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Impuesto sobre la Renta:

Teoría y Técnica del Impuesto.

Dr. Roque García Mullin.

Centro Interamericano de Estudios Tributarios


(CIET) Organización de Estados Americanos.
Buenos Aires 1978.

1
CAPITULO I

NOCIONES INTRODUCTORIAS

A. ORIGENES

El Impuesto sobre la Renta puede ser considerado, sin exageración alguna, como el
impuesto más importante de la primera mitad del presente siglo.
Tanto en lo que respecta a la atención que suscito en la doctrina financiera, como a la
difusión legislativa a1canzada y el peso relativo que muy rápidamente llego a tener dentro
de los sistemas tributarios de los diversos países, puede decirse que este impuesto
domina con su presencia toda la elaboración científica y legislativa del período indicado.
Sus orígenes históricos, por supuesto, datan de mucho tiempo atrás, en épocas no
fácilmente ubicables con generalidad, por cuanto los primeros esbozos se refieren a
figuras tributarias que captaban aspectos especiales de ciertas rentas de algunos
capitales.
Como impuesto general, comprensivo de todas las rentas, puede decirse que en el siglo
XIX se introduce en Gran Bretaña, cuyo sistema fiscal dominará a partir de entonces.
Pero en el resto de los países, es en el siglo xx donde aparecerá y se consolidará. Así, en
Norteamérica, luego de una experiencia en 1864 bajo forma de impuesto de guerra,
derogado al fin de la guerra civil, reaparece en una ley de 1894 y es declarado
inconstitucional por la Suprema Corte, basado en que no respetaba la regia constitucional
sobre reparto proporcional de cargas. Realizado un largo trámite de enmienda
constitucional, que levantaba el impedimento emergente del anterior fallo, en 1913 se
sanciona la ley que, con bastantes alteraciones, continua hasta hoy.
En Francia, es en vísperas de la primera Guerra Mundial que el Ministro Caillaux, tras
ardua polémica parlamentaria, obtiene la aprobación de la ley de 1914, a partir de la cual
el impuesto sobre la renta se incorpora al sistema, sufriendo posteriormente diversas
alternativas.
En España, la segunda mitad del siglo XIX se caracteriza por la existencia de los llamados
"impuestos de producto" (contribución territorial y contribución industrial y de comercio);
pero es solo en 1900 que se entra en el sendero de la imposición directa sobre la renta,
especialmente en materia de sociedades.1

11
Para la evolución del impuesto en Estados Unidos, Véase Bitker, op. cit. en bibliografía; en lo
concerniente a Francia, véase Allix y Lecerclé, Impot sur le revenue, y el artIculo de Marcireau
citado.

En Argentina, el primer proyecto en ese sentido data de 1917, aunque solo obtuvo consagración
legislativa en 1932, durante un gobierno de facto.

En Brasil, tras varios intentos que no llegaron" a concretarse, el impuesto fue implantado en 1922
(ley 4,625). La estructura era mixta, compuesta de impuestos cedulares porcentuales con un global
complementario progresivo.

Sobre la evolución sufrida véase Aliomar. Baleeiro, op. cit. Pág. 168.

2
En América Latina, la repercusión de este movimiento científico y legislativo se produce
con algún retraso, pudiendo indicarse que entre los años 1920 y 1935 se asiste a la
difusión de este impuesto, quedando incorporado desde entonces a los sistemas
tributarios, en los cuales tiene un peso que varia de país en país, pero en general puede
considerarse de gran trascendencia.

B. CARACTERES GENERALES

La doctrina en general ha atribuido al impuesto a la renta ciertos caracteres generales que


han sido postulados para su defensa yen los que se basa el juicio favorable que ha
merecido.

Pero esos caracteres suponen un impuesto que reúna características muy claras de
globalidad personalidad y progresividad.

El impuesto concebido con estas características, debe gravar la totalidad de las rentas
obtenida: por las personas, cualquiera sea su procedencia o destino sin distinción alguna,
atendiendo a la situación personal del sujeto (cargas de familia, etc.) con tasas
progresivas que hagan mas fuerte la carga relativa a medida que mayor sea la renta total.

Un impuesto que reúna estrictamente todas esas condiciones difícilmente se encuentre en


las legislaciones positivas, por lo que puede considerárselo como un impuesto ideal.

El apartamiento de estos lineamientos en mayor o menor grado puede afectar en medida


diversa estos caracteres generales que se atribuyen al impuesto.

Referido a ese impuesto ideal, puede decirse que los caracteres generales que se le
atribuyen son: a) el no ser trasladable; b) el contemplar la equidad a través del principio
de capacidad contributiva, al ser global, personal y progresivo; c) el tener un efecto
estabilizador .

1. Carácter de no Trasladable

Para la doctrina clásica, el impuesto sobre la renta es el paradigma del impuesto directo,
no trasladable. De acuerdo con este criterio, el impuesto no es susceptible de traslación,
por lo que afecta directa y definitivamente a aquel sobre la cual la ley lo hace recaer. En
otras palabras, en el las condiciones de contribuyente "de jure" y "de facto", coinciden
plenamente.
Este aspecto es básico para los desarrollos posteriores; porque el impuesto a la renta no
se traslada, y grava directamente al sujeto pasivo quien no puede descargarlo en ninguna
otra persona, es que puede atribuírsele las demás características que se indicaran.
En Ia medida que las legislaciones positivas se van apartando del impuesto "ideal" y no
son totalmente atendidas las condicionantes que lo definen, comienza a desdibujarse ese
carácter de no trasladable.

3
En los últimos decenios y a la luz de las legislaciones positivas, la tesis de la no traslación
ha sido objeto de intensa discusión en el campo de las finanzas.

Se han presentado sólidos argumentos en contra de este carácter de no trasladable,


especialmente en el impuesto que se aplica sobre la renta de las empresas. Estas criticas
han contribuido a los serios ataques de que ha sido objeto la tradicional división de los
impuestos en directos (no trasladables) e indirectos (trasladables).

El tema es en extremo complejo y esta fuera de! marco de este Manual, pero puede
afirmarse que en la actualidad existen serias discrepancias respecto de la no
trasladabilidad del impuesto sobre la renta que rige en los países y que existe una fuerte
corriente doctrinaria que postula la tesis, por lo menos en lo que respecta a la imposición
a las empresas, de que es trasladable dentro de ciertos límites y en determinadas
condiciones de mercado y tiempo.2

En este Manual se ha seguido generalmente la posición metodológica de suponer que


salvo excepción, el impuesto no es trasladable. Se justifica que se analicen los efectos del
impuesto partiendo de este supuesto, no solamente por la necesidad de simplificar la
exposición, como corresponde al propósito docente de este trabajo, sino también por la
conveniencia de advertir las consecuencias que se derivan de la hipótesis de la no
traslación, para aquilatar plenamente en que medida resultarían alteradas si se
demostrara la traslación del impuesto.

2. Carácter de Contemplar la Equidad


El segundo carácter destacable es el de que el impuesto a la renta contempla la equidad,
entendida esta a través del principio de capacidad contributiva.
Tres son los índices básicos de capacidad contributiva: la renta que se obtiene, el capital
que se posee y el gasto o consumo que se realiza. La doctrina en general acepta que de
estos tres índices, el principal es la renta que se obtiene, por lo que claramente el
impuesto sobre la renta se ajusta a la capacidad contributiva yen consecuencia contempla
la equidad.
A su vez, la equidad, como búsqueda de afirmación del postulado de gravar conforme a la
capacidad contributiva, puede ser entendida en dos sentidos: como equidad horizontal o
vertical.

Bajo el concepto de equidad horizontal, se indica que aquellos que estén en igual
situación (horizontalmente iguales, en términos de capacidad contributiva) deben abonar
igual gravamen.

Por equidad vertical, se involucra que aquellos que se encuentran a diferente nivel, deben
sufrir imposiciones diferentes. Este postulado no se agota en preconizar un impuesto
proporcional, sino que implica la propuesta de tasas progresivas, donde la alícuota

2
Una buena síntesis del estada de la doctrina respecta del problema de la traslación del impuesto
sobre las rentas de las empresas se encuentra en la monografía de Victorio VALLE SANCHEZ,
citado en bibliografía. Coma se indica en el texto, ese tema no ha de ser objeto de análisis en el
presente trabajo .

4
aumenta más que proporcionalmente ante los aumentos de la base, con lo cual el
impuesto tiende a una redistribución del ingreso.

En su concepción pura y clásica, el impuesto a la renta contempla ambas clases de


equidad.
Atiende la equidad horizontal, siendo general y global, es decir, abarcando la totalidad de
las rentas del sujeto, sin exclusiones y sin discriminaciones entre diversos tipos de renta.

La búsqueda de equidad horizontal impone otro carácter al impuesto: debe ser personal,
en el sentido de tomar en consideración el conjunto de la capacidad contributiva del
sujeto, atendiendo su concreta situación personal: su condición de soltero o casado, los
familiares que tenga a su cargo, etc. Solo tomando en cuenta esas consideraciones, se
podrá estar seguro de estar frente a iguales situaciones, para aplicarles igual gravamen.
Por ultimo, la búsqueda de equidad vertical da por resultado que el Impuesto deba ser
progresivo, lo cual se obtiene, tanto por la utilización de mínimos no imponibles, como por
la propia estructura de la escala de tasas. El efecto redistribuidor de ingreso a obtenerse,
dependerá de qué tan global sea la base sobre la que se aplica y del diseño concreto de
la escala de tasas.
Conviene advertir que generalmente se entiende que el concepto de capacidad
contributiva, y por ende el de equidad referido a la misma, es aplicable solamente a los
contribuyentes personas naturales o unidades familiares y no a las personas jurídicas o
empresas.

3. Carácter Estabilizador

Otra característica comúnmente enfatizada por la literatura clásica sobre el tema, radica
en el llamado "efecto estabilizador" del impuesto. En concepciones de política tributaria
preponderantemente preocupadas por neutralizar los ciclos de la economía, se indica que
la estructura progresiva de la tasa otorga buena flexibilidad aI impuesto (built-in flexibility),
por cuanto en situaciones de alza de precios, el impuesto, operando a tasas mas altas,
congela mayores fondos de los particulares, y a la inversa, en épocas de recesión,
decreciendo el nivel de ingresos, la tasa baja mas rápidamente que la disminución en la
base, con lo cual se liberan mayores recursos.
Sin embargo, debe señalarse que la experiencia latinoamericana demuestra que cuando
10 diversos países han enfrentado situaciones de alta inflación, no se ha querido permitir
que operan ese efecto y se ha preferido ir a sistemas que en forma global o parcial,
suponen neutralizar II influencia de la inflación en la operación del impuesto, (corrección
monetaria, etc.).

