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LECCIÓN 1
EL DERECHO ADMINISTRATIVO Y LAS
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS.
1. INTRODUCCIÓN.
La Administración y el Derecho Administrativo son dos fenómenos contemporáneos, posteriores a la Revolución
Francesa.
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surge la Administración moderna, que se identifica con la burocracia de que se sirve el Poder Ejecutivo para
cumplir sus fines.
Esta Administración se caracteriza por dos notas que perduran:
1. Desde una perspectiva social, su tamaño, complejidad y la intensidad con que influye en la sociedad son
muy superiores a los de cualquier otra manifestación anterior del fenómeno jurídico-administrativo.
2. Como contrapartida, desde una perspectiva jurídica, aunque se dota de poderosos instrumentos, está
sometida al Derecho.
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común”. Así, por ejemplo, la contratación o la responsabilidad tienen un régimen jurídico diferente en el
Derecho Administrativo y en el Derecho privado.
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9. UN DERECHO DE PRIVILEGIOS Y DE LIMITACIONES Y GARANTÍAS.
Al margen de su destinatario, la principal característica del Derecho Administrativo es que es un Derecho
basado en la desigualdad. Se caracteriza porque las posiciones de la Administración y de los particulares son
completamente desiguales, de manera que la Administración se relaciona con los particulares desde una
posición privilegiada.
La Administración es titular de la potestad reglamentaria, lo que significa que no solo está sometida a Derecho,
sino que es creadora de Derecho, participando de la potestad legislativa pudiendo dictar normas con rango
inferior a Ley. Aunque la potestad reglamentaria está sometida a importantes limitaciones, la mayor parte del
Ordenamiento Jurídico está formada por reglamentos.
La Administración puede crear, modificar y extinguir derechos unilateralmente, como en el caso de la potestad
expropiatoria, por la que puede adquirir la propiedad de un bien en contra de la voluntad de su propietario.
La Administración tiene poder de autotutela, que es la capacidad que tiene para resolver por sí misma, sin
acudir a un juez, sus conflictos con los particulares. La Administración ostenta el poder de autotutela en sus tres
manifestaciones: declarativa, ejecutiva y en segunda potencia.
La autotutela declarativa es la capacidad de la Administración de modificar unilateralmente las
situaciones jurídicas sobre las que actúa. Los actos administrativos son ejecutorios, obligan a su
cumplimiento. Este privilegio está basado en la presunción de legalidad. Según la LRJPAC: “los actos de
las Administraciones Públicas sujetos a Derecho Administrativo se presumirán válidos y producirán
efectos desde la fecha en que se dicten…”
La autotutela ejecutiva es la capacidad e la Administración de ejecutar sus actos contra la voluntad de
sus destinatarios por sus propios medios y sin necesidad de acudir a un juez.
La autotutela en segunda potencia se concreta en dos privilegios: 1º El de retrasar el acceso a la vía
jurisdiccional obligando a agotar la vía administrativa. 2º La potestad sancionadora, reconocida por la
Constitución a la Administración, con el límite de no poder imponer la privación de libertad.
El privilegio de autotutela significa que el control es posterior a la ejecución de los actos, y no suele implicar la
suspensión de los mismos, surtiendo efecto durante la tramitación del litigio.
Los bienes de la Administración tienen un régimen privilegiado que comprende potestades como la de
deslinde, recuperación directa, desahucio administrativo, etc. Además los bienes de dominio público son
inembargables e imprescriptibles.
La regulación de los plazos para el ejercicio de los derechos es muy favorable a la Administración.
Todos estos privilegios se compensan en parte por las limitaciones y garantías individuales a que está
sometida la Administración.
Está sujeta a importantes limitaciones en la formación de su voluntad. Debe servir con objetividad a
los intereses generales. Por ejemplo, no puede contratar libremente, debe seleccionar sus contratistas
objetivamente mediante procedimientos competitivos.
La Administración está sometida al principio de legalidad, operando en su versión de vinculación
positiva, lo que significa que la Administración puede hacer solo aquello que la Ley permite.
La Administración no puede actuar libremente, estando obligada a seguir un procedimiento
formalizado, el procedimiento administrativo.
En virtud del principio de plenitud de control jurisdiccional, toda la actuación de la Administración está
sometida al control de los Tribunales.
En virtud del principio de garantía patrimonial los particulares tienen derecho a no sufrir daños en su
patrimonio como consecuencia de la actividad administrativa.
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LECCIÓN 2
EL ORDENAMIENTO JURÍDICO.
1. EL ORDENAMIENTO JURÍDICO.
Si definimos el Derecho como un “orden”, ese orden, aplicado a una sociedad en concreto, recibe la
denominación de Ordenamiento Jurídico, término que se refiere al conjunto de normas por las que se rige una
sociedad en un momento dado.
El Ordenamiento Jurídico se caracteriza por su carácter sistemático, no es un simple cúmulo de normas, es un
sistema, lo que significa que las normas no operan independientemente sino que están interconectadas y
agrupadas en subsistemas.
El comienzo del estudio del Ordenamiento Jurídico puede empezar por el art. 1. del Código Civil que establece:
1. Que las fuentes del Ordenamiento Jurídico español son la Ley, la Costumbre, los Principio Generales de
Derecho, la Jurisprudencia y los Tratados Internacionales.
2. Que las fuentes del Derecho se relacionan entre sí por el principio de jerarquía normativa.
La entrada en vigor de la Constitución y la incorporación de España a la UE han complicado el sistema de
fuentes, dejando incompleta la definición del Código Civil por incorporar más fuentes y otros principios por los
que se relacionan las fuentes.
2. LA CONSTITUCIÓN.
A la cabeza de nuestro Ordenamiento Jurídico se sitúa la Constitución, norma suprema que prevalece sobre
todas las demás y de las que las demás derivan su fuerza normativa.
En su art. 9.1. deja muy claro su carácter de norma suprema al expresar “los ciudadanos y los Poderes Públicos
están sujetos a la Constitución y al resto del Ordenamiento Jurídico”.
Los mandatos de la Constitución no están dirigidos a todos los sujetos públicos y privados, ni para todos tienen
la misma fuerza vinculante:
1. Hay normas que poseen una eficacia directa de manera que pueden ser invocadas directamente sin que
requieran desarrollo legislativo. Son los derechos y libertades regulados en el Título II, que vinculan a los
Poderes Públicos y gran parte de las normas relativas a la organización.
2. Otras normas no pueden ser alegadas directamente, sino que requieren un desarrollo legislativo. Son
mandatos dirigidos al legislador o a los Poderes Públicos para que desarrollen determinadas políticas.
La Constitución es la norma suprema de nuestro Ordenamiento Jurídico y prevalece sobre todas las demás, de
manera que cualquier otra norma que contradiga lo que establece la Constitución es inválida.
La supremacía de la Constitución está asegurada por el Tribunal Constitucional, que vela por la
Constitucionalidad de las Leyes. El control de constitucionalidad de los reglamentos y actos jurídicos
corresponde a los Jueces y Tribunales ordinarios, que tienen la facultad de no aplicar un reglamento o declarar
nulo un acto si estiman que infringe la Constitución.
3. LA LEY.
3.1. CONCEPTO Y CARACTERÍSTICAS.
La doctrina define tradicionalmente la Ley como una norma general y abstracta, dictada por el Poder
Legislativo, superior a todas las demás normas, y que puede regular cualquier materia o asunto que el
legislador decida.
La Constitución Española obliga a matizar esta definición tradicional:
En primer lugar la Ley no es superior a todas las normas, ya que se subordina a la Constitución.
Aunque la regla sigue siendo el carácter general, la Constitución admite Leyes singulares e incluso
Leyes-acto.
La Constitución ha acabado con la uniformidad de la Ley al establecer diversas clases de leyes en
función del procedimiento de aprobación y acota las materias que pueden ser reguladas por unas y por
otras.
El Poder Legislativo se haya disperso en el ordenamiento español al tenerlo reconocido, además de la Cortes
Generales, también las CC.AA., de manera que a las Leyes Estatales hay que sumar las Leyes Autonómicas, sin
que unas tengan mayor rango que otras, ya que no se relacionan por el principio de jerarquía sino por el
principio de competencia.
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3.2. CLASES DE LEYES.
En función del procedimiento seguido en su aprobación y de la materia afectada por la Ley, las leyes pueden
ser:
Leyes ordinarias. Tramitadas por el procedimiento ordinario y aprobadas por mayoría simple.
Leyes orgánicas. Son aquellas para cuya aprobación la Constitución exige un quorum especial (mayoría
absoluta en el Congreso en una votación final sobre el conjunto del proyecto). La Constitución exige una
Ley orgánica para regular las materias más importantes.
Las Leyes Autonómicas son leyes de igual rango que las aprobadas por las Cortes Generales. Están
subordinadas a los Estatutos de Autonomía.
La existencia de los ordenamientos autonómicos ha llevado a regular Leyes Estatales de conexión con los
subsistemas autonómicos, son:
Estatutos de Autonomía. Se trata de Leyes orgánicas, aprobadas por un procedimiento especial, que
regulan las instituciones y competencias de las CC.AA.
Leyes Marco. Son Leyes a través de las cuales las Cortes Generales, en materias de competencia estatal,
podrán atribuir a las CC.AA. la facultad de dictar normas en el marco de los principios, normas y
directrices fijados por la Ley Marco estatal.
Leyes de Transferencia o Delegación. Son Leyes orgánicas que transfieren o delegan en las CC.AA.
facultades correspondientes a materias de titularidad estatal que por su naturaleza son susceptibles de
transferencia.
Leyes de Armonización. Su objeto es el establecimiento por el Estado de los principios necesarios para
armonizar las disposiciones normativas de las CC.AA. cuando lo exija el interés general. Su aprobación
requiere mayoría absoluta en cada Cámara.
4.1. EL DECRETO-LEY.
Cabe la posibilidad de que el Estado se enfrente a circunstancias cuya resolución exija la aprobación de una
norma de forma muy rápida. Para hacer frente a esta necesidad imperiosa la Constitución ha regulado el
Decreto-Ley en su art. 86, que sujeta el ejercicio de esta facultad a un supuesto habilitante, a unos límites
materiales y a la posterior aprobación por el Congreso.
El presupuesto habilitante. Es la concurrencia de un caso de extraordinaria y urgente necesidad. La
consecuencia es que el Gobierno podrá adoptar medidas legislativas provisionales que tomarán la
forma de Decreto-Ley. La Constitución configura el Decreto-Ley como una medida excepcional que
requiere una necesidad urgente y extraordinaria y habilita para adoptar medidas legislativas de carácter
provisional. Sin embargo, los gobiernos vienen haciendo un uso abusivo de esta figura.
La Constitución establece unos límites materiales, según su art.86.1. los Decretos-Leyes no podrán
afectar al ordenamiento de las Instituciones básicas del Estado, a los derechos, deberes y libertades
de los ciudadanos regulados en el Título I, al régimen de las CC.AA. ni al Derecho electoral.
Desde el mismo día que entra en vigor el Decreto-Ley produce efectos de norma con rango de Ley. Pero esta
vigencia es provisional, pues su vigencia definitiva requiere que en el plazo de treinta días el Congreso
convalide o derogue el Decreto-Ley. La convalidación debe ser expresa, si no se pronuncia o lo hace fuera de
plazo, se entiende derogado.
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B) Elaboración de un Texto Refundido, mediante una Ley de Autorización, las Cortes Generales pueden
encomendar al Gobierno la tarea de refundir en uno solo varios textos legales relativos a la misma materia.
Elaborada y aplicada la nueva norma, quedan derogadas aquellas que integran el Decreto Legislativo.
La autorización para refundir textos legales debe establecer el ámbito normativo a que se refiere el contenido
de la delegación y especificar si se circunscribe a una mera formulación de un texto único o si se incluye la
facultad de regularizar, aclarar y armonizar los textos legales que han de ser refundidos.
Si en la elaboración de los textos refundidos o los textos articulados, no se ha ceñido a los límites establecidos
por la Constitución, y por las Leyes de Bases o de Delegación los textos resultantes serán nulos.
La jurisdicción contencioso-administrativa es la competente para controlar que no se excedan los límites de la
Delegación.
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7. EL REGLAMENTO.
7.1. CONCEPTO Y POSICIÓN ORDINAMENTAL DEL REGLAMENTO.
El reglamento es toda norma escrita, dictada por una Administración pública, de rango inferior a la Ley.
La Constitución atribuye al Gobierno la potestad reglamentaria, y la reconoce implícitamente a las CC.AA. y
Municipios en virtud del principio de autonomía. Pero lo cierto es que todas las Administraciones ejercen esta
potestad pues son numerosas las Leyes que las habilitan.
Los reglamentos se distinguen de los actos administrativos porque son normas generales y abstractas. Un acto
administrativo se agota con su aplicación, un reglamento no pierde vigencia con su aplicación. Los reglamentos
requieren un acto de aplicación.
La subordinación del reglamento a la Ley se concreta en el principio de reserva de Ley, que tiene dos
modalidades:
1. Reserva material de Ley. Existen materias que no pueden ser reguladas por un reglamento porque la
Constitución exige que las regule una norma con rango de Ley.
2. Reserva formal de Ley. Una vez que el legislador haya dictado una Ley que regule una materia, ya no puede
ser regulada por un reglamento.
Los reglamentos jurídicos solo pueden dictarse en desarrollo de una Ley habilitante previa. Por el contrario, los
administrativos solo deben respetar el principio de reserva de Ley.
Por su origen, los reglamentos pueden ser:
Estatales.
Autonómicos.
De los Entes Locales.
De los Entes Institucionales.
De los Entes Corporativos (Colegios Profesionales).
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por éste. Este principio se denomina inderogabilidad singular de los reglamentos e impide que un reglamento
sea derogado para un caso concreto.
8. LA COSTUMBRE.
Según dispone el art.1.1. del Código Civil, la Costumbre también es una fuente de Derecho Administrativo.
La Costumbre solo rige en defecto de Ley aplicable, siempre que no sea contraria a la moral y el orden público y
resulte probada.
