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Como el reparto de utilidades es un derecho de los trabajadores a tener una participación en las
ganancias de las empresas y correlativamente se traduce en una obligación de éstas, si la
participación ya está legalmente determinada, es exigible por medio de las Juntas de Conciliación y
Arbitraje, y dependerá de la naturaleza de la empresa a la que se le reclame dicha prestación, la
determinación de la competencia federal o local. Por tanto, si la demandada es una empresa que se
dedica a las industrias enumeradas en los artículos 123, apartado A, fracción XXXI, constitucional y
527 de la Ley Federal del Trabajo, el conocimiento de la demanda laboral tocará a la Junta Federal
de Conciliación y Arbitraje. En todos los demás casos, a las Juntas Locales de Conciliación o de
Conciliación y Arbitraje, según lo dispone el artículo 698 de la Ley Federal del Trabajo.
Competencia 57/95. Entre la Junta Especial Número Uno de la Local de Conciliación y Arbitraje en
el Estado de San Luis Potosí y la Junta Especial Número Treinta y Nueve de la Federal de
Conciliación y Arbitraje en el Estado de Tamaulipas. 12 de mayo de 1995. Cinco votos. Ponente:
Genaro David Góngora Pimentel. Secretaria: María Guadalupe Saucedo Zavala.
Para condenar a la empresa demandada a dicha prestación, el trabajador debe demostrar que
previamente al juicio laboral agotó el procedimiento contemplado en el artículo 125 de la Ley
Federal del Trabajo, o bien, que el monto que le corresponde se encuentra establecido en cantidad
líquida y determinada y en forma definitiva por las autoridades hacendarias, porque de lo contrario
la Junta se encuentra imposibilitada para laudar congruentemente.
Amparo directo 394/90. Ignacio Carreón Lezama. 2 de octubre de 1990. Unanimidad de votos.
Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Jorge Alberto González Alvarez.
Amparo directo 146/92. Hugo Zitle Torres. 12 de mayo de 1992. Unanimidad de votos. Ponente:
Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Jorge Alberto González Alvarez.
Amparo directo 492/95. Industrias Polimex, S.A. de C.V. 18 de octubre de 1995. Unanimidad de
votos. Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Humberto Schettino Reyna.
Amparo directo 615/95. Evaristo Rojas Elizalde y otros. 17 de enero de 1996. Unanimidad de votos.
Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Humberto Schettino Reyna.
Amparo directo 303/96. Celia Pastén Hernández. 12 de junio de 1996. Unanimidad de votos.
Ponente: María Eugenia Estela Martínez Cardiel. Secretario: Héctor Enrique Hernández Torres.
Contradicción de tesis 13/2000-SS. Entre las sustentadas por el Tribunal Colegiado del Segundo
Circuito y el Noveno Tribunal Colegiado del Primer Circuito, ambos en Materia de Trabajo. 30 de
noviembre del año 2000. Cinco votos. Ponente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano. Secretario:
Alberto Miguel Ruiz Matías.
Tesis de jurisprudencia 2/2001. Aprobada por la Segunda Sala de este Alto Tribunal, en sesión
privada del doce de enero de dos mil uno.
Amparo directo 177/99. María del Carmen Escobar Morales. 7 de mayo de 1999. Unanimidad de
votos. Ponente: Fernando Narváez Barker. Secretario: Nicolás Castillo Martínez.
Nota: Esta tesis contendió en la contradicción 13/2000-SS resuelta por la Segunda Sala, de la que
derivó la tesis 2a./J. 2/2001, que aparece publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo XIII, enero de 2001, página 204, con el rubro: "REPARTO DE
UTILIDADES. MOMENTO A PARTIR DEL CUAL INICIA EL CÓMPUTO DEL PLAZO DE UN
AÑO, PARA QUE OPERE LA PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PARA EXIGIRLO."