4. Principales Críticas
La precedente reseña de caracteres generales, como se indicó oportunamente, recoge
sintéticamente, las principales virtudes atribuidas al impuesto; en contrapartida, se. puede
mencionar, aunque sin pronunciarnos a su respecto, las principales críticas que se le
hacen: a) se cuestiona su carácter de directo; b) se dice que tendría efecto desalentador
del ahorro y la inversión, etc; c) se le atribuye un efecto contrario al deseo de trabajar o a
la propensión a aceptar riesgos; d) se dice que, por el gran desgaste que ha sufrido su

5
base y las posibilidades de evasión que abre a ciertos sectores, termina gravando
fundamentalmente al sector de trabajadores asalariados, etc.3
Tales críticas, sin embargo, no han obstado a la difusión del impuesto prácticamente en
toda Latinoamérica, razón por la cual todo intento de evaluación de sus virtudes y
defectos no puede pasar por alto la circunstancia de que el impuesto esta vigente y brinda
un por ciento importante de la recaudación tributaria de cada país. 4, 5

C. EL IMPUESTO A LA RENTA COMO INSTRUMENTO DE INDUCCION DE


COMPORTAMIENTO

3
Un análisis detallado de los efectos económicos del impuesto a la Renta escapa al marco de
referencia de este manual, debiendo ser desarrollado en el Manual de Política Tributaria, entre
otras causas porque el análisis debe ser efectuado en términos comparativos con los efectos de
impuestos alternativos (patrimonio, IV A, etc.): Pueden consultarse, al respecto: Goode, Indivjdual
Income Tax, cap. I a IV; Kaldor, Impuesto al Gasto, Fondo de Cultura Económica, pags. 21 a 190;
Buchanan, Hacienda, capítulos XXII a XXV; Due, Análisis Económico de los Impuestos, cap. XI;
etc.
4
El excelente artículo con que el Prof. Muten analiza la evolución del lmpuesto a la Renta a partir
de la primera guerra mundial (citado en bibliografía). se cierra con estos párrafos: (subrayado
nuestro)

“Parece como si el periodo evolutivo que hemos investigado en estas páginas hubiese
experimentado no solo el ascenso del impuesto sobre la renta, sino también el comienzo de su
caída".

¿Dónde terminará esta evolución? ¿Será destronado el "impuesto rey"? o ¿será un alejamiento
temporal del favor popular?.

El impuesto sobre la renta nunca alcanzará a vivir en la fórmula ideal de sus promotores originales.
Pero no parece probable que podamos alguna vez ser capaces de prescindir enteramente de él.

Principalmente, el impuesto sobre la renta mantendrá su posición como medio de influir en la


distribución de la renta; solo una economía nacionalizada será fácilmente capaz de influir la
distribución de la renta sin la ayuda de los impuestos. El sistema de libre empresa necesita
correctivos sociales en tal distribución. Con medios distintos a los tributarios las medidas de
redistribución no son fácilmente emprendidas; subsidios sociales, salarios mínimos y similares
podrían ilustrar el punto. La imposición se necesitará siempre para redistribuir la renta, y mientras
más regresivo sea el resto del sistema tributario, mayor será tal necesidad.

Quizá no debiéramos hablar acerca de un cambio radical en la actitud hacia la imposición sobre la
renta desde el optimismo de entusiastas como Von Schanz o Simons, basta una completa
condenación del impuesto. En cambio, deberíamos distinguir una tendencia a un mayor equilibrio
en la apreciación del impuesta sobre la renta, tanto en relación a las oportunidades de usarlo coma
un instrumento para conseguir fines económicos, anticíclicos y demás, como en cuanto a juzgar las
perspectivas de pasamos sin él”.
5
Es particularmente recomendable la lectura del trabajo de Reig, "Evaluación del impuesto a los
réditos... ", citado en bibliografía, por cuanto implica una síntesis de la doctrina respecto de las
características que debe reunir un impuesto "moderno”, y su aplicación al caso del impuesto a los
réditos, así como un análisis de las alternativas posibles. La síntesis del autor es de que, "El
impuesto a los réditos satisface los requerimientos exigidos modernamente para que una forma de
tributación se justifique como elemento de un sistema tributario".

6
Relativizando un tanto lo expuesto antes, no puede menos de señalarse que Ia obtención
del objetivo de "equidad" dirigido a la redistribución del ingreso, no parece ser la única
finalidad que le ha propuesto el legislador.

Con mayor o menor intensidad según los casos, en las legislaciones sobre el impuesto a
la renta latinoamericanas aparecen elementos que se prestan para pensar que el
legislador utiliza cano una forma de inducir un determinado comportamiento económico en
los contribuyentes: que las empresas retengan utilidades (o que las distribuyan), que
reinvierta en bienes de activo fijo, que se financien de tal o cual modo, etc.

El objetivo de inducción de comportamiento debe reconocerse como parcialmente


conflictivo con el de equidad, especialmente en cuanto deteriora la globalidad del
gravamen. En efecto, el postulado de equidad, a a través de la capacidad contributiva,
quiere que todas las rentas de una persona sean gravadas, y lo sean sin hacer ningún
tipo de discriminación entre ellas, en tanto el efecto de inducción económica en el
impuesto a la renta se busca, entre otros medios, dando tratamientos distintos a ciertas
rentas caracterizadas, sea por su origen, sea por el destino al que se apliquen.

En buena medida, esa utilización del impuesto a la renta como inductor de conductas se
explica por finalidades extrafiscales, y bajo tal ángulo se conecta con la política de
incentivos tributarios, que no ha de ser considerada en el presenta Manual. Pero el
incentivo no es el único medio por el cual puede plasmarse el objetivo de inducción
económica; uno de los más notorios ejemplares de esta afirmación ha de verse en el
capítulo XI, analizando los efectos de los distintos sistemas técnicos para gravar las
utilidades de las sociedades y de los socios, justamente en función del efecto que esos
sistemas tienen sobre la distribución de dividendos.

D. PRINCIPALES TIPOS DE IMPOSICIÓN A LA RENTA

El análisis de las legislaciones y de su evolución histórica, nos muestra la existencia de


diversos tipos de impuestos a la renta, que responden a diversas etapas del
desenvolvimiento del sistema fiscal.

1. El Impuesto Global o Sintético.

Este es considerado el impuesto ideal, a cuya concreción deben orientarse las


legislaciones en cuanto cumple cabalmente con los atributos del impuesto a la renta
analizados en parágrafos anteriores.

Un impuesto de este tipo supone una síntesis de la totalidad de rentas (positivas y


negativas) a nivel del sujeto pasivo. No interesa entonces el origen concreto de la renta,
el que podrá ser tomado en cuenta, a lo sumo, para facilitar la síntesis final (categorías),
pero sin implicar discriminación entre las diferentes rentas, las que se suman
algebraicamente en su totalidad.

Así entendido, el impuesto atiende a la totalidad de la capacidad contributiva del sujeto,


por cuanto abarca la globalidad de sus ingresos. A su vez, todas las rentas que existen
en la economía se atribuyen en su totalidad a personas físicas, de modo que ninguna
escapa de la imposición a ese nivel.

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Por eso mismo, permite una fluida aplicación de la progresividad, la cual no resultaría
demasiado justificada si su base estuviera constituida por aspectos parciales de las rentas
del sujeto, o si existieran rentas no incluidas en las declaraciones de las personas físicas.

Y, concomitantemente, un impuesto estructurado sobre esas bases permite considerar la


situación personal del preceptor, sus cargas familiares, etc.

Sin embargo, la estructuración de un impuesto de este tipo tropieza con algunas


dificultades, la principal de las cuales radica en la existencia de Sociedades de Capital.
Como se verá en el capítulo pertinente, estas entidades presentan características
especiales que justifican que se las considere como contribuyentes del impuesto, pero
esa misma circunstancia dificulta el poder asignar la totalidad de la renta que ellas
obtienen a las personas físicas que en definitiva constituyen su soporte. En la medida en
que la totalidad de las utilidades no es atribuida a personas físicas puede entenderse que
el postulado de absoluta globalidad recibe cumplimiento sólo parcial.

Por otra parte, la fisura de la globalidad (que supone trato indiscriminado en la rentas,
provengan de donde provengan) se produce normalmente tratándose de rentas derivadas
del trabajo personal, por razones que se indican en el capítulo VII.

2. Los Impuestos Cedulares o Analíticos

Por contraposición al impuesto global y sintético, se han dado en varios países, una serie
de impuestos comúnmente llamados cedulares.

A diferencia del anterior, que consideraba a la renta personal como unidad, en el caso de
los impuestos cedulares, en puridad, se tienen tantos gravámenes como fuentes resultan
abarcadas por as cedulas. El sistema en consecuencia tiende a ser real, vinculado al
fenómeno objetivo de producción de riquezas, guardando una intima relación cada
impuesto cedular con una determinada fuente de renta (trabajo, capital, combinación de
ambos).
Estos impuestos tienen como característica normal la de estructurarse con tasas
proporcionales. Ello se explica, por cuanto, tomando aspectos parciales de la capacidad
contributiva, la progresividad carece del mismo fundamento que si se tratara de captar la
globalidad de dicha capacidad.
Las tasas proporcionales de cada cédula son distintas entre sí y la diferencia de nivel
refleja la concepción política del legislador sobre el trato tributario que merece cada una
de las fuentes; así, la tasa para rentas provenientes del trabajo será menor que la de las
rentas de capitales, etc.
Otra importante característica de este tipo de impuestos, radica en que los resultados de
cada cédula son independientes entre si, por cuanto en ningún momento se produce la
compensación entre resultados positivos de una cedula y los negativos de otras ; a lo
sumo se permitirá la traslación de quebrantos, pero dentro de la misma cedula,
consecuencia derivada del hecho de que, estrictamente, cada cedula es un impuesto
diferente.

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Por consiguiente, puede concluirse que un régimen de impuestos cedulares pone su
acento sobre el fenómeno de producción de renta por cada fuente, consideración objetiva
que opaca el ideal de personalización del impuesto.

