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METAFÍSICA 1: ONTOLOGÍA 1

LA ONTOLOGÍA.- Trataremos algunos temas de la Metafísica general u ontología, también llamada


filosofía primera, que podemos definir como la ciencia del ser en cuanto ser, o ciencia de las causas
últimas de los seres. El ser no es algo separado de las cosas que nos rodean o de aquello que
nosotros mismos somos.

Por un esfuerzo de abstracción, separación mental, podemos considerar el ser en las cosas sin prestar
atención mas que a él mismo. Esta separación mental no se establece entre el ser y cosas distintas del
ser, pues todo es ser de alguna manera; nada existe fuera del ser. Por consiguiente, al afirmar que la
ontología considera el ser de las cosas por abstracción, se pretende decir que la consideración del ser
es el único objeto que interesa a esta ciencia. De donde se deduce que la ontología es la más
abstracta y universal de todas las ciencias.

Wolff definía la ontología como ciencia del ser en general o del ser en cuanto ser.

La ontología se llama también filosofía primera por ser la ciencia fundamental, de cuya consideración
depende las restantes partes de cada sistema filosófico (psicología, ética, etc.). El nombre de
metafísica tuvo su origen en el puesto que estos estudios ocuparon en el conjunto de la obra de
Aristóteles, pues estaban situados después de la Física (la metafísica, lo que viene después de la
física), pero muestra también la realidad profunda de este saber, que se proyecta más allá del mundo
físico y sensible.

Ha habido pensadores que han negado la posibilidad de la metafísica u ontología, como, por ejemplo,
Kant, que reducía el saber posible al conocimiento fenoménico como síntesis forma- sensorial.
Asimismo David Hume (fenomenista) y Augusto Comte (positivista), que negaban cuanto
trascendiera del simple fenómeno (aquello que aparece) o del hecho empírico. Sin embargo, el
espíritu humano entra en contacto inmediato y espontáneo con el ser y tiende al conocimiento
metafísico a través de su razón, que accede a él mediante el tipo de abstracción que hemos indicado.
Las objeciones de estos sistemas no han impedido que la metafísica haya seguido progresando hasta
nuestros días.

LOS PROBLEMAS ONTOLÓGICOS.- Previamente a una noción sobre lo que debe entenderse por ser
y por sus atributos más generales, haremos un análisis de las causas del ser creado (ser real finito),
puesto que conocer metafísicamente un ser consiste en averiguar sus causas últimas o profundas.
Seguirá una división del ser real finito (teoría de las categorías o géneros supremos del ser), para
terminar con una teoría del ser en sí mismo considerado. A continuación hacemos un análisis de las
propiedades del ser (trascendentales), que son fundamento de las nociones de verdad y de bien que
hemos utilizado en la teoría del conocimiento (o Gnoseología) y emplearemos después en la Ética.
Finalmente, la misma teoría ontológica de las causas nos abrirá el camino para un estudio racional de
Causa Primera (Dios), objeto de la teodicea o teología racional.

§100. EL SER, OBJETO DE LA ONTOLOGÍA


Todos los seres existentes o posibles poseen una característica común: el acto o la posibilidad
de existir. Así podría definirse el ser como aquello a lo que, de alguna manera, compete el existir.
Esta definición descriptiva y generalísima es la única que conviene a todos los seres, inclusive al
ser en potencia. Se acostumbra a utilizar como equivalente a ser el término ente, que significa
aquello que tiene ser o que lo realiza de algún modo. Trataremos de penetrar en esta difícil noción –
la más próxima y la más universal- en el capítulo dedicado al ser en sí mismo.

