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El currículum es un concepto central en el discurso educativo, siendo una herramienta esencial para

comprender y regular las prácticas pedagógicas en los sistemas educativos. Aunque no abarca toda la
complejidad de la educación, es fundamental para entenderla en el contexto social y cultural. Se utiliza
ampliamente en la literatura, la investigación, las administraciones educativas y entre los docentes. El
currículum tiene un poder inclusivo que nos permite reflexionar sobre el presente, valorar la escolaridad
en el pasado y vislumbrar su futuro.

El currículum, como componente fundamental de la realidad educativa, condiciona nuestras prácticas


pedagógicas y es tanto instituido como instituyente en su implementación. Su complejidad dificulta una
definición simple, pero se entiende como el contenido cultural que las instituciones educativas transmiten.
Actúa como puente entre la cultura externa y la interna, así como entre la sociedad actual y la futura.

El concepto de currículum se ha desarrollado progresivamente, abarcando una variedad de discursos


teóricos y prácticos en educación. Es una construcción histórica que refleja las condiciones sociopolíticas,
económicas y pedagógicas de su momento. Su implementación implica una amplia gama de prácticas
políticas, sociales, administrativas y pedagógicas.

El currículum es un terreno de debate y disputa, donde convergen diferentes ideologías, intereses y


motivaciones. Su estudio es crucial para comprender las relaciones entre teoría y práctica, educación y
sociedad. La calidad de la educación depende en gran medida de cómo se diseñan y aplican los currículos,
así como de la participación activa de todos los actores educativos.

1.1. LA POTENCIALIDAD REGULADORA DEL CURRÍCULUM

El concepto de currículum, desde sus primeros usos, representa la expresión y propuesta de la


organización de los segmentos y fragmentos de contenidos que lo componen. Funciona como una especie
de ordenación que articula los episodios aislados de las acciones, sin la cual quedarían desordenados o
simplemente yuxtapuestos, provocando un aprendizaje fragmentado. El currículum cumple una doble
función, organizadora y unificadora, tanto de la enseñanza como del aprendizaje. Por un lado, organiza y
unifica la enseñanza y el aprendizaje, mientras que, por otro lado, refuerza las fronteras que delimitan sus
componentes, como la separación entre las asignaturas o disciplinas que conforman su contenido.

El concepto de currículum se originó en Inglaterra y luego se extendió a la cultura anglófona en general.


Su surgimiento y aplicación en el ámbito educativo no fue fortuito, sino que estuvo influenciado por
distintos movimientos sociales e ideológicos de la época.

En primer lugar, las revisiones en la enseñanza de la Dialéctica jugaron un papel crucial en la formación
del concepto de currículum. Estas revisiones buscaban mejorar la enseñanza en diferentes áreas de
aprendizaje, lo que llevó a la necesidad de organizar y estructurar los contenidos de manera más eficaz.

En segundo lugar, la visión disciplinaria propia del calvinismo también influyó en la concepción del
currículum. El calvinismo enfatizaba la disciplina y la organización en todos los aspectos de la vida,
incluida la educación. Esto impulsó la idea de ordenar y estructurar los contenidos educativos de manera
sistemática.

Por último, la expresión "vitae curriculum" se expandió en el siglo XVI entre los calvinistas, quienes
desarrollaron una escolaridad secuenciada y organizada de manera similar a la implementada por los
jesuitas en el ámbito católico. Esta idea de un plan de estudios secuenciado y estructurado se difundió
desde la universidad de Glasgow, donde académicos calvinistas de Ginebra llevaron consigo estas ideas.

En resumen, el currículum actúa como un marco que organiza y guía qué se enseña en un contexto
educativo, al mismo tiempo que influye en la autonomía del profesorado al establecer ciertos límites y
directrices sobre los contenidos y métodos de enseñanza.

