Está en la página 1de 103

SINOPSIS:

La sociedad siempre ah estado divida en dos partes, la clase alta y la clase


baja. Es muy difícil lograr que estos dos mundos estén juntos, tienen
distintas maneras de pensar, de ser, siendo para la clase alta una
abominación respirar el mismo aire que los de la clase baja, pero muy en
lo profundo, en un pequeño porcentaje de la sociedad tanto alta como baja,
hay una esperanza, un deseo cálido de que todo cambié.

Sooyoung y Seokjin intentaran de cumplir ese deseo cálido.


1

SEOKJIN.

13 AÑOS.

Camino hacia la bicicleta, aseguro la caja de verduras en ella colocando mi


cuerpo en un ángulo donde este cómodo, una vez todo ya esta listo, comienzo
mi camino.

Casi nunca hago entregas a domicilio, siempre las hacen mis hermanos
menores, pero justo hoy Yoongi se enfermo, Taehyung y Namjoon están
haciendo los deberes de la escuela, Seulgi esta haciendo otra entrega y San
esta encargado de cuidar a nuestro padre.

Eso me deja a mi, el mayor de todos a hacer esta entrega a la mansión Park.
Si, esas personas son asquerosamente ricos. Pedaleo más rápido, el aire
impactando contra mi rostro, respiro profundamente sintiéndome en los aires.
En momentos como estos me siento bien, me siento libre.

La isla Jeju, tiene pequeñas calles y donde abunda el pescado, si, el pescado,
los calamares, todos aquellos animales submarinos, siendo la única potencia
de trabajo la pesca.

No es muy transitado este lugar, y por ello todos se conocen, todos saben la
vida de los demás, y todo es siempre una rutina.

Diviso la mansión a lo lejos, el edificio alzándose imponente, las paredes


siendo blancas, un jardín pulcramente arreglado, los hombres vestidos de
negro centrando sus ojos sobre mi, asiento hacia ellos desviando la bicicleta
hacia la parte trasera de la casa, saludo a un par de sirvientes que ya son muy
conocidos para mi, detengo la bicicleta en la cocina, mis manos tomando la
caja y caminando dentro de la cocina.

-¡Seokjin, tiempo sin saber de ti! – exclama la cocinera Shinhye de pronto,


sus brazos tomando la caja de mis manos rápidamente – solo veía a tus
hermanos por estos lados.

-Yoongi esta enfermo, Seulgi esta haciendo una entrega en donde los Jeon,
Tae y Nam haciendo deberes de la escuela, y San cuida de nuestro padre.

-Esta bien... ahora, ven – Shinhye me obliga a sentarme en la mesa de la


cocina, un plato de comida apareciendo en mi campo de visión – come un
poco.

-Y-yo no tengo hambre – digo sonriendo forzosamente hacia ella – se l-lo


llevare a mis hermanos mejor...

-¿Seguro? ¿no tienes hambre?

-N-no...

Mi estomago ruge, mantengo mi sonrisa en mi rostro esperando que Shinhye


no haya escuchado mi estomago.

-Seokjin – su ceño fruncido me hace resoplar eliminando la sonrisa – come


pequeño, aún hay mucha comida y puedes llevarle a tus hermanos, aquí no
notan si hace falta solo un poco.
-Muchas gracias Shinhye – murmuro bajando la mirada al plato de comida,
mi estomago doliendo debido al hambre que tengo – esta semana ah sido un
poco difícil, papá enfermo y mi madre esta gastando el dinero para sus
medicamentos. Espero y se recupere pronto.

-Estará bien Seokjin – siento una suave caricia por parte de Shinhye sobre mi
cabeza, mi mirada levantándose hacia la suya – todo saldrá bien.

Sonrío hacia ella, esas palabras siendo mi mayor anhelo.

Shinhye continua en la cocina, mis manos metiendo la comida a mi boca, mi


lengua saboreando cada uno de aquellos bocados, mis ojos cerrándose
inconscientemente al sentir el delicioso sabor.

Pasan los minutos y ya no hay nada en mi plato, sonrío sintiéndome tan feliz,
en ese momento recordando aquello que siempre dicen: estomago lleno
corazón feliz.

Es un sabio el que dijo eso.

-¡Así no se debe de actuar! – escucho de pronto una voz decir, mis ojos
buscando de donde proviene el sonido.

Niego con la cabeza, no me tiene que importar nada de lo que suceda en esta
casa, me levanto de la silla dispuesto a buscar a la señorita Shinhye para
poder irme...

-¡No, no, no Sooyoung, tienes que hacerlo con delicadeza! – dice la voz una
vez más.

Frunzo el ceño caminando hacia una puerta, la curiosidad matándome, nadie


me presta atención así que...

Abro la puerta solo un poco, una niña apareciendo en mi campo de visión,


tiene un vestido azul cielo, un lazo azul en su cabello, el cual es corto justo
por sobre sus hombros, tiene su mirada gacha, sus manos estando
entrelazadas ante ella, una señora que supongo es la de la voz malvada la
mira fijamente con mirada de fastidio.

-Vamos, toma asiento en la mesa – dice la señora más calmada.

La niña camina hacia una mesa tomando asiento, mi mirada aún sobre ella, y
en verdad luce muy triste. Se sienta y toma una taza de café, comienza a
beber de ella en pequeños sorbos, en ese momento, su mirada se encuentra
con la mía, mi corazón comenzando a latir con fuerza en mi pecho, sus ojos
siendo los más hermosos que he visto en mi corta vida.

Alguien pasa por el pasillo golpeando la puerta, esta golpeando contra mi ojo,
un chillido brotando de mis labios, la persona sigue de largo, al parecer no
me noto, escucho una suave risa, mi mirada yendo hacia la niña de vestido
azul, la cual aún tiene su mirada sobre la mía, la señora limpiando su vestido
con una mueca de asco.

-Sooyoung... cuando tomas el te, no debes... escupirlo – dice la señora con un


tono de voz cansado.

Sonrío hacia ella a pesar del dolor en mi ojo, su suave risa siendo agradable a
mis oídos, su sonrisa siendo linda.

Ella es hermosa.

-Sooyoung – dice una voz de pronto,la sonrisa de ella se va, sus ojos yendo
hacia una parte de la habitación a la cual no tengo campo de visión, mi ceño
frunciendose – ven aquí hija.

Miro como ella camina hacia la voz, su mirada luciendo aterrada, mis manos
apretandose en puños.

-Mira como estas – comienza a decir la voz – todo un desastre niña...

-No es su culpa – digo saliendo de mi escondite caminando hacia ella, sus


ojos cayendo sobre los míos.

Le sonrío, bajando un poco la mirada, ya que ella es más pequeña que yo.
Miro hacia la voz del hombre, es un señor al cual reconozco de inmediato.

El Señor Park.

-Yo la hice reír – continuo, la mirada del hombre cayendo sobre mi, una
sonrisa apareciendo en sus labios.

-¿Tu la hiciste sonreír? – dice el.

-Si, señor Park...

-Muy bien – el señor Park se levanta del sillón donde segundos atrás se
encontraba.

Se acerca a mi, trago con fuerza levantando la mirada hacia el, entonces lo
siento.

Su mano impactando contra mi mejilla tan fuerte que provoca un sonido


sordo, mi rostro girando, mi mejilla comenzando a arder, el dolor
extendiéndose por todo mi lado derecho de mi rostro.

Trago con fuerza, mis ojos encontrándose con los de Sooyoung, sus ojos
estando abiertos como platos, su mirada sobre la mía.

-No quiero verte cerca de mi hija – gruñe el señor Park antes de jalar a
Sooyoung del brazo y comenzar a caminar – ¡Y sal de mi casa, no quiero
escoria en el mismo lugar que yo!

-¡Seokjin! – dice la voz de pronto de Shinhye, mis pies llevándome hacia la


cocina a toda prisa.

Shinhye toma mi rostro entre sus manos, sus pulgares acariciando mi piel.
-No tuviste que ir pequeño... – murmura dulcemente, su mirada siendo de
pura tristeza.

-Lo siento, no volverá a suceder...

-Como quisiera poner en su lugar a ese viejo mandón – susurra Shinhye


rodando los ojos, una risa brotando de mis labios sin poder evitarlo – ¿sabes
que es lo peor Seokjin?

-No.

-Sus hijos son igual a el.

Frunzo el ceño no estando de acuerdo con eso.

-Pero... la niña, Sooyoung...

-Oh – Shinhye me sonríe – no todos sus hijos son como el... Sooyoung... es
más como su madre. Tiene la dulzura de ella, su manera de ver la vida... es
diferente.

-¿Diferente?

Shinhye sonríe tomando una canastilla en sus manos, la cual me entrega con
cuidado.

-Sooyoung es una de los mayores hermanos Park. Ella si recuerda


perfectamente a su madre, los valores que le inculco... no se van de esa niña –
Shinhye continua alegremente – antes todo era alegría en esta casa Seokjin,
todo era... tan hermoso. Pero todo cambio después de la muerte de la señora
Park... su esposo... es muy diferente a ella ¿sabes? Joohyun se volvió fría,
egocéntrica, solo piensa en ella misma, antes ella se preocupaba por los
demás, defendía lo que era correcto, pero ya no hay rastro de esa niña. Yeri...
ella siempre hablaba, siempre hacia chistes, siempre... lucia feliz.

-¿Y ahora? – miro con atención a la señorita Shinhye, queriendo cada vez
saber más.

-Después de la muerte de su madre... ella dejo de hablar – Shinhye luce triste,


su mirada cayendo sobre la mía – no hemos vuelto a escuchar... su dulce voz,
no dice nada, nunca muestra expresión, y siempre esta encerrada en su
habitación, cuando su madre murió tan solo tenía cinco años. Wooyoung vive
en su propio mundo, se podría decir que es el más callado de todos pero... su
silencio a veces, da miedo, no sonríe, a pesar de todo los otros niños ríen y
sonríe también Yeri, pero el... no, nunca lo hace, pero es el que mejor se lleva
con Sooyoung. Wendy ya no es ella misma, cambió... de una manera muy
extraña, ella busca la manera de asustar a los demás ¿sabes? Creo que es la
más afectada de todos, ella y Jimin son los más pequeños, ambos siempre
están juntos, parecen uña y mugre, Jimin... siempre esta molesto, siempre
busca una excusa para... pelear, es rebelde, y me preocupa, porque solo tiene
7 años, y Wendy 8, ellos se encierran en su habitación y... no se que hacen allí
Seokjin, no lo se. ¿Y sabes que es lo que me enfurece? Que el señor Park no
haga nada, una vez le dije esto y el... simplemente me amenazo con
despedirme si me metía en sus asuntos “familiares” así que, no me metí más.
Aunque me reviente por dentro no lo hago.

Miro fijamente a la señorita Shinhye sintiendo una presión en mi pecho.

Debe de ser horrible todo aquello.

-Pero Sooyoung... aún sigue igual, siempre pelea con Jimin tratando de que
el... salga, tenga amigos, pero el solo se encierra aún más. Sooyoung... es
buena en verdad que si. Pero temo que su padre la vuelva igual de cruel como
el.
2

SOOYOUNG

-¿Cuantas veces te he dicho que no te juntes con personas así? – dice mi


padre, mi mirada fija en mis zapatos – son malas personas Sooyoung.

-No creo que...

-¡¿Te dije que hablaras?! – gruñe mi padre, mi cuerpo dando un salto debido
al susto, las lágrimas comenzando a quemar en mis ojos.

-Oooh... la princesa Sooyoung esta en problemaaaas – canta la voz de Jimin a


mis espaldas de forma burlona.

-Ya termina con esto papá – gruñe Joohyun que esta ante mi, tiene los brazos
cruzados, su mirada aburrida sobre los libros en la oficina de mi padre –
tengo cosas más importante que hacer.

-¡Jimin mira, Sooyoung esta temblando del miedo! – ríe Wendy la cual esta
sentada en el sillón a mi lado, la risa de Jimin acompañando la suya.

-Papá, no creo que sea bueno esto – dice la dulce voz de Wooyoung –
además, ella no hacía na...

-¡CIERRA LA BOCA! – grita mi padre, todo quedando en absoluto silencio.

Odio esto, simplemente lo odio. Desde que mamá murió, todo a sido
diferente, cada vez que hacemos algo que no esta “bien” mi padre nos
castiga, es diferente a los castigos normales, pero el dice que...

Es normal.

Mi papá abre la puerta, su mano jalando mi cuerpo hacia adentro, todo


estando oscuro, cierro los ojos con fuerza ya sintiendo todo mi cuerpo doler.

