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TEXTO 1

HISTORIA DE LA EDUCACION.
Podemos esbozar ya una noción de educación concebida como un proceso de socialización sistemática. En este sentido,
encontramos en ella un proceso intencional que busca lograr algo del hombre al interior de una sociedad establecida,
pero la educación no se puede comprender aislada sino al interior de una realidad histórica y una cultura determinada.
Es decir, los hechos educativos se desarrollan en un tiempo y el espacio geográfico, haciendo que estos hechos se
entiendan y se organicen de acuerdo a las características propias de cada cultura. Esta realidad histórica y cultural nos
muestra mundos distintos a lo largo del tiempo y del espacio. Al cambiar las coordenadas espacio temporal, y siendo la
educación un fenómeno social, también cambia.
Las sociedades cambian y lo que demandan de sus integrantes cambia también. Por consiguiente, la educación cambia
para poder atender esas demandas. La educación no es la misma a lo largo del tiempo y del espacio geográfico.
La historia de la educación es una de las disciplinas de la educación que estudia y critica reflexivamente la gestación y
la evolución de las concepciones, doctrinas e instituciones educativas.
Existe la tendencia a denominarla como historia de la educación y pedagogía, partiendo de considerar a la educación
como el proceso internacional, perfectivo y sistemático sobre el educando con la finalidad de formarlo y desarrollarlo
armónicamente en todas sus dimensiones. Este proceso intencionado se relaciona estrechamente con las condiciones
históricas y culturales del tiempo que fomentan una determinada visión del hombre.

TEXTO 2
PEDAGOGÍA
Deriva de dos griegas: país, paidos, que significa niños; agoo, conducir. En su origen griego se refería a la acción de
conducir al niño del hogar a la escuela y viceversa. El conductor, pedagogo, era un esclavo viejo e inservible.
En la actualidad hay una gran cantidad de conceptos sobre pedagogía. Anotemos solo dos. Para Dilthey, es la teoría de
la educación y para Luzuriaga, la pedagogía es la ciencia de la educación. En todo caso, la naturaleza de la pedagogía es
teorética, mientras que la de la educación es práctica aplicativa; es proceso de formar la personalidad de los educandos.
En este sentido la pedagogía es la reflexión sistemática sobre la educación humana, estudia los fundamentos teóricos del
hacer educativo y el pedagogo vendría a ser el teórico de la educación. Sin embargo, salvo el caso de Rousseau, en la
historia de la educación, los grandes pedagogos han sido excelentes maestros y, al revés muchos distinguimos maestros
han devenido en pedagogos cuando empezaron a reflexionar, a estudiar los fundamentos teóricos de su hacer educativo
cotidiano.
CONCEPCIONES EQUIVOCADAS DE LA PEDAGOGÍA.
Tener la idea que la pedagogía, es el arte, es la técnica, es la metodología que se utiliza en educación, no es correcto. Un
gran estudioso y filosofo como Luis Piscoya, considera a la pedagogía como tecnología, es para reflexionar. No
podemos en la actualidad asumir a la pedagogía desde la palabra etimológica, sería un graso error. Luzuriaga hace
referencia sobre la pedagogía, en unos de sus escritos expresa “En realidad, la pedagogía es de todo, según el punto de
vista desde que se la contemplen ... tiene una parte artística, una parte teórica y una parte filosófica y estudia a la
educación desde el punto descriptivo como el normativo.
Efectivamente, no es correcto considerar a la pedagogía como arte, como disciplina normativa, ni como técnica.
La pedagogía normativa tendría, según esta versión, la finalidad de generar normas y reglas de
hechos.
LA NATURALEZA CIENTÍFICA DE LA PEDAGOGÍA
La pedagogía cumple con la totalidad de las características señaladas para alcanzar el nivel de disciplina científica.
Veamos:
a) Tiene su objeto de estudio: los hechos y fenómenos educativos.
b) Posee métodos de investigación para incrementar su contenido científico.
c) Constituye un saber teórico, sistemático.
Además, la elaboración de una teoría supone la concurrencia de tres elementos, que se dan en la pedagogía.
I. La existencia de hechos y fenómenos objetivos y observables.
II. La percepción de las relaciones entre esos hechos y fenómenos que nos permiten su reducción a categorías; y
III. La construcción de una teoría en la que se condensa el contenido de lo que se extiende como explicación.
Se trata de una disciplina científica en proceso de formación, una ciencia joven. Negar la posibilidad a la pedagogía de
alcanzar el status de disciplina científica seria condenarla aun simple hacer, a una suerte de artesanía o a iluminar sus
pasos con las luces científicas de otras disciplinas y no la propia, a continuar bajo el tutelaje.