Las ventajas de un sistema de este tipo se intuyen con la enunciación de sus


características: son más sencillos, por cuanto normalmente están libres de las dificultades
de implementación técnica que presenta la tasa progresiva. Al mismo tiempo, permiten
discriminar el peso fiscal sobre cada fuente, exteriorizándolo en la tasa aplicable.
Y también debe anotarse en su haber , la circunstancia de que se adaptan muy fácilmente
a un régimen de retención en la fuente, incluso con carácter definitivo, porque la
proporcionalidad de la tasa puede hacer innecesaria la reliquidación final.
Como contrapartida de lo anterior, debe señalarse que un sistema de impuestos
cedulares resulta sumamente imperfecto y tosco para cumplir los objetivos de equidad
vertical y horizontal. Si bien el sistema puede abarcar todas las rentas que gane una
persona, no lo hace de forma global, que es la única que contempla la real capacidad
contributiva, sino parcial, variando el peso fiscal en función del origen de la renta. Por otra
parte, tampoco llegan a ser personales, no obstante algunos esbozos de personalización
que han tenido algunas cedulas, porque el intento de graduar el total de la imposición de
acuerdo con las circunstancias de cada sujeto sólo puede darse cabalmente a nivel de
una consideración unitaria de su status individual, jugando contra la suma global de sus
rentas.
Por ultimo, resultan imperfectos para permitir al impuesto ejercer influencia en favor de la
distribución del ingreso, por cuanto por lo general no son progresivos. Por consiguiente,
resultarán Instrumentos aptos para llevar adelante objetivos restringidos a determinados
tipos de bienes o actividades, o para cumplir la finalidad recaudatoria, pero no para actuar
promoviendo distribución de ingreso, en la medida en que para ella sea necesario una
estructura progresiva de tasa, sobre base global.6

6
Un autor francés resume así las diferencias entre el sistema cedular y el global: “En el sistema
cedular, cada tipo de renta, cada cedula, está sometida a un impuesto particular, que en sus
diferentes elementos base, liquidación y recaudación, obedece a reglas propias; la fiscalidad
directa es por tanto constituida de impuestos múltiples sin vinculo entre ellos; se vuelve así
imposible apreciar la situación exacta del contribuyente, las discriminaciones según las diversas
categorías de rentas son sentidas como injustas por los contribuyentes a los que ellas no
benefician, mientras que la complejidad del sistema facilita la evasión fiscal y el fraude.

En oposición, el principio de unidad del impuesto sobre la renta significa que la imposición caerá
sobre la renta, la renta global, de una persona física. Se tiene, de algún modo, una renta, un
contribuyente, un impuesto. Importa poco que el contribuyente tenga rentas de diversas fuente; él
podrá incluso imputar el déficit de una categoría, desde que se trata de definir una renta global a la
que se aplicará una pauta única; la simplificación se traduce también par la existencia de una única
base, desde que basta para determinar la renta global totalizar las rentas de diversas categorías,
de una sola liquidación y de un procedimiento único de recaudación ". (J. M. Marciereau, citado)

Sin embargo, analizando la situación francesa luego de las reformas de Giscard d'Estaing de 1959,
indica que dicha unidad no se ha logrado, por la gran diferencia de normas de determinación en
cada una de las categorías.

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3. Los Sistemas Mixtos

En puridad, debe afirmarse que las dos categorías antes descriptas no se dan en la
actualidad en ninguna de sus formas puras y ortodoxas. De un modo u otro, los sistemas
cedulares se han ido complementando con mecanismos que permiten cierta globalización;
por otra parte, difícilmente puede encontrarse un país en que el impuesto sea absoluta y
totalmente global.

De ahí que, estrictamente, la mayoría de los sistemas puedan ser clasificados de mixtos,
conteniendo elementos cedulares y globales en proporciones variadas.

Una fórmula intermedia, por ejemplo, la constituye la persistencia de impuestos cedulares


a lo que se sobrepone un impuesto global 'en el que se refunden todas las rentas, las que
luego de compensarse recíprocamente en sus resultados positivos y negativos, vuelven a
ser objeto de imposición, pero esta vez con escalas progresivas, y elementos de
personalización (mínimos, deducción por cargas de familiares, etc.)

Otra fórmula que en definitiva puede considerarse mixta, la dan aquellos impuestos que
siendo básicamente globales, contienen tratamientos discriminatorios para ciertas rentas,
como las provenientes del trabajo o de actividades desarrolladas bajo forma de empresa.

Como con mas detalles se indica mas adelante, es posible que un sistema, sin perder su
global dad, obligue a agrupar las distintas rentas en "categorías", movido por finalidades
de simplificación del cálculo, pero sin que ello implique tratamiento diferencial de la renta
en función de su origen.
Sin embargo, en la medida en que la legislación discrimine entre las categorías, y ello se
traduzca en distinto tratamiento fiscal, puede entenderse que el sistema se tiñe de
elementos cedulares.

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BIBLIOGRAFIA

1. BALEEITO, Aliomar, Direito tributario brasileiro, Ed. Forense, Río de Janeiro, era. ed. 1971.

2. BIRD Y OLDMAN. La imposición fiscal en países en desarrollo, especialmente capítulos::

10. Impuestos sobre la renta cedulares y globales, por la Comisión para el Estudio del
Sistema Fiscal de Venezuela, pág. 143.
11. Comentarios de impuestos sobre la renta cedulares y globales, por Francesco Forte, pág.
149.

3. BITKER, Boris I. Federal Income State and Gift Taxation. Little. Brown and Company, Boston,
1961,pág.3 a 20.
4. CARO CEBRIAN y otros. Evolución y tendencias actuales del impuesto sobre la renta en el
derecho comparado. Hacienda Pública Española No.30, pág. 35.

5. GARCIA VAZQUEZ, E. Futuro del impuesto a los réditos. Derecho Fiscal XX, pág. ( ).

6. MARCIREAU J. M .L'unicite de l'impot sur le revenue. Revue de Science financiere, enero 1973,
pág.101.
7. MORAL MEDINA, Fco. Historia del impuesto sobre sociedades .Hacienda Publica Española N.
24/25,pág. 21.

8. MUTEN, Leif. La evolución del impuesto sobre la renta a partir de la primera Guerra Mundial.
Hacienda Publica Española. No.30, pág. 424.

9. PARAMIO FERNANDEZ, ]avier. Clasificación de los sistemas de imposición sobre la renta. La


imposición personal en España. Hacienda Pública Española No. 30, Pág. 13.

10. PLASSCHAERT, Sylvain R. F. First Principles about Schedular and Global Frames of lncome
Taxation en Bull. For Intern. Fisc. Doc. 1976 No.3, p.99, y The Definition of Gross Taxable Income
in Schedular or Global Income Taxes, en el mismo Bulletin, 1977, No.12, p.535.

11. RABINOVICH, Marcos. Impuesto a los réditos. Ed. Lajouane y Cía., Buenos Aires, 1942.

12. RAVINOVICH, Marcos. Impuesto a los réditos. Sus características. Derecho Fiscal III, pág. 277.

13. REIG, E. Evaluación del impuesto a los réditos como elemento del sistema tributario argentino.
Derecho Fiscal XXI, pág. 129.

14. REIG, Jorge. Impuesto a los réditos. Ediciones Contabilidad Moderna. Buenos Aires. 6ta.cd.
1972. Cap. I.

15. SOTO GUINDA, Joaquín. Introducción a un repaso histórico del desarrollo y evolción del
impuesto sobre la renta. Hacienda Pública Española, No.30, pág. 419.

16. V ALLE SANCHEZ, Victorio. El Impuesto sobre la renta de sociedades, Madrid, 1970.

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CAPITULO II

CONCEPTO DE RENTA

El concepto tributario de “renta”, como base de la imposición, es objeto de ardua disputa


en doctrina y motiva diferencias entre las distintas legislaciones.

La causa de ello radica, entre otras cosas, en que en el tema pueden confluir
consideraciones de tipo económico, financiero y de técnica tributaria.

Lo primero deriva de que el concepto de renta tiene originalmente cuño económico; lo


segundo es resultado de que el impuesto a la renta es visualizado como uno de los más
eficientes instrumentos para el financiamiento de los gastos del Estado distribuyendo dl
peso de la carga entre los habitantes según principios de equidad, en función de sus
respectivas capacidades contributivas. Y las consideraciones técnicas tributarias derivan
del hecho insoslayable de que los conceptos teóricos que se adopten deben concretarse
en definiciones legales susceptibles de ser operadas eficientemente por la administración.

En el presenta trabajo, sólo puede hacerse una exposición simplificada de las diversas
posiciones, cuyo detalle se encontrará en la obras indicadas en la bibliografía; y esa
exposición simplificada, está además orientada a presentar en la forma más clara posible
esas tendencias, atendiendo a su relevancia práctica.

Desde ese ángulo pragmático, lo que importa es partir de la base de que la vida
económica puede determinar que a la esfera patrimonial de una persona entren
satisfacciones o enriquecimiento de muy distinta índole y explicitar que las distintas
doctrinas sobre el concepto de renta tienen como efecto el que, según los casos, algunos
de estos enriquecimientos resultan gravados y otros no.

En una visión progresivamente más global, podría decirse que por “renta” puede
entenderse:

a) El producto periódico de un capital (corporal o incorporal, aún el trabajo humano);


b) El total de ingresos materiales que recibe el individuo, o sea el total de
enriquecimientos que provienen de fuera del individuo, cualquiera sea su origen y
sean o no periódicos;
c) El total de enriquecimientos del individuo, ya se hubieran traducido en
satisfacciones (consumo) o en ahorros, a lo largo de un período; este concepto
implica considerar renta todo lo consumido en el período, más (menos) el cambio
producido en su situación patrimonial.1

1
En la teoría financiera, el concepto de "renta" tiene aún otra acepción, como restringido a la "renta
efectivamente consumida en un período”: Sería renta la riqueza de la que efectivamente disfruta el
contribuyente y el disfrute se evidenciaría en su aplicación al consumo.

Los antecedentes de esta línea conceptual pueden ubicarse en J. Stuart Mill, con su afirmación de
que existiría .'doble imposición" del ahorro, si se grava la renta que se destina al ahorro, y luego
nuevamente la renta producida por ese ahorro. Esa concepción fue seguida, con variantes, por
autores como Marshall, Fischer y Einaudi. Se parte de la base de que lo que constituye renta no es
el mero poder económico sobre recursos escasos, como quiere Simons, sino la efectiva

12
Como se ve, aunque por fundamentos distintos, cada una de estas tres líneas
conceptuales teniendo una cobertura progresivamente mayor en cuanto a los
enriquecimientos alcanzados; justamente, esa mayor cobertura determina que cada una
de ellas sea vista como sucesivamente más justa que la anterior en cuanto ensancha la
base de imposición ; pero, como contrapartida, se van introduciendo dificultades para la
determinación de la renta y la administración del impuesto, incorporarse items mas
difícilmente cuantificables y controlables.

A. EL CRITERIO DE LA RENTA-PRODUCTO

Este criterio, en el cual subyace una concepción de la renta de tipa económica y objetivo,
entiende que es tal "el producto periódico que proviene de una fuente durable en estado
de explotación".

Por consiguiente, sólo son categorizables como rentas, los enriquecimientos que llenen
estos requisitos: a) sean un producto; b) provengan .de una fuente durable; c) sean
periódicos; d) la fuente haya sido puesta en explotación (habilitación).

satisfacción de la necesidad personal mediante el concreto ejercicio de ese poder. Como se ve, de
alguna manera esa forma de pensar se emparenta con las ideas de Kaldor y su propuesta de
establecimiento del impuesto al gasto personal, en cuanto es común a todas esas concepciones
partir de la base de que en el impuesto a la renta el módulo relevante no ha de ser la obtención de
la renta, sino su utilización.

