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TRASTORNO

BIPOLAR
María Valentina García Santafe
DEFINICIÓN
El trastorno bipolar es un trastorno mental crónico y recurrente que
presenta como característica principal una alteración del humor o la
afectividad circunstancialmente injustificada. Cuyos síntomas son
patológicos y fluctúan entre la manía, la hipomanía y la depresión o la
combinación de estos. Este trastorno se presenta en todas las edades
pero se presenta mayoritariamente entre los 15 y 25 años. Cuando el
TB se presenta en una edad mayor a los 60 años se puede sospechar de
una causa orgánica, mientras que los comienzos en edades tempranas
están más asociados con factores genéticos y por lo general se
presenta de igual forma en hombres y mujeres. El TB es considerado
un trastorno mental de alta gravedad teniendo en cuenta el gran
impacto que tiene, afectando el funcionamiento y bienestar cotidiano
del sujeto que lo padece y también la frecuente necesidad de
Según la hipótesis humoral se afirmaba que la melancolía era ocasionada por un fluido llamado
bilis negra y la manía se le atribuía a la bilis amarilla, con esto podemos decir qué términos
depresión y manía tienen origen en el lenguaje Griego clásico. Desde la antigua Grecia
aproximadamente desde el siglo V a.C los médicos de la escuela de Hipócrates ya utilizaban los
HISTORIA
conceptos de melancolía y manía. Pero fue Areteo de Capadocia (siglo I d.C) quien hizo una de
las primeras descripciones de enfermedad afectiva con la relación entre manía y melancolía;
Areteo hace una unificación de estos conceptos y atribuye su origen común en la bilis negra.
En el renacimiento la manía y la melancolía ya son atribuidas a un mismo desorden.
En el siglo XIX se hace un acercamiento a la definición de trastorno bipolar con Jean Pierre Falret,
quien en el año 1854 acuñó el término de “locura circular” y lo describió como una secuencia de
estados de manía y melancolía con estados intermedios lúcidos. A finales del siglo XIX Emil
Kraepelin desarrolla las concepciones modernas del trastorno afectivo bipolar y llega a la
denominación de insanidad maniaco-depresiva.
Ya en el algo XX entre los años 1960 y 1980 se acepta el término de trastorno bipolar establecido
en el DSM-III (Duque, 2021).
SÍNTOMAS MÁS FRECUENTES
Síntomas de un episodio maníaco Síntomas de un episodio depresivo
Sentirse muy optimista, animado, eufórico, o bien, Sentirse muy decaído, triste o ansioso.
extremadamente irritable o sensible.

Sentirse sobresaltado o nervioso, más acelerado que de Sentirse más lento o inquieto.
costumbre.

Sentir que sus pensamientos van muy rápido. Tener problemas para concentrarse o tomar decisiones.

Tener menos necesidad de dormir. Tener problemas para conciliar el sueño, despertarse muy
temprano o dormir demasiado.

Hablar muy rápido sobre muchas cosas diferentes Hablar muy despacio, sentir que no tiene nada que decir u
("fuga de ideas"). olvidar muchas cosas.

Tener un apetito excesivo por la comida, la bebida, el Perder el interés en casi todas las actividades.
sexo u otras actividades placenteras.

Pensar que puede hacer muchas cosas a la vez sin Ser incapaz de hacer hasta cosas sencillas.
cansarse.

Sentir que es inusualmente importante, talentoso o Sentirse sin esperanza o que no tiene valor, o pensar en la
poderoso. muerte o el suicidio.

(National Institute of Mental Health, 2022).


