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TEMA 8.

EDUCACIÓN PARA LA SALUD Ana Belén Galán González 2001

EDUCACIÓN PARA LA SALUD. ACTITUDES Y HÁBITOS REFERIDOS AL


DESCANSO, HIGIENE Y ACTIVIDAD INFANTIL. PREVENCIÓN DE
ACCIDENTES, PRIMEROS AUXILIOS Y ENFERMEDADES INFANTILES.
CRITERIOS PARA LA INTERVENCIÓN EDUCATIVA.

ÍNDICE

0. INTRODUCCIÓN.

1. EDUCACIÓN PARA LA SALUD.

1.1. Concepto de Educación para la salud.

1.2. La Educación para la salud en Educación Infantil.

1.3. Finalidad y objetivos de la Educación para la Salud.

1.4. Contenidos de la Educación para la Salud.

2. ACTITUDES Y HÁBITOS REFERIDOS AL DESCANSO, HIGIENE Y


ACTIVIDAD INFANTIL.

2.1. Concepto de actitud y hábito.

2.2. Actitudes y hábitos referidos al descanso.

2.3. Actitudes y hábitos referidos a la higiene.

2.4. Actitudes y hábitos referidos a la actividad infantil.

3. PREVENCIÓN DE ACCIDENTES, PRIMEROS AUXILIOS Y


ENFERMEDADES INFANTILES.

3.1. Prevención de accidentes.

3.2. Primeros auxilios.

 Accidentes leves.
 Accidentes de cierta consideración.
 Accidentes graves.

3.3. Enfermedades infantiles más frecuentes.

4. CRITERIOS PARA LA INTERVENCIÓN EDUCATIVA.

5. RELACIÓN DEL TEMA CON EL CURRÍCULUM.

6. CONCLUSIÓN.
7. BIBLIOGRAFÍA.

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0. INTRODUCCIÓN:

La finalidad educativa principal de la Educación Infantil, recogida en el art.3 del


D.428/08, hace referencia al desarrollo integral de los niños y niñas de 0 a 6
años, ya que especifica que en esta etapa debemos contribuir al desarrollo de
cada una de las capacidades que forman parte del ser humano: física, afectiva,
intelectual y social.

No queda duda, de que la educación para la salud es un instrumento


privilegiado que responde a las necesidades íntimas de los niños y niñas
permitiendo el desarrollo de dichas capacidades, ayudando así al alcance de
esta meta educativa.

A continuación expondré qué entendemos por Educación para la Salud, cuáles


son las actitudes y los hábitos relacionados con dicha educación, cómo
debemos prevenir a los niños/as de posibles accidentes son los y, si ocurren,
qué primeros auxilios hay que administrarles. Finalmente, resaltaré algunas de
las enfermedades infantiles más comunes y los criterios de intervención
educativa para fomentar la buena salud en general.

1. EDUCACIÓN PARA LA SALUD.

La salud es considerada como ausencia de enfermedad, pero la OMS


(Organización Mundial de la Salud), en 1946, la consideró además como un
concepto más complejo: “completo estado de bienestar físico, psíquico y
social”.
Más tarde, en 1985, la OMS completó dicho término, refiriéndose a todos los
aspectos anteriores de salud, además de definirla como “la capacidad de
realizar el propio potencial personal y responder a los retos del ambiente”.
Después de concretar el término principal, que es la salud, voy a centrarme en
la educación para la salud.

1.1. Concepto de Educación para la salud.

La Educación para la Salud está sustentada en dos derechos fundamentales: el


derecho a la educación y el derecho a la salud, ampliamente reconocidos en
nuestro marco constitucional (art.27 y art. 43), en la Ley de Sanidad y en el art.
4 de la Declaración de los Derechos de la Infancia, en el que se proclama que
el niño/a tendrá derecho a crecer y desarrollarse en buena salud.