La superabundancia de normas hace que sean raras las instituciones que se rigen por la Costumbre. Cabe
mencionar los Concejos Abiertos.
10. LA JURISPRUDENCIA.
Aunque el Código Civil no lo menciona como fuente en el art. 1.1., su aparatado 6 dice que “la Jurisprudencia
completará el Ordenamiento Jurídico con la doctrina que, de modo reiterado, establezca el Tribunal
Supremo.”
La Constitución ha añadido la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional y por la incorporación de España a la
UE se añaden dos fuentes jurisprudenciales más: la del Tribunal Europeo de Derecho Humanos y la del Tribunal
de Justicia de la Comunidad Europea.
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LECCIÓN 3
LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO ADMINISTRATIVO.
1. INTRODUCCIÓN.
La Administración se rige por una serie de principios generales del derecho de origen diverso (doctrinal,
jurisprudencial y legal). La mayor parte de ellos han sido positivizados, es decir incorporados a la Constitución o
una Ley.
2. EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD.
El principio de legalidad es una consecuencia se la cláusula de Estado de Derecho proclamada en la
Constitución (Preámbulo y Art.1). Está plasmado en:
- Art. 9.1. “Los poderes Públicos están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento”.
- Art. 9.3. “La Constitución garantiza el Principio de Legalidad”.
- Art. 103 “La Administración actúa con sometimiento pleno a la Ley y al Derecho”.
La ley 40/2015, de 1 de Octubre, de Régimen Jurídico del Sector Público ( LRJSP ) lo recoge en su artículo1.
Además, los arts. 34.2, 37, 47, 48, y 128 son aplicaciones directas de este principio.
El principio de legalidad es una manifestación singular del principio de obligatoriedad general de las normas
jurídicas, aplicada a las administraciones. Las normas jurídicas obligan a todos (Administración y particulares),
pero la forma en que les obliga es diferente. La actuación de los particulares se basa en el principio de libertad
(art. 1.1) (puede hacer todo aquello no prohibido por la Ley), lo que se conoce como vinculación negativa. Por
el contrario, la sujeción de la Administración a la Ley, se produce en forma de vinculación positiva, que es
mucho más intensa, significa que toda su actuación requiere habilitación normativa previa (todo lo que no está
permitido expresamente está prohibido).
El que la Administración, según la Constitución, actúe con sometimiento pleno a la Ley y al Derecho significa
dos cosas:
1. Que la Administración está sometida a todo el Ordenamiento Jurídico (no solo rango de Ley).
2. Toda actuación está sometida al Ordenamiento Jurídico de manera que no existen zonas exentas que
queden al margen del Derecho.
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La expropiación forzosa, la Constitución establece que “nadie podrá ser privado de sus bienes y
derechos, sino por causa justificada de utilidad pública o interés social, mediante la correspondiente
indemnización y de conformidad con lo dispuesto en las Leyes”.
5. EL PRINCIPIO DE AUTONOMÍA.
El régimen político derivado de la Constitución de 1978 rompe con el modelo centralista y establece un nuevo
modelo fuertemente descentralizado.
El principio básico de organización territorial del Estado está en el art.2 de la Constitución “La Constitución se
fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles,
y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de la Nacionalidades y Regiones que la integran y la
solidaridad entre todas ellas”.
De este artículo se deduce la coexistencia de dos principios de sentido contrario, el de unidad de la Nación
española y el de autonomía de las Nacionalidades y Regiones.
El principio de autonomía significa que cada Administración actúa autónomamente en la gestión de sus
intereses propios, dentro del ámbito de sus competencias y sin perjuicio de algunos mecanismos de tutela.
(Art. 137 CE) se aplica a comunidades autónomas, provincias y municipios.
La autonomía se caracteriza por las siguientes notas:
Contenido político. No es una simple autonomía administrativa, sino que tiene un contenido político ya
que las Administraciones Territoriales pueden establecer sus prioridades, gestionar sus recursos y
decidir lo que estimen conveniente en beneficio de su comunidad.
Carácter limitado. Las CC.AA. solo pueden ejercer las competencias que han asumido en sus Estatutos,
y las que les hayan transferido o delegado. La Provincias y Municipios solo ejercen las competencias que
le atribuyan la legislación. (Arts 148 a 150 de la CE).
Responsabilidad. El ejercicio del poder por parte de las Administraciones que disfrutan de autonomía
no está sometido a control por parte de las Administraciones superiores.
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La Constitución establece los siguientes mecanismos de aplicación del principio de solidaridad:
1. Fondo de Compensación Interterritorial. Cuya finalidad es corregir desequilibrios económicos.(
Art.158.2).
2. La planificación económica. La Constitución reconoce al Estado la potestad de planificar la actividad
económica con el fin de armonizar el desarrollo regional. (Art. 131.1)
(Art.141.2) Solo podrán negarse a la asistencia o colaboración cuando el organismo público o la entidad:
1. no esté facultada para prestarla
2. no disponga de medios o al hacerlo pudiera causar un perjuicio grave a los intereses cuya tutela tiene
encomendada.
3. cuando la información solicitada tenga carácter confidencial o reservado.
Por último (art.141.3) obligación general de colaboración i auxilio entre administraciones territoriales. Para la
realización de sus actos que se hagan fuera de su territorio.
Técnicas de colaboración previstas (art.142) LRJSP:
a) Subministro de información del organismo público o entidad a la administración solicitante.
b) Creación y mantenimiento de sistemas integrados de información, para datos actualizados referente a
los diferentes ámbitos de actividad administrativa.
c) Asistencia de solicitudes de otras administraciones, para ejercer competentemente mejor .
d) Cualquier otra prevista en una ley.
LRJSP cooperación capítulo III título III (art.143) cumplimiento sujeto a la voluntad de las administraciones
implicadas de acordar la forma de ejercer sus competencias. Los acuerdos y convenios deben prever las
condiciones y compromisos que asumen las partes.
La LRJSP (art.144) establece las siguientes técnicas al servicio del principio de cooperación:
a) La participación en órganos de cooperación para deliberar i acordar medidas en materias sobre las que
tengan diferentes administraciones publicas.
b) Participación en órganos consultivos de otras administraciones.
c) La participación de una administración pública en organismos públicos, o entidades dependientes o
vinculadas a otras administraciones diferentes
d) Prestación de medios materiales, económicos o personales a otras ad.públicas.
e) Cooperación entre ads para aplicar la normativa reguladora de una determinada materia.
f) La emisión de informes no obligatorios para que las ads expresen su criterio sobre propuestas o
actuaciones que afecten a sus competencias.
g) En materia patrimonial incluidos cambios de titularidad y la cesión de bienes de la legislación
patrimonial.
h) Cualquier otra prevista en ley
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LRJSP también regula las técnicas orgánicas de cooperación, es decir las basadas en la creación de un órgano de
composición multilateral o bilateral que se le atribuye la función de cooperación. LRJSP también regula :
1. Conferencias de presidentes (art.146).
2. Conferencias sectoriales (art.147)
3. Comisiones bilaterales de cooperación (art.153)
4. comisiones territoriales de coordinación( art.154)
b) Unidades Ad: elementos organizativos básicos de las estructuras orgánicas. Puestos de trabajo
comunes vinculadas por un mismo objetivo y orgánicamente con una misma jefatura. Se establecen
mediante las relaciones de puestos de trabajo y se integran en un determinado órgano. (Art.56.1)
LRJSP.
Órganos colegiados: integrados por tres o mas personas ; funciones administrativas de decisión,
propuesta, asesoramiento o seguimiento y control.
9.LA COMPETENCIA.
La Constitución no formula expresamente el principio de competencia, pero lo aplica reiteradamente a lo
largo de su articulado, sin que quepa la menor duda de su vigencia en nuestro Ordenamiento Jurídico.
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La competencia es un principio de organización que expresa la medida de la capacidad de cada Administración
o de cada órgano, concretando las funciones y potestades que el Ordenamiento Jurídico le atribuye y está
autorizado y obligado a ejecutar.
La competencia es la titularidad de una serie de potestades públicas ejercitables respecto de unas materias,
servicios o fines públicos determinados.
Los criterios clásicos de atribución de competencias son tres:
A. Jerárquico. Reparto vertical de las funciones y potestades entre los diversos grados de la jerarquía,
atribuyendo las competencias más importantes a los órganos superiores y las menos relevantes a los órganos
inferiores.
B. Territorial. Reparto de las competencias en función del territorio y en relación con otros órganos que estén al
mismo nivel jerárquico. Cada órgano que esté al mismo nivel jerárquico tiene las mismas competencias, pero
solo las puede ejercer en un territorio.
C. Material. El reparto de competencias se hace por materias.
La implantación del Estado autonómico ha traído el establecimiento por la Constitución de nuevos criterios de
atribución de competencias:
A. Competencias exclusivas. Todas las potestades sobre una materia están atribuidas a un solo ente con
exclusión de los demás.
B. Competencias compartidas. Las potestades sobre una materia se reparten entre varios entes públicos de
forma desglosada, atendiendo a criterios materiales, funcionales o territoriales.
C. Competencias abiertas. Una materia o potestad puede ser ejercida por diversas Administraciones de manera
simultánea y no excluyente.
D. Competencias conjuntas. Es necesario que dos o más Administraciones intervengan de forma sucesiva.
E. Competencias alternativas. Las potestades están atribuidas a varios entes de manera que cualquiera puede
ejercerlas, pero una vez ejercida por un ente, los demás ya no puede hacerlo.
La competencia es un requisito de validez del acto administrativo. Es irrevocable y será ejercida por los
órganos que la tengan atribuida, salvo delegación o avocación. (Art.8.1 LRJSP)
11. LA DESCENTRALIZACIÓN.
El (art. 103) de la Constitución también sujeta la actuación de la Administración al principio de
descentralización. La descentralización es la técnica mediante la que una Administración superior cede una
competencia a una Administración territorial inferior.
El hecho de que la Constitución la trate como un principio general del Derecho equivale a un mandato dirigido
a las Administraciones superiores para que actúen descentralizadamente.
13. LA DESCONCENTRACIÓN.
El (art. 103) de la CE. También recogida en el (art.8.2 de la LRJSP)
La desconcentración es una técnica en virtud de la cual un órgano administrativo cede a otro, de rango
inferior, la titularidad de una competencia con carácter permanente.
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La desconcentración permite descongestionar el trabajo de los órganos superiores y desplaza las
competencias desde los órganos cuyos titulares son de nombramiento político a los cargos ocupados por
funcionarios profesionales.
14.5. LA SUPLENCIA.
La Ley permite que los titulares de los órganos administrativos sean suplidos temporalmente en los supuestos
de vacante, ausencia y enfermedad.
La designación corresponde al órgano competente para su nombramiento o al inmediato superior. La suplencia
no implica alteración de la competencia.
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15. LAS TRANSFERENCIAS DE COMPETENCIAS ENTRE ENTES PÚBLICOS.
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LECCIÓN 4
LA ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO
1. LA ADMINISTRACIÓN GENERAL DEL ESTADO
La Administración General del Estado, bajo la dirección del Gobierno y con sometimiento pleno a la Ley y al
Derecho, sirve con objetividad a los intereses generales, desarrollando funciones ejecutivas de carácter
administrativo.
Las normas más importantes por las que se rige la Administración del Estado son:
*Ley de Régimen Jurídico del Sector Público(LRJSP)(40/2015)
* Ley del Gobierno (50/1997).
*Ley de Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas (LPAC)(39/2015)
La Administración General del Estado tiene una estructura piramidal. Está constituida por órganos ordenados
jerárquicamente, actúa con personalidad jurídica y, según el art. 103 de la Constitución, se rige por los
principios de eficacia, jerarquía, descentralización, desconcentración y coordinación. La LRJPS añade, que las
Administraciones deberán respetar en su actuación y relaciones:
a) Servicio efectivo a los ciudadanos.
b) Simplicidad, claridad y proximidad a los ciudadanos.
c) Participación, objetividad y transparencia de la actuación administrativa.
d) Racionalización y agilidad de los procesos administrativos y de las actividades materiales de gestión.
e) Buena fe, confianza legítima y lealtad institucional.
f) Responsabilidad por la gestión pública.
g) Planificación y dirección por objetivos y control de la gestión y evaluación de los resultados de las
políticas públicas.
h) Eficacia en el cumplimiento de los objetivos fijados.
i) Economía, suficiencia y adecuación estricta de los medios a los fines institucionales.
j) Eficiencia en la asignación y utilización de los recursos públicos.
k) Cooperación, colaboración y coordinación de las Administraciones Públicas.
2. EL GOBIERNO.
El Gobierno es el titular del poder ejecutivo y es el órgano supremo de la Administración del Estado.
Dirige la política interior y exterior, la Administración civil y militar y la defensa del Estado. Ejerce la función
ejecutiva y la potestad reglamentaria de acuerdo con la Constitución y las Leyes.
Según la Ley del Gobierno de 1997, éste se compone del Presidente, del Vicepresidente/s y de los Ministros.
Los miembros del Gobierno se reúnen en Consejo de Ministros y en Comisiones Delegadas de Gobierno
(órganos colegiados).
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El Gobierno es parte de la Administración, pero también es más que eso, es el titular del poder ejecutivo, esto
significa que a veces actúa como Administración y sus actos están sujetos al Derecho Administrativo, y en
otras ocasiones actúa como Gobierno y no está sujeto al Derecho Administrativo.
El funcionamiento del Gobierno se rige por tres principios:
Principio de dirección presidencial.
Principio de colegialidad.
Principio departamental.
2.1. EL PRESIDENTE.
El principio de dirección presidencial es consecuencia de que el Presidente del Gobierno es el único de sus
miembros elegido democráticamente, mientras que el resto son designados por el Presidente. El Presidente
ocupa una posición de absoluta preeminencia pues puede cesar al resto de miembros del Gobierno con la
misma libertad con que los ha nombrado.
El presidente dirige la acción del Gobierno y coordina las funciones de los demás miembros. Le corresponden
las funciones más importantes, entre otras:
- Representar al Gobierno.
- Establecer el programa de gobierno y las directrices de la política interior y exterior.
- Crear, modificar y suprimir Ministerios y Secretarías de Estado.
