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Examen del tórax


INSPECCIÓN Y PALPACIÓN DEL ÁREA PRECORDIAL
El á rea precordial es la porció n del tó rax donde se proyectan y son má s cercanos el corazó n y los grandes
vasos.
● En longilíneos: El desplazamiento hacia abajo del diafragma y del corazó n, implica cambios
semejantes del choque apexiano y otros latidos; si, como es frecuente, también existe delgadez,
resulta un aumento aparente de la actividad cardiaca (latidos y ruidos cardiacos má s notorios).
● En brevilíneos: En los que suele predominar cierto grado de obesidad, sucede lo opuesto.

● Espalda y columna vertebral demasiado recta y los diversos grados de pectus excavatum:
Pueden reducir el diá metro anteroposterior del tó rax y “luxar” el corazó n hacia la izquierda.
● Aumento marcado del diá metro anterior del tó rax (tórax en tonel): puede tornar difícil el
examen físico cardiaco al desaparecer los latidos, la matidez percutoria y los ruidos cardiacos,
resultan sólo audibles en el hueco epigástrico.

Está orientada hacia el reconocimiento de latidos precordiales, vibraciones valvulares y frémitos.

Latidos precordiales
Pueden ser localizados o difusos (universales del tó rax), y a la vez puede observarse una propulsió n
sincró nica con el pulso, hacia afuera (latidos positivos) o lo inverso, una retracció n sistó lica (latidos
negativos). Desde el punto de vista físico se trata de vibraciones de baja frecuencia que pueden ser
registradas pero que en la prá ctica resultan bien objetivables con la inspecció n y palpació n simple.

Latidos localizados
Choque apexiano o choque de la punta
En el adulto en reposo y en decú bito dorsal, este se ve y se palpa en el 5to espacio intercostal izquierdo,
por dentro de la línea hemiclavicular, en un á rea que no sobrepasa los 20 mm de diá metro. Es anormal no
percibirlo antes de los 20 añ os y deja de percibirse o al menos nítidamente después de los 40 añ os.
Si no se palpa en decú bito dorsal, sin retirar la mano del tó rax se coloca al paciente en decú bito lateral
izquierda (posició n de Pachó n). El choque de la punta de un corazó n sano nunca deja de percibirse cuando
se lo investiga en esta posició n. Al realizar esta maniobra el choque apexiano se desplaza 2 a 4 cm hacia la
izquierda.
Lo componen dos movimientos o sensaciones tá ctiles que comienzan al mismo tiempo:

● Uno es de levantamiento y endurecimiento, es decir un real latido.

● El segundo, mucho má s breve, es una vibració n. Se trata de una palpació n de los componentes
valvulares del 1er ruido cardiaco.

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En individuos jó venes y delgados, en especial ansiosos, el choque apexiano puede aparecer como una
retracció n (negativo), aunque se lo palpe como positivo.

Latidos difusos o universales del tórax


Latido diagonal directo: En la regió n precordial siguiendo un trayecto que coincide con el eje longitudinal
del corazó n. Se caracteriza por una propulsió n sistó lica de la punta y una retracció n de la regió n
paraesternal izquierda. Se percibe mejor por inspección.
Latido diagonal invertido: Mejor apreciado por inspecció n se percibe en el mismo trayecto que el diagonal
directo, pero presenta un movimiento inverso a éste.
Latido sagital: Es la propulsió n sistó lica de la regió n paraesternal izquierda siguiendo el eje
posteroanterior del corazó n, con retracció n de la regió n lateral izquierda. Mejor por palpació n apoyando el
taló n de la mano, su percepció n puede interpretarse como sinó nimo de palpació n del VD.
Latido transversal: Se proyecta en la base del tó rax y consiste en la elevació n de la base anterior del
hemitó rax derecho con depresió n de la regió n precordial, mejor por inspecció n.

Vibraciones vasculares
Representan la expresió n palpatoria de los ruidos cardíacos normales y anormales. En condiciones
normales, só lo se palpan las vibraciones causadas por el 1er ruido en el á rea apexiana, formando parte del
choque de la punta. En niñ os y adolescentes e incluso en adultos jó venes con tó rax delgado se perciben
también las vibraciones generadas por el cierre sigmoideo en el 2do espacio intercostal (a veces en el 3ro),
vecino al esternó n.

