Está en la página 1de 20

Unidad Didáctica 4

Valoración y seguimiento de las


intervenciones de apoyo emocional

1. Registro de las necesidades de información expresada por una


persona usuaria: aspectos genéricos o de funcionamiento general
del domicilio o centro y aspectos sobre su persona (intereses,
expectativas, deseos y derechos, relaciones familiares, entre
otros).

A la hora de garantizar el acceso a la información relevante para las personas


usuarias, deberemos tener en cuenta diversos elementos básicos y llevar a cabo
acciones como las que a continuación se señalan.

1.1. Derecho a la información

El derecho a la información como un aspecto esencial de la calidad de vida y, por


tanto, de toda relación asistencial, además de avanzar en la mejora de aspectos
más instrumentales, es necesario que todo el personal de la institución revise sus
actitudes, estereotipos y creencias acerca de los derechos de las personas usuarias,
de su recurso, y en especial al de la información. Este derecho a la información se
refiere a todas las dimensiones de la persona, a todas las personas usuarias y que
afecta a todos los profesionales. El derecho a saber y a actuar son aspectos

permite analizar rasgos y procesos, hacer estudios idiográficos y nomotéticos, avanzando en


el estudio de la personalidad contextualizada (ciencia del individuo).

135
esenciales en la calidad de vida de las personas y, si ésta es la meta de la relación
asistencial, no podemos obviar nuestra responsabilidad en que sea posible y real el
derecho a la información en las instituciones.
Los derechos acompañan a las personas hasta el final de su vida, incluso en
situaciones de enfermedad, de dependencia o heteronomía. Lo que puede cambiar
es el modo de hacerlos valer, si no es directamente con la persona, será por medio
de su familia o representante legal. En cualquier caso, el papel de los profesionales
ha de ser siempre el de facilitar el ejercicio de este derecho, lo que implicará
abordar dificultades, incluso conflictos éticos, que puedan aparecer.

1.2. Sistematización de la información

La sistematización de la información se realiza a través de soportes escritos y


dando a conocer la documentación principal de la institución. Previamente para
garantizar el derecho a la información de las personas usuarias es que desde la
institución se disponga de la principal documentación sistematizada, recogida por
escrito, y que ésta esté disponible y accesible para las personas usuarias. Algunos
documentos como los siguientes resultan imprescindibles:

 Plan de intervención o funcional del Centro residencial.


 Cartas de ser vicios con los compromisos de calidad.
 Carta de derechos y deberes de las personas usuarias concretados en la vida
cotidiana en el centro.
 Normativa de régimen interno.
 Planes personalizados de atención.

Es fundamental que las personas conozcan esta documentación, dónde se recoge,


cómo acceder a ella y cuáles son sus principales usos. El profesional de referencia
deberá encargase de todo ello procurando que esta documentación resulte conocida
y accesible para la persona y su familia. Se trata de evitar que la información sólo
esté disponible para los profesionales o se conciba como algo ajeno e inaccesible
para las personas.

136
1.3. Adaptación de la información a cada persona usuaria

La información debe estar adaptada a cada persona usuaria en función de


sus competencias, intereses, preocupaciones y demandas. Para ello es
recomendable contemplar las siguientes acciones:

 Detección de las necesidades de información: Es necesario detectar y


registrar las necesidades de información de cada persona usuaria. Debemos
anotar cuáles son sus demandas informativas, sus expectativas, sus
intereses, qué preocupaciones tiene y qué respuestas de información solicita
sobre las mismas. Los profesionales de atención directa han de estar atentos
a las posibles demandas de información de la persona usuaria. Es
importante valorar la tipología de información que se demanda ya que ésta
puede ser referida a:

 Informaciones genéricas, de funcionamiento de la Residencia,


actividades y oportunidades, etc.
 Informaciones personales, relativas a su entorno, a su familia, a la
muerte de algún familiar o compañero, aspectos relativos a su estado
de salud (diagnósticos, pronóstico, oportunidades de rehabilitación,
posibilidad de aceptar o rechazar tratamientos, etc.), al desarrollo de
su PPA, a sus cuidados personales, al manejo y control de sus enseres
y objetos, etc. Esta información está destinada a la propia persona
usuaria y no a su familia.

En ambos casos debemos respetar la confidencialidad y el espacio de


intimidad ante las expectativas y respuestas que vayamos a dar a la persona
usuaria. Es necesario facilitar y motivar a la persona para que pueda, si lo
desea, utilizar la información de que dispone en la toma de decisiones. Es
conveniente promover, por tanto, su usabilidad. Así pues, deberemos
respetar las decisiones que tome la persona a partir de la información
recibida y comprendida.

