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MODULO 1
L1. LA COLEGIACIÓN
El profesional debe tener un conocimiento profundo de aquellos estamentos legales que necesariamente se
deben cumplimentar para identificarse y estar debidamente habilitado para el ejercicio de la función.
Comprender el sentido específico y genérico de la colegiación implica conocer y entender la obligación que
impone la ley. Si la persona titulada no se colegia, no puede ni debe ejercer la profesión.

Colegio profesional: es una persona jurídica de derecho público no estatal que tiene por objeto el gobierno de
la matrícula profesional. Posee a su cargo la supervisión del cumplimiento de las normas de regulación sobre la
actuación profesional y la ética de los sujetos inscriptos dentro de su esfera.
Estas organizaciones legales sintetizan su potestad en el gobierno de la matrícula, el control disciplinario y el
poder de policía. También brindan a sus matriculados asesoramiento y capacitación para mejorar la calidad
profesional ante la sociedad. Como entidad legal, ejecutan permanentemente la defensa de las incumbencias
propias de la actuación profesional.

La ley determina funciones y objetivos de los colegios profesionales y se encuentran dotados de las potestades
necesarias para adoptar los procedimientos y medidas idóneas en la efectiva regulación y control del ejercicio
profesional.
Los colegios profesionales resguardan los intereses de la sociedad al mismo tiempo que protegen los intereses
particulares del colegiado.

La principal característica de estas instituciones es que son esencialmente democráticas. Renuevan


periódicamente sus miembros directivos tras la elección de autoridades. Sus candidatos surgen de los mismos
colegiados a los efectos de brindar oportunas acciones institucionales.
La colegiación constituye una obligación para el profesional, implica obtener la respectiva habilitación para
ejercer la función, puesto que el colegio profesional es el encargado de establecer los lineamientos necesarios
para el cumplimiento de la ley y para guiar la conducta ética.

Características que se vinculan a la colegiación:


 Ejerce el gobierno de la matrícula. El profesional constituye en la institución un legajo personal de
antecedentes requeridos por ley y recibe un número de orden: su matrícula.
 Establece montos y formas de percepción de cuotas de matriculación y verifica el cumplimiento de la
constitución de fianza profesional.
 Vela por el cumplimiento de toda la normativa.
 Actúa en contra del ejercicio ilegal de la profesión, hace efectiva la defensa de la profesión y de sus
colegiados.
 Ejerce el poder disciplinario sobre los colegiados y aplica sanciones.
 Asesora en el ámbito público sobre cuestiones atinentes a la actividad profesional.
 Integra organismos profesionales (provinciales, nacionales y del extranjero) para mantener vinculación
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constructiva en los ámbitos formativos, económicos y jurídicos.


 Promueve el desarrollo profesional mediante la actualización de conocimientos, perfeccionamiento,
fraternización y solidaridad entre los colegiados.

No es suficiente estar titulado para ejercer la gestión profesional, se debe obtener la habilitación otorgada por
el colegio profesional de la jurisdicción correspondiente a su domicilio de residencia.
El colegiado debe estar atento a todo cambio legal que influya sobre sus funciones y debe garantizar su
cumplimiento.
Como resultado de la vinculación entre el profesional y el organismo que lo colegia, se evidencian las
siguientes situaciones:

 Los profesionales proponen a las autoridades del colegio las iniciativas que se consideren necesarias para
el mejor desenvolvimiento institucional.
 Los profesionales colaboran con la institución en sus nobles principios, contribuyendo al prestigio y
progreso de la profesión.
 Los profesionales cumplen con el abono mensual de cuotas y demás importes que establezca la ley.
 Se respetan y cumplen las normas que regulan la profesión, como así también las resoluciones del
directorio y asambleas.
 Se participa en las asambleas con voz y voto.

Requisitos para colegiación:


 título universitario,
 constancia de domicilio,
 certificado de buena conducta,
 pago de arancel correspondiente,
 constitución de fianza, entre otros.

Una vez que haya cumplimentado los requisitos y que se le haya otorgado la matrícula, previo juramento, el
profesional se encuentra colegiado. A partir de ese momento, el profesional deberá tener presente sus
derechos y obligaciones al ejercer el rol con la debida habilitación, todo conforme al Código Civil y Comercial, la
legislación nacional, la Ley 20266 y los ordenamientos locales correspondientes.

Organismos profesionales a nivel nacional: Federación de Entidades de Martilleros y Corredores Inmobiliarios


(FAEMCI), Confederación Argentina de Martilleros y Corredores (CAMYC), Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA),
Federación Inmobiliaria de la República Argentina (FIRA).
Tanto las entidades a nivel nacional como internacional tienen como objetivo mejorar las interrelaciones de la
actividad a través de sus instituciones y alcanzar desarrollos jurídicos, técnicos y comerciales tendientes a una
creciente proyección profesional. Siempre que la legislación así lo permita, estas entidades deberán trabajar en
común acuerdo para lograr progresos afines.
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En nuestro país, la actividad profesional del martillero y corredor público se encuentra regulada por la Ley
20266/1973 del PEN. La norma dispone la jerarquía correspondiente a la función. Tenemos en Argentina
diversas universidades que dictan los programas de estudio para la formación profesional y otorgan los
respectivos títulos. Estos programas ratifican un contenido específico y dotan al individuo de las competencias
laborales y éticas necesarias. Pero el profesional debe capacitarse continuamente para mantenerse
actualizado y así poder brindar sus conocimientos a la comunidad de manera plena.

Día del martillero y corredor público


El 11 de octubre se celebra en todo el país el Día del Martillero y Corredor Público en virtud de la fundación de
la FAEMCI.
Entre las instituciones de relevancia, la de mayor importancia es la Federación Argentina de Entidades de
Martilleros y Corredores Inmobiliarios (FAEMCI). El objetivo de la FAEMCI es mantener una común unión entre
todas las entidades existentes en el país que agrupan a profesionales martilleros y corredores. El 11 de
octubre se celebra en todo el país el Día del Martillero y Corredor Público en conmemoración de la fundación
de la FAEMCI en el año 1943.

Organismos federados
Los organismos federados constituyen instituciones destacadas a nivel nacional. Su relevancia se expresa
únicamente en la defensa de los intereses de los sectores.
La FAEMCI se crea por la necesidad de reglamentar, profesionalizar y relacionar a las entidades no federadas
en la especialidad inmobiliaria. En sus orígenes, el objetivo de la FAEMCI era lograr una coordinación de tareas
específicas que aunara criterios y que siguiera los ideales comunes y, en particular, los relacionados con la
ética profesional y sus condiciones de idoneidad.
La idea de constituir una asociación o federación de martilleros surgió en la ciudad de Rosario, provincia de
Santa Fe, al fundarse la Asociación de Martilleros de Rosario. Esta federación fue apoyada desde la Asociación
de Martilleros del Departamento del Centro. Los profesionales coincidieron en la necesidad de contar con una
entidad a nivel nacional. Es por ello que el 11 de octubre de 1943 se organiza una Asamblea de Martilleros en
la Ciudad de Buenos Aires que le dio origen a la presente federación.
A la FAEMCI no sólo se le atribuye en la historia profesional el fortalecimiento del vínculo nacional a la

regulación legal profesional. Su consagración ha sido el logro de la sanción de la Ley 25028 en el año 1999, que
modificó el Decreto-Ley 20266 del año 1973. La Ley 25028, Régimen Legal de Martilleros y Corredores, le
otorga jerarquía a la profesión al establecer la formación universitaria del martillero y corredor como condición
indispensable para la habilitación profesional.

Desde el año 1943, la visión de la FAEMCI es la capacitación competente para brindar garantías plenas en la
gestión del profesional, bajo el deseo de que se convierta en una persona debidamente instruida en los
aspectos jurídicos, económicos y técnicos, ya sea en el caso de que concluya su labor en pública subasta o bien
en intermediación privada.
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A nivel nacional, con el transcurso de los años, se organizan otras instituciones en relación a los intereses
propios del rol de la profesión. En el caso del sector inmobiliario, un exponente de este tipo de instituciones es
la FIRA (Federación Inmobiliaria de la República Argentina). Esta federación surge en el año 1984 bajo la
necesidad de que los operadores del sector se agruparan a los efectos de profesionalizar tan importante
actividad. La FIRA desempeña una tarea de capacitación permanente y de defensa de los derechos del sector.
De igual manera, la CIA (Cámara Inmobiliaria Argentina) surge para jerarquizar el rol del corredor público
inmobiliario.
En relación a la base jurídica de la profesión del martillero y corredor público inmobiliario, hay que señalar dos
"corrientes de pensamiento":

1. Una corriente que se fundamenta sobre la construcción histórica de la actividad profesional y que se
remite a comienzos del siglo pasado. Fue Julio
Quesada (1938) el primer exponente en la formación a nivel nacional. Estos antecedentes son
ratificados al momento de la creación de la FAEMCI, por lo que la base legal fue definiendo el perfil de
la actividad paulatinamente y consagrando el título universitario (Ley25028). Esta corriente posee el
sustento legal actual con la norma de fondo del Decreto-Ley 20266, sobre una única matrícula
profesional.

2. A mediados de la década de 1980, surge una nueva corriente que se basa en el desarrollo creciente del
sector inmobiliario y que toma como punto de partida sólo un aspecto del rol profesional: la
intermediación inmobiliaria. A diferencia del corredor en general, esta actividad no posee actualmente
un sustento legal de fondo, ya que no existe una regulación especial para el corretaje inmobiliario. No
obstante, deberá observarse que el artículo 1345 del Código Civil y Comercial incorpora la cuestión del
profesional que intermedia sobre la base de su actuación en contratos. Además, el artículo 1170 regula
lo relativo al boleto de compraventa de bienes y raíces.

Es necesario tener presente que, si bien existe una “laguna” en el derecho de fondo en cuanto a la regulación
de la intermediación inmobiliaria, hay cambios sustanciales tras la unificación del Código Civil y Comercial.
Estos cambios que implican un nuevo rumbo en la actividad profesional. Por una lado, hay que considerar los
artículos 32 y 33 de la Ley 20266 que regulan las condiciones habilitantes del profesional y, por otro, hay que
tener en cuenta el artículo 1345 del Código Civil y Comercial sobre el contrato de corretaje.
A mediados del año 2000, surge la Confederación Argentina de Martilleros y Corredores que otorga efectivo
respaldo a la institución histórica FAEMCI y reafirma que el título de Martillero y Corredor Público es único, al
igual que su matrícula, conforme a lo que dispone la Ley 20266. Además, la organización afirma que no existe
diferencia alguna entre martillero y corredor: se trata de un mismo profesional preparado para desenvolverse
en los ámbitos jurídico, económico y técnico para la venta de todo tipo de bienes (muebles, inmuebles y
semovientes), ya sea en pública subasta o por intermediación privada.
Cabe destacar que, si bien el rol del martillero y corredor público es amplio, supone una decisión y un desafío
personal el hecho de abordar todos los campos de función o dedicarse a alguno en especial. No obstante, de
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cara al futuro, el profesional observará la existencia de las dos corrientes plasmadas por instituciones
destacadas en el país: por un lado, una “unificadora” y, por el otro, otra “separatista” y tendiente a manifestar
el desarrollo individual de una de las ramas (corretaje público inmobiliario).

Mercosur. Antecedentes y relaciones profesionales con algunos países

El martillero y corredor público está formado sobre la base sólida de conocimientos jurídicos, económicos y
técnicos para el desarrollo de la función. Ya sea que comercialice bienes muebles, inmuebles o semovientes,
permanentemente emplea todas las herramientas necesarias en las relaciones públicas (marketing,
management, branding, etc.) para concretar el objetivo del negocio y satisfacer a las partes, atendiendo las
exigencias que demandan los consumidores de bienes. El profesional debe poseer una capacitación continua
para gestionar las formas de comercialización de productos y servicios que dependan de su actividad.
En este sentido, las tecnologías permiten la comunicación entre colegas de distintas zonas, provincias o países.
Si se trabaja con conocimiento preciso en el rubro, se podrá desarrollar la actividad profesional manteniendo
relaciones fluidas con actores que brindarán la posibilidad de ampliar el campo de acción.
Se comprende, entonces, que estos vínculos sociales permiten que se logre la función en otras plazas. Las
funciones pueden ser temporales o permanentes. Por ejemplo, en el rubro inmobiliario se amplía el servicio
con ofrecimientos de propiedades (para compraventa, alquileres, tasaciones, entre otros) en distintos
territorios y áreas, dentro o fuera del país y en diferentes continentes.
El hecho de conocer la normativa vigente permite al profesional ser partícipe de la vinculación y el desarrollo
de emprendimientos inmobiliarios entre distintos sujetos (personas físicas o jurídicas) y también con otros
profesionales (notarios, arquitectos, etc.). Las conexiones pueden incluir a un cliente que encomienda la tarea
del servicio inmobiliario o a un pedido de una entidad bancaria, etcétera. Por consiguiente, se comprende que
si se actúa en otras plazas, el vínculo se dará necesariamente con un colega profesional, en virtud de la
legislación que allí regula la actividad. El conocimiento del mercado de comercialización del bien dará la pauta
de los posibles beneficios económicos a obtener.
A partir de allí, se aborda el análisis sobre el cumplimiento correcto de las normativas. Este conocimiento
brindará seguridad en la acción. Finalmente, se deberá reflexionar acerca de las técnicas de promoción y
difusión del producto. También se deberá reflexionar acerca del servicio que se brindará.
Por ejemplo, se observa que en el Mercosur el acuerdo entre países abre la posibilidad de la comercialización
de semovientes; suponiendo que se establecen pautas en relación al tipo de animal conforme a la finalidad, a
los impuestos que gravan y las posibles exenciones, se observarán los movimientos del mercado internacional
y se tendrá en cuenta, por ejemplo, la incidencia de la cuota Hilton para los países de Latinoamérica. En este
sentido, se evalúa el tipo de semovientes aptos, de acuerdo a las normativas que rigen el mercado, y se
procede a la intermediación entre quien requiere el servicio, los posibles clientes y los profesionales de plaza.
En el ejemplo anterior, vemos cómo las normativas internacionales pueden modificar las perspectivas en los
mercados y las plazas de acción profesional. Eso evidencia la importancia que tiene para el profesional el
hecho de tener no sólo el conocimiento comercial correspondiente, sino también el legal.
El profesional competentemente preparado se convierte en un “visionario” que proyecta el anhelo de una
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gestión exitosa. Así como toma conocimiento económico, jurídico y técnico del mercado en donde interviene
cotidianamente, de igual modo deberá hacerlo en otras plazas para abordar con seguridad nuevos mercados
de acción profesional.
A modo de ejemplo, también se pueden mencionar los casos en los que surge un requerimiento en la
intermediación para la comercialización de un fondo de comercio. En Argentina, está claro que la regulación
sobre el fondo dependerá específicamente de la Ley 11867de Transmisión de establecimientos comerciales e
industriales. En cambio, si la vinculación para la transferencia proviene de un país vecino y los bienes y
mercaderías se encuentran allí, se deberá atender estrictamente a las normativas que permitan a su
propietario la transferencia libre de gravamen, impuestos y demás deudas, como así también los
requerimientos y exigencias para elobrar profesional a fin de garantizar la seguridad en el tráfico jurídico de
dicho comercio.
Conforme a lo expuesto anteriormente, el profesional martillero y corredor público ejerce sus funciones
dentro de un marco que regula no solamente su profesión, sino que además plantea la necesidad de que se
observen regulaciones propias sobre los bienes (ya sean tangibles e intangibles) en virtud de que estos
conforman el patrimonio de un individuo. Cabe afirmar, entonces, que para poder realizar las respectivas
etapas de la actividad profesional, se debe tener conocimiento pleno de toda normativa legal en el mercado
local, provincial y nacional o internacional.

Anexo 1: Protocolo de Montevideo sobre el comercio de servicios del Mercosur Argentina. Sexta ronda de
negociaciones
El Acuerdo de Complementación Económica N° 35 celebrado entre los gobiernos de los Estados partes del
Mercosur y el gobierno de la República de Chile establece una lista de compromisos específicos de Argentina.
Sobre los hombres de negocios afirma:

Hombres de negocios:
Representantes de un proveedor de servicios que entran temporalmente en el territorio de la Argentina para
concluir acuerdos de venta de esos servicios para ese proveedor de servicios, y/o Empleados de una persona
jurídica con el fin de establecer una presencia comercial de esa persona jurídica en el territorio de la Argentina
o para realizar estudios de mercado para ese proveedor de servicios.

a. Los representantes de esos proveedores de servicios o los empleados de esas personas jurídicas no
participarán en las ventas directas al público ni suministrarán ellos mismos los servicios.
b. Se refiere únicamente a los empleados de una persona jurídica que no tenga ya presencia comercial en el
territorio argentino.
c. Esos representantes o empleados no recibirán remuneración alguna de fuentes ubicadas en el territorio
argentino.

Plazo de permanencia: 90 días prorrogables en territorio nacional por 90 días adicionales.


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Sobre los proveedores de servicios con contrato:

Proveedores de servicios con contrato. Empleados de personas jurídicas.


Los empleados de una compañía/ asociación/ empresa establecida en el extranjero que entren
temporalmente en el territorio argentino con el fin de prestar un servicio de conformidad con uno o varios
contratos concluidos entre su empleador y uno o varios consumidores del servicio en el territorio de la
Argentina.

a. Se limita a los empleados de empresas establecidas en el extranjero que carecen de presencia


comercial en la Argentina
b. La persona jurídica ha obtenido un contrato para la prestación de un servicio en el territorio
argentino.

En referencia a los profesionales independientes, establece:


Profesionales independientes:
Las personas físicas que entren temporalmente en el territorio argentino con el fin de prestar un servicio de
conformidad con un contrato o varios contratos concluidos entre estas personas y uno o varios consumidores
de servicios situados en la Argentina. Podrán realizar actividades profesionales o técnicas.

a. La persona física suministra el servicio como trabajador autónomo.


b. La persona física ha obtenido un contrato de servicio en la Argentina.
c. Si se percibe remuneración por el contrato, la misma se abonará únicamente a la persona física.
d. La persona física posee las calificaciones académicas y de otro tipo adecuadas para la prestación del
servicio.

Plazos de permanencia:
Las personas que hayan obtenido un contrato civil o una nota de invitación que especifique el motivo de la
invitación, la actividad a desarrollar y, de corresponder, la remuneración que percibirá el extranjero, pueden
ingresar y permanecer en el territorio argentino por 15 días prorrogables por 15 días adicionales.
Las personas que hayan obtenido un contrato o locación de servicios u obra y que ingrese para prestar
servicios a una persona natural o jurídica radicada en Argentina pueden ingresar y permanecer en el territorio
argentino por 1 año prorrogable por igual período indefinidamente mientras dure su condición de trabajador
contratado. (ALADI, 2009, http:/ goo.gl/o0tjIa).

Los acuerdos entre los Estados brindan grandes posibilidades tanto a nivel oficial y público como a nivel
particular y profesional. Esto se constituye como una nueva posibilidad en el rol de acción.

Preguntero: ¿Qué ocurre si los profesionales del Mercosur no respetan las limitaciones al acceso al mercado
para el desarrollo de sus servicios en los países del bloque? Que incumplen con el Protocolo de Montevideo.
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El Protocolo de Montevideo es un documento que acuerda sobre el comercio de servicios en el Mercosur. En él


se establecen las limitaciones de acceso a dicho mercado que deberán considerar los hombres de negocios.
VERDADERO

En el ámbito institucional, por ejemplo, Paraguay nos brinda una visión positiva y legal dentro del Mercosur a
través de la Asociación de Magistrados Judiciales de la República del Paraguay (AMJ). Esta organización insta a
los martilleros de Encarnación, en la persona del representante del Poder Judicial, a buscar la reglamentación
que ordene la obtención del título universitario a los fines de avalar el desarrollo profesional de la carrera de
rematador oficial. El objetivo es crear un ámbito moderno de nivel comercial donde intervengan profesionales
universitarios graduados de corredores para la intermediación de todo tipo de bienes y servicios de tráfico
legal entre los países miembros del Mercosur.
Evidentemente, los indicios manifiestan una necesidad de integración, pero la efectividad siempre será en
relación a la regulación existente. Como antecedente de los países miembros del Mercosur, Argentina posee la
Ley20266 y el contenido del Código Civil y Comercial a partir del artículo 1345 para el contrato de corretaje.
En síntesis, hay una necesidad institucional de normar la función propia de la profesión del corredor,
intermediario u operador inmobiliario en los países del Mercosur. El objetivo es alcanzar vinculaciones
efectivas que aúnen criterios de competencias de gestión para el ejercicio ideal de la profesión.

La importancia de mantener relaciones sociales e institucionales dentro del ámbito de la profesión


Ciertamente, la actividad profesional depende de las vinculaciones sociales que lleva adelante el individuo
capacitado y habilitado para ejercer el rol. Si bien, como punto de partida, cuenta con el conocimiento preciso
de la ley que lo regula, la intermediación y el negocio, también se verá afectado por el impacto de las normas
que reglan los bienes dentro del comercio y que definen las herramientas jurídicas oportunas.
Por lo tanto, mantener relaciones públicas a nivel institucional es de suma importancia, ya que el profesional
se va nutriendo de conocimientos, innovaciones y nuevas tendencias para las prácticas profesionales. Esto le
permitirá estar “un paso adelante” y avanzar conforme a los requerimientos de los clientes que depositan la
confianza en un intermediario competente.
Cabe agregar que los vínculos o relaciones sociales e institucionales ubican al profesional en la vanguardia de
los acontecimientos, lo posicionan de manera firme y le permiten satisfacer las exigencias que demandan los
consumidores de los productos que negocia y del servicio profesional que brinda.
El profesional debe capacitarse continuamente y debe comprometerse para actuar de manera responsable
sobre el patrimonio de sus clientes, actuando con un conocimiento pleno sobre los ámbitos jurídicos,
económicos y técnicos. Esto le permitirá cumplir sus gestiones de manera adecuada para la ideal
comercialización de bienes muebles, inmuebles y semovientes tanto en su provincia o país como en el
mercado internacional.

Regulación de la función en la Región Centro de Argentina


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Regulación de la función en la Región Centro de Argentina: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos
Más allá de su función, el martillero y corredor público es un profesional que incide sobre aspectos que
vinculan los ámbitos jurídicos y económicos, ya que desarrolla actividades de relevancia que
permanentemente demandan variaciones en las normativas. Por esta razón, participar en la vida institucional
colegiada implica no sólo ser miembro y estar informado, sino que, además, requiere ser partícipe en los
cambios que necesariamente se generan.

El profesional y la Constitución de la Nación Argentina


El martillero y corredor público debe conocer los ordenamientos de la Constitución Nacional. Este
conocimiento le ayudará a evidenciar con precisión las bases en las que se afirma su rol. Es un saber
fundamental para comprender y abordar con claridad todos los cambios que en muchas oportunidades se
suscitan en la actividad profesional.

El artículo 124 de la reforma de la Constitución Nacional sancionada en el año 1994 establece que:
Las provincias podrán crear regiones para el desarrollo económico y social, establecer órganos con facultades
para el cumplimiento de sus fines, y podrán también celebrar convenios internacionales en tanto no sean
incompatibles con la política exterior de la Nación y no afecten las facultades delegadas al Gobierno federal o
el crédito público de la Nación; con conocimiento del Congreso Nacional.

Además, es necesario tener presente que el mapa de nuestro país presenta regiones con elementos comunes
que vinculan a las provincias por estructura económica y productiva o por instituciones, historia y cultura,
entre otros criterios.
Cuando las regiones comprenden grupos de países, las relaciones se denominan supranacionales. Por
ejemplo, la Unión Europea. Cuando esas vinculaciones se establecen entre provincias de una misma nación, se
las llama regiones endonacionales. Este es el caso de la Región Centro en Argentina. Cabe agregar que dichas
relaciones también pueden darse entre jurisdicciones de una misma provincia, como es el caso de la
conformación de zonas o uniones departamentales.
La reforma de la Constitución Nacional de 1994 se dio en un momento histórico que demandaba identificación
y formulación de una política común en el desarrollo económico, social, cultural, legal e institucional para los
ciudadanos de las distintas regiones. Existía la necesidad de ordenar el territorio y el área regional con el fin
de descentralizar actividades de producción y servicio para afianzar el crecimiento socioeconómico, entre otras
premisas. Esta fue una de las razones que incidió para que el 15 de agosto de 1998 los gobernadores de
Córdoba, Ramón Mestre,y de Santa Fe, Jorge Obeid, firmarán el Tratado de Integración Regional en el que se
acordó la creación de la Región Centro de la República Argentina. Esta integración tuvo como objetivo
promover el desarrollo económico, social y humano, como así también el conocimiento, la ciencia, la
educación y la cultura. Más tarde, en abril de 1999, los gobernantes de Córdoba y Santa Fe se reunieron con el
gobernador de Entre Ríos, Jorge Pedro Busti, para rubricar la firma del Tratado de Incorporación de la provincia
de Entre Ríos a la Región Centro.
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Paper: Antecedentes e hitos en el proceso de integración

La FAEMCI, los colegios profesionales de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos y la CAMYC (Confederación Argentina
de Martilleros y Corredores) mantuvieron una participación activa en todas las actividades programadas por la
Mesa Ejecutiva de la Región Centro. Además, junto con algunos colegios profesionales de la provincia de
Buenos Aires, las instituciones brindaron información profesional en los ámbitos económico, jurídico y técnico.
En la provincia de Entre Ríos, las actividades profesionales del martillero y del corredor público se encuentran
separadas, funcionando dos colegios profesionales para un mismo título. Por su parte, en la provincia de Santa
Fe, al igual que en la de Córdoba, la situación se manifiesta de idéntica manera, existiendo un crecimiento
importante en la matrícula individual del corredor público inmobiliario. Esto evidencia una segmentación en
las funciones profesionales previstas por la normativa nacional y las leyes provinciales reguladoras.
No obstante, nada se puede inducir al respecto ya que los usos y costumbres son manifestaciones de voluntad,
las que, constituyéndose en las mayorías, tarde o temprano convergerán en la determinación del rumbo
correcto hacia una legislación positiva que pueda satisfacer los intereses de los sectores involucrados. (Ibañez,
2014, p. 55).
La base fundamental concerniente a la presencia activa radica en la defensa de la incumbencia profesional.
Esta participación permite la integración y apertura de conocimientos en la materia, posibilidades de
vinculaciones profesionales, actividades culturales y sociales que nutren al individuo martillero y corredor
público con nuevas experiencias, a fin de que pueda brindarse con renovado saber a sus clientes y colegas,
más allá del sector o zona territorial del desempeño profesional cotidiano.