- Nombrar y separar Vicepresidentes y Ministros.
- Refrendar, en su caso, los actos del Rey y someterle, para su sanción, las Leyes.
- Interponer el recurso de inconstitucionalidad.
- Crear, modificar y suprimir los Departamentos Ministeriales, así como las Secretarías del Estado.
- Proponer al Rey el nombramiento y separación de los Vicepresidentes y de los Ministros.
- Impartir instrucciones a los demás miembros del gobierno.
Los miembros del Consejo de Ministros responden solidariamente de sus decisiones. Esta responsabilidad
solidaria se deduce del carácter secreto de las reuniones del Consejo de Ministros y de que sus actas solo
recogen fecha, lugar, asistentes y los acuerdos adoptados y los informes presentados.
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La Ley admite la Creación de Ministros sin cartera, a los que se les atribuye la responsabilidad de determinadas
funciones gubernamentales.
El Presidente puede delegar competencias propias a favor del Vicepresidente/es y Ministros. Los Ministros
pueden hacerlo a favor de los Secretarios de Estado, de los Delegados del Gobierno y de los órganos directivos
del Ministerio.
El Consejo de Ministros puede delegar funciones administrativas en las Comisiones Delegadas del Gobierno.
No son delegables las competencias atribuidas directamente por la Constitución, el nombramiento y separación
de altos cargos atribuidos al Consejo de Ministros y las atribuidas por una Ley que prohíba la delegación.
La figura del Vicepresidente es potestativa, puede haber uno, varios o ninguno. Cuando existan tendrán las
funciones que les encomiende el Presidente, y además pueden ser también responsables de un Ministerio.
Los Secretarios de Estado no son miembros del Gobierno. Son órganos superiores de la AGE, directamente
responsables de la acción del Gobierno en un sector de actividad, en un Ministerio o en la Presidencia del
Gobierno. Actúan bajo dirección del Ministro o del Presidente. Pueden, por delegación expresa del Ministro
correspondiente, actuar en representación de éste en materias de su competencia.
La Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios está integrada por los titulares de las
Secretarías de Estado y los Subsecretarios de los distintos departamentos ministeriales. La preside un
Vicepresidente del Gobierno o el Ministro de la Presidencia.
Sus reuniones tienen carácter preparatorio de la sesiones del Consejo de Ministros.
En ningún caso la Comisión podrá adoptar decisiones por delegación del Gobierno.
El Secretariado del Gobierno es un órgano de apoyo del Consejo de Ministros, de las Comisiones Delegadas del
Gobierno y de la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios.
Ejerce las siguientes funciones:
- Asistencia al Ministro-Secretario del Consejo de Ministros.
- Remisión de las Convocatorias.
- Colaboración con las Secretarías Técnicas de las Comisiones Delegadas del Gobierno.
- El archivo y custodia de las convocatorias, ordenes del día y actas de las reuniones.
- velar por el cumplimiento de los principios de buena regulación aplicables a las iniciativas normativas y
contribuir a la mejora de la calidad técnica de las disposiciones aprobadas por el Gobierno.
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Las unidades que no tengan la consideración de órganos, se crean, suprimen y modifican mediante las
relaciones de puestos de trabajo.
El Ministro dirige los sectores de actividad administrativa integrados en su Ministerio y asume la
responsabilidad inherente a dicha dirección. Sus funciones, entre otras, son:
- Ejerce la potestad reglamentaria.
- Fija los objetivos del Ministerio.
- Asigna los recursos y aprueba los planes de actuación.
- Nombra y separa a los titulares de los órganos directivos.
- Puede celebrar contratos y convenios.
Los Subsecretarios son nombrados y separados por RD del Consejo de Ministros a propuesta del Ministro
entre funcionarios de carrera.
La figura del Secretario General es excepcional. Sus funciones son parecidas a las del Subsecretario, pero con
competencias reducidas a un sector de actividad determinado. Son nombrados y separados con los mismos
requisitos que los subsecretarios.
Los Directores Generales son nombrados y separados por RD del Consejo de Ministros a propuesta del
Ministro entre funcionarios de carrera.
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Las Direcciones Generales se suelen dividir en Subdirecciones Generales a cuyo cargo están los Subdirectores
Generales, que son responsables inmediatos, bajo supervisión del Director General o del titular del órgano del
que dependan, de la ejecución de proyectos y de la gestión ordinaria.
Los Subdirectores Generales se nombran y cesan por el Ministro entre funcionarios de carrera.
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LECCIÓN 5
LA ADMINISTRACIÓN AUTONÓMICA Y LA
ADMINISTRACIÓN LOCAL.
1. EL ESTATUTO DE AUTONOMÍA Y LAS COMPETENCIAS DE LAS COMUNIDADES
AUTÓNOMAS.
El carácter abierto del Estado Autonómico se manifiesta en el sistema de distribución de competencias entre
el Estado y las CC.AA. El sistema está regulado en los arts. 148, 149 y 150 de la Constitución, pero la clave de
la distribución de competencias radica en el Estatuto de Autonomía. Las CC.AA. tienen las competencias que
han asumido a través de sus Estatutos de Autonomía y que les han sido atribuidas, transferidas o delegadas a
través de los mecanismos del art. 150 de la Constitución.
Los art. 148 y 149 de la Constitución establecen los límites dentro de los cuales los Estatutos de
Autonomía pueden asumir competencias.
El art. 148 CE enumera las competencias que las CC.AA. pueden asumir a través de sus Estatutos. Por su
naturaleza algunas competencias son exclusivas de las CC.AA., y otras compartidas con el Estado.
El art.149 CE enumera las materias sobre las que, en principio, el Estado tiene competencia exclusiva. El
sistema se cierra con las tres reglas que establece el art. 149 CE:
- Las materias no atribuidas expresamente al Estado por la Constitución podrán corresponder a las
CC.AA.
- Las competencias sobre las materias que no se hayan asumido por los Estatutos corresponderán
al Estado.
- Las normas del Estado prevalecerán en caso de conflicto sobre las de las CC.AA. en todo lo que no
esté atribuido a la competencia exclusiva de éstas. Además el Derecho Estatal es supletorio del
Derecho de las CC.AA.
La distribución de competencias dentro del marco de los arts. 148 y 149 CE no es definitiva, se
puede modificar a través de los mecanismos previstos en el art. 150 CE.:
Ampliando las competencias de las CC.AA.:
- Mediante Leyes Marco el Estado pude atribuir a las CC.AA. la facultad de dictar normas legislativas.
- El Estado puede transferir o delegar facultades de titularidad estatal que por su naturaleza
sean susceptibles de transferencia o delegación.
Limitando el ejercicio de la potestad legislativa de las CC.AA. cuando lo exija el interés general mediante
Leyes de armonización.
Todas las CC.AA. han asumido un modelo similar al que refiere el art. 152 CE, que se limita a establecer un
modelo en que debe basarse la organización institucional de aquellas CC.AA. que aprobaron sus Estatutos
de Autonomía por la vía del art. 151 CE., compuesta por:
- Una Asamblea Legislativa elegida por sufragio universal.
- Un Consejo de Gobierno con funciones ejecutivas y administrativas.
- Un Presidente elegido por la Asamblea de entre sus miembros, y nombrado por el Rey.
Los Parlamentos Autonómicos están compuestos por una sola Cámara, cuyo número de miembros es
variable. Los Diputados autonómicos se eligen de acuerdo con la Legislación Electoral General.
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Todas las CC.AA. tienen un Gobierno Autonómico integrado por un Presidente, uno o varios Vicepresidentes y
Consejeros, que se reúnen en Consejo de Gobierno. El Presidente es el máximo representante de la CC.AA. y
ostenta también la representación del Estado. Es elegido por la Asamblea entre sus miembros y nombrado
por el Rey.
Le corresponde al Presidente la dirección del Consejo de Gobierno, cuyos miembros nombra y cesa. El
Consejo de Gobierno reproduce el esquema del Consejo de Ministros y tiene las funciones propias de éste a
nivel autonómico.
En cuanto al modelo de Administración Autonómica, todas las CC.AA. han copiado el modelo de la
Administración Estatal, con sus niveles central, periférico y de Administración Institucional. Las Consejerías
equivalen a los Ministerios y en todas las Administraciones Autonómicas existen Direcciones Generales.
3.1. EL MUNICIPIO.
La LBRL define al municipio como la entidad local básica de la organización territorial del Estado. Esta
definición es consecuencia del art. 137 CE según el cual el Estado se organiza territorialmente en
municipios, en provincias y en las CC.AA. que se constituyan.
Los municipios tienen personalidad jurídica y plena capacidad para el cumplimiento de sus fines.
Sus elementos son el territorio, la población y la organización.
3.2 EL TERRITORIO.
El territorio en el que el municipio ejerce sus competencias se denomina término municipal. Cada
municipio pertenece a una sola provincia.
La creación de nuevos municipios solo puede realizarse sobre la base de núcleos de población
territorialmente diferenciados y siempre que los municipios resultantes cuenten con recursos suficientes.
3.3. LA POBLACIÓN.
La Ley establece la obligación de toda persona que viva en España de inscribirse en el Padrón del municipio
en el que viva habitualmente.
El padrón, regulado por la LBRL, es el registro administrativo donde constan los vecinos de un municipio.
Los Concejales serán elegidos por los vecinos del municipio y los Alcaldes serán elegidos por los Concejales o
por los vecinos.
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Existen tres regímenes de organización de los municipios:
Régimen común de organización.
Son órganos necesarios de la organización municipal el Alcalde, el Pleno y la Comisión Especial de Cuentas,
que existen en todos los Ayuntamientos.
Otros órganos son necesarios o potestativos en función del número de habitantes. Son destacables:
- Para > 5.000 hab. Añade la Junta de Gobierno Local y Órganos de Control.
- La Comisión Especial de Sugerencias y Reclamaciones como órgano facultativo.
Régimen de organización de los municipios de gran población.
Está regulado por la LBRL, quedando sujetos a este régimen:
- Municipios de población superior a 250.000 hab.
- Capitales de provincia con población superior a 175.000 hab.
- Otros que decidan las Asambleas Legislativas con circunstancias que lo motiven.
Este régimen se caracteriza por dotar al Ayuntamiento de una organización mucho más compleja. Así a los
órganos necesarios existentes en todos los municipios hay que añadir:
- Las Comisiones del pleno.
- La Junta de Gobierno.
- La Asesoría Jurídica.
- La Comisión Especial de Sugerencias y Reclamaciones.
- Se introduce la distinción entre órganos superiores y órganos directivos.
En este régimen se refuerza notablemente la figura del Alcalde, aunque se le aligera de funciones
ejecutivas y de gestión, estas funciones se encomiendan a la Junta de Gobierno, cuyos miembros nombra
libremente el alcalde, pudiendo formar parte de ella hasta 1/3 de miembros que no sean Concejales.
Régimen de Concejo Abierto y otros regímenes especiales.
Funcionan en Concejo Abierto: Los municipios de menos de 100 hab., los que tradicionalmente cuenten
con este régimen y aquellos en que las circunstancias así lo aconsejen.
Este régimen se caracteriza porque su gobierno y administración se atribuyen al Alcalde y a la Asamblea
Vecinal, de la que forman parte todos los electores, ajustándose su funcionamiento a usos y costumbres
locales.
La LBRL permite que se establezcan otros regímenes especiales para otros municipios que reúnan características
que lo aconsejen.
Las funciones de carácter político más importantes que corresponden al Pleno son:
- La elección del Alcalde.
- La votación sobre la moción de censara al Alcalde y sobre la cuestión de confianza.
- Control y fiscalización de los órganos de gobierno.
En los municipios de gran población el régimen del Pleno es distinto. El Alcalde puede delegar la convocatoria y
la Presidencia del Pleno en uno de sus concejales. Aunque conserva sus funciones políticas (control de los
órganos de gobierno y votación de la moción de censura/cuestión de confianza) y sus funciones normativas
(Reglamentos y Ordenanzas), pierde competencias ejecutivas o administrativas (disposición de gastos,
contrataciones, concesiones…).
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A las Comisiones dispuestas por el Pleno les corresponde el estudio, informe o consulta de los asuntos que
han de ser sometidos al Pleno, el seguimiento de la gestión del equipo de Gobierno y aquellas que el Pleno les
delegue.
7. LA ORGANIZACIÓN PROVINCIAL.
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La LBRL establece una organización de la provincia que reproduce el modelo de organización de los municipios.
El Presidente, los Vicepresidentes, la Junta de Gobierno y el Pleno existen en todas las Diputaciones y sus
funciones son equivalentes a las del Alcalde, Teniente de Alcalde, Junta de Gobierno y Pleno Municipal.
La LBRL les atribuye la organización de la Diputación, la aprobación de las Ordenanzas, los Presupuestos y los
planes provinciales, el control y la fiscalización de los órganos de gobierno.
También le corresponde al Pleno votar la moción de censura y la cuestión de confianza del Presidente.
Sus funciones están reguladas en términos análogos a las del Alcalde: dirige el gobierno y la administración de
la provincia; representa a la Diputación, ostenta la jefatura superior del personal, etc.
La Junta de Gobierno está integrada por el Presidente y un número de Diputados no superior a 1/3
del número legal. Sus miembros son nombrados y separados libremente por el Presidente.
Sus funciones son la asistencia al Presidente y aquellas que el Presidente delegue o le atribuyan las Leyes.
Los Vicepresidentes sustituyen al Presidente en los casos de vacante, ausencia o enfermedad. Son nombrados
libremente por el Presidente de entre los miembros de la Junta de Gobierno.
Los Órganos Forales de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya conservan su régimen particular, siéndoles de
aplicación la LBRL con carácter supletorio. Los órganos forales son las Junta Generales y la Diputación Foral.
Las Juntas Generales funcionan como Parlamento provincial y sus miembros son elegidos por sufragio
directo. Ejercen la potestad normativa, aprueban los Presupuestos y controlan la actividad del ejecutivo.
Las Juntas Generales eligen de entre sus miembros un Diputado General, que nombra a los integrantes de
la Diputación Foral, a las que corresponden las responsabilidades de gobierno y administración.
