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TEORÍA DE TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN 2

1.-¿Qué es la literatura?
Etimológicamente,  “Literatura” deriva del latín Littera, que significa “letra” o “lo escrito”. Por su
etimología, pues, la literatura está ligada a la cultura, como manifestación de belleza a través de la
palabra escrita, pero esta definición deja fuera la literatura de transmisión oral, que es la primera
manifestación literaria conocida, por lo que es mejor hablar, siguiendo a Aristóteles, de “el arte de la
palabra”: la literatura es un arte, y por tanto, se relaciona con otras artes, y tiene una finalidad
estética.

Existen diversos puntos de vista al definir el término Literatura, sin embargo, lo común en todas esas
nociones es la referencia al uso del lenguaje.

Wolfang Kayser dice: “De acuerdo con el significado de la palabra, abarca todo el lenguaje
escrito.” “… todo texto literario (en el sentido más amplio de la palabra) es un conjunto estructurado
de frases, fijado por símbolos.” “El conjunto estructurado de frases es portador de un conjunto
estructurado de significados. En la naturaleza de la lengua reside la posibilidad de que las palabras
y frases ‘signifiquen’ algo.” Tenemos entonces que la literatura es lenguaje, pero no todo lenguaje es
literatura.

La obra literaria usa los mismos elementos que cualquier otro hecho comunicativo para representar
una realidad total o parcialmente imaginaria, mediante una forma peculiar de emplear la lengua.
En el caso de la Literatura podemos entender, entonces, que la innovación técnica que más la ha
influido es la escritura, convertida en el vehículo idóneo para su transmisión, sin olvidar que gran
cantidad de obras que actualmente se consideran literarias en su origen fueron orales, y aún hoy
existe una amplia tradición literaria oral que todavía no ha sido rescatada por la escritura.

El concepto de Literatura ha cambiado a través del tiempo. De una concepción muy amplia donde
se incluía a toda obra escrita, se ha pasado por diferentes niveles. En algunos momentos y lugares
sólo se consideraban literarias las obras de imaginación, o aquélla que reflejan los valores y gustos
de una clase social, o bien la actividad creadora que el hombre desempeña mediante el lenguaje
por el placer de crearlo. Así, la idea de lo que es literatura dependerá de la época y de los valores
culturales de las personas que la habitan: es decir, lo que esa cultura entienda por arte y por “buena
escritura”. Como ves, lo que se entiende como literatura, así como lo que se entiende por arte,
cambia con el paso del tiempo y de las culturas.

Existen otras definiciones que engloban a la literatura como obra de la ficción, es decir, el texto
literario es producto de la imaginación del autor y, por tanto, se ocupa de lo que no es literalmente
real. Asimismo hay quienes consideran a la literatura es una creación artística y no una copia fiel de
la realidad. Los elementos reales aparecen modificados. Algunos consideran a la literatura como un
escenario de crítica social. Lo que se puede decir es que todo texto literario transgrede el uso
cotidiano del lenguaje para llevarlo a la estilización de las formas. Es el arte de transformación del
lenguaje, embellecerlo para darle al lector el gozo de la palabra.

Con base en lo anterior, concluimos que la Literatura es una creación lingüística que tiene como
finalidad crear belleza. Es un acto de expresión y de significación a través de la palabra. Por esta
razón podemos afirmar que la obra literaria es un hecho comunicativo en el que intervienen, como
en cualquier proceso de comunicación.

Considerando lo anterior, entenderemos como textos literarios a aquellos que de alguna manera
cumplen con las siguientes características: a) Son textos “ficticios”, es decir, crean un mundo

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posible, distinto de la realidad, con las palabras. Dichas ficciones se caracterizan por su verosimilitud
(credibilidad) dentro de un mundo ficcional en cuestión. b) Presentan un trabajo con el lenguaje,
entendido este como la materia prima para crear (así como los colores lo son en la pintura y los
sonidos en la música). Este trabajo de composición con las palabras se relaciona con la idea de que
en los textos literarios aquello que se dice no es tan importante como sí lo es el “cómo se dice”
(función poética del lenguaje). Lo anterior se traduce, en ciertos textos literarios, en una
preocupación por el empleo de un “lenguaje bello estéticamente”, el uso de figuras literarias, etc.
c) Son considerados por ciertos grupos, y en ciertas épocas, como una forma de “arte”.

Criterios con los que se ha intentado definir el “objeto literatura”:


Ficcionalidad Creación de mundos posibles. Su existencia artística consiste en parecer existentes
y verdaderos, siendo simples entes de ficción construidos mediante la palabra.

Retoricidad Propiedad del discurso relacionada con la retórica (arte de bien decir, de dar al
lenguaje escrito o hablado eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover)
fijarse en cómo dice algo y no en el qué dice.

Universalidad La literatura pretende presentar y representar a lo humano universal:

Ambigüedad Cada lector interpreta, según sus experiencias, intereses y expectativas, los
diferentes y múltiples valores semánticos presentes en el texto.

Carácter El texto literario produce un goce estético, intelectual y sensible al mismo tiempo.
estético

Autonomía Crea un mundo independiente en la esfera del arte, válido en sí mismo y no por lo
que comunica

LITERATURA COMO HECHO COMUNICATIVO

La literatura es, ante todo, un proceso de comunicación que exige la presencia de tres elementos:

un creador, una obra y un lector. De hecho, la literatura solamente existe cuando este proceso de
comunicación se cierra, es decir, cuando la obra de un creador llega al público a través de un
canal de comunicación determinado. Si no hay público, la comunicación no se produce y, por lo
tanto, no podemos hablar, en rigor, de obra literaria.

De los factores que Roman Jakobson identificó, veamos: el emisor envía un mensaje al receptor,
utilizando un código común para ambos. Para que este mensaje sea operativo requiere de un
contexto al cual referirse, susceptible de ser captado por el receptor, si no total al menos
parcialmente; y por último un canal de transmisión o conexión psicológica entre emisor y receptor
que permita a ambos permanecer en comunicación.

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Entonces, la Literatura se puede analizar como un proceso de comunicación en el que participan
diversas entidades: el autor, quien a través de un emisor manda el mensaje a un receptor: el lector.
La literatura está constituida por un conjunto de textos, esto es, de obras escritas conforme a ciertas
reglas que cada época establece. Como todos los mensajes en la comunicación, los textos literarios
nos hablan de algo, se refieren a sucesos imaginarios, a fenómenos que ocurren o pueden ocurrir en
la realidad que se vive ahora o se ha vivido en el pasado. A esta realidad que aparece en un texto
literario se le denomina contexto.

En el siguiente cuadro se ilustra el papel que desempeñan el emisor y el receptor en los textos
literarios, obsérvalo con atención.

LITERATURA
EMISOR RECEPTOR
GÉNERO EXTERNO INTERNO INTERNO EXTERNO
LITERAR
GÉNERO Autor Sujeto lírico Sujeto Lector
LÍRICO
GÉNERO Autor Narrador Personajes Lector
NARRATIVO
GÉNERO Autor Personajes Personajes Lector-
DRAMÁTICO espectador-oy
ente
El emisor es quien manda el mensaje se clasifica a la vez en externo e interno.

El emisor externo es el autor real de la obra, puede ser individual o colectivo, conocido o anónimo.

El emisor interno es quien realiza el discurso literario con el fin de persuadir acerca de algo al
receptor, ya sea conmoverlo, incidir en sus pasiones y sentimientos, y despertar su interés.

El receptor es quien recibe el mensaje; el receptor externo es el lector o cualquier persona que se
supone está escuchando al emisor; el receptor interno es inventado por el emisor o autor.

Pero, ¿el emisor y el receptor se presentarán de la misma forma en cualquier género literario? Para
resolver este cuestionamiento analizaremos el papel que desempeñan el emisor y el receptor en los
textos literarios pertenecientes a los géneros lírico, narrativo y dramático.

a) Emisor-receptor del género lírico

El género lírico está reservado al poeta, quien manifiesta su intimidad y estados de ánimo por medio
de sus poemas. Cuando el emisor habla en un poema se le llama sujeto lírico. El sujeto lírico es el
emisor en un poema, expresa sus sentimientos, su estado de ánimo, su punto de vista subjetivo
acerca del mundo y de los múltiples problemas humanos universales: el amor, la muerte, la
ignorancia, etc. y los temas que de ellos se derivan: la alegría, la tristeza, el engaño. El sujeto lírico
expresa sus vivencias, intuiciones, emociones; manifiesta un modo individual de observar e
interpretar el mundo.

b) Emisor-receptor del género narrativo

En el género narrativo se cuentan sucesos; el cuento se ubica dentro de este género. En él se narra
una historia y se comunican sucesos mediante un emisor a quien se le nombra narrador.

El narrador es ficcional, no debe confundirse con el autor de la obra.

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- “yo” es el emisor - “tú” es el destinatario - “él o ella” son el objeto de la comunicación

En el género narrativo el emisor y el receptor pueden presentarse en diferentes formas. Observa los
siguientes ejemplos:

El narrador puede estar en primera persona y dirigirse a sí mismo en una autocomunicación: “yo-yo”.

Observa al narrador (emisor interno) del cuento:

– Se presenta en la persona “yo” y es el huésped. “Desperté cubierto de sudor. Del piso de ladrillos
rojos, recién regado, subía un vapor caliente. Una mariposa de alas grisáceas revoloteaba
encandilada al rededor del foco amarillento. Salté de la hamaca y descalzo atravesé el cuarto,
cuidando no pisar algún alacrán salido de su escondrijo a tomar el fresco”.

– Es un mediador entre el mundo de la ficción y el destinatario “tú”, el lector que está fuera del
texto:

“Me froté el torso y las piernas con el trapo empapado, me sequé un poco y, tras cerciorarme que
ningún bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa, me vestí y calcé. Bajé saltando la
escalera pintada de verde. En la puerta del mesón tropecé con el dueño, sujeto tuerto y reticente.
Sentado en una sillita de tule, fumaba con los ojos entrecerrados. Con voz ronca me preguntó:”

El narrador en este cuento es autobiográfico, nos cuenta lo que le sucedió en ese pueblo.

“Me acodé junto al muro, con la cabeza entre las manos. Luego me incorporé. A tropezones,
cayendo y levantándome, corrí durante una hora por el pueblo desierto. Cuando llegué a la plaza,
vi al dueño del mesón, sentado aún frente a la puerta. Entré sin decir palabra. Al día siguiente huí de
aquel pueblo”

c) Emisor-receptor del género dramático

Ya te habrás dado cuenta de tu participación como lector en los textos que se han propuesto, pues
te has esforzado por entender e interpretar el mensaje que el autor comunica. De acuerdo con la
función comunicativa, desempeñas el papel de lector activo, de modo que la lectura constante de
textos te llevará a adquirir mayor habilidad para valorarlos. A continuación se presentan textos del
género dramático para reconocer el tipo de emisor y receptor que en ellos se presentan. A
diferencia de los otros géneros, éste se escribe en forma dialogada, ya sea en verso o prosa y se
funda en la representación de las acciones de los personajes ante los espectadores.

AUTOR Y LECTOR

En los textos de este capítulo se te ha mostrado el papel que desempeña el emisor, así como el del
receptor. Ten en cuenta que a través de él están presentes el autor y el lector.

El autor

Es quien escribe un texto, se disfraza y oculta detrás de “la voz que habla en el texto” para
comunicarse con los lectores. Su vida personal, a veces, tiene muy poco o nada que ver con el
texto que leemos. Algunos autores no emplean su nombre original, sino recurren a otro; por ejemplo,
a Neftalí Ricardo Reyes Basualto se le conoce como Pablo Neruda. Recuerda también que el
anonimato sobre al autor fue frecuente en la literatura de tradición oral; en la actualidad no sólo se
hace presente el hombre como escritor, sino también la mujer (la escritora).

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El lector

Puede ser contemporáneo o de otra época. Puede disfrutar de los hechos de la historia o esforzarse
por entender el mensaje que el autor intenta comunicar; es el lazo de unión con el autor. Su
curiosidad, su preferencia y atracción por un escritor lo van a acercar a la obra; es quien va leer y
aceptar el texto como una obra de arte o lo van a rechazar según lo interprete, en función de su
experiencia o cultura. El lector contemporáneo va a ser un sujeto activo, va a vivir lo que en general
no ha vivido, es una conciencia que percibe. El lector intenta comprender los significados que la
obra deja en libertad o intenta hacer asociaciones fantásticas y desarrollos libres. No hay obra que
margine la libertad del lector.

Literatura y arte
La literatura es una de las bellas artes y una de las más antiguas formas de expresión artística, que
emplea como medio de expresión el lenguaje oral y escrito, utiliza las palabras como herramienta
para su construcción, persigue la belleza y la reflexión, no solo mediante el empleo de figuras
retóricas, sino también del ritmo y el sentido que se le dé a la palabra.

Es una forma de expresar sentimientos, descripciones, historias, imágenes, espacios, hechos reales o
ficticios, entre otros; valiéndose del uso artístico del lenguaje, de la imaginación y creatividad, con
un propósito y sentido estético.

Algunas de las características que la diferencian del lenguaje cotidiano son: el uso del lenguaje con
fines estéticos, las herramientas retóricas como el ritmo, la imaginación, la fantasía entre otras, y se
clasifica en géneros literarios como la narrativa, la dramaturgia, la poesía y el ensayo, entre otros.