-Papá – murmuro girando hacia el – papi por favor... n-no quiero... p-por fa-
avor...

-Sooyoung, no hagas esto más difícil, me duele más a mi, que a ti, es por tu
bien.

Sollozo en silencio, las lágrimas resbalando por mis mejillas, me arrodillo en


el suelo, las manos de mi padre tomando las cadenas y sujetando mis tobillos
del suelo, impidiendo el poder dar un paso, después sujeta mis brazos sobre
mi cabeza, las cadenas sujetando mis brazos en alto, ya no pudiendo
moverme, todo mi peso cayendo sobre mis rodillas.

-Piensa sobre lo que has hecho Sooyoung – murmura mi padre cerca mi


rostro antes de depositar un beso en mi mejilla – esto es lo que les pasara si
desobedecen niños.

Bajo la mirada, escucho como mi padre cierra la puerta, todo quedando


absolutamente oscuro, ya mis oídos no escuchando nada, solo... silencio.

-Tranquila Sooyoung – murmuro tratando de tranquilizarme – controlate...


Comencé a contar, cierro los ojos con fuerza, los minutos comenzando a
pasar...

Una hora después...

Mis rodillas arden, mis piernas arden, todo mi cuerpo arde, respiro
profundamente tratando de relajar mi cuerpo, no dejando de contar, rogando
que mi padre abra la puerta...

Dos horas después...

Lloro en silencio, mi cuerpo comenzando a temblar.

Me duele mucho.

Me duele...

Mis piernas ya estando dormidas, ya no fluyendo la circulación, mis manos


volviéndose puños, las lágrimas no dejando de resbalar por mis mejillas.

-Por favor papá... sacame de aquí... por favor...

Cinco horas después...

-¡PAPÁ POR FAVOR! – Grito, todo mi cuerpo doliendo, ya no sintiendo


nada, pero sintiendo como si me rompieran por dentro, trato de girar mi
rostro pero el solo movimiento me duele – ¡PAPI POR FAVOR... ME
DUELE, ME DUELE, ME DUELE...!

Respiro profundamente, mis rodillas doliendo horrores, es como si me


cortaran las piernas a sangre fría, el dolor siendo insoportable...

Siete horas después...

Me duele...
Me duele...

Me duele...

Me duele...

Me duele...

-Papá... papá... sacame de aquí...

Me duele mi voz de tanto gritar, mi pecho doliendo, mi cabeza doliendo de


tanto llorar, es horrible, es horrible...

No puedo describir el dolor que siento en este momento, simplemente...

Es dolor que desgarra, es tanto que creo que moriré, y por un momento creo
que así será, porque todo se vuelve oscuro.

*******

-¿Guardas un secreto Sooyoung? – pregunta la dulce voz de mi madre, mi


mirada fija en la suya.

-¡Si!

Mi madre sonríe acercándose a mi.


-Me gusta alguien – mi madre sonríe alejándose de mi.

Miro a mi madre fijamente un poco confundida.

-A papá... ¿verdad?

Mi madre ríe sus manos acariciando mi cabello suavemente, me encojo de


hombros ya dejando el tema.

Era papá al fin y al cabo...

¿O no?

Abro los ojos, mis ojos quemando debido a la luz, coloco mis manos sobre
mis ojos, un gruñido escapando desde mi garganta, el dolor en mis rodillas
apareciendo.

– Sooyoung – murmura una voz a mi lado, mi mirada cayendo sobre la de


Wooyoung el cual me mira fijamente, sus ojos luciendo adormilados.

-Wooyoung – murmuro sonriendo hacia el, mis manos acariciando su rostro


suavemente.

Lo miro con más atención, sus ojos luciendo cansados, grandes ojeras
estando allí, su piel luciendo más pálida de lo normal.

-¿Que tienes? – murmuro preocupada por el.

-¿Sabes cuantas horas estuve aquí esperando a que despertaras? – dice


Wooyoung, y aunque no tiene ninguna expresión en su rostro, se que esta
preocupado.

-No tengo idea.


-Toda una noche.

Frunzo el ceño rodando los ojos, jalo el cuerpo de Wooyoung metiéndolo


debajo de las mantas a mi lado.

-Duerme – murmuro besando su frente suavemente – debes estar cansado.

-Lo haré porque me lo merezco – sonrío mis manos acariciando su cabello


suavemente, mis ojos cerrándose.

Pero entonces...

Seokjin.

Una sonrisa se forma en mis labios, la imagen de ese chico apareciendo en mi


cabeza.

Es muy lindo ese niño, quisiera verlo una vez más.

Solo una vez más.


Joohyun

-Mamá esta muerta – Wendy me mira fijamente, sus ojos hinchados fijos
en los míos – parece que fue un suicidio...

Trago con fuerza, respiro profundamente tratando de controlar mi


corazón.

-Es mentira – digo sonriendo hacia ella – no fue un suicidio.

Wendy me mira frunciendo el ceño confundida.

-Joohyun...

-A ella la mataron.

Wendy me mira, sonrío hacia ella girando sobre mis talones caminando
escaleras arriba, llego a mi habitación y es allí que me rompo.

Caigo de rodillas en el suelo, las lágrimas resbalando por mis mejillas y...

-Pude evitarlo – murmuro, mi corazón doliendo – es mi culpa, es mi culpa,


es mi culpa, es mi culpa... mamá murió por mi culpa...

Sollozo, todo mi cuerpo temblando, las lágrimas sintiéndose como fuego en


mi piel.
Me duele mi corazón.

Y yo solo...

-Mami – murmuro, mis ojos cerrándose con fuerza, la imagen de mi


madre cayendo muerta al suelo repitiéndose en mi mente una y otra y otra
vez...

La sangre estando en todas partes, mi propio grito rompiendo mis oídos.

-Mami... perdoname mami, perdón...perdón...


Wooyoung

Miro mi reflejo, la mirada de mi madre estando allí, siempre me gusto


parecerme a ella pero ahora...

Siento asco.

No quiero tener la apariencia de ella.

Odio esto, lo odio...

Vomito todo lo que comí hace solo unos minutos, dejando mi estomago
completamente vacío, mi garganta doliendo debido al esfuerzo.

Miro mi reflejo una vez más y...

-Asco – murmuro, mis manitas tocando mi rostro – siento repulsión por ti...
siento repulsión.

Trato de vomitar una vez más, pero no puedo, ya no hay nada más que
botar, todo mi cuerpo doliendo, mis manos comenzando a temblar y...

-Asco... siento asco... siento asco – las lágrimas resbalan por mis mejillas,
los recuerdos llegando a mi cabeza y simplemente...

Quiero morir.
Quiero morir.

-Mamá... ¿por que? ¿por que me dejaste... por que dejaste que me dañara?
¿por que mami?...

Asco.

Siento asco.

Entonces lo miro, mis ojos viajando hacia la navaja en la tina, y...

Tomo la navaja, su cuchilla rompiendo la piel de mis muslos, mis ojos


cerrándose y...

Se siente bien.

Se siente...

Realmente bien...
YERI

-Di algo mi amor – dice Sooyoung, sus ojos fijos en los míos – cariño...

Niego fuertemente con la cabeza.

No.

No quiero hablar.

No puedo hablar.

Sooyoung suspira abandonando mi habitación dejándome completamente


sola.

-Yeri – murmura de pronto su voz a mi lado, mi mirada viajando a mi lado


– di algo para mi cielo.

Sonrío susurrando una musica tan baja que solo ella pueda escuchar.

-Muy bien cariño – besa mi frente, una sonrisa en mis labios.

-No tienes que hablar con nadie ¿bien?

Asiento fuertemente hacia ella.


-Por que si hablas... me iré y no volveré jamas – continua, su rostro
volviéndose triste – pero mientras no hables con nadie... yo estaré aquí,
siempre.

Ella comienza a reír, y yo río con ella...

-¿Yeri? ¿con quien estas hablando? – dice de pronto una voz, mi mirada
cayendo sobre la de Jimin.

Niego con la cabeza bajando la mirada.

Si hablo ella se ira, y no quiero que se valla...

Mami, nunca hablare, así que, nunca debes irte de mi lado mami.
WENDY

-¿Mamá murió?

-¡ESTA MUERTA WENDY, MUERTA! – grita mi padre, su mano


golpeando mi mejilla, mi cuerpo cayendo al suelo, las lágrimas resbalando
por mis mejillas.

Respiro profundamente, mis manos volviéndose puños, entonces siento


algo deslizarse por mi nariz hasta mis labios, saco la lengua sintiendo
entonces el sabor metálico...

Sangre.

Levanto la mirada, mi padre agrandando sus ojos, se arrodilla a mi lado,


su rostro luciendo en total miedo, sus ojos inspeccionando, sus manos
tocando todo mi rostro, y entonces...

Me gusta eso.

Su rostro de miedo.

Me gusta.

Comienzo a reír, mis manos aplaudiendo con emoción, un grito de alegría


abandonando mis labios.
Dejo caer mi cuerpo hacia atrás, la risa no parando y yo solo...

Miro a mi padre el cual luce más aterrado que antes, la sangre aún
entrando a mi boca, y todo esto es...

Me gusta.

Me gusta.

Esto es gracias a mamá, si ella no hubiera muerto, no hubiera descubierto


esto...

Otra razón del porque la amo.


JIMIN

Río en silencio al recibir la noticia.

Mamá murió.

Esta muerta.

-¿Jimin? – dice Joohyun, mi mirada estando fija en mis pies.

-Esta bien – digo levantando la mirada – murió como todo el mundo lo


hace todos los días.

-¡JIMIN!

Me golpea, mi rostro ardiendo tanto que me asusta, pero...

Me gusta.

¿Es normal esto?

Joohyun se marcha dejándome solo, mi mirada viajando hacia el


videojuego ante mis ojos.

-Jimin – dice la voz de Wendy, mi mirada viajando hacia la suya.

Ella entra en mi habitación, y entonces no espero aquello que hace.


Se acerca a mi de pronto enterrando sus uñas en mi piel, la sangre
apareciendo, comienzo a temblar y a llorar, me duele mucho, me duele,
pero...

¿Por que no la detengo?

Puedo hacerlo, soy más alto que ella y puedo derribarla con facilidad pero
yo solo...

Quiero sentir.

Quiero sentir dolor...

-Noona – digo sollozando, la mirada de fascinación que Wendy me da solo


provocando más sollozos y miedo, pero al mismo tiempo me gusta – ¿es
normal... que me guste?

Wendy sonríe, sus uñas dejando mi piel, sus brazos envolviéndose a mi


alrededor.

-Mamá nos hizo así – murmura en mi oído – la amo más por esto ahora.

Mamá siempre dijo que yo era especial, pensé que era mentira pero
ahora...

-Mamá siempre tuviste razón.


SOOYOUNG

Cierro la puerta, mi pecho doliendo, las lágrimas resbalando por mis


mejillas.

Me duele...

Me duele...

Me duele...

Abro los ojos negando fuertemente con la cabeza.

No, no puedo estar así, no puedo, todos mueren algún día, el día de mamá
llego muy pronto si, pero...

Tenía que ser, era su día...

Caigo de espaldas al suelo, la imagen de la sangre apareciendo en mi


mente, todo reproduciéndose una y otra y otra vez...

Joohyun y yo somos las únicas que sabemos la verdad de todo.

La verdad...
Trago con fuerza levantándome del suelo corriendo hacia el baño.

-Arde, arde, arde...

Quito mi camiseta dejando al descubierto mis heridas, miro mi espalda, las


heridas aún abiertas.

Me duele...

Me duele...

Me duele...

Mami... ¿por que me dejaste con el?

¿Por que dejaste que yo cargara ahora tu dolor?


3

SEOKJIN.

-Toma – extiendo el plato de comida hacia Taehyung, el cual lo recibe de


manera muy gustosa.

-¿Nos trajiste sobras de esas personas? – gruñe de pronto Namjoon, mi


mirada viajando hacia la suya.

-¿Prefieres quedarte sin comer?

-Ya dejen de pelear, me duele la cabeza horrible – resopla Yoongi sentándose


a mi lado en la mesa, sus manos tomando su plato de comida y el de
Namjoon.

-¡Hey, los enfermos pierden el apetito! – dice Namjoon haciendo el ademán


de quitarle el plato a Yoongi, pero este último se aleja quedando con los dos
platos en sus manos.

-¡Cierra la boca, yo comeré sobras tu nada! – ríe Yoongi comenzando a


devorar la comida.

-¿Adivinen quien fue golpeado por un estúpido Jeon? – dice la voz de San
entrando en la casa, una sonrisa plasmada en sus labios.