En opinión de J. Soto Guinda (Presentación del estudio de P. H. Wueller. Hacienda Publica


Española N. 48, 1977, Pág. 253), "la contraposición doctrinal más relevante acerca del concepto de
renta gravable, vuelve a situarse en nuestros días en la disyuntiva renta global-renta destinada al
consumo. Se trata aquí de elegir, fundamentalmente desde la óptica de la equidad; entre un
modelo de imposición sobre la renta que persiga la reducción de las desigualdades en la
distribución de la renta y la riqueza durante la vida de los contribuyentes y otro en que el énfasis de
la imposición se coloque en el mantenimiento de los precios relativos entre el consumo presente y
futuro”.

En 1974, el Prof. William Andrews, de Harvard, publicó, un artículo (Harvard Law Review, Vol. 87
No.6, P. 1113), planteando la posibilidad de un impuesto sobre la renta personal "tipo consumo",
en el que la base imponible lo constituye el total de ingresos del periodo, pero con deducción de las
partidas destinadas a inversión. La descripción del sistema puede verse en el trabajo de ]. Soto
Guinda:"El ;impuesto sobre la renta tipo consumo: una reciente reformulación del impuesto sobre el
gasto personar', Hacienda Pública Española No.40, pág. 39 y sgts.

Este concepto de renta como renta consumida, sin embargo, no ha sido recogido legislativamente
en ningún país, razón por la cual no ha de ser considerado en este Manual.

Sin embargo, la proliferación de regímenes de incentivos a la inversión (desgravaciones, créditos


por inversiones, etc.) puede llegar a hacer nacer la duda respecto de si ese concepto no está
comenzando a permear insensiblemente los sistemas fiscales de algunos de los países con déficit
crónico en la formación de capital interno.

13
1. Debe ser un Producto

La renta debe ser un producto, es decir, una riqueza nueva, distinta y separable de la
fuente que la produce. Por ello, no es renta, en esta concepción, el mayor valor que
experimente un bien, ni el crecimiento operado en un bosque, etc.

A esa condición se agrega la de que debe ser una riqueza nueva "material". Según
indican los clásicos expositores de la tesis, desde el punto de vista tributario, la renta es
un concepto contable que solo puede referirse a cosas que puedan contarse y medirse
exactamente y ser expresadas en dinero. Como se ve, este carácter de "material", pone
de manifiesto que, para este concepto, la renta es el medio material para obtener
satisfacciones, pero no la satisfacción en si, 10 cual deja fu era del concepto de renta a
las denominadas "rentas imputadas", como p. Ej., el valor locativo de la casa habitación
de la que se es propietario.2

2. Debe Provenir de una Fuente Productora Durable

Por fuente productora se entiende un capital, corporal o incorporal, que teniendo un precio
en dinero, es capaz de suministrar una renta a su poseedor. En ese concepto entran
básicamente las cosas muebles o inmuebles, los capitales monetarios, los derechos y las
actividades.

La fuente para ser tal debe ser durable, en el sentido de que sobreviva a la producción de
la renta, manteniendo su capacidad para repetir en el futuro ese acto.3

Lo importante del concepto radica en que excluye la consideración como renta de las
ganancias de capital, pues en ellas, la fuente se agota (para la persona) en el momento
en que la ganancia se realiza.

3. La Renta debe ser Periódica

Coma consecuencia del carácter durable de la fuente, y vinculado a él, se afirma la


necesaria periodicidad de la renta. Pero es importante destacar que no es necesario que
la periodicidad se concrete en los hechos (es decir, que realmente se repita la renta), sino
que basta con que sea posible.

2
Esto no quiere decir que los autores clásicos de la renta producto, no admitan como equitativo, p.
ej.: que se impute al dueño que ocupe su casa habitación un alquiler ficto como recibido por ello.
Pero si lo hacen, es basados en consideraciones de equidad y no porque el concepto de renta
abarque esas imputaciones; estrictamente, se gravaría el ahorro resultante, pero sin existir renta.
Respecto de la posición de Allix y Lecerclé, véase García Belsunce, pág. 98.
3
La doctrina recoge el concepto de durabilidad, en un sentido relativo; afirmar que la fuente debe
ser durable, no quiere decir sostener que ella sea eterna. Los desgastes que la fuente puede ir
sufriendo a 10 largo de su explotación deben ser reembolsados, mediante un régimen de
amortizaciones o deducciones par agotamiento. permitiendo deducir el costo de las reparaciones,
etc.

14
El concepto de periodicidad se conforma, así, con la simple potencialidad o posibilidad, la
que se presenta cuando la fuente tiene la capacidad de volver a repetir el producto, si es
nuevamente habilitada a tal efecto.4
Tratándose de bienes corporales, esa capacidad debe ser determinada atendiendo a la
naturaleza y destino de ellos; por ello, si un inmueble se arrienda durante un único mes el
arriendo será renta, aun cuando antes y después no vuelva a afectarse el bien a ese
destino, puesto que en virtud de aquellas condiciones puede volver a originar nuevos
alquileres, si vuelve a ser arrendado.

4. La fuente debe ser Puesta en Explotación.

A efectos de producir renta, es necesario que la fuente haya sido habilitada racionalmente
para ello o sea afectada a destinos productores de renta.5
Por eso, si un predio es objeto de labore, los frutos que se obtengan serán renta; pero no
lo será, en cambio, el enriquecimiento proveniente de un aluvión.
La misma exigencia de habilitación racional de la fuente coloca bajo examen especial una
serie de explotaciones de las que, racionalmente, no pueden esperarse beneficios, como
sucede en el caso de studs. La problemática en estos casos es doble e involucra tanto a
los beneficios que eventualmente se obtengan, como a los quebrantos que resulten de tal
tipo de actividades.6

4
Por eso es que algunos autores hablan, más que de periodicidad, de que la fuente esté afectada
a una “función productiva regular”, este concepto lleva implícita la idea de habitualidad o reiteración
real o potencial de esa función, y excluye los ingresos puramente accidentales.
5
“El concepto de “habilitación de fuente” significa que es la voluntad del hombre la que convierte al
capital en productivo, cuando decide explotar la tierra, efectuar un préstamo o invertir el capital que
tenía ocioso, o utilizar su actividad laboral o inteligencia en la producción de bienes o servicios.
Supone esto excluir la utilidad recibida de un acontecimiento fortuito, de una accesión, de un
aluvión o de un mero aumento de valor por causas de coyuntura, porque si bien estos derivan de
una fuente, esta no es productiva” (García Belsunce, pág. 121).
6
Una postura coherente lleva a admitir que si se acepta la doctrina del rédito producto, deben
aceptarse tanto las ganancias como las pérdidas que provengan de una fuente productiva. Dar
carácter de tal a actividades donde no es claro su carácter de actividad económica (o, por lo menos
respecto de las cuales es difícil sacar conclusiones en abstracto), genera este tipo de problemas.

Una situación de este tipo se da con relación a las granjas. No hay duda de que ellas constituyen la
fuente productora de ingresos de millares de campesinos; pero tampoco puede dudarse que
muchas personas residentes en ciudades mantienen granjas, no como explotación de fuente
productiva, sino para recreo.

Un trato indiscriminado de estas actividades como productoras de renta (o pérdidas) ha dado lugar
en Estados Unidos a la aparición de los llamados “Cowboys de Wall Street”, hombres de negocios
que mantienen granjas (ruinosas desde el punto de vista de explotación y deparadoras de altas
satisfacciones en lo personal). Véase al respecto...”Hobby Farming as a tax shelter”, Monthly
Digest of Tax Articles, enero de 1974 pág. 29.

15
5. Realización y Separación de la Renta.
En doctrina se ha discutido si además de los elementos analizados, la caracterización de
la renta producto requiere la realización y efectiva separación del producto de la fuente.
No obstante las discrepancias que se registran entre algunos autores, es posible concluir
para que se tipifique la renta producto, sólo es necesario que la riqueza nueva se agregue
en forma cierta y estable al fondo preexistente; la realización es una de las formas, quizá
la mas común, en que la riqueza nueva se consolida.

El Concepto de separación supone que lo producido se extrae de la fuente adquiriendo


individualidad económica propia; pero a su vez es susceptible de una doble interpretación,
según se exija separación en sentido físico o simplemente financiero.7

6. La Renta debe ser Neta.

En cualquier caso. se acepta que sólo constituya renta aquella riqueza que excede los
costos y gastos incurridos para producirla, así como para mantener la fuente en
condiciones productivas.8

7
Referente al tema "realización y separación”, las dos tesis extremas son las de Seligman y
Vanoni, resumidas por García Belsunce (op. cit. Pág. 124). Para Seligman, separación significa
autonomía o independencia física del rédito con relación a la fuente (p. ej.: nacimiento de la cría de
la vaca); realización, quiere decir permutación por moneda. Para Seligman, ambos requisitos son
necesarios.

Para Vanoni, en cambio, la realización (permutación del bien) no es esencial, ni la separación, sino
la consolidación de los incrementos de valor no realizados, ya que a estos fines no es la venta de
los bienes la única forma de consolidar el incremento de valor, por eso, la existencia de crías no
significaría creación de renta para Seligman y sí para Vanoni.

Concluye García Belsunce dando su opinión en el sentido de que "la separación del rédito en
cuanto a riqueza autónoma y físicamente independiente del capital, no es indispensable para
calificar la riqueza nueva como rédito imponible (sea el caso del rédito por valuación de inventario
o por crecimiento natural; el ejemplo del bosque señalado por Seligman). La realización del crédito,
entendida como la permutación efectiva del bien (tesis de Vanoni) no es requisito necesario para
configurar la renta, bastando que la riqueza pueda valuarse en moneda, en cuanto este
consolidada en forma cierta y estable”. (Op. cit. pág. 130).
8
En puridad, la característica de "neta" no es, ni con mucho, privativa del criterio de renta producto,
sino que es común a todos los criterios. También es común. a todos los criterios la principal
dificultad envuelta en el concepto de "neto ", que radica en distinguir entre 10 que es gasto
necesario para producir renta, de lo que es consumo o empleo de la renta. A juicio de Simons,
"aquí es donde se tropieza con el criterio inevitable de la intencionalidad. Resulta inconcebible una
distinción precisa y objetiva por completo. Determinadas partidas representarán en unos casos
gastos empresariales yen otros un mero consumo, y frecuentemente los motivos están
entremezclados. Un artista profesional compra pintura y pinceles para utilizarlos en ganarse la vida.
Otra persona puede adquirirlos como juguetes para sus hijos o para cultivar una afición en sus
ratos libres”. (Op. cit. pág. 200).

16
B. EL CRITERIO DEL FLUJO DE RIQUEZA

Como se vio en párrafos anteriores, la renta producto se caracteriza por ser un


enriquecimiento proveniente de terceros, pero con condiciones muy especiales.