FASES
MANÍA HIPOMANÍA DEPRESIÓ EUTIMIA
Durante esta fase los Durante esta fase el N fase el
Durante esta Se denomina así a los
sujetos presentan sujeto presenta los sujeto presenta un periodos de normalidad
exaltación marcada mismos síntomas que en estado de ánimo que se dan entre un
del estado de ánimo, la fase de manía pero de deprimido la mayor episodio maniaco y un
aumento de energía forma más leve de forma parte del tiempo, hay episodio depresivo.
y actividad, euforia y que no hay un deterioro una disminución
grandiosidad importante en el importante en el interés
intensa. funcionamiento. por las actividades,
presenta significativa
fatiga y pérdida de
energía.
TIPOS
Trastorno bipolar tipo I: Se caracteriza por la presencia de un episodio de manía con o sin episodio de
depresión mayor.
Trastorno bipolar tipo II: Se caracteriza por la presencia de un episodio de hipomanía con un episodio de
depresión mayor.
Trastorno ciclotímico: Se caracteriza por la presencia de síntomas de hipomanía y síntomas depresivos leves
durante un período de al menos dos años en adultos y un año en niños y adolescentes.
Trastorno bipolar mixto: Se caracteriza por la combinación y coexistencia de síntomas de manía y de depresión
que aunque no es sencillo es necesario diferenciar del trastorno bipolar clásico y otras patologías (Lagomarsino).
Trastorno bipolar y trastorno relacionado inducido por sustancias/medicamentos
Trastorno bipolar y trastorno relacionado debido a otra afección médica
Otro trastorno bipolar y trastorno relacionado especificado
Trastorno bipolar y trastorno relacionado no especificado
Las causas del trastorno bipolar son complejas y
multifactoriales e intervienen elementos genéticos,

ETIOLOGÍA psicológicos y sociales.


Genética: según diversos estudios el TB tienen un
componente genético bastante importante. Se ha
encontrado que los familiares de primer grado de un sujeto
con TB tienen aproximadamente el doble de riesgo de
padecer un trastorno depresivo y trastorno esquizoafectivo.
También se identificaron tres variaciones en el núcleo tico
de los cromosomas 10 y 3 que están asociados son el TB,
TEA, TDAH y la esquizofrenia. Así mismo los estudios
destacan la interacción de diversos genes con efectos
pequeños que están involucrados en el desarrollo del TB
(Vargas et. al, 2020).
Algunos de los genes presuntamente involucrados son:
FACTORES
DE RIESGO
Diacilglicerol quinasa (DGKH) Gen de cadherina (FAT)
Subunidad alfa-1 de un canal de calcio Tiroxina hidroxilasa
dependiente de voltaje CACNA1C) Receptores de dopamina (DRD2 y DRD4)
Anquirina 3 (ANK3) Catecol ortometil transferasa (participa en la
Factor de crecimiento neurotrófico derivado del degradación de adrenalina y noradrenalina)
cerebro (BDNF) Monoamina oxidasa (participa en la síntesis de
Oxidasa de ácido D-amino (G72) adrenalina y noradrenalina)
Del transportador de seroronina 5HTT (SLC6A3) Neuro regulina 1
Triptófano hidroxilasa 2 (TPH2) Los genes G30 y G72, tienen función desconocida y
Gen alterado en la esquizofrenia 1 (DISC1) confieren riesgo para otras patologías psiquiátricas.
Receptor nuclear translocador de aril
hidrocarburos (ARNTL)
Se conoce que la base del trastorno bipolar es principalmente biológica y
ocurren directamente en el cerebro, debiéndose a una disfunción de
FACTORES ciertos neurotransmisores. Al igual que diversos trastornos de origen
biológico, el TB puede permanecer oculto por muchos años y
DE RIESGO eventualmente ser desencadenado por factores externos como
circunstancias sociales, eventos de vida con un alto impacto emocional,
exposición a altos niveles de estrés. Por otro lado también encontramos
que aunque no exista una predisposición genética los malos hábitos
como el excesivo consumo de alcohol y drogas así como problemas
hormonales pueden ser desencadenantes de un episodio de TB.
El periodo de posparto en una mujer también puede significar un factor
de riesgo y en algunas ocupaciones también puede existir un patrón
estacional que exacerbe los episodios (Morán y Leonel, 2015).
Neurobiología:
En algunos estudios se ha encontrado una mayor actividad microglial, neuroinflamación, daño oxidativo al ARN
y menor expresión de proteínas asociadas con el crecimiento del hipocampo. Así mismo existen varias
evidencias que demuestran que en los pacientes que padecen trastorno bipolar la estructura y funcionamiento
de su cerebro se encuentran alterados de las siguientes formas (Vargas et. al, 2020):
Agrandamiento del tercer ventrículo y de los ventrículos laterales.
Prominencia de los surcos corticales.
Hiperintensidades subcorticales en la sustancia blanca.
Reducción del volumen frontal, del cerebelo y del hipocampo.
Cambios en la amígdala
Alteraciones en la mielina.
Alteraciones en la estructura y función de los oligodendrocitos.
Factores psicosociales:
Los eventos estresantes durante la vida son al parecer un factor de riesgo en sujetos que están predispuestos
genéticamente a la aparición del TB, a su vez estos acontecimientos pueden inducir en recaídas (Vargas et. al,
2020).
SISTEMAS DE CLASIFICACIÓN
EPIDEMIOLOGÍA
Según estudios realizados por la OMS los trastornos bipolares ocupan el sexto puesto entre todos los trastornos
médicos, esto quiere decir que se encuentra posicionada como una de las enfermedades mentales mas
comunes, severas y persistentes y a su vez es catalogada como una de las enfermedades de mayor discapacidad
teniendo en cuenta el gran efecto que tiene sobre las funciones ocupaciones y sociales del sujeto que la padece.
Según la OMS, en el año 2015 al menos el 3% de la población mundial padece un trastorno bipolar, sin distinción
de cultura y raza. Así mismo está organización reveló tasas de prevalencia a lo largo de la vida de
aproximadamente un 2.4%, contando con un 0.6% para el trastorno bipolar tipo I, el 0.4 para el tipo II y del 1.4%
para otras formas de TB. En contraste con lo anterior, las tasas de prevalencia anual cuentan con el 1.5% para el
trastorno bipolar y específicamente un 0.4% para el TB tipo I, el 0.3% para el tipo II y el 0.8% para el resto del
espectro. Teniendo en cuenta esto es importante mencionar que estas estimaciones están sujetas a cambios
relacionados con la variación de los criterios diagnósticos en el tiempo y la zona geográfica a donde pertenece la
muestra (Hernández et. al, 2019).
COMORBILIDAD

