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¿Qué es la literatura?

La literatura es considerada por la Real Academia Española como una expresión artística que se basa en el uso
del lenguaje; de hecho, podríamos decir que es casi cualquier documento escrito. Es también la ciencia que estudia
las obras literarias y una asignatura que se enseña en colegios o universidades. La literatura es una disciplina que
usa el lenguaje de forma estética. El término literatura proviene del vocablo latínlitterae, que hace referencia a la
acumulación de conocimientos que nos guíen al correcto modo de escribir y de leer. Hay algunas definiciones que
afirman que, además de lo escrito, la literatura está en lo cantado o hablado. También se considera como literatura
al conjunto de libros que hablan sobre un tema específico, son de una época determinada o un género en
particular. Lo que hace literario a un texto, o sea lo que lo forma o lo convierte en literatura, es la literaturidad, que
está en el uso que se hace del lenguaje en ese tipo de textos. Este tipo de lenguaje tiene una trascendencia particular
porque está destinado a durar en el tiempo.

Fuente: https://concepto.de/literatura/#ixzz6EC4nbWMl

https://dle.rae.es/literatura?m=form
Funciones
Función estética: El arte literario ha sido creado con el fin de transmitir la belleza a través de la palabra, para que el
lector goce con cada uno de los párrafos que va leyendo. La sensibilización estética y social son claves iniciales para que el
lector continúe la lectura a lo largo de todo el texto. La utilización de recursos literarios como las metáforas o los símiles
suelen ser elementos propios de innumerables obras, entre otros.

Función social: La obra literaria es testigo de una época social y de una jerarquía propia de su tiempo. Este tipo de
documento ayuda al lector a conocer las problemáticas actuales o pasadas, a trasladarse a un nuevo entorno y a
conocer las riquezas o desdichas existentes en aquel momento. La historia de pequeños pueblos, grandes reinos o
comunidades actuales se narra de forma amena y estética con el fin de transmitir un aprendizaje en el lector.

Función cultural: Al igual que cualquier otro tipo de arte, el ser humano plasma sus intereses, ideales, costumbres, su
cultura, su existencia y sus deseos. La literatura es una forma de transmisión de los valores universales de la
humanidad o del propio autor de la época. Sirve como un medio de transmisión de la cultura pasada o actual, sobre un
hecho relevante para su creador.

Función musical: La literatura sirviéndose de su función estética utiliza elementos de la lengua que aporten un sonido
armónico, agradable al sonido. Por lo tanto, utiliza recursos literarios como la rima y el ritmo, no solo en la prosa y en
la poesía, sino también en el resto de textos. El lenguaje empleado por el autor puede repercutir en su sonoridad, siendo
complementado por la estética para dar mayor fuerza y vigor a la obra presentada.

Función afectiva: La finalidad que persiguen algunos autores en sus relatos es transmitir un valor, un aprendizaje al
lector. Por este motivo el lenguaje literario suele contener una gran carga emotiva, mayor que la del lenguaje cotidiano.
El objetivo del escritor es trasladar al lector a su mundo, al libro y a la historia que está narrando, para producir en él
sensaciones nuevas, otras experiencias y abrirle un mundo diferente de oportunidades.
Función simbólica: Al igual que la función musical, la función simbólica también se encuentra relacionada con la
función estética, con la poética. Más allá del lenguaje directo, se centra en enseñar al lector un universo paralelo lleno
de matices y de dobles sentidos. Por ello utiliza el significado connotativo, simbólico y personal. A través de figuras
literarias diversas logra comunicar sentimientos, ilusiones e ideas.

Función evasiva: El escritor utiliza la literatura para expresar sus emociones y conflictos internos, así como los
problemas existentes en la sociedad o en su entorno más cercano. Por lo tanto, es un medio de evasión para transmitir
lo que preocupa a uno, además de para aportar una enseñanza al lector.

Función de compromiso: Toda obra escrita le proporciona un compromiso a su autor, ya sea con su contexto histórico,
social o con los valores o historias que desee transmitir. Debe ser consciente que puede tratar grandes problemáticas y
denunciarlos a través de sus obras para tratar de expresar su punto de vista y quizá influenciar a los lectores o a la
sociedad sobre un determinado hecho.

https://comofuncionaque.com/que-es-la-literatura-y-cuales-son-sus-funciones/

características
4. Géneros literarios

 Narrativa. Los textos narrativos son aquellos que relatan una anécdota. Ya sean breves (cuento, microcuento) o
largos (novela), o incluso de no-ficción (crónica).
 Poesía. Se entiende por poemas, del tipo que sea, los textos reflexivos o descriptivos que, en vez de relatar un
evento o exponer claramente algún tipo de idea, intentan más bien transmitirla a partir de la metáfora y el juego
lingüístico.
 Dramaturgia. Llamamos dramaturgia a la escritura de textos destinados a ser representados teatralmente, por lo
que poseen una convención totalmente distinta a los narrativos (carecen de narrador).
 Ensayo. Los textos ensayísticos discurren poéticamente respecto a un tema de interés, vale decir, exponen una serie
de ideas con claridad, gracia y un estilo expositivo propio.

