dermatología 1
Volume 53 > n◦ 1 > marzo 2019
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 E – 98-866-A-10  Manifestaciones mucocutáneas de la diabetes
Figura 1. Acantosis nigricans.
dermatosis poco frecuentes, debido a su prevalencia anor-
malmente alta en los pacientes diabéticos, es más difícil
afirmar esta asociación con afecciones frecuentes como,
por ejemplo, las dermatofitosis ungueales. Las manifesta-
ciones cutáneas de la diabetes se clasifican en tres grandes
grupos:
• dermatosis que se asocian a menudo a la diabetes;
• dermatosis relacionadas con las complicaciones de la
diabetes;
• dermatosis relacionadas con los tratamientos de la dia-
betes.
 Dermatosis asociadas
a la presencia de diabetes
Algunas afecciones dermatológicas tienen una preva-
lencia muy alta en los pacientes diabéticos y mucho más
baja en la población general: por lo tanto, deben llevar a
buscar la diabetes sistemáticamente si no se tiene cons-
tancia de ella. En cambio, algunos trastornos de la piel
presentan una frecuencia elevada en la población general
y también se pueden encontrar en la diabetes aunque, de
hecho, es más difícil afirmar la existencia de una asocia-
ción preferente con la diabetes.
Dermatosis que obligan a buscar
sistemáticamente una diabetes
Acantosis nigricans (Fig. 1)
La acantosis nigricans se traduce clínicamente por la
presencia de placas cutáneas simétricas y gruesas, con una
pigmentación parda y de superficie aterciopelada o verru-
gosa, que se localizan preferentemente en los pliegues de
flexión, en particular en los pliegues axilares, inguinales
y la nuca. La afectación mucosa es una particularidad de
las acantosis nigricans asociadas a una neoplasia [4] . Desde
el punto de vista histológico, se observan hiperqueratosis
intensa, papilomatosis y acantosis epidérmica. La acan-
tosis nigricans es un marcador de endocrinopatías que
se caracterizan por insulinorresistencia, entre las que se
encuentran la diabetes de tipo 2 y/o la obesidad y el sín-
drome metabólico. Podría constituir un marcador de com-
plicaciones macrovasculares de la diabetes de tipo 2 [3] . Se
cree que la insulinorresistencia de la diabetes de tipo 2
o de la obesidad sería secundaria a una disminución del
número de receptores funcionales de insulina. La apari-
ción de acantosis nigricans en el curso de la diabetes sería
el resultado de un exceso de fijación de la insulina a los
receptores del factor de crecimiento tipo insulina situados
en los queratinocitos, lo que estimula su proliferación [5] .
A menudo se asocian obesidad y signos de hiperandro-
genismo. Finalmente, en algunos casos poco frecuentes,
el síndrome insulinorresistencia con acantosis nigricans
y diabetes de tipo 2 se asocia a lipoatrofia. Esta forma es
congénita en el 60% de los casos, autosómica recesiva.
2 EMC - Dermatología
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Figura 2. Necrobiosis lipoídica pretibial.
No existe un tratamiento satisfactorio para esta afec-
ción, pero se aconseja reducir el sobrepeso mediante una
dieta baja en calorías y ejercicio físico, con el fin de dis-
minuir la insulinorresistencia. Los retinoides tópicos y la
vaselina salicilada pueden reducir la hiperqueratosis, y
el calcipotriol, la hiperproliferación epidérmica [6] . Se ha
comunicado la utilización, en algunos casos clínicos, de
láser de dióxido de carbono o Alejandrita [7] .
Necrobiosis lipoídica (Fig. 2)
La necrobiosis lipoídica (o enfermedad de Oppenheim-
Urbach) es una dermatosis poco frecuente que se presenta
en el 0,3-1% de los pacientes diabéticos. Entre los pacien-
tes con necrobiosis lipoídica, la prevalencia de diabetes se
ha revisado a la baja en los últimos 10 años [8, 9] . En un
estudio sobre registro, el porcentaje de pacientes diabéti-
cos entre los pacientes con necrobiosis lipoídica sería sólo
del 34,4% [10] .
