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ANATOMIA
Tema: Integración 1: Sistema digestivo y abdomen
En caso de dar tiempo y de común acuerdo entre los estudiantes y el docente asignado, podrán discutir
sobre los aspectos clínicos del problema de salud (diagnóstico, manejo, exámenes de laboratorio, etc.),
pero no es propósito de la sesión integradora abordar dichos aspectos, por tanto, no es obligatorio que
el estudiante o el docente lo prepare con anticipación.
El esófago es un conducto cilíndrico, muscular, tapizado de mucosa que une a la faringe con el
estómago, de unos 25-26 cm de largo y 2 cm de diámetro, desde el borde inferior del cartílago cricoides
C6 hasta el cardias del estómago a nivel de T XI. Con tres porciones y tres estrechamientos.
La porción torácica se extiende hasta el paso del esófago por el diafragma a la altura de la vértebra T10.
El esófago atraviesa el diafragma, perforándolo a la izquierda de la línea media y pasando entre las
fibras del pilar derecho del diafragma, justo a más o menos 1 cm de su unión con el estómago.
Pilar derecho es atravesado por el esófago. El diafragma es un músculo que divide el tórax del abdomen;
presenta un centro tendinoso (centro frénico) donde se insertan sus fibras musculares, permitiendo que
esta sea la parte móvil del diafragma. Las fibras musculares se dividen en tres porciones según su
inserción: esternal, costal y lumbar. La porción esternal corresponde a dos bandas pequeñas que se
originan dela cara posterior de la base del proceso xifoides del esternón. La porción costal se encuentra
separada de la esternal por un espacio llamado hiato diafragmático anterior o esternocostal, y se origina
de la cara profunda de los cartílagos costales y las seis últimas costillas, interdigitándose con el origen
del músculo transverso del abdomen; estas fibras se encuentran separadas de las vertebrales por el hiato
diafragmático posterior o costovertebral, de mayor tamaño que el anterior. La porción vertebral tiene
dos pilares: el derecho, el cual se origina de las tres
primeras vértebras lumbares y es de mayor tamaño
que el izquierdo; y el izquierdo que proviene de las
dos primeras vértebras lumbares. Ambos pilares,
lateralmente, forman los arcos del psoas mayor y el
del cuadrado lumbar, y medialmente, el ligamento
arcuato medio (aórtico). El pilar derecho va a cruzar
la línea media hacia la izquierda, desdoblándose para
rodear al esófago y desembocar después en el centro
tendinoso, y el pilar izquierdo termina uniéndose con
las fibras del pilar derecho.
El hiato esofágico o diafragmático es, en esencia, el orificio natural del diafragma a través del cual pasa
el esófago en su camino desde la boca al estómago. Es la salida del tórax hacia el abdomen del tracto
digestivo alto. Este orificio se encuentra custodiado por los llamados “pilares diafragmáticos”. son
refuerzos musculares del diafragma que rodean al orificio. El diafragma es atravesado por varias
estructuras, pero tres son las principales y tienen aperturas propias: la aorta, la vena cava y el esófago.
En este caso al hablar del primer estrechamiento nos referimos al (estrechamiento broncoaortico que
inicia a tener lugar a nivel de T4.
La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) se produce como consecuencia del reflujo
patológico del contenido gástrico al esófago.
Un anillo de fibras musculares en la parte inferior del esófago impide que el alimento deglutido vuelva
a subir. Estas fibras musculares se denominan esfínter esofágico inferior (EEI). Si el esfínter no se relaja
como debería o se debilita, el ácido del estómago puede volver a subir al esófago.
Hernia de hiato
Cuando el hiato esofágico del diafragma es atravesado por parte del estómago y éste invade el
mediastino, nos encontramos en la presencia de una hernia de hiato. Son más frecuentes en personas
añosas en las cuales la porción muscular del diafragma se ha debilitado y el hiato esofágico está
ensanchado. La hernia hiatal paraesofágica es poco frecuente. Anterior al esófago, a través del hiato
esofágico se extiende una bolsa peritoneal que contiene el fundus gástrico. Como el cardias se encuentra
en su posición habitual, no se produce regurgitación del contenido gástrico. La más común es la hernia
hiatal deslizante, en la cual la porción abdominal del esófago, el cardias y el fundus gástrico se deslizan
dentro del tórax a través del hiato esofágico. Aquí sí está presente la regurgitación del contenido gástrico
hacia el esófago ya que el pilar derecho del diafragma, al estar debilitado, no puede ejercer la función
de pinza necesaria.
