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SALDARRIAGA V., Oscar El maestro: ¿pedagogo, intelectual o …maestro?

En:
Oficio de maestro, saber pedagógico y prácticas culturales en Colombia. siglos XIX a XXI

Revista Investigación educativa y Formación docente. Bogotá. U del Bosque No 5/6 (abril – sep.

2000) páginas 66-84.

Saldarriaga busca dar un breve acercamiento del papel del maestro durante tres diferentes etapas:
clásica, moderna y contemporánea. Etapas que lo llevaron a ser lo que es hoy en día. Es de
agregar que comienza con la diferenciación de dos conceptos que suelen confundirse bastante:
docente y maestro. Según el contexto que brinda Saldarriaga sobre el papel que desarrolla el
maestro a través del tiempo ¿realmente el maestro ha cambiado su papel en la actualidad o sigue
desempeñándose con un modo clásico?

Ahora bien, Saldarriaga comienza diferenciando dos términos que son confundidos normalmente
tanto por la sociedad como por los mismos agentes que se desempeñan en la educación: Maestro
y Docente. Su divergencia estará en que el primero será un sujeto relacionado con la ciencia y el
método mientras que el otro será quien imparte conocimiento según una adecuación social. El
puente entre estos dos conceptos será la enseñanza. Partiendo con esto en mente, el oficio del
maestro se puede volver grafo con tres frases: “El hombre será lo que sean sus maestros” por Don
Martín Restrepo Mejía, “La sociedad será lo que sean sus maestros” por Don Agustín Nieto
Caballero, por último “El ciudadano será lo que sean sus maestros” por el profesor universitario
Antanas Mockus. Se ve como la pedagogía y el maestro tendrá que adaptarse a estos tres sujetos:
Hombre, Sociedad y Ciudadano.

Por medio de estos tres sujetos es que Saldarriaga divide los modos clásicos, modernos y
contemporáneos. El hombre será un ciudadano dotado con alma y de unos deberes para con Dios,
quiere decir que tendrá que comportarse y poseer los valores de un buen católico, este será el
modo clásico. La sociedad serán los sujetos jurídicos que están en una relación estrecha con la
Nación, esta será el modo moderno. Por último, el ciudadano será ese Ciudadano integral,
individual y colectivo, se vuelve ciudadanía social, este será el modo contemporáneo.

Saldarriaga se adentra por completo a estos tres modos. Partiendo del modo clásico este hará que
el maestro se vea influenciado por los conceptos de Iglesia, más específicamente por los jesuitas
quienes desde 1534 fueron y siguen siendo personas sumamente influyentes en los campos
sociales del hombre con el fin de desempeñar un rol pedagogo, es por ello que esta comunidad
llega a ser tan relevante para este modo basado en la Iglesia. Es importante resaltar que este
modo ve al hombre como un ente compuesto por materia y espíritu. Una de sus características
será que el maestro se desenvuelve a base de ciencia y arte lo que le implantará un amor por la
pedagogía. La ciencia será la que le brinde los fundamentos racionales al maestro, mientras que el
arte será el conjunto de reglas para educar bien al hombre. Sin embargo, para el maestro será más
importante el arte, pues se le dará más relevancia a la práctica que a la teoría.

Aun así el Estado también desempeñaba un papel importante de la mano de la iglesia, pues el
Estado se encargaba de instruir y la iglesia de formar, uno se encargaba de impartir conocimientos
con el fin de construir sujetos letrados, el otro se encargaba de construir sujetos individuales,
dirigentes y patriarcas. Aquí se remarcaba al individuo culto y no-culto por la brecha del saber. Es
así que el maestro de vuelve un artista y apóstol.

Continuando con el modo moderno este dejará de lado el concepto de ciencia-arte dejando
solamente a la ciencia transformándola en Ciencia de la Educación, además de que el concepto de
“persona culta” se disipará, sin embargo, se efectúa la diferenciación social de clases socio-
económicas. Las Ciencias de la educación serán todas aquellas ramas que le sean de herramienta
al maestro para entender el cómo aprenden los sujetos, como lo son la psicología, sociología o la
administración. Es así que el maestro sostendrá una relación de observador y registrador para
enriquecer su teoría.

