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Es verdad que si tu trabajo es hablar en público, la escritura debería ser casi que
un crédito extra, pero es muy importante hacer ese esfuerzo. Es importante,
pero precisamente lo es en las justas proporciones. Estos consejos prácticos no
buscan hacerte un Cervantes, ni un James Joyce, ni siquiera un Quevedo (que
te vendría mejor). Simplemente son una serie de consejos que te van a ayudar
a poner en orden tus notas y a ser más organizado con tus ideas a la hora de
hablar en público.
Algo más: estos consejos no están pensados para quienes tienen que,
efectivamente, escribir. Es decir, los conferencistas, divulgadores, líderes
políticos, comediantes y cualquier otro orador u oradora cuyo ejercicio requiere
de escribir textos. Este es un documento pensado para quienes tienen reuniones
de trabajo, presentaciones de proyecto, sesiones de pitch, presentaciones breves
ante públicos inusuales (colegios, universidades, conversatorios, etc.), entrevistas
y apariciones en medios y trabajos de vocería.
3- Escribir ES memorizar
No es importante memorizar. Aprender de memoria no es aprender. Hay
algunas cosas que debemos memorizar y otras que debemos entender; estas
segundas son infinitamente más importantes. Todo aquello que sea importante
memorizar, escríbelo y deja el espacio en tu cerebro para esas cosas que debes
entender. Una vez tengas claro eso que debes entender, escribe cómo lo vas a
explicar, para que no se te olvide la mejor forma de hacerlo. Como verás, estos
consejos se retroalimentan y conectan entre sí.
4- Mnemotecnia
Y ya que hablamos de memoria, echa mano de tantas técnicas de memorización
como sean necesarias. Si es importante recordar a la gente en la mesa de trabajo
de un programa de radio, por ejemplo, haz un mapa. Pregunta sus nombres y
haz un mapa. Si te queda más fácil recordar asociando nombres a objetos, hazlo.
Si lo que tienes que recordar es el nombre de la emisora, póntelo en la mano,
o inventa un versito al que puedas acudir si te bloqueas. Si lo importante es la
persona que está debatiendo contigo, haz una nota con su nombre y ocupación,
busca su cuenta de twitter, conoce algo de esa persona y apréndelo.
• Pasa de: Como todos saben, nuestra marca busca que el good will siga
creciendo, por lo que trajimos como embajador de nuestro X300, al ex
futbolista Bastian Schweinsteiger
• A: Como todos saben, nuestra marca busca que el guud uil siga creciendo,
por lo que trajimos como embajador de nuestro EX- zri jandred, al ex
futbolista Bástian Shhvainsstaiguer
Evita las expresiones sofisticadas en inglés y francés. Todas ellas, salvo contadas
excepciones, tienen una versión en español. Cada vez que alguien quiere salir
con una finta de este estilo, tiene que invertir algo de tiempo extra en explicarlo,
casi inmediatamente.
Lo mismo pasa con los latinajos. Sobre todo los que no te sabes bien, como
suele pasar con la expresión motu proprio, que quiere decir “porque me nació”
o “por mi propia voluntad” y se utiliza así tal cual, con la erre intermedia y sin
ninguna preposición (a menudo la gente dice “de motu propio” o “por motu
propio”). Ahora que lo sabes, francamente ¿De qué te sirve?
Obviamente, esta regla tiene excepciones, como todas las reglas: cuando se trata
de un chiste interno, cuando el lema de una organización es en inglés, cuando
se trata de la frase de una película que todos y todas recuerdan más en inglés,
cuando la palabra DEFINITIVAMENTE no tiene traducción al español (saudade,
geheimnis, tsundoku, timing). Sea como sea, es importante tener esto entre las
notas previas a una presentación, así como un jugador de fútbol practica sus
gambetas y uno de tenis practica sus respuestas con efecto.
• Usar palabras que brinden mayor claridad y hacer mensajes tan claros en
su significado como en su sonoridad (las palabras demasiado complicadas
enredan a cualquier persona y solamente deben usarse cuando sean
precisas y necesarias)
• Tomar decisiones útiles acerca del lenguaje incluyente, escoger lo que sea
una medida correcta que no falte al respeto, pero que al tiempo permita
dar el mensaje sin enredarse.
Así que no basta con recitar las cifras y las estadísticas, los porcentajes y los
comparativos, etc. Es importante que te apropies de esas cifras y esos datos.