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Algunas explicaciones acerca de la primera parte del programa de Metafísica.

NOTA: Usted deberá leer pausadamente y con la máxima concentración posible el siguiente texto todas las veces que sea
necesario hasta que pueda tener una suficiente comprensión de la información contenida y esté en grado de repetirla de memoria.
Es la base para todo el resto de la materia. Esta lectura no sustituye la lectura y el estudio del libro, sino solamente es una ayuda
en lugar de la clase presencial.
¿Qué es la metafísica? R-La metafísica es “ciencia=conocimiento por causas”.
¿Qué aspectos fundamentales diferencian la metafísica de las otras ciencias?
Primero: Mientras cada ciencia particular estudia un conjunto limitado de seres entre los que existen en el universo, la metafísica
estudia no una parte de la realidad existente en el universo material e inmaterial, sino que estudia “todas las cosas” o “todos los
seres”, los que existen en el universo material, es decir, los seres que existen y son materia, como también las inmateriales,
tanto los que siendo inmateriales sin embargo son en una materia, existen dentro de esa materia, como los que existen separados
de la materia y no necesitan de ninguna materia para existir.
Investigar: ¿cuáles son los entes inmateriales existentes en el universo que sin ser materiales, sin embargo existen en una
materia? y ¿cuáles son los seres inmateriales que existen fuera de toda materia?
Segundo: las ciencias particulares investigan las causas llamadas segundas o inmediatas, es decir aquellas que dan cuenta o
explican, dan razón, de un determinado tipo de entes o de los efectos causados por esas causas segundas. La metafísica estudia
todos los entes buscando las “últimas causas”, es decir aquellas que están no detrás de un efecto particular, sino que dan cuenta
de todos los efectos que existen en la realidad.
Causas primeras y causas últimas:
En metafísica las “causas últimas” pueden ser llamadas también “causas primeras”, ¿por qué? Siendo las mismas son llamadas
“primeras” o “últimas” según el orden ontológico o del ser o según el orden gnoseológico o del conocer. Hay que entender la
distinción entre “existir” y “ser conocido”. Una cosa es que yo exista y otra es que yo sea conocido. Existir es estar en el
universo, mientras que ser conocido es estar en la mente del que conoce o puede conocer. Entonces las causas son últimas en
cuanto son conocidas al final de un proceso que lleva desde lo más inmediatamente evidente para nosotros, los que llegamos a
conocerlas, hasta lo menos evidente para nosotros. Ese es el orden del conocer u orden gnoseológico. Mientras que se llamas
“causas primeras” en el orden del ser u orden ontológico porque dichas causas son las primeras en existir antes de que existan
sus efectos, es decir, lo efectos producidos por ellas.
Yo para conocer a mis bisabuelos tengo primero que saber quiénes son o fueron mis abuelos y, para conocer a mis abuelos,
tengo primero que saber quiénes son o fueron mis padres. Pero para que yo existiera primero tuvieron que existir mis padres, y
para que mis padres existieran, primero tuvieron que existir mis abuelos, y para que existieran mis abuelos tuvieron que existir
primero mis bisabuelos, y así sucesivamente. Pero como no puedo seguir hasta el infinito, pues la serie sería interminable, lo
cual significaría que las generaciones que me preceden son eternas, entonces debo llegar a un primer ser que es la causa de la
serie de antepasados de mi familia. Tuvo que existir un ser que siendo el primero fue la causa de toda la serie de mis
generaciones antepasadas. Ese ser puede ser interno a la serie o ser externo a la serie, es decir, puede formar parte de ella, como
no necesariamente formar parte de ella. En el primer caso, el primer ser habría aparecido espontáneamente, habría comenzado
a existir sin que ningún otro ser lo hubiese producido, sería una generación espontánea. Entonces quedaría siempre la pregunta
acerca de cómo se pudo producir ese primer ser. Ese ser tendría que darnos la explicación de cómo llegó a ser. Pero también
podría explicarse desde una causa externa que lo produjo, es decir, otro ser distinto capaz de hacerlo comenzar a existir. Bueno
este es un verdadero problema metafísico que exige siempre una explicación y solución, y hay partes de la metafísica que
ofrecen esa explicación y su solución. Pero ese es tema de otra materia.

