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humorística que es graciosa y suscita la risa. A veces también puede ser satírico,
irónico, crítico o burlesco. Contiene un juego verbal o conceptual fundado en el
humor, capaz de provocar la risa, y a diferencia del apólogo, la fábula o la
parábola, no pretende moralizar o enseñar, sino solo divertir o distraer. Muchas
veces se presenta ilustrado por un dibujo (chiste gráfico) y constituye uno de los
principales géneros jocosos.
Se debe distinguir de la broma, que consiste en crear una situación cómica a partir
de una persona, una situación o un evento real, mientras que un gag difiere del
chiste en que el humor no es verbal, sino visual, como en el caso del tartazo o
lanzamiento de pasteles o tortas de crema a la cara de alguien, característico de
la comedia de tipo slapstick.
Historia
La más antigua compilación occidental de chistes es el Philogelos, una antología en
griego de 265 chistes reunidos en un manuscrito del siglo iv o siglo v.1 En España,
las primeras compilaciones de chistes se encuentran en el género renacentista de
las misceláneas del siglo xvi y siglo xvii, de ámbito especialmente cortesano,
destacando en especial Pero Mexía, quien los agrupó por temas[cita requerida],
entre muchos otros entre los que cabe mencionar a Juan Timoneda. Algunos poetas
cultivaron especialmente este tipo de divertimentos cortesanos, como por ejemplo
Baltasar del Alcázar. Denominados también como sales o facecias, en el siglo xviii
y siglo xix suelen ponerse en verso y publicarse en forma de libro o en la prensa
como epigramas, constituyendo una parte muy importante de la literatura de
entretenimiento y ocupando con frecuencia una parte de la producción de los
escritores en verso (por ejemplo, el Cementerio de Momo de Francisco Martínez de la
Rosa). En el siglo xix se extiende especialmente el cultivo del non sense inglés.
Los primeros humoristas profesionales del siglo xx escribieron enormes
compilaciones de los mismos, como por ejemplo las varias que imprimió Luis Esteso
López de Haro, quien llegó a reunir unos seis mil.
Estructura de un chiste
La mayoría de los chistes tiene dos partes: la introducción (por ejemplo, "Un
hombre entra a un bar...") y una gracia, que unida con la introducción provoca una
situación graciosa que hace reír a la audiencia.
Marvin Minsky
Edward de Bono
Por qué nos reímos ha sido estudiado en numerosas ocasiones por expertos en el
campo de la psicología, es el caso de:
Society of Mind (La sociedad de la mente), obra de Marvin Minsky. Minsky sugiere
que la carcajada tiene una función específica que se relaciona con el cerebro
humano. Opina que los chistes y la risa constituyen mecanismos que utiliza el
cerebro para aprender el absurdo. Por este motivo, argumenta que un chiste, después
de escucharlo varias veces, ya no es divertido.
The mechanism of the mind («El mecanismo de la mente») y I am right, you are wrong
(«Yo tengo razón, tú estás equivocado») de Edward de Bono. De Bono sugiere que la
mente es una máquina que trabaja formando patrones, y que funciona reconociendo
historias y conductas para ponerlas en patrones familiares. Cuando una conexión
familiar se interrumpe, y alternativamente un vínculo nuevo e inesperado se produce
en el cerebro por una ruta distinta a la esperada, se origina la risa con la nueva
conexión. Esta teoría explica bastante acerca de los chistes. Por ejemplo:
Por qué un chiste solo es gracioso cuando se oye por primera vez: una vez que se
oyó una vez, se origina el patrón de reconocimiento, por lo que no puede haber
nuevas conexiones, y por lo tanto no hay risa.
Por qué los chistes tienen un inicio elaborado y a menudo repetitivo: La repetición
establece el patrón familiar en el cerebro. Un método usual es decir casi la misma
historia dos veces para luego decir la parte graciosa la tercera vez que se cuenta
la historia. Las primeras dos veces de la historia evocan un patrón familiar en el
cerebro, y de este modo preparan el cerebro para la parte cómica.
Por qué los chistes con frecuencia recurren a estereotipos: el uso de estereotipos
crea un nexo con una conducta familiar esperada, ahorrando tiempo en la
introducción del chiste.
Por qué hay variedades de historias bien conocidas (por ejemplo, el genio de la
lámpara): esto ahorra tiempo en la introducción y establece un patrón familiar.
Teoría del chiste según Freud
Los actos fallidos son acciones causales y somáticas y actos u operaciones fallidas
que tienen un sentido (llevan un mensaje) y un propósito (cumplen una función),
resultado de un conflicto intra psíquico por una lucha de fuerzas, en el aparato
psíquico, de representaciones inconscientes (reprimidas), que quieren devenir
conscientes, contra las representaciones conscientes (manifiestas). Esta lucha de
fuerzas produce una interferencia entre la representación consciente (perturbadora)
y la representación inconsciente (perturbada), produciéndose un refrenamiento y
sofocación. Así, se suscita una transacción entre sistemas (Consciente-
Inconsciente) sin éxito ni fracaso de ninguno.
El chiste trae consigo la consecución de placer, lo que puede deducirse del hecho
que obedece a la satisfacción de la tendencia (hostilidad u obscenidad). Por ello,
el chiste produce regocijo al vencer un obstáculo exterior y uno interior. En este
último la aportación de placer obedece a una economía de gasto psíquico y al ahorro
de la coerción.
Tipos de chistes
Sobre los tipos del chiste, Freud distingue el chiste inocente (que encuentra un
fin en sí mismo y mantiene un juego de palabras) y el chiste tendencioso que a la
vez es hostil o agresivo y obsceno o erótico. La relación entre el chiste erótico
del meramente sucio se encuentra en la asimilación infantil de las funciones
sexuales y las de defecación, sustituyendo en estos chistes, como en los hostiles,
la agresión de palabra a la de obra.
A los chistes inocentes o no intencionales, en el sentido que les dio Freud, se les
llama «chistes blancos» (o «chistes de salón») sin ningún tipo de ofensa verbal.
Así mismo, a los chistes tendenciosos popularmente, dependiendo de su grado de
malicia o vulgaridad contenida o cuando mencionan un contenido sexual u obsceno, se
han denominado «chistes rojos» o «chistes verdes».
Existe un tipo alternativo de chiste, reconocido como "Chiste malo", que juega con
asociaciones demasiado obvias o no contextuales.Suele ofender o molestar al público
que lo recibe, y en algún caso aislado provoca risa la sorpresa de la mala calidad
argumentativa.
El chiste como mecanismo de violencia
Los chistes son uno de los mecanismos y pretextos más comunes de acoso o violencia
verbal en la escuela (acoso escolar) o el trabajo (acoso laboral) y a través de
redes sociales Internet (ciberacoso), usado por los abusivos para imponerse sobre
los acosados haciendo referencia a ellos usando chistes tendenciosos hostiles o
agresivos al contener expresiones ofensivas incorporadas a una situación graciosa
que los humilla o denigra. De esta manera los chistes contienen y trasmiten
estereotipos y prejuicios y desencadenan actitudes discriminatorias aunque sean
discursivas y simbólicas.3
Las bromas en forma verbal directa o a través de los mensajes vía internet (sms o
Twitter) y en redes sociales, son poderosos y sutiles medios que impunemente, la
mayoría de la veces, logran ser atendidos o "escuchados". Con la excusa del chiste
logran en muchos casos ser poderosos mecanismos de violencia usados en muchos
campos, político, entre géneros, racistas, etc.