Las lesiones, casi siempre asintomáticas, se presentan
principalmente en la cara anterior de la pierna, de forma
bilateral y simétrica. Otras localizaciones, como el cuero
cabelludo, la cara, los brazos, el tronco y el glande [8] ,
son menos frecuentes. Las lesiones debutan con pápulas o
nódulos de color rojo pardo, que confluyen en placas irre-
gulares. El centro se vuelve amarillo anaranjado, debido a
la sobrecarga grasa, atrófico, liso y telangiectásico. Los bor-
des están claramente infiltrados, son policíclicos, poseen
límites claros y permanecen de color rojo violáceo. Las
lesiones son indoloras y su progresión es lenta. Después de
varios años de evolución, puede aparecer una ulceración
central, espontáneamente o tras un traumatismo mínimo.
Se han descrito variantes: las lesiones pueden limitarse
a pápulas, que a veces se agrupan en anillos alrededor
de un centro amarillento no escleroatrófico que simula
un granuloma anular. También se han descrito aspec-
tos verrugosos, hipertróficos, seudosifilíticos y del tipo de
nódulos profundos.
La evolución suele ser crónica, pero se puede observar la
regresión en alrededor de un 20% de los casos. La degene-
ración en carcinoma epidermoide resulta excepcional [11] .
La fisiopatología de la necrobiosis lipoídica es hipo-
tética. Se asocia a la diabetes de tipo 1 y, con mayor
frecuencia, a la diabetes de tipo 2, lo que hace que una
causa genética o autoinmunitaria sea poco probable. Las
alteraciones del colágeno podrían ser primarias o secun-
darias a alteraciones microvasculares. La retinopatía y/o
la proteinuria debidas a la diabetes serían significativa-
mente más frecuentes en los pacientes diabéticos con
necrobiosis lipoídica que en aquéllos que no la presen-
tan. El aspecto histológico es variable según el estadio
evolutivo de la lesión. La epidermis es atrófica, los focos
de necrosis hialina de las fibras colágenas y de fragmenta-
ción de las fibras elásticas se localizan en la dermis media
o profunda. El infiltrado histiocítico, que a menudo
contiene células gigantes multinucleadas y células

A B
epitelioides, se dispone en empalizada alrededor de los
focos de alteración del tejido conjuntivo. Las alteraciones
vasculares y los depósitos lipídicos extracelulares dife-
rencian la necrobiosis lipoídica y del granuloma anular,
cuya histología es muy similar. La esclerosis aparece como
una cicatriz del proceso inicial. Ningún tratamiento ha
demostrado con certeza ser eficaz. Como tratamiento de
primera línea, se utilizan los corticoides tópicos bajo oclu-
sión (película de poliuretano, hidrocoloide delgado) en
lesiones recientes o en el borde para retardar la exten-
sión de las lesiones. Su utilización en el centro atrófico de
las lesiones podría precipitar la evolución hacia una ulce-
ración. Los corticoides por vía sistémica también se han
propuesto en algunos casos, particularmente en formas
ulceradas, con un buen resultado, pero la relación riesgo-
beneficio de este tratamiento resulta muy discutible en
esta indicación [12] . En el contexto de la hipótesis del papel
de la microangiopatía, se han utilizado, en algunos casos,
la pentoxifilina o el ácido acetilsalicílico asociado al dipi-
ridamol como tratamientos de segunda línea o en formas
amplias. En las formas ulceradas, se debe valorar la esci-
sión quirúrgica seguida de un injerto o la corticoterapia
sistémica. Sin embargo, los éxitos terapéuticos descritos
en la literatura son casos clínicos, con un bajo nivel de
evidencia. Ningún tratamiento se muestra claramente efi-
caz en la necrobiosis lipoídica, ya que, actualmente, no
existen estudios controlados en la literatura que permitan
validar de forma rigurosa una opción frente a las demás.
