Día del estudiante ¿revolucionario y combativo?

Cada 8 ocho de Junio, año tras año, organizaciones, colectivos, estudiantes independientes,
entre otros, hacen un documento que más o menos se estructura así, contexto de lo ocurrido
los días 8 y 9 de Junio, contexto de la actualidad universitaria nacional, contexto local y
finalmente, frase de aliento, además de esto saldrán imágenes, foros y ya que están de
moda, podcast, eso sí, manteniendo más o menos el orden mencionado.
Nosotros estamos mamados de eso, si quiere saber qué paso el 8 y 9 de junio de 1954
durante la movilización de la Universidad Nacional, el párrafo de arriba es una pista de lo
que debe hacer. No es que estemos mamados porque nos negamos la memoria histórica del
movimiento estudiantil, más bien lo contrario, estamos hasta la coronilla de la simple
mención de lo sucedido sin corresponder éticamente a lo que es ser revolucionario y
combativo, palabras usadas últimamente para designar a un poco de agitados que no
meditan sus acciones y que hacen llamados a la supuesta radicalidad.
Entonces estamos frente a esa discusión del ¿qué es ser revolucionario y combativo? y
queremos que se logre entender que estos términos se basan en algo que posiblemente nos
lleva a ser humanos y es la racionalidad; el acto de razonar no es cualquier cosa, se necesita
tiempo, espacio, experiencia y como somos seres sociales, debate constante. Tras esto
podemos ver que la revolución es un acto que cambia las cosas de manera abrupta, por lo
cual razonar nos permite llegar a hallar el camino para romper con todo y generar algo
nuevo y ahí es donde viene la combatividad, esta es una actitud que permite afrontar las
luchas, desarrollarlas, tal vez vencer, tal vez perder, pero siempre de pie.
Como vemos hay un orden específico, sabemos que necesitamos un cambio (revolución),
buscamos un camino para llegar a él (cambio racionalizado) y finalmente actuamos de
manera combativa (con la frente en alto ya que hay ideas claras), si esto no se lleva a cabo
los actos no serán revolucionarios, sino actos vacíos de falsa combatividad que terminan en
falsos cambios y muchos problemas.
¿Todo esto para qué? El movimiento estudiantil en el momento en que nos encontramos
está en crisis, no se piensa se actúa, y se actúa bajo la tutela del instinto, somos incapaces
de razonar a profundidad, estamos sumidos en debates superfluos y no somos capaces de
avanzar.
Sí realmente se quiere hacer una conmemoración a los compañeros asesinados por el
batallón Colombia en 1954, la invitación clara y específica, compañeros y compañeras, es
que seamos realmente revolucionarios y combativos.

“Sin teoría revolucionaria no hay practica revolucionaria”

Lenin