-¿Te golpearon ?– pregunto, mi mirada evaluando a San de pies a cabeza,


pero este luce bastante bien...

-¿A mi? Oh, no – ríe San, en ese instante entrando una furiosa Seulgi por la
puerta, su mejilla estando roja e inflamada – ella si... ¡oh comida!

Camino rápidamente hacía Seulgi, el cuerpo de Yoongi situándose a mi lado.

-¿Un idiota Jeon te golpeo? – gruñe Yoongi, la mirada de Seulgi estando fija
en sus zapatos.

-Fue un a-accidente... – murmura tan bajo mi hermana que apenas y puedo


escuchar.

-¡No me veas la cara de imbécil! ¡Tienes tu mejilla roja e inflamada, esto no


es un puto accidente!

-Yoongi calmate – digo colocando mi mano sobre el hombro de mi hermano,


su mirada estando fija en Seulgi – y deja de decir palabrotas, no tienes edad
para eso.

-Estoy bien – Seulgi levanta la mirada hacia nosotros, sus ojos estando
levemente hinchados.

-Seul... – comienza a decir Yoongi.

-Yoon por favor – Seulgi lo mira, y asiento lentamente entendiendo, este no


es mi terreno.

A pesar de ser completamente diferentes, son los más unidos de los


hermanos, y como no, si son mellizos, el parecido entre ellos sin duda siendo
impresionante.

-Ven – tomo la mano de Seulgi entre las mías – vamos a com...


-Toma – Yoongi extiende los dos platos de comida que anteriormente se
estaba devorando, ambos estando casi llenos ya que no comió mucho – le
robe uno a Nam, estas muy delgada, yo estoy enfermo y no tengo apetito.

-¿Por que Yoongi hyung no puede ser así conmigo? – dice Taehyung, sus
mejillas estando abultadas.

-Ustedes deberían ser lindos conmigo – dice San – soy el menor, pendej...

-¡No digan palabrotas! – gruño golpeando la mesa, el silencio reinando entre


nosotros.

Miro a San, el sonríe rompiendo en risas, todos los demás terminando riendo
junto con el.

-Niños – mi madre entra por la puerta, una sonrisa cansada apareciendo en


sus labios.

-¡Mamá! – exclama Taehyung sonriendo igual que todos.

-Bien niños, terminen de comer... hay mucho trabajo por hacer.

Trabajo.

Resoplo comenzando a comer.

Odio el trabajo.

Una semana después...


-Gracias Seokjin – dice Shinhye antes de cerrar la puerta.

Sonrío montándome en la bicicleta apunto de comenzar mi camino, pero


entonces...

Un sollozo.

Frunzo el ceño, mi mirada yendo hacia el jardín, mis ojos perdiéndose entre
la cantidad de flores y césped, camino hacia el jardín, los sollozos cada vez
siendo más fuertes, llego a una fuente, camino lentamente mis ojos
encontrándose con un lindo cabello rojo, un lazo morado sujetando los
mechones, su cuerpo temblando en el suelo.

-¿Estas... bien?

La niña levanta la mirada, sus ojos conectando con los ojos, estos estando
rojos e hinchados, su rostro estando rojo y lleno de lágrimas, su labio inferior
temblando.

-Mi... mi papá... m-me casti-igara – murmura ella, sus ojos luciendo en


verdad triste, mi corazón removiéndose en mi pecho.

-Claro que no – me arrodillo a su lado, sus ojos fijos en los míos – el no


hará...

-Creo que mate a uno de sus animales favoritos Seokjin – abro los ojos, no
sorprendido por lo de el animal, si no porque...

-¿S-sabes mi nombre...?
-Si – ella ríe, una risa rota – la señorita Shinhye ha gritado ese nombre
durante esta semana... han hecho muchos pedidos a tu tienda – ella sorbe por
la nariz – y también... que no podía olvidar el nombre del niño que me hizo
reír.

Sonrío hacia ella, mis mejillas comenzando a arder horriblemente, y yo solo...

Quiero borrar la tristeza que esta en ella.

-Vamos – me levanto del suelo, sus ojos confusos sobre mi.

-¿A donde...?

-Te mostrare el pueblo.

-No – ella traga, sus manos comenzando a temblar – no puedo salir, esta
prohibido, es una de las reglas...

-Las reglas están para romperse.

-Estas no – ella se levanta del suelo lentamente – si estas reglas se rompen...


puedo morir.

Ruedo los ojos girando sobre mis talones comenzando a caminar lejos.

-Si no quieres salir conmigo solo dime no, no tienes que inventar historias –
digo subiendo a mi bicicleta.

-No es eso Seokjin, no entiendes, mi padre...

-Tu padre es un aguafiestas – digo girando hacia ella – vamos Sooyoung,


tienes 12 años, puedes... hacer travesuras, como yo.

-Recuerdas mi nombre... – Sooyoung sonríe, mi corazón deteniéndose en mi


pecho.
-Claro – sonrío – no podía olvidar el nombre de la niña que con solo reír su
padre me golpeo.

-Idiota.

-Que linda y educada forma de hablar tienes Sooyoung – Sooyoung rueda los
ojos caminando hacia mi, la tristeza en sus ojos ya no estando.

-Vamos Seokjin – Sooyoung sube a mi bicicleta, sus manos cayendo sobre


mis hombros – pero... por favor, regresemos rápido.

-Estarás bien – sonrío hacia ella – lo prometo.


JUNGKOOK

-¡Eres una hija de puta! – gruño mi mirada estando fija sobre aquella niña
mugrosa ante mi.

-S-señor Je...

-¡Limpia mi zapato! – digo extendiendo mi pie hacia al frente.

Ella me mira, suplica en su mirada, sonrío hacia ella haciendo señas con mi
mano hacia mi zapato el cual esta manchado con una desconocida sustancia
por culpa de esa niña de ojos felinos y piel pálida.

Tengo que admitir que su piel es hermosa, y sus ojos...

Me gustan.

-¡Deja de verme con esos ojos horribles que tienes y limpia mi puto zapato
perra!

-Yo no soy una pe...

-¡PERRA, PERRA, PERRA, PERRA, PERRAAAAA. P-E-R-R-A: PERRA!


– Grito empujando mi cono de helado hacia su rostro ensuciando su pecho,
rostro, cabello, todo

-¡Hermano ya basta! – dice la voz de Yeosang a mi lado, sus manos alejando


las mías – ¿Seulgi estás bien?

-¡Vete estúpido Yeosang! – empujo a mi hermano menor lejos de ella.

-¡Ya dejala en paz, desde que hace entregas hace una semana no la dejas
tranquila ni una vez!

-¿Y a ti que te importa? – ruedo los ojos colocando mi vista sobre la de...

Frunzo el ceño, en verdad no recordando su nombre...

-¿Como te llamas perra? – pregunto hacia ella, su mirada estando fija en el


suelo – ¡Oye tu, piel de muerto! ¿como puñeteras te llamas?

-Seulgi, vete – dice mi hermano, mi mirada molesta sobre el.

-¡TE DIJE QUE TE LARGARAS, SOY MAYOR QUE TU Y TE LO


ORDENO!

-Nos vemos luego Seulgi – sigue Yeosang como si yo no estuviera allí.

-¡YEOSANG! – escucho que grita de pronto alguien desde la casa, mi


hermano corriendo lejos.

Por fin.

Miro como Seulgi comienza a caminar pero la detengo, mi mano tomando su


brazo con fuerza.

-Limpia mi zapato Seulgi-perra – digo sonriendo moviendo mi pie.

Mis dedos se enredan en su cabello bajando su rostro hacia mis pies.


-Saca la lengua como toda una perra que eres, y limpia mi puto zapato,
vamos niña – digo jalando con más fuerza su cabello, un grito llegando a mis
oídos, una sonrisa formándose en mis labios.

-Oye tu – levanto la mirada, de pronto un golpe cayendo contra mi nariz, mis


manos yendo hacia mi rostro, un grito de dolor brotando desde mi garganta.

-¡¿QUIEN PUÑETERA TE CREES PARA HACERME ESTO HIJO DE


PUTA?!

Levanto la mirada, encontrándome con un niño, el cual tiene un gran


parentesco con Seulgi.

-El hermano de esta perra – miro como alza a Seulgi del suelo, sus brazos
envolviéndose en ella – y te juro, que por ella yo soy un verdadero perro
maldito. Vamos Seul, no quiero que vuelvas hacer entregas en esta mierda.

-¡OYE TU, ESTAS MUERTO! – Grito, mis ojos fijos sobre la niña que
camina hacia la salida, mi nariz sangrando sin parar – ¡¿SABES QUIEN ES
MI PADRE, LO SABES?! TU NO ERES NADA SEULGI-PERRA, PUEDO
HUNDIRTE SI QUIERO.

Si, puedo hundirla su puedo...

Pero...

¿Por que no lo hago...?

Gruño levantándome del suelo.

Soy cobarde, lo se, soy cobarde por no decirle a Seulgi que me gusta desde la
primera vez que puso un pie en esta casa, que desde entonces tengo una
obsesión con ella...

Pero ese es el gran problema.


No quiero que seamos nada.

No puedo sentir nada por ella.

Y yo solo...

Quiero hacerla sufrir por hacerme sentir esto. Si lo se.

Soy patético...

Pero tengo dinero, el dinero siempre me trae felicidad. Siempre.


WENDY

-¡ES TANTO PEDIR UN POCO DE TU AMOR! – grito, mis ojos llenos de


lágrimas, mis manos apretandose en puños – ¡Viví toda mi vida encerrada en
una maldita caja, oculte tus sucios secretos de mierda, deje que me dañaras, y
yo solo te pido un poco de amor y tu... ME LO NIEGAS MALDICIÓN!

Levanto las manos al cielo cerrando los ojos con fuerza, mi pecho subiendo y
bajando rápidamente, mi respiración siendo acelerada.

-¡OH MI DIOS QUE ESTAS ARRIBA EN LOS CIELOS, CONCEDEME


PODER ARRANCAR SU ALMA, CONCEDEME TERMINAR CON SU
EXISTENCIA! – Caigo de rodillas al suelo, mis uñas enterrándose en la
tierra – ¡Y SI TU NO HARAS NADA... EL INFIERNO ARDERA
ESPERANDO POR MI Y POR EL ALMA DE AQUEL QUE ME DAÑO!

Dejo escapar las lágrimas, sollozos brotando de mis labios...

-Estuvo genial – dice Jimin a mi lado, una sonrisa formándose en mis labios.

-Lo se – me levanto del suelo limpiando mis manos, la tierra ensuciando mis
uñas, aparto las lágrimas de mis mejillas caminando hacia Jimin.

-¿Piensas decir todo eso en la cena familiar de hoy?


-Pues claro, por algo lo estoy ensayando hermanito.

Jimin ríe levantándose del suelo, ya que estaba sentado con las piernas
cruzadas. Comenzamos a caminar, pero mi mirada se encuentra con la de un
chico, sus ojos fijos en los míos.

-¿Que quieres? – digo arqueando una ceja hacia el.

-Para ser una niña eres bastante molesta – rueda los ojos el chico, un ceño
apareciendo en mi rostro.

Jimin comienza a reír bajo, ruedo los ojos fijando mi mirada en el chico
mucho más mayor que nosotros.

-Creo que se metió con la persona equivocada – murmura la voz de mi


hermano.

-Disculpate pedazo de escoria – resoplo mirando al chico desafiante, no


dejándome intimidar.

Nadie nunca me intimida.

-No pienso hacerlo, no dije nada que no fuera verdad – el se encoje de


hombros, su cabello rojo llamando mucho mi atención.

Parece sangre.

Me gusta.

-Hoseok – dice una voz bastante familiar – ¿que estas haciendo?

Miro como Hoseok resopla alejando la mirada de la mía, mi mirada cayendo


sobre aquella mujer tan familiar para mi.

Mis ojos aguándose, sollozos brotando desde mi garganta, corro hacia la


mujer envolviendo mis brazos en su cintura.
-Tía... Hoseok... el... me lastimo...

-¡¿Que hizo que?!

Levanto la mirada hacia mi tía, sus ojos conectando con los míos, su ceño
estando fruncido luciendo en verdad molesta, su mirada molesta yendo hacia
Hoseok.

-¡Hoseok!

-Mamá no es cierto – Hoseok me mira, sus ojos destilando ira, una sonrisa
apareciendo en mis labios – ¡Mirala esta sonriendo!

Borro la sonrisa de mi rostro llorando con más fuerza.

-¡Esta loco, dijo que si decía algo me iba a ir peor tía In-na! – sollozo con
fuerza, escondiendo mi rostro.

Dios.

Soy fantástica en esto.