Tratándose del pago del reparto de utilidades, las Juntas carecen de elementos para condenar al
patrón a cubrirlo cuando no se ha fundado un derecho específico a determinada cantidad, después
de seguido el procedimiento que fija el capítulo VIII del título tercero de la Ley Federal del Trabajo
(artículos 117 a 131), y en especial lo dispuesto por el artículo 125 de ese ordenamiento, precepto
del que se desprende que el porcentaje conforme al cual deben fijarse las participaciones de
utilidades de las empresas, debe ser determinado por la Comisión Nacional para el Reparto de
Utilidades, previas las investigaciones y los estudios necesarios.
Amparo directo 166/93. Gustavo Vázquez Sanabria. 6 de mayo de 1993. Unanimidad de votos.
Ponente: José Galván Rojas. Secretario: Armando Cortés Galván.
Amparo directo 492/95. Industrias Polimex, S.A. de C.V. 18 de octubre de 1995. Unanimidad de
votos. Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Humberto Schettino Reyna.
Amparo directo 615/95. Evaristo Rojas Elizalde y otros. 17 de enero de 1996. Unanimidad de votos.
Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Humberto Schettino Reyna.
Amparo directo 673/96. Luis Iván Macías Castillo y otra. 26 de febrero de 1997. Unanimidad de
votos. Ponente: Antonio Meza Alarcón. Secretario: Enrique Baigts Muñoz.
Amparo directo 496/97. Juan Zúñiga Álvarez. 13 de agosto de 1997. Unanimidad de votos.
Ponente: Antonio Meza Alarcón. Secretario: Enrique Baigts Muñoz.
Véase: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca, Tomo XV, mayo de 2002,
página 1150, de rubro "UTILIDADES, PAGO DE REPARTO DE.".
El artículo 121 de la Ley Federal del Trabajo, que se refiere al derecho de los trabajadores de
formular objeciones a la declaración anual del impuesto sobre la renta, que presenta el patrón ante
la Secretaría de Hacienda (para los efectos del reparto de utilidades); ya que en la fracción II de
dicho numeral establece el término "podrá" siendo una facultad potestativa para los trabajadores
hacer sus observaciones, pero ello no implica que aunque en el supuesto que los trabajadores o su
representante legal omitan realizarlas, la autoridad en uso de sus facultades pueda ejercer sus
atribuciones de comprobación fiscal a fin de cerciorarse de que los contribuyentes han cumplido
con las disposiciones fiscales a su cargo.
Amparo directo 247/93. Gas Central de Apizaco, S.A. de C.V. 3 de mayo de 1995. Unanimidad de
votos. Ponente: María Eugenia Estela Martínez Cardiel. Secretario: José Luis González Marañón.
El artículo 123, apartado A, fracción IX, de la Constitución, consagra el derecho de los trabajadores
a percibir una participación en las utilidades de las empresas y determina que se establecerá una
comisión nacional integrada con representantes de los trabajadores, de los patrones y del gobierno,
encargada de fijar el porcentaje de utilidades que debe repartirse, para lo cual practicará las
investigaciones y realizará los estudios necesarios y apropiados para conocer las condiciones
generales de la economía nacional y considerará la necesidad de fomentar el desarrollo industrial
del país, el interés razonable que debe percibir el capital y la necesidad de reinversión de capitales;
así como que la comisión podrá revisar el porcentaje fijado cuando existan nuevos estudios e
investigaciones que lo justifiquen. Por su parte, los artículos 117 a 122, 126 y 128 de la Ley Federal
del Trabajo reiteran lo anterior y, además, determinan que se considerará como utilidad la renta
gravable de conformidad con la Ley del Impuesto sobre la Renta; los sujetos exceptuados de
cumplir con la obligación de repartir utilidades; los casos en que debe efectuarse reparto adicional;
la imposibilidad de hacerse compensaciones de los años de pérdidas con los de ganancia y de hacer
deducciones o establecer distinciones entre las empresas. Por tanto, la resolución de la Tercera
Comisión Nacional para la Participación de los Trabajadores en las Utilidades de las Empresas, en
cuanto se refiere a los aspectos antes mencionados, además de fijar el porcentaje en que deben
participar los trabajadores en las utilidades del patrón, no viola los artículos supremo y secundarios
citados, pues al hacerlo se limita la comisión a repetir disposiciones contenidas en la Constitución y
en la Ley Federal del Trabajo y a remitir a la Ley del Impuesto sobre la Renta, sin que ello implique
regular situaciones jurídicas apartándose de su competencia legal.