TEXTO 3
HUMANIZACIÓN, NUESTRA POST-HOMINIZACIÓN.

El hombre primitivo después de la hominización, busca la humanización (ser humano), entendida, ésta, como el proceso
de evolución cultural que conlleva a la adquisición de rasgos característicos de nuestra especie. Este proceso es social
donde el hombre llega a “humanizarse”
La humanización es la emergencia de la inteligencia operativa, producto de su socialización. Es la adquisición de la
capacidad de pensar sobre nuestra inteligencia, de entender el proceso de la vida y de adaptarse al entorno través del
conocimiento, la tecnología y el pensamiento. La humanización está representada en la historia de nuestra humanidad a
través de las diferentes formaciones sociales que, de manera arborescente, han ido evolucionando en los diversos
ecosistemas terrestres y caracterizando el comportamiento de la especie hasta llegar hoy en día. La humanización tiene
una concreción en las diferentes formas como se estructuran las poblaciones y la manera en que las adquisiciones se
aplican a la adaptación y a la supervivencia.
El concepto de humanización es lo bastante amplio e inclusivo como para abrirnos la puerta a una reflexión crítica,
difícil de abordar, pero necesaria.
CONCLUSIÓN
En el proceso de singularidad humana y su sustrato evolutivo, hominización y humanización son las dos caras de una
misma moneda. Sin hominización no puede haber humanización; sin humanización no puede haber conciencia de
nosotros mismos desde la perspectiva de interrogación de quiénes somos y hacia dónde vamos. Hominización y
humanización están integradas, aunque la última cabalga sobre la primera por orden de aparición.

Para Reflexionar
La educación como proceso de perfeccionamiento del hombre, como proceso social, se pone en evidencia durante el
proceso de la humanización. En su inicio fue de manera informal motivados por la supervivencia. A través de la
historia evolutiva de la humanización, se evidencia que lo primero que tuvo que hacer el hombre, es procurarse de
alimentos, del vestido, de la habitación, etc.
A diferencia de los otros animales, el animal humano elabora instrumentos que le permiten transformar la naturaleza y
de este modo producir las cosas que requiere para sobrevivir. Así, por ejemplo, en los primeros momentos de la
humanidad, el hombre fabrica una tosca hacha de piedra con la que puede golpear y cazar un venado y de este modo
alimentarse.

Este proceso de intercambio hombre - naturaleza, en el que el hombre modifica su entorno natural, constituye una
novedad en el mundo animal. Cumple un papel fundamental en el desarrollo de la especie humana.

Mediante el trabajo, principalmente de los instrumentos utilizados en él, el hombre modifica la naturaleza, la naturaleza
deja de ser una cosa en sí, para convertirse en una naturaleza a la que el hombre añade algo. Cuando el hombre cultiva
los campos o desvía el curso de los ríos, la naturaleza se convierte en una naturaleza humanizada.
Aparece de este modo un nuevo orden de realidad, una realidad creada por el hombre mediante su actividad laboral.
Esta realidad creada por el hombre se llama cultura. Cultura es, por tanto, toda obra humana, desde el hacha de piedra
hasta la máquina más compleja, desde la caverna hasta el moderno rascacielos, desde la pintura rupestre hasta el arte
abstracto, etc.
La cultura no se limita a las obras materiales sino también a las obras no materiales, como por ejemplo los
conocimientos, las costumbres, las modas sociales, etc.
Todas esas creencias las elabora el hombre no en forma individual sino en forma colectiva. El hombre es un ser social,
se desenvuelve dentro de un grupo. Llamaremos sociedad a un conjunto de individuos que interactúan entre sí en tanto
comparten una cultura común. La sociedad es solo posible cuando los individuos pueden interactuar entre ellos.
Interactúan cuando comparten la misma cultura. Por ejemplo, cuando comparten la misma lengua, las mismas
costumbres, obedecen a las mismas reglas sociales, etc.