La ERGE puede ser causada por varios factores, como obesidad, embarazo, hernia hiatal, consumo de
ciertos alimentos o bebidas (como cafeína, alcohol, alimentos grasos o picantes), tabaquismo, uso de
ciertos medicamentos y trastornos del esófago o del estómago.
Se dispone de tres procedimientos para el diagnóstico. El primero se basa en los síntomas referidos por
el propio enfermo. Cuando éstos son típicos, la probabilidad de que el paciente presente ERGE es tan
alta que es suficiente para iniciar un tratamiento. Si los síntomas son de muy larga evolución, muy
frecuentes o se asocian a cualquier síntoma de alarma, se puede proponer una endoscopia (exploración
de esófago y estómago mediante un instrumento flexible). Así se comprueba si existen erosiones u otras
complicaciones de la enfermedad (estrechez, úlcera profunda o el llamado esófago de Barrett). En el
último caso, la mucosa del esófago cambia su apariencia, pareciéndose a mucosa intestinal. Esto es poco
frecuente, pero haría necesario vigilar periódicamente el esófago. Otras veces, se podría hacer una
pHmetría, exploración que permite medir el tiempo que su esófago permanece expuesto a los efectos
del ácido. Puede así confirmar que sus síntomas obedecen al reflujo y no a otra causa.
El sistema venoso porta y el sistema cava son independientes. El sistema porta drena hacia el hígado la
sangre venosa del tracto digestivo. El sistema cava asegura el retorno venoso hacia el corazón de toda
la circulación mayor. Sin embargo, en las proximidades del tubo digestivo y de las paredes abdominales,
existen vénulas que comunican ambos sistemas venosos, son las anastomosis portocavas, que pueden
adquirir un gran desarrollo cuando el sistema porta no permite el paso del intestino hacia el hígado o
atravesarlo, entonces derivan la sangre hacia el sistema cava.
Las anastomosis portocavas se producen a distintos niveles. Las más importantes son
Anastomosis esofágicas
En el esófago abdominal, la vena gástrica izquierda y las venas esofágicas inferiores (PORTAL) se
anastomosan con las tributarias inferiores de las venas esofágicas
que drenan en las venas ácigos y hemiácigos (SISTÉMICA). Dan origen a las várices esofágicas y
gástricas.
Anastomosis rectales
En el recto, las venas hemorroidales superiores (PORTAL) se anastomosan con las venas rectales
inferiores y medias drenando en las venas ilíacas internas y pudendas (SISTÉMICA).
Anastomosis paraumbilicales
En el ombligo, las venas paraumbilicales a amboslados del ligamento redondo del hígado, tributando a
la rama izquierda de la vena porta (PORTAL) se anastomosan con las tributarias periumbilicales de las
venas toracoepigástricas y de las venas epigástricas superficiales (SISTÉMICA). Permiten la aparición
de la “cabeza de medusa”.
La hematemesis es la sangre visible en el vómito. La hematemesis indica que el sangrado proviene del
tubo digestivo superior, por lo general del esófago, el estómago o la primera parte del intestino delgado.
Cuando se vomita sangre, el vómito es de color rojo intenso si la hemorragia es activa y persistente. Por
el contrario, la sangre vomitada puede tener la apariencia café. Es el resultado de un sangrado que se ha
ralentizado o detenido, y la sangre tiene apariencia café porque ha sido parcialmente digerida por el
ácido gástrico. Por sangre procedente de una hemorragia del estómago, duodeno o del esófago
(hemorragia digestiva alta).