Son muchas las definiciones que diferentes autores nos ofrecen sobre la
Educación para la Salud, señalo la propuesta de la 36ª Asamblea Mundial de la
Salud (Alma Ata 1983): “Cualquier combinación de actividades de información
y educación que lleve a una situación en la que la gente desee estar sana,
sepa cómo alcanzar la salud, haga lo que pueda individual y colectivamente
para mantener la salud y busque ayuda cuando la necesite”.

Así, la educación para la salud supone llevar a cabo un conjunto de medidas de


intervención educativa, para mejorar comportamientos, actitudes y
conocimientos relacionados con la salud de los niños y niñas, que permitan un
desarrollo personal sano y equilibrado, un aprecio del cuerpo y su bienestar,

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una mejor calidad de vida y una relaciones interpersonales basadas en el
desarrollo de la confianza y autoestima de los niños/as.

1.2. La Educación para la salud en Educación Infantil.

La escuela es un lugar idóneo para desarrollar la Educación para la Salud,


debido a varias razones, algunas son:

- La edad de los niños/as es muy temprana y desde ahí debemos empezar a


educar.
- El tiempo de escolarización permite plantear objetivos a corto y largo plazo.
- Los maestros/as son especialistas en educar y conocedores/as de las
oportunidades que ofrece cada etapa escolar para fomentar estilos de vida
saludables.

Además, introducir la educación para la salud en dicha etapa educativa supone


una contribución esencial y significativa a la promoción de la salud comunitaria,
puesto que nuestros alumnos/as serán los motores de las sociedades del
mañana. Dicha salud está sustentada en una serie de funciones:

Educativa, dado que preparar a los alumnos/as para la vida supone dotarlos
de herramientas y recursos necesarios para el cuidado de sí mismo y el de los
demás.
Social, en cuanto implica lazos con la comunidad.
Preventiva, o promotora de la salud.

Finalmente, resaltar que en dicha educación influyen muchos factores que


interactúan a nivel de salud, algunos son los siguientes:
- La biología humana. - El sistema de asistencia
- Los estilos de vida. sanitario-educativo.
- El medio ambiente.

1.3. Finalidad y objetivos de la Educación para la Salud.

Tanto en el Decreto 428/08 como en la Orden de 5 de agosto de 2008 se


anuncia como finalidad principal de la etapa de Educación Infantil, el desarrollo
integral de los alumnos/as, como cité en la introducción. Dicho desarrollo está
relacionado íntimamente con la Educación para la Salud, puesto que hace
referencia al desarrollo de todas las capacidades, respetando los derechos de
la infancia y atendiendo a su bienestar.
El anexo del Currículo de Educación Infantil, concretamente en su apartado A)
Objetivos Generales, hace referencia a muchas finalidades y todas están
relacionadas con la Educación para la Salud, pero la que se refiere
directamente a la salud es la siguiente:

b) Adquirir progresivamente autonomía en la realización de sus actividades


habituales y en la práctica de hábitos básicos de salud y bienestar y
promover su capacidad de iniciativa.

Además, algunos objetivos didácticos deben ser:


- Potenciar la construcción del concepto de salud como un valor positivo.

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- Promover la construcción de conocimientos, actitudes y hábitos positivos
para la salud.
- Interiorizar aprecio por el bienestar propio y el de sus compañeros/as,
respetando las necesidades y la salud de los demás.
- Desarrollar una mentalidad crítica que les permita conducirse como
seres autónomos capaces de detectar y eliminar riesgos.

Así, la finalidad principal de la Educación para la Salud en Educación Infantil es


enseñar salud y aprender de una manera sana, en un contexto saludable.

1.4. Contenidos de la Educación para la Salud.

A la hora de seleccionar los contenidos debemos tener en cuenta:

- Las necesidades de salud y bienestar en estas edades.


