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UPAEP NO ESCOLARIZADA

LICENCIATURA FILOSOFÍA

ASIGNATURA:
PROBLEMAS ACTUALES DE TEORÍA DEL CONOCIMIENTO

ANTOLOGIA
MÓDULO 1

CONTENIDO

1.- Bases gnoseológicas


1.1 El acto de conocer
1.1.1 Intencionalidad
1.1.2 Inmaterialidad
1.2 Objeto de conocimiento
1.2.1 La quididad
1.2.2 El conocimiento del singular
1.2.3 El conocimiento de sí
1.2.4 El conocimiento intersubjetivo
1.3 Tipos y grados de conocimiento
1.3.1 El problema de la verdad y la falsedad
1.3.2 Actitudes filosóficas frente al conocimiento

1.1. El acto de conocer


1.1.1. Intencionalidad
1.1.2. Inmaterialidad

El conocimiento es en sentido estricto una actividad humana, un acto personal


intrínseco, una relación entre el cognoscente y lo conocido. El conocimiento se
produce en la persona pero lleva a esta a abrirse al mundo – conocimiento
extrínseco – y a ella misma – autoconocimiento –. Podemos añadir que el
conocimiento no se reduce a ser un acto físico, sino que también aparece una
componente psíquica – la conciencia, las emociones o el amor y el dolor –. Otro
aspecto muy importante del conocimiento es su carácter inmaterial. Para el
Estagirita conocer es poseer una forma sin la materia (Acerca del alma, II, 424, a
15-20). La inmaterialidad, de todos modos, admite determinados grados y nunca
implica una total separación de la materialidad, siempre hay una relación
intrínseca con la materia. A su vez, el conocimiento es un acto inmanente, pues
perfecciona a la persona – crecimiento interior –, e intencional, ya que relaciona a
la persona con la cosa conocida de manera inmediata – estamos presentes en la
realidad desde el momento mismo en que da inicio nuestra vida cognitiva –.

https://opusprima.wordpress.com/2008/09/29/sobre-el-acto-de-conocer/
https://www.kennedy.edu.ar/DocsDep18/Desarrollos%20de%20las%20Corrientes%20Psicol%C3%
B3gicas/Qu%C3%A9%20es%20conocer.pdf

La intencionalidad de la conciencia

La intencionalidad no es tanto una propiedad de los actos psiquicos sino la


estructura misma de la conciencia.

Para la filosofía de occidente, a partir de Descartes la filosofía se convierte en una


filosofía de la conciencia. En efecto, el Cogito (yo pienso) se transforma en el
punto de partida de todo filosofar desde el cual se intenta alcanzar el mundo real.
La filosofía de Husserl es pues también una filosofía de la conciencia, pero de la
conciencia intencional. Esto significa que la conciencia, lejos de ser una cosa o un
ámbito vacío es una relación a un objeto. Se trata, de un conjunto de vivencias en
la que se distingue una estructura bipolar:

● El acto intencional (nóesis)

● El objeto intenicional (nóema)

En síntesis, entenderá a la conciencia como 'conciencia pura' cuando esta se halla


reducida por reducción fenomenológica y llamará luego 'trascendental' a todo
aquello que se refiere al ámbito de la conciencia pura por oposición al ámbito del
mundo empírico.

Nóesis y nóema

Husserl llamará nóesis al acto psíquico individual de pensar y nóema al contenido


objetivo del pensamiento. Esta distinción se basará en que el contenido es
independientente del acto de pensamiento: El ejemplo de una máquina de calcular
aclara por completo la diferencia (...) Nadie aducirá las leyes aritméticas, en lugar
de las mecánicas para explicar físicamente la marcha de una máquina. Husserl

Para Husserl esto significa la proposición de una 'lógica pura', esto es, una lógica
independiente de toda experiencia e incluso de la psicología. En definitiva, esta
'lógica pura' no será otra cosa que la intelección de las 'esencias' y de las
'conexiones' ideales entre esencias. De esta manera, situa a la ciencia, en el
ámbito de las esencias.
http://filosofia.idoneos.com/344127/

