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Tema 33. El discurso literario como producto lingüístico, estético y social.

Los recursos
expresivos de la literatura. Estilística y retórica.

0.- Introducción. ¿Qué es la literatura?

Desde la crítica literaria se pretende definir lo que hace que un discurso pueda ser
considerado como literatura frente a los demás. El término “literatura” (cuya raíz es littera, ‘letra
escrita’), comenzó a usarse en el siglo XV en las lenguas europeas, y hasta el XVIII no se
consideraba que fuera otra cosa que mera obra escrita (ya fuera de filósofos, historiadores o
teólogos).

Lessing ya usó el término con la significación contemporánea en Cartas sobre la más


reciente Literatura, pero suele considerarse la obra de Mme. De Staël, La literatura y su relación
con la sociedad (1800) como el inicio de la concepción actual.

0.1.- Apartados del tema. Las 3 caras del texto literario.

En las siguientes líneas abordaremos el discurso literario entendiendo por qué es un


producto estético y social. Para ello definiremos el discurso literario buscando qué rasgos
consiguen que un discurso tenga esa propiedad literaria. Finalmente abordaremos las cuestiones
de estilística y retórica pues en ellas se condensan las tres dimensiones del discurso literario: el
discurso estético, el social y el lingüístico. Podríamos, para comprender mejor el título del tema y
todo lo que abarca, definir la literatura como “producto hecho con el lenguaje que en cada
contexto y momento histórico es considerado artístico”.

A grandes rasgos, históricamente se ha visto el discurso literario de tres formas:

● Hasta el siglo XX hubo una poética del emisor (la estética y el autor).

● Durante el siglo XX, una poética del texto (el mensaje) desde un punto de vista lingüístico.

● En la segunda mitad y finales del XX, la crítica se ha centrado en cómo recibe el lector el
texto

1.- El discurso estético

La obra literaria que se precie no está destinada a una lectura que busque sólo la
anécdota, en ella todos los elementos son significativos dentro del todo coherente y cerrado que la
forma, en ella todos los elementos se semiotizan, adquieren significado. Las obras literarias
constituyen discursos cerrados, expresan a través de formas finitas el espíritu infinito. Son fuente
de placer artístico en la misma medida en que pueda serlo un cuadro o una buena película; como
en las demás artes recoge, a través de formas materiales, contenidos abiertos y polivalentes.

El discurso literario se diferencia del coloquial en la creación del lenguaje de una


determinada manera que consideramos artística. Las consideraciones estéticas han variado de
una época a otra, de forma que la literatura, desde este punto de vista, sería aquello que un grupo
social considera estético, artístico, expresivo, bello y, por lo tanto, excepcional: literario.

Atendiendo a las concepciones estéticas clásicas, podemos detenernos en la idea de que


“el bien es lo bello, lo bello es el bien, pues Aristóteles en su Poética considera el arte (y por
extensión, la literatura) como un medio para alcanzar la perfección moral mediante el placer, la
hedoné. Mientras que Platón despreciaba el arte en la República por considerarlo una imitación
del mundo. Aristóteles eleva la imitación al principio constituyente del arte poético. Así la mimesis
perdura durante toda la Edad Media, es en la segunda mitad del XVII cuando este ideal estético
es sustituido por la expresión de los sentimientos del poeta, y en la estética moderna, el énfasis
recae sobre el carácter simbólico y su capacidad creadora de sentimientos y realidades.

