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Lafabricación visual
del mundo atLántico
Maria ELiza Linhares Borges
Víctor Mínguez (eds.)

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cubierta: Eugéne Ciceri y Philippe Benoist,Rr'o deJaneiro rte let ilba das Cobras,
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\'. lS52.ltnprimerie Lemercier. Litografla a partir de daguerrotipo. Colección Geyer. Museo Imprerial
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litlit:r: I'trblicacions de la UniversitatJaume I. Servei de Comunicació i Publicacions


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iilr TrEt,lpos DE DoN PoRFrRlo DrAZ EL PLAC.ER \,ISUAL \,IAJABA
EI{TRE EUROPA Y lvlÉ)(ICO

Alba H. González Reyes

Universidod Autónomo de Bojo Colifornio


upN-Ensenodo, México

i.[IYALE

Con el enlace entre la historia cultural, la literatura, las artes gráflcas y los estu-
:ir¡s de género, se ha tratado de ampliar la dimensión interpretatiYa sobre la últi-
:r.r etapa del Portrriato -7896/1910- para comprender con más precisión nuestra
.¡¡ltura visual. Se tfata de reconocer através de las narraciones y las imágenes en
:<rie la creación f,gurativa del cuerpo desnudo erótico y un modelo femenino
:msgresor en la ciudad de México. Como recurso metodológico de investigación
rxial se trabajó con pifrturas, dibujos, grabados, litografias,fotografras e impresos
rir¿ acercarnos a una épocay su mundo de vida respecto a las ideas de sexua-
-rdad, erotismo y pornografia.Las maneras de cómo ese mundo se vio, imaginó;
¡ero, sobre todo cómo fue representado por los creadores y percibido por los
:trceptores con una semántica moralizante de orden burgués.
La proliferación de imágenes eróticas se liga a la introducción de ciertos es-
:i,los estéticos europeos como son el modernismo -simbolismo, decadentismo,
i¡bis- naturalismo y realismo que se introducen en México por esa época. Esas
rropuestas estéticas adquieren importancia especialmente por dos aspectos: por
-¿ crítica del aburguesamiento del arte, su visión de las formas de expresión deci-
aonónica serviles y porque el erotismo sería un apoyo a esa intensión.
En este sentido,la imagen se convierte en una pinturu de idea e intenta dar un
¡ontenido moralizante, alegórico, simbólico. Más audaces, estos estilos estéticos
LA TABRICACIÓil VISIJAL DEL I,lUNDO AItÁNTICO. I8O8 - I94O

identifcan la sexualidad con la perversión de tal modo que erotismo y mlrerte,


sexo y vicio, mujer y depravación tendrían estrecha relación, cumpliendo así la
ftinción dicotómica entre el estímlrlo erótico y la tentación.justamente, el cuerpo
de mujer ftie el objeto de contradicción donde la afabilidad y la sumisión se unían
a la disipación y el libertinaje. De ese modo, esos estilos serían imitados por ca-
ricatllristas y fotógrafos, para proporcionar a los receptores Lrn consllmo cultura
visual de Lrn clrerpo-objeto de deseo.
Pero si se habla de que e1 Porfiriato ftie una etapa de la historia de México con
características conservadoras y represivas, las preguntas que surgen son: ¿cuáles
serían los signiflcados sobre el erotismo, sensualidad o el deseo en los estilos
pictóricos y gráfrcos durante esa época?, ¿cuáles eran los mecanismos que conce-
bianla aprobación de la circulación de dichas imágenes?, ¿cuál es el enlace entre
los signiflcados culturales y políticos sobre la pornografia, su representación y
pfopllesta en la línea del pensamiento intelectual y cuáles ftieron las pautas de
regularización que siguieron las institltciones del orden?
Pinturas, dibuios, grabados, caricaturas,litografias, fotografias, cromolitografías
nos van a ofrecer mensajes sobre la sexualidad femenina: su valo¡ identidad, pres-
tigio, 1o mismo revistas y periódicos de la época, que hablaron de los espectácu-
los de desnudo en teatros y cle patrones morales sobre las representaciones de un
tipo de ser femenino erótico.

PRELUDIO

El Porfriato se caracterizó por ser el régimen que dirigió el destino de la na-


ción mexicana hacia el crecimiento económico, con el proyecto de desarrollo di-
señado para llevada a un acercamiento con otros países industrializados. Dentro
de esa construcción hacia la modernidad, el cosmopolitismo de México aseguró
la riqueza y la cimentación de la burguesía en el poder: los ricos prosperaban y
las clases medias en desarrollo clamaban por unírseles. La hegemonía burguesa
encontró los mecanismos propicios para probar su jerarquía social y ejerció una
gran influencia, al grado de establecer elementos culturales preclominantemente
porfirianos qLle entre 1890 y l9lO alcanzan sLl esplendor. Como otras repilblicas,
la mexicana se esforzaba por ingresar en la nueva división internacional del tra-
bajo y en ese proceso, los códigos socioculturales y estéticos se iban definiendo
dentro dela Belle Époque,almismo tiempo que reforzaban discursos, prácticas y
valores respecto a las relaciones sociales.
Con la entrada de México ala era de la máquina, aumentaron también los in-
centiyos y los subsidios del transporte, particlrlarmente el ferrocarril abrió impor-
tantes vías comerciales qlre conectaron a México con los mercados delAtlántico