- Las condiciones de salud del medio que rodea al niño/a.
- Las enfermedades y problemas de salud más frecuentes en el entorno.
- La importancia de ayudar al niño/a a conocer su cuerpo y los indicadores de
salud/enfermedad del mismo.
- Y por supuesto, que los contenidos que trabajemos en el aula tengan un
carácter funcional, es decir, que la escuela abra ventanas hacia el mundo,
para que exista continuidad entre ella y los demás contextos, como defendía
César Coll. Creándose así “Una escuela por y para la vida”, por la que
apostaba Freinet y con la que me siento totalmente identificada.

El anexo del Currículo, antes citado, concretamente en su apartado B)


Contenidos, desarrolla varias áreas de contenidos y bloques, la que más se
relaciona con la temática es el Área 1 “Conocimiento de sí mismo y autonomía
personal”, dentro de ella con todos los objetivos de área y con los dos bloques
de contenido, el bloque 1: “La identidad personal, el cuerpo y los demás” y el
bloque 2: “Vida cotidiana, autonomía y juego”.

Además, existen otros tipos de contenidos denominados transversales, puesto


que vertebran como un eje al currículo, ya que deben estar siempre presentes
en nuestra práctica educativa. El que más se relaciona con la Educación para
la Salud es “Hábitos de consumo y vida saludables”.

Finalmente, resaltar que la Educación para la Salud alberga un amplio abanico


de contenidos que debemos trabajar en el aula, como:
- Alimentación y nutrición. - Actividad física.
- Cuidados personales: higiene. - Prevención de accidentes.
- Salud mental. - Educación vial.
- Educación sexual.

2. ACTITUDES Y HÁBITOS REFERIDOS AL DESCANSO, HIGIENE Y


ACTIVIDAD INFANTIL.

Para que los niños y niñas adopten costumbres sanas y rechacen los
comportamientos que no conducen a la adquisición de un bienestar físico y
mental, debemos promover actitudes y hábitos que fomenten el descanso, la
higiene y la actividad infantil.

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Pero antes, debemos tener en cuenta diferentes estrategias adecuadas para la
adquisición de actitudes y hábitos (Fernández Gutiérrez, 1992):
- Concretar el número de hábitos a aprender simultáneamente, mejor
pocos pero bien seleccionados.
- Ser coherentes, ya que es importante que lo que se le exija al niño sea
lógico.
- Mantener un ritmo adecuado en la distribución de los ejercicios, puesto
que los hábitos son conductas que es preciso desmenuzar en ejercicios
sencillos para poderlos automatizar y corregir los errores que se
produzcan.
- Valorar el esfuerzo conseguido.
- Centrar el esfuerzo en lo fundamental.

2.1. Concepto de actitud y hábito.

La actitud es la disposición interna de la persona a valorar favorable o


desfavorablemente una situación, un hecho…

Si la actitud o comportamiento ante una situación se repite durante un


determinado tiempo, llega a constituir un hábito.
Los hábitos no son hereditarios, sino que se adquieren y a través de ellos
obtenemos un ahorro de energía y tiempo, ya que se realizan las acciones
automáticamente.

Las actitudes se empiezan a trabajar desde el nacimiento, pero es a los 2 años


cuando adquiere más importancia su formación sólida y a partir de los 3 o 4
años, se afianzan los hábitos.
Las actitudes y hábitos más comunes son las referidas al descanso, higiene y
actividad infantil, a continuación voy a desarrollarlos centrándome en diferentes
aspectos que deben tener en cuenta tanto los adultos como los niños/as.