A partir del siglo XVIII, con la publicación de Julie ou la nouvelle Héloïse, de Rousseau, se
abandona el principio de la imitación y la descripción y comienza a captar la intuición y el
subjetivismo. En el Romanticismo, pues, surge el “arte por el arte”, una autonomía que no se
justifica por fines didácticos o morales, sino en función de su capacidad para desvelar al hombre
un mundo de fantasías y misterios que sólo el arte puede evocar. Con todo, la literatura tiene más
senderos que recorrer, en el propio Romanticismo nos encontramos con la literatura como forma
de conocimiento, en concreto como vía de conocimiento de las profundidades psicológicas.
Igualmente, para Rousseau la literatura es una forma de evasión, en cuanto que esta evasión
es la razón de la creación artística. Bien como refugio huidizo, bien como consciente propuesta,
los escritores de todos los tiempos han creado sobre el papel otras realidades más deseables, a la
vez que criticaban la que les había tocado vivir. Con Sartre (¿Qué es la literatura?) nace la
escritura comprometida.

2.- El discurso lingüístico

El discurso literario responde como producto lingüístico dado que usa como material de
expresión la palabra y transmite información. Como norma general un emisor transmite un
mensaje a un receptor. Se produce una comunicación verbal generalmente por vía escrita, aunque
a lo largo de la historia se hayan dado casos de transmisión oral -romances y hoy en día teatro-.
Tiene, sin embargo, peculiaridades respecto al resto de los tipos de discurso:

· El contacto directo entre emisor y receptor no es posible y, aunque lo fuera, no alteraría el


mensaje.

· El fin del discurso literario no es informar, lo cual no impide que algunas novelas tengan
una importante base histórica y sociológica.

· Las palabras usadas adquieren su valor dentro del propio texto que es un mundo cerrado
y coherente
· Las obras literarias se componen con fines artísticos de modo que, aunque quepa extraer
de ellas información respecto a las sociedades que retratan, no necesariamente tal información es
fidedigna.

Aguiar e Silva en Teoría de la literatura afirma que «El lenguaje literario se caracteriza por
la recusación intencionada de los hábitos lingüísticos y por la exploración inhabitual de las
posibilidades significativas de una lengua».

2.1.- El formalismo Ruso

Los integrantes del Formalismo ruso fueron los primeros que se ocuparon de la cuestión
de un modo sistemático. Shklovski subraya que la lengua poética se separa de la común por la
perceptibilidad de su construcción, favorecida por los procedimientos obrados sobre el lenguaje. El
efecto del extrañamiento, el desvío semántico que el escritor obtiene con los procedimientos
expresivos, pule la imagen liberándola del automatismo de la lengua cotidiana. El lenguaje se
halla automatizado, no fijamos nuestra atención en las palabras. La relación signo- palabra se
vuelve habitual y las palabras solo muestran la faceta utilitaria de la información. El artista ataca
esa propiedad y mediante el artificio (capta nuestra atención y comunica más de lo que las
palabras dicen) busca la desautomatización

Lázaro Carreter en Consideraciones sobre la lengua literaria indica que los mensajes
literarios se caracterizan por sus estructuras inmóviles en oposición al lenguaje, que es fungible.
Así, indica formas de reconocer el mensaje literario, por ser intangible, pues cada autor fija la
unión de contenido y expresión que luego es incancelable y, estructurado y no eminentemente
práctico, ya que el mensaje se emite a un receptor universal.

2.2.- Teoría de la connotación.

El hecho literario es un proceso de comunicación que comporta los mismos elementos que
otros actos de comunicación, pero con unas características marcadas. La forma del enunciado es
el factor dominante. La palabra es sentida como tal en su calidad fónica, morfo sintáctica o léxica.
A través de distintos mecanismos, procesos paralelísticos, organizaciones recurrentes, isotopías
semánticas y, en general, todos los recursos teóricos empleados el mensaje literario llama la
atención sobre sí mismo. La lengua literaria ha sido caracterizada también a través del
concepto de la connotación. Las palabras pueden adquirir en el conjunto de mensajes otros
valores no referenciales que se superponen a los citados y que se denominan connotadores. La
realidad que ofrece un texto literario es una realidad construida a partir de asociaciones
connotativas que se expresan mediante múltiples recursos. Este uso especial del lenguaje
precisa, un trabajo de reelaboración y de transformación de la norma lingüística que es
denominada por Dámaso Alonso (Poesía española) “desviación de la norma”.
3.- Discurso social

Aunque la literatura tenga una especificidad axiológica y expresiva, esto no significa que
sea totalmente autónoma respecto a la realidad más profundamente considerada, tanto histórico-
social como ideológica, económica, política, cultural, que empapa cualquier tipo de comunicación
y, como es natural, también la estético-literaria.