§101. DIVISIONES MÁS GENERALES DEL SER

El ser distingue, en su conjunto, dos tipos de seres: los entes reales que son aquellos que poseen una
existencia propia fuera del espíritu que lo piensa y los entes ideales o de razón son aquellos que
carecen de realidad propia fuera del pensamiento, esto no implica que sea una creación de la mente.
En el ente real podemos distinguir el ser de esencia, que responde a la pregunta ¡qué es?, y
consiste en aquello que distingue a un ser de otro, en aquello que lo constituye y lo hace inteligible y el
ser de existencia, en cambio, es el acto indefinible por cuya virtud un objeto pertenece a la esfera de
los seres extramentales y forma parte del contexto de la experiencia.
En todo ser real esencia y existencia se dan unidas. La existencia sin la esencia carece de sentido:
Sólo en Dios esencia y existencia coinciden: la esencia divina es el propio acto de
existir, sin las limitaciones que hacen posible la definición (delimitación) esencial.
Cabe distinguir en el ser los estados de potencia y acto. A esta distinción hemos aludido al
referirnos al cambio o movimiento en que se nos manifiestan los seres que nos rodean y que somos.
Causas del ser.- Hemos visto ya dos de las partes en que dividimos la Metafísica especial, o
estudio de los grandes sectores en que divide el ser: la Cosmología o Filosofía natural y la
Psicología. La parte restante –Teodicea o Teología natural– la estudiaremos más tarde.
Vamos ahora a tratar algunos de los temas más importantes de la Metafísica general u
Ontología, también llamada Filosofía primera, a la que podemos definir como ciencia del ser en cuanto
ser, o como ciencia de las causas últimas de los seres.
Comprender un ser estriba en conocer sus diferentes causa o razones del. La ciencia es
definida por Aristóteles como "saber de las cosas por sus causas", a diferencia del saber vulgar que es
un saber "de hechos", que nada sabe de sus porqués o causas.
Decimos que algo es causa cuando de alguna manera comunica el ser o influye en la producción
de otro ser, su efecto. En el concepto de causa podemos distinguir tres elementos, necesarios para
que algo pueda considerarse como tal:
1º La noción de principio.– Toda causa es principio del ser causado. Principio es aquello de lo
que algo procede, de cualquier modo que sea. Pero, por ello mismo, no todo principio es causa. 2º
La influencia o comunicación del ser sobre lo causado.- La causa influye sobre el efecto o le
comunica algún modo de ser. 3º La dependencia existencial.– Lo que recibe el ser (el efecto) debe
guardar dependencia entitativa respecto de la causa que se lo comunica. Por ello debe haber cierta
distinción real entre la causa y lo causado. Si no la hubiera no podría decirse que la causa comunica el
ser a otro y que éste depende en su ser de la causa.
Hay que distinguir entre causa y condición. La condición (sobre todo la condición sine qua non) no
supone causalidad, sino sólo un factor necesario o conveniente (según los casos) para que la
causalidad pueda ejercerse.

DIVISIÓN: CAUSAS INTRÍNSECAS Y EXTRÍNSECAS.- La materia y la forma


–que hemos visto ya (§53)– son las dos primeras de las causas del ser que
Aristóteles enumera; explicar un ser –dice– es dar cuenta de las causas que
han intervenido en su existencia. Estas son cuatro: causa material, formal,
eficiente y final.
Imaginemos una estatua de Julio César. Podemos decir que depende o es efecto de estas
cosas: de la imagen de Julio César que el escultor poseía y que imprimió al mármol (causa formal); del
mármol mismo, sin el cual no habría estatua (causa material); de la acción del escultor que
con su cincel y su martillo sacó de su indeterminación a la materia (causa eficiente), y del fin que el
escultor se propuso al hacer la estatua –agradar a César, ganar dinero, realizar la belleza...– (causa
final). A las dos primeras causas las llamó Aristóteles intrínsecas, porque actúan desde dentro,
penetrándose, para la producción del ser; a las otras dos extrínsecas: la eficiente es la acción –
causa impulsiva– que realiza un ser ya existente; la final opera a través de la mente del que actúa, que
conoce el término de la acción y en vista del cual –atractivamente– obra.

§104. LA CAUSA EFICIENTE.- Es aquel ser con cuya acción real e impulsiva se produce una nueva
realidad. .El ejercicio de la causalidad eficiente es la acción.
La causa eficiente se divide en: 1Principal, cuando obra por virtud propia.
La causa principal puede ser:
a) Causa principal primera. Es el origen de toda causalidad, aquella que no depende de
nada en su acción. Sólo Dios es causa principal primera.
b) Causa principal segunda. Es aquella que depende de la causa primera en su acción.
2º Instrumental. Es una causa verdaderamente eficiente, pero subordinada a otra, a la que
sirve y por la cual se mueve.