E primum cognitum o primer conocido


En la ciencia, dijimos, se parte de lo conocido para llegar a lo desconocido. Entonces, debe existir un primer conocimiento. El
primer conocimiento es conocimiento de “algo”, ese algo es lo primero conocido=primum cognitum.
La metafísica, siendo ciencia, debe tener un punto de partida, no puede partir de la nada, pues la nada no representa nada, es
decir, ninguna realidad capaz de ser conocida, no podemos decir de la nada que sea esto o aquello, en sí mismo y diferente de
lo otro.
Conocer es una acción propia de una facultad, la facultad de conocimiento, y la facultad de conocimiento es la facultad de un
ser capaz de conocer, un sujeto cognoscente, que tiene la capacidad para conocer.
En la metafísica hablamos del ser humano cognoscente=animal racional, porque se trata de la ciencia hecha por un ser humano
en su realidad concreta en el mundo que conocemos y del cual tenemos inmediata experiencia, el mundo en el que vivimos.
Filosóficamente la realidad del hombre cognoscente la llamamos homo Viator = hombre en camino, es decir, el ser humano en
su condición de viviente en el tiempo y en el espacio en el que estamos inmersos en el mundo, tal como lo conocemos. No se
trata del conocimiento de otro tipo de seres, como Dios o los ángeles, o de las almas humanas separadas del cuerpo, o de
cualquier otro tipo de ser vivo animal que pueda tener alguna forma de conocimiento, pero que no es estrictamente racional.
Entonces, conocer es una acción típicamente humana. Es el ser humano quien conoce. Conocer es una experiencia del ser
humano. Si estamos hablando del primer conocido o primum cognitum, entonces queda claro que se trata del fruto de la primera
experiencia cognoscitiva del sujeto cognoscente.
Esta primera experiencia de conocimiento en metafísica es llamada experiencia originalis=experiencia original y lo que es
captado en ella es llamado acquisitio originalis. Porque están al origen, al principio, son lo primero, tanto la experiencia primera
de conocimiento como la adquisición original o primera de conocimiento. Pero hay algo más en ella. No solamente es originalis,
es decir, la primera, sino que, además, es la que hace posible, es decir, la que “origina, da origen” a todo otro posible
conocimiento. En la serie de conocimientos del ser humano cognoscente en su realidad de homo viator hay un primer
conocimiento adquirido en una primera experiencia de conocimiento, y todo otro conocimiento posterior, a partir del segundo,
está dependiendo inmediata o mediatamente de ese primum cognitum. Por eso esa primera experiencia de conocimiento es
llamada además originaria. Entonces hablamos de una experiencia originalis originaria, es decir, una experiencia de
conocimiento que no solamente es la primera en absoluto, sino que además es la primera de toda la serie de experiencias
cognoscitivas que se dan después y partir de ella. Igualmente decimos adquisitio originalis originaria, pues es el primer
conocimiento y además el que está al origen de todos los demás conocimientos posteriores. Todos los conocimientos que la
mente humana pueda conocer posteriormente están en algún modo contenidos ya en el primero y, a la inversa, se resuelven en
ese primer conocimiento. Entenderemos mejor esto último más adelante.
Un ejemplo típico de esto es el llamado efecto dominó. En una serie de fichas de dominó, colocadas verticalmente la una luego
de la otra, y mirada la serie en dirección de izquierda a derecha, si la primera se mueve moviendo a la segunda, la segunda es
movida y mueve a la tercera, y así sucesivamente. Por tanto el movimiento de todas las fichas a partir de la segunda tiene su
origen en el movimiento original de la primera ficha. El primer movimiento, que fue el de la primera ficha, es el que “causa”
directamente el movimiento de la segunda ficha, y mediatamente el de las siguientes fichas. Visto desde el otro extremo, de
derecha a izquierda, el movimiento de cualquiera de las fichas posteriores tiene su causa en el movimiento de la ficha anterior
(causa segunda), pero en último término (causa última o primera) en el primer movimiento que es el movimiento de la primera
ficha.
Por tanto, en metafísica, el primum cognitum, la acquisitio originalis originaria se nos da en una experientia originalis
originaria.