Una característica esencial de la realidad sociocultural es su carácter histórico al cambiar las sociedades en el tiempo y
en el espacio geográfico. Las sociedades cambian y se desarrollan, no son estáticas.
Si la educación es un proceso de enseñanza – aprendizaje para desarrollar las potencialidades de las personas, la misma
que se desarrolla durante toda la vida en cualquier espacio; asimismo que es, para el perfeccionamiento del hombre, que
vaya en beneficio de la sociedad y que es un proceso social; entonces es de reflexionar ¿si la educación tuvo sus
orígenes desde la etapa post hominización?

Referencia Bibliográfica.
Carbonell, E y Hortolà, P (2013). Hominización y humanización, dos conceptos clave para entender
nuestra especie. Revista Atlántica-Mediterránea 15, pp. 7-11. Recuperado de
https://rodin.uca.es/xmlui/bitstream/handle/10498/17009/007_011.pdf

TEXTO 4
La educación en los Pueblo primitivos

Para encuadrar la información que se proporciona, el autor, hace un referente temporal y geográfico , partiendo desde el
momento que aparece y se desarrolla la agricultura y el pastoreo, actividades que estimulan el desarrollo de nuevas
actividades productivas para satisfacer sus nuevas necesidades que lleva a una creciente división del trabajo.
Entre las características del hombre primitivo en el momento evolutivo de su humanización, era el más indefenso de los
seres vivos que existían, con una inteligencia y mentalidad uniforme que solamente los llevaba a satisfacer sus
necesidades vitales, limitada por el animismo al creer en espíritus que controlaba las funciones de su cuerpo y los
fenómenos naturales. Otra característica que hay que resaltar, es la formación de las tribus, donde grupos sociales
adoraban el mismo tótem (objeto o animal en la que creían tener estrecha relación de parentesco o solidaridad)

En el desarrollo del pensamiento educativo en los pueblos primitivos, marcada por el animismo y el totemismo
(organización social basada en el tótem), se dio inicio al paso de una educación espontánea a una educación intencional.

Características de la educación espontánea en el hombre primitivo


El tipo de educación que da y recibe el hombre primitivo es el que corresponde a la mentalidad que hemos descrito. La
transmisión de la cultura y de los preceptos sigue el proceso más simple. El niño y el joven adquieren los contenidos de
su comunidad de modo natural por el solo hecho de vivir en ella. La carencia de contenidos elaborados y de
instituciones complejas hace innecesario cualquier artificio que tenga por finalidad la transmisión de la cultura.
La educación espontánea es una educación imitativa. El joven llega a adulto intentando repetir en su propia vida lo que
ve a su alrededor. Lentamente, pero con facilidad, se va incorporando a los trabajos específicos de su clan y tribu. Se
inicia en la caza y en la pesca; aprende a cuidar el ganado, practica las labores que lleva consigo la labranza de la tierra
y participa en las ceremonias religiosas con la danza o la música. Todo esto empujado por el impulso natural de
imitación que está presente en todo hombre, sin que medie una reflexión directa acerca del proceso.
Además de imitativa, podemos decir de la educación espontánea que es doméstica; no traspasa los límites de la casa y la
familia en el más amplio sentido de esta palabra, que es el que de ella tiene el hombre primitivo. Junto al padre o la
madre los jóvenes van adquiriendo los usos, las costumbres, las ideas religiosas, los ritos y la mentalidad propia de la
sociedad a que pertenecen.
Otro rasgo de la educación espontánea es el de permanecer estática a lo largo de varias generaciones. Ya decíamos al
hablar de la mentalidad de estos pueblos, que su cultura era uniforme y estaba cristalizada. La educación se limitaba a
transmitir, y a falta de contenidos nuevos permanecía estática.
Otra consecuencia de la mentalidad primitiva que redunda en la educación espontánea, en su carácter unitario. La
dificultad que tenía el hombre primitivo para diferenciar las funciones intelectuales, la concepción elemental del tiempo
que se limita al presente y la simplicidad e interrelación de todos los aspectos de su vida, hace que se aprehendan de
modo unitario, aspectos sociales, religiosos, rituales, artísticos y económicos. Es una formación que se recibe, se usa y
se transmite en bloque.
Por último, la educación espontánea está impregnada del aspecto religioso - mágico; todo el pensamiento primitivo está
teñido de los elementos mágicos; su determinismo, animismo y la mayor parte de sus usos y costumbres dan mucha
parte y lugar a fuerzas ocultas de carácter mágico.