En las CC-AA. Uniprovinciales y la Foral de Navarra, las provincias desaparecen al ser asumidas sus
competencias, medios y recursos por aquellas.
En las Isla Canarias subsisten las Mancomunidades Provinciales Interinsulares aunque con funciones de
representación y expresión de los intereses provinciales únicamente, sin competencias materiales
Son los Cabildo Insulares los Órganos de gobierno, administración y representación de cada isla.
En las Islas Baleares, se produce una equiparación de las islas con las Provincias, existiendo en cada isla un
Consejo Insular como órgano de gobierno, administración y representación de cada isla, al que es de
aplicación la LBRL. Además forman la estructura de la Administración Autonómica, pues los Diputados de
los Consejos Insulares son los miembros únicos del Parlamento Balear.
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Las competencias municipales están íntimamente ligadas al principio de autonomía local, que la
Constitución garantiza a los municipios para la gestión de sus intereses (arts. 137 y 140). Es la expresión del
derecho de la comunidad local a participar a través de órganos propios en el gobierno y administración de
cuantos asuntos le atañen.
La LBRL concreta esta garantía constitucional de autonomía local desde la perspectiva de las
competencias locales:
Para la efectividad de la autonomía, garantizada constitucionalmente a las entidades locales, la legislación
del Estado y la CC.AA. deberá asegurar a los municipios, provincias e islas su derecho a intervenir en los
asuntos que les afecten directamente, de conformidad con los principios de descentralización y de máxima
proximidad de la gestión a los ciudadanos.
Las Leyes básicas del Estado deberán determinar las competencias que deben corresponder a los Entes
Locales en la materia que regulen.
La LBRL no prevé ningún mecanismo para que los entes locales hagan efectiva esta garantía ante las
Leyes estatales o autonómicas que atente contra su autonomía. En cualquier caso, los Entes Locales
pueden impugnar ante el Tribunal Constitucional las Leyes que no respeten su autonomía.
Son cuatro los criterios de atribución de competencia a los municipios que utiliza la LBRL:
El principio de capacidad del municipio. El municipio, para la gestión de sus intereses y en el ámbito de sus
competencias, puede promover toda clase de actividades y prestar cuantos servicios públicos contribuyan
a satisfacer sus necesidades y aspiraciones (art. 25.1 LBRL). Esta capacidad encuentra su límite en las
competencias exclusivas de otras Administraciones Públicas.
El principio de participación o asignación de competencias por la legislación sectorial. El art. 25.2 de la
LBRL enumera una serie de materias en las que el municipio ejercerá, en todo caso, competencias, en los
términos de la legislación del Estado y de las CC.AA. Es decir, se ordena a los legisladores estatal y
autonómico que atribuyan a los municipios las competencias que procedan en atención a las
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características de la actividad y de la capacidad de gestión de la Entidad Local, de conformidad con los
principios de descentralización y de máxima proximidad de la gestión a los ciudadanos.
Según la modificación de la LBRL llevada a cabo mediante la LRSAL, la Ley deberá evaluar la conveniencia
de la implantación de servicios locales conforme a los principios de descentralización, eficiencia, estabilidad y
sostenibilidad financiera; deberá ir acompañada de una memoria económica. La Ley determinará la
competencia municipal propia de que se trate, garantizando que no se produce atribución simultánea.
El art. 26 de la LBRL impone a los municipios, por sí solos o asociados, el deber de prestar en todo caso una
serie de servicios cuya concreción depende del número de habitantes del municipio.
- En todos: Alumbrado, cementerio, recogida de residuos, limpieza, agua, alcantarillado, accesos,
control de alimentos.
- Municipios de >5.000 hab. Parque, biblioteca, mercado y tratamiento de residuos.
- Municipios de >20.000 hab. Protección Civil, servicios sociales, incendios, matadero.
- Municipios de >50.000 hab. Transporte urbano y protección del medio ambiente.
La atribución de competencias por delegación, de la Administración del Estado, de las CC.AA. y de otras
Entidades Locales en los municipios está prevista en la LBRL, para materias que afecten a sus intereses
siempre que con ello se mejore el servicio. Esta delegación está sujeta a las siguientes reglas:
- El acuerdo de delegación debe determinar el alcance.
- La efectividad requiere aceptación por el municipio e informe previo de la CC.AA.
- Las competencias delegadas se ejercen de acuerdo a la Legislación del Estado o de las CC.AA.
correspondientes.
La LBRL les reconoce las competencias que les atribuyan las Leyes del Estado y de las CC.AA. y, en todo caso:
- Coordinación de los servicios municipales para garantizar una prestación adecuada en todo el
territorio provincial.
- Asistencia técnica y cooperación con los municipios.
- Prestación de servicios públicos de carácter supramunicipal.
- Fomento y desarrollo de los intereses de la provincia.
- El seguimiento de los costes efectivos de los servicios prestados por los municipios de su provincia.
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Por delegación, las provincias pueden ejercer competencias del Estado y de las CC.AA. y la gestión ordinaria
de servicios propios de las CC.AA.
La LBRL prevé la existencia de otras entidades locales de carácter supramunicipal. Son las Comarcas, las Áreas
Metropolitanas y las Mancomunidades de Municipios. Las dos primeras creadas por las CCAA mediante Ley, la
tercera fruto del derecho de los municipios a asociarse.
Las Comarcas, son Entidades que agrupan varios Municipios cuyas características determinen intereses
comunes precisado de una gestión propia.
Las Áreas Metropolitanas son Entidades locales integradas por los Municipios de grandes
aglomeraciones urbanas donde existan vínculos económicos y sociales.
Las Mancomunidades de Municipio tiene personalidad y capacidad jurídica para el cumplimiento de sus
fines específicos y se rigen por sus propios Estatutos.
Se rigen por:
Ley de Bases de Régimen Local (LBRL).
Texto Refundido de Disposiciones Legales en materia de Régimen Local (TRRL).
Reglamento de Organización, Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Entidades Locales.
Normativa estatal y autonómica aplicable derivada de la distribución de competencias del bloque de
constitucionalidad.
Los órganos colegiados de las Entidades Locales funcionan en régimen de sesiones ordinarias de periodicidad
preestablecida y sesiones extraordinarias. Sus acuerdos se fijan por mayoría simple de los miembros presentes,
salvo algún caso que requiere mayoría absoluta del número legal de miembros.
En cuanto a las relaciones interadministrativas, se impone a todas las Administraciones el deber de cooperar,
respetando las competencias ajenas. Se prevé la creación de órganos de colaboración y de una Comisión
Territorial de Administración Local en cada CC.AA.
En cuanto al estatuto de los miembros de las Corporaciones Locales, la LBRL persigue su profesionalización.
Para ello establece que los cargos que se desempeñen con dedicación exclusiva perciban retribución y los
desempeñados con dedicación a tiempo parcial perciban retribución por la parte efectiva. Para asegurar su
imparcialidad se regulan las causas de posible incompatibilidad. Deben abstenerse de participar en asuntos en
los que puedan incurrir en las causas de abstención o recusación previstas en la LRJPAC.
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LECCIÓN 6
LA ADMINISTRACIÓN INSTITUCIONAL.
1. INTRODUCCIÓN.
ámbito competencial.
Territorial que las crea, que nombra y separa a los titulares de sus órganos y ante la cual
son responsables.
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Más tarde, la ley 14/2000, de 29 de diciembre, añadió el artículo 6 del texto refundido de
la Ley General Presupuestaria de 1988 un apartado, el 5, en el que se previó una nueva
forma de ente instrumental, la Fundación Pública. Y después la ley 28/2006, de 18 de
julio, de agencias estatales para la mejora de los servicios públicos, introdujo la
categoría de las agencias estatales con la intención que se convirtiese en el organismo
público por defecto, ordenando la transformación a esta figura de todos aquellos cuyos
objetivos y actividades se ajusten a su naturaleza.
La ley 40/ 2015, de 1 de octubre, Régimen Jurídico del Sector Público LRJSP
Ha vuelto a modificar el régimen jurídico eliminando categorías, como las agencias e
introduciendo otras por recomendaciones del informe CORA.
La nueva clasificación no resuelve el eterno problema de la falta de disciplina de las
Administraciones.
Disposiciones adicionales
Duodécima (Régimen Jurídico De Las Autoridades Portuarias Y Puertos Del Estado)
Decimotercera (Régimen Jurídico de las Entidades Gestoras y Servicios Comunes de la
Seguridad Social)
Decimoséptima (Régimen jurídico de la Agencia Estatal de Administración Tributaria),
Decimoctava (Régimen Jurídico del Centro Nacional de Inteligencia) y decimonovena
(Régimen Jurídico del Banco de España)
Mantiene las peculiaridades de algunos de los entes más importantes de la administración
institucional, que se quedan fuera de la clasificación.
El artículo 84.2 establece “La Administración General del Estado integrante del sector
público institucional estatal no podrá, Por sí mismas y en colaboración con otras
entidades públicas o privadas, crear, ni ejercer el control ejecutivo, directa e
indirectamente, sobre ningún otro tipo de entidad distinta de las enumeradas en este
artículo, con independencia de su naturaleza y régimen jurídico”
La creación de estos entes se lleva a cabo mediante una Ley artículo 91, deja abierto el
mecanismo por el que las sucesivas administraciones se han escapado de la clasificación,
ya que cualquier ley de creación de un ente público puede establecer una regulación
peculiar, sin sujetarse a las prescripciones de la LRJSP. Con el tiempo veamos aparecer
nuevas clases de entes.
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susceptibles de contraprestación, en calidad de organizaciones instrumentales
diferenciadas y dependientes de está.
Se rigen por el Derecho Administrativo (la LRJSP, Ley de creación, sus estatutos,
LPAC, el Texto Refundido de la Ley de Contratos del Sector Público, la Ley de
Patrimonio de las Administraciones Públicas, y el resto de las normas de derecho
administrativo que le sea de aplicación). Son ejemplos de organismos autonómicos las
Confederaciones hidráulicas, el Instituto de Estudios Fiscales y el Instituto Nacional de
Estadística.
Los titulares de sus organismos directivos se nombran por las mismas reglas que rigen
para la Administración General del Estado. Su personal puede ser funcionario o laboral,
en los mismos términos que los establecidos por la Administración General del Estado.
Su patrimonio se rige por la Ley 33/2003, de 23 de noviembre, de Patrimonio de las
Administraciones Públicas.
Su contratación se rige por las normas generales de la contratación de las
Administraciones Públicas, hoy reguladas por el Texto Refundido de la Ley de
Contratos del Sector Público, aprobado por el Real Decreto Legislativo 3/2011, de 14
de noviembre (LCSP)
Sus actos y resoluciones son susceptibles de los recursos administrativos previstos en la
LPAC, poniendo fin a la vía administrativa los actos enumera dos de los máximos
órganos de dirección unipersonales o colegiados, de acuerdo con sus estatutos.
8 MANCOMUNIDADES Y CONSORCIOS
Existen otras formas de entes instrumentales que se diferencian de las anteriores porque
en su creación participan varios Entes públicos territoriales que crean un organismo para
la gestión común de una obra o un servicio. Son las mancomunidades de Municipios y
los Consorcios.
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TEMA 7
EL PERSONAL AL SERVICIO DE LAS ADMINISTRACIONES
PÚBLICAS
1. EL SISTEMA ESPAÑOL DE EMPLEO PÚBLICO
1.1 Los modelos abierto y cerrado de empleo público
Existen dos modelos básicos de gestión de empleo público y ambos han influido en el sistema español:
Modelo abierto: origen anglosajón (norteamericano).
Modelo cerrado: origen francés.
Modelo abierto: Se basa en la idea de que la mejor forma de gestionar el empleo público es contratar al mejor
candidato posible para cada puesto de trabajo lo que requiere conocer todos los puestos de la administración y
sus características.
Características:
Los empleados públicos son contratados para un puesto concreto acorde a su cualificación.
No existe “carrera” profesional.
Precariedad en el empleo. Si el puesto de trabajo desaparece se rompe el vínculo contractual entre
trabajador y Administración. Se habla de despojo o botín cuando esta precariedad es llevada a sus
últimas consecuencias, cuando el partido político ganador de unas elecciones despide a todos los
empleados públicos nombrados por el anterior gobierno y nombra nuevos empleados entre sus
simpatizantes y afiliados.
Ventajas: sistema flexible ya que permite modificar estructuras administrativas sin preocuparse de
buscarle un puesto a los funcionarios cuyos puestos desaparecen. Los gastos de formación corren a
cargo del empleado ya que se contrata a personas ya cualificadas.
Modelo cerrado: Lo importante no es tener una cualificación técnica para desempeñar un puesto de trabajo
concreto, es el conocimiento general de la administración y una vocación que asegure una vinculación
permanente a ella.
Características:
Los empleados públicos no son contratados para ocupar un puesto de trabajo concreto. Ingreso en un
cuerpo de funcionarios jerárquicamente ordenados en función de su orden de ingreso.
La relación entre los funcionarios y la administración no se rige por un contrato, es estatutaria.
La “carrera”, por el mero transcurso del tiempo, el funcionario asciende a puestos con mayor
responsabilidad.
Estabilidad. Como no se suscribe a contrato sino que ingresa en el cuerpo, no hay relación entre la
desaparición de puestos de trabajo y la vinculación del funcionario con la Administración.
Ventajas: Vocación de servicio público y conocimiento general de la Administración gracias a la carrera
administrativa.
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En 1964 el Texto Articulado de la Ley de Funcionarios Civiles del Estado (LFCE) reforma radicalmente el sistema
hasta entonces vigente:
Unifica el régimen jurídico integrando todos los funcionarios en dos clases de cuerpos, cuerpos
generales y cuerpos especiales.
Los cuerpos generales dejan de estar subordinados.
Se desjerarquizan los cuerpos.
Se importa del modelo abierto la técnica de la clasificación de puestos de trabajo.
Se crean nuevas formas de vinculación profesional con la Administración distintas de la funcionarial.