 Valoración sobre qué cuestiones informar: Las personas con


competencia suficiente para recibir información deben ser siempre
informadas de todos los asuntos que les conciernan. En el caso de personas
con limitaciones en su autonomía, el equipo deberá adaptar la información a
las capacidades de la persona y del entorno. En estos casos el equipo

137
interdisciplinar debe evaluar qué información debe ser dada a la persona
usuaria, siempre desde una perspectiva ética y sin afán de esconder
información. En personas con más heteronomía ante las informaciones
genéricas podremos dar respuestas con inmediatez, mientras otras
informaciones más delicadas deberán ser valora-das por el equipo, buscando
siempre la forma de comunicación más adecuada, evaluando su idoneidad,
así como las consecuencias de proporcionarla. Sin minusvalorar el derecho
de la persona a la información y a tomar sus propias decisiones, en el caso
de estas personas deberemos sopesar criterios como:
 Las competencias para recibir la información en concreto, es decir,
capacidad cognitiva para comprender lo que dicha información requiere
o supone. Su impacto en la persona o afrontamiento emocional,
valorando, por ejemplo, el nivel de angustia que puede generar dicha
información a la persona usuaria.
 La gravedad de las consecuencias que puede generar un mal uso de
dicha información por parte de la persona usuaria (situaciones de
seguridad, anímicas, de comportamiento).

 Desarrollo de sistemas de adaptación del lenguaje a las necesidades


de la persona. Los documentos deben ser desarrollados en lenguajes
accesibles para las personas usuarias, desarrollando sistemas de adaptación
o traducción de dicha información a las personas usuarias con capacidades
diferentes. Esta adaptación puede realizarse mediante sistemas de
comunicación aumentativa, comunicadores u otros sistemas personalizados
de comunicación. Los profesionales deben conocer y adaptar el sistema de
comunicación más idóneo para cada persona usuaria asegurando que la
información se transmite y es comprendida por ésta.

 Información a la persona usuaria: la información debe realizarse de una


forma personalizada, garantizando la privacidad y confidencialidad y desde
la escucha y empatía. El equipo debe definir un espacio de intimidad para
transmitir la información donde se garantice la privacidad, y por supuesto, la
confidencialidad. No podemos recibir demandas ni transmitir información en
espacios públicos como pasillos, salas generales, etc. Este aspecto de
privacidad es de gran importancia ya que generar un espacio específico para
hablar de dichas expectativas nos permite transmitir a la persona usuaria
nuestra actitud de escucha. Es imprescindible recordar que la información es
una herramienta básica para el autogobierno, para el mantenimiento del rol

138
adulto en las personas mayores, por lo que favorecer y aceptar las
decisiones de las personas ha de ser entendido por los profesionales y los
familiares como una consecuencia natural del derecho a la información.

2. Registro de las actividades de acompañamiento. Gestión y


seguimiento.

Como en todo proceso de nuestra labor profesional, es necesario llevar a cabo un


registro de las actuaciones y actividades realizadas.

El registro permitirá que nuestro trabajo esté sistematizado y también facilitará la


labor de seguimiento del mismo, tanto por parte de la Institución a la que
pertenezcamos, como en el ámbito domiciliario por parte de los familiares, de otros
profesionales o personas voluntarias que en un momento dado lo necesiten.
Vamos ahora a ver qué debe incluir el registro de actividades de acompañamiento:

 Debe especificarse el tipo de actividad y dentro de qué área se engloba.


 Fecha y lugar de la actividad.
 Descripción de la actividad.
 De quién parte la iniciativa de la actividad.
 Tiempo empleado en el desarrollo de la actividad de acompañamiento.
 Consecuencias: qué otras acciones pendientes se derivan de la actividad de
acompañamiento.
 Incidentes o actuaciones realizadas no previstas: Valoración.
 Evaluación de la actividad de acompañamiento.
 Como decimos el registro de actividades de acompañamiento, nos sirve para
hacer un seguimiento y evaluación de las actuaciones realizadas y para
planificar nuevas.

2.1. Registro de las actividades de acompañamiento

A la hora de planificar nuevas actividades, hay que tener siempre en cuenta:

 Sus gustos y preferencias.