B6
-IEI'] POS DE DON PORF RIO DiAZ EL PLACER VLSUAL V A]ABA ENTRE EUROPA Y YEX CO

\(rrteamérica. De 1883 a 1894 estuvo en Yigencia el primer código postal.Y en


-.j5 se establece el Reglamento de código Postal de los Estados unidos Mexi-
. -i'¡/-/s. por la Secretaría de Estaclo y el Despacho de Comunicaciones y Obras Pú-

: 'cas. Reglamento qlle seguiría vigente hasta 1906.' Las conexiones ferroviarias
-: \ irios pllntos del país con la ciudad de México habria¡ de facilitaq entre sus
:o:rcancías, el ingreso de tarietas postales eróticas Europa.2

Sin título, c¿7. Autor no iclentificado, 1910. Fondo Gómez Reyna,


Fototec¿L cle Veracruz, r\¡ljc, Veracruz (postal italiana)

7. Reglamettto de Código Postctl de los Estaclos Llnidcts Mexicotzos-, Imprenta del Gobierno
:- ¡lex-Arzobizpaclo, México, 1895, p. 71.
l. Segúrn Is,reer FEn¡ÁN¡Ez Tel¡o,l en su llbro Recuerdo cle México. Ld tajeta post.tl mexi-
.,ra. hacia finales de 1860 apalece en Europa una tarjeta postal remitida oficialmente. Las
.:ttas comerciales cle vacaciones y cle félicitación circltlaron por correo ya en 1a década de
->rJ tanto en Europa como en Estados Unidos. Después, las tarjetas de vacaciones fucron
.r uno de los cientos cle géneros clisponibles, véase bibliografía.

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I.A IABRICATIÓN \IISUAI. DET t.lU|\lDO AILÁNTICO. I 808 - I 940

En México las primeras taietas postales se editan en 1882,pero seráhastal997


cuando aparece la primera tarleta postal ilustrada.A, partir de ese momento se
establece un verdadero apogeo que seguiría hacia el siglo »<.3 Por esos tiempos,
se podía elegir entre dos tipos de tarjetas postales:las importadas y las nacionales.
Entre las primeras destacaron las impresiones de Estados Unidos,pero sobre todo
de Francia, Inglaterra yAlemania por su calidad y extensa producción.
En cromolitografras y fotografias,ya en color o blanco y negro, la imagen fe-
menina efectuó su cometido de estimular en los coleccionistas la excitación, ese
provocador amrncio del placer. Revistas de corte intelectual, tanto como las chus-
cas revistas semanales paru caballeros, también darán cuenta de la imagen del
cuerpo femenino desnudo, con caricaturas y grabados para beneplácito de sus
lectofes.
Después de la segunda mitad del siglo >o< fue una época en la que las imáge-
nes de alcance masivo se mostraron también a ftavés de caricaturas de prensa
política con su carácter satírico. Lo nrismo sucede con las estampas litográficas
que en diyersos formatos, se ofrecieron como un producto de buena cabdad
técnica con alcances comerciales y sociales. Con la l;Jtografra se empezaron a
producir textos con ilustraciones -caricaturas políticas, estampas de modas, re-
tratos-, dándole al periodismo una dinárnica de hilaridad, humor negro, lúdico
y desenfadado. La litografia manifestó una función determinada hacia una causa
politica acorde con ideas que contribuyeron al conocimiento sobre los cuerpos
y un régimen de sexualidad.a
Pero no únicamente sobrias y dignísimas estampas desfilan por las manos y
miradas de la gente en México, el erotismo hizo su apari.ción parahacer temblar
los valores morales. Con la democratización de la imagen, Lalitografla manifestó
una función determinada hacia una causa política acorde con ideas que había
de contribuir al conocimiento sobre los cuerpos y un régimen visual de sexuali-
dad,5 con claros tintes satíricos, característica que va a def,nir ala caricatuta dela
segunda mitad del siglo xx.
Las técnicas de reproducción mecánica de los medios fotográflcos y
gráflcos apoyaron en la elaboración de un nuerro modelo de conocimiento del

3. IsAsnr FEINÁNDEZ Tz¡xo4 Recuerdos de México. Lót. tarjeta post.rl mexicama, 1882-1930,
BNoPS-sNC, México, 7994, p. L4.
4. Se entiende como régimen de sexualidad al conjunto de normas e instituciones que
definen y dictan \a orgarización social respecto a1 sexo. Este dispositivo se encarga del con-
t¡ol sobre 1os cuerpos, sobre la vida y su reproducción, pero también de 1a vigilancia de los
deseos y 1os placeres. Este mecanismo da orden a1 mundo, tflliza una compleja estrategia
que tenclrá efecto permanente, incesante, repetitivo y forma 1as reglas de convivencia social
y entre 1os géneros.
5. Siguiendo a Beatriz Preciado se entiende como régimen visual de sexualidad, a 1as
formas de regulación que respaldarían 1a no¡matividad de producción de la sex:rialidad en 1a
civilizaciór, occidental, a través de 1a tecnologia gráñca y tipográfica. Véase bibliografía.

