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Manejo de la Vía Aérea en Pacientes Quemados.

El manejo de la vía aérea en pacientes con quemaduras es un aspecto crítico de la atención


inicial y puede tener un impacto significativo en el pronóstico del paciente. Las quemaduras que
afectan a la cara, el cuello, las vías aéreas superiores, o que se acompañan de inhalación de
humo, pueden comprometer la vía aérea y requerir una intervención rápida y eficaz. Aquí te
dejo algunas consideraciones generales sobre el manejo de la vía aérea en estos pacientes:
1. Evaluación inicial: La evaluación inicial de la vía aérea en pacientes quemados es
crítica para determinar la gravedad de la lesión y la necesidad de intervenciones
urgentes. Esta fase debe ser sistemática y meticulosa, ya que las lesiones por inhalación
y quemaduras en las vías aéreas superiores pueden progresar rápidamente y complicar
el manejo respiratorio. A continuación, se detalla una ampliación de los aspectos
importantes en la evaluación inicial:
a. Inspección visual y examen físico: La inspección debe enfocarse en la presencia
de quemaduras faciales, edema de la vía aérea, cambios en el color de la piel, y la
aparición de hollín en y alrededor de las fosas nasales y la boca. Estos signos
pueden indicar una lesión por inhalación. Además, se debe evaluar la presencia de
quemaduras en el cuello, ya que pueden sugerir un riesgo de compromiso de la vía
aérea debido a la inflamación y el edema subsecuentes.

La inspección visual y el examen físico son pasos fundamentales en la evaluación


inicial de pacientes con quemaduras, particularmente para identificar aquellos en
riesgo de compromiso de la vía aérea debido a lesiones por inhalación o
quemaduras en las regiones críticas. Este enfoque detallado permite al personal
médico identificar rápidamente la necesidad de intervenciones específicas para
mantener la permeabilidad de la vía aérea y prevenir complicaciones respiratorias.
A continuación, se describen aspectos clave de este proceso:
1. Inspección Visual de la Cara y el Cuello
 Quemaduras faciales: Las quemaduras en la cara son un indicativo potencial de
exposición a calor intenso, fuego, o sustancias químicas, lo que puede haber afectado
también las vías aéreas superiores. La presencia de enrojecimiento, ampollas, o
desprendimiento de la piel debe documentarse cuidadosamente.
 Edema: La inflamación puede ocurrir rápidamente después de una quemadura, lo que
puede no ser inmediatamente evidente en la inspección inicial. La evaluación repetida
puede ser necesaria para detectar el desarrollo de edema, especialmente en las primeras
24 a 48 horas después de la lesión.
 Cambios en el color de la piel: Las alteraciones en la pigmentación de la piel pueden
indicar la profundidad de la quemadura y la posible afectación de estructuras
subyacentes. La piel carbonizada o con tinte oscuro alrededor de las fosas nasales o la
boca sugiere la inhalación de humo o la exposición a sustancias químicas peligrosas.
 Presencia de hollín: La aparición de hollín alrededor de las fosas nasales, en la boca, o
en el esputo es un signo claro de lesión por inhalación de humo. Esto indica que el
paciente ha respirado aire caliente o humo, lo que puede haber causado daño a las vías
respiratorias internas.
2. Examen Físico del Cuello
 Quemaduras en el cuello: Las quemaduras en esta región pueden indicar un riesgo de
compromiso de la vía aérea debido a la estrecha proximidad de las estructuras
respiratorias. El edema resultante de una quemadura puede conducir a una obstrucción
rápida de la vía aérea.
 Sensación de calor al tacto: Aparte de las observaciones visuales, la palpación del
cuello puede revelar calor excesivo, lo que indica una quemadura reciente y
posiblemente un daño más profundo.
3. Importancia de la Evaluación Continua
 La situación de las vías aéreas en pacientes con quemaduras puede evolucionar
rápidamente, lo que requiere una vigilancia constante. Incluso si la inspección inicial no
muestra signos claros de lesión por inhalación o quemaduras severas, el desarrollo de
síntomas como la dificultad para respirar, cambios en la voz, o la aparición de estridor
debe provocar una reevaluación inmediata y, posiblemente, la preparación para
intervenciones de emergencia para asegurar la vía aérea.
Este proceso resalta la necesidad de una evaluación meticulosa y continua de la vía
aérea en pacientes quemados, lo que es crucial para identificar tempranamente el
riesgo de compromiso respiratorio y tomar las medidas apropiadas para asegurar la
vía aérea y optimizar el pronóstico del paciente.

b. Evaluación de la función respiratoria: Observar la frecuencia y el esfuerzo


respiratorio. La dificultad respiratoria, el uso de músculos accesorios para respirar,
y la estridor (un sonido agudo al inhalar) son indicadores de obstrucción de la vía
aérea y necesidad de intervención inmediata. La auscultación de los pulmones
también puede revelar roncus o sibilancias, lo que sugiere obstrucción de las vías
aéreas inferiores.

La evaluación de la función respiratoria es un componente crítico en la atención


inicial de pacientes con quemaduras, especialmente aquellos con sospecha de lesión
por inhalación o compromiso de la vía aérea. Esta evaluación proporciona
información valiosa sobre la gravedad de la afectación respiratoria y orienta la
necesidad de intervenciones urgentes para asegurar una oxigenación y ventilación
adecuadas. A continuación, se desglosan los aspectos clave de esta evaluación:
Observación de la Frecuencia y el Esfuerzo Respiratorio
 Frecuencia Respiratoria: Un aumento en la frecuencia respiratoria (taquipnea) puede
ser una de las primeras señales de dificultad respiratoria. Sin embargo, una frecuencia
respiratoria significativamente baja (bradipnea) también puede indicar una hipoxia
severa o fatiga de los músculos respiratorios.
 Uso de Músculos Accesorios: La activación de los músculos accesorios de la
respiración (por ejemplo, escalenos, esternocleidomastoideo, y los músculos
intercostales externos) es un signo de aumento del trabajo respiratorio. Esto puede
observarse como retracciones intercostales, supraclaviculares o esternales.
 Estridor: Un sonido agudo durante la inhalación indica una obstrucción en la vía aérea
superior y requiere atención inmediata. El estridor es un signo clínico alarmante que
sugiere una reducción significativa del diámetro de la vía aérea, lo que puede progresar
rápidamente a una obstrucción completa.
Auscultación de los Pulmones
 Roncus y Sibilancias: Los roncus (sonidos graves) y las sibilancias (sonidos agudos)
durante la auscultación pueden indicar la presencia de obstrucción en las vías aéreas
inferiores. Mientras que los roncus suelen sugerir obstrucciones más grandes o
secreciones en las vías aéreas principales, las sibilancias pueden indicar un
estrechamiento de las vías aéreas más pequeñas, a menudo asociado con asma o
broncoespasmo.
 Crepitantes: Los sonidos crepitantes pueden ser indicativos de edema pulmonar o
neumonía, condiciones que pueden complicarse con quemaduras extensas o lesiones por
inhalación.
Importancia de la Evaluación Continua
 La función respiratoria debe ser reevaluada periódicamente, ya que el estado del
paciente puede cambiar rápidamente. Es crucial estar alerta a cualquier deterioro en la
función respiratoria para intervenir de manera oportuna.
Intervención Basada en la Evaluación
 Basándose en los hallazgos de la evaluación respiratoria, las intervenciones pueden
variar desde la administración de oxígeno suplementario hasta procedimientos más
invasivos como la intubación endotraqueal o la ventilación mecánica, dependiendo de la
gravedad de la obstrucción de la vía aérea o la insuficiencia respiratoria.
Esta evaluación integral de la función respiratoria permite identificar
tempranamente los signos de compromiso respiratorio y orienta las decisiones
clínicas para el manejo adecuado de las vías aéreas y el soporte respiratorio, con el
fin de prevenir complicaciones graves y mejorar los resultados en pacientes con
quemaduras.
c. Evaluación de la voz y la tos: Los cambios en la voz, como ronquera o afonía, y
una tos productiva de esputo carbonáceo pueden ser signos tempranos de lesión en
las vías aéreas superiores. La presencia de esputo carbonáceo indica que el paciente
ha inhalado humo y posiblemente partículas tóxicas, lo que puede llevar a lesiones
en las vías respiratorias y los pulmones.

La evaluación de la voz y la tos es un componente esencial en la evaluación de


pacientes con quemaduras, especialmente para aquellos en riesgo de lesión por
inhalación. Los cambios en la voz y el carácter de la tos pueden proporcionar
indicios importantes sobre el estado de las vías aéreas superiores y la presencia de
lesiones internas causadas por la inhalación de humo, gases tóxicos, o partículas
calientes. A continuación, se examinan los aspectos clave de esta evaluación:
Cambios en la Voz
 Ronquera o Afonía: La ronquera o la pérdida completa de la voz (afonía) pueden
indicar edema o lesión de las cuerdas vocales. Estos cambios pueden ser el resultado de
la exposición directa a calor, humo, o sustancias químicas irritantes durante la
inhalación. La inflamación de las cuerdas vocales o de la laringe reduce su capacidad
para vibrar normalmente, alterando la calidad de la voz.
 Disfonía: Cualquier alteración en la calidad de la voz que no llegue a la afonía completa
también es relevante. Esto puede incluir una voz apagada, ronca o estrangulada, que
sugiere irritación o inflamación de las vías aéreas superiores.
Características de la Tos
 Tos Productiva de Esputo Carbonáceo: La presencia de esputo negro o carbonáceo es
un signo claro de inhalación de humo. Indica que el paciente ha estado expuesto a la
combustión de materiales y ha inhalado partículas sólidas suspendidas en el aire, que se
depositan en las vías respiratorias y son posteriormente expulsadas a través de la tos.
 Tos Persistente o Irritativa: Una tos continua o que no proporciona alivio puede
indicar daño en las vías respiratorias o la presencia de un cuerpo extraño o irritante que
el cuerpo está tratando de expulsar. La evaluación de la naturaleza de la tos, junto con la
observación de otros síntomas respiratorios, es crucial para determinar la extensión del
daño y la necesidad de intervención.
Significado Clínico
 Los hallazgos en la evaluación de la voz y la tos pueden ser indicativos de lesión en las
vías aéreas superiores y requieren una atención inmediata para prevenir el deterioro
respiratorio. En particular, la presencia de esputo carbonáceo no solo confirma la
exposición a humo sino que también aumenta el riesgo de complicaciones respiratorias,
como la neumonitis química o las infecciones secundarias.
Intervenciones Potenciales
 Basándose en esta evaluación, las intervenciones pueden incluir desde la administración
de humidificación y oxigenoterapia hasta tratamientos más específicos como
corticosteroides para reducir la inflamación, broncodilatadores para aliviar el espasmo
bronquial, y en casos severos, la intubación para proteger y mantener abierta la vía
aérea.
La evaluación cuidadosa de la voz y la tos es fundamental para identificar
tempranamente las lesiones en las vías respiratorias superiores en pacientes
quemados y dirigir el tratamiento adecuado. Estos signos clínicos deben ser
considerados en el contexto de una evaluación integral del paciente, que incluya la
inspección visual, el examen físico, y la evaluación de la función respiratoria, para
asegurar un manejo efectivo y prevenir complicaciones.

d. Valoración de la conciencia y la orientación: La alteración del estado de


conciencia puede ser un signo de hipoxia (bajo nivel de oxígeno en la sangre) o
intoxicación por monóxido de carbono, ambas condiciones frecuentes en pacientes
con quemaduras por inhalación. Es crucial determinar rápidamente la causa de
cualquier alteración para iniciar el tratamiento adecuado.

La valoración de la conciencia y la orientación es un aspecto crucial en la


evaluación inicial de pacientes con quemaduras, particularmente aquellos en riesgo
de lesiones por inhalación. Alteraciones en el estado de conciencia pueden indicar
complicaciones graves, como hipoxia o intoxicación por monóxido de carbono, que
requieren intervención inmediata. A continuación, se profundiza en los aspectos
fundamentales de esta evaluación:
Evaluación de la Conciencia
 Nivel de Conciencia: Utilizar escalas como la AVDN (Alerta, Verbal, Dolor, No
respuesta) o la escala de Glasgow para valorar el nivel de conciencia. La disminución
del nivel de conciencia puede ser un signo temprano de hipoxia cerebral o de
intoxicación por sustancias tóxicas, incluido el monóxido de carbono.
 Respuesta a Estímulos: La capacidad del paciente para responder a estímulos verbales,
táctiles o dolorosos puede ayudar a determinar la profundidad y la causa potencial del
compromiso de la conciencia.
Evaluación de la Orientación
 Orientación Temporal, Espacial y Personal: Preguntar al paciente sobre el tiempo
(fecha, día de la semana), lugar (dónde se encuentra) y persona (nombre, edad) para
evaluar su orientación y funcionamiento cognitivo. La desorientación puede indicar una
disfunción cerebral secundaria a hipoxia, intoxicación o un traumatismo craneal
asociado.
Signos de Hipoxia
 Cianosis: La coloración azulada de la piel y las mucosas, especialmente alrededor de
los labios y las uñas, puede ser un indicador de hipoxia. Sin embargo, en casos de
intoxicación por monóxido de carbono, la piel puede aparecer enrojecida o rosada.
 Taquipnea y Disnea: Un aumento en la frecuencia respiratoria o la percepción de
dificultad para respirar son signos tempranos de hipoxia que pueden preceder a cambios
en el estado de conciencia.
Indicios de Intoxicación por Monóxido de Carbono
 Cefalea, Náuseas y Vómitos: Son síntomas comunes de intoxicación por monóxido de
carbono, junto con la confusión o pérdida de conciencia.
 Piel Rosada o Roja: A diferencia de la cianosis típica de la hipoxia, la intoxicación por
monóxido de carbono puede dar a la piel un color rosado o rojizo debido a la formación
de carboxihemoglobina, que impide el transporte adecuado de oxígeno.
Intervención Inmediata
 Administración de Oxígeno: La administración de oxígeno al 100% a través de una
máscara con reservorio es una medida inicial crítica tanto para la hipoxia como para la
intoxicación por monóxido de carbono, ya que ayuda a desplazar el monóxido de
carbono de la hemoglobina y a mejorar la oxigenación tisular.
 Evaluación y Tratamiento Específico: La valoración por parte de personal
especializado y, en casos de intoxicación por monóxido de carbono, la consideración de
terapia hiperbárica, pueden ser necesarias para tratar adecuadamente estas condiciones.
La rápida identificación y tratamiento de la hipoxia o la intoxicación por monóxido
de carbono son esenciales para prevenir daños cerebrales irreversibles y otras
complicaciones graves en pacientes con quemaduras por inhalación. La evaluación
continua del estado de conciencia y orientación es una herramienta valiosa en este
proceso, permitiendo ajustes oportunos en el manejo del paciente.

e. Historial clínico relevante: Obtener información sobre las circunstancias del


incidente, como el tipo de incendio (cerrado o abierto), la duración de la exposición
al humo y los materiales quemados, puede proporcionar indicios sobre los riesgos
de lesión por inhalación y la exposición a toxinas específicas.