139
 Las habilidades y capacidades que tiene la persona dependiente. Se
buscarán actividades, que refuercen las habilidades y las capacidades que se
tengan.
 Analizar qué actividades realizaba antes, si son personas que han sufrido un
proceso degenerativo, y valorar cómo pueden mantenerse o adaptarse.
Continuar haciendo lo que les gustaba contribuye a mantener su identidad
personal y autoestima.
 En el caso de personas con discapacidad cognitiva o enfermedad mental, es
importante que las actividades les estimule la memoria y el lenguaje.
 Es recomendable, como hemos dicho en anteriores apartados, realizar no
sólo actividades dentro del hogar, sino fuera de él, como actividades al aire
libre, culturales, etc. La movilidad y desplazamiento de una persona
dependiente con dificultad o discapacidad motora, es una tarea ardua, pero
vital para mantener el contacto con el exterior.
 Informar y concienciar a los familiares que convivan con la persona
dependiente, que en las actividades que se realicen y a las que les
acompañen, debe hacerse adecuándose al ritmo de la persona dependiente.
 Seleccionar actividades que sean adecuadas al proceso evolutivo en el que
se encuentra la persona dependiente, y que le hagan sentirse útil y
valorada.
 Respecto al entorno, se planificarán actividades seguras, evitando aquellas
que puedan suponer un peligro.
 Analizar las actividades que funcionan y las que no. No se trata de realizar
actividades por realizarlas, tienen que tener unos efectos beneficiosos para
la persona dependiente. Realizar actividades como rutina, sin ningún efecto
positivo o incluso resultado un pesar para la persona que la realiza, no tiene
ningún sentido.
 Realizar actividades motivadoras nuevas.
 Motivar a la participación. Reforzar sus logros, pero siempre de manera sin-
cera y no fingida.
 Evaluar las barreras físicas del entorno donde se realicen las actividades y
en la medida de lo posible, realizar itinerarios alternativos o buscar centros
adaptados, para que no resulte excesivamente complicado participar en una
actividad.

También tendremos en cuenta, que a la hora de planificar actividades para


personas que no tienen capacidad de iniciativa y participación, las
actividades deben ser muy sencillas:

140
 Salir a la calle, si es posible una vez al día para distraerse o tomar el aire,
paseando por entornos agradables y tranquilos.
 Dentro del hogar o institución, escuchar música, leer el periódico…
 Para personas mayores en situación de dependencia, ojear un álbum de
foto-grafías y hablar de ellos de cuando eran jóvenes, para desarrollar la
memoria, preguntar por las personas que aparecen, qué relaciones
mantenían con ellos, recordar momentos importantes de su vida, como
nacimiento de algún hijo o nieto, evocar recuerdos de experiencias vividas
como viajes…
 En ocasiones viene bien realizar un ritual antes de comenzar una actividad,
como poner la música favorita, tomar un refresco o bebida que les guste,
etc.
 Si no están dispuestos a participar en una actividad, cambiarla por otra o
incluso dejarles, sin obligarles a realizar ninguna. Como dijimos al principio
de la unidad, acompañar no es imponer y avasallar, no supone que hay que
cumplir un plan establecido a toda costa, aunque se haya diseñado con la
mejor de las intenciones. Se trata de estar al lado, sin presiones, sin
agobios, sin imposiciones.

2.2. Registro de la documentación personal

A lo largo de lo expuesto en la unidad de trabajo, hemos podido ver como la labor


de acompañamiento puede realizarse tanto si intervenimos en el ámbito
domiciliario como en una institución. Por ello, cabe distinguir que el proceso de
registro de documentación personal será diferente dependiendo del marco donde se
desarrolle nuestro trabajo.

En el ámbito de la institución, el registro de la documentación, está estandarizado


y sistematizado y se concreta en protocolos elaborados y desarrollados por los
distintos profesionales que forman el equipo interdisciplinar. Así pues, como verás
en la UD07, con mayor detenimiento, existen una serie documentos que facilitan la
recogida de información sobre las personas usuarias, como cuestionarios,
entrevistas, hojas de observación, listas de control, escalas de estimación…

En el mismo orden, existe una documentación básica personal, que es de obligado


cumplimiento para las instituciones, como el Plan de Cuidados y el Plan de
Actuación Individual que debe incluir: una valoración de los déficits y

141
potencialidades de la persona, la elaboración de objetivos y diseño y ejecución de
las acciones necesarias para paliar, compensar o rehabilitar los déficits o
discapacidades detectadas en cada persona usuaria, control y seguimiento continuo
de la evolución, así como, el trabajador o trabajadora de referencia. El Plan de
Atención Individualizado deberá hacer referencia a las áreas tanto de salud física y
psíquica, como al área de interacciones y relaciones personales, y al área
comunitaria: ocio, cultura, etc. Se elabora y actualiza por los distintos profesionales
que intervienen con la persona usuaria, y junto con el resto de la documentación
personal del usuario, como datos personales, familiares, sanitarios, forman parte de
su expediente individual.