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='=o. D- Do\ poqlroro Dr^./ LL DtA. ov (uA vta,ABA t-N Rr F-RoDA r t'1Fz,' o

l-rpo.A rfavés de su capacidad reproductiva, se.fuefon difundiendo también


rlrtsentaciones de la sexualidad y con ella la idea de diferencia sexual entre lo
ü!§¡cutino y lo femenino, promoviendo novedosas imágenes que influyefon en la
pucepción de las identidades de género. Las imágene§ fuefon, hacia f,nales del
qto mi, el apoyo a diversos estudios asociados ala ciencia médica,los cuales
:Érron pof pfimefa yez la distinción lingüística y conceptual entfe. pefvefsión
idsual -y normalidad.6
-{ diferencia de las transformaciones culturales de la primera mitad del siglo >o<
:i¡sa inicios de los setenta del mismo siglo -que fueron consecuencia de acon-
rcimientos nacionales y respondían políticas- los cambios en las
a necesidades
¡¡s ultimas décadas decimonónicas fueron mefamente cLiltufales y no se reali-
:riñ como una fuptul?, en tanto que no hubo una Sustitución violenta de ideas o
trrlnnas cultufales, Sino Su madufación y foftalecirniento. Gfacias a ese pfogÍama
uJe homogeneizaciín cultufal, los dos bandos políticos, conservadofes y liberales

habían de cultivar el afie,la ciencia, la literatura y la historia.


Estos intelectualesT gustaban de seguir los modelos de Europa. Desde la ar-
qütectufa del hierro y el cristal, pasando pof los diseños de muebles, tejidos,
¡ccesofios, yestimenta; en la música, la pintura, los libros y el ingfeso del pensa-
miento positivista que siguiefon f,elÍIente los científ,cos.Aunado a todo eso, se
incrementó un tipo fultefesante de espacios de consentimiento a la concupiscen-
cia y el goce como lo fueron los burdeles.Y por supuesto no quedafía attis L^
introducción de un modelo de belleza femenina seductofa, aÚaYés de imágenes
gráficas para ofrecer a la Yista fantasías, deseos y placer.
En esta última fase del siglo xlx la tendencia a la universahzació¡ convierte
-\-
tfastoca el espíritu de la época en vacío existencial. Los países hegemónicos
tfiarrzaror- el crecimiento de los paíSes en desarrollo y pfomoYiefon Su contfol
cultural; pero con ello, también la preocupación pof deflnir el camino del ser
humano sumergido en el desacierto de un ayance acelerado de la industrializa-
ción y al mismo tiempo el cambio de un orden social, con un devenir azafoso

6. Bn¿rruz Prccrelo, ¿De qué hablamos cuánclo hablamos de género?, Universidad Interna-
cional de Andalucía, 2004, pp. 7-5.
7. El grupo de los científiio fueron alrededor de ciflcuenta personajes, pero de 1os que más
destacaron fueron veinte: Francisco Bulnes, Sebastián Camacho, Joaquín Diego Casasús, Ramón
Corral, Francisco Cosmes, Enrique C. Creel, Alfredo Chavero, Manuel María Flores, Guillermo
Landa y Escandón, José Ives Limatour, los hermanos Miguel y Pablo Macedo, Jacinto Pollares,
Porfirio Parra, Emilio Plmentel, Fgrnando Pimentel y Fagoada, Rosendo Pineda, Emilio Rabasa,
Rafael Reyes Spíndola y Justo Sieiia Mé¡dez. Porfirio Díaz :usaúa, además el serviclo de Joaquín
Baranda, Diódoro Bafalla, Teodoro Dehesa, José Lopez Portillo y Bernardo Reyes, cinco inte-
lecruales de una generación anterior. Y con ellos se anexarolt dos poetas, Salvador Díaz Mirón
y Manuel Gutiérrez Nájera, y un pintor José María Velasco. Todos ellos viviendo en la ciudad
de México, orgullosos de 1a urbanidad y despreciando tanto la vida de provlncia, como la del
campo, de igual r-nodo la vida de 1os léperos capitalinos.
tA FABRtCAilÓN VTSljAL Dtt 14UND0 AT[ÁNItC0. |808 - I940

e impreciso. Esa crisis que se incubó en los espíritus de creadores y pensadores


como síntoma de las transformaciones económicas-políticas, habría de generar
también reacciones contestatarias en el ámbito cultural.
Así, en contraste con el periodo del romanticismo, se estimulan nueyas formas
de expresión que tomarán como modelos las formas estéticas europeas (españo-
las, alemanas, italianas, entre otras) con temas e imágenes diferentes, donde la pro-
puesta es no seguir las reglas y los cánones fljos de escuelas y estilos específlcos
y más bien sí de provocar reacciones ante un régimen dictatorial, recurriendo al
erotismo y la pornografia como elementos que suscitaron escándatros y rubores
en una sociedad con un régimen sexual represivo.