La recopilación de un historial clínico relevante en pacientes con quemaduras es un


paso crítico para entender la magnitud de la exposición y el riesgo potencial de
complicaciones, incluidas las lesiones por inhalación y la intoxicación por toxinas
específicas. La información detallada sobre el incidente que condujo a las
quemaduras puede orientar significativamente las decisiones de tratamiento y
pronóstico. A continuación, se discuten los aspectos clave que deben ser evaluados:
Tipo de Incendio
 Incendio Cerrado vs. Abierto: Los incendios en espacios cerrados suelen presentar un
mayor riesgo de lesiones por inhalación debido a la concentración de humo y gases
tóxicos. La exposición en espacios abiertos puede implicar diferentes tipos de riesgos,
dependiendo de la naturaleza del incendio y los materiales involucrados.
Duración de la Exposición al Humo
 Tiempo de Exposición: La duración de la exposición al humo es un factor crítico que
afecta la gravedad de las lesiones por inhalación. Una exposición prolongada aumenta
el riesgo de hipoxia y de intoxicación por monóxido de carbono, así como la exposición
a otras toxinas.
Materiales Quemados
 Sustancias Químicas y Materiales: Conocer los materiales específicos que se
quemaron durante el incidente es vital para evaluar el riesgo de intoxicación por
sustancias específicas. Por ejemplo, la combustión de plásticos puede liberar cianuro,
mientras que la quema de materiales tratados químicamente puede liberar una gama de
toxinas peligrosas.
Historia Médica Previa
 Condiciones Preexistentes: La presencia de condiciones médicas preexistentes, como
enfermedades respiratorias crónicas (EPOC, asma), enfermedades cardiovasculares o
inmunodeficiencias, puede aumentar el riesgo de complicaciones y afectar las
decisiones de tratamiento.
Síntomas Relacionados con la Exposición
 Signos de Toxicidad: Los síntomas que el paciente experimentó durante o después del
incidente, como dolor de cabeza, mareos, dificultad respiratoria, o confusión, pueden
indicar la presencia de intoxicación por monóxido de carbono, cianuro u otras toxinas.
Intervenciones Prehospitalarias
 Primeros Auxilios y Tratamientos: Información sobre cualquier primeros auxilios o
tratamientos administrados en la escena del incidente, como la administración de
oxígeno o la extinción de las llamas en el cuerpo del paciente, es útil para comprender
la evolución inicial de las lesiones y la posible exposición a complicaciones.
La información obtenida a través de este historial clínico detallado es fundamental
para guiar el manejo inicial y el tratamiento continuo de los pacientes con
quemaduras. Facilita la identificación de riesgos específicos asociados con la
exposición a diferentes tipos de incendios y materiales, permitiendo un enfoque más
dirigido y personalizado en el cuidado del paciente. Además, este conocimiento
puede ser crucial para anticipar la necesidad de tratamientos específicos, como la
terapia hiperbárica para la intoxicación por monóxido de carbono o antídotos
específicos para otras toxinas.

La evaluación inicial debe realizarse de manera rápida y eficiente, ya que el manejo adecuado
y oportuno de las vías aéreas es crucial para prevenir complicaciones graves. En presencia de
signos de alarma, debe priorizarse la estabilización de la vía aérea, incluso si esto implica
procedimientos invasivos como la intubación endotraqueal, para asegurar la oxigenación
adecuada del paciente.

2. Oxígeno suplementario: Proporcionar oxígeno suplementario es un paso inicial crucial


para pacientes con sospecha de inhalación de humo o insuficiencia respiratoria. Esto
ayuda a mantener una oxigenación adecuada mientras se evalúan y manejan otras
lesiones.
La administración de oxígeno suplementario en pacientes quemados, especialmente
aquellos con sospecha de inhalación de humo o signos de insuficiencia respiratoria, es
una medida vital en la atención inicial. El objetivo es garantizar que los tejidos reciban
suficiente oxígeno para mantener la función celular y prevenir la hipoxia, que puede
agravar las lesiones existentes y contribuir a la aparición de complicaciones. A
continuación, se amplían los detalles sobre este aspecto crucial del manejo:
I. Importancia del oxígeno suplementario: La inhalación de humo y los gases tóxicos
pueden comprometer seriamente la capacidad de la sangre para transportar oxígeno a
los tejidos. Sustancias como el monóxido de carbono tienen una afinidad por la
hemoglobina mucho mayor que el oxígeno, lo que puede resultar en una hipoxia
significativa. El oxígeno suplementario ayuda a contrarrestar este efecto, aumentando la
fracción de oxígeno inspirado y facilitando la disociación del monóxido de carbono de
la hemoglobina.

La administración de oxígeno suplementario en el contexto de inhalación de humo y


exposición a gases tóxicos es una medida crítica en la atención de emergencia para
pacientes con quemaduras. La comprensión de cómo el humo y los gases tóxicos
afectan el sistema respiratorio y la oxigenación de la sangre es esencial para apreciar la
importancia de este tratamiento. A continuación, se detallan los fundamentos que
subyacen a la necesidad y los beneficios del oxígeno suplementario en estas situaciones:
Efecto de la Inhalación de Humo y Gases Tóxicos
 Compromiso del Transporte de Oxígeno: La inhalación de humo puede llevar a la
presencia de partículas y gases tóxicos en las vías respiratorias y los alvéolos
pulmonares, lo que puede dañar el tejido pulmonar e interferir con el intercambio
gaseoso. Los gases tóxicos, como el monóxido de carbono (CO), pueden unirse a la
hemoglobina con una afinidad aproximadamente 200 veces mayor que el oxígeno,
formando carboxihemoglobina y reduciendo significativamente la capacidad de la
sangre para transportar oxígeno.
 Hipoxia: La resultante disminución en la disponibilidad de oxígeno para los tejidos
(hipoxia) puede comprometer la función de órganos vitales y, si no se trata, conducir a
daños irreversibles y potencialmente fatales.
Beneficios del Oxígeno Suplementario
 Mejora la Oxigenación Tisular: El oxígeno suplementario aumenta la cantidad de
oxígeno disponible para ser transportado a los tejidos, lo cual es crucial en situaciones
donde la capacidad de la hemoglobina para transportar oxígeno está comprometida.
 Facilita la Disociación del Monóxido de Carbono de la Hemoglobina: La
administración de oxígeno a altas concentraciones puede ayudar a desplazar el
monóxido de carbono de la hemoglobina, un proceso favorecido por la Ley de Haldane.
Esto reduce la vida media de la carboxihemoglobina, permitiendo que el oxígeno se una
nuevamente a la hemoglobina y sea transportado a los tejidos.
 Prevención de Daños a Órganos: Al mejorar la oxigenación de los tejidos, el oxígeno
suplementario ayuda a prevenir el daño orgánico causado por la hipoxia, especialmente
en órganos críticos como el cerebro y el corazón.
Implementación Práctica
 Evaluación y Monitoreo: La decisión de administrar oxígeno suplementario debe
basarse en una evaluación clínica del paciente, incluyendo signos de intoxicación por
monóxido de carbono y la saturación de oxígeno medida mediante pulsioximetría. El
monitoreo continuo es esencial para ajustar la terapia según las necesidades del
paciente.
 Métodos de Administración: Dependiendo de la gravedad de la hipoxia y la condición
clínica del paciente, el oxígeno puede administrarse mediante diferentes dispositivos,
desde cánulas nasales hasta máscaras con reservorio o, en casos graves, ventilación
mecánica.
La administración temprana de oxígeno suplementario es un pilar en el manejo de
pacientes con quemaduras que han sufrido inhalación de humo y exposición a gases
tóxicos. Este enfoque no solo aborda la hipoxia aguda sino que también reduce el riesgo
de complicaciones a largo plazo asociadas con la toxicidad por monóxido de carbono y
otros componentes del humo inhalado.

II. Métodos de administración de oxígeno: El oxígeno puede administrarse mediante


diferentes dispositivos, dependiendo de la gravedad de la hipoxia y las necesidades del
paciente. Los dispositivos de bajo flujo, como las cánulas nasales, son adecuados para
casos leves. Para hipoxias moderadas a graves, se prefieren dispositivos de alto flujo
como las máscaras de oxígeno con reservorio, que pueden entregar concentraciones más
altas de oxígeno. En situaciones de insuficiencia respiratoria grave o cuando hay una
lesión significativa de la vía aérea, puede ser necesario recurrir a la ventilación
mecánica.

La elección del dispositivo para la administración de oxígeno es un aspecto clave en el


manejo de pacientes con hipoxia, incluyendo aquellos afectados por inhalación de humo
o lesiones por quemaduras. La selección se basa en la severidad de la hipoxia y la
evaluación clínica del paciente. A continuación, se describen los principales métodos de
administración de oxígeno y sus aplicaciones:
Dispositivos de Bajo Flujo
 Cánulas Nasales: Este método es simple y cómodo para el paciente, adecuado para
casos de hipoxia leve. Las cánulas nasales pueden suministrar oxígeno a flujos de 1 a 6
litros por minuto (L/min), logrando concentraciones de oxígeno en el aire inspirado
(FiO2) de aproximadamente 24% a 44%. Son ideales para pacientes que requieren un
soporte de oxígeno leve y pueden respirar de manera efectiva por sí mismos.
 Máscaras de Oxígeno Simples: Proporcionan un flujo ligeramente mayor de oxígeno
en comparación con las cánulas nasales y pueden entregar FiO2 de alrededor del 40% al
60% con flujos de oxígeno de 5 a 10 L/min. Son útiles para pacientes que necesitan más
oxígeno que el que puede proporcionar una cánula nasal, pero que aún no están en una
situación crítica.
Dispositivos de Alto Flujo
 Máscaras con Reservorio (Máscaras de Venturi o Máscaras de Bolsa de
Reservorio): Estas máscaras pueden entregar concentraciones más altas y precisas de
oxígeno, con FiO2 desde el 60% hasta casi el 100% a flujos de 10 a 15 L/min. Son
preferidas para pacientes con hipoxia moderada a severa que necesitan una mayor
concentración de oxígeno, pero aún pueden respirar espontáneamente.
Ventilación Mecánica
 Asistencia Respiratoria Mecánica: Indicada para pacientes con insuficiencia
respiratoria grave o aquellos con lesiones significativas de la vía aérea que no pueden
mantener una oxigenación adecuada a pesar del uso de oxígeno suplementario a través
de métodos menos invasivos. La ventilación mecánica puede ser invasiva (mediante
intubación endotraqueal) o no invasiva (a través de máscaras faciales o nasales
especiales) y permite un control total sobre la oxigenación y la ventilación del paciente.
Consideraciones Importantes
 Monitorización: Independientemente del método de administración, es crucial
monitorizar continuamente la saturación de oxígeno (SpO2) y la respuesta clínica del
paciente al tratamiento de oxígeno para ajustar la terapia según sea necesario.
 Prevención de Hiperoxia: Aunque el objetivo es corregir la hipoxia, también es
importante evitar la hiperoxia (exceso de oxígeno en la sangre), que puede ser
perjudicial, especialmente en pacientes críticos. La administración de oxígeno debe ser
cuidadosamente titulada para mantener la saturación de oxígeno en un rango objetivo
específico para cada paciente.
La elección y manejo del dispositivo de administración de oxígeno deben ser
personalizados, basándose en la severidad de la hipoxia del paciente, las condiciones
subyacentes, y la capacidad del paciente para manejar las secreciones y proteger su
propia vía aérea. La intervención temprana y la adaptación del soporte de oxígeno son
clave para mejorar los resultados en pacientes con hipoxia.

III. Monitorización y ajuste: La administración de oxígeno debe ser cuidadosamente


monitorizada usando pulsioximetría o gasometría arterial para asegurar niveles
adecuados de oxigenación sin inducir hiperoxia, que también puede ser dañina. Los
ajustes en la administración de oxígeno deben basarse en la respuesta del paciente y los
resultados de las pruebas de laboratorio.