Debemos conocer ahora dos cosas:


1.- la primera, en qué consiste esa experientia originalis originaria de conocimiento humano;
2.- la segunda, qué sea y cuál sea ese primer conocido o acquisitio originalis originaria.
¿En qué cosiste la experientia originalis originaria?
La experientia originalis originaria es una experiencia de conocimiento, es una acción o un acto concreto de un sujeto humano
cognoscente en su condición de homo viator en la que se dan dos cosas principalmente, la primera un objeto de conocimiento
es conocido y la segunda un sujeto cognoscente conoce. Hacer un simple análisis del verbo nos ayuda inicialmente. Conocer
es un verbo en modo infinitivo activo, mientras que ser conocido está en modo infinitivo pasivo. Conoce indica el sujeto, él, y
es conocido indica el objeto, lo que es conocido. Sujeto cognoscente y objeto conocido. Cuando usamos la expresión objeto
conocido no indicamos necesaria y exclusivamente algo físico, material, no humano, una cosa, como la solemos entender, sino
que indicamos, hacemos referencia a una realidad concreta en cuanto que es conocida.
Hagamos una breve digresión para recordar que existen dos fundamentales formas de conocimiento en los sujetos humanos, el
conocimiento sensible y el conocimiento racional o intelectual. El conocimiento sensible se da mediante los sentidos, los cuales
son de naturaleza física, material, corporal, y reciben información del mismo tipo, información de naturaleza física. La facultad
cognoscitiva sensible y lo conocido mediante ellas es de naturaleza física. Sin embargo en el sujeto humano cognoscente existe
también la faculta de conocimiento racional, intelectual, la cual es de naturaleza no física y está en grado de captar o conocer
lo que de no físico o no material, es decir, inmaterial, se encuentra en lo físico. Eso no físico que se encuentra en lo físico es
algo metafísico. ¿Qué es lo no físico que está presente dentro de lo físico y es conocido en la experientia originalis originaria
y constituye el primum cognitum del conocimiento humano? En latín es llamado la quidditas rei sensibilis visibilis, la esencia
de la cosa sensible visible.
A este punto debemos repasar algunas definiciones antes de continuar. Quidditas, que se traduce, esencia, responde a la
pregunta ¿qué es la cosa? La pregunta por la causa formal, es decir aquello por lo que la cosa es lo que es y no otra cosa distinta,
lo que la constituye en su ser tal cosa concreta con una identidad propia. Obiectum formale proprium es aquello que es captado
primera y directamente por una determinada facultad cognoscitiva. Por ejemplo, el sentido, facultad cognoscitiva sensible,
capta primera y directamente el color, el color es su objeto formal propio. Ningún otro sentido capta en primer lugar y
directamente el color en cuanto tal. Por eso el color es el objeto formal propio del sentido o facultad cognoscitiva sensible de
la vista. ¿Qué es lo que ve la vista o el ojo? Una cosa, algo, una res sensibilis visibilis, una cosa sensible visible. Aquí ponemos
el énfasis en la res, la cosa, que se constituye como objeto de conocimiento, lo que es conocido de hecho.
¿Por qué es la quidditas rei sensibilis visibilis el primum cognitum, es decir lo primera y directamente conocido por el sujeto
humano cognoscente? Porque hay verdaderamente conocimiento cuando ese conocimiento deja evidente lo que el objeto
conocido es en sí mismo. El conocimiento es un contenido presente en la mente humana, es una información debidamente
asimilada y diferenciada, hay conocimiento en sentido estricto cuando se sabe lo que el objeto conocido es. Los sentidos físicos
no dicen lo que las cosas son en sí mismas, sólo nos transfieren la información que ellos están en grado de captar que es de
naturaleza sensible. Un ejemplo, si veo una manzana, la vista capta la forma sensible de una manzana, pero supongamos que
dicha manzana que mi ojo ve sea de plástico, por tanto no es una manzana real, sino un adorno o un juguete. Una es la
información física, que nos ofrece todas las características físicas, externas, sensibles, visibles de un objeto conocido como
manzana, otra es la información propia del entendimiento, de la razón, que dice si es o no es una manzana o no. En este caso la
razón, aún cuando le es presentado sensiblemente un objeto de conocimiento que posee ciertas características físicas visibles
que son propias de una manzana, la razón no afirma que sea en realidad una manzana, sino un objeto de adorno con forma
sensible de manzana, pero no es una manzana en Resalto la -e final de la palabra commune porque es la desinencia del nominativo neutro singular de
realidad. Esto nos lleva a entender que la quidditas los adjetivos de segunda clase en latín, y es muy frecuente que, al pronunciar la palabra, no se
pronuncie correctamente esa desinencia en -e. El vocablo ens es de género neutro en latín, por eso el
es una realidad matafísica, un contenido real que adjetivo que lo califica va también en género neutro.
existe dentro de la realidad física, pero que no se
identifica totalmente con esa realidad física. Tener la forma, el tamaño, el color, etc. de una manzana no hace que el objeto de
que hemos hablado sea una manzana real. Por tanto lo que hace que una manzana sea realmente una manzana no son los
elementos físicos visibles, sino esa realidad interna que llamamos esencia, quidditas, que es lo que hace que esa una manzana
y no otra cosa. Los elementos físicos visibles nos informan acerca de lo que el objeto puede ser, pero no son ellos los que
definen la manzana. Es la mente, la razón, el entendimiento, quien define, es decir, dice lo que la cosa es, siempre gracias a la
información que recibe de los sentidos.
Por eso el primum cognitum es la quidditas rei sensibilis visibilis. Ahora nace una ulterior pregunta ¿qué es ese primum
cognitum, esa quidditas rei sensibilis visibilis? ¿Cuál esa primera esencia conocida en toda primera experiencia de conocimiento
humano? La primera esencia o quidditas que se nos revela como objeto de conocimiento es la entidad, el ente en cuanto ente,
ens ut ens, el ente común, ens commune.
Por tanto el primum cognitum es el ens commune.