Otro criterio tributario más amplio que el antes analizado, considera renta la totalidad de
esos enriquecimientos provenientes de terceros, o sea al total del flujo de riqueza que
desde los terceros fluye hacia el contribuyente, en un periodo dado.

Este criterio engloba todas las rentas categorizables como renta producto. Pero al no
exigir que provenga de una fuente productora durable, ni importar su periodicidad, abarca
una serie mas de ingresos. que seguidamente se indican:

1. Las Ganancias de Capital Realizadas

Se consideran tales, las originadas en la realización de bienes patrimoniales, en tanto la


realización de esos bienes no sea el objeto de una actividad lucrativa habitual.

Como se dijo líneas arriba, esos resultados no podrían ser considerados renta producto,
puesto que la fuente productora de ellos (el bien vendido), agota al producirlos la
posibilidad de proporcionar nuevas ganancias de capital al mismo beneficiario.
La problemática especial de las ganancias de capital ha de ser analizada en otro capítulo
de este trabajo, razón por la cual en esta oportunidad bastara decir que, en el concepto de
flujo de riqueza, ellas configurarían rentas puras y simples.

2. Los Ingresos por Actividades Accidentales

Son ingresos originados por una habilitación transitoria y eventual de una fuente
productora, o sea que provienen de actos accidentales que no implican una organización
de actividades con el mismo fin.9

3. Los Ingresos Eventuales

Son ingresos cuya producción depende de un factor aleatorio, ajeno a la voluntad de


quien lo obtiene, tales como los premios de lotería y los juegos de azar. No hay
periodicidad ni habilitación racional de fuente, de modo que no podrían caber en el
concepto de renta producto.

4. Ingresos a Titulo Gratuito

Comprende tanto alas transmisiones gratuitas por acto entre vivos (regalos, donaciones)
coma las por causa de muerte (legados y herencias)

9
Por ejemplo, una persona de profesión abogado, acerca a dos clientes para hacer un negocio, y
así obtiene una comunión; su profesión habitual no es la de comisionista, ni las comisiones
provienen de una fuente durable y permanente, en el criterio de renta producto. Otro caso, el
automovilista que encuentra a alguien en el camino y le cobra por llevarlo a destino.

17
Recapitulando sobre este concepto de renta como equivalente a "flujo de riqueza ", se
advierte que considera como condición suficiente y a la vez necesaria para configurar la
renta, el hecho de tratarse de enriquecimientos que han fluido desde terceros hacia el
contribuyente, independiente- mente de que sean producto o no de fuente alguna.
Pero -y este carácter lo diferencia del criterio que se reseñará a continuación. - es
necesario que haya existido una operación con terceros. Este requisito excluye del
concepto de renta al aumento de valor que experimentan los bienes, en tanto no se
traduzca en operación de mercado, así como a los consumos que el sujeto puede
proporcionarse sin realizar intercambios tales como el uso de bienes durables o la
provisión de bienes y servicios de propia producción.

C. EL CRITERIO DE CONSUMO MAS INCREMENTO DE PATRIMONIO

Esta doctrina supone un concepto de renta que tiene su centro en el individuo y busca
captar la totalidad de su enriquecimiento (capacidad contributiva) a lo largo de un periodo.
10

Podría decirse que en la concepción de renta producto, el énfasis se coloca sobre el


fenómeno de producción y el eje de la imposición está en la consideración objetiva de lo
que una fuente produce; y que en el criterio del flujo de riqueza, la consideración más
relevante es la del tránsito patrimonial desde los terceros al perceptor. En este criterio, en
cambio, el individuo es el gran protagonista; las satisfacciones de que dispone, a lo largo
de un periodo, son el test último de su capacidad contributiva fiscal.11

10 Es de descartar la peculiar vinculación que este especial concepto de renta tiene con el tiempo,
en el sentido de que es impensable si no es con relación a un período. Dice Simons que "la
relación del concepto de renta con el intervalo concreto de tiempo resulta fundamental, y el 01vido
de esta relación crucial ha dado origen a una gran cantidad de confusión en la literatura sobre el
tema. La medida de la renta implica la asignación de consumo y acumulación a periodos de tiempo
específicos. En cierto sentido entraña la posibilidad de medir los resultados de la participación del
individuo en las relaciones económicas en un intervalo de tiempo determinado, con total
indiferencia por cuanto baya acontecido antes del comienzo de ese intervalo (antes de que
finalizase el anterior) o por lo que pueda acontecer en períodos posteriores. Todos los ' datos
necesarios para realizar la medición se encontrarían, idealmente, dentro del período analizado".

La afirmación se presta para un doble orden de consideraciones:

a) es cabalmente cierta, en el sentido de que el tiempo tiene, en la concepción del consumo mas
incremento de patrimonio, una importancia decisiva, de la que carece en otras corrientes (donde
solo interviene a los efectos de la progresividad de la tasa). En efecto, es posible pensar en una
renta producto o en un flujo de riqueza sin necesarias connotaciones temporales, por el tránsito
que ellas significan (y esto es lo que basamento regímenes de retención definitiva en la fuente) En
cambio, la formula que se comenta requiere, indispensablemente, un "antes" y un "después" para
poder operar.

b) no es exacta (o por lo menos no es feliz) en cuanto parece dar la idea de periodos estancos, sin
ninguna comunicación entre ellos, lo cual a primera vista podría conducir a no permitir la traslación
de quebrantos por un año a otro; desde ese punto de vista, no habría "total indiferencia por cuanto
haya acontecido antes del comienzo del intervalo".
11Diferenciando renta social y renta personal, dice Simons:
“Aun cuando la renta personal no sea susceptible de una definición precisa, en comparación con

18
Esas satisfacciones, en definitiva, tienen dos formas de manifestarse: o se transforman en
consumo o terminan incrementando el patrimonio al fin del periodo. Por eso, la suma
algebraica de lo consumido más los cambios en el valor del patrimonio, constituyen la
renta del período.
Así, si al comienzo del periodo una persona tenia 100 unidades, consumió 60 y al final de
periodo quedó con 120, su renta ha sido de 80, pues le permitió consumir 60 e
incrementar el patrimonio en 20.

Como se ve en este enfoque, para nada interesa saber si la renta fue producto de fuente
o no; ni siquiera interesa saber si provino de un flujo de riquezas desde terceros. Además
de esos rubros la renta, como corriente de satisfacciones, puede haber consistido en el
consumo de bienes o servicios producidos por el mismo individuo o en el consumo de
bienes durables adquiridos con anterioridad o en simples variaciones de valor que ha
experimentado el patrimonio, por cualquier causa que sea, entre el comienzo y el fin del
periodo y aunque no se haya "realizado" mediante una operación de mercado con
terceros.

La renta, se dice, interesa como índice de capacidad contributiva del individuo, de su


aptitud real o potencial para satisfacer necesidades, de su poder económico discrecional
si ello es así, para medirla no hay que recurrir a su origen (fuente o flujo), sino a su
constatación a nivel personal a lo largo de un periodo. Analizada bajo ese ángulo, ella se
plasma en dos grandes rubros: las variaciones patrimoniales y los consumos.

1. Las Variaciones Patrimoniales

El propio concepto en que se basa esta teoría supone la consideración como renta
(positiva o negativa) de los cambios de valor (positivo o negativo) del conjunto de derecho
de propiedad del individuo, operados entre el comienzo y el fin del periodo.

Las causas a que obedezcan estos cambios de valor, es indiferente; pueden ser causas
físicas (accesión, aluvión) o de tipo económico (donaciones). Todas ellas están en
principio comprendidas en el concepto de renta. 12

el concepto de renta social ofrece un grado de ambigüedad mucho menor. Su medición entraña el
estimar simplemente los resultados relativos de la actividad económica individual
durante un periodo de tiempo. Además, no plantea problemas de distinción entre producción y
rapiña. La renta social implica la valoración de un producto total de bienes y servicios, en tanto que
la renta personal es un concepto puramente adquisitivo que hace referencia a la detentación y
ejercicio de un derecho.
La renta personal connota, ampliamente, el ejercicio de control de la utilización de recursos
escasos de la sociedad ". (Op. Cit., pág. 198).

12 AI hablar en el texto de cambios de valor por causas económicas, no se está haciendo


referencia. a los cambios meramente nominales, producidos por ejemplo por la inflación, sino a
alteraciones relativas de precios.

El propio Simons, reconoce, refiriéndose a la acumulación (o valorización patrimonial) que "este


elemento de la renta anual quedaría falsamente representado si el nivel de precios se modificase
sensiblemente a lo largo del año. Estas limitaciones del concepto de renta son reales e
insoslayables... "

19
Este carácter de renta que revisten, bueno es señalarlo, es totalmente independiente de
que se hayan o no realizado, es decir, puesto de manifiesto mediante una operación de
mercado. Para esta línea conceptual, exigir el requisito de realización supone una fuerte
cortapisa al concepto de renta, no justificable.13
En términos de comparación de este criterio con el de flujo de riqueza, puede ser útil
advertir que las variaciones patrimoniales positivas pueden provenir básicamente de dos
orígenes: acumulación de ahorro de ingresos del periodo o aumento del valor de los
bienes ya poseídos al comienzo.
El primer rubro resultaría gravado en el criterio de flujo de riqueza, en cuanto ingreso
proveniente de terceros, por ello la real diferencia se plantearía en las valorizaciones o
ganancias de capital no realizadas, que no resultarían gravadas en el criterio de flujo de
riqueza, y si estarían abarcadas por criterio que se comenta.

2. Los Consumos

Si a lo largo del periodo, una persona -hipotéticamente- se abstuviera totalmente de


consumir, el calculo de su renta personal se reflejaría directamente en la acumulación
patrimonial del final del período.

Al consumir, ejercita derechos destruyendo bienes económicos. Por consiguiente, el valor


de esos consumos debe ser sumado a las acumulaciones patrimoniales, para determinar
la totalidad de la renta del periodo.

Puede ser bueno indicar que este criterio tiene algún punto en que sus consecuencias
practicas coinciden con el flujo de riqueza (aunque por otro fundamento), pero lo que
excede en varios aspectos.

Una solución a ese problema, en economías con altos índices inflacionarios, puede estar dada, por
la técnica de la "corrección monetaria ", que supone comparar patrimonios deflacionados, o sea
expresados en moneda constante. Este tema es motivo de estudio por separado y no será,
considerado en este Manual.

13Simons critica acerbadamente la tendencia a circunscribir la ganancia a aquella que ha quedado


realizada, diciendo:
“Esta opinión es mantenida briosamente por los expertos en contabilidad, los tribunales de justicia
e incluso por algunos economistas. Se basa claramente en las prácticas convencionales de la
contabilidad financiera. El contable, frente a problemas de evaluación para los que apenas se
suelen disponer de datos, ha desarrollado y sigue religiosamente un procedimiento de "regla del
dedo que sacrifica la relevancia en aras de la precisión”. En vez de intentarla mejor estimación que
sea posible se suele contentar con utilizar cifras previamente disponibles en sus cuentas,
minimizando así las exigencias de juicios de valor ",

“Para él, la renta tal vez sea solo lo que se puede presentar en bandeja ante unos directores poco
complicados diciendo que es renta.. ."