Merezco un Grammy por esto...

Esperen.

¿Eso es un Oscar no?

¿Un Emmy?

¡COMO MIERDA SEA, MEREZCO TODOS ESOS PUTOS PREMIOS!

-Si tía In-na – dice la dulce voz de mi hermano – el... h-hzio llorar a Wendy,
y-y... la tiro al suelo... ¡Mire como tiene su vestido manchado de tierra, fue
Hoseok!
-Hoseok por el amor de Dios – mi tía In-na echa hacia atrás su cabello
castaño, toda su aura siendo oscura.

En verdad esta furiosa.

Genial.

-Mamá, te juro que...

-¡Ya tienes quince años por el amor de Dios, tu prima Wendy solo tiene ocho,
que vergüenza, debe de estar traumada.

-¡TRAUMADA MIS BOLAS! – grita Hoseok su rostro estando totalmente


rojo, combinando muy bien con su cabello.

-¡HOSEOK!

Miro como Hoseok se da la vuelta y comienza a caminar lejos.

-Dios ese chico... desde que entro en esta etapa de... adolescente, se ha
comportado muy diferente.

-La entiendo tía, por eso yo nunca le causar problemas a mi familia – digo
colocando una mano sobre la mano de mi tía, una sonrisa en mis labios.

Mi tía In-na sonríe asintiendo lentamente, ella se aleja y comienza a buscar a


Hoseok, el cuerpo de mi hermano apareciendo junto al mío.

-¿Como lo hice? Fue desde mi corazón – digo riendo.

-¿Y tu tienes corazón? – Jimin me mira arqueando una ceja.

-Idiota – digo tomando su mano entre las mías, mis uñas enterrándose en su
piel, el miedo apareciendo en sus ojos.
Pero también ese brillo que solo veo en el...

Ese brillo de...

Satisfacción.

Cuando siento el liquido cálido de la sangre me alejo de Jimin, una sonrisa


formándose en nuestros labios.

-Vamos, dejemos en ridículo a nuestro padre – Jimin toma mi mano jalando


de mi hacia la casa.

Sería una agradable velada.


TAEHYUNG

Miro fijamente a la niña de cabello rojo, ella tiene un peluche en sus manos,
siempre esta con el, su mirada estando en el vacío, una sonrisa apareciendo
en sus labios...

-Vamos Tae – susurra la voz de Yoongi a mi lado.

-Ya voy Yoongi – digo mi mirada aún en la niña.

-Me da miedo este lugar joder – gruñe Yoongi, una sonrisa formándose en
mis labios.

-Y tan macho que te la das.

-¡Cierra la boca idiota!

Sonrío, mi mirada aún en ella. Hace dos semanas que venimos hacer la
entrega junto a Seokjin (el solo viene y va al jardín, nosotros hacemos el
trabajo duro, que idiota hermano mayor) siempre permanecemos normales,
quietos, pero hace una semana, vi a una niña de cabellos rojos entrar a la
cocina y tomar un peluche de la mesa, lucia molesta.

Y a pesar de lucir molesta...


Para mi, lucía como un ángel.

Tan linda.

Intente hablar con ella, pero la cocinera Shinhye me dijo que ella es muda,
eso me puso muy triste.

Eso me trae aquí ahora, espiando la mansión Park.

Un muy alto riesgo.

-Tae. Ya. Vamos...

Una risa.

Una muy, suave, y baja risa.

Abro los ojos como platos, coloco mi mano sobre la boca de Yoongi, sus ojos
mirándome confundido. Coloco mi dedo en mis labios indicando silencio, me
acerco a la puerta una vez más, mis ojos cayendo sobre la de ella...

-Mierda – susurra Yoongi a mi lado, mi mirada cayendo sobre la de el – viene


alguien joder... ¡viene alguien!

Abro los ojos, sudando de pronto frío, mis manos comenzando a temblar
lleno de miedo al escuchar las pisadas subir las escaleras.

-Nos vemos en el jardín – digo abriendo la puerta de la habitación de Yeri y


entrando en ella.

-¿Que...?

No escucho lo que dice Yoongi porque le cierro la puerta en su cara, mi


corazón latiendo con fuerza en mi pecho. Trago con fuerza cerrando los ojos,
los minutos avanzando y de pronto...
Abro los ojos.

Giro pegando mi espalda contra la puerta, mis ojos conectando con los de
Yeri, la cual esta sentada en la cama, sus ojos llenos de miedo sobre los míos,
sus brazos envolviendo al peluche con fuerza.

Trato de sonreír, pero los nervios me traicionan y termino haciendo una


mueca rara.

Bien hecho Taehyung.

-Ho-ola – levanto la mano saludando, me inclino y cierro los ojos con fuerza.

Que estúpido soy.

Pude solo levantar la mano.

Miro a Yeri, su mirada aterrada centrada en la mía, asiento lentamente


caminando despacio hacia ella.

-Soy Taehyung – digo respiración profundamente tratando de calmar mi


corazón.

Imposible.

Ella permanece en silencio.

Trago.

-Puedes decirme Tae – continuo armándome de valor – y-yo tengo nueve


años – digo asintiendo lentamente, mi cabello cayendo sobre mis ojos – creo
que tengo que cortar mi cabello...

Yeri asiente suavemente, una sonrisa formándose en mis labios.


-¿Debería cortarlo? – pregunto, ella niega fuertemente, una de sus manos
alzándose con temor, el miedo aún en su mirada.

Pero no tanto como minutos atrás.

Yeri levanta su dedo pulgar hacia arriba asintiendo lentamente. Sonrío


caminando hacia ella.

-Es tuyo – digo más en confianza – el peluche.

Yeri asiente.

-Es lindo.

Yeri sonríe, sus dedos acariciando el pelaje del peluche, miro como ella estira
su cuerpo y toma una libreta de la mesita al lado de su cama, una tinta
apareciendo en mi mirada, sus dedos comenzando a deslizar la tinta por la
hoja.

Ella me entrega la hoja, un sonrojo de vergüenza apareciendo en mi rostro,


sintiéndome tan patético en este momento...

-Y-yo no se... leer bien... – murmuro bajando la mirada.

Pasan los minutos, mi corazón sintiéndose presionado, las lágrimas


comenzando a quemar en mis ojos...

Miro como una pequeña mano se coloca sobre la mía, mi mirada alzándose
hacia Yeri, una suave sonrisa en sus labios.

Ella asiente con la cabeza suavemente...

-¿Esta bien? – digo, Yeri asintiendo una vez más.

Ella escribe algo más, arranca la hoja, la dobla con cuidado y me la da, me
sonríe asintiendo suavemente, su cabello rojo luciendo hermoso.
Todo de ella siendo hermoso.

-¡Yeri hija, voy a pasar! – escucho una voz atraves de la puerta, mi mirada
yendo hacia ella.

-Mierda, mierda, mierda ...– murmuro levantándome de la cama.

Miro como el pomo gira, pero la puerta no se abre. Cierto, le puse el seguro.
Miro hacia Yeri, ella se levanta de la cama rápidamente, sus manos buscando
el mesita a su lado rápidamente, me acerco a ella no entendiendo, pero
entonces me da un papel.

Arqueo una ceja hacia ella confundido.

-¿Yeri? Abre la puerta.

Ella me sonríe arrodillándose levantando las sabanas que arrastran de la


cama, me señala con su mano un pequeño candado, una llave apareciendo en
sus manos abriéndolo.

-Wow – digo arrodillándome – una puerta secreta debajo de tu cama, que...


original.

Ella se encoje de hombros, señalando la salida, me entrega el papel en mis


manos, el cual parece una especie de...

-¿Mapa? – digo mirándola.

-¡SHINHYE TRAE LAS LLAVES DE LA HABITACIÓN DE YERI! – grita


la voz del señor Park, mi cuerpo llenándose de miedo.

-Adiós – digo comenzando a bajar, ella levanta la mano en modo de


despedida, una sonrisa en mis labios.
1 Hora después...

-¡Que pesados, me persiguieron por toda la maldita casa! – se queja Yoongi


entrando en la casa, una carcajada brotando de mis labios.

-¡Chicos! – dice Seokjin caminando hacia nosotros – ¿donde estaban?

-Mejor dicho donde estabas tu – ataca Yoongi furioso.

-En el jardín...

-¡PUTO MENTIROSO YO PASE CORRIENDO POR ALLÍ Y NI TE VI!

-¡DEJA DE GRITARME SOY MAYOR!

-¡DIJI DI GRITIRMI SIY MIYIR!

-¡ESTAS JODIDO YOONGI!

-ESTIS... AHHH

Seokjin golpea a Yoongi en la cabeza, este lanzando un puño hacia el rostro


de Seokjin, así, comenzando una pelea entre hermanos. Miro hacia San que
esta sentado mirando la pelea, una risa brotando de sus labios.

-¡VAMOS SEOKJIN VOY POR TI! – Grita San alzando su puño.

-¡NO ME HAGAS PERDER ESTA APUESTA YOON! – Grita Seulgi


riendo.

Ruedo los ojos riendo, camino hacia la mesa dejando caer mi cuerpo sobre
una silla, miro hacia la hoja en mis manos, la desdoblo, no pudiendo entender
nada de lo que esta escrito...

-¿Que es eso? – pregunta una voz a mi lado haciéndome saltar del susto.

-¡Seul deja de asustarme así!

Seulgi ríe sentándose a mi lado, su mirada fija en la mía.

-¿Que dice? – pregunta mi hermana.

-No se – digo suspirando – recuerda que no puedo leer.

-Vamos, dejame, yo la leo – ella toma la nota entre sus manos comenzando a
leer, una sonrisa apareciendo en sus labios, confusión en su mirada – bien,
primero que nada, tiene una hermosa letra, y esa tinta roja y brillante me
gusta...

-¡¿Que dice Seul?!

Seulgi ríe, sus ojos achicándose, una linda sonrisa en sus labios.

-Cuando aprendas a leer, podrás ser mi amigo. Yeri – Seulgi me mira, su


mirada ahora más que confundida – ¿Yeri... así no se llama la hija menor de
los Park?

Comienzo a reír, tomo la nota entre las manos de Seulgi corriendo hacia la
habitación donde dormimos mi hermanos y yo, caigo en la cama que
comparto con Nam, el cual esta dormido.

-¡Quitate de encima estúpido! – gruñe Nam golpeando mi costilla.

-¡Estas en mi puto lado! – golpeo su nuca haciéndome espacio en la cama.


-Eres molesto – resopla.

-Tu más.

-Idiota.

-Escoria.

-Adoptado.

-¡Yo no soy adoptado!

-¡Si lo eres!

-¡MENTIRA!

-Mis padres te recogieron de la basura, y dejame decirte... ¡APESTABAS!

-¡IDIOTA DE MIERDA!

Pateo la entrepierna de Namjoon, un grito de dolor llegando a mis oídos, una


sonrisa apareciendo en mis labios. Sonrisa que desaparece al sentir como
Namjoon golpea mi rostro con fuerza.

Muy bien.

-Muy bien, yo vine todo feliz y dispuesto a llevar las cosas en paz, porque
hoy fue el mejor día de mi vida, pero viendo que estas siendo un completo
gilipollas... ¡TE LO BUSCASTE IMBECIL! – grito lanzándome hacia el.
JIMIN

Levanto la mirada al escuchar un puertazo, mis ojos encontrándose con un


niño de piel pálida, sus ojos fijos en los míos.

-¿Que haces en mi habitación ojos de gato? – pregunto arqueando una ceja.

El me mira fijamente frunciendo el ceño. Ruedo los ojos bajando las mangas
de mi sudadera ocultando la cortada en mis venas, mi cuerpo comenzando a
sentirse...

Débil.

-Fuera – digo cerrando los ojos con fuerza.

Respiro profundamente abriendo los ojos una vez más.

La sangre deslizándose por mis dedos, el miedo comenzando a apoderarse de


mi y...

Me gusta.

Wendy me hizo hace unos cinco minutos una cortada en mis venas, la sangre
brota de manera lenta, y...
Duele.

Duele horriblemente.

Mi cuerpo sintiéndose tan malditamente pesado que apesta.

-¿Por que te hiciste eso? – dice el niño, sus manos sujetando las mías alzando
las mangas.

Sonrío hacia el alejando mis brazos.

-Ya vete, todo estaba en paz antes de que vinieras a arruinarla – digo
resoplando sonoramente – llamare a... a los guar...d-dias...

Caigo al suelo, mis ojos cerrándose, mi corazón latiendo débilmente en mi


pecho, mi pecho subiendo y bajando lentamente, mi respiración...

-Oye... ¡OYE!

