Está en la página 1de 149

HOSEGWAN

WENDY

-Come bien hija, no quiero que te enfermes, abrigate bien las veces que
vallas a salir – escucho la voz de mi madre a través del celular, mi mirada
fija en la gran mansión ante mi.

-Si mamá, tranquila estoy bien – digo ajustando la mochila en mi hombro


comenzando a caminar hacia la entrada.

-Ya te extraño hija, tu hermano Namjoon dijo que cuando lo necesitaras lo


llamaras al número que te di... ¿tienes el número verdad?

-Yo... – reviso los bolsillos de mis pantalones, solo encontrando cinco


dolares.

Genial.

-Te lo enviare ahora mismo hija, no se que harías sin mi.

Sonrío imaginando la mirada dulce y preocupada de mi madre.

-Yo tampoco sabría que hacer sin ti – escucho un sollozo y se que es de mi


madre – tranquila mamá, en vacaciones iré a visitarte.
-Te estaré esperando.

-No sera mucho tiempo... – miro el reloj en mi muñeca – mamá, llego tarde a
la universidad, hablamos luego... te quiero.

-Y yo a ti mi niña. Suerte.

Corto la llamada guardando el celular en el bolsillo de mis pantalones, mi


mirada centrándose en la gran puerta blanca ante mi, y en momento como
estos me siento culpable por mentirle a mi madre, pero es necesario. Respiro
profundamente preparándome para aquello, extiendo mi mano hacia el timbre
presionándolo.

Pasan solo segundos cuando la puerta se abre, mi mirada encontrándose con


una señora que al instante se que no es coreana, una señora de mirada dura y
uniforme, sus ojos escudriñandome de pies a cabeza, y en este momento me
siento tan mal al solo usar una camiseta a rayas y pantalones de jeans viejos,
mi cabello estando tan desordenado debido al fuerte viento.

-H-hola... soy Wendy la... nueva...

Me callo, la mirada de aquella mujer en verdad dando miedo, bajo la mirada


a mis pies, los zapatos estando un poco sucios...

-No te quedes allí niña – dice de pronto la mujer ante mi.

Levanto la mirada mis ojos conectando con los de ella, su mirada antes dura
ahora llena de dulzura, una sonrisa llena de amabilidad en su rostro.

Bien...

Esto es extraño...

-No me mires como si estuviera loca. Solo estaba viendo si eres una persona
en quien confiar – ella se acerca a mi sonriendo, su sonrisa de alguna manera
tranquilizándome – y si. Eres muy confiable. Vamos, pasa. Por cierto soy
Miriam.

-¿Miriam...?

-Si.

Camino junto a ella por la casa, y si esta parecía grande por fuera, es un
millón de veces más grande por dentro, sintiéndome en este momento muy
pequeña.

-Wendy... ¿verdad?

-Si... – digo mirando a mi alrededor, grandes cuadros de pinturas estando en


las paredes, la escalera en forma de caracol llamando mi atención...

-Wendy – miro hacia la señora Miriam, ella me sonríe envolviendo sus manos
en mi brazo con suavidad – después te hago un recorrido por la casa, ahora
tengo que llevarte a tu habitación y presentarte al personal ¿bien?

-Esta bien.

-Todos estaban ansiando tu llegada.

-¿Ah si?

-Claro, hace mucho que no hay nadie nuevo en el personal. Los que estamos
aquí tenemos años, ya estamos un poco viejos.

Pasamos por largos pasillos, las paredes llenas de reconocimientos, pinturas


hermosas y fotografías familiares, la señora Miriam deteniéndose en una en
especifico, la foto de cuatro personas estando ante mis ojos.

-Ella es Seulgi, la única hermana de los hermanos Min – me señala la señora


Miriam, mi mirada detallando a aquella muchacha de sonrisa radiante y
mirada profunda.
-Es hermosa.

-¿Si verdad? Es la única chica que ah estado cerca de todo esto.

-¿La única?

La señora Miriam suspira señalando a los otros tres chicos en la fotografia,


señalando primero a un chico de ojos gatunos iguales a los de Seulgi, uno de
sus brazos estando sobre los hombros de la chica en manera protectora.

-Yoongi no deja que nadie se acerque, al ser el mayor esta siempre muy
ocupado y no confía en nadie, siempre protegiendo de sus hermanos – señala
ahora al otro chico, una sonrisa estando en sus labios, su cabello estando todo
desordenado pareciendo en verdad relajado, una sonrisa formándose en mis
labios – el es Hoseok, el de el medio... no tengo mucho que decir en realidad.

Miro hacia la señora Miriam, su semblante siendo serio de pronto.

-Hace cinco años que no pasa mucho tiempo en casa – la señora Miriam
suspira una vez más, ahora señalando a otro chico de piel pálida y una muy
tierna sonrisa de conejo – el es Jungkook, el menor de todos, el bebe.

-¿Bebe? – sonrío hacia aquel apodo.

-Si, Seulgi lo trata como un bebe...

-¡Mamá necesito tu ayuda...!

Miro hacia una puerta, un chico estando en esta sus ojos conectando con los
míos.

-Ah... disculpe...

-Jimin ella es Wendy, la nueva empleada, Jimin es mi hijo – la señora Miriam


sonríe y miro al chico de facciones delicadas.
-Mamá ¿por que no me avisaste? Habría preparado algo...

Miro a la señora Miriam sin entender, ella me devuelve la mirada una sonrisa
formándose en sus labios, y eso solo me confunde aún más, porque estoy
segura que Jimin es coreano y no es hijo de la señora Miriam.

-Jimin por favor habla en coreano, Wendy no sabe español.

-Perdona – Jimin me sonríe tiernamente – solo pensaba que vendrías mañana.


No te sorprendas, solo que en verdad nos emociona que alguien nuevo entre y
eso...

-Jimin era el único emocionado. Es el único chico que trabaja aquí, los demás
somos ancianos.

-¡Mamá!

Sonrío totalmente divertida con aquello, la señora Miriam y Jimin sonriendo


al verme. La señora Miriam y Jimin comparte algunas palabras en español
porque no entiendo nada y después seguimos caminando por los pasillos
hasta llegar a la cocina.

Si, la cocina es más grande que mi casa.

Pasamos por la cocina llegando a una puerta la cual la señora Miriam abre,
un largo pasillo apareciendo ante mis ojos y...

-Si, esta cada es un laberinto hija – dice la señora Miriam comenzando a


caminar por el pasillos, las puertas a mis lados provocando curiosidad – es
como un hotel.

Nos detenemos frente a una puerta, el número 18 estando en esta, la señora


Miriam se apresura a abrir la puerta.

-Esta es tu habitación Wendy, no es tan bonita pero puedes agregarle lo que tu


quieras si quieres.
Asiento hacia ella entrando en la habitación, las paredes siendo de color
blanco, una pequeña cama cubierta de sabanas negras estando a mi vista, un
armario en una esquina de la habitación, una pequeña mesa de noche junto a
la cama. La señora Miriam camina hacia la ventan abierta que esta a la
cabecera de la cama, sus manos cerrándola al instante.

-Debes mantenerla cerrada – dice la señora Miriam, su mirada viajando hacia


la mía – el frío es realmente horrible en estas habitaciones... iré a buscarte
unas sabanas ahora mis...

-No, no, no. Esta bien – sonrío hacia ella dejando mi mochila sobre la cama,
mi mirada cayendo sobre la puerta junto al armario – no hace falta.

La señora Miriam asiente devolviéndome la sonrisa, ella camina hacia el


armario abriéndolo, un vestido negro con un delantal blanco.

-Uniforme – digo entendiendo aquello.

-Si – Miriam deja el uniforme sobre la cama – uniforme. Vistete y sal cuando
quieras, eso si, siempre usando el uniforme, el verdadero trabajo duro
empieza mañana.

-¿Hoy no?

-No, solo te mostrare la casa y las reglas... todo ese protocolo, la señorita
Seulgi y el joven Jungkook regresan dentro de dos semanas de la casa de su
amiga Bae Joohyun...

-¿Bae? – miro a la señora Miriam, sintiéndome totalmente sorprendida –


¿Bae Joohyun? ¿la modelo?

-Esa misma.

-Eso es... impresionante...


-Si, conozco a esa niña desde que era una bebe – la señora Miriam sonríe
pareciendo pensar algo – a ella y a sus hermanos – la señora Miriam se hecha
aire con la mano de pronto resoplando – ya, me puse sentimental.

Sonrío negando suavemente con la cabeza, la señora Miriam negando con la


cabeza.

-Dios, este primer día debe de ser extraño para ti.

-Para nada señora Miriam.

-Solo dime mamá.

-¿Ma... que?

-Mamá. Es mamá en español.

Sonrío asintiendo una vez más.

-Bien.

-Esta bien... como decía, Seulgi y Jungkook están en Busan con su la familia
Bae. El joven Yoongi esta en reuniones de negocios en Tailandia.

Asiento al ver que la señora Miriam no dice más nada.

-¿Y el joven Hoseok?

-Hace dos mese que no viene a la casa – suspira la señora Miriam de manera
triste.

-Entendido.

-Bien, sera mejor que te deje descansar, el viaje de Daegu a Seúl es agotador.
Lo se.
-Gracias.

-Cuando quieras – la señora Miriam camina hacia la puerta saliendo por esta.

Miro a mi alrededor cayendo sentada sobre la cama, mi cuerpo sintiéndose


pesado, las ganas de dormir apareciendo, y es que no pude dormir la noche
anterior debido a que tuve que trabajar.

Si, cada minuto cuenta.

Me dejo caer de espaldas en la cama, mi mirada centrándose en el techo, este


siendo blanco, ruedo los ojos negando suavemente con la cabeza.

-Es muy simple... – murmuro el color blanco aburriéndome.

Respiro profundamente mi celular vibrando en mis bolsillos, pero me siento


tan cansada que no me muevo, solo me mantengo así, quieta.

Me quedo tan quieta que no se en que momento caigo dormida.


2

HOSEOK

Sungkyung gruñe en mi oído, a los minutos siento como golpea mi hombro,


sus manos tratando de apartarme. Caigo a su lado en la cama, ella se levanta
comenzando a cubrir su cuerpo desnudo con las sabanas, su mirada
desesperada sobre la mía.

-¡Hoseok que carajos acabas de hacer! – gruñe Sungkyung comenzando a


colocarse su ropa.

Miro el techo de aquella diminuta habitación, una sonrisa comenzando a


formarse en mis labios.

-¡Joder Hoseok esto es serio!

-Solo tomate la pastilla y problema resuelto.

-Ese no es el problema...

-¿Cual es el problema entonces ?– resoplo mis ojos cerrándose.


-No... no lo entiendes – escucho como camina por la habitación, sus pasos
sonando apresurados – siempre haces esto, siempre es lo mismo contigo...
¿sabes? Soy más que sexo Hoseok.

-No comiences Sungkyung – coloco mis brazos detrás de mi cabeza – sabes


que te amo...

-No digas palabras que no sientes – abro los ojos mirando hacia Sungkyung,
su mirada fija en la mía – esas palabras no se dicen tan a la ligera Hoseok.

-No lo digo a la ligera.

Sungkyung me mira fijamente, ella frunce el ceño de pronto, camina hacia mi


tomando mi rostro entre sus manos, una sonrisa formándose en mis labios,
me acerco a ella tratando de besarla pero se aleja antes de que mis labios
toquen los suyos.

-Pensé que lo habías dejado – Sungkyung se aleja, sus manos estando en su


cabeza, la sonrisa aún en mi rostro.

-Amor...

-Prometiste que ya no te meterías porquerías...

-No tengo nada.

-Hoseok...

-No estoy de humor para pelear...

-¡¿Y tu crees que yo lo estoy?! Deja de actuar como un puto niño Hoseok, tus
actos tienen consecuencias.

-Mi cabeza duele...


-Vete.

Resoplo mi mirada cayendo en el techo una vez más, a pesar de que estoy en
medio de una pelea...

Se siente genial.

Todo se siente bien.

-¡Hoseok largate, no quiero verte en mi casa!

-Tu voz es como un pito en la cabeza... – suelto una carcajada sintiendo como
las manos de Sungkyung comienza a jalar mi cuerpo fuera de la cama.

-Hoseok por favor... vete.

Sonrío levantándome de la cama, tomo mi ropa del suelo comenzando a pasar


la camiseta por mi cabeza, teniendo dificultades para colocarme los
pantalones, y a pesar de que Sungkyung esta molesta conmigo me ayuda a
vestirme.

-Que linda – murmuro dejando un beso en su mejilla.

Ella se aleja rápidamente abriendo la puerta de la habitación.

-Vete por favor – sonrío hacia ella caminando fuera de la habitación, mis pies
enredándose y haciéndome tropezar.

-Te amo – volteo una ultima vez riendo hacia ella, la mirada de triste de
Sungkyung solo haciéndome reír con más fuerza.

-Yo más – dice ella, pero no le hago mucho caso siguiendo mi camino.

Llego a las afueras de aquel edificio, camino hacia la calle comenzando a


levantar mi brazo pidiendo un taxi, el cual no llega ni nada...
-Puta ciudad – gruño dando un paso hacia atrás, pero termino resbalando
cayendo sobre mi trasero...

-¿Hoseok ?– sonrío asintiendo a la nada, un rostro conocido apareciendo ante


mi – ¿que haces aquí? Pensé que estabas con mi hermana...

-¡Joy! Tiempo sin verte...

-Bien... ya entiendo.

-¿Que? ¿que entiendes...?

Miro como Joy comienza a marcar en su celular, su mirada fija sobre mi, y yo
solo me limito a reír, el suelo sintiéndose raro de pronto...

-¿Nos estamos moviendo? – comienzo a reír asintiendo – si...

Pasan los minutos, los cuales para mi son como segundos, un taxi
apareciendo ante mi mirada, me levanto del suelo con dificultad pero logro
mantenerme en pie.

-¡Mira, llego por arte de magia!

Subo al taxi sintiendo como Joy sube a mi lado, el taxi comenzando a


moverse...

-¿A donde vamos? – cierro los ojos dejando caer mi cabeza sobre la puerta.

-A tu casa...

-No, no... me mataran si voy allá...

-Tu hermano no esta en la ciudad Hoseok.

-¿Como tu sabes eso...?


Todo queda en silencio, una canción llegando a mi cabeza, miro las calles
pasar, las luces siendo como enormes borrones, y parece un musical.

Ya sabes...

Lalaland.

La mujer de allí es linda, es como si la estuviera viendo ahora mismo, allí


frente a mi y si solo...

-¡Hoseok despierta llegamos!

Abro los ojos, la puerta de pronto se abre y caigo de bruces en el suelo, el


lado izquierdo de mi rostro comenzando a doler horrible, pero sonrío al sentir
frío de pronto.

-Hoseok, ven, vamos a...

-¡No! – gruño levantándome del suelo, comienzo a caminar lejos de Joy.

-Hoseok...

-¡Yo puedo solo joder!

Comienzo a caminar por el jardín sintiendo mucho calor de pronto. Gruño


mirando de pronto un gran paredón blanco, las ventanas estando cerradas,
resoplo llegando a la única ventana que se que abre desde afuera.

Que bueno que la mejore hace unos años.

Abro la ventana entrando rápidamente mi cuerpo cayendo sobre la cama,


cierro los ojos comenzando a quitarme la ropa hasta solo estar en boxers, el
calor siendo insoportable...

-¿Q-quien eres t-tu?


Abro los ojos mirando hacia la puerta del baño, mi mirada encontrándose con
una chica, su mirada fija en la mía. Le sonrío cerrando los ojos.

-Soy el dueño de esta puta casa...

Caigo dormido, porque no se que más sucede a mi alrededor, solo


sintiéndome en las malditas nubes.
3

WENDY

Un estruendoso sonido, el silencio siendo interrumpido por ese sonido.


Obligo a mis ojos abrir mis ojos ardiendo, un dolor punzante en mi cabeza
comenzando a aparecer, resoplo llevando una de mis manos hacia mis ojos, la
otra tomando el celular en mis bolsillos contestando al instante.

-¿Si?

-Wendy, al fin contestas... estaba preocupado por ti ¿por que no has


llamado? ¿ya llegaste?

-Si Nam – estrujo mis ojos al cabo de unos segundos fijando mi vista en el
techo – me quede dormida al parecer.

-Entiendo... ¿como te fue en el trabajo?

Me incorporo en la cama mi mirada cayendo sobre la ventana cerrada, el


cielo oscuro dándome la bienvenida.
-Muy tranquilo en realidad...

-Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea ¿bien?

-Si, lo se – sonrío levantándome de la cama comenzando a estirar mi cuerpo.

-No tuviste que ir a trabajar Wendy... pudiste venir a Canadá conmigo...

-No iba hacer que el poco dinero que tienes lo gastaras en mi... recuerda que
tienes una beca, y ya de por si pagar tu departamento en difícil.

-Tienes que estudiar...

-Y lo haré, solo que... después.

-Wendy...

-Estoy bien, en la casa donde conseguí trabajo recibiré buena paga, y sacando
cálculos solo estaré aquí unos tres meses o dos meses...

-No tienes que hacerlo...

-Esta bien Nam. No te preocupes. Te tengo que dejar ¿bien? Te marco luego.

-Esta bien.

Corto la comunicación dejando mi celular sobre la mesa de noche que se


encuentra a un lado de la cama, camino hacia el cuarto de baño el cual es
algo pequeño, pero para mi es perfecto.

Me quito la ropa dejándola sobre el suelo, miro la ducha ante mi y suspiro al


abrir la llave y sentir como las gotas de agua caen sobre mi cuerpo,
sintiéndose como millones de dedos sobre mi piel.

Realmente relajante.
Al cabo de unos minutos salgo de la ducha envolviendo una toalla en mi
cuerpo, mi cabello estando sujeto en un moño en mi cabeza, estoy apunto de
salir cuando escucho un ruido.

Gruñidos roncos, suspiros ruidosos...

Frunzo el ceño ladeando la cabeza, mi mano estando aún sobre el pomo de la


puerta, espero segundos que se sienten como minutos, más que miedo
sintiendo curiosidad.

Respiro profundamente girando la perilla en mi mano, esta abriendo de


manera silenciosa y lo agradezco, mi mano libre sujetando la toalla contra mi
pecho de manera firme, mi mirada recorriendo la habitación, y no es que es
tan difícil pasar desapercibido el gran cuerpo de un hombre desparramado en
la cama que minutos antes estaba habitando.

Sujeto la toalla con mayor fuerza mi mirada fija en el, no pudiendo evitar
observarle todo, ya que, esta solo en boxers, y estos son como casi una
segunda piel. Trago con fuerza alzando la mirada hacia sus brazos extendidos
a cada lado de la cama, la piel levemente bronceada llamando en demasía mi
atención, su pecho bien formado tentándome a acercarme a el, sus piernas...

Mierda sus piernas.

Por Dios, se supone que debo de estar asustada y llamando como loca a la
señora Miriam, pero eme aquí, sintiendo calor repentino por este hombre.

Levanto la mirada hacia su rostro, este siendome familiar pero no puedo


ubicarlo, sus ojos estando cerrados, sus largas y espesas pestañas acariciando
sus mejillas, el cabello castaño y desordenado estando sobre su frente, sus
labios...

Fuerzo el nudo en mi garganta a bajar actuando con la parte racional que aún
me queda.

-¿Q-quien eres t-tu? – ruedo los ojos al sentir mi voz temblorosa, al mismo
tiempo que fuerzo al aire entrar en mi sistema.

El abre sus ojos, estos estando adormilados, una sonrisa atontada apareciendo
en sus labios.

-Soy el dueño de esta puta casa...

Me aclaro la garganta en ese momento reconociendo aquel rostro, es el de la


fotografia, solo que ahora luce más varonil, aquellas facciones aniñadas ya no
estando, dejando rasgos afilados y con más madurez.

-Hoseok... – murmuro entendiendo aquello solo un poco porque...

¿Que hace en esta habitación precisamente?

¿Por que se quedo dormido?

Porque es evidente, esta dormido, su pecho subiendo y bajando de manera


lenta y profunda, su rostro luciendo tan relajado y...

Niego fuertemente con la cabeza dando grandes pasos hacia atrás y


encerrándome en el baño, pego mi espalda de la puerta mirando mi reflejo en
el espejo, mi rostro estando completamente rojo, mi mano estando sobre mi
pecho, mi corazón martilleando con fuerza, la imagen de el joven Hoseok...