La preparación intelectual
La mentalidad primitiva hace suponer un escaso desarrollo de las facultades superiores en el hombre; sin embargo, el
aspecto intelectual no está tan atrasado como parecen indicar sus groseras costumbres. La inteligencia toma sus
elementos de lo que le ofrece los sentidos. Pues bien, la percepción sensorial del primitivo es de gran penetración y
delicadeza; su vista y su oído aprecian sensaciones que pasan inadvertidas a los hombres de nuestro tiempo. Su
educación es concreta, carece de ideas, se instruye por los hechos y consecuencias naturales de ellos. Está tan sujeto a
las necesidades biológicas, que están pendientes de ellas todas sus facultades; de ahí que no se ocupen de las
aspiraciones de alma y no tengan elevación.
Algunas facultades están muy desarrolladas a pesar de todo. El propietario de animales, en los pueblos que se dedican a
la cría del ganado, con pasar la vista sobre ellos, es capaz de darse cuenta de los que faltan e identificarlos con sus
nombres, aunque se trate de militares. No es capaz de decir su número, pero tiene la intuición de cada individuo aislado.
La memoria, que ejerce un gran papel en el comercio y en otras relaciones de la vida, suple de alguna manera la falta de
lectura y escritura. También se conservan en la memoria los cantos de la guerra y religiosos.

De la educación espontánea a la educación intelectual


El hombre primitivo vive el presente, no percibe la deuda que tiene con el pasado ni proyecta su acción con miras a
influir en el futuro. La mirada hacia atrás del hombre primitivo no pasa de su relación totémica, mezclada de
religiosidad y de pensamiento mágico. Poco a poco el hombre evoluciona y entra en reflexión sobre el proceso de su
vida. De esa conciencia del tiempo surge una idea de hombre válida en el pasado, que él debe conservar y legar al
futuro. De aquí que se intente orientar los pasos de las generaciones para seguir la tradición de la historia.
Además de la educación espontánea, familiar y comunitaria, aparece una educación formal, intencionada y eficaz, a
cargo de adultos especializados. Es decir, aparece la educación propiamente dicha, con maestros y alumnos, para ciertos
grupos escogidos, con carácter profesional. La educación de los grupos guerreros, mágico - religiosos y administradores
persigue fines concretos, que expresan una reflexión sobre la educación en términos de intencionalidad.
Los contenidos se diversifican según los grupos educacionales: técnicas agrícolas, pastoriles, artesanales, guerreras,
administrativas, o conocimientos mágicos - religiosas; en algunos casos se acentúa la educación para la resistencia al
esfuerzo y al clima; en todos los casos y a través de los canales familiares o escolares, se transmiten valores religiosos,
éticos y artísticos. Se desarrollan asimismo ritos de iniciación de los púberes a la vida adulta.
Así pues, la educación presenta aspectos de transmisión de conocimientos y de imitación práctica. La metodología
utilizada y el uso sistemático de refuerzos muestran otro aspecto en el que se concretizó la reflexión sobre la educación.