Sonrío abriendo los ojos solo un poco, el rostro del chico estando en mi vista,
sus manos frías sujetando mi rostro, y...

-Mi dulce estrella – murmura mi madre en mi oído, sus labios rozando mi


piel – eres mi dulce estrella... eres especial Jimin.

Mi madre me abraza suavemente, mi rostro quedando oculto en su cuello,


huele tan rico.

Soy especial...

Soy especial...

-Pero a veces – ella se aleja, sus uñas enterrándose en mi piel, sus ojos
fijos en los míos – hay que sufrir pequeño... para poder alcanzar, eso que
tanto queremos, tu eres el único que ah estado cerca de mi... por eso eres
especial hijo...

-Oye – siento como golpean mi mejilla con fuerza, mis ojos abriéndose, mi
mirada conectando con la de el niño.

-¡Ya v-vete!

-¡Estas muriendo niño tonto!

-¡V-VET-TE!

-No – el me mira fijamente, las lágrimas comenzando a quemar en mis ojos –


si puedo impedir esto, lo haré...

Trago con fuerza, ya no sintiendo mi cuerpo, pero...

Sus ojos me miran tan fijamente, que siento que ve mi alma.

-¿Quien eres? – murmuro ya sin aliento, una sonrisa formándose en mis


labios como puedo – definitivamente no estarías hablando conmigo si
supieras quien soy...

-¿Que? ¿Por que...?

-Joven Jimin, su padre lo... – escucho como abren la puerta, la voz de uno de
los guardias llegando a mis oídos, la expresión del chico siendo de puro
miedo.

-¿Jimin? – el chico me mira entendiendo.

Si, esa es la reacción de todos al saber quien soy.

Jimin, el hijo suicida de la familia Park.

Que agradable es la sociedad ¿no?


-Corre, corre gatito... no quieras que te atrapen – murmuro riendo antes de
escuchar los gritos del guardia, todo a mi alrededor quedando oscuro.
NAMJOON

9 AÑOS DESPUÉS...

-Aquí tienes Namjoon – Mingi me entrega mis 500 dolares, una sonrisa
formándose en mis labios.

-Ya era hora Min. Tardaste una semana en pagar tu deuda – digo guardando el
dinero en mis bolsillos.

-Ya, ahora vete, no quiero problemas.

-¿Quien dijo que habría problemas?...

-Ya deja de hacerte el inocente – Mingi resopla alejándose de la barra, mis


ojos fijos en el.

Sonrío al mismo que ruedo los ojos. Todos son unos miedosos en este lugar.

-¡NAM! – grita una voz muy familiar, una sonrisa formándose en mis labios
al girar.
-Chanyeol – digo un abrazo por parte de Chanyeol.

-¿Que haces aquí? Pensé no verte nunca más.

-Tuve algunos... problemas – digo asintiendo – pero vamos, ya estoy de


regreso, y no pienso irme.

-¿Ya viste a tus hermanos?

-Aún no – sonrío ampliamente – pero se que estarán felices de verme...

En estos últimos nueve años todo ah cambiado, a los dieciséis años me fui de
casa, no me fue muy bien que digamos, es decir, tenía dieciséis, nadie
contrata a un niño, solo había un trabajo, el cual es fácil, sin complicaciones,
claro, que me gane una muy mala fama tanto fuera como adentro, pero ya
que.

Las cosas son como son.

-¡¿Como que no vas a darme una puta copa?! – dice una voz, mi mirada
viajando hacia la chica que tiene su mirada furiosa clavada en Mingi.

-Su padre ordeno que ya no le diéramos más de cinco copas, ya se bebió las
cinco.

-Me darás esa copa de whisky, y me darás todas las que yo quiera, soy mayor
y puedo decidir por mi maldición – la chica mira fijamente a Mingi, y juro,
que el pobre tiene miedo.

La chica tiene un aura tan...

Macabro.

Su cabello siendo negro y largo cubriendo toda su espalda en suaves hondas,


su piel delicada y pálida haciendo resaltar sus labios rojos sangre, tiene un
vestido largo color morado, este arrastrando en la parte de atrás pero adelante
dejando al descubierto unas muy lindas y provocativas piernas, unos tacones
negros adornando sus pies, un sombrero negro en su cabeza y sus manos
cubiertas con guantes de maya negros.

Si.

Esa chica definitivamente llama la atención.

-Señorita Joohyun...

-¿Quien te crees para decir mi nombre? Escuchame muy bien – Joohyun mira
fijamente a Mingi una sonrisa apareciendo en sus labios – me darás todo el
alcohol que yo quiera, si no lo haces, este bar de quinta arderá en llamas esta
noche, no quieres que todo el trabajo de tu padre se valla en una noche... ¿o
si?

Mingi la mira fijamente, una sonrisa formándose en mis labios entretenido


con todo aquello.

-Jodida mierda – bufa Chanyeol a mi lado – esa chica siempre causa


problemas.

-¿Si? ¿quien es?

-¿Nunca la llegaste a conocer? – giro mi rostro hacia Chanyeol negando con


la cabeza.

-¿Debería?

-Tu familia hace entregas en su casa, siempre han hecho entregas... es la hija
mayor de la familia Park.

-¿Ah si? Interesante – sonrío mirando hacia Joohyun, la cual ahora esta
bebiendo sin parar.

-Park Joohyun. Una maldita egocéntrica que solo piensa en ella misma – dice
Chanyeol, toda mi atención estando sobre el.

-¿Siempre se viste así?

-¿Como?

-Así... toda extravagante.

-Amigo – Chanyeol ríe – ella siempre es extravagante, siempre llama la


atención, a veces se viste raro, pero solo por se ella... se ve genial tengo que
admitir.

-Es hermosa.

-Pero tiene una boca de mierda.

-Puedo lidiar con eso.

-¿Que piensas hacer Namjoon?

Sonrío ladeando la cabeza.

-Solo... tener una buena noche – digo mirándola fijamente.

-Oh no, ni lo sueñes. Esa chica es mas dura que una piedra.

-No es nada. He estado con chicas así.

-¡No la conoces bien Namjoon! Ella no es como las demás chicas, ella... es
diferente. Toda su familia es diferente... son raros, todos.

-Todo el mundo lo es.

Me levanto del taburete caminando hacia ella, en cuanto estoy cerca miro
como ella levanta la mirada, sus ojos conectando con los míos, una mueca
apareciendo en su rostro.
-Hola...

-Deja de molestar – dice ella sonriendo de medio lado, su atención cayendo


en la copa en su mano.

-Soy Namjoon...

-¿Y a mi eso que me importa? Pirate de mi vista, estorbas – ella levanta su


mano echándome, una risa brotando de mis labios.

-¿Quien te crees para hablarme así?

-Muy bien, yo me voy – ella se levanta tomando la botella en sus manos


comenzando a caminar lejos de mi.

-¡Espero y nos sigamos viendo!

Ella levanta su mano hacia el aire, su dedo medio quedando a mi vista


mientras ella sigue caminando, una sonrisa en mis labios.

-Definitivamente es una egocéntrica.


SAN

-¿Que hace ese niño en esta universidad? ¿su familia no era pobre? – escucho
los murmullos a mis espaldas, mis manos sujetando con fuerza los palillos en
mis manos.

Si, en estos últimos nueve años aprendí que la sociedad es tan malditamente
cruel que apesta. Hace ya tiempo mis hermanos dejaron de estudiar para
poder sostener la casa, después de la muerte de papá hace cinco años... fue
difícil seguir.

Los únicos que estudiamos fuimos yo, Seulgi y Tae.

Taehyung decidió no ir a la universidad, era muy costosa y ahora que más


que nada se necesitaba dinero en casa, Seul decidió estudiar en las noches en
la pequeña universidad de Daegu, de día trabaja, la admiro mucho.

Y yo, recibí una beca en la universidad de Seúl, si, todo mi esfuerzo valió la
pena, ni yo podía creer al ver como un señor me ofrecía una beca, mi corazón
se detuvo en ese momento lo juro.

Oportunidades así no las dejaría pasar.

Pero eso no quita, que las palabras de los demás no provoquen ira en mi.
-Ahora aparte de tener a una pobre basura... – sigue el chico a mis espaldas y
es que, vamos, si vas a hablar de alguien hazlo bien, sin que escuche –
también tenemos al raro Wooyoung. Ese chico no tiene amigos.

-Da miedo en verdad – dice una chica, su tono siendo de burla – hoy le
pregunte si quería almorzar con nosotros ¿y sabes que me dijo?

-No, dime, dime...

– “Prefiero comer con los burros, ellos tienen más cerebro que tu”

Sonrío bajando la mirada a mis manos, una leve risa brotando de mis labios.

-¡Oye tu !– exclama la voz de la chica, giro un poco mi rostro conectando mi


mirada con la suya – ¿que es tan gracioso mugroso?

-Nada – digo sonriendo – tienes razón, no es gracioso, ya es muy evidente


que los burros tienen más cerebros que tu Jennie.

-¡HIJO DE PUTA! ¡ERES UN POBRE MUERTO DE HAMBRE! – Jennie


comienza a reír de pronto, mi ceño frunciendose – oh vamos, miren su
almuerzo... ni siquiera puede pagarse una buena comida.

Mis manos se vuelven puños, y juro que si las miradas matasen, Jennie
estuviera muerta ahora mismo.

-¿No te cansas de solo comer un sándwich de almuerzo todos los días? – ríe
Jinyoung, una sonrisa burlona en sus labios – que asco me da solo ver tu
mediocre comida.

-Y mira su ropa – ataca esta vez Youngjae – toda una basura. Que asco.

-¡Y su cabello! – Jennie comienza a reír – ¡mira como...!

-¿Enserio? Parecen unos niños – siento como alguien se sienta a mi lado, mi


mirada cayendo sobre un chico, su cabello rubio llamando mi atención –
Jennie ya deja de querer hacerte la lista, todos saben que eres una burra, y
deja de fingir que eres rica, tu también estas aquí gracias a mitad de una beca,
porque eres tan burra que ni una beca entera pudiste conseguir. Jinyoung no
eres nadie para decir que San come solo sándwich, tu ni siquiera estas
almorzando con la excusa de que ya lo hiciste, ya que la empresa de tu padre
esta cayendo en picada, y Youngjae... – el chico levanta la mirada, su
expresión siendo neutra, sin nada – hace minutos te escuche decir que el
“pobre” se viste mejor que tu, deja la envidia. Y a lo de ser raro... ya no es un
secreto para nadie.

Sonrío reconociendo aquella voz, esa voz que siempre responde las preguntas
del profesor en clase, el único que parece en verdad interesado...

-Gracias Wooyoung – murmuro, el chico posando sus ojos sobre los míos.

-Odio a las personas como ellos – dice no importándole que aún sigan a
nuestras espaldas – y tu no eres un mal chico, solo te defendí por eso, y
porque eres un gran compañero de residencia, solo por eso.

Wooyoung se levanta comenzando a caminar lejos, una sonrisa en mis labios


negando suavemente con la cabeza.

Si, afortunadamente comparto habitación con Park Wooyoung, y hasta


ahora...

Es la primera vez que me habla.

Es raro, pero tierno a la vez.


WENDY

-¡Odio esto Jimin! – gruño llevando mis manos hacia mis pies
desapareciendo los tacones – son estúpidos.

-No puedes aparecerte como una indigente en la fiesta – gruñe Jimin tomando
los zapatos del suelo.

-Es solo una simple fiesta familiar...

-Exacto Wendy. Si hacemos un desastre como en la última fiesta papá... nos


va a castigar – Jimin baja la mirada, sus manos apretandose en puños.

-Casi muero por su culpa la última vez... fue divertidos ver su rostro de
miedo cuando fingí quedar inconsciente.

Jimin rueda los ojos, pero de todos modos comienza a reír.

-Me gusta tu camisa – digo mirando su camisa negra satinada – deja a la vista
tus cicatrices...

-Es mejor exhibir lo que me gusta – Jimin ríe – la puta sociedad no me hace
daño ya.
-¡WOW HERMANITO!

Comienzo a reír buscando en mi armario un vestido...

Decente.

Pero como siempre, todo me falla. Gruño cayendo de espaldas en la cama.

-Ve como quieras – murmura Jimin en mi oído – papá me dijo que no tiñera
mi cabello de morado y mirame.

-Tu cabello morado – río incorporándome en la cama.

Camino hacia mi armario buscando mi camiseta morada dejando al


descubierto mi abdomen, me desvisto ya no importándome que Jimin este
allí, conozco el cuerpo de mi hermano a la perfección, al igual que el conoce
el mío. Paso la camisa por sobre mi cabeza ocultando mis brazos en la tela,
busco mis pantalones negros rasgados, acomodo mi cabello negro azabache,
en verdad adorando como las mechas moradas en mi flequillo resaltan.

