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Libro Omunicaciony Salud
Libro Omunicaciony Salud
Ubaldo Cuesta
Carmen Peñafiel
José Luis Terrón
Edilson Bustamante
Sandra Gaspar
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© Ubaldo Cuesta
Carmen Peñafiel
José Luis Terrón
Edilson Bustamante
Sandra Gaspar
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Perspectivas estratégicas
y relacional en la comunicación
de organizaciones de salud
La definición del concepto de salud como “estado de bienestar físico, psíquico y so-
cial, y no solo la ausencia de enfermedad” (OMS, 2006) produjo una ruptura con el
modelo biomédico imperante hasta entonces. Las aportaciones de Lalonde (1974)
sobre la importancia de determinantes sociales de la salud y la Carta de Ottawa
(OMS, 1986) fortalecieron esa nueva concepción dirigida a considerar a las personas
en el marco de sus condicionantes sociales y culturales. Esos cambios conceptuales
vinieron acompañados de una profunda transformación en las prácticas: a las tradi-
cionales actividades de asistencia sanitaria se le añadieron un complejo conjunto de
estrategias y acciones de prevención de la enfermedad, promoción de la salud y edu-
cación para la salud.
En ese contexto, poco a poco se ha ido abriendo paso un modelo sociocultu-
ral de acción en salud (Ugarte, 2008), que tiene como consecuencia directa un
cambio en los actores protagonistas. Evidentemente, el sistema sanitario sigue
teniendo un rol fundamental, tanto a través de las múltiples instituciones que
establecen las políticas y ordenan los recursos (ministerios, consejerías) como
de las organizaciones que atienden a la ciudadanía y son proveedoras de servi-
cios (centros de atención primaria, hospitales). Pero, junto a ellas, nacieron y
crecieron una amplia amalgama de organizaciones que hoy en día tienen un
gran protagonismo: asociaciones de profesionales socio-sanitarios y de pacien-
tes; fundaciones, sociedades científicas, colegios profesionales y plataformas de
organizaciones, entre otras.
376 Parte V. Comunicación organizacional
Suele repetirse que la comunicación tiene un papel estratégico para las organizacio-
nes del ámbito de la salud. Y estamos de acuerdo con ello. La comunicación puede ayu-
dar a las organizaciones a divulgar los servicios que ofrecen y las acciones que realizan;
informar y formar a la ciudadanía sobre aspectos relacionados con la prevención de la
enfermedad y la promoción de la salud; conseguir notoriedad y construir su imagen so-
cial; y dar información de forma transparente sobre la propia gestión, entre otros.
¿Qué tipo de comunicación necesitan las organizaciones del ámbito de la salud pa-
ra alcanzar esos objetivos? A esa pregunta intentaremos responder en este capítulo.
derando a los actores sociales en su faceta relacional (y no como actor racional), con
un claro enfoque hacia la articulación, el diálogo y la búsqueda de consensos y pun-
tos en común. En ese planteamiento, la comunicación adquiere un carácter central
por sus “capacidades articuladoras” de las percepciones plurales que existen sobre
una misma situación, constituyendo una dimensión que atraviesa de forma trans-
versal la realidad: “el concepto de comunicación incluye todos los procesos a través
de los cuales la gente se relaciona e influye recíprocamente. Esta concepción está
basada en la premisa de que todas las acciones y sucesos adquieren aspectos comu-
nicativos desde que son percibidos significativamente por un ser humano” (Pérez y
Massoni, 2008:119).
En este marco, proponen abordar el estudio de las organizaciones ya no como
unidades de producción, sino como “unidades de innovación y de significación”, so-
bre la base de lo que denominan un “nuevo paradigma organizacional sistémico”; las
organizaciones se estudian no tanto desde las partes que forman su estructura como
desde las interconexiones y los flujos que conforman el todo. En esta visión, la comu-
nicación no desempeña un papel meramente instrumental, de transmisión de infor-
mación, sino que se convierte en un elemento constituyente por su capacidad para
intervenir en la articulación entre la organización y otros actores y en los procesos
de construcción de sentido que se generan en esas relaciones (Díaz, 2011).
La estrategia aparece vinculada a la gestión de las organizaciones en diferentes ni-
veles. Jaramillo López realiza una interesante diferenciación entre lo estratégico y las
estrategias: mientras que una estrategia es “el proceso seleccionado a través del cual se
prevé alcanzar un resultado”, que tiene un carácter coyuntural, fragmentado y enfocado
a acciones concretas, lo estratégico es aquello que puede afectar el cumplimiento de la
misión de la organización; no depende de un solo factor sino que es sistemático y re-
quiere de una política o lineamiento; y no es coyuntural, por lo que necesita un trazado
de corto, medio y largo plazo para que sea sostenible (Jaramillo López, 2011; p. 4).
Por tanto, “pensar estratégicamente” la comunicación de las organizaciones nos
lleva a una ruptura con la visión instrumental de la comunicación. Como señala el
propio Pérez:
percepción coyuntural, sino el reconocimiento de una realidad por parte de los gru-
pos de interés como consecuencia de una relación eficaz de la organización con esos
stakeholders o públicos estratégicos.