La monitorización y ajuste de la terapia de oxígeno son esenciales para garantizar una


oxigenación eficaz de los tejidos, al tiempo que se previenen los riesgos asociados con
la hiperoxia. La utilización de herramientas como la pulsioximetría y la gasometría
arterial permite una evaluación precisa de la saturación de oxígeno en la sangre y la
eficacia de la ventilación, respectivamente. A continuación, se describen los
componentes clave de este proceso de monitorización y ajuste:
Pulsioximetría
 Uso de Pulsioxímetro: Un dispositivo no invasivo que mide la saturación de oxígeno
en la sangre (SpO2) mediante un sensor colocado comúnmente en un dedo del paciente.
Proporciona una estimación rápida y continua de la oxigenación, lo cual es crucial para
el ajuste oportuno de la terapia de oxígeno.
 Objetivos de SpO2: Generalmente, se busca mantener la SpO2 en un rango de 92% a
96% en la mayoría de los pacientes. Sin embargo, este rango objetivo puede variar
según las necesidades individuales del paciente y condiciones específicas. Por ejemplo,
en pacientes con riesgo de hipercapnia (como aquellos con EPOC), los objetivos pueden
ser ligeramente más bajos para evitar la supresión de su estímulo respiratorio.
Gasometría Arterial
 Evaluación de Gases en Sangre: Proporciona información detallada sobre el estado
ácido-base, los niveles de oxígeno (PaO2) y dióxido de carbono (PaCO2) en la sangre
arterial. Esto es esencial para evaluar la ventilación, la oxigenación y el equilibrio
ácido-base del paciente, permitiendo ajustes más precisos en la administración de
oxígeno y en el soporte ventilatorio.
 Identificación de Hiperoxia: La gasometría arterial puede identificar situaciones de
hiperoxia (PaO2 excesivamente alto), lo cual es importante ya que niveles de oxígeno
arterial muy elevados pueden ser perjudiciales, particularmente en pacientes con ciertas
vulnerabilidades, como aquellos con enfermedad pulmonar crónica o neonatos.
Ajuste de la Terapia de Oxígeno
 Titulación de Oxígeno: Basándose en los resultados de la pulsioximetría y la
gasometría arterial, el flujo de oxígeno y la modalidad de administración pueden ser
ajustados para mantener los objetivos de oxigenación sin caer en la hiperoxia. Esto
puede implicar cambiar de cánulas nasales a una máscara de oxígeno con reservorio,
ajustar los flujos de oxígeno, o en casos de insuficiencia respiratoria severa, escalonar
hacia la ventilación mecánica.
 Monitorización Continua: La condición del paciente debe ser revisada regularmente
para responder a cualquier cambio en su estado respiratorio, y los ajustes en la terapia
de oxígeno deben ser realizados de manera oportuna.
Prevención de Hiperoxia
 Evitar la Toxicidad por Oxígeno: La exposición prolongada a altas concentraciones de
oxígeno puede llevar a toxicidad por oxígeno, afectando principalmente a los pulmones
y al sistema nervioso central. La titulación cuidadosa de oxígeno ayuda a minimizar
este riesgo.
La gestión adecuada de la terapia de oxígeno, mediante una monitorización efectiva y
ajustes basados en la evidencia, es crucial para optimizar la oxigenación del paciente,
evitando al mismo tiempo la hiperoxia y sus potenciales efectos adversos. Este enfoque
equilibrado es esencial para el manejo de pacientes con condiciones que comprometen
la oxigenación, incluidos aquellos con quemaduras graves y lesiones por inhalación.

IV. Consideraciones especiales: En casos de intoxicación por monóxido de carbono, que


es común en pacientes con quemaduras por inhalación, puede considerarse la terapia
con oxígeno hiperbárico. Esta terapia implica respirar oxígeno puro en una cámara
presurizada y se ha mostrado efectiva para acelerar la disociación del monóxido de
carbono de la hemoglobina y mejorar la oxigenación de los tejidos.

La terapia con oxígeno hiperbárico (TOHB) representa una intervención especializada


para el tratamiento de la intoxicación por monóxido de carbono (CO), una complicación
potencialmente grave en pacientes que han sufrido inhalación de humo durante
incendios. Esta terapia aprovecha los principios de la física de gases bajo presión para
mejorar la oxigenación tisular y acelerar la eliminación del CO del cuerpo. A
continuación, se detallan aspectos fundamentales de la TOHB en el contexto de la
intoxicación por monóxido de carbono:
Principios de la Terapia con Oxígeno Hiperbárico
 Aumento de la Presión Atmosférica: La TOHB se lleva a cabo en una cámara
hiperbárica donde los pacientes respiran oxígeno puro (100%) a una presión atmosférica
superior a la presión al nivel del mar (1 atmósfera absoluta, ATA). Generalmente, la
presión se incrementa a 2-3 ATA.
 Mejora de la Oxigenación Tisular: Bajo estas condiciones de alta presión, la cantidad
de oxígeno disuelto en la sangre aumenta significativamente, lo que permite una mejor
oxigenación de los tejidos, incluso en áreas con flujo sanguíneo comprometido.
 Aceleración de la Eliminación de CO: La TOHB facilita la disociación del monóxido
de carbono de la hemoglobina, acelerando la eliminación del CO del cuerpo. Esto se
debe a que el oxígeno a alta presión compite más efectivamente con el CO por los sitios
de unión en la hemoglobina.
Indicaciones para la Terapia con Oxígeno Hiperbárico
 Intoxicación por Monóxido de Carbono: La TOHB está particularmente indicada para
pacientes con intoxicación por CO moderada a severa, manifestada por síntomas
neurológicos, cardíacos, o niveles elevados de carboxihemoglobina en la sangre.
 Casos Específicos: También se considera en pacientes con intoxicaciones leves pero
con factores de riesgo para complicaciones, como embarazo, edad avanzada, o
presencia de enfermedades cardiovasculares o cerebrovasculares preexistentes.
Beneficios de la Terapia con Oxígeno Hiperbárico
 Reducción del Riesgo de Secuelas Neurológicas: La TOHB puede reducir el riesgo de
secuelas neurológicas a largo plazo, como el síndrome neuropsiquiátrico tardío, que
puede ocurrir semanas después de la exposición inicial al CO.
 Prevención de Daño Miocárdico: La intoxicación por CO aumenta el riesgo de lesión
miocárdica isquémica. La TOHB puede ayudar a prevenir este tipo de daño gracias a su
capacidad para mejorar la oxigenación del miocardio.
Consideraciones y Limitaciones
 Accesibilidad: No todos los centros médicos cuentan con cámaras hiperbáricas, lo que
puede limitar la disponibilidad de esta terapia para algunos pacientes.
 Evaluación de Riesgos-Beneficios: La decisión de utilizar la TOHB debe basarse en
una evaluación cuidadosa de los beneficios potenciales frente a los riesgos, teniendo en
cuenta la gravedad de la intoxicación por CO y las condiciones específicas del paciente.
La TOHB es una herramienta valiosa en el manejo de la intoxicación por monóxido de
carbono, especialmente en casos moderados a severos. Ofrece un mecanismo efectivo
para mejorar la oxigenación tisular y acelerar la eliminación del CO, contribuyendo
significativamente a la recuperación del paciente y a la prevención de complicaciones a
largo plazo asociadas con esta intoxicación.
V. Prevención de complicaciones: Una oxigenación adecuada es crucial para prevenir el
deterioro de las funciones vitales y apoyar la cicatrización de heridas. Además, ayuda a
minimizar el riesgo de complicaciones como la neumonía y el fallo multiorgánico, que
pueden surgir como consecuencia de la hipoxia tisular.

La prevención de complicaciones en pacientes con quemaduras, especialmente aquellos


en riesgo de lesiones por inhalación, es fundamental para optimizar la recuperación y
minimizar la morbilidad y mortalidad. La oxigenación adecuada juega un papel crucial
en este proceso, apoyando las funciones vitales y promoviendo la cicatrización de
heridas, al tiempo que reduce el riesgo de complicaciones serias. A continuación, se
detallan estrategias clave para la prevención de complicaciones a través de una
adecuada oxigenación y otros cuidados asociados:
Mantenimiento de la Oxigenación Adecuada
 Monitorización Continua: La monitorización regular de la saturación de oxígeno
(SpO2) y la gasometría arterial permite ajustar la terapia de oxígeno y asegurar una
oxigenación óptima, previniendo tanto la hipoxia como la hiperoxia, que pueden ser
dañinas.
 Administración de Oxígeno: Ajustar la administración de oxígeno según las
necesidades individuales del paciente, utilizando el dispositivo más adecuado para
mantener los niveles de oxígeno dentro de rangos objetivo específicos.
Prevención de Infecciones Respiratorias
 Higiene de las Vías Aéreas: La aspiración regular de secreciones, el uso de
humidificación adecuada y la promoción de una higiene bucal estricta pueden ayudar a
prevenir infecciones respiratorias como la neumonía.
 Manejo de la Ventilación: En pacientes ventilados mecánicamente, la implementación
de estrategias de ventilación protectora y la evaluación diaria para la posibilidad de
extubación pueden reducir el riesgo de neumonía asociada a ventilación mecánica
(NAV).
Apoyo Nutricional
 Nutrición Optimizada: Proporcionar una nutrición adecuada es esencial para apoyar la
cicatrización de heridas y mantener la función inmunológica. Esto puede requerir el uso
de suplementos nutricionales o nutrición enteral/parenteral para satisfacer las
necesidades calóricas y proteicas elevadas típicas en pacientes con quemaduras.
Manejo del Dolor y del Estrés
 Control del Dolor: Un manejo efectivo del dolor mejora la calidad de vida del
paciente, facilita la ventilación y la movilización temprana, y puede reducir el riesgo de
complicaciones respiratorias.
 Soporte Psicológico: Proporcionar apoyo psicológico y manejo del estrés para ayudar a
los pacientes a afrontar el trauma de las quemaduras, lo cual es importante para su
bienestar general y recuperación.
Prevención del Fallo Multiorgánico
 Monitorización Hemodinámica: La monitorización y manejo de la estabilidad
hemodinámica y la perfusión tisular son clave para prevenir el fallo multiorgánico. Esto
incluye un manejo adecuado de fluidos, el uso de soporte vasopresor si es necesario, y
la monitorización de marcadores de función orgánica.
 Prevención de la Sepsis: La identificación temprana y el tratamiento de infecciones son
esenciales para prevenir la sepsis, una causa común de fallo multiorgánico en pacientes
con quemaduras graves.
La integración de estas estrategias en el plan de cuidados de pacientes con quemaduras
es vital para prevenir el deterioro de las funciones vitales, apoyar la cicatrización de
heridas, y minimizar el riesgo de complicaciones graves. Un enfoque multidisciplinario
que incluya especialistas en cuidados intensivos, cirugía de quemaduras, enfermería,
nutrición, y psicología, entre otros, es esencial para abordar las complejas necesidades
de estos pacientes y promover una recuperación óptima.

La administración de oxígeno suplementario debe considerarse como parte de un enfoque


integral en el manejo de pacientes con quemaduras, complementando otras intervenciones
como la reanimación con líquidos, el manejo del dolor y el cuidado de las heridas. La
evaluación continua y el ajuste del tratamiento son esenciales para adaptarse a la evolución
del estado del paciente.
3. Control de la vía aérea: En casos de quemaduras severas en la vía aérea o compromiso
respiratorio, puede ser necesario asegurar la vía aérea mediante intubación
endotraqueal. La decisión de intubar debe tomarse de manera precoz, especialmente si
se anticipa edema de la vía aérea o se observan signos de obstrucción inminente.

El control de la vía aérea es un componente crítico en el manejo de pacientes con


quemaduras severas, especialmente cuando hay afectación de la vía aérea o compromiso
respiratorio. La intubación endotraqueal juega un papel fundamental en estos casos,
asegurando una vía aérea patentable y protegida, facilitando la ventilación mecánica si
es necesario, y previniendo la aspiración de secreciones o material vomitado. A
continuación, se profundiza en los aspectos relevantes de este procedimiento:
1. Indicaciones para la intubación endotraqueal: Las indicaciones para intubar de
manera precoz incluyen quemaduras significativas en la cara o el cuello que sugieren
una posible lesión interna de la vía aérea, signos clínicos de lesión por inhalación de
humo, dificultad respiratoria, alteración del estado de conciencia que impide proteger la
vía aérea, y evidencia de edema de la vía aérea o de obstrucción inminente, como
estridor o uso de músculos accesorios para respirar.

La intubación endotraqueal es un procedimiento crítico en la gestión de la vía aérea en


pacientes con quemaduras graves, especialmente en aquellos con afectación de la cara,
el cuello o con lesiones por inhalación de humo. Este procedimiento no solo asegura la
permeabilidad de la vía aérea sino que también proporciona una ruta para la
administración de oxígeno y ventilación mecánica si es necesario. Las indicaciones para
una intubación endotraqueal temprana en el contexto de quemaduras incluyen:
Quemaduras Significativas en la Cara o el Cuello
 Lesión Interna de la Vía Aérea: Las quemaduras en estas áreas pueden ser indicativas
de lesiones internas debido a la exposición al calor o a sustancias químicas. La
inflamación y el edema resultantes pueden comprometer la vía aérea en un corto
periodo.
Signos Clínicos de Lesión por Inhalación de Humo
 Toxinas y Partículas en las Vías Respiratorias: La inhalación de humo puede
introducir partículas y toxinas en las vías respiratorias, lo que lleva a inflamación,
edema y obstrucción potencial de las vías aéreas.
Dificultad Respiratoria
 Incapacidad para Mantener una Oxigenación y Ventilación Adecuadas: Los
pacientes que luchan por respirar pueden requerir asistencia ventilatoria para prevenir la
hipoxia y la hipercapnia.
Alteración del Estado de Conciencia
 Incapacidad para Proteger la Vía Aérea: Los pacientes con un estado mental alterado
no pueden proteger su vía aérea contra la aspiración de secreciones o vómito, lo que
representa un riesgo significativo de neumonía aspirativa y otras complicaciones.
Evidencia de Edema de la Vía Aérea o de Obstrucción Inminente
 Estridor y Uso de Músculos Accesorios para Respirar: Estos signos indican una
obstrucción parcial de la vía aérea y un aumento en el trabajo respiratorio, lo que puede
evolucionar rápidamente hacia una obstrucción completa.
Ventajas de la Intubación Endotraqueal Temprana
 Prevención de la Obstrucción de la Vía Aérea: Intubar antes de que ocurra una
obstrucción completa puede evitar una situación de emergencia donde la intubación se
vuelve mucho más difícil y riesgosa.
 Facilitación del Manejo Respiratorio: Permite un control más efectivo de la
ventilación, la administración de tratamientos inhalados y la protección de la vía aérea
contra la aspiración.
 Mejor Pronóstico: La intervención temprana puede mejorar significativamente el
pronóstico de los pacientes, reduciendo el riesgo de complicaciones y mortalidad
asociadas con la obstrucción de la vía aérea y la insuficiencia respiratoria.
La decisión de proceder con la intubación endotraqueal debe basarse en una evaluación
integral del paciente, considerando tanto los signos clínicos de compromiso de la vía
aérea como los factores de riesgo asociados con la lesión. Este procedimiento requiere
habilidad y experiencia, y debe ser realizado por profesionales de la salud capacitados
en el manejo avanzado de la vía aérea.