El currículum adquirió un papel crucial al ordenar los contenidos de la enseñanza, convirtiéndose en un


poder regulador que se complementaba con conceptos como la clasificación por grupos o clases para
distinguir y agrupar a los alumnos. Esta organización de la práctica educativa se basaba en
especializaciones, clasificaciones y divisiones en las instituciones educativas. A medida que estas
instituciones tenían que admitir a un número considerable de alumnos, se estableció la distinción en
grados, con secuencias dispuestas según la complejidad de los contenidos, permitiendo una transición
fluida a lo largo de la escolaridad. Los grados se relacionaban con la edad de los alumnos, lo que
convertía al currículum en un importante regulador para la enseñanza al proporcionar coherencia vertical
en su desarrollo, asegurando que la enseñanza progresara de manera adecuada y coherente con el nivel y
la edad de los estudiantes. Por tanto, el currículum no solo determina qué contenidos se abordan, sino que
también regula los niveles de los estudiantes y su progreso en la escolaridad. Esta estructuración del
currículum ha sido una invención crucial para la formación de lo que hoy entendemos como la
escolaridad y cómo la comprendemos.

El currículum, al establecer un orden y una estructura para la enseñanza y el aprendizaje, limitaba la


autonomía de los profesores y estudiantes al imponer una normativa externa. Las entidades encargadas de
diseñar y regular el currículum tenían un poder significativo en la determinación de qué se enseñaba,
cómo se enseñaba y qué se aprendía, mientras que los profesores y estudiantes tenían un papel más
limitado en la toma de decisiones sobre estos aspectos.

1. Regulación del contenido: Se decide qué temas, habilidades o conocimientos deben formar
parte del currículum. Este proceso implica seleccionar qué es importante enseñar y aprender, así
como determinar qué aspectos son menos relevantes o están fuera del ámbito educativo.
2. Distribución del tiempo: Se asigna tiempo para enseñar y aprender cada uno de los contenidos
seleccionados. Esto implica decidir cuánto tiempo se dedicará a cada tema o unidad de estudio
dentro del currículum.
3. Delimitación de áreas de estudio y especialización: Se establecen las áreas o disciplinas que
formarán parte del currículum, así como las especializaciones o enfoques particulares dentro de
esas áreas. Esto permite organizar la enseñanza de manera coherente y proporcionar una
estructura clara para el aprendizaje.
4. Establecimiento de estándares de evaluación: Se definen criterios para evaluar el éxito o
fracaso en la enseñanza y el aprendizaje. Esto incluye determinar qué se considera un desempeño
satisfactorio y qué se considera insatisfactorio, así como establecer parámetros para medir el
progreso de los estudiantes.

En nuestro contexto el termino currículum empezó a tener más aguaje en la literatura desde que la
educación en masa empezó, por lo que, los estudios en esta rama se volvieron importante.

1.2. El currículum: contenedor no neutro de los contenidos

El currículum no es estático, ya que influye y es influenciado por otros elementos de la escuela. La


interacción entre el currículum y estos otros aspectos educativos, como la organización escolar, la
distribución del tiempo, la especialización del profesorado y el proceso de enseñanza-aprendizaje, crea un
entorno dinámico en el que el currículum puede ser adaptado y modificado para satisfacer las necesidades
cambiantes de los estudiantes y del sistema educativo en general.

1.3. La cultura que constituye los contenidos del currículum es una construcción peculiar

Los contenidos del currículum escolar no son simplemente una recopilación neutral de conocimientos,
sino que están influenciados por procesos culturales y pedagógicos específicos. Se utiliza el término
"curricularización" para describir cómo la cultura se adapta dentro del currículum, seleccionando,
organizando y presentando los contenidos de acuerdo con los objetivos educativos y los estándares del
sistema escolar. Además, se señala que el conocimiento adquiere significado dentro del contexto
educativo y se adapta a las prácticas y expectativas escolares, lo que sugiere que es necesario considerar
cómo se enseña, se aprende y se evalúa dentro del currículum escolar. En resumen, el texto argumenta
que los contenidos del currículum están intrínsecamente vinculados a procesos culturales y pedagógicos,
lo que influye en cómo se seleccionan, presentan y comprenden dentro del contexto educativo.

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