INTERMETIO LA I,IODER]-|IDAD Y LOS USOS SOCIALES DE LA II,|AGEN, UNA II,IITACIÓN


DE EUROPA

Se piensa el modernismo como una serie de valores y visiones que han de


manifestarse,através de expresiones culturales diversas que tuvieron su lugar en
el mundo a 1o largo del siglo xrx y se extendieron hacia las dos primeras décadas
del rc<. Las temáticas que despertaron gran interés entre los seguidores del mo-
dernismo fueron precisamente la sensualidad, el franco erotismo denotado en la
placentera expresión de la mujer y específlcamente e1 tratamiento de lafigura de
lafemme fatale.
La industrializaciín imprimía su huella en manifestaciones que parecían lo
más ajeno al desarrollo económico, como lo era el arte. Sin embargo, el incre-
mento de la publicidad, principal recurso de los periódicos, brindó un cambio
fundamental a pafiit del cual se desarrollaron nuevos modos de creación indus-
trial: las imágenes parula publicidad, la introducción del folletín, los grabados en
revistas, dariat un giro y las imágenes en serie modiflcaron también la mirada de
los lectores, y con ello el fortalecimiento de una cultural visual.
Entre las contradicciones modernas existía, poi onu pate,la tendencia hacia
una nniversalidad que afanaba a los artistas modernistas, sobre todo los escrito-
res, a incorporarse a los valores y modelos estilísticos europeos; en contrapar-
te, eso significaba enfrentar la profunda preocupación de carácter ideológico,
la discordia de ubicarse como poetas en el centro de un ambiente burgués que
les circundaba sin ofrecer posibilidades de satisfacción plena. El arte dejó de ser
privilegio de aristócratas y grandes burgueses para volverse accesible a las demás
clases de la sociedad.
La democratización y la industrialización del arte afectaron a los creadores
que se enfrentaron a wa realidad poco grata,la falta de oportunidades para una
realizació¡ artistica y la insatisfacción socio-económica fueron elementos para

9A
.WPOS DE DON PORFIR O DiAZ EL PLACER VISUAL V A]ABA ENTFE EUROPA MEX CO

-r i,'crahdero malestar existencial. Periódicos y revistas fueron los espacios de


r;:::¡-estación creativa,y el manejo dela sátira,así como la elaboración de imáge-
lrr ',)cosás qlre tenían alusión al sexo, sirvieron de instrumentos a la necesidad
;r ;rie una salida a su inconformidad social.

.-4i

Pdpillons parisien* pdons cle jour et belles cJe nLtit, sin autor,
Revtsfa Vie Parisienne 1908. Francia. Colección Pafiicular

--cro igualmentela sátirateladtí tonos de expresión sobre lo femenino a f,na-


:- :rl siglo rrx, desde comentarios humorísticos y budones hasta la crítica agre-
. ; c hi¡iente qlle raya en el ataque personal que revela las maneras de pensar
:,::lerrino y dirigido a sectores de las diferentes clases sociales. El modernismo
-:i:ció como parte del proceso de implantación y desarrollo del capitalismo en
-.i-:-,-'-rmérica, y su eyidente hostilidad hacia la nburguesía inculta» fue una re-
,, -r,. :i Ilor el afán de integrarse y equipararse a los niyeles de cultura y holgura
-n-.;!cüs. Esa admiración llevó a los editores, caricaturistas, litógrafos, fotógrafos
.--_-lr los estilos modernistas
'i 5en los modemistas siguieron la bandera del arte por el arte y optaron por una
4 :rr: dr complacencia, ese anhelo fue más allá al inclinarse también por una pos-