3.1.- La semiología.

Desde la semiología se considera la literatura como un sistema de instituciones que


regulan y permiten la comunicación de los textos y, por ende, como punto de cruce de una sutil
interacción entre los textos mismos, será preciso estudiar las modalidades de transmisión y
recepción de los mensajes literarios que constituyen el sistema. Para Garrido (Nueva introducción
a la teoría de la literatura), “el discurso literario se define como una serie de signos estratificados y
jerarquizados, conectados entre sí de acuerdo con múltiples códigos variables histórica y
culturalmente».

3.2.- La pragmática.

De la Semiótica nació la Pragmática, que estudia la relación entre los signos y sus
usuarios, especialmente el emisor y sus receptores, dentro de un contexto (social, cultural e
histórico) en donde se desarrolla la comunicación literaria.
De algún modo, la pragmática se ha convertido en una lingüística de la actuación, y se ha
visto fomentada, en especial, por las investigaciones de carácter sociológico, que son las que han
posibilitado el estudio de las expresiones como resultados de casos situacionales. Estos
elementos son de enorme interés porque la pragmática parecía destinada a trazar una teoría del
texto, superando las limitaciones formales que llevaba implícita una investigación centrada sólo en
el lenguaje literario; la pragmática arrumba los esquemas positivistas de la lingüística, para
atender a otros factores como los condicionamientos y consecuencias sociales del lenguaje, los
mecanismos interactivos de la conducta de los emisores-receptores, las implicaciones
conversacionales, las presuposiciones, los actos de habla o la estructura de la misma
conversación.

3.3.- Sociología, ciencias sociales y teorías marxistas.

Desde las ciencias sociales, la obra refleja condicionantes como valores, creencias,
actitudes sobre lo que ha afectado al ser humano: su condición social de escritor, la forma en que
fue recibida la obra, el negocio editorial, las relaciones jurídicas, etc. Aunque las primeras teorías
marxistas empobrecieron la apreciación de la obra literaria por la censura ideológica a la que
fueron sometidas, Georg Lukács rescata el espíritu original de Marx y una nueva concepción
artística: un nuevo modelo de realidad en el que cabía una relación social y humana de la
literatura y el estilo. Goldmann, ya en los 60, reivindica la figura de Marx: consideraba que los
verdaderos creadores de la obra literaria son los grupos colectivos dentro de los que una obra
nace. En la literatura cabe ver el imaginario, aspiraciones y frustraciones de un grupo,
independientemente de que haya sido o no la intención del autor. En los años 90 se recupera la
trama de la historia. Se habla de los «polisistemas», el diseño de amplios sistemas de
significación que permite comprender el funcionamiento del texto en el conjunto de los elementos
sociales y culturales que lo propician porque lo requieren y que lo conservan no por la dimensión
estética del objeto creado, sino por las respuestas que ha conseguido afirmar para resolver las
tensiones e incertidumbres de las que ha surgido.

4.- Estilística y retórica

Indicamos ya en la introducción de este tema que estilística y retórica son ramas que
pueden incorporarse dentro de un mismo epígrafe general, por ser el inicio de las reflexiones que
hemos visto anteriormente.

4.1.- Estilística. Definición.