En 1984 se aprueban La Ley de Medidas para la Reforma de la Función Pública, que no la deroga pero reforma
profundamente la LFCE, abandonando el modelo cerrado y pasando a uno abierto, basado en la clasificación
de los puestos de trabajo, pero sin llevar el cambio de modelo a sus últimas consecuencias ya que no suprime
los cuerpos de funcionarios, aunque generaliza la contratación de personal no funcionario y acerca el régimen
jurídico del personal funcionario al del personal laboral.
En 2007 y 2015 se efectúan dos reformas y el resultado final es un modelo abierto construido sobre la
estructura de un modelo cerrado. Las normas básicas que rigen la función pública española son el EBEP 2015, y
los artículos no derogados de la LFCE de 1964 Y la LMRFP 1984.
Les son aplicables las normas de los funcionarios de carrera y su selección debe cumplir con los principios de
igualdad, mérito, capacidad y publicidad.
Cesan cuando desaparece la causa que justificó su nombramiento y por las causas generales previstas para la
pérdida de la condición de funcionario.
El personal laboral: aquel que en virtud de contrato de trabajo formalizado por escrito, en cualquiera
de las modalidades de contratación previstas en la legislación laboral, presta servicios retribuidos para
las Administraciones Públicas. Pueden ser fijos, por tiempo indefinido o temporal.
Personal eventual. En virtud de nombramiento y con carácter no permanente, solo realiza funciones de
confianza y asesoramiento especial. Su nombramiento y cese son libres. El cese tendrá lugar, en todo
caso, cuando se produzca el de la autoridad que lo nombra. No es mérito para acceder a la función
pública o para la promoción interna.
Personal directivo. El EBEP prevé un régimen jurídico específico para el personal que desarrolla
funciones directivas profesionales en las Administraciones autonómicas.
Además podemos añadir el personal de la Administración Militar y los funcionarios de policía estatal,
autonómica y local que se rigen por su legislación correspondiente.
Los funcionarios de las CC.AA. y de los Entes Locales se rigen por las mismas reglas que los del Estado,
pues el EBEP, la LFCE y la LMRFP tienen carácter de legislación básica.
El personal al servicio de los órganos constitucionales (Cortes, CGPJ…) y el personal al servicio del
Poder Judicial se rigen por sus estatutos y por la legislación general de funcionarios.
Los profesionales oficiales (por ejemplo Notarios) son seleccionados y nombrados por el Estado pero no
perciben retribuciones con cargo a éste sino de los particulares por medio de un arancel.
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3. SELECCIÓN DEL PERSONAL E INGRESO EN LA FUNCIÓN PÚBLICA
La Constitución reconoce a los ciudadanos el derecho a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y
cargos públicos y que la regulación de acceso a la función pública se hará de acuerdo con los principios de
mérito y capacidad.
La selección del personal comienza con la “oferta de empleo público” que aprueba el Gobierno en el primer
trimestre de cada año y que comprende las vacantes presupuestarias existentes. A continuación se convocarán
los procesos selectivos de acceso para las vacantes previstas.
La convocatoria junto con las bases se publica en el BOE. Las bases son importantes porque son la norma por la
que se regirá el procedimiento de selección.
Las condiciones de ingreso son los requisitos que deben cumplir los aspirantes:
Nacionalidad española o de un Estado miembro de la UE.
Poseer capacidad para el desempeño de las tareas.
Tener 16 años y no exceder de la edad de jubilación forzosa.
No haber sido separado del servicio de las Administraciones Públicas o inhabilitado.
Poseer la titulación exigida.
Los órganos de selección deben ser colegiados y su composición debe ajustarse a los principios de
imparcialidad y profesionalidad.
El EBEP exige que los procesos selectivos tengan carácter abierto y garanticen la libre concurrencia.
Los sistemas selectivos de funcionarios de carrera y personal laboral serán los de “oposición” y “concurso-
oposición”, que deberán incluir pruebas para determinar la capacidad de los aspirantes y establecer el orden de
prelación. Sólo en virtud de ley podrá aplicarse, con carácter excepcional, el sistema de concurso que consistirá
únicamente en la valoración de méritos.
La condición de funcionario de carrera se adquiere por el cumplimiento sucesivo de los siguientes requisitos:
Superación del proceso selectivo, nombramiento, acatamiento de la CE y el resto de Ordenamiento Jurídico y
toma de posesión dentro del plazo establecido.
Otra novedad del EBEP es el establecimiento de evaluaciones del desempeño mediante los que se mide y
valora el rendimiento de los empleados.
Las relaciones de puestos de trabajo son catálogos que describen cada uno de los puestos de trabajo existentes
en la Administración.
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El sistema normal de provisión de puestos de trabajo es el concurso. El concurso consiste en la valoración de los
méritos y capacidades de los candidatos por órganos colegiados de carácter técnico.
Los puestos de trabajo también pueden cubrirse por el procedimiento de libre designación, es la apreciación
discrecional por el órgano competente de la idoneidad de los candidatos en relación con los requisitos exigidos
para el desempeño del puesto de acuerdo con los criterios que establezcan las leyes que desarrollen el EBEP.
Otras formas de provisión son el traslado, la reasignación de efectivos, el reingreso, la adscripción provisional
y las comisiones de servicio.
Cuando las necesidades del servicio lo requieran, pueden cubrirse los puestos de trabajo mediante traslado,
respetando las retribuciones y condiciones esenciales del trabajo. El traslado puede obedecer a una
redistribución de efectivos sin que suponga cambio de municipio o a un cambio en la adscripción de puestos
de trabajo, requiriendo consentimiento del funcionario en caso de que suponga un cambio de municipio.
La ley 22/1993 introdujo los Planes de empleo, que permiten la supresión de puestos de trabajo, pudiendo ser
destinado el funcionario, en caso de supresión, a otro puesto de trabajo por el procedimiento de reasignación
de efectivos.
En caso de reingreso al servicio activo, si no existía reserva de puesto de trabajo, se efectúa mediante su
participación en las convocatorias de concurso, por adscripción provisional o por reasignación.
La comisión de servicio es un mecanismo de cobertura de puestos de trabajo, en casos de urgente necesidad,
por un funcionario que reúna los requisitos. Puede ser voluntaria o forzosa. Las comisiones de servicio tienen
una duración máxima de un año prorrogable por otro. A los funcionarios en comisión de servicio se les reserva
el puesto del que proceden.
Remoción del puesto de trabajo.
Los funcionarios nombrados por libre designación pueden ser destituidos discrecionalmente por la
autoridad que los nombró.
Los funcionarios que hayan obtenido su plaza por concurso pueden ser removidos por causas
sobrevenidas:
Por alteración del contenido del puesto de trabajo.
Por falta de capacidad para el desempeño del puesto
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7. DERECHOS Y DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS
Los empleados públicos deberán desempeñar con diligencia las tareas asignadas y velar por los intereses
generales con sujeción y observancia de la Constitución y el resto del ordenamiento jurídico.
Deberán actuar con arreglo a los principios de: Objetividad. Integridad. Neutralidad. Responsabilidad.
Transparencia. Respeto a la igualdad entre hombres y mujeres Etc.
Como derechos destacables de los funcionarios:
Inamovilidad de la condición de funcionario de carrera: Tienen derecho a conservar la condición de funcionario
y a obtener un puesto de trabajo, pero no a permanecer en un puesto de trabajo concreto
Retribución de los funcionarios
a) Retribuciones básicas: sueldos y trienios.
b) Retribuciones complementarias: 1. por la progresión en la carrera, 2. especial dificultad técnica,
responsabilidad, dedicación… 3. El grado de interés, iniciativa… 4. Servicios extraordinarios fuera de
la jornada.
c) Pagas extraordinarias: son dos al año.
d) Indemnizaciones por razón de servicio: compensan a los trabajadores por los gastos incurridos en su
servicio (por traslados, desplazamientos por razón de servicio…)
Vacaciones, descansos, permisos y licencias. (vacaciones de 22 días hábiles/año- los sábados y domingos no
se consideran hábiles, o la parte proporcional).
Los funcionarios tienen derecho a los permisos regulados en el art. 48 y 49 del EBEP.
Tienen derecho a la protección social que se garantiza por dos sistemas:
Sistema de clases pasivas (pensiones y jubilación).
Mutualismo administrativo (protección a los mutualistas frente a contingencias de asistencia
sanitaria, incapacidad temporal o permanente, etc.)
Los funcionarios tienen reconocidos los mismos derechos colectivos que los trabajadores, con
limitaciones en algunos casos. Son la libertad sindical, la negociación colectiva y la representación en la
determinación de las condiciones de trabajo, el derecho a huelga, el planteamiento de conflictos
colectivos de trabajo y el derecho a reunión (art. 15 EBEP).
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10. EXTINCIÓN DE LA RELACIÓN FUNCIONARIAL
La pérdida de la condición de funcionario está regulada en el EBEP, que prevé las siguientes causas:
Renuncia. Acto formal mediante el cual el funcionario manifiesta su voluntad de poner fin a la relación
funcionarial. Requiere la aceptación de la Administración y no inhabilita para volver a ingresar en la
función pública.
Pérdida de la nacionalidad. (ahora por la pérdida de nacionalidad española, de la UE o de los países adscritos a
la libre circulación)Determina también la pérdida de la condición de funcionario.
Pena de inhabilitación (principal o accesoria)respeto a todos los empleos o cargos que tuviere o
impuesta por sentencia firme.
Jubilación total del funcionario (forzosa, voluntaria, declaración de incapacidad para ejercer las funciones de su
cuerpo o escala).
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LECCIÓN 8
LA ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA.
1. INTRODUCCIÓN.
La actividad administrativa puede estudiarse desde una perspectiva formal o desde una perspectiva material.
Desde una perspectiva formal la administración se manifiesta mediante actos, reglamentos y contratos.
Desde una perspectiva material, el Estado moderno se caracteriza por la diversidad de fines que persigue y por
la multiplicidad de medios empleados para su consecución. Esta heterogeneidad dificulta su estudio.
2. LA ACTIVIDAD DE POLICÍA.
2.1. CARACTERIZACIÓN DE LA ACTIVIDAD DE POLICÍA.
Constituyen actividad administrativa de policía todas las intervenciones administrativas que limitan los derechos
de los particulares.
La esencia de la actividad de policía es su incidencia negativa en los derechos y libertades de los particulares y
por eso el principio de legalidad opera con máximo rigor en esta clase de actividad. Su justificación radica en la
necesidad de establecer límites a los derechos y libertades de los particulares e incluso reconducir su actividad
para evitar perjuicios a terceros o que impidan la realización del interés general.
Las intervenciones de policía pueden ser de muy diversa índole y de intensidad variable. La forma menos
intensa es la imposición de deberes de información a las Administraciones. Otro grado más intenso es la
obligación de soportar actuaciones de inspección por parte de las Administraciones. Más intensa es la sujeción a
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técnicas de condicionamiento del ejercicio de derechos (homologaciones, acreditaciones, etc.). El grado más
intenso son las técnicas ablatorias, que pueden consistir en la privación total o parcial de derechos
(expropiaciones) o situaciones jurídicas negativas (prestaciones, deberes, etc.).
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mantener su cumplimiento. Esos requisitos deberán estar recogidos de manera expresa, clara y precisa en la
declaración responsable.
La comunicación es un documento mediante el que los interesados ponen en conocimiento de la
Administración sus datos identificativos y demás requisitos exigibles para el ejercicio de un derecho o el inicio
de una actividad.
Las declaraciones responsables y las comunicaciones permitirán, con carácter general, el ejercicio de un
derecho o el inicio de una actividad, desde el día de su presentación, sin perjuicio de las facultades de control
atribuidas a las administraciones.
La inexactitud, falsedad u omisión en un dato de carácter esencial en una declaración responsable o en una
comunicación previa determinan la imposibilidad de continuar con la actividad.
Las Administraciones tendrán publicados modelos de declaración responsable y de comunicación .
El primer criterio delimitador del servicio público es el de distinción entre funciones públicas y servicios
públicos. Son funciones públicas las actividades propias del Estado que implican el ejercicio de potestades
administrativas. Serían servicios públicos el resto de actividades asumidas por el Estado pero que también
podrían ser desempeñadas por particulares (ej. Defensa y Justicia son funciones públicas vs. Transporte es
servicio público).
Un segundo criterio es el de distinción entre servicio público y actividad empresarial o gestión económica.
Durante el siglo XX los Estados se han introducido en actividades económicas o industriales. Estas actividades se
prestan en régimen de Derecho privado y en concurrencia con otros particulares, mientras que el servicio
público se presta en monopolio.
Partiendo de estos dos criterios la noción estricta de servicio público se refiere a actividades esenciales para la
comunidad, susceptibles de contraprestación económica, y prestadas por la Administración en Régimen de
Monopolio.
Según dispone la Ley de Contratos del Sector Público, el servicio público se caracteriza por los siguientes rasgos:
Es una actividad que tiene un contenido económico que lo haga susceptible de explotación por
empresarios particulares.
No puede implicar el ejercicio de la autoridad de los poderes públicos.
Requiere la “publicatio” o declaración de que la actividad queda asumida por la Administración como
propia.
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Mediante la “publicatio” la Administración asume la titularidad de un servicio público. Pero no significa que el
servicio vaya a ser prestado directamente por la Administración.
Existen dos formas de gestión de los servicios públicos: gestión directa o propia, cuando es la misma
Administración la que presta el servicio, y gestión indirecta o contractual, cuando la Administración encomienda
a un tercero la prestación del servicio.
Gestión propia. La Administración puede prestar el servicio directamente mediante órganos de su
estructura administrativa o encomendándose
Gestión mediante contrato. Consiste en encomendar a un tercero la gestión de un servicio público, de
acuerdo con alguna de las modalidades de contrato de gestión de servicios públicos regulados por la
LCSP. La LCSP prevé cuatro modalidades de contratación:
A) Concesión (El empresario gestiona el servicio a su riesgo y ventura).
B) Gestión interesada (Administración y empresario participan en los resultados en la proporción que se
establezca en el contrato).
C) Concierto (Con quien venga realizando prestaciones análogas).
D) Sociedad de economía mixta (Participada por la Administración).