-Hermosa – dice Jimin apareciendo a mi lado – si no fueras mi hermana te


follaría ahora mismo.

-¿Por que no lo haces? – miro a Jimin sonriendo, una sonrisa apareciendo en


sus labios.

-Porque la última vez papá nos descubrió y casi nos mata.

-Como siempre.

Jimin rueda los ojos alejándose de mi.

-Además... no me gusta dar – sigue mi hermano.

-Ya se, te gusta recibir – señalo mi trasero fingiendo una embestida, una risa
brotando de los labios de mi hermano.

-Exacto.

Miro por la ventana de mi habitación, una sonrisa formándose en mis labios


al ver quien acaba de llegar.

-¿Sabes quien llego?

-Por tu cara... nuestro querido primo.

-Sep – giro sobre mis talones riendo – llego Hoseok.

-¿Que le harás?

-No se – digo encogiéndome de hombros – solo esperemos a ver...

Miro con más atención, notando que tiene su cabello negro azabache, mechas
moradas resaltando, estando vestido casi como yo...

-Que cosas – sonrío caminando hacia la puerta – vamos, tengo que hablar con
el.
SEULGI

-Primer día y llegas tarde – dice mi profesor de literatura – no quiero que se


vuelva a repetir señorita Seulgi.

-Lo siento – hago una leve inclinación y camino rápidamente hacia mi


asiento, sacando de manera apresurada mis cosas.

-¿Que paso ahora? – susurra Nayeon a mi lado.

-Nada, solo... no pude tomar el autobús – resoplo echando mi cabello hacia


atrás.

-Todavía esta en pie mi oferta de pasarte buscando...

-No hace falta que hagas eso Nayeon – sonrío hacia ella comenzando a tomar
apuntes – tengo todo... bajo control...

Mi celular cae al suelo, frunzo el ceño confundida, me inclino a tomarlo pero


un pie se posa ante mi de pronto pisando mi celular con fuerza, y juro, que
morí en este momento.

Dios que este bien el celular.


-Profesor – dice una voz vagamente familiar...

Levanto la mirada, y si hace segundos no estaba muerta, ahora si.

Literal.

-Tengo que hablar con Seulgi a solas, es muy importante – dice, su sonrisa
apareciendo en sus labios.

¿Que hace el aquí?

-¿Quien se cree usted para interrumpir mi...?

-Soy Jeon Jungkook – el sonríe con superioridad, mis manos cosquilleando


por golpear su horrenda cara – ¿me recuerda ahora?

El profesor abre los ojos como platos comenzando a asentir con la cabeza
rápidamente, una sonrisa apareciendo en sus labios.

Estoy jodida.

-Claro señor Jeon – el profesor asiente, su mirada cayendo sobre mi.

El profesor es un traidor, me tiro a la cueva de un lobo.

Jungkook deja de pisar mi celular, mis manos tomándolo rápidamente


examinando que todavía funcione...

-Vamos bebe – susurro al celular tan bajo – no le hagas esto a mami...


vamos... ¡prende!

-Vamos – Jungkook jala de mi mano con fuerza haciendo que mi celular


caiga al suelo con fuerza, un grito escapando de mis labios.

Puta madre.
Es oficial, estoy muerta.

Jungkook jala con fuerza hasta sacarme del salón, estaba tranquila porque
pensé que nos íbamos a quedar justo en la puerta, pero cuando veo que sus
intenciones son llevarme escaleras arriba, al tercer piso que nadie usa (lo cual
es raro, pero viniendo de la universidad más económica es creíble) me alarmo
comenzando a zarandear mi brazo para que me libere.

-¡Ya deja de resistirte! – gruñe Jungkook caminando hacia una habitación.

-¡Sueltame Jeon! – digo jalando mi brazo, pero es inútil, el es mucho más


fuerte que yo.

Jungkook abre la puerta y me tira a tropezones adentro, cierra la puerta a sus


espaldas, su mirada conectando con la mía. Respiro profundamente tratando
de calmar mi respiración.

-¿Que hace usted aquí? – digo cruzándome de brazos.

-¿Por que tengo que darte explicaciones?

Trago con fuerza, en este momento sintiendo tanta rabia, tanta ira, solo quiero
golpear a Jungkook en todas partes.

-No pensé que llegarías a esto – ríe Jungkook, todo mi cuerpo estando en
alerta, no confió en el – mirate, en una universidad...

-No tengo porque escuchar tus idioteces – me dispongo a caminar hacia la


puerta pero Jungkook enreda un brazo en mi cintura, mi rostro quedando a
solo centímetros del suyo – ¡DEJAME!

-No grites... nos meterás en problemas...

-¡PUDRETE, AYUDA...!
-Sabes que si alguien nos encuentra ellos me creerán a mi – susurra Jungkook
en mi oído, mi cuerpo tensandose – puedo decir que querías robarme, hasta
solo podría decir que es tu culpa, y todos me creerían Seulgi. Tu no eres nada.

Empujo con fuerza a Jungkook, las lágrimas quemando en mis ojos, lágrimas
de impotencia, de ira.

-No me molestes – digo, mi voz siendo más temblorosa de lo que pensé.

Nada me esta saliendo bien.

-Yo puedo hacerte lo que yo quiera – Jungkook se encoje de hombros, una


sonrisa llena de burla en sus labios – ven.

Trago con fuerza dando unos pasos hacia atrás alejándome de el, Jungkook
rueda los ojos caminando hacia mi, sus manos yendo hacia mi cabello, sus
dedos enredándose en el.

-¡Sueltame!

-No hasta conseguir lo que quiero.

-¡Dejame!

Entierro mis uñas en sus manos, una sonrisa llena de ira en su rostro, jala con
fuerza un grito de dolor brotando de mis labios, las lágrimas resbalando por
mis mejillas.

No, no, no...

No me gusta que me vean llorar. No me gusta que me vean débil...

-Te odio – gruño, los ojos de Jungkook conectando con los míos – te detesto
tanto Jeon Jungkook. Ojala y mueras descuartizado.

-Wow. Pero mira que linda y sucia boca tienes – Jungkook acerca su rostro al
mío, su aliento mezclándose con el mío, mi corazón martilleando en mi
pecho, mis uñas aún enterradas en su piel – me gustaría limpiártela.

Jungkook patea mi rodilla haciéndome caer de rodillas al suelo, el dolor en


mi rodilla comenzando a expandirse por toda mi pierna, sollozo cerrando los
ojos con fuerza, mis manos volviéndose puños apunto de golpear la
entrepierna de Jungkook, pero este jala con fuerza mi cabello, mi cuello
doblándose, mi mirada conectando con la suya.

-Vamos Seulgi-perra – Jungkook ríe – vamos a limpiar tu sucia boc...

-¡SEUL! – grita una voz, un suspiro de alivio brotando de mis labios.

Jungkook levanta la mirada hacia la puerta, mis ojos encontrándose con la


mirada de Nayeon, la cual luce agitada su mirada siendo de puro miedo.

Nayeon camina decidida hacia mi, sus manos alejando a Jungkook


bruscamente, ella me ayuda a levantarme, sus manos posándose en mis
mejillas suavemente. Nayeon se voltea enfrentando a Jungkook.

-¡No te vuelvas acercar a ella! – gruñe Nayeon, sus pequeñas manos


apretandose en puños.

-Ya largo niña, puedo hundirt...

-No lo creo amigo ¿sabes quien es mi familia?

Jungkook frunce el ceño confundido pareciendo pensar, miro a Nayeon la


cual a pesar de ser pequeña y tierna, parece toda una fiera en este momento.

-Nos vemos luego Seulgi-perra – sonríe Jungkook caminando fuera de la


habitación, mi cuerpo relajándose.

Nayeon me mira fijamente, sus ojos grandes examinándome, sus pequeñas


manos tomando las mías.
-¿Estas bien?

-Si...

Nayeon asiente y comenzamos a caminar hacia afuera, bajamos las escaleras


lentamente, de pronto viniendo una pregunta a mi cabeza.

-Nayeon – comienzo en el momento que terminamos de bajar el último


escalón.

-¿Si?

-¿Quien es tu familia?

Miro a Nayeon, ella ríe negando suavemente con la cabeza.

-Eso lo dije para que se fuera, obviamente que al no reconocerme ni saber mi


nombre se iría y me mandaría investigar y...

-Nayeon.

-¿Mh?

-Te va a mandar investigar – Miro a mi amiga, la cual aún me mira inocente –


¿no entiendes que significa eso?

Nayeon me mira por unos segundos, de pronto sus ojos agrandándose, su


boca cayendo ligeramente abierta.

-Mierda, faltare a clase por una semana, cuidate – Nayeon comienza a correr
por los pasillos, una risa brotando de mis labios – ¡TE QUIERO!

-¡YO MÁS!

Nayeon desaparece de mi vista, una sonrisa en mis labios, trago con fuerza
caminando por los pasillos en silencio...
Creo que por mi bien, también debería de irme a casa en este instante.
SOOYOUNG

Miro fijamente mi celular, mis dedos deslizándose por la pantalla, la musica


resonando con fuerza en mis oídos, pasan los minutos y aún sigo en aquella
posición, de pronto siento como me tocan el hombro, levanto la mirada mis
ojos conectando con la mirada de Shinhye, la cual me sonríe ampliamente.

Aparto los audífonos de mis oídos, una sonrisa dibujándose en mis labios,
bajo del auto, los brazos de Shinhye envolviéndose a mi alrededor.

-¿Como estas Sooyoung? Te eche tanto de menos – Shinhye se aleja, sus


brazos acariciando mis brazos – tu padre ha estado insoportable.

-Lo se. Wooyoung me mantiene informada – sonrío caminando hacia la


entrada de la casa.

-¿Quieres comer algo? Te lo preparo enseguida.

-No, esta bien – giro sobre mis talones centrando mi mirada en Shinhye –
¿cuando hacen las entregas?

-Dentro de dos días Señorita.

Sonrío asintiendo lentamente con la cabeza. Comienzo a subir las escaleras,


recuerdos comenzando a llenar mi mente, respiro profundamente
comenzando a caminar por los pasillos, todo sintiéndose tan grande, todo
estando desolado...

Me detengo, un rostro familiar apareciendo ante mi, el cierra la puerta de mi


antigua habitación lentamente, sus ojos encontrándose con los míos.

-¿Que hacías tu en mi habitación? – pregunto cruzándome de brazos.

-¿Tu habitación?

Respiro profundamente caminando hacia mi habitación, la mirada del chico


estando fija sobre mi cuerpo.

-¿Que miras? – me detengo, sintiendo en este momento mi humor por los


suelos.

-Has crecido bastante – sonríe, mi mente sintiéndose en este momento en una


nube de confusión.

-¿Quien eres?

-¿Como no vas a recordar a tu propia familia?

Familia...

Familia...

Familia...

Lo miro una vez más, un bombillo prendiéndose en mi cabeza.

-Tanto tiempo – digo mis manos tomando el pomo de la puerta de mi


habitación – supongo que estas aquí por una tonta fiesta familiar.

-De hecho, fue ayer.


-Que bien.

-No pareces feliz conmigo aquí.

-Creeme – sonrío mi mirada cayendo sobre la suya – nadie en esta casa se


alegra cuando viene un intruso Yunho.

Cierro la puerta con seguro, miro mi habitación, todo luciendo exactamente


igual, una sonrisa nostálgica apareciendo en mi rostro. Ocho años, ocho años
en una institución de monjas en Inglaterra.

Ocho años llenos de castigos por parte de las monjas...

-Dios – gruño mis manos yendo hacia mis brazos, respiro profundamente mis
brazos comenzando a quemar, las heridas comenzando a doler.

Caigo de rodillas al suelo mi espalda ardiendo, gruño cerrando los ojos con
fuerza, las lágrimas resbalando por mis mejillas, caigo de espaldas al suelo el
dolor siendo insoportable.

-Duele, duele, duele, duele...

Abro los ojos, mi mirada centrándose en el techo, mi espalda arqueándose.

-Me arde, me arde, me arde – respiro profundamente cerrando los ojos con
fuerza.

Lloro en silencio, las heridas doliéndome, mis manos apretandose en puños, y


yo...

-Hazlo
-No qui-iero...

-¡HAZLO JODER!

-Po-or fav-vor...

-¡HAZLO!

-Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento...


YERI

Mi cama se mueve, frunzo el ceño mis manos apretando a Yeontan contra mi


pecho, mi mirada estando fija en la pared.

