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Damas y caballeros, todos sabemos que no es nada fácil hablar en público, pero
también sabemos que lograrlo puede ser un gran paso, no solo personal sino también
profesional. Por eso, les queremos darles unos consejos al respecto…
Como sabemos, la mayoría de la gente sufre un gran temor de hablar en público. Sin
embargo, esto que es tan necesario para dar buenos informes en el trabajo, participar
activamente en la clase de un curso, o incluso celebrar un discurso en el brindis en una
boda, entre otras muchas otra cuestiones, puede ser logrado sin mayores dificultades.
La práctica, será ser paciente y practicar todo lo posible.
La regla más importante para hablar en público, es saber muy bien de que se está
hablando. Quizás le suene obvio, pero lo cierto es que la mayoría de los oradores que
tienen dificultades para hablar en público, no tiene tampoco una idea clara de lo que
quieren transmitir a su audiencia.
Por eso, se necesita saber exactamente lo que se quiere que la audiencia capte, para
lo cual sería también muy útil anotarse los tres o cuatro puntos principales, y pensar
en relación a los mismos. Usted no es una enciclopedia humana, por lo que demasiada
información podría ser contraproducente para su discurso. En su lugar, siga esta regla
de los tres o cuatro puntos principales. Luego, tenga en cuenta los siguientes puntos:
Sucede que serán los momentos espontáneos durante un discurso los que más lo
sorprenderán a usted y deleitarán a su audiencia, y no es bueno verse como si se
estuviera recitando un discurso memorizado, lo cual suele aburrir al público.
También es una buena idea definir bien como se vestirá. En este sentido, asegúrese de
usar algo que le quede cómodo, es decir algo que no le impida moverse para
gesticular. Lo más importante, de todas formas, es que elija de antemano ropa que le
quede muy pero muy bien, lo cual le dará un problema menos para el día del discurso
y le brindará además una mayor seguridad personal.
3. La importancia de ser uno mismo
Muchas personas sienten que deberían adoptar otro "personaje" mientras hablan
frente a una audiencia, como si ellos no fueran lo suficientemente importantes para ser
tenido en cuenta y atendidos por el público. Algunos oradores, llegan incluso a
impostar una postura seria, solemne e inexpresiva y se olvidan de que el humor puede
ser uno de los instrumentos más importantes en cualquier orador. Pero por el
contrario, no se deben obviar el humor, los hechos, anécdotas y cuentos personales,
que pueden ser una maravillosa manera de llegar al corazón de una audiencia.
La audiencia estará allí generalmente porque tendrá interés en lo que usted dice, y
querrá oír todo lo que exprese. Por eso, querrá que lo haga bien. No piense en una
audiencia como algún tipo de bloque hostil sin humanidad, piensa en ella simplemente
como lo que son: un grupo de personas como usted.
Intente hacer un contacto visual con una persona a la vez, hablándole personalmente a
ella, sin pensar en ese momento en los demás. Trate, si la situación lo permite, de
incluir y hacer participar a su audiencia para utilizar sus respuestas como guía en su
discurso.
c. Cuando no lo vean, saque la lengua, abra los ojos y abra también la boca todo lo
que pueda, y entonces haga lo inverso para achicar la cara todo lo posible. Todo esto
le relajará los músculos de su cara entera.
e. Imagínese en un lugar ideal, seguro, soñado. Nada lo puede dañar mientras esté en
medio de ello. Intente mantener esta imagen mientras esté sobre el escenario.
Hablar en público no es una ciencia de expertos, ni un don de unos pocos. Si sigue
estos puntos, práctica, y empieza a desterrar los temores, verá que será muy fácil, y
que el público al que le hable lo ayudará y le dará confianza. Para ese entonces,
seguramente descubrirá que ser un disertante puede ser algo muy satisfactorio.