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Los servicios públicos impropios son actividades realizados por particulares pero sujetas a un régimen
de intervención administrativa tan intenso que acerca su régimen al del concesionario de un servicio
público, con la diferencia de que en lugar de un concesionario habrá varios operadores.
Los nuevos servicios públicos se refieren a servicios respecto de los cuales se ha producido
“despublicación” y que pudiendo ser asumidos por empresas privadas, el Estado conserva la
responsabilidad de hacer llegar un nivel de prestaciones básicas a todos los ciudadanos.
4. LA ACTIVIDAD DE FOMENTO.
4.1. CARACTERIZACIÓN DE LA ACTIVIDAD DE FOMENTO.
Al establecer su clasificación, Jordana de Pozas definió la actividad de fomento como la acción de la
Administración encaminada a proteger aquellas actividades que se estiman de utilidad general, sin usar
coacción, ni crear servicios públicos.
Se trata de la actividad administrativa que consiste en incentivar la actividad de los particulares para dirigirla a
la consecución de fines de interés general. Durante el siglo XX la actividad de fomento se convirtió en uno de los
instrumentos de política económica más importantes, hoy en día su actividad no ha disminuido y se ha
avanzado en su sujeción al Derecho.
La Constitución menciona la actividad de fomento en varios artículos imponiendo a los Poderes Públicos el
fomento de:
- La educación sanitaria, la educación física y el deporte.
- Organizaciones de consumidores y cooperativas.
- Fomento del desarrollo económico. - Coordinación de la investigación científica y técnica.
La pertenencia de España a la UE ha obligado a replantear las ayudas en favor de la libre competencia que es
uno de los principios fundamentales del Derecho Comunitario.
4.3. LA SUBVENCIÓN.
La Ley General de Subvenciones (LGS) regula la materia de manera exhaustiva.
Concepto. Se entiende por subvención toda disposición dineraria realizada por una Administración a
favor de personas públicas o privadas realizada sin contraprestación directa de los beneficiarios y sujeta
al cumplimiento de un determinado objetivo, ejecución de un proyecto, adopción de un
comportamiento, etc.
La LGS establece los siguientes principios generales de la actividad subvencional:
- Planificación. Obligación de elaborar un plan estratégico de subvenciones.
- Corrección de fallo y distorsión mínima del mercado.
- Gestión de acuerdo con los principios de publicidad, transparencia, concurrencia, objetividad…
El otorgamiento pasa por el cumplimiento previo de los siguientes requisitos:
- Comunicación a la UE cuando proceda.
- Aprobación de las normas de la concesión.
- Existencia de crédito suficiente.
- Tramitación del proceso de concesión.
- Finalización previa.
- Aprobación del gasto.
Los órganos competentes para la concesión son los Ministros y los Secretarios de Estado en la AGE.
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Toda subvención implica a dos partes: el beneficiario y la Administración concedente. La obligación
fundamental de los beneficiarios es realizar la actividad que fundamenta la concesión y justificarlo.
El procedimiento ordinario de concesión de subvenciones se tramita en régimen de concurrencia competitiva
comparando las solicitudes con las bases, o de forma directa. La adjudicación directa solo procede en tres
supuestos: subvenciones nominativas, impuestas por una norma de rango legal y con carácter excepcional en
las que se acrediten razones justificadas.
Concedida la subvención, la regla general es que su pago se realice después de que el beneficiario haya
justificado la realización de la actividad, aunque se admiten pagos a cuenta en caso necesario.
Las causas de la nulidad de la concesión son las de nulidad de los actos administrativos contempladas en la
LPAC y la carencia de crédito. Otras infracciones pueden determinar la anulabilidad de la concesión.
Se atribuye a la Intervención General del Estado el control financiero de las subvenciones, que tendrá por
objeto verificar:
- Adecuada obtención de la subvención.
- Cumplimiento de las obligaciones del beneficiario.
- Justificación de la subvención por parte de los beneficiarios.
- Realidad y regularidad de las acciones financiadas con la subvención.
- Correcta financiación de las actividades subvencionadas.
La LGS regula las infracciones y sanciones administrativas relacionadas con las subvenciones.
5. LA ACTIVIDAD SANCIONADORA.
5.1. ORÍGENES EVOLUCIÓN Y CONCEPTO.
Aunque la aplicación estricta del principio de separación de poderes requiere que el enjuiciamiento y la
imposición de las sanciones correspondientes estén atribuidos a los Jueces y Tribunales, la mayor parte de las
sanciones se imponen por la Administración como consecuencia de ilícitos administrativos.
Esta anomalía es fruto de una evolución histórica cuyo punto de partida está en el doble carácter
(administrativo y judicial) que tenían los alcaldes y que se mantuvo al implantarse el sistema constitucional y ha
conseguido mantenerse en nuestro ordenamiento hasta hoy.
La Constitución de 1978 reconoce expresamente la potestad sancionadora de la Administración, de su art. 25
se deduce que la actividad sancionadora es aquella mediante la cual la Administración reprime las conductas
previamente tipificadas como infracción administrativa.
El ejercicio de la potestad sancionadora está regulado en la LRJSP, LPAC y en el Reglamento para el Ejercicio de
la Potestad Sancionadora.
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-Grado de culpabilidad o intencionalidad
-Continuidad o persistencia de la infracción
-Reincidencia.
La comisión de las sanciones tipificadas no puede resultar más beneficioso que el cumplimiento de las
normas. En el caso de derivación de comisión de infracciones se impone la sanción a la infracción más
grave. Es infracción continuada la acción u omisión que infrinjan los mismos o semejantes preceptos
administrativos.
Se podrá imponer la sanción en grado inferior cuando se justifique.
Principio de prescripción. Regulado en la LRJSP. Aporta seguridad jurídica, y en su virtud la
Administración dispone de un plazo determinado para aplicar la sanción, transcurridos esos plazos, la
infracción y la sanción prescriben. En caso de desestimación del recurso de alzada interpuesto contra la
resolución el plazo comienza al días siguiente en que finalice el plazo previsto para la resolución del
recurso. Se deben fijar los plazos de prescripción.
Principio “non bis in idem”. Prohíbe imponer más de una sanción por unos mismos hechos.
Una vez finalizado el procedimiento se formula propuesta de resolución que será notificado a los
interesado e indicará la puesta de manifiesto del procedimiento y el plazo para formular alegaciones y
presentación de documentos.
Resolución del procedimiento sancionador debe incluir valoración de las pruebas, hechos, responsables
infracción sanción o declaración de no existencia de infracción. Esta resolución será ejecutiva y pone fin al
procedimiento cuando no cabe recurso ordinario. Si cabe el recurso contencioso administrativo que podría
suspender cautelarmente la resolución.
La Constitución prevé la asunción por las CC.AA. de las competencias en materia de asistencia social. Hoy todas
las CC.AA. han aprobado una Ley de Servicios Sociales. Todas suelen seguir un mismo modelo organizativo, que
distingue entre servicios sociales de base, de carácter municipal; servicios sociales comunitarios y servicios
sociales especializados.
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9 EL ACTO ADMINISTRATIVO
1 CONCEPTO DEL ACTO ADMINSITRATIVO
Para cumplir sus fines, la Administración realiza multitud de actividades que producen efectos sobre terceros.
Según la Constitución, esta actividad está sujeta a Derecho (art. 103.1 CE) y corresponde a los Tribunales el
control de su legalidad (art. 106.1 CE).
La doctrina ha elaborado un concepto amplio de acto administrativo como “toda manifestación de voluntad, de
deseo, de conocimiento o de juicio realizado por la Administración Pública en el ejercicio de una potestad
administrativa”.
El concepto de acto administrativo tiene un origen procesal ligado a la aparición de la jurisdicción contencioso
administrativa surgida en Francia. Esta jurisdicción especial, integrada por funcionarios, tiene encomendado el
conocimiento de los `conflictos suscitados por la actividad administrativa. El concepto de acto administrativo
delimita el ámbito competencial de esta jurisdicción.
Desde un punto de vista procesal, se puede definir el acto administrativo como “un acto dictado por la
Administración Pública, sujeto a Derecho Administrativo, y que produce efectos jurídicos”.
Esta definición debe ser matizada, ya que además de las Administraciones Públicas, existen actos dictados por
otros Poderes públicos que también están sujetos a Derecho Administrativo. También entrarían en el concepto
procesal de acto administrativo. Y podemos añadir incluso la inactividad de la Administración que también es
recurrible.
Los actos discrecionales no deben confundirse con los “actos de concreción de un concepto jurídico
indeterminado”. Que es un término relacionado con el uso del legislador de conceptos vagos o genéricos. Esta
indeterminación solo se encuentra en la norma, ya que en la aplicación solo existe una solución justa en cada
caso concreto.
Existen tres técnicas fundamentales de control de los actos discrecionales:
Control de los elementos reglados. El sometimiento pleno al Derecho no permite hablar de actos
completamente discrecionales, a lo sumo elementos discrecionales en actos administrativos.
Control de los elementos determinantes. Aunque la valoración sea discrecional, la existencia del
supuesto no lo es y puede ser controlada.
Respeto a los principios generales del Derecho. Deben ser observados por la Administración en el
ejercicio de las potestades discrecionales. Todas estas técnicas se apoyan en la motivación del acto
administrativo, que es uno de sus elementos fundamentales y que consiste en la exposición de razones
que motivan el acto.
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Los actos definitivos son los que ponen fin al procedimiento, los de trámite son los producidos en el seno del
procedimiento sin poner fin a éste.
La distinción tiene relevancia procesal porque, en principio, solo son recurribles los actos definitivos. Los actos
de trámite solo se pueden recurrir si deciden el fondo del asunto, determinan la imposibilidad de continuar el
procedimiento o produzcan indefensión o perjuicio irreparable.
Los actos administrativos pueden clasificarse en virtud de diversos criterios. Los de mayor relevancia jurídica
son:
2.3. ACTOS QUE NO AGOTAN LA VÍA ADMINISTRATIVA, ACTOS FIRMES O CONSENTIDOS Y ACTOS
CONFIRMATORIOS.
El interés de esta clasificación radica en que se trata de actos que están excluidos del control de la jurisdicción
contencioso-administrativa.
Los actos que agotan la vía administrativa son los que no pueden ser objeto de recurso ordinario, salvo
el recurso potestativo de reposición. Por el contrario, no agotan la vía administrativa los actos contra los
que cabe interponer recurso ordinario distinto del potestativo de reposición. Para poder acudir a los
Tribunales es necesario haber agotado la vía administrativa. En general ponen fin a la vía administrativa:
1. Resoluciones de los recursos de alzada.
2. Resoluciones de los procedimientos de impugnación que sustituyen al recurso de alzada.
3. Resoluciones de órganos administrativos sin superior jerárquico.
4. Los acuerdos, convenios o contratos que sean finalizadores del procedimiento.
5. Resoluciones de procedimientos de responsabilidad patrimonial
6. Resolución de procedimientos complementarios en materia sancionadora (90.4 LPAC)
7. Demás resoluciones de órganos administrativos.
En el ámbito estatal:
1. Actos administrativos de Gobierno
2. Emanados de los Ministros y Secretarios de estado
3. Emanados de Director general o superior.
4. En los Organismos públicos y entidades derecho público de la Administración General del
Estado.
Son actos firmes, los que con independencia de que hayan agotado o no la vía administrativa, se convierten en
inatacables por el transcurso de los plazos legales previstos para su impugnación sin que la persona haya
interpuesto el recurso administrativo que corresponda.
Los actos que sean reproducción de otros anteriores y firmes y los confirmatorios de actos consentidos no
admiten recurso contencioso administrativo.
Son actos de gravamen los que producen un efecto jurídico negativo sobre sus destinatarios.
Según la LPAC, los actos favorables solo pueden ser revocados mediante el procedimiento de revisión de oficio
o por los Tribunales. En cambio la revocación de los actos desfavorables no exige ningún procedimiento y puede
acordarse en cualquier momento siempre que no sea ilegal o contraria al principio de igualdad, al interés
público o al Ordenamiento Jurídico.
Según la LRJPAC, los actos favorables pueden tener efectos retroactivos cuando los supuestos de hecho
necesarios existieran en la fecha a que se retrotraiga. Por el contrario, los actos de gravamen no pueden tener
efectos retroactivos.
La LPAC establece que los actos que limiten los derechos subjetivos e intereses legítimos deben motivarse, con
sucinta referencia de hechos y fundamentos de Derecho.
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En principio, todos los actos de la Administración deberían ser expresos, ya que según la LPAC “La
Administración está obligada a dictar resolución expresa en todos los procedimientos”. A estos efectos se
establece, con carácter general, un plazo máximo de seis meses para notificar al interesado la resolución
expresa. Los plazos comienzan a computar a partir de la fecha de acurdo de iniciación o desde la fecha de
entrada en el registro electrónico de la Administración u Organismo. El plazo max. de resolución puede
suspenderse.
Para evitar la indefensión que se produce cuando la Administración no resuelve, se acude a una ficción, el
silencio administrativo, que consiste en atribuir a la falta de resolución administrativa en plazo los mismos
efectos que si realmente se hubiese producido. Dado que las resoluciones administrativas suelen tener un
efecto estimatorio o desestimatorio de las pretensiones de su destinatario, basta con saber si su pretensión se
ha estimado, para ejercer el derecho que se pretendía (silencio administrativo positivo), o si se ha desestimado
para poder acudir a los Tribunales (silencio administrativo negativo).
El silencio administrativo se encuentra regulado en la LPAC.
En los procedimientos iniciados a solicitud del interesado, el vencimiento del plazo sin haberse notificado
resolución expresa, legitima al interesado para entender la solicitud estimada o desestimada por silencio
administrativo.
La regla general es el silencio administrativo positivo, excepto en los siguientes casos que tendrá efecto
desestimatorio:
- Que una norma con rango de Ley establezca lo contrario.
- Los procedimientos de ejercicio del Derecho de Petición.
- Si transfieren al solicitante o a terceros facultades relativas al dominio público.
- Los recursos administrativos.