Cámaras inmobiliarias. Finalidad


En la ejecución del corretaje, el rol en el ámbito inmobiliario es el que más se ha desarrollado en los últimos
tiempos. Por esta razón, se han generado nuevas herramientas técnicas de comercialización. Paralelamente,
hay una demanda creciente en capacitaciones específicas relativas a los ámbitos jurídico y económico. Esto ha
ocurrido como consecuencia del importante crecimiento edilicio provocado por el desarrollo de innovadores
proyectos de inversiones urbanas y rurales, como así también a raíz del empleo de nuevas herramientas
jurídicas (fideicomisos) que estimularon el cambio que hoy visualizamos.
No obstante, el profesional corredor debe estar preparado para cuando se le solicite la comercialización de un
fondo de comercio en su oficina inmobiliaria o gestiones sobre un inmueble, mercaderías o marcas, entre otros.
De igual manera, si le solicitan la intermediación en la venta de una propiedad rural “a tranquera cerrada”
(todo lo que podría haber dentro de la propiedad), también resulta competente llevar a cabo la gestión dada
su formación profesional. Es decir, en este ámbito se promueve indistintamente la función profesional sobre un
bien individual (como sería la venta de un inmueble) o en forma conjunta de otros bienes muebles y
semovientes, dependiendo el tipo de negocio que solicita el comitente.

La "intermediación de bienes inmuebles" sería una fórmula incompleta, ya que la intermediación es del
profesional y se aplica a su gestión con todo tipo de bienes para uno o varios negocios, conforme la
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caracterización dada por el Código Civil y Comercial de la Nación (mobiliarios e inmobiliarios).


Las cámaras inmobiliarias son entidades con carácter “gremial” que se constituyen como representantes de los
intereses de los profesionales del sector. Además, no se encuentran reguladas por una ley específica, por lo
que no ejercen el poder de policía, gobierno de la matrícula y potestades disciplinarias sobre los profesionales
asociados.
Las cámaras inmobiliarias son organizaciones ejecutivas tendientes a defender los derechos de sus asociados
en beneficio de la actividad profesional.

A nivel nacional, se destaca la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA). Esta fue fundada el 24 de agosto del año
1980 y "es una organización independiente, sin fines de lucro, dedicada al servicio y jerarquización del sector
inmobiliario” (Cámara Inmobiliaria Argentina, s.f., https:/ n9.cl/o14i).
Su propósito de creación destaca la búsqueda de proyectar a nivel nacional la jerarquización de una actividad
tan tradicional como el corretaje inmobiliario. La institución promueve el fortalecimiento de vínculos con
entidades afines tanto nacionales como internacionales a los efectos de: fortalecer los mecanismos para la
defensa permanente de la profesión y garantizar el tráfico jurídico de los bienes confiados para la
intermediación del corredor, es decir, para brindar garantías en el derecho de propiedad y su libre comercio.

La CIA, en virtud a su compromiso social, establece en sus objetivos institucionales los siguientes principios:

 Difundir, prestigiar y fomentar un mejor servicio al público en general.


 Apoyar toda legislación a favor del sector y la comunidad.
 Defender los derechos de la libre empresa privada sin monopolios u oligopolios.
 Promover a mejorar el nivel ético con un código claro, vigilando y recomendando su cumplimiento para
honrar y enaltecer la profesión.
 Dar a sus Socios información en materias técnicas, jurídicas y administrativas, así como cualquier otra
que pudiera interesar a sus actividades.
 Desarrollar y fortalecer vínculos entre sus miembros y otras instituciones públicas o privadas. (Cámara
Inmobiliaria Argentina, s.f., https:/ n9.cl/o14i).

En la Cámara Inmobiliaria Argentina, se encuentran agrupados agentes y empresarios inmobiliarios que buscan
brindar una difusión clara y precisa de la actividad profesional con el objetivo de contribuir a lograr una mejor
prestación del servicio profesional en la sociedad.
Asimismo, sus agentes trabajan en la defensa permanente de los legítimos intereses de los profesionales,
promoviendo la difusión de sus objetivos. Además, se trabaja para enaltecer el rol profesional a través de un
“mejor nivel ético” que permita alcanzar la confianza pública.

Uno de los principios más destacados de la institución es generar todos los medios necesarios para evitar la
competencia desleal. Con este objetivo, la Cámara Inmobiliaria Argentina brinda a los asociados asesoramiento
legal en cumplimiento de la Ley 20266que establece que aquel que no cumpla con las condiciones habilitantes
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no puede ejercer la profesión, ni mucho menos cobrar honorarios.


Podemos observar tanto en los estatutos de las instituciones citadas como en sus códigos de ética el sustento
en el que se basa la actividad profesional. Estos documentos evidencian la necesidad de desempeñar la función
de la mejor manera posible, con el compromiso social correspondiente. En relación con esto, cabe aclarar que
es posible abordar sus contenidos legales, ya que estos se encuentran permanentemente a disposición de los
profesionales para que les otorguen fiel cumplimiento.
Asimismo, cabe destacar un hecho histórico producido en la provincia de Córdoba en el año 1985:
El día 27 de Junio de 1985, los integrantes de la Cámara Inmobiliaria de Córdoba (CIC) y la Cámara de
Promotores de Negocios de Bienes Raíces de Córdoba (CAPROCOR), con el anhelo de constituir un organismo
que los agrupe y sea la expresión del profesional inmobiliario concretan la fusión de ambas entidades
conformando a partir de esa fecha la Cámara de Corredores Inmobiliarios de la Provincia de Córdoba (CACIC).
CACIC: fusión de CIC y CAPROCOR
Participación
Ser partícipes en las acciones institucionales demuestra compromiso profesional. Es una acción recíproca: el
profesional se nutre de la institución a la vez que estale ayuda a lograr un desarrollo óptimo de la actividad
profesional.
La CACIC expresa su finalidad al presentarse como una entidad civil sin fines de lucro, cuya personería jurídica
es otorgada por el gobierno de Córdoba a través de la Inspección de Personas Jurídicas (IPJ). Como función
principal, asume la representación de las empresas inmobiliarias asociadas, en vista de la defensa de los
intereses comunes, ante los organismos oficiales o privados. Además, desarrolla una amplia gama de
actividades sociales, educativas, de capacitación profesional y de participación recíproca con otros entes. Es
necesario señalar la diferencia con respecto a la institución colegial que nace de una ley: la CACIC no efectúa
gobierno de matrícula, potestades disciplinarias ni poder de policía, sino que solamente asocia a quienes
sienten un interés personal de ser parte en dicha institución.
En Argentina, prácticamente la mayoría de las provincias ya poseen cámaras representativas del sector.
La acción de estas entidades es totalmente coincidente con las finalidades expuestas, conforme a lo reflejado
por la CIA y la FIRA a nivel nacional para los profesionales del país. Queda el compromiso individual del
corredor público inmobiliario ante sus colegas y la sociedad al momento de desempeñar éticamente una labor
profesional ideal,

M1 - L2. LA MATRICULACIÓN
La Constitución Nacional faculta a las provincias para gobernarse por sí mismas. Para ello, deben cumplir
el requisito de dictar su Constitución Provincial bajo el sistema representativo y republicano, conforme a
lo que determina la misma Constitución Nacional; asimismo, deben establecer y asegurar su
administración de justicia, régimen municipal y educación primaria. De esta forma, los poderes de cada
provincia surgen de su respectiva constitución. Además, por medio del Poder Legislativo, cada provincia
dicta sus propias leyes, que regirán dentro de sus territorios, con las excepciones impuestas según lo
consignado por la Constitución Nacional.
13

Según Eduardo Lapa (2005), dichas leyes deben acatar la mejor ordenación y el fiel cumplimiento de las
leyes nacionales, y nunca podrán violentar o desnaturalizarlas facultades conferidas a la Nación. Por ello,
no conservan ninguna potestad para dictar ni modificar los códigos de fondo ni las leyes nacionales que
los contemplan. Conservan, no obstante, la facultad de darse sus propias instituciones y regirse por ellas,
siendo un ejemplo preciso los colegios profesionales.
Todos los martilleros y corredores públicos que ejerzan la actividad en el ámbito provincial deberán
inscribirse en sus respectivos Colegios Profesionales de Martilleros y Corredores Públicos, organismos que
ejercerán el gobierno de la matrícula, poder de policía y potestades disciplinarias.
Para la inscripción en los Colegios Profesionales deberán cumplimentarse los siguientes requisitos:
acreditar identidad personal;
 poseer título universitario de Martillero y/o Corredor Público;
 declarar bajo juramento al momento dela inscripción no estar comprendido por las inhabilidades o
incompatibilidades previstas en la ley;
 denunciar domicilio real y constituir domicilio legal en la provincia, el que será válido a los efectos
de las relaciones con sus comitentes, la administración de justicia y el Colegio Profesional;
 constituir, a la orden del Colegio Profesional, una fianza.

A modo de ejemplo, se incluye a continuación lo que expresa la Constitución de la Provincia de Córdoba,


art. 37, con respecto al ejercicio de las profesiones y su regulación:

La provincia puede conferir el gobierno de las profesiones y el control de su ejercicio a las entidades que
se organicen con el concurso de todos los profesionales de la actividad. …Tienen a su cargo la defensa y
promoción de sus intereses específicos y gozan de las atribuciones que la ley estime necesarias para el
desempeño de sus funciones.

Cuando se habla de “gobernar”, la matrícula hace referencia a guiar, ordenar, conducir, mandar, como así
también sustentar, allanar y componer. Es por ello que los colegios profesionales tienen facultades plenas
para regir dentro de los límites legales del territorio provincial y reglar en su conjunto a todos sus
colegiados, marcando los recaudos para el ejercicio correcto de la actividad. Al mismo tiempo, aportan lo
necesario para solucionar los problemas que sus miembros puedan enfrentar y brindan lo que sea
requerido por estos para poder preservar su real condición de matriculados. Por otra parte, contribuye
también a generar otros sistemas para la integración y el crecimiento social de sus colegiados, logrando
así la creación, por ejemplo, de mutuales, entre otros posibles servicios.

Normativa local
El futuro profesional deberá tomar conocimiento preciso de la normativa local, conforme a su domicilio
de residencia, si es que allí ejecutará la actividad profesional, para comenzar a preparar los antecedentes
que se requieren, y así obtener la correspondiente habilitación.
14

La matrícula
Son diversas las clases de obligaciones que tiene el corredor público. Algunas de ellas dependen de la Ley
nacional 20266, del Código Civil y Comercial, de las legislaciones complementarias (AFIP) y de la
normativa de colegiación provincial. Es posible enumerar, a manera de ejemplo, algunas actividades sobre
las que recaen estas normativas:
 matricularse,
 llevar los libros conforme a la circunstancia que fija la ley,
 verificar la certeza de los títulos invocados,
 convenir con el comitente las condiciones económicas y jurídicas de los contratos,
 abstenerse de ofrecer en venta inmuebles ubicados en lote o no autorizado,
 indicar en la publicidad el número de matrícula profesional,
 verificar que los inmuebles vendidos por su intervención no posean deuda de impuestos, entre
otros.

La obligación inicial del corredor público, como punto de partida a la vida profesional, es la matriculación;
este es un requerimiento obligatorio. Su importancia radica en que no puede ejercer sus funciones sin
estar matriculado. El incumplimiento de la gestión de la matrícula implica tanto la carencia de derechos
profesionales como la posibilidad de que se apliquen sanciones al corredor.

Respecto de la matriculación, Eduardo Lapa (2005) expresa que:


En suma, debemos recordar que la matriculación que obliga la norma comentada es el registro fiel en el
que se inscribe la persona que ha cumplido con todos los requisitos legales exigentes para ejercer las
funciones determinadas por la ley. Solo él lo otorga capacidad profesional para exigir el cumplimiento de
terceros, sin olvidar los requisitos esenciales que exige el titulo inscripto. (p. 46).
Las normativas locales son las que establecen los requisitos y procedimientos de matriculación en cada
provincia argentina. Debido a ello, se deben considerar, sobre la base de la legislación nacional, ciertas
características generales.
Cabe destacar que los colegios profesionales elaboran legajos de los matriculados y que, además de lo
enunciado utsupra, suelen requerir certificados de buena conducta expedidos por una autoridad
competente, entre otros requisitos. Dependerá de cada colegio profesional provincial su exigencia.

Legislación vigente
En el planteo legal de la evolución del corretaje se destaca que la regulación tradicional del mismo, en el
derecho argentino, ha estado contenida en los artículos 88 al 112 del Código Mercantil (Ley 2637 del año
1889) hasta hace pocos años. Específicamente, el texto original de los artículos 88 y 89 del Código de

Comercio regulaba las condiciones que debía cumplir quien pretendiera ser corredor. Estas eran:
 la mayoría de edad;
 el ejercicio del comercio por sí mismo, o bien en alguna casa de corredor o de comerciante al por
mayor−en calidad de socio o gerente−, o al menos de tenedor de libros con buen desempeño y
15

honradez
Entre otros requisitos, establecía, además, que aquel que desarrollara la actividad sin estar habilitado
para ello no tendría derecho al cobro de comisión alguna, como así también quedaba manifiesto
expresamente que la intermediación en el cumplimiento de sus funciones, era esencialmente personal y,
por lo tanto, se impuso la prohibición de integrar sociedades.
Tras la unificación de los Códigos Civil y Comercial fueron derogados los artículos 36, 37 y 38, por lo que se
complementa la función a partir del artículo 1345 del nuevo Código Unificado.
Los requisitos fundamentales están determinados por la Ley 20266, la que también indica la necesidad de
cumplimentar con las exigencias de la norma local. En Córdoba, se deberá tener en cuenta lo establecido
en las leyes 7191 y 9445.

Ley 20266 (modificada por ley 25028)


La sanción de la ley 23282 en el año 1985 reformó el artículo 88 del Código de Comercio y modificó
sustancialmente las condiciones habilitantes para ejercer esta función, determinando que el aspirante a
ejercer como corredor debía poseer título de enseñanza secundaria, conforme las reglamentaciones
vigentes en educación; exigía, además, la aprobación de un “examen de idoneidad” profesional, el que
debía rendirse ante cualquier tribunal de alzada del país, con competencia en materia comercial, ya sea
nacional o provincial, facultado a expedir la certificación de los conocimientos en la materia que lo
habilitaran a la función de corredor en todo el territorio argentino. En cuanto al resto de los lineamientos
generales de regulación del corretaje, se mantuvieron igual en nuestro Código.

En 1999, con la sanción del nuevo régimen legal para el corretaje, se establecieron las condiciones
habilitantes en la Ley modificatoria 25028, la cual derogó las normas del Código de Comercio que
regulaban dicha materia. El mencionado dispositivo legal introdujo, además, reformas al régimen jurídico
de los martilleros establecido por el Decreto-Ley 20266/73, en el cual se incorporó, como Capítulo XII, un
conjunto de normativas concernientes a la profesión de Corredor Público. Cabe agregar que la Ley 25028
modificó al Decreto - Ley 20266 respecto a las condiciones habilitantes para ser corredor.
 La primera medida se basa en la regulación anterior: el aspirante a corredor debe ser mayor de edad
y no debe encontrarse comprendido dentro de la sin habilidades (artículo 32, incisoa, de laLey20266,
con la reforma de Ley 25028). Dichas causales de inhabilidades se comprenden en el artículo 2 de la
ley 20.266
 La segunda condición impuesta se destaca por encima de todo lo regulado en su oportunidad dentro
del Código de Comercio, ya que ahora para ejercer como corredor se debe poseer título universitario
expedido conforme a las reglamentaciones vigentes (artículo 32, inciso b, Ley 20266, modificado por
Ley 25028).

Evidentemente, la disposición legal tiende a jerarquizar la actividad profesional del corretaje, ya que
exige mayor capacitación en razón dela importante función social que desempeñan estos profesionales
como intermediarios en el mercado de comercialización de bienes, ya sean muebles, inmuebles o
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semovientes.
Asimismo, se observan los siguientes aspectos en el actual régimen legal:
1. El art. 33 de la ley 20.266 (modif. 25.028), el que regula sobre la inscripción en la matrícula, expresa
que reunidas las condiciones, el profesional que desee ejercer la actividad debe inscribirse en la
matrícula de la jurisdicción correspondiente a su domicilio, acreditando para tales fines: mayoría de
edad, poseer título universitario, domicilio real en la jurisdicción por más de un año, constituir fianza
prevista en art. 3 inc. “d” con los alcances que determina el art. 6 de la presente norma; además de los
requisitos exigidos por la reglamentación que establezca cada jurisdicción provincial.
2. Ejercicio del corretaje sin la matrícula pertinente: La actual legislación ha mantenido lo regulado por el
Código de Comercio, pues en el art. 33 in fine de la ley se ratifica que quienes ejerzan el corretaje sin
las calidades y requisitos pertinentes, no tendrán acción para cobrar remuneración ni retribución de
ninguna especie.
3. En cuanto a las sociedades, la actual legislación admite su conformación. La ley 25.028 ha eliminado la
prohibición contenida en el derogado art. 105 del Código de Comercio, pues anteriormente se prohibía
el ejercicio del corretaje en forma societaria, ya que en la norma se jerarquizaba la responsabilidad y la
actividad en forma personal o individual de esta profesión. En tiempos actuales, la nueva
reglamentación, en consonancia a principios elementales de razonabilidad, se permite el
funcionamiento de las sociedades de corredores en virtud de que no hay motivo moral ni de interés
público como para negar esta alternativa. (Orgaz, 2007, p. 15).
En cuanto a las referencias sobre la ley 20266, cabe decir que el 10 de abril de1973 se sancionó este
decreto-ley y, en virtud a lo estipulado en su artículo 28, se aplicó en todo el territorio de la República. Su
texto quedó incorporado al Código de Comercio y derogó los artículos 113 a 122 del mismo mediante la
implementación de la nueva normativa estipulada en su artículo 30. Esto nos lleva a establecer que el
decreto-ley equivale en fuerza de ley al Código de Comercio o ley sustancial, a pesar de que pueda
contener normas de distinta naturaleza.
Cabe mencionar, avanzando en el tiempo, la sanción de la ley 23282 en el año1985, la cual reformó el
artículo 88 del Código de Comercio y modificó sustancialmente las condiciones habilitantes para ejercer la
función de corredor, tal como se explicó ut supra.
Por su parte, en 1999, con la sanción del nuevo régimen legal del corretaje, se establecieron las
condiciones habilitantes en la Ley 25028, la cual derogó las normas del Código de Comercio que
regulaban dicha materia; se introdujeron, además, reformas ala Ley 20266, en la cual se incorporó la
regulación al corretaje (en el Capítulo XII).
Finalmente, la unificación de los Códigos Civil y Comercial derogó los artículos 36, 37 y 38 de la Ley
20.266, y define que: “hay contrato de corretaje cuando una persona, denominada corredor, se obligue
ante otra, a mediar en la negociación y conclusión de uno o varios negocios, sin tener relación de
dependencia o representación con ninguna de las partes”. Complementa la regulación de la actividad en
los artículos siguientes.
La unión de los códigos civil y comercial produce un cambio significativo en el régimen legal del martillero y
corredor al derogar el cap 12 los art 36, 37 y 38 de la ley 20266 e introducir la regulación del contrato de
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corretaje en el código unificado.

Requisitos y procedimiento para la inscripción


Cabe señalar que algunas legislaciones provinciales pueden aún conservar el “antiguo trámite sumario”
que se conformaba para poder acceder a la matriculación, es decir, aquel que tomaba todos los recaudos
legales conforme a la legislación e iniciaba el proceso ante la Justicia a fin de requerirle al juez que
ordenara la Inscripción en el Registro Público de Comercio. La inscripción consistía en los siguientes
requisitos y procedimientos.
1. El trámite se promovía ante el Juez de Primera Instancia y con jurisdicción sobre el domicilio legal
del requirente, acompañado por el Certificado de antecedentes expedido por la Policía de la
Provincia y la constancia de no hallarse inhibido ni encontrarse comprendido en el régimen de
inhabilidades e incompatibilidades establecidas en la ley 20266/73. En algunos casos, se exigía la
acreditación de haber rendido examen de idoneidad, o bien un certificado de estudios superiores
no universitarios (terciarios) de formación profesional.
2. Admitida la petición por el Juez, se ordenaba, entonces, la publicación de edictos por tres días en
el Boletín Oficial de la Provincia y el periódico de mayor circulación de la Circunscripción Judicial que
corresponda, lo que consigna el objeto del pedido, nombre, documento de identidad y domicilio
real del solicitante.
3. Durante la tramitación podía formular oposición cualquier persona o entidad dentro de los diez
(10) días de la última publicación de edictos, a la que se le brindaba trámite de juicio verbal .Un
ejemplo de ello sería una base de regulación en Córdoba, comprendida en el artículo 14, inciso g,

de la Ley 7191/839 y lo regulado en la 9445/08


4. A su vez, a los colegios profesionales se los consideraba parte necesaria en la solicitud de
inscripción, ya que eran los encargados de efectuar observaciones ante el pedido de inscripción del
futuro colegiado.
5. En caso de no deducirse oposición o rechazarse la misma, el juez en audiencia pública es quien
tomaba juramento al martillero o corredor y ordenaba su inscripción en el Registro Público de
Comercio.
En la actualidad, lo expresado ut supra quedaría sin efecto, ya que a partir de la reforma introducida por
la ley modificatoria 25028 del Decreto Ley 20266, se indica tanto para los martilleros (artículo 3) y
corredores públicos (artículo 33) que “deberán inscribirse en la matrícula de la jurisdicción

correspondiente” .Ello implica que debe llevarse a cabo ante la institución que gobierna la matrícula y que
la normativa establecerá los requisitos esenciales, sumados a lo que exija la reglamentación local.

M1. L3. NORMAS FISCALES Y DEONTOLOGÍA


Si bien en la práctica puede parecer que los conceptos de ética y moral responden a una consideración
aproximadamente uniforme, en realidad resulta necesario diferenciar ambas nociones.
Hay que señalar que, tal como lo afirma Etxeberría (1991), la moral se muestra como un conjunto de normas y
18

valores existentes en una sociedad, que orientan y prescriben las conductas de modo inmediato. La ética, por
su parte, es una instancia reflexiva que ofrece argumentos que fundamentan la existencia de una moral y la
necesidad de asumirla.

La mirada que la ética ejerce sobre la vida profesional demuestra la causa generativa de la llamada
deontología profesional.
Cabe destacar que dicha disciplina tiene completitud en razón de un conjunto sistematizado de diferentes
obligaciones que conciernen a aquellos que detentan un determinado ejercicio profesional. Por ejemplo, los
deberes de los martilleros públicos para con la profesión, consigo mismos, con la sociedad, el cliente, la
magistratura, los colegas y el cuerpo profesional correspondiente (Ferrater Mora, 1984).
Los deberes deontológicos apuntan a un objetivo común, lo suficientemente concreto y limitado a cada una de
las conductas profesionales a las que se está refiriendo dicha deontología, que es tender a garantizar una
realización de conducta honesta (Andruet, s.f.).
La ética se ocupa de la noción de bien, de lo que es bueno hacer por el hombre, y por ello se afirma que se
trata de un saber de tipo integrador o unificador, porque no se limita a ninguna ciencia en particular (Andruet,
s.f.).

Los corredores
Requisitos, inhabilidades, incompatibilidades, inscripción en la matrícula, procedimiento, juramento, ejercicio
ilegal de la profesión y colegio profesional. Consideraciones de algunas normativas provinciales. Estatuto.
Tal como se mencionó anteriormente, el capítulo XII del Decreto 20266 es incorporado en su totalidad por la
Ley modificatoria 25028, la cual regula con precisión y desde el artículo 31 todo lo atinente al corredor público.
Allí se indica que al ejercicio del profesional también le es aplicable lo dispuesto en esta normativa para los
martilleros, siendo requisitos de condición habilitante:
1. Ser mayor de edad y no estar comprendido en ninguna de las inhabilidades del artículo 2º;
2. Poseer título universitario expedido o revalidado en la República, con arreglo a las reglamentaciones
vigentes y las que al efecto se dicten.