“Pero la "ganancia" no es algo que cabe dejar a la puerta como quien entrega un paquete. Se
puede ganar sin que exista realización y cabe realización sin ganancias; y si una de ellas es
esencial para que exista la renta, es preciso excluir la otra", (Op. Cit. págs. 211 y 212).

20
Para corroborar la afirmación anterior, debe partirse de la base que el consumo de una
persona entendido como "empleo de bienes y servicios en la satisfacción de
necesidades", puede revestir mas:14

a. uso de bienes adquiridos en el periodo:


b. uso de bienes durables adquiridos en el periodo anterior;
c. consumo de bienes y servicios producidos directamente por la persona (granjeros, etc.),
El criterio de flujo de riquezas (que atiende a transacciones y no a consumos) a lo mas
que puede dar lugar es a que resulte gravado el ingreso que se recibe en ese periodo y
que se gasta en él, con lo cual cubriría parcialmente la hipótesis primera. 15 Pero
quedarían fuera del, el uso de bienes adquiridos con fondos ahorrados en periodos
anteriores y las hipótesis b y c.

El criterio de consumo mas incremento de patrimonio, al abarcar todos los consumos,


llevaría a una nivelación en el tratamiento tributario de todos ellos y especialmente de las
ultimas hipótesis, que por su importancia merecen tratamiento especial.

a. Uso de bienes de consumo durables

Razonando en términos generales a partir de la aceptación del principio de que la renta


consiste en un conjunto de satisfacciones, no habría porque descartar que esas
satisfacciones provinieran, no de terceros, sino del uso de los bienes propios y
especialmente de los de consumo durable, que no se agotan en una primera utilización.

Correspondería hablar, en estos casos, no de una renta "ganada", es decir derivada de


transacciones con terceros, sino simplemente "imputada", atribuida al individuo por el
hecho de haber disfrutado (consumido) ese bien. Se las han denominado por ello rentas
de goce o disfrute, o rentas psíquicas.

Dicho de otra manera, podría indicarse que si por gozar o disfrutar de un bien ajeno el
individuo tiene que pagar un precio (alquiler), al disfrutar de ese bien como propio

14En un sentido amplio de la palabra consumo, también habría que incluir en él, el goce de
actividades de descanso y recreo, como juegos, caminatas, etc." o aun el mero y simple ocio, pero
como señala Due (op, cit. Pág. 120), "este carece de valor monetario, ya que no posee el merito
de poder brindar otros bienes en su cambio; comprende simplemente en gran parte, la utilización
de bienes no económicos.”

En línea similar, razona Simons que "el ocio es en sí mismo una importante partida o componente
del consumo; que la renta por hora de ocio, mas allá de cierto mínimo, podría muy bien imputarse a
las personas de acuerdo con lo que podrían ganar a la hora si se contratasen sus servicios en vez
de trabajar. Como es natural, una cosa es indicar que ese procedimiento es adecuado en principio
y otra muy diferente proponer su aplicación. Esa consideración sugiere, sin embargo, que el
desprecio de la "renta percibida en especie" puede quedar sustancialmente contrarrestado a
efectos comparativos (para medir rentas relativas) despreciando también el ocio" (op. cit. pág.
200).

15El ingreso que se gasta en un periodo, y que fue recibido antes de su inicio, en la línea de flujo
de riquezas, ya tributo, como ingreso, en él "; ejercicio anterior.
Desde el punto de vista de la teoría de consumo mas incremento de patrimonio, el ingreso
ahorrado el año anterior se reflejó ya en el patrimonio a comienzo del ejercicio, y su utilización en
consumo determinará una merma de dicho patrimonio.

21
experimenta un ahorro. y (tercera versión de un concepto único) que si ese bien propio,
en vez de utilizarlo directamente lo arrendara, obtendría un ingreso inequívocamente
categorizable como renta.
El concepto así establecido, es aplicable para todos los bienes de consumo durables:
casa habitación, automóvil, yates, mobiliario, etc.
Sin embargo, de todos ellos la única categoría que frecuentemente se ve reflejada en la
legislación positiva lo constituye la casa habitación.
En efecto, una adopción lisa y llana del concepto aplicado a todos los bienes de uso
tropezaría con dificultades de valuación monetaria prácticamente insalvables, así como
con graves problemas de contralor. Por otra parte, una critica generalmente esgrimida
contra las rentas imputadas radica en que por su propio carácter, no dan a su titular
disponibilidades con que pagar el impuesto resultante.16

Todas esas dificultades hall determinado que, en los hechos, el problema de las rentas
imputa- dos se haya circunscrito a los inmuebles, y dentro de estos, específicamente al
inmueble destinado a casa habitación del contribuyente.
Se argumenta en favor de tal solución, que el propietario que habita en su casa realmente
esta percibiendo el producto de su inversión en el mueble, o sea una renta bajo la forma
de los beneficios que obtiene. Se agrega que él tuvo la posibilidad de invertir su capital en
otros activos, cuyos rendimientos estarían gravados, y que su preferencia demuestra que
los beneficios que deriva de comprar casa para habitarla a mismo, son superiores a los
rendimientos que obtendría en formas alternativas de inversión.17

Sin embargo, en algunos países ha incidido, en el tratamiento fiscal del punto, el objetivo
social de fomentar la vivienda propia, con el cual se estimaría incompatible esta forma de
imposición, dando lugar a soluciones de compromiso entre uno y otro criterio. Esas
formulas transaccionales, consisten normalmente en gravar, no todas las viviendas
propias, sino sólo imputar renta a aquellas que no se utilizan para vivienda permanente,
sino únicamente para veraneo o recreo, o a aquellas cuya utilización se cede en forma
gratuita a terceros. En este ultimo caso, es bien claro que quien cede en forma gratuita
una casa. a tercero, está en igual condición de quien recibiera alquiler (renta gravada) y
luego lo donara a su arrendatario.

b. Bienes y servicios producidos y consumidos por la misma persona.

16
Muchos autores denominan a estas rentas imputadas "in natura", expresión que puede llevar a
confusión, cuando en operaciones con terceros se recibe, no dinero, sino bienes. en pago, y que
par tal motivo preferimos no utilizar.
Maurice Laure, por ejemplo, indica que "La convicción de que la renta "in natura" queda detrás de
la barrera que separa la vida privada de la vida social es una primera dificultad de orden general
para el gravamen de esta forma de renta. Otra dificultad, de alcance igualmente general, estriba en
el hecho de que el titular de una renta "in natura" no percibe esta renta en una forma que le permita
pagar el impuesto mediante una parte de la misma renta': (Op. cit. Pág. 152.)
17
Sobre el tema, véase, in extenso Álvaro Magal1a, op. cit.; del mismo modo, nota 2 de este
capítulo.

22
También aquí el razonamiento teórico llevaría a la conclusión de que producir un bien o
servicio, y consumirlo uno mismo, debe tener igual trato fiscal que producir un bien,
obtener por el una renta y con ella adquirir un bien similar, caso en el cual el ingreso seria
categorizado como renta y el gasto como consumo y por ende no seria deducible. En
consecuencia, entrarían en esta hipótesis los consumos de alimentos que hacen los
agricultores de su propia producción, los retiros de mercaderías por parte de los dueños o
socios para consumo propio, el aprovechamiento de las huertas que la familia pueda
tener, las tareas domesticas desempeñadas por el ama de casa e incluso el valor del
servicio de la persona que se afeita a sí misma, etc.
Sin embargo, por diversas razones, normalmente la consideración positiva de estos casos
queda circunscripta a los dos primeros citados, o sea la situación de los agricultores, y los
retiros de mercaderías de los dueños o socios. En los demás casos, se estima que son
mayores los inconvenientes que derivarían de su aplicación.18

D. LA APLICACION PRACTICA DEL CONCEPTO DE RENTA

Cuando el legislador ha decidido instituir un impuesto sobre la renta, ha encontrado la


dificultad de traducir los conceptos antes examinados, creados en el ámbito de la ciencia
económica o financiera, al campo concreto de la ley positiva. Al hacerlo, necesariamente
ha debido tomar en consideración aspectos pragmáticos y funcionales, mas que una
ortodoxia conceptual en una corriente determinada.

Ello ha dado por resultado que las definiciones legales no reflejen en su forma pura
ninguna doctrina en especial y que por el contrario contengan elementos de mas de una
de ellas.
Otra característica de las legislaciones, consiste en el tratamiento, no siempre
coincidente, que se da al tema según se refieran a las personas físicas o alas empresas.

1. Personas Físicas

No obstante que en el ámbito doctrinario, la corriente prevaleciente estima que el criterio


de "consumo mas incremento patrimonial" es el que mejor contempla la equidad
horizontal, permitiendo una equitativa atribución de carga tributaria, es un hecho que
ninguna legislación lo ha adoptado, al menos con toda su extensión teórica.

18 Las razones que llevan a no considerar todos los posibles casos de autoconsumo, son las
siguientes:

En primer lugar, las razones de orden administrativo no permiten gravar la mayoría de los casos
considerados; no sólo la ausencia de operaciones de mercado torna difícil la valuación de bienes
y servicios, sino que prácticamente es imposible detectar su configuración, ya que ello requeriría un
esfuerzo administrativo impracticable. En segundo término, cabe tener presente, que gran parte de
esas actividades son desarrolladas en horas de descanso, por lo que resultaría difícil decidir si se
llevan a cabo con fines de recreación o por la utilidad que reportan. Finalmente, cabe tener en
cuenta que las personas de más bajos ingresos son las que, a raíz de su situación económica, se
ven obligadas a prestarse a sí mismas la mayor cantidad de servicios, por lo que la imputación de
rentas en razón de esas utilidades les atribuiría una capacidad contributiva que en realidad no
tienen, efecto que no parece admisible en términos de equidad.