- Los procedimientos de responsabilidad patrimonial de las AAPP
- Los recursos administrativos
La estimación por silencio administrativo tiene a todos los efectos la consideración de acto finalizador del
procedimiento. La desestimación por silencio administrativo tiene los solos efectos de permitir la interposición
de un recurso administrativo o contencioso-administrativo.
Producido el silencio, la Administración no queda exenta de resolver, pero el sentido de la resolución está
condicionado por el sentido del silencio. En los casos de estimación por silencio administrativo, la resolución
solo podrá ser confirmatoria. En los casos de desestimación, la resolución se adoptará sin vinculación al sentido
del silencio.
En los casos iniciados de oficio, la LPAC distingue según se trate de procedimientos susceptibles de producir
actos favorables o de gravamen. Para los actos favorables se aplica el silencio administrativo negativo
(desestimación), para los actos de gravamen opera la regla de caducidad del procedimiento (no hay silencio
administrativo).
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Tipicidad el acto o causa jurídica. Se exige que el contenido de los actos se ajuste a lo dispuesto por el
Ordenamiento Jurídico.
Adecuación al fin: interdicción de la desviación de poder. Se produce una desviación de poder cuando
se usa una potestad para un fin distinto de aquel para el que prevé el Ordenamiento Jurídico.
Determina su anulabilidad.
El contenido debe ser lícito, posible y determinado.
Adecuación a los hechos. Para que un acto sea válido deben concurrir los presupuestos de hecho de
aplicación de la norma.
3.4.1 La notificación.
La notificación es una comunicación individualizada con constancia de la fecha de recepción. Según la
LPAC deben ser notificadas las resoluciones y actos que afecten a derechos e intereses en el plazo de
diez días. La notificación deberá contener el texto íntegro de la resolución, con indicación de si es
definitivo o no en la vía administrativa. La expresión de los recursos que procedan, órgano y plazo para
su interposición. Se considera defectuosa sin los requisitos anteriores. La práctica de la notificación está
regulada en la LPAC. La forma habitual es correo certificado, pero la Ley permite otros medios que
ofrezcan similares garantías.
Cuando los interesados en un procedimiento sean desconocidos, o no se pueda practicar la notificación, se hará
por medio de anuncios en el tablón del Ayuntamiento correspondiente y en el Boletín Oficial de la
Administración que proceda.
Pueden practicar las notificaciones por medios no electrónicos cuando la comparecencia sea espontanea del
interesado o cuando se necesite asegurar la eficacia de la Administración.
No se puede notificar por medios electrónicos el acto que no se pueda convertir en formato electrónico, medios
de pago, los procedimientos de quienes no están obligados a tal relación, y los que desisten de tal relación.
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3.4.3. Practica de las notificaciones a través de medios electrónicos.
Se harán a través de comparecencia en la sede electrónica de la Administración o bien a través de dirección
electrónica habilitada. Estas notificaciones se entenderán practicadas en cuanto se produzca el acceso a su
contenido.
3.4.5 Publicación
La publicación sustituye a la notificación surtiendo sus mismos efectos en los siguientes casos: A) Cuando el
acto tenga por destinatarios una pluralidad indeterminada de personas. B) En los procedimientos selectivos o de
concurrencia competitiva. Los requisitos de contenido de la publicación son los mismos que los de la
notificación.
La LPAC regula la indicación de notificaciones y publicaciones cuando se aprecie que lesionen derecho o
intereses legítimos
Al contrario que la nulidad de pleno derecho, los vicios que determinan la anulabilidad de los actos
administrativos se convalidan por la subsanación de los defectos de que adolecen y por el transcurso del tiempo
establecido para la interposición de los recursos administrativos.
El acto de convalidación producirá efectos desde su fecha, salvo que se den los supuestos que justifiquen la
retroactividad.
La incomunicación de los vicios de invalidez se manifiesta entre actos y dentro del mismo acto, está regulada
en la LPAC que establece que:
1) La nulidad de un acto no implicará la de los sucesivos en el procedimiento que sean independientes del
primero.
2) La nulidad en parte del acto administrativo no implicará la de las partes del mismo independientes.
El principio de conservación de actos y trámites es consecuencia de la incomunicación de la invalidez. “El
órgano que declare la nulidad o anule las actuaciones dispondrá la conservación de aquellos actos cuyo
contenido se hubiera mantenido de no haberse cometido la infracción”.
El principio de conversión de actos viciados. Los actos nulos o anulables que contengan los elementos
constitutivos de otro distinto producirán los efectos de éste.
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La LPAC distingue en función de que se trate de actos nulos de pleno derecho o actos anulables. En el primer
caso se sigue el procedimiento de revisión. En el segundo el procedimiento de declaración de lesividad.
6.3. LA REVOCACIÓN.
La revocación es la eliminación de un acto por razones de oportunidad. La Ley permite que las Administraciones
Públicas revoque mientras no haya transcurrido el plazo de prescripción sus actos de gravamen o desfavorables.
Siempre que no vaya contra la Ley, el principio de igualdad, el interés público o el Ordenamiento Jurídico.
La revocación de los actos favorables no está prevista por la Ley, de lo que hay que deducir que está prohibida
salvo en los casos en que esté permitida expresamente.
Es importante destacar que no cabe, al amparo de esta potestad, proceder a una modificación del acto
administrativo.
Este privilegio tiene dos manifestaciones: la ejecutividad y la ejecutoriedad de los actos administrativos.
La ejecutividad significa que la Administración puede llevar adelante sus resoluciones, ejecutarlas, incluso en
caso de que sus destinatarios interpongan recurso.
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La ejecutividad está basada en la presunción de validez y en el principio de eficacia de la actuación
administrativa. Pero en algunos casos choca con el principio de tutela judicial efectiva, protegido por la
Constitución y que prevalecerá.
En teoría, la prevalencia del derecho a la tutela judicial efectiva sobre la ejecutividad del acto administrativo se
asegura:
En vía administrativa, mediante la regulación de la suspensión de la ejecución, que se podrá acordar
cuando la ejecución pueda causar perjuicios de difícil reparación.
En vía contencioso-administrativa, mediante la previsión de que el órgano jurisdiccional acuerde
medidas cautelares.
Si el acto administrativo es aceptado por sus destinatarios no precisa ninguna actividad de ejecución ulterior.
Pero si los destinatarios oponen resistencia a su ejecución, la Administración no necesita acudir a los Tribunales,
sino que la Ley le reconoce una serie de medios de ejecución forzosa, que enumera la LRJPAC:
La ocupación directa. Toma de posesión de un bien por la Administración.
El apremio sobre al patrimonio. El procedimiento comienza con una providencia de apremio, a la que
sigue el embargo de los bienes del deudor y su posterior venta.
Ejecución subsidiaria. Procede para los actos que por no ser personalísimos pueden ser realizados por
un sujeto distinto del obligado.
La compulsión sobre las personas. Consiste en el empleo de la fuerza física. Solo puede emplearse para
la ejecución de actos que impongan una obligación personalísima de no hacer o de soportar en los casos
que la Ley expresamente lo autorice y dentro del respeto a los derechos.
La multa coercitiva. Consiste en la imposición de multas reiteradas por los lapsos de tiempo que sean
suficientes para cumplir lo ordenado. La multa coercitiva no es una sanción, es un medio de ejecución
forzosa
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LECCIÓN 10
EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO.
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C. A no presentar documentos originales, salvo que de forma excepcional, la normativa aplicable
establezca lo contrario. Si excepcionalmente deben presentar un documento original, tendrán derecho
a obtener una copia autenticada de éste
D. A no presentar datos y documentos no exigidos por las normas aplicables, que ya se encuentren en
poder de la Adm. Públicas o que hayan sido elaborados por éstas.
E. A formular alegaciones, a usar los medios de defensa admitidos, y a aportar documentos en cualquier
fase del procedimiento administrativo anterior al trámite de audiencia, que deberán ser tenidos en
cuenta por el órgano competente al redactar la propuesta de resoluc ión.
F. A obtener información y orientación sobre los requisitos jurídicos o técnicos que las disposiciones
impongan a los proyectos, actuaciones o solicitudes.
G. A actuar asistidos de asesor cuando lo consideren conveniente
H. A cumplir las obligaciones de pago a través de los medios electrónicos previstos en el artículo 98.2
I. Cualesquiera otros que les reconozcan la constitución y las leyes
El listado del art. 53 es útil, pero se deja fuera algunos derechos importantes que asisten a los ciudadanos.
Son los siguientes:
Derecho a iniciar o promover el procedimiento como titular de derecho o intereses legítimos. Art 4.1.a
y 54
Derecho a pedir que se practiquen actos de instrucción. Art 75.1
Derecho a proponer pruebas y a participar en ellas. Art 77.3 y 78
Derecho al trámite de audiencia. Art 82
Derecho a que se respeten los principios de igualdad y de contradicción de los interesados en el
procedimiento. Art 75.4
Cuando concurra alguna de las circunstancias anteriores en las autoridades o en el personal al servicio de las
Administraciones, éstos se abstendrán de intervenir en el procedimiento y lo comunicarán a su superior.
La falta de abstención en los casos que proceda dará lugar a responsabilidad, pero no implicará,
necesariamente, la invalidez de los actos.
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La recusación puede promoverse por los interesados en cualquier momento de la tramitación del
procedimiento por las mismas causas que obligan a la abstención. Se planteará por escrito fundamentando la
causa. El recusado manifestará a su superior si se da o no la causa alegada. Si el superior aprecia la concurrencia
de la causa de recusación, acordará su sustitución. Si el recusado niega la causa de recusación, el superior
resolverá en tres días, previos los informes y alegaciones que considere oportunos. Contra estas resoluciones no
cabe recurso.
La Administración solo está obligada a emplazar para que comparezcan a los titulares de derechos. Los
titulares de intereses pueden comparecer en cualquier momento, pero no existe obligación de emplazarlos.
Es importante esta distinción entre derechos e intereses, recogida en el art. 24 CE.
Derecho subjetivo es el ámbito de poder reconocido por el Ordenamiento Jurídico a un sujeto de
derecho, frente a otros derechos, públicos o privados, de forma que, en caso de incumplimiento
voluntario, pueda llevarlo a la práctica auxiliado por los mecanismos legalmente establecidos.
Interés legítimo es cualquier ventaja o utilidad jurídica que el administrado pueda obtener de la
tramitación de un procedimiento administrativo. Puede consistir tanto en la obtención de un beneficio
como en la evitación de un perjuicio.
La condición de interesado y la participación en el procedimiento requiere también la capacidad de
obrar, que la LPAC en su art. 3 reconoce, además de a los que la tengan a efectos civiles, a los menores
para el ejercicio y defensa de sus derechos e intereses cuando lo permita el Ordenamiento Jurídico-
administrativo sin la asistencia de la persona que ejerza la patria potestad, tutela o curatela, con la
excepción de menores incapacitados. También la tendrán los grupos de afectaos, las uniones y
entidades sin personalidad jurídica y los patrimonios independientes o autónomos, cuando la Ley así
lo declare expresamente.
Representación y dirección técnica (art. 5 LPAC). Se admite la actuación por medio de representante,
pudiendo ejercer la representación cualquier persona física con la capacidad de obrar y las personas
jurídicas, siempre que ello esté previsto en sus estatutos. La representación para acto y gestiones de
mero trámite se presume. En los demás casos deberá acreditarse la representación.
La falta o insuficiencia de representación no impedirá que se tenga por realizado el acto si se aporta o
subsana el defecto en el plazo de diez días o más cuando las circunstancias lo requieran.
No se requiere la asistencia letrada o dirección técnica para actuar en un procedimiento, pero se admite
y no puede ser rechazada por la Administración.
La LRJSP también prevé que las Adm. Públicas habiten a personas físicas o jurídicas para la realización de
determinadas transacciones electrónicas en representación de los interesados (5.7)
Medidas provisionales (art. 56): iniciado el procedimiento, el órgano competente puede adoptar , de
oficio o a instancia de parte, y de forma motivada, las medidas provisionales que considere oportunas
para asegurar la eficacia de la resolución.
Las medidas provisionales que cabe adoptar son:
- Suspensión temporal de actividades
- Prestación de fianzas
- Retirada o intervención de bienes productivos o suspensión temporal de servicios por razones
de sanidad, higiene o seguridad
- Embargo preventivo de bienes, rentas y cosas fungibles
- El depósito, retención o inmovilización de cosa mueble
- Intervención y depósito de ingresos obtenidos mediante una actividad que se considere ilícita y
cuya prohibición o cesación se pretenda
- Consignación o constitución de depósito de las cantidades que se reclamen
- Retención de ingresos a cuenta que deban abonar las Adm. Públicas
- Aquellas otras medidas que prevean las leyes o se estimen necesarias para asegurar la
efectividad de la resolución
Se prohíben las medidas provisionales que pueden causar perjuicio de difícil reparación o impliquen
violación de derechos amparados por las leyes.
La Ley también prevé la adopción de medidas provisionalísimas antes de la iniciación del
procedimiento, en los casos de urgencia inaplazable y para la protección provisional de os intereses
implicados. Estas medidas deberán ser confirmadas, modificadas o levantadas en el acuerdo de
iniciación del procedimiento, que deberá efectuarse dentro de los quince días siguientes a su
adopción.
67
5. INSTRUCCIÓN DEL PROCEDIMIENTO.
La LPAC no regula un procedimiento tipo al que deban ajustarse todos los procedimientos administrativos. Se
limita a establecer unos principios que rigen la instrucción y a regular los diversos trámites que pueden
integrar el procedimiento.
Se rige por el procedimiento inquisitivo, en virtud del cual el órgano competente deberá acordar de
oficio la práctica de las pruebas pertinentes.
De acuerdo a la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC), se admite cualquier medio de prueba válido en
derecho. A las reglas de la LEC, la LPAC añade las siguientes:
En los procedimientos de carácter sancionador, los hechos declarados probados por resoluciones
judiciales penales firmes vincularán a las Adm. Públicas.
Hay dos períodos de prueba:
ORDINARIO: Cuando la Admón. no tenga por ciertos los hechos alegados por los interesados o la
naturaleza del procedimiento lo exija, el instructor del procedimiento acordará la apertura de un
periodo de prueba por un plazo no superior a 30 días ni inferior a 10.