Escucho dos golpes debajo de mi cama, me estiro mirando el suelo esperando


ver algo, estiro mi mano alzando la sabana, miro debajo de la cama no
encontrando nada, frunzo el ceño confundida.

Siento de pronto como tocan mi pierna, mis ojos agrandándose, pierdo el


equilibrio cayendo de bruces en el suelo golpeando mi cabeza, respiro
profundamente mi mano tocando mi cabeza suavemente, una punzada
apareciendo en el centro de mi frente...

-Mierda, mierda, mierda – escucho una voz ronca, mi mirada alzándose hacia
la cama, un chico mirándome con preocupación – ¿estas bien?

Me arrincono en la pared mis manos yendo hacia mi pecho, miro al chico


cuidadosamente, su cabello siendo un poco largo, solo tiene una camiseta
negra y pantalones rojos, los cuales se ven ya muy desgastados y viejos.

Trago con fuerza mi cabello cayendo sobre mi rostro.

-Yeri... ¿estas bien?


¿Como sabe mi nombre?

No reacciono, me mantengo tan quieta como puedo...

-Oye – el se acerca a mi sentándose frente a mi, su mano apartando mi


cabello, mis ojos conectando con los suyos – Yeri... ¿estas bien?

Asiento suavemente apartando la mirada.

Pasan los minutos, mi mirada estando fija en Yeontan en el suelo a solo unos
centímetros de mi, el parece notarlo y lo toma en sus manos, una sonrisa
formándose en sus labios.

-Lindo peluche – susurra el antes de extender el peluche hacia mi, el cual


tomo rápidamente – mmm... bueno...

Respiro profundamente ya queriendo que se valla...

-Mira – dice de pronto, mi mirada fijándose en el, una pequeña nota


apareciendo ante mis ojos, frunzo el ceño confundida, tomo la nota
reconociendo al instante la tinta roja, la letra cursiva...

“Cuando aprendas a leer, podrás ser mi amigo. Yeri”

Levanto la mirada hacia el, su nombre viniendo a mi cabeza como un


torbellino.

Me levanto del suelo caminando hacia mi escritorio, tomo una libreta y una
tinta comenzando a escribir.

¿Tae?

-Si – el sonríe, una sonrisa cuadrada que provoca que provoca que mi
corazón se acelere – Y-ya aprendí... a leer...
Frunzo el ceño escribiendo una vez más.

¿Por que tardaste tanto?

-Estaba... un poco ocupado.

Sonrío asintiendo con la cabeza, me acomodo en la cama, el haciendo lo


mismo a mi lado.

-Es tierno – dice señalando a mi peluche, mis manos apresurándose a escribir.

Es Yeontan.

-Yeontan... que original.

Si, siempre he querido colocarle ese nombre a una mascota.

-¿Por que no tienes una mascota de verdad?

Trago con fuerza encogiéndome de hombros escribiendo.

Regla #7: No mascotas.

-¿Regla? ¿tienen reglas?

Asiento con la cabeza respirando profundamente.

-Me gusta tu cabello, rojo – miro a Taehyung, el extiende su mano hacia mi


cabello pero se detiene a solo unos centímetros.

Aleja su mano sonriendo negando suavemente con la cabeza, frunzo el ceño


confundida, tomo mi libreta y comienzo a escribir, le extiendo la libreta y el
la mira.

¿Por que te detienes? ¿Mi cabello es un asco?


-No, no, no, no, no, no... Dios no – Taehyung me mira, una sonrisa
apareciendo en mis labios – tu cabello es hermoso, es solo que...

Se queda callado, mi mirada fija sobre el, el me mira fijamente por largos
minutos, mis manos acariciando el pelaje de Yeontan.

Tomo mi libreta escribiendo.

No me digas que te quedaste mudo también.

Taehyung ríe, una sonrisa en mis labios, el me mira asintiendo suavemente.

-Yo trabajo con pescado Yeri – me mira fijamente, como si esperase que
sintiera repulsión, pero solo me quedo quieta sin hacer una reacción – y...
siempre huelo a el. Vengo de hacer una entrega, y de seguro en este momento
piensas que mi ropa esta asquerosa a pescado, al igual que mis manos, y es
asqueroso Yeri.

Ruedo los ojos tomando mi libreta.

Ni siquiera estaba pensando en eso, no me importa si hueles a pescados,


aunque apestas un poco a el, pero eso no me importa.

Taehyung ríe después de leer, su mirada conectando con la mía.

-De todos modos – Taehyung sonríe, mi corazón latiendo con fuerza – no


quiero ensuciarte, prefiero admirarte.

Mis mejillas comienzan a arder, mis labios entreabriendose, trago con fuerza
bajando la mirada a Yeontan, mi corazón ahora siendo un desastre de latidos,
todo mi rostro ardiendo en este momento...

Abro mis labios, las palabras apunto de brotar, pero entonces...

-¿Me quieres dejar? – susurra la voz de mi madre a mi lado, mi mirada fija


en Taehyung ante mi – no me dejes querida hija...
“Nunca lo haré mamá”

-¿Estas bien ?– miro a Taehyung.

Trago con fuerza asintiendo levemente con la cabeza, tomo mi libreta


escribiendo.

Todo esta bien Tae.


JOOHYUN

Miro mi reflejo en el espejo, mi vestido rojo arrastrando en el suelo, las


mangas siendo largas y sueltas, mis manos cubiertas con guantes negros y
tacones negros en mis pies, tomo el sombrero de la mesa colocándolo a la
perfección en mi cabeza, mi cabello estando recogido hacia mi lado derecho,
este llegando hasta mi cintura, tomo el pintalabios rojo aplicándolo en mis
labios.

-Muy bien – murmuro caminando hacia la puerta de la habitación.

Camino por los pasillos de la mansión mis pasos resonando por las paredes,
bajo las escaleras encontrándome con una muy conocida persona.

-Sooyoung – digo sonriendo, mi hermana girando a verme.

-Joohyun ¿a donde vas?

-No tengo porque dar explicaciones – sonrío llegando a la puerta principal –


bienvenida a casa hermanita.

Salgo de la mansión caminando por las calles hasta llegar a mi auto de color
azul, me detengo mirándolo fijamente...
-¡Shinhye!

La señora Shinhye llega a mi lado, mi mano señalando hacia el auto.

-Ya no me gusta el color azul... es horrendo, lastima mis ojos – digo haciendo
una mueca.

-Señorita Joohyun, ese auto se lo compraron hace dos días...

-Compra otro, quiero el auto de la hija menor de los Choi – sonrío mirando a
Shinhye – el rojo, es hermoso su color.

-Señorita, ese auto fue de edición limitada...

-¿Y? Consiguelo, para eso te pagan – camino hacia mi auto abriendo la


puerta.

-Señorita...

-Ah, y lo quiero para mañana, si veo que esta este auto azul... no me importa
cuantos años tengas trabajando en esta casa, estarás despedida – sonrío
subiendo al auto.

Miro mi reflejo por el espejo retrovisor y acomodo mis pendientes, mis


manos envolviéndose en el volante.

4 Horas después...
Tomo de mi botella, mi mirada estando fija en mis manos, el alcohol
deslizándose por mi garganta provocando una sensación tan placentera...

Alguien me empuja desde atrás, mis manos volviéndose puños, giro mi rostro
encontrándome con aquella persona que me cae como una patada en el culo.

-¡No te atravieses en el medio! – exclama Jisoo, su mirada fija en la mía


destilando ira.

-Aparte de mugrosa ahora alcohólica – digo limpiando mi hombro donde


Jisoo me empujo.

-¿Que has dicho? Tu eres igual de alcohólica por...

-Cariño. Yo tomo vino, tu tomas... bebidas baratas – llevo la copa hacia mis
labios tomando un trago – ten un poco de clase...

-¡Eres una...!

No puedo seguir escuchando, porque la muy perra ah comenzado a jalar de


mi cabello como una maniática. Respiro profundamente escuchando gritos
por parte de ella.

No pelees Joohyun...

Siento como las uñas de Jisoo rasguñan mi mejilla con fuerza, mi rostro
comenzando a arder.

Bien.

-Te lo buscaste – gruño golpeando en su abdomen con mi puño, ella me


suelta, mis manos tomando su cabello jalando con fuerza, alzo mi rodilla
chocando su rostro contra ella, la sangre comenzando a emanar.

Cae al suelo inconsciente, una mueca de disgusto en mis labios.


-Que asco... ¡manchaste mis zapatos de sangre!

Pataleo tomando la botella de la barra, comienzo a caminar hacia la salida,


pero claro, camino con estilo.

Siempre la clase por delante.

Estoy apunto de abrir la puerta para poder irme, pero una mano sujeta mi
brazo en el aire, mi mirada cayendo sobre la de aquel chico de cabello rubio,
su mirada fija en la mía, una sonrisa con hoyuelos apareciendo.

-¿Que quieres? – gruño apartando mi brazo de su mano.

-Hola Joohyun...

-No quiero hablar con basura – comienzo a caminar una vez más, pero el me
detiene, su mano sobre la mía.

-Ya me cansaste...

-¿De verdad? Vaya, cumplí mi objetivo.

-¿Eres virgen?

Mis manos se vuelven puños, mi mandíbula apretandose, jalo mi mano lejos


de la suya pero me sujeta con fuerza.

-Eso no te importa...

-Vaya, nunca pensé que la indomable Park Joohyun era virgen...

-Yo no dije que lo fuera.

-Tampoco lo negaste.

-Oye – alejo mi mano bruscamente – si no quieres problemas conmigo,


dejame en paz.

-¿Sabes? Hay muchos chicos que quieren estar contigo, pero no lo hacen por
miedo a que... bueno, principalmente porque eres así – arqueo una ceja
comenzando a reír – y, porque piensan que eres toda una experta en la cama
que los dejará como unos imbéciles. No sabes el gusto que tendría de decir
que eres una virgen amargada...

Golpeo su mejilla con fuerza, mi mano comenzando a doler debido a que lo


golpee con mi puño.

-Dios mujer – el comienza a reír – no pensé que golpearas como hombre...

-No me conoces, tu... como te llames.

-Namjoon – sonríe.

-Namjoon – ruedo los ojos acomodando mi guante – alejate de mi.

-¿No quieres hacerlo?

Respiro profundamente cruzándome de brazos.

-Yo te puedo enseñar a ser... una experta – sonríe – vamos Joohyun, el sexo...
es lo mejor, que puede existir.

Trago con fuerza sintiendo mis mejillas arder.

-Mirate, solo decir sexo te provoca vergüenza.

Bajo la mirada abruptamente.

¡Joder, hormonas traicioneras!

-Solo piensalo – susurra en mi oído, mi piel erizándose – te enseñaría cosas...


que ni te imaginas.
Cierro los ojos con fuerza respirando profundamente...

Dios, odio esto.

Y lo que más odio es que estoy pensando en su propuesta.

Coloco mis manos en su pecho empujándolo lejos de mi cuerpo.

-Última advertencia – digo abriendo la puerta – dejame, en paz.


YOONGI

Pataleo con fuerza, la bicicleta ya siendo vieja, gruño molesto cuando esta se
detiene abruptamente haciéndome casi caer al suelo pero coloco el pie antes
de tocar el suelo.

Resoplo bajando de la bicicleta, la pateo con fuerza descargando mi ira en


ella, gruño golpeando con fuerza, en este momento sintiéndome tan, tan
furioso...

-No puedes trabajar aquí – dice el señor, una sonrisa llena de burla en su
rostro.

-Señor, con mucho permiso... llegue temprano, antes que todos los demás,
le toque una pieza perfecta, y a las personas les gust...

-Me importa lo que a esas personas le halla gustado – el señor me mira


fijamente, mis manos comenzando a retorcerse, asintiendo lentamente con
la cabeza mordiendo mis labios lleno de frustración – pero, todos tienen
rumores sobre ti, sobre que... estas con Park Jimin.

-¡Es mentira!

-Y tu carácter... muchos tienen quejas de ti.

-Señor, necesito este trabajo...

-No – el señor ríe, mis manos volviéndose puños – no quiero a un enfermo


que tiene una relación con un suicida tocando el piano en mi restaurante.
Echaras a perder la reputación de este lugar.

-Oye, oye, oyeeeeee – golpeo una última vez la bicicleta, mi nudillos


comenzando a sangrar.

Levanto la mirada hacia aquella voz, encontrándome con la persona causante


de mis problemas.

-Park Jimin – digo caminando hacia el – ¿que haces aquí...?

-No te emociones, solo venía pasando por aquí. Es divertido ver como las
personas te miran como un fenómeno.