Amparo en revisión 297/99. Cítricos de Huimanguillo, S.A. de C.V. 16 de abril de 1999. Cinco
votos. Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretaria: María Estela Ferrer Mac Gregor Poisot.
Amparo directo 229/96. Guillermina Ling Macías. 1o. de febrero de 1996. Unanimidad de votos.
Ponente: F. Javier Mijangos Navarro. Secretario: Héctor Landa Razo.
Nota: Esta tesis contendió en la contradicción 13/2000-SS resuelta por la Segunda Sala, de la que
derivó la tesis 2a./J. 2/2001, que aparece publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo XIII, enero de 2001, página 204, con el rubro: "REPARTO DE
UTILIDADES. MOMENTO A PARTIR DEL CUAL INICIA EL CÓMPUTO DEL PLAZO DE UN
AÑO, PARA QUE OPERE LA PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PARA EXIGIRLO."
El artículo 122 de la Ley Federal del Trabajo establece que el reparto de utilidades entre los
trabajadores deberá efectuarse dentro de los sesenta días siguientes a la fecha en que deba pagarse el
impuesto anual, aun cuando esté en trámite la objeción de los trabajadores, así como que cuando la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público aumente el monto de la utilidad gravable, sin haber
mediado objeción de los trabajadores o haber sido ésta resuelta, el reparto adicional se hará dentro
de los sesenta días siguientes a la fecha en que se notifique la resolución y sólo en caso de que ésta
sea impugnada, se suspenderá el pago del reparto adicional hasta que la resolución quede firme,
garantizándose el interés de los trabajadores. Por su parte, los artículos 7o., 8o. y 24 del Reglamento
de los Artículos 121 y 122 de la Ley Federal del Trabajo, disponen que el reparto de utilidades
deberá efectuarse dentro de los sesenta días siguientes a la fecha en que corresponda pagar el
impuesto sobre la renta anual, aunque los trabajadores hayan objetado la declaración presentada por
el patrón; que si éste presenta con posterioridad una declaración anual complementaria en la que
aumente el ingreso gravable declarado inicialmente, debe hacer un reparto adicional dentro del
plazo señalado y, por último, que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, sin que medie
objeción de los trabajadores, podrá ejercer sus facultades de comprobación y de encontrar que el
ingreso gravable es mayor al declarado, ordenará las liquidaciones del impuesto omitido y notificará
al patrón y a los trabajadores sobre la procedencia del reparto adicional. Los preceptos
reglamentarios no violan el artículo 89, fracción I, de la Constitución, ya que se limitan a
complementar y desarrollar el artículo 122 de la Ley Federal del Trabajo que reglamentan, sin
excederlo, dado que sólo hacen referencia a los plazos en que debe pagarse el reparto de utilidades a
los trabajadores, a la facultad de la secretaría mencionada para ejercer sus atribuciones y a su
obligación de comunicar al patrón y a los trabajadores sobre la procedencia del reparto adicional de
utilidades.
Amparo en revisión 297/99. Cítricos de Huimanguillo, S.A. de C.V. 16 de abril de 1999. Cinco
votos. Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretaria: María Estela Ferrer Mac Gregor Poisot.
Registro digital: 2013053
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Décima Época
Materias(s): Laboral
Tesis: VII.2o.T.84 L (10a.)
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Libro 36, Noviembre de 2016, Tomo IV,
página 2516
Tipo: Aislada
Amparo directo 1124/2015. Rosa Isela Pastor Méndez. 30 de junio de 2016. Unanimidad de votos.
Ponente: Jorge Toss Capistrán. Secretario: Renato de Jesús Martínez Lemus.