En el ámbito domiciliario, el registro de la documentación personal, debe correr a


cargo del usuario o de sus familiares si conviven con él. Las distintas gestiones
realizadas por cualquier persona generan, una serie de documentación que hay que
saber registrar en el propio domicilio, para poder hacer uso de la misma cuando sea
necesario.

El técnico deberá orientar a la persona usuaria o a la unidad de convivencia en su


conjunto, sobre los criterios útiles para el registro de esta documentación generada.
Algunas de las recomendaciones que podrían proporcionarse son:

 Clasificar y archivar los documentos en carpetas o archivadores,


dependiendo del tipo de gestión o trámite al que pertenezcan, por ejemplo:
informes médicos, recibos y facturas, gestiones bancarias, documentación
de la vivienda como escrituras, contratos, etc.
 Si son varias las personas que van hacer uso de la documentación,
establecer unas normas de uso: como no sacar originales importantes de la
vivienda cuando no sea necesario, tener copia de los documentos más
importantes, no tirar ni guardar documentos por sistema sin haberlos
analizado previamente, no duplicar recibos a los que podemos tener acceso
por otros medios, como banca a distancia, etc.
 Colocar los archivadores y carpetas siempre en el mismo lugar. Si se
necesita hacer uso de ellos, volver a colocarlos en su sitio y no en otro,
evitando que se produzcan pérdidas.
 Idear sistemas para recordar fechas importantes a tener en cuenta, como
citas médicas, presentación de impuestos, etc. Se pueden hacer uso de
pictogramas para identificar fechas y carpetas de una manera rápida.

142
 No usar carpetas ni archivadores que sean demasiado pesados y que no
resulten manejables. Es conveniente tener varias carpetas pequeñas y
manejables que una grande que no podamos usar.
 Actualizar y revisar los documentos archivados, con cierta periodicidad.

2.3. Protocolos de actuación en la gestión personal y relacional

En las Instituciones, las actuaciones a realizar, están establecidas y recogidas de


forma documental en protocolos.

Existen protocolos individuales y colectivos. Los protocolos individuales, como


sabes recogen el plan individual de intervención o actuación con los seguimientos
que se realizan periódicamente. En los mismos también se incorporarán las hojas o
partes de incidencias, donde se registren los sucesos no habituales de interés como
cambios detectados en la persona usuaria, agresividad, aislamiento, accidentes,
caídas…

También existen protocolos estandarizados, sobre cómo actuar ante situaciones


específicas, normalmente ante situaciones de urgencia que podremos encontrarnos
en nuestra labor profesional.

Entre tus funciones estará, la de seguir los protocolos de actuación diseñados por el
equipo interdisciplinar, y actualizar los documentos que se deriven de los mismos.

Los protocolos establecidos para desarrollar las relaciones pueden ser los que
recojan terapias socializadoras, como la ergoterapia, musicoterapia, ludoterapia,
grupos de habilidades sociales y de comunicación, grupos de conversación, etc.

Algunos de estos protocolos son:

 Protocolo de valoración al Ingreso en la Institución.


 Protocolo de acogida.
 Protocolo de asesoramiento y entrenamiento en ayudas técnicas.
 Protocolo de Actividades de la Vida Diaria.
 Protocolo de distintas terapias: como psicomotricidad, gerontogimnasia,
estimulación cognitiva, logoterapia, etc.
 Protocolo de Actividades de Ocio y Tiempo Libre.

143
3. Procedimiento de registro de la documentación personal.

Cuando un usuario entra en una institución es de vital importancia para un


correcto funcionamiento del servicio que se realice un expediente individual lo
más completo posible. Este expediente debe recoger una gran cantidad de
información detallada en torno a la persona usuaria, en general, en torno a los
siguientes aspectos:

 Datos de la persona usuaria


 Descripción del estado personal (aspectos físicos, psicológicos, sociológicos
y afectivo emocionales que se consideren de interés, e informes al respecto.
 Datos familiares, vecinos y/o personas cercanas a la persona usuaria.
 Otros.

El expediente individual no es un documento estático, sino que debe ser un


documento cambiante y actualizable.

Siempre que se realiza alguna intervención es importante que, al finalizarla, se deje


constancia de que la misma ha sido realizada y evitar así que una misma acción se
realice varias veces. Esta necesidad de registrar lo sucedido se acentúa más cuando
durante el transcurso de nuestras intervenciones nos encontramos con alguna
incidencia o problema. Cuando hablamos de registro se hace referencia a la acción
de recoger cierta información en el documento, soporte o instrumento designado a
tal efecto.

Además de las fichas de registro de tareas, los informes, las fichas de control o el
mismo expediente individual, existen otros documentos o instrumentos cuya
finalidad es la de dejar constancia de determinados aspectos, entre ellos destacan:
el parte de incidencias y los informes de evolución.