23
Las dificultades para determinar los casos en que corresponde imputar rentas a los
individuos a raíz de sus actividades consuntivas, los problemas para estimar esas rentas -
máxime en los casos en que no existen transacciones de mercados y lo complejo de una
valoración periódica de los bienes patrimoniales, con la carga de dificultades de
implementación y administración que implican, han tenido por efecto que las legislaciones
en general se inclinen por los otros dos criterios comentados, o sea el de la renta producto
y el flujo de riquezas. Los casos de renta imputada por la casa propia habitada 0 cedida
gratuitamente, retiro de bienes por parte del dueño o socio, etc. constituyen sin embargo
ejemplos de aplicación, aunque muy parcial, del criterio de consumo mas incremento del
patrimonio.
Debe advertirse además que tampoco los criterios de renta producto y flujo de riqueza se
presentan en una forma absoluta y pura, sino que es normal que el primero experimente
ampliaciones y el segundo algunas restricciones.
a. En las legislaciones estructuradas en torno al concepto de renta producto, es frecuente
que en forma expresa se califique como renta ingresos que, en ausencia de norma, serian
clasificables como ganancias de capital.19

b. En cuanto al criterio de flujo de riqueza, también se presenta normalmente con algunas


alteraciones respecto del modelo teórico. En primer lugar, normalmente los ingresos a
título gratuito no se incluyen en el concepto de renta.20

19 Los casos a que se refieren esas disposiciones que para algunos autores configuran
excepciones que se apartan del criterio de la renta producto, en tanto que para otros tienen
carácter aclaratorio y solo están destinadas a poner de manifiesto la verdadera naturaleza de los
ingresos pueden clasificarse en los siguientes grupos:

a) caso en que los bienes patrimoniales son "tratados como mercaderías, batiéndolos objeto de
operaciones que por sus características, denotan el denominado "espíritu de empresa". P. ej. : si
se urbanizan y mejoran terrenos para proceder a su venta fraccionada, o cuando se construyen
edificios y se enajenan de acuerdo con regímenes de propiedad horizontal.

b) casos en que la enajenación de bienes es consecuencia solo indirecta de la actividad que


genera la renta producto, pero que se considera que los ingresos que resultan de aquella
transacción provienen de la misma fuente productora. Tal situación se da en los ingresos deriva-
dos de la venta de bienes recibidos en pago de operaciones habituales, a en la venta de bienes
depreciables, de la nave del negocio, etc.

c) casos en que la realización de bienes configura la forma como se obtiene el ingreso derivado de
una actividad; ello ocurre, p. ej. al vender una patente de invención, o al ceder derechos de autor.

d) casos en que la realización de bienes constituye una modalidad a la que puede recurrirse para
obtener las rentas que hubiera generado su explotación, como si se cede el derecho a explotar un
bosque, o se cede una licencia, etc.
20 Diversas consideraciones se han formulado para fundamentar la exclusión de los ingresos a
titulo gratuito: el hecho de que los deudos hayan podido colaborar en la formación del patrimonio
que se transmite, la situación que puede crear a la familia el deceso que origina la transmisión, etc.

Sin embargo, parecería que la causa determinante de un trato especial, se vincula con la condición
de altamente irregulares que tienen esos ingresos, característica que torna inequitativa la
aplicación del impuesto a la renta, a menos que para esos casos se opte por una tasa proporcional

24
Una segunda adaptación puede anotarse en relación con los resultados de juegos de
azar, los cuales es frecuente que no se sometan a disposición, o que tributen a tasa
proporcional, sea con un impuesto independiente o configurando una cedula dentro del
gravamen a la renta.

Como los ingresos accidentales no tienen alta significación, en los hechos la diferencia
práctica más importante entre el criterio de la renta producto y el flujo de riqueza se
plantea en el área de las ganancias de capital realizadas, tema tratado en el Capítulo IX.
c. Es frecuente, tanto en las legislaciones estructuradas en base al Concepto de renta
producto como al de flujo de riqueza, que se considere renta gravada el uso de
determinados bienes, fundamentalmente el valor locativo de inmuebles o el valor
atribuible a bienes retirados de la empresa por el dueño o socio para su consumo o uso.
En muchos casos, esta norma responde a razones de equidad; no siendo deducibles los
alquileres, ni los gastos de consumo, sería injusto no imputar renta a quien habita en su
propia casa, o consume lo producido por su empresa (véase nota 2.)

d. Por ultimo, debe destacarse que es frecuente que las legislaciones culminen la
definición de renta gravable, tanto de personas físicas como de empresas, indicando que
se considerará como tal "todo incremento de patrimonio operado en el periodo y que no
sea debidamente justificado ".

A primera vista, podría parecer que se trata de una concesión a la teoría del consumo
mas incremento de patrimonio. Sin embargo, una observación más atenta indica que tal
norma obedece a exigencias de tipo técnico, que tienen relación con la carga de la
prueba, sin significar cambio alguno en el concepto mismo de renta adoptado por la ley.
Se trata de Una presunción establecida en favor de la administración, destinarla a aliviarle
la carga de demostrar el carácter de renta gravada de todos y cada uno de los ingresos
del contribuyente.21

La verdadera naturaleza del instituto se advierte, cuando se considera que mediando la


injustificación del ingreso, y siendo este de los no alcanzados por la ley (p. ej.: premio de
lotería), la presunción legal queda sin efecto.

A título de síntesis, podría decirse que los conceptos puros de renta producto y renta
consumo mas variaciones patrimoniales, se presentan mas que nada como extremos
teóricos, entre los cuales las legislaciones, influidas por motivaciones tanto teóricas como
pragmáticas, llegan a un punto de equilibrio distinto según los países y las épocas.
Desde ese punto de vista, la discusión doctrinaria no se plantea tanto entre concepciones
teóricas, sino referida al concreto campo de ingresos que debiera ser gravado, a la mayor

(lo cual quiebra parcialmente el sistema), o que se acuda a sistema de promediación que
introducen una considerable complejidad a la estructura técnica del gravamen y su administración.
21Jarach opina, que "esta disposición contenida entre las normas del procedimiento administrativo
de determinación, tiene alcance de derecho sustantivo, al establecer una presunción legal de que
todo aumento patrimonial del contribuyente constituye ganancia imponible, si este no prueba que
se origina en alguna ganancia ya comprendida en las diferentes categorías de ganancias del
mismo año o de anteriores o bien de otras causas, como herencias, legados, donaciones,
ganancias exentas o de fuente extranjera ". (El concepto de ganancia, citado en bibliografía, pág.
715).

25
o menor extensión del hecho imponible. En los últimos años en Estados Unidos se ha
planteado una vigorosa polémica en torno a la factibilidad de una "base comprensiva"
(comprensiva de todos los enriquecimientos), abogando Musgrave y Galvin en favor de su
ensanchamiento y oponiéndose a ello el Prof. Boris Bitter.22

2. Empresas

La aplicación práctica del concepto de renta, cuando se trata de actividades


empresariales, tiene varias alteraciones respecto de las conclusiones vistas en materia de
personas físicas.

Ello se explica porque la empresa es, en sí misma, esencialmente comercial y lucrativa;


se caracteriza por la combinación de trabajo y capital, con el fin de obtener utilidades. Por
consiguiente, y a diferencia de lo que ocurre con personas físicas no empresarias, en
principio todas las utilidades que obtiene una empresa tienen carácter de renta comercial
y especulativa, independiente de que provengan de actividades habituales o no.
Como es lógico, tal carácter supone reducir, o aun eliminar, las diferencias teóricas entre
los criterios de "renta producto" y "flujo de riqueza". La aplicación del criterio de "consumo
mas incremento de patrimonio" es de más difícil concreción, porque el propio concepto de
consumo, totalmente claro en caso de personas físicas, es de casi imposible traslación al
campo de la empresa. Ello no obstante, si en algún sistema se efectuaran valuaciones a
fin de cada periodo, y las valorizaciones producidas (y aun no realizadas) integraran la
base imponible, podría pensarse que se llega a una concreción parcial de los postulados
de la formula Haig-Simons.

a. Ampliación del Criterio de Renta Producto

En un primer estadio la legislación puede mantener el criterio de renta producto, pero


incluir dentro de ese concepto los beneficios que provienen de la enajenación de ciertos
bienes que no son objeto habitual de comercio por la empresa. Nótese que la venta de
tales bienes no constituye actividad normal sino excepcional, de modo que difícilmente
cabrían en el concepto puro de renta producto, si no mediara expresa inclusión de la ley,
disponiendo que también se consideran grava- dos los resultados provenientes de esas
operaciones.

Ejemplos de tales casos, en que la ley entiende que la enajenación de bienes


patrimoniales es consecuencia directa de la actividad que genera la renta producto, por lo
que considera que los ingresos que resultan de aquella transacción provienen de la
misma fuente productora, se dan en materia de bienes recibidos en pago de operaciones
habituales; venta de bienes muebles depreciables o de inmuebles afectados a la
producción de rentas o de intangibles corno la llave del negocio, etc. Incluso es frecuente
que en caso de entidades bancarias, se otorgue igual carácter a los beneficios resultantes

22 El artículo originario de la polémica fue" de Bittker (Comprehensive Tax Base as a Goal of


Income tax Reform) 80 Harvard Law Review, p. 925; a el replicaron Musgrave (In Defense of an
Income Concept, Harv. L. Rev.81, p. 44; Pechman (Comprehensive Income Taxtion: a comment)
81 Harv. L. Rev. pág. 63; Galvin (More en Boris Bittkerand the comprehensive tax base) 81 Harv. L.
Rev. p. 1016, respondiendo a su vez Bittker (Comprensive Income Taxation: a response) 81 Harv.
L. Rev. p. 2032.

26
de ventas de valores, y en caso de entidades aseguradoras, a la enajenación tanto de
valores como de inmuebles, teniendo en cuenta también que tales enajenaciones -y por
ende los beneficios que de ellas emergen- son una consecuencia de la actividad de la
empresa.

b. El Concepto de Empresa Fuente

En un mayor grado de amplitud conceptual, pero siempre manteniéndose dentro del


criterio de a renta producto, se ha postulado el principio de la empresa como fuente. Dicho
de otro modo, se sostiene que la fuente productora de las rentas no es la aplicación
conjunta de capital y trabajo, sino la empresa que resulta de esa aplicación. Como
consecuencia de ello, si la fuente productora durable es la empresa misma, todos los
productos que de ella se derivan, en tanto sean riqueza material nueva, constituyen renta
producto, sin interesar que se originen en operaciones que formen o no parte de la
actividad normal.

c. Criterio de Flujo de Riquezas

Como se dijo anteriormente, aun cuando las legislaciones adopten el criterio de flujo de
riqueza, nunca lo hacen de un modo total y absoluto, siendo frecuente que se excluyan
los ingresos recibidos a título gratuito, dada su alta irregularidad y circunstancias
especiales que los rodean.
Partiendo de esa base puede entenderse que la aplicación en el caso de empresas del
criterio de flujo de riquezas, otorga al concepto de renta la misma amplitud, que el
principio de la empresa fuente. Teóricamente, la diferencia radicaría en que p. ej. : las
ganancias de capital, en el concepto de empresa fuente, serian gravadas como un
producto mas de la fuente, yen el concepto de flujo de riquezas se les podría reconocer
como ingresos de distinto tipo, lo cual posibilitaría tratamientos especiales. En caso de
que para la renta de empresas se adoptara tasa proporcional, como es frecuente, la
diferencia solo podría radicar en una alícuota mas baja, aunque esa solución no puede
reputarse muy común. Si la estructura de la tasa fuera progresiva, entonces se
posibilitarían tratamientos especiales considerando la irregularidad de la generación de
esas ganancias, y d periodo en que se generaron las rentas.

d. Criterio de Balance

De acuerdo con el criterio del balance, se consideran beneficios empresariales todos los
aumentos del patrimonio de la empresa.
Según la forma legal de practicar las valuaciones, tal criterio puede traducir iguales
resultados que el de empresa fuente, o por el contrario puede implicar una aplicación de
la teoría del consumo mas Incremento del patrimonio.