Por último, el modo contemporáneo transformará la pedagogía a Disciplina, esto quiere decir que
es ella la que lleva los procesos de reconceptualización, experimentación y aplicación de los
saberes en las escuelas. Ahora estamos en una ciudad educadora. Es de agregar que ahora el
sujeto está compuesto por varias culturas, todas ellas en igualdad de valor. Además, al maestro se
le sumará una herramienta indispensable, el uso de las “inteligencias múltiples”, pues son ellas las
que le ayudarán a desempeñarse en un mundo cada vez más tecnológico. Una última
característica será que el maestro buscará ser el agente que investigue su labor, no un intelectual,
su objetivo será volverse maestro investigador.

Es así que Saldarriaga lanza su hipótesis, pues dice que las practicas pedagogías son una mezcla
heterogénea de cada una de estas matrices y que son ellas las que brindan las herramientas para
crear nuevas relaciones entre teoría y práctica. Además de que se entenderá “lo que hace el
maestro”, entender su función.

Teniendo en cuenta todo lo anterior dicho es evidente la transformación del maestro de objeto,
observador a investigador, pues en el modo clásico solo cumplía su función basada en los valores
de la Iglesia y el Estado, impartía su conocimiento en base a una teoría la cuál era la “pura verdad”,
lo que quería decir que solo en la práctica podía estar el error. Es evidente que el maestro no tenía
voz para marcar una diferencia en la sociedad o para el campo mismo en el que se desempeñaba.
Aun así, se da un paso en el modo moderno, pues se le da un instrumento vital para emprender en
el mundo de la investigación: Las Ciencias de la Educación. Esto le permitió convertirse en
observador de su labor dándole paso abierto a entender el cómo aprenden los sujetos, entender
los códigos y signos que usaban lo sujetos. Es en el modo contemporáneo en el que el maestro
tiene la libertad y los instrumentos para ser investigador de su campo, viendo la virtualización de la
sociedad como una ventaja para su crecimiento y no como una extinción a su labor, además de
que el ser investigador le permite hacer una autoevaluación de su desempeño, no solo de los
maestros que le rodean, sino de ser consciente de los procesos y métodos pedagógicos de los que
hace uso.

El papel que desempeña el maestro durante estas etapas se ve reflejado en una de las metáforas
que presenta Barnett Pearce en su texto “Nuevos Modelos y Metáforas comunicacionales: El
pasaje de la teoría a la praxis, del objetivismo al construccionismo social y de la representación a la
reflexividad” (1994). Barnett presenta la metáfora del “juego” en donde existirán los roles de
participante y espectadores, las acciones del participante responden a una configuración del mismo
juego estableciendo un contexto para los próximos eventos. Mientras que el espectador solo será
eso, un observador. Ahora bien ¿Cómo se relaciona esta metáfora con la función del maestro en
los diferentes modos?

En el modo clásico el maestro desempeña un papel mayormente de espectador, pues su labor se


verá determinada por el contexto social que lo rodea a pesar de que es portador de herramientas
que solo él puede usar, es artesano. Aun así, la ciencia-arte que lo caracteriza no le permite hacer
un cambio social que esté alejado de la Iglesia o el Estado. En el modo moderno comienza a
adquirir características de participante, pues ahora posee las Ciencias de la Educación que le
permiten empezar a entablar las bases para entender el juego en el que se desenvuelve. Es en el
modo contemporáneo en el que el maestro es tanto participante como espectador, puede analizar
su juego desde una perspectiva externa, además de poder ejercer la suficiente fuerza implicativa
como para hacer un cambio en la fuerza contextual. El maestro se vuelve dueño e investigador de
su labor tanto hetero como autónomamente.
No obstante, Saldarriaga tiene razón al decir que aun en la contemporaneidad existen matices del
modo clásico y eso no es del todo malo, pues para lograr que el maestro llegara a lo que es en el
modo contemporáneo, debe de pasar por el proceso del modo clásico y moderno. La labor que
desempeña el maestro en una sociedad es indispensable, el que él mismo entienda y estudie su
labor ayuda a que la misma mejore exponencialmente y, por consiguiente, la sociedad en la que se
desenvuelve, ya que como dijo Saldarriaga: “Seremos lo que nuestros Maestro sean”.

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