 El parte de incidencias: las incidencias que van surgiendo con la atención


al usuario necesitan de ser recogidas y registradas a través de las hojas o
partes de incidencias, documento que ayudará a:

 Actuar en futuras intervenciones de forma correcta


 Permitirá completar y actualizar el expediente personal de la persona
usuaria

144
 Aportará información acerca de las intervenciones atendidas y a llevar
un control de las mismas
 En caso de reclamaciones, servirá como prueba de la atención prestada

 Los informes de evolución: es un documento que no suele hacer el


profesional de la atención directa, sino que son realizados por el profesional
especializado y con una titulación superior (médico, trabajador social, etc.),
aunque en ocasiones es importante tener en cuenta la opinión del técnico de
cara a realizar un informe lo más completo y veraz posible.

Los distintos documentos o instrumentos de recogida de información no son


documentos que se destruyan al poco tiempo de su creación, sino que todos y cada
uno de los documentos de registro de la información deben pasar a formar parte de
diferentes archivos en los que la información permanecerá guardada.

Archivar la información es necesario ya que, aunque en ocasiones pueda parecer


una molestia, presenta importantes finalidades que es importante tengamos en
cuenta:

 Ayudará a valorar la evolución de las personas usuarias, de los servicios


prestados.
 Es un instrumento de consulta con el que poder mejorar y optimizar posibles
intervenciones futuras.
 Dejará constancia de los procedimientos de intervención y atención de
personas usuarias ante posibles quejas, reclamaciones, etc., por posible
negligencia.

Además, es importante tener en cuenta que esta información debe ser almacenada
de manera lógica y organizada, para lo cual es importante que tengamos en cuenta
los siguientes aspectos:

 Se debe realizar una clasificación de la misma siguiendo un criterio común.


Entre los criterios más comunes de clasificación encontramos la fecha en la
que se originó y el orden alfabético. En algunas ocasiones la clasificación
suele ser mixta, es decir, la información se clasifica por años y dentro de
cada año por orden alfabético.
 A su vez, la información suele ser subclasificada en diferentes categorías
(archivo de expedientes, registro de incidencias, etc.)

145
 Suele existir un espacio físico, generalmente conocido como archivo, en el
que se almacena toda esa información.
 La información debe ser guardada durante un periodo de tiempo mínimo,
aun a pesar de la muerte del usuario, a excepción de documentos que
carezcan de interés y que ni siquiera son archivados.

4. Principios éticos en la intervención social. El código deontológico.


Prácticas en centros de atención a la dependencia.

Para desarrollar buenas prácticas asistenciales en la prestación de los servicios


se requiere que todos los profesionales respeten los principios éticos de la atención
residencial, de manera que las personas usuarias sean tratadas de acuerdo a estos
principios, evitando la confrontación, el trato vejatorio, desigual o discriminatorio,
sin perjuicio del respeto a la voluntad individual, de acuerdo con los derechos y
libertades de la persona. Si en algunas ocasiones aparecen dilemas éticos en el
cuidado de un usuario, las decisiones se tomarán con el consentimiento explícito de
la propia persona usuaria o, en su caso, con el consenso del equipo interdisciplinar,
considerando, cuando proceda, la voluntad mayoritaria de las familias. En todo
caso, es el equipo profesional quien con carácter general asume la competencia de
información, facilitando la toma de decisiones y deliberando con criterios
deontológicos y ético-profesionales a modo de comité de ética.

El profesional de atención directa en la intervención, siempre y ante cualquier


circunstancia, debe tener presente la deontología profesional y establecer de forma
muy clara cuáles son los límites de la actuación. La deontología profesional se
refiere al cumplimiento de las normas de actuación establecidas en cada profesión a
través de los códigos deontológicos.

Los códigos deontológicos son los instrumentos de autorregulación corporativa


para las personas que pertenecen a una determinada profesión y están constituidos
por los principios, las normas y los criterios que caracterizan la realización correcta
de sus tareas y cometidos.

Junto a la responsabilidad personal, la conciencia profesional es un componente


esencial de la ética y se caracteriza por el empeño en respetar la escala de valores
de una profesión, procurando actuar con la máxima competencia y honestidad en

146
consonancia con las normas sociales y legales existentes. Conlleva un compromiso
permanente con las funciones y las tareas que se desarrollan, insistiendo en el
análisis y la aplicación de alternativas que mejoren la calidad de las intervenciones
efectuadas y el nivel de satisfacción de las personas a las que se dirigen. Asimismo,
la aplicación del sentido ético en el ejercicio profesional se caracteriza por los
valores de justicia, responsabilidad, confidencialidad y honestidad.