-No, no, no – murmuro negando una vez más, respiro profundamente


tratando de tranquilizar mi corazón desesperado.

Salgo del cuarto de baño no mirando nada en realidad, solo tomando mi


mochila y encerrándome en el baño una vez más.

Al cabo de unos minutos ya me encuentro cómoda en pantalones de chándal


y una sudadera verde, mi mirada cayendo sobre el hombre semi-desnudo en
mi cama. Respiro profundamente pensando en llamar a Miriam o a Jimin.

Camino hacia mi celular dispuesta a llamar al celular de la señora Miriam,


pero mis ojos se abren en impresión al ver que son las 2:55 de la mañana.
Dejo mi celular una vez más en la mesa de noche, mi mirada cayendo sobre
el joven Hoseok, mis manos estando en mis caderas.

¿Ahora que?

¿Se quedara aquí?

Esta durmiendo como una piedra, y muy seguramente esta borracho, aunque
no apesta a alcohol, pero actuaba como un borracho...

Aparto aquella posibilidad que podría ser la más acertada y pongo a mi mente
a trabajar en busca de una solución, mis manos yendo hacia las sabanas
negras cubriendo su cuerpo, el se remueve envolviéndose en toda la sabana
desapareciendo a mi vista.

Miro a mi alrededor en este momento comenzando a molestarme.

El puede ser el segundo de los hermanos Min, una de las familias más
poderosas de Corea y toda esa mierda, pero esta a partir de hoy es mi
habitación, es mi espacio ahora, y se supone que personas como el no están
en lugares así y...

Jodida mierda.

Mi mente en este momento es un remolino de pensamientos que cada vez se


hacen más incoherentes.

Pero lo realmente importante aquí es...

¿Ahora donde dormiré?

Resoplo tomando las almohadas de la cama, las tiro en el suelo


acomodándome sobre ellas, mi mirada centrándose una vez más en aquel
techo blanco, mis manos descansando sobre mi estomago, y a pesar de que
dormir casi todo un día, sigo sintiendo sueño.
Pareciera que todas aquellas noches de trabajo están pasando factura justo
hoy.

Cierro mis ojos dejándome caer una vez más en las profundidades de mis
sueños...
4

HOSEOK

-¿Que más se podría esperar? – miro a mi madre, ella me sonríe dejando la


botella vacía sobre la mesa a su lado – es un maldito infeliz...

-Mamá, creo que sería mejor que descanses – Yoongi trata de tomarla de
los brazos pero ella se aleja tropezando con sus pies pero mantiene el
equilibrio – mamá...

-¿Sabes el dolor que siento por culpa de su querido padre? ¡¿Lo saben?!
No, no, no – ella ríe negando con la cabeza – no tienen ni una jodida idea
de lo que siento...

Me acerco a ella pero cada paso que doy es un paso donde ella se aleja,
verla de esa manera solo provocando que todo en lo que una vez creí
cayera en tan solo segundos.

-Mamá sera mejor que te calmes – digo, su mirada llena de burla ahora
sobre mi – Seulgi y Jungkook están dormidos y...
-¡NO, QUITA TUS MANOS DE MI HOSEOK MALDICIÓN!

Mi madre llora cayendo al suelo de rodillas, su cabello estando desastroso,


el maquillaje en su rostro estando corrido manchando sus lindas facciones,
su mirada antes llena de luz ahora siendo un foco apagado.

-Lo odio...

Abro los ojos, mi pecho subiendo y bajando rápidamente, el sudor en mi


cuerpo solo haciéndome sentir ahogado, aparto las sabanas de mi
incorporándome en la cama, el dolor punzante en mi cabeza obligándome a
caer una vez más sobre mi espalda cerrando los ojos.

Gruño llevando mi mano hacia mis ojos presionando levemente, el dolor en


el lado izquierdo de mi cara comenzando a ser espantoso, este lado
palpitando.

¿Que demonios hice anoche para sentir que mi cuerpo fue un saco de boxeo?

-¡Joven Hoseok! – escucho de pronto una voz vagamente familiar...

Fuerzo una sonrisa en mi rostro y me obligo a incorporarme en la cama y esta


vez mantenerme así.

-Miriam – suspiro asintiendo hacia ella – ¿como esta?

-Me alegra tanto que este aquí, le preparamos su comida favorita... y tenga
por cierto – ella extiende una bandeja hacia mi, una pastilla blanca estando en
un pequeño plato, un vaso de agua justo al lado.
Miro a Miriam ladeando la cabeza, extiendo mi mano tomando la pastilla y
metiéndola a mi boca al instante tomando un gran trago de agua.

-Para la resaca – me aclara ella y asiento.

-Muchas gracias.

-Sera mejor que te levantes y vallas a bañarte, la comida esta en el comedor...

-Gracias – me levanto de la cama dispuesto a ir al baño pero siento la


regordeta mano de Miriam sobre mi brazo.

-¿A donde crees que vas?

-¿Al... al baño?

-Ese no es tu baño Hoseok – ella me sonríe negando suavemente con la


cabeza – vamos, Jimin te llevara a tu habitación.

-Pero... ¿por que no aquí? Además...

-Esta habitación ya tiene dueño Hoseok.

-¿Que mierda? No.

-Hoseok...

Gruño rodando los ojos, me libero del brazo de Miriam encerrándome en el


baño y prendiendo la ducha. Cierro los ojos dejando que el agua se deshaga
de todo lo sucio que hay en mi cuerpo, mis manos estrujando mi cabello y
extiendo mi mano tratando de tomar el shampo que se que tengo allí, solo
que una vez que lo embarro en mi cabello este no huele a lo que debería, si
no ah...

-¿Frambuesas? ¿que es esto? – abro los ojos mirando por primera vez a mi
alrededor y...
Luce diferente.

Termino de ducharme saliendo envuelto en una toalla, camino por la


habitación recién notando la mochila en una esquina de esta, un pequeño
celular en la mesa de noche, eso no estando hace dos meses.

Lo se.

Y es que nadie puede estar en esta habitación, es decir...

Es mía...

Gruño saliendo de la habitación caminando por los pasillos hasta llegar a la


cocina, mi mirada encontrándose con Jimin.

-¿Quien esta en mi habitación? – pregunto hacia el.

-Hoseok, es que tu hermano pensó que era buena idea... dejar el pasado y tu
tienes tu habitación arriba...

-Me importa una mierda lo que Yoongi quiera. Esa habitación se quedara sola
como lo ah hecho durante estos últimos cinco años. Así que si no quieres que
despida a quien sea que este allí, será mejor que la metan a otro lado.

-No hay más habitaciones...

-Esta es una casa enorme, debe de haber algún espacio donde la puedan
meter.

-Oh joven Hoseok, es un gusto...

-Zheing ¿quien es la nueva empleada? – miro hacia el jardinero que acaba de


entrar a la cocina, su mirada titubeando contra la mía.

-Ahora mismo se encuentra lavando la ropa...


Sonrío hacia el caminando hacia la mini-lavandería que tenemos en la casa,
camino por los pasillos hasta llegar a un pasillo muy poco iluminado,
escucho el suave ruido de la lavadora pero con cada paso que doy el sonido
incrementa, una vez que estoy frente a la puerta abro esta sin pensarlo dos
veces entrando en la habitación, mi mirada encontrándose con una chica de
cabello negro azabache, su cabello estando sujeto en una coleta baja, esta de
espalda hacia mi así que no la he visto aún, pero tan pronto como cierro la
puerta a mis espaldas ella gira hacia mi, sus ojos encontrándose con los míos,
el flequillo en su frente tapando solo un poco sus ojos, ella sostiene en sus
manos una cesta llena de ropa, su mirada confusa sobre mi.

-¿Que desea joven ?– pregunta y oh mierda creo que aún tengo droga en mi
sistema porque...

Demonios no, no, no.

Manten la cabeza fría Hoseok...

Las dos cabezas.

-No se como te llamas ni se nada de ti, solo se que eres la nueva empleada
y eso me convierte en tu jefe – la miro fijamente, y ella mantiene la mirada
baja – así que para ahorrarte el martirio de trabajar aquí... estas despedida.

Ella alza su mirada hacia la mía, su mirada confundida solo provocándome


risa.

-Pero... ¿que hice?

-Nada. Solo invadir mi casa.

-Casa que usted no habita desde hace dos meses.

Y al momento que las palabras salen de sus labios pareciera arrepentirse


porque baja la mirada haciendo una inclinación.
-Perdone, yo...

-Al parecer sabes más que yo – sonrío negando con la cabeza – como sea, tu
no eres nadie para decir o dar una opinión. Solo vete.

-Por lo que se – ella levanta su mirada hacia la mía, sus ojos prendidos en ira,
y mierda...

¿Es normal excitarme en momentos como estos?

¿Por que tenía que ser tan jodidamente hermosa?

¿No podía ser una vieja de cara larga y barriga grande?

Bien, tengo que dejar de pensar con mi entrepierna ahora mismo...

-Usted es el segundo hermano Min, y el encargado de decir quien se va y


quien se queda es el mayor, Min Yoongi.

-Me sorprendes – sonrío hacia ella apoyando mi espalda en la puerta – ya es


tu primer día y conoces muy bien todo este sistema.

-Yo vine a trabajar – ella me da la espalda sacando la ropa de la lavadora y


metiendo nueva – no ah gastar el tiempo con un niño que no tiene voz ni voto
en su propia casa.

Frunzo el ceño toda diversión de mi rostro largándose, mi buen humor


yéndose a la misma mierda.

-¿Quien te crees para hablarme así? Vete ahora mismo.

Ella sigue haciendo lo que sea que este haciendo con esa ropa, los minutos
transcurriendo y ella sigue allí, ignorándome.

Gruño sintiendo mi sangre hervir de ira.


-Si no te vas por las buenas, te iras por las malas... vete ahora mismo.

No me hace caso, y eso solo me provoca más molestia, mis manos


desordenado mi cabello aún húmedo debido a la ducha que minutos atrás me
di.

Me acerco a ella pegando su espalda contra mi pecho, su cuerpo quedando


completamente rígido, su mirada estando baja. Me acerco a su oído, su aroma
a frambuesas llegando a mis fosas nasales, mis manos posesionándose a casa
lado de ella encerrándola entre mi cuerpo y la lavadora.

-No sabes con quien te estas metiendo – murmuro en su oído, su aroma


siendo tan...

Atrayente.

Y tan raro y extraño como suena, la cercanía de esa chica siendo como un
hechizo para mi, solo acerco mi rostro a su cuello cerrando mis ojos con
fuerza, por primera vez desde hace cinco años, esa simple cercanía
haciéndome sentir tranquilo.
5

WENDY

Me mantengo quieta, mi mirada estando fija en los zapatos negros de tacón


alto en mis pies, mis manos apretando con fuerza la falda del vestido al sentir
como Hoseok se pega a mi cuerpo, y me espere tantas cosas, me espere hasta
que me lastimara, pero nunca espere que hundiera su rostro en mi cuello y...

¿Me oliera?

Trago con fuerza alzando mi mirada hacia la lavadora ante mi sintiendo como
Hoseok respira profundamente, mi corazón golpeando con fuerza contra mi
pecho, dándome la sensación de que en cualquier momento saldrá corriendo
lejos.

Siento como los brazos de Hoseok van envolviendo mi cuerpo suavemente, y


esta tan cerca de mi, que siento su corazón latir con fuerza contra mi espalda,
y eso solo me dice que no soy la única al sentirse así.

Se que debería empujarlo, alejarlo de mi e irme de ese lugar como tanto me


lo dijo minutos atrás, pero...
No puedo hacerlo, mi cuerpo esta estático y solo quiero seguir sintiendo
aquello, respiro profundamente no siendo consciente realmente de lo que
hago, mis manos yendo hacia las suyas, sus manos reaccionando al instante y
entrelaza sus dedos con los míos, cierro los ojos con fuerza y...

-¡WENDY! – grita una voz, pasos apresurados comenzando a sonar por el


pasillo.

Siento como Hoseok se aleja de mi la puerta abriéndose de pronto, comienzo


a sacar la ropa de la lavadora colocándolas dentro de la canasta, trago con
fuerza tratando de controlar mi respiración.

-Joven Hoseok – me mantengo de espaldas acomodando la ropa seca a gran


velocidad no queriendo ver más nada – ¿como esta?

-Hola Seunrang.

-Su comida se encuentra en la cocina.

-Gracias.

Escucho como Hoseok se marcha y termino de acomodar la ropa, me volteo


hacia Seunrang y ella me sonríe.

-¿Que tienes pequeña? Estas roja – ella se acerca a mi poniendo sus manos
sobre mi frente – y caliente...

-Seguro es el calor... es muy cerrado esta habitación – sonrío hacia ella


tomando la canasta llena de ropa – ten, ya termine con la ropa de la joven
Seulgi y el joven Yoongi, aún estoy con la de el joven Jungkook.

-Oh bien, eso fue muy rápido... no tenías que hacerlo.

-Ya había terminado de limpiar el salón y el comedor – sonrío hacia ella


negando – solo quería ayudar un poco más.
-Ah hija, dentro de unas dos semanas querrás irte de aquí. La joven Seulgi y
el joven Yoongi son un tsunami juntos. Y si el joven Hoseok se encuentra aún
más.

Asiento con la cabeza la señora Seunrang tomando la canasta de mis manos.

-Iré a planchar esto, cuando termines con la ropa de Jungkook por favor aquí
esta la ropa del joven Hoseok... solo es una camisa y pantalones.

-Esta bien – digo tomando la ropa en mis manos, el fuerte aroma a colonia
llegando a mis fosas nasales – no hay problema.

-Avisame cualquier cosa.

-Esta bien.

La señora Seunrang se marcha cerrando la puerta a sus espaldas, mi mirada


quedando fija en la puerta, trago con fuerza la ropa en mis manos llamando
mi atención y...

-¿Que estoy haciendo? Solo basto unos minutos para que hiciese que mi
corazón corriera – murmuro cerrando los ojos al mismo tiempo que me
apoyo en la lavadora a mis espaldas.

¿Que tan patética puedo ser?

Solo he tenido a un novio en mi vida, y lo que tanto lucho el por hacerme


sentir en meses, Hoseok solo lo consiguió en unos segundos, y sin esforzarse
realmente.

Extraño ¿verdad?

Detengo mis movimientos mirando la camiseta de Hoseok en mis manos, es


negra, su aroma siendo fuerte, mis dedos pasando por la tela...
-Basta – gruño rodando los ojos.

Lanzo la ropa a la lavadora esta estando lejos de mi alcance, ubico la silla que
esta en la esquina de la habitación dejándome caer sobre esta, busco en los
bolsillos del vestido, frunzo el ceño al no conseguir mi celular.

-De seguro y esta en la habitación – murmuro dejando caer mis manos sobre
mi regazo, mi mirada yendo hacia la pequeña ventana que se encuentra casi
pegada del techo.

¿Quien pondría una ventana a esa altura?

Aunque tiene sus ventajas, si...

Ventajas...

Como escapar, claro que tiene que ser alguien en verdad pequeño. Me coloco
derecha en la silla mis manos posándose a mis costados y...

-Si – miro hacia la ventana – entro por ahí...

Espera. Sonrío negando con la cabeza dejando caer mis manos.

¿Por que estoy pensando en eso siquiera?

Sinceramente este ah sido (hasta ahora) el trabajo más tranquilo que he tenido
(obviando a Hoseok), los otros trabajos eran...

Muy agotadores.

Pasa alrededor de una hora y salgo de aquella habitación, camino por los
pasillos ya conociendo un poco más aquella casa, llego a la sala donde se
planchan las ropas dejando la canasta en la mesa al lado de Seunrang.

-Ya todo esta listo – sonrío hacia ella y ella me devuelve la sonrisa.
-Gracias hija.

-¿Necesita que la ayude con algo más?

-Estoy bien Wendy, mejor ve a la cocina, ya todos han almorzado menos tu.

-¿Ya es tan tarde? Como pasa volando el tiempo.

-En esta casa cuando piensas que es temprano ya es muy tarde. Ve.

Camino por los pasillos saludando a algunos de los empleados, todos siendo
realmente agradables conmigo, cuando llego a la cocina saludo a Jimin el
cual me sonríe.

-¿Vas a comer? – me pregunta tomando un trapeador en sus manos.

-Luego, ahora solo quiero quitarme estos zapatos.

-Son matadores ¿verdad?

-Bastante.

-Bien, me tengo que ir, la alberca es un gran desastre en las tardes.

-Esta bien.

Camino hacia el pasillo pasando por las múltiples puertas hasta llegar a la
numero 18, entro en ella dispuesta a descansar solo un poco, pero al ver como
Hoseok esta acostado en la cama con un tazón de palomitas en sus manos...

-Pensé que te había dicho que estabas despedida – el me mira, una sonrisa
burlona formándose en sus labios.

Que idiota.

-Joven Hoseok por favor...


-“Joven Hoseok”... ¿en que momento me comenzaste a llamar así?

Resoplo cerrando los ojos por unos momentos y volverlos abrir una vez más,
la mirada llena de burla de Hoseok solo provocándome que quiera golpear
esa cara.

Me mantengo en silencio no queriendo avivar más el fuego, asiento


suavemente con la cabeza formando una sonrisa en mi rostro.

-Esta bien, si necesita algo solo comuni...

Me corto abruptamente, de pronto Hoseok estando a solo centímetros de mi


rostro, su mirada fija en la mía, una sonrisa comenzando a dibujarse en sus
labios.

-¿Sabes que? – Hoseok ríe caminando por la habitación, su mirada fija en la


mía – puedes estar aquí, esta bien.

“De todos modos el que decide eso es tu hermano”.

Me muerdo la lengua deteniendo todas las palabras que están pasando por mi
cabeza en este momento, y en cambio de eso sonrío asintiendo levemente con
la cabeza.

-Que generoso es – digo tratando de no sonar sarcástica.

Pero se me es imposible.

-Voy a ignorar eso – Hoseok se acomoda en la cama, su mirada fija sobre mi


– vamos... vamos a hacer un trato.

Levanto una ceja hacia el, mis brazos cruzándose contra mi pecho, me
mantengo en silencio no confiando en aquello.

-¿Que trato ?– pregunto hacia el.


Hoseok me sonríe, noto como abre las piernas, sus manos posándose sobre
sus muslos.

-Ya te debes de imaginar.


6

HOSEOK

¿Que tan imbécil soy por pedirle una mamada a una chica a cambio de que se
quede?

Sonrío hacia ella viendo su rostro lleno de consternación, y yo solo espero.

Pero en el momento que pasan cinco minutos y solo permanecemos así, me


levanto de la cama caminando hacia ella teniendo que bajar la mirada al notar
que es mas pequeña que yo.

-Prefiero irme que hacer algo que tu quieras – dice ella en el tono más serio
en el que me han hablado en mi vida.

¿Por que simplemente no cae?

-Estas haciendo que mi paciencia se agote Wendy...

Pasos resuenan por los pasillos, frunzo el ceño reconociendo aquellos pasos,
si, los reconozco. Y no son buenos.
-Mierda – gruño caminando hacia la ventana de la habitación, pero cuando
escucho que la puerta se abre con fuerza se que ya es tarde.

-Al fin te dignas a venir – dice la profunda voz de mi hermano.

Resoplo girando hacia el, nuestras miradas encontrándose, sus ojos gatunos
luciendo feroces. Sonrío hacia el cayendo sentando en la cama.

-Mucho gusto verle gran Min Yoongi – me burlo sonriendo hacia el, sus
manos apretandose en puños a sus costados – nos honra con su presencia.

-¿Donde estabas? Sabes lo preocupado que estaba.

-Si, si, si... ya dejalo – miro hacia Wendy la cual nos mira en una esquina de
la habitación – ¿ves los modales de Min Yoongi Wendy? Ni siquiera saluda a
la nueva empleada.

Yoongi rueda los ojos girando hacia Wendy recién notándola.

-Por favor dejanos solos – dice Yoongi hacia ella, sonrío caminando hacia
Wendy sujetándola de la mano con fuerza.

Ella abre los ojos como platos, intenta soltarse pero la sujeto con fuerza
atrayendo su cuerpo contra el mío.

-Habla Min Yoongi, di lo que tengas que decir – sonrío hacia el, su mirada
llena de frustración comenzando a divertirme.

-Hoseok no estoy de humor para tus cosas...

-¿Que cosas? Solo habla hermano.

-Joven Hoseok suelteme – murmura Wendy a mi lado.