La literatura es arte que se relaciona con otras artes, con una finalidad estética.

LA FUNCIÓN POÉTICA EN LA LENGUA LITERARIA

Roman Jakobson se pregunta: ¿Qué es lo que hace que un mensaje verbal sea una obra de arte? Y
manifiesta que es un tipo mensaje en donde predomina la función poética.

Citando a Roman Jakobson: “La llamada función emotiva o expresiva, centrada en el destinador,
apunta a una expresión directa de la actitud del hablante ante aquello de lo que está hablando.
Tiende a producir una impresión de una cierta emoción, sea verdadera o fingida.

La función predominante que emplea el artista, el escritor, es la poética, porque en la estructuración


del mensaje radica la originalidad de lo que crea el autor. En la literatura es importante lo que se
dice (fondo), pero también el cómo se dice (forma) lo que vendría a ser parte de la función
poética.

El escritor puede emplear la función poética en los cuatro tipos de discurso literario: descriptivo,
narrativo, diálogo y monólogo; en textos, en verso o prosa y a través de los géneros literarios: lírico,
narrativo y dramático.

Intencionalidad de la literatura
¿Qué es la literatura? De manera muy general, con este término se hace referencia a todo lo que
está escrito porque “literatura” viene de letra. Sin embargo, hoy en día lo que llamamos literatura se
refiere a algo más específico.

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Dice Alfonso Reyes en su ensayo Apolo o de la literatura: “La literatura posee un valor semántico o
de significado, y un valor formal o de expresiones lingüísticas. El común denominador de ambos
valores está en la intención. La intención semántica se refiere al suceder ficticio; la intención formal
se refiere a la expresión estética. Sólo hay literatura cuando ambas intenciones se juntan.”

Tomando en cuenta esta afirmación podemos decir que lo central de un texto literario es la
intención, que conjunta un valor semántico y un valor de expresión lingüística.

Función de la literatura
Se refiere propósitos con que fueron escritas las obras literarias
FUNCIÓN DESCRIPCIÓN

ESTÉTICA La obra literaria utiliza el lenguaje para crear una obra de arte, donde forma
y contenido se conjugan para presentar un texto que, gracias a su belleza,
causa placer estético. Ej. Crónica de una muerte anunciada de G. García
Márquez
COGNOSCITIVA Se refiere a que la obra literaria busca la entrega del conocimiento, en
cuanto a la realidad social que se vivencia; promueve que el lector
adquiera comprensión por medio de la lectura, que se impregne de
sabiduría y amplíe su visión. Ej. Ensayo sobre la ceguera de José Saramago/
Poema de Mí Cid
DIDÁCTICO- MORAL Esto implica que la obra literaria persigue brindar una lección, una
enseñanza ética o moral a los receptores; tratando temáticas que tengan
que ver con los valores humanos dentro de una comunidad o sociedad y
utiliza moralejas para establecer cuáles deberían ser las normas pertinentes
de conducta. Ej. El Avaro de Moliere.
POLÍTICO- SOCIAL Es cuando la literatura está comprometida con la realidad, con lo que
acontece en la sociedad y sus problemáticas contingentes; por lo mismo,
las obras literarias serían un medio de expresión, para plasmar descontento
social o criticar el entorno histórico en que se desarrolla la creación. Ej. De
amor y de sombra de Isabel Allende.
RECREATIVA La literatura es vista como una forma de distracción, como una evasión de
la realidad habitual. Así, los textos literarios buscan producir efectos de
juego y entretención. Ej. Uno siempre cambia al amor de su vida (por otro
amor o por otra vida) de Amalia Andrade

2.El lenguaje literario


Las palabras son comunes, no hay palabras extrañas, el orden o la sintaxis es la usual; sin embargo, a
partir de este sentido denotativo, se superpone otro nivel más profundo: el sentido connotativo que
se logra mediante las asociaciones que se establecen entre un elemento y otro (tucán-caja de
frutas; colibrí-relámpago).
Entonces estamos en presencia de un texto literario, imaginario, único, que logra como un todo su
independencia, su autonomía. Sin embargo, es conveniente aclarar que en la literatura no sólo es el
uso de un sentido connotativo lo que dota a un texto de un valor artístico, sino muchos otros
elementos y recursos: el uso de los adjetivos, de las formas verbales, el manejo de estructuras
narrativas, la recreación de realidades, lugares y épocas, las implicaciones sociales, históricas y
psicológicas.

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En conclusión, la literatura es un arte que utiliza como medio de expresión el lenguaje verbal (las
palabras) y tiene como finalidad producir emoción y reflexión, al construir una nueva realidad a
partir de la ya existente.

La literatura, como creación artística a través de la palabra, se diferencia de cualquier escrito que
tenga otras finalidades. Es el carácter estético del lenguaje lo que la hace especial.
¿Usa la literatura palabras diferentes? No, utiliza las mismas palabras, pero éstas cobran muchas
veces significaciones distintas; la manera de combinarlas, la forma de relacionar unas con otras nos
hace percibirlas de otra manera.
Por ejemplo, conocemos el significado de palabras como tucán, caja, frutas, colibrí, chispas,
relámpago y, al escucharlas en forma aislada, visualizamos inmediatamente sus referentes de la
realidad. Podemos hablar de una caja de frutas o decir que el tucán y el colibrí son aves y pensar
en las chispas del relámpago. Pero puede suceder que encontremos estos términos utilizados en un
texto literario, de manera tal que cobren una dimensión distinta.

El tucán era una adorable


caja de frutas barnizada,
el colibrí guardó las chispas
originales del relámpago
y sus minúsculas hogueras.
Pablo Neruda. Canto General

El código literario, en efecto, es, básicamente, el estándar común. Pero matizado con
peculiaridades particulares de la lengua escrita culta (en sintaxis, sobre todo), con el empleo de
palabras poco usuales (cultismos, voces inusitadas, extranjerismos, arcaísmos, etc.), y con artificios,
en general, que violan lo que es corriente en la lengua. Para muchos lingüistas, el lenguaje literario
constituye un desvío respecto del estándar común; para otros, se basaría ampliamente en el común,
pero con rasgos específicos que justificarían considerarlo como una lengua aparte.
En vista de cuanto llevamos dicho, podemos definir la obra literaria como un acto peculiar de
comunicación lingüística, con una serie de rasgos que la configuran como
 resultado de una creación, destinada, en la intención del autor, a la perduración;
 desinteresada, esto es, de eficacia no práctica (aunque pueda tenerla de otra clase: formación
y satisfacción del contagio ideológico, etc.);
 de naturaleza estética, es decir, destinada a proporcionar al público placer de orden espiritual.
Una obra literaria (cualesquiera que sean sus dimensiones: un soneto, igual que una larga novela),
como cualquier otro mensaje consta de un contenido y de una forma. En la obra literaria, la
solidaridad entre contenido y forma es absoluta: si expreso de otro modo un poema o el Quijote,
aunque el contenido sea el mismo, los habré destruido.
No existen contenidos específicamente literarios: cualquier experiencia común, cualquier
sentimiento, cualquier suceso trivial, cualquier intervención o fantasía pueden convertirse en
literatura si hallan un autor capaz de hacerlo.
Por el contrario, existen formas específicamente literarias. Queremos decir que lo que convierte un
contenido cualquiera en literatura es la forma.
Por forma entendemos
- los materiales lingüísticos (palabras, construcciones, etc.); y
- la estructura.
La estructura es la manera de distribuir tanto el contenido como los materiales lingüísticos a lo largo
de la obra literaria, combinándose mutuamente.
Así, por ejemplo, en la siguiente estrofa de Antonio Machado:
¡Castilla varonil, adusta tierra,
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Castilla del desdén contra la suerte,
Castilla del dolor y de la guerra,
tierra inmortal, Castilla de la muerte!,
son fenómenos pertenecientes a la estructura los siguientes
- el reparto de los materiales lingüísticos en bloques (versos de once sílabas, seguidos de pausa);
- el hecho de que rimen los versos 1° -3° y 2°-4°;
- la adopción del apóstrofe (el poeta invoca a Castilla, se dirige a ella, en lugar de decir, por
ejemplo,
«Castilla es una tierra varonil, una adusta tierra»);
- la inversión del orden de palabras (adusta tierra, en vez de tierra adusta),
- la adopción del extraño giro Castilla del desdén, Castilla del dolor y de la guerra, Castilla de la
muerte, en vez de «Castilla, que es tierra desdeñosa, en la que abunda el dolor, amiga de la guerra
y de la muerte»;
- la repetición del giro Castilla+complemento en todos los versos (y, en los tres primeros, iniciándolos);
- la antítesis: tierra inmortal, Castilla de la muerte.
En una novela, son hechos de estructura la distribución del argumento en capítulos, el reparto de la
acción entre los personajes; la alternancia de diálogos y descripciones; la adopción, por ejemplo,
de una forma autobiográfica, o epistolar, etc.
Todo, en una obra literaria, tanto su totalidad como sus más pequeñas partes -incluso un breve
párrafo- está estructurado.
Y el motivo es fácil de comprender: si la obra literaria está destinada a perdurar tal cual es, y debe
ser leída o reproducida siempre en sus propios términos, debe contar con una arquitectura que
garantice su permanencia, que mantenga su identidad. Su morfología o estructura debe ser sólida y
bien definida.
Para unos, el lenguaje literario es un desvío, y, para otros, una lengua aparte. Tal vez sea abusivo
hablar del lenguaje literario como una entidad existente y definible frente al lenguaje no literario;
quizá sólo sea posible definir el lenguaje literario de un autor o de una obra concretos, ya que el
tejido formal varía mucho de época a época y de escritor a escritor.
Pero, en cualquier caso, existe siempre en la lengua o en las lenguas literarias una función
estructurante, que hoy suele denominarse función poética.
La función poética del lenguaje (que no es exclusiva de la poesía, sino que puede darse en
cualquier manifestación literaria en prosa o verso, oral o escrita) desempeña su misión
estructuradora cuando el emisor (=autor) emplea el código para atraer la atención del receptor
sobre la forma del mensaje.
Llamar la atención es producir extrañeza. Y efectivamente, el escritor, para prendernos en cómo
dice las cosas, tiene que usar el código de modo extraño o, por lo menos, diferenciado de su uso
normal. En ciertos casos extremos, puede llegar a la ininteligibilidad; ya lo veremos al hablar de las
literaturas barroca y surrealista. El autor emplea, pues, artificios extrañadores.
Medios para producir “extrañeza” en la lengua literaria
Son muchos. Ya hemos visto algunos:
 empleo de palabras poco usuales: arcaísmos, neologismos, voces inusitadas y cultas, etc.; y de
construcciones sintácticas no habituales en la comunicación ordinaria;
 búsqueda de ritmos marcados mediante series de términos (binarias, ternarias, etcétera).
Añadamos estos otros artificios:
 uso de epítetos; he aquí otro pasaje del «natural y sencillo» Baroja, cuajado de epítetos, es decir,
de adjetivos ornamentales, descriptivos, no imprescindiblemente necesarios para la comprensión
del mensaje:
Era un paisaje de una desolación profunda; las cruces de piedra se levantaban en los áridos
campos, rígidas, severas; desde cierto punto, no se veían más que tres [...]. Fernando componía con
la imaginación el cuadro del Calvario. En la cruz de en medio. el Hombre-Dios que desfallece,
inclinando la cabeza descolorida sobre el desnudo hombro; a los lados, los ladrones luchando con
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la muerte, retorcidos en bárbara agonía [...]; los soldados romanos, con sus cascos brillantes; el
centurión en brioso caballo, contemplando la ejecución, impasible, altivo, severo [...]
 frecuente utilización de figuras retóricas (véase el Apéndice);

3.-Uso connotativo y denotativo de la lengua


Para analizar la función poética en la lengua literaria es necesario manejar todos los elementos
anteriores, así como los conceptos de denotación y connotación.
En la lengua cotidiana prevalece la denotación, el significado básico. La lengua literaria remite a
otros referentes o significados, está cargada de matices subjetivos.
El uso connotativo de la lengua da al texto literario una riqueza significativa. Las asociaciones,
sugerencias, evocaciones, se acumulan y dan lugar a una gran cantidad de sentidos, los que
permiten diversas interpretaciones.
Observa el ejemplo:
Denotación “Y en una tarde muy clara, por esa calle tan ancha, al través de la ventana vi como se
la llevaban”.
Connotación “En una caja, muy blanca”… (“blanca” evoca la pureza, la paz, la inocencia de la
niña).
En síntesis, la denotación es el significado “objetivo”, llano y directo de una imagen o de una
palabra, mientras que la connotación es el significado subjetivo que implica los valores culturales
que compartimos frente a esa misma imagen o palabra.
Los siguientes son algunos ejemplos de significados denotados y connotados de algunos textos
verbales (podrían ser también imágenes):

Asimismo, entre los diversos recursos literarios que se utilizan en la lengua literaria destacan las figuras
retóricas, que se emplean para lograr la desviación poética y la intensificación del enunciado,
como rasgos que caracterizan a este tipo de lengua. Las figuras retóricas actúan en diferentes
niveles, como veremos a continuación:

Nivel fónico-fonológico (en los sonidos).