Esta tesis se publicó el viernes 11 de noviembre de 2016 a las 10:22 horas en el Semanario Judicial
de la Federación.
Amparo directo 285/2013. 27 de junio de 2013. Mayoría de votos. Disidente y Ponente: José
Manuel Hernández Saldaña. Encargada del engrose: María del Rosario Mota Cienfuegos.
Secretario: Armando Guadarrama Bautista.
De conformidad con el artículo 121 de la Ley Federal del Trabajo, los trabajadores tienen derecho a
formular objeciones a la declaración anual de impuestos que presente el patrón a la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público, para lo cual, como requisito previo, se requiere que el patrón, dentro
del término de diez días contados a partir de la fecha de la presentación de aquélla, les entregue
copia de la misma. También precisa que los anexos que de conformidad con las disposiciones
fiscales debe presentar a la citada secretaría quedarán a disposición de los trabajadores durante un
término de treinta días en las oficinas de la empresa y en la propia secretaría. Una vez que
acontezca lo anterior, el sindicato titular del contrato colectivo, o la mayoría de los trabajadores de
la empresa, podrá formular las observaciones que juzgue conveniente y, por último, dicha
dependencia dictará la resolución definitiva, la cual no podrá ser recurrida por los trabajadores. Por
otro lado, el artículo 15 del Reglamento de los Artículos 121 y 122 de la Ley Federal del Trabajo
establece que en tanto no se haya proporcionado copia de la declaración a los trabajadores en
términos del artículo 10 del mismo ordenamiento, o no quedaran a su disposición los anexos
correspondientes, de acuerdo con el artículo 11, no podrá iniciar el plazo de 30 días para formular
las objeciones a la referida declaración anual. De esta manera, antes de acudir ante la citada
secretaría, se requiere que el patrón otorgue a los trabajadores copia de dicha declaración anual y, en
su caso, de su declaración complementaria, así como de sus anexos, pues sin la entrega de tales
documentales no podrá iniciarse el procedimiento relativo. En congruencia con lo anterior, si la
obligación de los patrones de entregar las citadas documentales para que sus empleados conozcan si
existe un beneficio económico que pueda fincarse por concepto de utilidades constituye un derecho
laboral, en términos del numeral 604 de la invocada ley, corresponde a la Junta de Conciliación y
Arbitraje su conocimiento y resolución, por tratarse de un conflicto de trabajo que se suscita entre
trabajadores y patrones; por tanto, la omisión de entregar a los trabajadores la declaración anual de
impuestos, o su declaración complementaria y sus anexos, para determinar la renta gravable y, por
tanto, el reparto de utilidades, debe demandarse ante la Junta de Conciliación y Arbitraje.
Amparo directo 285/2013. 27 de junio de 2013. Mayoría de votos. Disidente y Ponente: José
Manuel Hernández Saldaña. Encargada del engrose: María del Rosario Mota Cienfuegos.
Secretario: Armando Guadarrama Bautista.
Nota: Esta tesis es objeto de la denuncia relativa a la contradicción de criterios 33/2024, pendiente
de resolverse por el Pleno Regional en Materias Penal y de Trabajo de la Región Centro-Sur, con
residencia en la Ciudad de México.