-Tu, callate – digo hacia Wendy, mi mirada fija en Yoongi – vamos Min
Yoongi, dime lo que tengas que decir...

-Joven Hoseok...

-Vamos Yoongi ¿que tienes que decir? ¿que es ahora?

-Deja de actuar como un niño Hoseok, solo quiero saber donde estabas, y
quiero que dejes de desaparecer de la nada.

-Ah ¿era eso nada más? Pensé que era algo más grave.

-Hoseok...

-Me aburres Yoongi... o disculpe. Gran Min Yoongi.

-Me estas sacando de quicio Hoseok...

-¿Tu crees que tu a mi no? ¿sabes cuantas veces me sacaste de quicio a mi?

-¿De que estas hablando? ¡Siempre te has comportado como un maldito niño,
ya es hora de crecer, de olvidar!

-¡¿Como se puede olvidar el hecho de que prácticamente fue tu culpa de que


todo se fuera a la mierda?!

-¿Mi culpa? – Yoongi ríe sonoramente, escucho un quejido a mi lado pero


solo mantengo mi atención en Yoongi – sabes muy bien quien tiene la culpa
de esto.

Aprieto mi mandíbula tan fuerte que esta empieza a doler, todo en mi solo
irradiando una cosa.

Ira.

Una muy grande y horrible ira.


-No te gusta que te digan la verdad – Yoongi ríe una vez más hacia mi – que
egoísta eres ¿lo sabías? Mientras mamá sufría, mientras ella estaba en
agonía... tu solo pensabas en un pobre infeliz.

-Callate.

-Si, no te gusta escuchar como son las cosas. Siempre has sido así. Nunca
cambias.

-No tengo porque escuchar tus...

-¿Mis que?

Golpeo mi mejilla contra mi lengua, mi mirada fija sobre Yoongi, solo


queriendo golpearle la cara.

-¿Mis verdades? Estas a un segundo de que te quite todo Hobi.

-No te necesito...

-Claro que si ¿cuantas veces te seguirás engañando hermanito? Vives por mi


dinero. El dinero que yo hago con tanto esfuerzo. Dinero que tu botas a la
basura por meterte cosas por la nariz ¿no te ves en un espejo?

Respiro profundamente tratando de controlarme, mi corazón latiendo con


fuerza en mi pecho.

-Antes me preocupaba por ti – Yoongi se acerca a mi, su mirada dura sobre la


mía – ahora... me estoy dando cuenta que eres un caso perdido. Mirate, hecho
una porquería, vives a base de drogas ¿por que? Porque tu puta cabeza no te
deja en paz.

-Yo no fui el que hecho a un chico a la calle y lo hundió a la mierda –


comienzo a temblar, es tanta la rabia que siento que mi cuerpo comienza a
temblar.
-Yo no fui el que abandono a nuestra madre por un niño que no vale ni la
misma mierda.

-Eres un idio...

-¡Hoseok me estas haciendo daño! – escucho un jadeo a mi lado mi mirada


bajando hacia Wendy.

Sus ojos están inyectados en sangre, bajo la mirada hacia mi mano sujetando
su muñeca, su mano estando completamente blanca ya que la sangre no
circula, la suelto rápidamente mirando como mis dedos se marcan en su piel
en un intenso rojo.

-Y-yo... lo si-iento... – gruño caminando fuera de la habitación empujando a


Yoongi fuera de mi camino.

Camino por los pasillos solo queriendo salir de esa casa.

-¿Joven Hoseok? – escucho la voz de Jimin en el momento que paso por la


sala de estar.

Llego a la cochera tomando una llave al azar del colgadero, paso por los
diferentes autos hasta llegar a uno, subo a el comenzando a salir de la
cochera, comenzando a salir de esa casa.

Solo conduzco sin rumbo sintiendo un horrible dolor en mi pecho, esto


sintiéndose como un viejo deja vu. Trago con fuerza buscando entre los
bolsillos de mis pantalones, en ese momento recordando que no tengo la
misma ropa de la noche anterior.

-Mierda – gruño sintiéndome desesperado.

Cuando me doy cuenta estoy fuera de su casa, camino rápidamente tocando


la puerta por varios segundos hasta que miro como una chica peliroja abre la
puerta.
-¿Hoseok?

-¿Donde esta tu hermano Yerim? – entro en la casa comenzando a subir las


escaleras.

-¡No creo que quieras interrumpirlo!

Escucho como cierra la puerta de manera ruidosa, camino por los pasillos
hasta llegar a la habitación de Seokjin. Abro la puerta encontrándome con un
Seokjin acostado en la cama sin camisa, una chica estando sobre el.

-Seokjin – me paseo por su habitación como si nada.

Seokjin me mira alejando la chica de el, rueda los ojos entendiendo el porque
estoy allí, camina hacia su escritorio tomando una bolsita en sus manos.

-Ten. Ya me debes cuatro gramas.

-Si, si, luego te lo pago.

Salgo de la habitación bajando las escaleras de manera rápida, escucho como


Yerim me grita que no haga escandalo en su casa pero solo me largo de allí,
camino unas dos casas más hasta llegar a los grandes edificios, entro
encontrándome con el recepcionista, este conociéndome muy bien ya.

-¿Como esta joven Hoseok?

-Bien... ¿Sungkyung se encuentra?

-Llego hace unos minutos.

-Gracias – entro en el ascensor comenzando a esperar llegar al piso correcto.

Una vez que llego voy hacia el apartamento 45, toco la puerta a los segundos
esta abriéndose, el rostro de Sungkyung estando a mi vista, su cabello
estando suelto en hondas, solo tiene un camisón el cual reconozco como mío,
sonrío hacia ella tomándola de la cintura acercándola a mi.

-Hoseok sueltame...

Beso sus labios entrando en la casa, cierro la puerta con mi pie alejándome de
ella. Sungkyung me mira fijamente, sus manos estando en mis mejillas
apartando el cabello de mis ojos.

-Hoseok...

-Tengo una sorpresa.

La jalo hacia su pequeño comedor dejando la bolsa sobre la mesa, la jalo


hacia mi su cuerpo estando rígido de pronto.

-No, Hoseok no, no, no...

-¿Que? ¿no extrañas eso? Nos hacía sentir tan bien...

-No – Sungkyung me mira – no quiero, lo deje.

-Amor vamos, seamos como antes... ¿bien? ¿no me quieres ver feliz?

Sungkyung me mira, una lucha interna puedo observar, sonrío hacia ella
besando sus labios.

-Vamos cariño... – levanto la camisa pasando mis dedos por su piel, ella me
mira fijamente al cabo de unos minutos asintiendo suavemente – ¿bien?

-Si, esta... esta bien.

-¿Sabes cuanto te amo verdad?

-A veces lo dudo.

-Sungkyung...
-Ya – ella toma la bolsa en sus manos esparciendo una cantidad en la mesa, se
acerca a esta rápidamente aspirando.

La miro fijamente, sintiendo de pronto un poco de culpa pero...

-Vamos Hobi – ella se acomoda en el sofá de la pequeña sala de estar –


usame para lo que solo te gusta amor.

Me acerco a la mesa esparciendo lo último que queda de la bolsa, me acerco


a esta aspirando todo lo que puedo sintiendo como esta entra. Una vez que
termino me acerco a Sungkyung, ella me sonríe abriendo sus piernas ante mi.

Si, soy un maldito bastardo.


7

WENDY

Una vez que Hoseok se marcha por la puerta el joven Yoongi se queda unos
segundos en la habitación maldiciendo en voz baja, sus gritos pidiendo por
Jimin llegando al cabo de unos segundos, Jimin apareciendo en la habitación
al instante.

-¿Si Señor?

-Encargate de Wendy – el joven Yoongi se marcha cerrando la puerta a sus


espaldas, la mirada de Jimin cayendo sobre la mía.

Jimin camina hacia rápidamente, le sonrío tomando mi mano completamente


roja entre mi otra mano.

-Esta bien – digo cayendo sentada en la cama – no es la gran cosa.

-Son unos brutos en verdad – Jimin se sienta a mi lado, sus delicadas manos
tomando mi muñeca roja – a la hora de pelearse no ven quien esta alrededor...
son como unos leones.
Jimin me sonríe tranquilizando aquel ambiente tenso y pesado que había
quedado en la habitación, ya no teniendo aquella sensación de que me
arrancaran la cabeza.

-Debió doler – Jimin acaricia con su pulgar mi piel suavemente – dejo sus
dedos marcados, esto sera un gran morado...

-Esta bien Jimin.

Jimin asiente dejando mi mano suavemente sobre mi regazo, Jimin camina


hacia el armario, lo abre y se agacha buscando algo, una vez que termina se
gira hacia mi con un pequeño botiquín de primeros auxilios.

-Jimin no es nece...

-Ya, así tengo una excusa para quedarme antes de ir a atender al insoportable
Min Yoongi.

Alzo una ceja hacia él, una sonrisa formándose en mi rostro.

-¿Insoportable? Parece que no se llevan muy bien.

-Y no te equivocas – Jimin se acomoda a mi lado buscando en el botiquín –


me da dolor de cabeza con solo verlo.

Jimin comienza a untar una crema en mi piel, y parece muy concentrado en


lo que hace y con sumo cuidado. Al cabo de unos minutos ya Jimin termino y
miro mi mano agradeciéndole, Jimin me sonríe comenzando a guardar las
cosas.

-Antes no era así – dice de pronto Jimin, mi mirada cayendo sobre el.

-¿Que?

-El señor Yoongi... no era así – Jimin me mira – las cosas hace cinco años
eran diferentes Wendy.
Asiento frunciendo levemente el ceño recordando algo...

-Ellos mientras discutían... nombraron a un chico – Jimin entristece su


mirada.

-Si – Jimin asiente suavemente con la cabeza – siempre surge ese tema.

Jimin levanta su mirada hacia la mía, extiendo mi mano apartando el cabello


rubio de sus ojos, él sonríe y vuelvo a colocar mis manos sobre mi regazo.

-Hace seis años llego a trabajar un chico aquí, esta era su habitación por
cierto.

-Esta bien... – miro a mi alrededor asintiendo levemente.

-Hoseok en ese entonces tenía 19 años, Yoongi tenía 21 años, Seulgi solo
tenía 12 años y Jungkook tenía 11 años, a todos les afecto de cierta manera.

Miro fijamente a Jimin y él comienza a relatar.

-En un año todo estuvo realmente bien, los chicos antes pasaban más tiempo
en casa, Yoongi y Hoseok estaban en la universidad en ese entonces...
Hoseok se enamoro de ese chico durante ese primer año – asiento con la
cabeza, las palabras que hace minutos Yoongi y Hoseok intercambiaron
tomando un poco más de sentido – y las cosas parecían ir bien... realmente
bien la verdad. Ese chico era... muy bueno ¿sabes? Todos le teníamos cariño.

-Pero... – digo al momento que Jimin pasan unos segundos sin decir nada.

-Si, siempre hay un “pero”, y ese gran pero, es que ese chico sentía
exactamente lo mismo que Hoseok.

Frunzo el ceño no entendiendo.

-Pero... si ambos lo sentían ¿por que es un problema?


-El problema es que ese chico sentía lo mismo, pero hacia otra persona, no
hacía Hoseok – asiento entendiendo – pero ese no es el problema tampoco, el
verdadero problema es que, el verdadero conflicto empieza cuando Yoongi y
Hoseok llegaron de la universidad, se encontraron con su madre hecha un
desastre en el salón, mi mamá estaba intentando consolarla, pero la señora
Min solo quería beber, eso fue muy sorprendentes para todos, yo aún no sabía
que ocurría, en ese entonces yo seguía estudiando y bueno, entre el trabajo y
la universidad no tenía mucho tiempo para los chismes y eso. Así que
después solo supe que la señora Min encontró a su esposo con ese chico del
que Hoseok estaba enamorado.

Abro los ojos como platos, todo el escenario pintándose en mi cabeza,


aquella historia solo pareciendo una película.

-Después de eso todo fue un desastre en la mansión, Yoongi ya era mayor de


edad y la empresa siempre ha sido de la señora Min, ella le dio todo el mando
a Yoongi, y el solo... actuó como creía que era lo correcto, echando al chico a
la calle, y arruinando la reputación de su padre. El divorcio salio en solo días,
el poder de esta familia en verdad es sorprendente. Desde eso, todo cambió.

-¿Que sucedió con el chico?

-Nadie lo sabe, después que se fue de la mansión las cosas quedaron así.
Espero y este bien sinceramente.

-¿Y la señora Min?

-Ahora mismo esta donde su madre, no le gusta venir a esta casa... ya sabes.

-Si.

-Pero la señora Min a pesar de todo es una buena mujer, tuvo años difíciles
después de aquello, pero Yoongi se ah encargado de hacerla sentir bien en
todo.
-Para decir que Yoongi es insoportable hablas bien de el.

-El puede ser realmente un idiota ahora, pero eso no quita el hecho de que
olvide como era antes.

-¡JIMIIIIIIIIIIIIIIIIIIN! – se escucha un grito de pronto, la mirada de Jimin


yendo hacia la puerta.

-Mi mamá es un desastre cuando el señor Yoongi viene. Si quieres


permanecer lejos de sus regaños has todo lo que se te ordene tal cual – Jimin
camina hacia la puerta saliendo por esta.

Miro al vacío, mi cabeza procesando toda aquella información, entendiendo


el porque Hoseok quería que no me quedara en esta habitación.

Es lo único que le queda de ese chico, extraño ¿verdad?

Pero es muy comprensible.

Me levanto de la cama comenzando a buscar entre mis cosas mi celular, pero


me extraña no encontrarlo en ninguna parte...

-Esta bien Wendy... debe de estar por algún lado – me arrodillo en el suelo
buscando debajo de la cama.

Sigo buscando por varios minutos pero no logro encontrarlo, en ese momento
pensando solo en una persona que lo pudo a ver tomado, pero es decir...

¿Que haría Hoseok con un celular que solo sirve para llamadas y mensajes?

Resoplo ruidosamente cayendo de espaldas en la cama, mi mirada


encontrándose con ese techo blanco con el que aún no me acostumbro, mi
cabeza pensando en múltiples soluciones a aquello.

Tal vez pueda llamar a Nam de otro celular y...


-Idiota no te sabes el número de tu propio hermano – gruño en verdad
molesta en ese momento.

No es por el hecho de que perdí un celular y se me hará difícil conseguir otro


no, no es eso, si no es que mi madre puede llamar en cualquier momento, y si
descubre que no tengo el celular es capaz de volar directo a Canadá a
“buscarme”.

Que primer día de mierda.

-Y yo que pensé que este trabajo sería tranquilo...


8

HOSEOK.

Me mantengo viendo el techo mis brazos descansando sobre mi pecho, el


cuerpo de Sungkyung estando a mi lado, su cabeza en mis piernas,
permanecemos en silencio, pero es raro, es como si ella no estuviera ahí y ni
yo estuviera ahí con ella.

Estamos tan cerca pero a la vez tan lejos.

Y es que, este último año ha sido de mierda, nuestros cuerpos siempre


estando juntos pero...

No es suficiente.

Quiero más.

Necesito más.

Solo que no se que quiero, no se que necesito. Cierro mis ojos respirando
profundamente.
Creo que si se que necesito, solo que no lo puedo tener por más que quiera.

-Estoy cayendo Hoseok – murmura la suave voz de Sungkyung a mi lado


rompiendo el cómodo pero a la vez incomodo silencio, mi mirada fija en el
techo.

-Toma mi mano entonces, yo te sostengo.

Miro hacia Sungkyung, ya ambos estando sobrios, aunque sinceramente


estoy pensando en ir a casa de Seokjin una vez más.

-No creo que ya puedas hacerlo – Sungkyung se levanta de mis piernas


tambaleándose hacia el sofá ante mi.

-Siempre he podido...

-Terminemos.

El silencio reina en aquel departamento, mi mirada estando fija sobre ella,


Sungkyung mira sus manos entrelazadas frente a ella, mi lengua empujando
mi mejilla adentro.

-¿Que?

-Se acabo Hoseok.

-No – me acerco a ella tratando de tomar su rostro entre mis manos pero me
aleja, dolor estando presente en sus ojos – Sungkyung...

-Estoy cayendo en lo más hondo y es por tu maldita culpa... si no hubieras


llegado a mi vida hace cinco años... si no hubieras puesto la droga frente a
mis ojos...

-Solo quería hacerte sentir bien.

-¡Yo estaba bien!


-Sabes muy bien que no. Estabas hecha mierda...

-Solo porque tu estés hecho mierda no significa que los demás también
Hoseok. Antes no lo vi porque en verdad te amaba... en verdad te amo
Hoseok – miro las lágrimas resbalar por sus mejillas – pero ahora... me estas
destruyendo. Me estas matando en vida. No quiero seguir siendo esclava de
las drogas... ¿sabes cuanto tiempo tenía sin consumir nada?... ¡Dos meses,
dos putos meses!

-Sungkyung espera...

-¡Para que vinieras y solo en minutos me hicieras perder todo ese esfuerzo!

-¡Yo no te obligue a nada, fuiste tu la que acepto, y fuiste tu la que lo aspiro,


yo no te apunte con una maldita pistola!

– Hoseok te amo, y una mujer por amor hace lo que sea. Pero ya no creo
que este amor sea ahora mismo lo suficientemente fuerte como para
aguantar toda tu mierda.

-¿Toda mi mierda? – sonrío negando con la cabeza hacia ella.

-Si, toda tu puta mierda.

Sungkyung se levanta del sofá caminando hacia su habitación, camino detrás


de ella no dando por terminado aquello.

-Yo no...

-¿Tu no que ?– Sungkyung gira hacia mi bruscamente, su mirada


penetrándome – fuiste tu el que se apareció en mi departamento después de
que... él...

Sungkyung baja su mirada sus manos volviéndose puños, aquello solo


trayéndome recuerdos.
-No quiero seguir hablando de esto, por favor vete de mi casa y no vuelvas
más, quiero dejar el pasado atrás y tu eres parte de eso – Sungkyung levanta
su mirada hacia mi – intente de todo para salir adelante juntos, pero tu no
quieres avanzar Hoseok. Si aún tienes algo de vergüenza en esa cabeza tuya,
si aún tienes un poco de humanidad... vete.

Sungkyung entra en su habitación cerrando la puerta, mi cuerpo estando


inmóvil, respiro profundamente permaneciendo así solo por unos minutos,
cierro los ojos con fuerza pasando mi mano por mi cabello alborotándolo en
el proceso.

Camino hacia el sofá tomando mi camisa de esta pasándola por mi cabeza,


camino hacia la puerta saliendo por esta. Respiro profundamente estando en
modo automático en todo momento, ni siquiera se en que momento entro al
auto y me encuentro en un prostíbulo con cualquier puta, la droga ya estando
una vez más en mi sistema.

Y si, tal vez Yoongi tenga razón.

Soy un caso perdido.

*******

Mi lengua se enreda al cantar una canción, una sonrisa dibujándose en mis


labios. Camino por el jardín mis pies lastimándose por algunas piedras
dispersas, pero en este momento solo quiero llegar a un lugar.

A mi lugar.

Llego a la habitación abriendo la ventana tratando de ser silencioso, pero


fracaso horriblemente al soltar una carcajada debido que caigo de bruces en
el suelo, un chillido llegando a mis oídos.

Me mantengo viendo el techo en el suelo, hasta que al cabo de unos segundos


aparece el rostro de Wendy ante mi, una sonrisa comenzando a formarse en
mis labios.

WENDY

En el momento que veo a Hoseok tirado en el suelo junto a la cama se muy


bien que haré.

-Llamare a Jimin – murmuro comenzando a bajar de la cama.

-No, no, no, no... Jimin le dirá a Yoongi, y se prenderá la tercera gesa
mungial...

Frunzo el ceño, una risa muy poco silenciosa brotando de los labios de
Hoseok
-No, no, no... guerra mundial es...

Resoplo negando con la cabeza, comienzo a caminar hacia la puerta, pero no


se como Hoseok logro estar a tan grande velocidad frente la puerta no
dejándome salir.

-Hoseok quitate – miro hacia el una de mis manos frotando mi ojo derecho.

Joder que sueño hace.

-No le digas a nadie – Hoseok sonríe juntando sus manos ante el en modo de
rezo – por favooooooooor

-Veo que eres tierno al momento de estar borracho – digo al percibir el olor a
alcohol.