2. Evaluación preintubación: Antes de proceder con la intubación, es crucial realizar una


evaluación detallada del paciente para identificar cualquier factor que pueda complicar
el procedimiento, como la presencia de quemaduras o edema que dificulte el acceso a la
vía aérea. La laringoscopia directa o el uso de dispositivos de intubación asistida por
video pueden ser necesarios en situaciones donde la visualización de la vía aérea es
difícil.

La evaluación preintubación en pacientes con quemaduras, especialmente aquellos con


lesiones en la cara, el cuello, o con sospecha de lesión por inhalación, es un paso
esencial para anticipar dificultades y planificar el abordaje más seguro para el manejo
de la vía aérea. Aquí se detallan los componentes críticos de esta evaluación:
Inspección Visual y Evaluación Física
 Quemaduras Faciales y de Cuello: Evaluar la presencia y extensión de quemaduras en
la cara y el cuello, que pueden indicar complicaciones potenciales con la intubación,
como edema, distorsión anatómica, o dificultad para pasar el tubo endotraqueal.
 Edema de la Vía Aérea: Buscar signos de edema en la vía aérea, que pueden complicar
tanto la visualización de las estructuras de la vía aérea durante la laringoscopia como la
inserción del tubo.
 Lesiones por Inhalación: La presencia de hollín alrededor de la nariz y la boca, tos
productiva de esputo carbonáceo, o cambios en la voz son indicativos de lesión por
inhalación y pueden sugerir compromiso de la vía aérea interna.
Evaluación Funcional de la Vía Aérea
 Movilidad del Cuello: Evaluar la movilidad cervical, que puede estar limitada en
pacientes con quemaduras o traumatismos asociados.
 Apertura de la Boca: Determinar la apertura máxima de la boca, ya que una apertura
limitada puede dificultar el acceso y la visualización de la vía aérea durante la
laringoscopia.
 Evaluación de la Mallampati: Clasificar la vía aérea según la escala de Mallampati
para predecir la dificultad de la intubación. Una puntuación más alta sugiere una
visualización más difícil de las estructuras de la vía aérea durante la intubación.
Uso de Dispositivos de Intubación Asistida por Video
 Laringoscopia de Video: En casos donde se anticipan dificultades con la intubación
tradicional, la laringoscopia asistida por video puede ofrecer una mejor visualización de
la vía aérea, aumentando las tasas de éxito de intubación en el primer intento y
reduciendo el riesgo de lesiones asociadas con intentos múltiples.
Planificación de la Intubación
 Preparación de Equipamiento Alternativo: Tener disponible equipamiento para
manejo de vía aérea difícil, incluyendo distintos tamaños de tubos endotraqueales, guías
para intubación, laringoscopio de fibra óptica, y dispositivos supraglóticos como plan
de reserva.
 Estrategia de Intubación: Desarrollar un plan de acción que incluya el intento de
intubación primaria y estrategias alternativas en caso de dificultades no anticipadas o
fallo en el intento inicial.
 Presencia de Personal Experimentado: Asegurar la presencia de personal con
experiencia en manejo de vía aérea difícil durante el procedimiento para proporcionar
asistencia o tomar el liderazgo si surgen complicaciones.
La evaluación preintubación meticulosa y la preparación adecuada son fundamentales
para minimizar los riesgos asociados con la intubación en pacientes con quemaduras
severas. Anticipar dificultades y tener preparado un plan integral de manejo de la vía
aérea puede mejorar significativamente la seguridad del paciente y los resultados del
procedimiento.

3. Técnica y equipamiento: La intubación endotraqueal debe ser realizada por personal


experimentado utilizando el equipo adecuado. Debido al riesgo de edema y deterioro
rápido de la vía aérea, se debe tener a mano todo el equipamiento necesario para una
intubación difícil, incluyendo laringoscopios con hojas de diferentes tamaños, tubos
endotraqueales de varios diámetros, dispositivos de intubación asistida por video y un
kit para cricotirotomía de emergencia.

La técnica y el equipamiento adecuados son fundamentales para asegurar una


intubación endotraqueal exitosa y segura, especialmente en situaciones críticas como en
pacientes con quemaduras severas, donde el riesgo de complicaciones es alto. La
preparación adecuada y la experiencia del personal son claves en este proceso. A
continuación, se describen aspectos esenciales de la técnica y el equipamiento necesario
para la intubación endotraqueal en este contexto:
Equipamiento Básico para la Intubación Endotraqueal
 Laringoscopios: Tener disponibles laringoscopios con hojas de diferentes tamaños y
tipos (como hojas Macintosh y Miller) para adaptarse a la anatomía variada de los
pacientes. La disponibilidad de hojas de laringoscopio pediátricas y para adultos es
esencial.
 Tubos Endotraqueales (ET): Preparar tubos ET de varios diámetros para adaptarse a
diferentes tamaños de vías aéreas. Incluir tubos con y sin balón (cuffed y uncuffed),
especialmente en pediatría, donde el uso de uno u otro puede depender de la edad y el
tamaño del paciente.
 Dispositivos de Intubación Asistida por Video: Los laringoscopios de video pueden
proporcionar una mejor visualización de la vía aérea en situaciones difíciles,
aumentando las tasas de éxito de la intubación y minimizando el riesgo de lesiones.
 Guías para Intubación (Estiletes o Bougies): Utilizar guías flexibles que pueden
insertarse dentro del tubo ET para facilitar la navegación del tubo a través de la glotis,
especialmente útil en intubaciones difíciles.
Equipamiento para Manejo de Vía Aérea Difícil
 Dispositivos Supraglóticos: Como los dispositivos de vía aérea laríngea (LMA, por sus
siglas en inglés) que pueden proporcionar una opción alternativa para la oxigenación y
ventilación si la intubación endotraqueal no es exitosa.
 Kit para Cricotirotomía de Emergencia: En casos de obstrucción de la vía aérea que
no puede ser resuelta con la intubación endotraqueal o dispositivos supraglóticos, una
cricotirotomía puede ser necesaria como medida de último recurso para establecer una
vía aérea.
Técnica de Intubación
 Preparación y Preoxigenación: Antes de la intubación, preparar al paciente con
oxígeno suplementario para aumentar las reservas de oxígeno y permitir un mayor
tiempo seguro de apnea durante el intento de intubación.
 Posicionamiento: Asegurar el posicionamiento adecuado del paciente, con frecuencia
en la posición de "sniffing" (olfateo) para optimizar la alineación de las vías aéreas y
facilitar la visualización durante la laringoscopia.
 Técnica de Intubación: Realizar la laringoscopia utilizando la técnica adecuada para
visualizar las cuerdas vocales y avanzar el tubo ET cuidadosamente a través de las
cuerdas vocales hacia la tráquea, confirmar la colocación adecuada mediante
auscultación y capnografía.
Importancia de la Experiencia del Personal
 La experiencia y la capacitación del personal que realiza la intubación son críticas para
manejar situaciones complejas y minimizar el riesgo de complicaciones. El
entrenamiento en técnicas de intubación y manejo de vía aérea difícil, incluyendo
simulacros y cursos especializados, puede mejorar significativamente las habilidades y
la preparación del equipo de atención médica.
La preparación meticulosa, el conocimiento del equipamiento disponible y la
competencia técnica del personal son esenciales para garantizar la seguridad y eficacia
de la intubación endotraqueal en pacientes con quemaduras severas, donde las
complicaciones potenciales y las dificultades anatómicas y fisiológicas aumentan el
desafío del manejo de la vía aérea.

4. Manejo del edema de la vía aérea: El edema de la vía aérea puede progresar
rápidamente en pacientes con quemaduras severas. La administración de fluidos para la
reanimación, aunque necesaria, puede contribuir al edema. Por lo tanto, la
monitorización cuidadosa del balance de fluidos y el uso de estrategias para minimizar
el edema, como la elevación de la cabeza de la cama y el uso de corticosteroides en
casos seleccionados, son importantes.

El manejo del edema de la vía aérea en pacientes con quemaduras severas es crucial
para prevenir la obstrucción y asegurar una ventilación adecuada. El edema puede
desarrollarse rápidamente debido a la respuesta inflamatoria a la lesión térmica, y su
manejo efectivo requiere un enfoque cuidadoso y multidimensional. A continuación, se
presentan estrategias clave para el manejo del edema de la vía aérea en este contexto:
Monitorización del Balance de Fluidos
 Evaluación Cuidadosa de la Reanimación con Fluidos: Es fundamental monitorizar
la respuesta del paciente a la reanimación con fluidos para evitar la sobrecarga de
fluidos, que puede exacerbar el edema de la vía aérea y los tejidos circundantes. La
utilización de protocolos de reanimación basados en objetivos, que ajustan la
administración de fluidos a parámetros clínicos y hemodinámicos específicos, puede
ayudar a optimizar el balance de fluidos.
 Uso de Diuréticos en Casos Seleccionados: En pacientes con signos de sobrecarga de
fluidos y edema significativo, el uso de diuréticos puede ser considerado para reducir el
edema, siempre equilibrando el riesgo de hipovolemia y afectación de la perfusión a
órganos.
Posicionamiento del Paciente
 Elevación de la Cabeza de la Cama: Elevar la cabeza de la cama entre 30 y 45 grados
puede ayudar a mejorar el drenaje venoso y linfático desde la cabeza y el cuello,
reduciendo el edema en la vía aérea superior. Esta posición también puede disminuir el
riesgo de aspiración.
Uso de Corticosteroides
 Corticosteroides para Reducir la Inflamación: El uso de corticosteroides en el
manejo del edema de la vía aérea es controversial y debe considerarse en casos
seleccionados, como en la presencia de edema laríngeo comprobado o estridor. Es
importante evaluar los beneficios potenciales frente a los riesgos, incluyendo el impacto
en la cicatrización de heridas y el riesgo de infecciones.
Manejo de la Vía Aérea
 Preparación para Intubación Endotraqueal: En pacientes con quemaduras severas y
signos de compromiso de la vía aérea, preparar para una posible intubación
endotraqueal precoz, antes de que el edema progrese a un punto en que la intubación se
vuelva extremadamente difícil o imposible.
 Consideración de Vías Aéreas Artificiales Alternativas: En casos donde la intubación
endotraqueal no es posible o falla, y el edema de la vía aérea compromete la
ventilación, pueden considerarse técnicas de manejo de la vía aérea alternativas, como
la cricotirotomía de emergencia.
Oxigenación y Ventilación
 Asegurar Oxigenación Adecuada: Independientemente de la presencia de edema, es
esencial mantener una oxigenación adecuada mediante la administración de oxígeno
suplementario y, si es necesario, soporte ventilatorio mecánico para combatir los efectos
de la hipoxia.
El manejo del edema de la vía aérea en pacientes con quemaduras requiere una
evaluación y monitorización continuas, junto con intervenciones específicas para
prevenir la obstrucción de la vía aérea y asegurar una oxigenación y ventilación
adecuadas. La colaboración multidisciplinaria entre cirujanos, intensivistas, enfermeras
y fisioterapeutas es fundamental para optimizar el cuidado de estos pacientes
complejos.

5. Cuidados postintubación: Una vez que el paciente está intubado, es esencial asegurar
un manejo adecuado de la ventilación mecánica, ajustando los parámetros ventilatorios
para optimizar la oxigenación y la ventilación sin causar lesión pulmonar inducida por
ventilador. La sedación y el manejo del dolor son también componentes críticos del
cuidado postintubación, así como la prevención de infecciones asociadas a la
ventilación mecánica.