Frémitos
Son vibraciones de la pared torá cica, representan la expresió n palpatoria de los soplos intensos o
acú sticamente graves, pueden ser detectados en distintas á reas de la regió n precordial. La comprobació n
palpatoria del mismo desde el punto de vista prá ctico confiere la certeza de que el soplo es de cará cter
orgá nico. De acuerdo con la zona en la que es posible palparlo podrá inferirse cuá l es la vá lvula afectada o
la ubicació n de la anomalía.

PERCUSIÓN DEL ÁREA PRECORDIAL


Prá cticamente se ha abandonado como método de examen cardiovascular. Como se sabe, la ú nica zona de
matidez normal del corazó n y los grandes vasos tiene forma rectangular, incluye los espacios intercostales
4to y 5to, y se extiende desde la línea paraesternal izquierda hasta casi la línea hemiclavicular del mismo
lado.

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AUSCULTACIÓN DEL ÁREA PRECORDIAL


Áreas o focos de auscultación
1. Foco mitral o apexiano: Corresponde al á rea apexiana (5to espacio intercostal izquierdo), que es
donde mejor se escuchan los ruidos generados en el aparato valvular mitral, no debido a su
proximidad sino al mayor contacto del VI con la
pared costal.
2. Foco tricuspídeo: Corresponde a la proyecció n
de los procesos acú sticos de la tricú spide por el
VD a la porción inferior del esternón.
3. Foco aórtico: Corresponde a la zona donde se
proyectan los ruidos valvulares aó rticos a la
porció n suprasigmoidea de la arteria, sobre el 2do
espacio intercostal, margen derecho del
esternón.
4. Foco aórtico accesorio o de Erb: Ubicado en el
3er espacio intercostal, margen izquierdo del
esternón, se corresponde con la proyecció n
hacia el ventrículo de los fenó menos acú sticos
valvulares aó rticos.
5. Foco pulmonar: Localizado en el 2do espacio intercostal, margen izquierdo del esternón. Donde
se perciben mejor los ruidos de la vá lvula pulmonar.
6. Foco mesocardíaco: Corresponde a los espacios intercostales 3ro y 4to sobre el cuerpo esternal
y áreas vecinas (a ambos lados).
7. Foco de la aorta descendente: Corresponde a la proyecció n de esta porció n sobre la pared
posterior del hemitórax izquierdo, desde la T3 a la T12.

Áreas vecinas
Siempre es necesario auscultar de manera
sistematizada las á reas vecinas a los focos
principal, como el cuello (caró tidas), las fosas
supraclaviculares (subclavia), el abdomen (aorta,
renales, ilíacas primitivas), las fosas lumbares
(renales) y focos accesorios de auscultació n en los
miembros (radiales, femorales).

Ruidos cardiacos normales


El 1er ruido, causado por la sístole ventricular, aparece 0,055 seg después del comienzo de la onda Q. En el
foco mitral aparece má s intenso que el tricuspídeo y que el segundo ruido en ambos sitios y es má s grave
que este (40-130 ciclos/seg). La duració n total del 1er ruido oscila de 0,08 y 0,16 seg.
El 2do ruido es má s breve (0,06 a 0,12 seg) y má s agudo (50/150 ciclos/seg) que el 1ro, ademá s es má s
intenso que esté en la base. El 1er componente corresponde al cierre valvular aó rtico y el 2do al cierre
sigmoideo pulmonar.

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El 2do ruido marca el final de la sístole mecá nica y si el intervalo Q-T no presenta alteraciones, coincide con
la rama descendente de la onda T.
El 3er ruido se le atribuye a dos mecanismos: a la vibració n del mú sculo ventricular en relajació n causada
por el abrupto llenado rá pido y a la puesta en tensió n del aparato mitral por el rá pido ascenso del anillo de
esa vá lvula, a causa de la relajació n y entrada sanguínea. Ruido poco intenso y grave, que se ausculta solo
en el foco apexiano (en la posició n de pachó n) y de amplitud muy inferior a los dos principales, con una
duració n de 0,04 a 0,08 seg. Es habitual en la niñ ez, frecuente en los adolescentes y muy raro después de
los 40 añ os.
El 4to ruido o ruido auricular no suele oírse en personas normales en reposo.

Desdoblamiento de los ruidos cardiacos


Cuando se perciben dos fenómenos sonoros en el mismo ruido cardiaco, sin un real silencio intermedio, esto se
denomina ruido desdoblado.

El desdoblamiento del 1er ruido es raro (es patológico).