Sabemos que la acquisitio originalis originalis que se nos revela en la experientia originialis originaria de una res sensibilis
visibilis es la quidditas rei sensibilis visibilis y la hemos llamado anticipadamente el ens commune, pero aún no sabemos qué
sea en sí misma esa quidditas, ese ens commune. Sabemos que es, pero no lo que es el ens commune. En otras palabras, hemos
llegado a saber que hemos visto algo concreto, que existe en la realidad sensible, porque así nos lo revela el sentido y lo capta
la mente humana. Sabemos que ese algo sensible es de naturaleza sensible visible porque nos lo revela la acción cognoscitiva
sensible de la vista, hemos visto algo que está ahí, frente a nosotros, fuera de nosotros, y existe independientemente de nosotros.
Es la res sensibilis visibilis, la cosa sensible visible. Pero, ¿qué es esa cosa/res sensible visible? ¿cuál es su esencia en cuanto
cosa sensible visible? ¿qué es lo que la constituye como realidad sensible visible? Hay que entender que aquí no se trata de que
sea una cosa distinta a una persona o animal, sino al hecho de ser un objeto de conocimiento en cuanto tal, independientemente
de cualquier otra determinación particular, es decir, independientemente de que sea hombre, animal o cosa. Es el hecho primero
y simple de ser un objeto real de conocimiento, un ser algo captado por el conocimiento.