2.2. Actitudes y hábitos referidos al descanso:

El organismo humano está dotado de forma natural con ritmos que regulan su
propia actividad y de señales de alerta que indican la necesidad de descanso.
Los ritmos de actividad-descanso en el niño/a son diferentes a los del adulto y
contribuyen a su evolución, puesto que una mala calidad en el descanso puede
alterar la estabilidad del niño/a.
En la infancia el reposo y el sueño son necesidades de primer orden, puesto
que el sueño supone el descanso total y este último nos ayuda a recuperar las
energías perdidas, a eliminar tensiones y a obtener una mayor sensación de
bienestar.
 Las actitudes que favorecen el descanso están relacionadas con la
creación de un ambiente sereno, estable y exento de excitación y de
tensiones:
Adultos Niños/as
-Ajustarse a los ritmos biológicos de cada -Aceptación de la hora de dormir como un
niño/a. hecho cotidiano y como una situación
-Transmitir seguridad, calma… beneficiosa.
-Fomentar rituales a la hora de dormir. -Respeto hacia el descanso de los demás.

 Los hábitos han de promover la cantidad y calidad del descanso infantil:

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Adultos Niños/as
-Las actividades de la vida cotidiana no deben -Acostumbrarse a dormir sin luz.
interferir en el horario de descanso infantil fijado y -Mantenerse toda la noche en su cama.
mantenido. - Comenzar a conocer procedimientos
-Condiciones ambientales adecuadas: de relajación, como: respiración,
temperatura, ventilación, ausencia de ruidos… escuchar música relajante…
-Características adecuadas de la cama.

2.3. Actitudes y hábitos referidos a la higiene:

La higiene tiene por objeto proteger el cuerpo de agentes infecciosos o tóxicos


colocando al individuo en las mejores condiciones de salud frente a los riesgos
del ambiente.
La higiene abarca dos categorías, la higiene personal, que hace referencia al
conjunto de cuidados que necesita el cuerpo para mantenerse en un estado
saludable y la higiene ambiental, que afecta a la comunidad y se centra en
espacios, materiales, instalaciones y contextos donde se desarrollan las
actividades del niño/a y que deben cumplir condiciones sanitarias adecuadas.

 Las actitudes referidas a la higiene se fundamentan en el bienestar


que aporta la sensación de limpieza:
Adultos Niños/as
-Delicadeza y cuidado al asear al niño/a. -Receptividad ante las prácticas de aseo.
-Paciencia en el proceso de control de -Iniciativa en la realización en los momentos
esfínteres. necesarios.
-Colaboración con la escuela ante campañas -Interés por mantenerse limpio y valoración
sanitarias. del bienestar que proporciona.

 Los hábitos tienen una doble función: mantener la higiene general del
niño/a y promover su progreso en la realización autónomo de dichos
hábitos:
Adultos Niños/as
-Aseo global o de algunas zonas específicas (manos, cara, -Lavado de manos en las
cabello). ocasiones que lo requieran.
-Higiene de los órganos de los sentidos (buco-dental, -Higiene dentaria.
nasal, ocular, auditiva). -Uso del pañuelo.
-Higiene de la ropa y el calzado. -Eliminación esfinterial.
-Higiene en el control de esfínteres diurno y nocturno. -Uso de las papeleras.
-Higiene en el entorno familiar y escolar.

2.4. Actitudes y hábitos referidos a la actividad infantil:

La actividad física es fundamental para el desarrollo psicológico en los primeros


años de vida: ocasiona vivencias emocionales, cognitivas, desarrolla facultades
como la observación, el control de sí mismo, posibilidades y limitaciones, el
sentido del equilibrio, del tiempo, del espacio…
No obstante, es preciso un adecuado equilibrio entre actividad y descanso,
puesto que la actividad física puede ser perjudicial tanto en exceso como en
defecto.
 Las actitudes referidas a la actividad física se encaminan a canalizar
la necesidad de actividad que tiene el niño/a y a evitarle riesgos:
Adultos Niños/as

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-Colaboración en la creación de -Aceptación de cambios de actividad.
actividades lúdicas. -Moderación de impulsos.
-Actitud preventiva ante factores de -Prevención ante situaciones peligrosas.
riesgo. -Precaución para el riesgo controlado.
-Sensibilidad para crear ambientes -Predisposición hacia el descanso, la calma y la
relajantes, evitando la sobreexcitación tranquilidad después de actividades físicas
del niño/a. intensas.
 Los hábitos afectan principalmente al estilo de vida:
Adultos Niños/as
-Hábitos de ocio en espacios amplios. -Recogida de materiales.
-Limitación del horario de los programas televisivos y -Hábitos de convivencia.
otros medios de comunicación. -Uso adecuado de los materiales y
-Establecimiento de rutinas cotidianas donde se dependencias dirigidos a su
alternen actividades de concentración o esfuerzo conservación y a evitar riesgos.
físico y de reposo.