Miro fijamente a Jimin, las heridas en sus muñecas no pasando


desapercibida, las heridas en su cuello solo incomodándome.

-No me digas que tu también – Jimin ríe echando su cabello morado hacia
atrás, anillos en sus dedos – wow gatito, pensé que eras diferente...

Jimin sonríe, mi mirada fija en la suya, y en verdad siento tanta rabia, tanta
ira, tanta...

Impotencia.

-¿Que pasa gatito? – Jimin sonríe acercándose a mi – ¿no te gustaría


joderme?

Gruño empujando mi mejilla con mi lengua, mis manos volviéndose puños a


mis costados.

-Vamos – Jimin roza sus labios con los míos, su aliento mezclándose –
descarga toda tu ira conmigo... – sus ojos conectan con los míos – como
siempre haces.

-Ya no más Jimin, esto me causo probl...

Jimin junta su cuerpo con el mío, oculta su rostro en mi cuello, siento su


cálido aliento contra mi piel, sus labios comenzando a besar, su lengua de
pronto lamiendo, un gemido escapando de mis labios.

-Gatito... usame – gime Jimin en mi oído, un gemido ronco y tan delicado,


todo mi auto-control desapareciendo.
YEOSANG

Echo mi cabeza hacia atrás, en este momento sintiéndome como en el cielo,


gimo sintiendo como entierra su pene en mi interior, mi espalda arqueándose.

-Vamos mi amor – besa mi cuello, sus dientes mordiendo mi piel – di mi


nombre...

-Y-yo...

Dios ¿que esta diciendo?

-Di mi nombre mi amor.

Gimo mis ojos conectando con los suyos, una sonrisa apareciendo en sus
labios, su cabello pegándose a su rostro debido al sudor, y...

-Dilo – embiste con fuerza, mis piernas envolviéndose en su cintura.

-Y-Y...

-Dilo Yeosang...

-¡Yunho!
Abro los ojos, me incorporo en la cama mi corazón martilleando con fuerza
en mi pecho, mi pene sintiéndose apretado en mis pantalones, todo mi cuerpo
siendo un desastre de temblores y sudor...

-¿Estas bien? – dice de pronto una voz, mi mirada cayendo sobre Jaemin, el
cual me mira riendo – Yunho es todo un semental.

-¡Cierra la boca! – gruño ocultando mi rostro entre las sabanas.

-Por cierto... tu madre te solicita, dice que es urgente.

-¿Donde esta?

-En el jardín.

15 minutos después...

-¿Mamá que pas...?


Me detengo, mis ojos centrándose en Yunho, el cual me mira, una sonrisa
apareciendo en sus labios, sus ojos teniendo un brillo, un brillo que no puedo
deciflar.

-Hola – dice Yunho, camina hacia mi la sonrisa aún en sus labios.

-H-hola...

-Tu madre me dijo que podía venir en cualquier momento – Yunho se inclina
un poco hacia mi, ya que es muy alto – pensé en que podríamos cabalgar
juntos ¿no te parece?

Trago con fuerza, imágenes no precisamente de cabalgar un caballo


apareciendo en mi cabeza...

-Que lindo – Yunho acaricia mis mejillas suavemente – me gusta el sonrojo


en tu rostro.

Trago con fuerza asintiendo lentamente, me alejo un poco de Yunho, el sonríe


asintiendo levemente con la cabeza.

-Vamos – Yunho me mira – tengo que darte varias lecciones...

En este momento, sirenas de advertencias comienzan a sonar en mi cabeza,


algo diciéndome que no fuera con el, que no me dejara llevar por su encanto,
pero es como si fuera un imán, camino detrás de el sin pensar, mi cuerpo
actuando por si solo.

-Lo disfrutaras tanto como yo – ríe Yunho suavemente – lo prometo.

Hay muchas veces que las personas prometen en vano, nunca me había
topado con una de esas personas.

Pero este día, si lo hice.


HOSEOK

-Hola primito – susurra una voz en mi oído, mi mirada cayendo sobre Wendy.

Y tengo que admitir que...

Se ve hermosa.

-¿Que quieres? – gruño fastidiado.

Es hermosa.

Pero la odio.

-¿No estas feliz de verme? – sonríe mi mirada fija en ella.

-Solo alejate – digo comenzando a caminar hacia mi hermano.

Yunho esta bebiendo de una copa, su mirada estando completamente perdida.

-¿En que piensas? – pregunto tomando una copa.


-Pienso... en cuanto aguantaras no quitarle la ropa a nuestra prima.

-¿Que? – me atraganto con la bebida, mi mirada cayendo sobre mi hermano


frunciendo el ceño.

Yunho ríe, su mirada conectando con la mía.

-Es la verdad.

-Deja de decir eso – digo dejando la copa en la mesa – odio venir a estas
estúpidas fiestas familiares.

-Todos la odian – Yunho mira sobre mi hombro, mi rostro girando levemente


encontrándome con Wendy y Jimin hablando y riendo – excepto ellos.

-A ellos les da igual esto. Porque están locos.

-Lo dices como si tu no lo estuvieras – Yunho me mira, su mirada


endureciéndose de pronto – ¿sabías que cuando duermes... gimes el nombre
Wendy?

Mi cuerpo se paraliza, mis ojos agrandándose. Yunho ríe caminando lejos de


mi.

-Que asco hermano – Yunho arruga la nariz – teniendo sueños eróticos con
nuestra primita.

-Idiota...

Yunho se termina de ir, mis manos apretandose en puños, mi mandíbula


doliendo de tanto apretarse...

-Para mi eso esta bien – murmura una dulce voz en mi oído a mis espaldas,
mi cuerpo tensandose – no sabes las ganas que tengo por cumplir tus sueños
primo.
Gruño al escuchar una leve risa, me alejo de Wendy tratando de ignorar el
dolor punzante en mi entrepierna.

Puto pene que se excita con eso.


WOOYOUNG

Se entierra con fuerza, mis ojos llenos de lágrimas, se siente como si


millones de vidrios se entierran en mi interior, grito su mano tapando mi
boca, mis dientes mordiendo con fuerza su mano, pero este me golpea con
fuerza en mi rostro, mis manos apretandose en puños a mi lados...

-Te pareces a ella – murmura, su mirada fija en la mía – te pareces a ella...


exactamente igual a ella.

Me incorporo en la cama, mi cuerpo sudando, mi corazón latiendo con


fuerza, un amargo sabor estando en mi boca. Me levanto de la cama
corriendo hacia el baño, vomito todo lo que he comido haciendo presión con
mis dedos, vomito con tanta fuerza que una vez que saco mis dedos estos
están manchados de sangre.

Antes hubiese parado allí.

Pero ahora, siento que no es suficiente.


Dejo caer mi cuerpo en el suelo, mis manos tomando con fuerza la navaja,
entierro esta en mis muslos haciendo grandes cortadas, el dolor comenzando
a salir, el dolor...

Mucho dolor...

-¿Wooyoung que...?

Trago con fuerza levantando la mirada, en ese momento recordando que no


estoy en casa, que tengo un compañero de habitación.

Mierda.

-Dios... ¿que estas haciendo? No – San aleja la navaja de mi piel, las lágrimas
resbalando por mis mejillas – ¿por que haces eso Wooyoung?

-Largo – gruño, mi voz siendo temblorosa, para nada firme como antes.

Odio esto.

Hago ademán de enterrar la navaja una vez más, pero San me la quita, eso
solo desesperándome aún más.

No es suficiente.

-¡DAME LA PUTA NAVAJA! – grito desesperado tratando de llegar a ella,


pero San la tira a la basura.

Me arrastro por el suelo mis manos comenzando a buscar en la basura, pero


manos me toman con fuerza obligándome a estar sobre mis pies.

-Ya no lo hagas.

-¡LARGATE DE UNA VEZ!

Trato de empujar a San, pero el solo me sujeta con fuerza, sus brazos
envolviéndose a mi alrededor de pronto, no pudiendo controlar mis
emociones.

Se esta saliendo de control...

-P-por favor – murmuro sin fuerza – dejame solo... deja-ame...

-No – siento la mano de San acariciar mi cabello suavemente, mi cuerpo


siendo un desastre entre temblores – dejame ayudarte.

Niego fuertemente con la cabeza tratando de alejarme de el.

-Wooyoung...

-San, alejate de mi.

-No.

-¡NO LO ENTIENDES!

-¡NO ME DEJAS HACERLO!

Lloro con fuerza escondiendo mi rostro entre mis manos.

Es mucho dolor...

Es mucho dolor...

Es mucho...

-Dolor... – sollozo.

-Wooyoung, por favor...

Niego con la cabeza, mi mirada conectando con la suya.


-Yo te puedo ayudar – San trata de acercarse a mi pero me alejo comenzando
a sentir miedo de el.

Miedo de todos.

-No lo entiendes... – murmuro negando con la cabeza – nadie puede


ayudarme.
JUNGKOOK

Creo que me excedí solo un poco.

Razón por las que no quería seguir enamorado de ella: me volvería un puto
acosador.

Cuando era niño no creí que esto por Seulgi fuera tan fuerte, solo algo de
niños, pero al pasar los años solo aumento ese sentimiento de quererla, de...

Hacerla mía.

Por eso, ahora me encuentro aquí, en la peor universidad de Daegu, el peor


apartamento de mierda, y el peor barrio.

Lo que hace el amor ¿no?

Estoy apunto de entrar a mi apartamento de porquería, cuando un rostro


conocido aparece ante mi, una Seulgi sonriendo hacia un chico, el cual he
visto en nuestra clase pero no recuerdo su nombre, Seulgi ríe asintiendo con
la cabeza hacia el chico, mis manos volviéndose puños a mis costados.

Espero a que el chico se valla, y miro fijamente a Seulgi, giro sobre mis
talones enfrentando la puerta, y ella parece distraída porque pasa a mis
espaldas y no me nota, y es perfecto.

Justo cuando pasa estiro mi mano tomando su brazo con fuerza, abro la
puerta de mi apartamento tirando su cuerpo adentro, ella chilla
tambaleándose en el suelo. Cierro la puerta a mis espaldas apoyándome en
esta.

-¿Es una broma? – Seulgi me mira, sus ojos destilando ira hacia mi.

-Nos encontramos una vez má...

No termino de hablar pues me da una bofetada con fuerza, mi rostro girando,


golpeo mi lengua contra mi mejilla mi rostro girando hacia el de ella.

-¿Sabes? Venía con buenas... intenciones – río tirando mi mochila al suelo –


pero tu, con tu actitud de perra... me has colmado la poca paciencia que
tengo.

Llevo mis manos hacia mis pantalones bajando el cierre, la mirada de Seulgi
bajando hacia ellos, miedo apareciendo en su mirada.

-No lo hagas – solloza Seulgi, un sonrisa apareciendo en mis labios.

Enredo mis dedos en su cabello jalando con fuerza su cuerpo hacia mi


habitación dejando caer su cuerpo sobre la cama, bajo mis pantalones
subiendo sobre ella.

-¡AYUDA! – grita Seulgi, sus manos golpeándome con fuerza, pero solo me
limito a sonreír – ¡Maldito Jungkook, dejame!

Tomo mi cinturón llevando las manos de Seulgi sobre su cabeza, amarro sus
muñecas juntas, mis manos subiendo la falda mis dedos acariciando sus
bragas.

-Que linda – digo enganchando mis dedos en su ropa interior – me gustan los
conejos en la ropa interior.

Jalo fuera sus bragas, mi mirada centrándose en sus ojos llenos de lágrimas.

-Dejame por favor... ¡DAJAME!

Sin previo aviso, me entierro en ella abruptamente, un grito desgarrador


llegando a mis oídos, una sonrisa formándose en mis labios.

-No te dejare mi amor – muevo mis caderas, la estrechez haciéndome gemir –


eres mía.

Muevo mis caderas contra las suyas, sus ojos cerrándose con fuerza, sus
dientes mordiendo con fuerza sus labios, entierro mi rostro en su cuello
besando su piel, mis dientes mordiendo suavemente a diferencia de mis
embestidas, y en ese momento lo escucho.

Un pequeño gemido desde los labios de Seulgi, una sonrisa formándose en


mis labios.

Miro sus ojos, sus labios entreabiertos, me muevo con más fuerza, mis manos
tomando sus piernas y envolviéndolas en mis caderas, llevo mis manos hacia
las suyas sobre su cabeza, beso sus labios suavemente, e increíblemente,
responde a el, sus manos sujetando con fuerza las mías.

Y en ese momento lo se.

Seulgi esta igual de enferma que yo.

También podría gustarte