Preguntas y respuestas metafísicas


Una de las tareas que se revelan más difíciles en metafísica es la exacta formulación de las preguntas, pues hay que distinguir
bien qué es lo que se pregunta. A la correcta formulación de la pregunta le es relativa la correcta formulación de la respuesta.
Una exacta pregunta metafísica nos ayuda a encontrar una exacta respuesta. Por el contrario, la mala formulación de una
pregunta metafísica puede llevar a una inexacta respuesta.
Aquí no tengo la intención de enseñar una técnica especial para aprender a formular preguntas metafísicas, sólo quiero hacer
mencionar este hecho pues es parte del camino de hacer metafísica. La pregunta metafísica fundamental es ¿cuál es la causa de
tal efecto? El efecto es lo evidente, la causa es lo que hay que buscar y encontrar. La pregunta metafísica por excelencia es
siempre la pregunta por la causa, en sus diversas modalidades, material, formal, eficiente y final, etc. Por eso el tema más
importante en metafísica es la causalidad metafísica. En el programa de nuestra materia y del libro que estamos usando es el
último tema, no porque sea el menos importante, sino porque para llegar al tema de la causalidad hay que hacer un largo camino
metafísico que parte del estudio de lo primero y más evidente para nosotros, hasta llegar a lo que vamos buscando, es decir, la
causa primera o última de naturaleza metafísica.
Aunque el término metafísica significa etimológicamente más allá de la física, no es por su contenido, sino por un motivo más
profundo. De hecho entre los seres que estudia la metafísica, los primeros son los seres físicos, pues de ellos saca lo que de
metafísico está en ellos, para luego seguir con aquellos seres metafísicos que si están fuera de lo físico. Así, como dice el autor
del libro, la metafísica va adelantando no solamente cuantitativamente, porque se saben numéricamente más cosas, sino porque
lo que se sabe, aunque fuera lo mismo, se sabe más profundamente, es decir, intensivamente.
Yo puedo conocer más cosas numéricamente, es decir, conocer cosas distintas la una de la otra y que se suman, pero también
puedo conocer mejor la misma cosa, llegar a conocer esa misma realidad más profundamente, en aspectos que están siempre
más allá de lo inmediatamente evidente. Por ejemplo, puedo conocer las aves, luego los mamíferos, luego las peces, y los unos
son los otros. El conocimiento de los peces y de los mamíferos es distinto numéricamente del conocimiento de las aves, pues
su objeto de conocimiento es diferente, las aves son distintas de los mamíferos y de los peces. En cambio puedo estudiar más
las aves en sí mismas, descubriendo aspectos cada vez más profundos de su realidad, cosas que no se ven a primera vista,
entonces conozco las mismas aves, pero más intensivamente. Y una conclusión al término de un tramo del itinerario puede ser
el punto de partida del tramo siguiente, y así sucesivamente hasta llegar al término final de todo el recorrido.