EXTRAORDINARIO: Cuando lo considere necesario, el instructor, a petición d los interesados, podrá
decidir la apertura de un período de prueba por un plazo no superior a 10 días.
Los interesados pueden proponer la práctica de pruebas. Solo podrán ser rechazadas cuando sean
manifiestamente improcedentes o innecesarias mediante resolución motivada. Art. 77.3
Cuando la valoración de as pruebas practicadas pueda constituir el fundamento básico de la decisión
que se adopte en el procedimiento, por ser pieza imprescindible, deberá incluirse en la propuesta de
resolución. Art 77.7
Se notificará a los interesados, con antelación suficiente, el lugar, fecha y hora donde se practicarán las
pruebas. Las pruebas a petición del interesado cuya realización implique gastos que no deba soportar la
Admón, correrán por cuenta de éste. La Admón. podrá exigir el anticipo de estos gastos. Art. 78
Con independencia de las pruebas que se hayan realizado, debe tenerse en cuenta que se reconoce el
derecho de los interesados a presentar pruebas en cualquier momento anterior al trámite de audiencia.
Informes. Son manifestaciones de juicio, jurídico o técnico, que sirven para ilustrar al órgano decisor.
Pueden ser preceptivos, cuando una norma determina su necesidad, o facultativos, cuando en órgano
instructor puede decidir si lo solicita. La omisión de un informe preceptivo es un vicio determinante de
nulidad.
Los informes serán vinculantes o no vinculantes en función de que el órgano que los solicite esté
obligado a resolver de acuerdo con el informe o no.
Salvo disposición expresa, los informes serán facultativos y no vinculantes.
Se emitirán a través de medios electrónicos en el plazo de diez días, salvo que una disposición el
cumplimiento de los plazos permita o exija otro plazo. De no emitirse en plazo, se podrán proseguir las
actuaciones salvo que se trate de un informe preceptivo, en cuyo caso se podrá suspender el transcurso
del plazo máximo legal para resolver.
Si el informe debe ser emitido por una Admón. pública distinta de la que tramita el procedimiento, y
transcurriera el plazo sin que se emita, se podrán proseguir las actuaciones. El informe emitido fuera de
plazo podrá no ser tenido en cuenta al adoptar la resolución.
Vista y audiencia (art. 82). El trámite de vista consiste en el derecho de los interesados de consultar
todo el expediente, finalizada la tramitación y antes de la propuesta de resolución. También pueden
obtener copias de los documentos contenidos en el expediente.
A la vista sigue la audiencia, o derecho de los interesados a alegar y presentar los documentos que
estimen pertinentes en el plazo que se les conceda, no inferior a 10 días ni superior a 15.
Información pública (art. 83). Consiste en la exposición al público del expediente y la apertura de un
plazo de alegaciones. La comparecencia en el trámite de información pública no confiere la condición de
interesado, pero quienes presenten alegaciones u observaciones tienen derecho a obtener de la
Admón. una respuesta razonada.
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La Administración está obligada a dictar resolución expresa y notificarla en todos los procedimientos, salvo
terminación por pacto o convenio y en los procedimientos sometidos únicamente al deber de comunicación
previa a la Administración. Art 21.1
La Administración no podrá en ningún caso abstenerse de resolver. Art 88.5. Además en los supuestos de
reconocimiento de derechos no previstos en el Ordenamiento Jurídico o carentes de fundamento podrá
resolver la inadmisión.
El PLAZO MÁXIMO para notificar la resolución expresa será el fijado por la norma reguladora correspondiente.
No podrá exceder de SEIS MESES, salvo que una norma con rango de ley establezca uno mayor o así venga
previsto en el Derecho de la UE.
Cuando las normas reguladoras NO FIJEN PLAZO MÁXIMO, ÉSTE SERÁ DE TRES MESES.
Estos plazos EMPIEZAN A CONTAR:
A) En los procedimientos iniciados de oficio, desde la fecha del acuerdo de iniciación.
B) En los iniciados a solicitud del interesado, desde la fecha en que la solicitud haya tenido entrada en el
registro electrónico de la Admón.
El art. 22 indica que el transcurso del plazo máximo para resolver puede suspenderse de forma optativa u
obligatoria.
SUSPENSIÓN OPTATIVA (ART. 22.1)
A) Cuando deba requerirse a cualquier interesado para subsanar deficiencias o aportar documentos u
otros elementos.
B) Cuando deba obtenerse un pronunciamiento previo y preceptivo de un órgano de la UE.
C) Cuando exista un procedimiento no finalizado en el ámbito de la UE que condicione el contenido de la
resolución
D) Cuando se soliciten informes preceptivo a un órgano de la misma o distinta Administración. Este plazo
no podrá exceder de tres meses. Si no se recibe el informe dentro del plazo, proseguirá el
procedimiento
E) Cuando deban realizarse pruebas técnicas o análisis contradictorios o dirimentes propuestos por los
interesados
F) Cuando se inicien negociaciones con vistas a un pacto o convenio
G) Cuando para la resolución sea indispensable la obtención de un previo pronunciamiento por parte de un
órgano jurisdiccional
SUSPENSIÓN OBLIGATORIA (ART. 22.2)
A) Cuando una Administración requiera a otra para que anule o revise un acto que entienda que es ilegal y
constituya la base para que la primera haya de dictar en el ámbito de sus competencias (de acuerdo al
art 39 de la LCAP, que la Admón. tenga que dictar un acto que tenga por base otro dictado por una
Admón distinta y entienda que es ilegal)
B) Cuando el órgano competente para resolver decida realizar alguna actuación complementaria de la
previstas en el art. 87 (imprescindibles para resolver el procedimiento)
C) Cuando los interesados promuevan la recusación en cualquier momento de la tramitación de un
procedimiento
6.2. RESOLUCIÓN.
Contenido material. La resolución que ponga fin al procedimiento resolverá todas las cuestiones
planteadas por los interesados y aquellas derivadas del mismo.
En los procedimientos tramitados a petición del interesado, la resolución será congruente con las
peticiones formuladas por éste, sin que en ningún caso pueda agravar su situación inicial.
En los casos de prescripción, renuncia del derecho, caducidad del procedimiento o desistimiento de la
solicitud, la resolución consistirá en la declaración de la circunstancia que concurra en cada caso, con
indicación de hechos producidos y normas aplicables.
Requisitos formales de la resolución. Las resoluciones contendrán la decisión, que será motivada en
los casos a que se refiere el art. 35. Expresarán, además, los recursos que contra la misma procedan,
órgano ante el que presentarlo y plazo para su interposición, sin perjuicio de que los interesados
puedan ejercitar cualquier otro que estimen oportuno (art. 88.2). La aceptación de informes o de
dictámenes servirá de motivación a la resolución cuando se incorporen al texto de la misma.
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La diferencia entre desistimiento y renuncia radica en el objeto. El desistimiento se refiere a la acción
ejercitada. La renuncia se refiere al derecho o interés en el que se basaba la acción. El desistimiento no impide
volver a ejercer esa acción en un momento posterior. La renuncia extingue el derecho o interés, impidiendo
volver a ejercer ninguna acción basada en éste.
Debido a estas diferencias, mientras que el desistimiento siempre es libre, la renuncia solo es posible cuando
no esté prohibida por el Ordenamiento Jurídico (Art. 94.1). Ambos pueden hacerse por cualquier medio que
permita su constancia, siempre que incorpore las firmas que correspondan de acuerdo con lo previsto en la
normativa aplicable.
Producidos el desistimiento o la renuncia, la Administración los aceptará de plano, y declarará concluso el
procedimiento, salvo que se dé alguno de los siguientes supuestos:
Que habiéndose personado terceros interesados, insten su continuación en el plazo de diez días desde
que fueron notificados del desistimiento o renuncia.
Que la cuestión entrañe interés general o fuera conveniente su esclarecimiento. En este caso la Admón.
podrá limitar los efectos del desistimiento o la renuncia al interesado y seguirá el procedimiento.
6.4. CADUCIDAD.
La caducidad de los procedimientos está vinculada al principio de seguridad jurídica y cumple la función de
evitar que los procedimientos se prolonguen indefinidamente.
En los procedimientos iniciados a solicitud del interesado, la caducidad se producirá cuando se
produzca su paralización por causa imputable al mismo, previa advertencia de la Administración de que,
transcurridos tres meses, se producirá la caducidad del procedimiento. Consumido este plazo sin que el
particular realice las actividades necesarias para reactivar la tramitación, la Admón. acordará el archivo
de las actuaciones, notificándolo al interesado. Contra la resolución que declare la caducidad
procederán los recursos pertinentes.
La simple inactividad del interesado en trámites que no sean indispensables para dictar resolución no
dará lugar a la caducidad.
En los procedimientos iniciados de oficio, la caducidad solo se producirá si se trata de procedimientos
en que la Administración ejercite potestades sancionadoras, o en general susceptibles de producir
efectos desfavorables o de gravamen. En estos casos el vencimiento del plazo sin resolución expresa
producirá la caducidad. La resolución que declare la caducidad ordenará el archivo de las actuaciones.
El efecto de la caducidad es la finalización del procedimiento.
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LECCIÓN 11
LOS RECURSOS ADMINISTRATIVOS.
_____________________________________________________________________
La consideración de los recursos como garantía o como privilegio depende de su carácter obligatorio o
potestativo, de los plazos de interposición, de la ejecutividad del acto y de la independencia de los órganos
que resuelven. El dato fundamental es el carácter obligatorio o potestativo.
En caso de que el recurso sea potestativo, es clara su consideración como garantía. Por el contrario es difícil
sostener que un recurso obligatorio pueda constituir una garantía, ya que las garantías se plasman en
derechos, no en cargas.
2. CLASES DE RECURSOS.
La LPAC regula:
Dos recursos administrativos ordinarios.
- Alzada.
- Reposición.
Un recurso administrativo extraordinario.
- Revisión.
Otros procedimientos de impugnación en sustitución del recurso de alzada o de reposición (art. 112.2)
Quedan fuera del ámbito de regulación de la LPAC las reclamaciones económico-administrativas.
El recurso de alzada.
Es un recurso jerárquico mediante el cual se insta la revisión del acto administrativo por el órgano
superior del que lo dictó.
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Puede interponerse contra las resoluciones y contra los actos de trámite recurribles que no pongan fin a
la vía administrativa (art. 112.1 y 1121)
Los actos que ponen fin a la vía administrativa (contra los que no podrá interponerse recurso de alzada)
son los siguientes (art.114):
El recurso de reposición.
Es un recurso potestativo mediante el cual se insta la revisión del acto por el mismo órgano que lo dictó.
Puede interponerse contra los actos que pongan fin a la vía administrativa, excepto contra la resolución
de un recurso (menos el recurso extraordinario de revisión en casos particulares).
Otros recursos de impugnación sustitutivos de los recursos de alzada y reposición.
Las Leyes pueden sustituir los recursos de alzada y de reposición, en supuestos determinados, por otros
procedimientos de impugnación, reclamación, conciliación, mediación y arbitraje.
Se interpone ante el mismo órgano administrativo que lo dictó, que también será el competente para su
resolución.
Las causas tasadas que permiten la interposición del recurso extraordinario de revisión son:
- Que al dictar el acto se hubiera incurrido en error de hecho.
- Que se aporten documentos de valor esencial.
- Que en la resolución hayan incurrido documentos falsos.
- Que la resolución se hubiese dictado como consecuencia de prevaricación, cohecho, violencia…
Cuando se trate de “error de hecho”, el plazo de interposición del recurso es de cuatro años, en el resto
de casos el plazo es de tres meses desde la aparición de los documentos o la sentencia firme.
El órgano deberá pronunciarse, además de sobre la procedencia del recurso, sobre el fondo de la
cuestión resuelta por el acto recurrido.
3. ACTOS IMPUGNABLES.
La LPAC en su art.112.1 regula el objeto de los recursos administrativos. Solo son recurribles las resoluciones
y los actos de trámite, contra las disposiciones administrativas de carácter general (reglamentos) no cabe
recurso en vía administrativa.
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Si deciden directa o indirectamente sobre el fondo del asunto.
Si determinan la imposibilidad de continuar el procedimiento.
Si producen indefensión o perjuicio irreparable.
4. EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO DE RECURSO.
4.1. INTERPOSICIÓN DEL RECURSO.
El procedimiento administrativo de recurso comienza siempre mediante un acto de un particular, el escrito
de interposición de recurso.
El plazo de interposición de los recursos ordinarios es de un mes si el acto es expreso. Si el acto un fuera
expreso el solicitante podrá interponer recurso de alzada en cualquier momento a partir del día siguiente a
aquel en que, de acuerdo con su normativa específica, se produzcan los efectos del silencio administrativo;
y de tres meses en caso contrario.
Los vicios y defectos que hagan anulable un acto no podrán ser alegados por aquellos que los hubieran
causado.
No obstante, el órgano competente para resolver el recurso, previa ponderación, podrá decidir, de oficio o
a petición del recurrente, la suspensión del acto cuando concurra alguna de las siguientes circunstancias:
Que la ejecución pueda causar daños de difícil reparación.
Que la impugnación se fundamente en alguna de las causas de nulidad de pleno derecho.
Al dictar el acuerdo de suspensión podrán adoptarse las medidas cautelares que sean necesarias para asegurar
la protección del interés público o de terceros y la eficacia de la resolución.
Haber transcurrido el plazo para la interposición del mismo
Carecer de fundamento
Es posible que al resolver se estime la existencia de vicio de forma. En este caso, si no se estima procedente
resolver sobre el fondo, se ordenará la retroacción del procedimiento al momento en que el vicio fue
cometido.
El órgano que resuelva el recurso decidirá cuantas cuestiones, tanto de forma como de fondo, plantee el
procedimiento, hayan sido o no alegadas por los interesados. No obstante, la resolución será congruente con
las peticiones formuladas, sin que en ningún caso pueda agravarse su situación inicial.
A esta mayor eficacia hay que oponer el carácter obligatorio de estas reclamaciones que supone una
vía económico-administrativa que retrasa el acceso a la jurisdicción contencioso-administrativa
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