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D. DE LA NULIDAD DE DESPIDO
Tal como fluye de los antecedentes expuestos precedentemente, a la
fecha del término de la relación laboral, no se dio estricto cumplimiento a lo
dispuesto en el artículo 162 del Código del Trabajo, en cuanto dispone que
“ Para proceder al despido de un trabajador por alguna de las causales a que
se refieren los artículos precedentes o el artículo anterior, el empleador le
Señala el artículo 163 del Código del Trabajo que el empleador que
haya puesto término al contrato de trabajo conforme a las causales
contempladas en el artículo 161 del Código del Trabajo, que “a falta de esta
estipulación, entendiéndose además por tal la que no cumpla con el requisito
señalado en el inciso precedente, el empleador deberá pagar al trabajador
una indemnización equivalente a treinta días de la última remuneración
mensual devengada por cada año de servicio y fracción superior a seis meses,
prestados continuamente a dicho empleador. Esta indemnización tendrá un
límite máximo de trescientos treinta días de remuneración”.
De esta norma se desprenden las siguientes consideraciones:
*Que el empleador debe haber invocado como causal de término de la
relación laboral necesidades de la empresa o desahucio.
*Que la vigencia del contrato de trabajo debe haber sido superior a un año.
*Establece como monto de indemnización correspondiente a treinta días de
la última remuneración devengada por cada año de servicio y fracción
superior a seis meses, estableciendo un tope de trescientos treinta días.
*Señala como requisito la continuidad en la prestación de los servicios.
G. REAJUSTES E INTERESES:
I. CONSIDERACIONES DE HECHO:
1.- Con fecha 15 de abril de 2019, a eso de las 15:00 horas, mi representado
se encontraba en su lugar de trabajo fabricando una caseta para la empresa
Tal como señala el profesor Nasser Olea “para que haya lugar a la
responsabilidad por accidentes del trabajo o enfermedad profesional deben
cumplirse los requisitos básicos de responsabilidad civil, esto es: a) que exista
daño por causa de accidente del trabajo o enfermedad profesional; b) que el
empleador haya actuado con culpa o dolo en que se manifieste una infracción
a un deber de actuar eficazmente, y; c) que la acción la entable algún
legitimado activo, esto es, la propia víctima o un tercero causalmente
perjudicado por el accidente”.
De ello deriva que se puede atribuir responsabilidad por enfermedad
profesional si el daño tiene su causa en el trabajo.
En relación con lo anterior, es importante tener presente
que “es causa aquella condición que de acuerdo con la experiencia es
adecuada para producir un resultado, o bien de acuerdo a un calculo
de probabilidad, normalmente se revela idonea para producirlo”.
Este razonamiento hunde sus raíces en el viejo criterio de “como
suceden las cosas regularmente en el mundo”.
En la especie, resulta evidente que las patologías del actor se asocian
al accidente sufrido y sus condiciones de trabajo en los términos descritos.