Frecuentemente, el trastorno bipolar se superpone con los trastornos de abuso o


dependencia de sustancias, siendo común el uso de sustancias como automedicación
para mantener la excitación durante la fase maníaca o para aliviar la depresión durante
la fase depresiva. También existe una alta comorbilidad con los trastornos de ansiedad,
especialmente en los episodios mixtos y en presencia de síntomas psicóticos. Además,
es muy común la concurrencia de trastornos de la personalidad y de la conducta
alimentaria. En niños, se destaca la asociación con el trastorno de atención con
hiperactividad.
CRITERIOS DE EVALUACIÓN
Áreas a evaluar ¿Qué se debe evaluar?

Problemas de comorbilidad medica que pueden contribuir a


Comorbilidad médica
la disregulación del estado de animo.

Es necesario realizar una evaluación y tratamiento de todos


Comorbilidad psiquiatrica los trastornos psiquiátricos comórbidos que puedan estar
presentes.

Las situaciones estresantes actuales que pueden estar


Estresores psicosociales influyendo en los problemas emocionales y en la capacidad
de seguir el tratamiento.

Se debe examinar la regularidad y cantidad de la medicación


Medicación que haya tomado en el pasado recomendada, así como cualquier otro fármaco que el
paciente pueda estar consumiendo sin prescripción médica.
Áreas a evaluar ¿Qué se debe evaluar?

Se debe analizar el historial de medicaciones que el paciente ha


tomado en el pasado para regular su estado de ánimo, incluyendo los
Medicación que haya tomado en el pasado
efectos secundarios que experimentó, las razones por las que dejó de
tomarlos y si estos medicamentos fueron efectivos o no.

Revisar si el paciente ha seguido el tratamiento farmacológico


Adherencia a la medicación
prescrito en anteriores ocasiones para su trastorno.

Se debe valorar el nivel de riesgo de suicidio del paciente,


Riesgo de suicidio considerando factores como la historia familiar, antecedentes de
intentos previos de suicidio y el consumo de sustancias psicoactivas.

Se requiere una evaluación cuidadosa del consumo de sustancias


psicoactivas, ya que puede ser un factor que contribuya o precipite la
Consumo de sustancias recaída. Además, es posible que el consumo de sustancias explique la
falta de adherencia al tratamiento, tanto farmacológico como
psicológico.
DIAGNÓSTICO DIAGNÓSTICO
DIFERNCIAL
Para diagnosticar el trastorno bipolar se requiere la
Se inicia el proceso diagnóstico descartando los trastornos
presencia de al menos dos episodios bipolares recurrentes.
asociados al consumo de sustancias o a enfermedades
Dependiendo de las diferentes combinaciones de estos
orgánicas, lo cual implica descartar cualquier condición
episodios, se identifican los distintos tipos de trastornos
médica o efectos fisiológicos de medicamentos tóxicos
bipolares: trastorno bipolar tipo 1, trastorno bipolar tipo 2,
como causa. Sin embargo, en el caso del trastorno bipolar,
ciclotimia y trastorno bipolar no especificado. Este último
el mayor desafío se presenta en la distinción entre el
abarca aquellas categorías que no cumplen los criterios
episodio maníaco y los trastornos psicóticos.
mínimos o requisitos de otros tipos de trastorno bipolar.
TRATAMIENTOS

Objetivos del tratamiento.