En efecto, si en el balance no se incluyen las valorizaciones que entre principio y fin del
ejercicio pueden haber tenido los bienes de la empresa y se recogen en la cuenta de
ganancias y perdidas solamente los resultados de las operaciones realizadas, el criterio
equivale al de la empresa fuente, ya que significaría considerar gravados todos los
beneficios realizados en el periodo.

27
Si, por el contrario, el balance refleja las diferencias de valorización de los bienes de la
empresa (aun sin haberse realizado) y la utilidad se calcula como la diferencia entre los
patrimonios iniciales y finales, entonces el criterio significaría la aplicación de la fórmula
de Haig-Simons.23

23Es conveniente reiterar y profundizar la afirmación de que el termino "teoría del balance " es en
definitiva equívoco, si no se aclara el sistema de valuación que el balance involucra.

"La teoría del balance cubre generalmente dos acepciones. Por contrapuesta a la teoría de la
fuente, ella considera todo enriquecimiento o todo aumento de valor, aun accidental como
una renta imponible. Ella no analiza la noción de renta como de varias cedulas, sino que abarca al
contrario la totalidad de rentas, el conjunto de frutos y beneficios obtenidos a lo largo del periodo
dado... "

"Contrapuesta a la teoría de la cuenta de explotación, es decir tratándose del beneficio "teoría del
balance" considera como renta el resultado que se deriva del balance al fin del ejercicio, con
relación al comienzo de él, comprendiendo así a la vez al producto de la explotación y también del
aumento real de valor de la totalidad de los elementos del activo... "

"Los resultados de la actividad durante el ejercicio contable, son en efecto descriptos en dos
documentos: el balance y la cuenta de explotación. El balance expresa todos los elementos del
activo y del pasivo de la empresa. La cuenta de explotación rehace la actividad de ella pero los
elementos constitutivos del capital no figuran allí. El beneficio no tiene la misma consistencia según
se extraiga de uno y otro documento, siendo la diferencia esencial la constituida por la plusvalía de
capital".

Los párrafos transcriptos son del estudio del Prof. Dersin citado al final de este capitulo, en el cual
el autor señala que, no obstante aceptarse pacíficamente que todos los países de la CEE siguen la
teoría del balance, el termino tiene radicales diferencias entre los estados, especialmente en
Alemania, país donde naciera la aludida teoría. Allí, la valuación se realiza no a precio de mercado,
sino en función del concepto de "teilwert” o sea "la suma por la cual un comprador de la totalidad
de la empresa habría evaluado un bien individual de equipo en tanto que elemento de la totalidad
del precio de compra ", sobre la base que el adquirente continuaría con la explotación.

Por su parte Allix y Lecercle (op. cit. T. I. pág. 351) explican así la "teoría de balance":"¿Qué es el
balance? La manera más simple de hacerse una sumaria idea, es suponer a una sociedad
comercial que cesa sus operaciones y liquida. Ella va a vender sus inmuebles, su portafolios de
valores mobiliarios, las mercaderías, etc., realizar, en una palabra, lo que le pertenece. Esta
realización le proporciona una suma. En primer lugar, la sociedad debe retirar con que pagar las
deudas”. “Ella es responsable frente a los acreedores por lo que debe: responsabilidad hacia
terceros, he aquí un rubro que inscribiremos en una columna del cuadro. Y debe retirar además del
producto de la realización de su activo el monto de su capital, es decir, el monto de fondos que
empleo en la explotación. Puede ser, además, que la sociedad haya separado una cierta parte de
sus beneficios para ponerlos a un costado, es decir, que haya constituido reservas... "
Por consiguiente, deberemos inscribir en. el balance, además de las responsabilidades hacia
terceros, el capital y las reservas. He aquí lo que la sociedad debe por lo menos retirar de la
realización de lo que posee; esto representa, en el balance, su pasivo. Ella va a hacer frente a ese
pasivo con el producto de la realización de su activo; es decir, si posee inmuebles con el producto
de su venta, con el producto de la venta de mercaderías, de sus valores de portafolios, etc...."

"Entonces, en esta concepción, el beneficio, lo constituye el excedente que quedaría en manos del
empresario, si suponemos que liquida su empresa el día de confección de balance, luego de
haber pagado sus deudas y recuperar el capital social eventualmente acrecido de reservas. Por el
contrario, en la otra concepción (de la cuenta de explotación) si un fabricante de calzado quiere

28
modificar su fábrica, vende un edificio 100,000 francos más caro de lo que lo pagó, la plusvalía
realizada no será tomada en consideración, puesto que no es proveniente de la explotación...sino
una realización de capital". (Op. cit. págs. 352 y 354.)

Pero más tarde, comentando la adopción por la Administración Francesa de la teoría del balan- ce,
agregan: "La Administración agrega a su tesis el correctivo de que es necesario, que la plusvalía
no sea simplemente constatada por el balance, sino que sea efectivamente realizada por una
enajenación". (Pág.381).

A su vez Lucien Mohl (Elementos de la Ciencia Fiscal, pág. 167) describe así la teoría francesa del
balance: '”Si... se parte de la teoría del balance debe englobarse entonces en la noción de renta
imponible las variaciones de capital, apareciendo entonces el beneficio como la diferencia entre
activo neto de final de período y activo neto de comienzos del mismo (deducción hecha de las
aportaciones exteriores, tales como constitución de fondos o los prestamos). Y sobre el sistema
francés, agrega: 'Para la imposición de las plusvalías, se tiene en cuenta... el grado de movilidad y
liquidez del elemento activo considerado. En rigor, la teoría del balance no se aplica m1is que si el
elemento de activo en cuestión se puede considerar lo suficientemente móvil, o sea no
especializado, apto para cambiar de empleo y suficienteti1ente líquido- es decir fácilmente
cambiable por dinero- lo cual es frecuente en el caso de capitales circulantes. Por lo contrario, las
plusvalías de un grado pequeño de movilidad y liquidez (en general los capitales fijos) solo se
gravan si Son originadas por venta, lo que excluye del campo fiscal a las plusvalías de .simple
estimación..."

Las transcripciones realizadas sirven para afirmar que el término "teoría del balance" es por lo
menos equívoco en cuanto a permitir resolver si engloba o no las valorizaciones de activos fijos.

Este tema ha tornado últimamente una nueva connotación en los países latinoamericanos que han
introducido sistemas globales de "ajuste por inflación" (Argentina, Brasil, Chile),

El punto teórico de la incidencia de la inflación en el impuesto a la renta ha motivado estudios


especiales del Programa de Sector Público de la OEA ("Inflación y Tributación ", Washington,
1978) y por ende no ha de ser tratado en este Manual.

Sin embargo debe indicarse, como apunte para ulteriores reflexiones, que esos sistemas de
ajustes pueden haber introducido un cambio en el concepto mismo de renta gravada.

Para ejemplificar al respecto, puede decirse que en la teoría del balance, tal como tradicionalmente
se aplicaba en Latinoamérica, solo se tomaban en cuenta las operaciones realizadas por la
empresa, pero no las simples valorizaciones de bienes no enajenados En un caso extremo e
hipotético, una empresa que no hiciera ninguna operación en el ejercicio, no podría tener perdida ni
ganancia a los efectos del impuesto.

En estos sistemas de ajuste por inflación, en cambio, aunque no se realicen operaciones, pueden
existir ganancias o pérdidas fiscales, según la composición de sus activos y sus pasivos y el
efecto que en ellos tenga el fenómeno inflacionario.

Eso constituye una aproximación más al concepto de Hair Simons, pero de todos modos no su
completa aplicación; la diferencia continuaría radicando en el hecho de que en los ajustes por
inflación las valorizaciones se consideran sólo a la luz de índices generales de corrección por
inflación, los cuáles normalmente no tienen en cuenta las alteraciones de precios relativos.

29
e. Conclusiones

Como se advierte, salvo el caso extremo de incluirse valorizaciones, los criterios


señalados no arrojan grandes diferencias entre sí en su aplicación a las empresas, porque
a uno u otro titulo resultan gravados tanto las típicas rentas producto, como las ganancias
de capital realizadas y otras operaciones no habituales, aunque el fundamento por el que
se llegue a tal resultado pueda ser distinto.

30
CUADRO SINOPTICO DE LOS DIFERENTES CRITERIOS

Orígenes del enriquecimiento Criterio tributario de Renta

Renta Producto Renta Producto: se considera renta el


producto que una fuente durable produce
Ganancias de capital realizadas o puede producir periódicamente,
habiendo sido habilitada racionalmente
Ingresos por actividades accidentales para producir beneficios.

Ingresos de naturaleza eventual Flujo de riqueza: la renta es el ingreso


monetario o en especie que fluye hacia el
Ingresos a título gratuito contribuyente en el período a raíz de
transacciones de terceros.

Uso de bienes adquiridos en períodos Consumo más incremento de


anteriores patrimonio: la renta es igual al valor del
consumo más el incremento del patrimonio
Consumo de bienes y servicios de registrado en el período, sea incorporación
propia producción de nuevos bienes o por la simple
valorización de los existentes.
Variaciones patrimoniales.

NOTA: El precedente cuadro ha sido confeccionado para poner de manifiesto la diferente cobertura que tienen
los distintos criterios, en cuanto al campo de enriquecimientos que resultan gravados al quedar incluidos en el
concepto de renta. Indica, por otra parte, que aunque la fundamentación teórica del criterio de consumo más
incremento de patrimonio difiera sustancialmente de los dos anteriores, su diferencia práctica con ellos se
centra en tres rubros (uso de bienes durables, autoconsumos, variaciones patrimoniales); en consecuencia,
para plasmarlo legislativamente", no sería necesario alterar sustancialmente la definición de renta, sino que
bastaría con agregar esos ítems a la definición tradicional basada en el flujo de riqueza.

31
BIBLIOGRAFIA

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las empresas ALALC IRE/I/DT 2. Mayo 1976. Este trabajo ha servido de base para la confección
del presente capítulo.

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33
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21. VANONI, Ezio. Osservazioni sull concetto di reddito in finanza, en "Opere Giuridiche", Giuffre
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22. WUELLER, Paúl. El concepto de renta gravable. Reproducido en Hacienda Pública Española
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23. ZANCADA PEINADO, Fermín. Patrimonio y Gastos: su operatividad en el impuesto sobre la


renta. Hacienda Pública Española No. 30, pág. 143.

34

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