El desdoblamiento del 2do ruido es fisiológico durante la inspiración por aumento del retorno venoso al
ventrículo derecho con una prolongación de la descarga sistólica y el consiguiente retraso del cierre de la válvula
pulmonar.

El 3er y 4to ruido se hace muy notorios ya que resultan siempre patológicos.

Tercer ruido: Corresponde al periodo final del llenado ventricular rá pido y se vincula con la distensió n
ventricular brusca. Es un ruido poco intenso y grave, que se ausculta en el foco apexiano; habitual en la
niñ ez, frecuente en adolescentes y raro en personas después de los 40 añ os.
Cuarto ruido: Se debe a la contracció n auricular que lucha con la resistencia al llenado que opone la
cavidad ventricular, es un tono presistó lico grave, apagado (tu).

RUIDOS AGREGADOS
Clics sistólicos
Apertura de las vá lvulas sigmoideas.

Chasquidos de apertura
Apertura de las vá lvulas AV.

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SOPLOS CARDÍACOS
Se pueden dar en la sístole, en la diá stole o en ambas.

FROTES PERICÁRDICOS
Son fenó menos acú sticos soplantes, á speros o rudos, tienen cará cter de superficialidad, pueden ubicarse en
cualquier lugar del pericardio, son má s frecuentes en la base, mesocardio y á pex. Algunas veces son
sistó licos, diastó licos tempranos y díastó licos tardíos.

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Examen físico del aparato respiratorio


Para un examen físico adecuado del aparato respiratorio es necesario conocer la topografía torácica que
se construye sobre la base de las líneas convencionales que delimita también regiones, y, en segundo lugar,
la proyección de los lóbulos pulmonares sobre la superficie del tó rax. Se deberá n reconocer, ademá s, por
inspección y palpación:

● Clavículas

● Esternó n
o Horquilla
o Á ngulo esternal
o Apó fisis xifoides
o Á ngulo epigá strico
● Mamilas: en el 4to espacio intercostal.

● Escá pulas
o Espina: en la 3era vértebra torá cica
o Á ngulo inferior a nivel de la 7ma vértebra torá cica.
● Apó fisis espinosa de la 7ma vértebra cervical.

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El conocimiento de la topografía torácica y de los reparos anatómicos, junto con la maniobra para
contar las costillas, permitirá n una descripció n precisa de los hallazgos semioló gicos en el tó rax.
Para contar las costillas se utiliza la siguiente técnica: entre los pulpejos de los dedos índice y medio se
conoce la arista del á ngulo esternal que corresponde a la inserció n del 2do cartílago costal, por debajo de
éste se deslizan los dedos ligeramente hacia afuera, tanto a la derecha como a la izquierda, presionando y
contando sobre los espacios intercostales. Si el á ngulo esternal no es apreciable, se palpará la 1era costilla
inmediatamente por debajo de la extremidad interna de la clavícula, y por debajo de ella se encuentra el 1er
espacio intercostal.

INSPECCIÓN
Evaluar alteraciones generales de valor diagnó stico:

● Estado de nutrición.

● Tipo de tó rax (longilíneo, brevilíneos, etc.).

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● Presencia de cianosis por insuficiencia respiratoria.

● Aleteo nasal y utilización de músculos esternocleidomastoideos.

● Presencia de derrames.

● Observació n de piel, tejido celular subcutáneo y músculos.

Tórax estático
Se efectú a para determinar la presencia de deformaciones de origen congénito o adquirido.

✔ Bilaterales: afectan a todo el tó rax pulmonar, se trata del llamado tó rax en tonel, que se manifiesta
por el aumento de todos sus diá metros.
El tórax paralítico, se distingue por un alargamiento del diá metro vertical y una reducció n del
anteroposterior.
En otros casos las deformaciones son el resultado de alteraciones de la columna vertebral, tórax
cifoescoliótico.
El desarrollo anormal del diafragma genera un tó rax en embudo, pectus excavatum.
El crecimiento desproporcionado de las costillas provoca un tó rax piramidal, pectus carinatum.
✔ Unilaterales: Se expresan por abovedamientos y retracciones.

Tórax dinámico
Tipo respiratorio
● Costal superior en la mujer.

● Costoabdominal en el hombre.

● Abdominal en el niñ o.

Frecuencia respiratoria
En condiciones normales es de 16 a 25 ciclos en el adulto. Se explora mejor colocando la mano sobe el tó rax
del paciente y contando las respiraciones en por lo menos 30 seg a 1 min.
Taquipnea, aumento de la FR.
Polipnea, aumento de la profundidad respiratoria con incremento de la ventilació n.
Bradipnea, disminució n de la FR.