1. Venas esofágicas: Las venas esofágicas, especialmente las venas dilatadas o varicosas en la parte
inferior del esófago (varices esofágicas), pueden romperse debido a la presión aumentada en la vena
porta, como en el caso de la hipertensión portal.
2. Venas gástricas: Las venas gástricas también pueden ser una fuente de hemorragia si se erosionan o
se rompen debido a úlceras pépticas, gastritis erosiva o hipertensión portal.
3. Venas del fundus gástrico: Las venas del fundus gástrico, especialmente en el contexto de várices
gástricas, pueden ser otra fuente de hematemesis.
4. Venas del sistema porta: Problemas en el sistema portal, como la hipertensión portal, pueden llevar
a una mayor presión en las venas del tracto gastrointestinal superior, aumentando el riesgo de
hemorragia.
Las venas relacionadas con la hematemesis son aquellas que pueden romperse, erosionarse o estar
dilatadas debido a condiciones como la hipertensión portal, úlceras pépticas, gastritis erosiva o várices
esofágicas y gástricas. La identificación y el tratamiento de la causa subyacente son cruciales en el
manejo de la hematemesis.
Entre las causas del sangrado gastrointestinal superior, se incluyen las siguientes:
Úlcera péptica. Esta es la causa más frecuente de sangrado del tracto gastrointestinal superior. Las
úlceras pépticas son llagas abiertas que aparecen en el revestimiento interno del estómago y la parte
superior del intestino delgado. El ácido estomacal, ya sea por una bacteria o por el consumo de
medicamentos antiinflamatorios como el ibuprofeno o la aspirina, provoca daños en el recubrimiento,
lo que deriva en la formación de llagas.
Desgarros en el recubrimiento del tubo que conecta la garganta con el estómago (esófago). Estos
desgarros, conocidos como desgarros de Mallory-Weiss, pueden sangrar mucho. Es común encontrarlos
en personas que consumen bebidas alcohólicas en exceso, lo que genera arcadas y vómitos.
Venas dilatadas en el esófago, llamadas várices esofágicas. Esta es una afección que repercute
principalmente en las personas con una enfermedad hepática grave, la mayoría de las veces debido al
consumo excesivo de alcohol.
Esofagitis. La causa más frecuente de esta inflamación del esófago es la enfermedad por reflujo
gastroesofágico.
Vasos sanguíneos anormales. En ocasiones, los vasos sanguíneos anormales, las venas y las arterias
pequeñas pueden producir un sangrado.
Hernia de hiato. Las hernias de hiato de gran tamaño pueden estar vinculadas a erosiones en el
estómago, lo que deriva en un sangrado.
Tumores. Si bien esto no ocurre con frecuencia, el sangrado gastrointestinal puede ser producto de
tumores cancerosos o no cancerosos ubicados en la parte superior del tracto digestivo.
El hígado se localiza principalmente en el cuadrante superior derecho del abdomen, donde es protegido
por la caja torácica y el diafragma. El hígado normalmente se sitúa por debajo de las costillas 7.ª a 11.ª
del lado derecho y atraviesa la línea media hacia el
pezón izquierdo. Ocupa la mayor parte del
hipocondrio derecho y el epigastrio, y se extiende
hasta el hipocondrio izquierdo.
El hígado, debido a su ubicación en la cavidad abdominal, tiene varias estructuras anatómicas cercanas
y relaciones importantes. Algunas de estas estructuras incluyen:
1. Vesícula biliar: La vesícula biliar se encuentra debajo del hígado y está conectada a este a través del
conducto cístico. Juntos, el hígado y la vesícula biliar participan en la producción y almacenamiento de
la bilis, que es importante para la digestión de las grasas.
2. Estómago: El hígado está en contacto con el estómago a través del ligamento hepatogástrico, que
conecta la parte inferior del hígado con la curvatura menor del estómago.
Elaborado por: CJCL.
3. Duodeno: La primera parte del intestino delgado, el duodeno,
se encuentra en estrecha proximidad con el hígado. El conducto
biliar común, que lleva la bilis desde la vesícula biliar y el hígado
hacia el intestino delgado, se une al duodeno en la papila
duodenal mayor, que está cerca del hígado.