Granuloma anular (Fig. 3)
El granuloma anular es la dermatosis más frecuente
del grupo de los granulomas en empalizada. La asocia-
ción con la diabetes es clásica pero está mal evaluada en
términos de frecuencia [13, 14] y se busca sobre todo en
las formas generalizadas o de evolución prolongada. Las
lesiones consisten en pápulas pequeñas, de color de piel
normal, amarillentas o eritematosas, de disposición fre-
cuentemente arciforme, con una extensión centrífuga. La
evolución es crónica, siempre benigna. La forma típica
del granuloma anular se cura espontáneamente en pocos
meses. Las lesiones son asintomáticas y se localizan habi-
tualmente en las caras de extensión de las extremidades,
particularmente en el dorso de los pies o las manos.
Más raramente, pueden localizarse en la cara, las orejas
y el cuero cabelludo. Las formas generalizadas [14] , perfo-
rantes o subcutáneas, son mucho menos frecuentes. El
estudio histológico de las lesiones encuentra una reac-
ción inflamatoria esencialmente histiocítica, que incluye
elementos epitelioides y células gigantes multinuclea-
das, organizada alrededor de grandes áreas eosinófilas de
alteración del tejido conectivo en la dermis superficial
y media. Se desconoce la fisiopatología. Las modalida-
des terapéuticas de los granulomas anulares localizados,
principalmente los corticoides tópicos con oclusión, son
idénticas a las de la necrobiosis lipoídica no ulcerada y
también poco satisfactorias. La remisión espontánea es
una forma de evolución habitual que justifica la absten-
ción terapéutica en la mayoría de los casos.
EMC - Dermatología
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Manifestaciones mucocutáneas de la diabetes  E – 98-866-A-10
Figura 3. Granuloma anular.
A. Granuloma anular localizado.
B. Granuloma anular generalizado (con
autorización de la profesora Camille
Francès, Hospital Tenon, París).
Figura 4. Vitíligo en el contexto de una diabetes de tipo 1.
Finger pebbles o engrosamiento cutáneo
digital en empedrado
Este aspecto granular en el dorso de las manos que se
asocia a la diabetes, conocido como pápulas de Hunt-
ley, se describió por primera vez en 1986 [15] . Se trata de
pequeñas estructuras papilares que se localizan en la cara
dorsal de las manos, principalmente en las articulaciones
interfalángicas y metacarpofalángicas. Estas micropápu-
las asintomáticas también se pueden localizar en la región
periungueal, a veces a lo largo de los dedos, y ofrecer un
aspecto de engrosamiento de la piel. La biopsia de estas
lesiones muestra acantosis, papilomatosis y una hiperque-
ratosis importante sin componente inflamatorio. Huntley
encontró, sobre 60 pacientes diabéticos, un 75% que pre-
sentaba estas lesiones en las manos, frente a un 21% en
los 52 individuos sanos de control. Más recientemente,
Cabo [16] ha encontrado una prevalencia de las lesiones
del 72% en 202 pacientes diabéticos frente al 12% en
48 individuos de control. Los corticoides tópicos y las cre-
mas hidratantes no resultan eficaces. En un caso aislado,
parece que una crema que contenía lactato de amonio al
12% podría haber aportado una mejoría.
Dermatosis posiblemente asociadas
a una diabetes
Estas dermatosis se asocian, con una frecuencia varia-
ble, a la presencia de diabetes, y no deben llevar a buscar la
existencia de ésta de forma sistemática, sino únicamente
en función de la clínica y de los potenciales factores de
riesgo que se asocien (antecedentes familiares, sobrepeso,
etc.), habida cuenta de la falta de datos claros en la litera-
tura.
La angiodermatitis necrótica, forma particular de úlcera
dolorosa en la pierna, en la que predomina el proceso
necrótico, suele presentarse en mujeres ancianas, hiper-
tensas en el 95% de los casos y/o diabéticas en el 30-40%
de los casos [17] .
Los acrocordones son tumores fibroepiteliales benignos
muy banales, blandos, de pequeño tamaño, que se sue-
len localizar en las caras laterales del cuello, el tronco,
las áreas axilares y la cara. El número de acrocordones se
3
 E – 98-866-A-10  Manifestaciones mucocutáneas de la diabetes

asociaría estadísticamente a un índice de masa corporal

más elevado y a la presencia de intolerancia a la glucosa
o de diabetes [18, 19] .