Para poder ejercer la actividad de corredor público, el profesional deberá inscribirse en la matrícula de la
jurisdicción correspondiente, por lo que deberá reunir los siguientes requisitos:
a. Acreditar mayoría de edad y buena conducta;
b. Poseer título conforme expresa art. 32, inc. “b”;
c. Acreditar hallarse domiciliado por más de un año en el lugar donde pretende ejercer como corredor;
d. Constituir la garantía prevista en el art. 3º inc. “d”;
e. Cumplir con los demás requisitos que exija la reglamentación local.

Está claro que la legislación establece las pautas de exigencia generales. Pero, además, los profesionales no
deben comprender las inhabilidades e incompatibilidades que se estipulan en la tabla 1.
19

Tabla 1: Inhabilidades e incompatibilidades

Por incompatibilidades (artículo 7)


Están inhabilitados (artículo 2)

-Los empleados públicos matriculados


-Aquellos que no pueden ejercer el comercio. como martilleros tendrán
-Los fallidos y concursados cuya conducta hubiese sido incompatibilidad, salvo excepciones de
calificada como fraudulenta o culpable, hasta cinco (5) leyes especiales. De igual manera quedan
años después de su rehabilitación. exceptuados los que están comprendidos
-Quienes estén inhibidos judicialmente. en el artículo 25 de la presente Ley .
-Los condenados con accesoria de inhabilitación para -Tener presente: para el corredor no se
ejercer cargos públicos y los condenados por: hurto, expresa una incompatibilidad directa
robo, extorción, estafas y otras defraudaciones. dentro de las condiciones habilitantes que
-Los excluidos temporaria y definitivamente del impone el artículo 32, ya que solo se
ejercicio de la actividad por sanción disciplinaria. remite a las inhabilidades del artículo 2.
-Los incapaces. Pero la mayoría de las normas colegiales le
impone incompatibilidad al corredor,
tomando como base lo expresado en el
artículo 31 in fine.

Preguntero:
Se encuentran inhibidos:
 Quienes no pueden ejercer el comercio
 Los comprendidos en el art.152 bis del código civil
 Quienes no tengan residencia permanente en la provincia
 Los inhibidos judicialmente para disponer de sus bienes

Juramento

Cumplidos los requisitos formales previos y aceptada la inscripción en la matrícula, el profesional procede a
jurar que desempeñará fiel y legalmente la profesión.
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Una vez que el profesional ha cumplido con las exigencias de la ley de fondo y con los requerimientos que le
pudieren efectuar sus respectivos colegios profesionales se acepta, entonces, el pedido de inscripción en el
organismo que gobierna la matrícula y se deberá efectuar el juramento respectivo. Este manifiesta el
cumplimiento fiel y legal de la profesión ante la autoridad del colegio profesional que esté designado por el
Directorio. Cabe recordar que dichas solemnidades u otras exigencias podrán variar conforme la requisitoria
que la ley local ordena al respecto.

Recuerda que es necesario que en este punto sepas y comprendas lo estipulado en los artículos 1345, 1346,
1347, 1348 y concordantes del Código Unificado.
ARTICULO 1345.- Definición. Hay contrato de corretaje cuando una persona, denominada corredor, se obliga ante otra, a
mediar en la negociación y conclusión de uno o varios negocios, sin tener relación de dependencia o representación con
ninguna de las partes.

ARTICULO 1346.- Conclusión del contrato de corretaje. Sujetos. El contrato de corretaje se entiende concluido, si el
corredor está habilitado para el ejercicio profesional del corretaje, por su intervención en el negocio, sin protesta expresa
hecha saber al corredor contemporáneamente con el comienzo de su actuación o por la actuación de otro corredor por el
otro comitente.

Si el comitente es una persona de derecho público, el contrato de corretaje debe ajustarse a las reglas de contratación
pertinentes.

Pueden actuar como corredores personas humanas o jurídicas.

ARTICULO 1347.- Obligaciones del corredor. El corredor debe:

a) asegurarse de la identidad de las personas que intervienen en los negocios en que media y de su capacidad legal para
contratar;

b) proponer los negocios con exactitud, precisión y claridad, absteniéndose de mencionar supuestos inexactos que
puedan inducir a error a las partes;

c) comunicar a las partes todas las circunstancias que sean de su conocimiento y que de algún modo puedan influir en la
conclusión o modalidades del negocio;

d) mantener confidencialidad de todo lo que concierne a negociaciones en las que interviene, la que sólo debe ceder ante
requerimiento judicial o de autoridad pública competente;

e) asistir, en las operaciones hechas con su intervención, a la firma de los instrumentos conclusivos y a la entrega de los
objetos o valores, si alguna de las partes lo requiere;

f) guardar muestras de los productos que se negocien con su intervención, mientras subsista la posibilidad de
controversia sobre la calidad de lo entregado.
21

ARTICULO 1348.- Prohibición. Está prohibido al corredor:

a) adquirir por sí o por interpósita persona efectos cuya negociación le ha sido encargada;

b) tener cualquier clase de participación o interés en la negociación o en los bienes comprendidos en ella.

ARTICULO 1349.- Garantía y representación. El corredor puede:

a) otorgar garantía por obligaciones de una o de ambas partes en la negociación en la que actúen;

b) recibir de una parte el encargo de representarla en la ejecución del negocio.

ARTICULO 1350.- Comisión. El corredor tiene derecho a la comisión estipulada si el negocio se celebra como resultado de
su intervención. Si no hay estipulación, tiene derecho a la de uso en el lugar de celebración del contrato o, en su defecto,
en el lugar en que principalmente realiza su cometido. A falta de todas ellas, la fija el juez.

ARTICULO 1351.- Intervención de uno o de varios corredores. Si solo interviene un corredor, todas las partes le deben
comisión, excepto pacto en contrario o protesta de una de las partes según el artículo 1.346. No existe solidaridad entre
las partes respecto del corredor. Si interviene un corredor por cada parte, cada uno de ellos solo tiene derecho a cobrar
comisión de su respectivo comitente.

En las locaciones de inmuebles la intermediación solo podrá estar a cargo de un profesional matriculado para ejercer el
corretaje inmobiliario conforme la legislación local.
Cabe agregar que el artículo 33 de la Ley 20266 in fine de la presente normativa nacional indica claramente
que si no se cumplimenta con las condiciones habilitantes exigidas para esta profesión, por más que se posea
título universitario, no se podrá ejercer la profesión ni cobrar honorarios. El poder de control y defensa de la
actividad profesional lo poseen los colegios profesionales, pues ellos tienen las potestades necesarias para
caer “con todo el peso de la ley” ante un hecho detectado de ejercicio ilegal de la profesión, por lo que los
infractores deben ser denunciados. Más aun, quien está colegiado no debe proporcionar participación en las
funciones respectivas a personas no matriculadas.

El profesional ya matriculado se convierte en miembro activo de la institución que lleva el gobierno de la


matrícula. Es por ello que debe conocer de manera precisa la función profesional y las leyes que reglamentan
el ejercicio.
También debe saber que existe un ordenamiento que regula la propia vida institucional, aquel que está
constituido por el estatuto, pues hacer referencia al Estatuto Institucional implica hablar de la norma legal básica
para el gobierno de un organismo público o privado, la cual se caracteriza por tener fuerza de ley para
establecer el orden eficaz de un cuerpo.
22

El Estatuto del Colegio Profesional comprende la “ley interna” a la que deben ajustarse tanto los matriculados
como sus autoridades. Conocer el estatuto es conocer a la institución que gobierna la matrícula.
Es de suma importancia que, como futuro profesional, visualices y comprendas las normativas de regulación
de la actividad del martillero y corredor público de tu provincia, ya que en la actualidad estamos viviendo un
proceso de ratificación –o, por qué no, de transformación– tendiente a mantener o modificar los rumbos de
las funciones profesionales. Por eso, es menester estar informados acerca de estos cambios y observar la
evolución legislativa que se pudiere suscitar en cuanto a las instituciones y sus respectivos estatutos.

Regulación de los corredores públicos inmobiliarios

Regulación de los corredores públicos inmobiliarios. Situación en la Región Centro y Buenos Aires. Su incidencia
en el resto del país
Actualmente, solo se requiere que el futuro profesional sea un constante observador de los cambios que se
pudieren generar en cuanto a la situación de su colegiación, o bien ante la decisión de una normativa de fondo
que regule específicamente el corretaje público inmobiliario. En este sentido, y tal como se ha desarrollado en
el presente módulo (específicamente en cuanto a lo ya estudiado sobre la Región Centro y la situación de los
colegios profesionales), es sabido que, por ejemplo, tanto en Buenos Aires como en el resto de las provincias
del país, los usos y costumbres vienen conformando bases sólidas sobre un determinado aspecto: el corretaje
inmobiliario.
No obstante, la normativa de fondo que actualmente regula la profesión indica que se debe poseer un título
para ser martillero (artículo 1), la necesidad de matricularse en el organismo profesional o judicial (artículo 4) y,
para ser corredor (artículo 32, inciso b) también la obligatoriedad de tener el título universitario e inscribirse en
la matrícula (artículo 33)
Los usos y costumbres producen efectos de importancia en la vida y las actividades de las personas.
Actualmente, puede observarse una serie de acciones tendientes a buscar soluciones positivas que coadyuven
a establecer un nuevo proceso marcado por la evolución del rubro inmobiliario, que presenta características
propias por las cuales se requiere una redefinición normativa.
Tener en cuenta: muchos de los colegios profesionales, antes de aceptar la respectiva inscripción incluyen
como requisito que el futuro colega incorpore constancia de CUIT y de inscripción en el Monotributo.

Normas previsionales e impositivas

Régimen actual. Generalidades


Todo profesional, tanto los colegiados que ejercen cotidianamente la profesión como aquellos que están
matriculados y no la ejecutan, deben realizar la inscripción ante la AFIP (Administración Federal de Ingresos
Públicos), organismo que regula las obligaciones y derechos de los contribuyentes a nivel nacional.
Al momento de inscribirse, los profesionales deberán optar por uno de los regímenes vigentes: Responsable
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Monotributo o Responsable Inscripto en el Valor Agregado. Durante el inicio de la actividad, la mayoría se


inscribe en el monotributo, que representa un régimen opcional y simplificado para pequeños contribuyentes.
Básicamente, consiste en un tributo integrado de cuota fija que comprende 2 aspectos:

Tabla 2: Componentes del monotributo


Cotización provisional fija (aportes de
Impuesto integrado jubilación y de obra social)

Se establece por categorías


determinadas sobre la base de:
- ingresos brutos obtenidos según Este régimen integrado y simplificado
facturación; implica que con el pago de una cuota fija
- superficie afectada a la actividad (oficina) y mensual se está exento del pago del
energía eléctrica consumida; Impuesto a las Ganancias y del Impuesto al
Valor agregado (IVA).

- personal a su cargo.

Información de referencia: en el desarrollo de la actividad profesional, siempre surgen modificaciones tanto


previsionales como impositivas de interés para el contribuyente, por lo que es menester estar atentos a las
resoluciones de la AFIP (por ejemplo: facturación electrónica para inmobiliarias).
Los beneficios de estar adheridos al régimen del monotributo son:
 integración al sistema tributario y previsional vigente, dejando de lado la informalidad;

 contar con obra social y una prestación básica universal (jubilación).

Con el pago mensual de una cuota única, el monotributista está cumpliendo con las siguientes obligaciones:
 Impuesto a las Ganancias;
 Impuesto al Valor Agregado (IVA);
 aportes al Régimen Previsional Público del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (SIJP);
 aporte al Sistema Nacional del Seguro de Salud.
24

El martillero o corredor público adherido a este sistema deberá pagar un monotributo por todas las
operaciones de ventas y/o servicios que realice y está obligado a emitir facturas tipo “C”, si
correspondiere, ya que todo el procedimiento dependerá también de la categoría que posea ante la AFIP.
Asimismo, deberá tener exhibida, en un lugar visible, su constancia de inscripción en el régimen de
monotributo, el comprobante del pago del mes en curso y el formulario N° 611
Para cumplir con la norma impuesta y brindar todos los servicios profesionales que le incumben al martillero y
corredor público, obligatoriamente este debe registrarse en la AFIP para otorgar factura correspondiente por
el cobro de sus comisiones y efectuar los aportes de ley, por lo que deberá contar con el asesoramiento del
profesional en la materia (contador).

Deontología
Deontología, Moral y Derecho
Andruet señala que la diversidad moral:
(…) resulta ser un fenómeno absolutamente natural, por lo cual finalmente siempre se impone una reflexión
ulterior que de alguna manera discierne acerca de la conveniencia o exigencia de una moralidad sobre otra. A
la luz de dicho conjunto de consideraciones, no se puede dudar que los principios éticos habrán de tener un
especial interés, no sólo para la vida social en general, sino también para la realización profesional. De allí
resulta la influencia que la ética ejerce sobre la vida profesional, convirtiéndose en la génesis de la
denominada “Deontología Profesional”, a veces constituida como un capítulo más, y en otras ocasiones
presentándose como no muy diferenciada de la “Ética Profesional”
Como afirmamos antes, la mirada que la ética ejerce sobre la vida profesional demuestra la causa generativa
de la llamada Deontología Profesional.
Bentham define por primera vez la deontología en general, como la “ciencia de los deberes o teoría de las
normas morales” (1834, p. 6). Aplicada a las profesiones, se denomina Deontología Profesional y es la
disciplina que se ocupa de determinar y regular el conjunto de responsabilidades éticas y morales que surgen
en relación con el ejercicio de la profesión, especialmente aquellas que tienen repercusión social.
Más adelante, el autor agrega que “su contenido se basa y justifica en los principios y normas de la ética y la
moral. El objetivo específico de la Deontología Profesional consiste en la aplicación de estos principios a cada
profesión” (Bentham, 1834, p. 6). Veamos las diferencias entre la ética profesional y la deontología
profesional.
Respecto a la utilización que hacemos de la denominación de deontología no se puede dejar de lado que la
misma implica poder formular un tratado acerca de los deberes que una determinada profesión o disciplina
como tal posee (Bentham, 1834). La deontología también tiene algunas consecuencias de carácter
sancionador.
Además, como ya dijimos, los deberes de toda deontología apuntan a garantizar una realización de conducta
honesta (Andruet, s.f.).
Siendo entonces que los mencionados deberes que conllevan dicho objetivo, a su vez, bien pueden ser
diferenciados en principio como deberes positivos y también negativos. Tal como lo indica Pérez-Serrano
25

Jáurregui (2001), los deberes positivos son aquellos que imponen la ejecución de una determinada conducta y
la violación de los mismos implica una omisión. Por otra parte, los deberes negativos son los que ordenan la
abstención de una acción determinada y la violación de estos representa una trasgresión (Andruet, s.f., p. 2).
Veamos como ejemplo el ámbito profesional del martillero y corredor público en la provincia de Córdoba, en

donde la Ley 7191 y el Estatuto rigen dichos comportamientos profesionales y patentizan de manera
específica los deberes positivos o de realización en lo que resulta del contenido deóntico que se impone al
colegiado.

Como requisito ineludible para su ejercicio posterior, este debe efectuar un juramento profesional que impone
realizar tal ejercicio de manera "leal y honrada". Es mediante este juramento que se recoge de modo evidente
la noción auténtica de la probidad profesional, puesto que, en esencia, la probidad es la bondad.

El juramento es un deber positivo o de realización que resulta del contenido deontológico y que se le impone
al colegiado en virtud de la futura probidad de sus acciones.

Andruet añade que “a modo en general, el conjunto de deberes que conforman la Deontología es algo
semejante a lo que los sociólogos nombran como “usos y costumbres” de determinados grupos y que tienen
una cierta obligatoriedad en determinados grupos o sociedades”
“Los deberes negativos, sin duda alguna, son los que ocupan una mayor extensión dentro de las
enumeraciones de los diferentes códigos deontológicos y admiten distintos parámetros como elementos que
generan la taxonomía”. Ejemplo de ello son las llamadas deslealtades profesionales definidas en el marco de la
Ley 7191, la cual impone un juramento a los profesionales, basado en una manera de cumplir la vida
profesional de modo leal y honrado.
Ahora bien, respecto a la vinculación con la ética, decimos que ésta:
Posee un carácter especulativo con independencia que esté dispuesta a ordenar la conducta hacia el bien de
los hombres, y no pierde por ello su carácter rigurosamente metafísico. Sólo en función de dicha comprensión
es que puede hacerse una determinación acertada de los contenidos deontológicos de todas y cada una de las
profesiones.
La ética se ocupa de la noción del bien, de lo que es bueno hacer por el hombre y por ello es que se afirma que
se trata de un saber de tipo integrador o unificador, porque no se limita a ninguna ciencia en particular
Por otro lado, en relación con la vinculación que presenta la deontología con el derecho, cabe aclarar que
ambos presentan un contenido normativo. En este sentido, la violación de los deberes que la deontología
propone supone, de manera inmediata, una marcada “desaprobación valorativa del cuerpo social
(desaprobación moral) que integra dicho opus profesional y a la que se le adiciona algún tipo de sanción
específica de carácter jurídico positivo”
El hecho de que la Deontología Profesional se encuentre en un lugar intermedio entre la ética y el derecho
provoca, de algún modo, que su naturaleza sea prioritariamente de tipo moral. Se constituye como un todo
orgánico que determina el desarrollo y la concreción de los principios y valores morales que devienen
esenciales para la profesión de que se trate.
26

Tal como menciona Hortal Alonso, La Deontología es el ámbito donde se armonizan los principios éticos con las
reglas que disciplinan una profesión determinada, comprendiendo por tal, el conjunto de actividades
ocupacionales en las que de forma institucionalizada se presta un servicio específico a la sociedad por parte de
un conjunto de personas específicamente preparadas y facultadas para ello, y que se dedican de forma estable
a esas actividades, obteniendo de ellas un medio de vida.
Se puede decir que la ética determina las actuaciones desde lo interno o autónomo del propio sujeto sin
perjuicio de que ello, a su vez, sea un análisis especulativo que del mismo bien el hombre ha realizado. La
deontología, en cambio, lo hace desde lo externo y generalmente desde un código.
En vistas del entramado interno de los códigos deontológicos señalamos, nuevamente, que existen deberes
positivos y negativos que conforman los mismos, y mencionamos, además, que los mencionados deberes
positivos pueden ser reconocidos de dos maneras: por una parte pueden ser advertidos con una valencia de
reconocimiento de carácter universal y, por lo tanto, deviene de imposibilidad promover un código
deontológico que pueda despreciar alguno de ellos, a saber: la probidad u honestidad, el interés y el decoro.
En segundo lugar, encontramos los restantes deberes positivos de la Deontología del Derecho que también se
formulan como principios deontológicos, aunque ya no con carácter universal sino con una valencia
propiamente asignada a cada uno de los ámbitos profesionales en los que la realización del Derecho se puede
manifestar.
Dicho lo anterior cabe destacar que
Coexisten éstos junto con los otros, más lo que no puede existir a primera vista es varios de ellos, por la lógica
razón que en algunas ocasiones dichos “Principios Sectoriales de la Deontología del Derecho" entran en
conflicto y contradicción entre sí. Por caso entonces, si se trata de quien ejerce la magistratura, dicho principio
sectorial será iluminado a la luz de la independencia e imparcialidad del juez; si fuera del abogado litigante, el
mismo pasa por la libertad en el ejercicio de la profesión de abogado; si se tratara de quienes cumplen su rol
profesional en el Ministerio Fiscal, entonces el nombrado principio sectorial será el de asegurar y promocionar
la justicia y la legalidad; y, finalmente, si se tratara de quien ejerce la función notarial se promocionará el
adecuado certificado público, si es corredor asegurar la identidad y capacidad legal de quienes contrataren
negocios; y así sucesivamente en cada uno de los ámbitos profesionales donde se desempeña el profesional.

Martilleros y corredores públicos


Martilleros y corredores públicos: derechos, obligaciones, facultades, prohibiciones. Sanciones. Referencias de
leyes provinciales
En este ámbito, los derechos se evidencian en todo aquello que tienda a considerar al profesional en su
condición, es decir, lo regulado a fin de establecerle facultades, garantías y dignidad tendientes a reafirmar su
persona desde el rol de martillero y corredor público dentro de la sociedad.

Importante: una vez matriculado el profesional, conforme la legislación, comienza a poseer una serie de
derechos: aquellos que le son propios en el ejercicio de su rol.
27

En lo que refiere a legislación nacional, el Decreto Ley 20266/73 contempla los derechos del martillero, y el
Código los del corredor en los siguientes textos:

Tabla 3: Derechos del martillero y del corredor


Martillero Corredor público
28

a) Cobrar una comisión según los aranceles


(mínimos y/o máximos) aplicables en la Tiene derecho a la comisión estipulada si el
jurisdicción que actúa o colegio profesional que negocio se celebra por su intervención. Si
corresponda.Se exceptúan los martilleros en no hay regulación de comisiones, tiene
relación de dependencia laboral a empresas de derecho a la del uso del lugar.
remate o consignaciones conforme acuerdo La remuneración dependerá de supuestos
laboral suscrito. específicos de obligación de pagar.
b) (Reintegro de gastos) Percibir del Cuando interviene un solo corredor, éste
comitente, el reintegro de los gastos del remate, tendrá derecho a percibir retribución de
convenidos cada una de las partes, salvo pacto en
contrario; si intervienen en el negocio más
de un corredor, cada uno tendrá derecho a
exigir remuneración a su comitente.
Gastos (excepción). El corredor no tiene
derecho a reembolso de gastos, aun
cuando la operación encomendada no se
concrete, salvo pacto en contrario.

Las reglas de este Capítulo no obstan a la


aplicación de las disposiciones de normas
especiales al rubro del corretaje.
29

Referirse a las obligaciones del profesional implica resaltar toda aquella situación en la cual el martillero y
corredor público tiene el compromiso de cumplir la norma en virtud de su condición profesional, para el
ejercicio de las funciones y facultades que le fueron atribuidas y que juró desempeñar fiel y legalmente.
El profesional está obligado al cumplimiento preciso de la normativa, tanto de aquella que regula la función
como de las obligaciones que impongan leyes las especiales.
Hablar de las facultades del profesional implica referirse a las potestades que este posee en razón de su
conocimiento o formación profesional. Estas se encuentran expresamente indicadas en la norma, en la cual le
son reconocidas las funciones o incumbencias que le son propias.

Tabla 4: facultades de martilleros y corredores


Martilleros Corredores

a) Efectuar ventas o remate público de a) Poner en relación a dos o más


cualquier clase de bienes, excepto las limitaciones partes para la conclusión de negocios sin
resultantes de leyes especiales. estar ligado a ninguna de ellas por
b) Informar sobre al valor venal o de mercado relaciones de colaboración,
de los bienes para cuyo remate los faculta esta ley. subordinación o representación.
c) Recabar directamente de las oficinas públicas No obstante una de las partes podrá
y bancos oficiales y particulares, los informes o encomendarles que la represente en los
certificados necesarios para el cumplimiento de las actos de ejecución del contrato mediado.
obligaciones previstas en el artículo 9. b) Informar sobre el valor venal o de
d) Solicitar de las autoridades competentes mercado de los bienes que pueden ser
las medidas necesarias para garantizar el normal objeto de actos jurídicos.
desarrollo del acto de remate c) Recabar directamente de las
oficinas públicas, bancos y entidades
oficiales y particulares, los
informes y certificados necesarios para el
cumplimiento de sus deberes.
d) Prestar fianza por una de las partes
30

Fuente: elaboración propia a partir de artículos 8 y 34 del Decreto Ley 20266/73

Por otra parte, las prohibiciones que aplican en la gestión profesional representan todo aquello que no le está
permitido realizar al martillero y corredor. Es decir que sus implicancias serían contrarias a las de un permiso,
una autorización o a una facultad otorgada. Es por ello que deben ser observadas por el martillero y corredor
público, puesto que la infracción o incumplimiento traerían como consecuencia la imposición de sanciones con
efecto de “castigo” impuesto por la autoridad competente. Dichas consecuencias pueden materializarse como
“penas”, las cuales pueden ser pecuniarias (multas), de suspensión del ejercicio o inhabilitación definitiva
(cancelación) de la matrícula, sin perjuicio de cualquier otra sanción –distinta a la regulada en la normativa
profesional– que le pudiere caber al profesional por el daño causado.

Marco regulatorio: el futuro martillero y corredor público debe conocer a fondo el marco regulatorio en su
respectiva provincia. Si la coincidencia elemental está contemplada en la norma de fondo, no cabe duda de
que las aplicaciones efectivas dependen de los organismos que gobiernan la matrícula, pues así lo ratifica la
normativa nacional.
En la legislación nacional, Decreto 20266, se estipulan claramente las prohibiciones y sanciones (capítulos IX y
X), tomando como referencia la actuación del martillero. En cuanto al corredor público, se expresa en el
capítulo XII (aquel que fuera incorporado por la Ley 25028 en un apartado especial sobre prohibiciones y
sanciones para el corredor) que: "es aplicable
al ejercicio del corretaje lo dispuesto en esta ley respecto de los martilleros, en todo lo que resulte pertinente
.
y no se encuentre modificado en los artículos siguientes” Por su parte, el Código Unificado destina un artículo
con el contenido de prohibiciones específicas para el corredor. “Está prohibido para el corredor: a) adquirir por
sí o por interpósita persona efectos cuya negociación le ha sido encomendada; b) tener cualquier clase de
participación o interés en la negociación o en los bienes comprendidos en ella”.

