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Más armas menos seguridad

La carrera de armamentos ha devorado más de seis billones de dólares desde la Segunda Guerra
Mundial. La suma impresionante de 500.000 millones de dólares solo en 1980, es decir, ¡casi un
millón de dólares por minuto!

Muchos de los países más pobres del mundo han entrado en la carrera de armamentos. Algunos
de ellos gastan tanto en el sector militar como en el sector de la agricultura, mientras disminuye
la producción de alimentos por persona y las poblaciones sufren hambre.

Se invierte ahora en todo el mundo más dinero en actividades militares que en educación,
medicina o cualquier otra esfera de actividad social.

Los gobiernos justifican sus programas militares en expansión alegando que son esenciales para
la “defensa” o “para preservar la paz”. La existencia de estos arsenales sobrecargados exagera
las tensiones internacionales, agudiza los conflictos locales, coarta el proceso de distensión,
agravaba las diferencias entre alianzas militares opuestas e intensifica la sensación de
inseguridad entre todos los Estados, incluso los que no poseen armas nucleares. Por sobre todo
ello, la carrera de armamentos aumenta el riesgo de una guerra nuclear.

Fragmento de: Naciones Unidas. ¿Carrera de armamentos o supervivencia de la raza


humana? Un dilema para la humanidad N.Y. 1981.

Realiza la lectura del texto y responde:

1. ¿Cuál es la principal problemática que se plantea en el texto?

2. ¿Se justifica la carrera armamentista para la defensa de los pueblos o para lograr la paz?
Argumenta tu respuesta.

3. ¿Por qué los países más pobres del mundo, también se han involucrado en la carrera
armamentista?

4. ¿Crees que las armas nucleares proporcionan una garantía de seguridad, o por el contrario
más que una protección son una amenaza para la humanidad? ¿Por qué?

5. ¿Colombia se encuentra afectada por esta problemática? ¿Por qué?

6. Si fueras el líder de uno de los países con mayor cantidad de armas nucleares, ¿qué
acciones realizarías para frenar la carrera armamentista?

EL FIN DE LA SEGUNDA GUERA MUNDIAL Y EL NUEVO ORDEN INTERNACIONAL

Apenas se habían silenciado los cañones de la Segunda Guerra Mundial y una nueva diferencia
enfrenta a las naciones poderosas. En esta oportunidad, el mundo se dividió en dos bloques de
poder, en dos formas de repartirse y disputarse el mundo: uno de los bloques, el capitalista
liderado por los Estados Unidos, y el otro, el bloque comunista encabezado por la Unión de
Repúblicas Soviéticas socialistas, URSS. Esta nueva disputa, tiene un agravante, el desarrollo de
un arma letal capaz de acabar con el mundo entero: la bomba atómica. Este periodo de
enfrentamiento conocido como la Guerra Fría, que en su carrera armamentista involucra no
solo a los países en conflicto, sino especialmente a los países pobres y a las zonas estratégicas
de diferentes partes del mundo.

Se puede afirmar que la Guerra Fría, más que una confrontación militar, es un periodo histórico
que abarca casi cinco décadas que van desde el final de la Segunda Guerra Mundial, hasta la
disolución de la Unión Soviética a finales de la década de los años ochenta del siglo XX. Durante
este tiempo, el mundo sufrió la amenaza constante de una confrontación nuclear debido a la
disputa entre dos nuevos bloques de poder:

El bloque capitalista y el bloque socialista. Sin lugar a dudas, se puede afirmar que los grandes
triunfadores de la Segunda Guerra Mundial fueron Estados Unidos y Rusia, quienes luego de ser
aliados durante la Guerra, se convertirán en los más acérrimos enemigos, toda vez que cada
uno de ellos pretenderá exportar por el mundo su modelo económico y político como otra
forma de dominación, pues el salir fortalecidos de la guerra les permitió convertirse en las más
grandes potencias mundiales.