El cuidado postintubación de pacientes que requieren ventilación mecánica es un


componente crítico de su manejo en la unidad de cuidados intensivos (UCI),
especialmente en aquellos con quemaduras severas y complicaciones respiratorias. Una
estrategia integral debe abordar no solo la optimización de la ventilación mecánica, sino
también el manejo del dolor, la sedación, y la prevención de infecciones. A
continuación, se detallan los aspectos clave del cuidado postintubación:
Manejo de la Ventilación Mecánica
 Ajuste de Parámetros Ventilatorios: Los parámetros de la ventilación mecánica,
incluyendo el volumen tidal, la frecuencia respiratoria, la relación
inspiración:espiración, el PEEP (presión positiva al final de la espiración) y la FiO2
(fracción de oxígeno inspirado), deben ser cuidadosamente ajustados para asegurar una
oxigenación adecuada y evitar la hipercapnia o hipocapnia. La estrategia debe
minimizar el riesgo de lesión pulmonar inducida por ventilador (VILI) mediante el uso
de volúmenes tidales bajos y presiones de soporte limitadas.
 Monitorización de la Mecánica Pulmonar y los Gases Sanguíneos: La evaluación
continua de la mecánica pulmonar y los análisis de gases sanguíneos arteriales son
esenciales para guiar los ajustes en la ventilación y asegurar la eficacia del soporte
respiratorio.
Sedación y Manejo del Dolor
 Estrategias de Sedación: Implementar protocolos de sedación que equilibren la
necesidad de comodidad y minimización del estrés del paciente con la capacidad de
realizar evaluaciones neurológicas periódicas. La sedación debe ser titulada a los
niveles más bajos posibles que aseguren la comodidad, utilizando escalas de sedación
para guiar la terapia.
 Control del Dolor: Utilizar un enfoque multimodal para el manejo del dolor, que puede
incluir opiáceos, medicamentos no opiáceos, y métodos no farmacológicos. El manejo
efectivo del dolor es vital no solo para el confort del paciente, sino también para
facilitar la ventilación y la oxigenación adecuadas.
Prevención de Infecciones Asociadas a la Ventilación Mecánica (VAP)
 Estrategias de Prevención de VAP: Incluyen la elevación de la cabeza de la cama
entre 30 y 45 grados, la higiene bucal con clorhexidina, el manejo cuidadoso de las
secreciones y la aspiración subglótica en ventiladores que dispongan de esta función. La
evaluación diaria de la necesidad de ventilación mecánica con intentos de destete según
lo permita la condición clínica del paciente también es crucial para reducir el tiempo de
ventilación y el riesgo de VAP.
Nutrición
 Soporte Nutricional: La nutrición enteral temprana, preferiblemente dentro de las
primeras 24 a 48 horas después de la intubación, es importante para mantener el estado
nutricional y apoyar la cicatrización de heridas y la respuesta inmune. La nutrición debe
ser ajustada a las necesidades calóricas y proteicas específicas del paciente.
Cuidados Integrales
 Cuidado Multidisciplinario: El cuidado de pacientes intubados, especialmente
aquellos con quemaduras severas, requiere un enfoque multidisciplinario que incluya
intensivistas, enfermeras especializadas en cuidados intensivos, fisioterapeutas
respiratorios, farmacéuticos y especialistas en nutrición, entre otros.
El manejo adecuado de los cuidados postintubación es vital para la recuperación de
pacientes críticamente enfermos, minimizando las complicaciones asociadas con la
ventilación mecánica y mejorando los resultados generales. La implementación de
protocolos basados en evidencia y la adaptación de los cuidados a las necesidades
individuales de cada paciente son fundamentales para lograr estos objetivos.
La decisión de realizar una intubación endotraqueal debe basarse en una evaluación clínica cuidadosa y
considerar tanto los beneficios potenciales de asegurar la vía aérea como los riesgos asociados con el
procedimiento. En el contexto de quemaduras severas, la anticipación y la preparación para manejar
una vía aérea difícil son clave para el éxito del manejo y la minimización de complicaciones.

4. Monitorización y soporte avanzado: Los pacientes con quemaduras significativas y


compromiso de la vía aérea deben ser monitorizados cuidadosamente para detectar
signos de deterioro respiratorio. El uso de ventilación mecánica puede ser necesario
para asegurar una oxigenación y ventilación adecuadas.
La monitorización y el soporte avanzado son esenciales en el manejo de pacientes con
quemaduras significativas, especialmente aquellos con compromiso de la vía aérea o
insuficiencia respiratoria. Estas estrategias no solo ayudan a detectar y tratar
tempranamente el deterioro respiratorio, sino que también son fundamentales para
prevenir complicaciones adicionales. A continuación, se detallan los componentes clave
de este aspecto crítico en la atención de pacientes quemados:
1. Monitorización continua: Los pacientes gravemente quemados requieren una
monitorización constante de su estado respiratorio y hemodinámico. Esto incluye la
medición regular de la saturación de oxígeno mediante pulsioximetría, la frecuencia
respiratoria, la presión arterial, la frecuencia cardíaca y, cuando sea necesario, el
monitoreo invasivo de la presión arterial y la gasometría arterial para evaluar los gases
en sangre y el equilibrio ácido-base. La monitorización continua permite la detección
temprana de signos de deterioro respiratorio o circulatorio, facilitando intervenciones
rápidas.

La monitorización continua es una piedra angular en el manejo de pacientes con


quemaduras graves, ya que estos individuos están en un alto riesgo de complicaciones
respiratorias y hemodinámicas. A continuación, se detalla la importancia y aplicación de
cada aspecto de esta monitorización:
Saturación de Oxígeno (SpO2)
 Pulsioximetría: Proporciona una medida no invasiva y continua de la saturación de
oxígeno en la sangre, permitiendo la detección temprana de hipoxia. Es fundamental
ajustar la terapia de oxígeno basándose en la SpO2 para mantenerla dentro de un rango
objetivo que generalmente se sitúa entre el 92% y el 96% en la mayoría de los
pacientes, aunque puede requerir personalización según las necesidades específicas del
paciente.
Frecuencia Respiratoria
 Evaluación Respiratoria: La monitorización de la frecuencia respiratoria es esencial
para identificar la taquipnea o bradipnea, que pueden ser indicadores de insuficiencia
respiratoria o deterioro del estado clínico. Cambios significativos en la frecuencia
respiratoria requieren una evaluación adicional para identificar la causa subyacente y
ajustar el manejo.
Presión Arterial y Frecuencia Cardíaca
 Monitorización Hemodinámica: La presión arterial y la frecuencia cardíaca son
indicadores clave del estado hemodinámico y la perfusión tisular. En el contexto de
quemaduras graves, la monitorización continua de estos parámetros puede ayudar a
detectar signos tempranos de shock, ya sea por sepsis, hipovolemia o complicaciones
cardíacas. La monitorización invasiva de la presión arterial puede ser necesaria en
pacientes inestables o con quemaduras extensas.
Gasometría Arterial
 Evaluación de Gases en Sangre y Equilibrio Ácido-base: La gasometría arterial
proporciona información valiosa sobre la oxigenación, la ventilación y el estado ácido-
base del paciente. Es especialmente útil en pacientes con alteraciones respiratorias
graves, permitiendo ajustes precisos en la ventilación mecánica y en el manejo de
trastornos del equilibrio ácido-base.
Implementación de Intervenciones Rápidas
 La capacidad para intervenir rápidamente ante signos de deterioro es fundamental en el
manejo de pacientes quemados. Esto incluye ajustes en la terapia de oxígeno y
ventilación mecánica, reanimación con fluidos, administración de medicamentos
vasoactivos y corrección de trastornos electrolíticos o del equilibrio ácido-base, entre
otras medidas.
La monitorización continua y meticulosa en pacientes con quemaduras graves es
esencial para guiar las intervenciones terapéuticas, prevenir la progresión de
complicaciones y optimizar los resultados del paciente. Un enfoque proactivo y un
equipo multidisciplinario bien coordinado son clave para el manejo exitoso de estos
pacientes complejos.

2. Ventilación mecánica: En casos de insuficiencia respiratoria aguda o cuando el


paciente no puede mantener una ventilación adecuada por sí mismo debido a lesiones
por inhalación, quemaduras en la vía aérea, o edema, la ventilación mecánica se
convierte en una herramienta esencial. Los objetivos son asegurar una oxigenación y
ventilación óptimas, reducir el trabajo respiratorio del paciente y permitir la
cicatrización de las lesiones pulmonares y de la vía aérea. La estrategia ventilatoria debe
ser individualizada, basada en la mecánica pulmonar del paciente y los gases
sanguíneos arteriales, evitando tanto la hiperventilación como la hipoxemia.

La ventilación mecánica es un componente crucial en el manejo de pacientes con


insuficiencia respiratoria aguda, especialmente en aquellos con quemaduras severas y
lesiones por inhalación. El enfoque individualizado de la ventilación mecánica es
esencial para satisfacer las necesidades específicas de cada paciente, maximizar la
oxigenación y ventilación, y minimizar el riesgo de complicaciones asociadas con la
ventilación mecánica. A continuación, se discuten los objetivos y estrategias para una
ventilación mecánica efectiva en este contexto:
Objetivos de la Ventilación Mecánica
 Asegurar Oxigenación Adecuada: Mantener niveles de oxígeno adecuados para
prevenir la hipoxia tisular y sus efectos perjudiciales sobre la cicatrización de heridas y
la función orgánica.
 Optimizar la Ventilación: Garantizar la eliminación adecuada de CO2 para evitar la
hipercapnia y la acidosis respiratoria, que pueden tener efectos negativos en la
hemodinámica y el estado ácido-base.
 Reducir el Trabajo Respiratorio: Descansar los músculos respiratorios del paciente
para prevenir la fatiga muscular y facilitar la recuperación de las lesiones pulmonares y
de la vía aérea.
 Facilitar la Cicatrización de Lesiones Pulmonares: Proporcionar un entorno
favorable para la recuperación del tejido pulmonar dañado, minimizando el estrés y la
tensión en los pulmones.
Estrategias Ventilatorias
 Modalidades Ventilatorias: Seleccionar la modalidad ventilatoria (por ejemplo,
ventilación controlada por volumen o por presión) basada en la condición respiratoria
del paciente, la mecánica pulmonar y los objetivos de tratamiento. La ventilación
controlada por presión puede ser preferida en pacientes con lesión pulmonar para
limitar el riesgo de barotrauma.
 Volumen Tidal Bajo y Protección Pulmonar: Utilizar estrategias de protección
pulmonar, incluyendo volúmenes tidales bajos (aproximadamente 6 ml/kg de peso
corporal ideal) y presiones de meseta limitadas, para reducir el riesgo de lesión
pulmonar inducida por ventilador (VILI).
 PEEP Óptimo: Aplicar una presión positiva al final de la espiración (PEEP) para
prevenir el colapso alveolar, mejorar la oxigenación y reducir el shunt intrapulmonar,
ajustando el nivel de PEEP para optimizar la oxigenación sin aumentar el riesgo de
lesión por sobre distensión.
 Manejo de la Hipoxemia Refractaria: En casos de hipoxemia severa que no responde
a las estrategias convencionales, considerar técnicas avanzadas como la posición en
decúbito prono, el uso de óxido nítrico inhalado (iNO) para mejorar la oxigenación, o
incluso la oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO) como último recurso.
Monitorización y Ajuste
 Evaluación Continua: Monitorizar de cerca los gases sanguíneos arteriales, la
mecánica pulmonar y los parámetros ventilatorios para ajustar la ventilación según sea
necesario. La capnografía y la pulsioximetría proporcionan información valiosa en
tiempo real sobre la eficacia de la ventilación.
 Prevenir Complicaciones: Implementar protocolos para prevenir la atrofia
diafragmática, como periodos de ventilación espontánea si el estado del paciente lo
permite, y estrategias para reducir el riesgo de neumonía asociada a ventilador (VAP).
La ventilación mecánica en pacientes con quemaduras severas debe ser manejada por un
equipo de atención médica experimentado, con el apoyo de intensivistas, fisioterapeutas
respiratorios y enfermeras de UCI, para optimizar los resultados del paciente y
minimizar las complicaciones. La estrategia ventilatoria debe ser reevaluada
regularmente y ajustada en función de la evolución clínica del paciente y los resultados
de las pruebas de laboratorio.
3. Manejo del equilibrio de fluidos: La reanimación fluida es fundamental en el manejo
inicial de pacientes con quemaduras extensas; sin embargo, el exceso de líquidos puede
contribuir al edema pulmonar y al deterioro respiratorio. La monitorización cuidadosa
del balance hídrico, incluyendo el peso diario, la medición de la diuresis y la utilización
de guías de reanimación basadas en la respuesta del paciente, es esencial para optimizar
el estado hídrico sin exacerbar el edema pulmonar.

El manejo adecuado del equilibrio de fluidos es un aspecto crucial en el cuidado de


pacientes con quemaduras extensas, ya que tanto la deficiencia como el exceso de
líquidos pueden tener consecuencias graves para la recuperación y el bienestar del
paciente. La estrategia debe enfocarse en proporcionar una reanimación fluida efectiva
para compensar las pérdidas causadas por la lesión, mientras se evita la sobrecarga de
fluidos que puede llevar a complicaciones como el edema pulmonar. Aquí se describen
prácticas clave para el manejo del equilibrio de fluidos:
Monitorización del Balance Hídrico
 Peso Diario: Realizar un seguimiento del peso corporal diariamente para evaluar el
balance de fluidos. Un aumento rápido de peso puede ser indicativo de retención de
líquidos y sobrecarga de fluidos.
 Medición de la Diuresis: La monitorización de la salida urinaria es esencial para
evaluar la función renal y la efectividad de la reanimación fluida. Los objetivos de
diuresis suelen establecerse en 0.5 a 1 ml/kg/hora para adultos y 1 a 2 ml/kg/hora para
niños, ajustándose según las necesidades individuales del paciente.
 Guías de Reanimación Basadas en la Respuesta del Paciente: Utilizar fórmulas de
reanimación fluida, como la fórmula de Parkland, como punto de partida para la
reanimación de pacientes quemados. Sin embargo, es crucial ajustar la administración
de fluidos basándose en la respuesta clínica del paciente, incluyendo parámetros como
la presión arterial, la diuresis, el estado mental, y la perfusión periférica.
Ajuste de la Terapia de Fluidos
 Reevaluación Continua: La necesidad de fluidos puede cambiar rápidamente durante
las primeras 48 horas después de la lesión. Es importante reevaluar continuamente la
respuesta del paciente a la reanimación fluida y ajustar la terapia según sea necesario.
 Balance de Electrolitos: Además del volumen de fluidos, el manejo adecuado del
equilibrio de electrolitos es vital, especialmente en pacientes con quemaduras extensas
que pueden experimentar cambios significativos en los niveles de sodio y potasio.
Prevención del Edema Pulmonar
 Evitar la Sobrecarga de Fluidos: Aunque es crucial reponer los fluidos perdidos, es
importante evitar la sobrecarga de fluidos para minimizar el riesgo de edema pulmonar.
Esto puede requerir el uso de diuréticos en pacientes que desarrollan signos de
sobrecarga de fluidos a pesar de un manejo cuidadoso.
 Soporte Hemodinámico: En algunos casos, puede ser necesario el uso de soporte
vasopresor para mantener una perfusión adecuada sin recurrir a volúmenes excesivos de
líquidos.
El manejo del equilibrio de fluidos en pacientes con quemaduras extensas requiere un
enfoque cuidadoso y personalizado, con ajustes constantes basados en la monitorización
clínica y los cambios en el estado del paciente. Un equipo multidisciplinario,
incluyendo intensivistas, cirujanos de quemaduras, enfermeras especializadas y
nutricionistas, es esencial para coordinar el manejo de fluidos y asegurar los mejores
resultados posibles para el paciente.