-Wendy por favor... solo dejame estar aquí, no me sentirás – Hoseok coloca
una mano sobre sus labios – ni me escucharas – dice, la mano amortiguando
un poco sus palabras.

Me acerco al interruptor encendiendo la luz, en ese momento detallando a


Hoseok a la perfección y no luce para nada como hace una semana que lo vi.
Su ojo izquierdo esta golpeado, la sangre deslizándose desde su frente, una de
sus cejas estando partida, de su labios inferior brotando sangre y varios
moretones en sus mejillas, la sangre en sus nudillos no pasando por
desapercibido.

Trago con fuerza en ese momento solo sintiendo un poco de lastima por el,
porque en verdad...

-Estoy hecho una mierda – dice Hoseok como si estuviera leyendo mis
pensamientos, una sonrisa formándose en sus labios – ¿verdad?

Aprieto mis labios mis brazos estando cruzados contra mi pecho, y un lado de
mi no puede evitar ayudarlo a pesar de lo muy idiota que se ah comportado
conmigo. Extiendo mi mano tomando del brazo a Hoseok, lo ayudo a
sentarse en la cama al instante buscando el pequeño botiquín de primeros
auxilios.

Me acomodo a su lado la mirada adormilada de Hoseok fija en la mía, una


sonrisa formándose en mis labios. Comienzo a untar el alcohol en algodón al
momento siguiente comenzando a pasar con cuidado el algodón por su frente
limpiando la sangre, mi rostro de pronto comenzando a arder porque a pesar
de estar borracho Hoseok sigue teniendo su intensa mirada sobre mi.

-JungWoo – dice Hoseok de pronto, mi mirada cayendo sobre la suya.

Hoseok sonríe de manera triste, trago con fuerza ahora limpiando la herida en
su labio, minutos después yendo con sus nudillos maltratados, la sangre
estando seca.

Escucho sollozos de pronto, una lágrima cayendo sobre mi mano que sostiene
las de Hoseok. Alzo mi mirada mirando las lágrimas manchando el rostro de
Hoseok, su mirada conectando con la mía, dolor impregnado en su mirada.

-Ese era su nombre... JungWoo – Hoseok sujeta mis manos con fuerza, no tan
fuerte como antes, pero da la sensación de querer aferrarse a algo.

Y eso solo me hace querer cuidarlo.

¿Extraño? Bastante, ya que nunca había desarrollado cariño por alguien que
solo he visto en dos ocasiones.

Creo que a nadie le ah pasado.


9

WENDY.

JungWoo...

JungWoo...

JungWoo...

Tendría que ser idiota para no darme cuenta que ese era el nombre del chico
del que Hoseok estaba enamorado.

Trago con fuerza al ver las gruesas lágrimas de Hoseok resbalando por sus
mejillas, su mirada fija en nuestras manos, sus manos tomando las más, y
parece que no tiene ninguna intención de soltarlas.

-Me siento... muy mal Wendy – lo miro a los ojos.

Trata de sonreír, pero solo hace muecas al final dejando caer aquella mascara
que siempre ha cargado.
-Hoseok...

-Necesito a alguien – Hoseok solloza mirándome – en este momento... te


necesito...

-Estas borracho – digo sonriendo hacia el tratando de tranquilizarlo, ya sus


manos han comenzando a temblar – iré a la cocina y te...

-No – Hoseok niega con la cabeza – no me entiendes... yo... yo se lo que


digo...

-Hoseok...

-Wendy... necesito a una amiga.

Miro a Hoseok fijamente, sus ojos luciendo tan sinceros, no habiendo ningún
ápice de burla o diversión, mi pecho sintiendo en este momento una presión.
Respiro profundamente aún manteniendo su mirada.

-Por favor... no me dejes caer – Hoseok niega fuertemente con la cabeza – no


me dejes caer más hondo... se que soy... se que soy un idiota, un idiota que
todo lo que toca lo vuelve mierda, así sea la luz más pura, en mis manos... se
vuelve cenizas... pero te juro que en estos momentos siento que ni siquiera
puedo sostenerme en mis propios pies... ya nada es suficiente.

Hoseok se acerca a mi luciendo en verdad destrozado, el lleva uno de sus


manos hacia su cabeza comenzando a presionar, la desesperación siendo
latente en su mirada.

-No se lo he dicho a nadie pero... Tengo una maldita voz en mi cabeza


Wendy, una voz que... no me deja en paz – Hoseok cierra los ojos colocando
su mano sobre su frente – ¿sabes cuantas veces intente irme de aquí?

Siento un escalofríos al entender el mensaje detrás de aquellas palabras, un


nudo comenzando a formarse en mi garganta.
-Pero no lo hago... no puedo, siento miedo – Hoseok sonríe negando con la
cabeza – esa voz en mi cabeza me dice que lo haga Wendy, me dice que tome
hasta ya no poder más, que me meta porquerías para dejar de... dejar de
sentir. Pero ya no quiero hacerlo... ya no – Hoseok llora ante mi, su mano en
su cabeza cayendo sobre su regazo – una parte de mi dice que esta bien, que
deje que toda la mierda acabe conmigo, pero otra parte... una muy pequeña...
me pide a gritos que me detenga.

Hoseok cae de espaldas sobre la cama, su mirada clavándose en el techo.

-Solo que no se como detenerme... y estoy llegando al punto de dejar que


todo acabe conmigo.

HOSEOK.

Llevo mis manos hacia mis oídos ya no queriendo escuchar aquel sonido,
aprieto mis dientes sintiendo que mi cabeza va a explotar. Llevo mis manos
hacia mis bolsillos buscando el maldito celular, una vez que lo encuentro lo
lanzo tan fuerte contra la pared que este deja de sonar.
Gruño cayendo una vez sobre la cama, cierro los ojos presionándolos con mis
dedos, pero me detengo al sentir como mi ojo palpita y duele horrores, recién
notando allí el dolor en todo mi rostro.

¿Pero que mierda?

Gruño una vez incorporándome en la cama, mi mirada encontrándose con la


cabeza de Wendy al final de la cama, su cabello negro azabache estando
hecho un desastre, bolsas oscuras estando debajo de sus ojos, su mirada
luciendo adormilada...

Sonrío hacia ella soltando una pequeña carcajada.

-Que bella luces recién despierta – digo de manera sarcástica.

Ella voltea los ojos desapareciendo de mi vista, en ese momento dándome


cuenta que estaba dormida en el suelo, pero al cabo de unos minutos escucho
como gruñe apareciendo en mi campo de visión una vez más.

-Oye, aquí el único que gruñe soy yo – sonrío hacia ella, pero no parece de
humor.

Que linda.

-Maldito desgraciado idiota – gruñe Wendy alzando en sus manos un celular,


el cual luce completamente destrozado.

-¿Que?

-¡Lo rompiste!

-¿Que? No – me tumbo en la cama llevando las sabanas hacia mi rostro


cubriéndome de pies a cabeza.

-¡Claro que si, estaba tirado en el suelo y tu lo acabas de lanzar malnacido...!


-Es muy temprano para pelear, ya cierra la boca – digo cerrando los ojos
dando aquello por terminado.

Pero claro esta que, Wendy no dejara aquello tan fácil.

Dios ¿por que tiene que ser tan complicada?

Siento de pronto como me golpean con fuerza obligándome a abrir mis ojos,
pero eso no es lo que me sorprende no, si no es el hecho de que...

-¿Me acabas de dar un golpe en el trasero? – gruño saliendo de mi escondite,


mi mirada encontrándose con la desafiante de Wendy, la cual no se deja
intimidar parece.

-Si, es lo menos que te mereces por dañar mi celular.

-¡Que yo no te dañe nada, no es mi culpa que tu celular se antojara de sonar


justo ahora!

-¡Dios es que eres increíble de verdad!

-Gracias – sonrío llevando mis brazos detrás de mi cabeza – me lo dicen


mucho.

Wendy gruñe lanzando el celular contra mi cabeza, un jadeo de dolor dejando


mis labios al sentir como me golpea en mi otro ojo.

-¡Que mierda, ahora estoy ciego! – siseo cerrando mis ojos con fuerza.

-Mierda... ¿estas bien? – escucho la voz de Wendy, pero esta en vez de


parecer preocupada suena divertida.

-¡No, joder claro que no!

-Oh... ¿que debería hacer? – escucho una pequeña risa la cual disimula
tosiendo.
Abro mis ojos ya no sintiendo tanto dolor, solo viendo borroso, parpadeo
varias veces esperando que mi vista se aclare, una vez que funciona llevo mi
mirada hacia Wendy, una sonrisa inocente estando pintada en sus labios.

-Eso fue un golpe bajo – digo negando con la cabeza.

Wendy se encoge de hombros y revisa la hora en el reloj de la pared, mis ojos


yendo hacia el también.

-4:00 de la mañana – digo mi mirada cayendo sobre ella – creo que... mejor
me voy.

Comienzo a levantarme de la cama pero una vez que me coloco sobre mis
pies caigo sentado en la cama una vez más, por unos segundos todo dándome
vueltas.

-Esta bien... – miro hacia Wendy, y parece que no sabe como decir las
palabras, lo cual se me hace divertido.

-¿Que?

Wendy se aclara la garganta asintiendo suavemente con la cabeza.

-Mmm... que esta... esta bien... si te quedas – dice lo último envuelto en una
tos, una sonrisa formándose en mi rostro.

Y por una vez en mi vida, solo por una vez, no me comporto tan idiota.

-Esta bien, me iré.

-No – Wendy luce decidida al momento de decirlo, mi mirada fija en la suya.

Ella parece notar en ese entonces algo, su mirada fija en la mía y...

-¿Que hice anoche? – pregunto con cautela – ¿tu... tu y yo...? oye, si paso
algo... puedes tomar la pastilla, ya me ah pasado y...

-No, no, no, no – Wendy niega rápidamente hacia mi – no paso nada, algo
que agradezco, pero... quedate, esta bien.

-¿Quien eres tu y que has hecho con la empleada gruñona y mal hablada?

Wendy sonríe negando suavemente con la cabeza, en ese momento recién


noto que solo tiene unos pantalones de chándal y una sudadera azul, luciendo
realmente linda ante mis ojos.

-Iré a prepararte algo, aprovechar que aún no hay nadie despierto, tu solo...
espera allí. Ya regreso ¿bien?

Asiento hacia ella murmurando un “bien” sintiéndome en este momento


como un niño pequeño. Wendy sonríe una última vez caminando hacia la
puerta y saliendo por esta. Una vez que me encuentro solo miro el celular
hecho un asco a un lado de la cama.

Lo tomo en mis manos asintiendo con la cabeza.

-Bien... vamos hacer un bien a alguien aunque sea solo una vez.
10

WENDY.

Tomo la bandeja en mis manos dispuesta a ir a la habitación con Hoseok una


vez más, pero pasos ruidosos me obligan a detenerme, miro hacia el largo
pasillo que lleva a la sala de estar mi curiosidad aumentando de gran manera.

Avanzo a paso lento por el pasillo mis pasos deteniéndose al cabo de unos
segundos, mi mirada encontrándose con la de Jimin, el cual me mira
sorprendido, aquello siendo mutuo.

-¿Jimin...?

-Se me había olvidado limpiar una de las recamaras, ya sabes como es el


señor Yoongi a la hora de que todo este limpio siempre, y si veía eso uf,
problema.

Observo a Jimin fijamente, una sonrisa forzada estando en sus labios y estoy
apunto de cuestionar aquello, pero por lo incomodo que luce solo lo dejo
pasar devolviéndole la sonrisa.
-Esta bien – digo comenzando a regresar hacia la cocina.

Escucho los pasos de Jimin ahora siendo silencioso a mis espaldas mientras
avanzamos por el pasillo.

Esta casa es perfecta para una película de horror.

-¿Que tu hacías? – pregunta Jimin al cabo de unos minutos tratando de llenar


el silencio.

-Estaba apunto de llevarle...

Me detengo de decir, no, Hoseok no quería que el supiera, y lo entiendo,


Jimin no puede engañarle al señor Yoongi, ni nadie en realidad, ese hombre
cuando te mira te obliga a decir todo con tan solo preguntarlo una vez.

En verdad tiene un aura terrorífica.

-¿Llevarle? ¿a quien? – me pregunta Jimin y lo miro negando con la cabeza.

-Llevarme esto a mi habitación, en las madrugadas mi estomago se abre


¿sabias?

-Ah... bien – Jimin sonríe caminando hacia la puerta que da al jardín.

-¿No entras aún?

-Necesito pensar.

-¿Tan temprano?

-Mejor temprano que tarde.

Jimin me sonríe desapareciendo por las puertas, y si, tiene un


comportamiento muy extraño, más no me pongo a pensar mucho en aquello
y solo sigo mi camino hacia las habitaciones. Una vez que llego a mi
habitación me encuentro con la habitación vacía y el sonido de la ducha.
Asiento con la cabeza dejando la bandeja sobre la cama, y en momentos
como estos me cuestiono el porque estoy haciendo aquello.

Pero después recuerdo que Hoseok es técnicamente el dueño de aquella casa,


de cierta manera lo es, es parte de la familia Min, y tampoco puedo pasar por
alto la noche anterior, mejor dicho lo que sucedió hace unas horas, y por más
idiota que se comporte conmigo o con prácticamente todo el mundo, me dejo
muy en claro que eso solo es una mascara para ocultar todo lo que siente.

Me acomodo a un lado de la cama mi mirada buscando los restos de mi


celular, tal vez pueda arreglarlo, pero al cabo de unos minutos me doy por
vencida al no encontrarlo.

Respiro profundamente tratando de calmarme.

Hoseok esta pasando por algo difícil si, se entiende, pero Dios que estoy
segura que boto mi celular y no soy conocida por tener muy paciencia.

Paso unos minutos con los ojos cerrados diciéndome miles de palabras, tal
vez ya no tenía remedio ese celular, era de Namjoon y paso a mis manos así
que tuvo una muy larga vida, era una señal si, con el dinero reunido puedo
comprarme uno mejor, claro idéntico a ese pero nuevo.

Aunque no lo crean no soy buena con la tecnología.

-Dios, ya suenas como una anciana – murmuro una sonrisa formándose en


mis labios.

Mi madre ya me hubiera aventado un zapato, si, no quiero imaginarme el


gran sermón que me dará al llamarla, y Namjoon...

Mejor ya dejo de pensar, me va a dar un dolor de cabeza.

Abro los ojos sintiendo de pronto una mirada, y en efecto Hoseok me esta
observando mientras tiene ya mitad de la comida en su boca.

-Es sorprendente la manera tan profunda en la que te sumerges en tus


pensamientos, ni siquiera me sentiste – sonríe Hoseok comiendo una vez
más.

-Solo tengo esa cualidad cuando me encuentro rodeada de personas no tan


agradables – sonrío hacia el.

Hoseok intenta reírse pero comienza a toser, me acerco a el comenzando a


golpear su espalda, al cabo de unos segundos Hoseok termina de tragar y
comienza a reír.

-Dios Hoseok, traga antes – digo no pudiendo contener mi risa.

Hoseok toma el vaso de agua comenzando a tomar grandes sorbos, en ese


momento me doy cuenta que tiene el cabello húmedo y una bata azul, una
carcajada brotando de mis labios.

-Hoseok... esa bata es mía.

-No había más nada por ahí, o era la bata, o era estar desnudo, pero tu solo
dime si quieres que me quite la bata.

Trago con fuerza sintiendo mis mejillas arder, mi mirada bajando hacia mis
manos que se encuentran descansando sobre la cama, las sabanas negras
siendo muy interesantes de pronto.

-¿Te estas poniendo tímida? – escucho la burlona voz de Hoseok, y eso solo
hace que todo mi rostro sienta que va a explotar de lo caliente.

-¿Quien lo dice? Solo estoy viendo la calidad de las sabanas...

-Si, si claro... las sabanas...

Ruedo los ojos trayendo mis manos hacia mi regazo, respiro profundamente
levantando la mirada de Hoseok, sus ojos estando fijos sobre mi, y no puedo
evitar que una sonrisa se forme en mis labios.

-Pareces un niño – digo llevando mis rodillas contra mi pecho.

-¿Gracias...? – Hoseok asiente después su mirada llena de confusión cayendo


sobre mi – por cierto... ¿hace cuanto... estuve...?

Asiento entendiendo aquella pregunta que Hoseok no termina de formular.

-Dos semanas – digo, los ojos de Hoseok abriéndose como platos


sorprendido.

-Rayos, eso...

-Si.

-Ni siquiera se en que se fueron esas dos últimas semanas.

-Te aseguro que en nada bueno – digo haciendo referencia hacia los golpes de
Hoseok, una mirada de entendimiento estando en su rostro.

Permanecemos en silencio por algunos segundos, Hoseok solo se limita a


comer y hacer comentarios de cualquier cosa, provocando las risas por parte
de los dos, en este momento solo sintiéndome cómoda con el, los cortos
silencios siendo agradables, y las pocas palabras intercambiadas siendo
cómodas.

Al cabo de unos minutos tomo la bandeja vacía y la dejo sobre la mesa de


noche, la habitación quedando sumergida en silencio, miro el reloj en la
pared ya solo faltando unos pocos minutos para iniciar la jornada.

-Gracias – escucho que dice Hoseok de pronto, mi mirada cayendo sobre el –


por no decirle a nadie que estoy aquí.

-Esta bien.
-En verdad se vuelven estresantes cuando estoy aquí, todos queriendo servir
y... no, eso no es lo mío. Esas cosas son para los otros.

-No te gusta que te molesten. Lo entiendo.

-Y ...– Hoseok se corta pareciendo pensar muy bien en sus palabras.

Pasan los minutos y permanece así, una sonrisa formándose en mis labios.

-Debe de ser difícil lo que tienes que decir – digo, su mirada estando sobre la
mía.

-En realidad lo es – Hoseok pasa su mano por su cabello alborotándolo más


de lo que esta.

Aparto la mirada colocándola en el reloj en la pared, mis brazos rodeando


mis rodillas pegándolas aún más a mi pecho. Trato de tranquilizar mi corazón
desesperado en mi pecho, una mueca formándose en mi rostro, el recuerdo de
Hoseok estando semi-desnudo en la cama llegando de pronto y...

¿Por que justo ahora tengo que estar pensando en eso?

-Perdón – dice de pronto la voz de Hoseok, todos mis pensamientos


quedando bloqueados.

Bajo la mirada hacia la suya, su mirada estando clavada en sus nudillos


lastimados, en este momento no luciendo como aquel chico extrovertido
relajado.

-Perdón por... tratarte como mierda en tu primer día, tenía mis razones... –
levanta la mirada hacia la mía, sus ojos luciendo sinceros – suelo ser idiota a
veces.

-Bastante – digo tratando de aligerar el ambiente.


Hoseok sonríe asintiendo con la cabeza, lleva una de sus manos apartando el
cabello de su frente, esta la vez la que baja la mirada soy yo.

-¿Se volverá una costumbre esto? – digo de pronto nuestras miradas


conectando.

-¿Que?

-Que te aparezcas todo golpeado y borracho en las madrugadas en mi


habitación.

Hoseok ríe negando con la cabeza.

-Tengo pensado irme y no volver – Hoseok asiente lentamente con la cabeza


luciendo serio – esta vez de verdad.
11

HOSEOK.

Miro fijamente a Wendy, ella abre la boca pensando decir algo, pero la cierra
una vez más.

-¿Que? – digo dejando mis manos caer a mis costados – creo que ya nos
hemos dicho de todo ya. En realidad bastante. Solo suelta lo que tengas que
decir.

-Solo que...

Comienzan a tocar la puerta, nuestras miradas volando rápidamente hacia


esta.

-Wendy hija, ya es hora de levantarse – dice la voz de Seunrang, mi mirada


volando hacia Wendy tan rápido que me sorprende no haberme desnucado en
el proceso.
-Esta bien señora Seunrang, solo déjeme colocarme el uniforme – dice
Wendy rápidamente, su voz siendo tan tranquila.

-Oh, esta bien.

Miro hacia Wendy notando que ya a aclarado por la ventana, me levanto de


la cama buscando mi ropa del suelo...

-Si quieres voy por ropa limpia – dice Wendy de pronto.

-¿Segura?

-Si, además tengo que ir a sus habitaciones a limpiar... al señor Yoongi le


gusta que limpiemos esas habitaciones todos los días... raro pero es el jefe.

-¿Señor Yoongi? Ja – sonrío dejando caer mi ropa sucia sobre la cama – ya se


cree el señor.

-Veo que no se llevan muy bien.