El vitíligo (Fig. 4) es una afección cutánea benigna
y aparatosa, que está constituida por placas maculosas
de despigmentación cutánea. Generalmente, su localiza-
ción es periorificial o en las caras de extensión de las
extremidades. El vitíligo se considera una patología auto-
inmunitaria, debida a la destrucción de los melanocitos en
la epidermis [20] , que puede asociarse a otras enfermedades
como la diabetes de tipo 1, debido a una predisposición
genética [3] . De hecho, el vitíligo también se ha descrito
asociado a la diabetes de tipo 2 y no sería simplemente
un marcador de autoinmunidad en la diabetes. Además,
los vínculos epidemiológicos entre la diabetes y el vitíligo
son difíciles de precisar en ausencia de estudios controla-
dos [18] . En un estudio en Taiwán que involucró a más de Figura 5. Ampollosis de los pacientes diabéticos.
14.000 pacientes con vitíligo, sólo el 0,07% de ellos tenía
diabetes [21] , sin diferencias significativas con respecto a la
población general. Por el contrario, en una población de
Figura 6. Dermatopatía
308 pacientes diabéticos franceses, la prevalencia de vití-
diabética (con autorización
ligo fue del 10% en los pacientes insulinodependientes,
de la profesora Camille
frente al 1% en los pacientes diabéticos de tipo 2 [3] .
Francès, Hospital Tenon,
Entre los pacientes con porfiria cutánea tardía, el 20-
París).
40% desarrollarán diabetes durante el seguimiento [22] . La
fisiopatología no está muy clara porque, en este estudio,
las perturbaciones del metabolismo glucídico aparecen al
cabo de varios años de evolución de la porfiria cutánea tar-
día. La hiperferritinemia y la sobrecarga de hierro son una
posible causa de diabetes pero, en contraste, las concen-
traciones altas de glucosa tienen una actividad inhibitoria
del ácido delta-aminolevulínico deshidratasa (ALA-D) y de
la porfobilinógeno desaminasa (PBG-D), enzimas que, in
vitro, intervienen en la biosíntesis de hemo. Del mismo
modo, la actividad de estas mismas enzimas disminuye en
los ratones con diabetes inducida por la estreptozotocina
[23, 24]
.
El síndrome de Werner, enfermedad genética rara, se
caracteriza por el envejecimiento precoz y selectivo de
algunos órganos. El gen WRN responsable de este sín-
drome se ha localizado en el cromosoma 8 y codifica tiva [28] . Las lesiones suelen ser asintomáticas, la evolución
una proteína perteneciente a la familia de las helicasas, tiene lugar hacia la formación de una costra y la curación
enzimas que intervienen en la reparación del ácido des- espontánea se produce en pocas semanas. La mayoría de
oxirribonucleico (ADN) y que están implicadas en otras los pacientes afectados son diabéticos de larga evolución,
genodermatosis [25] . Este síndrome asocia, al envejeci- portadores de complicaciones vasculares debidas a la dia-
miento prematuro de adultos jóvenes, una baja estatura, betes y de neuropatía de las extremidades inferiores. El
cataratas, diabetes en el 60% de los casos, hipogonadismo, vínculo con el desequilibrio glucémico en el momento de
úlceras cutáneas, calcificaciones vasculares y osteoporosis. la aparición de las ampollas no está documentado en la
Varias enfermedades cutáneas frecuentes, como la rosá- literatura. Ningún tratamiento es necesario más allá de
cea [26] o la psoriasis [27] se asocian de forma significativa los cuidados locales habituales. La fisiopatología se des-
a la diabetes, con un riesgo relativo que, sin embargo, es conoce; quizás esté relacionada con la fragilidad cutánea
bajo, de entre 1,1-1,3 para la psoriasis. debida a la alteración de la vascularización cutánea [29] .
El papel de los posibles traumatismos asociados está poco
claro [30] . El tratamiento es sintomático.
 Dermatosis que complican
una diabetes Dermatopatía diabética (Fig. 6)
Complicaciones crónicas Es una de las manifestaciones cutáneas más frecuentes
en los pacientes diabéticos, aunque no sea específica [2, 31] .