9t
LA tABRtCACtÓN \ItSUAt DEt l,1Ut'lD0 ATtÁNIlC0. I 808 - I 940

tura moraT diferente, con una propuesta trucia una sociedad más abierta. Debido
a su desprecio por la mezquindad del medio social circundante,la critica moder-
nista eligió por una conducta hacia el disfrute, una postura sensualista antes que
de pragmatismo.8 Sin embargo, en lavida cotidiana no pudieron extraerse de una
sociedad utilitariay la suya terminó siendo una creación de consumo. En conse-
cuencia, ellos no rompieron con las normas sociales y estéticas establecidas, pero
sí buscaron wa refinada elaboración y perfección formal de las imágenes.
Así por ejemplo las nueyas corrientes estéticas, a pafik la publicación de Azul
(1888), de Rubén DaÁo,y la Reuista Moderna (1889-1911) son visibles las hue-
Ilas de lo que fue el modemismo Iiterario en México, influencia que también se
nota en otros suplementos semanales de la época: el erotismo complaciente que
recorre todas las narraciones y las imágenes visuales con unas protagonistas sen-
suales y seductofas cuyos amantes son nobles, artistas o bohemios; los espacios
exóticos; el empleo del simbolismo religioso o pagano asociado a la sensualidad;
la inclusión de elementos mágicos o misteriosos;y,f,nalmente, el recurso a un len-
guaje que pretende, ante todo, proyocar sensaciones, en ocasiones como poemas
y otras veces solo refranes y vocablos populares.
En todo caso, estos artistas se procuraron la libertad de expresión, muchos de
ellos situándose en la sugerencia encantadora del erotismo. Con imágenes atre-
vidas, desaflaron los patrones establecidos de lo permisible hasta entonces por
la sociedad porf,riana. Retaron la censura con imágenes que hicieron referencia
al placer sexual. Las imágenes apoyaron a la construcción de un discurso yisual
de un régimen sexual, lo que implicó también la conformación de modelos y
cuerpos femeninos.
Las imágenes como parte de un sistema de signif,cación a¡rdaron a cimen
tar una pedagogia del cuerpo y del sexo, que en vínculo con otras instituciones
apuntalaron determinados yalores y concepciones sobre el ser femenino. Las imá-
genes fueron parte importante paru la reproducción y consolidación de una idea
de ser mujer. Las imágenes en su coniunto fortalecieron la triada de sabeq política
y poder sobre el sexo, y se ofrecen como testimonios del desarrollo de nuestra
historia, haciendo una la memoria por medio de la palabray de la imagen.
Anteriormente, entre 1862 y 1877,las tarietas de visita tuvieron la función
de mostrar la imagen del honor, el bienestar material y moral, valores tan esti-
mados en ese tiempo y qlre se identi"flcaban con la ideas de orden, progreso y
desarrollo económico del naciente orden burgués mexicano. Para mantener ese
signo de rectitud, desde la imagen, las mujeres mostraban una actitud resewada,
pudorosa y discreta. En cornpañia a este signo de integridad,las prendas de vestir
y la pulcritud personal serían el distintivo seguro del buen prestigio.Y como ya

8. FneNgorse Paxus, Literatura y socieclacl en América: el modernismo, cuadernos del c¡. r.

Universidad Veracruzana, Xalapa, Verac nz, 7992, p. 45.

92
:¡.I TIEIIPOS DE DON PORFIR O DiAT EL PLACER VISUAL VIA]ABA ENTRE EUROPA Y I'4EXICO

!e ha escrito desde la historia en estudios de género, la providencia de la mujer


burguesa del siglo xD( era el ámbito doméstico;ella, un ángel del hogar cuyo sino
r compromiso sería el buen cuidado de su familia.
No obstante, esta figura femenina virtuosa prevaleciente que enaltece la acti-
rud de sacrif,cio y estoicismo se verá rota. En la gráfi.ca de finales del siglo xx, las
conr.enciones del retrato cometcializado fueron :otllizadas paru la presentación
rle imágenes eróticas femeninas, y las vías de circulación fueron cajetillas de ci-
!!:uros, postales y revistas. En este sentido,lo que las imágenes eróticas plantean
como reflexión de análisis histórico, no es entender la instauración y las persis-
tencias de las formas estéticas o de dar mayor importancia a un horizonte de
rEpeticiones en la imagen; el objetivo que se considera aquí es el asunto de una
rupttra en la manera de pensar el cuerpo erotizado cuando éste se muestra y, por
rnde, los significados que adquiere lo privado (femenino) en la esfera pública.
,\sí, con la producción de imágenes en serie, la noción de arte se modi,ficó;
por ejemplo ala fotografra, se le inculpó de ser una imitación de la obra de arte,
r de su reproducción masiva del cuerpo desnudo, derivando en omamentación
rrrás que en estética. Sin embargo, no se puede negar que ese afát imitativo esté-
-rico. daría a las imágenes eróticas un registro con influencias del romanticismo,
rcalismo, naturalismo y simbolismo.Tampoco se niega su valor social y cultural
innegable desde su horizonte de enunciación que nos ha de decir algo de la cons-
rrucción de un modelo de mujer inasequible que rompe con el canon femenino
decimonónico del ángel de hogar.
El interés imitativo estético de la técnica por hacer atte, cabe como analogía
garala construcción de la nueva cultural nacional del siglo ru<. El siglo ;o< mexi-
cano fue ante todo, el intento de forjar una cultura nacional a semeianza y espejo
,le los nacionalismos europeos. Lo mismo cabe patala literatura que para la pintu-
rav la gráflca. El tema del erotismo a f,nales del siglo xx también obtendría línea
de proyección por la iru.itatio de las escuelas europeas.
Julio Ruelas,e uno de los principales creadores de imágenes eróticas con
,rtiecimientos modernistas con el grabado y Ia pintlora, es el ejemplo importan-