La cantidad a que tienen derecho los trabajadores por concepto de reparto de utilidades de la
empresa, puede determinarse a partir de dos orígenes independientes y regulados por disposiciones
distintas conforme al elemento generador de la obligación patronal; el primero deriva de los
artículos 117 a 131 de la Ley Federal del Trabajo; y 1o., 3o., 4o., 7o., 8o., 10, 11, 14 a 19, 22 a 26 y
30 del Reglamento de los Artículos 121 y 122 de la Ley Federal del Trabajo y, el segundo, del
artículo 42 del Código Fiscal de la Federación. Así, el primer origen es de carácter laboral, pues
surge de la declaración anual del impuesto sobre la renta presentada por el patrón a las autoridades
tributarias, específicamente cuando la comisión mixta dentro de cada empresa, en términos del
artículo 125 de la ley invocada, determina la participación individual de cada trabajador en el
reparto de utilidades después del procedimiento correspondiente, sin que obste que los integrantes
de dicha comisión no llegaran a un acuerdo, pues en ese caso será un inspector del trabajo quien
fijará el monto a repartir; de ahí que cualquiera de las referidas hipótesis conlleva el nacimiento de
la obligación del patrón de pagar a los trabajadores, en lo individual, el monto específico por ese
concepto y, por ende, el plazo de prescripción previsto en el artículo 516 de la Ley Federal del
Trabajo inicia a partir del día siguiente al que se notifiquen al trabajador las resoluciones
pronunciadas por la comisión mixta o por el inspector del trabajo o del que tuvo conocimiento
fehaciente de éstas, pues es entonces cuando está en aptitud de reclamarlo. Ahora bien, el segundo
origen deriva del ejercicio de la facultad de comprobación que prevé el referido artículo 42, pues la
renta gravable o utilidad fiscal que resulte servirá para determinar el monto del impuesto relativo y
la participación de los trabajadores en las utilidades, sin que para ello se requiera determinar un
crédito fiscal por concepto del impuesto sobre la renta; supuesto en el que resulta inaplicable el
plazo de prescripción previsto en el invocado artículo 516, toda vez que la determinación del
reparto de utilidades surge del ejercicio de las atribuciones de las autoridades hacendarias
encargadas de verificar el cumplimiento de obligaciones tributarias y no de la decisión adoptada por
la comisión mixta o por algún inspector del trabajo.
Nota: Esta tesis fue objeto de la denuncia relativa a la contradicción de tesis 194/2015 del Pleno de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, desechada por notoriamente improcedente, mediante
acuerdo de 9 de julio de 2015.
Contradicción de tesis 318/2010. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados Primero en
Materias Administrativa y de Trabajo del Décimo Primer Circuito y Tercero en Materia
Administrativa del Primer Circuito. 8 de diciembre de 2010. Mayoría de tres votos. Disidentes:
Sergio A. Valls Hernández y Margarita Beatriz Luna Ramos. Ponente: Sergio Salvador Aguirre
Anguiano. Secretaria: Armida Buenrostro Martínez.
Tesis de jurisprudencia 4/2011. Aprobada por la Segunda Sala de este Alto Tribunal, en sesión
privada del doce de enero de dos mil once.
Nota: Esta tesis fue objeto de la denuncia relativa a la contradicción de tesis 194/2015 del Pleno de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, desechada por notoriamente improcedente, mediante
acuerdo de 9 de julio de 2015.
Amparo directo en revisión 2056/2009. ING (México), S.A. de C.V., Casa de Bolsa, ING Grupo
Financiero. 9 de diciembre de 2009. Cinco votos. Ponente: José Fernando Franco González Salas.
Secretario: Israel Flores Rodríguez.