-Lo odio, solo eso – sonrío cayendo sentando en la cama – pero no quiero
arruinar tu magnifico día hablando sobre mi odio sobre mi hermano, solo eres
una empleada... solo busca mi ropa y traela, es tu trabajo.

Miro a Wendy, su mirada sorprendida estando sobre la mía, pero esta se


vuelve al instante en ira, y si, tal vez use un tono muy idiota con ella.

-Disculpe joven Hoseok – dice mis ojos cerrándose con fuerza al reconocer
su tono burlón – ya le traigo su querida ropa para que se largue de este
infierno.

-Wendy...

-Disculpe, pero usted como parte de la gran Familia Min se debe referir a sus
empleados como simples trabajadores, así de simple.
Wendy se marcha cerrando la puerta ruidosamente, mi mirada estando fija en
aquella puerta. Gruño cayendo de espaldas en la cama, y es que a veces no
puedo evitar ser tan imbécil cuando me hablan de Yoongi.

Si.

Min Yoongi.

La palabra prohibida en mi diccionario.

Pero otra cosa que debo de entender, es que Wendy no tiene la culpa de
aquello.

La culpa no la tiene Wendy, Seulgi, Jungkook, Miriam, Jimin...

La culpa no la tiene Sungkyung.

Busco mi celular desbloqueando la pantalla, voy hacia mis contactos


buscando a Sungkyung, su nombre siendo el primero en aparecer, respiro
profundamente haciendo una mueca al recordar todo lo que me dijo.

Me pidió que no la buscara, pero aún así es difícil cumplir aquello, y no es


que la ame tanto como para hacerla mi oxigeno solo que...

Sus ojos, en sus ojos lo puedo ver, en sus ojos aún lo puedo ver a él.

Gruño dejando mi celular sobre la cama, en ese momento notando que


Wendy se ah tardado más de lo necesario y...

Miro el uniforme de Wendy a un costado de la cama mi ceño frunciendose,


los empleados no pueden salir sin ese puto uniforme, no es cosa mía solo que
Yoongi trata a los empleados como burros que solo sirven para trabajar y...

-Mierda – gruño caminando fuera de la habitación.

Camino por los pasillos hasta llegar a la cocina, en ese momento


agradeciendo que nadie se encuentre allí, llego hacia la sala de estar
encontrándome con una Wendy con la mirada gacha y arrodillada, un Yoongi
sentado frente a ella provocándome ira.

-Lo siento señor... – escucho la suave voz de Wendy.

-Si tanto lo sientes vamos demuestralo – dice la molesta voz de Yoongi – yo


nunca perdono, a menos que te arrastres y llores sangre pidiendo perdón de
todo corazón.

-Señor Yoongi...

-Hasta me da asco que digas mi nombre, estoy pensando en si tirarte a la calle


y ver que haces sin nadie aquí, ya se que tu madre esta grave y que necesitas
tanto este empleo, así que vamos, arrastrate y pide perdón si quieres
conservarlo.

No puedo dejar que esto continué.

-Ya levantate – gruño caminando rápidamente hacia ella, la tomo del brazo
obligando a levantarla, su mirada conectando con la mía.

Coloco su cuerpo detrás de mi enfrentando la mirada molesta de Yoongi, una


sonrisa llena de ira formándose en su rostro.

-Esto no te incumbe Hoseok – dice Yoongi, su mirada impotente sobre la


mía.

-¿Quien te crees para tratar a las personas así?

-Digamos que el último empleado que estuvo aquí fue una gran mierda. Solo
trato así a los que merecen ser tratados así...

-En verdad que tienes podrida tu cabeza.

-No soy el único.


-Dijiste que teníamos que dejar el pasado atrás, pero tu ni siquiera lo intentas.

-¿Como caímos aquí? Estoy hablando con mi empleada.

-Ella no es un objeto Yoongi.

-¿Desde cuando te importa tanto esta gente? Oh claro, desde que JungWoo
estuvo aquí... dejando solo porquerías.

Trago con fuerza negando con la cabeza no dejándome cegar por la ira.

-No hables así de el – me limito a decir.

-¿Sabes? Ya me están hartando. Wendy estas despedida y ya no te quiero ver


más aquí Hoseok.

-Señor Yoongi – Wendy se coloca ante mi – por favor no... no me despida, le


juro que no vuelve a pasar, solo quería... no pensé que fuera un problema no
usar el uniforme...

-Pues ya ves que es un gran problema.

-Lo siento mucho en verdad. Pero necesito este trabajo...

-¿Y eso en que me concierne a mi?

-Señor Yoongi...

Miro a Wendy, ella estando apunto del colapso, y no se si actuó por simple
instinto, pero ruego porque sea por eso, porque nunca me había preocupado
tanto por una persona.

Hace tanto que no.

-Si la dejas trabajar aquí – digo hacia Yoongi, toda su atención cayendo sobre
mi – haré lo que quieras, solo pidemelo.

-¿Que? ¿ahora te gusta la nueva empleada? ¿nunca aprendes? – Yoongi ríe


negando con la cabeza, mi mirada fija en la suya.

Siento la mirada de Wendy a mi lado, mi mirada estando fija sobre Yoongi, el


se levanta del sofá asintiendo con la cabeza.

-Esta bien. Ven a trabajar mañana a la empresa – Yoongi mira hacia Wendy
sonriendo con burla – felicidades empleada, ahora tienes a mi hermano a tu
merced.
12

WENDY

Hoseok permanece en silencio a mi lado, mis ojos sintiendo las lágrimas


quemar en impotencia, en ira, en un gran coraje que tengo atorado ahora
mismo, nunca pensando que el señor Yoongi fuera tan cruel.

¿Tanto escandalo por un uniforme?

¿Es enserio?

No veo lo que Jimin dice que tanto ve en el.

No lo puedo ver.

Trago con fuerza girando hacia Hoseok, el me mira, sus dientes mordiendo su
labio inferior hasta el punto de que este se vuelve blanco, teniendo el
presentimiento de que en cualquier momento botara sangre.

-No tenías que hacerlo – murmuro con temor de que el señor Yoongi aún se
encuentre cerca.
-¿Que? No iba a dejar que te arrastraras pidiendo perdón por una estupidez –
Hoseok gruñe sus manos volviéndose puños a sus costados – cada vez me
sorprende más. Nunca he conocido a nadie más despreciable que el.

-Es tu hermano...

-¡¿Es una puta broma Wendy?! – Hoseok me mira frunciendo el ceño – el


prácticamente te acaba de humillar, te saque de un gran lío y tu solo piensas
que es mi hermano. Hubiera dejado que te despida, nadie merece que lo
traten así.

-No me importa lo que sea él. Necesito tanto este trabajo como respirar... no
puedo irme por más que quiera.

-¿Por que?

Guardo silencio bajando la mirada, siento como Hoseok se acerca a mi, mi


corazón comenzando a latir con fuerza contra mi pecho no pudiendo
controlar las reacciones de mi cuerpo al estar cerca de el, siendo como un
imán para mi.

Es muy atrayente...

-¿Es por tu madre?

-No es necesario que lo sepas.

-Me metí en un gran problema por ti – siento los dedos de Hoseok tocar mi
mandíbula obligándome a levantar la mirada hacia el, su rostro estando
muy...

Muy cerca.

-Yo no te pedí que lo hicieras.


-Yo no iba a dejar que te trataran como basura.

-Hoseok...

-No eres solo una empleada para mi Wendy, eso quedo claro desde el primer
día – dice Hoseok, mi mirada fija en la suya, sus ojos escrutando mi rostro
con cuidado al igual de como yo lo estoy haciendo – y siento que si seguimos
así, te volverás alguien indispensable para mi...

Trago con fuerza sintiendo un nudo comenzando a formarse en mi garganta,


sus dedos en mi mandíbula comenzando a subir a mi mejilla, y es tan intimo
todo esto, es tan simple para los demás, pero aquel simple toque se siente
personal.

Todo esto se esta volviendo personal.

Muy peligrosamente personal.

-No lo hagas – digo tratando de alejarme de el, pero siento como su brazo se
envuelve en mi cintura acercándome a el, ya no habiendo espacio entre
nosotros – Hoseok...

-Me gustas.

Detengo mis movimientos, mi mirada alzándose hacia la suya ya que es más


alto que yo, la decisión en su mirada dejándome sin aire.

-N-no sabes lo que dices – digo negando con la cabeza rápidamente – ni


siquiera me conoces bien...

-Pero si lo suficiente como para decir que me gustas.

-Hoseok tu y yo somos muy diferentes, y no puedo decir que siento lo mismo


por ti...

-¿No? ¿por que no puedes verme directamente a los ojos ahora mismo
entonces?

Trago con fuerza manteniendo mi mirada baja, sus brazos envolviéndome por
completo.

-Esto es un capricho tuyo – digo no atreviéndome a verlo – solo lo haces para


molestar a tu hermano.

-No es así Wendy...

-Me has visto solo dos veces Hoseok ¡es imposible que alguien te pueda
gustar en ese tiempo joder!

-¿Has visto el Titanic?

-¿Por que dices eso de pronto?

-Es un gran ejemplo para esto.

Sonrío negando suavemente con la cabeza.

-Que gran ejemplo Hoseok. Vamos a morir entonces.

-No, no, no... no es eso – Hoseok se inclina buscando mi mirada – solo


fueron unos pocos días para que ellos se enamoraran. Ni siquiera días, horas.

-Es solo una película...

-Una película que puede hacerse realidad...claro, omitiendo el hecho de morir


y esa mierda.

Suelto una pequeña risa no pudiendo contenerlo.

-El punto es que... – continua Hoseok.

Siento como se acerca a mi, su cálido aliento golpeando contra mi oído, un


escalofrío recorriendo todo mi cuerpo al instante.

-Si ellos lo sintieron... ¿por que no nosotros? – susurra Hoseok cerca de mi,
mi sangre comenzando a hervir, mi respiración siendo errática.

-Porque es algo completamente absurdo...

-El amor siempre es absurdo – siento como Hoseok me acerca más a el


enterrando su rostro en mi cuello, mis ojos cerrándose – pero siempre te hace
feliz.

-Wow. Nunca pensé que Hoseok oppa fuera tan romántico – chilla una voz de
pronto, mis ojos abriéndose.

Me alejo de Hoseok mirando hacia la entrada, una chica de cabello negro


azabache con mechas verdes y ojos gatunos junto con un chico de cabello
largo y mirada burlona apareciendo ante mi mirada, mi rostro sintiéndose
caliente.

-¡Ve, arruinaste la función! – dice el chico mirando a la chica que


rápidamente reconozco como Seulgi y al chico como Jungkook, solo que
mucho más alto.

-Callate Kookie.

Seulgi corre hacia Hoseok envolviéndolo en sus brazos por unos segundos.
Jungkook camina hacia mi sonriendo amablemente hacia mi.

-Soy Jungkook un placer – dice haciendo un leve inclinación.

-Wendy, la nueva empleada.

-¿Empleada? – Seulgi aparece al lado de Jungkook rápidamente – pero si eres


la novia de Hoseok, no deberías de ser empleada.

-Yo no soy...
-Sinceramente eres la primera novia de Hoseok que veo, pensé que iba a
morir rodeado de gatos – dice Jungkook riendo, al instante Hoseok lo golpea
en la cabeza haciendo que Jungkook chillara.

-No es necesario que me digas “señorita” o “joven”, solo dime Seul – dice
Seulgi sonriendo.

Y es la versión del señor Yoongi en mujer.

Solo que más agradable...

Mucho en realidad.

-A mi me puedes decir humildemente “Amo Jungkook”, no me quejo –


Jungkook ríe una sonrisa formándose en mis labios.

-No le hagas caso, solo dile “Bebe grandote” – dice Seulgi comenzando a
reír, una mirada molesta le comienza a dedicar Jungkook – se cree con aires
de grandeza y solo tiene 17 años.

-Tu solo tienes 18 años puerca.

-¿Como me has dicho come moco?

-Ya dejen de fastidiar – dice Hoseok de pronto sujetándome de la mano y


arrastrándome por los pasillos, los insultos de Jungkook y Seulgi llenando el
silencio de la mansión.

-Joven Hoseok... – dice una de las ama de llaves, pero Hoseok pasa por su
lado como si nada.

Caminamos por el largo pasillo hasta llegar a mi habitación, una vez que
estamos dentro me suelto de su agarre alejándome un poco de el.

-Te agradecería mucho si me dejas sola... debo trabajar – digo tomando el


uniforme de la cama una mueca formándose en mi rostro.

Maldito uniforme, me ah hecho tener problemas ya.

-Estoy dispuesto a cambiar.

-¿Tan repentinamente?

-A veces solo necesitas un empujón.

Miro a Hoseok fijamente, y luce sincero, una presión en mi pecho


comenzando a aparecer, y...

-Un mes – digo hacia el, su mirada estando confundida de pronto – mantente
sobrio por un mes.

-Lo prometo.
13

HOSEOK.

Han pasado dos semana, solo dos semana.

Y ah sido la mierda esas semanas, la rutina que antes tenía ahora cambiando
por papeles y conferencias aburridas, ya al menos no me peleo las 24 horas al
día con Yoongi.

¿Y Wendy?

Bueno, se podría decir que es lo único bueno en esta nueva rutina.

Solo que aún tengo miedo, aún siento que todo se volverá a repetir, y en
momentos como esos necesito tanto mi droga, en momentos como esos
pienso en llamar a Sungkyung o ir a su casa a solo verla y hacerla un
desastre.

No se lo merece.
Pero solo quiero hacerme sentir bien a mi mismo.

Algo muy egoísta.

A pesar de que quiero a Wendy, aún sigo aferrado a JungWoo, quiero


desprenderme de el, pero con solo pensarlo siento que voy a caer. No es tan
fácil olvidar algo que te marco toda la vida.

-Oye chico trabajador – dice Wendy dejando un plato de pastel de chocolate


sobre el escritorio, mi mirada alzándose hacia la suya – dicen que el
chocolate te ayuda a trabajar mejor.

Wendy me sonríe dándose la vuelta y camina fuera de mi habitación, una


sonrisa comenzando a formarse en mis labios.

Y así como pienso que voy a caer una vez más, solo tengo que ver el rostro
de Wendy y todos aquellos pensamientos se van por el caño.

Pasan las horas y por fin se puede decir que termine aquel trabajo, bueno,
solo la mitad.

Resoplo levantándome de aquel escritorio caminando por mi habitación,


caigo de espaldas en la cama sintiéndome completamente agotado.

¿Como Yoongi puede hacer todo ese puto trabajo?

Es malditamente agotador, por esto no quería ver con nada de la empresa


familiar, con solo imaginar que la mitad de ella es mía me da un dolor de
cabeza.

Cierro los ojos un pensamiento cayendo sobre mi cabeza, un pensamiento


que me hace saber que soy realmente imbécil.

¿Como serían las cosas si papá seguiría al mando?

-Puras mierdas – gruño alejando aquello.


Y el solo pensamiento de aquello solo abre una pequeña puerta a otros
pensamientos, hasta que llega el punto donde solo puedo recordar.

Sacando a flote aquellos recuerdos que tanto luche por enterrar...

-¿Donde esta? – pregunto hacia Yoongi, su mirada estando en el vacío.

-¿Por que te importa?

-Yoongi...

-Después de todo lo que hizo tu querido JungWoo... ¿aún preguntas por el?
¿eres tonto o te haces?

-Estoy preocupado.

-Por el que tienes que estar preocupado es por mamá.

-Ella ya esta bien.

-¡No lo esta!

Yoongi me mira, ira impregnada en su mirada, mis manos volviéndose


puños a mis costados.
-Tiene que ver a un psicólogo dos veces a la semana para no echarse la
maldita culpa – trago con fuerza, mi mirada fija en Yoongi – y tiene que ir
a un maldito grupo de apoyo... ¿sabes lo mal que se encuentra nuestra
madre?

-Yoongi... yo no sabía...

-¿Como vas a saber si solo estas al pendiente de ese chico? Su propio hijo
no sabe como se encuentra su madre.

-Yoongi...

-¿Quieres saber donde esta JungWoo? Bien, esta bien – Yoongi ríe sin
humor tomando unos papeles en sus manos aventándolos hacia mi – ahora
mismo debe de estar en la calle pidiendo por que se lo follen.

Frunzo el ceño mirando fijo a Yoongi, una sonrisa llena de odio estando
grabada en su rostro.

-Si nadie más quería darle trabajo, si nadie más lo acepta... solo le quedaba
una opción – Yoongi me mira.

Trago con fuerza recogiendo una fotografia en mis manos, las lágrimas
comenzando a quemar en mis ojos.

-¿Que... que hiciste Yoongi...?

-¿Que más voy hacer? Solo hice que hiciera lo que al parecer tanto le
gusta. Ser cogido tan fuerte por hombres que termine sangrando y llorando
como una puta.

-Yoongi...

-¿Sabes cual es la mejor parte de todo esto?

Mis manos se vuelven puños alzando la mirada hacia Yoongi.


-Soy su dueño y puedo hacer que el haga todo lo que yo quiera, y si digo
que se acueste con un hombre con sida... lo hará.

Me lanzo hacia Yoongi mi puño impactando contra su rostro, en ese


momento todo volviéndose rojo.

Trago con fuerza, no puedo aguantarlo más.

Siento que me ahogo.

Camino hacia la puerta comenzando a caminar por los pasillos, bajo las
escaleras solo queriendo salir de esa casa.

No puedo seguir allí.

Ya no.

Una vez que llego al gran salón que estoy apunto de abrir la puerta y
marcharme de allí, siento un suave toque en mi mano, mis pasos
deteniéndose.

Miro sobre mi hombros, la mirada de Wendy conectando con la mía, ella se


acerca a mi extendiendo su mano hacia mi mejilla, y en ese momento me doy
cuenta que tengo lágrimas en mi rostro.
-No puedo seguir – murmuro sintiendo mi voz rota.

-Hoseok...

-No... no puedo seguir aquí Wendy, yo... lo siento...

Abro la puerta alejándome de ella, siento las gotas de agua caer sobre mi
cuerpo, en ese momento notando la lluvia, gruño caminando hacia mi auto
estando decidido a dejar aquello, a seguir en lo mismo.

A caer una vez más.

Y lo hubiese conseguido como siempre, solo que esta vez fue diferente a las
demás.

Siento como brazos se envuelven en mi cintura deteniendo mis pasos, mi


mirada bajando hacia aquellas manos delicadas sobre mi pecho, un cuerpo
pegándose a mi espalda, mi corazón comenzando a latir con fuerza contra mi
pecho sabiendo muy bien quien es.

-Wendy...

-No caerás – Wendy aparece de pronto en mi campo de visión, su cuerpo


estando completamente empapado – esta vez no caerás, ni esta vez, ni nunca
más.

-Wendy no puedo...

-Si, si puedes Hoseok.

-Wendy...

-Puedes, podrás hacerlo. Yo estaré ahí.

Trago con fuerza las manos de Wendy yendo hacia mis mejillas, su piel
siendo cálida contra la mía.
-No te dejaré caer – murmura, su mirada siendo decidida – antes no tenías a
nadie, pero ahora me tienes a mi... solo...

Wendy se acerca a mi abrazándome, respiro profundamente envolviendo mis


brazos a su alrededor enterrando mi rostro en su cuello.

-Apoyate en mi.
14

WENDY.

Camino por los pasillos una de mis manos sosteniendo la canasta de ropa
contra mi cadera, mientras la otra sostiene la aspiradora. Resoplo sintiendo
que los brazos en cualquier momento se desprenderán, ya que ambos objetos
son realmente pesados, y los zapatos que tengo que usar obligatoriamente son
dos tallas pequeñas.

Y presiento que esta noche mis pies serán un desastre.

Camino lo más rápido que puedo hasta llegar a la habitación de Seulgi, entro
en esta aprovechando que están en clases ahora mismo. Dejo la canasta llena
de ropa sobre el sofá que se encuentra junto al escritorio (si, al parecer todos
tienen un escritorio tipo oficina) tomo la aspiradora comenzando a limpiar
aquella habitación que en realidad no esta tan desastrosa, solo llevándome
unos minutos en dejar todo listo.

Camino hacia la habitación de Jungkook y al momento que abro la puerta un


sonoro resoplido abandona mis labios.
-Bien... este es mi trabajo – murmuro comenzando a recoger la ropa del
suelo.

Si, Seulgi es muy ordenada, pero Jungkook...

No.