9. Ilustrador de La ReuistaModerna, publicada en México de 1B9B a 7971. Julio Ruelas


15-0-1906) estudió en 1891 en Alemania, donde estuvo en contacto con 1a obra de los
: ,:Dánticos alemanes, en particular con Arnold Bóck1in. A su regreso a México volvió a rela-
---rnarse con el poetaJoséJuan Tablada, amigo suyo desde la infancia, y por consiguiente,
-,,n el grupo de escritores mode¡nistas: Amado Nervo, Manuel Gutiérrez Nájera y Salvador
lr:rz Mirón. A partir de esto surge también una relación entre ambas afies, que se ve reflejada
::t cada número de esá revista. La intención de literatura y piástica para estos autores era
:,:nper con las formas tradicionales que les imponía la crítica Ia sociedad porfirianas, con
= intención de crear arte alejado de la política y con un interés meramente estético. De 1as
=-i,r ilustraclones originales que Ruelas realizó para 1a revista, surgen adjetivos como bizarro,
=:ótico, maligno, agresivo, decadente, así como ia confrontación constante de contrarios; un
:-nto de vlsta nostálgico sobre una doble vida.

93
IA TABRICATIÓN VI§UAI. DET l,|UNDO ATLÁNTICO. I8O8 - 1940

te de imitación erótica.Tanto su pintura de desnudo femenino, como los grabados


que han de aparccet en La Reuista Modernct,lo serán importantes en este trabaio
por su signiflcación en un ambiente burgués conservador. Se considera aqloila
importancia de Julio Ruelas primero por ser uno de los principales seguidores
y propulsor de las corrientes simbolistas del Art nouueótu y del Jugend.still
pofque estas tendencias estético visuales introducen con fuerza e interés en los
aspectos sexuales y su inclinaci6nhacia la violencia, así c.omo por la dependen-
cia sexual del hombre frente al erotismo femenino, asimismo, la insatisfacción
sexual que puede detectar una obvia y extrema misoginia encar¡ada en las
mujeres fatales, devoradoras y castradoras.
Ahora bien, la conexión entre sexo e imagen en la obra de Julio Ruelas, invo
lucra una motivacién erótica que no niega su expresión estética naturalista. I¿s
mujeres serían representadas como símbolos sexuales, una buena cantidád de sus
viñetas tienen un tono lascivo. En su terreno, descubre campos fértiles de expre-
sión de la sexualidad y la sensualidad. Su obra se erotiza a través de la utilización
de la flgnra de la mujer.Tal es el caso Lct. domadora,ll pintura simbólica que rea-
liza en 1897.
En sus grabados existe también un tratamiento impresionista: cuerpos inven,
tados provistos de luz que se acompañan de motivos reflnados,logrando un toque
de encanto lánguido; pero, al mismo tiempo presentan un tono incómodo. Es la
representación del desagrado de la época. Esa contradicción entre el desaliento.
la inconformidad con el gusto refi¡ado y exquisito, adquiere forma y compatibili-
dad en las imágenes de los decadentes.
Aquí podemos encontrar dos formas de expresar la fascinación masculina
por la imagen del cuerpo desnudo femenino; por una parte; el aspecto realista
naturalista qlle pugna por acercarse más al uso de la pornogrufla en su atán de dar
una imagen lo más exacta posible de la realidad; y por otra,la cafacterística
decadentista de inclinarse hacia el erotismo que suele errtrar en conflicto con
el deseo carnal que despierta la mujer en este tipo de imágenes.12 El realismo

70. Ia Reuísta Mctderna. Arte y Ciencia inicla sus publicaciones en 1898 y continúa hasta
1903. Después a pafik del mes de septiembre de 1903 se 1e asigna un nuevo nonlbre Reuist¿l
Mc¡derna de México, Magazine Mensual, Político, cientí/ico, Literario y de Actualidacl, iru
ciando su segunda época que concluye en e1 año de 1911. Véase en Rooñcuzz,Julio Ruelas.
una obra en el límite clel bastíc¡, 1997.
17. La clomadora se inspira en 1a obra Pornokrates (1878) del afiista belga Félicien Rops
(1833-1898) Aunque en Rops 1a mujer es llevada por el cerdo, en tanto que en Ruelas, la mu-
ler domina al cerdo; sin embargo, e1 uso simbólico irónico es semeiante en ambos casos. Fé-
licien Rops se dedicó a 1a pintura, el dibujo, 1a caricatura, lalitografía y el aguafuene. Trabajó
para los perlódicos satfuicos aunque son sus estampas a1 aguafuefie las que le dan celebridad.
muchas de e1las están dedicadas a 1a ilustraclón de textos literarios.
12. M.q.Nusr.q LEDEsMA Pnona.z, Erotismo y literatura, Universidad de Jaén, España, 7999.
p. 15

94
]5 DE DON PORF R O D AZ EL PLACER VISUAL VIAIABA ENTRE EUROPA Y fYEX]CO

'--Jsmo ofrece, pues, una propuesta de imágenes erótico mortificantes, en la


,: ;- cuerpo, el sexo y el erotismo se convierten en expresiones prohibidas.