Amplitud respiratoria
Su aumento, batipnea o respiración profunda; su disminució n hipopnea o respiración superficial.

Ritmo respiratorio
Regularidad de los ciclos en cuanto a la relació n cronoló gica entre inspiració n, espiració n y apnea (3:2:1).

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Patrones respiratorios anormales:


● Cheyne-Stokes: Se observan respiraciones de profundidad creciente y luego decreciente, después
de las cuales el paciente deja de respirar (apnea) durante un periodo variable de 10 a 30 seg. Se
debe a un aumento en la sensibilidad al CO2, hace que el paciente hiperventile en exceso llevando
sus niveles tan bajos que se produce una apnea central. Con la suspensió n de la respiració n los
niveles de CO2 comienzan a aumentar nuevamente y desencadenan otra respuesta hiperventilatoria
con lo que el ciclo se perpetú a.
● Biot: Alternan apneas de duració n variable con ciclos de respiraciones de igual o distinta
profundidad.
● Kussmaul: Consiste en una inspiració n amplia, profunda y ruidosa, seguida por una breve pausa y
posterior espiració n corta y quejumbrosa, para dar paso a una nueva pausa má s prolongada.
● Respiración alternante: Ciclos de respiraciones amplias alternados con respiraciones pequeñ as.

● Respiración suspirosa: Respiraciones profundas y ruidosas con espiraciones rá pidas


acompañ adas por una sensació n de angustia, sed de aire y en ocasiones, opresió n precordial.

Dificultad ventilatoria
● Aleteo nasal.

● Tiraje: Hundimiento o retracció n de los espacios intercostales o de las fosas supraesternal o


supraclaviculares.
● Utilización de musculatura accesoria: Esternocleidomastoideos, trapecios e intercostales.

● Respiración en balancín: Durante la inspiració n, el abdomen se deprime.

PALPACIÓN
Palpación general de las partes blandas y de la caja torácica
La mano plana se pasa por todas las regiones del tó rax y luego, con una palpació n má s profunda y
metó dica, se estudian los detalles que hayan llamado la atenció n.

● Alteraciones en la sensibilidad: La palpació n permitirá definir, mediante el examen de la piel, el


tejido celular subcutá neo, los cartílagos y los huesos, si éste se origina en la caja torá cica.
o Síndrome de Tietze.
o Fracturas y fisuras intercostales.
o Neuralgias intercostales.
● Frémito o roce pleural: Es una vibració n especial, percibida por la palpació n, de cará cter
patoló gico y originado por el choque de ambas hojas pleurales. Se palpa mejor en inspiració n en las
regiones infraaxilares e inframamaria.

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● Frémito brónquico o roncus palpables: Se producen cuando existen secreciones espesas que
obstruyen al á rbol traqueobonquial.
● Adenopatías.

Elasticidad torácica
Maniobra de escaso valor semioló gico y los hallazgos dependen en gran medida de la edad y el sexo del
paciente. Se explora colocando una palma de la mano por delante y otra por detrá s, comprimiendo al final
de la espiració n tratando de acercarlas. Se deben explorar comparativamente ambos hemitó rax.
La disminució n de la elasticidad torá cica puede deberse a alteraciones de la caja torá cica o de su contenido.

Expansión torácica
Se evalú a colocando simétricamente ambas manos en los vértices, en las bases (por delante y por detrá s) y
en las regiones infraclaviculares del tó rax. Normalmente la expansió n torá cica comienza al mismo tiempo y
tiene la misma amplitud en regiones simétricas del tó rax. Las alteraciones pueden ser:
● Bilaterales

● Unilaterales

● Localizadas

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Vibraciones vocales
Se originan en las cuerdas vocales y son transmitidas por la
columna, aérea traqueal y bronquial hasta el parénquima
pulmonar, que vibra y transmite estas vibraciones a través de la
pleura y la pared hasta alcanzar la superficie del tó rax. Las
vibraciones se exploran con las palmas de las manos,
recorriendo comparativamente ambos hemitó rax de arriba a
abajo, mientras el paciente pronuncia la palabra “treinta y tres”.
Se comienza por detrá s, luego por delante y finalmente, en las
regiones laterales del tó rax.