El mal perforante plantar se trata en un artículo especí- Su prevalencia en la población diabética se estima entre
fico de la EMC. el 25-55% [2, 18] . Se trata de lesiones atróficas, redondea-
das, hiperpigmentadas, bilaterales, que se localizan en la
Ampollosis diabética (Fig. 5) cara tibial de las extremidades inferiores y se presentan
Ampollas tensas, casi siempre múltiples, de tamaño en pacientes diabéticos de larga evolución. Se asocian a
variable (de 0,5-10 cm2 ) pueden presentarse en pacientes las complicaciones microangiopáticas [32] . Las lesiones son
diabéticos, al margen de cualquier afección autoinmuni- asintomáticas, probablemente cicatrices postinflamato-
taria, infecciosa, traumática o por estasis. La aparición es rias o postraumáticas. La histología no es muy específica;
espontánea, en piel sana, en la cara de extensión de las en las lesiones recientes se encuentran edema dérmico,
extremidades inferiores, en disposición acral. El líquido de extravasación sanguínea e infiltrado linfocítico mode-
la ampolla es estéril. Su prevalencia entre los pacientes dia- rado. La fisiopatología de estas lesiones no está dilucidada;
béticos sería del 0,5% [1, 18] . La histología cutánea encuen- se suele mencionar una afectación de la microcirculación
tra separación dermoepidérmica o intraepidérmica, según responsable de fragilidad de la piel. Ningún tratamiento
los autores, y un infiltrado perivascular de baja intensidad, es necesario, exceptuando la protección frente a los trau-
no específico. La inmunofluorescencia directa es nega- matismos.

4 EMC - Dermatología

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Figura 7. Escleredema de Buschke (con autorización de la pro-
fesora Camille Francès, Hospital Tenon, París).
Estados seudoesclerodérmicos
En la diabetes, es preciso distinguir entre dos entidades
que cursan con un engrosamiento de la piel: el esclere-
dema de Buschke y la esclerosis de las extremidades con
rigidez articular.
El escleredema de Buschke (Fig. 7) afecta a aproxi-
madamente al 2-3% de los pacientes diabéticos obesos
no insulinodependientes. Se caracteriza por un engrosa-
miento importante de la piel, que comienza en la nuca y la
parte superior de la espalda y se extiende progresivamente
hacia el tronco y, a veces, las extremidades [33, 34] . Las zonas
distales quedan respetadas, no existe afectación visceral
ni fenómeno de Raynaud. Resulta difícil arrugar la piel,
que está endurecida y es brillante. Los signos funcionales
consisten en la limitación de movimientos por causa del
engrosamiento cutáneo. La histología halla una dermis
aumentada de grosor con depósitos de glucosaminogluca-
nos entre los haces de colágeno. La evolución es crónica,
sin tendencia a remitir. Se desconocen la fisiopatología
y el tratamiento del escleredema diabético. El esclero-
mixedema de Buschke también se ha descrito sin estar
asociado a la diabetes: virosis, gammapatías monoclo-
nales [33] .
La esclerosis de las extremidades con rigidez articular
se ha descrito en el 8-50% de los pacientes diabéticos; se
correlaciona con complicaciones microvasculares como
la retinopatía y la nefropatía diabéticas [3, 13, 35, 36] . La
esclerosis de las extremidades se inicia típicamente en el
quinto dedo y se extiende progresivamente, afectando a
las articulaciones interfalángicas y metacarpofalángicas y
la muñeca. La piel está aumentada de grosor y es de color
ceroso, las lesiones están mal delimitadas. Los pacientes ya
no pueden apoyar sus manos una contra la otra en exten-
sión (signo de la oración) o ponerlas planas sobre una
mesa. Al margen de la limitación articular en extensión,
las lesiones son completamente asintomáticas, bilaterales
y simétricas, de extensión progresiva. También pueden
afectar a los pies [13] . Este síndrome se describió inicial-
mente en adolescentes diabéticos insulinodependientes,
pero parece afectar también a pacientes no insulinode-
pendientes.