El bañt¡, copia clel cuadro de Pinchard, Ca. 1900,


Colección Particular

.:i3tD0-PtA1'l0

-1.-'í presenta el modelo de un cuerpo femenino,fisonomía que es significati-


se
, :¿r¿ el imaginario colectivo cle la sociedad mexicana dela Belle Époque.Julio
:
-:i¿s al igual que otros pintores, escritores e ilustradores aprendió enAlemania
I:rncia las innovaciones estéticas y las dil'ulgaron. La internacionalización lle-
, \téxico, se clifunde en las páginas de la Reuisa Mocl,erna, publicación que
-:::esentaría al modernismo latinoamericano. Su importancia social radica en

95
t A tABRICACIÓN \IlSl)AL DEL 14Ut'lD0 AItÁNTlC0. I 808 - I 940

que tantoJulio Ruelas comoJoséJuanTablada,ftteron los que más cafactetizatotr


por
el desajuste de una fracción social privilegiada por la dictadura que estaba
que mani-
desaparecer. Ruelas antecedió a la crisis social, la crisis existencialista
el modernismo fepfesentando, a través delairorúay tópicos sexuales, una
festaba
conclición imbricada de temor-sed¡cción, desagrado-atracción con una fuefte
carga misógina. En estas imágenes el erotismo cfuza pof dos senderos:el
sublima-
do,suaveySeductofqueatfaeconelCrudo,dañino,monstruosoqueesclaviza.
Hay que considerar el importante hecho de que la vista es el umbral dgl sexo,
pofque intfoduce y estimula. La sociedad moderna se caracteriza pof esa distan-
cia que supone la dicotomía entfe el contempladof -masculino- y lo contempla-
do -femenino. La visualidady la fazóL obietiYa indicó una nueYa política sexual
en el mundo moderno, el cuerpo humano se volvió más autónomo y consciente
plano e
de sí mismo de tal modo que la emoción quedó degada a un segundo
implicó un declinar en su importancia.
Esta dualidad escindida e¡tre raz6t y emoción marc6 también la
polaridad
y la emoción femenina' En el
entre masculinidad y feminidad. Larazlnmasculina
de la sexualidad y el erotismo, esa ruptufa marc6 también los
ámbito específlco
esquemas de comportamiento entre los géneros; la agresividad, conquista,
valc
viril; la docilidad, inseguridad, depen-
ración, independencia imprimieron el sello
dencia y sometimiento se hicieron características «naturales» de la feminidad.
La sexualidad se había r,-uelto cadavez más reguladay sepatada en compafti-
mientos. La sexualidad femenina quedaba reprimida en la imposición
y el rigor
de la reproducción. En el caso del varón, eiercía el sexo en el hogar burgués
sentimentalizado con la función primordial de la procreación' Dentro de esta
demarcación del régimen sexual florecieron otras posibilidades. El primer buen
momento fue el permiso al desahogo de la pasión en los burdeles y prostíbulos,
donde estaba la posibilidad de que la mujer fuera disfrutada cotporal y visual-
mente. Esta institucionalizaciót del sexo sin intelvención emocional, favoreció
la clandestinidad de pfostitutas. La bohernia favoreció también, en los teatfos
y salones de f,estas el encuentro visual con el cuerpo semidesnudo o desnudo
femenino.
por-
La segunda posibilidad de cultura visual sobre el sexo 1o dio la literatura
nográ.f,ca. Esta otraformade visualidad también ftie un ejercicio de sexo sin
intef-
vención difecta del cuerpo para ellector voyeurista.Al flnal de la última década
del siglo xD( se estaba presentando el sexo al interior de un contexto de humor
popular, favorecido por la sátira y la obscenidad. Las feYistas jocosas tt¡iuaban'
al

Sexo en su discurso pataatacaf las convenciones sociales,religiosas


o directamen-
te a las mujeres. El sexo se tornó más gráf,co con una sensación de novedad.
l)taterceravia fueron las fotografias y postales eróticas que circularon proba-
los
blemente con mayof discreción entre los entusiasmados lectores' Muchos de