Los límites de la actuación del profesional de atención directa se garantizan a través


de las normas y las leyes de los servicios sociales que establecen los derechos y
obligaciones de los usuarios. Las leyes de servicios sociales, de mejora de la
calidad o de protección de las personas usuarias de estos recursos, determinan los
derechos de los usuarios del servicio y entre los que destacan:

 Recibir un trato digno por parte del personal de la entidad y el resto de las
personas usuarias
 La defensa de la integridad física y moral sin que, en ningún caso, puedan
aplicarse torturas ni penas o tratos inhumanos o degradantes
 El secreto profesional de los datos de su historia sociosanitaria
 La máxima intimidad
 El secreto de las comunicaciones, salvo resolución judicial
 Disfrutar de una atención individualizada acorde con sus necesidades
específicas
 Presentar reclamaciones y sugerencias.
 Interrumpir la permanencia en el centro por voluntad propia
 El control de la calidad asistencial y la protección de sus usuarios

En resumen, estas pautas de actuación deontológica, en general, se suele recoger


en forma escrita en los llamados códigos deontológicos, extensibles a cualquier
otra disciplina en que se trate con seres humanos, o seres vivos, y a través del
código deontológico, las personas que ejercen una determinada actividad
profesional adoptan un conjunto de normas, valores y criterios que pactan y
aprueban llevar a cabo en sus actuaciones profesionales para que las personas que
solicitan sus servicios sean satisfechas por una buena ejecución. Son códigos
profesionales donde se especifican consideraciones morales acerca de aspectos
complejos de la vida profesional y donde se suelen contemplar sanciones para el
supuesto en que se viole abiertamente el espíritu de dicho código. Por tanto, el
código deontológico regula el ejercicio de la deontología profesional.

147
La imagen de una determinada institución depende mucho de la que ofrece el
personal de la misma, por lo que es obvia la necesidad que dichos profesionales
muestren una actitud correcta y cercana, y un trato adecuado en relación a los
usuarios y su familia haciéndola, sobre todo, más humana. El reconocimiento por
parte de los profesionales de la dignidad que corresponde al usuario es prioritaria e
imperativa, con una visión holística11 que permita verlo como individuo concreto
que es, así como en su globalidad, lo que implica acciones y actitudes que no se
limiten solo a atender sus síntomas o dolencias concretas, haciéndolo partícipe en
las decisiones que le afectan a través de una comunicación adecuada, de
acercamiento, y de una actitud y trato basado en unas cualidades, capacidades y
actitudes profesionales adecuadas en el desempeño de su labor profesional diaria.

5. Concepto de confidencialidad y dato personal. Normativa aplicable


en materia de protección de datos

Para garantizar la privacidad de la información y de los objetos personales de las


personas, los profesionales deben tener en cuenta distintos elementos básicos y
llevar a cabo acciones como las que a continuación se señalan.

5.1. Garantía de los derechos en el tratamiento de información

A la hora de garantizar los derechos del usuario en el tratamiento de su información


los profesionales deberemos ser extremadamente cuidadosos y velar por la
protección del derecho a la intimidad de las personas usuarias. La confidencialidad
de la información obtenida de cada persona es algo exigible a todos los miembros
del equipo, todos ellos sujetos a secreto profesional. No podemos olvidar que el
acceso a la historia clínica sin autorización es un delito grave castigado por el
Código Penal. Por todo ello es preciso evitar tanto la divulgación de señas
personales que figuren en los expedientes o historiales como la innecesaria difusión
de datos de las personas usuarias en contextos ajenos a la intervención que busca
la mejora de la persona.

11
El holismo consiste en tener una visión global, considerando un sistema, organización o
individuo como un todo, para así poder comprender cómo encajan sus partes entre sí, ya
que, de lo contrario, pueden pasarse por alto importantes causas subyacentes de un mal
rendimiento.

148
También deberemos asegurarnos que la persona ejerce su derecho a conocer,
facilitándole la información referida a los objetivos y propuestas de intervención
referidas a ella. La persona usuaria (o en su defecto sus allegados), como titular de
la información clínica o de carácter personal que le concierne, tiene derecho a
determinar que no se facilite dicha información a terceras personas. Conviene que
ello se someta a Consentimiento informado y quede registrado para asegurar un
uso adecuado de la información recibida de la persona usuaria, o sobre la misma,
garantizando confidencialidad y privacidad.

Para garantizar este tratamiento adecuado es imprescindible que en cada centro se


realice por escrito un protocolo o procedimiento de trabajo que organice las formas
de trabajo de la información y documentación referida a las personas.