Aliteración: Repetición de un mismo fonema.

Nivel gramatical (en el orden de construcción)

Hipérbaton: Alteración del orden normal de los elementos en el discurso.

Anáfora: Repetición de una o varias palabras al comienzo de frases sucesivas o bien de una idea,
ya sea con las mismas o con otras palabras.

Nivel léxico-semántico (en el significado)

Gradación: Serie significativa ordenada de menos a más o de más a menos. Comparación:


Intensificación del objeto mediante su comprobación con otro.

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Metáfora: Traslación del significado de un término hacia un nuevo significado que guarda relación
de semejanza con el primitivo; asocia términos que habitualmente no se vinculan.

4.-Ficción, verosimilitud, pacto de ficción


La ficción es una forma de discurso que se refiere a personas o cosas que sólo existen en la
imaginación de su autor, lector o espectador. Por tanto, el mundo o realidad ficticia parte de una
realidad alterada por los ojos del artista que empieza y termina en las palabras del autor del relato,
cuento o novela. El contenido y elaboración artística, artificiosa, emociona, entusiasma o asusta al
lector.
Cuando lees un texto literario es necesario que tengas presente que toda obra literaria es una obra
de ficción. Para que te quede claro qué significa este concepto, te compartimos la definición del
Diccionario de términos literarios y afines (Barajas, 2014:194):
Ficción (lat. fingere: imaginar, fingir, inventar un mundo): este concepto alude al hecho literario en
su conjunto porque la literatura, incluidos los géneros que por tradición le son atribuidos: teatro,
narrativa, poesía lírica, crean una ilusión de realidad en la medida en que construyen, para el lector
y el espectador, un mundo posible [que] es de ficción o está creado con base en la imaginación,
pero para que sea posible debe ser verosímil.
Entonces, podemos decir que básicamente lo que se narra en un cuento o una novela le sucede a
personajes que se comportan y hablan como nosotros, en un tiempo y en un espacio a los que
podemos referirnos como parte de
una historia que un autor ha creado para convencernos de que todo lo que pasa ahí es “real”;
dicho de otro modo, las historias que leemos en el texto literario, que hablan de cosas que le pasan
a personas, en ciertos lugares y
en un tiempo determinado son, aunque a veces nos parezcan reales, sólo una invención que sale
de la mente creativa de un escritor, pero deben ser creíbles para quien las lee.
En este sentido, es conveniente que sepas que aun cuando todo lo que se narra en una obra
literaria no es real, debe estar escrito de tal manera que el mundo que se abre ante tu imaginación,
cuando realizas el ejercicio de leer, tiene que estar contado de una forma que sea creíble para ti. A
esto se le llama verosimilitud, término que se deriva de dos palabras latinas: versus, verdadero, y
similitud, parecido, semejante (Barajas, 2014:445), y se aplica a las obras literarias que crean una
ilusión de realidad en ti como lector (o receptor).
Asimismo, cuando crees lo que te cuenta el narrador y te convence de que es cierto, te hace sentir
emociones y sensaciones, te permite reflexionar sobre distintas situaciones que te han pasado a ti o
a otros, reconocer lugares y tiempos, y te genera cierta identificación, aunque sean historias que
pasaron hace mucho tiempo, incluso siglos. Esto es así, porque el escritor parte de un principio de
realidad que habla del lugar y de la época en que vivió, e incluso hace una descripción de
personas que conoció y de situaciones que vivieron, y por eso nos parecen verdaderas.
Esto aplica incluso a las obras literarias de tipo fantástico, de terror o futuristas, pero esto no sería
posible sin la participación imaginativa y sensible de una persona muy importante: tú, el lector.
Una vez que lees el texto literario, construyes una serie de imágenes para prefigurar una realidad
que circunda a los personajes y las acciones que se desarrollan en el lugar, el espacio, el tiempo del
mundo ficticio, y todo esto se da gracias a una acción implícita que surge desde que el escritor crea
su historia, y que llamamos pacto de ficción o de ficcionalidad, y que implica que tú te dispongas a
creer de principio a fin todo lo que él te cuenta, aun cuando haya partes de la historia que omite y
que tú elaboras automáticamente para darle sentido a las acciones.

5.-Géneros literarios
La literatura y sus obras se agrupan en lo que se conoce como géneros literarios, que actúan como
clasificadores en función de las características y los rasgos comunes entre los diferentes escritos. Esta

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clasificación se lleva a cabo atendiendo a la estructura, el tema o el fin que persigue el autor.
Existen tres tipos de estilos literarios principales: la narrativa, la lírica y la dramática.
La narrativa también se conoce como género épico y consiste en que el autor haga uso de la figura
del narrador para contar los hechos protagonizados por unos personajes. El escritor presenta una
realidad ficticia o realidad representada como si fuese el mundo exterior u objetivo, ajeno al autor.
Este género se caracteriza por la abundancia de descripciones, tanto de personas, como de
situaciones y ambientes. También relata acciones y acontecimientos en un espacio y tiempo
determinado e incluye monólogos y diálogos entre los personajes. Lo importante de este género es
el narrador, el encargado de contar la historia a través de la narración, la descripción, la exposición
o la argumentación.
El subgénero por antonomasia de este estilo literario es la novela, una extensa y compleja narración
en la que predomina la narración y la descripción y el diálogo. En la novela se presentan diferentes
personajes sumergidos en diferentes tramas que tienen lugar en espacios, épocas y tiempos muy
diversos.
Dentro de la novela se encuentra el cuento, donde se desarrolla un argumento breve. Asimismo,
acoge otros subgéneros como la bizantina, la novela caballeresca y cortesana, el libro de
caballerías, la novela sentimental, pastoril, morisca, picaresca, pedagógica o política.
Dentro de los géneros narrativos menores se encuentra la leyenda, un cuento o poema breve de
asunto tradicional o vagamente histórico donde conviven elementos fantásticos y sobrenaturales
con un ambiente misterioso y que se suele decir que está basado en hechos reales; y la fábula, un
cuento didáctico y moralizante que emplea animales con cualidades humanas para desprender
una moral que se explica al final bajo el nombre de moraleja.
La narrativa también puede acoger textos en verso, en cuyo caso estaríamos hablando de
epopeyas, poemas extensos donde se narran hechos importantes de la historia de un pueblo como
en La Ilíada y La Odisea de Homero; de cantares de gesta, poemas largos donde se narran las
hazañas de un héroe como El cantar del Mío Cid de autor desconocido; o de romances, poemas
épico-líricos usados para narrar hazañas o hechos bélicos y cuyo origen es anónimo-popular.
La lírica o género lírico es aquel que agrupa los textos en los que el autor expresas sus emociones o
sentimientos en verso o en prosa. Es una tipología muy subjetiva ya que el autor presenta la realidad
desde su propia perspectiva y utiliza el arte de la palabra para expresar sus pensamientos, reflejar
sus estados de ánimo, sus vivencias o sentimientos. Por tanto, predomina el uso de la primera
persona del singular.
Dentro de la lírica se encuentran otros subgéneros:
La canción: Suele tener un tema amoroso como hilo conductor, aunque también acoge otros
temas como la naturaleza, la belleza, la amistad o la religión. Asimismo, se configura como un
poema admirativo y emocionado.
La oda: Es un poema lírico cuya finalidad es la exaltación de una persona o cosa. Trata un tema
serio y emplea un tono elevado y pasional.

La elegía: Es la expresión del dolor que causa la muerte, la pérdida, la separación o la ausencia de
un ser querido. También hace referencia a desgracias colectivas y opera como un poema
meditativo, melancólico y moralizante.
El himno: Es una canción que adopta un tono más exaltado y puede ser religiosa, patriótica o una
celebración a la unión y la amistad.
La sátira: El poema se configura como una crítica burlesca y ridiculizadora sobre temas censurables,
tanto del plano individual como colectivo.
La égloga: En los poemas de este tipo se lleva a cabo una exposición de los sentimientos amorosos y
de exaltación de la naturaleza puesta en boca de pastores, por lo que suele adoptar forma de
diálogo.
El epigrama: Es una sátira de menor extensión.
La letrilla: Es un poema estrófico con estribillo de metro corto pensado para ser cantado.
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El madrigal: Forma parte de los géneros menores de la lírica y se define como un poema amoroso,
dulce y amable. En síntesis, un piropo hecho verso.

El género dramático también es conocido como género teatral y acoge obras en forma de diálogo
con la intención de que sean representadas en un escenario. Las obras dramáticas siguen su curso a
partir de las interrelaciones de los personajes que, sin que el autor los represente o describa y sin
especificar qué hacen o sienten, el público los va conociendo a partir del diálogo que se crea entre
ellos.
Dentro de este género se encuentran los siguientes subgéneros:
La tragedia: una obra dramática con un final desgraciado. Suele contar los conflictos que ocurren
entre personajes de alta alcurnia, víctimas de pasiones que les llevan a la destrucción y a la muerte.
Un ejemplo clásico es Romeo y Julieta de William Shakespeare.
La comedia: una obra caracterizada por un final feliz y por el uso de un tono humorístico. En este
caso se desarrollan situaciones divertidas y amables que atienden al enredo y a la intriga con
personajes más alejados de la clase alta. La intención es provocar la risa del espectador.
El drama o tragicomedia: Es el subgénero intermedio entre la tragedia y la comedia, ya que las
pasiones no alcanzan el nivel de intensidad de la tragedia y, en ocasiones, se intercalan elementos
cómicos. En este caso, los personajes protagonistas luchan contra la adversidad y muestran un gran
dolor y el final puede llegar a ser desastroso.

Contexto de producción y de recepción


Ángel Rama, un gran estudioso de la literatura y la cultura latinoamericana, deja en claro que las
obras literarias se deben a, y ayudan a construir, el mundo cultural que las rodea:
“Las obras literarias no están fuera de las culturas, sino que las coronan y en la medida en que estas
culturas son invenciones seculares y multitudinarias hacen del escritor un productor que trabaja con
las obras de innumerables hombres. Un compilador, hubiera dicho Roa Bastos. El gran tejedor, el
vasto taller histórico de la sociedad americana”.
De esta manera, el contexto que rodea el surgimiento de los textos es un componente muy
importante para comprenderlos en profundidad.

Contexto de producción
El contexto de producción es el conjunto de circunstancias económicas, emocionales, políticas,
religiosas, sociales y culturales en las que se ve inmerso un escritor al momento de producir una obra
literaria. Corresponde a la realidad cultural que rodea el nacimiento de un texto. Dentro de este
contexto caben tanto elementos históricos como culturales que de alguna manera condicionan el
texto. Pueden ser: acontecimientos históricos, sociales, económicos, políticos, religión, moral,
sistemas de pensamientos, tendencias artísticas, idioma, etc. Se relaciona con el momento (histórico,
cultural) de lectura de una obra específica. Este contexto puede ser coincidente con el contexto de
producción de una obra en particular o puede distar mucho de él.

Cada texto posee sus propias características: estas representan la identidad de la obra.

Cada producción literaria posee en su interior una serie de señales que permiten desentrañar el
contexto en el que fue realizada. El contexto es parte fundamental de la creación literaria porque
ubica al lector, permitiendo conocer los eventos que condicionaron la realización del texto,
reforzando su carácter comunicativo.

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El contexto de producción se ve manifestado de maneras diversas según el género literario que
abarque el autor. Hay un tipo de expresividad contextual propia de la poesía, así como del cuento,
de la novela o el ensayo; cada forma literaria tiene un arquetipo de lenguaje para ser manifestada.

Si, aunado a las particularidades anteriores, se añaden las costumbres y hábitos propios del autor, lo
relacionado a su psique y al pensamiento complejo, nos encontramos ante una entramada red de
creación con un carácter subjetivo irremediable, la matriz misma que hace posible que cada obra
sea única e irrepetible.

Ejemplo contexto de producción:

Francés nacido en 1900, Antoine de Saint-Exupéry, ya consolidado escritor, merecedor de varios


premios de literatura, y piloto militar al momento de estallar la Segunda Guerra Mundial, huye de la
Francia ocupada por los alemanes en 1940 y llega a Estados Unidos con la intención de cumplir su
misión personal de convencer al gobierno estadounidense de declararle la guerra a los nazis. Una
vez establecido en Estados Unidos, bajo un estado de salud deficiente y una crisis personal aún peor,
en una gran mansión de Long Island y por insistencia de una de las esposas de sus editores, Elizabeth
Reynal, Antoine de Saint-Exupéry se dedica por completo a la creación, escritura e ilustración de El
Principito. Hasta entonces, se había dedicado puramente a escribir libros destinados para adultos,
en los cuales, al igual que en El Principito, plasma sus experiencias personales como adulto, aviador,
niño y esposo.

Finalmente, aunque el autor termina de escribir esta obra en Octubre de 1942, fue publicada en
Estados Unidos en Abril de 1943 (tanto en el idioma del país como del autor: inglés y francés) y seis
años mas tarde en Francia.

Elementos comunicativos en los contextos de producción y ejemplos


En sí misma, cada obra literaria es un manifiesto comunicativo, un canto a la expresión humana, una
forma de transmitir algo a un sujeto o sujetos por medio del lenguaje escrito.