3. PREVENCIÓN DE ACCIDENTES, PRIMEROS AUXILIOS Y


ENFERMEDADES INFANTILES.

Por las características físicas y psíquicas que presenta la infancia, esta etapa
evolutiva es el período donde se originan el mayor número de accidentes. Así,
desde la escuela infantil, debemos encaminar a los niños/as hacia la
prevención de accidentes y si éstos ocurren, los maestros/a de dicha etapa,
debemos conocer los primeros auxilios para determinadas situaciones, además
de los síntomas de las enfermedades infantiles más comunes.

3.1. Prevención de accidentes:

Según la OMS, un accidente es un suceso eventual e involuntario del cual


resulta daño físico o psíquico, como consecuencia de una falta de prevención o
defecto de seguridad.
En los accidentes inciden múltiples factores, como:
- Factores del entorno: en casa, cocina, piscinas, cuartos de baño,
escaleras, patio…
- Factores inherentes al niño/a: edad (entre 1 y 4 años son frecuentes los
accidentes domésticos), sexo (los niños suelen accidentarse más que
las niñas), personalidad (niños atrevidos, inquietos, temerarios…)
- Factores inherentes a los adultos: despreocupación, excesiva
protección…

Así mismo, la mayor parte de los accidentes se podrían evitar si se llevasen a


cabo determinadas medidas de prevención, que se centren en mejorar las
condiciones del medio y en aplicar acciones educativas:
- Control sobre el entorno: se concreta a través de instrumentos
legales, legislativos, que regulan las características de seguridad de los
materiales, estructuras, instalaciones y productos empleados en los
contextos de actividad y áreas de juego.

- La acción educativa: es ejercida por la familia y la escuela y se basa en


aprender al niño/a a ser preventivo y desarrollar su capacidad de
autocontrol. Se les enseñará a identificar riesgos, actuar de manera
adaptativa, adoptar precauciones ante cada situación, promover la
autonomía garantizando a la vez su seguridad…

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A modo de conclusión sobre la prevención de accidentes destacamos la
fórmula de GUSTAVSSON, denominada como la educación de la seguridad:
- A: Azar
- P: Parámetros psicosociales del niño
- V: Vigilancia AxP=VxE
- E: Factor educativo docente familiar

Siempre que A x P supera a V x E los accidentes serán más frecuentes.

3.2. Primeros auxilios:

Se entiende por primeros auxilios aquellas medidas o actuaciones


provisionales que se aplican a las víctimas en el mismo lugar del accidente,
antes de ser atendido por persona especializado. Esta atención es un deber y
una responsabilidad social.

Las escuelas deben disponer de un botiquín bien equipado y de una enfermería


o sala adecuada para atender a la víctima en caso de accidentes leves.

La forma de actuar ante un accidente escolar, es decir, primeros auxilios,


dependerá del tipo de accidente y su gravedad.

Se diferencian, por su gravedad, tres tipos de accidentes:

Accidentes leves: Normalmente son golpes debidos a caídas y se debe


tranquilizar al niño/a y acompañantes, además de aprovechar para enseñarle a
curarse. Se debe:
- Limpiar la herida con agua abundante y jabón.
- Limpiar con una gasa impregnada en desifectante.
- Tapar o no según la profundidad.
- Si no hay sangre, poner una pomada antiinflamatoria.