5. El canon literario

Para poder decidir qué se considera literatura y qué no, y por lo tanto qué será leído a futuro y qué será echado al
olvido, existe una figura imaginaria llamada el canon. Canon viene de la palabra griega (kanon) para “norma” o
“vara de medir”, de allí que se tenga como una guía de lo aceptado hasta el momento, más un criterio retroactivo
que taxativo, a pesar de que también lo sea de alguna manera.

El canon opera en base a lo ya escrito: todo lo que hasta la fecha se considera parte de la literatura. Habrá, así,
lecturas más canónicas que otras, tal y como habrá obras que aspiren a romper o ensanchar el canon, y otras que se
ajusten más cómodamente a lo que en su momento era canónico.

Ya que el canon literario varía con el tiempo, a menudo obras que eran tenidas por literatura son desplazadas a
otras regiones del saber, y viceversa.

6. La palabra poética

Al contrario de lo que se piensa, no existe un lenguaje “más literario” o “más poético” que otro, ni palabras más
propensas a la poesía que otras. La diferencia entre el lenguaje poético y el de uso cotidiano radica más en su
utilización que en su escogencia: no se trata de que las obras literarias estén escritas en un lenguaje rimbombante o
rebuscado, de hecho muchas de ellas lo están en un lenguaje simple que a menudo imita la oralidad.

La diferencia está, según estudiosos del tema como Roman Jakobson, en que el lenguaje común se comporta como
un medio translúcido, transparente, mediante el cual aludir y representar la realidad; y el lenguaje poético
encuentra en su opacidad su razón de existir, haciéndonos notar la manera singular en que está escrito.
Hay mucho de juego en el acto poético, de variación intencional y de cambio de sentidos.

7. Verosimilitud

Lo verosímil es una categoría clave para las obras literarias, en especial las narrativas. Todo lector, al inicia
una lectura, suscribe un pacto de suspensión temporal de la incredulidad (o pacto metaficcional), el cual le permite
leer cosas que no son reales como si estuvieran siéndolo, pero que al cerrar el libro habrán vuelto al reino de lo
imaginario.

De esta manera, el pacto obliga al lector a tomar como cierto todo lo dicho durante la lectura, siempre y cuando
ésta no se lo imposibilite. Allí es donde la verosimilitud, es decir, la semejanza con la verdad, entra en juego.

Un texto literario ha de ser verosímil en el sentido de que ha de convencer al lector de que ese mundo que le
ofrece es posible, incluso si se trata de un universo fantástico. Y eso se consigue respetando sus propias reglas de
juego, es decir, pareciéndose a sí mismo por encima de todas las cosas.

Caso contrario, estaremos en presencia de un texto inverosímil, que rompe el pacto ficcional y por ende que expulsa
al lector del embrujo artístico.

8. Gratuidad

Como todas las artes, la literatura carece de objetivo definido y de utilidad alguna. Si bien puede usarse como
vehículo para la formación ideológica, pedagógica o emotiva, lo cierto es que la literatura no se compone con
ningún fin determinado más que el de ser literatura.

9. Teoría literaria

Se llama así a la rama de la ciencia avocada al estudio de los fenómenos de construcción del discurso literario.
Los primeros tratados al respecto se remontan a Platón y Aristóteles, pasando por los grandes pensadores de
Occidente, todos los cuales echaron mano de la literatura para ilustrar sus teorías.

Junto con la crítica literaria y la lingüística constituyen la terna de las ciencias literarias.

10.Crítica literaria

Se conoce con este nombre al ejercicio de valoración y ordenamiento de la producción literaria de un país
durante una época específica. Cumple con un rol divulgativo, a través de reseñas y artículos de lectura, así como de
uno legitimador, al separar las obras trascendentes de las innecesarias, considerar las herencias, filiaciones y ordenar
el corpus literario de una nación. Junto con la teoría literaria y la lingüística constituyen la terna de las ciencias
literarias.
Fuente: https://www.caracteristicas.co/literatura/#ixzz6ECABysnn

Papel en la sociedad
Leer esta nota: https://www.elheraldo.hn/opinion/columnas/1046277-469/la-funci%C3%B3n-de-la-literatura-en-la-
sociedad

Es decir, existe una estrecha interrelación entre literatura y sociedad. La obra literaria constituye una representación de los
elementos ideológicos que priman en la época y en el contexto social en que es concebida. La ideología se constituye y se
reproduce a partir de las formas en que lo que decimos y creemos se conecta con las estructuras y con las relaciones de poder
en la sociedad en la cual vivimos.

Las referencias últimas en la obra literaria se vinculan a las diversas concepciones sobre la naturaleza humana y social, a
saber: el cuerpo, el poder, las interpretaciones del pasado, las perspectivas sobre el presente y las proyecciones futuras, que
tienen un firme asidero sociocultural.