5.2. Garantía de la confidencialidad en la información oral

Para garantizar la confidencialidad en la transmisión de la información de


cuestiones personales de forma oral deberemos tener en cuenta aspectos como los
siguientes:

 Cerciorarnos de que la información sea proporcionada siempre en primer


lugar a la persona usuaria, y en segundo lugar, y si proceda sus familiares
(en caso de presunta incapacidad) o al tutor legal en caso de incapacitación.
Es importante situar el protagonismo en la persona usuaria, evitando que
un uso inadecuado de su información personal con su familia o con otros
profesionales menoscabe sus derechos.
 Asegurarnos de que cada tipo de información la proporcione el profesional
más adecuado del equipo para ello, eligiendo cuidadosamente quién ha de
ser en cada circunstancia y persona (el profesional de referencia, un
profesional específico, el director de la Residencia, etc.). También se debe
cuidar utilizar los espacios idóneos de modo que garanticemos la
confidencialidad y la privacidad; por ello evitaremos expresamente lugares
públicos como pasillos o salas de estar de los centros para transmitir
informaciones personales.
 Revisar las formas en que los profesionales hablamos de las personas
usuarias y qué tipo de información nos cruzamos en las habitaciones,
pasillos, salas, etc. Hemos de recordar que esta información también debe

149
estar sujeta al derecho a la intimidad, y por lo tanto, ser emitida de forma
discreta.
 Asegurarnos que no se proporciona información a otros profesionales,
personas usuarios o familiares de otros usuarios o profesionales de otros
recursos, si no está debidamente justificado o si la persona no lo ha
autorizado.

5.3. Garantía de la confidencialidad en la información escrita

La sistematización en el registro de la información escrita es una herramienta


imprescindible para la continuidad del abordaje profesional y, por tanto, de la
calidad asistencial. En este sentido, es preciso que el registro de este tipo de
información, de cara a garantizar la confidencialidad de la misma, contemple
algunas cuestiones como:

 Hacer constar siempre las modificaciones relativas al estado de la persona,


a los objetivos o a las estrategias de intervención profesional aplicadas
(terapéuticas, estimulativas, de apoyo, tratamientos, etc.).
 Conocer y cumplir, por parte de todo el equipo, las normas ético-legales
(como la Ley de Protección de Datos de carácter personal o la Ley General
de Sanidad, así como los diversos decretos o desarrollos normativos que las
desarrollan) que garantizan un uso correcto de la información privada y
protegen los derechos de las personas usuarias.
 Habilitar espacios adecuados para la custodia, así como generalizar un uso
adecuado para garantizar una atención personalizada y cumplir con la
normativa referida a la protección de datos personales.
 Posibilitar que cada individuo conozca la existencia de toda la
documentación que poseamos referida a su persona. Del mismo modo,
facilitar que pueda acceder y conocer su contenido proporcionándoselo a la
misma persona usuaria (o/y a una persona delegada) y siempre en un
lenguaje comprensible.
 Siempre es deseable que sea la propia persona quien guarde sus propios
documentos, aunque esto sólo suele ser posible cuando la persona dispone
de capacidad y de voluntad de hacerlo. Por su parte, el equipo deberá
custodiar y guardar cada uno de los expedientes personales.

150
 La persona debe permitirnos (por medio de consentimiento informado) el
uso de esta información privada para poder prestarle la atención que
precise. Su uso debe ser siempre en reuniones y contextos profesionales.
 Para poder proporcionar una adecuada intervención en las instituciones
debe-remos facilitar que los diversos profesionales puedan consultar la
información que necesiten de forma que se trabaje de manera coordinada y
complementaria. Hemos de tener siempre presente que no toda la
información ha de ser conocida por todos y que el criterio de qué
información ha de ser compartida y cuál no está en relación a las
competencias y responsabilidades de cada profesional en relación a la
atención que se presta a la persona usuaria.
 También extremaremos la calidad de los informes escritos destinados a
otros profesionales para garantizar una mejor atención a la persona (en
caso de altas, traslados, informes legales, etc.).
 Evitaremos ofrecer información en lugares visibles de los centros relativa a
las personas (en tablones, zonas de paso o de estar, a la entrada del aseo,
en el comedor, etc.). Debemos buscar nuevas formas de compartir esa
información entre profesionales, imprescindible para una atención
personalizada, pero a su vez garantizando el cumplimiento de la norma y la
necesaria discreción (a nadie nos gustaría que cualquiera pudiera saber qué
tipo de ayuda necesitamos, por ejemplo, para ir al ser vicio).