Estas potencias dividirán al mundo en dos bloques de poder: el capitalista y el comunista, el


primero será apoyado por naciones desarrolladas como Inglaterra, Francia y los demás países
de Europa Occidental, y el segundo por las naciones de Europa del Este como Rumania, Polonia
y Checoslovaquia, entre otros, a quienes se les conocerá luego como los países de la cortina de
Hierro.

Esta nueva confrontación se llevará a cabo especialmente en el campo político, siempre con la
amenaza de extenderse al campo militar, lo que llevará a una competencia armamentista sin
precedentes, que convertirán al mundo en zonas estratégicas y en un depósito de armas
nucleares listas a ser activadas.

Contradictoriamente, la carrera armamentista tendrá como excusa garantizar la paz, pues según
las potencias, el superar en número de armas o en tecnología militar a su contradictor era la
forma de evitar ser atacado. Aunque las dos superpotencias nunca se enfrentaron
directamente, sí lo hicieron por medio del apoyo a sus aliados, lo que generó guerras regionales
en países del Tercer Mundo, en donde las potencias medían sus fuerzas y garantizaban su
expansión.

Lamentable ejemplo de ello fue, entre otras la guerra de Vietnam y la Guerra de Corea, de las
que se hará referencia más adelante. Cada uno de estos bloques de poder se autodenominaba
como el mejor modelo político, social y económico del mundo.

De esta forma, mientras Estados Unidos se autodenominaba el líder de la democracia liberal y el


mundo libre en el cual se hacía realidad “la igualdad política” mediante procesos electorales, en
donde los ciudadanos tienen el derecho de elegir y ser elegidos, la Unión Soviética afirmaba ser
el único camino para alcanzar la igualdad económica mediante la socialización de los medios de
producción, quienes estarían administrados por el Estado Comunista, de esta forma logrando la
igualdad social también alcanzaba la verdadera democracia.

La ideología

Aunque el problema principal de la Guerra Fría era la lucha por la distribución y control del
mundo entre las superpotencias, algunos afirman que la situación era un conflicto ideológico
entre dos formas de ver y vivir el mundo: el capitalismo y el socialismo.

El capitalismo:

Es el sistema económico, político y social que se basa en la explotación de la mano de obra, en


la cual el trabajador recibe un salario mensual a cambio de su labor. Según esto, la sociedad se
divide en dos clases: los dueños de los medios de producción y los trabajadores.

Este sistema es hijo de la Revolución Industrial y la Revolución Francesa. La primera


corresponde a la aparición de la máquina y la alta productividad quienes vuelven obsoleto el
viejo sistema de producción, heredado del antiguo régimen; en la segunda, es la burguesía y su
poder económico e intelectual quienes generan el cambio acabando con los antiguos privilegios
de la nobleza, las trabas a la producción y al comercio y estableciendo la igualdad jurídica entre
los hombres. Gracias a estas revoluciones no sólo se desarrolla el capitalismo entendido, entre
otras cosas, como librecambio y libertad de mano de obra, sino que además surge el Estado
moderno dividido en tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) que en teoría garantizan la
democracia.

La Revolución Francesa tuvo como motor ideológico el movimiento de la ilustración, de la cual


uno de sus principales exponentes fue J. J. Rousseau, quien establecía que para alcanzar la
democracia era necesario la existencia de una nación ilustrada, en la cual todos los ciudadanos
estuvieran en capacidad de gobernar; de esta manera, la soberanía ya no recaería sobre el rey o
una persona sino sobre el pueblo. En lo que respecta a la parte económica, este autor planteaba
una especie de equidad social en la cual “nadie sea tan pobre que tenga que venderse, ni nadie
sea tan rico que pueda comprar a otra persona”.

El socialismo:

Plantea la igualdad social y la eliminación de la explotación de los trabajadores, siendo su


máximo exponente Carlos Marx, quien planteaba que los seres humanos somos el resultado de
relaciones sociales históricas en donde la constante ha sido “la lucha de clases: esclavos contra
amos, siervos contra señores y burgueses contra proletarios”.