Del mismo modo, tal y como plantea Eagleton (1998: 11), en el proceso de apropiación de la obra literaria “las sociedades
rescriben, así sea inconscientemente, todas las obras literarias que leen. Más aun, leer equivale siempre a rescribir”. Por lo
tanto, el consumo de una obra literaria no es un consumo pasivo, sino una interpretación del contenido de acuerdo a
determinados parámetros también sociales y culturales; a través de lo que nos preocupa o interesa. De ahí que la literatura
puede referirse “tanto a lo que la gente hace con lo escrito como a lo que lo escrito hace con la gente” (Eagleton, 1998: 8).
Desde esta perspectiva, la literatura tiene una profunda validez como fuente histórica y sociocultural. Se produce un diálogo
entre la escritora o escritor, la obra literaria y la persona que consume la obra; con el entorno sociocultural como eje
transversal. Por ello es especialmente importante el encaje de la obra en la sociedad en la que ha sido escrita.

La obra literaria es un puente entre la experiencia personal de quien escribe y la reproducción de las relaciones sociales en las
que la escritora o el escritor se han socializado. Elementos que, en su conjunto, pueden provocar un efecto en las/os
consumidoras/es y/o pueden apoyar la reproducción de su acervo ideológico a nivel social.

La relación entre literatura y sociedad se puede analizar, además, desde una perspectiva de género y con las herramientas
teóricas de las teorías feministas. En este sentido consideramos que el género no es una categoría universal, sino un concepto
derivado que se construye a partir de nuestra visión del mundo y de las relaciones de poder. Es nuestra interpretación de la
realidad la que define nuestra percepción sobre los significados de las relaciones entre mujeres y hombres, de los cuerpos en la
sociedad, del sentido de la igualdad, de la identidad y la diversidad. Del mismo modo, el lenguaje y los conceptos que
utilizamos para entender el mundo son constitutivos de realidad, es decir, generan realidad.

Por lo tanto, nuestras apreciaciones sobre el/los género/s no existen independientemente de nuestras percepciones sobre el
mundo. En relación con las desigualdades entre mujeres y hombres, estas no son simplemente la apreciación correcta de una
constelación de fuerzas materiales, estables e inmutables, sino las construcciones mentales que sobre esas relaciones
generamos. De este modo, el proceso mediante el cual las relaciones de género están representadas en las obras literarias
constituyen un interesante campo de estudio.

En este sentido, las teorías feministas resultan especialmente útiles, porque brindan una visión crítica sobre los significados
relacionados con las construcciones de género, para explicar la condición particular de las mujeres como grupo social
oprimido, y para hacer aportaciones valiosas en un sentido emancipatorio.

En el fondo, el mensaje desde una perspectiva feminista no se reduce al disfrute de la igualdad entre mujeres y hombres en lo
relativo a posición y poder. De lo que se trata también, y en esto pretendemos ser enfáticas, es de un cuestionamiento de la
posición y del poder. Desde esta perspectiva y en relación con el análisis de los nexos entre literatura y sociedad desde una
perspectiva de género, nos parece que pueden ser de interés no solo aquellas obras donde se sospeche una reproducción de los
roles que oprimen a las mujeres, sino también aquellas narrativas donde se sospeche un desafío y/o una crítica a esa opresión.

De este modo, la literatura constituye un área de especial interés cuando se trata de la reproducción de las relaciones de género
o de una mirada crítica a esas relaciones. Sobre todo teniendo en cuenta la importancia que a nivel de políticas públicas se
intenta dar al consumo cultural literario y el protagonismo que históricamente ha tenido la literatura como medio de expresión
y como objeto de consumo. Es especialmente interesante el estudio de la presencia y la influencia de las mujeres en la obra
literaria, así como en las representaciones que las/os autoras/es sostienen sobre estas, y en los roles sociales que les adjudican.

En definitiva, lo que proponemos es destacar la relación entre literatura y sociedad como un área de interés para los estudios de
género. Examinar las representaciones sobre las mujeres, cuáles son los roles que se remarcan, bajo qué condiciones se
reproducen y con qué efectos sobre el conjunto de las obras. Se trata de ampliar, profundizar y mejorar el conocimiento sobre
la relación existente entre la obra literaria y la sociedad, teniendo en cuenta la transversalidad del enfoque de género.

La finalidad es despertar el interés por un área de estudios específica de la producción cultural, e incidir sobre el consumo de
obras que potencien las relaciones humanas en un sentido positivo. De manera que podamos aportar en un consumo literario
que abogue por la igualdad y que remarque una visión crítica sobre la reproducción de discriminaciones; en elementos para su
superación y para la sensibilización de la sociedad con respecto a esta realidad

Fuente: https://www.pikaramagazine.com/2013/04/literatura-y-sociedad-ambito-de-interes-para-los-estudios-de-genero/

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