Prurito
El prurito generalizado crónico se ha considerado
durante mucho tiempo como un síntoma de la diabe-
tes y se ha descrito en cerca del 50% de los pacientes.
De hecho, se discute la asociación entre la diabetes y el
prurito [37, 38] . La aparición de prurito generalizado en un
paciente diabético debe llevar a buscar las mismas causas
que en los pacientes no diabéticos. Por el contrario, el pru-
rito localizado anal o genital es frecuente en los pacientes
diabéticos, y se suele deber a candidiasis.
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Manifestaciones mucocutáneas de la diabetes  E – 98-866-A-10
Figura 8. Capilaritis purpúrica.
Xerosis cutánea
La xerosis cutánea, rara vez investigada en estudios
prospectivos, parece frecuente en la diabetes, con una
prevalencia calculada del 15,8% en un estudio [34] , en
concordancia con los datos de la literatura. Su presencia
puede ser responsable de prurito rápidamente reversible
mediante la aplicación de fármacos tópicos emolientes.
Capilaritis purpúrica y pigmentada
de las piernas (Fig. 8)
Su frecuencia en la diabetes es del 20% según un estudio
reciente [39] . Se trata de una erupción macular purpúrica
localizada en las piernas, sin afectación extracutánea ni
signos funcionales. La histología muestra una capilaritis
superficial y un depósito de hemosiderina extravascu-
lar, sin vasculitis. Sería más común en la diabetes de
tipo 2, asociada a una dermatopatía diabética, y en caso
de macroangiopatía o neuropatía. Está implicada la fragi-
lidad capilar que induce la diabetes. Ningún tratamiento
es realmente eficaz. La evolución es siempre benigna, reci-
divante.
Complicaciones agudas
Infecciones cutáneas
Aparte de las infecciones por Candida albicans y cori-
nebacterias, es probable que las infecciones no sean más
frecuentes en el paciente diabético controlado que en la
población general. A la inversa, en los pacientes diabéti-
cos cuya diabetes está mal controlada, se han comunicado
infecciones causadas por gérmenes oportunistas, como
micosis profundas. Las infecciones cutáneas son fre-
cuentes en la diabetes, pero no son específicas [1, 40, 41] ;
probablemente se relacionen con una alteración de las
funciones de los polimorfonucleares neutrófilos debida
a un control glucémico deficiente. La prevalencia de las
infecciones en una población diabética se ha estimado
entre el 20-50%; predominan en ellas las infecciones
micóticas superficiales [1, 2, 40] .
Infecciones bacterianas
Aunque resulte difícil afirmar que las infecciones por
cocos grampositivos, en particular por Staphylococcus
aureus, son más frecuentes en los pacientes diabéticos,
sigue constituyendo una buena práctica clínica buscar
una posible diabetes o controlar una ya conocida, ante la
presencia de infecciones cutáneas superficiales extensas,
recidivantes o resistentes al tratamiento, del tipo de folicu-
litis, forunculosis, impétigo, absceso, dermohipodermitis
y eritrasma [1, 41] . Se han descrito, casi exclusivamente en
pacientes diabéticos, otitis externas de evolución inva-
siva, debidas a la colonización e invasión del conducto
auditivo externo por el bacilo piociánico [42] . Las infeccio-
nes cutáneas parecen presentarse con mayor frecuencia
si la diabetes no está bien controlada [1] ; el control de
la diabetes se muestra como un factor determinante del
5
 E – 98-866-A-10  Manifestaciones mucocutáneas de la diabetes

Cuadro 1.
Figura 9. Xantomatosis Resumen de las manifestaciones cutáneas debidas a la diabetes
eruptiva. o a su tratamiento.
