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MONSTRUOS EN EL

CLÓSET

YERIM

Mis manos sujetan con fuerza la manta que cubre mi


cuerpo, mi mirada vagando por toda la habitación
sintiendo miedo…

Hace días que solo puedo sentir miedo todas las noches
en mi habitación. Cierro los ojos con fuerza tratando de
conciliar el sueño, pero los segundos pasan…

Los minutos pasan…


Las horas transcurren y no puedo dormir, solo siento una
presencia y no una buena precisamente, mi cuerpo
comenzando a temblar porque ya es mucho para mí…

Me levanto de la cama al escuchar un ruido, como si algo


cayera al suelo, me apresuró a salir de la habitación
yendo hacia la de mis padres, mi corazón latiendo como
loco en mi pecho, solo quiero llorar en este momento…

-Papa – digo abriendo la puerta de golpe, mis pies


llevándome con el.

Mis padres se despiertan al instante, sus ojos alertas en


los míos, mi madre extendiendo su mano hacia la lámpara
de noche encendiendo la luz.

-¿Qué sucede Yerim? – dice mi madre mientras trepó en


la cama escondiéndome entre las mantas – ya habíamos
hablado de esto… ya tienes 10 años, puedes dormir sola.

-No es eso – murmuró aferrandome al cuerpo de mi papá


– hay un monstruo allí.
-Hija – escucho la voz tranquila y adormilada de mi
madre, sus manos acariciando con suavidad mi cabello –
eso son solo cuentos.

-Tendre que decirle a tus tíos que ya no te cuenten esas


cosas – dice esta vez mi madre – no te dejan dormir…

-Solo son cuentos para asustar a los niños bebé – miro


hacia mi padre, una sonrisa apareciendo en su rostro – no
existen.

-Pero… el clóset…

-Dongwook – dice mi madre – solo deja que duerma esta


noche aquí.

Escucho el suspiro de mi padre, pero al instante veo como


asiente sin dejar de acariciar mi cabello, haciendo eso
hasta que me duermo.
*****

-¿Cómo está mi sobrina favorita? – siento como me alzan


en los aires una risa brotando de mis labios.

-¡Tío Yoo! – río extendiendo mis brazos en el aire,


sintiéndose como si fuera a volar.

-Hola cariño – dice mi tía Eun una vez a mi lado, una de


sus manos yendo hacia mi rostro – ¿lista para este día?

-Más que lista.

-¡Perfecto!

Si, era mi cumpleaños y estaba feliz, todos mis amigos de


la escuela estando en mi casa al igual que mis primos, la
sonrisa en mi rostro no pudiéndose borrar.

Fue el mejor día de mi vida.


11 años.

Cuando llegó la noche estaba súper cansada, mis ojos se


cerraban solos y solo quería dormir de una vez por todas,
mi cuerpo siendo dejado sobre la cama por mi tío, el cual
dejo un beso en mi frente antes de irse con la tía Eun,
haciéndome un bojote entre las sábanas…

DOS HORAS DESPUÉS…

Abro los ojos, sintiendo aún un poco de sueño pero


notando que la sabana que cubría mi cuerpo está tirada a
mis pies, mis manos yendo hacia ella pero en el momento
que pienso en cubrirme…

Lo vuelvo a sentir.

Miedo.
Miro hacia el clóset, está entreabierto, mis ojos
cerrandose con fuerza pero volver al sueño es más que
imposible, mis manos comenzando a temblar…

-¡PAPA! – grito saliendo corriendo de mi habitación al


instante.

Llegó a la habitación de mis padres trepandome en la


cama sin importar que, siento como se remueven
después escuchando la voz de mi madre.

-¿Qué pasó Yerim?

-Los monstruos – murmuró sin ganas de volver a mí


habitación.

-Solo son cuentos Yerim, tranquila – está vez es mi padre.

Ellos hablando por un rato conmigo, al cabo de unos


minutos mi madre me acompaña a mí habitación,
quedándose conmigo hasta caer dormida, pero de todos
modos me sigo sintiendo asustada…

Hay un monstruo allí, lo sé.


UNA SEMANA DESPUÉS…

No puedo dormir…

No así…

Miro fijo el clóset…

Bajo de la cama corriendo fuera de mi habitación, llegó a


la de mis padres asustada, como todas estas noches…

-No hay monstruos en tu habitación Yerim – dice mi


padre mientras se levanta de la cama caminando hacia mi
habitación – te lo mostraré.

Caminamos hacia mi habitación, mi padre revisa todo


pero aún me siento algo inquieta…
-El clóset papá…

Mi papá camina hacia el, pero sus movimientos se


detienen de pronto, yo también viendo lo mismo…

La puerta del clóset que estaba entreabierta se cierra de


pronto, mi padre frunce el ceño abriendo la puerta, sus
manos sujetando las mias con fuerza, al ver como un
hombre vestido de payaso está adentro…

Después de eso los policías llegaron y se lo llevaron…

El dijo que entraba todas las noches, se escondía en el


clóset y me observaba dormir, si esa noche mi padre no
hubiera visto el clóset…

Hubiera muerto.

Por acoso a menores el payaso estuvo en prisión por 20


años, una ves que salió desapareció y nadie más supo de
el.
FIN

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