La confesión expresa del patrón de que al trabajador le corresponde cierta cantidad de dinero por
concepto de utilidades relativo a determinado ejercicio fiscal, presupone que se agotó el
procedimiento respectivo, y a través de él se llegó a esa suma. Sin que obste a lo anterior el criterio
establecido por la entonces Cuarta Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la
jurisprudencia 4a./J. 52/94, derivada de la contradicción de tesis 49/93, publicada en la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Número 85, enero de 1995, página 50, de
rubro: "PARTICIPACIÓN DE LOS TRABAJADORES EN LAS UTILIDADES DE LAS
EMPRESAS. CARGA DE LA PRUEBA.", en el sentido de que al patrón no puede atribuírsele la
carga de probar la determinación de la cantidad líquida y definitiva del monto que le corresponde al
trabajador por concepto de participación de utilidades, porque en el procedimiento para llegar a tal
determinación no todos los aspectos se rigen por disposiciones laborales, ni en todos los trámites
interviene el patrón con facultades autónomas y decisorias; y, por consiguiente, es al trabajador a
quien corresponde dicha carga, sin que baste para satisfacerla su mero dicho. En esta tesitura, si la
patronal manifiesta que al empleado "le corresponde" la cantidad líquida que reclama por concepto
de utilidades, no puede considerarse insatisfecha la carga del trabajador de demostrar su aserto, pues
esa confesión presupone o lleva implícito el agotamiento del procedimiento legal que culminó con
la determinación de esa cantidad por el referido concepto; procedimiento en el cual, si bien el
patrón no tiene facultades decisorias, sí interviene con sus representantes en la comisión que la
determina; y para el caso de que la hubiera realizado el inspector del trabajo (ante la imposibilidad
de los integrantes de la comisión de ponerse de acuerdo), se asume que tal cantidad le fue notificada
al empleador, y por ello acepta que le corresponde al empleado; en tal virtud, no existe obstáculo
para que a partir de la confesión del patrón, en los términos apuntados, se tenga por acreditado que
se agotó el procedimiento para llegar a determinar el monto que por el referido concepto le
corresponde al trabajador y, a la vez, tener por cierto el que indica éste en su demanda.
Amparo directo 831/2005. Ismael Díaz Hernández. 15 de febrero de 2006. Unanimidad de votos.
Ponente: Arturo García Torres. Secretaria: Yolanda Leyva Zetina.
Suprema Corte de Justicia de la Nación
Si el trabajador sostiene que una vez efectuado el procedimiento a que aluden los artículos 117 al
125 de la Ley Federal del Trabajo se determinó que le correspondía cierta cantidad líquida por
concepto de pago de reparto de utilidades, en términos de la lista fijada en los tableros de la
empresa demandada, corresponde a aquél demostrar con algún medio de prueba que efectivamente
se llevó a cabo el procedimiento establecido en los numerales 120 al 125 de la Ley Federal del
Trabajo, siendo suficiente para ello la sanción procesal impuesta a la demandada de tener por
contestada la demanda en sentido afirmativo, pues es inconcuso que la consecuencia de esa sanción
conlleva la presunción de ser ciertos los hechos atinentes tanto del nacimiento del derecho de la
actora como de la obligación de la patronal de pagar el importe reclamado, si no existe prueba que
desvirtúe que se llevó a cabo el procedimiento referido, ni lo argumentado por el trabajador en el
sentido de que dicha cantidad derivaba de la lista publicada en los tableros de la empresa.
Amparo directo 763/2003. María Esther Hernández Enríquez. 5 de noviembre de 2003. Mayoría de
votos. Disidente: Alfredo Gómez Molina. Ponente: Victorino Rojas Rivera. Secretario: Reynaldo
Piñón Rangel.
Nota: Esta tesis fue objeto de la denuncia relativa a la contradicción de tesis 149/2010, de la que
derivó la tesis jurisprudencial 2a./J. 140/2010 de rubro: "PARTICIPACIÓN DE LOS
TRABAJADORES EN LAS UTILIDADES DE LAS EMPRESAS. CUANDO EL TRABAJADOR
DEMANDA CANTIDADES LÍQUIDAS POR ESE CONCEPTO Y AFIRMA EN SU DEMANDA
QUE SE SIGUIÓ EL PROCEDIMIENTO LEGAL CORRESPONDIENTE, NO BASTA TENER
POR CONTESTADA LA DEMANDA EN SENTIDO AFIRMATIVO PARA QUE LA JUNTA DE
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE ESTABLEZCA LA CONDENA RESPECTIVA."