De acuerdo con Lorenzo (2015) los tratamientos psicológicos para
las personas con trastorno bipolar buscan:
Enseñar al individuo a reconocer situaciones
Explicarles sus episodios hipo-maníacos, maníacos y
estresantes y brindarle habilidades y estrategias para
depresivos, tanto actuales como anteriores.
afrontarlas de manera efectiva.
Enseñarle a hacer planes a corto y mediano plazo,
Mejorar su desempeño en el ámbito laboral o
considerando su vulnerabilidad a futuros episodios de la
educativo.
enfermedad.
Informar al individuo sobre el estigma social que
Ayudarlos a comprender la necesidad de tomar la medicación
puede estar asociado al trastorno bipolar, y
prescrita, así como los efectos secundarios y entrenarlos para
proporcionarle estrategias y técnicas para
que sigan tomándola a largo plazo.
enfrentarlo y superarlo.
TRATAMIENTOS

Objetivos del tratamiento.


Potenciar las relaciones con la pareja y la familia, buscando mejorar su dinámica y fortalecer su apoyo emocional.
Identificar las situaciones del entorno que pueden estar relacionadas con la aparición de un episodio del trastorno
bipolar, con el fin de prevenir o manejar las situaciones disparadoras de manera efectiva.
Encontrar los síntomas tempranos del trastorno bipolar y buscar apoyo para manejarlos.
Se busca fomentar en el paciente la comprensión de que el trastorno bipolar es crónico y tiene tanto causas
biológicas como ambientales, pero que es posible aprender a manejarlo o minimizar sus efectos durante las fases
de episodios bipolares.
TRATAMIENTOS
El TB es un trastorno cronico que exige un tratamiento a largo plazo por lo cual Lorenzo (2015) afirma que el enfoque
terapéutico para tratar el trastorno bipolar variará según la fase en que se encuentre, ya sea aguda, de estabilización o
de mantenimiento. El tratamiento farmacológico es el primer paso en el manejo de este trastorno. Además, la terapia
psicológica se utiliza para mejorar la eficacia de la medicación, especialmente en las fases eutímicas o depresivas. Se
destacan la psicoeducación, programas para mejorar la adherencia a la medicación, terapia marital y familiar, terapia
conductual, terapia interpersonal y del ritmo social.
En algunos casos, también será necesario abordar otros problemas asociados al trastorno bipolar, como el abuso o
dependencia de sustancias, trastornos de ansiedad, TDAH o trastorno de la personalidad límite.

La evidencia empírica sugiere que el tratamiento más efectivo para cualquier paciente con trastorno bipolar es aquel
que combina medicación específica con al menos una de las terapias psicológicas que han demostrado ser eficaces
para este trastorno.
PERSPECTIVA COGNITIVO-
CONDUCTUAL

En la terapia cognitivo-conductual para el tratamiento del trastorno bipolar, se utilizan intervenciones estructuradas,
ya sea de forma individual o grupal, con una duración limitada en el tiempo. Las técnicas empleadas incluyen la
reconstrucción cognitiva, la modificación de los estilos de afrontamiento y la resolución de problemas. Es importante
destacar que existen muchos manuales para la terapia cognitivo-conductual para tratar el trastorno bipolar.
Además, la terapia cognitivo-conductual para el trastorno bipolar también se centra en la identificación de
pensamientos negativos y en la promoción de habilidades para desafiarlos, así como en el uso del litio como parte
del tratamiento (Fonseca, 2021).
Evaluación y tratamiento