La producción textual, al ser un acto comunicativo que tiene por fin transmitir una idea, posee una
serie de elementos propios que se explicarán a continuación.

Emisor
No es otro que el que se ha encargado de producir una obra literaria, independientemente del
género al que se encuentre circunscrita o al movimiento literario al que pertenezca. Su creación
tiene un carácter subjetivo intrínseco, manifiesta componentes propios de las experiencias que le ha
tocado vivir.

Por medio de su obra, el autor se plantea manifestar una realidad propia, transmitir cómo ha
internalizado las circunstancias que rodearon su existencia hasta el momento de crear el texto.

El autor puede o no estar inmerso en la obra, puede ser el que describe un hecho desde afuera o
puede ser parte de la realidad en la narrativa.

Lo que sí debe quedar claro es que el autor cumple un papel de comunicación clave: es el emisor,
sin él no se origina el mensaje y, por ende, no existiría el acto comunicativo. Él es el encargado de
encriptar el mensaje.

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Ejemplo
Uno de los autores más trascendentales de las letras hispanas ha sido Miguel de Cervantes y
Saavedra. A él le debemos El Quijote, la más importante obra escrita del español.

Su pieza maestra se circunscribe en el Siglo de Oro de las letras castellanas y contiene un fuerte
contenido crítico social.

CONTEXTO DE RECEPCIÓN:
En cuanto al contexto de recepción, éste está relacionado con el receptor o audiencia lectora de
la obra narrativa. Es la situación histórica, social y cultural en la que se encuentran los lectores en el
momento en el que enfrentan una determinada obra, pero también el estado personal, intelectual
y emocional en el que están cuando reciben o leen un cuento o novela. La posición del lector es
tan importante para la apreciación global de una obra, que incluso la teoría literaria considera a la
audiencia lectora como colaboradora de la misma en el sentido de que una narración, por
ejemplo, no solo será la forma en que está escrita, definida y orientada por el autor, sino que
además es lo que los lectores perciben e interpretan que es.

EJEMPLO:
Publicado en Francia luego de su liberación, y considerado ya en el siglo XX como uno de los
mejores libros dentro de ese país, desde entonces, El Principito fue y es uno de los libros más leídos,
traducidos y vendidos en el mundo. Desde su primera publicación ha sido recibido positivamente
por parte de los lectores, por lo que se ha reformulado muchísimas veces en distintas versiones y
adaptado a varios soportes artísticos como musicales, canciones, obras de teatro, películas, etc.

Sin embargo, si la obra El Principito es leída hoy en día, entonces será necesario añadir a su contexto
de recepción la época, dimensión física y características de la sociedad actual, además de la
posición y rasgos particulares del lector que interpretara esta obra desde su visión y situación
personal.

Destinatario lírico
También conocido como el destinatario poético, es quien recibe la obra literaria y se encarga de
descifrarla, de desencriptar el mensaje que contiene.

Es importante tener claro que nunca va a haber dos interpretaciones iguales de un texto literario.
Cada sujeto, cada receptor lírico va a razonar el mensaje según sus vivencias.

En poesía es muy común escuchar a los poetas decir que, al momento de terminar un poema, este
deja de ser suyo y pasa a ser de quien lo lea.

Algo muy parecido a lo anterior ocurre con el resto de los géneros literarios. El autor sigue siendo el
mismo, mas el mensaje tiene tantas interpretaciones como personas que lean la obra.

El destinatario lírico puede ser un lector u oyente, sin correlación alguna con el drama del texto, o
puede formar parte de la realidad de la obra, algo muy común en poesía.

Ejemplos
Destinatario no implícito (lector u oyente)
Este sitial lo ocupan todos aquellos que se avocan a leer cualquier obra literaria de drama, ficción o
suspenso, o que vayan a apreciar alguna obra teatral (recordemos que el texto dramático es parte

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de la producción literaria) sin que haya nada que pueda correlacionarles. Por ejemplo, quien lea
actualmente la Ilíada o la Odisea.

Destinatario implícito
Corresponde a todas aquellas personas a las que explícitamente va dirigida la obra literaria, la
reciben como suya y dan la interpretación respectiva del mensaje encriptado o codificado. A
continuación se describe un poema en el que se ejemplifica lo anterior:

“A la humanidad”, del libro Del hombre y otras heridas del mundo de Juan Ortiz.

Mira que tan bien nos han criado


que siendo el hombre el padre de todas las guerras
aún creemos en la paz.
Aprecia que tan bien nos han moldeado
que siendo la única criatura de la creación en construir cárceles de todas formas:
ropas, casas, templos, centros comerciales,
fábricas,
para vestir las vergüenzas,
estratificarnos,
protegernos de nuestra barbarie,
alienarnos con creencias,
dogmas, partidos,
enfocarnos en odiar lo diferente,
alejar lo distinto,
aún,
con todo y eso,
osamos hablar de libertad.
El problema siempre será el ser humano,
sí,
el ser,
ser humano.

Aquí el autor manifiesta una dedicatoria abierta a la especie humana. El receptor no


necesariamente debe ser una sola persona.

Las diferencias entre los contextos del autor y del lector puede dificultar la comprensión del texto en
cuestión. Si dicho contexto es muy dispar al del lector, entonces puede ocurrir que la obra le resulte
sin sentido (no entienda el vocabulario, por ejemplo) extremadamente complicada, aburrida o
poco relevante

Contexto social
Absolutamente toda obra literaria está sujeta a una contextualización social. El contexto social
incumbe tanto al emisor como al receptor del mensaje; este viene a ser el medio condicionante de
la producción de la idea y de la recepción de la misma. El contexto del autor nunca coincide con
el del receptor: hay marcadas diferencias entre ambos.

Partiendo de lo anteriormente dicho, podemos hablar de dos tipos de contextos sociales: un


contexto social de producción y un contexto social de recepción.

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Contexto social de producción
Nos habla directamente de la situación del escritor. Cada autor está supeditado a una realidad
económica, política, religiosa, emocional y familiar que condiciona directamente su obra.

Por más que se diga que hay obras en las que el autor no se inmiscuye, siempre se encuentran
marcas biográficas en las obras literarias. Estas marcas biográficas son pequeñas huellas sobre la
vida del autor.

Se puede decir que, cuando alguien escribe, hay una desfragmentación de la psique, y esta va
siendo disgregada a lo largo de toda la obra. No hay manera de desvincular la letra escrita del
sujeto que la produce.

Ejemplo
Un ejemplo claro y marcado del condicionamiento que produce la situación política, social y
familiar en el proceso de escritura es la obra El diario de Ana Frank. Allí se expresa la cruda realidad
de la Segunda Guerra Mundial y sus repercusiones en la vida de tanta gente. Leerla e irse en el
tiempo y vivir lo que ella vivió.

“Después de ese momento, mis deseos de volver a ver la noche superaron mi miedo a los ladrones,
a la casa a oscuras y llena de ratas y a los robos. Bajé completamente sola a mirar hacia fuera por
la ventana del despacho de papá y la de la cocina. A mucha gente le gusta la naturaleza, muchos
duermen alguna que otra vez a la intemperie, muchos de los que están en cárceles y hospitales no
ven el día en que puedan volver a disfrutar libremente de la naturaleza, pero son pocos los que,
como nosotros, están tan separados y aislados de la cosa que desean, y que es igual para ricos que
para pobres”.Fragmento de El diario de Ana Frank.

Contexto social de producción


Este se refiere directamente a todas las circunstancias que han envuelto la vida del lector antes de
enfrentarse a la obra literaria. Nadie tiene la misma identidad receptiva al momento de leer un
texto. Cada sujeto es un mundo en sí mismo, y esto se ve manifestado con suma claridad en la
lectura y la interpretación literaria.

Los mismos aspectos que condicionan al escritor condicionan al receptor lírico, solo que el segundo
caso se liga a cómo es decodificado el mensaje, cómo se recibe e interioriza. Algo tan simple como
un largo día de trabajo puede afectar la decodificación de un texto.

Ejemplo
Se pondrá un ejemplo bien gráfico: en una conocida universidad se le asignó a un grupo de
estudiantes de ingeniería un fragmento de El Quijote, de Cervantes. El mismo fragmento se les fijó a
otro grupo de estudiantes de letras hispanoamericanas. El texto se les dejó durante dos horas.

Acabado el lapso de tiempo, a ambos grupos se les pidió que explicaran lo leído. Los resultados
fueron más que obvios: a pesar de ser una obra universal de la literatura, los estudiantes de letras
demostraron un mayor dominio de la temática respecto a los de ingeniería.

Los estudiantes de letras tenían la ventaja de la contextualización, por ser su campo de estudios. Sin
embargo, y he aquí lo complejo del tema, ningún estudiante de ambos lados asimiló de igual
manera el texto, tuvo que haber un acuerdo para manifestar las conclusiones. Si bien hubo puntos
en común, la unicidad salió a flote.

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Otro aspecto importante es que, si el texto entregado hubiese sido de ingeniería, la historia hubiese
sido otra.

Corrientes literarias
Corresponde al movimiento en el que está enmarcada la obra literaria. Esta serie de corrientes
también responde a aspectos sociopolíticos y económicos, están circunscritas a las realidades de las
distintas épocas de la historia humana.

Dentro de las corrientes más conocidas nos encontramos con el modernismo, el surrealismo, el
vanguardismo y el romanticismo, y dentro de estas a sus respectivos autores. Vale acotar que no
deben confundirse los géneros (novela, cuento, poesía, ensayo, teatro) con las corrientes.

Al responder a necesidades históricas, las corrientes literarias, contienen ciertas reglas que
condicionan las obras de los autores. Esto se aprecia tanto en la temática como en la estética; se
puede evidenciar una influencia de forma y de fondo en estas producciones.

Ejemplo
“De otoño”, poema XXVII de Cantos de vida y esperanza (1905) del poeta Rubén Darío.

“Yo sé que hay quienes dicen: ¿por qué no canta ahora


con aquella locura armoniosa de antaño?
Esos no ven la obra profunda de la hora,
la labor del minuto y el prodigio del año.

Yo, pobre árbol, produje, al amor de la brisa,


cuando empecé a crecer, un vago y dulce son.
Pasó ya el tiempo de la juvenil sonrisa:
¡dejad al huracán mover mi corazón!”.

Este poema está enmarcado dentro de esa corriente del modernismo, la cual tenía como premisa
descentralizar el sentir del hombre respecto al regionalismo y hacer universal el sentir poético.

Rubén Darío quería romper con la estética impuesta por el romanticismo literario para abolir de una
vez por todas lo nexos aún existentes con la Corona española a inicios del siglo XX. El modernismo
busca la universalidad y fue considerado uno de los movimientos literarios más importantes y
productivos de la historia de las letras.

Implicaciones
Toda obra siempre responderá a los eventos que circundaron la vida de los escritores y será recibida
por los lectores y asimilada proporcionalmente a sus vivencias y preparación intelectual. Cada obra
escrita, independientemente del género o movimiento al que responda, es un recurso
comunicativo.

Una obra literaria tendrá tantas acepciones como personas que la lean. Habrá puntos en común,
pero imperará sobre esto la percepción subjetiva, producto de toda carga vivencial acumulada
por el sujeto antes de enfrentarse a la obra literaria.

La producción literaria es una íntima manifestación de la psique humana. Siempre habrá una marca
característica que permita ver rasgos de la personalidad o de la vida misma del autor. No se puede
desvincular al autor de su producción, hay un estrecho vínculo perdurable más allá del tiempo y el
espacio entre la obra y el escritor.
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El estudio de los elementos del contexto de producción literaria permite ubicarse en tiempo y
espacio para poder apreciar de una manera más fidedigna las obras y, por ende, captar y
decodificar más eficazmente el mensaje que contienen.

Transtextualidad

El carácter literario de un texto, además de estar dado por su estructura y el trabajo sobre el
lenguaje, está constituido por los códigos que organizan su género, su tipología, sus relaciones con
otros textos literarios, sus normas de composición. La percepción de un texto como "literario” implica
el reconocimiento de estos rasgos por parte del lector.

Esto es, cada texto está en relación directa o indirecta con una serie de otros textos que constituyen
su marco de referencia inmediato y mantiene con ellos distintas formas de relación. El conjunto de
relaciones que se establece entre cualquier texto y otros se denomina transtextualidad.

Gérard Genette, utiliza el concepto de Transtextualidad para definir la trascendencia textual del
texto. Transtextualidad es todo aquello que relaciona, manifiesta o secretamente, a un texto con
otros. Reconoce cinco tipos de Transtextualidad: Paratextualidad, Metatextualidad,
Arquitextualidad, Hipertextualidad e Intertextualidad.

Paratextualidad
Es la relación que el texto en sí mantiene con su “paratexto”: títulos, subtítulos, prólogos, epílogos,
advertencias, notas, epígrafes, ilustraciones, faja… También puede funcionar como paratexto los
“pretextos”: borradores, esquemas, proyectos del autor.

Metatextualidad
Es la relación de “comentario” que une un texto a otro del cual habla y al cual, incluso, puede llegar
a no citar. La crítica es la expresión más acabada de esta relación metatextual.