1.2 Objeto de conocimiento


1.2.1 La quididad

[…] aquello que constituye a una cosa en su propio género o especie, es lo que se
significa por la definición, que enuncia lo que la cosa es; de ahí que los filósofos
han cambiado el nombre de esencia por el de quididad; y eso es lo que el Filósofo
llama con frecuencia lo que algo es (quod quid erat esse), esto es, aquello por lo
que una cosa tiene el ser algo. También se llama forma, por cuanto forma significa
la certeza (o quididad) de una cosa, como dice Avicena en el libro II de su Met.
Esa misma realidad se designa también con el nombre de naturaleza, tomada ésta
en el primero de los cuatro sentidos que señala Boecio en el libro De duabus
naturis, es decir, en cuanto que naturaleza se llama todo aquello que de alguna
manera puede ser concebido por el entendimiento: una cosa no es, en efecto,
inteligible más que por su definición y su esencia. Y así, dice también el Filósofo,
en el libro V Met., que toda sustancia es naturaleza. Sin embargo, el nombre de
naturaleza tomada en este sentido parece significar la esencia de la cosa en
cuanto que dice relación a la propia operación, ya que ningún ser está privado de
ella. En cambio, el nombre dee quididad se deriva del hecho de que se significa
por la definición; mientras que se llama esencia en cuanto que por ella y en ella el
ente tiene el ser (ens habet esse).

http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiamedievalymoderna/SantoTomas/Ese
ncia.htm

1.2.2 Conocimiento del singular

La naturaleza está formada por substancias compuestas por materia y forma; la


materia es el elemento que individualiza; la forma es el principio de universalidad.
Conocer intelectualmente es captar las formas, operación que se realiza mediante
la abstracción; sin embargo, como en Aristóteles, todo conocimiento comienza por
los sentidos. "Nada hay en el entendimiento que previamente no haya estado en
los sentidos".

El proceso de conocimiento es el siguiente:

a) Los sentidos captan los objetos particulares, que se registran en la


imaginación o fantasía, dando origen a las imágenes o "especies sensibles
impresas". Estas imágenes, aunque despojadas de materia, llevan vestigios de la
particularidad de los objetos de que provienen - son, por lo tanto, individuales-, y lo
universal, la forma, se encuentra en ellas sólo en potencia.

b) El entendimiento agente o activo despoja a esas imágenes de las


particularidades que contenían y extrae las "formas" que poseían en potencia; a
ese procedimiento se le llama abstracción. Así surgen las "especies inteligibles
impresas".

c) Realizada este operación, el entendimiento agente pasa esas formas al


entendimiento pasivo o paciente que las recibe, conociendo entonces las esencias
necesarias de todos los individuos de una especie. Son las "especies inteligibles
expresas", es decir, los conceptos, los cuales nos permiten formular juicios y
razonar, haciendo posible la ciencia.

d) Por último, el entendimiento vuelve su mirada a la imagen reconociendo en


ella al individuo al que puede aplicar el concepto universal. Así se produce el
conocimiento.

En resumen:

Los sentidos captan el objeto particular = fantasma. Esto se registra en la


imaginación = fantasía. El entendimiento agente abstrae, universaliza el contenido.
El entendimiento pasivo formula el concepto. El entendimiento vuelve la mirada a
la imagen y reconoce en ella al individuo al que puede aplicar el concepto
universal.

De lo dicho se desprende que existen dos modos de estar las cosas: como
cosas concretas o substancias primeras y como formas de las cosas concretas, es
decir, como especies, ideas o substancias segundas. Para Tomás, el conocimiento
consiste en abstraer la forma de las cosas concretas, cuya materia hace que sean
seres individuales:

Conocer es abstraer la forma de la materia individual, sacar mediante la


acción del intelecto lo universal de lo particular, obtener la especie inteligible o
substancia segunda de las imágenes singulares. En ese sentido, la abstracción
no falsifica la realidad, no afirma la existencia separada de la forma respecto a la
materia individual como pretendían platónicos y agustinos; Santo Tomás tan sólo
considera correcto plantear la forma por separado a nivel intelectual; en esta
separación radica el conocimiento humano. El universal, la forma o idea, no
subsiste por fuera de las cosas individuales; sólo es real en ellas.

La forma puede ser considerada de tres maneras:

- In re, como forma de la cosa que está en ella.

- Post rem, es como se presenta tal forma en el entendimiento humano; la


forma es posterior a la cosa que la posee en sí, es decir, la forma está en una
cosa, pero después es abstraída, desmaterializada, por nuestro intelecto.

- Ante rem, es el modo como las formas están, antes de materializarse, en


la mente de Dios, como modelos de las cosas que serán o han sido creadas.