La educación en los pueblos primitivos


Por variadas que fueran sus condiciones organizativas, geográficas y culturales, todos los pueblos primitivos han tenido
ciertos rasgos característicos en su mentalidad y en su estructura, que han determinado las peculiaridades de su
educación.
Los pueblos primitivos, vivían completamente adaptados a su medio: por ello se mantenían en la inercia, pues vivían
bajo el imperio de la tradición y de la rutina. Esto implica que la actividad del hombre primitivo se dividiera entre el
trabajo y el culto, pues uno y otro tenían a preocuparle la satisfacción de sus necesidades. El trabajo tendía a satisfacer
sus necesidades naturales (hambre, sed, vivienda, vestido, defensa, etc.) El culto, por su parte, lo precavía de los
peligros, de los poderes que imaginaba ocultos. A esto se debe que el hombre primitivo explicarse todos los fenómenos
por la acción de fuerzas naturales.
Por eso la educación en los pueblos primitivos abarcó aspectos:
a) Enseñar al individuo a satisfacer las necesidades propias y las de la familia.
b) Enseñar los ritos necesarios para aplacar y hacer propicios los poderes invisibles.
La acción educativa fue por ello limitada, circunscrita: no se preocupó del desarrollo y de la formación de hombre; no
se interesó por el bienestar del individuo, su único fin fue darle al hombre las destrezas que le eran indispensables para
la vida, adiestrándolo en el trabajo y en el culto.
En los pueblos primitivos la educación se realizó sin necesidad de que existiera un “sistema educativo”, es decir, sin
instituciones específicas de educación. No existía, pues, una educación sistemática, sino una educación de carácter
general y espontáneo. La acción educativa era difusa e indiferenciada: se otorgaba indistintamente a todos los miembros
de la comunidad, sin que existieran funcionarios especiales encargados de impartirla. En la vida social, asimilando los
usos, las costumbres, las ideas religiosas y los ritos, los jóvenes se iban adaptando a las necesidades materiales y
religiosas de su pueblo. Así, por mera imitación, las “formas de vida” de los pueblos primitivos se transmitían de
generación a generación.
Con respecto a los educadores, la mayoría son lo padres de familia, que introducen a sus hijos a las técnicas propias de
su ocupación y a la vida comunitaria y familiar; los educadores de los grupos especializados mágico - religiosos,
militares y administradores, son adultos capacitados de entre estos grupos.