Es necesario que el futuro profesional conozca a ciencia cierta todo lo atinente a sanciones debidamente
estipulado en el ordenamiento legal local. Téngase presente, además, que la ignorancia o el desconocimiento
de una norma no lo excluye de su verdadero cumplimiento, pues ante la violación de la misma recae
indefectiblemente la sanción. Los colegios profesionales de las provincias argentinas poseen las facultades
pertinentes sobre la actividad profesional, tal como se ha explicado en el presente módulo. La tarea de quien
estudia dicha materia es, entonces, comenzar a recopilar toda
la información referida a los usos, costumbres y normativas vigentes que existen a nivel provincial, ya que si
bien se cuenta con el conocimiento de la regulación a nivel nacional, es necesario tener presente la normativa
provincial correspondiente.

M1.L.4 – LA BIOETICA
31

La bioética es considerada por algunos como la rama de la ética que se dedica a proveer los principios para la
correcta conducta humana respecto de la vida en el planeta, tras el conocimiento ideal de las cosas que nos
rodean, a fin de tomar la ciencia a conciencia y alcanzar una correcta ejecución de los actos en nuestro
ambiente, para así poder vivir entre todos las condiciones aceptables de vida.
Mediante el estudio de este módulo desarrollaremos la correcta interpretación de la bioética, como condición
indispensable para el ejercicio profesional, la ética profesional y la importancia del secreto profesional.

Bioética, contenidos de vanguardia


La bioética no se limita a un campo de acción particular, sino que, por el contrario, incluye todos los
problemas éticos que tienen que ver con la vida en general.
En la formación profesional del martillero y corredor se considera conveniente abordar estos contenidos
indispensables y de creciente actualidad, no solo por el simple conocimiento de un “vocablo de vanguardia” a
los fines de orientar la reflexión acerca de la gestión realizada, sino también como una manera de afianzar
acciones que contribuyan a un mundo mejor.

Según constancias históricas, la bioética se destaca por ser una disciplina relativamente nueva. El vocablo es
acuñado por el teólogo, filósofo y educador alemán Fritz Jahr, quien utilizó el término Bio-Ethik por primera
vez en 1927 en un texto publicado sobre la relación ética del ser humano con las plantas y los animales. En
1970, el oncólogo Van Rensselaer Potter, estadounidense, empleó la expresión bio-ethics en un artículo
publicado sobre la ciencia de la supervivencia, por lo que constituyó, ya de manera formal, el hilo conductor en
el ámbito científico. A partir de allí comenzó a extenderse como un intento de abordaje y búsqueda de solución
para algunos problemas que comenzaban a evidenciarse en los inicios del siglo
XX: la revolución tecno-científica, el calentamiento global, los problemas ambientales, la ejecución del
desarrollo sustentable, la globalización de las economías, el crecimiento del consumo, entre otros.
En su sentido más amplio, la mayoría entiende que la bioética no solo se limita al ámbito de las ciencias
médicas, sino que abarca todos los problemas éticos que se relacionan con la vida en general, extendiendo de
esta manera, su campo de acción a las cuestiones relacionadas con el ambiente, al respeto entre las personas
y al debido trato hacia los animales.
Cabe aclarar que no existe un área específica para la bioética, pues toda rama del conocimiento y del obrar
humano se involucra en esta especie de transdisciplina. La misma abarca las cuestiones éticas acerca de la vida
que surgen de las relaciones entre Biología, Medicina, Química, Política, Economía, Derecho, Filosofía,
Sociología, Antropología, etcétera. No obstante, la base ética esencial que norma esta disciplina se sustenta en
el respeto al ser humano y a sus derechos personalísimos, que conforman su integridad: la dignidad de la
persona, en virtud a la relación fundamental que se suscita entre la bioética y la antropología, por lo que se
busca con esta visión asistir y condicionar los resultados éticos de cada ejecución técnica que se ejecute sobre
el ser humano y sus asuntos, en relación directa con el hábitat.

El martillero y corredor, profesionales involucrados específicamente en los contenidos económicos y


patrimoniales de las personas, deben observar en su actuación la posibilidad de lograr la mejor preparación
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individual, para así contribuir con el necesario asesoramiento hacia el particular comitente, ya que en su
accionar intervendrán en la comercialización de los bienes patrimoniales (muebles, inmuebles y/o
semovientes), y sobre ello considerarán y expondrán de manera clara y precisa las verdaderas situaciones de
impacto, tanto jurídicas, como técnicas y económicas.
El profesional debe asumir como un compromiso indispensable la actitud de ser partícipe necesario, desde su
rol, en la defensa de los derechos humanos y del ambiente, nociones que aquí se han enunciado sucintamente
a fin de mencionar la temática, pero cabe decir que deben ser considerados en toda su magnificencia, ya que
el compromiso de quien ejerce la profesión implica conocerlos en su profundidad y aplicarlos con precisión. Por
ejemplo, si como profesionales intervenimos en un desarrollo urbano (nuevo sector en dispersión) donde se
efectuarán desmontes, debemos considerar los impactos que se pueden provocar en el ambiente (posibles
inundaciones o desbordes de arroyos). En otro caso, si se interviene en la compraventa de una propiedad, se
debe brindar toda seguridad jurídica en la plena convicción de que lo que está en juego no es un simple
negocio, sino que se trata del hogar de una familia.

Ética profesional para martilleros y corredores públicos


No basta con que las normas de ética sean preexistentes a todo actuar del martillero y corredor público que
estime su dignidad, ejercite rectamente su conducta y proceda consciente de su responsabilidad profesional;
sino que también es necesario que, para que dichas normas se vuelvan más efectivas y contempladas, se
exterioricen o concreten en fórmulas escritas que sirvan de postulados o guías para el desenvolvimiento
ordinario de la vida profesional y social.
Las fuerzas morales convergen al sentimiento del deber. La personalidad sólo es coherente y definida en quien
llega a formularse deberes inflexibles, que impliquen un pacto rectilíneo con los mandatos de la dignidad. Sin
ser ley escrita, el sentimiento del deber es superior a los mandamientos reveladores y a los códigos legales.
Es esencial que el profesional se consagre en cumplir con sus obligaciones y proceda a la defensa de los
intereses de sus clientes, brindando el mejor consejo que los oriente hacia un óptimo negocio, a fin de lograr
una gestión que demuestre capacidad y respeto, destinada al bien común dentro de la sociedad.
Recuerda que respetar la ley, cumplir con la institución y los colegas, implica mantener “en alto” el compromiso
profesional ideal.
“El sentimiento de la responsabilidad profesional es un elemento interno que anima el conjunto de reglas de
una profesión más bien que constituir una regla legal de esa profesión"
A manera de referencia, se exponen algunos puntos que destaca el Código de Ética Profesional para
martilleros y corredores públicos de la provincia de Buenos Aires, el que nos evidencia oportunas reglas.

Probidad: la integridad en las acciones se demuestra en la honradez constante, tanto en la gestión profesional
como en la personal, por lo que dicho Código requiere lealtad personal, veracidad y buena fe.
Respeto a la ley: es fundamental respetar y hacer respetar la ley y a las autoridades públicas. Se deben
cumplir estrictamente las disposiciones legales y fiscales que graven su profesión, cumpliendo con la obligación
que corresponda.
Nombramiento de oficio: es un deber ineludible la aceptación de los nombramientos que proceden de oficio y
33

sus obligaciones son inherentes a la profesión, por lo que su incumplimiento será considerado como falta
grave, cuándo no mediare una justificación suficiente.
Publicidad: la publicidad debe ser de manera decorosa y digna. Exceptuarse de realizar propaganda que se
caracterice como maliciosa o exalte falsedades sobre los bienes encomendados para su gestión, por lo que
debe ser justo y veraz al enunciar las calidades de los bienes sujetos a su mediación.

Se debe aclarar que lo estipulado anteriormente es coincidente con el anhelo y deseo de todas las
instituciones del país que rigen en función de la presente profesión. El martillero y corredor público velará por
el cumplimiento debido de tales preceptos, el decoro de las instituciones, el buen nombre del profesional y el
respeto en la sociedad.

Reglas éticas de la Corporación de Rematadores


Es de suma importancia en la materia abordar el conocimiento sobre las reglas éticas que establece la
Corporación de Rematadores, ya que esta constituye una destacada institución histórica que se caracteriza,
desde sus principios, por ser partícipe de la organización legal de la actividad profesional. Cabe destacar que
en la época en que se creó, la intermediación inmobiliaria recién comenzaba a manifestarse y era llevada a
cabo por el martillero.
La Corporación de Rematadores fue fundada principalmente con fines de solidaridad y dignificación profesional,
bajo la presunción de que ello será posible siempre que los asociados dirijan sus acciones en conformidad con
los preceptos de sana moral. Perteneciendo este concepto al fuero interno de la institución, cabe agregar que
se remite al honor de sus componentes, quienes han convenido en tal compromiso, el cual fuere expresado en
las palabras con que iniciaba el acta fundamental a la Asamblea del 25 de julio de 1931.
De esta manera, surgió la conveniencia de señalar algunas normas esenciales del buen desempeño, cuya
práctica constituya en adelante una obligación semejante a la ley codificada. Por tanto, la Corporación de
Rematadores establece pautas indispensables que orientan al profesional para un ideal desempeño de su rol.
Podemos destacar de su Código de ética:
Los martilleros y corredores son expertos en el procedimiento y conducción de la subasta pública de toda clase
de bienes y de las actividades inmobiliarias; son depositarios de la confianza del público y promotores del
progreso y desarrollo comunitario. Estas funciones imponen grandes responsabilidades y deberes más allá de
la política mercantil ordinaria, a las que los miembros deben dedicarse con afán.
El presente contenido histórico nos brinda una visión del pensamiento de la época a comienzos del siglo
pasado. De allí podemos rescatar perfectamente el contenido ético y proyectarnos en el tiempo hasta la
actualidad, en donde alcanzamos una información precisa de la evolución y las circunstancias profesionales
que fueron variando.

Secreto profesional: concepto. Su violación y consecuencias


Sobre el honor: El desempeño ético, la solidaridad y la dignificación logran el honor para el individuo en
particular y para la actividad profesional en general.
Eduardo Lapa (2005) nos indica al respecto que:
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Cuando una persona ejerce una profesión en cuyo ejercicio, por razones derivadas de la índole de su trabajo,
recibe manifestaciones de terceros, adquiere, en este caso, una inmensa y doble responsabilidad: la lealtad
para consigo mismo y para con su cliente, que confiado en la forma de actuar de aquél, revela las intimidades
de su vida privada, con el fin de solucionar un problema y llegar a la verdad.
En esta temática Lapa nos expresa, además, un fragmento subjetivo en donde el eje principal se basa en la
lealtad, y nos indica que “ese conjunto de valores creados y de forma, depositados en la conciencia, pueden
constituir, por determinación volitiva, un secreto, y el secreto se convierte así en una jerarquía moral para
quien lo conserva”
Puesto que este autor considera que el secreto profesional es parte de la profesión misma, en determinadas
circunstancias tanto el secreto como la profesión implican una conducta, y la conducta debe tener ética.
Obligaciones del corredor- inciso d): “mantener confidencialidad de todo lo que concierne a negociaciones en
las que interviene, la que sólo debe ceder ante requerimiento judicial o de autoridad pública competente”

Transgredir el secreto profesional es interpretado por el conglomerado social como una gravedad objetiva;
como consecuencia, el orden público se encuentra invariablemente dañado en lo que se refiere a las normas
instituidas por la convivencia, por lo que se podría indicar: que aquel que revela un secreto confiado no tan
solo actúa indebidamente, sino que además configura un daño moral, es decir que, el actuar antiético no es
una cuestión sencilla que se evidencia en un simple problema ético, sino que además, daña el contenido
fundamental que es sustento en la moral del hombre.
Finalmente, cabe señalar que el secreto profesional constituye un derecho y un deber del profesional.

Secreto profesional como derecho y deber


“Es un derecho del martillero ante la justicia y los poderes públicos, pues no podría escuchar expresiones
confidenciales si supiese que puede ser obligado a revelarlas” En última instancia, sólo pueden revelarse por
pedido explícito de una autoridad judicial.
Es un deber para con sus clientes, de cuyo cumplimiento ni ellos mismos pueden eximirle. Es revelado como
tal (secreto) y así debe mantenerse.
Veamos un ejemplo: un profesional es llamado a declarar como testigo, por lo que debe concurrir a la citación.
En la audiencia procederá con absoluta libertad de criterio, lo que quiere decir que podrá negarse, si así lo
estimare, a contestar preguntas cuyas respuestas sean, a su juicio, lesivas para el secreto profesional.
Ahora analicemos dos criterios.
Alcance y concepto: la obligación del secreto se extiende a las confidencias efectuadas por terceros en razón
de su Ministerio. Se debe guardar reserva acerca de las conversaciones o confidencias mantenidas con sus
clientes, sobre las motivaciones de su cometido, como también los hechos que llegaren a su conocimiento por
colegas o terceros. El secreto cubre también las confidencias intempestivas de los colegas.
Extinción de la obligación de guardar secreto: la obligación de guardar secreto cede ante la necesidad de la
defensa personal del profesional cuando sea objeto de acusaciones por parte de su cliente. Puede revelar,
entonces, lo que le sea indispensable para su defensa, en la medida que su conciencia se lo aconseje.
Lo que debe primar como análisis de lo aquí expuesto (sobre la base del artículo 156 del Código Penal) es que
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el futuro martillero y corredor público comprenda que violar un secreto profesional evidencia un perjuicio que
se puede ocasionar con el solo hecho de transmitir a una persona el secreto confiado, pues ello es motivo
suficiente para que se interprete que el secreto ha sido quebrantado.

M2. L1 - LA GESTIÓN PROFESIONAL

Contrato de corretaje inmobiliario. Autorización


Para llevar adelante la función propia de corredor –que es la intermediación–, es necesario dejar establecidas,
en la respectiva autorización, las condiciones y demás requerimientos del comitente; solo así se podrá
concretar satisfactoriamente el negocio determinado.
Para la gestión de intermediación –negocios en general– sobre todo tipo de bienes, en el art. 1345 del Código
Civil y Comercial de la Nación se presenta una definición:
“Definición. Hay contrato de corretaje cuando una persona denominada corredor, se obliga ante otra a mediar
en la negociación y conclusión de uno o varios negocios”.
Es aquí donde encontramos, claramente, la respuesta a nuestros interrogantes. La puesta en vigencia del
Código Civil y Comercial deroga el art. 36 de la Ley 20266, que indicaba la necesidad de un contrato “expreso”
para la intermediación, el que se evidencia comúnmente en el uso profesional como la “autorización”.
Actualmente, se ratifica la herramienta jurídica a los fines de establecer las obligaciones y garantizar los
derechos profesionales, como así también manifestar la exactitud del negocio en el llamado “contrato de
corretaje”, el que cuenta con las siguientes características generales:

Es consensual –
Se perfecciona con el mero acuerdo de las voluntades del comitente y corredor, sin necesidad de entrega
alguna de valores para convenir su celebración.
Es informal –
A prima facie, podemos tener una conformidad tácita de las partes, manifestada por la simple aceptación del
corredor de llevar a cabo la intermediación sin reserva alguna (con la salvedad de considerar lo que establece
la reglamentación vigente –autorización– en relación con lo que a sus derechos se refiere: honorarios y gastos)
Ostenta la tipicidad –
Es un contrato típico, rasgo legal que le confiere la ley.
Es bilateral –
Genera obligaciones para ambas partes. El corredor es responsable de prestar el servicio de intermediación
para lograr la concreción del negocio, en razón de lo cual el comitente tiene la obligación del pago de la
comisión devengada a favor del corredor luego de que este haya cumplido su obligación.
Es oneroso –
Produce ventajas económicas para los contrayentes (el negocio concretado por el comitente y la respectiva
comisión o retribución para el corredor) (Orgaz, 2007).
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La gestión inmobiliaria cumple, actualmente, un rol preponderante, por lo que el profesional que lleva a cargo
la función debe tener en cuenta todos aquellos mecanismos que sean conducentes al éxito de su gestión. Así,
hablar de principios es referirse a la base sólida de acción, es considerar aquellas pautas elementales sobre las
que efectuará sus adaptaciones. En virtud de ello, podemos indicar los siguientes principios:

 Contar con los conocimientos precisos del rubro, a fin de aplicar a ciencia y conciencia la labor
profesional.
 Conformar una organización, tanto individual como institucional (oficina inmobiliaria).
 Articular y controlar las actividades programadas en las distintas áreas de trabajo, conforme a los
recursos disponibles con los que se cuenta (humanos, técnicos, económicos, etc.).
 Ejecutar competentemente la labor encomendada por el comitente desde el mismo momento en que
se celebra la respectiva autorización y hasta la concreción del negocio.

Los principios constituyen la base de la gestión inmobiliaria, y sobre ellos se construirá con seguridad una
fortaleza sobre la cual cotidianamente el profesional, comprometido consigo mismo, incorporará todas las
herramientas que sus experiencias y nuevos conocimientos le vayan brindando; solo ello garantizará un
próspero provenir profesional.

Por otra parte, referirse a la “extinción” es hablar puntualmente de la conclusión del contrato de corretaje,
según indica Gustavo Orgaz (2007), la que se puede producir por las siguientes situaciones:
 la concreción del negocio alcanzada tras la intermediación del corredor;
 la expiración del tiempo por el cual fue conferida la autorización al corredor, sin que la concreción del
negocio se haya alcanzado. Puede ocurrir, sin embargo, que la autorización se hubiese suscripto sin plazo,
por lo tanto, la conclusión del contrato se puede producir en cualquier momento;
 renuncia del corredor a seguir la gestión asumida; o
 muerte o incapacidad del corredor.

En el ejercicio profesional, la observancia de las pautas y herramientas que ordenan la actividad es lo que
efectivamente garantizará una conclusión exitosa en la labor. Es por esto que esta será clara desde el inicio de
la relación con el cliente comitente, al efectivizar la autorización, durante el desarrollo de una decidida
intermediación y hasta que se cumpla satisfactoriamente la venta en razón de lo cual el profesional podrá
percibir por derecho los honorarios correspondientes.
A modo de ejemplo, se propone un modelo de autorización:
ENCABEZADO: es de rutina y promoción interna realizar la autorización en hoja con membrete que identifique
la oficina inmobiliaria, además de agregar el título correspondiente “Autorización inmobiliaria”, el que podrá
variar según el diseño de presentación del profesional.
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INTRODUCCIÓN: aquí se deberá caracterizar a los sujetos y objeto:

En la ciudad de…, a los… días del mes de., de 20…, el que suscribe, Sr. …, domiciliado en la calle…, N.° ……, de la
localidad de …, provincia de…, acreditando identidad con DNI/DU N.°…, de estado civil…, autorizo al corredor
publico inmobiliario Sr. …, matricula profesional… de la inmobiliaria…, para que proceda a la venta del bien
inmueble de mi propiedad, sito en la calle…; inscripta en el registro de la propiedad al N.° de
dominio/matrícula…; con la nomenclatura catastral siguiente: circunscripción…; sección…; manzana…;

Parcela…
DESARROLLO: aquí se deberá consignar el objeto o motivación por la cual se conforma la autorización, como
así también las condiciones y plazos. Hay profesionales que indican el contenido en cláusulas enumeradas;
otros, por su parte, logran la redacción en un solo contexto, separando los temas con punto y aparte:

El precio por el cual se deberá efectuar esta venta será de pesos… ($ ), pagaderos de la siguiente forma:
… % en efectivo al momento de la firma del correspondiente boleto de compraventa; la suma de pesos… ($ )
al momento de la suscripción de la escritura traslativa de dominio; y el saldo de pesos… ($...) será abonado en
cuotas iguales y consecutivas de pesos… ($...), pagaderos mensualmente, conforme se estipule, las que
devengarán un interés del… % mensual. El saldo de precio será garantizado al momento de la firma de la
escritura con una hipoteca sobre el bien en primer grado por igual importe con sumatoria del interés
compensatorio. La escritura traslativa de dominio se hará por ante el escribano que designe al momento de la
firma del boleto de compraventa, y los gastos emergentes de esta operación deberán ser soportados
exclusivamente por los compradores. En este contenido se observa una modalidad, pues otra sería la
cancelación total del precio al momento de escriturar, puesto que las variantes serán conforme a las
indicaciones del cliente y al conveniente asesoramiento que brinde el profesional.

Es importante observar en este punto la necesidad de considerar si se autoriza a tomar reserva de compra o
seña, la que reserva y es a cuenta de precio, y considerar aún más lo que ello legalmente implica (véase el art.
1059 del Código Civil y Comercial

La seña para la reserva debe fijarse en el… % del valor total de venta, quedando autorizado el profesional a
entregar válidos recibos con su firma…

Asimismo, se podrá considerar otro tipo de observaciones de interés para las partes. Por ejemplo, o bien se
puede mencionar que juntamente con el inmueble y por el mismo precio, se transfiere la línea de teléfono, de
mi propiedad y a mi nombre, que lleva el número…, o bien el contenido puede referenciar algún tipo de
mejora por accesión moral, por lo que el propietario haya decidido dejarla: antena satelital para TV…,
estructura metálica que conforme una pérgola para parque o espacio verde, etc.
Algunos profesionales, amén de tener a la vista la correspondiente publicidad registral, hacen constar en la
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autorización que los títulos que demuestran mi propiedad son perfectos y no existen gravámenes ni
inhibiciones personales, y la propiedad se entrega, al momento de la escritura, libre de todo ocupante y con
todos los impuestos y tasas pagados al día.
En esta instancia también se podrán referenciar “ciertos” gastos que el profesional efectuaría con motivo de la
intervención, ya que el Código Civil y Comercial permite pactar al respecto. Entonces, a modo de ejemplo,
podemos tener lo siguiente: Los gastos de publicidad, carteles o cualquier tipo de propaganda corren por
cuenta del corredor público inmobiliario… La comisión, que estará a cargo del comitente, por la venta de la
propiedad, la que es del… %, será abonada por este al profesional, aun cuando la presente comisión fuese
revocada antes del vencimiento del plazo que se conviene cuando se realice la venta con terceros que hayan
conocido la venta por intermedio de la promoción y publicidad producida por el corredor inmobiliario…

CONCLUSIÓN: podrá integrarse en esta instancia alguna observación que se considere oportuno tener en
cuenta, como por ejemplo la entrega de alguna documentación pendiente, o alguna salvedad que
necesariamente se deba manifestar, como los declarados herederos acreditan su situación conforme
Sentencia N.º… de fecha..., emitida por el Juzgado…, tramitada en el expediente que se caratula…., que dicha
constancia es apta para suscribir obligaciones tendientes (tracto abreviado) a la transferencia del inmueble…,
(si no es apta, indicar por la que se deberá gestionar en la oportunidad correspondiente el tracto abreviado
ante el juez), entre otras circunstancias que se deban expresar.
Asimismo, en el cierre del presente escrito, se incorporará lo que es de uso y costumbre, por ejemplo: La
presente autorización será válida por el término de…, días corridos a partir de la fecha de su otorgamiento.
Firma conjuntamente con el autorizante, en prueba de consentimiento, su cónyuge, quien asimismo suscribirá
el boleto de compraventa por ser un bien ganancial. La presente autorización será nula y no tendrá ningún
efecto si la venta no se realiza dentro del plazo para la que fue concedida. Algunos profesionales determinan
incluir la cláusula de que las partes se someten a los tribunales ordinarios, más aún a los efectos de resguardar
sus derechos ante un eventual incumplimiento del comitente al cerrar la operación por su cuenta, luego del
trabajo y esfuerzo profesional ejecutado en la intermediación.

Siguen firmas y aclaración.

El futuro profesional, en la gestión del corretaje mobiliario e inmobiliario, debe considerar que en la práctica
profesional puede presentar un modelo de contrato tipo o una autorización personalizada, es decir, tener un
contrato de “forma personalizada” preimpreso en un formulario que se identifique en el encabezado con su
logo, eslogan, domicilio de la inmobiliaria, etcétera. Se consideran aquí todos los puntos enunciados en la
introducción, desarrollo y conclusión de un contrato tipo.
Manifestar en forma expresa la autorización por parte del legitimado es más que una formalidad: es una
necesidad para resguardar nuestros derechos, en función del corretaje público inmobiliario. Implica exponer
en forma clara y precisa el negocio que se desea realizar con el legitimado, el que deberá acreditar
fehacientemente su situación. Además, la autorización no solo constituye la obligación del profesional de
cumplir fiel y diligentemente, sino, por sobre todo, el derecho al cobro de sus honorarios y gastos, si fueron
39

pactados (véanse los arts. 1352, 1353 y 1354 del Código unificado

Incumbencia profesional del corredor público


Gestión: La gestión constituye un conjunto de acciones basadas en un plan, tendientes a lograr resultados
óptimos
Como dijimos, hablar de gestión es referirse a la realización del conjunto de acciones que serán conducentes a
lograr o alcanzar una idea pensada.
Podríamos indicar, entonces, que la gestión comprende en su significado tres etapas:
1. relativa a las ideas pensadas, planeadas, meditadas y organizadas;
2. la gestión que deviene el conjunto de acciones, actividades, diligencias;
3. el logro, hacer posible lo anhelado, concretar la idea-objetivo.