Arquitextualidad
Es la relación del texto con el conjunto de categorías generales a las que pertenece, como tipos de
discurso, modos de enunciación o géneros literarios. A veces esta relación se manifiesta en una
mención paratextual (Ensayos, Poemas, La novela de dos centavos), pero, en general, es implícita,
sujeta a discusión y dependiente de las fluctuaciones históricas de la percepción genérica.

Hipertextualidad
Existe un texto original llamado Hipotexto del cual deriva otro llamado Hipertexto. El que nos llega a
nosotros, los lectores, es el texto derivado o hipertexto. El hipotexto está presente sólo
implícitamente. Los vínculos entre un hipo y un hipertexto pueden ser lúdicos, satíricos o serios y se
puede hacer una reescritura del original, imitándolo o transformándolo.

a. El Hipertexto puede derivar por transformación.

Un texto deriva de otro, en el cual “se inspira”, para transformarlo de alguna manera. La
transformación siempre es simple y directa. En la transformación, el hipertexto (o texto derivado) se
aparta del texto original buscando una creación con características y sentido propio. Las formas de
efectuar la transformación son las siguientes:

Reescritura seria: por ejemplo, la versión moderna de un mito.

Reescritura paródica o parodia: el hipertexto efectúa una transformación mínima del hipotexto. Su
intención es lúdica (juego). “… Tanto va el cántaro a la fuente que, al final, se llena…”. La parodia
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es un procedimiento de reescritura de un texto previo a partir de nuevas palabras o de un modo
nuevo de usar las palabras y de una ideología diferente. Esta forma de escritura implica siempre la
deformación, caricaturización de lo dicho originalmente en forma seria. En la parodia se expresan
dos voces a la vez: la del texto parodiado y la del texto que parodia. La voz parodiada es la voz
seria y oficial; la otra es la que transgrede, la que propone la burla a lo establecido. Así, la parodia
permite cuestionar la voz oficial del mundo puesto que siempre hay, por parte del texto que
parodia, un desacuerdo estético o ideológico con el original.

Travestimiento: es una transformación de estilo cuya función es satírico (degradante). Por ejemplo:
se conserva la acción, es decir: el contenido fundamental de un texto, pero se transforma su estilo.
“…la princesa está triste…” y “…la percanta está triste…”

Trasposición: esta transformación es seria y es la más importante de todas las prácticas


hipertextuales. La amplitud textual y la ambición estética o ideológica del hipertexto llevan a ocultar
o a hacer olvidar su carácter hipertextual. El hipertexto se aparta de su hipotexto.

b. El Hipertexto puede derivar por Imitación

Es también una transformación, pero más compleja e indirecta, ya que exige la constitución previa
de un modelo de competencia genérica capaz de engendrar un número indefinido de imitaciones.
Para imitar hay que adquirir un dominio, al menos parcial, de los rasgos que se ha decidido imitar.
Por lo tanto decimos que la imitación acerca el hipertexto al hipotexto, no pierde las características
del texto base. También tenemos tres tipos de Imitación:

Pastiche: es la imitación de un estilo con una finalidad lúdica. Una vez constituido el modelo de
competencia, o idiolecto estilístico que se tiende a imitar, el pastiche puede prolongarse
indefinidamente.
Caricatura: es un pastiche satírico, cuya forma generalizada es “A la manera de…”
Continuación: es una imitación seria de una obra que tiende a prolongarla o complementarla.

Esquema de la Relación HIPERTEXTUAL

Intertextualidad

Es la relación de co-presencia entre dos o más textos; esto significa que en el hipertexto aparece el
hipotexto. Esta co-presencia puede manifestarse de las siguientes formas:

Cita: es su forma más explícita y literal. Consiste en utilizar en un texto unas palabras o párrafos de
otro texto del mismo autor o de otro autor, aclarando de quien es la cita y resaltando lo citado con
otro tipo de letra o con comillas.

Plagio: se toman palabras o párrafos sin indicar que le pertenecen a otro autor. En este caso, el
lector es engañado por el autor. El plagio está penado por la ley.

Alusión: estamos ante el mismo caso pero el autor de por supuesto que el lector conoce el hipotexto
y comprenderá la alusión. Si el lector (o espectador) no posee el conocimiento del texto base, no se
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realiza la comprensión plena del mensaje del hipertexto. Este recurso es muy usado en la
actualidad, en la literatura y en la publicidad así como en plástica y música.

UNIDAD 2: GÉNERO LÍRICO


El género lírico agrupa al tipo de composiciones literarias que se caracterizan porque el autor
expresa sus estados de ánimo, impresiones, reflexiones y afectos, tan personales que dan un tono
íntimo y subjetivo a su obra, empleando un lenguaje connotativo que tiene valor artístico. Estas
composiciones se denominan poemas líricos y el concepto general se conoce como poesía lírica.
Se denomina lírica porque en la Antigüedad y en la Edad Media hubo muchos poetas cuyos
nombres, dada la circunstancia del tiempo, se han perdido; pero se sabe que fueron creadores de
composiciones destinadas a cantarse, acompañadas de una lira.
Los críticos coinciden en señalar que la poesía lírica fue la primera manifestación literaria creada por
el hombre, puesto que se origina de él mismo, como una necesidad de expresar su emotividad:
deseos, alegrías, tristezas, esperanzas, inconformidades, odios, temores; en un discurso relacionado
con los ritmos y los ciclos vitales –latidos, respiración, día y noche, estaciones del año-. Por
consecuencia, la poesía lírica involucra al lector, en quien provoca los mismos sentimientos que
expresa.
Entre el poeta y el lector se establece un vínculo, una identificación, un entusiasmo, una afinidad
porque el lector ve reflejadas sus vivencias personales en la obra del poeta.
La forma en que se presenta el poema lírico es el verso, aunque muchos poetas, sobre todo durante
el siglo XX, se han inclinado por la prosa.
Abordar la poesía y su lenguaje significa penetrar en las sensaciones de la creatividad estética, a
través de una forma poética que permita enriquecer nuestros sentidos y emociones.
La lírica representa la manifestación de los sentimientos del autor, por su necesidad de expresar su
estado de ánimo y su espiritualidad.

Describamos ‘poesía lírica’ como un tipo de literatura que manifiesta sentimientos profundos y la
reflexión, poniendo énfasis en las palabras y su organización. Dos características son esenciales en
este tipo de poesía: la primera es la ‘forma’ y la segunda es el ‘contenido’. La diferencia entre forma
y contenido se aprecia con la imagen de un vaso con agua. El vaso es la forma y el contenido es el
agua, pero el agua adopta la forma del contenedor. Al igual que con el recipiente y el líquido,
tanto la comunicación cotidiana como un poema suele comunicar una emoción o un sentimiento
utilizando una forma de decir apropiado a lo que se está diciendo. Si estamos hablando de asuntos
serios, nuestras palabras adoptan el tono en el que estamos hablando. Lo mismo sucede si estamos
queriendo comunicar una emoción agradable. La poesía habla del amor, la alegría y el placer,
pero también puede expresar sentimientos de tristeza, indignación, desilusión, enojo, etc. Cada uno
de estos sentimientos (contenidos) requiere su propia forma.

A pesar de que los poemas a veces son textos breves, no debemos suponer por ello que se trata de
obras que se lean fácilmente. Algunos poemas sí podrían leerse rápidamente una sola vez y con eso
sería suficiente para entenderlos y disfrutarlos, pero dada la importancia que tiene la relación entre
la forma y el contenido para la poesía, lo ideal, si queremos obtener el placer que el poema quiere
darnos, es necesario que lo leamos con más atención que la que solemos prestar a la comunicación
cotidiana. Comparemos la experiencia de leer un poema a la experiencia de disfrutar una comida
muy rica. Si vamos a degustar un manjar, lo mejor será disfrutar cada bocado y no, por ejemplo,
echar todas los platillos a la licuadora para irnos rápido a hacer otra cosa con el licuado en la
mano. Al igual que con la comida en la que algunos alimentos nos gustan por ser ácidos, otros por

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ser amargos, otros por ser dulces e, incluso, algunos por ser picosas, la poesía es disfrutar una riqueza
de experiencias en forma de sentimientos, sensaciones, ideas, sonidos, etc.

Aspecto formal de la poesía


1.- Métrica española
En español, la poesía se organiza tomando en cuenta los siguientes aspectos:
• Verso
• Estrofa
• Rima
• Métrica
• Ritmo

El Verso
El verso es cada uno de los conjuntos de palabras que ocupan una línea de la hoja en el poema. Se
trata de ideas cortas que van formando un mensaje poético que será más evidente al final de la
lectura de un poema.

El siguiente ejemplo tiene tres versos:


Las estrellas apagadas
llenan de ceniza el río
verdoso y frío.

Estrofa
Los versos se organizan en estrofas.
En el siguiente poema de Federico García Lorca, tenemos dos estrofas. En general las estrofas están
marcadas por un espacio o línea vacía entre ellas.

Las estrellas apagadas


llenan de ceniza el río
verdoso y frío.
La fuente no tiene trenzas.
ya se han quemado los nidos
escondidos.

La estrofa recibirá su nombre dependiendo de la cantidad de versos que tenga y de la extensión de


cada verso. Un pareado, por ejemplo, es una estrofa de dos versos, un terceto es una de tres. Hay
varios tipos de estrofas que van de cuatro a diez versos: Cuarteto (cuatro versos), quintilla y quinteto
(de cinco); sexteto y sextilla si son de seis versos, septeto de siete, octava de ocho y décima de diez
versos

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2 versos.
TIPOS DE ESTROFAS
NOMBRE EJEMPLO ESQUEMA CARACTERÍSTICAS
¿Qué más consuelo queréis 8a · Los versos pueden ser de arte mayor o menor.
Pareado
pues con la vida volvéis? 8a · La rima puede ser consonante o asonante.

• 3 versos.
NOMBRE EJEMPLO ESQUEMA CARACTERÍSTICAS
No será cual los álamos cantores 11A
Terceto · Tres versos de arte mayor.
que guardan el camino y la ribera 11-
· Rima consonante.
habitado de pardos ruiseñores. 11A
Tañía una campana 7A
Tercerilla Igual que el terceto, pero con versos de arte
en el azul cristal 7-
menor.
de la santa mañana. 7A
Despacito y buena letra 8A
Soleá Es igual que la tercerilla pero con rima
que el hacer las cosas bien 8-
asonante.
importa más que el hacerlas. 8A
• 4 versos.
NOMBRE EJEMPLO ESQUEMA CARACTERÍSTICAS
Dolores, costurera de mi casa, 11A
Cuarteto añosa de mi casa, vieja amiga; 11B · Cuatro versos de arte mayor.
era tu corazón crujiente miga 11B · Rima consonante.
de pan; eran tus ojos lenta brasa. 11A
Caído se le ha un clavel 8a
Redondilla hoy a la aurora del seno: 8b · Cuatro versos de arte menor.
¡qué glorioso que está el heno 8b · Rima consonante.
porque ha caído sobre él! 8a
Era un suspiro lánguido y sonoro 11A
Serventesio la voz del mar aquella tarde...; el día, 11B · Cuatro versos de arte mayor.
no queriendo morir, con garra de oro 11A · Rima consonante.
de los acantilados se prendía. 11B
Y todo un coro infantil 8a
Cuarteta va cantando la lección: 8b · Cuatro versos de arte menor.
mil veces ciento, cien mil; 8a · Rima consonante.
mil veces mil, un millón. 8b
No sólo canta el que canta, 8-
que también canta el que llora... 8a · Cuatro versos octosílabos.
Copla
No hay penita ni alegría 8- · Rima consonante.
que se quede sin su copla. 8a
Había en una tierra un hombre labrador 14A
Cuaderna vía que usaba más la reja que no otra labor, 14A · Cuatro versos alejandrinos.
más amaba a la tierra que a su creador, 14A · Rima consonante.
y era de todas formas hombre revolvedor. 14A

22
• 5 versos.
NOMBRE EJEMPLO ESQUEMA CARACTERÍSTICAS
Quinteto Hundía el sol su disco refulgente 11A · Cinco versos de arte mayor.
tras la llanura azul del mar tranquilo 11B · Rima consonante.