En este ambiente, el capitalismo acusa al comunismo de impedir la libertad de los ciudadanos y


no permitir su progreso al limitar la riqueza y la libre empresa; entre tanto, el comunismo acusa
al capitalismo de falsa libertad, pues aduce que en ese sistema sólo son verdaderamente libres
los burgueses quienes gobiernan y hacen el Estado a su imagen y semejanza.

LAS ALIANZAS DURANTE LA GUERRA FRIA

La OTAN

Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, algunos países de Europa (Francia, Bélgica,
Holanda, Luxemburgo y el Reino Unido) vieron con desconfianza como sus naciones tenían un
alto número de soldados extranjeros, especialmente estadounidenses y soviéticos, por lo cual
decidieron organizar una asociación militar que garantizara la seguridad de sus territorios a la
que llamarán Alianza Atlántica, este pacto se sella en 1948 con la firma del Tratado de Bruselas.

Las acciones soviéticas en Praga (1948) y en Berlín en 1949, enrarecen aún más la situación,
iniciándose el fenómeno que se ha denominado como Guerra Fría, que llevará a reformular la
Alianza Atlántica aumentando el número de países europeos que la integran e invitando esta
vez a los Estados Unidos a formar parte de la organización, hecho que le caerá como anillo al
dedo a los norteamericanos, pues no sólo lo reafirmarán como potencia militar, sino que
romperán el aislamiento que tenían en época de paz. Esta nueva organización recibirá el
nombre de OTAN (Organización Tratado Atlántico Norte) y su objetivo será velar por la
seguridad de las naciones asociadas y en especial para “detener el avance del comunismo”.

La OTAN para 1950 está integrada por: Francia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, el Reino Unido,
Canadá, Dinamarca, Islandia, Italia, Noruega, Portugal y Estados Unidos; pronto se le anexarán
Grecia, Turquía y Alemania Occidental, consolidándose definitivamente el bloque capitalista,
que contará con la poderosa bomba atómica desarrollada por los norteamericanos.

El Pacto de Varsovia

Algunos autores de la época de la Guerra Fría afirmaron que tras la negativa que recibió la URSS
de ser recibida en la OTAN, decide realizar su propia organización militar con la mayoría de las
naciones que estaban bajo su influencia política; paradójicamente este acuerdo militar recibió el
nombre de: Tratado de Amistad, Colaboración y Asistencia Mutua.

Con este nuevo pacto militar, el mundo asistía al surgimiento de los ejércitos más poderosos del
mundo jamás vistos y las potencias mundiales aseguraban su hegemonía en las zonas de
influencia. El pacto de Varsovia estaba compuesto por las siguientes naciones: URSS, Albania,
Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría, Polonia, la República Democrática Alemana y Rumanía, como
se ha explicado, su objetivo era proteger a todos los estados asociados de cualquier ataque
extranjero en especial, de cualquier nación capitalista o de la propia OTAN.

LA RECONSTRUCCIÓN DEL MUNDO Y LAS ORGANIZACIONES PARA LA PAZ

Tras la Segunda Guerra Mundial, las potencias iniciaron una serie de acercamientos que se
concretaron en unas instituciones de carácter internacional con la idea de ayudar a la
reconstrucción de los países más afectados y, sobre todo, de sentar las bases para evitar una
futura guerra de carácter mundial como la ONU, el Banco Mundial y el FMI.