Accidentes de cierta consideración: Son las heridas, quemaduras,


atragantamiento, electrocuciones, ataques o convulsiones, entre otros.
- Heridas: Cuando comprobamos que existen daños de consideración
debemos llevar al niño/a a un centro hospitalario, no moviendo al
accidentado bajo ningún concepto y comprimiendo la zona con gasas en
caso de hemorragia.
- Quemaduras: Colocar la parte quemada en el chorro de agua fría y no
utilizar pomadas. Si la quemadura es grave envolver al paciente en una
sábana limpia y solicitar atención médica.
- Atragantamientos: Si la obstrucción es nasal, no debemos intentar
extraerlo con unas pinzas, sino trasladarlo a un centro sanitario y si la
obstrucción es traqueo-bronquial, se inclinará al niño/a cabeza abajo y
se le darán varios golpes en la espalda, sino lo expulsa, nos
colocaremos detrás de él/ella rodeándolo con los brazos y colocándoles
las manos enlazadas bajo las costillas y le imprimiremos potentes golpes
hacia dentro y hacia arriba hasta provocar la salida del cuerpo extraño.
En cualquier caso se debe trasladar al niño urgentemente a un centro
sanitario.

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- Electrocuciones: Cerrar el interruptor general de la corriente siempre
que sea posible y sino, hay que aislarle del conductor eléctrico,
subiéndolo en una silla con las patas aisladas, por ejemplo. Si no
respira, practicarle la respiración boca a boca hasta que llegue el
médico.
- Ataques o convulsiones: No se deben detener los movimientos, retirar
los objetos cercanos, aflojar la ropa, no dar de beber ni comer y ponerlo
del lado izquierdo. Suministrarle su medicación si la tiene y si no llamar a
médico.
- Intoxicaciones: normalmente son consecuencia de la curiosidad y si un
niño/a se intoxica debe ser atendido de inmediato por un profesional
sanitario. Además, si conocemos el tóxico debemos guardar el envase y
la etiqueta para facilitar la intervención médica.

Accidentes graves: Cuando se produce un accidente grave hay que llamar a


los servicios de urgencia, no dar de beber ni comer, sino hay peligro de lesión
colocarlo en posición de seguridad y si está consciente hay que tranquilizarlo.

Concretar que en cualquier caso debemos informar y localizar a un familiar.

3.3. Enfermedades infantiles más frecuentes:

Las enfermedades infantiles son muchas y variadas y es importante que los


docentes conozcamos sus síntomas y sus posibles vías de transmisión para
atajarlas lo antes posible.
Las más comunes son las infecciosas y las relacionadas con los órganos de los
sentidos.

Las Enfermedades infecciosas: Son las enfermedades provocadas por un


microorganismo como: una bacteria, un hongo, un virus… Las más comunes
son las siguientes:
- Catarros o gripes: se producen por una infección vírica y sus síntomas
pueden ser: fiebre, vómitos, tos ronca, dolor de garganta y oídos…
- Gastroenteritis: es una inflamación del estómago y del intestino, que
puede deberse a bacterias, virus o intolerancia a la lactosa y sus
síntomas pueden ser: pérdida de apetito, molestias abdominales,
vómitos, diarrea…
- Hepatitis A: es un trastorno inflamatorio del hígado y se debe a un virus
que se encuentra en las heces y en la orina. Los síntomas suelen ser:
fiebre, cansancio, agujetas, molestias digestivas, color amarillento en la
piel y en la conjuntiva del ojo…
- Sarampión: es causado por un virus y sus síntomas más frecuentes
son: fiebre, rinitis, tos persistente, erupción corporal…
- Escarlatina: es producida por una bacteria y sus síntomas suelen ser:
amigdalitis en la garganta, fiebre, pérdida de apetito, vómitos, dolor de
estómago, erupción difusa…
- Rubéola: es una infección producida por un virus y sus síntomas son:
erupción, fiebre moderada e inflamación de los ganglios, sobre todo en
la nuca…
- Varicela: es producida por un virus y muy contagiosa, trasmitiéndose
directamente por lesiones que se producen en la piel o por las vías