En general, se requiere que los profesionales demuestren empatía y escucha activa


para saber captar la necesidad de información de la persona usuaria. Además, se
requiere una actitud honesta y de transparencia para saber trasmitírsela. La clave
es saber utilizar siempre el lenguaje adecuado, tratando de no desvirtuar la calidad
de la información, pero facilitando su comprensión para que la persona pueda
decidir de forma autónoma.

5.4. Normativa en protección de datos

En las instituciones y en el domicilio, al tratar con información de los usuarios, es


obligatorio cumplir con las obligaciones establecidas en la distinta normativa
relativa a la protección de datos de carácter personal. Las normas principales que
recogen esta obligación son las siguientes:

151
 Reglamento General de Protección de Datos, el marco europeo que todo
Estado miembro de la UE ha debido adaptar a su ordenamiento jurídico.
 Ley Orgánica de Protección de Datos y Garantías Digitales, la ley española
que adapta el RGPD y que regula también los derechos digitales de los
ciudadanos.
 Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y Comercio Electrónico.
 Ley 41/2002 de Autonomía del Paciente.
 Ley 39/2006 de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las
personas en situación de dependencia.
 Ley 7/1991 de Asistencia y Protección al anciano.

Cumplir con la normativa en instituciones es fundamental para ofrecer la mejor


asistencia a los usuarios y proteger sus datos de cualquier intromisión ilegítima.

Una de las primeras obligaciones de la normativa de protección de datos en es


elaborar un registro de actividades de tratamiento. Se trata de un documento
que debe realizarse por cada tratamiento de datos que se lleve a cabo. El registro
de actividades de tratamiento contendrá información concisa, pero detallada sobre
todo lo relativo a dicho tratamiento de datos personales, en concreto:

 Identidad y datos de contacto del responsable del tratamiento y, en su caso,


del corresponsable, del encargado del tratamiento y del Delegado de
Protección de Datos (DPO)
 Legitimación del tratamiento
 Finalidad del tratamiento
 Categorías de interesados y datos
 Categorías de destinatarios (cesiones a terceros)
 Información relativa a transferencias internacionales de datos (si procede)
 Descripción de las medidas de seguridad
 Plazo de conservación de los datos

Asimismo, el libro de incidencias de residencias de ancianos ha de contener


todos los protocolos, programas, registros o incidencias diarias que tengan lugar en
el centro.

Aunque su finalidad principal no es la prestación de atención sanitaria, entre


las obligaciones de las residencias de ancianos se encuentran:

152
 Proteger a los residentes de los riesgos que pudieran afectar a su salud y
seguridad.
 Potenciar la autonomía de las personas mayores.
 Ofrecer, en la medida de lo posible, los tratamientos adecuados para el
cuidado de la salud de los residentes.

Como ya hemos mencionado, para cumplir con sus responsabilidades las


residencias de ancianos deben tener acceso a datos sensibles de los usuarios,
como son los datos relacionados con la salud. Además, con el agravante de que
puede haber ocasiones en las que los residentes pueden estar incapacitados para
otorgar su consentimiento de forma consciente.

Este consentimiento, para cumplir con la protección de datos en las instituciones,


debe tener en cuenta, por un lado, la legislación para instituciones de este tipo
que señala que cualquier tipo de intervención debe ser consentida de forma
expresa, inequívoca y voluntaria por parte del paciente, y en el caso de incapacidad
para ello, será otorgado por un representante, tutor o un familiar próximo.

Otra de las obligaciones que establece la normativa de protección de datos en


instituciones es la realización de un análisis de riesgos antes de comenzar un
tratamiento de datos personales, donde se busca evaluar a qué peligros pueden
exponerse los datos personales de los usuarios o empleados al ser tratados. Se
trata de determinar el nivel de amenaza para la disponibilidad, integridad y
fiabilidad de los datos, la posibilidad de que se produzca, así como del impacto
negativo que podría tener en los derechos y libertades de los interesados.

Otro aspecto en materia de protección de datos es la de proveer a los usuarios o


representantes y empleados de los mecanismos para que puedan ejercer los
derechos que les reconoce la normativa sobre los mismos:

 Acceso a la información personal objeto del tratamiento.


 Rectificación de aquellos datos inexactos o que no se ajustan a la realidad.
 Supresión, en caso de que los datos hayan sido recabados de forma ilegal o
no son necesarios para la finalidad por la que se recabaron
 Limitación del tratamiento, o solicitar al responsable la toma de medidas
necesarias para evitar la modificación o supresión de sus datos.
 Portabilidad, por ejemplo, para pedir la transmisión de los datos en caso
de solicitar un cambio de institución

153
 Oposición a que sus datos sean tratados con determinados fines.

Los medios para ejercer estos derechos deben indicarse en el documento de


consentimiento y en la política de privacidad de la institución.

154

También podría gustarte