Suprema Corte de Justicia de la Nación
Si bien es cierto que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sostenido que el principio de
proporcionalidad tributaria radica medularmente en que los sujetos pasivos deben contribuir al gasto
público en función de su respectiva capacidad contributiva, debiendo aportar una parte adecuada de
sus ingresos, utilidades, rendimientos, o la manifestación de riqueza gravada, por lo que para que un
gravamen sea proporcional debe existir congruencia entre éste y la capacidad contributiva de los
causantes -de manera que debe pagar más quien tenga mayor capacidad contributiva y menos el que
la tenga en menor proporción-, también lo es que la capacidad contributiva no se determina
únicamente por la cuantía de la renta, sino también por la fuente de la que ésta proviene o, incluso,
por las circunstancias especiales que rodean su obtención; de ahí que el legislador pueda
válidamente establecer diversas categorías de causantes, a los que conferirá un tratamiento distinto
en función de circunstancias objetivas que reflejen una diferente capacidad contributiva. En ese
tenor, el régimen previsto en la Ley del Impuesto sobre la Renta, vigente a partir del 1o. de enero de
2002, mediante el cual se grava la participación de utilidades de las empresas aplicable a los
trabajadores no contraviene el citado principio constitucional, al no permitir reconocer el impuesto
ya pagado por dichas utilidades a través de la empresa que las reparte. Lo anterior es así, pues se
trata de dos grupos de contribuyentes que por su naturaleza se ubican en distintas situaciones: por
un lado, las personas que participan en el capital social de las sociedades (accionistas), quienes
además de fomentar la inversión ponen en riesgo su capital al invertirlo y, por otro, las personas
sujetas a un trabajo personal subordinado (trabajadores), quienes no invierten capital alguno, sino
sólo aportan su fuerza de trabajo a cambio de una remuneración. Además, no puede estimarse que
existe doble tributación, porque la base del reparto de utilidades para los trabajadores es la renta
gravable, mientras que para los accionistas lo es la utilidad fiscal, por lo que no puede considerarse
que tengan su origen en la misma fuente, y porque el impuesto a que se refiere el artículo 10 de la
ley de referencia (que es el que en términos del numeral 165 puede el accionista acreditar), se aplica
a las personas morales; en tanto que el impuesto a que se refieren, en forma concreta, los artículos
110, 113, 115, 116 y 177 de la propia ley, señala como obligadas a su pago a las personas físicas que
prestan un trabajo personal subordinado, es decir, aluden a conceptos distintos y se exigen a
personas diferentes.
Amparo en revisión 770/2003. Elba Susana Abundis Espinoza y otros. 8 de octubre de 2003.
Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Juan N. Silva Meza. Ponente: Olga Sánchez Cordero de
García Villegas. Secretario: Heriberto Pérez Reyes.
Tratándose del pago del reparto de utilidades, las Juntas carecen de elementos para condenar al
patrón a cubrirlo, cuando no se ha fincado un derecho específico a determinada cantidad, después
de seguido el procedimiento que fija el capítulo VIII del título tercero de la Ley Federal del Trabajo
(artículos 117 a 131), y en especial lo dispuesto por el artículo 125 de ese ordenamiento.
Amparo directo 869/93. Francisco Tovar Hernández. 22 de abril de 1993. Unanimidad de votos.
Ponente: Roberto Gómez Argüello. Secretario: Ángel Salazar Torres.
Amparo directo 2771/93. Raúl Lara Sánchez. 1o. de julio de 1993. Unanimidad de votos. Ponente:
María Simona Ramos Ruvalcaba. Secretario: Jesús González Ruiz.
Amparo directo 1891/94. Lucía Muñoz Díaz. 17 de marzo de 1994. Unanimidad de votos. Ponente:
Roberto Gómez Argüello. Secretario: Jaime Allier Campuzano.
Amparo directo 11281/99. Genaro Cortez Palomera. 3 de junio de 1999. Unanimidad de votos.
Ponente: Horacio Cardoso Ugarte. Secretario: Francisco Javier Díaz Cuevas.
Amparo directo 2521/2002. Andrés Salvador Hernández Toledo. 14 de marzo de 2002. Unanimidad
de votos. Ponente: Jorge Rafael Olivera Toro y Alonso. Secretaria: María Hortensia Morales Alós.
Véase: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo VI, septiembre de
1997, página 635, tesis VI.2o. J/109, de rubro: "UTILIDADES, PAGO DE REPARTO DE.".