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respiratorias. Sus síntomas suelen ser la aparición de ronchas rojas que
suelo se transforman en vesículas y por último en costas.
- Paperas: es producida por un virus y su contagio es por contacto
directo. Sus síntomas son: inflamación de las glándulas paratifoideas,
fiebre, dolor de cabeza y abdomen…
- Meningitis: se puede producir por un virus o por bacterias y es la
inflamación de las meninges, sus síntomas pueden ser: dolor de cabeza,
fiebre, vómitos, contracciones musculares, convulsiones, confusión,
delirio o coma.

Las enfermedades relacionadas con los órganos de los sentidos más


comunes son:
- Conjuntivitis catarral: entre sus síntomas se destacan el lagrimeo, la
irritación y el enrojecimiento del ojo, edema en los párpados…
- Miopía: su síntoma principal es problema para ver objetos distantes.
- Astigmatismo: incapacidad para enfocar claramente los objetos tanto
cercanos como distantes.
- Estrabismo: es la desviación de un ojo en relación al otro.
- Hipoacusia, sordera: son disminuciones de la audición por debajo del
normal o totalmente.
- Caries: es una enfermedad que rompe y deteriora los dientes y puede
estar originada por la falta de higiene dental, el régimen alimenticio, la
anatomía y posición de los dientes o la salivación.

Una vez comentadas las enfermedades más comunes, debo hacer referencia a
los mecanismos de protección que se pueden poner en juego para enfrentar
dichas enfermedades, son:
- Los sistemas inmunológicos, cada niño/a posee su propio sistema
inmunológico que lo defiende de los agentes agresores, pero además,
hay que tener en cuenta que para fortalecer su inmunidad deben tener
todas la vacunaciones.
- Las medidas profilácticas, son normas higiénicas (ventilación,
desinfección, limpieza…), además del aislamiento de algún niño/a que
en ese momento padezca una enfermedad infecciosa.
- La medicación es fundamental para la curación de las enfermedades,
pero hay que tener en cuenta que es competencia exclusiva de la
familia.

4. CRITERIOS PARA LA INTERVENCIÓN EDUCATIVA:

Como sabemos, la educación y, por lo tanto, la educación para la salud, es una


tarea compartida, en la que la familia, la escuela y las instituciones sanitarias
juegan un papel principal y los criterios para la intervención deben estar
inspirados por dos ideas centrales:
a) El maestro/a se debe considerar como agente básico de salud escolar.
b) La comunidad escolar debe contribuir a generar hábitos y costumbres
saludables.

Desde la familia: La familia debe transmitir a los niños/as una concepción


positiva de la buena alimentación, la higiene, el descanso… y el rechazo hacia
las actitudes que van en contra de la salud, para influir en la construcción de

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hábitos saludables. Además, la colaboración familia – escuela y viceversa debe
ser estrecha para que exista continuidad entre los dos contextos de
socialización.

Desde la escuela: Se debe realizar una reflexión sobre las actitudes y hábitos
más saludables, para que éstos guarden una estrecha relación con los
contenidos.

- Criterios adecuados para el centro educativo: Toda actuación


docente debe ser coherente con el Plan de Centro, seleccionando las
actitudes saludables, priorizando unos temas sobre otros en función de
las Finalidades Educativas, como por ejemplo: informar a la comunidad
de los programas de salud, colaborar con los centros de salud, implicar a
las familias en acciones relativas al cuidado y la promoción de salud…