· No más de 2 versos seguidos con


dando sitio en la noche, qué imprudente 11A
la misma rima.
presta con sus tinieblas igualmente 11A
· Ningún verso sin rima.
al crimen manto y al dolor asilo. 11B
· No rimar entre sí los dos últimos.
He soñado historia y brillo 8a
sombras, glorias y poder; 8 · Cinco versos de arte menor.
Quintilla fui señor de horca y cuchillo b · Rima consonante.
al amparo del castillo, 8a · Esquema variable.
del castillo de Bellver. 8a
8
b
Buscando mis amores 7a
iré por esos montes y riberas, 11B · Dos versos endecasílabos.
Lira ni cogeré las flores, 7a · Tres versos heptasílabos.
ni temeré las fieras 7b · Rima consonante.
y pasaré los fuertes y fronteras. 11B
6 versos.
NOMBRE EJEMPLO ESQUEMA CARACTERÍSTICAS
Recuerde al alma dormida 8a
avive el seso y despierte 8b
Pie quebrado o contemplando 4c · Versos de arte menor.
Copla manriqueña cómo se pasa la vida 8a · Rima consonante.
cómo se viene la muerte, 8b
tan callando; 4c
• 8 versos.
NOMBRE EJEMPLO ESQUEMA CARACTERÍSTICAS
Cerca del Tajo en soledad amena, 11A
de verdes sauces hay una espesura, 11B
toda de hiedra revestida y llena, 11A
que por el tronco va hasta la altura 11B · Ocho versos de arte mayor.
Octava real y así la teje arriba y encadena, 11A · Rima consonante.
que el Sol no halla paso a la verdura; 11B
el agua baña el prado con sonido 11C
alegrando la vista y el oído. 11C
Veinte presas 4-
hemos hecho 4a
a despecho 4a
· Ocho versos de arte menor.
Octavilla del inglés 4
· Rima consonante.
y han rendido b
· Esquema variable.
sus pendones, 4-
4c
cien naciones 4c
a mis pies. 4b

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10 versos.
NOMBRE EJEMPLO ESQUEMA CARACTERÍSTICAS
Guarneciendo de una ría 8a
la entrada incierta y angosta, 8b
sobre un peñón de la costa 8b
que bate el mar noche y día, 8a
Décima o se alza, gigante y sombría, 8a · Versos de arte menor.
espinela ancha torre secular 8c · Rima consonante.
que un rey mandó edificar 8c
a manera de atalaya 8d
para defender la playa 8d
contra las iras del mar. 8c

24
La rima

Es un eco o repetición producida por los sonidos de las palabras al final de un verso. Este surge a
partir de la vocal acentuada.

Según su sonido la rima se clasifica en consonante y asonante.

Rima consonante

Es cuando todos los sonidos de la última sílaba coinciden. Sirva de ejemplo e fragmento del
siguiente poema de Jorge Luis Borges:

La luna ignora que es tranquila y clara (a)


Y ni siquiera sabe que es la luna; (b)
La arena que es la arena. No sabrá una(b)
Cosa que sepa que su forma es rara. (a)

Ejemplo de rima consonante


Qué bien a la madrugada 8 a
correr en las vagonetas 8 b
llenas de nieve salada 8 a
hacia las blancas casetas 8 b
(Rafael Albert

Rima asonante
Es cuando la rima se produce, al igual que la rima consonante, en la última sílaba de un verso, pero
aquí sólo riman las vocales, como veremos en el siguiente poema de Gustavo Adolfo Becker:
¿De dónde vengo?… El más horrible y áspero

de los senderos busca;


las huellas de unos pies ensangrentados
sobre la roca dura,
los despojos de un alma hecha jirones
en las zarzas agudas,
te dirán el camino
que conduce a mi cuna.
¿Adónde voy? El más sombrío y triste
de los páramos cruza,
valle de eternas nieves y de eternas
melancólicas brumas.
En donde esté una piedra solitaria
sin inscripción alguna,
donde habite el olvido,
allí estará mi tumba.

Ejemplo de rima asonante


Y yo los oía hablar, 7+1 –
entre el nublado de nácares, 9-1 (a-e)
25
con blando rumor, de mí. 7+1 –
Y ¿cómo desengañarles? 8 (a-e)
¿Cómo decirles que no, 7+1 –
que yo era sólo el pasante, 8 (a-e)
que no me hablaran a mí? 7+1 –
No quería traicionarles. 8 (a-e)
Y ya muy tarde, ayer tarde, 8 (a-e)
oí hablarme a los árboles. 9-1 (a-e) (Juan Ramón Jiménez)

La rima se marca o nombra con letras mayúsculas (ABC) cuando se refiere a versos de ARTE MAYOR
(versos de nueve o más sílabas), y con letras minúsculas (abc) cuando hacemos referencia a versos
de arte menor (versos de ocho o menos sílabas). Además, la letra cambia, en orden alfabético,
cada vez que aparece un verso con rima diferente a los anteriores. Ejemplo:

Después juntos los dos, alguna noche, A (verso de arte mayor)


reímos mucho, tanto b (verso de arte menor)

ESQUEMA DE RIMA
Para completar esta particularidad en el verso, debe considerarse un último aspecto: los esquemas
de la rima, que deben considerarse siempre en función de las cinco primeras letras del abecedario,
pues son cinco las vocales para determinar la rima.

Según su forma, la rima puede ser cruzada, continua o monorrima, alterna o cruzada, abrazada y
pareada. Así, tenemos cuatro esquemas básicos:

MONORRÍTMICA PAREADA CRUZADA ENCADENADA


-------------------- A ----------------- A ----------------- A ------------------- A
-------------------- A ----------------- A ----------------- B ------------------- B
-------------------- A ------------------A ------------------A
-------------------- A ------------------ B ------------------ B
-------------------- A ------------------ B ó ----------------B
-------------------- A ------------------A ------------------C
----------------- C ------------------ B -------------------B
----------------- C ------------------ B
------------------ A -------------------C
------------------- D ------------------- C

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27
La métrica
La poesía es todo ritmo y estructura. En español la poesía suele mantener regularidad entre sus
versos. A esta regularidad se le llama métrica y se refiere, específicamente, a la cantidad de sílabas
con que cuenta cada verso.

Arte mayor y Arte menor

En la poesía en español se hace una división entre los versos a partir de la cantidad de sílabas que
estos tengan. A todos los versos de hasta ocho sílabas se les denomina verso de arte menor. A todos
los versos con más de ocho sílabas, se les llama de arte mayor.

Clasificación de versos según su métrica

Los versos se clasifican por su extensión en sílabas: bisílabos si son de dos sílabas, trisílabos de tres;
tetrasílabos de cuatro, pentasílabos de cinco, hexasílabos de seis, heptasílabos de siete y octosílabos
de ocho. El verso más común en la poesía en español es el verso de ocho sílabas. A partir de ahí
tenemos el eneasílabo (nueve), el decasílabo (diez), el también muy común endecasílabo (once) y
el dodecasílabo (doce). Los versos de más de doce sílabas no son comunes, pero reciben su
nombre, igual que los anteriores, a partir de la cantidad de sílabas que contengan.

LICENCIAS MÉTRICAS

Tu conteo seguro arrojó los siguientes números 9, 9, 9, 8, 9, 9, 8, 8, 9, 10, 8, 9, 9, 9, 10, 8. Si tu conteo


fue así, quizá pienses que se trata de un poema de versos eneasílabos, un metro raro en la poesía
castellana. Te sorprenderá saber, entonces, que en realidad todos los versos del poema anterior
suman 8 sílabas. No contaste mal, sino que esto es así gracias a una serie de convenciones o
acuerdos sobre el conteo de sílabas en la poesía, que más parecen trucos o trampa. Pero que
tienen la finalidad de acortar o alargar los versos para conseguir más musicalidad, sonoridad o
resaltar ciertos términos. A estos trucos se les llaman Licencias poéticas. Existen cuatro tipos de
licencias poéticas en castellano: la Sinalefa, el Hiato, la Sinéresis y la Diéresis.

Sinalefa: Permite juntar dos o más vocales que están al final de la palabra o inicio de la siguiente,
con la finalidad de que formen una sola sílaba métrica.

¿Te acuerdas de aquella noche? 8 sílabas métricas

Hiato: Es la separación de dos vocales recurrentes pertenecientes a vocablos distintos. Es lo opuesto


a la sinalefa. Es decir, se cuentan sílabas de manera normal.

Llegó e-lla con su corte 8 sílabas métricas

Sinéresis: La unión de dos vocales Fuertes que, normalmente, no suelen diptongarse.

El héroe canta con maestría 8 sílabas métricas

Diéresis: Es lo contrario a la sinéresis. De dos vocales que forman diptongo se hacen dos sílabas.

A lo lejos se oye un ru-ido 8 sílabas métricas

La palabra aguda: Si en un verso la última palabra es aguda, deberá sumarse el número total de
sílabas y agregar una.

Ejemplo: Y – su – bo – ca – quee – ra – co – moun – ru – bí

28
Métrica: 10 + 1 = 11

La palabra esdrújula: Si en un verso la última palabra es esdrújula, se sumará el número total de


sílabas menos una.

Ejemplo: E – raun – ti – gre – con – mi – ra – da – deó – pa – lo

Métrica: 11 – 1 = 10

Existen versos con una misma métrica, pero sin ninguna rima. Estos reciben el nombre de versos
sueltos o blancos. Observa esta estrofa de versos octosílabos, de un poema de Virgilio Piñera:

Ella me dirá ¡Amor mío!, yo le diré: ¡Mi adorada!,


¿cómo fue lo de tus piernas?
¡cuéntame, que estoy sangrando!

Además de aquellos poetas que deciden escribir sus textos sujetándose a las reglas de la métrica y
la rima, hay otros que prefieren no hacerlo y se dedican a escribir poemas de verso libre. Este tipo de
textos son poemas en verso, que no tienen una métrica ni una rima regular:

USTED
Usted
que es una persona adulta
- y por lo tanto- sensata, madura, razonable,
con una gran experiencia y que sabe muchas cosas,
¿qué quiere ser cuando sea niño?
Jairo Aníbal Niño

El Ritmo

Puede definirse como el efecto que resulta, entre otras razones, por las repeticiones, pausas y
distribución de acentos en los versos de un poema, aunado a la articulación regular de un número
de sílabas. El ritmo resulta de alternar pausas y acentos (sílabas acentuadas con sílabas átonas)
produciendo una musicalidad muy especial. Es el elemento esencial en toda manifestación artística
y es una medida interna del verso, a diferencia del metro, que es una medida externa. Se definirá
como la armonía que procede de la acertada periodicidad de los acentos distribuidos a lo largo del
verso.

El ritmo poético es parecido al ritmo musical, puesto que en él existen sílabas que tienen mayor
intensidad que otras.

Como regla general y absoluta, todo verso castellano debe llevar el acento en la penúltima sílaba,
lo que lo hace ser un verso grave. Al acento que recae en dicha sílaba se le denomina axis rítmico,
que debe considerarse especialmente cuando el verso termina en palabra aguda o esdrújula (el
acento axis puede ser prosódico u ortográfico).

Ejemplo:
Yo – soy – el – fle - co – DEO – ro
De – la – le – ja – naes – TRE – lla
Yo – soy – de – laal – ta – LU – na
La – luz – ti – biay – se - RE na
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El otro tipo de acento que predomina en el verso es el llamado acento rítmico, que incluye el
acento axis. Éste recae en diferentes sílabas a lo largo de todo el verso. El acento rítmico también
puede ser ortográfico o prosódico.

El acento rítmico de un verso recae en las sílabas pares o impares. En algunas ocasiones el acento
rítmico no coincide con el acento normal de una palabra, y a veces una palabra de más de dos
sílabas puede tener más de un acento.

La distribución rítmica del poema puede depender de la métrica que el poema posea o de la
elección y organización de las palabras.

A pesar de que en la poesía en español basta con contar las sílabas, y esta regularidad determina el
ritmo, también los acentos nos ayudan a marcar el ritmo. De hecho, hoy en día es más común que
la poesía se fije en los acentos que en el número de sílabas para marcar el ritmo de un poema. Pero
antes de que pienses que todo el ejercicio anterior de contar sílabas fue en vano, debes saber que
el hecho de que restemos o sumemos una sílaba a la última palabra del verso si ésta no es llana,
tiene que ver con la idea de que el ritmo del poema es dado por las sílabas tónicas, y como la
mayoría de las palabras en español son llanas, el ritmo del español es un ritmo que consiste en una
sílaba tónica y una átona.

En esta estrofa de un poema de Pablo Neruda, observa los acentos que poseen más intensidad y el
efecto sonoro que causan en el poema. Nota además que la mayor parte de dichos acentos
corresponden a sílabas pares

Para mi corazón basta tu pecho,


para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormido sobre tu alma.
Subgéneros literarios de la lírica

La lírica se divide en muchos subgéneros, es decir, en una gran variedad de formas de poesía.

La escritura de la poesía se inicia en la época antigua y continúa en la edad media, en el


Renacimiento, en el Romanticismo y en la época contemporánea. Muchos de los subgéneros que
aún existen provienen de la época Antigua, pero al paso del tiempo han ido modificando su
estructura, de tal manera que si hiciéramos una comparación desde el origen hasta hoy, serían
totalmente distintos.

Para empezar, se originó en una lengua que no era el español (griego o latín) así que la conversión
a otra lengua, aunado a las necesidades propias del ser humano con el paso del tiempo, trajo
como resultado otro texto. Esto provocó que los rasgos distintivos, que los diferenciaba de los demás,
se fueran perdiendo o alterando, modificando, como si hubiese dado lugar a un mestizaje con la
aparición de otros rasgos en esta nueva especie. De tal manera que, si al el profesor le resultara
difícil descubrir esas huellas digitales de cada texto, sería entonces prácticamente imposible para el
alumno encontrarlas. Vamos a ubicar los subgéneros de última generación, de acuerdo a la
capacidad de nuestra lengua.

Así que no encontraremos la pureza originaria pero sí los subgéneros evolucionados.

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Características de los subgéneros de la lírica

Aunque son diferentes entre sí, los subgéneros comparten ciertas características en común, por lo
menos una de ellas.

-Metro es la medida de un verso por sílabas.

- Las sílabas unidas forman cadencias (ritmos) que se integran en versos, luego ellos forman unidades
mayores llamadas estrofas o estancias.