4. Soporte nutricional: La nutrición juega un papel crucial en la recuperación de


pacientes quemados, promoviendo la cicatrización de heridas y manteniendo la masa
muscular y la función inmunológica. Los pacientes con ventilación mecánica pueden
requerir nutrición enteral o parenteral, ajustada a sus necesidades metabólicas, que están
aumentadas en el contexto de una quemadura significativa.

El soporte nutricional en pacientes con quemaduras graves, especialmente aquellos que


requieren ventilación mecánica, es un aspecto fundamental de la atención integral, dado
el elevado estrés metabólico asociado con este tipo de lesiones. La nutrición adecuada
es esencial para promover la cicatrización de las heridas, preservar la masa muscular, y
sostener la función inmunológica. A continuación, se describen los componentes clave
del soporte nutricional en este contexto:
Evaluación Nutricional y Necesidades Metabólicas
 Evaluación Inicial: Realizar una evaluación nutricional completa al ingreso y
monitorizar regularmente el estado nutricional durante la estancia hospitalaria. Esta
evaluación debe incluir medidas antropométricas, análisis de laboratorio, y la
evaluación de las necesidades calóricas y proteicas.
 Necesidades Metabólicas Elevadas: Las quemaduras extensas inducen un estado
hipermetabólico que incrementa significativamente las necesidades de energía y
proteínas. Las necesidades calóricas pueden ser hasta el doble de las de un adulto sano,
y las necesidades proteicas también se ven sustancialmente aumentadas para apoyar la
reparación de tejidos y la síntesis de proteínas agudas de fase.
Soporte Nutricional Enteral vs. Parenteral
 Nutrición Enteral (NE): La NE es preferida siempre que el tracto gastrointestinal esté
funcional, ya que mantiene la integridad y función del intestino, reduce el riesgo de
translocación bacteriana y se asocia con menos complicaciones infecciosas en
comparación con la nutrición parenteral (NP). La NE debe iniciarse lo antes posible,
preferentemente dentro de las primeras 24 a 48 horas después de la lesión.
 Nutrición Parenteral (NP): La NP se considera cuando la NE no es factible o es
insuficiente para cubrir las necesidades nutricionales. Esto puede ser debido a lesiones
gastrointestinales, absorción deficiente, o intolerancia a la NE. La NP puede ser total o
suplementaria a la NE.
Optimización del Soporte Nutricional
 Fórmulas Especiales: Utilizar fórmulas de nutrición enteral diseñadas para pacientes
críticamente enfermos, que pueden incluir ingredientes para mejorar la cicatrización de
heridas y la respuesta inmunológica, como arginina, glutamina, nucleótidos y ácidos
grasos omega-3.
 Ajustes Basados en la Monitorización: Las necesidades nutricionales deben ser
reevaluadas y ajustadas regularmente, basadas en la respuesta metabólica al tratamiento,
la evolución del peso corporal, y los parámetros bioquímicos. La monitorización
incluye la medición de la diuresis, los niveles de glucosa en sangre, y los electrolitos
séricos.
Desafíos en el Soporte Nutricional
 Manejo de la Hiperglucemia: La hiperglucemia es común en pacientes con
quemaduras graves debido al estrés metabólico y la resistencia a la insulina. Un control
estricto de la glucemia mediante la administración de insulina puede ser necesario para
optimizar los resultados nutricionales y reducir el riesgo de complicaciones.
 Suplementación Vitamínica y Mineral: Los pacientes quemados pueden requerir
suplementos de vitaminas y minerales para apoyar la cicatrización de heridas y
compensar las pérdidas aumentadas a través de la piel quemada y los exudados de las
heridas.
El soporte nutricional en pacientes con quemaduras graves y en ventilación mecánica
requiere un enfoque personalizado y dinámico, ajustando la intervención a las
necesidades cambiantes del paciente y promoviendo la recuperación a través de la
optimización del estado nutricional. La colaboración entre el equipo de atención
médica, incluyendo médicos, nutricionistas, enfermeras y farmacéuticos, es esencial
para garantizar la entrega efectiva de este componente crítico del cuidado del paciente.

5. Prevención de infecciones: Los pacientes con quemaduras y en ventilación mecánica


tienen un riesgo elevado de desarrollar infecciones, incluyendo neumonía asociada a
ventilador y bacteriemia. Las estrategias preventivas incluyen la higiene rigurosa de las
manos, la limpieza y desinfección del equipo, la elevación de la cabeza de la cama para
reducir el riesgo de aspiración, y la revisión diaria de la necesidad de catéteres y tubos
para minimizar el tiempo de exposición.

La prevención de infecciones en pacientes con quemaduras graves que requieren


ventilación mecánica es fundamental para mejorar los resultados y reducir la morbilidad
y mortalidad. Estos pacientes son particularmente susceptibles a infecciones debido a la
disrupción de las barreras cutáneas naturales y a la inmunosupresión asociada con el
trauma térmico. Implementar estrategias de prevención de infecciones es crucial en el
manejo de estos pacientes. A continuación, se describen algunas de las medidas
preventivas clave:
Higiene Rigurosa de las Manos
 Lavado de Manos: La práctica más efectiva y fundamental para prevenir la transmisión
de infecciones es el lavado de manos riguroso y frecuente por parte del personal de
salud, los pacientes y los visitantes.
Limpieza y Desinfección del Equipo
 Desinfección de Equipos Médicos: Todos los equipos médicos, especialmente aquellos
que entran en contacto con el paciente o con las vías aéreas, deben ser limpiados y
desinfectados adecuadamente entre cada uso para prevenir la transmisión cruzada de
patógenos.
Elevación de la Cabeza de la Cama
 Reducción del Riesgo de Aspiración: Mantener la cabeza de la cama elevada entre 30
y 45 grados puede ayudar a prevenir la aspiración de secreciones gástricas, una causa
común de neumonía asociada a ventilador (VAP).
Revisión Diaria de la Necesidad de Catéteres y Tubos
 Minimización del Uso de Dispositivos Invasivos: Evaluar diariamente la necesidad de
mantener catéteres venosos centrales, catéteres urinarios y tubos endotraqueales puede
reducir el tiempo de exposición a dispositivos invasivos y, por ende, el riesgo de
infección.
Estrategias Adicionales
 Protocolos de Higiene Oral: La aplicación de protocolos de higiene oral con
soluciones antisépticas puede reducir la colonización bacteriana y el riesgo de VAP.
 Manejo Conservador de Fluidos: Un manejo conservador de la administración de
fluidos, especialmente en la fase aguda posterior a la reanimación, puede reducir el
riesgo de edema pulmonar y VAP.
 Uso de Profilaxis Antibiótica: La administración de antibióticos profilácticos puede ser
indicada en ciertas situaciones, aunque debe ser cuidadosamente considerada y basada
en la evidencia para evitar el desarrollo de resistencia a los antibióticos.
 Educación del Personal y los Cuidadores: La capacitación continua sobre las
prácticas de control de infecciones es esencial para mantener un alto nivel de vigilancia
y adherencia a las medidas preventivas.
Implementar un enfoque multidimensional para la prevención de infecciones es clave en
el cuidado de pacientes con quemaduras en ventilación mecánica. La colaboración entre
los equipos de atención médica, la adherencia a los protocolos establecidos y la
evaluación continua de las prácticas pueden ayudar a reducir significativamente el
riesgo de infecciones y mejorar los resultados de estos pacientes altamente vulnerables.

6. Evaluación y manejo del dolor y del estrés: El manejo adecuado del dolor y la
ansiedad es vital, no solo para el bienestar del paciente, sino también para reducir el
metabolismo basal y el consumo de oxígeno. El uso de sedantes y analgésicos debe ser
cuidadosamente titulado para proporcionar confort sin comprometer la función
respiratoria o hemodinámica.

El manejo del dolor y el estrés en pacientes con quemaduras graves, especialmente


aquellos en ventilación mecánica, es un aspecto crucial de la atención integral. Un
control eficaz del dolor y la ansiedad puede mejorar significativamente la calidad de
vida del paciente, facilitar la cooperación con el tratamiento y potencialmente acelerar
el proceso de recuperación. Aquí se describen estrategias para un manejo efectivo del
dolor y el estrés:
Evaluación del Dolor
 Uso de Escalas de Evaluación: Implementar escalas de dolor validadas para evaluar
regularmente la intensidad del dolor. En pacientes incapaces de comunicarse, se deben
utilizar escalas de dolor basadas en observaciones de signos físicos y cambios en los
parámetros vitales.
 Evaluación Continua: El dolor debe ser evaluado de manera regular y después de
cualquier intervención analgésica para determinar su eficacia y realizar ajustes según
sea necesario.
Manejo del Dolor
 Terapia Multimodal: Combinar diferentes tipos de analgésicos (opioides, AINEs,
agentes tópicos, adyuvantes como antidepresivos y anticonvulsivantes para dolor
neuropático) para maximizar el alivio del dolor minimizando los efectos secundarios.
 Opioides: Son a menudo necesarios para el manejo del dolor agudo en quemaduras
graves. Su uso debe ser cuidadosamente titulado para equilibrar el alivio del dolor con
el riesgo de depresión respiratoria, especialmente en pacientes con soporte ventilatorio.
 Analgésicos No Opioides: Pueden ser utilizados para el manejo del dolor leve a
moderado o como complemento a la terapia opioide para reducir la dosis necesaria de
estos últimos.
Manejo del Estrés y la Ansiedad
 Sedación Consciente: El uso de sedantes puede ayudar a controlar la ansiedad y
facilitar la tolerancia a procedimientos invasivos o a la ventilación mecánica. Debe ser
titulada cuidadosamente para evitar la sobresedación.
 Medicamentos Anxiolíticos: Medicamentos como las benzodiazepinas pueden ser
útiles en el manejo de la ansiedad aguda, pero su uso debe ser equilibrado con el riesgo
de dependencia y delirio.
 Soporte Psicológico: El apoyo psicológico, incluyendo terapia cognitivo-conductual y
técnicas de relajación, puede ser beneficioso para manejar el estrés a largo plazo y los
síntomas de trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Estrategias Adicionales
 Control Ambiental: Mantener un entorno tranquilo y cómodo en la unidad de cuidados
intensivos, incluyendo controlar la luz y el ruido, puede ayudar a reducir el estrés y
promover la relajación.
 Comunicación Efectiva: Asegurar que el paciente comprenda los procedimientos que
se le van a realizar y proporcionar reaseguro constante puede disminuir la ansiedad.
El manejo del dolor y el estrés en pacientes con quemaduras requiere un enfoque
individualizado, considerando tanto las necesidades analgésicas específicas del paciente
como su respuesta a la terapia. La colaboración entre el equipo de atención médica,
incluidos médicos, enfermeras, farmacéuticos y psicólogos, es esencial para
proporcionar un manejo del dolor y el estrés efectivo y compasivo.
La atención de pacientes con quemaduras significativas y compromiso respiratorio es compleja y
requiere un enfoque multidisciplinario, con una comunicación efectiva entre los miembros del equipo de
atención para ajustar las intervenciones según la evolución clínica del paciente y minimizar el riesgo de
complicaciones.