5. Diafragma: El hígado se apoya en el diafragma, que es el músculo respiratorio principal que separa
la cavidad torácica de la cavidad abdominal. El diafragma también ayuda a mantener la posición del
hígado y participa en la respiración.
La ictericia es una anomalía de coloración amarillenta de la piel y las mucosas causado por
hiperbilirrubinemia.
Por lo tanto, puede producirse ictericia cuando existe un aumento en el ritmo de destrucción de glóbulos
rojos (hemólisis), en las enfermedades hepáticas (tanto en las hepatitis agudas como en las hepatopatías
crónicas como la cirrosis) y en las enfermedades en las que se produce una obstrucción de la vía biliar
(las causas más frecuentes son cálculos biliares y tumores de la vía biliar o del páncreas).
Incremento de la producción
Disminución de la absorción hepática
Disminución de la conjugación
Cirrosis hepática.
La cirrosis es la deformación global de la estructura interna del hígado que tiene lugar cuando una gran
cantidad de tejido hepático normal es sustituido de forma permanente por tejido cicatricial no funcional.
El tejido cicatricial se desarrolla cuando el hígado está dañado de forma repetida o continua.
El hígado procesa muchas drogas y sustancias, toxinas y productos de desecho del cuerpo. Las
descompone en sustancias que son menos dañinas para el cuerpo y/o más fáciles de eliminar. El hígado
elimina las sustancias mediante su excreción en la bilis (un líquido digestivo amarillo verdoso que
producen las células del hígado). Cuando el hígado es menos capaz de procesar estas sustancias, se
acumulan en el torrente sanguíneo.
La bilirrubina es un importante producto de desecho del cuerpo que el hígado procesa y elimina. Si el
hígado no puede procesar la bilirrubina con la rapidez suficiente, esta se acumula en la sangre y se
deposita en la piel. El resultado es la aparición de ictericia.
En el interior del hígado, la bilis se desplaza por unos pequeños canales (vías biliares) que se unen para
formar conductos más grandes. Estos grandes conductos salen finalmente del hígado y se conectan a la
vesícula biliar (que almacena la bilis) o al intestino delgado. La bilis facilita la absorción de las grasas
en el intestino y transporta toxinas y productos de desecho hacia este, de manera que puedan ser
excretados en las heces. Cuando el tejido cicatricial obstruye el flujo de bilis a través de las vías biliares,
las grasas, incluyendo las vitaminas liposolubles (A, D, E y K), no se absorben tan bien. Además, se
eliminan del cuerpo menos toxinas y productos de desecho.
Una gran parte de la bilis (sales biliares) se reabsorbe en el torrente sanguíneo desde el intestino y vuelve
a circular hacia el hígado. El hígado extrae las sales biliares y las reutiliza. Sin embargo, en la cirrosis,
el hígado no extrae las sales biliares con normalidad. Como resultado, el hígado no puede producir tanta
bilis, lo que afecta a la digestión y a la eliminación de toxinas y productos de desecho y la absorción de
grasas y vitaminas liposolubles.
demás de interferir con la función hepática, el tejido cicatricial también puede obstruir el flujo de sangre
hacia el interior del hígado a través de la vena porta (que transporta la sangre desde los intestinos hasta
el hígado). El bloqueo conlleva un aumento de la presión sanguínea en la vena porta (hipertensión
portal). La hipertensión portal conduce a la hipertensión en las venas conectadas a la vena porta,
incluyendo las venas del estómago, el esófago, el bazo y el recto.
La hipertensión portal puede ocurrir debido a una variedad de condiciones, como la cirrosis hepática, la
trombosis de la vena porta, la enfermedad hepática alcohólica, la fibrosis hepática, y otras enfermedades
que afectan la circulación sanguínea en el hígado. Cuando la presión en la vena porta se eleva, se
desarrollan venas colaterales en el abdomen, incluidas las que se extienden desde la región umbilical
hacia la pared abdominal anterior, lo que crea este aspecto característico de "cabeza de medusa".