-Ritmo marca la musicalidad interna del trabajo.

-Rima (incorporada en la Edad Media) es el sonido que se presenta desde la última vocal
acentuada, hasta el final del verso; aporta otro rasgo más a la musicalidad.

Los subgéneros mayores son: Canción, Himno, Oda y Elegía.

Intentaremos dar un concepto de cada uno, donde se distingan algunas características, propias de
cada uno.

Canción: Es un texto corto, que trata un tema, está dividido en estrofas, posee gran carga
emocional y es acompañado de música, no tiene una métrica fija y posee enorme variedad de
formas.

Himno: Originalmente era una composición coral para cantarle a un dios. Es un texto donde se
exalta el amor a la patria, a personajes importantes, a la religión, posee un tono solemne y
generalmente puede estar acompañado de música, sin tener una métrica fija.

Oda: Es una exaltación a la vida, a un hecho importante, a la naturaleza. Es de carácter moral,


religioso, heroico. Cuando la oda es cantada, va acompañada generalmente por la lira. No tiene
una métrica definida. Algunos de los autores de oda son: Safo, Horacio, Píndaro; Pablo Neruda, Walt
Whitman

Elegía: Originalmente predominaban en ella temas como los pesares de la vida, del amor, de la
guerra; mas en la edad media se utilizó para demostrar el dolor por la muerte de un ser querido y en
nuestros días sigue teniendo esa función. No posee una métrica definida. Importa sobre todo el
contenido.

Se conoce, como sucede en toda poesía, que la métrica de los versos en los géneros menores no
pasa de las ocho sílabas y como tipos tenemos el Epigrama, el Madrigal y el Soneto.

Epigrama: es una crítica muy breve y sustancial, cuya métrica es variable.

Madrigal: Breve composición lírica, con la que se expresa un sutil y delicado requiebre amoroso; su
métrica es una combinación libre de 7 y 11 sílabas y no tiene un número determinado de sílabas y
puede ser una sola estrofa.

Soneto: Es una poesía de catorce versos endecasílabos, dividida en dos cuartetos y dos tercetos,
con tipo de rima consonante, los cuartetos riman entre sí y los tercetos entre sí.

31
Elementos del género lírico
Para el análisis de una obra lírica debemos conocer algunos elementos que le son propios. A
continuación, haremos una breve descripción de ellos:
 
1. Obra lírica.- Es la obra literaria en la que predomina la expresión de los sentimientos del
hablante.
2. Mundo lírico.- Se manifiesta en las obras líricas y está constituido por los sentimientos y
emociones del hablante.
3. Hablante lírico.- Es un ser hecho de lenguaje, diferente al poeta, a través del cual este expresa
sus sentimientos y emociones.

Ejemplo: 
                        Yo no quiero que a mi niña
golondrina me la vuelvan.
                                               Hablante lírico: Una madre

Madre, cuando sea grande


¡Ay qué mozo el que tendrás!
                                               Hablante lírico: Un hijo
Señora, dicen que donde,
mi madre dicen, dijeron,
el agua y el viento dicen
que vieron al guerrillero. 
Hablante lírico: Una voz que      sabe lo que ocurrirá. 
 
1. Actitud del hablante.- Es el modo de captar y mostrar la realidad. El hablante lírico puede
entregar sus sentimientos a través de tres actitudes básicas:

32
a)     Actitud enunciativa.
b)     Actitud apostrófica.
c)      Actitud de la canción (carmínica).
 
a)      La actitud enunciativa se hace presente cuando el hablante está casi contando algo.
Generalmente se ocupan tiempos verbales en 1° y 3° persona. Observa más objetivamente
aquello de lo que habla.
Ejemplo:
                        Margarita, está linda la mar
                        y el viento;
                        lleva esencia sutil de azahar
                        tu aliento.                           
                                                                      (A Margarita. Rubén Darío)
                        Ya en la mitad de mis días espigo
                        esta verdad con frescura de flor
                                                                       (Gabriela Mistral)
 
b)      La actitud apostrófica es aquella en que el hablante se dirige a un “tú” al que interpela, al
objeto que provoca su canto. Generalmente se usa en los himnos, las odas y los salmos.
Ejemplo:
                        “Señor, tú sabes cómo, con encendido brío,
                        por los seres extraños mi palabra te invoca”.
                                                                       (El Ruego. Gabriela Mistral)
                        Me gustas cuando callas
                        porque estás como ausente
                                                                       (Pablo Neruda)
 
c)        Actitud de la canción.- Es la más lírica de todas y la encontramos en las obras poéticas
llamadas canciones. El hablante lírico se refiere preferentemente a su propia interioridad.
Ejemplo:
                        “La tierra es dulce cual humano labio,
                        como era dulce cuando te tenía,
                                                                       (G. Mistral)
1. Motivo lírico. Es cada  momento de una obra lírica en que se expresa la interioridad del
hablante y los sentimientos y emociones que experimenta ante un objeto, elemento o aspecto de la
realidad. Los motivos son vivencias para el alma humana. Son portadores de un mensaje espiritual.
Pueden ser motivos líricos el amor, la Patria, la alegría frente a una actitud, la naturaleza, la angustia
por el transcurrir de la vida, etc.
Ejemplo:
                        ¡Cómo de entre mis manos te resbalas!
                        ¡Oh, cómo te deslizas, edad mía!
¡Qué mudos pasos traes, oh, muerte fría,
pues con callado pie todo lo igualas!
Motivo: Angustia del paso del tiempo que conduce inevitablemente                     a la
muerte.

Por una mirada, un mundo;


por una sonrisa, un cielo,
por un beso…, ¡yo no sé
que te diera por un beso!
                                             Motivo: el amor.
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1.  Objeto lírico. Puede ser una persona, animal, cosa, objeto personificado que sirve al
hablante lírico para expresar su interioridad.
Ejemplo:
                        Vosotras, las familiares,
                        inevitables golosas,
                        vosotras, moscas vulgares
me evocáis todas las cosas.
                                               Objeto: las moscas.
                        Porque es áspera y fea,
                        porque todas sus ramas son grises
yo le tengo piedad a la higuera.
                                               Objeto: la higuera.
Jaca negra, luna grande,
y aceitunas en mi alforja.
Aunque sepa los caminos
yo nunca llegaré a Córdoba.
                                               Objeto: la muerte.

1.  Lenguaje lírico. Es un lenguaje figurado (connotativo) que emplea las palabras con
significados distintos a los verdaderos. El poeta utiliza diferentes figuras literarias o recursos para dar
elegancia, belleza y profundidad a lo que dice.

2.-Figuras retóricas o literarias

Así, el sujeto lírico, a través de la connotación y de recursos estilísticos, crea un lenguaje metafórico
(con otras palabras te expresa la idea), sintético (con pocas palabras te expresa una realidad total)
y polisémico (da varios significados a una palabra); que se desarrolla por medio de las figuras
retóricas.

A continuación se da una breve explicación de las más usuales, aunque existe una clasificación
aproximada de cuarenta.

Clasificación de figuras retóricas

Como insinuamos anteriormente, hasta el siglo XVIII, cuando comienzan a moverse las ideas
estéticas, los tipos de figuras literarias considerados hasta entonces son los tradicionales, y que
podríamos resumir en el siguiente listado:

1- Figuras de pensamiento: afectan a un enunciado completo. Serían la ironía, la perífrasis, la


interrogación, la exclamación, la imprecación, el epifonema, la prosopopeya, la reticencia, la
preterición, el apóstrofe y la antítesis.

2- Figuras de significación (tropos): afectan al cambio de sentido de las palabras. En este apartado
de los tipos de figuras literarias entrarían la metáfora, la metonimia, la sinécdoque, la antonomasia,
la hipérbole, el litote.

3- Figuras de dicción: en las que se modifica la forma de las palabras. Por ejemplo, apócope,
paragoge, aféresis, metátesis, etc.

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4- Figuras de elocución: que consisten en la elección y variedad de las palabras empleadas en
nuestros textos, por ejemplo la sinonimia, el epíteto, la repetición, la amplificación, el asíndeton, el
polisíndeton, etc.

5- Figuras de construcción: se refieren al orden de las palabras en la frase y son muy utilizadas en la
poesía desde siempre, como la elipsis, el zeugma, el quiasmo, la anáfora, el hipérbaton, etc.

6- Figuras de ritmo y melodía: hacen referencia a elementos fónicos, como la onomatopeya, la


aliteración, etc.

Tipos de figuras retóricas

Prosopopeya o personificación. Adjudica acciones, conductas y cualidades humanas a objetos y


animales, por ejemplo: ¡Cómo lloran las carretas...!

Epíteto. Se refiere al uso de adjetivos innecesarios, ya que nombra una cualidad que conlleva el
sujeto, por ejemplo: El inmenso mar estaba frente a él.

Símil o comparación. Es la igualdad o semejanza entre dos elementos que guardan una relación,
por ejemplo: Tus ojos, como soles...

Metáfora. Se refiere a sustituir un elemento por otro, valiéndose de una relación de semejanza, por
ejemplo: Era del año, la estación florida...

Reticencia. Es el uso de puntos suspensivos, en lugar de palabras, por ejemplo: ...cierto, a mis
lozanías va a seguir el invierno.

Antítesis. En una frase se oponen dos ideas, por ejemplo: La cuna empieza a ser sepultura, y la
sepultura cuna a la postrera vida.

Hipérbole. Es una exageración con la que el hablante lírico quiere destacar una característica de
algo. Esta figura literaria se usa mucho en el lenguaje coloquial
(Me muero de hambre. Ese hombre tiene el corazón de piedra. Tengo los pies como hielo.)
Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca. (G.Lorca)

Hipérbaton. Consiste en la alteración del orden lógico de la oración. Se usa para destacar algo que
interesa al hablante.

… Cuando por el monte oscuro


baja Soledad Montoya. (García Lorca)

Que se apague la guitarra


que la patria está en duelo. (P. Neruda)

La repetición o reiteración. Se puede repetir una palabra o frase al principio, al medio o al final para
dar mayor intensidad a los sentimientos.

¡Ay mis camisas de luto!


¡Ay mis muslos de amapola! (García Lorca)

Si se repite la conjunción y la repetición se llama polisíndeton.


35
Todo se hunde en la sombra: el monte y el valle
y la iglesia y la choza y la alquería. (A. Bello)

La adjetivación. Muchos poetas usan el adjetivo para dar colorido, sonoridad y gusto al lenguaje.

Hay un grupo de adjetivos que reciben el nombre de epítetos por destacar cualidades propias o
inherentes al sustantivo.

El león fiero.
La inocente paloma.
La blanca nieve.

Metonimia. Consiste en tomar la parte por el todo.

Las piquetas de los gallos (toma las espuelas por el ave).


La juventud canta (todos los jóvenes).
Aquí no hay sombra (no hay árboles).
Es todo corazón (bondadoso).

Sinécdoque. Consiste en tomar el todo por las partes.


Los mortales (por el hombre).
Mil pechos aguerridos te defienden (los soldados).

Sinestesia. Consiste en atribuir la percepción de algo por otro sentido que no es el natural.

Colores chillones (oído)


Dulces melodías (oído)
Ásperas palabras (oído)

Aliteración. Consiste en la repetición de fonemas (sonidos) iguales, en uno o más versos. Observa
cómo el poeta construye la aliteración repitiendo fonemas como /t/, /s/ y /r/ en el siguiente poema,
no sólo para causar un efecto sonoro, sino para recrear el jugueteo del amor:

Yo te quiero tanto y tanto, mi tontita sabia, mi tantita savia que


me recorre como un río bienvenido en el frío tempranero de Bahía,

Anáfora. Es la repetición de una misma palabra o frase, al inicio de dos o más versos.
Yo te quiero así, desplegada y única, como una banderita sobre el país de mi cama, abierta a
todas las tormentas del trópico y a los golpes de la suerte.
Yo te quiero así, acampanada sobre todos los ritmos del amor, quiero decir, revoloteando como la
palomita de la paz y de la guerra que eres.

Elipsis. Consiste en suprimir palabras del verso, con la intención de hacerlo más breve, enérgico,
rápido y sugestivo. En el siguiente poema nota cómo se omiten el verbo “dar” y otras palabras en los
dos primeros versos:

XXIII Sin elipsis:


Por una mirada, un mundo; Por una mirada [te daría] un mundo
por una sonrisa, un cielo; Por una sonrisa [te daría] un cielo;
por un beso... yo no sé qué te diera por un beso.
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Sinestesia. Es una figura retórica que consiste en atribuir a los sentidos (oído, tacto, gusto, vista,
olfato) sensaciones que no les son propias. La sinestesia también mezcla dichas sensaciones con
sentimientos (tristeza, alegría, etc...).
Retirado en la paz de estos desiertos,
con pocos, pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los difuntos,
y escucho con mis ojos a los muertos.

El Retruécano o Conmutación es una figura retórica que consiste en repetir una frase en sentido
inverso:
¿Cómo creerá que sientes lo que dices
oyendo cuán bien dices lo que sientes?