De acuerdo con Fonseca (2021) en la evaluación, se pueden utilizar cuestionarios y entrevistas estructuradas para
evaluar los síntomas del trastorno bipolar, así como las creencias y los pensamientos disfuncionales asociados con la
enfermedad. También se puede evaluar el nivel de estrés y los factores desencadenantes que pueden desencadenar
episodios de manía o depresión.
En cuanto al tratamiento, la terapia cognitivo-conductual (TCC) es una opción utilizada para el trastorno bipolar. La
TCC se centra en identificar y cambiar los patrones de pensamientos negativos y distorsionados, y en enseñar
habilidades de afrontamiento efectivos para el manejo de las emociones y la reducción del estrés. La TCC también
puede incluir el entrenamiento en habilidades sociales y de resolución de problemas, lo que puede ayudar a mejorar
la calidad de vida del paciente.
CORRIENTE
PSICODINÁMICA
Se considera que el TB se origina en conflictos inconscientes que pueden tener su
origen en la infancia. Se cree que estos conflictos están relacionados con la falta de
resolución de los conflictos edípicos y la dificultad para integrar y regular las
emociones. Según esta perspectiva, los episodios maníacos pueden ser una forma
de defensa contra los sentimientos de tristeza y desesperación subyacentes,
mientras que los episodios depresivos pueden ser una forma de expresión de estos
sentimientos. (Rodríguez, 2011)
El tratamiento psicodinámico del trastorno bipolar se enfoca en explorar estos
conflictos y trabajar en la integración y regulación emocional del paciente.
Evaluación e intervención

Fonseca (2011) Afirma que la evaluación psicodinámica del trastorno bipolar implica explorar la historia personal y familiar del
paciente, sus relaciones interpersonales, su experiencia emocional y la forma en que maneja el estrés. También se presta atención a
los patrones de pensamiento, a los mecanismos de defensa utilizados y a los posibles conflictos psicológicos subyacentes que
puedan estar contribuyendo al trastorno. El objetivo es comprender cómo la dinámica interna del paciente se relaciona con sus
síntomas y cómo se puede abordar el trastorno desde una perspectiva terapéutica.

El terapeuta puede ayudar al paciente a identificar patrones de pensamiento y comportamiento que puedan estar relacionados con
el trastorno bipolar, y fomentar una mayor conciencia de sus estados de ánimo y emociones. La terapia psicodinámica también
puede involucrar el trabajo en relación a las relaciones interpersonales, el pasado y la familia del paciente. En general, el objetivo de
la intervención psicodinámica es ayudar al paciente a desarrollar habilidades para manejar los síntomas y mejorar su calidad de
vida (Fonseca, 2021).
MODELO
SISTÉMICO

El enfoque sistémico en el tratamiento del trastorno bipolar considera al paciente como parte de un sistema más amplio,
que incluye su familia, su entorno social y su contexto cultural. El objetivo principal es trabajar en conjunto con el paciente
y su familia para identificar y abordar los factores que pueden estar contribuyendo al trastorno bipolar y mejorar la
dinámica de la familia. Para llevar a cabo este enfoque, se realiza una evaluación exhaustiva de la historia familiar,
patrones de interacción familiar y roles que desempeñan los miembros de la familia en el cuidado del paciente. Asimismo,
se busca mejorar las habilidades de comunicación y resolución de conflictos entre los miembros de la familia, lo que
puede contribuir a disminuir el estrés y mejorar la adherencia del paciente al tratamiento (Fonseca, 2021).
Evaluación

No existe un método de evaluación específico que se enfoque exclusivamente en el enfoque sistémico del trastorno bipolar. Sin
embargo, el enfoque sistémico se utiliza a menudo como parte de la evaluación y tratamiento del trastorno bipolar.
Un ejemplo de enfoque sistémico en la evaluación del trastorno bipolar es el uso de la entrevista familiar. Esta técnica implica
reunir a la familia del paciente para discutir la historia y los síntomas del trastorno bipolar, y explorar cómo la dinámica familiar
puede surgir de la salud mental del paciente (Nuñez y Castro, 2012)
Otro ejemplo es el uso de terapias de pareja o de familia como parte del tratamiento para el trastorno bipolar. Estas terapias
pueden ayudar a mejorar la comunicación y la relación entre el paciente y sus queridos seres, lo que puede ser beneficioso para el
manejo del trastorno bipolar (Nuñez y Castro, 2012)
CORRIENTE CONDUCTUAL

