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LOS INTERESES DE LA GUERRA

“El capitalismo, progresista en otros tiempos, se ha vuelto reaccionario; ha desarrollado las fuerzas
productivas a tal extremo, que a la humanidad no le queda otro camino que pasar al socialismo, o bien sufrir
durante años, e incluso durante decenios, la lucha armada de las “grandes” potencias por el mantenimiento
artificial del capitalismo mediante las colonias, los monopolios, los privilegios y todo género de la opresión
nacional”.

Lenin

Tras dos años de guerra, el pasado 17 de febrero, los medios bombardean con una noticia que
indicaba un avance representativo para el kremlin, el dominio total sobre el bastión de
Avdivka. El ejército ruso continua en su avanzada hacia el oeste, la superioridad numérica y
armamentística logró la retirada de las tropas de Ucrania, estas se vieron obligadas a realizar
un despliegue con la finalidad de evitar un cerco ruso. La OTAN y la Unión Europea han
venido respondiendo de manera amenazante con el objetivo de llevar más leña al fuego, las
tensiones entre la OTAN y Rusia han crecido junto con el alarmismo y la progresiva actitud
belicista de las máximas autoridades europeas.
Las peticiones de Zelenski, y la propuesta de Emanuel Macron, presidente francés, para la
intervención militar de la OTAN en el conflicto, como las intervenciones de Ursula von der
Leyen, presidenta de la Comisión Europea, han propiciado y puesto las condiciones para una
Europa plenamente militarista, con necesidad de fortalecer su capacidad industrial de
defensa, los mismos medios de comunicación se animaron nuevamente a hablar de la guerra
como la única salida posible al conflicto.
En este contexto, lo que llama la atención es que los únicos beneficiados con la continuidad
del conflicto son los dueños de la industria de armamento. Según el portal Defense New, a
pesar de que para el 2022 el mercado estadounidense había caído un 20%, “4 de cada 10
acciones de defensa vieron aumentar el precio de sus acciones en dos dígitos en porcentaje”,
mientras tanto la población afectada por la guerra vive la privación de libertad y la
imposibilidad de vida digna, las masas trabajadoras se quedan sin voz, opacadas y sin rumbo
mientras sus dirigentes de cartón que ven la guerra desde lejos, toman las decisiones.
Los países “democráticos” no paran de hablar de guerra. Las clases dominantes nos quieren
hacer ver que la solución para mantener a la Unión Europea y al resto del mundo seguro es
estar en contra de una solución dialogada. Esta es la demostración de la democracia como
farsa, donde el proletariado más que tener voz y voto, es llevado al matadero. Nuevamente
la deshumanización, el ser humano como carne de cañón.
Putin es reelegido para su quinto mandato presidencial con el 87% de los votos, lo cual
muestra que mantiene su poder de manera plena y con el apoyo de la población pese a las
protestas de la oposición, con el dato curioso de que el segundo más votado fue el comunista
Nikolái Jaritónov con el 4%. Esto indica que por el oriente llueve sobre mojado.
Solo podemos ver un panorama de desgaste, los bloqueos para la financiación de la guerra
por parte del congreso de los EE. UU llevan a los aliados europeos a una desesperada
búsqueda para unir fuerzas contra Rusia, por lo menos en apoyo militar. Estos últimos años
no nos dejan más impresiones que la cada vez más evidente ridiculez del discurso de las
democracias occidentales. La guerra en Gaza destapó su superioridad moral ante los ojos de
mundo, y los últimos esfuerzos para preparar a Europa en la intención de guerra muestran
que los poderosos, por más que aparenten ser de centro, en la mayoría de casos, como la
misma Von der Leyen, no nos ven más que como peones. El mundo se mueve en esta
confrontación de intereses, mientras que la población todavía se mantiene dormida; ¿Qué
hace falta para que despertemos?, ¿Cuándo nos liberaremos de los espejismos que nos pintan
las élites, que nos hacen presos del miedo, la resignación, y el nacionalismo vano? Conforme
pasa el tiempo la desconexión de los dirigentes del planeta con sus habitantes es demasiado
evidente, y solo unos pocos conocen la solución, que por el momento solo se mantiene en
aspiraciones abstractas; solución que parece lejana pero cada vez más necesaria para los
problemas del presente, para los trabajadores que no son más que moneda de cambio,
herramientas deshumanizadas, o carne de cañón.

“El socialismo es la expresión de la verdad absoluta, de la razón y de la justicia, y basta


con descubrirlo para que por su propia virtud conquiste el mundo” Engels
Henos buscando la verdad absoluta

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