El Pleonasmo o Redundancia es una figura retórica que consiste en utilizar intencionalmente


palabras innecesarias que no añaden nada nuevo a la comprensión del mensaje:
Temprano; madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo

El Polisíndeton es una figura retórica que consiste en la utilización de conjunciones innecesarias


dentro de la oración:
Porque es pura y es blanca y es graciosa y es leve como un rayo de luna

El asíndeton es una figura literaria que implica la omisión de conjunciones o nexos entre los
elementos de una oración. Por ejemplo:
Desmayarse, atreverse, estar furioso
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso.

La ironía consiste en transmitir la información completamente contraria al mensaje que se dice o


que se escribe.
Comieron una comida eterna, sin principio ni fin… → Ingeniosa ironía en la que da a entender que
no comieron nada.

Isotopía, imagen, pluralidad de sentidos


Como lo que pretendemos es que tu competencia lecto-escrita continúe desarrollándose, es
necesario que, luego de tener claro algunos aspectos formales referentes a la poesía, sigas
afianzándote en la comprensión de elementos poéticos que te llevarán a acercarte más al
sentido de un texto perteneciente a este género literario.
Se dice que un buen poema es aquel que logra provocar imágenes significativas en quien lo
lee o lo escucha. Las imágenes poéticas son ese conjunto de palabras que el poeta
enunciador plasma en su poema, con la intención de llegar hasta la mente y emotividad del
enunciatario.
Para lograr estas imágenes, el autor (de forma consciente o inconsciente) recurre a la
repetición de unidades sintagmáticas (palabras o frases) que poseen rasgos semánticos
comunes, es decir, a lo largo del poema el poeta suele utilizar palabras o frases cuyo significado
se relaciona, buscando generar cierto sentido como esencia del poema mismo. A este
fenómeno se le conoce como isotopía, y es, según Beristáin, el responsable de que se dé una
coherencia temática, una línea de significación que constituye la finalidad del poema.
Observa lo que ocurre a partir del siguiente texto de Alejandra Pizarnik:
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La jaula
Afuera hay sol.
No es más que un sol
pero los hombres lo miran
y después cantan.

Yo no sé del sol.
Yo sé la melodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento.
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.

Yo lloro debajo de mi nombre.


Yo agito pañuelos en la noche y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo.
Yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.

Afuera hay sol.


Yo me visto de cenizas.

Dos de las isotopías más evidentes en el anterior poema son las siguientes:

El identificar las isotopías te ayuda a entender más el sentido de un poema y, por ende, te da más
argumentos en el momento de producir un comentario u otro tipo de texto sobre él.
¿Qué percibimos que expresa el yo lírico en el poema de Pizarnik?
Aquí, por ejemplo, se puede afirmar que ese “yo enunciador poético” expresa, desde el mismo
título, un sentimiento interno que se contrapone al de su entorno. Experimenta oscuridad, dolor,
soledad, temor, tristeza, locura, tormento… Se muestra como un ser atrapado en una realidad de la
que no puede escapar y que se opone a la del resto de los seres humanos (representados por esos
“hombres que miran el sol y cantan”).
“Yo me visto de cenizas” hace alusión al sentirse triste, destruido; “estoy gris”, “estoy muerto”, “soy
nada”, son otras frases metafóricas con las que expresamos la misma idea.

3.- Paráfrasis, comentario libre y lectura oral de poesía


En lo referente a la paráfrasis, recuerda que ésta es una operación textual cuya finalidad es dar
cuenta de la comprensión de un texto. Existen dos tipos de paráfrasis: la mecánica y la constructiva.
Mientras que la paráfrasis mecánica consiste en el simple ejercicio de cambiar algunas palabras o
frases del texto por sinónimos, la paráfrasis constructiva es una operación que busca dar cuenta de
la comprensión del texto tutor y reescribir su sentido con las palabras propias de quien la elabora

El comentario libre es un texto (oral o escrito) en el que puedes manifestar tu opinión sobre algún
asunto, hecho, escrito, exposición, afirmación u opinión de otro. Para elaborarlo con propiedad, no
sólo es recomendable tener presente las propiedades textuales (cabalidad, cohesión,
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concordancia, adecuación, coherencia, disposición espacial, corrección gramatical), sino también
otros criterios específicos que te sean señalados (extensión, referentes, observación de ciertos
elementos, etc.). Recuerda que para la adecuada elaboración de éste y otros productos textuales
es imprescindible seguir indicaciones y revisar o cuidar el discurso que construyes.

Elementos del análisis de un poema

Contextualización: Autor, época, movimiento literario, título del poema

1.- Nombre del poema


2. Nombre del poeta
3.-Movimiento literario
3.- Datos del autor- relación contexto histórico

Estructura externa: Clases de estrofas, tipo de poema, analizar número de sílabas métricas, el tipo de
rima, de verso, estrofas, la acentuación, repeticiones, anáforas, etc. Explicar las características
métricas y estilísticas.
4.-Tipo de poema según sus estrofas (décima, cuarteta…) y/o su tema (égloga, elegía, etc.)
5.- Tipo de verso (libre, blanco, discordante, etc)
6.- Tipo de rima (asonante o disonante) con un ejemplo
7.- Tipo de rima (monorrima, cruzada, pareada, abrazada)
8.- Métrica de los versos.

Análisis del contenido: Tipo de lenguaje (tono del poema), forma de expresión (diálogo, monólogo)
significado del poema, explicación de ideas, recursos literarios (aludir a su valor poético)y estilísticos,
tipo de lector del poema.
9.- Motivo lírico (idea central del poema) , ¿Por qué?
10.- Objeto lírico (ser o circunstancia de quien se habla) ¿Por qué?
11.- Hablante lírico (incluya una parte del poema que explique esto)
12.- Actitud del hablante (apostrófica, enunciativa, carmínica (incluya un ejemplo)
13. Figuras literarias o retóricas utilizadas (metáfora, comparación, paradoja, etc.) Incluya ejemplos

Estructura interna: analizar las partes en las que se estructura el contenido e ideas. Identificar la idea
o función de cada parte. Dividiremos pues el poema en "partes" y analizaremos cada una de ellas,
indicando lo que transmite el poeta. Es obvio que esto tendrá como consecuencia que estaremos
ya adelantando el mensaje, el sentimiento o lo que el poeta quiere expresar en su conjunto.

14.-Paráfrasis del poema. Interpretación denotativa o literal del poema


15.-Tema del poema. Indicar de qué trata el poema, idea principal.
16.-Opinión personal del poeta y del poema

EJEMPLO DE ANÁLISIS DE POEMA

Soneto de Lope de la Vega

Desmayarse, atreverse, estar furioso,


 áspero, tierno, liberal, esquivo,
 alentado, mortal, difunto, vivo,
 leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo,


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 mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
 enojado, valiente, fugitivo,
 satisfecho, ofendido, receloso;

huir del rostro al claro desengaño,


 beber veneno por licor suave,
 olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe,


 dar la vida y el alma a un desengaño,
 esto es amor: quien lo probó lo sabe

EJEMPLO DE ANÁLISIS LITERARIO


El poema que se analizará se titula “El amor es”, del autor Lope Félix de Vega Carpio (1562-1635),
uno de los poetas más importantes pertenecientes al Siglo de oro español. Éste tuvo una vida muy
azarosa. En particular, siguió una llena de aventuras amorosas, pues estuvo casado varias veces y
tuvo muchas amantes. Lo cual se reflejará en su obra.

 En el soneto objeto de comentario del poeta, aborda principalmente el tema clásico del amor. El
amor lo inventaron los trovadores del sur de Francia(PROVENZA, OCCITANIA) en el siglo XII y, tras
ponerlo de moda, lo divulgaron por las cortes europeas con un éxito sorprendente. Entonces se
estableció un tipo de relación sentimental entre el hombre y la mujer de la que no es posible
encontrar muchos precedentes y que, sin embargo, posee en sus modos varias de las características
que hoy mantiene la concepción de ese sentimiento.

 En cuanto a la vida y producción literaria, fue ciertamente un fenómeno de productividad. La


segunda forma poética la componen sus “Rimas humanas”, que contienen 200 sonetos, en su
mayor parte mitológicos y pastoriles, y “Rimas sacras”, que incluyen 100 sonetos, principalmente
religiosos y hagiográficos. Tanto en una como en la otra forma, observamos claramente el
ingrediente temático de su azarosa vida, bien mundanal como religiosa.

“El amor es…” se trata de un soneto, como indica su nombre. El soneto es un poema de catorce
versos dividido en dos cuartetos (estrofa de cuatro versos) y dos tercetos estrofa de tres versos) de
rima encadenada. Son versos endecasílabos (de once sílabas) con rima consonante ABBA ABBA
CDE DCE.

En cuanto a la estructura externa del poema,no se ha encontrado ningún recurso estilístico


relacionado con la sonoridad: repeticiones. (ojo a las aliteraciones de R y S)
En cuanto a la semántica del poema, utiliza un vocabulario relacionado con los estados de ánimo y
adjetivos que atribuimos a descripciones del carácter de las personas, como bien pudiera ser, por
ejemplo, valiente.

En cuanto a la utilización de recursos retóricos, utiliza diversos recursos literarios:


 - Asíndeton
 Casi todo el poema está escrito sin ninguna conjunción. Por ejemplo en la primera estrofa:
 Desmayarse, atreverse, estar furioso,
 áspero, tierno, liberal, esquivo,
 alentado, mortal, difunto, vivo,
 leal, traidor, cobarde y animoso;

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- Epíteto
 Creo que todo el poema lo sería, ya que el amor es todo lo que nos describe Lope mediante sus
contradicciones.

Asimismo, los distintos recursos literarios encontrados son:


 - Hipérbole, exageración sobre un hecho de la realidad.
 Verso 12 “creer que un cielo en un infierno cabe”
 - Metáforas
 Verso 5 “no hallar fuera del bien centro y reposo”
 Verso 10 “ beber veneno por licor suave”
 Verso 11 “olvidar el provecho, amar el daño”
 Verso 12 “creer que un cielo en un infierno cabe”
 - Antítesis enfrentamiento de dos ideas opuestas de sentido opuesto.
 Algunas de las antítesis son: “Desmayarse, atreverse; estar furioso, áspero, tierno; liberal, esquivo;
mortal, difunto, vivo;…” Todos esos conjuntos de parejas de antónimos que se van formando a lo
largo de la obra.

El poema se puede dividir en dos partes. La primera parte constaría de los dos primeros cuartetos, en
los que se intenta definir el amor enumerando parejas de adjetivos, entre otras actitudes que
provoca en el enamorado/a. Mientras que la segunda parte estaría formada por los dos tercetos,
en los que estos sentimientos y estados de ánimo se relacionan se ven relacionados con actos
totalmente contradictorios mediante oraciones de infinitivo, en la última estrofa se hace una
conclusión (que es una catáfora) en la que dice que todo aquel que ha amado en algún momento
se ha sentido contradicho; es decir, enamorado.
 

El poema de Lope de Vega, empieza el primer párrafo contradiciéndose. Contrapuesta el


desmayarse con el atreverse; es decir, el estar en un estado sin conciencia a atreverse, a ser
consciente de cada uno de sus actos y a aprobarlos. El estar furioso y áspero con el ser liberal y
tierno, nadie puede estar dotado de ternura i maldad al mismo tiempo, es algo ilógico.
Continua contrastando conceptos como la mortalidad y el estar vivo con estar muerto (difunto), y el
ser traidor y cobarde con leal y animoso. Es como si t(Ú) no fueras capaz de controlar tus
sentimientos Y estados de ánimo porque son superiores a ti; es decir, todo ese amor no te dejar
hacer ni pensar en nada mas que en eso, en el amor.
 Sigue sus contradicciones a lo largo del poema diciéndonos que el enamorado/a no puede
mostrar sus verdaderos sentimientos cuando esta enamorado porqué ese amor es tan grande que
no le deja huir de ese mundo fantástico Y perfecto que se ha creado

Finalmente, con esto observamos que Lope nos intenta definir este concepto de amor contrastando
conceptos, mediante de antítesis. Pero el amor es una cosa esencial de manera que no podemos
percibirlo por medio de sentidos pero sí que se puede sentir, como sentimiento; es difícil de describir
ya que no se define el concepto sino las sensaciones. Así, utiliza estas contradicciones transmitiendo
al lector sensaciones que definen amor como algo inexplicable e ilógico.

Conclusión:
Personalmente, he escogido este poema porque me gusta mucho como Lope es capaz de
describir, con total sencillez, el amor.

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 Creo que actualmente este poema continuaría siendo uno de los poemas de amor más bellos
jamás escritos, hasta ahora; en el que uno puede pararse a pensar sobre el amor y cómo este ha
sido capaz de transformarlo hasta tal punto de sentir algo contradictorio. Parece increíble que
necesitemos de este sentimiento para poder subsistir, estamos locos por saber que es el amor y
saber que se siente con él. Por eso, es uno de los temas DE LOS que SE componen y han compuesto
gran cantidad de canciones ya que es un sentimiento que todos hemos sentido alguna vez, es algo
bonito y difícil de explicar; es el amor.
 

Finalmente, termina el poema con el verso "esto es amor: quien lo probó lo sabe", como hemos
comentado anteriormente, todos aquellos que han sentido todas estas contradicciones son los que
han amada. Además, el recurso utilizado por Lope de Vega, la catáfora, de relegar al verso final la
idea central del poema es frecuente en Bécquer.

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