Por ello, la gestión de la reputación forma parte de “lo estratégico” de las organi-
zaciones y define en buena manera las líneas estratégicas de la comunicación. En el
planteamiento de Villafañe, la gestión de la reputación tiene su traducción operativa
en la elaboración por parte de las organizaciones de su plan estratégico de reputa-
ción corporativa (PERCO), que debe contener al menos los siguientes elementos (Vi-
llafañe, 2013):
Destacado ya el carácter estratégico que la comunicación debe asumir para una or-
ganización, es importante también señalar la necesidad de conseguir una adecuada
articulación entre las estrategias y las tácticas en las cuales se enmarcan los planes
y acciones de comunicación.
Wilcox, Cameron y Xifra (2012) señalan que las estrategias aportan las razones,
la justificación, para desarrollar determinadas acciones, y al mismo tiempo señalan
cómo se van a llevar adelante y ofrecen las guías y los mensajes clave. Esas estrate-
gias deben concretarse luego en las tácticas, que son las actividades concretas a tra-
vés de las cuales se plasman las estrategias de comunicación.
Quienes tienen experiencia en la gestión de comunicación de organizaciones de
salud saben que las tácticas agrupan a un conjunto de cuestiones muy diversas: las
relaciones con los medios de comunicación generalistas y especializados, tanto los
tradicionales (prensa, televisión, radio) como los nuevos medios digitales; la cober-
tura de eventos, como congresos y conferencias, seminarios, actividades de forma-
ción o cualquier otra actividad extraordinaria, que permite relacionarse con los pú-
blicos objetivo (profesionales y generales) y tener una “percha informativa” para dar
visibilidad a la organización; la realización de publicaciones, desde revistas o boleti-
nes informativos que tengan una periodicidad establecida a folletos, materiales o li-
bros para divulgar sobre una temática específica que nuestra organización aborde;
y, por supuesto, la gestión de los medios digitales y redes sociales de los que dispon-
ga la organización.
Queremos prestar especial atención a este último punto, la comunicación 2.0, por-
que ofrece a las organizaciones nuevas vías para establecer relaciones de comunica-
ción interactivas y colaborativas con los diferentes públicos, en un diálogo en el que
ambas partes son creadoras de contenidos; con recursos variados (páginas web, foros,
wikis y redes sociales) que permiten crear y compartir contenidos en tiempo real y en
diversos formatos; y con un acceso relativamente sencillo y a costos asequibles.
Perspectivas estratégicas y relacional en la comunicación de organizaciones de salud 381
• Los recursos a utilizar, como páginas web, perfiles sociales (Facebook, Twitter,
Linkedin, Youtube, etc.), wikis y otros soportes digitales.
• El tipo de público al que se dirige la organización, que condiciona la elección
de los recursos y las redes sociales a utilizar.
• Los procesos internos de la organización para la creación de contenidos y ges-
tión de esos recursos, considerando las personas y áreas implicadas.
• El tipo de uso, que varia desde la mera difusión de información en un sentido
unidireccional hasta una comunicación de tipo bidireccional.
• Una gestión con carácter reactivo (respuesta ante demandas) o proactivo
(búsqueda activa de interacción y construcción de relaciones en las redes so-
ciales).
Estas variables pretenden analizar si la comunicación forma parte de los ejes estra-
tégicos de la organización, considerando también su integración y traslación a la
concepción y los objetivos de comunicación.
Aunque han sido expuestos de forma separada con fines explicativos, es evidente
que todas estas variables se integran en la gestión misma de la comunicación con
múltiples interrelaciones. La siguiente infografía muestra precisamente esa integra-
ción, con la organización en el centro, como eje de todo, con su estructura de gestión
(general y de comunicación); una definición estratégica por encima (el pensar) que
se concreta luego en tácticas (el hacer); y, alrededor, envolviendo a la organización
para reforzar el sentido de sistematicidad que proponemos, unos procesos conti-
nuos que sirven para conocer la evolución de la organización y realizar ajustes en la
gestión de la comunicación.
386 Parte V. Comunicación organizacional
Decíamos al comienzo del capítulo que las organizaciones del ámbito de la salud se
enfrentan a varios retos en la gestión de su comunicación. Son los que se definen en
el título de este capítulo: otorgar a la comunicación un carácter estratégico, refor-
zando su carácter constitutivo de la organización a través de la articulación con sus
objetivos reputacionales; establecer procesos sistemáticos de gestión, que permitan
conocer mejor cómo se desarrollan los procesos de comunicación para establecer
las mejoras necesarias: y, por último pero no por ello menos importante, la evolu-
ción hacia una concepción de la comunicación asentada la construcción de relacio-
nes fluidas y bidireccionales con los diferentes públicos de la organización.
A lo largo de estas páginas hemos ofrecido tanto una propuesta conceptual como
instrumentos prácticos para avanzar en esta nueva visión de la gestión de la comu-
nicación de las organizaciones de la salud. Entendemos que son aportaciones váli-
das tanto para la gestión concreta de las organizaciones de los sectores público, pri-
vado y no lucrativo, como para la necesaria investigación de campo a realizar con las
organizaciones del ámbito de la salud para seguir evolucionando en la gestión de su
comunicación sobre la base de evidencias más sólidas.
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