SU NEGACIÓN POR LOS EMPIRISTAS.- El empirismo (de empeiría = experiencia) sostiene que todo
conocimiento humano procede de los sentidos y que no rebasa el ámbito de éstos.

§106. CAUSALIDAD EFICIENTE EN LAS CRIATURAS: SU NEGACIÓN EN EL OCASIONALISMO Y


EN EL PANTEÍSMO

Otros filósofos han negado también, por distinto camino, la causalidad eficiente, pero sólo
en las criaturas o seres de este mundo, al reservarla exclusivamente a Dios. Son éstos los
ocasionalistas y los panteístas de la escuela cartesiana o iniciada por Descartes.
Parece claro que, dentro del hombre, el alma actúa sobre el cuerpo y el cuerpo sobre el alma.
A un acto de mi espíritu –por ejemplo, el deseo de mover un brazo– responde un hecho físico,
material: el propio movimiento del brazo. Un hecho físico, como la presión de una fuerza sobre mi
epidermis, produce a su vez un fenómeno psíquico: la sensación táctil o dolorosa que experimenta mi
espíritu.
¿Cómo es esto posible? Puede comprenderse que los cuerpos actúen sobre los cuerpos y las
almas sobre las almas, porque son de la misma naturaleza. Que un móvil material impulse a otro, o
que un espíritu convenza a otro o influya sobre él, no encierra dificultad. Admitiendo la existencia de la
forma y la materia aristotélicas (hilemorfismo, §53) y suponiendo que el alma hace en el hombre el
papel de forma y el cuerpo de materia, podría comprenderse también esa interacción eficiente de
alma y cuerpo, puesto que serían dos principios que por su misma naturaleza están llamados a
fundirse y actuar unidos. Pero si se parte de una radical heterogeneidad de alma y cuerpo, o espíritu y
materia, al modo de Descartes, ¿cómo concebir esa interacción que parece mostrar la realidad?
El primero en enfrentarse con el problema fue el pensador francés Nicolás de Malebranche
(1638-1715). Admitida la esencial heterogeneidad de las dos substancias, Malebranche resuelve la
imposibilidad de una acción recíproca. El cuerpo extenso, capaz sólo de una acción mecánica, no
puede originar las sensaciones en el alma inextensa, espiritual. Lo que sucede, según Malebranche,
es que no son las cosas de este mundo –almas o cuerpos– las que actúan, sino que es Dios el solo
autor de todo movimiento, sujeto único de causalidad eficiente. Dios pone de acuerdo –sincroniza– las
dos substancias, produciendo en el alma sensaciones con ocasión de los hechos físicos, y
movimientos en el cuerpo con ocasión de voliciones en el alma. De aquí el nombre de ocasionalismo
con que se conoce a esta teoría. Nuestras ideas, según Malebranche, no son producidas por las
cosas exteriores, sino por una iluminación divina con ocasión de las cosas exteriores. El conocimiento
del hombre es una visión de las cosas en Dios.
Pero si las criaturas no son más que ocasión para que Dios obre, si ellas no actúan ni física ni
espiritualmente, brota en seguida la consecuencia de que las criaturas no son auténticas
substancias, sino sólo atributos (manifestaciones) de una sola verdadera substancia, que es Dios,
único ser existente del que todas las cosas forman parte. Esta consecuencia la extrajo Benito
Espinosa (1632-1677), judío holandés de origen español, en cuya obra Ethica ordine geometrico
demonstrata extrae las últimas consecuencias del cartesianismo y llega al panteísmo, doctrina que
afirma la sola realidad de Dios y niega no sólo la causalidad eficiente de las criaturas, sino su misma
realidad substancial, distinta de Dios mismo.