Hay quienes indican que la ejecución de una gestión tiene como objetivo primordial obtener resultados
óptimos y expresan que ello de dependerá que se cumplan las metas marcadas en la última etapa. Sin un plan
o una metodología, no puede haber gestión.
En esta conceptualización se subraya, entonces, una estrategia, es decir, el conjunto de “líneas trazadas” que
orientan al profesional en los pasos para seguir.

Intermediación
Es función del corredor la intermediación, en la cual aplica sus conocimientos profesionales, criterios y
experiencias, a fin de brindar todo lo necesario para la conclusión del negocio jurídico.

En una conceptualización genérica, podemos definir el corretaje como la tarea de aproximar a las partes
interesadas en realizar uno o más negocios, a los fines de lograr su conclusión. El corretaje es una actividad
profesional que puede realizar tanto una persona humana como jurídica, y, en virtud de ello, la regulación
vigente existe a los fines de garantizar claridad, exactitud y seguridad en las operaciones en que intervienen
los corredores; de esta forma, será posible evitar cualquier inexactitud en la gestión que pudiera perjudicar a
las partes en el negocio intermediado.
El corredor, en esta función de intermediación, presta sus servicios con total autonomía y aplica su criterio y
conocimiento profesional en función del negocio proyectado. Quedan a su cargo no solo la presentación de las
partes, sino su acercamiento en todo lo necesario para la conclusión del negocio jurídico del que se trate.
Se debe comprender que la tarea del corredor no se agota con el hallazgo de la persona o de aquella cosa que
fuere necesaria para la celebración del contrato, sino que este profesional se compromete ante las partes a
lograr la concertación del negocio que les interesa. En otras palabras, su gestión debe ser útil, por lo que su
deber es el de obtener el resultado requerido, y su obligación es la de cumplir fiel y diligentemente la gestión.

Por otra parte, podemos destacar la visión que nos aporta Jorge Mosset Iturraspe cuando se refiere a la óptica
de la función del profesional corredor:
Tabla 1: Modalidades de la intermediación
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Modalidades de la intermediación (Mosset Iturraspe)


1) Sobre el supuesto habitual, diremos que es aquel en el cual el comitente (persona interesada en celebrar
un negocio) autoriza al corredor, quien intermediará con sus gestiones profesionales, para lograr la
concreción de dicho negocio, y busca al tercero que llegue a interesarse en la operación. De este modo, se
configura el contrato de corretaje propiamente dicho. El rol de intermediario difiere del mandato civil, por
dos motivos, a saber:
a) el corredor carece de poder para cerrar por sí mismo la operación encomendada, pues ello es privativo del
comitente y del tercero interesado; b) el corredor es un profesional, y sus funciones, derechos y obligaciones
están reglamentados por ley, y el mandatario tiene determinadas sus atribuciones en el Código.

En cuanto a la duración del contrato de corretaje, cabe decir que no existe un plazo predeterminado
legalmente que obligue al comitente y corredor: el dueño de la cosa puede revocar en cualquier momento
solo con su sola voluntad, sin incurrir a la afectación de algún derecho del corredor, el que está establecido
por ley. Cabe agregar que, si en la autorización se establece un plazo para la gestión de intermediación, este
debe ser respetado, y, en este caso, si desea el comitente concluir con el contrato, deberá resarcir gastos y
honorarios.
2. Otro supuesto se manifiesta cuando el comitente le autoriza al corredor no solamente la intermediación,
sino también su representación en la operación y suscribe la documentación pertinente (el poder). En este
caso estamos frente a un mandato y no a un corretaje.
El mandato, concebido de esta manera, también puede revocarse, aun cuando se hubiese estipulado un plazo.
Será esto a voluntad del comitente, previo pago de gastos acordados y honorarios.
En su instrumentación, este mandato puede ser expreso o tácito; se comprenden dentro del expreso el
instrumento público, el instrumento privado, la carta o la manifestación verbal. En cuanto a “la autorización,
deberá constar por escritura pública cuando el propietario faculte al mandatario a intervenir en su nombre y
representación en la escrituración del inmueble”. Esto es así por regulación en el Código y más aún para
bienes registrables, dicho código establece esta exigencia cuando se trate de poderes para realizar actos que
deban otorgarse por escritura pública.

3) Desde un punto de vista simple y elemental, la función del corredor consiste en posibilitar el acercamiento
de las partes, para dejar que sean estas las que acuerden entre ellas las condiciones del contrato, es decir,
aquello a lo que se obligarán cada una de ellas, tanto la forma de pago del precio como la entrega de la cosa.

La reglamentación vigente indica que el corredor público, en ejercicio de sus funciones, está facultado para:
“poner en relación a dos o más partes para la conclusión de negocios sin estar ligado a ninguna de ellas por
relaciones de colaboración, subordinación o representación”. Podríamos decir al respecto que, además de
conceptualizar su función, incorpora otras actividades que le son propias, como, por ejemplo, “informar sobre
el valor venal o de mercado de los bienes”. Por lo tanto, es necesario indicar que la ley se expresa en sentido
general sobre los bienes por los que ejecuta la intermediación o valuación, los que se representan como
muebles, inmuebles y semovientes, es decir, aquellos que conforman el patrimonio de una persona (física o
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jurídica).

Referencia: ejemplo de práctica de gestión en el corretaje

Tomamos como ejemplo oportuno del ejercicio de la función aquel que surge de la aplicación de la Ley
11867/1934 de transferencia de fondo de comercio. Esta ley nos indica los bienes (tangibles e intangibles) que
constituyen el fondo de comercio y la forma de su transmisión, es decir, a la que hace referencia cuando
manifiesta “enajenación directa y privada o en público remate”. Brinda, asimismo, una serie de requisitos que
el profesional debe cumplimentar para que la transacción sea válida; por ejemplo, debe realizar los anuncios
de la transferencia del comercio en el boletín oficial y periódicos del lugar (donde funciona el establecimiento)
en resguardo al crédito de los acreedores, que pueden ser quirografarios, prendarios o por cualquier otro tipo
de gravámenes, como es el caso de los embargos judiciales.

Podemos destacar en este contexto de la gestión profesional, a modo de ejemplo en la transferencia de fondo
de comercio, donde las obligaciones del corredor son estipuladas en el art. 1347 del Código Civil y Comercial
de la Nación, el que evidencia la necesidad de observar cómo impactan las “leyes especiales” con respecto a la
función

En virtud de ello, en la Ley 20266 y en el Código Civil y Comercial se señalan concretamente, por un lado, las
facultades del profesional y, por el otro, las obligaciones que debe cumplir, a fin de lograr efectivamente la
negociación encomendada, considerando las leyes especiales según el caso

Hemos observado anteriormente el impacto de una ley especial en la negociación de bienes muebles y
mercaderías. Debemos considerar de igual manera lo expresado en la Ley 20266, donde no hay alusión precisa
en el capítulo XII (corretaje) sobre la negociación de los bienes inmuebles. Esto resulta lógico, ya que el
original Código de Comercio excluía del ámbito mercantil “las compras de bienes raíces y muebles accesorios”
lo cual generaba con respecto a este tema una controversia o, mejor dicho, una “laguna” del derecho, dado
que no se hallaba allí (ni en el Código Civil) el sustento legal para la función del corredor inmobiliario. No
obstante, los usos y costumbres fueron incorporando en la actividad de intermediación a los inmuebles, los
que fueron y son objeto de contratos onerosos, regidos en ciertas circunstancias por leyes especiales (por
ejemplo, la Ley 14005/1950 de venta de lotes a plazo. Es por esto que, tras la unificación de los Códigos Civil y
Comercial, se generó el necesario sustento legal que regula “el boleto de compraventa inmobiliaria”

El futuro profesional deberá comprender con exactitud que es necesario siempre estar atento a los cambios
legales vigentes, ya que en un estado de democracia los legisladores rescatan permanentemente todo aquello
que se afirma en los usos y costumbres, lo que impulsa luego la regulación u orden normativo para la vida
social del ciudadano.
Como podemos observar, con la ley de transferencia de fondo de comercio tenemos un amplio ejemplo para
la práctica profesional. Esta nos brinda la posibilidad, como corredores, de intermediar en un negocio que
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posee distintos tipos de bienes (por ejemplo, bienes tangibles, como mercaderías, e intangibles, como marcas
y fondo de comercio), variadas posibilidades de herramientas jurídicas (compraventa, locación) y obligaciones
especiales (por ejemplo, la de publicar edictos para resguardar los intereses de terceros acreedores, entre
otros).
El rol del corredor público se debe cumplir en la plena convicción de que existe una regulación general que
surge del Código Civil y Comercial, una normativa profesional que depende de la Ley 20266, de leyes
provinciales y normativas especiales, según el tipo de gestión que se realice sobre los bienes. En función de
ello, podríamos considerar, también a modo de ejemplo, el impacto de la ley de prendas, las normas de
registro de la propiedad, las normas impositivas y fiscales, etcétera.
Si bien la profesión de corredor público posee antecedentes históricos de relevancia en razón de los cuales
hoy el corredor se encuentra preparado para asumir la intermediación en todo tipo de negocios, cabe agregar
que, en materia de regulación de la actividad, parecería que aún falta ajustar ciertos contenidos de índole
jurídica para su aplicabilidad en el ámbito de la gestión inmobiliaria, estrictamente. Sin embargo, el nuevo
Código avanza y regula la compraventa inmobiliaria.

La intermediación en la compraventa inmobiliaria


Hacer referencia al corredor público inmobiliario es hablar de un aspecto de la función cuya característica está
dada por el tipo de bien que comercializaría y por el cual se efectuaría la intermediación, es decir, un
inmueble. No obstante, se puede indicar que, entre las atribuciones de la función, también se involucran otros
tipos de bienes (muebles y semovientes, como se expresa ut supra). Por ejemplo, ante el requerimiento de la
venta de una propiedad rural a “tranquera cerrada”, lo que le indicaría que, además de la tierra –bien
inmueble–, sujeta a la producción agropecuaria, se incluyen los elementos de producción (máquinas para la
labranza, etc.) y la misma producción (siembra y ganado), o ante el caso de que se le solicite la venta de un
fondo de comercio, el corredor deberá organizarse para intermediar por todo lo que ello significa. Esto quiere
decir que debe asumir en general la negociación de todo tipo de bienes cuya enajenación no esté prohibida,
ya sean muebles o mercaderías, semovientes e inmuebles, y en estos casos, le correspondería la designación
específica de corredor público inmobiliario.
En función de lo ejemplificado, se puede afirmar que la acción del corredor inmobiliario posee como vértice de
la intermediación un tipo de bien determinado, el que está identificado legalmente como “inmueble”. El
titular
del dominio o “propietario del bien”–aquel que esté legitimado como tal– podrá autorizarle al profesional
promover la posibilidad de concretar un negocio (venta, alquiler), para lo cual el corredor instrumentará sus
estrategias en un plan de acción de intermediación, a los efectos de acercarle al comitente una persona
interesada en llevar a cabo la operación publicitada oportunamente
Se destaca el carácter económico del contrato de corretaje, ya que se gestionan para concretar uno o varios
negocios a título oneroso. Es por esto que las herramientas jurídicas, sobre las que expresarán su voluntad las
partes, deben ser expuestas con claridad y exactitud, ya que constituye una obligación para el profesional, más
aún, si se trata de un inmueble a los fines de garantizar el tráfico jurídico del bien.
El profesional corredor en el ámbito inmobiliario debe considerar la importancia histórica, social, cultural y
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legal que recae sobre el tipo de bien por el cual efectúa la intermediación. La existencia de normativas de
tutela demuestra la preeminencia de la observación y conservación de este. Es por ello que la preparación
profesional no se limita a realizar una publicidad comercial, sino que además considera en forma absoluta la
complejidad jurídica que comprende a su gestión profesional (Morello y De la Colina, 2007).

Principios de la gestión inmobiliaria


Actualmente se puede apreciar, a simple vista, el desarrollo prácticamente sostenido en materia de
inversiones inmobiliarias. Si bien algunos indicios fueron evidentes en la primera mitad de la década del 90, en
virtud de la paridad de la moneda nacional con el dólar, lamentablemente, ello duró poco, por lo que se
produjo luego una caída importante en las inversiones y cotizaciones inmobiliarias, dada la inestabilidad
económica del país (inflación/recesión).
Además, es sabido que luego del “corralito financiero”, suscitado en la primera década del siglo XXI, se generó
un “estancamiento económico”, lo que produjo cambios de Gobierno y, por ende, implementaciones de
nuevas políticas económicas. Cabe recordar que, en dichos momentos, la diferencia en cuestiones de inversión
fue surgiendo del sector agropecuario, ya que este comercializaba sus productos (soja) en moneda extranjera.
Esto constituía un fuerte poder adquisitivo para el sector, lo que luego se vio reflejado en las nuevas
inversiones urbanas.
Se evidencia con ello que el mercado inmobiliario se encuentra en constante cambio y evolución, dado que las
políticas económicas son las condicionantes del mercado. En la actualidad se aprecian una dinámica y
crecimiento prácticamente sostenidos, por lo que, en coincidencia, la gestión de comercialización de este tipo
de productos también evoluciona y se va adaptando a las circunstancias que impone la competencia en el
mercado. Es oportuno, por ejemplo, notar cómo se desarrollan los distintos proyectos de inversión, pues con
un buen trabajo de marketing se puede saber a ciencia cierta la demanda del mercado respecto del tipo de
producto inmobiliario que se desea, el poder adquisitivo y las posibilidades de concreción (ya sea para loteos,
barrios cerrados, country, unidades funcionales en altura, etc.). En efecto, por más que la perspectiva a simple
vista señale “inconsistencias económicas” (depresión, “amesetamiento”, parálisis), no siempre es así: de las
crisis también surgen ideas.

Organización de una inmobiliaria (organigrama)


Cada oficina, empresa u organización profesional, social o comercial, es un ente complejo que requiere un
orden que especifique tanto as funciones o roles como las jerarquías, a los efectos de poder ejecutar
funciones. Es por ello que surge la necesidad de presentar la estructura en un organigrama, pues allí estarán
representados la autoridad y las responsabilidades de cada área, como así también los canales de vinculación
entre sí y supervisión de tareas de los distintos componentes.
El corredor público debe conformar su organigrama de oficina y plasmarlo gráficamente, de un modo
explicativo, a fin de que se constituya en una “carta de presentación”, que será como una radiografía del
esquema de su trabajo. En diversas oportunidades tendrá la posibilidad de efectuar la presentación de su
persona y oficina, ya sea ante una entidad bancaria, empresa, grupo inversor, etcétera. El hecho de realizarlo
no solo con una tarjeta personal, sino con una vista de la estructura de sus funciones ratificaría el grado de
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profesionalismo y competencia pensada para abordar las tareas del rubro.


En función de lo dicho, podemos afirmar que el organigrama constituye una forma de presentación
indispensable en los tiempos actuales, donde los profesionales competentes examinan, buscan y aplican todas
las herramientas posibles que surgen en el mercado de comercialización, para alcanzar y acrecentar sus
vínculos sociales, aquellos que les permitan fidelizar clientes para la intermediación de los productos y
servicios. Lo importante, en este ámbito, es que el corredor público tenga “pensada una imagen ideal” de
cómo abordaría su tarea profesional, a fin de que pueda expresar gráficamente en una forma estudiada lo que
él y su oficina conformarían o evidenciar gráficamente lo que ejecuta en materia de gestión profesional.

Como ejemplo, analiza las siguientes propuestas elementales de un organigrama, carta de presentación del
profesional.
Desde un punto de vista unipersonal, en la organización individual principiante podemos observar una
propuesta organizativa de la siguiente manera:

Figura 1: Cuadro de gestión profesional (individual)

Sobre la base de una organización sencilla, el profesional podrá estructurar nuevas formas que redunden en
mayores servicios inmobiliarios para sus clientes. Incluso podrá analizar la posibilidad de asociarse con un
colega con el fin de expandir la zona territorial de intermediación (abarcar nuevas plazas) o ampliar los rubros
de gestión (compraventa, alquileres y administración, valuaciones y pericias de tasaciones, servicios de
asesoramiento, etc.).

Figura 2: Cuadro de gestión profesional (individual o en sociedad)

Si bien aquí podemos visualizar una propuesta lógica desde un control de la actividad en forma personalizada
por él o los profesionales a cargo de la oficina inmobiliaria, cabe agregar que estos sujetos perfectamente se
pueden constituir en personas jurídicas, de conformidad con lo indicado en la Ley 20266/73 para los “tipos”
previstos de personas jurídicas (SA, SRL, etc.).
Los organigramas son instrumentos de organización y revelan claramente los rubros o espacios de función, las
jerarquías en los roles, las líneas de autoridad y responsabilidad, las vías de comunicación e interrelación
interna, como así también las relaciones externas con áreas que no son propias pero sí vinculantes en la
actividad profesional, como, por ejemplo, las asesorías notariales, jurídicas, contables o técnicas (Ibáñez,
2014).

M2. L2 - Mercadotecnia
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La mercadotecnia nos permite abordar la información necesaria sobre la situación económica del mercado, la
capacidad adquisitiva de la demanda y la oferta del producto inmobiliario existente; todo ello, desde una
visión adecuada, conforme al momento, para el ejercicio de la función.

Para poder responder todos esos interrogantes, es necesario, en primer lugar, tener en claro que, ante el
requerimiento del comitente, el profesional debe conocer con claridad los aspectos de incidencia que influyen
sobre un inmueble. Estos aspectos son los siguientes:

Aspecto técnico –
Implica que el profesional corredor tendrá que prepararse metodológica y organizativamente para abordar el
rol de la intermediación. Como primera medida, debe comprender que la capacitación es fundamental, ya que
de ella dependerá la calidad de competencia que desempeñe en el mercado-plaza de comercialización
inmobiliaria. Es decir, que la herramienta principal la brinda el saber.
Aspecto económico –
Se basa pura y exclusivamente en el estudio del mercado. El profesional deber ser observador constante de los
vaivenes económicos (aquellos que parten y condicionan desde la economía mundial globalizada hasta las
normativas de impacto nacional) para, en función de ello, poder visualizar en la plaza de comercialización las
posibilidades que presentan los sectores sociales en cuanto al poder adquisitivo.
(Más adelante profundizaremos aún más en estos aspectos).

En un proceso complementario de su gestión, el profesional debería ver lo siguiente: la capacidad de consumo


existente, la situación de los impuestos y el nivel de los sueldos, las posibilidades de créditos para la
adquisición de este tipo de bienes y las garantías que se vislumbran sobre una economía estable. Se trata,
entonces, de estar siempre actualizado en relación con el proceso económico, de modo que sea posible tanto
orientarse en la determinación de los precios ideales que satisfagan a los clientes como adquirir el
conocimiento necesario para brindar el mejor asesoramiento posible, a los efectos de una exitosa
intermediación que concluya con un certero acuerdo de voluntades entre las partes interesadas.
Las inmobiliarias funcionan como cualquier empresa de otro tipo, es decir, que merecen tener la misma
organización, administración y gestión profesional y comercial, por lo que es importante que tengamos en
cuenta todos los factores que influyen para su buen funcionamiento.
Podemos indicar los siguientes elementos para considerar en la intermediación para la venta (o gestión para
compra) o alquiler de un inmueble:
 Identificación del sujeto comitente (conformar registro de datos personales comprobados (DNI) de los
legitimados).
 Suscripción de autorización para la intermediación.
 Información específica del inmueble (copia de escritura, publicidad registral, identificación catastral,
superficies, estado de mejoras).
 Condiciones de venta o de alquiler y alternativas posibles para la negociación de intermediación.
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 Plan de gestión profesional (publicidad, difusión, registro de visitas al inmueble).


 Interesado en contratar (verificar capacidad y la autorización para tomar la reserva del precio, motivo
de la negociación). Las mismas condiciones deberán ser consideradas para el sujeto garante, en caso
de alquiler.
 Contrato de compraventa o contrato de locación (adecuado diseño y contenido en el instrumento
legal).

La publicidad
Para lograr una acabada publicidad, el estudio de mercado –marketing– es indispensable, ya que atraviesa
diversos ámbitos que otorgan la información que coadyuvará en confeccionar y brindar el mensaje adecuado
o ideal, el que se dirigirá al público consumidor de bienes y servicios inmobiliarios. Estudiar el mercado implica
tomar conocimiento preciso de los ámbitos económicos y sociales, es decir, desde estadísticas hasta
conductas psicológicas y sociológicas, aspectos que constituyen los distintos tipos de soportes de información
para el desarrollo de los contenidos que se sintetizarán en un mensaje directo, claro y exitoso por parte del
profesional.

El perfil profesional y comercial del inmobiliario


Se trata del tipo de vestimenta, el modo de peinado, la forma de gesticular y, obviamente, el contenido de su
discurso comunicacional. Esta faceta es propia y única, porque el profesional la va adaptando conforme a las
experiencias. Por su parte, la faceta profesional que construye el corredor se delinea únicamente con la
organización y puesta en marcha de su propia oficina. Aquí también se evidenciarán a simple vista las ideas e
innovaciones, como el conocimiento en el rubro y la manifestación de competitividad en el mercado.

Gestión de ventas inmobiliarias (mercadotecnia)


El público comúnmente suele caer en el error de pensar que la intermediación para las transacciones
inmobiliarias consiste sencillamente en coordinar agendas y mostrar propiedades a potenciales clientes. Este
preconcepto equívoco surge de la deducción de que aquel hace teniendo en cuenta solo el aspecto que el
profesional ejecuta en las relaciones públicas, pero desconociendo la significativa responsabilidad que recae
sobre el corredor público inmobiliario cuando cumple fielmente con una intermediación encomendada por su
comitente.
En función de lo dicho, es importante recordar que, como ya dijimos, el corredor público inmobiliario está
formado sobre la base sólida de tres aspectos que son fundamentales para el desempeño de su rol: aspectos
jurídicos, técnicos y económicos.
En relación con el último aspecto mencionado, es necesario ampliar algunos conceptos. Referirse al estudio
del mercado de comercialización es hablar de mercadotecnia. El profesional competente efectúa un
exhaustivo estudio de la “plaza”, en el que necesitará abordar las siguientes situaciones:
 Políticas económicas y financieras: se consideran desde un análisis globalizado externo de influencia
(mercado internacional) hasta los regímenes propios internos (plaza comercial) que hacen suscitar
aquellas determinaciones oficiales que inciden directamente en las personas y sus bienes, es decir,
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conocer los estamentos de clases sociales y sus posibilidades económicas conforme a los distintos
sectores o targets como así también las posibilidades en cuanto a créditos para la adquisición de
bienes raíces (requisitos, montos, garantías, intereses de financiación), aplicación de políticas fiscales e
impositivas sobre las propiedades, etcétera.
 Demandas del tipo de bienes y servicios inmobiliarios: conforme el poder adquisitivo, variará la
demanda en relación con la calidad del tipo de bienes. Esto significa que el requerimiento en cantidad
y calidad de servicios inmobiliarios (tasaciones, alquileres, administración) dependerá del positivo
desarrollo económico en plaza.
 Oferta existente y posibilidades de nuevos desarrollos inmobiliarios: en el camino de la búsqueda del
producto inmobiliario, el profesional tendrá una visión clara de lo que existe en plaza y de las
potencialidades (intervención y promoción de proyectos de inversión) relativas a aquello que se puede
satisfacer de la demanda del posible consumidor inmobiliario.

El futuro profesional deberá observar, sobre la aplicación de la mercadotecnia, que en la actualidad hay plazas
de comercialización que demuestran una fuerte expansión del negocio inmobiliario, por lo que se impone la
necesidad de replantear permanentemente las acciones, a los efectos de que sean adecuadas las estrategias
para cumplir con los requerimientos de sus clientes.

Hay quienes señalan el surgimiento de un innovador perfil profesional: aquel que se encuentra comprometido
con las circunstancias sociales y que lo está a fin de marcar diferencias significativas respecto de los viejos
conceptos sobre la actividad del inmobiliario. Esto es así porque actualmente el profesional asume su gestión
con un conocimiento integral de los aspectos fundamentales (jurídico, económico y técnico) que involucran el
bien raíz para llevar adelante una negociación que brinde la respectiva seguridad jurídica a sus clientes.
Podríamos indicar que se vislumbran nuevos desafíos que proponen un cambio de paradigma, ya que buscan
ampliar la visión, aquella que se encontraba focalizada solo en lograr ventas, para empezar a expandirse hacia
las diferentes posibilidades que propician los clientes. Estas últimas, en algunos casos, pueden presentarse
como grandes y oportunas inversiones y, en otros, tan solo como acciones de conservación del cliente para
seguir brindándole servicios inmobiliarios.
Es oportuno, en este contexto, que el futuro profesional considere que debe comenzar a idealizar su propia
gestión, es decir, permitirse hacer un esbozo imaginario de cómo sería su oficina inmobiliaria, cómo se
presentaría el inicio de una sencilla gestión y cómo, por ejemplo, saldría a buscar clientes o productos. Más
aún, un sinnúmero de preguntas puede suscitarse sobre la actitud personal durante el inicio de la etapa
profesional, aunque se dé por sentado, en todos los casos, que el novel corredor cuenta con todos los
conocimientos en la materia. Veamos, a continuación, desde un punto de vista pragmáticamente sencillo,
algunos interrogantes frecuentes.