Definitivamente no lo es.

Una vez que termino de recoger todo aquel desastre camino hacia el
escritorio comenzando a recoger las latas de refrescos vacías, la computadora
de mesa estando encendida (si, descubrí que a Jungkook le gusta jugar mucho
a los videojuegos) estoy dispuesta a seguir limpiando pero me detengo al ver
la pantalla de la computadora, me inclino hacia esta una sonrisa formándose
en mis labios.

Una foto donde Jungkook esta sobre el suelo de espaldas, su rostro siendo de
dolor, una Seulgi estando sentada sobre el con la sonrisa más inocente que
puede existir, Hoseok estando más cerca con una sonrisa en el rostro, ya que
pareciera que esta tomando una selfie, y a una esquina de la foto se encuentra
el señor Yoongi, una ligera sonrisa estando en su rostro mientras observa a
sus hermanos, en sus manos estando un cachorro al cual lo aferra a su pecho.

Es tan grande la felicidad que se puede percibir de la foto, que te transmite


aquello, felicidad genuina y sincera.

-Fue un golpe muy fuerte para ustedes – murmuro a la nada, mi mirada


estando fija en el rostro de Hoseok, sus ojos teniendo aquel brillo del que
nunca he sido testigo.

Termino de limpiar la habitación de Jungkook saliendo de esta a los minutos,


camino por los pasillos bajando las escaleras, reviso la hora en mi reloj de
mano comenzando a caminar a toda velocidad hacia la cocina.

-¿Terminaste? – me pregunta Jimin mientras dejo la aspiradora en el armario.


-Si – digo mi mirada cayendo sobre la suya.

-Bien... tienes que alistarte, la cena estará lista en unos minutos.

-Ya el señor Yoongi debe de venir en camino...

-Lo más probable.

Gruño prácticamente comenzando a correr por el largo pasillo hasta llegar a


mi habitación, una vez que estoy en ella comienzo a quitarme el uniforme
mirando otro uniforme sobre la cama, y en realidad no es tan diferente al que
usamos normalmente, solo que este es completamente negro y en vez de un
vestido es una camisa de botones con pantalones junto con los molestos
zapatos de tacón alto.

Me coloco el nuevo uniforme recogiendo mi cabello es una coleta baja,


camino hacia la puerta estando a punto de salir, pero siento como alguien
salta en la cama.

Cierro los ojos cerrando la puerta girando sobre mis talones, mi mirada
encontrándose con la de Hoseok, su mirada encontrándose con la mía.

-¿Sabes? Ya no es necesario que entres por la ventana – digo cruzando mis


brazos frente mi pecho.

-Es divertido.

-Para mi no lo es, ahora tengo que estar pendiente de que no entres en


cualquier momento por esa ventana.

-¿Que? ¿por que?

-¿Es enserio Hoseok?

-Sería un privilegio para mi entrar y verte toda des...


-¡Me voy, tu hermano llega en unos minutos y tengo que estar preparada!

Camino hacia la puerta pero siento como me jalan hacia atrás, una de las
manos de Hoseok sujetando la mía de manera delicada.

-Oye, solo bromeaba.

-No... no lo creo... – niego entrecerrando los ojos, una sonrisa formándose en


los labios de Hoseok.

-Si, tienes razón – Hoseok niega imitando mi expresión.

-Hoseok ya es tarde, tu hermano es súper puntual, y tu debes de alistarte para


estar en esa cena. Ahora.

-Pareces mi esposa.

-Hoseok...

-¿Que? Sigue hablando, quiero seguir escuchándote.

Sonrío negando rápidamente con la cabeza, me alejo de Hoseok dispuesta a


irme, pero él parece que no desea eso, ya que me jala de la cintura mi espalda
golpeando contra su pecho, mi mirada estando fija en aquella puerta ante mi.

-Hoseok enserio, no quiero tener problemas con tu hermano...

-No le hagas caso, esta casa es tanto mía como suya.

-Pero...

-Wendy – Hoseok me gira hacia el, mi mirada encontrándose con la suya – no


le hagas caso, el no es nada.

-Es tu hermano.
-No necesario que me lo recuerdes.

-Creo que si.

-Muy bien... se que te dije que me gustas y todo eso, y es enserio lo que
siento, pero si pudieras dejar el tema de Yoongi afuera, sería de mucha ayuda.

-Todo ese odio te esta consumiendo Hoseok.

-Wendy...

-Quiero ayudarte en verdad. Pero si no permites...

-¿Que? – Hoseok se aleja cayendo sentado sobre la cama – solo quiero estar
contigo no arreglar las malditas cosas con Yoongi.

-Aunque finjas que todo esta bien no es así, no hasta que cierres ese ciclo con
tu hermano.

-Puras mierdas.

-No son...

-Solo no te involucres en eso Wendy.

-No puedo permanecer quieta.

-Pues tendrás que hacerlo.

-Me importas ¿bien?

-¿Ahora te importo? Que lindo de tu parte hace unas semanas no pensabas


eso.

-Hoseok... – trago con fuerza mis manos volviéndose puños a mis costados.
-¿Que? No te digo esto porque no te quiera pero... solo mantente lejos.

-No puedo ¿que no te das cuenta? Por más que quieras enterrarlo no lo
lograras si no lo enfrentas.

-¡¿Sabes cuantas veces intente enfrentarlo? Pues termine hundido en las


malditas drogas.

-Estabas solo, pero ahora me tienes a mi.

-Ni siquiera te importo Wendy, te aseguro que si me pasara algo no te


importaría...

-¿Por que hablas por mi? ¿Por que pones palabras en mi boca Hoseok?

-Es la verdad... siempre es así.

-Oye, solo porque a el niño JungWoo no le importaras no significa que a mi


no – digo sintiéndome furiosa en este momento, pero la mirada que Hoseok
me dedica es de ira pura.

-¿Como tu...?

-Hay que ser muy idiota para no darse cuenta que estas enamorado de él.

Hoseok comienza a negar con la cabeza, una risotada brotando de sus labios,
y eso solo me enfurece aún más.

-Veo que los empleados hablan bastante – murmura Hoseok pero lo logro
escuchar – como les gusta hablar de basura. De seguro tu también lo haces...

-No cambies las cosas por favor – digo llevando mis manos hacia mi cabeza,
aquello ya siendo bastante para mi.

-Dime Wendy – Hoseok me sonríe levantándose de la cama – ¿que más


sabes? ¿Ya te contaron que el idiota de mi padre engaño a mi madre con
JungWoo? ¿Ya te contaron que Yoongi le hizo una mierda después de
aquello?

-Hoseok...

-¡¿Ya sabes que mi puto hermano le hizo la vida a JungWoo tan mierda que
provoco que él se suicidara?!

Trago con fuerza al ver las lágrimas de Hoseok, la ira que sentía segundos
antes ya no estando.

-¡¿TE LO CONTARON WENDY?! – grita Hoseok de pronto su puño


golpeando contra la pared a mi lado, mis ojos cerrándose con fuerza.

-Ho-oseok...

-¿Que? ¿ahora me tienes miedo? ¿si? ¿si lo tienes?

-Detente por favor... – murmuro no queriendo abrir mis ojos.

-No, tu querías que hablara de mis problemas, bien ahora me vas a escuchar
muy bien.

-Por favor...

-¿Sabes? Pensé que las cosas cambiarían pensé que... que tal vez...

Siento como Hoseok se aleja, mis ojos abriéndose de a poco, el estando con
una sonrisa triste en su rostro, mi pecho sintiendo de pronto una opresión.

-Hoseok yo lo...

-¿Lo sientes? ¿por que? ¿por decirme la verdad?

Hoseok niega con la cabeza caminando hacia la puerta rodeándome, y esa


vez se siente tan diferente, se siente...

-¿Sabes que Wendy? Mejor dejame solo con toda mi mierda, es lo mejor.
15

HOSEOK.

Nunca pensé que una simple cena sería tan incomodo, todos en la mesa
estando hablando de negocios, Yoongi pareciendo el dueño del mundo
mirando a los demás como si no fueran nada.

Que mierda.

Y ni se diga de Wendy, me limito a no verla en toda la noche, solo rellenando


mi copa para acabarla en segundos y después llenarla otra vez.

-Dime Hoseok – dice de pronto la mujer que se encuentra sentada frente de


mi, mi mirada aburrida cayendo sobre la suya – ¿como te esta yendo en la
empresa? Creo que es la primera vez que atiendes a tu parte.

Sonrío hacia ella llenando mi copa una vez más.

-¿Que se puede decir? Me va muy bien – digo no importándome aquello en


realidad.
-Un joven como usted no puede estar soltero – alzo una ceja hacia ella ya
sabiendo sus intenciones – debe de tener a alguien en su vida.

Miro hacia Wendy, ella mantiene su mirada baja, mi lengua empujando el


interior de mi mejilla, vuelvo mi mirada hacia aquella mujer sonriendo sin
ganas, y estoy apunto de contestar pero alguien se me adelanta.

-Si, la tiene – dice de pronto la voz de Seulgi a mi lado – ¿por que? ¿a caso te
interesa mi hermano?

-Ah, claro que si me interesa querida – dice la mujer, una sonrisa formándose
en sus labios – ya sabes, solo profesional.

-Que lastima – salta esta vez Jungkook – ya es profesional con alguien más.

-No le hagas caso señorita... – ella me sonríe entendiendo aquello.

-Mina – dice ella de manera coqueta – solo Mina.

-Mina – digo inclinándome en la mesa – ahora mismo no tengo a nadie, pero


me interesaría hacer negocios con usted, ya sabes, solo profesional.

-Si es con usted, tenga por seguro que tendrá un trato especial.

-Lo mismo digo.

-Que zorra... – tose una voz a mi lado, mi mirada cayendo sobre Seulgi la
cual se encoge de hombros.

Miro hacia Yoongi, una sonrisa burlona estando en su rostro, y se lo que esta
pensando ahora mismo.

Respiro profundamente volviendo a llevar la copa hacia mis labios bebiendo


de aquello, en ese momento solo queriendo olvidar, en ese momento
comenzando a caer...
Una vez más.

UNA SEMANA DESPUÉS...

Abro los ojos mi mirada encontrándose con una ventana, la ciudad estando
ante mi mirada, el cielo estando nublado, las nubes ocultando el sol. Gruño
girando sobre mi espalda sintiendo como la cama a mi lado se mueve, un
cuerpo rozando el mio.

Miro a mi alrededor recordando que no dormí en mi casa, aquella habitación


siendo un campo nuevo para mi. Llevo mis manos hacia mi rostro
restregando, todo sueño en mi sistema alejándose. Bostezo mirando el cuerpo
a mi lado, el rostro de una rubia dormida apareciendo en mi campo de visión.

Dios...

¿Tan rápido me acosté con Mina?

Me levanto de la cama tomando mi ropa del suelo, me coloco mi camisa de


botones blanca tomando mi saco en mi otro brazo, mis pies comenzando a
arrastrarme fuera de ese lugar.
Una vez que estoy afuera varios empleados me saludan, pero solo los ignoro
llegando a la salida subiendo a mi auto y largándome de ese lugar, no
sabiendo muy bien a donde voy, no hasta que me detengo frente a su edificio,
mi mirada yendo hacia la entrada.

Salgo del auto comenzando a entrar en aquel edificio, escucho como me


saludan pero no hago caso, subo al ascensor y mi cuerpo parece estar modo
automático, todo siendo tan mecánico.

Llego al piso correcto y justo encuentro a la persona que estaba buscando, su


mirada endureciéndose.

-Te dije que no me buscaras Hoseok – dice Sungkyung, sus manos sujetando
las correas de su bolso.

-Necesito... necesito hablar... por favor.

Sungkyung me mira fijamente, la indecisión haciéndose presente en su


mirada.

-No creo que sea buena idea...

-Sungkyung – murmuro hacia ella – por favor.

Sungkyung resopla pareciendo pensarlo, aquello segundos volviéndose horas


para mi. Sungkyung asiente girando sobre sus talones caminando hacia su
departamento, yo comenzando a caminar a sus espaldas.

Una vez que estamos en el departamento me acomodo en el sofá, Sungkyung


imitando mi posición.

-¿Quieres algo de beber? – me pregunta mientras camina a la pequeña


cocina.

-¿Que tienes?
-Agua y café. Pero viendo que luces tan lamentable... sera café.

-Gracias.

Ella camina hacia mi, una taza siendo depositada en mis manos, mi mirada
yendo hacia la suya.

-¿Que sucede Hoseok?

-Te ves bien.

Sungkyung rueda los ojos negando con la cabeza.

-Oye, estoy dejando la universidad de lado para hablar contigo – me dice


Sungkyung.

-Pasan cuatro semanas y ya estudias.

-Era hora de volver. Además, ya nada de lo que haga es de tu problema.

-Claro que si.

-Hoseok... ¿cuantas veces tengo que decirte que no digas palabras vacías?

-Es la verdad – miro los ojos de Sungkyung.

-¿Que sucede?

-Solo... quería disculparme.

-Ya te habías tardado – sonrío al ver la sonrisa de Sungkyung, su mirada


suavizándose.

-Quería... disculparme por todo el daño que te hice. Ya sabes... nunca deje
que... lo olvidaras.
-¿Sabes? No lo he olvidado – Sungkyung asiente con la cabeza pareciendo
recordar – solo... aprendí a seguir adelante. JungWoo siempre sera la persona
más especial en mi vida, siempre estará en mis recuerdos, solo las cosas
buenas. No me voy a echar a morir Hoseok. Si, se que solo me buscas
porque... era mi hermano, eso lo se.

Miro los ojos de Sungkyung, sus ojos comenzando a aguarse.

-Eso me quedo muy en claro cuando... gemías su nombre mientras estabas


conmigo – trago con fuerza apartando la mirada de la suya – si, ya que
estabas conmigo cuando estabas drogado, siempre.

-Sungkyung...

-Pero esta bien Hoseok. Lo entiendo, no es tu culpa – Sungkyung se acerca a


mi, siento sus delicados dedos tomar mi mandíbula levantando mi mirada
hacia la suya, una sonrisa formándose en sus labios – puedo seguir contigo,
puedo hacerlo... pero solo como una amiga. Te quiero Hoseok, te amo, pero
creeme, esto es lo mejor, no te digas atormentando.

-Sungkyung no entiendes...

-Hoseok...

-No, tu...

-Oye – Sungkyung toma mi rostro entre sus manos, sus pulgares comenzando
a acariciar mi piel – no es tu culpa, no es mi culpa... no es la culpa de tu
hermano. No lo es ¿bien? Si yo pude hacerlo, tu también puedes.

-Siento que ya he tenido esta conversación antes...

-Si, pero esta vez me asegurare de que se cumpla.

-No creo que esto valga la pena.


-Lo vale. Hoseok... le importas a muchas personas, tienes hermanos, me
tienes a mi, tienes...

-A Wendy – sonrío con el solo pensamiento de ella, una sonrisa formándose


en los labios de Sungkyung.

-Es hora de seguir ¿no crees? De perdonar, de construir – Sungkyung me


sonríe sus brazos envolviéndome en un abrazo, mis ojos cerrándose con
fuerza – es hora de volver amar.
16

WENDY.

Dios ya no los aguanto más, juro que voy a explotar.

Gruño caminando por los pasillos junto a Jimin, una sonrisa divertida estando
en su rostro.

-Ta dije muchas veces que podía decirle a mi madre para ver si había zapatos
de tu talla – dice Jimin a mi lado.

-No es necesario...

-Un día de estos sangraras.

Niego con la cabeza llegando a mi habitación, me despido de Jimin antes de


cerrar la puerta, me tiro a la cama quitando los zapatos con cuidado de mis
pies, el dolor en estos siendo insoportable.

Cierro los ojos al ver la sangre fresca en los zapatos. Respiro profundamente
dejando los zapatos a un lado de la cama, camino con dificultad hacia el
cuarto de baño comenzando a tomar una ducha, el agua caliente siendo
relajante para mi cuerpo, múltiples suspiros abandonando mis labios.

-Esto era lo que necesitaba – murmuro dejando que el agua caiga sobre mi
cabeza, mis ojos cerrándose con fuerza.

Permanezco en la ducha por varios minutos hasta sentir mis dedos mi mis
manos arrugados, salgo debajo del agua envolviendo mi cuerpo en una toalla,
al cabo de unos segundos tomando mi bata azul cubriéndome, mi cabello
húmedo pegándose a mi piel, mis pies aún doliendo.

Salgo del baño comenzando a caminar hacia la cama, mi mirada fija en mis
pies, las ampollas ya no teniendo sangre...

-¿Que te paso? – pregunta una voz un grito abandonando mis labios.

Levanto la mirada hacia Hoseok, el esta a unos pasos de mi, su cabello


castaño estando desordenado, los primeros botones de su camisa estando
abiertos, las mangas estando remendadas hasta los codos, su mirada luciendo
preocupada, una sensación cálida instalándose en mi pecho con solo verlo.

-Estoy bien – digo caminando hacia la cama dejando mi cuerpo caer sobre
esta.

-No, no esta bien – dice caminando hacia el armario sacando el botiquín de


primeros auxilios.

Se acomoda en la cama tomando mis pies en sus manos, y solo me limito a


verlo, sus manos moviéndose de manera hábil untando la crema en mi piel,
sus dedos acariciando mi piel con delicadeza.

-Cuando sientas que no aguantas más, solo dímelo – dice Hoseok levantando
su mirada hacia la mía, una sonrisa formándose en sus labios.

-Pensé que después de aquello... ya no...


-¿Ya no que? ¿todo lo que siento desaparecería por arte de magia? No Wendy,
no soy esa clase de chico.

-Eso lo tengo muy en claro – le sonrío, sus manos tomando mi otro pies.

-Debiste de decirme que esos zapatos te hacían daño, te hubiera comprado


otros.

-No es necesario. Ya paso.

-Para mi no – Hoseok termina con mis pies, su mirada cayendo sobre la mía –
por cierto...

Hoseok busca en sus bolsillos hasta encontrar lo que sea que busca, sus
manos teniendo un pequeño celular, una sonrisa formándose en mi rostro
tomándolo de sus manos.

-Sabía que si te compraba otro no lo ibas aceptar, así que... arregle el que
había destruido – Hoseok murmura y de inmediato lo enciendo.

Trago con fuerza al ver como este comienza a vibrar en mis manos de manera
insistente, llamadas perdidas tanto de mi madre como de Namjoon al igual
que mensajes, miro a Hoseok apagando el celular y dejándolo sobre la mesa
de noche.

-¿No lo veras?

-No quiero morir aún – Hoseok frunce el ceño confundido, una risa brotando
de mis labios.

-¿Debo preocuparme por eso?

-No – niego con la cabeza hacia él.

Permanecemos en silencio por algunos minutos, ninguno sabiendo muy bien


que decir, pero en ningún momento apartamos nuestras miradas, aquello
sintiéndose personal, intimo.

-Perdón por haber dicho esas cosas de... JungWoo – digo llevando una de mis
manos hacia mi frente apartando el cabello húmedo – tenía razón, nada de
eso me incumbía, solo que...

Miro mis manos sobre mi regazo no sabiendo muy bien como decirlo, una
mano posándose sobre las mías, mi mirada alzándose hacia Hoseok.

-Nunca en mi vida había escuchado y dicho tantas veces la palabra “perdón”,


enserio – dice Hoseok riendo.

Frunzo el ceño ladeando la cabeza confundida, mi mirada fija sobre la suya.

-Hoseok...

-Esta bien Wendy – Hoseok me sonríe negando suavemente con la cabeza –


solo... seamos tu yo esta noche ¿si?

-¿Que sucedió?

Hoseok de pronto se acerca a mi, su cuerpo pegándose al mío, una sonrisa


formándose en mis labios.

-Nada – dice Hoseok inclinándose hacia mi, sus labios dejando un suave beso
sobre mi frente – digamos que tuve una epifanía.

Sonrío negando, estoy apunto de alejarme de Hoseok pero siento como me


envuelve en sus brazos, todo mi cuerpo quedando inmóvil ante aquello.

-Hoseok...

-¿Puedes... abrazarme?

Siento la respiración profunda de Hoseok en mi cuello, todo mi cuerpo


anhelando por el.

-Por favor...

Trago con fuerza cerrando mis ojos no pensando en lo que sucederá después
de aquello, mis brazos devolviéndole el abrazo. Pasan los minutos y solo
permanecemos así, me alejo de Hoseok mis manos yendo hacia su rostro, el
cabello cayendo sobre su frente, una pequeña sonrisa formándose en su
rostro, y en ese momento...