La Educación en las Culturas Prehispánicas


La educación en las diferentes culturas prehispánicas, es muy similar a la de los pueblos primitivos, pues, no existía un
sistema educativo, fue de carácter general y espontaneo y se realizaba a través de la influencia inconsciente de los
adultos.
En los pueblos aborígenes de cultura compleja, en cambio tuvieron una organización educativa, como la que
encontramos en los aztecas y los incas.
Organización de la educación azteca
La educación para los aztecas era un bien valioso y trataban de que los niños, niñas y los jóvenes asistieran a la escuela;
por ello alcanzaron un alto grado de desarrollo. Pero su educación fue clasista. Solo las clases noble, sacerdotal y militar
podían educarse.
El pueblo azteca no tuvo acceso a la educación, ya que por su organización cada uno tenía una misión, siendo el pueblo
el encargado del trabajo del campo (agricultores, artesanos, orfebres, etc.), por tal motivo su educación se reducía al
ámbito familiar.
La enseñanza de los niños aztecas se fundaba en la frugalidad y la dedicación del varón estaba confiada al padre, y la
enseñanza se limitaba a buenos consejos y a labores domésticas menores. El niño aprendía a llevar agua y leña, caza,
pesca y el cultivo de la tierra. También tenía que acompañar a su padre al mercado y recoger los granos de maíz que
hubieran caído al suelo. La educación azteca recorría por dos etapas importantes: la educación doméstica y la educación
pública.
La educación domestica
La educación se inicia aproximadamente en el tercer año de vida del niño y estaba a cargo de los padres donde el papá
estaba íntegramente a cargo de los hijos y la madre de las hijas. En los primeros años se les enseñaba las técnicas y
obligaciones que le servirían en su vida adulta.
A los hijos se le enseñaba la caza, pesca, a componer la red, el cultivo de la tierra y a las hijas el hilado, tejer, deshuesar
el algodón, moler maíz, el chile y el tomate como otras labores domésticas.
Esta educación era muy dura y severa ya que los niños menores de 8 años recibían como método de disciplina la
amonestación, pero después de esta edad los castigos eran corporales como golpes con palos, punzadas con espinas de
maguey, encerrarlos en cuartos oscuros, o dejarlos en el suelo húmedo atado los pies y manos etc. Se procuraba
fortalecer el carácter d los niños mediante castigos severos y el fomento de los valores primordiales como amor a la
verdad, la justicia y el deber, respeto a los padres y a los ancianos, rechazos a la mentira y al libertinaje.
La educación pública
Al finalizar la educación doméstica se iniciaba la pública, de la cual era responsable el Estado. Había dos tipos
principales de escuela, llamadas Tepochcalli y Calmecac. Mujeres y varones asistían a ambas, pero lo hacían separados
unos de otros.
a) Calmecac. Era la institución encargada de la educación de los hijos de la nobleza con el propósito de formar a los
nuevos dirigentes militares y religiosos. A los alumnos del Calmecac desde su ingreso se les obligaba a servir en el
templo. Esta educación se daba a partir de los siete años y hasta cumplir los catorce. La educación intelectual se
encontraba subordinada a la formación religiosa, también se les enseñaba interpretar los códices (libros), a ejercitar
operaciones aritméticas a medir el tiempo, a conocer las plantas y animales así como la historia y las tradiciones.
Ahí se formaban a los pintores de los códigos, médicos y los constructores.
Los jóvenes aprendían música, bailes y cartas, además de religión, historia, matemáticas, interpretación de los
códices, artes marciales, escritura y conocimientos del calendario, entre otras disciplinas.
Su disciplina era muy severa ya que dormían en camas duras, su alimentación era a base de frutas y se levantaban
muy temprano. También existían los Calmecac femeninos, en donde se instruía a las doncellas.
b) Tepochcalli. Era también denominada “casa de los jóvenes” destinada a los hijos de las familias comunes y
corrientes y existía una en cada barrio. Ahí se enseñaba la historia, los mitos, las artes, las religiones y los cantos
ceremoniales de los aztecas. los varones recibían un intenso entretenimiento militar y aprendían cuestiones
relacionadas con la agricultura y los oficios. Las mujeres se educaban para formar una familia y en las artes y
oficios que ayudarían al bienestar de su futuro hogar. En estos lugares la educación era más técnica y elemental.
Allí se daban tres especies de grados, el primero de ellos era el de instructor (Tiacach) de los alumnos recién
ingresados, el segundo el de jefe (Teipuchtiato) de instrucciones y finalmente era algo así como el director de la
escuela (Nacatcal).
La educación de la mujer
La educación de la mujer azteca era muy parecida a la del varón. Comenzaba desde los primeros años en el seno de la
familia. La niña observaba a su madre cuando hilaba y cuando tenía seis años se le enseñaba las labores domésticas,
hilaba el algodón, barría la casa, molía el maíz con el metate y trabaja en el telar.
A las mujeres se les exhortaba a que fueran discretas, recatadas en sus modales y en el vestir, y se les enseña todas las
modalidades de los quehaceres domésticos. La educación de la educación de la mujer se daba en paralelo, es decir en
Calmecac y Tepochcalli femeninos, en donde se les instruía para las necesidades del hogar o el servicio religioso.