Dermatosis poco frecuentes, Necrobiosis lipoídica
que obligan a buscar una Granuloma anular
diabetes Acantosis nigricans
Vitíligo
Finger pebbles o engrosamiento
cutáneo digital en empedrado
Porfiria cutánea tardía
Angiodermitis necrótica
Progeria del adulto (síndrome
de Werner)
Complicaciones cutáneas Infecciones bacterianas y
agudas asociadas a diabetes micóticas Xantomatosis
mal controlada eruptiva
Complicaciones cutáneas Ampollosis de los pacientes
crónicas, asociadas a diabetes diabéticos
de larga evolución Dermatopatía diabética
Estados seudoesclerodérmicos
Prurito
Xerosis cutánea
Capilaritis purpúrica y
tratamiento. La diabetes que se presenta aislada, al con-
pigmentada de las piernas
trario que la obesidad, no parece ser un factor de riesgo de
erisipela, aunque es un factor de riesgo de las infecciones Dermatosis debidas al Erupciones debidas a los
tratamiento de la diabetes antidiabéticos orales
dermohipodérmicas bacterianas graves, en particular de
Reacciones cutáneas a las
las formas necrosantes [43, 44] . El eritrasma debido a Coryne-
insulinas
bacterium minutissimum se manifiesta por grandes máculas
de color bistre, finamente descamativas, con fluorescen-
cia coral en la luz de Wood. El tratamiento recurre a un Finalmente, la diabetes es un contexto predisponente
macrólido oral o a tratamientos tópicos que incluyen gel para las micosis profundas, como las mucormicosis, que
de eritromicina o imidazólicos. pueden provocar una afectación extensa de la piel, de la
esfera otorrinolaringológica, incluyendo los senos, cere-
bral, pulmonar y gastrointestinal [47] . El tratamiento es
Infecciones micóticas quirúrgico y médico, basándose en los antifúngicos sis-
La asociación de diabetes y candidiasis mucocutáneas témicos, entre los cuales se encuentra la anfotericina B.
se ha descrito a menudo en la literatura. Las candidiasis
orofaríngeas se asociarían significativamente a la diabe- Xantomatosis eruptiva (Fig. 9)
tes debido a la colonización más frecuente por Candida Los xantomas eruptivos constituyen una manifesta-
de la boca de los pacientes diabéticos: hasta el 80% ción de una hipertrigliceridemia mayor, que a menudo
de los pacientes serían portadores [45] . Los demás pun- se asocia a diabetes mal controlada. Se presentan en el
tos de localización de infecciones candidiásicas, que se 8-9% de los pacientes con hipertrigliceridemia superior
encuentran con frecuencia en los pacientes diabéticos a 20 mM [48] . La deficiencia de insulina es responsable de
(intertrigos, boqueras, vulvovaginitis, balanitis, onicomi- déficit de lipoproteína lipasa y de elevación de los triglicé-
cosis, paroniquia) se asocian a la diabetes no tratada o mal ridos circulantes. La erupción está formada por múltiples
controlada [14, 46] . pápulas amarillentas, consistentes, rodeadas por un halo
Las onicomicosis tienen una prevalencia del 26-35% eritematoso, a veces pruriginosas, incluso dolorosas. Se
en los pacientes diabéticos, mayor que en la población localizan en la cara de extensión de las extremidades y
general. Suelen asociarse a un intertrigo micótico interdi- las articulaciones. La histología cutánea halla histiocitos
gital en los pies, cuya frecuencia se estima en el 32% de la espumosos en la dermis y un infiltrado dérmico poli-
población diabética frente al 7% en la no diabética [35] . El mórfico. Las lesiones desaparecen progresivamente con
riesgo relativo de onicomicosis en pacientes diabéticos en la normalización de las anomalías metabólicas asociadas
relación con la población general se estima, según los estu- (hiperlipidemia, hiperglucemia, cetoacidosis) tras instau-
dios, entre 1,5-2,8 [46] , y el riesgo de intertrigo interdigital rar el tratamiento con insulina.