PERCUSIÓN
Al percutir se hacen vibrar los cuerpos elá sticos que emiten ondas sonoras. É stas se propagan a través del
aire, llegando al oído y producen en él la sensació n de sonido. La percusió n permite la audició n de las
características de los sonidos generados al golpear determinadas zonas de la superficie corporal.
Teoría de la percusión topográfica: Estos sonidos son el resultado de la vibració n de los ó rganos ubicados
en una zona limitada, con forma de semiesfera, cuya base corresponde a la superficie del tó rax y cuyo
punto má s profundo se encuentra a unos 6 cm. Carece de evidencia científica sustentante.

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Teoría de la caja de resonancia: Establece que el tono percutorio refleja fundamentalmente la libertad de
la pared corporal para vibrar. En consecuencia, las vibraciones son influidas por los ó rganos que tocan la
pared, así como por los mú sculos, los huesos subyacentes y otras presiones externas.

Técnica
Se utiliza la técnica digito-digital de Gerhardt, en la cual un dedo percutor, el índice o medio de la mano
derecha, golpea sobre un dedo plexímetro, el dedo medio o el índice de la mano izquierda, apoyado
horizontalmente en un espacio intercostal.
1. El dedo plexímetro no debe ejercer demasiada presió n y los demá s deben estar levantados.
2. El golpe debe darse con el extremo o punta del dedo percutor, moviendo la mano solo por la
articulació n de la muñ eca, el antebrazo no debe moverse y en general estará orientado en sentido
perpendicular.
3. El dedo percuto debe caer perpendicular al dedo plexímetro e
inmediatamente por detrá s de su uñ a.
4. Los golpes deben ser suaves y breves, levantando en seguida el
dedo que percute.
5. En cada sitio deben darse dos o tres golpes espaciados cuidando
de que tengan igual ritmo e intensidad.
6. En ó rganos simétricos, resulta ú til la percusión comparada de uno con otro lado.
7. Se prestará atenció n también a las vibraciones que percibe el dedo plexímetro. Cuando la sonoridad
pulmonar es escasa o nula, es decir, hay matidez, el dedo percibe la disminució n o ausencia de la
vibració n de la pared.

La percusión auscultada no ha demostrado mayor utilidad.

Sonidos obtenidos por la percusión del tórax


1. Sonoridad: Se obtiene percutiendo sobre el pulmó n aireado. Es un sonido de fuerte intensidad,
tono bajo y de duració n prolongada, en la zona infraclavicular.
2. Matidez: Aparece cuando se percute sobre un pulmó n privado totalmente de aire, y, por lo tanto,
incapacitado para vibrar, o cuando entre éste y la superficie del tó rax se interpone líquido que
impide la propagació n de las vibraciones. Su sonido es de escasa intensidad, tono alto y duració n
breve.
3. Timpanismo: Normalmente se percibe percutiendo sobre ó rganos de contenido solo aéreo. Es un
sonido musical, con intensidad superior a los otros dos anteriores, duració n má xima y tonalidad
intermedia entre el mate y el sonoro. En el tó rax se lo encuentra sobre el espacio de Traube.
4. Submatidez: Es una variació n del sonido mate con mayor sonoridad y tono má s grave. Se
encuentra en zonas del pulmó n con menor aireació n que la necesaria para producir sonoridad o
cuando disminuye la lá mina del pulmó n por encima de un ó rgano só lido.
5. Hipersonoridad: Constituye una variedad de la sonoridad caracterizada por ser má s fuerte como
má s grave y de mayor duració n. Se encuentra en pulmones hiperaireados y en el neumotó rax.

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Secuencia de la percusión
Región anterior
Se realiza con el paciente en decú bito dorsal o sentado. Se percute sobre los espacios intercostales desde la
regió n superior hasta la inferior mientras el paciente respira suavemente. En el lado derecho, se encuentra
sonoridad desde la regió n infraclavicular hasta la 5ta costilla, donde comienza la submatidez hepá tica. Sobre
la 6ta costilla aparece normalmente la matidez hepá tica.
En el lado izquierdo, la presencia del corazó n modifica la sonoridad del pulmó n a partir de la 3er costilla,
dando una zona de submatidez y matidez. Cerca del reborde costal aparece el timpanismo del espacio de
Traube.

Vértices pulmonares
La percusió n de los vértices pulmonares permite delimitar los campos apicales de Kronig. Se realiza
situá ndose a ambos lados del paciente y tanto en la regió n anterior (supraclavicular) como en el posterior,
se coloca el dedo plexímetro paralelo a la línea de Kronig y se percute desde la regió n central hacia adentro
y afuera. Se delimitan así dos franjas de sonoridad que en condiciones normales deben ser simétricas.