El Romanticismo, entre otras herencias, orienta los estudios literarios hacia el plano del
estilo, rompiendo con la normativa de la retórica como único instrumento para juzgar el valor de
una obra determinada. El significado clásico por el que la estilística designaba un conjunto de
normas que conciernen a la formación exterior y adornada de la escritura ha sido superado. Tal y
como se entiende hoy, remite al estudio del lenguaje literario, ya sea como hecho objetivo,
institución histórica y tradicional, ya sea como innovación personal, como estilo propiamente
dicho. La estilística aspira a abarcar todos los elementos que forman parte del discurso literario:
mensaje, código, escritor, lector y contexto. La estilística estudia: el marco de la obra, principales
características de su género literario y la expresión del discurso, tanto en forma como contenido.

4.1.1.- Escuelas de la Estilística. (Descriptiva, Generativa y Funcional)

En principio, se tiende a distinguir dos escuelas, inspiradas por las valoraciones


lingüísticas que se ponen en juego en la primera década del siglo XX.. Se habla, así, de «escuela
idealista alemana», conectada con los fenómenos del lenguaje observados por Humboldt y
perseguidos por Wundt y Schuchard, defensores de una concepción del lenguaje puramente
individual; se trata de desarrollar la idea de la energeia, es decir, la consideración del poder
creador del lenguaje; sucesores de esta línea serían K. Vossler y L. Spitzer, asentados en las
teorías estéticas de B. Croce. Por otro lado, se aprovecha la distinción saussureana de lengua y
habla, para girar el interés de estos estudios desde los estilos individuales a los colectivos,
incidiendo en una visión global y analítica de los hechos analizados. Esto es lo que ha permitido
hablar de una «estilística de la expresión » (descriptiva, con la pretensión de valorar el estilo como
plano del pensamiento colectivo) frente a una «estilística del individuo» (de orientación genética y
que concibe el estilo como plasmación del pensamiento del individuo, que, a su vez, obtiene su
fundamento en la realidad colectiva). Con todo, esta clasificación parece insuficiente dada la
pluralidad de perspectivas que se determinan a la hora de trazar acercamientos al estilo literario.
Aceptando, entonces, la división de Guiraud, conviene complementar con una nueva orientación,
que de alguna manera viene a ser una síntesis de las dos ya apuntadas. El cuadro sería el
siguiente:

Estilística descriptiva. Desarrollada en Francia principalmente. Toma como base la


concepción de Saussure de la lengua como sistema. Es la estilística que Ch. Bally y sus
discípulos despliegan como medio de conocer la obra literaria. Puede llamarse, también, Estilística
de la expresión o de la lengua.

Estilística generativa o genética. Influye, en ella, de modo determinante, la figura de B.


Croce. Puede dividirse en dos grupos de desarrollo: el primero lo representa la escuela filológica
alemana y contaría con K. Vossler como enlace entre Humboldt y los nuevos teóricos del siglo xx
(de los que singularmente destaca la labor de Leo Spitzer); el segundo estaría constituido por los
críticos españoles Dámaso Alonso y Amado Alonso, quienes, como herederos que son de la
tradición filológica de Menéndez Pidal, mantienen estrecho contacto con el espíritu de la crítica
alemana.

Estilística funcional. Surge de la revisión que Coseriu realiza de la anterior dicotomía de


Saussure, introduciendo entre lengua y habla, el concepto de norma. Por otro lado, aprovecha
también el desarrollo de las funciones del lenguaje formulado por R. Jakobson. Su punto de
partida es la consideración del estilo como desviación de una norma, en lo que tiene de aspecto
creativo. Es una estilística que se desarrolla, de modo primordial, en Estados Unidos y cuenta,
como representantes, con M. Riffaterre y S.R. Levin.

4.2.- Retórica ( y Nueva Retórica)

Los primeros estudios e interés por el estudio de la lengua los encontramos en los clásicos
como Aristóteles o Platón. La retórica constituye así la primera reflexión sobre el discurso o uso
lingüístico al servicio de una intención comunicativa. En los tratados de retórica clásica se
sistematizan las reglas y preceptos relativos al «arte del bien decir» (ars bene dicendi) o retórica,
frente a las reglas de la gramática o «arte de decir correctamente» (ars recte dicendi). Ya en esta
Retórica existía una preocupación por la elaboración del texto que se dividía en 5 partes: inventio,
dispositio, elocutio, memoria y actio.La función primordial de la retórica es la capacidad de
servirse de la lengua —con su poder de sugestión y de emoción— para convencer a un auditorio
(por ejemplo, a los jueces) y obtener su aquiescencia. Con Aristóteles, se funde con la teoría de la
argumentación, apoyada en una forma peculiar de razonamiento, el entimema.