¿Me organizo individualmente o busco asociarme con un colega para dar mis primeros pasos?
En primera medida, el profesional debe revisar los recursos (espacio físico, disponibilidad económica,
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colaboradores, etc.) con los que cuenta; ello le dará el indicio necesario para proyectar su comienzo. Si cuenta
con todos los recursos, es indudable que, ya sea en forma individual o asociada, se podría comenzar
tranquilamente con un proyecto o plan de trabajo profesional.

¿Será necesario en los inicios trabajar en otra inmobiliaria?


Hay quienes, mientras efectúan sus estudios en la carrera de formación o en cuanto esto concluye, buscan
ejecutar las prácticas de la profesión en alguna oficina inmobiliaria a los efectos de ser observadores
constantes, en actitud de aprendices decididos, hasta comprobar que poseen y pueden aplicar sus propios
conocimientos y las herramientas profesionales en la práctica, momento en el que deciden la apertura de su
propia oficina profesional, ya con modalidades y características propias por la experiencia con la práctica
adquirida.

¿Cómo busco al cliente?


Se debe tener presente que son dos los clientes con los que se trabaja profesionalmente, uno es el comitente
que autoriza y el otro es el interesado en concretar el negocio que se intermedia. El cliente irá a la oficina o
bien tras haber tomado conocimiento de la publicidad del profesional, o bien mediante las relaciones públicas
que constantemente realiza (banco, aseguradora, conocidos, reuniones sociales, culturales, deportivas,
amigos, los mismos clientes, etc.). En este último caso, entra en juego la recomendación; por lo tanto, habrá
personas que busquen especialmente a este profesional, ya sea para que medie por el bien o para que asesore
sobre el contrato que es posible realizar en el caso de que exista un interesado en comprar, alquilar, etcétera.

Es necesario tomarse el tiempo suficiente para promocionar la oficina inmobiliaria, ya sea a través de avisos
publicitarios en medios, de la distribución de folletos en el sector (o en otras zonas) en donde se destaca la
gestión y los servicios profesionales que se realizan. Resulta, también, muy útil el empleo de las redes sociales
por Internet, por ejemplo. No cabe duda de que existe una amplia oferta de espacios para la promoción
profesional: desde algunos que implican costos considerables hasta aquellos –también masivos– que
prácticamente tienen costos mínimos. Lo importante, por lo tanto, es pensar cuál será conveniente emplear,
de qué manera, y tomar la decisión.

¿Cómo busco el producto?


Conformar un stock de productos inmobiliarios para ofrecer dependerá totalmente del grado de promoción
profesional que haya generado el corredor público inmobiliario.
Tras el conocimiento público de la función del profesional, de que está instalado y evidencia conocimiento y
competencia, el producto llegaría, en primera instancia, a través del cliente que lo buscaría para que
intermediara en alguna gestión. No obstante, será necesario aumentar el caudal de clientes que confíen sus
propiedades a su oficina, por lo que deberá gestionar una promoción especial para cada caso. Por ejemplo, si
próximo a su oficina existen construcciones en altura, puede presentarse formalmente e informar allí sobre el
servicio profesional que realiza, ya sea para administrar propiedades (alquileres) o para administrar el
consorcio. Cabe agregar, además, que de esta relación sencilla pueden surgir otras propuestas profesionales,
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suscitadas en el ir y venir de las relaciones públicas que cada profesional realiza. Hay quienes presentan su
gestión profesional en una publicidad directa en el medio de mayor difusión (por ejemplo, publicitan en un
diario importante y el día de mayor tirada) e incluyen allí todos los servicios inmobiliarios que brindan; se
podrían aprovechar estos espacios gráficos y crear un eslogan o una frase que evidencien seguridad y
confiabilidad profesional.

Asimismo, podemos decir que son muchas las maneras para lograr tener productos inmobiliarios disponibles
para ofrecer a los interesados. Algunos modos tienen altos costos (publicidad), otros no tanto (promoción y
relaciones públicas); todo dependerá de la actitud y dedicación que presente el joven profesional, la que
deberá ser positiva y dinámica, para así lograr las experiencias personales que desee adquirir. Además, es de
suma importancia no tener miedo de crear alternativas novedosas (por ejemplo, participar u organizar
eventos sociales y culturales) para alcanzar el éxito de toda gestión, pero siempre con la plena convicción de
que un tropiezo no es una caída y de que una caída o un golpe tan solo son circunstancias que nos ayudan a
crecer, pues nos brindan experiencias para futuras gestiones. En definitiva, la autoconfianza es la clave
fundamental para la gestión profesional

Aspectos lineales de la actividad profesional: jurídico, económico y técnico


Como dijimos, este aspecto tiene que ver con toda situación normativa que afecta a los bienes inmuebles,
sobre todo a aquel que posee el destino de vivienda familiar. En relación con este último tipo, debe tenerse en
cuenta lo que señala la ONU (Organización de las Naciones Unidas), ya que nuestra Constitución Nacional
adhiere a su pensamiento y lo considera de jerarquía superior a las leyes en su artículo 75 inciso 221. Dicha
organización, a través de la Comisión sobre Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat) y la Estrategia Mundial de
Vivienda, señala que la noción de “una vivienda adecuada... significa disponer de un lugar donde poderse
aislar si se desea, espacio adecuado, seguridad…, iluminación y ventilación adecuada en relación con el trabajo
y los servicios básicos, todo ello a un costo razonable”. Además, expresa a través del Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales –órgano principal de la ONU– que una vivienda será conforme al derecho
internacional si se garantizan ciertos aspectos mínimos en todo momento:

la seguridad legal de la ocupación, incluida una protección legal contra el desalojo;

la proximidad de los servicios, materiales, equipamientos e infraestructuras necesarias, incluido el acceso al


agua potable y a servicios sanitarios;

…un emplazamiento adecuado, es decir alejado de las fuentes de contaminación pero próximo a servicios
sanitarios y establecimientos escolares.

Además, este comité exhorta a que se prohíban los desalojos forzosos, es decir, el hecho de hacer salir a
personas, familias y/o comunidades de los hogares y/o las tierras que ocupan, en forma permanente o
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provisional, sin ofrecerles medios apropiados de protección legal o de otra índole ni permitirles su acceso a
ellos.
Esto nos evidencia la importancia de dicho bien a nivel universal, más aún sobre la propia base de los derechos
humanos
Los derechos a una vivienda se enmarcan en la tercera generación de derechos humanos, surgida en la
doctrina de 1980. Se vinculan con la solidaridad para incentivar el progreso social y elevar el nivel de vida de
todos los pueblos.
Un inmueble es un patrimonio individual que, a simple vista, podría parecer una cosa sencilla de comercializar,
pero, si tenemos en cuenta lo señalado en los párrafos anteriores, el profesional debe observar siempre,
además de la Constitución Nacional, las respectivas constituciones provinciales, al igual que las normas en
general, ya que también este bien posee allí una mención especial para su correcta consideración. Véase como
ejemplo la Constitución de la provincia de Córdoba, en su título II (“Políticas especiales del Estado”), capítulo I
(“Trabajo, seguridad social y bienestar”), art. 58: vivienda
La finalidad de exponer este contenido es que se comprenda el significado de un bien raíz, el que posee una
tutela que va más allá de una norma jurídica y es superior a una normativa de fondo o forma nacional; más
bien, se trata de un derecho común, conforme lo evidenciado por la ONU. Por esa razón, al momento de
conformar la autorización para la gestión profesional, (situaciones objetivas y subjetivas). Tal es el caso, por
ejemplo, del vendedor y el comprador: se debe tener presente todo a fin de que la intermediación no solo
suceda al momento de acercar a las partes y recibir el debido pago de la comisión; por el contrario,
implícitamente debe estar la certeza de que la operación se realizará sin inconveniente alguno, con el
cumplimiento de las partes y con todo el contenido jurídico en regla.

El futuro profesional brinda garantías de la gestión cuando, con un conocimiento claro en la materia,
comprende la importancia de la adquisición de un bien inmueble. El Código Civil y Comercial indica al respecto
la necesidad de corroborar la legitimidad de los contratantes como así también de los títulos invocados, para
que cuando las partes firmen el contrato, puedan a ciencia cierta cumplir con sus obligaciones. Por ello,
debemos comprender que el contrato de compra y venta tan solo genera obligaciones a las partes y no es
oponible a terceros salvo excepciones. Asimismo, debemos saber que establece un plazo de diez años para
reclamar el cumplimiento de las obligaciones allí acordadas, lo que implica, para evitar malentendidos, que la
gestión del profesional debe ser expuesta en forma clara.

Además, es oportuno recordar aquí que hay tipos de contratos de compraventa que se encuentran protegidos
o resguardados por ley para el cumplimiento obligatorio de lo acordado. Estas normas son las siguientes:

Ley 14005/50 –
Ley 14005/50 de venta de inmuebles en lotes a plazos. En su artículo 1 se establece lo siguiente:
Los contratos que tengan por objeto la venta de inmuebles fraccionados en lotes, cuyo precio haya de ser
satisfecho por cuotas periódicas, quedan sometidos, como forma esencial para su validez, a las condiciones y
requisitos establecidos en la presente ley cuando la escritura traslativa de dominio no se otorgue de inmediato
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La legislación nacional brinda tutela y una garantía jurídica a este tipo de contrato, para lo cual se establece,
en su art. 2, la obligación de anotar la venta del loteo en el Registro de la Propiedad Inmueble:
El propietario del inmueble que desee venderlo en la forma prevista en el artículo anterior hará anotar en el
Registro de la Propiedad Inmueble que corresponda a la ubicación del bien, su declaración de voluntad de
proceder a la venta en tal forma, acompañando a la vez un certificado de escribano de registro sobre la
legitimidad extrínseca del título y un plano de subdivisión con los recaudos que establezcan las
reglamentaciones respectivas

Comprobar que se cumple con la reglamentación de la presente ley implica que el corredor público
inmobiliario podrá visualizar en la escribanía que efectivamente está asentado el loteo en el registro y que
cada lote está individualizado con su respectiva planilla anexa, en donde se irán anotando los boletos de
compraventa de cada lote respectivo.
Importante: es necesario también tomar conocimiento de las leyes modificatorias que se fueron suscitando
para un mayor resguardo jurídico.
Los contratos especiales –
Los contratos especiales, normados en el Código Civil y comercial, como el de fideicomiso y el de leasing,
deben cumplir ciertas formalidades a los fines de su registración, cuyo efecto otorga la oponibilidad.

En el nuevo Código Civil y Comercial se contempla la oponibilidad del boleto de compraventa dentro del
cumplimiento de las consideraciones estipuladas en el art. 11708 y se establece, además, la oponibilidad
efectiva ante el concurso y quiebra en el art. 11719. En el anterior régimen no se contemplaban expresamente
estas posibilidades, pero en razón del impacto social que tiene una propiedad inmueble (vivienda
familiar/hogar), se evidenció la necesidad de un resguardo legal. Es oportuno observar las leyes referenciadas
y sus modificatorias para una comprensión en la visión jurídica. Asimismo, se recomienda leer los
fundamentos del Código.

Quedan claras, entonces, las circunstancias en que se encuentra protegido un contrato de compraventa
inmobiliario (que son las expuestas ut supra). En función de ello, el profesional debe estar atento. Suele ser
común, por ejemplo, que se inicien las preventas (lote/departamentos) y aún no se cuente con el
cumplimiento legal efectivo que brinde seguridad jurídica al cliente; es por ello que se debe tener presente
que la ley profesional indica la necesidad tanto de abstenerse de intermediar cuando no hay claridad en el
negocio como de estar atento a toda modificación normativa de incidencia sobre este tipo de bien.
En el ejercicio de la función profesional, se observará que algunos clientes desean vender sus propiedades y
que no poseen escritura traslativa de dominio. Esto se debe a que serán a prima facie poseedores de buena fe
porque, por ejemplo, adquirieron el inmueble por contrato de compraventa pero nunca pudieron concretar la
escrituración o tienen una posesión de muchos años, entre otras causas. Lamentablemente, en este caso no se
trataría de una transferencia de dominio, ya que no se daría el “tracto sucesorio registral”, pero sí consistiría
en una cesión de derechos posesorios, en donde el precio de la transacción es menor y el interesado en
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comprar deberá tener presente realizar luego el trámite de la prescripción adquisitiva (usucapión) si desea
tener el dominio de la propiedad a su nombre; por otro lado, si el cliente posee un contrato de compraventa
dentro de la vigencia de los plazos para reclamar la escrituración, la intermediación será por la cesión del
contrato de compraventa, y se verá afectado el precio de la operación.

En estas situaciones, tenemos dos resultados posibles:


1. invertir en trámites judiciales y obtener la inscripción registral; o
2. tener en las manos un capital inmobiliario en “riesgo”, ya que el dominio es perpetuo, y aquel que
tenga un derecho sobre su titularidad o sea titular del dominio puede reclamar la propiedad en cualquier
momento.

El contenido jurídico, en materia de corretaje inmobiliario, implica no solo contar con la debida publicidad
registral del inmueble, sino, además, verificar que ambas partes se encuentren en condiciones de contratar. Si
bien pueden suscitarse algunos inconvenientes, lo más importante es que las situaciones jurídica, económica y
técnica sean claramente expuestas a las partes, y no que al momento de acordar la relación surjan situaciones
no anunciadas que puedan frustrar la negociación y, más aún, cuestionar la capacidad y honorabilidad del
profesional corredor inmobiliario. Por este motivo, antes de la autorización, este debe informarse sobre todo
lo relacionado al inmueble y su propietario, como así también sobre el futuro comprador que surge de la
intermediación.

Técnico
Como dijimos, este aspecto implica que el profesional corredor tendrá que prepararse metodológica y
organizativamente para abordar el rol de la intermediación. Cabe agregar, además, que desde el momento en
que se firma la autorización inmobiliaria, el profesional ya ha logrado realizar una labor previa, aquella que se
ve en la propia organización de su oficina inmobiliaria, a fin de que desde su espacio físico organizado
comience a dirigir su labor, ya sea de manera personalizada o sobre la base de una estructura organizada con
personas que colaboran junto a él.
La conformación y adecuación del espacio físico, al igual que la distribución de funciones, le brindarán al
profesional la base de apoyo para el despliegue de la actividad pertinente. Tener lista la papelería y archivos
de clasificación (producto/clientes) da prioridad al orden interno de la oficina, para luego poder efectuar la
promoción publicitaria e intermediación en la búsqueda del cliente. Todo ello, que a simple vista parece tan
sencillo, requiere que el profesional disponga de un plazo pertinente y haga un esfuerzo personal respecto de
los presupuestos económicos, tiempo, espacio y personas; solo él sabrá cómo organizarlos, ya que conocerá a
ciencia cierta sus recursos y la forma de distribuirlos para ejecutar su gestión de la mejor manera posible.
Asimismo, es este contexto que deberá organizar los contenidos de las herramientas jurídicas de trabajo, es
decir, tener los formularios que son de empleo indispensable para la gestión preimpresos o en un archivo
dentro de su computadora. Ejemplos de estos contenidos son los que nombramos a continuación:
Autorización (para vender, alquilar, tasar, administrar, etc.) –
Con un diseño personalizado en donde se visualicen claramente, en encabezados y pie de página, el nombre
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del profesional y todos sus datos, a modo de presentación. Se deben integrar en su contenido formas variadas
de redactar la autorización brindada por el comitente, la descripción del bien y el objeto de la intermediación,
considerando, en todos los casos, espacios libres para tener la posibilidad de incluir observaciones o
excepciones que se deseen referenciar.
Modelos de contratos tipo –
Compraventa, alquileres, etcétera. Aquí es oportuno indicar que existe una multiplicidad de redacciones de
modelos que brindan distintos autores, por lo que es recomendable, sobre la base de ellos, lograr una
redacción o modelo propio, actualizado en función de las variantes legales que surjan y que contemple las
circunstancias especiales que puedan originarse en cada contratación.
Formas de comunicación con los clientes –
Esto demanda un tecnicismo dinámico, lo que quiere decir que, si bien se conforma todo cuando se abre una
oficina inmobiliaria, hay que considerar los posibles cambios para una mejor y llamativa comunicación. Por
ejemplo, algo muy sencillo y oportuno es considerar el diseño de un formulario de empleo para la
comunicación gráfica (aquel que se empleará para brindar un mensaje, correspondencia, dato, referencia,
información administrativa de la oficina a clientes, etc.). Este debe contar con su logo, eslogan y todos los
datos de referencia del profesional inmobiliario, a modo de “estética” comunicativa, con la representación
visual de quien profesionalmente lo emite; allí se pone de manifiesto la promoción del profesional o empresa
que brinda el servicio, y no es necesario que en todos los casos lleve la firma del corredor en dicho papel
esquela.

El futuro profesional podrá tener una visión de lo que técnicamente abordará con sus herramientas de
gestión. El desafío es que, mientras desarrolla la función profesional, sea también observador de las
modalidades que ejecutan sus pares del rubro, a los efectos de poder ratificar o rectificar sus acciones en las
relaciones públicas y así encaminarse con decisión hacia el éxito de su gestión.
Económico

Como dijimos antes, este aspecto se basa pura y exclusivamente en el estudio del mercado.
El corredor público inmobiliario ejecuta en forma personalizada el estudio de mercado:
 se asiste con profesionales del rubro económico/comercial;
 aborda contenidos de diarios y publicaciones periódicas;
 considera todo folleto informativo y publicitario con propuestas comerciales del rubro inmobiliario;
 se suscribe a entidades que brindan información constante sobre la situación del mercado global,
nacional y de plaza en los rubros de materiales de construcción, valoración de suelos, desarrollos
inmobiliarios e impactos comerciales, inversionistas agropecuarios, financieros, etc.;
 observa modalidades de adquisición de propiedades (fideicomisos, compras directas en sectores
urbanos);
 considera cambios de perspectivas legales en ordenanzas locales sobre FOS/FOT (factor de ocupación
del suelo o del terreno) para sectores “deprimidos” o desvalorizados que permitan cambios de
perspectivas comerciales, por ejemplo.
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La clave para “zambullirse” en el mundo del rol inmobiliario es estar informado adecuadamente para poder
avanzar y competir profesionalmente.
Como ejemplo de ello, piensa en todas las circunstancias actuales que surgen de las políticas económicas y
que rigen el mercado; considera cómo influyen, en qué afectan o condicionan a vendedores, compradores,
inversionistas, etcétera, del rubro inmobiliario.

Para evaluar un caso concreto, recuerda que a fines de 2011, la normativa nacional proponía el uso de un
“cheque cancelatorio” para operaciones inmobiliarias, a los efectos de reducir el uso de efectivo en los
negocios inmobiliarios y contener más fondos en los bancos. Como resultado, esta nueva modalidad registró
un empleo del 2 % en las operaciones realizadas en el 2012, pero el resto se hizo, como tradicionalmente se
hace, mediante la disposición de efectivo. No obstante, en el mismo mercado, bajo las circunstancias de
compraventa ejecutadas durante el mismo periodo, se comenzaron a visualizar, a fines de 2012, cotizaciones
de moneda que condicionaron o hicieron repensar las negociaciones de inmuebles: el dólar “ladrillo” o dólar
“blue” y los bonos Cedin. De esto se deduce que la coyuntura económico-financiera requiere que el
profesional esté permanentemente informado para poder asesorar correctamente a sus clientes.

En relación con el aspecto económico, también es importante dejar en claro que no se debe prejuzgar una
plaza de comercialización. ¿A qué refiere esta expresión? Imagina, por ejemplo, que un futuro profesional
visualiza ejecutar su gestión en la localidad del interior en donde nació, pero percibe que la actividad
comercial allí parece deprimida. Esta situación le genera la idea de que sería todo un desafío personal abordar
dicho campo de acción para generar, difundir y dinamizar su actividad. En efecto, lo es. Se debe comprender
que todo inicio lleva su tiempo de organización y requiere de la aplicación de las distintas estrategias para
afianzarse en el campo de acción;

ser pionero es una decisión importante, pero antes es fundamental saber con qué herramientas se cuenta
para comenzar. Con respecto a ello, la clave está en el profesional mismo, y es la comunicación. Esta deberá
agudizarse en su justa medida para que resulte eficaz a la hora de concretar relaciones públicas. Así, el
corredor público inmobiliario podrá avanzar firmemente sobre sus pasos y ofrecer un efectivo servicio
profesional en su localidad y adyacencias, manteniendo siempre un fluido contacto con colegas de las
principales plazas comerciales. Téngase presente como aspecto positivo de esta gestión, a la hora de ser
pionero en un área, que este rubro profesional recae sobre todo tipo de bienes (muebles, inmuebles y
semovientes) susceptibles de una valoración económica y cuya comercialización no esté prohibida, por lo que
se pueden generar amplias acciones para el desempeño de la profesión.

Transacciones inmobiliarias: alquiler y venta


Las inmobiliarias funcionan como cualquier empresa de otro tipo, es decir, que merecen tener la misma
organización, administración y gestión profesional y comercial, por lo que es importante que tengamos en
cuenta todos los factores que influyen para su buen funcionamiento.
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Como se observa en los organigramas propuestos anteriormente, podemos indicar que el profesional debe
contar con la organización del archivo de documentación pertinente a las actividades encomendadas por sus
comitentes. Dicha clasificación se presentará conforme al objeto de la intermediación, por lo que los rubros,
quizás de mayor intervención, serán la venta y la locación. Téngase presente, además, que la legislación regula
también las valuaciones, entre otras funciones que el profesional añade como servicios inmobiliarios.
Dentro de las transacciones inmobiliarias, amén de los elementos que se destacan en la enumeración anterior,
los que siempre deben ser considerados, es oportuno recordar aquí que en la gestión profesional surge la
acción de tomar la “señal” –como se expresa en el Código Civil y Comercial en el art. 1059– o reserva de precio
al interesado en contratar. Esta acción preobliga a un cumplimiento de las partes, que es el de suscribir el
futuro boleto de compraventa, por ejemplo, y nace luego de haber sido publicitado el negocio y aceptadas las
condiciones por el interesado en contratar, por lo que se procede a señar la futura operación. Este
instrumento de precompra o prelocación se redacta y tiene vigencia mientras se confecciona el respectivo
contrato y se corrobora la certeza de datos para la operación.
En algunos casos, la “seña” –como la designa el código– se incluye en una cláusula del contrato de
compraventa para que opere su característica fundamental. Esto quiere decir que, ante el arrepentimiento del
comprador, “viene la pérdida” del valor entregado y comprometido a la futura obligación o, en el caso de
arrepentimiento del vendedor, “restituir la seña doblemente”.
Sin embargo, cabe agregar que, según lo dispuesto en el art. 1059 del Código unificado, se puede lograr un
“pacto en contrario” en los precontratos, ya que, si la voluntad se manifiesta expresamente, ante el
arrepentimiento de una de las partes, puede resolverse, por ejemplo, la simple devolución del monto.
Los usos y costumbres han permitido la aplicación de una figura denominada “reserva” de compra. Esta
preacción no obliga a cumplir con las condiciones establecidas por el Código ante el arrepentimiento o
declinación del negocio, pues no se encuentra regulada legalmente. Por lo tanto, debe quedar claro que, en el
caso de toma de reserva por parte del profesional al cliente interesado en contratar, por una cuestión de
procedimiento ético, deberá confeccionar el recibo de esta y atender los posibles sucesos imprevistos. Por
ejemplo, cuando se toma la reserva, el profesional retira el bien de la publicidad para la venta y se aboca a
verificar la certeza de los datos del interesado en contratar, a los efectos de redactar el contrato de
compraventa. No obstante, cuando se reserva, redacta en el recibo respectivo la finalidad de esta reserva
(compra del inmueble, de conformidad con el estado de conservación y antigüedad in situ, con las condiciones
publicitadas, etc.) e indica que su monto será considerado como parte del precio total si se efectúa la
contratación y que esta queda condicionada a la verificación y aprobación de su comitente, por lo que, en caso
de que la operación no sea autorizada por el vendedor, le será restituida en su totalidad. Hay quienes,
además, indican en la redacción de este instrumento que, en caso de arrepentimiento de la contratación por
parte del interesado comprador “reservante”, el monto comprometido en la reserva o seña no le será
restituido, sino que será imputada a los gastos ocasionados, pérdida de posibles clientes por el transcurso del
tiempo de la reserva, etcétera.
La importancia tanto de la señal (o “seña” como se expresa en los usos y costumbres) o de la reserva radica en
el texto, en donde, en forma clara y precisa, el profesional debe ser respetuoso de las condiciones de su
comitente, de los tiempos que transcurren, del trabajo profesional realizado y del cumplimiento del
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interesado en contratar. Por más que resulte redundante, es necesario insistir en que la expresión debe ser
clara y precisa para evitar malentendidos.
En toda actuación profesional, cabe destacar que lo más importante es asegurar que los clientes que
interfieren en dicha transacción perciban la seguridad y confianza que necesitan para lograr sus anhelos, pues
que ellos recurran y cuenten con el respaldo que brinda la oficina inmobiliaria es la garantía conducente al
éxito profesional.