La educación del imperio inca
La educación oficial se dio a la nobleza, negándose este privilegio al pueblo, porque ellos comprendieron muy bien que
era temible para la conversación de su gobierno el educar a dicho pueblo. Las frases atribuidas a inca roca son
suficientes para comprobar lo dicho, pues afirmaba que no les convenía que el pueblo fuera libre pues para poderlos
educar, era primero menester hacerlos libres. Este hombre, en general, vivía en armonía con la naturaleza, en comunión
con la tierra, trabajo colectivo y la ayuda mutua.
La educación inca se refleja la misma cultura inca que representa la culminación de un proceso histórico autóctono, no
influenciado por otras culturas.
Organización de la educación
Es indudable que en el incanato existieron establecimientos dedicados a finalidades de las enseñanzas. Estos fueron el
Yachayhuasi y el Acllahuasi para los jóvenes de ambos sexos, uno para varones y el otro para mujeres respectivamente.
Distinguimos do tipos de educación en el imperio:
a) Educación de la nobleza. Estaba a cargo de los Amautas o maestros. Estos eran hombres doctos, algo así como
filósofos o sabios quienes eran respetados y gozaban de la confianza del inca, en quien ejercían influencia. El
Amauta tenía gran capacidad memorística y un poder de retención casi increíble. Encarnaba la historia y los
valores del Tahuantinsuyo.
Los incas designaron a las escuelas con el nombre de “Yachayhuasi” o casa de enseñanza. La disciplina era
rígida y los maestros eran rigurosamente seleccionados por su saber y casta.
Se impartía conocimientos relacionados con administración, manejo de quipus, religión, historia, moral,
educación militar, educación física, etc. Los jóvenes nobles entraban a los 15 años y completaban su
aprendizaje a los 19. Entonces, en la ceremonia del Huarachico, tenía que demostrar, mediante pruebas
atléticas, su sólida formación masculina, su virilidad, su madurez, haciéndose acreedores a llevar la huara o
truza. Se educaba a los jóvenes nobles militarmente para que aprendiesen a sentir el sacrificio, la resignación y
llegasen a adquirir destreza necesaria en el manejo de las armas.
Estas escuelas estaban ubicadas en un gran barrio llamado “Barrio de las escuelas”. Aquí se situaban los
majestuosos edificios edificados para escuelas donde vivían “Los Amautas” o filósofos, y los “haravec o
poetas” juntamente con los hijos de la nobleza a quienes tenían que educar. Tales escuelas venían a ser
entonces verdaderos internados pedagógicos.
La falta de escritura fonética fue subsana en parte por el quipu, considerado por mucho tiempo solamente como
instrumento para llevar cuentas estadísticas y algunos datos históricos solo en relación con el tiempo, mas no
como medio de escritura, pero por los últimos estudios como un medio de recordación ideográfica. Hoy
hablamos de Quipugrafía.
El Amauta preparaba a los quipucamayoc, lo cual requería un método apropiado. Eran, por otro lado, los
Quipucamayos los únicos intérpretes de ellos; muertos estos, se llevaron su secreto a la tumba.
Otro colegio era el Acllahuasi, considerado como un instituto religioso dedicado a la enseñanza femenina
donde se formaban las acllas o vírgenes solares (Las Escogidas).
Su etimología viene de dos palabras quechuas: acllas = escoger y huasi = casa; o sea casa escogidas. El
Acllahuasi era dirigido por las MamaConas que impartían una adecuada instrucción a las mujeres que allí
ingresaban. Las Mamaconas eran matronas que habían envejecido en la practica de las más altas virtuales.
En este recinto las mujeres guardaban perpetua virginidad. Para ello eran escogidas desde los ocho años para
abajo. Las vírgenes del Acllahuasi que debieron ser dedicadas al sol habían de ser una misma sangre. Las acllas
estaban incomunicadas. El mismo inca estaba prohibido de conversar con las acllas. Únicamente la “Coya”,
que era su esposa y sus hijas tenían licencia de entrar en el Acllahuasi.
Las Acllas eran clasificadas en tres órdenes; al primero pertenecían las de mayor edad, cuyo oficio era enseñar,
custodiar y mandar a las demás. Se las denominaba: Mama Aclla; a la segunda clase permanecían las más
aventajadas de hermosura, que podían presentarse ante el sol y ante el inca. Su edad oscilaba entre los quince y
veinticinco y se llamaban las Guayos Acllas; al tercer grupo eran asignadas las de doce y quince años y se le
denominaba Sayapallas, éstas iban para reemplazar a las que salían.
b) La educación del pueblo. Los del pueblo, niños y jóvenes, recibían conocimientos en el seno de la familia y
en su respectivo ayllu procurando que fuesen buenos agricultores o hábiles artesanos. Lo padres y las personas
mayores les transmitían sus conocimientos, sus habilidades, sus experiencias, sobre agricultura, artes, moral,
religión, caza, pesca, etc., que tuvo el imperio de los incas. La perspectiva de la educación física para los
plebeyos era ocupar el cargo de “chasquies” o correos.
Como se señaló anteriormente, las ocupaciones y oficios eran hereditarios de padres a hijos, consolidando así
una verdadera división de castas.
Material sistematizado de las siguientes Referencia Bibliográfica:
Chávez del Rio, J.F (2012) Historia de la educación. Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Facultad de Educación: Programa de complementación Pedagógica. Lima – Peru

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