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De este modo se describe el estado psíquico de la señora Emmy como la conjunción de afectos
negativos de carácter traumático no elaborados, como son el dolor por la muerte de su marido,
el asco por la comida o la angustia ante la gente desconocida, junto con la presencia del
recuerdo de los traumas vividos que eran evocados por estímulos presentes.
- La sintomatología somática de la paciente es muy variada. Presenta dolores corporales, dentro
de los cuales Freud distingue entre aquellos de base orgánica y aquellos que, teniendo esta
misma base, suponen recuerdos de dolor ante emociones y situaciones de cuidado de enfermos
de la vida de la paciente. Así mismo presenta síntomas motores, o movimientos expresivos,
que pueden entenderse en relación a los dolores corporales y como forma de expresión
emocional. Dentro de estas manifestaciones motrices se incluyen los tics, el chasquido, el
tartamudeo o la repetición del nombre Emmy ante ciertas circunstancias de tensión emocional,
expresiones que se interpretan como representaciones asociadas a tales circunstancias que
fueron enlazas con la historia de traumas vivida.
La naturaleza histérica de la enfermedad de Emmy se observa por:
Delirios y alucinaciones pese a una actitud espiritual en lo demás intacta. Por ejemplo cuando
la paciente exclama con vos alterada por la angustia “quédese quieto, no hable, no me toque”
es porque se encontraba bajo la impresión de una cruel alucinación recurrente y con esa
fórmula protectora, se defiende de la intromisión del extraño y además se procura dominar así,
sus pensamientos penosos como deseos de que a su marido o hija les pasara algo malo.
Además puede considerarse una histeria, por presentar una alteración de la personalidad y
memoria en el sonambulismo artificial; anestesia en extremidad dolorosa y naturaleza ovárica;
ciertos datos de amnesia por los que la paciente no recuerda ni sabe nada, produciendo
síntomas, en lugar de recordar.
Según Freud el estado psíquico de la señora Emmy, se puede caracterizar destacando dos
aspectos:
1) Los afectos penosos de vivencias traumáticas permanecen sin tramitar.
2) Se produce una viva actividad mnémica que, ora de manera espontánea, ora despertada por
estímulos del presente, evoca en la conciencia actual los traumas junto con los efectos
concomitantes.
Freud considera que estos dos caractéres, son de validez general para los demás histéricos.
Además, con respecto a la predisposición neurópata de Emmy, Freud dice que sin ésta, no
hubiese sido posible que se produjera una histeria ya que era debido a esta predisposición que
los afectos de tantas vivencias quedaban conservados y luego eran traídos a la superficie
psíquica. El fundamento de tal conservación, entramado con la disposición hereditaria, tiene
que ver con que la señora experimentaba particularmente emociones muy intensas, y además,
era grande el círculo de sus deberes, debía hacer sola todo el trabajo psíquico que sus
obligaciones le imponían. Así el mecanismo de la retención de grandes sumas de excitación, se
apoya en si y por si, en las circunstancias de su vida y en su disposición natural.
Técnicas empleadas en el tratamiento del caso:
El tratamiento empleado por S. Freud en el caso de la señora Emmy combina la sugestión
hipnótica con el cuidado en base a masajes y baños templados.
La aplicación de masajes y baños templados pueden encuadrarse dentro de las prescripciones
clásicas del tratamiento histérico, que además incluían el aislamiento de los pacientes, reposo,
régimen tónico y antianémico, así como la reducción funcional.
Por otro lado, el uso de la hipnosis con pacientes histéricos había sido introducido por Jean
Martin Charcot en París, donde Freud llegó a familiarizarse con esta técnica que pondrá en
práctica más adelante con sus pacientes. Las sesiones de Charcot mostraban que mediante la
hipnosis se podían inducir, suprimir y modificar los síntomas presentes en los cuadros
histéricos, lo cual apuntaba a que éstos tenían una causa psicológica.
Partiendo de estos conocimientos y en base al método catártico empleado por el doctor Breuer
con sus pacientes, Freud llega a aplicar las sugestiones hipnóticas a la señora Emmy,
induciéndole un estado en el que poder incorporar las sugestiones necesarias para resolver los
conflictos trasferidos por los recuerdos patológicos de la paciente.
Esta técnica supuso el punto de partida de la obra de Freud y, aunque con el tiempo llegaría a
aceptar sus limitaciones, puede decirse que sembró los orígenes del método psicoanalítico,
permitiendo una concepción más amplia de los trastornos mentales y, en este caso concreto, de
la histeria.
De este modo la hipnosis se empleaba como vía de escape de la excitación traumática,
facilitando la descarga de las representaciones del trauma disociadas en los trastornos
histéricos.
Técnica: Hipnosis.
Consigna: “duérmase” (con el dedo en la frente). Se le sugiere que dormirá bien y que
mejoraran todos sus síntomas. Objetivo de la técnica: exploración del paciente en estado de
hipnosis para que éste logre recordar, es decir que pueda acceder a los hechos (vivencias)
traumáticas que están fuera de la conciencia y de esta manera logre integrarlos a ésta.
Método: Catártico, verbalización, relato con todo detalle, con el más profundo
sobrecogimiento.
Freud menciona que combatió las representaciones patológicas presentes, mediante
aseguramiento, prohibición, introducción de las representaciones contrarias, yendo tras las
huellas de la historia genética de cada síntoma a fin de poder combatir las premisas sobre las
que se edificaban las ideas patológicas. Dice además que no puede distinguir cuanto éxito
terapéutico se debió a la sugestión eliminatoria y cuanto a la solución del afecto mediante
abreacción, ya que utilizo conjugado ambos factores terapéuticos.
Freud decide investigar este síntoma bajo hipnosis, influenciado por las enseñanzas de
Bernheim y la transferencia de trabajo que tenía con Breuer, utiliza por primera vez el método
catártico para abordar la “prehistoria psíquica” de este padecer en el cuerpo.
Freud encuentra que las hipnosis eran infecundas debido a que no pesquisaba los síntomas
patológicos y los fundamentos por su propia iniciativa, sino que aguardaba hasta que surgiera
algo o la paciente le confesara algún pensamiento angustiante. Además, la mayoría de las veces
utilizaba la hipnosis para impartirle enseñanzas. Otro problema era que la paciente mantenía
sus síntomas a pesar de la sugestión ello se debía a que la idea fija patológica se hallaba
fundada en vivencias tan numerosas y de tan intensa eficacia que era capaz de ofrecer exitosa
resistencia a la representación contraria sugerida, dotada solo de cierta fuerza.