La Retórica puede servir, entonces, de soporte y de marco para muy diversas ciencias; por
esta razón, distintas corrientes lingüísticas (propiciadoras de esos discursos científicos) han
intentado apropiarse de los materiales, los recursos y las ideas que la retórica alberga. Esto es lo
que le ha llevado a Angel López García a considerar a la Retórica como una «ciencia universal», a
tenor del tratamiento metalingüístico que proporciona y en virtud, además, de que sus
procedimientos pueden aplicarse a cualquier lengua o a cualquier asunto.
4.2.1.- El Grupo de Lieja

En la actualidad, un puesto destacado es para Perelman, que ha retomado el concepto


aristotélico de la argumentación como complemento necesario de la demostración basada en el
razonamiento formal. Su obra junto a Olbrechs-Tyteca (Tratado de la argumentación: la nueva
retórica) da como resultado el surgimiento de la Nueva Retórica.

Con el Grupo de Lieja o Groupe 𝜇, dirigido por Jean Dubois, se hace una propuesta
compleja para restaurar el edificio de la elocutio clásica sobre la base de concebir la figura como
un procedimiento de desvío lingüístico. Para el Grupo 𝜇 la función poética de Jakobson equivale
a lo que ellos denominan función retórica, por cuanto el poeta —que actúa como un rhetor—
orienta la atención del receptor hacia determinadas zonas del mensaje, mediante esos
intencionados «desvíos» que modifican los niveles del código lingüístico.

Las figuras se revisan, por tanto, desde una valoración lingüística, pero en la que
intervienen también concepciones semióticas y poéticas. Quizá, lo extraordinario de estas nuevas
propuestas de ordenación de las «antiguas» figuras de la elocutio sea la demostración del
innegable valor de este fondo de procedimientos literarios, mantenido de modo inalterable desde
la Antigüedad clásica.

5.- Recursos expresivos

Los recursos expresivos que la Retórica inventó como parte de la elocutio como recursos o
manipulaciones del lenguaje con fines expresivos, originariamente tuvieron su lugar en la oratoria,
pero el discurso figurado fue desplazado por la literatura. Actualmente, es la publicidad la que
hace principalmente uso de ellos. En el elocutio se distinguían la corrección, la claridad y, por
último, la belleza, ornatus. Esta última se entendía como la suma de adornos que se añaden al
estilo lingüístico normal, comprendiendo la Compositio: combinación de palabras en el discurso,
los Tropos uso de términos con acepción inapropiada y las Figuras, términos con acepción
apropiada pero que por diversos motivos se alejan de la norma.

Hoy en día se conciben como procedimientos del lenguaje orientados a potenciar la


expresividad, eficacia o belleza de este. Los podemos encontrar en la lengua cotidiana, aunque
lexicalizados y convencionalizados.

El inventario de las figuras retóricas es muy extenso, a continuación, mostramos algunas


de ellas, que para mayor claridad se dividen en planos lingüísticos (figuras fonológicas,
morfosintácticas y léxico-semánticas)

Recursos fónicos: los sonidos como materia acústica producen necesariamente una
reacción sensorial: como en la aliteración, la apóstrofe o la exclamación e interrogación retórica.

Como recursos morfosintácticos destacamos: la elipsis, la correlación, el paralelismo,


el quiasmo o el hipérbaton.
Como recursos del aspecto léxico-semántico destacamos la paradoja, la antítesis, la
hipérbole o la metáfora, donde dividimos impuras denominadas Imagen por D. Alonso o puras.