La Organización de las Naciones Unidas, ONU

“Las Naciones Unidas son una organización de Estados soberanos. Los Estados se afilian
voluntariamente a las Naciones Unidas para colaborar en pro de la paz mundial, promover la
amistad entre todas las naciones y apoyar el progreso económico y social.” Su conformación fue
un proceso que se inicia el 1° de enero de 1942 durante la Segunda Guerra Mundial, cuando 26
países se reúnen para enfrentar y derrotar a la llamada Triple Alianza o Eje Alemania, Japón e
Italia; luego vendrá la reunión de 1943 en la cual los llamados países Aliados realizan la
conferencia de Teherán, en la cual se formaliza la idea de una nueva organización de naciones.
En 1944 las nuevas potencias mundiales Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Unión Soviética y
China se reúnen durante más de dos meses para establecer los procedimientos, los objetivos y
los parámetros que tendrá la Organización de las Naciones Unidas. Finalmente, en abril de 1945
se firma la “Carta de las Naciones Unidas”, en la cual 51 Estados se comprometen a configurar
una nueva organización de estados que impidan una conflagración mundial y establezcan
políticas internacionales tendientes a mantener la paz y la solidaridad mundial, corrigiendo los
errores y deficiencias de la antigua Sociedad de Naciones que había sido fundada hacia 1919 y
entró en crisis al no lograr impedir la Segunda Guerra Mundial.

El Banco Mundial

Una vez garantizada la seguridad mundial con la creación de la ONU, el mundo de la época
enfrenta otro reto: la reconstrucción de Europa. Para ello se organizó el Banco Internacional de
reconstrucción que muy pronto se convertirá en el Banco Mundial.

Posteriormente, los objetivos del Banco Mundial cambian, para ajustarse a las nuevas dinámicas
y necesidades internacionales dirigiendo de esta forma sus esfuerzos a:

• “La reducción de la pobreza y el crecimiento sostenible en los países más pobres,


especialmente en África;

• Las soluciones a los desafíos especiales que enfrentan los países que salen de un conflicto y
los Estados frágiles;

• Soluciones en términos de desarrollo mediante servicios adaptados a las necesidades


específicas de los clientes y financiamiento para los países de ingreso mediano;

• Cuestiones mundiales y regionales que trascienden las fronteras nacionales: el cambio


climático, las enfermedades infecciosas y el comercio;

• Mayores niveles de crecimiento y mejores oportunidades en el mundo árabe;

• El acopio de los mejores conocimientos mundiales para respaldar el desarrollo.”

El Fondo Monetario Internacional

Para la posguerra surge otra organización económica mundial, el Fondo Monetario


Internacional (FMI), cuyo objetivo es evitar las grandes crisis económicas que conllevan a la
quiebra de las grandes empresas y la iliquidez de las naciones. La idea de organizar una
institución como el FMI surge a raíz de la “gran depresión” como se conoció la crisis económica
de 1929, que prácticamente llevó a la quiebra a la economía mundial, y a los nefastos resultados
económicos que ocasionó la Segunda Guerra Mundial. La Misión del FMI se resume en el
artículo 1º de su convenio constitutivo: “Fomentar la cooperación monetaria internacional;
facilitar la expansión y el crecimiento equilibrado del comercio internacional; fomentar la
estabilidad cambiaria; coadyuvar a establecer un sistema multilateral de pagos, y poner a
disposición de los países miembros con dificultades de balanza de pagos (con las garantías
adecuadas) los recursos generales de la institución. En general, y de conformidad con sus otros
objetivos, el FMI se encarga de velar por la estabilidad del sistema financiero internacional”.

En las últimas décadas, tanto el FMI como el Banco Mundial, han recibido fuertes críticas,
debido a que sus políticas no solo no han ayudado a aliviar la pobreza mundial sino que en no
pocas ocasiones han aumentado la miseria de los habitantes menos favorecidos de las naciones
tercermundistas, han sido acusados de dar apoyo a dictaduras militares y financiar proyectos
que atentan contra el medio ambiente. De igual forma, estas organizaciones bancarias han sido
acusadas de enriquecerse a ritmos acelerados mientras que las naciones deudoras se sumen en
la crisis económica debido a que un buen porcentaje de su presupuesto deben destinarlo al
pago de los intereses de la deuda externa. La manipulación por medio de condiciones
económicas y políticas a los estados pobres para conceder préstamos es otra de las acusaciones
que se hacen contra el BM y el FMI.

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