El procedimiento de abstracción del entendimiento avala la verdad del


conocimiento intelectual al garantizar que la especie o substancia segunda que
existe en nuestro entendimiento es la forma misma de la cosa. Las cosas son la
medida de la verdad humana. La verdad es la adecuación entre la realidad (la
cosa) y el entendimiento; pero, a su vez, las cosas son medidas por los modelos
del entendimiento de Dios, el cual sería la verdad absoluta, ya que su
entendimiento es la medida de todo cuanto existe.

http://bachiller.sabuco.com/filosofia/hfilosofia/tomas_de_aquino.htm

1.2.3 Conocimiento de sí

[…] el principio generador de la ciencia y su base propia, es el conocimiento de sí


mismo. El nosce teipsum del templo de Delfos, es el primer principio de la Filosofía
para Sócrates. Y lo es, en efecto, de la Filosofía socrática, si se tiene en cuenta
que ésta se reduce al estudio y conocimiento del [203] hombre como ser moral.
Así es que Sócrates, o menosprecia, o apenas concede importancia a las ciencias
físicas, cosmológicas, matemáticas, y hasta a las psicológicas y biológicas, en
cuanto no se refieren al aspecto religioso-moral y político del hombre. El estudio
del hombre y de sus deberes morales, religiosos y político-sociales, he aquí el
objeto casi único y verdadero de la Filosofía {60} para el maestro de Platón.

http://www.filosofia.org/zgo/hf2/hf21055.htm

1.2.4 Conocimiento intersubjetivo

Ya no se trata tanto de “creer en la ciencia” o no hacerlo; la ciencia, suele decirse,


“funciona”, es “útil”. Más bien, se trata ahora — y siempre — de preguntarse
continuamente por el “sentido” de esa “funcionalidad” o “utilidad”
(independientemente de si uno “cree” o “no cree” en la ciencia — aunque, de
hecho, el sólo hecho de hablar de “funcionalidad de la ciencia” implicaría que uno
“cree” en ella, o cuando menos “la reconoce”) en relación con la construcción de la
“verdad objetiva”.

Ahora bien, yo añadiría a esta verdad “objetiva” (es decir, la referida a objetos, la
verdad “científica”) otro tipo de verdad, que es la que la comprende y de hecho la
fundamenta de manera esencial: la verdad “intersubjetiva”, que es aquella donde,
por un lado, se han venido sedimentado “sentidos” a lo largo de la historia, los
cuales han hecho posible la vida [no en el sentido de haber generado la vida, sino
en el sentido de hacer posible el estar-en-el-mundo (sólo así se entendería que la
ciencia "tenga un sentido": el "funcionar" o "ser útil")]; y donde, por otro lado, se
siguen construyendo nuevos sentidos o re-elaborando los ya tenidos con miras a
hacer posible la vida ahora y en el futuro.

Esto no es para nada menospreciar o desmerecer el trabajo de todas las ciencias.


Es tan sólo hacer notar que ellas mismas no responden — y no tienen por qué
responder (de hecho, habitualmente no lo hacen) — desde ellas mismas, a la
pregunta por el sentido de sus investigaciones, que no es otra cosa que preguntar
por sus condiciones de posibilidad [pregunta que de antemano está respondida
afirmativamente de antemano por todo científico, ya que un científico no se
pregunta si es posible o no hacer ciencia: "simplemente" la hace]. Pero
precisamente, para que la ciencia tenga un buen fundamento, es necesario que se
pregunte tanto por las condiciones de posibilidad de todo proceder científico como
por el sentido del mismo, en relación con la comunidad intersubjetiva a la cual se
referirán las posibles verdades a obtener de este tipo de proceder. Así, pues, la
ciencia, al no hacer eso por sí misma, no hace sino mostrar la esencial necesidad
de la filosofía. Una filosofía que, preguntándose tanto por las condiciones de
posibilidad como por el sentido, posibilita la ciencia misma. Y pues, una forma de
llevar a cabo ese preguntar esencial, es a través de la fenomenología.

http://patricksalazarcaso.wordpress.com/2013/06/22/verdad-objetiva-verdad-inters
ubjetiva-ciencia-y-filosofia/

1.3 Tipos y grados de conocimiento

1.
Descartes había propuesto la existencia de dos tipos de conocimiento: el
conocimiento intuitivo y el conocimiento deductivo. Inspirado en el modelo del
conocimiento matemático, a partir de la intuición de ideas claras indistintas (es
decir, de las que no podemos dudar) se abre un proceso deductivo que nos puede
llevar al conocimiento de todo cuanto es posible conocer. Pese a sus principios
empiristas, Locke aceptara esta clasificación cartesiana, a la que añadirá, no
obstante, una tercera forma de conocimiento sensible de la existencia individual.