En ese preciso momento...

-Eres el ser más hermoso Hoseok – murmuro cerca de sus labios, su mirada
estando fija en la mía – me gustas. Me gustas mucho.

-Wendy...

Acorto el espacio entre nosotros, mis labios estando contra los suyos, al
instante una sensación cálida posándose sobre mi pecho, los brazos de
Hoseok aferrándome a el. Besos sus labios como si fuera mi oxigeno, su
lengua adentrándose a mi boca, sus manos yendo hacia mi espalda.

-Wendy... – Hoseok jadea pegando su frente contra la mía, sus ojos estando
cerrados, mis manos acariciando su nuca.

Trago con fuerza sintiendo como los brazos de Hoseok me alzan


colocándome sobre el, nuestras miradas encontrándose, una sonrisa
formándose en mis labios.

-¿Vas a estar conmigo pase lo que pase?

Miro la mirada de Hoseok, sus manos aferrándose a mi, al igual que yo,
respiro profundamente cerrando los ojos, beso sus labios por unos segundos
antes de asentir hacia el.

-Si tu caes, yo iré por ti – digo mis manos yendo hacia sus mejillas.
-Eso fue muy cursi – comenzó a reír Hoseok escondiendo su rostro en mi
cuello.

-Lo dice el chico que puso la película del Titanic como ejemplo – digo, una
leve carcajada brotando de los labios de Hoseok.

-Eso fue diferente...

Hoseok alza su cabeza hacia mi, una sonrisa estando formada en sus labios,
aquel brillo de felicidad estando en su rostro, mis brazos envolviéndose en su
cuello.

-¿Sabes? Si no quieres que esto terminé con nosotros haciendo algo más que
dormir... – Hoseok gruñe cerrando los ojos de pronto – será mejor que te
quites de encima antes de que pierda el...

Beso sus labios callando sus palabras, sus manos apretando mis caderas con
fuerza, me alejo de Hoseok sus ojos fijos en los míos.

-No quiero dormir – murmuro sintiendo mis mejillas arder de pronto, la


mirada oscura de Hoseok provocándome escalofríos.

Hoseok me besa en los labios sus manos introduciéndose debajo de la bata,


sus manos frías comenzando a recorrer mi cuerpo, un gemido brotando desde
mi garganta, siento de pronto una dureza en debajo de mi, una risa brotando
de los labios de Hoseok, muevo mis caderas aquella risa siendo reemplazada
por un gemido, sus manos yendo hacia mi espalda acercándome a su cuerpo.

Trago con fuerza los besos de Hoseok bajando hacia mi cuello, mis dedos
enredándose en los mechones castaños de su cabello, Hoseok de pronto nos
gira en la cama esta vez el estando sobre mi, mi mirada conectando con la
mía.

Hoseok me sonríe echándose hacia atrás comenzando a quitarse la camisa,


sus manos yendo hacia sus pantalones al instante, mi mirada estando fija
sobre él.

-¿No me ayudaras? – pregunta, una sonrisa formándose en mis labios.

-Prefiero observar – digo la mirada coqueta de Hoseok haciéndome tragar


con fuerza.

Miro como Hoseok saca de sus pantalones un condón, su mirada fija sobre la
mía al momento de que comienza a quitarse los pantalones junto con los
boxers, mis mejillas comenzando a arder.

-Pregunta – dice Hoseok de pronto luciendo divertido, él se inclina hacía mi


sonriendo – ¿eres virgen?

Sonrío viendo como comienza a deslizar el condón por toda su longitud, mi


mirada subiendo por su pecho pálido y tonificado hasta llegar a su rostro.
Hoseok se inclina hacia mi, en ese momento sintiendo como sus dedos van
hacía mi entrada, mis ojos cerrándose con fuerza.

-Tuve un novio – gimo al sentir como entierra un dedo, mis manos yendo
hacia sus brazos.

-¿Si? ¿que más?

Trago con fuerza sintiendo como entierra otro dedo, un gemido brotando de
mis labios.

-¿Lo hicieron alguna vez? – jadea Hoseok comenzando a mover sus dedos en
mi interior, mis dientes mordiendo mis labios con fuerza.

-Te aseguro que... me gusto – murmuro, un gemido brotando de mis labios al


sentir como un tercer dedo se entierra, mi mirada encontrándose con la de
Hoseok.

El se inclina hacia mi oído sus dedos de pronto abandonándome, abre mis


piernas colándose entre ellas.
-Te aseguro que después de esto lo olvidaras – gruñe en mi oído, de pronto
enterrándose en mi interior, un grito escapando de mis labios.

Hoseok lleva una de sus manos hacia mis labios sus dientes mordiendo sus
labios con fuerza.

-Ho-oseok... – jadeo envolviendo mis brazos en su cuello pegándome a el.

-No hagas ruido Wendy... – gime en mi oído, sus caderas comenzando a


moverse contra las mías, mis uñas enterrándose en la piel de sus hombros.

Y cuando Hoseok dijo que olvidaría mi primera vez con esta...

No se equivocaba.
17

HOSEOK.

-Si... estoy bien, lo juro ¿tu lo estas?... si, si, si... ¿mamá? Luego la llamo...

Abro los ojos mis manos yendo hacia mi rostro tratando de apartar el sueño,
miro a mi alrededor comenzando a recordar la noche anterior, una sonrisa
formándose en mi rostro pareciendo en este momento una chica de dorama
enamorada.

Encuentro a Wendy sentada en la orilla de la cama dándome la espalda,


cubriendo su cuerpo con la famosa bata azul, la miro fijamente, ella siendo
ajena a mi, su dulce voz llenando el silencio, miro hacia el reloj en la pared,
aún faltando una hora para que todos despierten.

Miro una vez más hacia Wendy, su cuerpo antes relajado ahora estando tenso,
ella habla al celular pero sus palabras tropiezan y es difícil entenderla. Me
incorporo en la cama las sabanas cayendo hasta mi cintura, me acerco a
Wendy su rostro girando hacia mi.

-Iré para allá – murmura al celular antes de cortar la llamada, mi mirada fija
sobre ella.
-¿Que pasa? – pregunto, sus manos yendo hacia su rostro resoplando
ruidosamente – Wendy... ¿que sucede?

-Tengo que volver a... Daegu ahora – dice, su voz sonando tan pequeña en
este momento.

-¿Que sucedió?

-No... no tengo tiempo... – murmura su suave voz antes de levantarse, su


cuerpo moviéndose por toda la habitación.

-Wendy – digo hacia ella, pero es como si no me escuchara, sus manos


temblorosas comenzando a guardar sus cosas en su mochila – Wendy tienes
que calmarte primero...

-¡No tengo tiempo que perder Hoseok!

-Oye – me acerco a ella tomando sus manos entre las mías, su mirada
cayendo sobre la mía – tranquila.

-Hoseok...

-Ven – la jalo hacia mi su cuerpo teniendo un leve temblor, mis manos


acariciando su espalda por sobre la tela – ¿que pasa?

-Mi mamá Hoseok – escucho con atención su voz – ella... ella esta muy
delicada y ahora mismo... esta internada en el hospital de Daegu Hoseok y...
necesito verla ahora mismo y se que esta noche hay una fiesta en la mansión
pero... no me importa que me despidan, tengo que irme.

-Bien – murmuro en su oído.

Me alejo de ella llevando mis manos hacia sus mejillas.

-Vamos.
-¿Que?

-Si – sonrío dejando un casto beso en sus labios, pero eso fue suficiente para
que todo mi cuerpo reaccionara a ella – no me cuestiones, solo vamos ¿bien?

Wendy me mira no muy segura, pero al cabo de unos segundos asiente


comenzando a vestirse.

WENDY.

Miro mi celular con atención esperando cualquier notificación por parte de


Namjoon, la que sea, y me mantengo así por varios minutos, de pronto siento
como la mano de Hoseok se desliza hacia mi pierna, mi mirada alzándose
hacia la suya, su mirada estando fija en la carretera, su otra mano estando en
el volante.

-No te preocupes ¿si? – me dice Hoseok, su mano apretando levemente – esta


bien.
-¿Y si no lo esta?

-No podemos adelantarnos a los hechos.

Asiento hacia el, mi mirada cayendo una vez más a mi celular, mis dedos
pasando por la pantalla cada cinco minutos.

-Tienes razón – murmuro asintiendo, esas palabras siendo más para mi que
para él.

Pasan tres largas horas donde andamos en carretera, al fin llegando a Daegu,
a los pocos minutos ya estando en aquel hospital estacionando el auto, y en el
momento que me dispongo a marcarle a Namjoon, es como si estuviéramos
conectados y mi celular comienza a vibrar, al instante contestando la llamada.

-¿Nam?

-¿Cuando llegaras?

-Ya llegue ¿en que piso están?

Namjoon me da todas las indicaciones y al momento que corto la llamada ya


nos estamos adentrando por las puertas del hospital comenzando a caminar
por los pasillos, los pasos de Hoseok escuchándose a mi lado.

Una vez que llegamos al piso correcto mi mirada se encuentra con dos
personas en aquel pasillo, mi mirada reconociendo al instante a Namjoon,
mis piernas pidiéndome prácticamente correr hacia el, mis brazos
envolviéndose en su cuello alzándome hacia el.

-Wendy – murmura Namjoon, mis brazos aferrándose a el.

-¿Y mamá?

Me alejo de Nam, mi mirada conectando con la suya, sus manos yendo hacia
mis mejillas.

-Wendy... – miro las lágrimas comenzar a formarse en los ojos de Namjoon,


en este momento sintiendo de pronto miedo.

-¿Donde esta Nam?

Namjoon me abraza con fuerza, sus brazos envolviéndose a mi alrededor,


cierro mis ojos devolviéndole aquel abrazo tratando de no pensar en lo peor.
Pasan los minutos y me alejo de Namjoon, mis manos yendo hacia sus
mejillas, mis pulgares apartando cualquier rastro de lágrimas.

-¿Sabes cuantos infartos tuvo nuestra madre este mes? – dice Namjoon, todo
mi cuerpo tensadose.

-Pero... le mande el dinero para los medicamentos...

-Al parecer nuestra querida tía sabía que no estábamos en casa y volvió.

Cierro los ojos entendiendo aquello, respiro profundamente negando con la


cabeza.

-Todo ese dinero se lo quito a nuestra madre Wendy – continua Namjoon, la


ira comenzando a invadir mi cuerpo – no tomo ningún medicamento, no
siguió el tratamiento.

-¿Donde esta ella?

-Con todo ese dinero se fue – gruñe Nam, mis manos volviéndose puño –
llegue hace una semana y ella me dijo que estaba bien pero hace dos noches...
sufrió un infarto y al momento en que la traje aquí los doctores me dijeron
que tuvo tres infartos con anterioridad, pero ahora... ella sufrió otro hace unas
horas y... ¡no me dicen nada joder!

Respiro profundamente tratando de controlar el temblor en mis manos


tratando de controlar el fuerte latido de mi corazón, miro hacia Namjoon el
cual tiene su mirada fija a mis espaldas, en ese momento recordando que no
vengo sola.

-Hoseok – digo girando hacia el, miro a Nam – el es Hoseok, me ayudo a


llegar hasta acá.

-Namjoon – miro como Namjoon y Hoseok se dan un apretón de mano –


muchas gracias por cuidarla.

-No es una molestia – dice Hoseok, su mirada conectado con la mía.

-Wendy... – dice una voz muy familiar, mi mirada confundida estando sobre
Namjoon, el entendiendo la pregunta silenciosa.

-El fue quien me llamo para avisarme de que nuestra tía estaba prácticamente
matando a nuestra madre – contesta Namjoon de manera silenciosa.

Estoy apunto de responder cuando siento como brazos se envuelven en mi


cintura, mi espalda chocando con un pecho solido, mis ojos abriéndose de
sobremanera.

-¿Que estas haciendo? – digo alejándome rápidamente de él.

Giro sobre mis talones conectado mi mirada con la suya, su mirada estando
baja y algo triste, en ese momento arrepintiéndome un poco por haberle
hablado de aquella manera.

-Lo siento... no debería haberte hablado así – digo negando con la cabeza –
gracias por notificárselo a Namjoon...

-No hay de que – sonríe negando suavemente con la cabeza – esta bien,
entiendo que ahora mismo estés algo abrumada.

Asiento con la cabeza mis brazos cruzándose ante mi pecho, me acerco a


Hoseok el cual me mira atento, tomo sus manos entre las mías no queriendo
ya estar lejos de él, mucho menos ahora.
-Soy Hoseok – dice él haciendo una leve inclinación – novio de Wendy.

Miro fijamente a Hoseok sintiéndome completamente sorprendida, una


sensación cálida comenzando a crecer en mi pecho.

-Mucho gusto, soy Chanyeol... el ex-novio de Wendy.


18

HOSEOK.

“Soy Chanyeol... el ex-novio de Wendy”.

Resoplo tomando un buen trago de aquella soda, mi mirada cayendo sobre la


de aquel chico que se encuentra apoyado contra la pared ante mi, su mirada
estando fija en Wendy que se encuentra con su cabeza sobre mi hombro.

¿Pero quien se cree este para estar aquí?

¿Con el fue con quien perdió su virginidad entonces?

¿Este fue su primera vez?

¿Chanyeol?.

Ya ni es novio de ella, y no pueden ser amigos, eso es en definitivamente un


rotundo NO.

Es decir, nunca seas amigo de tu ex.


N-U-N-C-A.

Ya se que ahora mismo hay cosas más importantes y eso, pero es inevitable
para mi no tener estos pensamientos sobre él.

¿Y si Wendy sigue sintiendo algo por él?

Nunca en mi vida me había sentido tan inseguro de algo, es como si toda


aquella confianza que sentía en mi persona se hubiera ido por solo ver a este
tipo...

-Oye – murmura una voz a mi lado, una suave y pequeña mano posándose
sobre las mías ante mi – ¿que es eso que te anda rondando en la cabeza?

Sonrío girando hacia Wendy al mismo tiempo que ella quita su cabeza de mi
hombro, y a pesar de todo lo que le esta pasando, de el dolor que esta
sintiendo...

Me sonríe.

Una de las más hermosa sonrisa dibujándose en su rostro.

-No es nada en realidad – digo extendido mi mano hacia ella, mis dedos
acariciando la suave piel de su rostro – ¿como te sientes?

-Bien... gracias – Wendy asiente apoyando su cabeza una vez más sobre mi
hombro, su mano sostenido la mía sobre mi regazo, y eso se siente bien.

A pesar de la situación...

Se siente correcto.

-Familiares de la señora Kim – dice de pronto una voz.

Nos levantamos de aquellos incómodos asientos, las manos de Wendy


aferrándose a mi brazo.

-Intentamos todo lo posible... – siento como Wendy se tensa a mi lado, y ya


se cuales son las siguientes palabras de aquel doctor, a los minutos Wendy
envolviendo sus brazos en mi cuello, las lágrimas sintiéndose cálidas a través
de la tela de mi camisa, mis manos aferrándose a Wendy.

Respiro profundamente escuchando sus sollozos, jadeos de dolor brotando de


sus labios, todo su cuerpo comenzando a temblar, y tengo que sostenerla para
que no se caiga, todo en ella sintiéndose débil.

*******

-¿Pero como se encuentra? Debe de estar pasándola muy mal – dice la voz
de Seulgi a través del celular, mi mirada estando fija sobre Wendy que
permanece dormida sobre la cama.

-Ahora mismo esta mejor...

-¡Dile que tiene todo nuestro apoyo – grita esta vez Jungkook desde el
fondo, una mueca formándose en mi rostro – ¡ya quitate de encima cara de
moco!
Ruedo los ojos sabiendo muy bien que esos dos ya comenzaran a pelear, así
que me apresuro a hablar antes de aquello.

-Solo avisen esto y dile a Yoongi que no podremos estar en la estúpida


fiesta...

-La “señorita Mina” ah dicho que requiere de tu presencia y que no le has


contestado las llamadas – dice esta vez Jungkook.

-Dile a la “señorita Mina” que ahora mismo me encuentro con mi novia y no


tengo tiempo para escoria. Adiós.

Corto la comunicación un gruñido escapando desde mi garganta.

Dios, Mina ah sido como un chicle desde aquella cena, al principio fue
divertido pero no, ya no.

Miro a mi alrededor, la vieja habitación de Wendy luciendo acogedora, las


paredes estando pintadas de verde pálido, algunos dibujos estando en las
paredes, todos luciendo en verdad...

-Hermosos – murmuro mirando con atención las pinturas.

Llego a su escritorio algunas fotografías estando sobre este, una sonrisa


formándose en mis labios al ver a una pequeña Wendy con un traje de
canguro, una mirada “amenazadora” estando plasmada en su rostro.

Que tierna.

Es en verdad adorable.

Tomo una fotografia en mis manos, la imagen de una mujer estando sobre un
sofá, una sonrisa de hoyuelos estando en su rostro al igual que Namjoon,
teniendo leves rasgos de Wendy la cual se encuentra sobre sus piernas sus
brazos estando envueltos en el cuello de su madre, Namjoon estando
inclinado hacia ellas con un pequeño pastel en sus manos, las velas estando
encendidas, y...

-Me hubiera gustado conocerla señora Kim – murmuro aunque se que nadie
me escucha.

DOS SEMANAS DESPUÉS...

-Tienes que volver – murmura la suave voz de Wendy, sus manos estando en
mi rostro – tu hermano te necesita.

-Ese engreído esta bien sin mi – gruño mis manos acariciando las suyas.

-Hoseok – miro a Wendy, su mirada siendo de advertencia – dijiste que ibas a


seguir...

-Lo se – digo cerrando mis ojos con fuerza, respiro profundamente negando
con la cabeza – pero en este momento quiero estar contigo.

-Yo estaré bien – me sonríe tratando de tranquilizarme, pero no lo logra –


estaré con Namjoon, el terminara de estudiar en la universidad pública.

-¿Y todos los años que...?

-Esta bien, podrá seguir su carrera aquí, solo falta un año.


-¿Y tu?

-¿Yo?

-Si – trago con fuerza mi mirada fija sobre la suya – debes estudiar.

-Y lo haré, solo... no quiero pensar ahora sobre eso. Pero tu vuelve, tu si


tienes que manejar a mitad de una empresa.

-Llama si pasa algo.

-Si.

-Lo que sea Wendy – la abrazo enterrando mi rostro en su cuello aspirando


profundo – cualquier cosa.

-Esta bien – asiente alejándose de mi.

Beso sus labios una última vez no queriendo alejarme de ella. Al cabo de
unas horas me encuentro dentro de mi auto, mi mirada estando fija sobre
Wendy.

-Vendré en una semana – digo hacia ella.

-Esta bien.

-Y por cierto... sería agradable si no vieras a Chanyeol.

Wendy frunce el ceño por unos segundos después rodando los ojos, su lengua
golpeando contra su mejilla.

-¿Otra vez con eso? – pregunta ella.

-Si, otra vez con eso.

-Ya te dije que solo es...


-Un amigo. Ya he escuchado eso tantas veces...

-Por el amor de Dios Hoseok ¿cuando has escuchado eso?

-En las películas siempre pasa Wendy... las películas no se equivocan.

-Actúas como un niño – comienza a reír Wendy, y desde hace dos semanas
que no la escucho así.

Es agradable, ella es maravillosa, ella me ha hecho feliz en tan solo un mes,


se volvió importante para mi en tan solo un mes...

-Te amo – digo de pronto, su mirada cayendo sobre la mía, mi corazón


latiendo con fuerza contra mi pecho.

Pasan los minutos, sus ojos fijos sobre los míos, mi boca sintiéndose seca de
pronto.

-Hoseok... yo...

-Bien, nos vemos en una semana – sonrío hacia ella sintiéndome de pronto
muy nervioso.

¿Que me esta pasando?

-Adiós – digo comenzando a conducir, mi mirada yendo hacia el espejo


retrovisor, el rostro de Wendy grabándose en mi rostro, no pasando por alto la
sonrisa que ilumina su rostro
19

WENDY

Nos mantenemos en silencio, solo los cubiertos chocando contra los platos
llenando el silencio, ese momento sintiéndose como antes...

-¿Cuanto tiempo te quedaras? – pregunta Namjoon, mi mirada alzándose


hacia la suya.

Juego con el cubierto en mi mano, realmente no comiendo aquel ramen, y


al parecer Namjoon tampoco lo hace, ese momento no teniendo ganas de
comer.

