Las luchas parciales y oportunistas de la izquierda respecto a la guerra
Últimamente se ha podido ver cómo las personas pierden interés rápidamente por los conflictos internacionales como lo es la invasión Rusa a Ucrania. Cada tanto las nuevas noticias ponen de nuevo en tendencias al conflicto. Noticias sobre el estancamiento del avance ruso, la contraofensiva ucraniana apoyada por inteligencia y armas de la OTAN, y la reciente filtración de documentos clasificados del pentágono que revela como EE. UU mueve sus fichas internacionales, espiando e infiltrándose en grupos de mercenarios rusos, o pidiendo ayuda militar a países con políticas de no intervención bélica cómo es Corea del Sur, o alentando con agencias de inteligencia como la CIA y el MOSSAD en Israel a protestas contra su nuevo gobierno, y el reciente supuesto ataque con drones al Kremlin. Más allá de la opinión pública podemos ver qué el intervencionismo de EE. UU y la OTAN es algo ya conocido por todos y evidenciado a través de los años por noticias como las anteriormente expuestas. Sin embargo esto lleva a muchos a decantarse en sus apoyos por Rusia, alegando que lo que hay que combatir es el imperialismo norteamericano, sin oponerse frontalmente al Imperialismo Ruso. Es claro que puede serles más evidente la manera en que EE. UU mueve sus fichas según sus intereses en todo el mundo. Pueden también comerse fácilmente las justificaciones de Putin sobre el avance del nacismo en Ucrania, pasando por alto el que se desarrolla en la propia Rusia. Es bochornoso el apoyo al régimen ruso que expresan muchos izquierdistas, como si no vieran el anticomunismo, oscurantismo religioso y homofobia que se arraiga cada vez más en la política rusa. Es importante resaltar el hecho de que la lucha contra el imperialismo no debe entenderse como la lucha contra un imperialismo concreto de un país, sino se debe rechazar cualquier expresión de este. La lucha ideológica contra el imperialismo norteamericano por parte de la izquierda en algunos grupos comunistas se va pareciendo más a una venganza histórica que a una lucha real. En muchos casos se puede entrever el carácter nacionalista de estos grupos, que les importa más la opresión que han recibido sus países, que la opresión de clase, que se extiende a nivel internacional. Son estos grupos los que tildan de pro yankees a quienes se oponen también al intervencionismo de Rusia o de China con sus países cercanos. Solo nos queda concluir que la lucha antiimperialista y la lucha por el socialismo no sé puede parcializar de esa forma. No podemos caer en análisis superficiales y tácticas oportunistas. Cómo la vieja frase "El imperialismo es Imperialismo venga de dónde venga". La construcción del socialismo debe apostar por una sociedad nueva, rechazando el nacionalismo, rechazando el intervencionismo, apoyando la libre autodeterminación de los pueblos, rechazando las guerras que responden a los intereses de elites económicas y políticas. Nuestra lucha es por la construcción del nuevo mundo por los trabajadores y para los trabajadores, la guerra solo será justificada bajo estos intereses.
“La revolución es guerra. Es la única guerra que consideramos legítima y justa”.