en los pies, en 2,1. Los dermatofitos usuales (Trichophyton
rubrum y Trichophyton mentagrophytes) son los gérmenes
Dermatosis debidas al tratamiento
más a menudo responsables, al igual que en los pacien-
tes no diabéticos, pero las infecciones por C. albicans de la diabetes
parecen ser mucho más frecuentes que en la población Erupciones debidas a los antidiabéticos orales
no diabética: pueden alcanzar hasta el 30% de las oni- Aunque su utilización está muy extendida, los anti-
comicosis. Las onicomicosis de los pacientes diabéticos diabéticos orales no suelen provocar toxicodermias. Las
contribuyen a la morbilidad elevada del pie diabético, ya sulfamidas hipoglucemiantes pueden ser responsables de
que son la causa de heridas por abrasión o por ulceración una toxicodermia que aparece habitualmente dentro del
traumática. Los intertrigos interdigitales en los pies consti- primer mes de tratamiento. La erupción suele ser un
tuyen una puerta de entrada para las dermohipodermatitis exantema maculopapular, aunque también son posibles
bacterianas [43, 44] . El tratamiento de las micosis en los reacciones urticariformes. Las sulfamidas hipoglucemian-
pacientes diabéticos es el mismo que en los no diabéticos, tes rara vez pueden inducir reacciones fotoalérgicas
pero las indicaciones de tratamiento son más sistemáticas y fototóxicas, vasculitis leucocitoclásticas o erupciones
que en los individuos sanos, particularmente en casos de liquenoides [1] .
afectación ungueal. Los imidazólicos tópicos suelen ser Se han notificado casos poco frecuentes de exantema
suficientes para tratar las micosis de la piel lampiña. La o de vasculitis leucocitoclástica y un caso de DRESS con
terbinafina es el tratamiento de elección de las lesiones metformina (familia de las biguanidas).
ungueales, en particular matriciales, por dermatofitos, y Finalmente, se han comunicado algunos casos de reac-
el fluconazol, el de las candidiasis mucosas. ciones locales con el FreeStyle Libre, que es un sistema

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de autovigilancia de la glucemia sin pinchazo. Puede tra-
tarse de una dermatitis irritativa o de una sensibilización
y, por lo tanto, de un eccema de contacto con el acrilato
de isobornilo presente en el adhesivo del sistema [49] .
Reacciones cutáneas a las insulinas
Las reacciones alérgicas a las insulinas no son frecuentes
con las insulinas recombinantes [42] . Se pueden presentar
reacciones locales tardías en los puntos de inyección en el
1% de los casos durante el primer mes, que desaparecen
en pocas semanas mientras se mantenga el tratamiento.
Se trata de una pápula o de un nódulo pruriginoso que
aparece durante las 24-48 horas posteriores a la inyección.
Se han descrito reacciones de hipersensibilidad de tipo IV
en los puntos de inyección, que se presentan 2-12 horas
tras la administración de insulina detemir, análoga a una
insulina de acción prolongada [50] .
También se han comunicado reacciones inmediatas
urticariformes después de un tiempo muy variable desde
el inicio de la insulinoterapia, incluso con las insulinas
humanas recombinantes [50] . El tratamiento consiste en
cambiar el tipo de insulina eligiendo productos más puri-
ficados.
Las reacciones alérgicas sistémicas, del tipo de la urti-
caria generalizada o el angioedema, son excepcionales.
Las pruebas cutáneas (pruebas de punción cutánea o
intradermorreacción) sólo son válidas si son negativas
(15% de falsos positivos), y la determinación de las
inmunoglobulinas E específicas no tiene interés (falta de
especificidad) [51] . El tratamiento de las reacciones a la
insulina consiste en cambiar el tipo de insulina, asociar
antihistamínicos o corticoides tópicos a las inyecciones,
repartir los puntos de inyección o, en los casos graves,
en inducir tolerabilidad aumentando progresivamente las
dosis, en ocasiones mediante una bomba de insulina.
Con las nuevas insulinas recombinantes o purificadas, las
lipoatrofias debidas a la síntesis de anticuerpos antiinsu-
lina ya no se presentan.
Los abscesos o las infecciones en los puntos de inyec-
ción de las insulinas son poco frecuentes y se deben a una
mala técnica de inyección subcutánea y/o a condiciones
de higiene deficientes (Cuadro 1).
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Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Senet P. Manifestaciones mucocutáneas de la diabetes. EMC -
Dermatología 2019;53(1):1-8 [Artículo E – 98-866-A-10].
Disponibles en www.em-consulte.com/es
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