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Facultad de Ciencias de la Educación

Licenciatura en Filosofía
Historia de la Filosofía Moderna
Profesor: Roberto Ávila Ayala
George Berkeley, Tratado sobre los Principios del Conocimiento Humano
Estudiante: David Marín
Fecha: 25/11/2023

La Negación de la Materia
La Primera aseveración que hace Berkeley es que existe una contradicción
manifiesta en la concepción que separa a los objetos de la experiencia
sensible, de la percepción misma. Resalta que la causa de estas nociones
surgen de la doctrina de las “ideas abstractas”, exponiendo porque está
separación es el ejercicio más osado de abstracción:
«Pues ¿podría haber más delicado ejercicio de abstracción que el de
distinguir la existencia de los objetos sensibles como algo separado de su
ser percibidos, hasta el punto de concebirlos como existentes sin que nadie
los perciba? La luz y los colores, el calor y el frío, la extensión y las
figuras, y, en una palabra, las cosas que vemos y sentimos, ¿qué son sino
otras tantas sensaciones, nociones, ideas, o impresiones sobre el sentido?
¿Es que nos resultaría posible separar algunas de ellas, aunque sólo fuera
en el pensamiento, de la mera percepción? Si así fuera, ello implicaría que
yo pueda separar una cosa de sí misma». (George Berkeley; Tratado sobre
los Principios del Conocimiento Humano, No.5)
Prosigue aclarando que en el entendimiento si podemos dividir cosas que
no percibimos como separadas en cualidades y características, sin embargo
estás supuestas “abstracciones” no van más allá de la experiencia sensible,
es imposible ver o sentir alguna cosa sin tener una actual sensación de esa
cosa, así como es imposible concebir en los pensamientos alguna cosa
sensible u objeto, distinto de la sensación o percepción del mismo.
Según este razonamiento queda manifiesto que no existe más sustancia que
el “espíritu” de quién percibe. Las Cualidades sensibles como son el color,
la figura, el movimiento, el olor, y el sabor, son ideas percibidas por el
sentido, por lo cual no puede existir una sustancia fuente de esas ideas, un
“substratum” no-pensante. Defendiendo está tesis se opone también a la
objeción que propone que existen cosas que sin ser las ideas mismas, se
parecen a ellas, y que las ideas son copias o semblanzas de dichas cosas, las
cuales existen al margen de la mente en una sustancia no-pensante.
Berkeley responde que una idea no se puede parecer más que a otra idea, y
un color o figura no se pueden parecer más que a otro color y otra figura. Si
esos seres o cosas externas son perceptibles son ideas, si no lo son entonces
es ridículo aseverar por ejemplo que algo con color se asemeja a algo
invisible, que este es la fuente de esa percepción. Otro obstáculo en el
razonamiento es la distinción entre las cualidades “primarias y
secundarias”. Las Primarias corresponden a la extensión, la figura, el
movimiento, el reposo, la solidez o impenetrabilidad, y el número. Las
Secundarias comprenden las demás cualidades sensibles como lo son los
colores, los sonidos, los sabores y demás. Las personas reconocen que las
ideas que tenemos de estas no son imágenes de algo que existe fuera de la
mente, sin embargo mantienen que las primarias si lo son, imágenes de una
sustancia no-pensante llamada “materia”. Sin embargo esa sustancia no-
perceptiva encierro una incoherencia por el razonamiento al que se ha
llegado.
«Pero, partiendo de lo que ya hemos mostrado, resulta evidente que la
extensión, la figura y el movimiento son únicamente ideas que existen en la
mente, y que una idea no puede parecerse más que a otra idea; y que en
consecuencia, ni ellas ni sus arquetipos pueden existir en una sustancia
no-perceptiva. De lo cual resulta claro que la misma noción de “materia”
o de “sustancia corpórea” implica de suyo una contradicción». (George
Berkeley; Tratado sobre los Principios del Conocimiento Humano, No.9)

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