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Estudiante:
COLCHON ALCANTARA KAREN
INTRODUCCIÓN
PROLAPSO UTERINO
Definición
Es la caída o deslizamiento del útero desde su posición normal en la cavidad pélvica hacia
el canal vaginal. Se presenta con más frecuencia en la sexta y séptima décadas de vida
de la mujer, pero no es excepcional en mujeres en edad reproductiva.
Tercer grado: la totalidad del útero sobresale más allá de la abertura vaginal.
Factores de riesgo
El avance de la edad
Varios partos vaginales
Posmenopausia
Obesidad
Esfuerzos provocados por tos crónica, estreñimiento, o por levantar objetos pesados
Normalmente, el útero es sostenido por los tejidos conectivos de la pelvis y por el músculo
pubococcígeo y se mantiene en su posición por medio de ligamentos especiales. El
debilitamiento de estos tejidos permite que el útero caiga dentro de la cavidad vaginal. La
causa más común de debilidad muscular es el trauma tisular que se sufre durante el
parto, especialmente con niños grandes o con trabajos de parto y nacimientos difíciles.
Se cree también que la pérdida del tono muscular y la relajación de los músculos, que se
asocian con el envejecimiento y la disminución de los niveles de estrógeno en las
mujeres, juegan un papel importante en el desarrollo del prolapso uterino. Sin embargo,
muy excepcionalmente, la caída del útero también se puede producir por un tumor
pélvico.
El prolapso uterino es más común en las mujeres que han tenido uno o más partos
vaginales y en las mujeres de raza blanca. Otras afecciones que se asocian con un
aumento en el riesgo de presentar problemas de los tejidos de sostén del útero abarcan la
obesidad y la tos o tensión crónicos. La obesidad ejerce tensión adicional en los músculos
de soporte de la pelvis, así como la tos excesiva producida por enfermedades pulmonares,
tales como la bronquitis crónica y el asma. El estreñimiento crónico y el esfuerzo asociado
con éste provocan debilidad en estos músculos.
Manifestaciones clínicas
1. Prolapso de primer grado: puede ser asintomático o producir solo sensación de peso
vaginal y dificultad en el coito.
2. Prolapso de segundo y tercer grado: el síntoma fundamental es el descenso, solo o
acompañado, del descenso herniario de la vejiga o el recto en la vulva que provoca
dolor o sensación de peso.
3. Puede existir sangrado escaso por erosión del cuello uterino expuesto al exterior.
Pruebas diagnosticas
El prolapso uterino es leve cuando el cuello uterino baja hasta la parte inferior de
la vagina.
El prolapso uterino es moderado cuando el cuello uterino baja por fuera de la
abertura vaginal.
El examen pélvico puede mostrar que la vejiga, la pared anterior de la vagina (cistocele) o
el recto y la pared posterior de la vagina (rectocele) están ingresando a la vagina. La uretra
y la vejiga también pueden estar más abajo en la pelvis de lo normal.
Tratamiento
Un prolapso uterino se puede tratar con un pesario vaginal o con cirugía. Un pesario
vaginal es un objeto que se introduce en la vagina para sostener el útero en su lugar y se
puede utilizar como forma de tratamiento temporal o permanente. Los pesarios vaginales
se ajustan para cada mujer en forma individualizada.
Los pesarios pueden causar irritación y una secreción de olor anormal, por lo que
requieren de una limpieza periódica, que normalmente hace el médico.
En algunas mujeres, los pesarios rozan e irritan la mucosa vaginal, e incluso en ocasiones
la pueden desgastar y causar ulceraciones. Además, algunos tipos de pesarios pueden
interferir con la relación sexual normal limitando la profundidad de la penetración.
La mayoría de las cirugías se deben postergar hasta que los síntomas sean tan
significativos que pesen más que los riesgos. El método quirúrgico depende de:
Valoración
Se realiza la entrevista donde se recogen los aspectos descritos en las
manifestaciones clínicas.
En el examen físico:
En el prolapso de primer grado el suelo pélvico está relajado, el útero retrodesviado,
el cuello muy bajo y hacia delante cerca del orificio vaginal o, al toser o pujar la
paciente, sobresalen el útero y las paredes vaginales.
En el prolapso de segundo grado el cuello uterino se presenta en la vulva y
protruye al pujar la paciente y se acompaña de paredes vaginales y vejiga, se
puede observar erosiones o úlceras en el cuello.
En el prolapso de tercer grado se observa un tumor casi tan grande como el puño
que sobresale de la vulva y queda colocado entre los muslos.
Diagnóstico de enfermería
Dolor agudo r/c agentes lesivos biológicos s/a descenso del útero a la vagina.
Incontinencia urinaria de esfuerzo r/c presión pélvica s/a desplazamiento del útero a
la vagina.
Alteración de los patrones de la sexualidad r/c molestias durante el coito.
Intervención
Acciones de enfermería dependientes
1. Tratamiento conservador:
2. Tratamiento medicamentoso:
3. Tratamiento quirúrgico:
3. Orientar la realización de ejercicios del suelo pelviano, esto es contraer los músculos
para cortar la micción durante 10 s y relajarlos por 10 s, de 30 a 80 veces al día.
Con la realización de los ejercicios se fortalece y se mantiene el tono del músculo
pubococcígeo, el cual sostiene los órganos pélvicos.
4. Cuidados preoperatorios:
Colocación de bata.
4. Cuidados posoperatorios:
Lavar perineo después de cada micción con solución salina tibia y buen
secado con torundas de algodón.
Reposo en cama con la cabeza y las rodillas elevadas.
REFERENCIAS