-No lo se – digo, la mirada de Nam estando sobre la mía – estaba pensando


en... comenzar a estudiar aquí, y trabajar en las noches.

-No tienes que hacer eso, ya conseguí un trabajo y...

-Si tu haces algo yo también lo haré, no quiero sentirme como una


mantenida.
-Wendy...

-Te ayudaré, y tu me ayudaras.

Namjoon me sonríe, el extiende su mano hacia la mía dándome un leve


apretón.

-Puedo ayudarte con el trabajo – comienza a decir Namjoon – solo hablo con
mi jefe y... veremos.

Respiro profundamente asintiendo hacia el, mi mirada yendo hacia una


fotografia de mi, las ganas de llorar invadiendome una vez más, y Dios solo
han pasado dos semanas, cada día siendo más largo que el anterior, y en
momentos como estos me hubiese gustado estar aquí...

Con ella.

-No te atormentes – dice de pronto la voz de Namjoon, parpadeo varias veces


alejando las lágrimas tratando de forzar una sonrisa.

Pero es imposible.

-Solo... si hubiésemos estado...

-El hubiera no existe – siento como Namjoon se levanta de la silla caminando


hacia mi, mi mirada estando estancada en la mesa.

-Mamá siempre decía eso.

-Cada vez que podía.

-La extraño Namjoon... la extraño mucho...

Y con eso, las lágrimas comienzan a caer una vez más, una gran opresión
apareciendo en mi pecho, los brazos de Namjoon envolviéndome, mis manos
aferrándose a su cuerpo.

-Eres mi única familia ahora – murmura Namjoon en mi oído, sus brazos


haciéndome sentir segura – no te dejaré sola hermana... nunca.

***********

Camino por la pequeña casa guardando las cosas de aseo en la pequeña


habitación, mi cabello ya fastidiando, camino hacia mi habitación tomando
una liga del escritorio domando mi cabello en un moño desordenado, mi
celular comenzando a vibrar, mis manos palpando los bolsillos de mis
pantalones.

Hoseok: Lo siento... no podré ir hoy.

Esta bien lo entiendo, te llamo


luego.

Hoseok:Esta bien.

Ya han pasado dos semanas y Hoseok no ah venido, pero esta bien, es muy
entendible que el también tiene obligaciones y lo voy a absorber por
completo.

Resoplo caminando escaleras abajo, ya sintiéndome un poco mejor, ya todo


siendo más fácil, porque los primeros días donde Namjoon se iba a la
universidad regresaba y a las pocas horas ir a su trabajo, simplemente sentía
que me ahogaba, y hasta no conseguir un empleo no puedo ir a la
universidad.

Me dispongo a preparar la cena cuando escucho como tocan la puerta, mi


mirada cayendo sobre el reloj en mi muñeca, las 7:12 de la noche
reflejándose.

Camino hacia la puerta abriendo esta sin antes ver, ya que solo los vecinos
han venido en esos días, y en verdad me esperaba que fuera quien sea, menos
él.

-Hola – me saluda Chanyeol, una ligera sonrisa formándose en sus labios.

-Chanyeol... hola – hago una inclinación él haciendo lo mismo a los pocos


segundos – ¿que te trae hasta aquí?

-Solo... quería ver como estabas.

-Gracias, pero no era necesario.


-Ah y... también, te conseguí un trabajo.

-¿Si? Pero... ¿como?

-¿Recuerdas que trabajo en una radio?

-Bien...

-Les hable de ti, y... se que no es un gran empleo pero... la paga es buena, y
yo te ayudaré en todo.

-¿La radio?

-Si, de lunes a viernes en la noche.

-¿En la noche? No creo que...

-No pude conseguir un turno de día, solo habían de noche...

-Lo pensaré ¿bien?

-Esta bien Wendy.

-Pero... muchas gracias en verdad – le sonrío a Chanyeol levemente – en


verdad te lo agradezco.

-No hay de que.

Chanyeol asiente mi mirada estando fija en la suya, su cabello negro


azabache siendo una maraña, sus ojos azules aún teniendo ese leve brillo que
me gustó en aquel tiempo.

-Quería invitarte a salir – dice de pronto Chanyeol.

-Chanyeol no creo que sea el momento y...


-No invitarte como una cita no, solo... para salir, como amigos, ya sabes,
muchos de los vecinos dicen que no sales en realidad, y solo... no se
pensaba... solo...

Sonrío negando con la cabeza, camino hacia la casa una vez más tomando mi
chaqueta del sofá volviendo al instante a Chanyeol cerrando la puerta a mis
espaldas asegurándome de tener mis llaves.

-Bien... ¿a donde? – pregunto comenzando a caminar, Chanyeol caminando a


mi lado.

-Solo vayamos al parque, y tal vez no se... comprar unos helados en aquella
“cafetería”.

-Aún no entiendo – digo negando fuertemente con la cabeza – ¿por que es


una cafetería si solo venden helado?

-No, eso no... ¿por que los helados saben horriblemente a café?

-O peor aún... – Chanyeol comienza a reír al momento que comienzo a decir


– ¿por que vamos a ese lugar? ¿por que nos comemos todo el helado y ni
siquiera pensamos en botarlo?

-No se, tal vez porque el señor que nos atiende nos da siempre una porción
más de ese horrible helado pensando que nos gusta.

-Ah... yo creo que si es así – comenzamos a reír mis manos yendo hacia mi
estomago.

Después de eso seguimos hablando como si nada, todo siendo tan cómodo,
como antes. Nos sentamos en aquella vieja banca del parque cercano a la
cafetería/heladería (si, extraño) y él solo se dispone a hablar sobre su familia,
haciéndome reír tanto que creo que mi estomago explotara.

Al cabo de unas horas ya caminando de vuelta a la casa, ya el frío siendo


insoportable, y de seguro Namjoon ya esta en casa, mis manos estando
enterradas en los bolsillos de mi chaqueta, y todo parece que va a ir bien,
pero de pronto...

-¿Por que terminamos? – dice de pronto la voz de Chanyeol, mi mirada


cayendo sobre la suya por unos segundos antes de continuar caminando.

-¿Enserio quieres que te conteste a eso? – digo ya divisando mi casa a unos


metros.

-Solo... te pedí perdón...

-Y te perdone Chanyeol – respiro profundamente soltando el aire al cabo de


unos segundos, este volviéndose vaho debido al frío – pero no para volver a
ser novios, solo para... ser amigos... sabes que el tema de... maltrato es muy
delicado para mi, ya sabes... por mis padres.

-Lo se Wendy, y en verdad lamento haberte...

Miro a Chanyeol, las palabras siendo difícil de pronunciar, asiento con la


cabeza resoplando.

-Esta bien, ya sabemos – murmuro.

-Estaba muy borracho esa noche, sabías que tenía un problema con eso, pero
te juro que... ya no, no más.

-Esta bien Chanyeol... – llegamos a mi casa, mi mirada estando sobre


Chanyeol – te felicito por superar aquello, pero sigo pensando que lo mejor
es que solo seamos amigos... ¿si?

Chanyeol me mira fijamente, el asiente con suavidad pareciendo pensar, la


puerta a mis espaldas abriéndose, y estoy apunto de voltear pero siento como
las manos de Chanyeol toman mi rostro, y todo sucede tan rápido, que lo
siguiente que se es que tiene sus labios sobre los míos, mis ojos abriéndose
como platos.
¿Que jodida mierda...?
20

HOSEOK.

-No va a volver – dice Yoongi, mi mirada fija en la suya.

-Solo quiero que conserve su trabajo – digo tratando de no perder la


paciencia.

-¿Cual trabajo? ¿chupartela?

-Yoongi – gruño, una sonrisa divertida apareciendo en el rostro de Yoongi, y


Dios, quiero golpearlo.

-Solo digo la verdad Hoseok, solo quiere chuparte todo el dinero como una
sanguijuela...

-Wendy no es como tus amantes.

Yoongi me mira, la sonrisa ya no estando en su rostro.


-No comiences Hoseok..

-Min Yoongi – digo levantándome de la silla ante su escritorio – estoy


haciendo un esfuerzo sobre-humano para tener una conversación civilizada
contigo, la paciencia se me esta agotando y tu solo actúas como...

-Un maldito – sonríe Yoongi, un asiento de afirmación de mi parte.

Permanecemos en silencio, Yoongi pareciendo pensar, y yo solo permanezco


callado, si, por primera vez desde hace mucho tiempo no lanzándole en cara
lo basura que es.

-Esta bien – resopla de pronto Yoongi, mi mirada cayendo sobre la suya –


puede volver cuando quiera, tendrá el trabajo, además... un empleado más
uno menos, no hace diferencia.

-Gracias – murmuro comenzando a caminar hacia la puerta para salir de allí,


pero antes de tocar el pomo de esta escucho como Yoongi me llama
deteniendo mis pasos.

-Solo quería decirte que...

Yoongi se detiene, mi mirada fija en la puerta ante mi no atreviéndome a


voltear hacia el, escucho como se aclara la garganta.

-Solo di lo que tengas que decir Yoongi...

-Solo quería decirte que estas haciendo un buen trabajo y que... Wendy es una
buena persona.

Giro hacia Yoongi una sonrisa apareciendo en mi rostro, no es la más


radiante, pero si es la más sincera.

-Es agradable saberlo – digo antes de salir de la oficina de Yoongi.

No todo sintiéndose como una mierda.


Es agradable sentirse así.

Llego a mi oficina acomodándome detrás de mi escritorio, mi mirada


cayendo en todo aquel papeleo, sintiendo de pronto una presión en mi
espalda, ya cansado de todo aquel trabajo y...

Salgo de la oficina mi mirada cayendo sobre mi secretaría la cual parece muy


ocupada en su computadora de mesa.

-Cancela todo lo que tenga para esta semana – digo aflojando mi corbata.

-¿A donde irá?

-A ver a mi novia.

***********

-No estoy seguro en donde esta, pero me envió un mensaje – dice Namjoon
revisando su celular – ya viene en camino.

-Bien – digo asintiendo hacia el – ¿como han estado?


-Bien gracias, ya sabes, trabajo universidad.

-Wendy no me lo ah dicho pero... ¿ella piensa estudiar y trabajar al mismo


tiempo?

Namjoon resopla asintiendo.

-Si, le dije muchas veces que no era necesario pero... es terca.

-Si – sonrío hacia el asintiendo – lo es...

Escucho ruido de pronto en la entrada, voces hablando, y entre una de esas


voces reconozco la de Wendy, una sonrisa formándose en mis labios y me
dispongo a ir, cuando abro la puerta estoy apunto de tomarla de la cintura y
acercarla a mi, pero alguien se me adelanta tomándola del rostro y...

Gruño jalando a Chanyeol lejos de Wendy, y sin pensarlo muy bien mi puño
ya esta impactando contra su mandíbula, la sangre brotando de sus labios.

-¡Hoseok! – escucho la voz de Wendy a mis espaldas.

-Jodida mierda... ¡¿por que tienes que acercarte a ella joder?! – gruño y me
dispongo a girar hacia Wendy.

Pero el maldito no piensa dejarlo así, una de sus manos tomándome del
cuello de la camisa su puño golpeando mi rostro, estoy apunto de devolverle
el golpe pero me jalan con fuerza desde atrás, un gruñido de frustración
escapando de mis labios.

-¡¿Pueden dejar de actuar como unos malditos animales?! – dice la voz de


Wendy de pronto, su rostro estando ante el mio, sus manos estando en mis
mejillas, y ese simple tacto...

Me tranquiliza.
Joder, si que me tranquiliza.

-Chanyeol por favor – gira Wendy hacia el – no quiero que vuelvas hacer
esas cosas, lo siento pero no puedo aceptar el trabajo, se muy bien que no
podemos estar en el mismo lugar.

-Wendy...

-Y por favor, por favor Chanyeol, por favor cumple esa simple petición...

-No es una petición, es una puta orden – escupo hacia el, su mirada llena de
ira cayendo sobre la mía – ¿entendido Chanyeol?.

-Jodete Hoseok.

-Chanyeol – dice esta vez Wendy, su mirada cayendo sobre ella – vete ¿si? Y
solo buscame para cosas importantes.

-Es decir nunca – digo sonriendo hacia el.

-Hoseok – replica Wendy y asiento hacia ella – fue agradable, pero hasta
allí... espero y te valla bien.

Chanyeol gruñe asintiendo, su mano yendo hacia su mandíbula antes de girar


sobre sus talones e irse, frunzo el ceño al sentir que aún me sujetan, en ese
momento sintiendo como Namjoon me suelta.

-En verdad parecías un animal – dice Namjoon riendo antes de que Wendy lo
mirara en forma de advertencia, Namjoon alzando sus manos al aire – esta
bien, esta bien... los dejaré solos.

-Gracias – digo hacia el antes de que entre a la casa dejándome con Wendy a
mi lado.

Ella me mira y al instante lleva sus manos hacia mi rostro, su mirada estando
centrada en mi mejilla.
-¿Es posible que un golpe haga una cortada en una mejilla? – pregunta
negando con la cabeza.

-No quiero que lo vuelvas a ver – murmuro, su mirada centrándose en la mía


– por favor.

-No te voy a dejar Hoseok.

-Pero... solo quiero que...

-Solo admite que estas celoso – sonríe Wendy antes de dejar un casto beso en
mis labios – además... tu estuviste con la señorita Mina...

-No estábamos juntos en ese entonces...

Wendy palmea mi mejilla lastimada no tan suave, una mueca formándose en


mi rostro.

-Eso dolió...

-Esa era la intensión... – Wendy ríe sus brazos envolviéndose en mi cintura.

-Quería... hablar contigo – digo de pronto, mis manos acariciando sus


brazos.

-¿Que sucede?

-Estaba pensando que quizás... puedas estudiar en Seul.

Wendy se aleja de mi frunciendo levemente el ceño.

-Hoseok, sabes que no...

-Si lo se, estaba pensando en... ofrecerle a tu hermano un trabajo en mi


empresa ya sabes, lo poco que he hablado con el me ha servido para darme
cuenta que sabe de muchas cosas, sería un gran ayudante y ganaría bien, y tu
puedes volver a trabajar en la casa, claro sin descuidar la universidad que...

-Que sería pagada por ti Hoseok, no quiero, no te quiero por eso...

-Pero quiero que tengas lo mejor, lo mereces...

-No, además no creo que Namjoon...

-El ya acepto.

-¿Que?

-Escucha, estaba...

-No me gusta que hagas esto.

-¿Puedes escucharme? ¿por favor?

Wendy me mira arqueando una ceja de manera leve, al cabo de unos minutos
asintiendo.

-Bien.

-Bien – le sonrío a Wendy sin dejar de acariciar sus brazos – yo no te pagare


nada.

-Bien...

-Bien, tu hermano trabajara par mi.

-Aja.

-Bien... él pagara tu universidad, y si quieres puedes trabajar en la mansión


solo los fines de semana, del resto solo estudias.
Wendy frunce levemente el ceño pareciendo pensar en aquello, al cabo de
unos minutos resopla asintiendo levemente.

-Bien, pero solo con una condición – dice Wendy.

-¿Cual?

-Viviré con mi hermano ¿bien? No viviré en la mansión.

-Wendy...

-Hoseok...

Trago con fuerza resoplando, asiento hacia ella, una sonrisa formándose en su
hermoso rostro.

-Esta bien, esta bien... esta bien – murmuro acercándola a mi cuerpo – te


am...

Me detengo antes de decir, Wendy me mira fijamente, la sonrisa aún en sus


labios y...

-También te amo – murmura Wendy, y mierda...

-Wendy...

-¿Si?

-¿Podrías repetirlo una vez más...?

Wendy ríe de pronto envolviendo sus brazos en mi cuello, sus piernas


enroscándose en mi cintura, mis manos tomándola de la cintura, mi rostro
doliendo de tanto sonreír.

-Te amo Min Hoseok.


FIN
EPÍLOGO

WENDY.

UN AÑO DESPUÉS...

-¿Alguna vez lo imaginaste? – pregunta Seulgi a mi lado, mi mirada fija en


mis manos.

-En realidad... no pensé que esto pasaría – digo sintiendo que en cualquier
momento me voy a desmayar.

-El que nunca espero esto fue él – dice de pronto Jungkook comenzando a
reír.

-Callate – dice esta vez Seulgi.

-Tu...

-Creo que voy a vomitar – digo levantándome de aquella silla, Seulgi


tomando mis manos de pronto.
-Wow, estas helada – dice ella, mi mirada centrándose en la suya.

-Y muy hermosa – dice esta vez Jungkook.

-Wendy – entra de pronto Namjoon en la habitación, su mirada cayendo sobre


mi – todos te esperan...

-Bien, nosotros nos vamos – dice Seulgi tomando a su hermano del brazo con
mucha brusquedad dejándonos a solas.

Namjoon se acerca a mi, mis manos yendo hacia las suyas.

-No se si pueda hacerlo – murmuro, una sonrisa divertida formándose en el


rostro de Nam.

-Anoche actuabas como toda una chica ignorante a esto, toda relajada, hoy
estas todo lo contrario.

-¡Namjoon!

-Oye, ven – Namjoon me abraza, mis manos temblorosas aferrándose a el con


fuerza – nunca había visto alguien como ustedes dos, nunca te había visto tan
feliz.

-¿No crees que somos jóvenes?

-Hoseok tiene 26 años y tu 24 años, creo que es hora.

Me alejo de Namjoon, sus manos yendo hacia mis mejillas acariciando mi


piel con suavidad.

-Estas hermosa hermanita. La mujer más hermosa que puede existir en la


tierra.

Sonrío, las manos de Namjoon tomando las mías.


-Vamos, alguien esta desesperado por verte – sonríe Namjoon y asiento hacia
el comenzando a salir de la habitación.

Y una vez que escucho la canción, una vez que miro a todas aquellas
personas reunidas mirándome, sonrisas plasmadas en sus rostros, una vez que
mi mirada cae sobre él, se que esto es lo que quiero, se que esto es mi
verdadera felicidad.

Llego a Hoseok sus manos tomando las mías, el traje negro y sin corbata
haciéndome sonreír, su cabello castaño estando alborotadamente acomodado,
si, cosas que solo el puede lograr, una suave sonrisa formándose en su rostro.

Si, es mi boda.

Nuestra boda.

HOSEOK.

La miro fijamente, su cabello antes negro azabache ahora siendo rubio


estando recogido hacia un lado, sus labios regordetes luciendo carnosos, el
vestido blanco estando ceñido a su cuerpo, siendo sencillo pero al mismo
tiempo siendo tan lujoso, y no luce como una de esas novias toda
pretenciosas, no, luce...

Tan ella.

Si, cosas que solo ella puede hacer.


-Señora Min – murmuro en su oído, una sonrisa formándose en mi rostro al
ver como se gira hacia mi.

-Hace meses que te morías por decir eso – dice ella, sus manos yendo hacia
mis hombros, mis manos apretando sus caderas cerca de mi.

-Vámonos de aquí.

-¿Ahora? No sería mala...

-Es nuestra boda, que se jodan todas.

-¡Hoseok! – Wendy ríe, pero comienza a sentir sus labios posándose sobre los
míos – vamos, sacame de aquí ahora. Solo quiero estar contigo.

Estamos apunto de irnos pero Jungkook aparece de pronto.

-¿Se van? No, no se vallan – Jungkook niega, y es claro que esta borracho.

-Ve a fastidiar a Seul – digo comenzando a caminar, pero Jungkook insiste.

-Pero yo...no quiero ¡no!

Gruño y estoy a un segundo de darle un buen golpe e irme, pero veo como un
chico al cual conozco muy bien aparece y toma a Jungkook de un brazo.

-Cuidalo Tae – dice Wendy – sabes que no puede beber mucho porque...
bueno, pasa esto.

-Esta bien – dice Taehyung mirando a mi hermano.

-Solo no te aproveches – digo en forma de broma, pero al momento de ver


como se tensa...

¿Que esta pasando?


-Si, si... yo lo cuido – murmura Taehyung, y quiero saber más pero no.

Jalo a Wendy de la mano ambos caminando hacia el auto, y si, al estilo


película la cargo en mis brazos, solo que la coloco sobre mi hombro un grito
escapando de sus labios.

-¡Joder Hoseok bajame! – gruñe Wendy golpeando mi espalda.

Golpeo su trasero una maldición escapando de sus labios y si.

No saben cuando amo a esta mujer.

También podría gustarte