2.
Locke distinguirá, pues, tres niveles o tipos de conocimiento: el conocimiento
intuitivo, el conocimiento demostrativo y el conocimiento sensible.

3.
El conocimiento intuitivo se da cuando percibimos el acuerdo o desacuerdo de las
ideas de modo inmediato, a partir de la consideración de tales ideas y sin ningún
proceso mediador. ("... a veces la mente percibe de un modo inmediato el acuerdo
o desacuerdo de dos ideas por sí solas, sin intervención de ninguna otra; y a esto,
creo, puede llamarse conocimiento intuitivo", Ensayo, IV, C.2). Lo que percibimos
por intuición no está sometido a ningún género de duda y Locke considera que
este tipo de conocimiento es el más claro y seguro que puede alcanzar la mente
humana. Como ejemplo más claro de conocimiento intuitivo nos propone Locke el
conocimiento de nuestra propia existencia, que no necesita de prueba alguna ni
puede ser objeto de demostración, siguiendo claramente la posición cartesiana
sobre el carácter intuitivo del conocimiento del "yo". ("Por lo que toca a nuestra
propia existencia, la percibimos tan llanamente y con tanta certidumbre, que ni
requiere, ni es capaz de prueba alguna, porque nada puede ser para nosotros más
evidente que nuestra propia existencia", Ensayo, IV, C.9). Es cierto que Locke no
explica con demasiada amplitud las características de ese "yo", pero en todo caso
no se está refiriendo al conocimiento de un alma inmortal, sino sólo a una
existencia pensante.

4.
El conocimiento demostrativo es el que obtenemos al establecer el acuerdo o
desacuerdo entre dos ideas recurriendo a otras que sirven de mediadoras a lo
largo de un proceso discursivo en el que cada uno de sus pasos es asimilado a la
intuición. El conocimiento demostrativo sería, pues, una serie continua de
intuiciones (como lo es el conocimiento deductivo en Descartes) al final de la cual
estaríamos en condiciones de demostrar el acuerdo o desacuerdo entre las ideas
en cuestión, y se correspondería con el modelo de conocimiento matemático. ("En
cada paso que da la razón cuando se trata del conocimiento demostrativo, hay un
conocimiento intuitivo acerca del acuerdo o del desacuerdo que busca respecto a
la próxima idea intermedia que usa como prueba", Ensayo, IV, C.2). Un
conocimiento de este tipo es el que tenemos de la existencia de Dios nos dice
Locke. Cualquier demostración ha de partir de algunas certeza intuitiva; en el caso
de la demostración del existencia de Dios Locke partirá del conocimiento intuitivo
de nuestra propia existencia, recurriendo a otras ideas intermedias, que proceden
también de la intuición, que nos permiten demostrar la necesidad de tal existencia.
Pero el ejemplo más claro de conocimiento demostrativo es, sin lugar a dudas, el
conocimiento matemático, en el que podemos observar el progreso deductivo a
partir de un pequeño número de principios que se consideraban, por aquel
entonces, evidentes e indemostrables: los postulados o axiomas.

5.
El conocimiento sensible es el conocimiento de las existencias individuales, y es el
que tenemos del Sol y demás cosas, por ejemplo, cuando están presentes a la
sensación. No deja de resultar sorprendente que Locke añada esta forma de
conocimiento a las dos anteriores, a las que considera las dos únicas formas
válidas de conocimiento ("al margen de las cuales sólo es posible tener fe u
opinión"). Más aún si consideramos que el conocimiento ha de versar sobre ideas,
como se ha dicho anteriormente. El conocimiento sensible, sin embargo, nos
ofrece el conocimiento de cosas, de existencias individuales, que están más allá
de nuestras ideas.