96
E¡1pOS DE DON pORFtR O DÍAZ EL PLACER V SUAL VIAIABA ENTRE EUROPA
Y f"lEX
'o

:EUatOS de mujeres desnudas, seguramente rcaizadas por hombres, se presentan


en posturas pasivas, sumisas y.
= térrninos de objetos sexuales y generalmente
*n embargo, sensuales y provocadores.
tás posturas corporales devendrían en su conexión iconográf,ca mitológica
¡¡r la i¡fluencia del simbolismo y el clecadentismo, dentro del movimiento mo-
iernista que se manifestó por igual en las letfas y en la plástica,puso de relieve
cfl su temática dos aspectos apafentemente contradictorios, donde las imágenes
d,}flnotan, pof una pafte, una actitud vital de supefreflnamiento y otfa actitud de
:a-stío y agobio.
I¿s ideas románticas y decadentes sublimaban al desnudo, revalofando aspec-
:,¡s del pasado dándole un sentido misterioso, La mitología grecolatina en imá-
grnes de mujeres vestidas como ninfas.Tópicos cristianos con tonos negativos
:Lrron utilizados desde finales del siglo xx hacia la segunda década del siguiente
irg:lo. Por ejemplo, el personaje de Salomé se caracterizó con gestos voluptuosos;
r[ cuerpo en pose displicente, coll una de mirada seductofa, acariciando la cabe-
¿r del Bautista degollado. siguió el gusto pof los fostfos angelicales y fefinadas
:rendas: uso de velos vapofosos, adornos de odaliscas, escenografias y decorados
:nrnceses, con espejos baffocos'
Objetos de deseo, impresos en serie, objetos de placer frente a los escenarios
qlre acompañan las caricaturas femeninas
",-objetos de escarnio en los discursos
.le las «atfevidas» mujeres públicas.Todo ello parte de ese imaginario masculino
,.licotómico -temof-atfacción por esas mujeres independientes y además seduc-
tDfas- que tfastocaba con mucho más fuerza el ideal y los modos tradicionales de
plensar a lo femenino.
Esto, <lentro de la historia cultural adquiere importancla, en tanto que desde
ias imágenes gráflcaspodemos avefiguar sobre un conocimiento del mundo y su
orden social; es decir, ellas involucfan gn momento histórico de la comprensión
ile los cambios estilísticos que se corfesponden a las condiciones económicas so-
e.iales. Una hermenéutica que vale, funciona y dice algo de la memoria
colectiva'
Las imágenes efóticas tendrian demanda pof su contenido escandaloso, fac-
tor importante para incitar a su Yenta. Con la producción masiva de imágenes
se pfesenta una ruptufa o discontinuidad al impulsar un modo diferente de
presentaf imágenes del cuerpo femenino. Asimismo, los textos con su ctitica
epoftaban más a cristalizar ttavisión moralista fespecto al sexo, en tanto que
su temática estuvo íntimamente ligada a las propuestas de la burguesía consef-
vadora, que en su discurso presentaba los conflictos de identidad entfe los gé-
nefos pof el descontento de algunos sectofes sociales por el affibo de, la mujer
al espacio laboral.
LA fABRtCACtÓN l,tSUAt Dil. 14UND0 AItÁNTtC0. I808 _ r940

RIPULIIURA

como toque final, los diversos códigos jurídicos como fueron el de Correos y
el de Diversiones públicas habrían cle reglamentar la circulación c1e
objetos sicafp-
ticos: por ejemplo, las tarjetas postales y revistas extranjeras. Esos
có<ligos en tanto
sistemas de protección obedecieron al debiütamiento de las normas
sexuales tra-
dicionales y a la emergencia de una nueva normatiyidad que trasladó
la responsa-
bilidad del ejercicio de la sexualidad a las instituciones jurídicas, administrativas
por medio de mecanismos burocráticos de prohibición. De esta
suerte, legislati-
vamente el cuerpo quedó prendido en un sistema de coacción.
Pero el evidente límite entre raprácticaprivada der sexo y el debate
públi_
co sobre é1 que procedía de aspavientos jurídicos o morales, no signif,caría
que
pretendían acabar con el régimen visual de la sexualidad criminalizando
o prohi-
biendo su producción y clifusión.Thmpoco se trataba de que la sexuaridad per-
teneciera al dominio de lo no representable, como reclamaban los locutores
y
voceros de las nbuenas concienciasr. Se trataba en todo caso de testi_f,car
que este
régimen visual, desde la misma regulación normativa facllitabalas
resistencias y
controles sobre el sexo, a partir de estigmas como la concupiscencia,
el pecado
y el envilecimiento.
La renuncia de la carne o las prácticas visuales sobre temas «obscenos»
no
habña liberado a la sexualidady a los individuos de la represión y
del silencio.
En todo caso la trasgresión señalaria la crisis de un poder dictatorial
a trayés de
la critica social. Las sátiras sobre eI sexo hablarían sobre la inconformidad
cle los
sectores medios y bajos contra la mala distribución de la riqueza,
los excesos de
la gente «bien», la inconformidad con un gobierno en decadencia,
la sorpresa por
el rompimiento de los tradicionales roles estableciclos ehtre hombres y
muieres
en eI terreno de la acción laboral.
La trasgresión resultó útil al porfirismo, y seguiría manteniendo su
funcio-
namiento en tiempos de crisis social durante la Reyolución. si el
uso del cuer_
po cambió a filales del siglo ,ox con el surgimiento de un modelo femenino
etofizado que se consumió como objeto de placeq durante la crisis que
trajo la
revolución meicana, el cuerpo femenino también pudo ser organizaclo
como
un espectáculo y controlado por unas instituciones disciplinarias en
mancuerna:
el teatro, la prensa y las disposiciones para Diversiones pública
del Gobierno del
Distrito Federal.
La crisis de 1910 marcó una ruptura porítico-sociar que fue
aprovech ada por
los dispositivos de poder para exprotar er carácter productivo del placer
y así
controlar a los sujetos fijáncloles condiciones <1e su libertad hacia el disfrute;pero,
esa es otra historia-

9B
- .--C5 DE DON PORF RIO DíAZ EI PLACER VISUAL V!A]ABA ENIRE EUROPA Y IlEXICO

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