§107. LA CAUSA FINAL

Causa final es el objeto o término para cuyo logro obra el agente. La causa final es la que
determina el sentido y dirección del movimiento. Por ello se dice que "el fin es lo primero en la intención
y lo último en la ejecución
La finalidad en la naturaleza. Esta causa final no se da sólo, según Aristóteles, en la acción del ser
inteligente sino que también se halla impresa en la naturaleza. La forma de los seres tiende en
ellos a su propia perfección, abriéndose paso a través de la limitación, de la imperfección, que le
imponen la materia y la individualidad. Por ello, los seres poseen tendencias naturales y unos tienden
hacia otros, ya que, así como todos tienen una primera fraternidad en el ser, poseen otras afinidades
que los hacen mutuamente perfectibles, por una ley universal de armonía que preside al Cosmos. Unos
tienden a su fin ciegamente como acontece en las actividades químicas de los cuerpos, por
ejemplo; otros instintivamente, como los animales, conociendo su objeto, pero no la razón de
apetecerlos; otros, en fin –los hombres–, racionalmente, libremente, conociendo la razón de
apetibilidad, y pudiendo, al no estar determinados por los objetos mismos, apartarse de su
cumplimiento en razón de otros motivos inferiores. De aquí que la finalidad no sea sólo un modo de
apetecer y de obrar los seres dotados de conocimiento, sino algo que está impreso en las formas
(entelequias) y en el orden general del Universo.

§108. EL MECANICISMO.- Las causas finales son negadas por los filósofos mecanicistas.
Suponen éstos que el Universo es como un inmenso mecanismo material movido o impulsado sólo
por causas eficientes, ciegas. Según ellos, en consecuencia, no puede decirse que en la Naturaleza
haya fines. En una palabra, el mecanicismo pretende sustituir el "para qué" (causa final) por el "por
qué" (causa eficiente).
La filosofía clásica afirma la existencia de las causas finales, incluso las ve necesarias para que
pueda producirse la acción de las demás causas. Pues, aun contando con la materia y la forma y con
la causa eficiente, si ésta no adopta una dirección, un fin determinado, no podrá comenzar su
acción. Carecerá de punto de aplicación. El fin o causa final confiere, según esto, la realidad misma
determinada al ser.
Por ello, la causa final se encuentra dondequiera que exista el movimiento. No sólo en los
seres dotados de conciencia y vida (cuya actividad evidentemente se orienta según fines, es
teleológica), sino también en los seres inorgánicos y, en general, en la Naturaleza, cuyo desarrollo y
movimiento no es un proceso ciego, sino que conspira hacia un fin, que es el que presta el orden al
Universo, y que no es otro sino Dios mismo en cuanto Bien Supremo.
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Ejercicios del tema III,5,19-20

1) "La esencia de todo ser creado difiere de su ser, y, según tenemos dicho, se compara con él
como la potencia con el acto". (Santo Tomás, Suma Teológica 1, 54, 3).

¿De qué trata este texto. Póngalo en relación con lo dicho en la unidad didáctica.

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2) Conforme al párrafo anterior ¿podemos llamar "acto" al ser o a la existencia? ¿Por qué?

2) Sí: según lo visto arriba, dado que el ser es a la esencia como el acto a la potencia, se puede
denominar "acto de ser" a la existencia en virtud de una analogía de proporcionalidad. Véase §15.
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3) "El no-ser no tiene, de por sí, manera de que se le conozca, y si se lo conoce, es porque el
entendimiento lo hace conocible, por lo cual la verdad del no-ser se funda en el ser, por cuanto
el no-ser es un ser de razón, esto es, un ser concebido por la razón" (Santo Tomás, Suma
Teológica 1, 16, 3).

Ponga en relación este texto con el contenido de la unidad didáctica.

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4) "Ahora bien, puesto que las causas se dicen tales en muchos sentidos, ocurre que la misma
cosa tendrá muchas causas, y no accidentalmente (por ejemplo, tanto el arte escultórico como el
bronce son causas de la estatua, y lo son en tanto que estatua y no en otro cualquier aspecto, si
bien no lo son del mismo modo, sino que lo uno es causa como materia y lo otro como
aquello de donde proviene el movimiento)". (Aristóteles, Metafísica V, 2).

De que tratara este párrafo. Póngalo en relación con el contenido de la unidad didáctica.

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5) "Parece ridículo decir que sólo es probable que el sol se levante mañana o que todos los
hombres deben morir; y, sin embargo, es claro que no tenemos más certeza de estos hechos que
la que nos aporta la experiencia. (…).
La idea de causalidad se extrae de la experiencia, la cual, al presentarnos en constante
conjunción algunos objetos, produce tal hábito de considerarlos en esa relación, que no
podemos considerarlos conforme a otra, sin hacernos violencia. (Hume D., Tratado de la
naturaleza humana).