En la metafísica se estudian
1) los entes numérica y esencialmente diferentes, los entes solamente físicos, los que se identifican con la materia misma que
los compone, los seres materiales,
2) también se estudian los entes no físicos o metafísicos que son, existen independientemente de la materia porque la materia
no forma parte de su ser; aunque puedan estar unidos a la materia, como, por ejemplo, el alma, que es un ser espiritual, cuyo
ser y existencia no dependen de la materia, pero está unida un tiempo a la materia corporal y luego se separa de ella; Dios y los
Angeles son espíritus puros, son y existen independientemente de la materia, no están mezclados con la materia. Pero los
Angeles no son objeto propiamente de la filosofía, pues su conocimiento es por Revelación, aunque la filosofía si estudie
aquellos aspectos propiamente metafísicos de su ser angélico. Dios, en cambio, sí es objeto de estudio de la filosofía, en cuanto
que su existencia y esencia pueden ser demostradas metafísicamente. Hay que tener muy claro que también la Revelación nos
habla de Dios y la teología basada en la Revelación lo tiene como objeto de estudio, pero los aspectos bajo los cuales estudia a
Dios son distintos a los de la Metafísica, por eso la teología y la teodicea son dos ciencias distintas, aun cuando tengan el mismo
objeto material, la una lo estudia bajo un aspecto y la otra bajo otro aspecto completamente distintos.
3) también puedo estudiar los elementos o aspectos metafísicos o no físicos que forman parte de los seres físicos.
Todos los seres físicos, independientemente de que solo subsistan como materiales, poseen, tienen, elementos metafísicos. Por
eso la metafísica tendrá también entre sus objetos de estudio esos elementos reales de naturaleza metafísica que conforman los
objetos físicos.
Por supuesto que el materialismo, como doctrina filosófica, opina lo contrario, es decir, que no existe lo metafísico y, por tanto,
dentro de los seres físicos no existirían ningunos elementos de naturaleza metafísica. Pero este tema concreto es parte del
estudio de la filosofía en distintas materias que lo estudian desde perspectivas diversas, como la gnoseología, la metafísica, la
epistemología, etc. Por eso hay temas comunes a partes diversas de la filosofía.
Por ejemplo, la física, en el sentido clásico griego, es más metafísica que física en el sentido moderno, pues lo que realmente
interesaba a los primeros filósofos cuando estudiaban los seres físicos no eran los aspectos estrictamente físicos, los
estrictamente materiales, lo más evidente, lo que se podía captar a primera vista y en lo que todos coincidían sin problema, sino
los aspectos metafísicos de los mismos, aquellos aspectos menos evidentes y en los cuales no todos necesariamente coincidían.
En cambio la física moderna se interesa, si no exclusivamente en algunos casos, si en general solamente por los aspectos físicos,
materiales.

LA EXISTENCIA DEL OBJETO MATERIAL DE ESTUDIO


Toda ciencia tiene un OBJETO DE ESTUDIO, algo, una realidad, del tipo que sea, la cual ES ESTUDIADA.
Pero mientras todas las demás ciencias, incluso la teología basada en la Revelación, parten de la existencia de su objeto de
estudio, es decir, tienen como primer elemento de conocimiento la aceptación de que su objeto de estudio existe de hecho, en
cambio la Metafísica debe demostrar su objeto de estudio, es decir, debe demostrar que existe, pues no parte de la existencia
de su objeto de estudio.
Por eso en Metafísica hay que recorrer un camino cuya PRIMERA PARTE, la cual se subdivide en dos: primera: la
demostrabilidad del objeto de estudio y segunda: la demostración misma de la existencia de dicho objeto de estudio; luego una
SEGUNDA PARTE, que estudia la esencia del objeto de estudio, es decir, qué sea ese objeto de estudio, su definición
metafísica.
Lo primero es demostrar que el ser humano tiene la capacidad de demostrar la existencia y la esencia del objeto de estudio,
luego demostrar que si es posible que esa capacidad logre su objetivo, y luego realizar la demostración misma.
El siguiente esquema es fundamental para entender cuáles son los elementos de un acto de conocimiento en general:

SUJETO ACTO OBJETO DEL


COGNOSCENTE DEL CONOCIMIENTO
QUIEN CONOCE CONOCIMIENTO LO QUE ES CONOCIDO

En el ACTO DEL CONOCIMIENTO coinciden el SUJETO y el OBJETO del conocimiento.


Intellectus in actu est intellectum in actu. Adaequatio rei et intellectus, intellectus ad rem, rei ad intellectum.
Estas frases serán oportunamente explicadas.

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