Publicidad inmobiliaria
El secreto para lograr una buena gestión de transacciones inmobiliarias, ya sea de compra, venta o alquiler, es
facilitarle al cliente el acceso a la vivienda, por un lado, y satisfacer la pretensión económica, por el otro. La
publicidad cumple un rol fundamental al evidenciar el negocio con total claridad, en beneficio de las partes.

En la organización de la oficina para la gestión inmobiliaria, el profesional sigue los pasos conforme al
esquema de funcionamiento elegido, aquel que desarrolla y adapta cotidianamente, y añade las estrategias
pertinentes en los momentos oportunos. Estos pasos van desde la propia atención al cliente, la identificación y
clasificación del bien hasta el análisis del mercado, la fijación de precios y la relación con el público
consumidor del producto y de los servicios inmobiliarios que ofrece, en relación con los cuales la publicidad se
constituye en una herramienta fundamental de promoción.
La generalidad conceptual indica que la publicidad es una técnica comercial dirigida al público –segmentado o
no– a los fines de estimular el consumo de bienes y servicios. La característica principal de su estrategia es la
masividad, mediante la cual se pretende alcanzar a corto plazo eficacia en las ventas. No obstante, esto es
relativo, puesto que, normalmente, los resultados dependen también del tipo de producto que se publicite.

Cabe decir que en la actualidad la publicidad cumple un rol crucial, ya que condiciona ciertos aspectos en la
vida cotidiana de las personas. Esto se debe a que el bombardeo publicitario no pasa desapercibido.
Podemos indicar que la publicidad es una parte del proceso de comercialización en la intermediación, aquella
que busca unir la oferta con la demanda y logra el contacto con quienes realizarán la operación.
Hay quienes indican que la publicidad establece el sustituto del contacto personal, pero, más, podríamos decir
que lo acompaña y ayuda a definirlo. Asimismo, se expresa que es el medio de contacto de más largo alcance,
en donde el “vendedor impreso” tiene la misión de comunicar. Es evidente que con ella se intenta comunicar
algo al consumidor, que compone el objetivo profesional primario: se intenta persuadir y generar
comportamientos en un sentido determinado y preestablecido
Materializar la publicidad inmobiliaria es plasmar un contexto de principios y teorías que sustentan su lógica
de aplicación. La base del contenido que se desee publicitar dependerá del corredor público inmobiliario, y el
diseño estará a cargo del especialista en la materia. Se buscará llamar la atención de los demandantes de
productos y servicios inmobiliarios para despertar el interés sobre aquello que se ofrece, destacando las
particularidades del bien o servicio inmobiliario a los efectos de generar un deseo; una vez logrado esto, se
podrá concretar la acción de la intermediación para obtener el resultado esperado: la venta y adquisición del
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bien o servicio.

Conformación del perfil profesional y comercial del inmobiliario


Con respecto al individuo corredor, podemos abordar dos facetas sobre las que se trabaja para elaborar un
perfil: la faceta personal y la faceta profesional. Si nos referimos a la personal, específicamente estamos
hablando del individuo como persona y su estilo, el que adoptará conforme el ámbito de desarrollo de la
función: el tipo de vestimenta, el estilo de peinado, la forma de gesticular y, obviamente, el contenido de su
discurso comunicacional. Esta faceta es propia y única, porque el profesional la va adaptando según las
experiencias personales y la aceptabilidad de sus acciones profesionales en el medio, con la finalidad de
permitirle sociabilizar sin dificultades y, a su vez, ganar clientes. Respecto de la consideración permanente de
los principios éticos en su labor hacia el resto de la sociedad, no es necesario decir, pero sí demostrar
principios como el respeto, la responsabilidad, la eficiencia, la transparencia y la debida dedicación cotidiana al
servicio al cliente. El rasgo personalizado radica en marcar la diferencia con respecto a otros colegas en el
medio social.
Por su parte, la faceta profesional que construye el corredor se delinea únicamente con la organización y
puesta en marcha de su propia oficina. Aquí también se evidenciarán a simple vista las ideas e innovaciones,
como el conocimiento en el rubro y la manifestación de competitividad en el mercado. Está claro que para
poder diseñar este perfil primero el profesional observará los recursos (económicos, técnicos, humanos, etc.)
con los que cuenta y tomará como base la plaza de acción comercial. Este contenido le permitirá dar el
puntapié inicial, que podrá ser básico o arrollador. Será arrollador si cuenta con los suficientes recursos
económicos para la promoción y difusión de su oficina; en cambio, si es básico, iniciará sus actividades paso a
paso, para luego hacer una progresión más afianzada, conforme los recursos que vaya adquiriendo con el
transcurso del tiempo.
El perfil profesional queda plasmado, en su oficina o estudio, en el organigrama de funciones, el que es
ratificado con el conocimiento y la destreza individual, además de una pensada difusión publicitaria.

Perfil profesional
Para la elaboración del perfil profesional, se deberán considerar dos puntos de vista: el personal o individual y
el público sobre la acción profesional.

Hay quienes priorizan dar sus primeros pasos de forma individual y sencilla, al margen de que cuenten con
todos los recursos necesarios para la apertura de su oficina. Otros, por su parte, buscan un estilo de sociedad,
aunque sea, de hecho, para coordinar un trabajo en equipo con colegas que le permitan explorar todas las
posibilidades que brinda el rubro de la función de corredor (comprar, vender, alquilar, tasar) y así crear una
verdadera empresa en el medio social de comercialización de productos (inmuebles, muebles o semovientes)
y servicios relacionados a la actividad profesional (valuaciones, administración y demás trámites en general).
Es necesario destacar una serie de herramientas que convergen en el ejercicio del rol del corredor, a saber:
marketing, management y la marca (logotipo-eslogan). Analicemos sus conceptos:
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Marketing –
En castellano, “mercadeo o mercadotecnia”, significa el estudio del comportamiento de los mercados y sus
componentes. Se trata de analizar la gestión comercial de las organizaciones económicas con el objetivo de
captar, retener y brindar productos que satisfagan las necesidades de los consumidores. Su base de análisis
está centralizada en el producto (características acordes a las necesidades), su precio (conforme al poder
adquisitivo), la plaza (cantidad y distribución) y la publicidad (promoción de calidades y costo).
Podemos decir que la presente disciplina posee una serie de principios, metodologías y técnicas destinadas a
la conquista del mercado para alcanzar los objetivos de la empresa de productos o servicios.
Está claro que esta herramienta nos permite conquistar y mantenernos en el mercado. Nuestras primeras
estrategias profesionales para el corretaje partirán de la capacitación personal –para garantizar la
competitividad–, seguirán por la organización de la oficina inmobiliaria, para finalmente analizar la mejor
manera de presentarnos en sociedad, lo cual constituirá un nombre o marca como y un eslogan que brinde
seguridad y confianza a los nuevos clientes, y satisfacción para aquellos que ya lo son y reciben los servicios
inmobiliarios que brinda la actividad profesional.
Si bien hay profesionales encargados de ejecutar el marketing para el rubro publicitario, cabe decir que el
corredor es un experto en la negociación de todo tipo de bienes, por lo que podrá seleccionar las pautas
correctas para sugerir al publicista su modelo o perspectiva de promoción profesional, a quien le otorgará
contenidos de su oficina inmobiliaria como así también del producto que ofrece y los servicios que realiza,
entendiendo la utilidad que brinda el marketing en el mercado.

Management –
Este vocablo hace referencia al conjunto de técnicas de dirección y gestión de una empresa. Si bien es un
término de origen anglosajón, se estima que proviene de la raíz latina menagement, de la que deriva el
vocablo francés ménager, que significa disponer, regular con cuidado y destreza. No obstante, la concepción
más frecuentemente empelada y difundida nos remite a la voz inglesa que se refiere a la “conducción,
dirección de una empresa”.
Esta herramienta posee un ideal efecto de aplicación en la oficina de corretaje, pues es necesario pensar en la
actitud más conveniente para el desempeño de la profesión en relación con los colaboradores o asistentes de
la oficina y con los clientes, para generar una organización y dirección eficiente de la gestión profesional,
donde se busca lograr contactos, poseer disponibilidad personalizada en la atención y destreza en la
intermediación – entre otros– a fin de asegurar y dejar en buena posición social el nombre comercial de la
empresa inmobiliaria.
Se busca crear, mantener y recuperar vínculos sobre la base de la intermediación comercial. Para ello, los
recursos tecnológicos (redes sociales como Facebook y Twitter) funcionan como herramientas profesionales
que se añaden a los conocimientos profesionales y permiten que, en forma significativa, a través del
management, las estrategias se dirijan oportunamente hacia el logro del objetivo propuesto y hacia la
ampliación paulatina del campo de acción.
Se considera que el constante feedback que proporcionan las redes es oportuno entre el corredor y sus
clientes, puesto que permite no solo una mejor ejecución de las funciones profesionales, sino también la
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obtención de mejores resultados Esto es así porque, mediante la evaluación de los comentarios de los clientes,
se pueden planificar nuevas acciones para operaciones futuras que permitan profundizar las relaciones
profesionales efectivas en la comunidad.
Constituyen herramientas indispensables para lograr una actuación profesional competente el marketing, el
management y la marca (logotipo- eslogan).

La marca (logotipo-slogan) –
Se trata del signo distintivo que posee un producto o servicio y también de aquel que identifica el nombre de
un sujeto que ejecuta sus actividades profesionales y comerciales. Por medio de este, se busca reflejar una
imagen y contenidos orientados a conformar cierta información y expectativas asociadas a un sujeto, producto
o servicio en la mente del público consumidor. Para crear la marca e imponerla en el mercado, los expertos en
posicionarlas buscan interpretar lo que se quiere dar a conocer públicamente y, en función de ello, planean y
delinean la forma, cualidades y características que la asocien directa e inmediatamente con lo que se desea
ofrecer; por lo tanto, la publicidad es su vehículo principal.
En el ámbito del corretaje, el trabajo profesional, ya sea que se ejecute en forma individual o grupal, puede
constituirse como una marca exitosa en el mercado. Si bien la trayectoria, capacidad y confianza ganadas con
el tiempo constituyen la base de recomendación del buen nombre, cabe decir que con una estratégica
publicidad de los productos que se intermedian y de la calidad de servicios que se ofrece, un corredor puede
mejorar significativamente su posicionamiento y llegar a liderar la plaza de comercialización (branding).
Por lo general, el profesional martillero y corredor determina la presentación de un logotipo que refleje
específicamente su nombre, en virtud de tratarse de una tarea profesional y personal. Mediante este logotipo,
la empresa se hará conocida en la plaza, y dicho signo será su identificación de allí en adelante, por lo que
encabezará toda publicidad destinada a ofertar sus productos y servicios, así como a imponer una imagen
empresarial que se asocie a la idea de una alta capacidad competitiva, excelente atención y satisfacción de los
clientes, pues un nombre público, una vez reconocido, solo se sostiene y crece con trabajo y dedicación. La
jerarquía de la labor efectuada será la que dinamizará la difusión de su nombre y oficina; si bien la promoción
publicitaria es la herramienta básica, debe reconocerse el alto impacto del “boca en boca” entre clientes,
conocidos, amigos y comunidad.
Hablar de un eslogan es referirse a un lema publicitario, es decir, la frase que identifica al sujeto, producto o
servicio en el contexto comercial. Se trata de la expresión de una idea o propósito que lo representa en la
sociedad. Muchos eslóganes van más allá del logotipo (imagen visual), puesto que con el impacto auditivo que
generan tras las repetidas reproducciones en los medios, por ejemplo, ratifican y hacen efectiva la marca.
El eslogan debe ser corto, directo, original e impactante. Se considera que es exitoso cuando, como resultado
de su difusión, es repetido verbalmente por los consumidores.
Se puede afirmar que en la actualidad son muchas las herramientas que posee el martillero y corredor público
inmobiliario para crear un perfil profesional que le sea óptimo y le reditúe en beneficios económicos. No
obstante, la decisión en dar el puntapié inicial partirá siempre del propio profesional, quien evaluará, cuando
surja la oportunidad, todos los recursos y elementos disponibles, a fin de coordinarlos en su justa medida para
alcanzar el buen nombre en los negocios de la intermediación.
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M2. L3 - ADMINISTRACIÓN INMOBILIARIA

Ante el requerimiento de los comitentes, el profesional debe conocer con claridad los aspectos de incidencia
en la administración, en la correcta gestión como profesional y en los que influyen sobre su actividad, tal cual
la ve reflejada ante la presencia de estos posibles clientes.
La administración inmobiliaria, se puede abordar desde un sentido preciso o estricto y en un sentido amplio.
Hablar en un sentido preciso o estricto de la función, implica que el profesional debe administrar
efectivamente los ingresos dinerarios que produce el bien inmueble, para lo cual debe llevar un control
periódico conforme lo acordado y verificar la correcta liquidación del canon locativo a su propietario –
comitente– tras la deducción de honorarios, gastos o servicios que se encuentren evidenciados, justificados e
indicados previamente a los fines del descuento.
Referirse a un sentido amplio de la gestión, implica considerar lo apreciado anteriormente más aquello que el
profesional administrador considere oportuno sumar como actividades de servicio y de atención a sus clientes
(ofrecer personal para reparaciones, información sobre actualización de rentas en el mercado, sugerencias
positivas, recomendaciones, etc.). Por lo tanto, aquí su óptica de acción amplía el panorama tanto para su
comitente como para el inquilino. Cabe agregar que este proceso será, en menor o mayor medida, conforme a
la organización prevista que se tenga en la oficina administradora, la cual debe permitirle al profesional
cumplir con todo aquello que ha publicitado como ofrecimiento de su accionar profesional, es decir, lo que ha
hecho público ante la comunidad –como empresa la inmobiliaria organizada- para satisfacer los intereses de
sus clientes.
Se considera oportuno expresar, en la autorización para administrar, hasta dónde van las funciones y
responsabilidades. De esa forma, no habrá equívocos ni reclamos por incumplimientos del profesional.
Asimismo, debe tenerse presente que si no queda manifestada en forma expresa dicha información y, en
cambio, el profesional publicita que otorga el servicio, deberá cumplirlo puesto que mediante la difusión
mediática asume, a modo de compromiso público, lo que brindará a sus clientes y en honor a la verdad de sus
manifestaciones, la ética le impone el actuar correspondiente.

Organización profesional
Es oportuno remarcar aquellos ítems necesarios y a tener en cuenta, para una correcta organización
profesional. Si bien esto es a modo indicativo, sin duda forma parte de los elementos necesarios a tener en
cuenta. Estos son:

Valor de renta –
Poseer información de valores en plaza y su variabilidad permanente. Observar los detalles
inmobiliarios que marcan la diferencia en cuanto a estructuras edilicias, servicios públicos y entorno de la
propiedad. El profesional deberá saber a fondo todo lo relacionado con el producto sobre el cual ofrece el
servicio de administrar. El conocimiento de los elementos de la tasación será una base de acción fundamental.
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Promoción –
Tras el estudio del mercado (marketing), el profesional estará en condiciones de evaluar las distintas
alternativas a fin de poder promocionar exitosamente el producto para alquilar. Tendrá caracterizado el bien
inmueble en función de sus factibilidades de uso y destino; observará el target al cual se podrá destinar y
dirigir la promoción, y considerará en todo momento los vaivenes del mercado de comercialización.
Publicidad –
Las pautas comunes de esta acción se reflejan en los siguientes ítems.
a) Carteles que publicitan características del bien, condiciones o datos de contacto. El diseño será en
forma estratégica, al igual que su ubicación.
b) Anuncios en medios masivos de difusión, estos por lo general llevan implícito el mensaje de hacer
pública en sí la propia acción profesional, destacando la oficina inmobiliaria y su producto.
c) Las nuevas tecnologías hoy brindan redes sociales que, vía internet, no solo publicitan y comunican,
sino que además facilitan el contacto durante las 24 horas y sin límite territorial, en decir, en un amplio
margen de tiempo y espacio.
La búsqueda del producto –
El profesional principiante debe alcanzar el producto para la comercialización o servicio previamente a
difusión de su organizada propuesta profesional, para así poder captar comitentes que depositen su confianza
en él.

Hay quienes integran, como herramienta operativa en la oficina inmobiliaria, a una persona cuya función es la
de productor; este se encarga de gestionar las relaciones públicas mediante entrevistas personales en las que
ofrece el servicio. Es necesario considerar aquí que puede ser más recomendable que sea el propio profesional
–responsable de la oficina inmobiliaria– el que dé el puntapié inicial para desarrollar y posicionar su nombre y
prestigio en el medio social, ya que el contacto personal genera un mejor conocimiento de las personas y sus
acciones, y solo así se podrá alcanzar confiabilidad.
El cliente inquilino –Los potenciales arrendatarios del inmueble, movilizados por el interés propio tras la
llamativa publicidad, o bien aquellos que fueron seducidos por el ofrecimiento personalizado del producto por
parte del profesional deben ser considerados solo como posibilidades, ya que estos interesados deberán
acreditar una serie de elementos que necesariamente serán los requisitos para formalizar la relación
contractual que generará derechos y obligaciones en un determinado periodo.
Los rubros que se observarán para su confirmación, además de los datos personales, serán los siguientes:
ocupación, ingreso económico mensual (acreditado) y domicilio actual. En la tarea de búsqueda de
información, también será necesario consultar por contratos de alquileres que haya asumido con anterioridad
y sus periodos de vigencia, a los efectos de observar la conducta de pago de la renta. Asimismo, habrá que
investigar la situación del garante (propietario o no) en cuanto a sus ingresos, en virtud de que este debe
tener también la capacidad económica de solventar el incumplimiento del inquilino.
La tarea de investigación, en la actualidad, constituye una práctica rutinaria, y en virtud de ello el interesado
en arrendar pone siempre a disposición todos los elementos; solo queda a cargo del profesional verificar la
certeza de los datos invocados para brindar un seguro servicio de administración a posteriori, el que consistirá,
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además, en la continua observación de dichos elementos para que permanezcan invariables durante el
transcurso del contrato o para que, en caso de que por cualquier circunstancia cambien (por ejemplo: caída de
garantía propietaria), se requiera su reemplazo o reposición a fin de dar continuidad a las obligaciones
expresadas y asumidas en la relación contractual.
Conformación del contrato –Cuando se posee certeza de la veracidad de toda la información relacionada a
los elementos necesarios para conformar la relación contractual, se procede entonces a la celebración del
contrato de locación, para la cual otorga el profesional todo el asesoramiento necesario a su cliente en cuanto
al contenido clausular a fin de que refleje con claridad lo que las partes acuerdan en él. Será conveniente la
certificación de firma de las partes y obligatorio el timbrado fiscal correspondiente por el plazo contractual
para conformar así el instrumento jurídico correspondiente.
Archivo de cliente –
El contrato se incluirá al archivo administrativo de la oficina inmobiliaria que está organizando la transacción,
de este modo se podrán incorporar datos periódicos correspondientes a la causa de su existencia.
Servicios inmobiliarios al cliente –
Este tipo de ofrecimiento extra de las funciones propias del profesional administrador tiende a marcar la
diferencia en su actitud competitiva en el ámbito inmobiliario.
Podrá tener incorporada la disposición completa de los servicios ofrecidos desde su propia administradora, o
bien puede conformar conexiones con asesorías jurídicas, contables y notariales externas, es decir, con otros
profesionales de confianza, orientadas a brindarle un trato diferencial al cliente de la administración. Otra
opción puede ser contar con personal técnico y de obra para reparaciones y reposiciones edilicias, e inclusive
brindar contactos con casas de venta de materiales de la construcción cuyos precios satisfagan a su cliente.

Características generales
Podemos indicar que, en materia de administración inmobiliaria, tenemos dos puntos de vistas profesionales
para abordar la función; una forma será en un sentido preciso o estricto y la otra, en un sentido amplio.
Hablar en un sentido preciso o estricto de la función implica que el profesional debe administrar
efectivamente los ingresos dinerarios que produce el bien inmueble. Desde este punto de vista, el profesional
solo vela por y cumple con los intereses de un cliente, aquel que le otorgó la autorización para administrar.
Cabe decir que, en este sentido, el actuar del profesional no se encuentra excluido del conocimiento de
aquellas circunstancias que se asientan en los ámbitos jurídico, técnico y económico, base indiscutida de toda
su gestión

Ten presente que la autorización para administrar reviste de un carácter fundamental la gestión profesional,
pues de ello dependerá con precisión la finalidad de la misma, es decir, que refleje lo que el comitente indicó a
los fines de la administración de su renta o “canon de alquiler”. En la autorización se indicará: fecha de
liquidación, evidencia de pagos de impuestos o servicios, visitas de control al inmueble, situaciones de
reparaciones o reposiciones edilicias, etcétera, es decir, toda obligación que surja con relación al contrato de
locación. Si bien constituye una obligación para el profesional su cumplimiento en forma, también es un
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derecho para el cobro de sus honorarios y restitución de gastos autorizados. La autorización se materializa en
forma expresa, ya que es necesario dejar manifiesto aquello que conforma el “canon convenido” del alquiler
que se desprende del contrato, identificado en el Código unificado en el art. 1208

Por otra parte, referirse a un sentido amplio de la gestión implica considerar lo apreciado anteriormente más
aquello que el profesional administrador considere oportuno sumar como actividades de servicio y de
atención a sus clientes (ofrecer personal para reparaciones, información sobre actualización de rentas en el
mercado, sugerencias positivas, recomendaciones, etc.). Por lo tanto, aquí su óptica de acción amplía el
panorama tanto para su comitente como para el inquilino. Cabe agregar que este proceso será, en menor o
mayor medida, conforme a la organización prevista que se tenga en la oficina administradora. Esta debe
permitirle al profesional cumplir con todo aquello que ha publicitado como ofrecimiento de su accionar
profesional, es decir, lo que ha hecho público ante la comunidad – como empresa inmobiliaria organizada-
para satisfacer los intereses de sus clientes.

Otros servicios inmobiliarios


Hay oficinas administradoras que también ofrecen otros servicios que por acuerdos o convenios provienen de
entidades bancarias (prestamos, cajas de ahorro, cuentas corrientes, cheques), tarjetas de créditos, compañías
de seguro (para el vehículo y hogar), etcétera. Es decir, que la mínima o amplia gama de servicios que puede
ofrecer la oficina de administración inmobiliaria es variada. En este caso, este tipo de servicios no se
constituyen en una obligación para el cliente, sino que representan una ventaja, ya sea para el propietario
únicamente, o bien para ambos (inclusive inquilino), dado que en todos los casos se trata de servicios
relacionados con el rubro inmobiliario.

La mayoría de los profesionales administradores consideran oportuno brindar la información u orientar al


propietario a los efectos de que este proceda por cuenta propia a la elección y contratación del servicio. No
obstante, el efecto del ofrecimiento brinda una comodidad y ventaja en tiempos, pero todo partirá de la
determinación del profesional administrador inmobiliario, conforme lo que haya constituido como perfil
característico de su actividad profesional.

M2. L4 – CORRETAJE DE BIENES MUEBLES Y SEMOVIENTES


Corretaje de bienes muebles y semovientes
Para poder responder a todos esos interrogantes es necesario, en primer lugar, tener en claro que la base de
acción profesional se sustenta necesariamente sobre tres aspectos de influencia sobre los bienes, a saber:
jurídico, económico y técnico.
Hemos observado que los tres aspectos mencionados con anterioridad se deben tener cuenta para el bien, es
decir, el objeto del negocio inmobiliario, ya que se evidencian como ejes para la gestión profesional del
corredor. Por tal motivo, en la presente temática abordaremos y profundizaremos los elementos pertinentes
ante un eventual negocio de bienes muebles y semovientes.
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Jurídico: aquí sabemos que “implica el análisis de toda la situación legal que se presenta sobre la cosa, objeto
de la intermediación para la venta, como así también todo aquello relativo a las leyes que regulan sobre las
personas, entre sí y sus cosas”
El corredor público antes de conformar la respectiva autorización para la intermediación, deberá tomar
conocimiento sobre la condición del bien mueble y su propietario; es decir, verificará que el dueño de la cosa
no se encuentre inhibido para disponer de sus bienes, como así también cuál es el estado o realidad jurídica
que lo caracteriza ante la misma.
Esto es, si es propietario o poseedor, tenedor en guarda, depositario, etcétera, es decir, qué calidad reviste su
estado jurídico; y en cuanto a la cosa: si no se encuentra prendada, si está comprendida dentro de la Ley
11867, si existe un contrato de leasing sobre la misma, si su procedencia es lícita, si es registrable o no, si
posee gravamen, etcétera.
Observar todas las facetas legales de incidencia sobre el propietario y la cosa es el puntapié inicial para que
asumamos como corresponde la labor ante una autorización, y para cumplir efectivamente nuestro rol en la
intermediación.

Económico:
El profesional martillero y corredor público debe tener un conocimiento amplio de las tendencias del mercado
local, como así también del nacional e internacional, pues todo tendrá relación directa con el tipo de bien por
el que se esté intermediando. Esta visión le permitirá distinguir claramente los cambios económicos en el
escenario, como así también el movimiento de sus actores en cuanto al poder adquisitivo, y podrá identificar
la situación comercial del momento, por ejemplo: del mercado de automotores usados, de la plaza ciudad de
Córdoba, informe mes de agosto de 2013. Es decir, será necesario saber sobre la cuestión a fin de poder
asumir el rol y operar competentemente durante la intermediación.
Esto evidencia que, al momento de abordar la temática económica, inciden directamente sobre este aspecto
dos elementos: lugar (plaza) y tiempo (periodos de movimientos económicos).