Región dorsal
Sentado con los miembros superiores relajados y en posició n simétrica. Se percute de arriba hacia abajo
siguiendo las líneas paravertebrales, medioescapular y axilar posterior. Resulta muy ú til la percusió n
comparativa de ambos hemitó rax. Entre la 1era y 7ma costilla, la sonoridad es menor que en la regió n
anterior por la superposició n de las masas musculares y la escá pula. La sonoridad aumenta entre la 7ma y
11va costilla para pasar luego a la matidez de las bases pulmonares. La derecha puede encontrarse algo má s
alta que la izquierda.
Para explorar la excursión de las bases pulmonares se procede con el paciente respirando normalmente, se
traza una pequeñ a marca a la altura donde comienza la matidez. Se le solicita luego al paciente, que realice
una inspiració n profunda y contenga la respiració n, y se percute hacia abajo hasta volver a encontrar la
matidez, donde se hace una nueva marca.

Regiones laterales
Se exploran con el paciente sentado o en decú bito lateral, con el brazo elevado y la mano colocada sobre la
nuca. Se percuten de arriba hacia abajo siguiendo la línea axilar media con el dedo plexímetro colocado en
los espacios intercostales.

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En el lado derecho, se pasa de la sonoridad pulmonar a la matidez del hígado; y en el izquierdo, al


timpanismo del espacio de Traube anteriormente, y a la matidez esplénica posteriormente.

Hallazgos anormales en la percusión


Matidez o submatidez
● Condensaciones del parénquima pulmonar y grandes tumores.

● Derrame pleural.

Hipersonoridad timpanismo.
Desaparición de la matidez hepática.

AUSCULTACIÓN
Aporta importantes datos sobre el estado del parénquima pulmonar y de las pleuras. Se realiza con el
estetoscopio mientras el paciente respira con la boca abierta. Deberá tenerse en cuenta que esta
hiperventilació n puede ocasionar mareos o cansancio y se le pedirá al paciente que informe cuando esto
suceda, para realizar una pausa en el examen.
Se utiliza la membrana del estetoscopio que se apoya firmemente sobre el tó rax desnudo. El orden de la
auscultació n es similar al de la percusió n y, comparando zonas simétricas.

Hallazgos normales de la auscultación pulmonar


● Soplo o respiración laringotraqueal: Es producido por las turbulencias generadas por el pasaje de
aire a través de las vías aéreas altas. Es soplante, de tonalidad elevada y audible en la inspiració n y
espiració n.
Entre ambas fases es posible distinguir una pausa, la espiració n es má s fuerte y má s prolongada,
colocando el estetoscopio sobre la trá quea.
● Murmullo vesicular: Se lo percibe en todas las partes en las que el pulmó n normal está en contacto
con la pared torá cica. Es el resultado de la suma de los ruidos elementales producidos por el aire al
ser aspirado por millones de alvéolos. Es suave, de tonalidad baja y predomina en la inspiració n. Se
ausculta sobre la cara anterior de los dos primeros espacios intercostales en la regió n axilar e
infraescapulares.
● Respiración broncovesicular: Su intensidad es intermedia y su fase espiratoria es má s larga y má s
intensa. Se la ausculta en la regió n infraescapular derecha, sobre el manubrio esternal y las
articulaciones esternoclaviculares y la regió n interescapular, en especial del lado derecho.

Hallazgos anormales de la auscultación pulmonar


1. Alteraciones cuantitativas del murmullo vesicular:
o Aumento, la hiperventilació n pulmonar.
o Disminución, puede deberse a que la entrada de aire en los alveolos se encuentre
disminuida o aumentada o, a obesidad marcada.

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2. Reemplazo del murmullo vesicular por otros ruidos respiratorios:


o Soplo o respiración laringotraqueal.
o Soplo pleural.
o Soplos cavernosos.
3. Ruidos agregados:
Son resultado de diversas patologías en las estructuras del pulmó n o de las pleuras.

Auscultación de la voz
Se explora con el estetoscopio, comparando zonas simétricas del pulmó n mientras el paciente repite “33”.
Los sonidos producidos por las vibraciones de las cuerdas vocales son modificados en su intensidad, tono y
timbre por los espacios aéreos, el parénquima pulmonar y el tó rax.

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