6.- Conclusión

A modo de conclusión, con esta propuesta se ha procurado establecer qué convierte el


discurso lingüístico en un discurso literario. Las teorías al respecto hablan sobre una desviación
de la norma, mientras que los formalistas rusos subrayan que la lengua poética se separa de la
común por su construcción. Otros autores se centran en la llamada teoría de la connotación, por la
cual el lenguaje literario no es distinto del coloquial. Lázaro Carreter en su obra Estudios de la
lingüística concluye que un planteamiento correcto de la cuestión implica la renuncia a hablar de
lengua literaria o artística como algo que pueda ser definido unitariamente. Según él, solo el
estudio de poéticas particulares permite alcanzar convicciones científicamente valiosas acerca de
las diferencias entre el idioma de los escritores y el estándar. Lo que nos conecta con la idea de la
estilística, rama cuyo objetivo es conseguir establecer principios de carácter general teniendo en
cuenta todos los elementos que influyen en el discurso.

En didáctica de las lenguas, los planteamientos y técnicas retóricas se han aplicado a la


enseñanza-aprendizaje de los procesos de producción e interpretación de los textos y al trabajo
con determinados géneros de discurso: fundamentalmente discursos públicos como el discurso
político o periodístico, o discursos persuasivos como los publicitarios. Además, el aprendizaje del
discurso oral formal se nutre todavía hoy de la descripción que los retóricos clásicos ofrecieron
acerca de las buenas prácticas oratorias.

● Análisis de discursos públicos: se puede proporcionar al alumnado discursos públicos,


tanto orales como escritos, y pedirles que apliquen técnicas retóricas para analizarlos y
evaluar su efectividad. Por ejemplo, se pueden buscar discursos políticos o publicitarios y
pedir a los estudiantes que identifiquen los recursos retóricos utilizados, como la repetición,
el anáfora o el epíteto.

● Creación de discursos persuasivos: los estudiantes pueden crear sus propios discursos
persuasivos sobre temas que les interesen. Se pueden dar ejemplos de discursos
persuasivos y pedirles que utilicen técnicas retóricas para crear su propio discurso.

● Debate retórico: se pueden organizar debates retóricos en clase sobre temas de actualidad
o de interés para los estudiantes. Durante el debate, se pueden pedir a los estudiantes que
utilicen técnicas retóricas para defender sus argumentos.

● Presentaciones orales: se pueden pedir a los estudiantes que realicen presentaciones


orales sobre temas que hayan investigado. Se pueden proporcionar ejemplos de discursos
orales efectivos y pedirles que utilicen técnicas retóricas para mejorar su presentación.
● Escritura de ensayos: se pueden pedir a los estudiantes que escriban ensayos sobre
temas de su elección y utilicen técnicas retóricas para mejorar la estructura y el lenguaje
de sus ensayos.

7.- Esquema

0.- Lo literario.........................................................................................................................................................
0.1.- Introducción...............................................................................................................................................
1.- El discurso estético.........................................................................................................................................
2.- El discurso lingüístico.....................................................................................................................................
2.1.- El formalismo Ruso...................................................................................................................................
2.2.- Teoría de la connotación...........................................................................................................................
3.- Discurso social.................................................................................................................................................
3.1.- La semiología............................................................................................................................................
3.2.- La pragmática............................................................................................................................................
3.3.- Sociología, ciencias sociales y teorías marxistas.....................................................................................
4.- Estilística y retórica.........................................................................................................................................
4.1.- Estilística. Definición.................................................................................................................................
4.1.1.- Escuelas de la Estilística..................................................................................................................
4.2.- Retórica.....................................................................................................................................................
4.2.1.- El Grupo de Lieja..............................................................................................................................
5.- Recursos expresivos.......................................................................................................................................
6.- Conclusión........................................................................................................................................................
7.- Esquema............................................................................................................................................................

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