Técnico:
Podemos decir que en este aspecto el profesional debe considerar necesario conocer y aplicar la información
adquirida tanto en relación con el sujeto dueño de la cosa como en relación con la cosa en sí misma, dentro de
su ámbito jurídico y económico, a los efectos de instrumentar el camino adecuado.

Aquí hay una doble tarea técnica organizativa: identificar el bien, por un lado, y planificar la publicidad de
venta, por el otro. Por ejemplo, para la venta de un automóvil, el corredor deberá observar a fondo todas las
partes que lo componen, comenzando por aquellas que hacen a la situación jurídica según título. Si se tratase,
en cambio, de una obra de arte por la cual se requiere la intermediación para la venta, el corredor deberá
contar con una amplia información sobre la historia del arte, en un sentido general. En el tecnicismo de la
intermediación, el corredor público identificará al sujeto y caracterizará el objeto. Su organización para la
venta dependerá del tipo de bien que ofrezca. Una vez identificadas sus características y estado de
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conservación, procederá a conformar la estrategia de publicidad del mismo, juntamente con las condiciones
económicas de compra. Cabe recordar que, a los efectos de una correcta intermediación, convergen los
aspectos anteriormente nombrados: jurídico, económico y técnico

Para el caso de semovientes, este tipo de bien es un objeto material susceptible de poseer un valor
económico, y se encuentra dentro del mercado pues registra un precio, cotización, cargas, etcétera, que lo
hacen incurrir en el ámbito económico. Este bien se presenta en distintas especies conforme el uso y destino
dentro de las distintas actividades productivas agropecuarias.
Los bienes semovientes poseen registros tanto para lo “operacional” en la producción y transmisión –venta–
del mismo (registro de marca, autorización de traslados, etc.) como para registrar su aspecto sanitario (control
de vacunas, asistencias veterinarias, etc.), los que se constituyen como registros en obligaciones de orden
legal.
“El punto de partida que debe observar el profesional corredor público es aquel que indica que antes de
suscribir la respectiva autorización para la intermediación, tiene que estar debidamente informado sobre los
aspectos de influencia del objeto a comercializar”

Por lo tanto, el profesional deberá observar:


La propiedad y sanidad

Es de suma importancia en la labor profesional considerar sus normativas (por ej.: Ley 229392), ya que
conciernen a la propiedad del bien; no obstante, también se debe observar el aspecto sanitario del animal, ya
que es un elemento referencial en el historial, lo que se conoce como la trazabilidad. Los sistemas de
identificación se comprenden por: la marca a fuego, caravana, tatuaje, marcas en orejas o señal y sistemas
eléctricos o de radiofrecuencia. En este ámbito también corresponde observar lo que el Código unificado en su
art. 19473 enumera en los modos especiales de adquisición del dominio.

Lo económico y técnico
Desde este punto de vista, para el profesional, hablar de lo técnico es hablar de la base de organización para
alcanzar los objetivos de comercialización del producto con su cliente; por lo tanto, debe considerar las nuevas
alternativas existentes para la negociación de ganado en pie.
Actualmente las tecnologías modernas brindan la posibilidad de comunicación inmediata en bastas distancias,
lo que permite una certera exhibición y promoción del producto sin la necesidad de trasladar semovientes
para concretar la transacción, lo que resulta en una disminución considerable de los costos de traslados, e
incrementa, a su vez, el bienestar animal.

Pautas a considerar:
 Evidenciar conocimiento preciso de la evolución de los precios en el mercado, conforme el tipo y
destino de la hacienda.
 Ser referente informativo en contenidos económicos, jurídicos y técnicos para con el comitente
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productor agropecuario.
 Estar informado acerca de las normativas que inciden sobre este tipo de bien (por ej.: SENASA).
 Tener conocimiento de los estados sanitarios, por medio del profesional adecuado (Ibañez, 2014, p.
143).

Aspectos generales para la intermediación de bienes muebles


Exponer los aspectos a considerar en este tipo de operación significa evidenciar la manera en que se
presentan o ponen a la vista las cosas, lo que nos orientará a una eficaz intermediación; pues esa manera de
concebir la información necesaria indicará las distintas clases de acciones a seguir, ya sean en el ámbito
jurídico, económico o técnico, y nos otorgará una perspectiva puntual que coadyuvará en una certera tarea.

Abordar la organización profesional sobre la base de los aspectos generales de la intermediación nos indicará
al camino a seguir con la claridad del estado y condición de los sujetos, bienes y mercado.
En el ámbito jurídico, para las cosas muebles no registrables, la posesión de buena fe crea a favor del
poseedor la presunción de tener la propiedad de ella y el poder de repeler cualquier acción de reivindicación si
la cosa no hubiese sido robada o perdida. Cabe señalar al respecto que aquí la posesión no necesariamente
vale por el título; por ese motivo, con mayor razón, si no existe una acreditación (como por ejemplo: factura
de compra, detalle de inventario de muebles provenientes de una sucesión, acta de adquisición por remate,
donación, etc.), el corredor deberá contar con la manifestación expresa del poseedor en donde haga constar
que son de su propiedad, presuponiendo solvencia moral por la procedencia lícita de la misma.
En cuanto a la verificación de inhibiciones que apliquen sobre el sujeto para disponer de sus bienes, implica
tener conocimiento sobre él y su capacidad legal de transmitir; en caso contrario, es decir, que exista una
inhibición se debe conocer la (causa) imposibilidad (ya sea que se deba a que entró en cesación de pagos
estando pendiente el decreto de quiebra, por motivos penales o planteos judiciales, por pedido de
incapacidad, etc.). Estas situaciones suelen ser un tanto difíciles de comprobar (salvo que se solicite un
informe al Registro de la Propiedad, en el primer caso); por esa razón se debe destinar una cláusula en la
autorización que precise estas posibles situaciones, en donde se exprese el comitente y quede evidenciado
que nada de lo que se manifestó anteriormente le comprende, a fin de deslindar responsabilidades al
profesional ante un posible reclamo de bienes muebles afectados por quiebra, por ejemplo, o que provengan
de un fondo de comercio (Ley 11867) o sean de procedencia ilícita.

Debemos confirmar que el objeto de intermediación no se encuentre prendado, para lo cual será conveniente
librar el respectivo pedido de informe al Registro Nacional de Créditos Prendarios, de modo de tener
conocimiento efectivo de si está o no comprendido bajo este derecho real de garantía. En caso de estarlo, se
debe publicitar su estado fáctico y garantizar la cancelación del gravamen al efectivizar la venta, o bien, si el
acreedor autoriza, el cambio por el nuevo propietario que la constituirá a su cargo.

En cuanto a la situación de embargo u otro gravamen sobre el bien mueble, el corredor deberá contar con la
manifestación expresa, por parte del propietario, de que no posee tal medida; en caso de reconocer alguna
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cautelar de este tipo, deberá informarse en el tribunal y los autos caratulados en donde consta la orden, a fin
de requerirle al comitente resolver la situación judicial planteada, de manera previa a cualquier acto de
intermediación particular que se solicite y decida realizar.

Si se tratase de un bien registrable, como un automóvil o una motocicleta, se confeccionarán los respectivos
formularios para ser remitidos al Registro del Automotor, pues allí se contará con el informe de lo que
efectivamente consta en el título, es decir, su situación registral; también se deberá generar el bloqueo de
dominio respectivo (mediante el formulario 08), pues la certificación brinda seguridad por un plazo
determinado, el cual es renovable mientras dure la intermediación y hasta efectivizar la venta (la mayoría no
ejecuta este paso para evitar gastos, pero ello dependerá del criterio del profesional). Aquí también será de
importancia poseer la verificación del vehículo (formulario 12) necesaria para la transferencia, pero, más aún,
para contar de antemano con el conocimiento jurídico del bien. No obstante, ante este tipo de requerimiento
de intermediación, si es un automóvil, el profesional también debe tomar los recaudos necesarios a fin de
contar con el “libre deuda” por contribución municipal u otra ley que demande pago alguno en forma
circunstancial y deberá considerar, además, la necesidad de verificar la existencia de deuda por multas
impagas en virtud de infracciones de tránsito, todo a los efectos de dar debido cumplimiento con lo exigido y
seguridad al futuro propietario. Es menester agregar que la función de gestoría del automotor no es de
competencia del corredor, no obstante, así como comprende esta profesión la intermediación para la
comercialización, también el profesional debe conocer los aspectos atinentes a la tramitación para el cambio
de titularidad registral del vehículo.
En el ámbito de la comercialización, puede ocurrir que llegue a nuestras manos algún pedido de
intermediación para la venta de maquinarias, herramientas o cualquier otro tipo de objeto que se encuentre
en alguna línea de producción o uso; entonces, será necesario:
 Tomar conocimiento si el propietario de la cosa ha efectuado algún contrato de alquiler o leasing, cuyo
compromiso le genere obligaciones con los locatarios, las que en primera medida se deben subsanar,
ya sea porque estos acepten hacer uso del derecho que le asiste en el contrato (por ejemplo: prioridad
de compra del bien) o decidan dejar sin efecto o concluir la relación contractual ante la posibilidad de
cambio de propietario.
 Publicitar la intermediación para la venta del bien en el estado fáctico que le correspondería asumir al
interesado en caso de comprar, cuyo bien no sería para su uso personal, sino para cumplimentar en el
tiempo un contrato fruto del cual obtendría un ingreso económico conforme a las obligaciones
contraídas por el anterior propietario, existiendo posibilidades de renovación con nuevas condiciones,
por lo cual todo debe ser consentido previamente a fin de evitar perjuicios.

Cabe recordar que el profesional posee una fianza que garantiza el ejercicio de su actividad, la que responderá
económicamente ante algún inconveniente o perjuicio provocado, ya sea por inobservancia o
desconocimiento de la ley, por lo que no podrá alegar inocencia a su favor por ser un profesional universitario,
en consecuencia, en el sentido profesional es necesario excluir de este comentario al dolo y lo ilícito, ya que
en el ámbito penal las normativas son más que manifiestas al respecto.
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Al momento de abordar la temática económica inciden directamente sobre este aspecto dos elementos: lugar
(plaza) y tiempo (periodos de movimientos económicos). Se deberá observar que, una vez otorgada la
autorización para la venta, el profesional ya tiene un previo análisis situacional del mercado, sabe
perfectamente cómo se presentan las condiciones y puede decir que la plaza de comercialización está
deprimida, recesiva o progresiva. Identificar las características le permitirá anticiparse y planificar una
organizada y pensada intermediación, a fin de conducir específicamente sus esfuerzos al éxito y evitar un
desgaste en tiempo y dinero de publicidad para la venta.
El corredor abordará técnicamente al objeto de intermediación, conocerá a fondo su conformación
(materiales, diseño, finalidad de uso y empleo, estado de conservación, nuevo u obsoleto, rezagos, etc.), pero
también debe observar las estrategias de difusión, exhibición y venta; es decir que, dentro del aspecto técnico
hay una doble tarea técnica organizativa: identificar el bien, por un lado, y planificar la publicidad de venta,
por el otro lado.

Para que el profesional efectúe una intermediación efectiva, por ejemplo, para la venta de un automóvil,
deberá observar a fondo todas las partes que lo componen, comenzando por aquellas que hacen a la situación
jurídica según título (n.° de chasis y motor), ya que de ello dependerá su concreta transferencia de dominio;
después considerará todos los otros aspectos conformantes y los accesorios que la marca original del vehículo
ofrece, con los demás detalles de confort que se pudieren haber introducido. Quizás la parte mecánica del
automotor puede resultarle difícil de corroborar, puesto que requiere de un conocimiento específico por las
distintas clases de motor que hoy existen; será conveniente, entonces, requerir información técnica al respeto
al referente en la materia (fabricante, concesionarios, mecánico del automotor, etc.).
Si se tratase, en cambio, de una obra de arte por la cual se requiere la intermediación para la venta, el
corredor deberá contar con una amplia información sobre la historia del arte para saber indicar la época de
pertenencia, además de conocer la clasificación de las representaciones artísticas (pintura, escultura, etc.) y la
composición de sus materiales (pinturas: oleos, acuarelas, acrílicos, etc.; esculturas: tipo de piedra empleada,
pulida o rústica, metales y aleaciones posibles, maderas, materiales reconstituidos, etc.), como así también
deberá saber si son producciones en serie o piezas únicas y exclusivas, y corroborar si se encuentran
catalogadas o enumeradas, entre otros. En una segunda instancia, el corredor deberá tomar conocimiento
preciso del creador de la cosa, en cuanto a su currículum y desempeño artístico, el que se verá reflejado en los
reconocimientos en premios, menciones especiales y, obviamente, en la demanda para la compra de sus
producciones, precios y formas de pago.

Consideraciones especiales para la intermediación de semovientes

Antes de abordar la temática específica, es oportuno efectuar la aclaratio terminis. Etimológicamente, el


vocablo semovientes proviene del latín se movens, lo que significa que se mueve a sí mismo. Por su parte, la
Real Academia Española manifiesta, en una de sus acepciones sobre la palabra, lo siguiente: “animal de
granja”. Cabe agregar que, desde el punto de vista jurídico, el término se refiere de modo exclusivo a los
animales en general y, dentro de ellos, tanto el ganado como las caballerizas, en especial aquellos de mayor
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utilidad para el servicio del hombre, pero se admiten además, en dicho concepto, a los animales que poseen
pedigrí.

Este tipo de bien es un objeto material susceptible de poseer un valor económico, y se encuentra dentro del
mercado, pues registra un precio, cotización, cargas, etcétera, que lo hacen incurrir en el ámbito económico;
este bien se presenta en distintas especies conforme el uso y destino dentro de las distintas actividades
productivas agropecuarias.
Para este ámbito de la función es de común empleo el contrato de consignación, más que el contrato de
mandato, pues lo es en virtud de los usos y costumbres establecidos para la venta del ganado, los que
concluyen el negocio en pública subasta. No obstante, puede ocurrir que se le solicite la venta en forma
directa y privada, a través de una intermediación personal a los efectos de comercializar semovientes en
particular (por ej.: un caballo sangre pura de carrera, un bovino de cabaña reproductor, un lote de invernada,
un rebaño pequeño, etc.); es en este tipo de gestiones cuando con mayor razón, dado que es una modalidad
realizada con menor frecuencia, el corredor debe estar debidamente informado al respecto. Por lo tanto, el
profesional deberá corroborar los respectivos registros de los bienes semovientes, aquellos que indican la
marca y aspecto sanitario.
La trazabilidad posee la aptitud de reconstruir la historia del bien semoviente, uso o localización de un
producto por medio de identificaciones registradas; en este sentido, dicho término puede referirse a: el origen
de los animales, la historia de los procesos aplicados a los animales y, la distribución y ubicación de los
productos en los lugares de venta
La trazabilidad del ganado y de sus derivados (cueros, carnes) es una herramienta que permite demostrar las
etapas de los procesos del animal en documentos que acompañan a los cortes o piezas de carnes exportadas,
tales como certificado sanitario y de autenticidad; y que se asocian de manera indubitable al producto.
En dicha documentación se hace referencia a que las carnes provienen de animales que cumplen con
determinadas condiciones, por lo que el sistema permite trazar hacia atrás el historial del producto a fin de
identificar los sucesos que intervinieron en el proceso evolutivo y de producción de un determinado animal.
Este sistema se autoevalúa constantemente, se identifican debilidades y se proponen ajustes necesarios para
actualizarlo y dotarlo de eficacia y credibilidad para los fines buscados.

Tabla 1: Tipos de identificación animal

Distintos tipos de identificación animal. Ley 22939


Grupales Individuales
Se emplea para identificar a los animales de un mismo productor agropecuario en un establecimiento, u otra
alternativa es cuando se trata de un grupo de animales que, aun dentro de un establecimiento, está agrupado
por haber recibido un mismo tratamiento sanitario o crianza distinta. En este sistema se emplea la marca a
fuego, el sistema de caravanas, etc.
Cada animal posee una clave que representa la identificación del establecimiento (productor agropecuario) y
un número o clave (alfa numérica) de cada animal en cuestión, como elemento mínimo de identificación.
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Tal como mencionamos con anterioridad, los sistemas de identificación comprenden: la marca a fuego,
caravana, tatuaje, marcas en orejas o señal y sistemas eléctricos o de radiofrecuencia.

La marca a fuego es el sistema que hoy existe en Argentina y en la mayoría de los países ganaderos; es quizás
unos de los sistemas más antiguos conocidos. Es obligatorio para el ganado. El diseño de la marca a fuego
debe estar registrado, es irrepetible y remite al establecimiento de origen. Las contramarcas se realizan
cuando ingresan a un nuevo establecimiento. Se requiere permiso de marcación o reducción de marcas de
animales comprados (boleto de marca: provincial; registro de marca: municipal).

Las caravanas son adminículos de plástico o goma resistente que se insertan con un trocar y grampa en el
pabellón auricular del animal. Poseen forma de tarjeta y en ella pueden grabarse números, claves, códigos de
barras e insertarse microchips. Se utilizan para sistemas grupales o individuales. También se pueden presentar
como cintas que se enroscan sobre sí mismas en el rabo del animal.

Los tatuajes se emplean para marcar animales de las especies porcina y ovina y, al igual que la marca a fuego,
existe un registro.

Las marcas de orejas o señal son también para identificar animales de las especies porcina y ovina, y deben
registrarse.

Cabe agregar que existen sistemas basados en tecnología láser, esto es: caravanas con códigos de barras que
permiten la lectura automatizada de los datos incorporados.

Los sistemas electrónicos o de radiofrecuencia han surgido con un gran impulso en los últimos años y se
aplican para la identificación de animales. Hoy en etapa de experimentación en los principales países
ganaderos, estos consisten en: transponer microchips, implantes subcutáneos, bolos intraruminales, etcétera.

Constituye una obligación, por parte del corredor público, formarse e informarse en el ámbito jurídico de lo
agropecuario en relación con todo aquello atinente a las normativas que regulan sobre los bienes
semovientes, basado en los principios fundamentales que se deben observar: propiedad y sanidad del animal,
expuestos en los párrafos anteriores.

En este ámbito también corresponde observar lo que el Código unificado en su art. 1947 enumera en los
modos especiales de adquisición del dominio, y un modo es la apropiación, por lo que cabe agregar en este
aspecto jurídico, que para el caso de la apropiación de animales, se dispone específicamente en los arts.
1947,1948, 1949 y 1950 del Código Civil y Comercial por lo que se destaca lo siguiente:
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son susceptibles de apropiación: a) las cosas abandonadas b) los animales que son objeto de caza y pesca. No
son susceptibles de apropiación: (…) b) los animales domésticos, aunque escapen e ingresen a un inmueble
ajeno, c) los animales domesticados, mientras el dueño desista de perseguirlos. Si emigran y se habitúan a vivir
en otro inmueble, pertenecen al dueño de este, si no empleó artificios para atraerlos.

ARTICULO 1947.- Apropiación. El dominio de las cosas muebles no registrables sin dueño, se adquiere por apropiación.

a) son susceptibles de apropiación:

i) las cosas abandonadas;

ii) los animales que son el objeto de la caza y de la pesca;

iii) el agua pluvial que caiga en lugares públicos o corra por ellos.

b) no son susceptibles de apropiación:

i) las cosas perdidas. Si la cosa es de algún valor, se presume que es perdida, excepto prueba en contrario;

ii) los animales domésticos, aunque escapen e ingresen en inmueble ajeno;

iii) los animales domesticados, mientras el dueño no desista de perseguirlos. Si emigran y se habitúan a vivir en otro
inmueble, pertenecen al dueño de éste, si no empleó artificios para atraerlos;

iv) los tesoros.

ARTICULO 1948.- Caza. El animal salvaje o el domesticado que recupera su libertad natural, pertenece al cazador cuando
lo toma o cae en su trampa. Mientras el cazador no desista de perseguir al animal que hirió tiene derecho a la presa,
aunque otro la tome o caiga en su trampa.

Pertenece al dueño del inmueble el animal cazado en él sin su autorización expresa o tácita.

ARTICULO 1949.- Pesca. Quien pesca en aguas de uso público, o está autorizado para pescar en otras aguas, adquiere el
dominio de la especie acuática que captura o extrae de su medio natural.

ARTICULO 1950.- Enjambres. El dueño de un enjambre puede seguirlo a través de inmuebles ajenos, pero debe
indemnizar el daño que cause. Si no lo persigue o cesa en su intento, el enjambre perte-nece a quien lo tome. Cuando se
incorpora a otro enjambre, es del dueño de éste.
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Es decir que ante este supuesto legal podemos tener lo siguiente: a) animales salvajes: los que viven
naturalmente libres, con independencia del hombre, son los únicos susceptibles de apropiación, salvo alguna
normativa específica de prohibición por preservación de especie; b) animales domésticos: perteneciente a
aquellas especies que generalmente viven en compañía del hombre, a estos se le aplica el régimen, y no son
susceptibles de apropiación;
c) animales domesticados, que son aquellos que provienen de un estado salvaje y que se han subyugado a la
dependencia del hombre.

Estas consideraciones, constituyen también un elemento de utilidad para el profesional, ya que deberán
tenerse presentes sus contenidos ante un supuesto de intermediación sobre un semoviente de las
características enunciadas. También se debe comprender la directiva que se aplica en el comercio de animales
de pura raza, en cuanto a la comercialización de espermas, óvulos y embriones que correspondan a las
especies: bovina, porcina, ovina, caprina y, sobre todo, equina; ya que en la actualidad no se restringe o
prohíbe por razones zootécnicas o genealógicas. Las normas específicas regulan al respecto y el intermediario
es un profesional que está debidamente informado y autorizado, que cumple con las normativas y resguardos
sanitarios.

Tabla 2: Normativa y regulaciones

Reseña histórica normativa Mercado interno – Regulaciones

1936 – Inseminación artificial llega a Argentina. El Dr. Enrique García Mata realiza primer ensayo transporte
transcontinental de material seminal.
1956 – Se publican los primeros resultados de inseminación artificial con semen congelado
1962 – Se realiza la primera Convención Nacional de Centros de IA en Venado Tuerto organizada por INTA y
Asesoría Nacional de Ind. Lechera (SAyG)
1965 – SRA crea un reglamento de inseminación artificial para sus registros genealógicos
1973 – Dicta Ley 20425 - Ley de inseminación artificial
1978– CADIA – Cámara Argentina de Inseminación Artificial
1987 - CABIA
1980 - Transferencias embrionarias
1988 – SAyG–Resolución N.° 304. Reglamenta actividades de transferencia de embriones

IATF: Semen Sexado Clonación SEMEN- Ley 20425/73 y Decreto Regulatorio N.° 4678/73
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CIIA: 40 registrados - SENASA - 2008


Bancos de semen: 29 - SENASA - 2008
EMBRIONES Resolución N.° 304/88 SEAyG
CTE: 45 registrados – SENASA 2008
Fuente: elaboración propia.

Está de más aclarar que el profesional corredor público en materia de intermediación de semovientes tendrá
presente todas las regulaciones pertinentes al caso y se abstendrá de intermediar con especies que
correspondan a la “fauna protegida” por las normativas nacionales o restricciones locales. Se expresa lo
presente en la plena convicción de que el martillero y corredor público cumplirá con las regulaciones vigentes.

Nuevas alternativas para la negociación de ganado en pie


Desde este punto de vista, para el profesional hablar de lo técnico es hablar de la base de organización para
alcanzar los objetivos de comercialización del producto con su cliente; por lo tanto, debe considerar las nuevas
alternativas existentes para la negociación de ganado en pie.

Las prácticas profesionales, en el caso de comercialización de hacienda, comúnmente evidencian una rutina en
la organización de un remate feria, en donde la exhibición del animal y del estado sanitario es ratificada
jurídicamente con la presencia del productor; sintetizan tiempos; y fraternizan las relaciones personales. Pero
la acelerada consolidación de las tecnologías en las gestiones profesionales nos presenta otras técnicas
eficientes para la intermediación, ya que estos elementos también contribuyen en la economía y logran
exitosos resultados.
Por lo general, el corredor efectúa operaciones de intermediación en casos especiales o puntuales, ya sea
porque el o los semovientes revisten características particulares que los hacen distintivos (por ejemplo: un
animal de cabaña, con pedigrí, ganador de premios en exposición, con destino reproductor), o bien porque
sencillamente un productor que cambió la explotación agropecuaria de su campo y posee un lote muy
pequeño de hacienda para invernada decide encargar la intermediación directa para la venta de la misma.
Cualquiera sea la motivación por la cual el corredor deba efectuar la intermediación, tendrá que tener claro
conocimiento del mercado, plaza de comercialización del producto encargado y organizarse para una efectiva
intermediación privada, en la búsqueda de afianzar las interrelaciones personales y avanzar sobre nuevos
nichos aprovechando el empleo de las actuales tecnologías en comunicación, a los efectos de posicionarse
competentemente y cumplir con sus clientes, ya sea que intermedie para vender o comprar.

El corredor debe efectuar con certeza la intermediación, en la plena convicción de poseer la verdad sobre el
producto en que se está trabajando, de ello dependerá el crecimiento en la confianza de sus clientes hacia él y
la garantía de una segura transacción comercial que conforma a todos.
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