"En la terapia conductual para el trastorno bipolar, el enfoque se dirige a la detección y modificación de los comportamientos
disfuncionales y la capacitación para controlar adecuadamente los síntomas del trastorno bipolar, centrándose en la relación entre
los estímulos ambientales y las respuestas emocionales y conductuales del individuo. Algunas de las técnicas empleadas en este
tipo de terapia son el seguimiento de los patrones de sueño y actividad, el establecimiento de horarios diarios y la identificación y
manejo de situaciones que puedan desencadenar cambios de humor." (Lorenzo, 2015)
Tecnicas de intervención
Fonseca (2021) afirma que en la terapia conductual se utilizan técnicas de modificación de conducta para fomentar
comportamientos saludables y para evitar comportamientos que puedan contribuir a la aparición de síntomas maníacos o
depresivos como:
1. Terapia de ritmo social: esta terapia se centra en establecer una rutina diaria consistente, incluyendo el sueño, la alimentación
y la actividad física. Se busca crear un ambiente estable y predecible que ayude a reducir los cambios de humor.
2. Terapia de exposición a la luz: esta terapia implica la exposición a la luz brillante, generalmente en las mañanas, para ayudar a
regular el ritmo circadiano y mejorar el estado de ánimo.
3. Terapia de manejo de situaciones: esta terapia se enfoca en identificar y manejar situaciones estresantes o desencadenantes
del estado de ánimo, para prevenir recaídas o episodios de manía o depresión.
4. Terapia de regulación del ritmo circadiano: se centra en mejorar la regularidad de los patrones de sueño y vigilia y en establecer
rutinas diarias estables.
5. Terapia de comportamiento activado: se enfoca en identificar las actividades que generan un estado de ánimo positivo y en
aumentar la participación en estas actividades para mejorar el estado de ánimo.
CORRIENTE HUMANISTA

En la perspectiva humanista, el trastorno bipolar se contempla como una condición que impacta no solo en la salud emocional,
sino también en la identidad y sentido de vida del individuo. Por ello, se pone especial énfasis en la autenticidad y la
autoaceptación como herramientas para la recuperación del paciente. Se destaca la relevancia del respaldo social y la comunidad.
Se motiva al paciente a buscar lazos significativos con otros individuos y encontrar un propósito y significado en su vida.

La terapia humanista se enfoca en el fortalecimiento de la autoestima y la autoaceptación del paciente en un ambiente acogedor y
sin juicios. Para lograr esto, se emplean técnicas terapéuticas como la escucha activa, la empatía y la reflexión, las cuales permiten
al paciente explorar su propia experiencia y encontrar significado en ella. Además, la terapia humanista puede incluir la enseñanza
de habilidades para manejar el trastorno bipolar y la promoción del cuidado personal.
Evaluación

En la evaluación del trastorno bipolar desde la perspectiva humanista, se da importancia a la vivencia subjetiva del paciente y se
exploran elementos como su historia personal, su entorno de vida, sus habilidades y fortalezas para enfrentar la enfermedad, así
como su sentido de identidad y proposito en la vida.
Para tal fin, se pueden emplear entrevistas no estructuradas y cuestionarios que permitan una exploración más detallada de la
vivencia subjetiva del paciente con el trastorno bipolar. Asimismo, se pueden llevar a cabo evaluaciones de la calidad de vida y
capacidad funcional del paciente.
La evaluación desde la perspectiva humanista considera la complejidad del trastorno bipolar y no se enfoca exclusivamente en los
signos y síntomas físicos de la enfermedad, sino que toma en cuenta las necesidades emocionales, sociales y psicológicas del
paciente. Esto permite una comprensión más amplia de la experiencia del paciente y ayuda a crear planes de tratamiento más
personalizados y efectivos. (Martín, 2011)
CORRIENTE COGNITIVA

Según el modelo cognitivo de Aaron Beck, la manía se produce cuando una persona tiene pensamientos y creencias exageradas y
distorsionadas sobre sí misma, el mundo y el futuro. Estos pensamientos pueden incluir una sensación de grandiosidad, una
exageración de la propia importancia y una creencia de que se es invencible.

Beck propone que la terapia cognitiva puede ser útil en el tratamiento de la manía, ya que se centra en identificar y cambiar los
patrones de pensamiento distorsionados que contribuyen a la manía. La terapia cognitiva puede ayudar a la persona a identificar y
cuestionar sus pensamientos automáticos y a desarrollar pensamientos más realistas y equilibrados.

Es importante destacar que la terapia cognitiva no es la única forma de tratamiento para la manía, y que cada persona puede
requerir un enfoque de tratamiento individualizado.
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