¿Cómo es posible verificar el acuerdo o desacuerdo entre una idea (un contenido
mental) y la existencia de lo que suponemos que causa esa idea (algo
extramental)? Siguiendo los principios empiristas de Locke resultaría imposible
verificar tal acuerdo o desacuerdo, ya que deberíamos ir más allá de las ideas, de
la experiencia. Locke se muestra convencido, no obstante, de que las ideas
simples están causadas por cosas que actúan sobre la mente para crear tales
ideas, por lo que han de poseer similitud o conformidad entre ambas. Y no es
posible encontrar otro argumento como justificación de que poseemos un
conocimiento sensible sobre las cosas, sobre las existencias particulares.

El problema se agrava si consideramos las ideas complejas, pues en ese caso hay
una clara elaboración mental de cuya concordancia con la existencia real
"extramental" no podemos tener ni siquiera tal convencimiento, como ocurre en el
caso de la sustancias particulares, de las que Locke ya nos había dicho que no
podíamos conocer su esencia real. No obstante, Locke considera que sí cabe un
conocimiento de su esencia nominal, como hemos visto anteriormente, ya que la
idea compleja de sustancia es un haz o agregado de ideas simples que tienen,
cada una de ellas, un correlato sensible en la realidad extramental, volviendo así a
la argumentación utilizada con las ideas simples y reencontrando la misma
dificultad. En todo caso, a pesar de las dificultades, Locke se muestra convencido
del existencia real del mundo, de las cosas...

6.
Las demás supuestas formas de "conocimiento" no pasarán de ser una mera
probabilidad, ("la probabilidad es la apariencia del acuerdo de las ideas, sobre
pruebas falibles"), o serán englobadas en el ámbito de la fe es decir, en lo que no
es conocimiento. ("La fe, en cambio, es el asentimiento que otorgamos a cualquier
proposición que no esté fundada en deducción racional", Ensayo, IV, C.18).

1.3.1 El problema de la verdad y la falsedad

El falso es el no verdadero en acto, es decir, es el contrario del verdadero. Si por


verdad se entiende realidad, falsedad es irrealidad.

Escribió Aristóteles:

«Por su parte lo que es en el sentido de «es verdadero», y lo que no es en el


sentido de falsedad, están referidos a la unión y a la división, y entre ambos, a su
vez, se reparten la contradicción. (…)»

«La falsedad y la verdad no se dan pues en las cosas (como si lo bueno fuera
verdadero y lo malo, inmediatamente falso) sino en el pensamiento, y tratándose
de las cosas simples y del quê-es (tó tí), ni siquiera en el pensamiento.»
(Aristóteles, Metafísica, Libro VI, 1027b).

¿Cual es, según Aristóteles, la región de la verdad? No es la región de las cosas


materiales del mundo físico – este vaso y aquél caballo no son ni verdaderos ni
falsos, son tal y cual alidades. Verdad es unión de distintas cosas, para el
Estagirita, y falsedad es la división. Para Aristóteles, las regiones de la verdad son,
al parecer, dos:

1) El pensamiento, donde se da el juicio (ejemplo: «esta rosa es roja»).

2) Las formas inmutables (el què-es eidético) y las cosas simples – aire, agua,
fuego, tierra por ejemplo - que ni siquiera son pensamiento humano, sino formas o
elementos, pensables pero no pensantes, que existen eternamente de modo
potencial en los objetos materiales. Ejemplo: la forma nieve es eterna pero solo se
actualiza cada otoño y invierno en miles de kilómetros de naturaleza biofísica de
este planeta. La esencia nieve es eternamente, en acto o en potencia, y verdadera
en si misma, de suyo, pero no sucede lo mismo con la sustancia nieve que veo
aquí o tengo en mis manos y que en unos minutos o días se deshará en agua
licuida.

La región de la falsedad es, por supuesto, más corta y pequeña que la de la


verdad: no es posible contraponer falsedad al qué-es de caballo o de cielo o de
hombre, ya que el caballo tiene siempre aquella forma específica, al igual que el
cielo y el hombre; no es posible contraponer falsedad a las cosas simples como
aire, agua, fuego, tierra, aunque es posible que se les contraponga privación, que
no es lo mismo que falsedad.

http://filosofar.blogs.sapo.pt/arquivo/1093969.html

1.3.2 Actitudes filosóficas frente al conocimiento


https://www.kennedy.edu.ar/DocsDep18/Desarrollos%20de%20las%20Corrientes%20Psicol%C3%B3gicas/Qu
%C3%A9%20es%20conocer.pdf

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