5. Cuidado especializado: Los pacientes con quemaduras graves deben ser referidos a un
centro especializado en quemaduras tan pronto como sea posible. La atención en estos
centros ofrece un manejo integral que incluye soporte respiratorio, manejo del dolor,
cuidado de las heridas y rehabilitación.
El traslado de pacientes con quemaduras graves a un centro especializado en
quemaduras es una decisión crítica que puede influir significativamente en los
resultados a largo plazo. Estos centros están equipados con equipos multidisciplinarios
y recursos dedicados al manejo integral de quemaduras, lo que les permite proporcionar
el más alto nivel de cuidado. A continuación, se detallan los aspectos clave de la
atención especializada que estos centros pueden ofrecer:
1. Evaluación y manejo integral: Los centros especializados en quemaduras ofrecen una
evaluación completa de las lesiones del paciente, incluyendo la profundidad y extensión
de las quemaduras, la presencia de lesiones por inhalación, y cualquier otra lesión
asociada. Esta evaluación integral es esencial para desarrollar un plan de tratamiento
personalizado que aborde todas las necesidades del paciente.
Los centros especializados en quemaduras desempeñan un papel crucial en el
tratamiento de pacientes con lesiones graves, proporcionando un nivel de cuidado que
abarca desde la evaluación inicial hasta la rehabilitación a largo plazo. La evaluación y
el manejo integral en estos centros incluyen varios componentes clave:
Evaluación Inicial Completa
 Profundidad de la Quemadura: Determinar si las quemaduras son de primer, segundo,
tercer grado o una combinación de estas, lo que influirá en el tratamiento y el
pronóstico. La profundidad afecta la capacidad de la piel para cicatrizar por sí misma y
puede requerir intervenciones quirúrgicas como injertos de piel.
 Extensión de la Quemadura: Se mide en porcentaje del área total de superficie
corporal afectada (%SCQ). Esta medida es crucial para guiar la reanimación con fluidos
y la planificación del tratamiento.
 Lesiones por Inhalación: Evaluar la presencia de lesiones por inhalación de humo o
gases tóxicos, que pueden complicar significativamente el manejo respiratorio del
paciente y afectar el pronóstico.
 Lesiones Asociadas: Identificar cualquier otra lesión traumática o complicación médica
que pueda impactar en el manejo del paciente, como fracturas, lesiones en la cabeza o
intoxicaciones.
Plan de Tratamiento Personalizado
 Manejo de la Vía Aérea y Soporte Respiratorio: En pacientes con lesiones por
inhalación o quemaduras significativas en el área de la cara y el cuello, se puede
requerir soporte respiratorio, desde oxígeno suplementario hasta ventilación mecánica.
 Reanimación Fluida: Basada en la extensión de las quemaduras y la evaluación
hemodinámica, siguiendo protocolos como la fórmula de Parkland para optimizar la
reanimación y prevenir el shock hipovolémico.
 Cuidado de las Heridas: Incluye desbridamiento, limpieza, aplicación de apósitos
especializados y, cuando sea necesario, procedimientos quirúrgicos como injertos de
piel para promover la cicatrización y reducir la formación de cicatrices.
 Prevención y Tratamiento de Infecciones: Uso de medidas de control de infecciones,
evaluación y manejo de heridas infectadas, y administración de antibióticos cuando está
indicado.
 Nutrición: Soporte nutricional especializado para satisfacer las elevadas necesidades
metabólicas y promover la cicatrización.
 Manejo del Dolor: Estrategias multimodales para controlar el dolor agudo y crónico
asociado con las quemaduras y los procedimientos de tratamiento.
 Rehabilitación: Programas de rehabilitación temprana y continua para mejorar la
funcionalidad, movilidad y calidad de vida, incluyendo terapia física, ocupacional y
apoyo psicológico.
Atención Multidisciplinaria
 Equipo Multidisciplinario: El manejo de pacientes con quemaduras graves involucra a
un equipo de especialistas, incluyendo cirujanos de quemaduras, intensivistas,
enfermeras especializadas en quemaduras, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales,
nutricionistas y psicólogos, trabajando juntos para proporcionar una atención integral.
Los centros especializados en quemaduras están equipados para ofrecer esta atención
compleja y multidisciplinaria, asegurando que cada aspecto de la lesión y la
recuperación del paciente sea abordado de manera efectiva. La evaluación inicial
completa y el plan de tratamiento personalizado son esenciales para optimizar los
resultados del paciente, minimizar las complicaciones y promover la recuperación a
largo plazo.

2. Soporte respiratorio avanzado: Dado que las lesiones por inhalación son una
complicación común y grave en pacientes con quemaduras significativas, estos centros
cuentan con equipos especializados en cuidados respiratorios, incluyendo acceso a
técnicas de ventilación avanzadas, tratamientos de inhalación para reducir el edema
pulmonar, y estrategias específicas para manejar las complicaciones respiratorias.

Los centros especializados en quemaduras ofrecen un nivel avanzado de soporte


respiratorio para pacientes con lesiones por inhalación y otras complicaciones
respiratorias graves. La presencia de lesiones por inhalación puede complicar
significativamente el manejo de pacientes con quemaduras, aumentando el riesgo de
insuficiencia respiratoria y otras complicaciones pulmonares. A continuación, se
describen los componentes clave del soporte respiratorio avanzado proporcionado en
estos centros:
Técnicas de Ventilación Avanzadas
 Ventilación Mecánica: Para pacientes que no pueden mantener una ventilación
adecuada por sí mismos, la ventilación mecánica ofrece soporte respiratorio vital. Los
parámetros de ventilación se ajustan individualmente para optimizar la oxigenación y la
eliminación de CO2, minimizando al mismo tiempo el riesgo de lesión pulmonar
inducida por ventilador.
 Ventilación Protectora Pulmonar: Esta estrategia incluye el uso de volúmenes tidales
bajos y presiones limitadas para prevenir el barotrauma y la volutrauma en pacientes
con lesión pulmonar aguda o síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA),
condiciones que pueden ser exacerbadas por lesiones por inhalación.
 Uso de PEEP: La presión positiva al final de la espiración (PEEP) ayuda a mantener
los alvéolos abiertos durante la espiración, mejorando la oxigenación y reduciendo el
shunt intrapulmonar.
 Manejo de la Hipoxemia Refractaria: Para pacientes que no responden a la
ventilación mecánica convencional, se pueden emplear técnicas como la ventilación en
posición prona, el uso de óxido nítrico inhalado (iNO) para mejorar la oxigenación, y en
casos extremos, la oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO).
Tratamientos de Inhalación
 Terapias Nebulizadas: Los tratamientos de inhalación, como broncodilatadores,
corticosteroides nebulizados, y agentes mucolíticos, pueden ser utilizados para tratar el
broncoespasmo, reducir la inflamación de las vías respiratorias y facilitar la
movilización de secreciones.
 Terapia de Humidificación: La humidificación adecuada del aire inspirado es esencial
para mantener las vías respiratorias húmedas, prevenir la desecación de las secreciones
y facilitar su eliminación.
Estrategias Específicas para Complicaciones Respiratorias
 Manejo del Edema Pulmonar: Estrategias para manejar el edema pulmonar incluyen
la optimización del balance hídrico, el uso de diuréticos cuando está indicado, y el
ajuste de la ventilación mecánica para minimizar el daño pulmonar.
 Prevención y Tratamiento de Infecciones: La prevención de la neumonía asociada a
ventilador (VAP) es clave, utilizando protocolos que incluyen la elevación de la cabeza
de la cama, la higiene oral con clorhexidina, y la revisión diaria de la necesidad de
ventilación mecánica. El tratamiento de las infecciones respiratorias se basa en el uso de
antibióticos dirigidos según los patrones de resistencia locales y los resultados de los
cultivos.
Los centros especializados en quemaduras están equipados para proporcionar este nivel
avanzado de soporte respiratorio, con equipos de atención multidisciplinarios que
incluyen intensivistas, neumólogos, fisioterapeutas respiratorios y enfermeras
especializadas. Estos profesionales trabajan de manera coordinada para implementar
estrategias individualizadas que aborden las complejas necesidades respiratorias de los
pacientes con quemaduras graves, mejorando así las posibilidades de recuperación y
minimizando las complicaciones.

3. Manejo del dolor y del estrés: El dolor y el estrés asociados con las quemaduras y sus
tratamientos pueden ser extremadamente intensos. Los centros de quemaduras
proporcionan un manejo del dolor sofisticado, utilizando una combinación de
medicamentos, terapias físicas, y técnicas de intervención para reducir el dolor y la
ansiedad. Esto incluye el uso de analgésicos opiáceos, sedantes, bloqueadores de
nervios y, en algunos casos, terapias complementarias.

El manejo del dolor y del estrés en pacientes con quemaduras es fundamental para una
recuperación efectiva, influyendo significativamente en la calidad de vida, el proceso de
cicatrización y la cooperación con el tratamiento. Los centros especializados en
quemaduras emplean estrategias multidisciplinarias y multimodales para abordar estos
desafíos. A continuación, se detallan algunas de las estrategias y técnicas utilizadas:
Estrategias Farmacológicas
 Analgesia Opiácea: Los opioides son una piedra angular en el manejo del dolor agudo
severo en pacientes quemados. La dosificación debe ser cuidadosamente titulada para
controlar el dolor de manera efectiva mientras se minimizan los efectos secundarios,
como la depresión respiratoria y el estreñimiento.
 Sedantes: Medicamentos como las benzodiazepinas pueden ser utilizados para manejar
la ansiedad y facilitar el sueño, contribuyendo a un mejor bienestar emocional y físico
del paciente.
 Bloqueadores de Nervios y Anestésicos Regionales: Para el dolor procedimental o en
áreas específicas, los bloqueos nerviosos o la anestesia regional pueden proporcionar
alivio efectivo sin los efectos sistémicos de los opioides.
 Medicamentos Adyuvantes: Antidepresivos, anticonvulsivantes y antiinflamatorios no
esteroideos (AINEs) pueden ser útiles para tratar diferentes tipos de dolor, incluido el
dolor neuropático y el inflamatorio.
Terapias Físicas y Complementarias
 Cuidado de Heridas: Técnicas avanzadas de cuidado de heridas, incluidos apósitos
modernos y terapias de reducción de dolor durante los cambios de apósito, pueden
disminuir significativamente el dolor asociado con el cuidado de heridas.
 Rehabilitación Física: La fisioterapia y la terapia ocupacional no solo ayudan en la
recuperación funcional sino que también pueden contribuir al manejo del dolor a través
de la mejora de la movilidad y la reducción de la rigidez.
 Terapias Complementarias: Técnicas como la musicoterapia, la hipnosis, la terapia
cognitivo-conductual y la relajación pueden ser efectivas para reducir el dolor y el
estrés, ofreciendo a los pacientes herramientas para manejar mejor su situación.
Educación y Soporte Psicológico
 Educación del Paciente: Proporcionar información sobre el manejo del dolor y las
opciones de tratamiento disponibles puede empoderar a los pacientes y hacer que se
sientan más en control de su situación.
 Soporte Psicológico: El apoyo psicológico, incluyendo la evaluación y el tratamiento
de condiciones como el trastorno de estrés postraumático (TEPT), la depresión y la
ansiedad, es vital para el bienestar emocional del paciente.
Participación Activa del Paciente
 Involucramiento en el Plan de Manejo del Dolor: Involucrar a los pacientes en la
toma de decisiones respecto a su manejo del dolor puede aumentar su satisfacción con
el tratamiento y mejorar los resultados.
Los centros especializados en quemaduras adoptan un enfoque integral y personalizado
para el manejo del dolor y el estrés, reconociendo la complejidad de estas experiencias
en pacientes quemados. La colaboración entre médicos, enfermeras, farmacéuticos,
fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y psicólogos es esencial para abordar
efectivamente el dolor y el estrés, mejorando así la recuperación y la calidad de vida de
los pacientes.

4. Cuidado de las heridas: El tratamiento de las quemaduras requiere un cuidado


especializado de las heridas para promover la cicatrización, prevenir infecciones y
minimizar la formación de cicatrices. Los centros especializados ofrecen una variedad
de tratamientos de vanguardia, como apósitos avanzados, terapias con células madre,
injertos de piel, y cirugías reconstructivas, adaptados a las necesidades específicas de
cada paciente.
El manejo del dolor y del estrés en pacientes con quemaduras es fundamental para una
recuperación efectiva, influyendo significativamente en la calidad de vida, el proceso de
cicatrización y la cooperación con el tratamiento. Los centros especializados en
quemaduras emplean estrategias multidisciplinarias y multimodales para abordar estos
desafíos. A continuación, se detallan algunas de las estrategias y técnicas utilizadas:
Estrategias Farmacológicas
 Analgesia Opiácea: Los opioides son una piedra angular en el manejo del dolor agudo
severo en pacientes quemados. La dosificación debe ser cuidadosamente titulada para
controlar el dolor de manera efectiva mientras se minimizan los efectos secundarios,
como la depresión respiratoria y el estreñimiento.
 Sedantes: Medicamentos como las benzodiazepinas pueden ser utilizados para manejar
la ansiedad y facilitar el sueño, contribuyendo a un mejor bienestar emocional y físico
del paciente.
 Bloqueadores de Nervios y Anestésicos Regionales: Para el dolor procedimental o en
áreas específicas, los bloqueos nerviosos o la anestesia regional pueden proporcionar
alivio efectivo sin los efectos sistémicos de los opioides.
 Medicamentos Adyuvantes: Antidepresivos, anticonvulsivantes y antiinflamatorios no
esteroideos (AINEs) pueden ser útiles para tratar diferentes tipos de dolor, incluido el
dolor neuropático y el inflamatorio.
Terapias Físicas y Complementarias
 Cuidado de Heridas: Técnicas avanzadas de cuidado de heridas, incluidos apósitos
modernos y terapias de reducción de dolor durante los cambios de apósito, pueden
disminuir significativamente el dolor asociado con el cuidado de heridas.
 Rehabilitación Física: La fisioterapia y la terapia ocupacional no solo ayudan en la
recuperación funcional sino que también pueden contribuir al manejo del dolor a través
de la mejora de la movilidad y la reducción de la rigidez.
 Terapias Complementarias: Técnicas como la musicoterapia, la hipnosis, la terapia
cognitivo-conductual y la relajación pueden ser efectivas para reducir el dolor y el
estrés, ofreciendo a los pacientes herramientas para manejar mejor su situación.
Educación y Soporte Psicológico
 Educación del Paciente: Proporcionar información sobre el manejo del dolor y las
opciones de tratamiento disponibles puede empoderar a los pacientes y hacer que se
sientan más en control de su situación.
 Soporte Psicológico: El apoyo psicológico, incluyendo la evaluación y el tratamiento
de condiciones como el trastorno de estrés postraumático (TEPT), la depresión y la
ansiedad, es vital para el bienestar emocional del paciente.
Participación Activa del Paciente
 Involucramiento en el Plan de Manejo del Dolor: Involucrar a los pacientes en la
toma de decisiones respecto a su manejo del dolor puede aumentar su satisfacción con
el tratamiento y mejorar los resultados.
Los centros especializados en quemaduras adoptan un enfoque integral y personalizado
para el manejo del dolor y el estrés, reconociendo la complejidad de estas experiencias
en pacientes quemados. La colaboración entre médicos, enfermeras, farmacéuticos,
fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y psicólogos es esencial para abordar
efectivamente el dolor y el estrés, mejorando así la recuperación y la calidad de vida de
los pacientes.