- Criterios adecuados para la programación de aula: Debe incorporar


proyectos, experiencias, rutinas, unidades didácticas… que desarrollen
las capacidades y habilidades requeridas para la actuación positiva ante
la salud, como por ejemplo: el carácter preventivo, la Educación para la
Salud como tarea compartida, potenciar la actividad infantil, destacar los
aspectos positivos de la vida sana, valorar las aportaciones de los
profesionales sanitarios…
Además debemos tener en cuenta que la Educación para la Salud
mantiene una estrecha relación con todos los componentes del Currículo
de E. I, resaltando:
Apartado A) Objetivos generales; con los que más se relaciona son:
a) Construir su propia identidad e ir formándose una imagen ajustada y
positiva de sí mismos, tomando gradualmente conciencia de sus emociones y
sentimientos a través del conocimiento y valoración de las características
propias, sus posibilidades y límites.
b) Adquirir progresivamente autonomía en la realización de sus actividades
habituales y en la práctica de hábitos básicos de salud y bienestar y promover
su capacidad de iniciativa.
Apartado B) Áreas de Educación Infantil; se relaciona con:
Área 1: Conocimiento de sí mismo y autonomía personal (todos los
objetivos de área).
Bloque 1: La identidad personal, el cuerpo y los demás.

Desde las instituciones sanitarias: Los centros docentes deben ponerse en


contacto con las instituciones sanitarias más cercanas para que aporten
recursos, tanto humanos como materiales, a la escuela, fomentando así una
visión más especializada de la salud.

5. CONCLUSIÓN.

Para concluir, citar que, como he expuesto anteriormente, la Educación para la


Salud debe estar globalizada en el currículo, de forma que se aprovechen
todas las situaciones posibles para desarrollarla.

Así, contribuiremos a alcanzar la meta principal que debemos marcarnos los


docentes, es decir, abrir ventanas hacia el mundo, para que exista continuidad

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entre ella y los demás contextos, como defendía César Coll. Creándose así
“Una escuela por y para la vida”, por la que apostaba Freinet y con la que me
siento totalmente identificada.

Además me gustaría resaltar un párrafo del libro “Historia de una maestra” de


Josefina Aldecoa que todos los docentes deberíamos tener presente en
nuestra práctica educativa:

“La joya más preciosa carece de valor si la comparamos con un niño, la planta
más hermosa es solo una pincelada de verdor, la máquina más complicada es
imperfecta al lado de ese pequeño ser que piensa, ríe y llora. Y ese ser
maravilloso, ese hombre en potencia ante el cual se doblega la naturaleza, os
ha sido confiado a vosotros/as, maestros y maestras”.

6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS, LEGISLATIVAS Y WEB:


 Referencias bibliográficas:
- Calvo Buzos, S. “Educación para la salud en la escuela”. 1991. Madrid.
- Coll C., Machensi A. y Palacios J. “Desarrollo psicológico y educación”.
1990. Madrid.
- Coll C., Palacios J. y Carretero M. “Psicología evolutiva: teorías y
métodos”. 1991. Madrid.
- Kamii C. y Devríes R. “La teoría de Piaget y la educación preescolar”.
1993. Madrid.
- Coll C. “Psicología y Currículo”. 1997. Barcelona.
- Coll C. y otros. “El constructivismo en el aula”. 1997. Barcelona.
- Díez C. “El piso de debajo de la escuela”. 2002. Barcelona.
- Aldecoa J. “Historia de una maestra”. Ed. 2009. Madrid.
 Referencias legislativas:
- Ley Orgánica 2/2006 de 3 de mayo de Educación (LOE)
- Real Decreto 1630/2006 de 29 de diciembre, por el que se establecen
las enseñanzas mínimas del segundo ciclo de Educación Infantil.
- Ley 17/2007 de 10 de diciembre de Educación en Andalucía (LEA)
- Decreto 428/2008, de 29 de julio, por el que se establece la ordenación y
las enseñanzas correspondientes a la Educación Infantil en Andalucía.
- Orden de 5 de agosto de 2008, por el que se desarrolla el currículo
perteneciente a la Educación Infantil en Andalucía.
 Referencias web:
- www.juntadeandalucia.es/educacion www.educared.net

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