¿Sobre qué versa este texto? Póngalo relación con el contenido de la unidad didáctica.

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6) "Debemos, por tanto, considerar que el estado presente del universo es el efecto de su estado
anterior y la causa del que va a seguirle. Una inteligencia que, por un instante, conociera todas
las fuerzas que animan a la naturaleza y la situación respectiva de los seres que la componen,
siendo suficientemente amplia como para someter estos datos al análisis, sería capaz de abrazar
en una misma fórmula los movimientos de los más grandes cuerpos del universo y los del
más ligero átomo; nada le resultaría incierto y el futuro, como el pasado, sería presente a sus
ojos. El espíritu humano ofrece, en la perfección que ha sabido dar a la astronomía, una débil
aproximación a lo que sería esta inteligencia." ( Laplace P.S., Ensayo filosófico sobre las
probabilidades).

¿Cómo puede calificársela postura de Laplace y que relación tiene con lo expuesto en la unidad
didáctica?

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7) "La metafísica, como conocimiento especulativo y totalmente aislado de la razón, que se


levanta por encima de enseñanzas de la experiencia, sirviéndose de meros conceptos (no como
la matemática mediante la aplicación de los mismos a la intuición), y en donde, por tanto, la
razón debe ser su propio discípulo, no ha tenido hasta ahora la dicha de emprender el camino
seguro de la ciencia; y ello, a pesar de ser más vieja que cualquier otra, y a pesar de que seguiría
existiendo aunque todas ellas desaparecieran enteramente, sumidas en el abismo de una barbarie
que todo lo aniquilara. Pero en ella se atasca la razón continuamente, incluso cuando quiere
conocer a priori (como ella pretende) las leyes que la experiencia más vulgar confirma. En ella
hay que deshacer mil veces el camino, pues no conduce a donde se quiere y en lo que toca a la
unanimidad de sus adeptos, está tan lejos aún de ella, que más bien es un campo de batalla que
parece propiamente
destinado a que ellos ejerciten sus fuerzas en un combate, donde ningún combatiente ha podido
hacer nunca la más mínima conquista y fundar sobre su victoria una posesión duradera. No hay
pues duda alguna de que su método, hasta ahora, ha sido un andar a tientas y, lo que es peor, por
medio de simples conceptos.
¿A qué es debido entonces que la metafísica no haya podido aún encontrar el camino
seguro de la ciencia? ¿Es, tal vez, imposible? ¿Por qué la naturaleza ha introducido en nuestra
razón la incansable tendencia de buscar ese camino como uno de sus más importantes asuntos?
(Kant, Crítica de la Razón Pura, Prólogo).

¿Qué expone este texto? Póngalo en relación con el contenido de la unidad didáctica.
Curso elemental de filosofía clásica.
Respuesta a los ejercicios del tema III, 4, 17 - 18

1) Ofrece la gradación de los diversos tipos seres vivientes y a las diversas clases de
conocimiento animal. Alude a cómo en el hombre, además de la razón, concurren todos los
otros a la vez. Véase
§ 89.

2) Microcosmos

3) Engels, pensador que colaboró con Carlos Marx, presenta aquí una teoría monista y
materialista de la mente humana. Véase § 90

4) Se trata de una exposición breve de la teoría de la armonía preestablecida en toda su


amplitud. Véase § 93.

5) Expone la teoría de la unión substancial de alma y cuerpo. Concluye explicando, por la


preeminencia en el ser del alma racional sobre el cuerpo que informa, que el alma pueda
pervivir cuando desaparece el cuerpo. Véase § 94.

6) Tomando como premisa las operaciones incorpóreas del hombre (las del entendimiento y de
la voluntad racional) concluye primero que el alma es subsistente e inmaterial. Seguidamente
razona contra la posibilidad de que el alma sea producida por los progenitores de la forma
siguiente: si fuera producida por la generación material el alma sería también material y, por
tanto, no subsistente y corruptible lo cual está contra lo que se ha dicho al principio.

7) Al generacionismo. Véase § 95.

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