5. Rehabilitación: La rehabilitación es un componente crucial del tratamiento a largo


plazo para pacientes con quemaduras graves. Los centros especializados en quemaduras
proporcionan servicios de rehabilitación integrales, incluyendo fisioterapia, terapia
ocupacional, y apoyo psicológico, para ayudar a los pacientes a recuperar su
funcionalidad, movilidad y calidad de vida. La rehabilitación comienza desde las
primeras etapas del tratamiento y puede continuar durante meses o años después de la
lesión.

La rehabilitación de pacientes con quemaduras graves es una parte integral del proceso
de recuperación, dirigida a maximizar la funcionalidad, movilidad y calidad de vida.
Los centros especializados en quemaduras adoptan un enfoque multidisciplinario para
la rehabilitación, involucrando a un equipo de profesionales que trabajan en conjunto
para diseñar e implementar planes de rehabilitación personalizados. Estos planes están
adaptados a las necesidades individuales de cada paciente y pueden variar
significativamente en función de la extensión y profundidad de las quemaduras, así
como de cualquier complicación asociada. A continuación, se detallan los aspectos
clave de la rehabilitación en pacientes con quemaduras graves:
Fisioterapia
 Movilidad y Fortalecimiento: La fisioterapia se enfoca en mejorar la movilidad y la
fuerza muscular a través de ejercicios específicos, lo que es crucial para prevenir la
atrofia muscular y las contracturas que pueden resultar del reposo prolongado en cama y
de las cicatrices contracturantes.
 Manejo del Edema: Técnicas como el vendaje compresivo y el drenaje linfático
manual pueden ser empleadas para manejar el edema asociado con quemaduras y
cirugías reconstructivas.
 Terapia de Estiramiento: Ejercicios de estiramiento son fundamentales para mantener
la elasticidad de la piel y prevenir la formación de contracturas en áreas afectadas por
quemaduras y cicatrices.
Terapia Ocupacional
 Actividades de la Vida Diaria (AVD): La terapia ocupacional ayuda a los pacientes a
recuperar la capacidad de realizar actividades de la vida diaria, como vestirse,
alimentarse y bañarse, promoviendo la independencia y mejorando la calidad de vida.
 Adaptaciones y Ayudas Técnicas: Proporcionar dispositivos de asistencia y enseñar
técnicas adaptativas para facilitar la independencia en las AVD, especialmente en
pacientes con limitaciones funcionales significativas.
 Manejo de Cicatrices: Instruir a los pacientes en el cuidado y manejo de cicatrices,
incluyendo el uso de férulas y prendas de presión para minimizar la formación de
cicatrices hipertróficas y contracturas.
Apoyo Psicológico
 Afrontamiento y Adaptación: El apoyo psicológico es esencial para ayudar a los
pacientes a afrontar el impacto emocional de sus quemaduras, incluyendo el manejo del
dolor, la ansiedad, la depresión y el posible trastorno de estrés postraumático.
 Terapia de Grupo: Las sesiones de terapia de grupo pueden ofrecer un espacio para
compartir experiencias y estrategias de afrontamiento, brindando apoyo mutuo entre
pacientes que han sufrido lesiones similares.
Educación del Paciente y la Familia
 Información sobre el Proceso de Recuperación: Educar a los pacientes y sus familias
sobre el proceso de rehabilitación, las expectativas realistas y los recursos disponibles
es crucial para fomentar una participación activa en el proceso de recuperación.
Rehabilitación a Largo Plazo
 Seguimiento Continuo: La rehabilitación puede necesitar ser ajustada a lo largo del
tiempo, con seguimientos regulares para evaluar el progreso y realizar los ajustes
necesarios en el plan de tratamiento.
Los centros especializados en quemaduras proporcionan un entorno de apoyo donde los
pacientes pueden acceder a una amplia gama de servicios de rehabilitación. Este
enfoque integral asegura que todos los aspectos de la recuperación del paciente sean
abordados, facilitando una recuperación óptima y ayudando a los pacientes a
reintegrarse a sus actividades cotidianas y a la sociedad en la medida de lo posible.

6. Apoyo psicosocial y educación: Los pacientes y sus familias enfrentan desafíos


emocionales y psicológicos significativos después de una quemadura grave. Los centros
especializados ofrecen acceso a servicios de apoyo psicosocial, incluyendo
asesoramiento, grupos de apoyo, y educación sobre el manejo del estrés y las estrategias
de adaptación. Además, proporcionan educación sobre el cuidado de las heridas, la
nutrición, y la prevención de complicaciones para empoderar a los pacientes y sus
cuidadores en el manejo de su recuperación.

El apoyo psicosocial y la educación son componentes fundamentales del proceso de


recuperación para pacientes con quemaduras graves y sus familias. Los centros
especializados en quemaduras reconocen la importancia de abordar no solo las
necesidades físicas sino también el bienestar emocional y psicológico de los pacientes.
Estos servicios buscan facilitar la adaptación a los cambios de vida después de una
quemadura, promover la resiliencia y empoderar a los pacientes y sus familias con
conocimientos y habilidades para manejar su recuperación. A continuación, se detallan
los aspectos clave de este apoyo:
Apoyo Psicosocial
 Asesoramiento Psicológico: Proporcionado por psicólogos o psiquiatras especializados
en trauma, el asesoramiento ayuda a los pacientes a procesar sus experiencias, afrontar
el estrés emocional y trabajar en estrategias de adaptación saludables.
 Grupos de Apoyo: Los grupos de apoyo ofrecen un espacio seguro para que los
pacientes y sus familias compartan experiencias, desafíos y estrategias de
afrontamiento, fomentando un sentido de comunidad y apoyo mutuo.
 Intervención para el Manejo del Estrés: Programas de reducción del estrés, incluidas
técnicas de relajación, mindfulness y terapia cognitivo-conductual, pueden ser útiles
para manejar la ansiedad y el estrés asociados con el trauma de las quemaduras y la
recuperación.
Educación
 Cuidado de las Heridas: Instrucción sobre técnicas apropiadas para el cuidado de las
heridas, el uso de apósitos y la identificación de signos de infección para promover la
cicatrización y prevenir complicaciones.
 Nutrición: Educación sobre las necesidades nutricionales específicas de los pacientes
quemados, incluyendo la importancia de una dieta equilibrada y suficiente para apoyar
la cicatrización de heridas y la recuperación.
 Prevención de Complicaciones: Información sobre cómo prevenir complicaciones
comunes en pacientes con quemaduras, como contracturas, cicatrices hipertróficas y
problemas psicológicos a largo plazo.
 Ejercicio y Rehabilitación: Orientación sobre programas de ejercicios y rehabilitación
para mejorar la movilidad, la fuerza y la funcionalidad general.
Apoyo a Familias y Cuidadores
 Educación para Cuidadores: Proporcionar a los cuidadores y familias la información
y las habilidades necesarias para apoyar efectivamente al paciente en su hogar,
incluyendo el manejo del dolor, la nutrición y el cuidado emocional.
 Soporte Emocional: Reconociendo que las familias y los cuidadores también
experimentan estrés y desafíos emocionales, ofrecerles acceso a servicios de
asesoramiento y grupos de apoyo.
Los centros especializados en quemaduras integran estos servicios de apoyo psicosocial
y educativo en el plan de atención global del paciente, reconociendo que la recuperación
de una quemadura grave es un proceso holístico que abarca el bienestar físico,
emocional y psicológico. Este enfoque multidimensional ayuda a los pacientes y sus
familias a navegar el camino hacia la recuperación, mejorando los resultados y la
calidad de vida a largo plazo.

La pronta referencia a un centro especializado en quemaduras es fundamental para asegurar que los
pacientes con quemaduras graves reciban el más alto nivel de cuidado. Esta atención especializada no
solo aborda las necesidades médicas inmediatas, sino que también proporciona un soporte integral para
la recuperación física, emocional y social a largo plazo.

6. Prevención de infecciones: Dado el riesgo de infección en las vías aéreas y los


pulmones tras una lesión por inhalación, se debe prestar atención a la prevención de
infecciones mediante una higiene adecuada, el uso de antibióticos profilácticos en casos
seleccionados y la vacunación contra el neumococo y la influenza en pacientes con
quemaduras extensas.
La prevención de infecciones en pacientes con quemaduras, especialmente aquellos con
lesiones por inhalación, es un componente crítico del manejo integral. Las quemaduras
comprometen la primera línea de defensa del cuerpo contra la infección al dañar la piel,
que actúa como barrera protectora, y las lesiones por inhalación pueden predisponer a
los pacientes a infecciones pulmonares. A continuación, se detallan estrategias
enfocadas en la prevención de infecciones en este grupo de pacientes:
1. Higiene y cuidado de las heridas: La limpieza regular y meticulosa de las heridas
quemadas es esencial para prevenir la infección. Esto incluye el desbridamiento de
tejido necrótico, la aplicación de apósitos antimicrobianos y el cambio frecuente de
vendajes para evaluar y limpiar las heridas. La selección de apósitos puede variar según
la etapa de la herida y las necesidades específicas del paciente.
2. Uso de antibióticos profilácticos: El uso de antibióticos profilácticos en pacientes con
quemaduras es un tema de debate. Algunos expertos recomiendan su uso en casos de
alto riesgo de infección, como en quemaduras de gran extensión, lesiones por
inhalación de humo, o cuando hay retraso en el inicio del tratamiento. Sin embargo, el
uso indiscriminado de antibióticos puede contribuir al desarrollo de resistencia
bacteriana. Por lo tanto, la decisión de usar antibióticos profilácticos debe basarse en
una evaluación cuidadosa del riesgo de infección, las políticas del centro de tratamiento
y la vigilancia microbiológica.
3. Vacunación: La vacunación contra el neumococo y la influenza es particularmente
importante en pacientes con quemaduras extensas, ya que estos individuos tienen un
mayor riesgo de desarrollar infecciones pulmonares graves. La vacunación puede
ayudar a reducir este riesgo y se recomienda como parte del manejo preventivo de estos
pacientes.
4. Control de la infección en el entorno hospitalario: Implementar medidas de control
de infecciones en el hospital, como el lavado de manos, el uso de equipo de protección
personal, y protocolos para el manejo de dispositivos invasivos (como catéteres y tubos
endotraqueales), es crucial para prevenir infecciones nosocomiales. Estas medidas son
especialmente importantes en unidades de cuidados intensivos y áreas de cuidado de
quemaduras, donde los pacientes son más vulnerables a infecciones.
5. Nutrición adecuada: Mantener una nutrición adecuada es esencial para apoyar el
sistema inmunológico y promover la cicatrización de heridas. Los pacientes con
quemaduras pueden requerir un mayor aporte calórico y proteico, así como suplementos
de vitaminas y minerales, para apoyar la respuesta inmune y reducir el riesgo de
infección.
6. Educación del paciente y la familia: Educar a los pacientes y sus familias sobre la
importancia de la higiene personal, el cuidado adecuado de las heridas, y la adherencia a
las recomendaciones de vacunación y tratamiento antibiótico puede ayudar a prevenir
infecciones durante la hospitalización y después del alta.
La prevención de infecciones en pacientes con quemaduras es un aspecto fundamental
del cuidado que requiere un enfoque multidisciplinario y una vigilancia continua. La
adopción de estrategias de prevención de infecciones, tanto a nivel hospitalario como en
el manejo individualizado del paciente, es clave para mejorar los resultados y reducir la
morbilidad asociada a las infecciones en este grupo vulnerable de pacientes.

Conclusión.
La atención integral a pacientes con quemaduras graves en centros especializados abarca
desde la evaluación y manejo inmediato hasta la rehabilitación y el apoyo psicosocial a largo
plazo. Este enfoque multidisciplinario es esencial para abordar no solo las complejidades
físicas de las lesiones por quemaduras, sino también las secuelas emocionales y psicológicas
que enfrentan los pacientes y sus familias.
La evaluación inicial detallada permite establecer un plan de tratamiento personalizado,
centrado en la reanimación fluida, el cuidado de las heridas, el soporte respiratorio avanzado,
y el manejo del dolor y el estrés. La rehabilitación comienza tempranamente y continúa según
sea necesario, enfocándose en la recuperación de la funcionalidad, movilidad y calidad de vida
del paciente. Paralelamente, el apoyo psicosocial y la educación juegan un papel crucial en el
empoderamiento de los pacientes y sus cuidadores, proporcionándoles las herramientas y el
soporte necesario para enfrentar los desafíos de la recuperación.
Los centros especializados en quemaduras, gracias a su equipo multidisciplinario de
profesionales, están equipados para ofrecer este nivel avanzado y comprensivo de cuidado. La
colaboración entre cirujanos, intensivistas, enfermeras, fisioterapeutas, terapeutas
ocupacionales, nutricionistas, y psicólogos es fundamental para el éxito del tratamiento y la
rehabilitación.
En conclusión, la atención especializada y comprensiva en centros dedicados a quemaduras es
vital para optimizar los resultados de los pacientes con quemaduras graves, abordando
eficazmente tanto las necesidades físicas como emocionales, y apoyando a los pacientes y sus
familias en el camino hacia la recuperación y la reintegración en la sociedad.

Referencias
1. "Principios de Cuidado en el Paciente Quemado: Una Guía para Profesionales de la
Salud" -
2. "Manejo Multidisciplinario de las Quemaduras Severas: Estrategias Avanzadas y
Resultados" en Journal of Burn Care & Research -
3. "Intervenciones Psicosociales en el Tratamiento de Pacientes con Quemaduras: Más
Allá de la Recuperación Física" en Psychology of Burn Care
4. "Técnicas Innovadoras en la Rehabilitación de Quemaduras: Del Laboratorio a la
Clínica" en Archives of Physical Medicine and Rehabilitation -
5. "Prevención y Manejo de Infecciones en el Cuidado de Quemaduras: Un Enfoque
Basado en Evidencia" en Infección Control in Burn Patients -

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